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Economia, Nacionales, Portada

Mantener el foco

Fuente: Carlos Heller | Tiempo Argentino Fecha: 7 de junio de 2020 Nos encontramos frente a una situación de múltiples emergencias, tanto nuevas como heredadas, y el gobierno continúa firme en la defensa del interés de la Nación, en particular poniendo el foco en los sectores más vulnerables. Esto implica tener bien en claro cuáles son las prioridades y las herramientas disponibles. El margen de acción no es el mismo que poseen las principales economías, pero el esfuerzo es muy importante. Un esfuerzo que apunta a fortalecer el papel de lo público y del propio Estado, y que despierta rechazo en algún segmento de la sociedad, que recurre a variopintos argumentos. En un artículo reciente de un conocido periodista se indica que, dado que se desplomaron los despachos mayoristas de cemento, pero aumentaron los minoristas, “las familias que tienen alguna capacidad de ahorro huyen del peso y atesoran bolsas de cemento”. Una forma extraña de atesorar, dado que, con el tiempo, el cemento se endurece y pierde su valor. Quizá la razón es que, con el aislamiento, muchos deciden realizar obras en sus casas. Pero el comentario va más allá de lo anecdótico, puesto que el columnista persigue la idea de que existe atraso cambiario. Se pregunta “¿por qué la gente quiere dólares o cosas que están ´hechas de dólares´?”, y se responde: “porque huye del peso, una moneda cuyo valor se deteriora cada día un poco más”. En verdad, fue desde el Rodrigazo que la gente comenzó a pensar en el dólar como moneda de resguardo de valor. Además, ¿qué mayor pérdida de valor del peso que la que tuvo lugar en 2019, con 11 meses con inflación interanual mayor al 50%, con su pico en mayo con el 57,3%? Pareciera que todo vale para intentar instalar la necesidad de una devaluación. Sin embargo, el Tipo de Cambio Real Multilateral, que mide el poder de compra internacional de nuestra moneda, se ubica en estos días en un índice de 116, cuando el promedio entre enero 2016 y julio 2019 fue de 100,5, lo que indica que hoy hay más competitividad y por lo tanto no puede hablarse de atraso cambiario. Tampoco se puede desconocer que uno de los focos en los que se está actuando activamente es en el cuidado de las reservas internacionales, un recurso estratégico para poder administrar el tipo de cambio y hacer frente a las necesidades de divisas de la economía real, aunque se lo trate de presentar del modo contrario. Por eso, el Banco Central dispuso (Comunicación A7030), entre otras cuestiones, que las empresas que cuenten con activos líquidos originados en la formación de activos externos deban disponer primeramente de esos recursos para el pago de obligaciones con el exterior. El espíritu es que se utilicen los dólares que los privados disponen antes de recurrir a las reservas del BCRA. Es algo absolutamente lógico. No obstante, en la semana, en una nota un matutino tituló: “Las empresas advierten que el nuevo cepo profundiza la recesión”, haciendo alusión a un documento interno de la Unión Industrial Argentina. En el texto se señala que entre las dificultades centrales que se plantean a partir de la norma, y “dada la coyuntura argentina de la última década, en múltiples casos a las empresas nacionales se les exige el pago anticipado de la importación, y este acceso sería limitado”. Y acto seguido se dice: “No existe necesariamente una relación lineal entre las importaciones y las divisas solicitadas. Una porción de las divisas solicitadas en 2020 fue para cancelar deudas por importaciones del año previo”. No queda claro si tenían que enviar anticipadamente los dólares al exterior para poder comprar, o si necesitaban dólares para pagar a quienes les financiaron la compra. Suena contradictorio. Luego el documento dice: “Las empresas poseen stocks financieros en el exterior por múltiples razones: para preservar su capital de trabajo que les permitiría hacer frente a la caída abrupta de la demanda y afrontar sus obligaciones locales; cobertura de cambios para el riesgo cambiario; inversiones en filiales que se hicieran en el exterior. Privilegiar que estos stocks se utilicen para el pago de saldos externos dejaría a las empresas con menos posibilidades de cubrirse ante cualquier emergencia”. La pregunta surge sola: si la actual situación no es de emergencia, de caída en la demanda, ¿cuál sería entonces una situación de este tipo? Difícil de entender. Vuelvo a repetir: el Estado está adoptando una posición activa en un marco muy complejo, en el que está presente, como siempre, la restricción externa. El Banco Central no le está poniendo limitaciones a una empresa para acceder al mercado único de cambios y comprar dólares para pagar las importaciones, sólo tiene que utilizar primero las divisas que tenga en el exterior o los dólares billete que haya acumulado en función de las franquicias regulatorias que la administración anterior generó. Franquicias que permitieron que se fugaran unos 86 mil millones de dólares en cuatro años. Por eso no es casual que se vuelva a la carga con noticias sobre el mal denominado “cepo”. No estamos hablando de nada parecido a un instrumento de tortura. Es sencillamente la administración de un recurso imprescindible y, sobre todo, escaso. No hay que perder de vista que en la Argentina parte de lo que genera la restricción externa es la insostenibilidad de la deuda. Por ello, es una cuestión de interés común, también para importadores y exportadores, que el proceso de negociación de la deuda se resuelva favorablemente, es decir, generando un horizonte viable para el país. La nueva fecha de la invitación a canjear bonos finaliza el 12 de junio. La última propuesta argentina ha incluido algunas mejoras en distintos bonos, se adelantan algunos vencimientos e inicios de las amortizaciones, pero no se cambia lo sustancial, que es el mantenimiento del período de gracia y las bajas tasas de interés. Lo fundamental es que se mantiene en el margen de lo que es posible para el país: que Argentina pueda asumir los servicios de la

