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¿Puede el judaísmo sobrevivir a una dictadura mesiánica en Israel?

Vista aérea de la aldea de Hawara, luego del alboroto de febrero de judíos que estaba vengando un ataque terrorista anterior. Crédito: Ilia Yefimovich/DPA Por: Yuval Noah Harari – Haaretz – 13 de julio de 2023 El Prof. Yuval Noah Harari es historiador, autor de “Sapiens”, “Homo Deus” y “Unstoppable Us”, y cofundador de la empresa de impacto social Sapienship. ¿Qué pasará con el judaísmo si la democracia israelí es destruida por fanáticos supremacistas? Los judíos de todo el mundo pronto conmemorarán Tisha B’Av, el día de ayuno que marca la destrucción del Primer Templo por parte de los babilonios y del Segundo Templo por parte de los romanos. ¿Puede el judaísmo sobrevivir a la destrucción del Tercer Templo, la próspera democracia israelí, esta vez por parte de los propios judíos? ¿Y cómo sería tal destrucción? Hace dos semanas fui a Beit Shemesh, una ciudad predominantemente religiosa, para participar en una manifestación a favor de la democracia . Cientos de personas participaron: religiosos y seculares, mujeres y hombres, personas heterosexuales y LGBTQ, Ashkenazi y Mizrahi, y todos los demás. Frente a nosotros, había una contra-manifestación de simpatizantes del gobierno. Había solo un puñado de personas, pero estaban armados con enormes altavoces que amplificaban los discursos en vivo entremezclados con canciones grabadas. “Así es cada semana”, explicaron los veteranos. “El otro lado no puede traer mucha gente, así que llenan sus filas con altavoces”. Para probar su punto, me pasaron grabaciones de algunos de los discursos y canciones reproducidas por altavoces progubernamentales en ocasiones anteriores. Una de las canciones en particular me llamó la atención. En los días siguientes, me encontré tarareándolo sin darme cuenta. Tenía una melodía pegadiza. Pero las palabras fueron absolutamente impactantes. La canción fue escrita sobre eventos en la ciudad cisjordana de Hawara en febrero pasado. Después de que un palestino matara a tiros a dos israelíes que conducían por Hawara, bandas de activistas de derecha entraron en la ciudad, incendiaron casas, automóviles y otras propiedades, e hirieron a decenas de palestinos, sin que las fuerzas de seguridad israelíes hicieran mucho por proteger a la población. Muchos lo describieron como un pogrom, pero el líder del partido Sionismo Religioso, el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, apoyó el ataque y pidió públicamente que Hawara fuera “aniquilada”. Con un espíritu similar, los altavoces progubernamentales en Beit Shemesh emitieron la siguiente alegre canción: ¿Quién está ardiendo ahora? – ¡Hawara! ¡Casas y autos! – ¡Hawara!¡Están evacuando a ancianas, mujeres y niñas, está ardiendo toda la noche! – ¡Hawara!¡Quemen sus camiones! – ¡Hawara!¡Quema las carreteras y los coches! – ¡Hawara! Más tarde busqué la canción en YouTube y descubrí que tenía miles de visitas. Un canal israelí de YouTube acompañó una solicitud de los espectadores para compartir, “con todas sus fuerzas, para mostrar a todos que así como Hawara arde, también arde nuestra fe”. Tarareé la melodía y pensé en el significado de «destrucción». “La destrucción de Jerusalén en el 70 d. C.”, grabado de Louis Haghe a partir de una pintura de David Roberts. Crédito: Colección Stapleton / Corbis ¿Qué es la destrucción? ¿Puede el judaísmo sobrevivir a una Tercera Destrucción? Un escenario es fácil de imaginar, porque todos lo conocemos bien por la destrucción del Segundo Templo. El Segundo Templo fue destruido por el fanatismo religioso. Durante la Gran Revuelta Judía (66-73 d. C.), los zelotes mesiánicos se apoderaron de la comunidad judía en Tierra Santa, mataron o silenciaron todas las voces moderadas y, con fe ardiente en su propia infalibilidad, llevaron al pueblo judío a la destrucción política y económica. . Si la Tercera Destrucción se parece a la segunda, entonces no importa cuán terrible sea, podemos esperar que el judaísmo sobreviva, porque este tipo de destrucción es el evento formativo del judaísmo, y los judíos están bien entrenados en ello. El judaísmo de la Mishná y el Talmud brotó de las ruinas humeantes que los zelotes dejaron a su paso. Durante los siguientes 2000 años, el judaísmo soportó repetidos actos de destrucción política y económica, como la expulsión de los judíos de España, las masacres de Khmelnytsky en Ucrania y el Holocausto. Parecía que hay un guión judío fijo, según el cual los judíos construyen un centro político y económico en algún lugar – en Tierra Santa, España o Europa Central y Oriental – pero justo cuando alcanzan un apogeo de prosperidad, les