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ISRAEL: LA DEMOCRACIA EN PELIGRO

Se ha dado un nuevo paso en dirección a la instauración de un régimen autoritario y teocrático en el Estado de Israel, auspiciado por sectores extremos de la sociedad que, según la mirada de Iuval Harari, pretenden encaminar al gobierno hacia una dictadura mesiánica.  Los diputados de la ortodoxia religiosa, de la derecha y ultraderecha siguieron adelante, a pesar de los cientos de miles de israelíes que se manifiestan en las calles, los y las reservistas que se niegan a alistarse, y los sindicatos reunidos para planificar una huelga general. El conflicto está generado por la colisión entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo. Ante las limitaciones que la Corte Suprema y otras instancias judiciales produjeron para restringir la construcción de asentamientos en tierras palestinas y anular las excepciones a la prestación del servicio militar que alcanzaba a jóvenes religiosos ortodoxos, la cúpula ejecutiva reaccionó intentando privar a los magistrados de la facultad de cuestionar la legitimidad de las medidas adoptadas.  Se votó en la Kneset -Congreso unicameral- una ley que limita la  llamada doctrina de la razonabilidad, que equivale a lo que en otras naciones es la declaración de inconstitucionalidad, que en la estructura legal israelí no tiene ese tradicional mecanismo.   Están pendientes de ser votadas otras leyes de limitación y colonización del Poder Judicial, entre ellas el mecanismo de designación de nuevos jueces para una mayor injerencia de la coalición gobernante. También otras leyes que restringen derechos a las minorías -mujeres, LGBTQ, etc.- y hasta otras que promueven mayor discriminación y racismo. Este estado de cosas ha permitido que los colonos extremistas de derecha ataquen e incendien aldeas árabes sin ser condenados por el gobierno ni por la justicia, e incluso siendo alentados por algunos de sus miembros. Las colectividades judías de todo el mundo han expresado su preocupación por los sucesos y fueron muchos los países donde se realizaron manifestaciones en solidaridad con los israelíes que siguen poblando las calles en defensa de la democracia.  En la Argentina, en cambio, hay un llamativo silencio de las entidades supuestamente representativas de la colectividad, a pesar de que los medios vienen difundiendo ostensiblemente estos acontecimientos como uno de los más destacados de las noticias internacionales.  La DAIA, que suele presentarse en nuestro país como vocera del gobierno de Israel no ha dicho palabra ni ha emitido comunicado respecto a la crítica situación. ¿Estarán esperando ver de qué lado cae la moneda? ¿O será que muchos de sus dirigentes guardan simpatía por el actual gobierno israelí? ¿O que un crecimiento de las tendencias autoritarias les despierta más afinidad que la defensa de los principios de legalidad y pluralismo?  El Llamamiento Argentino Judío se suma a las colectividades judías del mundo entero que se están manifestando en solidaridad con los que resisten en las calles de Jerusalén y Tel Aviv y también entiende que el fin de la ocupación y una convivencia pacífica con los palestinos no pueden ni deben separarse de esta lucha. Porque con ocupación no hay democracia. Marcelo Horestein, Presidente Pablo Gorodneff, Secretario general

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Argentina: el lado oscuro de la justicia

