Derechos Humanos

Derechos Humanos, Israel, Lectura recomendada por compañeres, Portada

Ha llegado el momento de admitir: Israel es un régimen de apartheid

Foto: un niño mira a los soldados israelíes durante una protesta en apoyo de los agricultores palestinos y contra los asentamientos israelíes, en Beita, Cisjordania, hoy. Crédito: Reuters / Raneen Sawafta.  Por: Yehudit Karp | Haaretz (11 de octubre de 2021) Enviado por: Alberto teszkiewicz) Un buen judío no pronuncia el nombre sagrado de Dios, el tetragrámaton, por miedo y asombro. Y de manera similar, hay una palabra que debido a un tabú, un buen sionista se abstiene de pronunciar. Creen que Israel es un país democrático con legitimidad moral para defenderse, y que las necesidades de seguridad son un fluido corrector kosher que blanquea cualquier injusticia. El lector promedio se horroriza y deja de leer cuando se encuentra con esta palabra si se refiere a Israel, y cree que su atribución expresa una mentira, herejía y antisemitismo, y que quien la usa es un izquierdista radical, un golpeador de Israel que odia su personas y su país. El escritor promedio, debe admitirse, también se abstiene de mencionar la palabra específica por temor a perder al último de sus lectores. Y quienes presentan una petición ante el Tribunal Superior de Justicia prefieren la cautela, argumentando que existe una discriminación ilícita y, por sus propias razones, optan por no llamar a los hechos por su nombre difícil de pronunciar. Este nombre fue dado por la comunidad internacional en dos convenciones internacionales, a una situación que se define como delito, en la que para mantener el control de un grupo de personas de un origen étnico / nacional sobre otro grupo étnico / nacional, el gobierno mantiene un sistema dual de leyes en una sola área geográfica. En tal sistema se preservan los derechos humanos de los ciudadanos del país reinante y se mantiene un régimen institucionalizado, que incluye el trato inhumano y la opresión sistémica del otro grupo étnico / nacional, de una manera que socava los derechos humanos básicos de su país. miembros. La comunidad internacional llamó a esta situación «apartheid». Y esta es una historia sobre una petición presentada al Tribunal Superior de Justicia por seis palestinos residentes en la zona controlada por Israel, junto con Yesh Din – Voluntarios por los Derechos Humanos y Médicos por los Derechos Humanos, contra una orden sobre directivas de seguridad , que según la petición permite ingresar y registrar domicilios palestinos sin orden judicial ni vigilancia externa, y sin limitaciones claras, dejando así una vía para el uso arbitrario de la autoridad. La petición se basó en la documentación a largo plazo de los métodos de entrada y registro utilizados por las Fuerzas de Defensa de Israel, y de los graves daños colaterales a la dignidad humana, los cuerpos y la propiedad de las personas, el derecho a la privacidad, la libertad individual, el sentido de seguridad del individuo. y como consecuencia, a la salud emocional de los adultos y niños que se encuentran presentes durante la búsqueda, por conmoción, humillación y miedo. Este daño es parte integrante de los métodos de registro, que habitualmente realizan a altas horas de la noche soldados armados que despiertan a toda la familia y la amenazan. Los peticionarios se quejaron de la ilegalidad de la orden desde el punto de vista del derecho internacional e israelí, y la discriminación ilegal que atenta contra los derechos básicos, que padece la población de la zona palestina en comparación con los residentes judíos. El Tribunal Superior rechazó la petición, con la explicación de que no se trata de una discriminación entre iguales, sino de una distinción permitida entre poblaciones que difieren por razones de seguridad del Estado y porque considera que los derechos básicos de los palestinos se preservan en la medida de lo posible en el contexto de las necesidades de seguridad. No tengo la intención de discutir aquí las razones de la corte, aunque estoy consternado por las duras implicaciones de la decisión en la vida de los seres humanos que tienen la desgracia de ser palestinos que viven en los territorios, que están bajo ocupación. Pero tengo la intención de aclarar en este artículo dos declaraciones que hizo el tribunal en su camino hacia el rechazo de la petición. Y estas son las palabras del juez Yael Wilner: “… No consideré oportuno aceptar el reclamo de los peticionarios sobre la disparidad entre la autoridad para registrar hogares palestinos en la región y la autoridad relacionada con un registro basado en el derecho penal, en los hogares de los israelíes que viven en Israel y en la región, que, según ellos, constituye una discriminación prohibida … Una de las razones de las disparidades mencionadas anteriormente es la diferencia general entre los sistemas de derecho penal que se aplican a los procesados ​​en Israel y los enjuiciamiento en la región, y esta diferencia excede los límites de la petición mencionada ”. Y el juez Uzi Vogelman agregó: “Refiriéndose a las implicaciones de la disparidad entre la autoridad para registrar los hogares de los residentes palestinos de la región y la autoridad para registrar los hogares de los ciudadanos israelíes que viven en la región, notaremos que, por regla general, el El régimen judicial que se aplica a este último difiere del que se aplica a un residente en la región. “Con respecto a los ciudadanos israelíes, existe un estrato legislativo separado que incluye la legislación israelí interna que se aplicó individualmente y de manera extraterritorial … A la luz de la diferencia mencionada anteriormente como regla, y la diferencia entre los sistemas de derecho penal que se aplican a los procesados ​​en Israel y los procesados ​​en la región en particular, no hay nada en la existencia de una ley diferente que se aplique a un ciudadano israelí, incluso en el contexto de las leyes de búsqueda, que afecte la legalidad de la ley que se aplica a un residente de la región.» Por lo tanto, en la práctica, el Tribunal Superior de Justicia de Israel otorgó un sello legal de aprobación a la existencia de dos