sobreviene una terrible calamidad. , Pero, ¿y si la Tercera Destrucción es diferente? ¿Qué pasaría si esta vez los zelotes lograran crear un estado mesiánico que destruiría la democracia israelí y perseguiría a los árabes, las personas seculares, las mujeres y las personas LGBTQ? ¿Qué pasaría si ese estado adoptara una ideología racista de supremacía judía , pero gracias a sus armas nucleares y sus industrias cibernéticas, logró evitar durante algún tiempo la destrucción económica y política? Si esto sucediera, entonces el judaísmo tendría que lidiar con un tipo de destrucción sin precedentes: una destrucción espiritual. ¿Qué pasaría si ese estado adoptara una ideología racista de supremacía judía, pero gracias a sus armas nucleares y sus industrias cibernéticas, logró evitar durante algún tiempo la destrucción económica y política? ¿Imagínese un mundo en el que los judíos ya no puedan excusar incidentes como Hawara como obra de una minoría extremista, porque las pandillas que quemaron Hawara resultaron ser la columna de fuego que guiaba a toda la nación judía? Imagina un mundo donde el judaísmo desecha el legado espiritual y moral que ha acumulado durante generaciones, quema el “ama a tu prójimo como a ti mismo” y prende fuego al “no codiciarás la casa de tu prójimo”. Imagine un mundo en el que «judaísmo» se convierta en sinónimo de fanatismo religioso, racismo y opresión brutal. ¿Podría el judaísmo sobrevivir a tal destrucción espiritual? ¿Qué podrían decirse los sionistas religiosos? De las diferentes corrientes del judaísmo, a los sionistas religiosos probablemente les resulte más difícil hacer frente a tal destrucción espiritual, porque ellos serán los principales responsables de provocarla. Durante generaciones, el sionismo religioso produjo líderes, pensadores, eruditos, científicos, oficiales militares y miles de otras personas dedicadas y desinteresadas que hicieron importantes contribuciones al Estado de Israel e incluso al mundo entero. Pero el sionismo religioso también se empujó a sí mismo a un rincón histórico difícil, al asumir el

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NUESTRO HOMENAJE EN EL 80° ANIVERSARIO DEL LEVANTAMIENTO DEL GUETTO DE VARSOVIA

TEXTOS LEÍDOS POR JORGE ELBAUM Y POR CARLOS GIROTI (abajo) En el marco del acto realizado en la Feria del Libro de Buenos Aires, el 1 de mayo de 2023 Persecución, justicia y dignidad Dedico estas palabras a la memoria de mi amigo Guillermo Wierzba Jorge Elbaum ¿Cómo pensar, transmitir y conceptualizar un evento de estas características a 80 años de los sucesos. Creo que, prioritariamente, debe ser abordada en clave de presente y de futuro. Nosotras y nosotros no recordamos para pulir bronces. Para ordenar la memoria mustia que convierte el pasado en una reminiscencia ajena a toda enseñanza de presente. Nosotras y nosotros traemos al presente el levantamiento de los judíos del gueto de Varsovia para advertir que lo sucedido hace ocho décadas puede volver a suceder. Y que debemos formarnos en el espíritu de Mordejai Anilevich para –llegada la ocasión– volver a enfrentar el mal supremo Anilevich había escapado de Polonia cuando los nazis entraron en Polonia. Se refugió en territorio soviético, en Lituania antes de que ese territorio fuese también invadido por las huestes nazis. Sin embargo regresó a Varsovia Volvió a Polonia en 1940 con su novia Mira Fuchrer para organizar la resistencia.  En el verano de 1942, Anielewicz se encontraba en Alta Silesia-, intentando organizar a las fuerzas defensivas judías. Cuando regresó a Varsovia, descubrió que durante su ausencia había ocurrido una deportación masiva de judíos al campo de exterminio de Treblinka, y solo 60.000 judíos de los 350.000 originales aún permanecían en el Gueto. Fue nombrado entonces comandante en jefe, dentro del Gueto de Varsovia. A inicios de 1943, estableció comunicación con el Armia Krajowa, el Ejército Territorial Polaco y logró conseguir algunas armas con las que se dispuso a enfrentar a la Wermacht. El 18 de enero de 1943, los nazis planearon la última deportación de los judíos del gueto hacia diferentes campos de exterminio. La revuelta se desarrolló entre el 19 de abril y el 16 de mayo de 1943 y durante ese mes lograron frenar parte de la deportación y causarle muchas bajas a los nazis. El 8 de mayo, Anielewicz, su novia Mira Fuchrer, y otros combatientes se suicidaron en su búnker ubicado en la calle Milá número 18 Pasaron 80 años y la Shoá no fue el último genocidio. Y quienes rememoramos con respeto y admiración a Anilevich, vimos y conocimos los nombres de otras y otros compañeros y compañeras que se enfrentaron con heroicidad al poder omnímodo de la muerte. Quienes hacemos del