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Poner la tapa

Fuente: Horacio Verbistsky | El cohete a la luna Fecha: 7 de junio de 2020 Tres tapas con el diseño de la revista Time sintetizaron buena parte de las tempestades que desata el Presidente Donald Trump, desde que ordenó aplastar por la violencia las protestas por la situación de las minorías étnicas y económicas en Estados Unidos. La primera, que abre esta nota, es un ingenioso diseño, que convierte el perfil de Trump en el bigote de Hitler, con perdón de los burócratas argentinos de pro de la DAIA, para quienes afirmar que la prensa comercial argentina crea realidad igual que el Völkischer Beobachter de la Alemania nazi es banalizar el holocausto (tema que el ex juez Raúl Zaffaroni nunca mencionó), pero decir que las medidas de prevención y ayuda de la infectadura convierten Villa Azul en el ghetto de Varsovia, no merece comentario ni reproche. La segunda utiliza la marca de la revista como parte de una frase dedicada al Presidente: Time to go,  u «Hora de irse». La tercera reproduce una portada que la revista publicó durante la represión y los disturbios de 1968, pero tacha la fecha y la substituye, primero por 2015 y luego por 2020. Ninguna de las tres es verdadera. La de Hitler tiene ya varios años de antigüedad y le valió un premio en el Festival Internacional de Caricaturas en Knokke-Heist (Bélgica) al diseñador Luc Descheemaeker, en cuyo blog hay muchas más asociaciones entre ambos líderes. Entre todas ellas, la más impresionante es la representación que el artista hace del refugio de Trump en el bunker subterráneo de la Casa Blanca, que sólo se había activado en septiembre de 2001. La tapa de Time sobre la represión a la minoría afroamericana es la que más se aproxima a la realidad. En 2015 Time repitió la tapa de 47 años atrás. Perfectamente podría haberlo hecho ahora, cuando la extensión e intensidad de las protestas supera todo lo conocido, y lo mismo ocurre con la respuesta institucional. Hay una cuestión estructural, que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos destaca. Según el National Police Violence Map, de las 1099 personas que perdieron la vida a manos de la policía en 2019, el 24% era afrodescendiente, en tanto que este grupo constituye el 13% del total de la población de ese país. Muchos departamentos policiales locales se han militarizado fuertemente y el uso de equipamiento de tipo militar SWAT es desproporcionadamente utilizado contra grupos históricamente marginados. El 42% de las personas afectadas por un despliegue de SWAT para ejecutar una orden de registro son negras y el 12% latinas. La probabilidad de que un hombre negro sea asesinado por la policía triplica la de un hombre blanco, la de un hombre hispano la duplica. Una persona afroamericana desarmada tiene 3,49 veces más probabilidad de ser baleada por la policía, que una persona blanca desarmada. El racismo en cada etapa del proceso de justicia penal tiende a crear un círculo vicioso, donde las desigualdades en el control policial, los arrestos y la detención preventiva generan disparidades en las acusaciones y condenas. Entre las novedades más notables que se han apreciado en estos días debe computarse la magnitud y la composición de las multitudes. Son las manifestaciones más numerosas y extendidas de la historia, en 650 ciudades de los 50 estados, que se mantuvieron a pesar del toque de queda. También es destacable que no asisten sólo negros, también latinos y blancos, en su mayoría jóvenes pero también ancianos, como el hombre de 75 años que dos policías de Buffalo tiraron de espaldas al suelo y debió ser internado con lesiones graves. Otra imagen impensable en 1968 y en 2015 es la cantidad de policías blancos que repudiaron el asesinato, hincándose de rodillas con sus uniformes y sus armas, en el gesto que viralizaron varios jugadores negros de beisbol y de fútbol mientras se cantaba el himno. La orden de Trump de recurrir a la Guardia Nacional y al Ejército para reprimir a los pequeños grupos de saqueadores pronto mostró su intencionalidad, cuando las tropas dispersaron con gases a manifestantes pacíficos en las cercanías de la Casa Blanca, sobrevolados por un helicóptero militar: el Presidente quería caminar un par de cuadras sin sobresaltos hasta la iglesia episcopal de Saint John que había sido chamuscada en los disturbios del día anterior. Allí se tomó una foto, biblia en mano, para epitomizar su cruzada. Lo acompañaron en su caminata el ministro de Defensa Mark Esper, y el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Mark Alexander Milley. En una videoconferencia con gobernadores, Esper los había instado a facilitar la tarea de la Guardia Nacional en el campo de batalla. Las repercusiones tampoco tuvieron precedentes. La obispa episcopal Mariann Budde fulminó a Trump: «Utilizó la Biblia, el más sagrado texto de la tradición judeocristiana, y una de las iglesias de mi diócesis, sin avisarnos siquiera, como telón de fondo de un mensaje opuesto a las enseñanzas de Jesús y a todo lo que defiende nuestra iglesia”.  Agregó que «no vino a rezar; no lamentó la muerte de George Floyd ni reconoció la agonía colectiva de las personas de color en nuestro país. No intentó sanar ni calmar a nuestra tierra perturbada. Todo lo que ha dicho y hecho es para inflamar la violencia. Necesitamos un liderazgo moral y él ha hecho todo lo posible para dividirnos». Menos previsible era que el ministro de Defensa Esper ordenara una investigación por el uso del helicóptero, se disculpara por haberse referido a territorio estadounidense como «campo de batalla» y se manifestara opuesto al uso de Fuerzas Armadas para reprimir a manifestantes. Esto se debe a la durísima crítica que tanto él como Milley y el propio Trump recibieron de 89 ex ministros y viceministros de Defensa (como Jim Mattis, Ash Carter y William Perry) y ex jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas (como Martin Dempsey, Mike Mullen y Richard Myers). En la última edición del Newyorker, el más importante corresponsal de guerra de su generación, Dexter Filkins, multipremiado por sus coberturas de las excursiones bélicas de su país en Irak y Afganistán,

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Política e ideología en tiempos de definiciones