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Asamblea por la libertad de todxs lxs presxs políticxs

El Llamamiento Argentino Judío saluda a la Asamblea por la libertad de todxs lxs presxs políticxs realizada en la casa de Milagro Sala en San Salvador de Jujuy con una delegación de compañeres del Foro por la Democracia y la Libertad. Marcelo Horestein, Presidente Pablo Gorodneff, Secretario

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DEBATE – La doble opresión de las mujeres. Una lucha prolongada

Por: Ester Kandel (*)          Queremos instalar nuevamente el debate sobre este tema, ya que desapareció de la mayoría de los documentos y propuestas de las diferentes organizaciones. No pretendemos hacer un tratado sino plantear situaciones que nos preocupan y también, llaman la atención sobre esta cuestión.         En el texto La opresión de  las mujeres tiene historia, Algunos datos históricos de esa opresión, El Estado, la propiedad privada y la familia, decíamos:  tener una mirada retrospectiva de algunos temas que se fueron transformando en problemas relacionados con la mujer: matrimonio, gestación, maternidad, anticoncepción, aborto, trabajo doméstico y/o público, divorcio, ejercicio de la ciudadanía y se los comienza a analizar uno de estos temas y se los ubica históricamente, observamos un hilo que conecta uno con otros. La opresión ha sido una constante durante miles de años, aunque no podamos constatar exactamente el cómo se inició. Sólo citaremos la preocupación sobre el tema de una luchadora argentina:           Fenia Cherkoff, como militante socialista, educadora y artista, ya lo planteó en el Congreso femenino de 1910. Según la reseña biográfica de   Nicolás Iñigo Carrera[1] fue “uno de los soldados más eficaces y silenciosos” y como Maestra del socialismo argentino, (…) disputando con las concepciones feministas que se limitaban a reivindicar la emancipación de las mujeres sin hacerla extensiva a la emancipación de la humanidad toda, con la construcción de una sociedad no capitalista.          La crisis que vivimos dentro del sistema capitalista en general y en nuestro país en particular, afectados por la pandemia, se despliegan numerosas  reivindicaciones y propuestas por diversas organizaciones con pocas coordinaciones, debido a las distintas perspectivas de resolución, especialmente en un tema que nos agobia: la deuda externa con el FMI, sometiéndonos a un ajuste con consecuencias de todo orden en el conjunto de la población. Duele conocer que millones de compatriotas están desocupados, sub- ocupados y mendigando en la calle y con jubilados/as con haberes indignos.        En el tema particular de la situación de las mujeres sucede lo mismo.  Nos llamó la atención, el año anterior con motivo de recordar el 8 de marzo – Día internacional de la mujer trabajadora.       En el recorrido gráfico que realizamos, señalábamos que por primera vez las reivindicaciones de las trabajadoras no estuvieron presentes en la escena pública. Efectivamente recrudeció la violencia a las mujeres (muertes, trata y prostitución), tema que sería conveniente abordar como parte de un cuadro social altamente conflictivo.               