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Joe Biden recicla a Franklin D. Roosevelt

Fuente: Atilio A. Boron | Página/12 Fecha: 9 de mayo de 2021 (Por Atilio A. Boron) La reorientación macroeconómica de la Administración Biden originó un sinnúmero de elucubraciones acerca de cuán lejos llegaría el mandatario estadounidense en este nuevo rumbo. Una lectura cuidadosa de su discurso, pronunciado ante ambas cámaras del Congreso al cumplir 100 días de su mandato, permite vislumbrar una primera respuesta. Biden dijo que sus palabras tenían que interpretarse en el marco de una triple crisis: “la peor pandemia del siglo, la peor crisis económica desde la Gran Depresión y el peor ataque a la democracia desde la Guerra Civil.” Enfrentar estas amenazas no era algo que podía hacerse con las políticas habituales sino que requerían creatividad y renovados esfuerzos. De su discurso se desprende que es más fácil combatir a la pandemia, más difícil atacar a la crisis económica y más aún restañar las heridas sufridas por la democracia estadounidense que, a juicio de muchos observadores dentro de ese país, se ha degradado al rango de una voraz plutocracia. Dejamos para otra ocasión lo relativo a la pandemia, para concentrarnos en las propuestas económicas. Claramente hay un retorno al New Deal de Roosevelt, aunque se lo mencione apenas una vez a lo largo de las dieciséis páginas de su discurso, y no precisamente a la hora de hablar de la economía. Pero sus anuncios son un alegato a favor de una vigorosa reafirmación del papel del estado como redistribuidor de riqueza y rentas, como inversionista en grandes emprendimientos en infraestructura y nuevas tecnologías y como garante del fortalecimiento de las capas medias, a su vez hijas del activismo sindical. Porque, aclaró, “la economía del derrame nunca funcionó … y es hora que la economía crezca de abajo hacia arriba.” Las cifras que mencionó para justificar este cambio de paradigma macroeconómico, que descoloca por completo a los charlatanes y consultores económicos que siguen propalando las falacias del neoliberalismo en muchos medios de la Argentina, eran archisabidas en los ambientes académicos y políticos de izquierda en Estados Unidos, pero casi por completo desconocidas por el gran público e, inclusive, los miembros del Congreso. Por ejemplo, que el diferencial existente entre el ingreso del CEO de algunas empresas y el trabajador promedio es de 320 a 1, siendo que en el pasado era de un ya intolerable 100 a 1, ecuación incompatible con el “sueño americano”. Por lo tanto la triplicación de ese hiato debe ser corregido por las políticas públicas. Los billonarios se han enriquecido aún más con la pandemia, y han utilizado todos los mecanismos a su alcance para evadir el pago de impuestos, que recaen sobre las capas medias y los trabajadores, una afirmación que viene como anillo al dedo para describir la situación en la Argentina. De ahí su propuesta de establecer un impuesto de 39.6 por ciento a quienes registren ingresos superiores a los 400.000 dólares anuales. Es inadmisible, dijo, que 55 de las mayores corporaciones del país no hayan pagado un centavo de impuestos federales pese a que obtuvieron ganancias superiores a los 40.000 millones de dólares. Las resonancias rooseveltianas de su discurso se acrecentaron cuando aseguró, contrariando un credo muy difundido, que “Wall Street no construyó este país. Las clases medias lo hicieron. Y fueron los sindicatos quienes crearon a las clases medias.” A renglón seguido requirió del Congreso la pronta aprobación de una legislación que respalde el derecho a organizar sindicatos, mismo que había sido severamente recortado por Reagan. Walmart y Amazon, para mencionar los dos casos más conocidos, han sido los abanderados de la lucha anti-sindical en tiempos recientes y librarán duras batallas contra las propuestas de Biden. ¿Cómo interpretar este giro tan significativo en el discurso y en las propuestas legislativas planteadas por Biden? ¿Se ha convertido al nacional-populismo, al socialismo? Nada de eso. Es la respuesta defensiva ante la inédita profundidad de la crisis del capitalismo estadounidense y el rotundo fracaso de las políticas ortodoxas impulsadas por el FMI y el Banco Mundial para enfrentarla. Y ante el fiasco producido por la reducción de impuestos a los ricos de Trump que, previsiblemente, no surtió el efecto deseado. Pero más que de Biden la reacción viene de las alturas del aparato estatal que, en la tradición marxista, en ocasiones críticas juega el papel del “capitalista colectivo ideal”. Es decir, un sujeto que se eleva por encima de los mezquinos intereses corporativos o sectoriales y apela a estrategias que protejan a la clase capitalista en su conjunto y al capital como sistema económico, amenazados, por la competencia de China y la belicosidad de Rusia. De la primera, a causa de su arrollador dinamismo económico y sus grandes avances tecnológicos; de Rusia por su “maligno ingerencismo” en la política norteamericana. Y al hablar de los cambios tecnológicos (con implicaciones en la defensa tanto como en la vida cotidiana) Biden afirmó que Estados Unidos está quedando rezagado en esa crucial carrera con las “autocracias” de China y Rusia, que desafían el liderazgo que Estados Unidos debe ejercer en el mundo aunque nadie puede decir quién, cómo y cuándo le confió tan elevada misión. De ahí la radicalidad de los cambios propuestos. 