Fuente: Edgardo Mocca | El Destape Web Fecha: 6 de junio de 2020 Es muy visible el hecho de que la experiencia de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner opera hoy como una perspectiva desde la que se observa el actual proceso político. Desde la derecha esa perspectiva inspira una mirada del actual gobierno en términos de amenaza. No se deja nunca de especular sobre la influencia de Cristina en las decisiones del gobierno, sobre el modo en que el “extremismo chavista” que ella representaría se cierne como amenaza para el país, en la medida en que la ex presidenta sostenga un poder de veto sobre la práctica del presidente y su equipo. La voz de orden de este enfoque es el “peligro autoritario”, hoy ilustrado de modo patético por los que juzgan que la cuarentena es poco menos que el nombre actual de la dictadura (piedra libre para algunos participantes de este coro que fueron partícipes y/o son hoy nostálgicos de la dictadura verdadera).        Entre quienes reivindican los años de los gobiernos de los Kirchner campea un modo de pensar la experiencia actual en clave de su mayor cercanía o distancia respecto de aquella otra experiencia. En este caso, la amenaza que hoy vivimos no sería la del autoritarismo sino la de una excesiva moderación que acabe por alejar al actual gobierno de un rumbo realmente enfocado hacia transformaciones profundas en un sentido nacional y popular.  Ambas perspectivas son ideológicas, lo cual no quiere decir necesariamente engañosas o falsas: no hay modo de vivir políticamente una experiencia si no es a través de la ideología. Y esto no es privativo de las personas intensamente comprometidas con los asuntos públicos; no hay ninguna persona que no tenga una ideología, es decir un repertorio, más confuso o más sistemático, de recursos para interpretar la realidad. Es decir que no hay manera de descartar la ideología para pensar la política.        El problema surge cuando se pretende reemplazar la política por la ideología. Claramente hay ahí un problema en cierto sector de la derecha que sufre de nostalgia del macrismo y querría que el suplicio de un gobierno “kirchnerista” termine lo antes posible. Entonces pasa a considerar, por ejemplo, que Rodríguez Larreta es un traidor porque acompaña al gobierno nacional en la política de aislamiento social para evitar una catástrofe sanitaria. Confunden sus deseos con la realidad. Las conversaciones en el interior del kirchnerismo, por su parte,  están hoy atravesadas por la angustia que provoca la observación de que las medidas de gobierno no coinciden estrictamente con su expectativa respecto del “regreso” de los tiempos anteriores al gobierno de Macri. Y en este punto podría agregarse un “tercer sector” que es el de los partidarios del actual gobierno que no son “kirchneristas” o que lo fueron y dejaron de serlo. Este segmento suele estar más preocupado por diferenciarse simbólica y prácticamente de los gobiernos de esa inspiración que por la naturaleza de las decisiones que se toman. Para ejemplificar –un poco burdamente- las posiciones: frente a la propuesta del impuesto extraordinario a las grandes fortunas, unos confirman sus temores al “autoritarismo chavista”, otros sostienen que está bien pero no es suficiente  y los terceros lo aceptan bajo el principio de que se trata de una medida excepcional, sin relación alguna con una orientación más permanente. Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.        La cuestión es que el país vive intensamente un tiempo en el que empiezan a definirse en muchos aspectos las coordenadas de cómo será su lugar en el mundo, en un tiempo en el que todo indica que nada permanecerá igual en el modo de convivencia humana global. La política, a diferencia de la ideología, siempre vive el presente. Como ya se dijo, no puede hacerlo –aunque lo pretenda- sin un marco interpretativo de orden ideológico. Pero al mismo tiempo ese marco interpretativo no nos provee de una fórmula mágica para tomar decisiones (o para impulsarlas) en la dirección de nuestros deseos individuales y colectivos. La derecha que denuncia la política de Alberto Fernández como autoritarismo resta credibilidad –aunque sea por ahora- a cualquier política de oposición a su gobierno. Se niega a vivir en el cuadro real del estado de ánimo de la sociedad aquí y ahora.        En el cuadrante kirchnerista del frente de todos hay un interesante estado deliberativo. Acaso el obstáculo conceptual más importante aquí es cierta tendencia espontánea a des-historizar la experiencia de los gobiernos de ese signo. Es decir a interpretarla exclusivamente como una recuperación de la memoria de la experiencia del peronismo original que podría haber sucedido en cualquier tiempo histórico. A ignorar que la experiencia de los gobiernos de los Kirchner fue –como todas las historias- un cruce de contingencias, de oportunidades, de decisiones, de cálculos. Y que, entonces, reivindicar la memoria de esa experiencia no consiste en convertir aquellos acontecimientos y la liturgia política que generaron en una llave infalible para resolver qué es lo que hay que hacer aquí y ahora, en las condiciones actuales del país.        Claro que el “aquí y ahora” no es una exaltación del puro pragmatismo. Como el consejo de que ahora hay que hacer “lo que se puede”. Entre otras cosas porque sin aquella experiencia, masivamente vivida por jóvenes y no tan jóvenes generaciones como la gesta de una recuperación del sentido de nación y del sentido de justicia, sería inconcebible el gobierno del frente de todos. Hubiera sido incluso inconcebible su triunfo electoral. Por el peso decisivo de la identidad kirchnerista en el resultado electoral y porque el gesto político que le abrió paso fue una decisión tomada en forma absolutamente personal por Cristina.        Néstor Kirchner hizo mucha política internacional en los tiempos de la primera reestructuración de nuestra deuda externa (aquella que heredamos del menemismo y de la primera Alianza). Buscó y obtuvo el apoyo del gobierno de Bush, por ejemplo. Nunca emprendió una campaña pública contra el FMI y muchos integrantes de su gobierno estaban bien lejos de la

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La reforma tributaria que necesitamos