Lago Escondido © Página 12 Por: Carlos Schmerkin(*) (Compañero del Llamamiento, desde Francia) – El Club Mediapart (9 DE DICIEMBRE. 2022) Las conversaciones filtradas entre jueces, fiscales, espías y líderes del grupo Clarín muestran el lado oscuro del funcionamiento de la justicia federal en Argentina: cabildeo, amañamiento, presión política, sobornos y abuso de poder. Una larga serie de delitos e irregularidades. El sitio Patagonia Facts ha publicado dos chats en los que participan cuatro jueces federales, el fiscal jefe de la ciudad de Buenos Aires, el ministro de Justicia y Seguridad de la ciudad de Buenos Aires, un publicista, un ex miembro de la Secretaría de Inteligencia y dos ejecutivos del Grupo Clarín. (principal grupo multimedia de Argentina) organizó una serie de maniobras para que no se supiera que los magistrados habían ido gratis -invitados por la multimedia- al paradisíaco Lago Escondido, propiedad ilícita 1 del británico Joe Lewis, amigo del expresidente Mauricio Macri. Las conversaciones filtradas salieron a la luz horas antes de que el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de Comodoro Py dictara sentencia contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Figura central de la política argentina, fue condenada el 6 de diciembre a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por el delito de administración fraudulenta en la construcción de obras públicas en la provincia de Santa Cruz. El 22 de agosto, la fiscalía -representada por Diego Luciani y Sergio Mola- había pedido doce años de prisión para CFK y la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Diez días después, el 1 de septiembre , Fernando Sabag Montiel intentó dispararle a centímetros de la cabeza cuando se mezclaba con la multitud a la entrada de la casa del Vicepresidente. Aunque tres miembros del grupo que organizó el magnicidio fallido están encarcelados, la investigación está estancada tras la presión sobre el juez a cargo del caso por parte de amigos de Luis Caputo, exministro de Hacienda de Mauricio Macri, cuyo «Caputo Hermanos» es sospechoso de financiación del grupo terrorista «Revolución Federal»  2 Tras la publicación de la sentencia, la actual vicepresidenta anunció que no se postulará para ningún cargo electivo en 2023, ni como presidente ni como senador, y que no ofrecerá a la oposición el argumento de que busca inmunidad de enjuiciamiento para evitar ir a la cárcel. “Mafia y estado paralelo. Esto es lo que está pasando en Argentina y esto es lo que me condenó hoy a seis años de prisión e inhabilitación perpetua. Esta sentencia es lo que querían” , expresó hacia el final de su mensaje, muy emocionada. Durante el juicio, la defensa argumentó que Cristina Fernández de Kirchner, como presidenta del país, no intervino en las licitaciones a costa de la provincia de Santa Cruz. Luciani argumentó, y el tribunal pareció corroborar esta opinión, que el expresidente permitió que Lázaro Báez, un contratista de la construcción, se beneficiara al enviar presupuestos al Congreso que incluían el pago de las obras por un millón de dólares solicitados por Santa Cruz. En respuesta, la vicepresidenta se defendió diciendo que no podía ser acusada de cometer delitos a través de los presupuestos anuales aprobados por ambas cámaras del Congreso, incluidos los legisladores de EE. UU. Luego de calificar a la corte como un «pelotón de fusilamiento» y acusar a los fiscales de «inventar hechos, ocultar otros, tergiversarlos y mentir» de tal manera que crearon las condiciones para un intento de magnicidio el 1 de septiembre, Cristina Kirchner compartió un documento titulado «La veinte mentiras del asunto Vialidad» en sus redes sociales . https://www.pagina12.com.ar/502683-una-por-una-las-20-mentiras-sobre-la-causa-vialidad-que-deta Más allá de los argumentos, es la oscuridad tóxica de Comodoro Py, sede de la justicia federal, la que entra en juego.Julián Ercolini, el juez de instrucción de este caso denominado “Vialidad”, es uno de los dos jueces federales que centralizaron los múltiples cargos contra Cristina. Kirchner, algunos de ellos muy polémicos, como la muerte del exfiscal Alberto Nisman, oscuro archivo anclado en su despacho. Ya había pruebas de la connivencia del juez Ercolini con el gobierno de Macri, pero estas pruebas aumentaron el pasado fin de semana tras la revelación de los detalles del viaje a una estancia en la Patagonia antes mencionado, en el que sí participó con otros jueces, dos exagentes de inteligencia y dos funcionarios de la alcaldía de Buenos Aires y precandidato conservador a la presidencia, En el diálogo revelado (chat escrito y audio), traman todo tipo de ilegalidades, como falsificación de facturas, traslado del caso de la ciudad de Bariloche a la justicia federal de Buenos Aires -su territorio-, detención ilegal de un funcionario de turno. quienes, según ellos, revelaron su presencia durante la excursión, e incluso el irónico pesar de «no haber cometido un asesinato contra un ‘mapuche’». 3 Todo ello salpicado de frases sexistas, homofóbicas y racistas. El intercambio sugiere que los ejecutivos de Clarín y los organizadores de aventuras, Jorge Rendo y Pablo Casey, están hablando con sus interlocutores (jueces, un fiscal, altos funcionarios del gobierno de la ciudad y oficiales de inteligencia) como lo fueron con sus jefes. Finalmente, el dictamen de la fiscal Cándida Echepare corrobora la existencia del viaje en avión privado y las facturas falsificadas. Exigió que se levante el secreto fiscal y bancario de todos los involucrados. El presidente Alberto Fernández se vio obligado a pronunciar un discurso en canales nacionales para denunciar lo que calificó de «promiscuidad antirrepublicana» la conducta de «ciertos empresarios, jueces, fiscales y funcionarios, que hasta ahora se sentían impunes». «Es hora de que empiecen a rendir cuentas», dijo. “Todo parece indicar que ha vuelto a quedar en evidencia el deterioro de la calidad institucional de ciertos jueces, fiscales, ex funcionarios y empresarios. Todos están envueltos en un perverso juego de corrupción que afecta gravemente el buen funcionamiento del Estado y, en particular, la administración de justicia» Asociaciones de abogados, profesores de derecho y varias organizaciones de DDH exigen la renuncia inmediata de todos los «visitantes» a la estancia y la apertura de un juicio real por el delito de incumplimiento del deber de funcionario público y admisión de coimas para los seis funcionarios. La condena de Cristina Kirchner provocó una ola de solidaridad nacional

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Una mirada actual acerca de la propagación de discursos de odio