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La Corte quebrantó la división de poderes

Fuente: Eduardo Barcesat | El Destape Fecha: 6 de mayo de 2021 Art.128, C.N.: “Los gobernadores de provincia son agentes naturales del Gobierno Federal para hacer cumplir la Constitución y las leyes de la Nación.-“ El reciente fallo de la CSJN no ha tomado en consideración, ni mínimamente, lo que establece la Constitución Nacional respecto a la exigibilidad del cumplimiento, por los gobiernos provinciales y de la C.A.B.A., equiparada al efecto por el art. 129 de la C.N., de las disposiciones emanadas del Gobierno Federal, lo que remite al único remedio institucional que  es previsto por el art. 6° de la Ley Suprema de la Nación, que es la intervención federal, “El Gobierno Federal interviene en el territorio de las provincias para garantir la forma republicana de gobierno…” Y la forma republicana de gobierno es la estatuida por su art. 1°: “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal, según lo establece la presente Constitución”.- Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia. La CSJN ha emitido un fallo sin existencia de “caso”, tal como lo establece el art. 116 de la C.N. Ello, porque al tiempo de emisión de su pronunciamiento, el decreto de necesidad de urgencia –parcialmente impugnado en lo que hace a la presencialidad escolar-, había ya perdido su vigencia temporal. La CSJN reconoce ese vencimiento del plazo pero invoca la importancia de pronunciarse “…para lo futuro…”; es decir, que en abstracto, aborda incumbencias que competen tanto al Poder Ejecutivo Nacional como al Poder Legislativo, con lo que se produce un quiebre de la división de poderes al intentar, la CSJN, condicionar su actividad futura.- Es notable que este fallo de la CSJN se aparte, también de lo dispuesto por la primera Acordada que dictare, en marzo de 2020, a consecuencia de la pandemia de covid-19, y donde dispuso que la actividad tribunalicia debe adecuarse a las medidas de emergencia adoptadas por el Gobierno Nacional y que rigen para toda la administración pública. Allí reconoció que la materia salud pública y policía sanitaria es de la incumbencia del Gobierno Nacional, y estaban justificadas las medidas por la situación de estado de necesidad derivada de la pandemia. Pareciera que la doctrina del “acto propio” no es de aplicación en la propia CSJN.- Se observa un desplazamiento del objeto procesal en la sentencia dictada. En efecto, se reclamó por la inconstitucionalidad del artículo 2° del DNU que sustituye la presencialidad escolar por enseñanza virtual, para llevar el tema a un pronunciamiento judicial donde se aborde el estatuto jurídico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tema resuelto por la propia Constitución Nacional y la llamada “ley Cafiero”, que delimitó las competencias entre el Gobierno Federal y el Local que conviven en un mismo territorio, el de la Ciudad de Buenos Aires.- Este desplazamiento del objeto del reclamo introducido por el Gobierno de la C.A.B.A. obedece que a la fecha del dictado de la sentencia por la CSJN, el DNU en cuestión había agotado su plazo de vigencia temporal, lo que obligaba a la CSJN a declarar “cuestión abstracta” el reclamo, sin dictar pronunciamiento sobre el fondo de la cuestión.- Al pretender regular el futuro de las medidas de política sanitaria que se dicten por las autoridades del Gobierno Nacional, la CSJN quebranta la división de poderes avasallando y apropiando una incumbencia constitucional que no le compete –como ya lo había reconocido en su Acordada de marzo de 2020-, con lo que la Constitución Nacional deja de regir en la misma medida de este acto usurpativo, lo que conlleva un acto de violencia institucional lesivo del deber de obediencia a la supremacía de la Constitución Nacional (art. 36, C.N.).- Al momento de redactarse esta nota de opinión, tanto el Gobierno de la C.A.B.A., como el de la Provincia de Mendoza han votado contra el resto de las autoridades, nacionales y provinciales, en la reunión del Consejo Federal de Educación, apartándose de la manda de continuar con las clases virtuales en la enseñanza primaria. El Gobierno mendocino ya ha dictado un decreto provincial en ese sentido imponiendo la presencialidad escolar.- En materia de protección de la salud pública estamos frente a un delito de peligro. La desobediencia a las directivas que imparta el Gobierno Nacional en ejercicio de sus competencias para proteger esa salud pública, mediando situación de pandemia, hacen de aplicación las disposiciones penales que se advirtieron a toda la ciudadanía y por las que hay diversas personas procesadas con riesgo de sufrir severa condena penal y civil resarciotria. Si ello es de aplicación para un incumplimiento individual, debe pensarse en la multiplicación de casos de contagio y fallecimiento de personas contagiadas por el acto de desobediencia, proveniente ahora de autoridades provinciales o locales.- Estas conductas sediciosas generan un quiebre institucional y compete al Gobierno Nacional valorar las medidas que habrá de adoptar en consonancia con las disposiciones de la Constitución Nacional y la legislación penal. Los integrantes del Ministerio Público Fiscal, órgano extra poder, deben advertir que ya están convocados a tomar intervención por la producción de  obrares que reúnen la tipicidad de delitos de acción pública, que afectan tanto a la salud pública, como a la salud institucional de la República.- Finalizo este ensayo recordando que, en su tramo final, el art. 36 de la C.N. reconoce al pueblo argentino el derecho de resistir los actos de violencia institucional. El fallo de la CSJN constituye, sin dudas, un acto de violencia institucional.

