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Las reuniones secretas de Bullrich con Cohen Sabbán, personaje clave en la operación que reactivó la denuncia de Nisman

Fuente: ARI LIJALAD, FRANCO MIZRAHI | El Destape Fecha: 28 de abril de 2021 Mientras era ministra tuvo al menos 7 encuentros con Ariel Cohen Sabban, por entonces presidente de la DAIA. Fue quien operó la reapertura de la denuncia de Nisman. Las reuniones figuran en la planilla de ingresos al ministerio de Seguridad, que El Destape obtuvo por un pedido de acceso a información pública.  https://3a1855b8bd1e4eaca6e4d1e1804562f8.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html?n=0 En 2016 y 2017, cuando era ministra de Seguridad, Patricia Bullrich mantuvo varias reuniones secretas con Ariel Cohen Sabban, por entonces presidente de la DAIA. Eran los meses en los que se pergeñaba la reapertura de la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman, maniobra que encabezaba Cohen Sabban. Bullrich tenía mucho que ver con el tema. Tuvo reuniones, llamados y mensajes en las últimas horas con vida de Nisman cuando era diputada y siguió el caso como ministra de Seguridad. En el registro de accesos al despacho de Bullrich figuran 5 reuniones con Cohen Sabban, hombre clave para la reapertura de la causa junto a los jueces que se juntaban con Mauricio Macri en Olivos. Y hubo otros dos encuentros entre Bullrich y Cohen Sabban, que da un total de 7, que ni siquiera figuran en los accesos al ministerio. Espionaje ilegalLas reuniones secretas de Bullrich con la banda del espía ilegal D’AlessioPor FRANCO MIZRAHI La revelación de estas reuniones es un dato clave ya que el gobierno de Macri tenía mucho interés en la reapertura de la denuncia de Nisman para apuntalar su embestida judicial contra CFK. Que Bullrich se reuniera con Cohen Sabban revela cómo seguía el tema, ya que el entonces presidente de la DAIA fue quien operativizó esa jugada judicial. Cohen Sabban fue quien logró en lo formal la reapertura de la denuncia de Nisman el 29 de diciembre de 2016, luego de un año con varias reuniones secretas con Bullrich. Lo hizo pese a que no presentó el poder que lo habilitaba a hacerlo por parte de la DAIA, hecho que Comodoro Py decidió pasar por alto. La Cueva de PatoEspionaje ilegal: Los encuentros secretos de Bullrich con los agentes de la AFIPor FRANCO MIZRAHI Para lograr la reapertura Cohen Sabban usó dos elementos: la ratificación de la inconstitucionalidad del Memorandum de Entendimiento con Irán y una grabación ilegal de una conversación entre Timerman y el dirigente de la AMIA Guillermo Borger que no aportaba ningún dato nuevo pero sirvió para la presión mediática. La ratificación de la inconstitucionalidad la tenía rápido gracias a que el Gobierno de Macri no apeló el fallo de la Cámara de Casación y quedó firme. La escucha ilegal la difundió Radio Mitre y la obtuvo el ahora procesado Daniel Santoro, también asiduo visitante del despacho de Bullrich. Esos fueron los hechos nuevos que tomaron los jueces de la Cámara de Casación Mariano Borinsky y Gustavo Hornos para reabrir el caso, apartar a todos