Fuente: Alfredo Serrano Mancilla | Celag.org Fecha: 6 de junio de 2020 Existe una vieja discusión en Economía sobre si los impuestos afectan positiva o negativamente al crecimiento y al desarrollo. La literatura académica en este sentido es muy vasta y variada; hay estudios para todos los gustos. Unos afirman que mayores impuestos perjudican la actividad económica, genera desempleo e incentiva la fuga de capitales. En cambio, otros, sí demuestran que la mayoría de países desarrollados tienen impuestos elevados, y gozan de altos niveles de crecimiento y bienestar social. Es imposible tener una única respuesta para tal dilema, porque todo depende de múltiples variables. Y entre las más determinantes está aquella que se centra en una cuestión muy olvidada por la Ciencia Económica dominante (la neoclásica), que sirve como base teórica para el modelo neoliberal: ¿quién paga qué? No es lo mismo un sistema tributario que hace pagar a quien produce que aquel otro que grava a quien especula financieramente; tampoco es lo mismo cuando se grava a los salarios de los trabajadores mientras se permite que los beneficios empresariales de los grandes capitales apenas tributen. América Latina no está ajena a esta controversia, aunque sí es cierto que la mayoría de debates económicos en la región se centran más en la restricción externa, por el alto grado de dependencia de las economías locales con el sistema-mundo. No obstante, en tiempos de pandemia, con una economía global más que afectada y con mucha necesidad de recaudación interna para sostener un sistema sólido de salud, la discusión tributaria reaparece con mucha fuerza en la escena pública. La región recauda poco, a pesar de lo que cacarean las usinas conservadoras y neoliberales. Los datos hablan por sí solos: la recaudación tributaria en América Latina supone el 23,1% del PIB para el año 2018, mientras que este mismo valor es del 34,3% para países OCDE o 40,3% para la Unión Europea. Existe, por tanto, mucho margen inteligente de recaudación para ganar en justicia social; y también en eficiencia. América Latina necesita actualizar cuanto antes su obsoleta matriz de tributos en relación a los siguientes ejes: Es inadmisible que la tasa legal del impuesto que tienen que pagar las empresas difiera tan significativamente de la tasa efectiva, la que realmente pagan. Este es un fenómeno regional: en Argentina, la tasa legal es del 30%, pero a la hora de la verdad, el tipo impositivo efectivo sobre sus beneficios es del 7,6%; en México, esta relación es de 30% a 7,4%; en Perú, de 29,5% a 8,8%; en Colombia, de 33% a 9,8%. ¿Por qué ocurre esto? Porque la mayoría de las empresas usan múltiples mecanismos para reducir la base imponible sobre la que se aplica el tipo impositivo. Ante esta brecha efectiva en la recaudación, es urgente implementar un marco legal no tan elusivo. Las empresas trasnacionales de alta tecnología (Google, Apple, Facebook y Amazon) apenas pagan tributos en América Latina. Existe un gran vacío, deliberado, para que estos gigantes facturen y puedan, así, trasladar sus beneficios a guaridas fiscales evadiendo impuestos. En América Latina, la participación de la economía digital está creciendo cada vez más (15,9% PIB en México; 16,2% en Argentina, 21,6% en Brasil), y en cambio, la recaudación por este concepto no refleja tal proporción. No puede ser que un pequeño empresario en Argentina o Colombia pague su impuesto, y Google o Amazon no. Es por ello que el diseño de impuestos sobre la actividad económica de estas grandes tecnológicas es un imperativo para Latinoamérica. Las grandes fortunas han de contribuir en relación a su capacidad económica. Este debate es actual en Argentina y Chile, y también en muchos otros países de la región. Según el último estudio hecho por Celag, aplicando un impuesto aproximado al que tiene Uruguay en el resto de países de la región se lograría recaudar un extra de algo más de 51 mil millones de dólares; si aplicáramos el vigente en Colombia, se obtendrían casi 26.000 millones de dólares. Lo importante de este tributo es que se podría denominar “impuesto que no afecta a casi nadie”; en América Latina, según el Credit Suisse Research Institute, hay 673 mil personas que serían afectadas, es decir, solo el 0,2% de la población total adulta. Las actividades económicas ficticias, las no reales, en su mayoría especulativas en el campo financiero, han de ser penalizadas tributariamente. En América Latina, según Cepalstat, la intermediación financiera representaba el 17,6% del PIB (año 2018), y, por el contrario, apenas contribuía a recaudar tributos. Por ejemplo, el impuesto a las transacciones financieras en América Latina solo representa el 0,26% del PIB (año 2018). El orden neoliberal financiarizó la economía global y, sin embargo, no es posible que aún no haya habido un reseteo de la matriz tributaria en esa dirección. A estos cuatro ejes deberíamos de añadir la lucha contra la evasión. Como afirma Nicolás Oliva en un texto publicado por Celag, “América Latina es el campeón mundial en ocultamiento de riqueza: el 27% de la riqueza privada está registrada en guaridas fiscales”. Es perentorio iniciar políticas efectivas que eviten esta hemorragia fiscal. Y en este ámbito, una de las prioridades es acabar de una vez por todas con el fenómeno de precios de transferencias (según Cepal asciende al 1,5% del PIB regional). Otro tema crucial es avanzar en la implementación del proyecto BEPS (Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios), elaborado por la OCDE, para acabar con la evasión fiscal de las multinacionales. En definitiva, es ahora el momento indicado para fijar las pautas de un nuevo consenso en materia tributaria en América Latina en pro de sintonizar con la economía que queremos y necesitamos, tanto para afrontar la pandemia como para todo lo que se vendrá después. No hay Estado de Bienestar sin un sistema tributario que lo haga sostenible. Alfredo Serrano Mancilla Dr. en Economía Aplicada (UAB). Director de CELAG (España) Alfredo Serrano Mancilla es doctor en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), España. Realizó estancias predoctorales en Módena y Bolonia (Italia) y

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Miles protestan contra la anexión israelí en Tel Aviv; Bernie Sanders llama a ‘hacer frente a los líderes autoritarios’