Los temas de la doble jornada de trabajo y la doble opresión de las mujeres, por ser mujeres y trabajadoras, formaron parte de las actividades realizadas desde mi juventud. Nuevamente les ofrezco algunos textos que convocaban al Día internacional de las mujeres trabajadoras, como el que se difundió pos-dictadura por la Multisectorial de la Mujer y de otras organizaciones y un ejemplo de la década de 1990 (Continúa al final del texto)       Cuando las trabajadoras de la fábrica Cotton de Nueva York en 1908, solicitaban una jornada laboral 10 horas, y la respuesta fue el asesinato por parte de la patronal, en Inglaterra ya se venía batallando la reducción de la jornada de  15 horas y 60 horas semanales.           Carlos Marx, en el capítulo La jornada de trabajo, en el subtítulo: Lucha por la jornada de trabajo. Restricción legal del tiempo de trabajo. La legislación fabril inglesa desde 1833 a 1864, señalaba: Como hemos visto, el capital necesitó varios siglos para prolongar la jornada de trabajo hasta su límite máximo normal, rebasando luego éste hasta tropezar con las fronteras de la jornada natural de 12 horas, pues bien con el nacimiento de la gran industria en el último tercio del siglo XVIII, se desencadenó un violento y desenfrenado proceso arrollador como una avalancha.[2]  (…) Tan pronto como la clase obrera, aturdida por el estrépito de la producción, volvió un poco en sí, comenzó el movimiento de resistencia (…). Sin embargo durante 30 años las concesiones arrancadas por los trabajadores fueron puramente nominales.[3]      En 1889 en el Congreso internacional obrero realizado en París, se resolvieron entre otras propuestas: la limitación de la jornada de trabajo a ocho horas; la prohibición del trabajo infantil; el reposo ininterrumpido de 36 horas; igual salario por igual trabajo (trabajo femenino) Pasaron varias décadas para conseguir las 8 horas de trabajo y 48 horas semanales, aunque persisten las injusticias que ya  explicitamos en un párrafo anterior.        Muchas mujeres se incorporaron a la lucha por sus derechos durante el siglo XX y en las décadas del siglo XXI. También viene a nuestra mente la gesta de la película Norma Rae[4], ubicada en Carolina del Sur donde la discriminación era contra los negros, judíos, comunistas y las mujeres estaban sometidas a los maridos, amantes y patrones quienes no perdían oportunidad para acosarlas sexualmente. Pero un día Norma se paró en la mesa de una de las máquinas  y dijo BASTA  a la super- explotación que llevó a la muerte de muchas personas, incluyendo a su padre y a la sordera de su madre. En la Revista Transiciones cuando abordamos el tema de la división sexual del trabajo, enumerados ocho ítems a través de los cuales se pueden abordar el tema, considerando que:          La división sexual del trabajo es un complejo entramado de vínculos entre la división sexual del trabajo, la organización de la familia y las estrategias de acumulación del capital. La división del trabajo entre los varones y las mujeres forma parte de la división social del trabajo. La actual estructuración de la división sexual del (trabajo asalariado/trabajo doméstico, fábrica-oficina/familia) se desarrolló y cobró visibilidad con el capitalismo.        ¿Cuál es la lógica del capital? Las ganancias, la competitividad fueron desde su inicio el motor del desarrollo de los capitalistas. La versión neoliberal intentó barrer los logros conquistados durante décadas, mediante las luchas e incluso perdiendo sus vidas, como las 129 obreras carbonizadas en la fábrica Cotton de Nueva York, los mártires de Chicago y Sacco y Vanzetti. (…) La incorporación  al ámbito laboral se

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Dibujos Urgentes en el juicio de Campo de Mayo