los que habían intervenido y entregarle el expediente a Claudio Bonadio, todo ese 29 de diciembre de 2016. La investigación de El Destape sobre la Operación Olivos reveló que Borinsky y Hornos se reunieron con Macri en la quinta presidencial pocos días antes de reabrir la denuncia de Nisman. Ahora este medio revela que el impulsor de esa reapertura, Cohen Sabban, se reunía con Bullrich mientras armaban todo. Fueron 5 reuniones en medio año, 3 durante el mes previo a que Cohen Sabban pidiera la reapertura. Hubo otras 2 reuniones posteriores a que lo lograran. De las 7 reuniones entre Bullrich y Cohen Sabban solo una fue pública y fue posterior a la reapertura de la causa contra CFK y Timerman. Las demás no fueron consignadas en el registro público de audiencias del Ministerio del Interior al que se puede acceder libremente (https://audiencias.mininterior.gob.ar/) y en donde los funcionarios están obligados a anotar sus encuentros. El Destape obtuvo los registros de acceso al ministerio de Seguridad durante la gestión Bullrich a través de un pedido de acceso a la información pública tal como establece la ley 25.275. Allí figuran los ingresos de Cohen Sabban a ver a Bullrich. Derechas La llegada de Macri y Bullrich al gobierno coincidió con la de Cohen Sabban a la presidencia de la DAIA. Cohen Sabban ganó las elecciones en la DAIA el 20 de noviembre de 2015 con el 52% de los votos. A los dos días Macri se impuso en el ballotage contra Daniel Scioli con un resultado similar. Un combo perfecto para la derecha política y comunitaria: Cohen Sabban integra el Bloque Unido Religioso, una corriente de la ortodoxia judía que comanda el rabino Samuel Levin y que es el sector más alineado a la derecha dentro de la DAIA. La alianza con el macrismo no tardaría en cristalizarse. Y Bullrich tuvo mucho que ver. Bullrich está casada con Guillermo Yanco, vicepresidente del Museo del Holocausto y de estrecha cercanía con Claudio Avruj, que fue secretario de Derechos Humanos de Macri y es uno de los cuadros que Cambiemos sumó de parte de la DAIA y puntualmente del Bloque Unido Religioso, el sector que impulsó la presidencia de Cohen Sabban. El armado Apenas comenzó su gestión Bullrich recibió a Cohen Sabban en su despacho. La primera reunión fue el 14 de marzo de 2016 y la segunda el 10 de mayo. Ninguna figura en el registro público de audiencias. Al día siguiente de la segunda reunión con Cohen Sabban, el 11 de mayo, Bullrich recibió en su despacho al empleado jerárquico de Clarín Daniel Santoro, hoy procesado por su participación activa en una red de espionaje ilegal. En el caso de la denuncia de Nisman el rol de Santoro fue clave para fogonear la denuncia por traición a la Patria que instrumentó Bonadio. MÁS INFO La cueva de PatoLa reunión secreta de Bullrich con fiscales que impulsaron causas contra CFKPor ARI LIJALAD A los pocos días de la segunda reunión Bullrich-Cohen Sabban, el 16 de mayo de 2016, hay un acta del Consejo Directivo de la DAIA firmada por Cohen Sabban y el secretario general de la entidad Santiago Kaplun donde se deja constancia de que ese consejo, no la Asamblea de la

