ISRAEL: LA DEMOCRACIA EN PELIGRO
Se ha dado un nuevo paso en dirección a la instauración de un régimen autoritario y teocrático en el Estado de Israel, auspiciado por sectores extremos de la sociedad que, según la mirada de Iuval Harari, pretenden encaminar al gobierno hacia una dictadura mesiánica. Los diputados de la ortodoxia religiosa, de la derecha y ultraderecha siguieron adelante, a pesar de los cientos de miles de israelíes que se manifiestan en las calles, los y las reservistas que se niegan a alistarse, y los sindicatos reunidos para planificar una huelga general. El conflicto está generado por la colisión entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo. Ante las limitaciones que la Corte Suprema y otras instancias judiciales produjeron para restringir la construcción de asentamientos en tierras palestinas y anular las excepciones a la prestación del servicio militar que alcanzaba a jóvenes religiosos ortodoxos, la cúpula ejecutiva reaccionó intentando privar a los magistrados de la facultad de cuestionar la legitimidad de las medidas adoptadas. Se votó en la Kneset -Congreso unicameral- una ley que limita la llamada doctrina de la razonabilidad, que equivale a lo que en otras naciones es la declaración de inconstitucionalidad, que en la estructura legal israelí no tiene ese tradicional mecanismo. Están pendientes de ser votadas otras leyes de limitación y colonización del Poder Judicial, entre ellas el mecanismo de designación de nuevos jueces para una mayor injerencia de la coalición gobernante. También otras leyes que restringen derechos a las minorías -mujeres, LGBTQ, etc.- y hasta otras que promueven mayor discriminación y racismo. Este estado de cosas ha permitido que los colonos extremistas de derecha ataquen e incendien aldeas árabes sin ser condenados por el gobierno ni por la justicia, e incluso siendo alentados por algunos de sus miembros. Las colectividades judías de todo el mundo han expresado su preocupación por los sucesos y fueron muchos los países donde se realizaron manifestaciones en solidaridad con los israelíes que siguen poblando las calles en defensa de la democracia. En la Argentina, en cambio, hay un llamativo silencio de las entidades supuestamente representativas de la colectividad, a pesar de que los medios vienen difundiendo ostensiblemente estos acontecimientos como uno de los más destacados de las noticias internacionales. La DAIA, que suele presentarse en nuestro país como vocera del gobierno de Israel no ha dicho palabra ni ha emitido comunicado respecto a la crítica situación. ¿Estarán esperando ver de qué lado cae la moneda? ¿O será que muchos de sus dirigentes guardan simpatía por el actual gobierno israelí? ¿O que un crecimiento de las tendencias autoritarias les despierta más afinidad que la defensa de los principios de legalidad y pluralismo? El Llamamiento Argentino Judío se suma a las colectividades judías del mundo entero que se están manifestando en solidaridad con los que resisten en las calles de Jerusalén y Tel Aviv y también entiende que el fin de la ocupación y una convivencia pacífica con los palestinos no pueden ni deben separarse de esta lucha. Porque con ocupación no hay democracia. Marcelo Horestein, Presidente Pablo Gorodneff, Secretario general