Por: Eugenia Bekeris y Paula Doberti Hoy comenzó la audiencia con la lectura de la secretaria Damonte de la decisión de lxs jueces, quienes permiten que los imputados no presencien los alegatos, siendo representados por sus abogados defensores, quitando la denominación de agravio que había expuesto el querellante Llonto la semana pasada. “Coincidimos con el abogado defensor Tripaldi sobre que “no existe obligación de escuchar”. Este juicio comenzó el 29 de abril de 2019, como un debate de delitos de lesa humanidad sin precedentes, por la acumulación de 13 Causas, sobre 350 víctimas. Testimoniaron 927 personas. Los 20 acusados son: Francisco Rolando Agostino, Luis Del Valle Arce, Alfredo Oscar Arena, Pacífico Luis Britos, Bernardo Caballero, Ramón Vito Cabrera, Carlos Daniel Caimi, Hugo Miguel Castagno Monje, Miguel Ángel Conde, Mario Rubén Domínguez, Rodolfo Emilio Feroglio, Roberto Julio Fusco, Eugenio Guañabens Perello, Benito Ángel Rubén Omaechevarría, Federico Ramón Ramírez Mitchell, Santiago Omar Riveros, Carlos Alberto Rojas, Arnaldo Jorge Román, Luis Sadi Pepa, Carlos Eduardo Somoza, Calos Javier Tamini, Carlos Francisco Villanova. Sólo el imputado Bernardo Caballero se hizo presente. La Fiscal Gabriela Sosti comenzó dando una clase de historia argentina contemporánea. Recordó la Semana Trágica, la Patagonia Trágica y La Forestal, la Década Infame, el Bombardeo a Plaza de Mayo, los fusilamientos de José León Suárez, el derrotero del cadáver de Evita (“simbólico antecedente de tantas desapariciones”), el Operativo Independencia. Todo, dijo, forma parte de un plan económico recesivo que persiguió al movimiento obrero y estudiantil. Y agregó “atrás estaba gran parte del empresariado y por supuesto la oligarquía. Y la Iglesia estaba al tanto de todo”. “El modelo reorganizador era sinónimo de tortura y muerte”. Y dio datos precisos: más de 20.000 fábricas cerraron durante la dictadura. “Fue una sangría.  Llenaron la patria de mugre y de miedo.” Luego comenzó a detallar dando nombres, fechas y lugares de las detenciones de muchxs detenidxs y torturadxs ilegalmente en Campo de Mayo. Se refirió a Roberto Quieto, Gastón Goncalves, Hugo Javier Reseck, Carlos Ignacio Boncio, Rodolfo José Uriarte, Luis María De Giusti, Juan García, Carlos y Alberto Campos, Iris Avellaneda, Ricardo Barrios, José María Coronel, Antonio Gambella, Héctor Luis Gómez Camelo, Raúl Bienvenido Toledo, Elsa Rojo, Iris Avellaneda, Silvia Ingeniero, Tilo Wenner, Pedro Juan Palacios García, Patricia Erb, Martha Velazco, Hugo Morín, Raúl Alberto Marciano, Miguel Ángel Silva, Ángel Oscar Márquez, Gastón José Robles Toledo, Flora Celia Pasatir, Armando Antonio Budano, Sergio Tula, Margarita Erlich. Contó sobre los secuestros (que consecuentemente dejaba a familias en la intemperie), las torturas, los simulacros de fusilamientos, el ensañamiento con perros adiestrados para morder, los vuelos de la muerte, la apropiación de niños y desapariciones. Habló de las violaciones de muchas mujeres, “por la inhumanidad de los represores que hicieron uso de los cuerpos como marca del poder machista y patriarcal que circulaba (y circula) en las estructuras de las fuerzas represivas”. Por privaciones ilegales de la libertad, allanamientos, robos, tormentos y violaciones agravadas acusó a Coronel, Riveros, Román, Del valle Arce, Tamini, Rojas, Castagno Monje y Villanova. Todo esto en el primer día de su largo alegato, que escucharemos los próximos meses, los miércoles a partir de las 10 hs, y adonde se puede asistir por el canal de Youtube de La Retaguardia. Las fotos de los genocidas imputados son de Gustavo Molfino. #Son30000 #MemoriaVerdadYJusticia #JuicioYCastigoALosCulpables #AdondeVayanLosIremosABuscar #ElUnicoLugarParaUnGenocidaEsLaCarcel #CarcelComun