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Cómo Estados Unidos puede garantizar que los dólares de sus impuestos no financien la ocupación de Israel

Fuente: Jeremy Ben-Ami | Haaretz   Fecha: 5 de mayo de 2021 Aprecié el reciente artículo de opinión del rabino Eric Yoffie en Haaretz (¿Odio la ocupación? Detrás de la ayuda militar estadounidense para Israel) reconociendo el crecimiento de J Street durante la última década, la amplitud del apoyo que tenemos en Washington y el éxito de nuestra conferencia anual. También aprecié su reconocimiento de que los temas más desafiantes y críticos para el futuro de Israel nunca reciben la discusión significativa que necesitan en organizaciones judías prominentes como AIPAC. El rabino Yoffie y J Street están de acuerdo en que el descenso de Israel hacia una realidad permanente de un solo estado es desastroso, lo que plantea un desafío para el pueblo judío en todo el mundo y para la ética y los valores en los que arraigamos nuestra identidad. Él y yo también estamos de acuerdo en que Israel solo puede ser democrático y el hogar nacional del pueblo judío si existe un estado de Palestina. Entendemos que la derecha de Israel está comprometida a derrotar esa visión y, en cambio, a cimentar una realidad no democrática de un solo estado. En lo que no estamos de acuerdo es en el desafío al que se enfrenta el movimiento pro-israelí y pro-paz en los EE. UU. En 2021. El desafío ya no es como lo expresa el rabino Yoffie: reunir apoyo para dos estados, o incluso reunir oposición a explícitas esfuerzos de Israel para anexar permanentemente el territorio que ocupó en 1967. J Street y el movimiento pro-israelí y pro-paz han ganado esas batallas, con certeza en la comunidad judía estadounidense en general y en el Partido Demócrata. En diciembre de 2019, la Resolución 326 de la Cámara que apoyaba a dos estados y se oponía a la anexión fue aprobada por la Cámara de Representantes con el apoyo de casi todos los miembros demócratas del Congreso. Y en el verano de 2020, casi todos los demócratas en la Cámara y el Senado expresaron su oposición pública a la idea de la anexión de jure. El verdadero desafío para el rabino Yoffie, como un apasionado partidario de dos estados, es articular exactamente qué política o acción estadounidense, más allá del apoyo verbal a dos estados, está dispuesto a apoyar para poner fin a la ocupación. Es decepcionante que, en lugar de utilizar su voz para proponer las herramientas que utilizaría para poner fin a la ocupación, el rabino Yoffie opte por atacar una ley recientemente introducida, la «Defensa de los derechos humanos de los niños y las familias palestinas que viven bajo la ley de ocupación del mando del ejército israelí», con argumentos inexactos y errores de hecho. Presentado por la Representante Betty McCollum, el proyecto de ley en cuestión busca garantizar que cada dólar de los casi $ 4 mil millones de asistencia de seguridad estadounidense brindada a Israel anualmente se destine a las necesidades legítimas de seguridad de Israel, y que ninguno se utilice para apoyar actividades que socavan la seguridad de Israel, los derechos de los palestinos e intereses estadounidenses. Tales actos dañinos, como se enumeran en el proyecto de ley, incluyen el desalojo de comunidades palestinas y la demolición de sus hogares. Incluyen la detención e interrogatorio de niños palestinos en violación de las normas internacionales pertinentes. Esta legislación exige restricciones en el uso de equipos comprados con la ayuda de Estados Unidos, diseñada para garantizar que, si bien Israel recibe la totalidad de la ayuda comprometida bajo el Memorando de Entendimiento (MOU) firmado por el presidente Obama, el Congreso también obtenga la transparencia dentro de él, y puede proporcionar una guía más clara sobre cómo y por qué se utilizan las armas y el material financiado por Estados Unidos. El proyecto de ley de ninguna manera autoriza o pide recortes de ayudas. Para que conste, J Street apoya el memorando de entendimiento de la era de Obama y el nivel total de ayuda al que se comprometió, y yo he testificado personalmente en el Congreso apoyando la prestación de asistencia en los niveles acordados. El argumento del rabino Yoffie de que «el verdadero propósito del proyecto de ley es preparar el camino para reducir la ayuda militar estadounidense a Israel» es pura especulación sobre la legislación futura. No es un argumento convincente con respecto a la ley actual que el Congreso está considerando. También se equivoca cuando afirma que el proyecto de ley «presenta a Israel como un torturador implacable de niños palestinos». De hecho, en ninguna parte del proyecto de ley se acusa a Israel de tal cosa. El proyecto de ley prohíbe que la ayuda estadounidense se utilice en relación con «torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes» de niños, un requisito de la Convención sobre los Derechos del Niño, que el propio Israel ha ratificado y que espero que el rabino Yoffie no estaría en desacuerdo. El rabino Yoffie también afirma incorrectamente que larepresentante McCollum es una «partidaria veterana del BDS». De hecho, ella no apoya al Movimiento Global BDS y, como cuestión de política, J Street no respalda a los miembros del Congreso que lo hagan. Finalmente, el rabino Yoffie se equivoca -en su caracterización de la reciente carta a Deutch-McCaul, de la Cámara de Representantes sobre la asistencia de seguridad de Estados Unidos a Israel- cuando dice que AIPAC organizó «en respuesta» al proyecto de ley McCollum. De hecho, la carta estuvo circulando para obtener firmas y AIPAC la discutió públicamente casi un mes antes de que se finalizara o presentara el proyecto de ley de la congresista McCollum. La carta no se opone al concepto de restricciones en el uso de la ayuda ni a nada contenido en el proyecto de ley McCollum. No contiene la palabra «restricciones». Dado que la carta era coherente con la política de J Street, no nos opusimos, explicando en cierta medida su éxito relativo. El rabino Yoffie tiene todo el derecho a cuestionar el apoyo de J Street al proyecto de ley del Representante McCollum.