Ilustración Lautaro Fiszman Por: Daniel Rafecas – Revista Haroldo En el marco del día de los Derechos Humanos, que se conmemora hoy 10 de diciembre, el juez federal Daniel Rafecas, afirma que “los discursos de odio son una condición necesaria para la consumación de un genocidio”. “A lo que tenemos que apuntar es a que, en el mediano plazo, cuando estos referentes apelen a estos discursos de odio, estos caigan en saco roto, que no tengan repercusión, es más, que sean contraproducentes para sus ambiciones políticas”, enfatiza. He de comenzar con una reflexión que, hoy en día, ya es algo muy conocido en todo lo que son estudios relacionados con crímenes masivos, y es el hecho de que, de la contemplación de los procesos genocidas que hubo a lo largo de los últimos siglos, y en lo que va del siglo XXI también, es una regla constante afirmar que no existe la posibilidad de que se precipite un genocidio, o un crimen masivo cometido desde ámbitos estatales, o con la aquiescencia o consentimiento del Estado, sin la construcción previa de un enemigo, a través de la proliferación y la difusión de discursos de odio. Es decir, hoy en día sabemos que los discursos de odio son una condición necesaria para la consumación de un genocidio, es decir, para la consumación de Auschwitz o de la ESMA, para dar dos ejemplos que nos son muy próximos. Esto surge muy claramente, por ejemplo, de lo que fue el genocidio armenio, en donde los discursos de odio de la mayoría musulmana, panárabe del imperio otomano, dispersó y divulgó discursos de odio contra la minoría armenia que estaba segregada y diferenciada, no solamente desde el punto de vista religioso sino también étnico, durante siglos. Lo mismo por supuesto ocurrió en el caso del genocidio nazi, respecto no solamente de los judíos, sino también de otros colectivos perseguidos, pero especialmente de los judíos, en donde desde 1933 y hasta el inicio del proceso de exterminio -que comienza en 1941-, vamos a tener casi una década de preparación del genocidio, un largo período, en el cual los nazis van a sembrar discursos de odio de modo cotidiano. Y no lo digo metafóricamente: todos los días, en Alemania a partir de 1933, y luego en Austria a partir de 1938, en Checoslovaquia en 1939, y luego en todos los territorios que fueron ocupando, cotidianamente se difundían discursos de odio: un día en la radio, otro día en el cine, otro día en columnas en los medios gráficos, otro día en panfletos, otro día en directivas que circulaban en las fuerzas de seguridad o las fuerzas armadas, en donde se decía “los judíos son culpables”, “los judíos son delincuentes”, “los judíos son bacilos”, “los judíos son nuestros enemigos”, etc. Y esto también ocurrió, por supuesto, en lo que fue el terrorismo de Estado, no solamente en Argentina, sino en los restantes países del Cono Sur, en las dictaduras latinoamericanas. De modo tal, que creo que este es un punto muy importante para que nosotros tengamos en cuenta, en el sentido de que tenemos que estar, como activistas o como actores preocupados por la consolidación de los derechos humanos y la consolidación de la democracia, muy atentos y muy sensibles a la aparición, o la irrupción, o la promoción, o la emergencia de discursos de odio que, casi siempre, o durante muchos años, han circulado en forma muy encapsulada, en grupos cerrados, de redes sociales, y de repente, a lo largo de los meses, se empieza a percibir que empiezan a cobrar mayor protagonismo, que empiezan a salir de esos ámbitos cerrados y empiezan a circular de un modo más abierto y, especialmente, que empiezan a tener penetración en algunos ámbitos que son más proclives, y de entre ellos quizá lo más preocupante es entre las nuevas generaciones, que quizás todavía, de una u otra manera, desde el Estado no hemos podido llegar con contenidos que permitan identificar y neutralizar esos discursos. Por otra parte, la gran pregunta que nos venimos haciendo en los ámbitos que trabajamos estos temas desde hace décadas, es si conviene “combatir” la proliferación de estos discursos del odio desde la represión penal, o a través de otros medios alternativos. En ese sentido, tengo una postura que al principio fue intuitiva, y luego también la fui reafirmando de una manera más elaborada -porque de hecho he participado de discusiones muy serias que se están dando en el máximo nivel de los organismos de derechos humanos, hablando de Madres, de Abuelas, de Hijos, del CELS y otros organismos que están trabajando en este tema-, y creo, pese a que tengo más de treinta años de actuación en la justicia penal y llevo casi veinte años como juez federal en lo criminal, yo no estoy para nada seguro, y no creo, sinceramente, que la represión -es decir, la utilización de delitos penales para castigar actitudes como el negacionismo o el relativismo u otras formas agraviantes a la memoria de los sobrevinientes, de las víctimas y de los familiares de procesos genocidas o de crímenes masivos-, sea el camino. Pero esta es una cuestión puramente de estrategia: me parece que no es la estrategia adecuada desde un sistema democrático. Y voy a contar una pequeña anécdota para intentar reafirmar mi punto. Lautaro Fiszman Hace muchos años -quizás quien lea este artículo lo recuerde-, en mis primeros años como juez, me tocó intervenir en un caso en el cual tres jóvenes habían agredido a otro, por su condición de judío: le hostigaron, lo empujaron, y le depararon algunos insultos de carácter antisemita. En ese entonces, los medios de comunicación tomaron nota del caso y hablaban de tres “skinheads” que habían atacado a un chico judío. Ese caso llegó a mi juzgado. Tanto la víctima, como los victimarios, eran menores de edad. Y después, al poco tiempo, cuando empezamos a indagar a los agresores, advertimos rápidamente que no eran “skinheads”, que por supuesto estaban cargados de prejuicios y estaban muy contaminados con discursos de odio que circulan en algunos ámbitos, pero que carecían por completo

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FUERO FEDERAL. LAWFARE PREMIUM