activismo y la militancia una razón de vida, sabemos que hay memorias distantes y congeladas que buscan ser convertidas en un ritual cansado y repetitivo. No es nuestro caso. Nosotras y nosotros nos hacemos presentes para resignificar los hechos de hace 80 años en insumos para la vida, pero sobre todo, articulables con el resto de las luchan emancipatorias humanas. Por eso nos lastima que la indiferencia frente a los genocidios por goteo que se suceden por las enfermedades curables y las represiones a los pueblos. Nos interpelan todas las masacres: la de los armenios y la de los pueblos originarios. Y por esa misma razón, también, nos resulta llamativo que el mundo solo recuerde anualmente la Shoá y no hable de los 28 millones de muertos que entregó el pueblo soviético para vencer a los alemanes. ¿Por qué ese inmenso dolor, horroroso,  es silenciado? ¿Por qué en la actualidad se autoriza –desde el llamado occidente– a que divisiones, batallones y milicias ucranianas lleven en sus uniformes los signos de las ss y otros emblemas nazis? ¿Porqué existe una indolencia absoluta frente al hecho de que se designe  como héroe nacional de Ucrania –en el año 2018–  a quien fue un militar de las SS como Stepan Bandera corresponsable del asesinato de 1 millón y medio de judíos ucranianos?  Nosotros no somos cómplices de esos silencios. Nosotros estamos encarnados en el humanismo judío de Anilevich. Es impronta humanista es  la que nos lleva a estar siempre del lado de los humillados y los perseguidos. A rememorar el genocidio que sufrimos en Argentina. El de los 30 mil compañeros y compañeras detenido desaparecidos. El que nos hace tributarios de las Madres, las Abuelas y los Hijos. El que tiene consciencia de que hubo un parentesco indudable entre las huestes hitleristas y quienes torturaban a militantes judíos en los campos de concentración locales.   Porque nos consideramos herederos del espíritu de Anilevich es que también somos sensibles al dolor del pueblo palestino que sufre la ocupación y la imposibilidad de conformar su Estado al lado de Israel, con los mismos derechos soberanos que gozan los israelíes.   El levantamiento del Gueto no fue un suceso aislado. Es parte integrante de una lucha histórica de rebeliones, insurgencias y  estallidos sociales que también se hacen presentes en este primero de mayo, el Día Internacional de las y los Trabajadoras. Hugo Yasky honra con su presencia esta conmemoración. Y su asistencia permite articular esta conmemoración con esa cadena de enfrentamientos que han tenido –en todas las épocas– el mismo enemigo: aquel que hace de la opresión, la violencia, la manipulación y la explotación su principio vital. Su razón para justificar su privilegio. Su pretendido estatus de creerse superiores. Su arma para dominar a las grandes mayorías populares. Esos colectivos minúsculos –enemigos de los pueblos– se desempeñaron como esclavistas o señores feudales. Y hoy son empresarios financiarizados que se desesperan por apropiarse de la riqueza del trabajo humano. Esos grupos poderosos se creen con derecho divino para hacer dinero con el hambre del miles de millones de sus congéneres Creen que tienen derecho para controlar o promover guerras. Para evitar relaciones internacionales equitativas y respetuosas de las soberanías.  La lucha de los trabajadores es –y ha sido siempre– un enfrentamiento  contar las diferentes formas de la dominación y el fascismo: tanto sea en su formato del siglo XX como las actuales. Esos enemigos de la paz y de los trabajadores están hoy escondidos detrás de máscaras neoliberales, pseudo-republicanas, supremacistas, xenófobas, misóginas,

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Lo delataron sus ojos

Mención: Juan Carlos Viale Dana arribó de Europa en 1951.   Aquí, en Argentina, la esperaba su tío Samay y su esposa Ana.   Llegó dejando todos sus afectos enterrados en una obscena fosa común a más de 12.000 km de distancia. Sus tíos vivían en González Catán, una localidad del Oeste del gran Buenos Aires, sobre la Ruta Nacional Nº 3; donde tenían una fábrica de camperas. Le costó adaptarse (por el idioma y por el peso de su mochila emocional), pero el haber aprendido el oficio de costurera le ayudó a integrarse.   Así conoció a Ramón (Encargado de Mantenimiento del establecimiento); cuatro años después se casaron y se mudaron a su propia casa en Virrey del Pino (a unos 12 km de su trabajo). Dos años más tarde Ramón le manifiesta a Don Samay que, como su Empresa no marchaba bien, había conseguido otro trabajo en la fábrica de camiones Mercedes Benz Argentina, sobre el km 43,500 de la misma Ruta 3 en Virrey del Pino (cerca de su casa). Tres años después, en su hogar…: – ¡Dana! – ¡Hola Ramón!   ¿Cómo te fue? – Todo bien.   Te traje un regalo. – ¿Un regalo? – Es una revista interna que publica la Empresa todos los meses y esta vez salieron las fotos de nuestro sector.   Mirá. – ¡Qué lindas…!   Pero… ¿y ésto? – ¡¿Qué pasó que te pusiste pálida?! – Ramón ¿quién es ese hombre? – Es un alemán, poco sociable, se llama Ricardo Klement y hace unos dos años que trabaja con nosotros.   ¿Por? – Por nada.   Sólo me pareció conocido… Pero ella se quedó estremecida, como reviviendo una pesadilla, sintió que esa mirada laceraba su humanidad.   Esa noche no pudo dormir.   La pasó arrodillada en una fría bañera, con la luz encendida, mirando la nada, como desenterrando recuerdos que ya creía muertos… Al día siguiente…: – Ramón, voy a ir hasta el barrio de la Mercedes Benz.   Me enteré que hay un curso de peluquería y quisiera anotarme. – Me parece bien Dana.   Quizás más adelante puedas trabajar aquí mismo, en casa. Con la excusa de estudiar, Dana fue varias tardes, en el horario de salida de los operarios, hacia el predio de Mercedes Benz, hasta que pudo identificar al sujeto. Pero necesitaba un contacto más cercano para confirmar su presentimiento.   Para ello se mezcló entre las empleadas y, al cruzarse con él, tropezó (a propósito) cayendo delante suyo.   El individuo la ayudó a levantarse y le preguntó si estaba bien. Ella lo miró y enmudeció… A pesar que en su aspecto actual era un hombre con pronunciada calvicie y usaba anteojos, ¡era él!   Lo confirmó por sus ojos; penetrantes, violadores, y con aire de soberbia. Por un instante, que le resultó interminable, recordó cuando irrumpía en la barraca; y, parado frente a cada una de las prisioneras, estudiándolas de pies a cabeza, sólo expresaba: – Ésta, ésta, y ésta… Y los guardias les miraban los brazos y tomaban nota. Dana, sin responder nada, se alejó; ya sabiendo lo que debía hacer.   Pero, lo que no sabía, era que también ella estaba siendo vigilada… _ Lunes 9 de Mayo de 1960: Parecía que las agujas del reloj se negaban a marchar.   A las dieciséis Dana escondió un cuchillo de cocina en su cartera, y se dirigió a la parada del colectivo de la Línea 620 para volver a ir hasta la fábrica de camiones. Esperó la salida del personal y, al ver al alemán, intentó atacarlo; pero dos hombres se lo impidieron abruptamente.   Por la violencia de la acción Dana cayó desvanecida y, con un pretexto absurdo, la cargaron en un auto y se la llevaron.   Luego, estando inconsciente, en idioma hebreo repetía ¡Rotzéaj! ¡Rotzéaj! (¡Asesino! ¡Asesino!).   Los agentes, al escucharla, se miraron asombrados y decidieron revisarle su antebrazo izquierdo, y descubrieron, como grabado a fuego, un tatuaje de refugiada A17021… Minutos después…: – ¿Dónde estoy?   ¡¿Por qué me vendaron los ojos?!   – ¡Tranquila!   Somos amigos.   Pertenecemos al Mossad (Agencia de Inteligencia Israelí) y la vendamos por su propia seguridad.   Entendemos lo que siente, pero déjenos hacer a nosotros; le aseguramos que ese asesino va a recibir lo que se merece. La dejamos acá, espere unos minutos y luego puede sacarse la venda; y, por favor, ¡no cuente ésto a nadie! _ Virrey del Pino, viernes 20 de Mayo de 1960: – ¡Hola Querida! – ¡Hola Ramón!   ¿Cómo te fue hoy? – ¡Bien!   Dana ¿te acordás del alemán de la foto?   Ése que te parecía conocido. – ¡Sí!   ¿Por qué? – No fue a trabajar en toda la semana, se rumorea que desapareció… _ Jerusalén, lunes 23 de Mayo de 1960: David Ben Gurión (Primer Ministro) informa al mundo entero, frente al Knesset (Parlamento de Israel), que sus Servicios Secretos han localizado, seguido, capturado y arrestado ahora en territorio israelí, a uno de los mayores criminales nazi, Adolf Eichmann…

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Desnudez

Mención: Nora Gruszka Un poco de fresco, de viento, algo. Amanece, ni miras de nubes. La arena se calienta. Elhotel sólo tiene ventiladores de techo y el aire es cada vez más espeso. Las sábanasestán tan mojadas que él decide desayunar afuera, con la sombrilla orientada hacia eleste puedo hacer un asado durante la mañana, piensa. En la carpa que está frente al mar hay tres parejas jovencísimas con muchos hijos. Loshombres están en malla y las mujeres vestidas. Ellas colocan las sillas en semicírculomirando las olas. Sus largas polleras rozan la arena, las camisas abotonadas del cuello ala cintura, sólo se sacan los zapatos. El calor es agobiante. Charlan mientras losmaridos juegan al truco y los pequeños corren por la orilla. Entran al mar en manada yllaman a los niños que nunca dicen que no. A veces, las chicas se acercan a mojarse lospies y vuelven a sus sillas. Siempre se sientan en los mismos lugares. El semicírculo es igual