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LA CORTE Y LA PANDEMIA

El fallo de la Corte Suprema de Justicia, que habilita a la Ciudad a apartarse de las medidas sanitarias dispuestas por el gobierno nacional, convalidando el pretexto utilizado por las autoridades porteñas que invocan el cuidado de la educación para desobedecerlo, genera un antecedente de alto riesgo para la vigencia del orden democrático en nuestro país. No nos corresponde ingresar en tecnicismos acerca del alcance constitucional de la autonomía de nuestra Ciudad. Pero no abrigamos dudas de que, ante el crecimiento de la pandemia, mayores restricciones resguardan la salud y la vida. En el mismo sentido de que su disminución favorece el crecimiento de los contagios y por ende, los fallecimientos. En ese orden, la Corte ha privado al gobierno nacional del ejercicio de un derecho y una obligación constitucional, cediendo ante una mezquina falacia esgrimida por el gobierno porteño para dirimir rivalidades internas de su espacio político. Son varios los fallos que indican, que diversos sectores del poder judicial, avanzan por sobre los otros poderes del Estado. Desde el LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO, alertamos sobre estos modos de judicialización de la política y convocamos a impugnar estos desequilibrios institucionales cuyas víctimas terminarán siendo los sectores más desprotegidos de nuestra sociedad. Nos oponemos totalmente a la desestabilización promovida por sectores mediáticos, judiciales y políticos de la derecha. Exigimos el respeto de la voluntad popular. Marcelo Horestein, Presidente Pablo Gorodneff, Prosecretario

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Los judíos israelíes deberían dejar de tenerle miedo a la Nakba