Fuente: Lee Yaron y Josh Breine|Haaretz Fecha: 6 de junio de 2020 Una manifestación conjunta judío-árabe contra los planes israelíes para anexar los asentamientos de Cisjordania tuvo lugar el sábado en la Plaza Rabin de Tel Aviv con miles de participantes. La protesta fue prohibida originalmente por la policía debido a los temores sobre el coronavirus, pero la policía cedió y emitió un permiso el viernes por la noche. Los organizadores designaron a unos 50 supervisores para garantizar que se mantengan las regulaciones de coronavirus. El senador de Vermont, Bernie Sanders, se dirigió a la manifestación a través de una videoconferencia, expresando su apoyo a los manifestantes y condenando los planes de anexión de Israel. El senador dijo que estaba «animado» al ver a árabes y judíos manifestarse juntos. «En estos días difíciles… nunca ha sido más importante defender la justicia y luchar por el futuro que todos merecemos», dijo Sanders. «Depende de todos nosotros enfrentarnos a los líderes autoritarios y construir un futuro pacífico para cada palestino y cada israelí… En palabras de mi amigo Ayman Odeh: El único futuro es un futuro compartido». Varios políticos israelíes también hablaron en la protesta. El jefe de la alianza de la Lista Conjunta de partidos predominantemente árabes, Ayman Odeh, dijo a la multitud: “Estamos en una encrucijada. Un camino conduce a una sociedad conjunta con una verdadera democracia, igualdad civil y nacional para los ciudadanos árabes… El segundo camino conduce al odio, la violencia, la anexión y el apartheid «, dijo Odeh. «Estamos aquí en Rabin Square para elegir el primer camino», dijo. «No hay tal cosa como la democracia solo para los judíos», agregó Odeh. «Al igual que Martin Luther King y sus partidarios en los Estados Unidos, debemos darnos cuenta de que sin justicia no puede haber paz. Y no habrá justicia social si no ponemos fin a la ocupación», dijo Odeh. El presidente de Meretz, Nitzan Horowitz, dijo a los manifestantes que “la anexión es un crimen de guerra. Un crimen contra la paz, un crimen contra la democracia, un crimen que nos costará sangre”. El líder del partido de izquierda también criticó al ministro de Defensa, Benny Gantz, y a los miembros de centro izquierda que se unieron al gobierno liderado por Netanyahu: «Ustedes son socios de pleno derecho, están respaldando y autorizando esta tragedia». Entre los otros oradores en la manifestación estaban Muhammad Baraka, presidente del Comité Superior de Monitoreo Árabe en Israel, y los legisladores Merav Michaeli (laborista), Tamar Zandberg (Meretz) y Ofer Cassif (Hadash / Lista Conjunta). El director de Breaking the Silence (Rompiendo el Silencio), Avner Gvaryahu, se refirió al plan de paz de Medio Oriente de la administración Trump, diciendo que «Trump no está enviando a sus hijos a proteger los puestos de avanzada… Los hijos de los partidarios de la anexión estadounidense no pueden matar ni ser asesinados en los territorios, pero nuestros hijos si lo pueden «. Tegan, una joven de 17 años que vino de Taibeh para protestar, dijo que esta no es su primera manifestación y que los jóvenes árabes comienzan a llegar con más frecuencia para protestar en Tel Aviv. «Estoy protestando porque basta con todo este derramamiento de sangre. Tenemos que hacer las paces entre judíos y árabes ahora «, dijo.» Suficiente racismo, suficiente asesinato, ya lo hemos superado. Bibi y Trump son racistas y tengo un poco, mucho miedo de lo que sucederá si hay una anexión. La semana pasada estuve en la marcha de las mujeres y queremos decirles a los políticos que ya es suficiente». Mientras tanto, Simcha, un manifestante de 50 años de Kfar Yona dijo, «votamos por Gantz porque pensamos que sería una alternativa y nos traicionaron». Los laboristas también. Simcha agregó: «Estamos cansados de inclinarnos por el centro y esperar que traigan un cambio. Solo podemos oponernos a la ocupación y abogar por la democracia en una asociación judío-árabe. La próxima vez, votaré por la Lista Conjunta». Docenas de policías y guardias monitorearon la manifestación. El portavoz de la policía dijo que ha pedido a los participantes que mantengan el orden, particularmente en relación con las directrices del Ministerio de Salud con respecto al coronavirus al mantener una distancia de dos metros entre ellos y usar máscaras. Después de que terminó el evento oficial, varios manifestantes se quedaron y bloquearon el tráfico que rodeaba la plaza. La policía emitió un comunicado que decía: “Con la conclusión de la protesta en la Plaza Rabin esta noche, un puñado de manifestantes se quedaron en el sitio e interrumpieron el orden público al bloquear el tráfico. La policía llama a los manifestantes a restablecer el orden y obedecer las instrucciones de los oficiales». Los manifestantes se acostaron en la acera que rodeaba la Plaza Rabin, haciendo eco de las protestas que tienen lugar en todo el mundo contra la brutalidad policial que se desencadenó por la muerte de George Floyd mientras estaba bajo custodia policial en Minneapolis. Gritaban consignas que incluían «suficiente ocupación», «policía, ¿a quién estás protegiendo?» «La ocupación es terror y nada cambiará eso», y «Eyad, Eyad y nuevamente Eyad», en referencia al hombre palestino autista de 32 años que fue asesinado a tiros por la policía en la Ciudad Vieja de Jerusalén el sábado pasado. Cinco manifestantes fueron arrestados. Un video muestra a la policía arrojando violentamente a un fotógrafo de Haaretz al suelo mientras cubría la protesta. «Traté de filmar a los policías y luego decidieron arrestarme», dijo el fotógrafo Tomer Appelbaum. «Uno me dio un puñetazo, otro me dio un rodillazo y otro me empujó la cabeza». Netanyahu fijó el 1 de julio como la fecha límite para comenzar el proceso de anexión unilateral de los asentamientos establecidos en Cisjordania desde 1967, incluido el Valle del Jordán. Esta semana, trató de tranquilizar a los líderes de los colonos de que la anexión se promovería independientemente del plan de Medio Oriente del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En las últimas semanas, los colonos se han opuesto a las condiciones

Estados Unidos, Israel, Portada

AIPAC: el nuevo cadaver político que Netanyahu deja en su camino

Fuente: Daniel Kupervaser | Blog de Daniel Kupervaser Fecha: 6 de junio de 2020 Subtĺtulo: Netanyahu lanza advertencia al liderazgo judĺo de la diáspora: o apoyan públicamnte sus polĺticas o pasan a ser parte de la historia. La lista de personalidades políticas que activaron hombro a hombro por el Likud y Netanyahu y que terminaron como cadáveres políticos en la banquina de la historia durante la última década es cada día mas larga. A diferencia de la conducción democrática que caracterizó a este partido durante la era de Begin, en este sentido Netanyahu impuso el principio despótico de los utensilios descartables: use, ensucie y tire. Ahora le llegó el turno a AIPAC. El histórico y poderoso lobby proisraelí de la sociedad estadounidense que durante décadas se constituyó en columna vertebral del apoyo prácticamente incondicional de ese país a Israel. Si bien la conducta de esta institución trasmitió en ojos de la sociedad circundante una imagen de doble lealtad judía, no se puede dejar de señalar su exitosa labor sin diferencias de partido gobernante en Israel o en EE.UU.Todo comenzó a crujir con el arribo de Trump a la Casa Blanca. La extrema intimidad entre Netanyahu, el nuevo presidente estadounidense y sus parlamentarios del partido republicano, dejó tambaleando a AIPAC que históricamente se jactó de trabajar con demócratas y republicanos indistintamente. El distanciamiento entre Netanyahu y AIPAC se acentuó a medida que el primer ministro israelí se alejaba de aquella promesa de la solución de dos estados que oportunamente la adoptó en el año 2009 en su famoso discurso de la Universidad de Bar Ilan. Por el contrario, AIPAC, con su visión bipartidista de la política estadounidense, persistió en la formula basada en el dialogo con los palestinos que finalmente permita llegar a una solución de compromiso territorial. Otro aspecto que demostró a lideres de AIPAC que su función histórica está arribando a su fin lo constituyó un drástico cambio en la actitud de Trump. El excéntrico presidente estadounidense comenzó a identificar a otra institución como la representante de los intereses israelíes en EE.UU. Se trata de la Coalición Judía Republicana (RJC por sus siglas en ingles), organismo que agrupa a potentados ciudadanos estadounidenses con una clara identificación ideológica y partidaria de quienes presionan al presidente para la toma de decisiones a favor de Israel. Paralelamente, a través de su Comité de Acción Política (PAC por sus siglas en ingles) movilizan donaciones para: “cumplir con su mayor objetivo en el año 2020, reelección de Donald Trump, por siempre el presidente pro Israel más significativo”. Otro ejemplo de doble lealtad judía. La constitución del nuevo gobierno israelí con la firma del acuerdo de coalición que establece el derecho de Netanyahu de aprobar la anexión unilateral de territorios de Cisjordania fue determinante en la comprensión que la función histórica de AIPAC está pasando a la historia.Sus escuetos comunicados por Twitter lo confiesan claramente. En el primero congratula la constitución del nuevo gobierno de Netanyahu y Gantz. En el segundo, más bien se debe interpretar como una plegaria para aquellos que los reemplacen. Textualmente dice: “No se debe permitir que la anexión debilite la vital relación entre Estados Unidos e Israel”. Una clara referencia a la inevitable ruptura con el ala liberal y demócrata de la sociedad estadounidense. El Dr. Keith Kahn-Harris, sociólogo inglés, fue quien le adjudicó el título apropiado: “La anexión es un claro mensaje para AIPAC: empaquen y váyanse a casa” (“Annexation Means AIPAC Can Pack Up and Go Home”, Haaretz, 21-5-2020). Pero este acontecer tiene otra implicación. Seria un grave error de interpretación si las instituciones que lideran las colectividades judías en la diáspora no le dedican la suficiente atención. Si estos organismos como DAIA en Argentina, CONIB en Brasil, CJCH en Chile o CCIU en Uruguay, como ejemplo, no se alistan detrás de los planes de anexión de Cisjordania, Netanyahu se va a preocupar para que pasen a ser parte de la historia.El cuento de los valores del judaísmo humanista al que tanto recurren en las diásporas, Netanyahu se encargó de hacerlo desaparecer. Las direcciones comunitarias judías del mundo solo disponen de dos alternativas: apoyar a Netanyahu y enfrentarse con las sociedades que los circundan, o, enfrentarse con Netanyahu en defensa de esos valores históricos del judaísmo. No se pueden escabullir, tienen que decidir.Ojalá me equivoqueDaniel KupervaserHerzlya – Israel 6-6-2020http://daniel.kupervaser.com/kupervaser.daniel@gmail.com@KupervaserD