cada día, los preciosdel supermercado y qué cocinarán cada una esa noche son el tema. A las doce enpunto se paran, abren el librito y acompañan la lectura con movimientos de todo elcuerpo, hacia adelante y hacia atrás. Luego preparan la mesa para almorzar. Una deellas se rasca mucho la cabeza, con ambas manos a los costados por encima de lasorejas y parece que el cuero cabelludo se mueve. Como si tuvieran un reloj en el estómago, los hombres llegan con los niños. Ahí,comienza la comilona. Las mujeres los atienden. Hablan todos a la vez. Los quecomparten el patio en la playa tienen un show extra cada mediodía. La tarde se vuelvenegra. De lejos se ve el cielo cada vez más gris y una leve brisa comienza a soplar. Lasmujeres que siempre permanecen sentadas se levantan a llamar a los niños paraabrigarlos y en un segundo se ve en la arena una peluca que vuela, y cerca de la orillaotra y otra más allá y las mujeres que buscan a sus niños corren. Son las pelucas voladoras, no pueden atraparlas, el viento hace remolinos, la arena se levanta, entraen sus ojos y los pegotea. Las pelucas corren solas. Ellas desesperadas se tapan supropio cabello con las manos, las pelucas llegan al mar. Las mujeres se las prueban,pero imposible identificar la propia mientras el viento se las vuelve a sacar.La lluvia cae y llega el alivio. Al otro día, la carpa que mira al mar está vacía.

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Un día como hoy, 3 de agosto, pero de 1492, fueron expulsados los judíos de España

Por: Eli Suli | Enlace Judío (3 de agosto de 2022) Enlace Judío- Corría el mes de marzo de 1492, transcurridos apenas dos días de Pésaj, cuando los mensajeros reales llamaron a las puertas de Don Abraham Seneor y de Don Isaac Abrabanel con la orden del rey Fernando y la reina Isabel para presentarse en el Palacio de la Alhambra, en Granada. Dejando a sus familiares en plena festividad, ambos emprendieron la ardua jornada hacia aquella ciudad para cumplir la orden de los soberanos, preguntándose el motivo de tanta urgencia. Al llegar a Granada, no tuvieron tiempo para admirar el palacio, ya que fueron conducidos apresuradamente a la estancia donde se encontraban los reyes en sus tronos, acompañados de varios dignatarios que les esperaban. Entonces el rey Fernando habló primero: “Tenemos malas noticias para vosotros”, suspiró el soberano profundamente. “Iré al grano. La reina y yo, junto con los dirigentes del Santo Oficio de la Inquisición, hemos decidido expulsar a todos los judíos del reino”. Don Abraham y el Rabino Isaac Abrabanel se quedaron mudos. Su mente aún no estaba preparada para aceptar la nueva dificultad que tendría que sufrir su pueblo. Don Isaac entonces imploró: “Vuestras majestades…..no puedo creer lo que mis oídos han escuchado. ¡Quisiera no haberlas oído nunca! ¿Por qué nos hacéis esto? ¿Por qué ordenáis, que nosotros, vuestros leales súbditos judíos, abandonemos nuestra patria? ¿Acaso no estuvimos a vuestro lado y rezamos por vosotros? Tened piedad, os lo pido. Tened merced de mi pueblo, Israel. Os imploro reconsideréis vuestra decisión. Os suplico consideréis las pérdidas de la corona… en las ciencias, en el comercio, en la medicina, en la cartografía…” El Rab Abrabanel miró directamente a los ojos del rey Fernando y le dijo: “Si el dinero es el problema, la comunidad judía está dispuesta a dar a la corona una suma mas generosa. Vuestra majestad, en nombre de las comunidades judías que representamos, estamos dispuestos a reunir la suma de 300,000 ducados a cambio de la anulación de los planes de expulsión” _¿Es esa vuestra máxima oferta?, preguntó el rey. _Puede ser negociada, Su Majestad –respondió Abraham Seneor, pero esa es una suma bastante razonable”. Mientras, Fray Juan de Torquemada que estaba escuchando todo detrás de unas cortinas, salió de su escondite y, en un ataque de ira, se arrancó el crucifijo que llevaba en su pecho y lo lanzó al aire. Y mientras sostenía la cruz sobre su cabeza, se dirigió al rey Fernando y vociferando le dijo: “¡Judas Iscariote traicionó a nuestro Señor por treinta monedas de plata, y ahora, vos lo vendéis nuevamente por 300,000 ducados? ¡Tomadlo y vendedlo a los judíos!