Fuente: Aluf Benn | Haaretz Fecha: 1° de mayo de 2021 La rendición en Ramle en 1948. Crédito: David Aldan 1. Ramat Hasharon está flanqueado a ambos lados por instalaciones de seguridad. Cuando era niño los llamábamos «la fábrica» ​​y «el campamento». Hoy en día se les llama «el complejo Ta’as», utilizando el acrónimo hebreo de Israel Military Industries, y «Unidad 8200», en referencia a la famosa unidad de inteligencia de élite. Ambas áreas han sido designadas como bienes raíces. Mi madre solía contarme sobre los residentes anteriores de estas tierras: al este estaba Abu Kishk, donde se instaló IMI junto con el vecindario de Morasha. Al oeste estaba el pueblo de Jalil, que contribuyó con su nombre a Glilot Junction. Recordó Abu Kishk como un lugar oscuro y aterrador con perros que ladraban. Ir allí fue una prueba de valentía. En contraste, el rico jeque de Jalil, que conducía un automóvil estadounidense, era visto como un buen vecino y tenía una relación amistosa con mi abuelo, que montaba un burro y operaba los pozos de la zona. Mi madre recordó una celebración familiar en casa del jeque a la que ella y sus padres fueron invitados. “Qué niña tan hermosa”, felicitó el presentador a la pequeña Atida Hurwitz, que no hablaba árabe y pensó que decía “qué niña tan flaca” – raza es en hebreo para flaca. Descubrí cómo terminaron las relaciones de vecindad años después en una entrevista con Eliyahu Binyamini, miembro de la aristocracia local, hijo del primer jefe del Consejo de Ramat Hasharon, en la víspera de su muerte en 2002. Cuando estalló la Guerra de Independencia En 1947, todos los árabes de la zona se reunieron en el patio del anciano Binyamini, dijo el hijo al entrevistador Yoav Karni. “Les trajimos autos y los enviamos”. El jeque Abu Kishk no tenía ganas de irse, y su familia dejó los muebles en el gran patio de los Binyaminis, en la colina cerca de la plaza. “Asumieron que regresarían en unas pocas semanas. En otros lugares les dieron una patada en el trasero, como en Sheikh Munis [el actual Ramat Aviv], por ejemplo «. Binyamini recordó que el Comité Superior Árabe de Vigilancia les dijo al jeque Abu Kishk y sus fellahin , los agricultores, que abandonaran sus hogares durante unas semanas hasta que regresaran como vencedores con los ejércitos árabes. Pero perdieron, y el jeque murió abandonado y empobrecido unos años más tarde en Lod, el único de su clan al que se le permitió quedarse en Israel. Esta explicación de la partida de los árabes, que abandonaron el área con entusiasmo y siguiendo instrucciones de arriba, fue aceptada en el Israel de mi infancia. En nuestra casa esto lo repitió mi tío Shalom Gutterman, quien creció en la vecina Herzliya. En su servicio como guardia al final de la era del Mandato Británico, conocía a los vecinos de Jalil y Abu Kishk. Los historiadores contemporáneos no han encontrado corroboración o documentación que respalde esta explicación. El investigador palestino Walid Khalidi reveló ya en 1959 que la historia sobre la orden del Comité Superior de Monitoreo Árabe de huir de pueblos y ciudades fue inventada por un partidario judío estadounidense de los revisionistas de derecha, como combustible para la propaganda del joven país. Pero sus ecos todavía se escuchan hoy en los argumentos sobre la responsabilidad práctica y moral del desarraigo de los palestinos . 2. En 1988, se publicó en inglés el libro de Benny Morris “El nacimiento del problema de los refugiados palestinos, 1947-1949” y me enviaron a entrevistar al autor para el periódico Ha’ir. La primera intifada estaba furiosa y, del lado israelí, los «árabes» comenzaban a ser llamados palestinos, y sus aspiraciones nacionales se tomaban en serio. En esta atmósfera, Morris y sus colegas, conocidos como los Nuevos Historiadores, ofrecieron una versión modificada de la historia del establecimiento de Israel. Con la respiración contenida, leí “El nacimiento del problema de los refugiados palestinos” con sus duras descripciones de masacres y saqueos por parte de combatientes israelíes en aldeas palestinas. También estaba el capítulo sobre la salida de los árabes de Jaffa y Haifa, un levantamiento a favor de los judíos en los primeros meses de la guerra, y la descripción de Igal Alón, el comandante del Palmaj y la hermosa sabra del buen viejo Israel, como el principal expulsor de los árabes del país. Tales historias eran completamente tabú en esos días, y sentí que era socio de un gran secreto nacional. Les pregunté a mis padres qué recordaban de esos eventos. Mi padre habló poco sobre su juventud en el Palmaj y el papel que desempeñó en 1948. Dijo que luchó en la Operación Broom en el este de Galilea, al norte del lago Kinneret, en los días previos a la Declaración de Independencia. «Disparamos contra sus tiendas y ellos huyeron», dijo, concluyendo el asunto. Después de su muerte supe que mi padre había sido un operador de morteros en la 1ª Brigada del Palmach, bajo el mando del comandante de pelotón Rehavam Ze’evi, «Gandhi», más tarde un político de extrema derecha. Wikipedia en hebreo dice que «la noche del 2 de mayo, las tropas del Palmach dispararon unas cuantas ráfagas de proyectiles de mortero en las aldeas al norte de Rosh Pina que acosaron el tráfico judío, y esto fue seguido por una huida desde las aldeas». ¿Fue Aryeh Bomstein, de 18 años (mi padre, más tarde el poeta Aryeh Sivan) quien disparó ráfagas y expulsó a los residentes de las aldeas olvidadas al exilio en los campos de refugiados? Ya en medio del libro de Morris entendí que la historia de 1948 no se resume en el argumento de “huyeron o fueron expulsados”, sino en la decisión de evitar el regreso de los refugiados y confiscar sus tierras para pueblos y aldeas judías. La decisión se tomó en medio de la guerra de 1948 y está vigente hasta el día de hoy. Este es el meollo del asunto. De este lado está la Ley de Propiedad de los Ausentes, la Ley de Adquisición de Tierras, el Fondo Nacional Judío y la Autoridad de Tierras de Israel, y del otro lado está la Nakba , la expulsión, el despojo, la

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ESTE 1° DE MAYO

Circunstancias especiales rodean este año la conmemoración del Dia del Trabajador: más allá de recordar el origen de esta fecha, instituida en 1889 para homenajear a los mártires de Chicago, los líderes sindicales reprimidos tres años antes por reclamar derechos laborales en pleno desarrollo de la Revolución Industrial, hoy cuando muchos de esos reclamos se han convertido en derechos, es necesaria y oportuna una mirada reflexiva, computando las décadas ya transcurridas desde entonces.  En un siglo y medio la humanidad, al mismo tiempo que ha experimentado importantes mejoras en las condiciones de la vida laboral, mantiene todavía elevados niveles de desigualdad social que deben ser removidos. La pandemia, entre otras cosas, puso de relieve las desigualdades que las políticas neoliberales generaron en la Argentina y en casi todos los países de Latinoamérica. En estos tiempos, esos desequilibrios se reflejan en las injusticias que sufren vastos sectores de la población mundial, entre otras cosas por la falta de la protección adecuada para hacer frente a los peligros que genera el COVID 19. Por todos estos motivos, desde el LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDIO convocamos a atender este PRIMERO DE MAYO de 2021 en el particular contexto que lo rodea.  Homenajeamos a todas y todos los trabajadores de nuestro país y en especial a los del campo sanitario: médicas y médicos, enfermeras y enfermeros, personal auxiliar y a todas y todos los que desde esa avanzada línea de fuego y expuestos a los mayores riesgos para su vida y su salud, luchan contra la pandemia sin que se los retribuya moral y materialmente de la forma que merecen.  No quisiéramos olvidar a otros como los docentes, el personal del transporte de personas y de cargas y a todos aquellos que en rubros esenciales para la continuación de la existencia social están aportando con su labor permanente para atravesar las difíciles circunstancias que hoy nos toca vivir. Es entonces que, sosteniendo las banderas que bregan por alcanzar una sociedad socialmente más justa, nos hacemos presentes con esta declaración. Marcelo Horestein Presidente Pablo Gorodneff Prosecretario