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Ciclo de charlas del Llamamiento: PANDEMIA Y DERECHOS HUMANOS

Invitado especial: Jorge Rachid En el comienzo el compañero Jorge Rachid habla del respeto y la admiración que tiene por el trabajo y la valentía  del Llamamiento en oponernos a los poderes facticos que dominan a los poderes fácticos que dominan el espacio simbólico  y la conciencia del conjunto de la ciudadanía. Ejemplo de lo disruptivo en la conciencia del conjunto del pueblo. La pandemia pone en evidencia algo que el mundo había naturalizado, la crisis civilizatoria de aceptación de la muerte, que una molécula puso en evidencia y cambio el mapa del mundo. Dejo en la vidriera de ese mundo a los niveles de degradación humana y de la naturaleza. Esta crisis da lugar a nuevos ejes de discusión geopolíticos que pasan desde el calentamiento global al cuestionamiento profundo de los sistemas democráticos avasallados por los fondos buitres de inversión de medios hegemónicos y la naturalización de la muerte cuando se hace en nombre de la libertad y la democracia. Hay otras muertes sin nombre que provocan 24 000 muertes de los cuales 8 000 son niños por día, desde hace 10 años por hambre. Nunca declaro la OMS  una pandemia alimentaria. Dolor cotidiano que se produce por muertes por hambre. Los Derechos Humanos están contenidos en cada una de las facetas de los pliegues sobre los cuales transito este descubrimiento, dolor y combate para muchos  pueblos del mundo. No se ha encontrado el origen de la molécula. Muto de un huésped que esta desapareciendo por el calentamiento global y los agro tóxicos. Esta molécula logro  derrotar a los mercados, las bolsas, quebrar empresas y provocar una crisis económica mundial. Hizo algo importante por los pueblos del mundo, deterioro las bases teóricas del neoliberalismo  empujo al Estado a recuperar su lugar protagónico como ordenador social, porque el mercado nos llevaba a un darwinismo social como en Brasil, constitución de empresas del Estado y transculturación de los Servicios Públicos. La primera derrota del neoliberalismo fue cuando se jerarquizo al Estado asumiendo su rol de planificador estratégico. Hay tres ejes importantes la geopolítica, la farmacéutica y la de las patentes. Preocuparnos por la pandemia, por la vida y la vacunación. La importancia de las vacunas para eliminar la pandemia y las enfermedades. Hablamos de un ataque perpetuo a las políticas sanitarias. Vamos por 75 millones de vacunas para nuestro país. Nosotros tenemos un país que no es subdesarrollado. Tenemos producción publica de medicamentos, los radares, los satélites. Produjimos los sets serológicos  y los sets moleculares para la detección del virus. Jonas Salt  y Sabin frente a la pregunta si iban a patentar la vacuna contestaron acaso el sol se puede patentar, sale para todos, hoy las patentes son dominadas por los Fondos Buitres. Ya sabemos lo que hace Pfizer con los bienes soberanos como parte de pago, susu mayores lobistas son Black Rok y Paul Singer lo ayuda comprando patentes. El paradigma de la medicina social, de la epidemiologia critica fue arrasado por el paradigma de la atención a las enfermedades. El sistema nos necesita enfermos y crónicos. Esto es un manejo genocida sobre la vida de los pueblos. No le interesamos ni muertos ni sanos estos son parte de los Derechos Humanos por los que tenemos que pelear. Debemos romper las estructuras del coloniaje avanzar en el proceso de Liberación Nacional, si queremos una justicia que sea justa y una justicia social que termine definitivamente con la pobreza para cumplir definitivamente con nuestro mandato histórico.