Comunicado del Llamamiento La revelación de un viaje de alta gama de un grupo integrado entre otros por varios magistrados del fuero federal, un ministro del gobierno de la Ciudad y de dos altos funcionarios del multimedio Clarín, refleja en primer lugar, el corolario de innumerables denuncias que se han formulado en los últimos años sobre la pérdida de la independencia del fuero del Poder Judicial, que tiene a su cargo el juzgamiento de los actos de los poderes públicos. Podrían estar empezando a abrirse los cerrojos del lawfare y su tradicional blindaje mediático. La obscenidad de un viaje tan costoso en un avión privado para compartir un encuentro en la mansión de un millonario extranjero – de pública amistad con el ex presidente Macri – se integra a un conjunto de circunstancias que difícilmente podrán obtener amparo jurisdiccional si se tiene en cuenta, además, que el tal millonario carga con serios cuestionamientos judiciales por haber convertidos espacios públicos en senderos privados que restringen la circulación. Tales hechos ya han perdido silencio periodístico y medios como La Nación, Perfil o BAE sugieren que no están dispuestos a comprometerse con acciones de este tipo motorizadas por el grupo Clarín. Por otra parte, no sólo se han promovido acciones sancionatorias desde el Poder Ejecutivo y Legislativo, sino que restan afortunadamente en rescatables sectores del Poder Judicial, fiscales y jueces dispuestos a no proteger estas ilicitudes. Tal es la conducta de la Fiscal de Río Negro, que inició ya una causa penal. Lo ocurrido, es un ejemplo más de la pérdida de independencia de un sistema judicial que protege a los poderes fácticos, a los intereses de corporaciones y guarda prescindencia sobre las privaciones que padecen los sectores más débiles de nuestra sociedad. No aprobamos el uso del espionaje telefónico utilizado para demostrar que intentaron transformar la gratuidad del periplo que disfrutaron, con facturas falsas y postdatadas. Es importante demostrar que no somos como ellos y la única prueba que consideramos admisible es la del propio viaje y estadía, que aparte habla por sí sola. Hace más de un año, desde el Llamamiento Argentino Judio, denunciamos a los jueces Hornos y Borinsky por sus visitas al entonces Presidente Macri en la Casa Rosada y la quinta de Olivos, con el pretexto dei entretenimientos deportivos o conversaciones sobre supuestas reformas judiciales. También señalamos la complicidad con los dirigentes de DAIA que reactivaron una causa fenecida como la del Memorandum. Pero no sólo fueron insólitamente felicitados por el ex Presidente de la Nación sino que esos mismos magistrados son los que en el futuro deberán pronunciarse en el fallo condenatorio en la causa de Vialidad. Este viaje a la Patagonia tiene las mismas características. No es casual que en la comitiva figurara el juez Ercolini, que fue el que recogió como válida la única pericia que dictaminó que Nisman fue asesinado. Pericia que fue elaborada dos años después del hecho por la Gendarmería y que nunca se sometió a confronte o debate con los doce peritos, del Cuerpo Médico Forense, Policía Federal y otros organismos que ya habían descartado la tesis del homicidio. Es el mismo también que instruyó la primera etapa de la causa Vialidad, embrión del escándalo jurídico al que se arribó hace unos días con una sentencia ausente de sustento legal y que sólo tiene como propósito la proscripción política de Cristina Fernandez de Kirchner Finalmente entendemos que sobran precedentes como para dar cuenta de que nos encontramos ante figuras que deben ser exoneradas de los cargos que ocupan. La Comisión Jurídica del Llamamiento Argentino Judío adhiere a todas las manifestaciones que coinciden con la línea indicada en los párrafos precedentes y expide esta declaración para dejar instalada su presencia en este proceso que se inicia para intentar una vez más, democratizar al Poder Judicial, comenzando por sanciones ejemplificadoras en el caso que nos ocupa. COMISIÓN DE ASUNTOS JURÍDICOS Cynthia Benzion, Juan Carlos Fainstein, Bernardo Fischberg, Jorge Kon, Luis Kon, Horacio Lutzky, Marcelo Seltzer, Beinusz Szmucler LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO