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Académicos judíos estadounidenses impulsan la definición de antisemitismo permitiendo más críticas a Israel

Fuente:  Ron Kampeas | The Times of Israel Fecha: 18 de abril de 2021 Activistas frente a una reunión del Comité Ejecutivo Nacional Laborista en Londres, con carteles que protestaban por la definición de antisemitismo de la IHRA, 4 de septiembre de 2018 (Stefan Rousseau / PA Images via Getty Images / via JTA / SUE). El Grupo de Trabajo Nexus, formado por académicos liberales, dice que la definición de la IHRA es demasiado amplia, que no todos los dobles raseros hacia el estado judío manifiestan prejuicios JTA – Un grupo de académicos judíos liberales estadounidenses ha ofrecido una definición de antisemitismo que otorga más libertad de acción a las críticas a Israel que la que los grupos judíos están presionando a los gobiernos para que adopten. La diferencia clave entre la definición publicada el martes por Nexus Task Force, un proyecto del Programa Knight en Medios y Religión de la Escuela de Comunicación y Periodismo Annenberg de la Universidad del Sur de California, y la definición de 2016 desarrollada por la International Holocaust Remembrance Alliance (IHRA) ) está aplicando un doble rasero a las críticas a Israel. La definición de la IHRA incluye como ejemplo de crítica antisemita de Israel «Aplicar un doble rasero al exigirle a [Israel] un comportamiento que no se espera ni se exige de ninguna otra nación democrática». Varios grupos principales de defensa de los judíos están presionando a los gobiernos de todo el mundo para que adopten la definición de la IHRA. Los críticos han dicho que la definición es demasiado amplia. El Grupo de Trabajo Nexus, formado en 2019 para abordar lo que describe como una «tendencia inquietante a politizar y explotar el antisemitismo e Israel [que] está creciendo en círculos políticos conservadores y de derecha», describe circunstancias bajo las cuales aplicar un doble rasero a Israel no es antisemita. “Prestar una atención desproporcionada a Israel y tratar a Israel de manera diferente a otros países no es prueba prima facie de antisemitismo”, dice la definición de Nexus. “Hay numerosas razones para dedicar especial atención a Israel y tratar a Israel de manera diferente, por ejemplo, algunas personas se preocupan más por Israel; otros pueden prestar más atención porque Israel tiene una relación especial con los Estados Unidos y recibe $ 4 mil millones en ayuda estadounidense «. Ilustrativo: una parada de autobús de Londres desfigurada con un cartel no autorizado que decía: ‘Israel es un esfuerzo racista’, que un grupo pro palestino presentó en protesta por la adopción por parte del Partido Laborista del Reino Unido de la definición de antisemitismo de la IHRA, el 6 de septiembre 2018. (Twitter) La definición de Nexus describe las formas en que el sesgo antiisraelí puede manifestarse como antisemitismo. “Es antisemita tratar a Israel de manera negativa basándose en la afirmación de que solo a los judíos se les debe negar el derecho a definirse a sí mismos como pueblo y ejercer cualquier forma de autodeterminación”, dice. Los autores del documento Nexus incluyen a Dov Waxman, profesor de estudios sobre Israel en UCLA; Tema Smith, ex coordinador del Grupo de Trabajo Nacional de Canadá sobre Educación, Recuerdo e Investigación sobre el Holocausto; David Schraub, profesor de la Facultad de Derecho de Berkeley e investigador principal del California Constitution Center; Matt Nosanchuk, el enlace con la comunidad judía de la Casa Blanca de Obama; y Jonathan Jacoby, director de Nexus Task Force.

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Daniel Feierstein: «La grieta se comió cualquier reflexión sensata sobre la política sanitaria»