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LA SEGUNDA OLA INSUMISA

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna Fecha: 23 de mayo de 2021 Dos décadas atrás, las compulsas electorales en el subcontinente enfrentaban a partidos o coaliciones de derecha neoliberal contra vetustas organizaciones adscriptas a la socialdemocracia de cuño europeo, pasteurizadas y dóciles frente a las políticas impulsadas por el Consenso de Washington promovidas por el Departamento de Estado. En el primer decenio de este siglo XXI, se configuraron en América Latina inéditos procesos soberanistas que impulsaron proyectos de integración regional. Dichas iniciativas motivaron la hostilidad y el literal acoso de sus figuras más representativas por parte de una alianza compuesta por CEOs de empresas trasnacionales, fundaciones tecnocráticas y propaladoras mediáticas disfrazadas de neutrales, todas ellas coordinadas por diferentes agencias gubernamentales del Departamento de Estado. La segunda ola anti-neoliberal se diferencia de su primera etapa, suscitada a principios de siglo, por el protagonismo de sectores independientes, movimientos sociales, colectivos feministas y pueblos originarios conjugados con la irrupción de una nueva cohorte etaria que articula la cultura y la política en formatos creativos de expresividad callejera. Todas esas fuerzas sociales coinciden en repudiar las políticas de ajuste y cuestionar de alguna manera a los partidos tradicionales, al tiempo que exigen formas más horizontales de representación política. Las últimas puebladas contra Lenin Moreno en Ecuador, las que arrancaron la elección de constituyentes a Sebastián Piñera y las opuestas al programa de ajuste de Iván Duque –en plena pandemia– se emparentan con la resistencia de las comunidades campesinas ocurridas durante el gobierno golpista de Jeanine Áñez en Bolivia, donde las mujeres tuvieron un rol central. Los movimientos populares han dado lugar a procesos electorales en los que indefectiblemente ha sido protagonista algún candidato de izquierda, progresista o portador de credenciales nacionalistas revolucionarias. Los modelos de concertación al estilo chileno, en los que la socialdemocracia se aliaba a partidos de centroderecha para administrar –de forma edulcorada– los programas neoliberales, evidencian su agotamiento. Esos signos de pérdida de legitimidad de la partidocracia histórica se observan también en Perú y en Colombia de forma particular. En el primer caso, bajo la evidencia de una fragmentación cariocinética del sistema político –evidenciada en la dimisión de dos Presidentes en los últimos tres años­, Martín Vizcarra y Pedro Kuczynski–; en el segundo caso, por la irrupción de un movimiento horizontal que logró imponerle límites a Iván Duque. Los tres países que han evidenciado claras muestra de resistencia al programa neoliberal se habían mantenido al margen de la primera ola soberanista liderada por Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Evo Morales y Lula, surgida durante la primera década del siglo. A pesar de las interesadas interpretaciones de los analistas de la derecha continental, los tres casos se suman –y no relevan ni sustituyen– a los procesos de autonomía que se manifiestan en la actualidad en México, la Argentina y Bolivia. Incluso en el caso de Ecuador, donde ganó en segunda vuelta el candidato de la derecha neoliberal, la primera minoría de la Asamblea Nacional es ocupada por el correísmo, hoy bajo el paraguas partidario de la Unión por la Esperanza (UNES). En Colombia se cumplieron tres semanas de movilizaciones con una huelga general promovida por los sindicatos, los estudiantes y las organizaciones sociales. El pliego de condiciones que fue entregado al gobierno incluye el inmediato fin de la violencia, la transformación de los organismos de seguridad, la aplicación de una renta básica para las familias pobres y la extensión de los programas de empleo y educación para los y las jóvenes. Hasta el último viernes, los manifestantes lograron derribar el paquete fiscal que contenía un aumento de impuestos a los alimentos básicos y la reforma del sistema de salud que profundizaba una mayor privatización en plena pandemia. Mientras continúan los emplazamientos de barricadas en diferentes puntos del país, el gobierno recurrió a las Fuerzas Armadas para desbloquear las carreteras. Por su parte, en una clara señal de solidaridad con el régimen, el futuro subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, anunció la colaboración de Washington con el mandatario colombiano sin hacer referencia a la represión que se cobró –luego de un mes de protestas pacíficas– más de 2000 víctimas. Según el Observatorio de Conflictividades del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ), hasta el último jueves se contabilizan 49 personas asesinadas por parte de los grupos paramilitares, la Policía Nacional y el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD). Además los medios de comunicación coinciden en el número de 124 heridos, 13 personas con daños oculares, 6 hechos de agresión sexual, 726 detenciones arbitrarias, 45 defensores de derechos humanos detenidos o limitados para realizar sus funciones, y 1089 casos de violencia institucional de los organismos de seguridad. La represión gubernamental se suma a la violencia sistémica que se observa en las regiones rurales, invisibilizada por los medios locales e internacionales que han naturalizado el genocidio por goteo de líderes y lideresas sociales que defienden sus territorios contra las bandas de narcotraficantes apañadas por el Estado. Desde 2016, han sido asesinadxs aproximadamente 900 líderes y lideresas sociales, y se han denunciado 6.042 víctimas fatales, en hechos descriptos como “falsos positivos”, es decir campesinos a los que se masacra y luego se disfraza de guerrilleros para justificar sus muertes. La revuelta colombiana repite algunas características de lo sucedido en Chile en 2019. En Puerto Resistencia, Cali, Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga y Popayán se conformaron grupos de defensa popular que se describieron como integrantes de la Primera Línea, en abierta identificación con sus antecesores trasandinos. Colombia tiene planificadas las elecciones para mayo de 2022. Todos los analistas, incluso los más cercanos al actual gobierno, pronostican un triunfo del candidato de izquierda, Gustavo Petro, en la primera vuelta. Alamedas grandes Las elecciones de constituyentes chilenos, llevadas a cabo el fin de semana del 15 y 16 de mayo, su sumaron a las votaciones para nominar a 346 alcaldes, concejales municipales y, por primera vez, gobernadores de las 16 regiones. Los resultados de los comicios sorprendieron a la derecha continental y generaron escozor en la

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Miles de personas se unen al mitin de Tel Aviv por un ‘futuro conjunto’ después de la lucha entre Israel y Gaza y la violencia entre judíos y árabes