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TRELEW 2021

Por: Alejandro Stein (desde el kibutz Barkai, Israel)                Se me piantó ayer, y no entiendo cómo. Hoy me acabo de dar cuenta leyendo el diario, y me asusta. Peligroso que el 22 de Agosto pueda convertirse en una fecha cualquiera, olvidable. Leo el fragmento del discurso del ministro de Gobierno y Justicia chubutense, José María Grazzini en el acto de homenaje, y desacuerdo… “allí es donde empezó una carrera de muerte, donde el Estado se volvió contra el pueblo…”, dice. Y es tan larga esa carrera, tan desgraciadamente anterior su comienzo. Sí, Trelew fue un pico en ese gráfico, y fue un prólogo del pico más alto, de la meseta de muerte y oprobio 76-83. Pero fue un pico. De un gráfico que se viene diseñando desde lejos, porque ¿Cuándo, (y quizás con un interregno de 9 años), el Estado estuvo a favor del pueblo, le importó del pueblo?                Sin ponerme a investigar, sin meter la nariz en los libros, puedo nombrar una cadena horrible: Desde la infame “Conquista del Desierto”, siguiendo con la guerra de la Triple Infamia que diezmó a un pueblo hermano, y acordémonos de lo que se le hacía a los gauchos que desertaban porque se negaban a luchar en esa vergüenza; los patacones que se les pagaban a los cazadores por escrotos de “indios” entregados en la Patagonia maldita, la misma Patagonia Trágica; los talleres Vassena, propiedad de la familia del ex ministro de Onganía Adalbert Krieger Vassena, que dieron origen a la Semana Trágica, y sigue…                Los asesinatos de la base almirante Zar fueron parte de la ola que fue creciendo a partir de la presidencia de Onganía. A los compañeros de Trelew los parió una cadena que pudo haber empezado con los “azos”, el comedor estudiantil de Corrientes, el Rosariazo, el Tucumanazo, sobre todo el Cordobazo, pero que puede venir desde mucho más atrás, con la Resistencia, con el bellaqueo de un pueblo que se negó a ser sumiso y usó diferentes expresiones para manifestarlo.                 Trelew fue el eslabón doloroso de una cadena larga, y que con diferentes expresiones sigue construyéndose hasta hoy y seguirá para adelante. Pero es un hito histórico. Más allá de cualquier diferencia o interpretación, es un símbolo, uno de los mojones que marcan una época. Hasta aquí Ale 23.8.21

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Pandemia, discursos de odio y elecciones

Por: Pablo Gorodneff Gilles Deleuze, citando a Spinoza, escribió: “La tristeza, los afectos tristes son todos aquellos que disminuyen nuestra potencia de obrar. Y los poderes establecidos necesitan de ellos para convertirnos en sus esclavos. Los poderes tienen más necesidad de angustiarnos que de reprimirnos». Uno de los afectos tristes, también según Spinoza, es el desprecio. El Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismos de la Universidad Nacional de General San Martín desarrolló una investigación sobre el alcance y la propagación de los discursos de odio en la Argentina, cuyo crecimiento resulta alarmante, a los que define como aquellos que promueven, incitan o legitiman “la discriminación, la deshumanización y/o la violencia hacia una persona o un grupo de personas en función de su pertenencia a un grupo religioso, étnico, nacional, político, racial, de género o cualquier otra identidad social”, en la esfera pública digital. En uno de sus módulos investiga las derivas del antisemitismo en la pandemia. Ante la pregunta sobre el grado de acuerdo con la frase «Detrás de la pandemia del Coronavirus hay figuras como Soros y laboratorios de empresarios judíos que buscan beneficiarse económicamente» un 30 % de los encuestados manifestó estar “muy de acuerdo” y un 7 % estar “de acuerdo”, o sea que cuatro de cada diez encuestados tienen este prejuicio antisemita. Cabe recordar, que estas ideas encontraron eco en las marchas que, fogoneadas por figuras de la oposición, se oponían a la cuarentena. Antivacunas, terraplanistas, nostálgicos de la dictadura y antisemitas de todos tipo se daban cita en el centro porteño, desafiando todas y cada una de la normas de cuidado. Así, tratando de sembrar la desconfianza y la desazón, llamaron “infectadura” al conjunto de personas que nos daban consejos para cuidar nuestra vida, y “veneno” a la sustancia, que quedaría luego demostrado, llegó para protegernos de los efectos del Covid. En las ultimas semanas, y coincidiendo con el inicio de la campaña electoral, los políticos que buscan un lugar en listas de la derecha nos ofrecieron un festival de ejemplos en cuanto a discursos de odio se refiere: desde banalizar una vez más la Shoá llamando “fuhrer” a una ex presidenta de la Nación, hacer chistes sobre lo bueno que sería atropellar a los chicos a que asisten al Colegio Carlos Pellegrini, hacer negacionismo sobre el número de desaparecidos, negar los derechos nacionales sobre Malvinas, para finalmente desplegar toda su violencia misógina contra una actriz que se “atrevió” a visitar al presidente para defender los derechos de sus pares. Grave es también que varios medios de comunicación consientan o incluso alienten la utilización de estos violentos modelos discursivos en su programación. Estamos en periodo preelectoral y el aire se carga de preguntas: ¿Quiénes piden nuestro voto? ¿Con qué argumentos? ¿Por qué algunos nos quieren ver odiando? ¿Quién se beneficia con el autodesprecio? La respuesta estará, una vez más, en nuestra cabeza y en nuestras manos. Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismos de la Universidad Nacional de General San Martín: El antisemitismo en Argentina: tramas e interrogantesInforme LEDA #3 – Junio 2021