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LA VICTORIA ELECTORAL DE NETANYAHU ASESTÓ UN DURO GOLPE JUDAÍSMO

Por: Anshel Pfeffer – Haaretz (4/11/2022) Esta elección fue la culminación de un largo proceso, en el cual la percepción de lo que significa ser judío en Israel quedó solidificado como nacionalismo israelí. Durante numerosas campañas electorales, Benjamín Netanyahu ha utilizado continuamente el judaísmo como un medio de división y unión para asegurar su propio éxito político. Esta no ha sido una buena semana para la frágil y limitada democracia de Israel. Observó el regreso al poder de Benjamín Netanyahu [líder del Likud], ex primer ministro juzgado por soborno y fraude, e incitador contra la minoría árabe. Además, la noche de las elecciones, se embarcó en una serie de acusaciones totalmente falsas de fraude electoral que, según afirmó, sin ninguna base en la realidad, se estaban produciendo en los colegios electorales de las comunidades árabes. Asegurando su mayoría hay 14 escaños de un partido perseguidor árabe y de extrema derecha [hasta ahora poco impresionante], y dos partidos de religiosos haredim [ultraortodoxos] que tienen autonomía sobre un sistema educativo donde cientos de miles de niños no aprenden materias ni habilidades, conceptos básicos [como ciencias y matemáticas]. Es difícil exagerar lo terrible que es este resultado electoral. Pero a pesar de todo lo que se habla sobre la terrible amenaza que ahora enfrenta la democracia israelí, nadie habla de cómo esta semana ha asestado un duro golpe al judaísmo. Fue la culminación de un largo proceso en el que la percepción de lo que significa ser judío en Israel se fusionó con el nacionalismo israelí. Esta no es la primera vez que el Likud y sus aliados de extrema derecha y los haredim logran ganar una mayoría de ese tamaño (con casi todos los votos contados, [el bloque de Netanyahu tiene una mayoría de 64-56]. Bajo Yitzhak Shamir en 1988, ganaron 65 escaños. Pero en 2009 era un Likud diferente, nacionalista pero laico. Los haredim también eran diferentes: mucho menos nacionalistas. Y el componente de extrema derecha era más pequeño y menos abiertamente fascista. El proceso comenzó, por supuesto, hace 55 años, a raíz de la Guerra de los Seis Días, cuando la antigua comunidad religiosa nacionalista moderada comenzó a girar hacia la extrema derecha. Ella tomó la delantera en el movimiento de colonos y luego ganó impulso entre los ultraortodoxos después del discurso «conejos y cerdos» del rabino Elazar Shaj de 1990, que dejó en claro que «los haredim no tienen afinidad con los ateos de izquierda». Sin embargo, fue Netanyahu quien aceleró este proceso en 1996, durante su primera campaña como líder del Likud. Siguiendo el consejo de su estratega electoral estadounidense Arthur Finkelstein, el Likud se acercó a los votantes que sentían que su identidad “judía” suplantaba a su israelí. Y no fue solo la campaña oficial encabezada por Finkelstein. El Likud también tuvo una campaña no oficial, lanzada en los últimos días de la campaña por el Jabad Hasidim, que lanzó el lema “Netanyahu es bueno para los judíos” en el país. Así lo expresó el derrotado, por un pequeño margen de votos, Shimon Peres en una entrevista con Haaretz después de las elecciones: «Los judíos vencieron a los israelíes». Pero Peres estaba equivocado. Netanyahu no estaba enfrentando a “judíos” contra “israelíes”, estaba redefiniendo el significado de ambos. Netanyahu, producto de una educación secular y occidental, principalmente en los Estados Unidos, descubrió esto en 1996. Y a lo largo de sus siguientes 10 campañas como líder del Likud, continuó usando el judaísmo como un medio de división y atracción para asegurar su victoria personal. Hay una línea directa de «Netanyahu es bueno para los judíos» de los jabadniks con su presión sobre la derecha religiosa, en este ciclo épico de cinco elecciones, para fusionarse con los supremacistas judíos kahanistas, una vez aislados. Así es como ganó antes, y ahora prepara el escenario para el increíble éxito electoral de Itamar Ben-Gvir esta semana, aunque Netanyahu no tenía la intención de que eso sucediera. Todo lo que quería era que Ben-Gvir y sus socios se fusionaran para que los votos de extrema derecha no se perdieran si caían por debajo del umbral electoral. El campamento de la centroizquierda resistió a Netanyahu en el tema de la defensa de la democracia contra Netanyahu, habiendo recuperado brevemente el poder en 1999, 2006 y 2021. Pero renunció a la defensa explícita de una identidad ‘judía progresista’. Netanyahu y sus socios políticos no solo construyeron una alianza transaccional mediante la cual los socios haredim lo apoyaron como primer ministro. Cedió a sus demandas de legislación y fondos públicos para los religiosos. Fueron mucho más allá y articularon una nueva forma de identidad judía. Fusionaron la ideología original anti-ilustración y anti-sionista haredí de que “lo nuevo está prohibido por la Torá” con el ultranacionalismo de la facción de línea dura en el movimiento sionista revisionista del Likud. Cuando, en 1997, se escuchó a Netanyahu susurrar al oído del rabino Yitzhak Kaduri que los izquierdistas » han olvidado lo que significa ser judío», estaba transmitiendo ese mensaje en su forma más básica. Israel lo necesitaba como primer ministro porque recuerda lo que es ser judío. Si eres de izquierda y no lo apoyas (y según Netanyahu, cualquiera que no lo apoye es «parte de la izquierda», incluidos los nacionalistas acérrimos como Avigdor Lieberman y Gideon Sa’ar), entonces No sé cómo es ser judío. Y si eres un judío practicante, alguien que guarda todos los mandamientos de la Torá, entonces debes apoyar a Netanyahu, porque hacer lo contrario sería apoyar a aquellos que quieren desarraigar el judaísmo de la tierra. Pero a pesar de que Netanyahu dijo esto claramente durante los últimos 26 años, sus oponentes políticos no han hecho nada para tratar de luchar por su propia visión del judaísmo, incluso si tuvieran una. En cambio, cada vez que usaron el estribillo “Medinah Iehudit ve’Democratit” – un Estado judío y democrático – sintieron la necesidad de enfatizar solo la segunda parte. Al hacerlo, no solo reforzaron el argumento de Netanyahu de que se sentían incómodos,

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“Después de más de 50 años de apoyo a la ocupación, ¿qué imaginaba la izquierda israelí que iba a suceder?”