…… Después de un largo e incómodo silencio, Don Isaac Abrabanel y Abraham Seneor sin saber como proceder, observaron al rey en busca de algún indicio que les permitiera continuar con su caso. Entonces el monarca miró a la reina, quien le lanzó una mirada de reproche. Atrapado en ese dilema, el rey se limitó a ordenar: “Debemos pensar mejor este asunto, la corte se levanta”. Apenas pasaron algunos días, todavía en Jol Hamoed de Pesaj, y nuevamente los enviados del palacio volvieron con un nuevo llamado de los reyes. El Salón de Embajadores en el Palacio de la Alhambra de Granada, se encontraba colmado de cortesanos, sacerdotes y guardias armados que caminaban de un lado a otro. Era evidente que algo importante estaba a punto de suceder. Entonces el rey dijo: “Don Abraham Seneor y Don Isaac Abrabanel; la reina y yo hemos tomado una decisión: los judíos serán expulsados. ¡Leed el edicto!”, ordenó el rey Fernando. Luego de que la concurrencia escuchara el decreto definitivo de expulsión, el soberano se dirigió a los rabinos: “Puesto que sois los líderes de la comunidad judía, estoy seguro que deseáis decir algo al respecto. Por lo tanto, a uno de vosotros se os permitirá hablar libremente por última vez, sin ninguna restricción ni limitación. ¿Quién lo hará?” Entonces Don Abraham le cedió la palabra a Don Isaac Abrabanel, quien expreso lo siguiente: “No es grande el honor cuando a un judío se le pide suplicar por la seguridad de su pueblo, ya que es una desgracia mayor aun cuando el rey y la reina de Castilla y Aragón, y ciertamente de toda España, deben buscar la gloria en la expulsión de un pueblo indefenso. ¡Escuchad, oh, cielos! ¡Prestad oídos, rey y reina de España! En nombre de mi pueblo, el de Israel, el elegido de DI-s, declaro a los judíos exentos de culpa; son inocentes de todos los crímenes contenidos en este abominable edicto. La injusticia y la transgresión la cargaréis vosotros. El indigno decreto que hoy proclamáis será vuestra caída. Y este año, en que creéis que será el de la gloria más grande de España, se convertirá en la ruina más grande de vuestra nación. Padecerán por siglos venideros el desbalance de fuerzas que habéis creado. Vuestros descendientes pagarán caro este error. Seréis una nación de analfabetos y con el paso del tiempo, España, que fuera grande alguna vez, será objeto de escarnio entre las naciones. España, la ignorante… ¡otrora poderosa! será el hazmerreír de las naciones¡¡ y la causa de vuestra caída, no será otra que sus venerados reyes católicos, Don Fernando y Doña Isabel, perseguidores de los judíos, creadores de la Inquisición y destructores de la mente española. ¡Escuchad, rey y reina de España! En este día os habéis sumado a la lista de los que hacen daño al pueblo de Israel. Si buscáis destruirnos, vuestros deseos se frustrarán, pues gobernantes más grandes y poderosos lo intentaron, pero han fracasado. Prosperaremos en tierras lejanas porque, dondequiera que vayamos el DI-s de Israel estará con nosotros. Y en cuanto a vosotros, Don Fernando y Doña Isabel, la mano del Todopoderoso castigará la arrogancia de vuestro corazón. ¡Ay de vosotros! Por generaciones se contará una y otra vez que despiadada fue vuestra fe y qué ciega vuestra visión. Pero la valentía de nuestro pueblo, más que vuestros actos de odio y fanatismo, será recordada por siempre, al haber hecho frente

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El encuentro

3er premio: Lala Altschuler Arribamos a Buenos Aires. Una muchedumbre compacta está allí, en el puerto, los pañuelos blancos agitándose al viento… Sábado, 2 de junio de 1951. Una espléndida mañana.  La espera agita aún más los pañuelos. La muchedumbre intenta escudriñar en la distancia a los seres queridos. El barco separa lo que el tiempo ya había separado, hace tanto de esto. No han distinguido todavía, entre la multitud, a aquellos con los cuales en breves instantes anhelarán fundirse en un abrazo. Me sorprenden las cabezas cubiertas.  Desde la altura del barco en la que me encuentro la multitud de sombreros parece moverse impulsada por los pañuelos.  Y de pronto, la cara de padre se ilumina; entre el gentío, y no sé cómo, distingue a sus primos, no sé cómo, pues éstos, unos años mayores, se habían ido de Polonia siendo adolescentes, cuando él era poco más que un niño. Me los señala… Alter, Sojer.  Comenzamos a descender, a los empellones, junto a una masa ansiosa que quiere dejar el barco lo más rápido posible: lo más rápido que puedan atravesar el cerco, la brecha que los separa de la vida de los otros; lo más rápido que puedan querrán, uno a uno, reunirse con ellos; lo más rápido que puedan, zanjar la fosa que la guerra y el hambre han cavado. Y pretenderán saltar la fosa, atravesarla, dejarla atrás. Y al mismo tiempo querrán no dejar solos a sus muertos. Nos sentamos a una mesa principesca. En mi vida había visto semejante cantidad de manjares y de vajilla. Nunca, que se pudiera comer una entrada de pescado, luego un plato de pollo, y luego -¡cómo no!