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La Gran Oreja: piedra libre al espionaje macrista

Fuente:  Ricardo Ragendorfer| Revista Zoom Fecha: 5 de junio de 2020 A comienzos de 2019, el arresto del falso abogado Marcelo D’Alessio –por orden del juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla– puso al descubierto una red de espionaje y extorsión integrada por jerarcas judiciales, periodistas y agentes secretos del régimen macrista. Ahora todo parece indicar que aquella estructura fue en realidad el primer signo visible de una organización criminal enquistada dentro del propio Estado, en cuyo pináculo se adivina la figura de Mauricio Macri. De hecho, el ex presidente acaba de ser imputado –junto a los ex cabecillas de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas y Silvia Majdalani– por el fisgoneo ilegal sobre los correos electrónicos de casi cien personas, entre los que hasta hubo ex funcionarios, dirigentes políticos y periodistas de su máxima confianza. El asunto es instruido por el juez federal porteño Marcelo Martínez de Giorgi tras una denuncia efectuada por la actual interventora del organismo, Cristina Caamaño. Paralelamente trascendían los pormenores de una tercera causa contra la AFI –instruida a su vez por el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena– en base al testimonio de un narco conchabado por la central de espías para hacer tareas de sicario, como la colocación de una bomba en el hogar de un alto funcionario del Ministerio de Defensa al que se debía disciplinar. Una trama con insólitas derivaciones que desnudan el alma institucional de una época. Bien vale explorar sus detalles. El susto La banda del tal “Verdura” –así como se lo conocía al traficante de cocaína Sergio Mario Rodríguez– llegó a poseer una movilidad comercial de tres kilos diarios en los kioscos de Monte Grande y Almirante Brown. Pero ese tiempo de bonanza tuvo un final abrupto en diciembre de 2018, al llegar al despacho de Villena una carta anónima que daba cuenta de su actividad. El dealer creía saber la procedencia del soplo. Y rápidamente puso los pies en polvorosa.Desde entonces su existencia fue ajetreada. La Gendarmería le pisaba los talones, y tres veces estuvo a punto de atraparlo. La primera escapó por los techos luego de que su aguantadero fuera rodeado por los uniformados. La segunda, tras ser sorprendido a bordo de una 4×4, se escabulló por caminos de tierra hasta dejar atrás a la jauría policial. Y la tercera, nuevamente rodeado en otro aguantadero, se hizo humo para sorpresa de sus frustrados captores; ellos, al irrumpir en la vivienda, situada en una calle sin salida, no tardaron en darse cuenta de que Verdura se había dado a la fuga a través de un pasadizo secreto que conducía a otra manzana.Sin embargo, la vida clandestina lo fue dejando sin combustible. Porque su pyme, que no era precisamente el Cártel de Sinaloa, quedó diezmada, y con casi todos sus “soldados” tras las rejas, al igual que su esposa, su amante, su primogénito y su suegro. A lo que se añadía el lucro cesante que tal debacle le produjo. Sus ahorros se extinguían. Y los eventuales escondites comenzaron a escasear. De modo que en febrero de este año, ya exhausto tras 14 meses de huida continua, se entregó en el Juzgado Federal Nº1 de Lomas de Zamora.Nadie entonces imaginaba el cariz de su declaración indagatoria. Pero lo cierto es que en ese acto le soltó de entrada a Villena:– ¿Sabe, doctor? Conozco un abogado muy relacionado con “barras” de Independiente. Y que es agente de la AFI…El juez, persuadido de que el narco pretendía algún beneficio procesal, puso cara de póker. Y solo dijo:– Prosiga.– Ese hombre me dijo que la AFI podía darme protección, e incluso una credencial para moverme con libertad…Ahora Villena lo oía con sumo interés. Verdura completó la frase:– A cambio de algo, por supuesto.Seguidamente, su relato se tornó trepidante. Y lo ubicó en el anochecer de un miércoles de julio de 2018, cuando el abogado en cuestión le pidió que llevara “un paquete a un lugar”. El paquete contenía 200 gramos de trotyl, un celular y cables. “No va explotar. Es para dar un susto nomás”, lo apaciguó el tipo, sonriendo desde un escritorio. La escena sucedía en el estudio jurídico Melo, de la calle Paraná al 700. Y él era Facundo Melo, abogado y espía de la AFI. También había otro agente, un gordo canoso y desaliñado. Después, con Melo al volante de un Peugeot 207 blanco, los tres enfilaron hacia el edificio de Callao 1219. Verdura fue el encargado de dejar el “caño” junto al portón. Luego, cuando los técnicos de la Policía Federal lo desactivaron, fue hallado en el paquete el siguiente mensaje: “José Luis Vila ladrón”.Este era nada menos que el subsecretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa durante la gestión de Oscar Aguad.El magistrado oyó la narración sin disimular su estupor. Aún así se puso a trabajar de inmediato en el asunto.Y tras verificar la veracidad de todos los datos aportados por Verdura, dispuso numerosos allanamientos y otras medidas investigativas. De manera que, en tiempo record, tuvo unos 15 espías de la AFI en la mira, encabezados, obviamente, por el abogado Melo.Lo cierto es que éste, debidamente alertado por el seguimiento policial del que era objeto, supo frenar su detención con un habeas corpus presentado en un Juzgado Nacional. Eso no evitó el registro de su domicilio y el secuestro de sus celulares. Dichos aparatos se convirtió en una caja de Pandora.Pero él, además, arrastraba otros problemas. El desertor Los televidentes conocieron el rostro del doctor Melo durante la noche del 15 de abril en el programa ADN, conducido por Tomás Méndez en la señal C5N.Habían ya pasado 50 días desde que Verdura lo mandó al frente con la intimidación a Vila. Sin embargo en esta oportunidad él no tocó tal tema sino otro, aunque también relacionado con su doble papel de abogado y espía.Su gesto de muchacho bueno y afligido resultaba convincente. Entonces admitió haber pertenecido a la AFI desde septiembre de 2016 a junio de 2019, deslizando con muecas que su salida