Por: GIDEON LEVY | Haaretz (4 NOVIEMBRE 2022) Las secuelas de las elecciones han mostrado que la sociedad israelí se ha vuelto en parte religiosa y en gran medida racista 1/, siendo el odio a los árabes su principal combustible, sin nadie que se oponga a él. ¿Qué se pensaba que iba a pasar? ¿Qué pensaba la izquierda sionista, que se hundió en un coma profundo después de los Acuerdos de Oslo [de 1994]? ¿Que era posible volver al poder saliendo del coma? ¿Con las manos vacías? ¿Sin alternativa y sin liderazgo? ¿Solo sobre la base del odio a Netanyahu? Aparte de eso, esta izquierda sionista no tenía nada que ofrecer. Nadie debería sorprenderse de lo que sucedió [la obtención de la mayoría de escaños en la Knesset -64 de 120 – de la coalición liderada por Benyamin Netanyahu del Likud y Itamar Ben-Gvir del Otzma Yehudit]. No podía ser de otra manera. Esto comenzó con la ocupación [en 1967] – perdón por esta mención aburrida y estereotipada 2/ -pero fue entonces cuando realmente comenzó. Tenía que dar lugar a un gobierno abiertamente racista y de “transfert” de los palestinos. Cincuenta años de propaganda contra las y los palestinos y maniobras de terror hacia ellos no pueden culminar en “un gobierno de paz”. Cincuenta años de apoyo casi total a la ocupación, por parte de la izquierda y la derecha sionistas, no podían terminar más que con Ben-Gvir como héroe popular 3/. Una ocupación interminable sólo podía llevar al gobierno de Benyamin Netanyahu-Itamar Ben-Gvir. Porque si tienes que tener una ocupación, entonces tienes que abrazar su versión auténtica, la que no tiene ningún problema con ella, es decir, la versión Ben-Gvir. Era simplemente imposible proseguir con las ilusiones – judías y democráticas, una ocupación ilustrada, una ocupación temporal- y todo ese repertorio de frases desgastadas. Ha llegado el momento de la verdad, y eso es lo que Netanyahu y Ben-Gvir nos van a decir. Ayer [2 de noviembre], Israel se despertó al amanecer de un nuevo día, en el que todos los tartamudeos y eufemismos ya pertenecen al pasado. A partir de ahora la ocupación no es más que ocupación. Lo mismo ocurre con la supremacía judía en Israel. Ahora el sionismo se promueve al rango de racismo abierto. Ayer, la muerte de la línea verde [frontera establecida el 4 de junio de 1967] también se declaró oficialmente: la ocupación está aquí y en todas partes. Cualquiera que pensara que lo que estaba sucediendo en Yitzhar [colonia israelí al sur de la ciudad de Nablus] solo se quedaba en Yitzhar estaba equivocado. Quien pensara que Yesha [cooperativa agrícola establecida en el Néguev inicialmente reclamándose del sionismo de izquierda] estaba allí y no aquí se equivocaba. Durante mucho tiempo, Yesha se ha acercado rápidamente a Israel, con sus arraigados nacionalismo y fundamentalismo. Durante todos estos años, nadie se ha levantado para detenerlo. Hoy es demasiado tarde. Hace dos días, esta dinámica ha concluido. No tiene sentido continuar, ahora, una campaña de denuncia. Yair Lapid se ha apoderado de los votos laboristas, los laboristas no se fusionaron con el Meretz [la llamada formación de izquierda que tiene más escaños en la Knesset], Balad [formación nacionalista palestina] no se unió a la lista común. Todos estos elementos habrían sido solo analgésicos temporales para una enfermedad incurable. Incluso si todo esto no hubiera sucedido, nada del cuadro general habría sido diferente: la sociedad que se formó en este país es en parte religiosa y en gran parte racista, siendo el odio a los árabes su principal combustible, y no había nadie que se opusiera a ello. Lo que sucedió hace dos días no comenzó hace dos días. Tal vez fue Golda Meir [primera ministra de marzo de 1969 a junio de 1974, anteriormente ministra de Trabajo y Seguridad Social de 1949 a 1956, luego de Asuntos Exteriores de 1956 a 1966] quien comenzó, tal vez Shimon Peres [muchas veces primer ministro, entre septiembre de 1984 y octubre de 1986, entre noviembre de 1995 y junio de 1996], pero de todos modos, ninguno de sus sucesores trató de actuar de otra forma para detener la marea. ¿Realmente alguien pensó que Yair Lapid [ministro de Asuntos Exteriores de junio de 2021 a finales de junio de 2022, luego primer ministro a partir del 1 de julio de 2022], un derechista moderado y hueco, lleno de buenas intenciones, era capaz de ofrecer una alternativa a Ben-Gvir? ¿Qué alternativa? ¿Matar suavemente? ¿Abrazar a Emmanuel Macron [en su recepción en el Elíseo el 22 de agosto de 2022]? Ahora Israel ha decidido que prefiere no ser amable cuando se trata de matar. El próximo gobierno evitará al menos hacer el paripé. Durante años, una izquierda y un centro a la deriva que carecen de liderazgo y coraje han intentado desesperadamente postrarse ante la derecha y parecerse a ella. Esto tenía que terminar con Ben-Gvir y con el nacionalista Shas [partido religioso ultraortodoxo creado en 1984]. No había otra salida posible. Durante años, las y los israelíes han hablado del “pueblo elegido”, del Holocausto después del cual todo está permitido, de los árabes que quieren tirarnos al mar, de nuestro derecho a la tierra debido a los relatos bíblicos, del Ejército de Defensa de Israel (Tsahal) como el ejército más moral del mundo, de David contra Goliat, de los árabes israelíes como una quinta columna ¿Qué pensábamos que saldría de todo esto? Ben-Gvir, de hecho, se tomó su tiempo. Podría haber conseguido su gran éxito hace mucho tiempo. Esto es lo que sucede cuando tienes un Bolsonaro y no tienes un Lula frente a él. Esto es lo que sucede cuando los gritos de “Muerte a los árabes”, que ahora se repetirán en las escuelas durante la reunión matutina, no fueron recibidos con un solo grito de “Libertad para los árabes”. Ahí es donde comenzó y donde termina. (Artículo publicado en el sitio web del diario Haaretz, el 3 de noviembre de 2022; traducción al francés de la redacción

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Preguntas difíciles, respuestas difíciles: la ley de equilibrio obsceno de Netanyahu