Fuente: Nicolás Eisler | Tiempo Argentino Fecha: 18 de abril de 2021 El investigador y doctor en Ciencias Sociales acaba de publicar un libro en el que hace un balance social y político de la pandemia. Advierte que la ausencia de conductas saludables, como la culpa o la vergüenza, impiden ser mejores como sociedad. “La grieta se comió cualquier reflexión sensata sobre la política sanitaria. La escuela se volvió una consigna que es difícil de entender. Creo que fue desastroso el funcionamiento de la presencialidad en estas condiciones, pero se impidió plantear alternativas porque todo fue en clave de todo o nada”, dice Daniel Feierstein. El investigador y sociólogo es uno de los analistas más lúcidos del escenario actual y esta semana presentó Pandemia. Un balance social y político de la crisis del COVID-19(Fondo de Cultura Económica), un libro que busca, entre otras cosas, indagar en los comportamientos sociales frente a la situación límite que produjo la irrupción del coronavirus. “No hay posibilidad de cumplir con las medidas de distanciamiento sin una ayuda contundente del aparato federal”, advierte en diálogo con Tiempo a la vez que destaca: “La idea de que en las escuelas y los transportes no se producen contagios es insostenible. Una discusión legítima es debatir qué actividad uno decide restringir, pero no se puede negar la realidad de un modo tan flagrante. Sería absurdo pensar que en un lugar no se da lo que se produce en todo el resto de la sociedad”. -Cuando comenzó la pandemia había cierta esperanza de que la sociedad evolucionara hacia comportamientos más solidarios y empáticos, ¿salimos mejores de la pandemia? -No está terminada la situación, pero mi balance es muy negativo, salimos mucho peor. Abandonamos todo eso que había sido positivo de los primeros dos meses, como priorizar la vida de la población sobre la ganancia o pensar que iba a haber una respuesta solidaria y que iba a triunfar el principio precautorio. Nos olvidamos que a fines de abril estaba la situación controlada en todo el territorio nacional, salvo el AMBA, Chaco y Río Negro. -¿Por qué se desmadró? -Terminó en un desastre después de que el AMBA irradiara a todo el país: en octubre llegaron los muertos que no se habían producido en marzo y abril. Me parece que el balance fue pésimo porque quedó la idea de que la pandemia no se puede combatir, algo que es falso, como demostraron otras sociedades. Hay una sensación de bajar los brazos o aplicar medidas desesperadas cuando es muy tarde. –¿Por qué en la Argentina no se llegó a conseguir una inmunidad del cagazo? -Porque depende de las percepciones que tenemos de la realidad, no es un hecho natural. Nos asustamos cuando comprendemos lo que está ocurriendo y eso nos sirve para observarlo e incorporarlo. Lo que está pasando en muchos países es que se naturalizó el nivel de contagios, el nivel de muertes y el colapso del sistema de salud. Son mecanismos de defensa que sirven para adaptarnos a la realidad, pero también son muy dañinos porque nos impiden la sorpresa y el enojo que nos permitiría hacernos cargo de la gravedad situación y tratar de resolverla. El debate se trasladó a si va a colapsar o no el sistema de salud. Pero eso ya está suponiendo “que mueran los que tengan que morir”, algo que parecía inaceptable hace un año. -En el libro rescata los conceptos de vergüenza y de culpa que, a priori, parecen negativos, pero que también podrían tener un rol importante para salir de la situación actual. -Busco instalar algo que va mucho más allá de la pandemia. La nueva subjetividad, que podríamos denominar posmoderna, ha tendido a despreciar muchas de las tendencias humanas más interesantes como percibir que existe un otro y que podemos hacerle daño.  Flavio LoPresti sostiene que hay una vindicación de la culpa, de la asunción de la propia culpa, poder avergonzarnos por lo que hacemos, por lo que no somos capaces de hacer, por nuestra falta de cuidados, por nuestro egoísmo. Son conductas saludables que tienen poca prensa. Si no sentimos vergüenza por nada es muy difícil que podamos ser mejores. Si siempre buscamos poner la culpa y la responsabilidad en otro, afuera, si nos ubicamos en el lugar de víctimas, en el lugar de la queja y el reclamo; no hay margen para poder modificar nuestra práctica. -¿Por qué es importante el rol de las representaciones sociales en la pandemia? ¿El Gobierno pudo comprender el fenómeno? -Es crucial. Una pandemia es un hecho social porque depende de los comportamientos de las personas y esos comportamientos dependen de la representación que las personas se hacen de lo que está pasando. El nudo que termina definiendo cómo se desarrolla una pandemia está en cómo nos representamos lo que está ocurriendo. En este sentido, el gobierno no ha tenido mucha claridad sobre la relevancia de esas representaciones. Piensa que la realidad es más transparente de lo que es. No se asesora suficientemente en lógicas de comunicación y representación. La postura más negativa en relación a la pandemia, vinculada a algunos sectores de la oposición, ha tenido mucha más claridad y comunicó mucho mejor. El gobierno comunicó su postura de forma más errática. -¿Cómo termina impactando en la población? -Es muy grave que a un año después de la pandemia a la gente no le quede claro cuál es la gravedad de la situación ni por qué se toman las medidas que se toman, cuál es la lógica y el sentido. Queda la imagen de una situación de permanente arbitrariedad que produce mucho enojo. Pareciera que el presidente se levanta de una manera y dice una cosa y al otro día dice otra. Tenés un ministro de Educación que dice que no se producen contagios en las escuelas y a los dos días el presidente cierra la presencialidad escolar. En ese discurso tan contradictorio, tan de ida y vuelta, se produce confusión y no ayuda en la disputa por las representaciones. -¿Cómo se explica que la oposición rechace aquí 