Fuente: Bar Peleg | Haaretz   Fecha: 22 de mayo de 2021 Una manifestación a favor de la paz en el centro de Tel Aviv el sábado atrajo a varios miles de participantes, pidiendo una asociación judía-árabe e instando a Israel a trabajar para resolver su conflicto de décadas con los palestinos, que estalló en las últimas dos semanas con luchas mortales en la Franja de Gaza. El autor David Grossman dijo a la multitud en Habima Square: «Nosotros, los israelíes, todavía nos negamos a darnos cuenta de que ha terminado el tiempo en el que nuestro poder puede forzar una realidad que es conveniente para nosotros y solo para nosotros, para nuestras necesidades e intereses». Ayman Odeh, líder de la Lista Conjunta de mayoría árabe tripartita, dijo en su discurso que «La guerra solo es buena para los señores de la guerra… para Benjamin Netanyahu, pero es mala para ambos pueblos. Hay civiles en Gaza y hay civiles en Israel, y tenemos que mantenerlos fuera del círculo del terror». Odeh pidió «un futuro conjunto para todos nosotros», un sentimiento secundado por otro político que habló en la manifestación, Tamar Zandberg de Meretz. Zandberg dijo en la manifestación: “No es una coincidencia que la violencia estallara justo cuando comenzamos a sentir que quizás judíos y árabes también pueden cooperar en política. Algunas personas querían sabotear esta visión, querían seguir sembrando odio e incitación y violencia. Pero esta noche y aquí, les estamos diciendo – basta, no. Ahora también podemos y debemos establecer un gobierno diferente en Israel que no fomente el odio, no incite, no separe a judíos de árabes». También hablaron miembros de los grupos Unidos y Rompiendo el Silencio, que organizaron el mitin. Sally Abed, de Standing Together, dijo: “Como ciudadana palestina de Israel, me niego a volver a la rutina de la discriminación institucionalizada, de la violencia policial y detenciones políticas, de la ciudadanía limitada. Me niego a volver a la rutina en la que en un tren tengo miedo de contestar una llamada telefónica de mi madre en árabe. El árabe es mi idioma y es uno de los idiomas de este lugar, y no estoy dispuesto a volver a una rutina en la que la gente tiene miedo de hablarlo». Ariel Bernstein, de Breaking the Silence, quien se desempeñó como soldado de combate en la unidad de reconocimiento de la Brigada Nahal, dijo: «Durante los últimos siete años, desde que yacimos en las dunas de arena en las afueras de Beit Hanun,  nuestros líderes no hicieron nada para movernos hacia una solución diplomática. Siete años en los que no nos han ofrecido nada más que desesperación, mientras nos han vendido la ilusión de la normalidad. Exigen que enterremos la cabeza en la arena y pensemos que la situación actual es buena y normal. Pero no hay nada de normal en una dictadura militar, un bloqueo asfixiante y un apartheid en los territorios». El pasado sábado por la noche, se llevó a cabo un mitin similar en la plaza Habima, que fue parte de la ola de manifestaciones que pedían la convivencia y la reconciliación que se llevó a cabo durante la operación de Gaza. Durante todo el operativo, se realizaron manifestaciones contra la violencia y el odio en plazas, cruces y puentes de las ciudades de todo el país. Cientos de personas también se reunieron en protesta contra el primer ministro Benjamín Netanyahu cerca de la residencia oficial del primer ministro en Jerusalén. Videos de  la marcha y el acto: Traducción: Dardo Esterovich

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La tragedia de Jerusalén y el apartheid israelí