Entrevista a YOSSI ALPHER – Americans for Peace Now (14/11/2022) EL OBSCENO ACTO DE EQUILIBRIO DE NETANYAHU NO ES SÓLO SU DILEMA PERSONAL. ES DE ISRAEL Y DEL MUNDO P. El recién elegido Knesset de Israel prestará juramento este martes. A partir del domingo, Benjamín Netanyahu es el primer ministro designado. Está empeñado en finalizar su coalición rápidamente. Con 64 mandatos a su disposición, ¿qué lo detiene? R. Formar la coalición religiosa más derechista de Israel en la historia está demostrando ser un desafío. Netanyahu y la mayor parte de su contingente de 32 MK (miembros de la Knesset) del Likud se encuentran en el extremo ‘moderado’ de la coalición, enfrentándose a los otros 32 MK – kahanistas, mesiánicos y haredíes ultraortodoxos – todos los cuales están hambrientos de carteras ministeriales y compromisos legislativos con los que incluso muchos miembros del Likud, probablemente incluido el propio Netanyahu, no se sienten cómodos. Los anales de coaliciones pasadas de Netanyahu nos dicen que Bibi prefiere posicionarse en el centro político, con socios de izquierda y centro a un lado y socios religiosos de derecha al otro. Ese arreglo tradicionalmente aumentó sus opciones para enfrentar a un lado contra el otro. A juzgar por las encuestas de opinión, la mayoría de los israelíes se opone a iniciativas como pagar a los estudiantes de ieshivá (centro de estudios religiosos privado) más dinero que los salarios de los soldados (una demanda ultraortodoxa), dar a Bezalel Smotrich (sionismo religioso) el control sobre el Ministerio de Finanzas o Defensa, y dar a Itamar Ben Gvir (Poder Judío) control sobre el Ministerio de Seguridad Interna. Para que no lo olvidemos, tanto Smotrich como Ben Gvir tienen registros policiales y expedientes del Shin Bet. Pero la mayoría de la lista actual de diputados del Likud ni siquiera son relativamente moderados (en comparación con Smotrich y Ben Gvir). Yariv Levin, un colaborador cercano de Netanyahu que aspira a ser ministro de justicia, también aspira a reducir radicalmente la autoridad del Tribunal Superior de Justicia, especialmente con respecto al poder constitucional del Tribunal para anular la legislación de la Knesset que los jueces consideren que está en desacuerdo con Las Leyes Básicas de Israel. Levin representa una escuela de pensamiento popular en el Likud que exige otorgar primacía en ‘anular’ a los ‘representantes del pueblo’ (la Knesset) sobre los jueces, que se consideran élites decadentes, y al diablo con el equilibrio de poderes. La castración del Tribunal Superior ahora también se ha convertido en una condición del partido ultraortodoxo Judaísmo de la Torá para unirse a la coalición. Los haredíes creen que finalmente tienen la oportunidad de revertir los fallos del Tribunal Superior que ordenan el servicio militar obligatorio (igualdad ante la ley), que permiten la importación de carne de cerdo y prohíben la legislación sobre barriles de cerdo que asigna fondos de impuestos a los estudiantes de yeshivá que no sirven en el ejército. Como dijo el líder haredí Moshe Gafni la semana pasada sobre los jueces del Tribunal Superior de Israel: “Sus valores son opuestos a los nuestros”. P. Tras las elecciones de medio término, Netanyahu ahora se enfrenta a una administración demócrata revitalizada. Biden puede darse el lujo de ser duro con él. El Departamento de Estado de Estados Unidos acaba de criticar a Ben Gvir. ¿Afectará esto a los nombramientos de la coalición de Netanyahu? R. Netanyahu no solo debe mirar por encima del hombro la respuesta de la administración Biden y luego recordar a sus socios de coalición que Israel no puede darse el lujo de ‘perder’ a Washington. El embajador de EE. UU. en Israel, Tom Nides, ya ha indicado que no se reunirá con personas como Itamar Ben Gvir, quien acaba de asistir a un memorial a su patrocinador original, el terrorista Meir Kahane, y quien ha puesto su mira en cambiar el statu quo del Monte del Templo. Netanyahu tiene la libertad de maniobra para insinuar que, si la extrema derecha y los extremistas haredíes van demasiado lejos en sus demandas, tiene una reserva de posibles socios de coalición en la oposición centrista: Yair Lapid de Yesh Atid, Benny Gantz de Unidad Nacional, Avigdor Liberman Israel Beitenu, e incluso Meirav Mijaeli del Laborismo. Sin duda, ninguno pretende en la actualidad rescatar a Netanyahu de sus socios extremistas. Pero uno o más podrían verse tentados en algún momento por la oportunidad de afirmar haber ‘salvado’ a Israel de medidas o acciones extremistas que tienen el potencial de hundir al país en graves problemas a nivel regional e internacional, sin mencionar los problemas con la mitad del electorado que no votó por ninguno de los partidos de la coalición. El principal problema de Netanyahu con esta opción, en la que nuevamente se ubicaría en el centro de una coalición en lugar de en un extremo, es que solo los haredim y los kahanistas, junto con el Likud, están preparados para legislar la salida de Netanyahu de su juicio por corrupción. Y esa, al parecer, es su principal, de hecho, su obsesiva preocupación. P. Entonces, ¿deberíamos preocuparnos por las medidas o acciones extremistas de la coalición emergente? R. Aquí hay seis posibilidades extremas, todas defendidas por uno o más miembros de la coalición, y sus consecuencias: El ministro de Seguridad Interna, Ben Gvir, anuncia que dirigirá oraciones públicas en el Monte del Templo y ordena a la policía de Israel que asegure el sitio, poniendo así fin al ‘statu quo’ posterior a 1967. Todo el mundo musulmán amenaza con reaccionar. Netanyahu y un ministro de defensa complaciente avisaron a la administración Biden de que están planeando un ataque israelí contra la infraestructura nuclear de Irán. Este ha sido un proyecto de Netanyahu desde 2012, bloqueado por ministros de defensa sensatos, por el establishment de seguridad e inteligencia israelí y por la presión de los Estados Unidos. ¿Cómo reacciona Estados Unidos esta vez? Un grupo de colonos de Cisjordania, sintiéndose empoderado y alentado por el apoyo de personas como Ben Gvir, inicia acciones provocativas y violentas,