- el plato nacional de bife con papas fritas. Veníamos de nueve años de racionamiento y miles de kilómetros deambulando la sobrevivencia: Siberia, Uzbekistán, los campos de refugiados en Alemania, Israel, retorno al campo de refugiados… Argentina. Estoy hambrienta de habla. Aprendo vorazmente el castellano, y el mismo empeño que pongo en aprender lo pongo en olvidar, sin darme cuenta de ello. En los siguientes años me olvidaré vertiginosamente del polaco, del hebreo, del ruso, del idish. Nada querré saber, nada querré pensar, nada de mí se me ocurrirá siquiera contarles a los otros: de dónde venía, de dónde era. Una gran distancia de experiencias me separaba de la vida de los otros. Nunca supe en qué idioma había aprendido a hablar, en qué idioma hablábamos con padres o con mi hermano; en Israel yo hablaba hebreo, pero ¿Y entre nosotros? ¿Y luego? Sé que no era en idish; que fuera en ruso lo dudo, pues madre lo hablaba mal ¿en polaco entonces? La pregunta insiste, una y otra vez: los primeros años en la Argentina ¿nosotros en qué idioma nos comunicábamos? En Buenos Aires descubro que existe lo que puede perdurar en el tiempo, y con ello, la fugacidad en la que había vivido. La fugacidad, recién ahora la descubro, es lo que había caracterizado nuestro mundo, tan ancho y tan ajeno. Aquí en Buenos Aires, la vida para los que habían nacido en ella, yo lo creía así al menos, estaba hecha de las rutinas de lo cotidiano. Y lo cotidiano protege, sus hábitos te visten, te amparan. Hace unos años me llama un amigo y me cuenta que en “Dom Polski”, la Casa Polaca de aquí, de Buenos Aires, encontró una guía comercial de Polonia del año 1933. El infinito camino hacia la calle Borges lo hago con el corazón en la boca, embriagada de irrealidad busco el nombre del abuelo en la guía, y allí lo encuentro. Su nombre, su apellido, su dirección: Abraham Urmacher, fotógrafo, y la dirección del estudio fotográfico. Por primera vez, y a través de la letra impresa, mi abuelo deviene vivo; y la letra, letra viva. Más allá de la existencia que hasta ahora había tenido en mí, en el relato íntimo de padre o madre. Su nombre. Su dirección, escritos en una guía, corroboran su existencia y me llenan de incredulidad. Es un documento que lo sitúa en relación a un orden civil. Dato precioso y preciso, de una vida ciudadana que fue, con sus amores, sus pasiones secretas, su total falta de sentido para la vida práctica. Vida que me vuelve vida en Buenos Aires, de la que quién sabe si tuvo noticias, más allá de los tangos polacos que tía y madre cantaban. ¿No te asombra esto?, en la lejana Buenos Aires, donde residimos su hija, su yerno, su nieta, sus bisnietos, en el estante superior de una inmensa biblioteca de la Casa Polaca situada en la calle Borges, en un tomo de una vieja guía, está él, a la espera de que el milagro ocurra. Que otra mirada concurra al olvido de lo que él fue en el campo de Treblinka. Y quiso el destino que fuera aquí, en la calle Borges. Que aquí devenga nuevamente un hombre, nombrado como tal, y no ese número que fue en Treblinka. Un hombre: Abraham Urmacher: Fotograficznezaclady (photographes): Pilsudskiego, su calle. Nombrado entre otros. Nuestro abuelo.

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Revelado: lo que realmente hizo el Papa Pío XII durante el Holocausto

El Papa Pío XII dando una bendición papal en el Vaticano, septiembre de 1945 Por: Rico Tenorio | Haaretz (6 de julio de 2022) Tras la apertura de los archivos del Vaticano, el escritor David Kertzer pudo examinar el historial de guerra del controvertido Pontífice. Su nuevo libro, ‘El Papa en guerra’, presenta una imagen condenatoria de un hombre santo que eligió permanecer en silencio sobre la destrucción masiva de los judíos europeos. Después de la invasión nazi de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, el entonces jefe de la Iglesia Católica, el Papa Pío XII, comenzó a recibir informes sobre el asesinato masivo de judíos en Europa del Este. Múltiples fuentes informaron al Papa sobre la destrucción de los judíos, desde un capellán católico en el ejército de Benito Mussolini hasta un empresario italiano y un arzobispo católico ucraniano. En lugar de protestar por estas atrocidades, Pío guardó silencio después de escuchar el consejo de un consejero de confianza: Angelo Dell’Acqua, miembro del personal de la Secretaría de Estado del Vaticano. Pío XII finalmente mantuvo un silencio inquietante cuando se trataba de denunciar los crímenes de guerra nazis, según «El Papa en la guerra: la historia secreta de Pío XII, Mussolini y Hitler» , un nuevo libro del aclamado historiador David Kertzer, basado en su investigación. en los archivos del Vaticano recientemente abiertos en tiempos de guerra.