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Memoria y negacionismo

Imagen: Luis Felipe Noé, La Memoria, 2006. Acrílico sobre tela, 90 x 90 cm. López Murphy insiste en debatir cifras con el objeto de banalizar el Terrorismo de Estado Por Jorge Auat y Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna (1° de agosto de 2021) “Auschwitz no fue importante por el número de víctimas sino porque fue un proyecto de olvido”. Reyes Mate Días atrás el precandidato a diputado nacional de Republicanos Unidos, Ricardo López Murphy, integrante de la alianza de Juntos por el Cambio, volvió a repetir el mantra negacionista que caracteriza a la derecha local: “No hay 30.000 desaparecidos”. Ayer Darío Lopérfido y antes de ayer los propios genocidas en los tribunales, se esmeran en degradar el emblema de los derechos humanos que reconfiguró la realidad política y cultural de nuestro país. Negar un número, como lo hacen habitualmente los referentes cambiemitas, implica rebajar, impugnar la dimensión escalofriante del genocidio. Supone algo mucho más violento: pretende desvirtuar el sentido último de una cifra y al mismo tiempo debilitar la insignia de las mujeres y los hombres de los organismos de derechos humanos que instituyeron una marca indeleble en la historia. Recordar un número distintivo es parte de una política de Memoria. Esa es la razón por la que la Unión Europea sancionó en 2007 con penas de uno a tres años de cárcel a quienes “nieguen, banalicen, frivolicen o trivialicen genocidios o crímenes contra la humanidad”. El número de 6 millones de judíxs asesinados es un escudo simbólico frente a quienes buscan quitarle gravedad a la masacre que pretendió configurarse como noche y niebla, como olvido. López Murphy insulta la Memoria cuando se detiene en la aritmética de la muerte. Cuando lo hace soslaya su gravedad, su suma de dolores, sus familias rotas, su tejido social herido para siempre. Los negacionistas sólo se detienen a hablar del genocidio con una calculadora: nada dicen de quienes buscaron a sus hijos, del sufrimiento inconmensurable de las Madres, de la pérdida irreparable de los Hijos. Para los negacionistas locales el genocidio es un termómetro de números. Nunca una suma de crímenes que atraviesan subjetividades. Nunca una mujer violada. Ni un niño robado. Ni un joven atormentado. Sólo es un debate matemático de guarismos abstractos orientado a banalizar la tortura y la lucha sobre la que se construyó la Memoria. No hay Memoria cuando la culpabilidad se diluye al equiparar a víctima y victimario en una neutralidad confusa y banal de dos demonios. No hay memoria cuando se intenta despojar al genocidio de los emblemas por los cuales se hizo presencia. Walter Benjamin denomina la muerte hermenéutica a la impunidad que busca instituirse mediante la operación sistemática del olvido, de su omisión, de su banalización. Una doble muerte. Primero ejecutada sobre un cuerpo (sobre 6 millones, sobre 30.000) y luego sobre la consciencia de ese horror: para que no sea posible recordarlos, para que no hayan existido siquiera como vivos. El negacionismo repite la muerte, la convierte en saña duplicando