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NEOFASCISMO VERSIÓN ISRAEL

Crónica del extremismo prologado por el colonialismo, la ocupación y el apartheid Afiche electoral de los dos ganadores de la elección: Itamar Ben-Gvir, en la imagen superior, y Benjamín Netanyahu en la inferior POR:  JORGE ELBAUM | El Cohete a la Luna (NOV 6, 2022) La naturalización y continuidad del apartheid contra el pueblo palestino, la ocupación colonial y militar de su territorio en Cisjordania y la renuncia –por parte de los partidos hegemónicos israelíes– a viabilizar el establecimiento de un Estado Palestino independiente, habilitaron la expansión progresiva de los grupos supremacistas, que lograron convertirse en grandes triunfadores de las elecciones del 1º de noviembre. Israel realizó las quintas elecciones en cuatro años, debido a la fragilidad de un sistema político que requiere una mayoría de 61 integrantes sobre 120 bancas existentes en el parlamento unicameral, cuyo nombre en hebreo es Knéset. El bloque que agrupa a la derecha y a los supremacistas alcanzó 64 sitiales, mientras que el conjunto de los partidos de la oposición logró sumar 56 representantes. Esa distribución de cargos, sin embargo, no expresa la cantidad de votos recibidos por cada uno de los conglomerados que conformarán el oficialismo y la oposición: entre la alianza que lidera Benjamín Bibi Netanyahu y sus oponentes, solo existió una diferencia de 8.189 votos. La diferencia de cargos alcanzados en la Knéset se debe al piso electoral planteado por la normativa electoral, que solo permite la admisión de congresistas a las listas que superen el 3,25% de los votantes. Los resultados finales indican que el Likud –partido liderado por Netanyahu– obtuvo 32 bancas, los supremacistas 14 y los ortodoxos 18. Por su parte, el partido del actual premier Yair Lapid obtuvo 24 investiduras que, sumadas a las 12 del ministro de defensa Benny Gantz, no son suficientes para formar gobierno. El bloque de la derecha es el que defiende con mayor ahínco la continuidad de la ocupación de tierras en Cisjordania y avala de forma enfática la represión sistemática sobre los, 2,5 millones de palestinos que carecen de derechos ciudadanos y son sometidos a la autoridad militar administrativa. El líder del Likud se constituirá en el primer jefe de gobierno que ejercerá por tercera vez el cargo de primer ministro, luego de que David Ben-Gurión, Itzják Shamir y Shimón Péres ocuparan ese cargo en dos oportunidades cada uno. Netanyahu es sindicado como uno de los máximos responsables de sabotear los Acuerdos de Oslo de 1993 –firmados por Itzják Rabín y Yasser Arafat– y de lograr su posterior disolución. También se lo acusa de promover la ocupación ilegal de los territorios de Jerusalén Este y Cisjordania para extender las colonias israelíes en esos territorios ocupados militarmente. En 2020 Netanyahu fue acusado de cohecho, fraude y abuso de poder, convirtiéndose en el primer gobernante de la historia de Israel en ser imputado durante el transcurso de su mandato. Las causas por las que aún está procesado incluyen la recepción de sobornos para favorecer a empresarios y el abuso de poder para mejorar su imagen en los medios de comunicación. Kahanismo sin límites Según la inmensa mayoría de los analistas políticos israelíes, los partidos supremacistas ubicados a la derecha del Likud han radicalizado a Netanyahu para sortear la continua fuga de votos hacia esos grupos, caracterizados por la islamofobia, el racismo, la homofobia y la misoginia. El colectivo que los expresa, que alcanzó 14 cargos parlamentarios, tiene como referente a Itamar Ben-Gvir, un abogado extremista acusado en reiteradas ocasiones por discursos de odio contra los árabes. Según varios testigos, el futuro Javer Knéset (parlamentario) exponía en su domicilio –hasta hace dos años– un retrato del terrorista estadounidense-israelí Baruch Goldstein, quien en 1994 masacró a 29 fieles musulmanes palestinos e hirió a otros 125 en la Tumba de los Patriarcas, ubicada en la ciudad palestina de Hebrón. Un año después, un integrante del mismo colectivo al cual pertenecía Goldstein asesinó al primer ministro Rabín, momentos antes de participar en una gigantesca manifestación en Tel Aviv, convocada bajo la consigna “Sí a la paz, no a la violencia”. En octubre de 2021, Ben-Gvir agredió al líder árabe-israelí de la Lista Conjunta, Ayman Odeh, quien revalidó el último martes su ingreso a la Knéset obteniendo cinco plazas para su agrupación, conformada por el Partido Comunista y otras formaciones opuestas a la ocupación y el fascismo. Los congresistas de su alianza juraron su cargo en marzo de 2021 con el compromiso de “enfrentar la ocupación y de luchar contra el racismo y los racistas”, en obvia referencia al colectivo comandado por Ben-Gvir. En diciembre de 2021, este último fue acusado de violencia armada, debido a la filtración de un video en el que se exhibían sus amenazas contra guardias de seguridad desarmados que le solicitaban que moviera su vehículo porque estaba mal estacionado. En octubre de 2022, Ben-Gvir participó en los enfrentamientos entre los colonos israelíes y los residentes palestinos locales, exigiéndole a la policía que disparara a los manifestantes palestinos. En esa ocasión, el actual ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, calificó a Ben-Gvir como “un matón cobarde que exhibe su arma mientras se esconde detrás de un camión protegido por personal de seguridad”. Según fuentes ligadas al Likud, Ben-Gvir puja por convertirse en el próximo ministro de Seguridad Pública, entre cuyas tareas figura la de garantizar la convivencia pacífica en el Monte del Templo de Jerusalén, nominado por los musulmanes como Haram Al-Sharif (o complejo Al-Aqsa), espacio donde se han detonado diversos espirales de violencia durante las últimas décadas. Ben-Gvir –y su organización, Otsmá Yehudit (cuya traducción del hebreo es Poder Judío)– son tributarios de las enseñanzas del rabino racista Meir Kahane, quien también influyó sobre Baruch Goldstein y sobre el asesino de Rabín, Ygal Amir. Kahane fue expulsado de la Knéset en julio de 1988 por haber mostrado una soga con un nudo corredizo a un parlamentario árabe-israelí, y su organización política Kach fue calificada como grupo terrorista. El programa de Otzmá para la vigésima quinta conformación parlamentaria es, desde 1948, profundamente racista. Sus diputados suman tres veces la cantidad del movimiento mayoritario que fundó Israel, el Partido Laborista. Ben Gvir propone

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