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Atendiendo los desafíos

Fuente:  Carlos Heller | Tiempo Argentino Fecha: 18 de abril de 2021 Como viene ocurriendo desde que asumió, el gobierno tiene frente a sí tareas complejas y apunta a resolverlas. Uno de los mayores desafíos es el de preservar la recuperación económica y los ingresos, cuidando a la vez la salud, en medio de la segunda ola de Covid-19.  En este marco se acaban de anunciar restricciones temporales con la idea de evitar mayores contagios. El éxito dependerá en gran medida del compromiso de la población. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría un año atrás, hoy la economía está en marcha, hay más información sobre las formas de transmisión del virus, y ha comenzado la campaña de vacunación. Las perspectivas, más allá del cansancio lógico, son otras. Ante esta situación, cabe reflexionar sobre las presentaciones judiciales de algunas personas para no pagar el Aporte Solidario. Esto implica en última instancia el rechazo a que, entre otros destinos específicos, un 20% de lo recaudado se dirija a la compra de medicamentos y vacunas, otro 20% al programa integral de becas Progresar, o a que un 15% vaya al Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), enfocado en la mejora de la salud de las y los habitantes de los barrios populares. Sin duda habrá impactos de la segunda ola y el gobierno está activo en los múltiples frentes que se le van presentando. Por eso acaba de anunciar el pago de un bono por 15 mil pesos para beneficiarios de AUH, AU por Embarazo y para monotributistas de las categorías A y B. Apoyos que representan un gran esfuerzo por parte del Estado. El gobierno tiene en claro que es preciso no ahogar la recuperación y los datos alentadores que se venían observando. En cuanto a la recaudación, en marzo aumentó un 22% interanual en términos reales, por lo cual encadenó su séptimo mes consecutivo con crecimiento superior a la inflación. Fue la mayor variación porcentual mensual desde diciembre de 2016. Si bien en las dos últimas licitaciones de deuda del Tesoro Nacional no se llegó a refinanciar la totalidad de los vencimientos, ello en nada empaña que en marzo se haya conseguido financiamiento por encima de lo que vencía, por noveno mes consecutivo. Más aún, durante el primer trimestre de 2021 el financiamiento neto positivo acumulado fue de $ 90.550 millones, superando ampliamente lo obtenido durante los primeros nueve meses del año 2020 ($67.708 millones). En cuanto al frente externo, el Banco Central sobrepasó en la semana los USD 3000 millones de compras netas de dólares en el año. Es una gran señal en términos de “acumulación y fortalecimiento de la política monetaria y cambiaria”, según destacó el presidente del BCRA, Miguel Pesce. Las reservas han superado los U$D 40 mil millones. Sin embargo, en marzo la inflación al consumidor fue el 4,8%, valor que, según el gobierno, será el más alto del año. Más allá de los componentes estacionales que estuvieron impactando como la educación (28,5% en el mes), es importante seguir de cerca al rubro alimentos y bebidas no alcohólicas, que explica en lo que va del año alrededor de la cuarta parte de la inflación acumulada. En cuanto a las causas, hoy el tipo de cambio y las tarifas no están traccionando a los precios. La política fiscal y monetaria tampoco. Todas las decisiones del gobierno apuntan a la desaceleración, más allá que desde algunas cámaras empresarias se diga que los precios aumentan por los “controles”, un razonamiento desprovisto de todo rigor analítico. Las negociaciones salariales, por su parte, están en línea con las pautas del Presupuesto. Por eso, si los fundamentos y las políticas van por el sendero de llevar “tranquilidad”, ¿por qué entonces aumentan los precios? Dado que la inflación obedece a múltiples causas, como también reconoció el FMI recientemente, resta considerar la dimensión de la puja distributiva, un fenómeno que se exacerbó en el mundo durante la pandemia, pero que en Argentina, en particular, genera tensiones por la vía de los precios. Según el BCRA, el aumento de los precios internacionales de las materias primas llegó en el primer trimestre de 2021 al 14%, y acumula un incremento del 34% desde septiembre de 2020, en especial en el precio de los productos agropecuarios. Esto de ninguna manera justifica la remarcación de los valores de la canasta alimentaria, menos en un país que está en condiciones de garantizar la provisión de estos productos para toda su población. Por eso es necesario recurrir a las herramientas disponibles para que no se generen efectos regresivos. En este marco, el jueves el gobierno anunció una batería de medidas para contener la suba de precios y garantizar el abastecimiento de alimentos, insumos y bienes industriales. Entre las medidas se encuentran varias que apuntan, según el Ministerio de Economía, a “garantizar el abastecimiento de la carne vacuna a precios accesibles y mejorar el funcionamiento del sector”. También se realizarán acuerdos sectoriales para una mayor previsibilidad de precios durante los próximos meses. Entre ellos, con la cadena de producción agrícola, y además con “los principales proveedores de insumos industriales de uso difundido y de la construcción a los fines de sostener el precio vigente al mes de marzo hasta fin de año, con cláusula de revisión trimestral. Este acuerdo incluye a los sectores productores de insumos textiles, cueros, madera, celulosa y papel, plásticos, químicos, hierro y acero, caucho y aluminio, cartón y vidrio y cemento”.  Para fortalecer el acceso a los alimentos a precios accesibles se lanzará el programa Mercado Federal Móvil, que permitirá acceder a productos frescos a precios mayoristas. También se está negociando “con empresas alimenticias una nueva canasta de productos a precios accesibles, previsibles y de cumplimiento obligatorio en todo el país”. Se implementará, además, el Programa PYMES en Góndolas, y otras medidas destinadas a financiar a pymes, cooperativas y agricultores familiares para aumentar y mejorar la producción de alimentos frescos. En este marco, según el Mecon, se exigirá el real cumplimiento del programa de Precios Máximos, con la

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