su efecto de terror: la muerte física de la víctima y su macabra insistencia, el asesinato hermenéutico que propende a la banalización del anterior. Si se puede olvidar (relegar, desdeñar, omitir) es porque el crimen no es tan condenable. Borrar lo que pasó. Quitarle significación moral al crimen. Lo que significa en consecuencia que esas muertes no son importantes. Nada es más funcional al verdugo que la insignificancia de su crimen. Los negacionistas ambicionan un dispositivo de olvido multiforme. Rebajan la relevancia del horror a una cantidad a ser precisada. Las batallas por su visibilización (“son 30.000”) se revalorizan como paso previo a la omisión final. El debate sobre el monto de cuerpos queda así instalado en su nivel de disputa abstracta, vaciada de sufrimiento: las personas masacradas son reconvertidas en una abstracción numérica desligada de la lucha que produjo su visibilización. López Murphy busca anular el peso político de esa movilización que les dio vida simbólica a quienes habían sido desaparecidos. La etapa posterior consistirá en atribuirle a lxs detenidxs-desaparecidxs la responsabilidad de su propio calvario. En este caso el discurso vuelve a aparecer de la mano de un candidato que plastifica el status del proceso de Memoria, Verdad y Justicia para lanzarlo hacia la insignificancia. El guarismo se cuestiona para revisar el pasado genocida con un doble objetivo: hacer tabla rasa sobre las responsabilidades de los victimarios –promoviendo una reconciliación engañosa con los verdugos, que prologue el perdón– para eludir el debate de fondo sobre la barbarie del Estado terrorista. Cuestionar la cantidad estipulada como divisa simbólica es el primer paso de la maniobra. ¿Será necesaria más docencia para ayudar a comprender el sentido profundo de la Memoria? ¿Es posible seguir discutiendo cuántas víctimas dejó la dictadura como discurso de mercancía electoral? Viola toda condición ética la utilización del dolor como prenda de sufragio. ¿Qué más hace falta para conmover –hasta el espanto– que arrojar personas vivas desde los aviones? ¿Qué se necesita para consensuar el respeto frente al crimen que supone apropiarse de bebés? ¿Qué convocatoria es necesaria para exigir un mínimo de consideración frente a quienes vieron desaparecer a sus familiares y supieron de las torturas que padecieron? Ese dolor insondable se acrecienta con cada enunciación negacionista. ¿Sabrán acaso sus epígonos que negar a lxs 30.000 es una afrenta que lastima aún más la cotidianidad de las víctimas y lxs sobrevivientes? ¿Podrán entender algún día que su presencia en esas banderas de los organismos de derechos humanos les devuelve la dignidad negada por el verdugo? La Memoria es un imperativo categórico de la democracia. Alguna vez, y no hace tanto, la política se hizo cargo y le dio entidad moral. En aquel momento histórico se dijo: no hay lugar para el olvido. Fue en ese momento que se inició el camino de la Memoria, la Verdad y la Justicia. No es casual el discurso que busca instituir el olvido. Es la contracara de quienes asocian la memoria a la justicia y el olvido a la injusticia. La demanda de Justicia

