Así avanza el neonazismo en Ucrania con el aval de su presidente
Por: Alexander Terekhin | Sputnik Mundo (28 de marzo de 2022) https://mundo.sputniknews.com/20220328/asi-avanza-el-neonazismo-en-ucrania-con-el-aval-de-su-presidente-judio-1123649483.html?utm_campaign=mundo_newsletter&utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_content=28 Cada vez que se menciona el problema del neonazismo, y su omnipresencia en Ucrania, se oye el contraargumento de que esto es imposible, pues el presidente de este país es judío. Sin embargo, esta afirmación no puede negar el hecho de que los grupos neonazis se han impregnado en todos los niveles del Gobierno de Ucrania. Mientras hay quienes ahora sacan a relucir las raíces judías de Volodímir Zelenski, desde hace muchos años la comunidad judía ha estado denunciando el auge del antisemitismo y el ultranacionalismo de influencia fascista en el país. En 2014, la revuelta del Maidán en Ucrania derrocó al presidente Víktor Yanukóvich, ante los vítores y el apoyo de Occidente. Los políticos y analistas de EEUU y Europa no solo celebraron el levantamiento como un triunfo de la democracia, sino que negaron los informes sobre el ultranacionalismo del Maidán y tacharon a los que advirtieron sobre el lado oscuro del levantamiento de títeres de Moscú. Y es que ni más, ni menos, «la libertad estaba ganando» en Ucrania. En los últimos años, las crecientes noticias sobre la violencia de extrema derecha, el ultranacionalismo y la erosión de las libertades básicas han estado desmintiendo la euforia inicial de Occidente. Y es que aparte del extremo antisemitismo prácticamente a nivel estatal, hay ataques neonazis contra los gitanos, ataques desenfrenados contra las feministas y los grupos LGBT, prohibiciones de libros y glorificación patrocinada por el Estado de los colaboradores nazis. Y cabe señalar que estas historias del oscuro nacionalismo ucraniano no salen de Moscú: las presentan los medios de comunicación occidentales, organizaciones judías como el Congreso Judío Mundial y el Centro Simon Wiesenthal; y organismos de control como Amnistía Internacional y Human Rights Watch. Ya en 2018 publicaron un informe conjunto en el que advertían de que Kiev estaba perdiendo el monopolio del uso de la fuerza en el país, donde las bandas de extrema derecha actúan con impunidad. También lo denunció el columnista de The Nation Lev Golinkin, de procedencia judía.Bastó con unos pocos años después del Maidán para que el faro de la democracia se convirtiera en una marcha de antorchas. Un batallón neonazi estatal en el corazón de Europa Además de la procedencia judía de Zelenski, a los medios occidentales también les gusta destacar que la extrema derecha ucraniana tiene un porcentaje pequeño de escaños en el Parlamento, e incluso se les compara con sus homólogos en Francia. Sin embargo, es un argumento espurio. Lo que le falta a la extrema derecha ucraniana en número de votos, lo compensa con cosas con las que Marine Le Pen solo podría soñar: unidades paramilitares y rienda suelta en las calles. Ahora Ucrania es la única nación del mundo que tiene una formación neonazi en sus fuerzas armadas. El notorio Batallón Azov se formó inicialmente a partir de la banda neonazi Patriota de Ucrania y en 2014 se incorporó a la Guardia Nacional de Ucrania. Lo pudo hacer a pesar de que Human Rights Watch y las Naciones Unidas le acusara de violaciones de los derechos humanos, incluida la tortura. Andriy Biletsky, el líder de esta banda que se convirtió en el comandante de Azov, escribió en una ocasión que la misión de Ucrania es «liderar las razas blancas del mundo en una cruzada final… contra los untermenschen [infrahumanos] dirigidos por los semitas». A pesar de que Zelenski es judío, Biletsky es ahora diputado en el Parlamento de Ucrania. Aunque el grupo niega oficialmente cualquier conexión neonazi, la naturaleza de Azov ha sido confirmada por múltiples medios occidentales: El New York Timescalificó al batallón de «abiertamente neonazi», mientras que USA Today, The Daily Beast, The Telegraph y Haaretz documentaron la inclinación de los miembros del grupo por las esvásticas, los saludos y otros símbolos nazis, y algunos combatientes también han reconocido ser neonazis. En enero de 2018, Azov desplegó su unidad de patrulla callejera Druzhina Nacional, cuyos miembros juraron lealtad personal a Biletsky y se comprometieron a «restaurar el orden ucraniano» en las calles. https://www.youtube.com/embed/IWvm2O1TgAw La Druzhina se distinguió rápidamente por llevar a cabo pogromos contra los gitanos y las organizaciones LGBT y por asaltar un consejo municipal. A principios de 2019, Kiev anunció que la unidad neonazi vigilaría las encuestas en las elecciones presidenciales celebradas en marzo. Con ello, la propia unidad no se escatimó en amenazar a los «enemigos de la nación ucraniana» porque las estaciones de elecciones estarían llenas de sus «combatientes». Apoyo estadounidense de los neonazis en Ucrania En 2017, el congresista Ro Khanna lideró los esfuerzos para prohibir que Azov recibiera armas y entrenamiento de EEUU. Pero el daño ya estaba hecho: el grupo de investigación Bellingcat demostró que Azov ya había recibido acceso a lanzagranadas estadounidenses, mientras que una investigación del Daily Beast demostró que los entrenadores estadounidenses son incapaces de evitar que la ayuda llegue a los supremacistas blancos. Y la propia Azov había publicado con orgullo un video de la unidad dando la bienvenida a los representantes de la OTAN. https://www.youtube.com/embed/LOB1aSNNSfM. Aunque Azov es el batallón que está en boca de todos, cabe señalar que no es la única formación de extrema derecha que ha recibido la aprobación de Occidente. En diciembre de 2014, Amnistía Internacional acusó al batallón Dnipro-1 de crímenes de guerra, entre ellos «utilizar la inanición de civiles como método de guerra». Seis meses después, el senador John McCain visitó y elogió al batallón. Especialmente preocupante es la campaña de Azov para transformar Ucrania en un centro de supremacía blanca transnacional. La unidad ha reclutado a neonazis de Alemania, el Reino Unido, Brasil, Suecia y EEUU.En octubre de 2018 el FBI detuvo a cuatro supremacistas blancos de California que supuestamente habían recibido formación de Azov. Este es un ejemplo clásico de retroalimentación: el apoyo de EEUU a los radicales en el extranjero rebota y vuelve al país norteamericano. La extrema derecha en el poder Entre 2016 y 2019 el Parlamento ucraniado estaba presidido por Andriy Parubiy, quien cofundó y dirigió dos organizaciones neonazis: el Partido Social-Nacional de Ucrania (posteriormente rebautizado como Svoboda) y Patriota de Ucrania, cuyos miembros acabarían formando el núcleo de Azov. Aunque Parubiy abandonó la extrema derecha a principios de la década de 2000, no ha rechazado su pasado. Cuando se le preguntó al respecto en una entrevista de 2016, Parubiy respondió que sus «valores» no habían cambiado. Parubiy,