America Latina, Internacionales, Portada

La derecha brasileña ha fracasado nuevamente

Fuente: Emir Sader | América Latina en Movimiento Fecha: 5 de junio de 2020 La historia de la derecha brasileña es una historia sucesiva de fracasos. Brasil fue liderado, ininterrumpidamente, por la derecha, hasta la crisis de 1929. La responsabilidad de la crisis cayó unánimemente en la derecha, porque era liberal y el liberalismo permitió que la crisis se extendiera, con su opinión de que el mercado produce periódicamente una crisis, pero el mismo reconstruye a la economía, algunas empresas más frágiles se quiebran, mientras las más sólidas saldría más fuertes y la economía seguiría adelante. Pero esa vez la recesión fue más profunda que nunca, el desempleo en los Estados Unidos e Inglaterra alcanzó el 30%, y el mercado no pudo restaurar la economía y el empleo. Todas las reacciones fueron antineoliberales, ya sea el fascismo, la URSS o el Estado del bienestar. Esto, con Roosevelt regresando a Keynes, se convirtió en el modelo de gobierno hegemónico durante décadas. Europa tuvo tres décadas de pleno empleo. Un presidente de derecha en los Estados Unidos, como Richard Nixon, llegó a decir, a principios de la década de 1970: «Todos somos keynesianos». Quien implementó el Estado del bienestar en Europa no fue predominantemente la socialdemocracia, sino la derecha, en Alemania, Italia, Francia, Inglaterra, por lo que este tipo de estado fue consensuado. Durante décadas, no se habló de educación privada, sino de educación pública. El liberalismo desapareció de la escena política, considerada una ideología exótica, que defendía posiciones antiestatales, completamente contrarias al consenso mayoritario. En Brasil, la derecha fue derrotada sucesivamente desde que fue derrotada por la revolución de Getulio Vargas, en 1930. Su último presidente, antes de 1930, Washington Luis, se destacó por la declaración de que «el problema social es un asunto de la policía». Después del gobierno de Vargas, la derecha fue derrotada sucesivamente. La caída de Getulio, en 1945, no representó el fin del getulismo, que continuó con el propio Getulio en 1950. La derecha se concentró en las ofensivas golpistas, coordinadas por la Escuela Superior de Guerra, fundada por Golbery do Couto e Silva y Castelo Branco – los mismas que finalmente lideraron el golpe de 1964. El suicidio de Vargas en 1954,  pospuso la dictadura durante diez años, pero antes de eso, el gobierno de Kubitschek representó un cambio estructural importante, con la llegada de inversiones masivas desde EEUU, con la industria automotriz como el punto más avanzado , que cambió la dirección del desarrollismo brasileño, ahora bajo la hegemonía del capital extranjero. Goulart fue vicepresidente de Kubitschek, mostrando cómo los sectores populares estaban subordinados en el nuevo bloque gubernamental.  La mayor victoria de la derecha en la historia de Brasil no ocurrió de manera democrática, sino a causa del golpe de estado de 1964, que terminó con un período de inestabilidad política y afirmó un modelo económico que, para el capitalismo brasileño, fue eficiente. Afirmó el camino brasileño como una alternativa en América Latina, allanando el camino para otras dictaduras en Uruguay, Chile y Argentina, que sin embargo no tuvieron éxito, porque perdieron el final del ciclo expansivo del capitalismo, utilizado por Brasil. La dictadura militar fue el período más exitoso para la derecha brasileña. En la democratización, logró derrotar una salida de amplia redemocratización del país, así puso en práctica un modelo económico distinto. El gobierno de Sarney fue una victoria para la derecha, al evitar una salida a la izquierda de la dictadura, pero fue un fracaso político como gobierno. La otra gran victoria de la derecha se dio en el período neoliberal, con los gobiernos de Collor y Cardoso. Se las arreglaron para imponer la ideología neoliberal. Políticamente derrotaron a Lula y al PT tres veces seguidas, dos de ellos en la primera ronda. Parecía que enterrarían a la izquierda y consagrarían al neoliberalismo, con la condena del Estado, del gasto público, de los derechos de los trabajadores, con el ajuste fiscal como un valor absoluto. El giro de la página del getulismo, anunciado por FHC, tenía la intención de pasar la página de la división derecha-izquierda, de las alternativas de izquierda al neoliberalismo, del liderazgo de Lula, del PT, de los sindicatos y de todos los movimientos sociales.  Fue una victoria para la derecha cambiar la centralidad de los problemas sociales, en el país más desigual del continente más desigual, a la agenda neoliberal: inflación, gasto excesivo e ineficiente del Estado, el mercado como el mejor asignador de recursos, que han permanecido en la opinión pública hasta hoy, excepto en los años de los gobiernos del PT. La inflación fue contenida, pero, sin políticas sociales, la desigualdad social aumentó, la recesión tuvo lugar, junto con el desempleo. La victoria se convirtió en una derrota. Los años de los gobiernos del PT fueron los de la mayor derrota de la derecha hasta ahora en la historia de Brasil. Brasil vivió sus años más virtuosos, con desarrollo económico, distribución del ingreso, reducción de las desigualdades, aumento de la inclusión social. La economía creció sin una inflación incontrolada o un desequilibrio desordenado en las cuentas públicas. El déficit de la seguridad social disminuyó, con la creación de más de 20 millones de empleos formales. El sueldo mínimo subió un 70% por encima de la inflación. La democracia política se mantuvo plenamente, al igual que la libertad de prensa. La imagen de Brasil en el mundo nunca había sido tan buena, el país proyectó a Lula como el líder político mundial más importante. Derrotada la derecha en cuatro elecciones democráticas, ha intentado sabotear a los gobiernos del PT desde su inicio. Acusaciones de corrupción, apoyadas por acciones ilegales de sectores del Poder Judicial, complicidad silenciosa con otros, campañas en los medios para desestabilizar a los gobiernos, finalmente movilizaciones para generar el clima que hizo posible el golpe del 2016 en contra de Dilma Rousseff.  Nueva y abrumadora victoria para la derecha. ¿Qué pasó? Hace cuatro años, podemos darnos cuenta del desastre en el que tuvo lugar la acción concertada de la derecha: medios de comunicación, empresas, poder judicial: en el mayor desastre de la historia de