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Hacerlo Todo. El Lanús. Psiquiatría Social en Villa Jardín

Por: Leonardo Rabinovich Sinopsis El Lanús fue un Servicio hospitalario que cambió radicalmente la práctica y la atención en Salud Mental en Argentina y en buena parte de Latinoamérica. Fundado en 1956 por Mauricio Goldenberg en el Hospital Evita (Prof. Araoz Alfaro en esa época) bajo el paraguas desarrollista de la Revolución Libertadora, concluyó su brillante y transformadora labor en 1976, cuando la casi totalidad de sus colaboradores fueron obligados al exilio. Comenzaron sólo cinco médicos psiquiatras y luego de menos de una década sumaban cerca de trescientos profesionales entre psiquiatras, psicólogos, antropólogos, trabajadores sociales, pedagogos, lingüistas, etc. La casi totalidad de los que actuaron allí lo hicieron sin renta alguna. Fue el primer Servicio de Salud Mental con internación en un Hospital general. Hasta ese momento sólo había monovalentes (manicomios) para tratar este malestar. Con el tiempo se fueron creando en este Servicio departamentos para cada una de las especialidades: niños, adolescentes, adultos, interconsulta, grupos, hospital de día, etc. Fue el primer espacio donde esto sucedió, su experiencia fue llevada luego a Panamá, Costa Rica, Cuba, Venezuela, entre otros países de la región. En 1969 fundan el Departamento de Psiquiatría Social, con la idea de intervenir en los barrios precariamente levantados a la vera de Riachuelo. Se asocian con las instituciones de la zona y se vuelven los articuladores de las necesidades de estas poblaciones y los Servicios del Hospital Evita (de Lanús): ginecología, infectología, neonatología, pediatría, etc. Entienden la Salud Mental, mejor dicho, el malestar que le da sentido a su práctica, como el producto de diversas causas e intentan entonces aplicarse a los padecimientos típicos de ésta área, como el alcoholismo, la depresión, la violencia familiar, pensándolos conectados, con el hacinamiento, la desnutrición, la ausencia de cloacas, la contaminación, la falta de trabajo o de educación. Se propusieron pensar y actuar sobre todas las determinaciones del sufrimiento en una época de intensa actividad y compromiso político. Todos ellos terminaron “siendo del barrio”, militaron al lado de sus habitantes, fueron junto a ellos a reclamar a la Municipalidad o la Gobernación, se incorporaron a las columnas que desde allí partieron hacia Ezeiza el 20 de junio de 1973. La frontera entre lo científico, lo moral y lo político se volvió ambigua, borrosa, imprecisa. Contar esta experiencia es mostrar esa dificultad de origen, la amalgama de determinaciones del malestar subjetivo. Una pregunta absolutamente vigente, pero que en aquél momento los profesionales se vieron compelidos y urgidos a contestar. Todo terminó con el secuestro del Jefe del Servicio y de dos de sus psicólogas, una de ellas, Marta Brea, arrastrada de una reunión de jefes de departamento dentro del Hospital, para luego ser recluida en el Vesubio antes de ser asesinada. Su cuerpo fue encontrado en una tumba común en el cementerio de Lomas de Zamora en el año 2011. Viajamos desde Puente Alsina hasta Villa Jardín, cruzando el Riachuelo que divide la Ciudad de Buenos Aires del conurbano boanaerense. Un tren, cuyo ramal ha dejado de funcionar en 2017, nos lleva hasta el barrio para adentrarnos en sus problemas de salud actuales, mientras un “ahogado” recorre el curso del Riachuelo acompañando el relato de la gesta setentista. Los problemas de salud de toda esta zona no han variado demasiado. Los niños aún crecen con plomo en su sangre, y los vertidos cloacales corren por las calles, atravesadas por canales abiertos que abandonan su contenido en el Riachuelo. El departamento de Psiquiatría social actuó allí hace ya cincuenta años.

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OFENSAS A LA HUMANIDAD

Por: Comisión Jurídica del Llamamiento En un programa televisivo conducido por Marcelo Tinelli, de alto nivel de difusión, la cantante Sofia “Jujuy” Gimenez hizo una versión del tema “Yo no soy esa mujer” de Paulina Rubio. Para acompañar la canción, aparecieron varias mujeres célebres como fondo coreográfico y entre las imágenes que se exhibieron, figuró la de ANA FRANK. La utilización de su fotografía para aludir a mujeres que no salen de su casa, puede obedecer a un grave desconocimiento histórico por parte de quienes montaron ese recurso o una burla de una crueldad injustificable, con una de las víctimas emblemáticas de la SHOA. De una niña cuyo padecimiento y asesinato en un campo de concentración tiene trascendencia universal.  Unida a ese titular que alude a la casa de la que no sale una mujer, se hizo referencia también al mismo tiempo en que se exhibia la foto de a la “niña consentida, mimada o perdida” o “la que firma un papel y te entrega su vida” El LLAMAMIENTO presentó una denuncia ante la Defensoria del Publico, elaborada por la Comisiòn Jurìdica que se està procesando actualmente, probablemente a la espera de una respuesta del Canal 13 y los productores del programa. T Igualmente se emitió una declaración difundida públicamente. El Museo Ana Frank, emitió una protesta en sentido coincidente e invitó a los integrantes del programa televisivo a concurrir a su sede, para interiorizarse de la vida y el entorno que rodeo a la SHOA en general y el caso de Ana en particular. A pesar de que la producción del evento pidió disculpas y lamentó que alguien pudiera sentirse ofendido, se caracterizó como inapropiada e insuficiente esa reacción. La ofensa se extendió a toda la sociedad y sería importantísimo que se repare con una difusión adecuada sobre los alcances del nazismo y el genocidio.

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