- Anuncio – “El Vaticano estaba recibiendo confirmación del hecho de que los alemanes estaban tratando de exterminar en masa a los judíos de Europa”, dice Kertzer en una entrevista. Ahora han abierto los archivos. Sabemos que en respuesta a la solicitud del presidente [Franklin D.] Roosevelt en 1942, preguntando si el Papa podía proporcionar alguna evidencia que confirmara la masacre nazi de los judíos de Europa, el Papa dijo que no. Lo que ahora sabemos por los archivos es que su principal asesor en asuntos judíos le aconsejó que no reconociera la evidencia que tenían, diciendo que, sin duda, Roosevelt la usaría para la propaganda anti-alemana”. Kertzer reconoce que es un tema complejo. El Vaticano estaba rodeado por la Italia de Mussolini y, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Pío sintió que las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) ganarían. A medida que la guerra se volvió a favor de los aliados, temió el surgimiento del comunismo. “Digo en mi libro que es una de las figuras centrales para comprender la guerra”, explica Kertzer sobre el Romano Pontífice, cuyo nombre de nacimiento era Eugenio Pacelli en 1876. “Realmente no recibe mucha atención. … Pensó que siendo neutral, como dijo, podría desempeñar un papel en un compromiso de paz. Hizo varias consultas a ambos lados para algún tipo de compromiso de paz. Nunca tuvo interesados”. En general, argumenta el libro, lo que motivó a Pío fue el deseo de preservar su iglesia, no las vidas de los judíos en peligro de extinción, y ni siquiera las vidas de los católicos en peligro de extinción en los países ocupados por los nazis, especialmente en Polonia. “Sus sacerdotes católicos eran semilleros del nacionalismo polaco”, explica Kertzer. “Un gran número de sacerdotes católicos fueron enviados a campos de concentración… por lo tanto, los polacos, incluidos los eclesiásticos de Polonia, le rogaron al Papa que hablara y denunciara esto. Se negó a hacerlo”. carta papal destruida El autor está bien situado para escribir sobre el tema. Profesor de antropología y estudios italianos en la Universidad de Brown, Providence, donde anteriormente se desempeñó como rector, en 2015 escribió una biografía del predecesor de Pío, ganadora del Premio Pulitzer, «El Papa y Mussolini: La historia secreta de Pío XI», sobre el Pontífice que tomó una postura mucho más enérgica contra los nazis al final de su vida. De hecho, Pío XI estaba listo para publicar una carta papal condenando el racismo y el antisemitismo, pero murió en febrero de 1939, poco antes de lo programado, después de lo cual su sucesor se aseguró de que se destruyeran cientos de copias de la encíclica.- Anuncio – Kertzer, de 74 años, tiene un vínculo familiar con la Italia de la guerra: su difunto padre, el teniente Morris Kertzer, fue el capellán judío de las fuerzas aliadas durante el desembarco en Anzio en enero de 1944. Fue allí donde el rabino Kertzer celebró la Pascua en una bodega. mas adelante en ese año. Después de la liberación de Roma, codirigió los servicios de Shabat en el Tempio Maggiore (Gran Templo) con el rabino jefe de la Ciudad Eterna. Aunque Pío XII recibió elogios de algunos de los primeros líderes de Israel, incluidos los primeros ministros Moshe Sharett y Golda Meir, Kertzer culpa al Papa por su silencio, corroborado por lo que encontró en el archivo Pío del Vaticano (que el Papa Francisco abrió en marzo de 2020). Kertzer también realizó investigaciones en otros cinco países, pero dice que el archivo del Vaticano “fue como la última pieza, pero una pieza muy importante: poder investigar, día a día, lo que realmente sucedió en el Vaticano durante Segunda Guerra Mundial: las decisiones que [Pius] tomó, por qué las tomó, los consejos que estaba recibiendo”. Él cita dos hallazgos como particularmente dignos de mención. Poco después de convertirse en Papa en marzo de 1939, Pío comenzó a reunirse clandestinamente con un enviado de Hitler: un noble alemán, el príncipe Philipp von Hessen, quien también era yerno del rey Víctor Manuel III de Italia. El Papa confió en un prelado menor para grabar estas conversaciones. Kertzer encontró las transcripciones reales de lo que describió como un asunto de capa y espada. El otro descubrimiento se relaciona con la ocupación alemana de Roma en 1943, que siguió al desembarco aliado en Sicilia ese verano. Aunque las Leyes Raciales antisemitas de Mussolini ya estaban en vigor desde 1938, los alemanes comenzaron una persecución mucho más agresiva de los judíos italianos, acorralándolos y enviándolos a Auschwitz . Una redada particularmente notoria de 1.259 judíos tuvo lugar en Roma el 16 de octubre de 1943 . Kertzer encontró un memorando instando al Papa a presentar una protesta privada al embajador alemán ante la Santa Sede. Sin embargo, su asesor, Dell’Acqua, lo

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