Estados Unidos, Internacionales, Portada

Barack Obama: «No hay que elegir entre protesta y política, hay que hacer las dos cosas»

Fuente:  Barack Obama| Página/12 Fecha: 1° de junio de 2020 Mientras millones de personas en todo el país toman las calles y alzan sus voces en respuesta al asesinato de George Floyd y al problema de la justicia desigual, escuché a muchas personas preguntar cómo podemos mantener ese impulso para conseguir un cambio real. En última instancia, dependerá de una nueva generación de activistas diseñar las estrategias que mejor se adapten a estos tiempos. Pero creo que hay algunas lecciones básicas que surgen de las luchas del pasado ​​que vale la pena recordar. Primero, las oleadas de protestas en todo el país representan una frustración genuina y legítima por decádas de fracasos en los intentos de reformar las prácticas policiales y el todo el sistema de justicia penal en los Estados Unidos. La gran mayoría de los participantes han sido pacíficos, valientes, responsables e inspiradores. Merecen nuestro respeto y apoyo, no una condena, algo que la policía en ciudades como Camden y Flint han entendido de manera admirable. Por otro lado, la pequeña minoría que ha recurrido a diversas formas de violencia, ya sea por enojo genuino o por mero oportunismo, está poniendo en riesgo a personas inocentes, agravando la situación de barrios que en general ya carecen de servicios e inversiones básicas y perjudicando a la causa en su conjunto. Hoy vi a una anciana negra llorando cuando la entrevistaban porque la única tienda de comestibles de su vecindario había sido destruida. Si la historia enseña algo, sabemos que esa tienda puede tardar años en volver. Así que no disculpemos la violencia, ni la racionalicemos, ni participemos en ella. Si queremos que nuestro sistema de justicia penal y la sociedad estadounidense en general operen con un código ético superior, entonces tenemos que modelar ese código nosotros mismos . En segundo lugar, también escuché que algunos sugieren que el recurrente problema del prejuicio racial en nuestro sistema de justicia penal demuestra que solo las protestas y la acción directa pueden generar cambios, y que votar y participar en la política electoral es una pérdida de tiempo. No podría estar más en desacuerdo. El sentido de la protesta es aumentar la conciencia pública, poner de relieve la injusticia y poner incómodos a los poderes establecidos; de hecho, todo a lo largo de la historia estadounidense, el sistema político solo a prestado atención a las comunidades marginadas como respuesta a protestas y actos de desobediencia civil. Pero en última instancia, los reclamos tienen que traducirse en leyes específicas y prácticas institucionales y, en una democracia, eso solo sucede cuando elegimos funcionarios gubernamentales que respondan a nuestras demandas. Más aun, es importante que comprendamos qué niveles de gobierno tienen el mayor impacto en nuestro sistema de justicia penal y en las prácticas policiales. Cuando pensamos en política, la mayoría de nosotros se enfoca solo en la presidencia y el gobierno federal. Y sí, deberíamos estar luchando para asegurarnos un presidente, un Congreso, un Departamento de Justicia y un poder judicial federal que realmente reconozca el corrosivo papel que juega el racismo en nuestra sociedad y quiera hacer algo al respecto. Pero los funcionarios electos que más importan en la reforma de los departamentos de policía y el sistema de justicia criminal son los que trabajan a nivel estatal y local.. Son los alcaldes y las autoridades locales los que designan a la mayoría de los jefes de policía y negocian acuerdos de negociación colectiva con los sindicatos de la policía. Son los fiscales de distrito y los fiscales estatales los que deciden si investigan o no y los que, en última instancia, acusan a los involucrados en mala conducta policial. Esas son todas posiciones elegidas. En algunos lugares, también se eligen juntas de revisión policial con el poder de controlar la conducta policial. Desafortunadamente, la participación de los votantes en estas elecciones locales suele ser lamentablemente baja, sobre todo entre los jóvenes, lo que es un absurdo dado el impacto directo que estas oficinas tienen en los asuntos de justicia social, sin mencionar el hecho de que a menudo se determina quién gana y quién pierde esos lugares por solo unos pocos miles, o incluso unos pocos cientos de votos. Entonces, la conclusión es esta: si queremos lograr un cambio real, no tenemos que elegir entre protesta y política. Tenemos que hacer las dos cosas. Tenemos que movilizarnos para crear conciencia, y  tenemos que organizar y emitir nuestro voto para asegurarnos de elegir a los candidatos que transformarán en hechos la reforma buscada. Finalmente, cuanto más específicas sean nuestras demandas de reformas para la justicia y la policía, más difícil será para los que resulten electos hacer de voceros de la causa mientras duren las protestas para después volver a lo de siempre cuando hayan pasado. El contenido de esa agenda de reformas será diferente de acuerdo a las diferentes comunidades. Una gran ciudad puede necesitar un tipo de reformas; Una comunidad rural puede necesitar otra. Algunas agencias requerirán grandes cambios; otras cambios menores. Toda agencia de aplicación de la ley debe tener políticas claras, incluido un organismo independiente que lleve a cabo investigaciones de presuntas conductas indebidas. Las reformas a la  medida de cada comunidad requerirán que los activistas y organizaciones locales investiguen y eduquen a sus vecinos sobre qué estrategias funcionan mejor. Pero, como punto de partida, aquí hay un informe y un conjunto de herramientas desarrollado por la Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles y Humanos, basado lo realizado por el Grupo de Trabajo sobre Vigilancia del Siglo XXI que formé cuando estaba en la Casa Blanca. Y si estás interesado en tomar medidas concretas, también hemos creado un sitio  especial en la Fundación Obama para colaborar con las organizaciones que han estado dando batalla a nivel local y nacional durante años. Reconozco que estos últimos meses han sido duros y desalentadores: que el miedo, la tristeza, la incertidumbre y las dificultades de una pandemia se han visto agravados por el trágico recuerdo de que los prejuicios y la desigualdad aún forman gran parte de la vida estadounidense. Pero observar el creciente activismo de los jóvenes

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