Fuente: Ezequiel Kopel | Nueva Sociedad Fecha: 20 de mayo de 2021 La escalada de violencia que comenzó en Jerusalén ya provocó más de 40 muertos. El histórico conflicto entre israelíes y palestinos retorna con fuerza y pone en debate la política israelí en los territorios ocupados. Las alternativas frente al conflicto existen, pero son pocos quienes están dispuestos a apoyarlas y los pirómanos parecen estar ganando la batalla. La semana pasada la situación en Israel empezó a descarrilarse hacia una tragedia anunciada. En Jerusalén Este (la zona árabe), más precisamente en el barrio de Sheikh Jarrah, los habitantes palestinos de la ciudad encontraron la excusa perfecta para protestar ante la discriminación continua que sufren a manos del gobierno de Israel. Allí, cientos de palestinos –con la presencia solidaria de un puñado de activistas israelíes– elevaron su voz ante la orden de desalojo que recibieron varias familias árabes de parte del Poder Judicial de Jerusalén, el cual argumentó que familias palestinas se encontraban ocupando ilegalmente viviendas que antes de que se conformara el Estado de Israel en 1948 (y Jerusalén se dividiera entre control israelí al oeste y jordano al este) eran de propiedad judía. Los ocupantes palestinos explicaron una y otra vez que la mayoría de ellos también eran refugiados que, a su vez, habían sido expulsados de poblados que habían quedado bajo dominio israelí con posterioridad al establecimiento del Estado hebreo, y que las autoridades jordanas los habían reacomodado en viviendas que antes eran de judíos. La pregunta que se hacían los damnificados ante la decisión judicial era clara y estaba dirigida hacia el corazón de una cuestión aún no saldada: ¿por qué familias judías pueden presentar reclamos por propiedades que debieron abandonar por la conflagración de 1948, pero ningún palestino puede hacer lo mismo con sus antiguas viviendas hoy ocupadas por israelíes después la guerra, a lo largo y ancho de todo Israel? Las llamas actuales comenzaron a avivarse hacia un punto de no retorno cuando Haram Al Sharif (la explanada elevada donde se encuentran el Domo de la Roca y la Mezquita de Al Aqsa y que los judíos también reverencian, pues allí se encontraba el Templo de Salomón), repleto por la festividad musulmana de Ramadán, protestó masivamente en solidaridad con el barrio de Sheikh Jarrah. Los disturbios incluyeron el lanzamiento de piedras y cánticos palestinos en favor de la independencia, y las fuerzas israelíes contestaron con una violenta represión, que si bien no causó muertos aún en Jerusalén por la notoria decisión de la policía israelí de no usar fuego vivo, incluyó imágenes delicadas para el sentimiento palestino, como lo fue el lanzamiento de granadas de estruendo y humo dentro de la mezquita de Al Aqsa (el tercer lugar más sagrado para el islam). A partir de entonces, todo estuvo servido para la ganancia de los piromaníacos: la organización fundamentalista Hamas –que controla una Franja de Gaza bloqueada por Israel– aprovechó la oportunidad e hizo su entrada triunfal para posicionarse como protectora de los palestinos y así avanzar su disputa interna contra la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) (que administra algunas ciudades de Cisjordania bajo supervisión israelí y trató de contener las protestas). Para ello lanzó ataques con cohetes contra Israel. Hamas sabe muy bien –de igual manera que lo comprenden los extremistas judíos– que cualquier disturbio acontecido en Haram al Sharif potencia su discurso nacional-religioso a expensas de la posición mayoritaria palestina de llegar a un acuerdo con los israelíes. A esto se debe que los fundamentalistas de ambos lados anhelen la violencia en Jerusalén, pues los problemas pueden empezar en la mítica ciudad santa pero nunca terminan dentro de sus límites. La realidad es que Hamas le hizo un flaco favor a la causa palestina al entrar en un intercambio violento con Israel, que, al fin y al cabo, mueve el escenario de una lucha de resistencia civil en Jerusalén –que Israel no sabe manejar– a una disputa armada que Israel dominará tarde o temprano. De esta manera, y desde la noche del lunes, Hamas lanzó 500 cohetes desde Gaza hacia Israel: 150 cayeron dentro de la Franja, otros 200 fueron interceptados por el Domo de Hierro (el escudo antimisiles israelí) y el resto impactó principalmente en ciudades sureñas israelíes causando tres muertes. Israel reaccionó con rapidez y bombardeó masivamente la Franja de Gaza, una de las zonas más densamente pobladas del mundo, lo que provocó más de 30 muertos, entre ellos varios niños. Para hacer más complicada la cuestión, Israel se encuentra en una impasse política: el actual primer ministro Benjamin Netanyahu no pudo formar una coalición de gobierno luego de las elecciones y hoy la oportunidad de hacerlo la tiene una heterogénea alianza que integran derechistas e izquierdistas israelíes junto con islamistas árabes israelíes. La escalada violenta sin dudas beneficia al líder del Likud, pues será muy difícil para sus rivales políticos, encabezados por el nacionalista religioso Naftali Bennett y el centrista secular Yair Lapid, conformar en los días por venir una coalición para la cual necesitan el apoyo de los partidos árabes israelíes (un eufemismo para denominar a los palestinos con ciudadanía de Israel). Y cualquier colaboración de los partidos palestinos dentro de Israel en el medio de un conflicto violento será vista como una traición a su pueblo. Volviendo a Jerusalén, la actual disputa en la ciudad encuentra su origen en el problema irresuelto de su estatus legal y a la fallida partición del territorio de Palestina en un Estado judío y otro árabe. Bajo el plan de partición de las Naciones Unidas, aprobado en noviembre de 1947, Jerusalén –como Belén– se convertiría en un Corpus Separatum, es decir, bajo control internacional y sin manejo efectivo ni del Estado judío ni de los árabes. La tutela internacional –que habría implicado que varios países tuvieran una representación diplomática separada en Jerusalén– nunca llegó a implementarse debido a la guerra que pelearon, en primer lugar, israelíes contra palestinos y, a partir de la Declaración de Independencia israelí, en mayo de 1948, el naciente

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Declaración de las organizaciones populares, progresistas y feministas de la colectividad argentina judía frente a la situación en Israel y Palestina

Ante los hechos de público conocimiento manifestamos nuestra gran preocupación frente a la espiral de violencia que está teniendo lugar en Israel y Palestina. Rechazamos el bombardeo en Gaza y la represión en Cisjordania y Jerusalem por parte del gobierno israelí que ya tiene como saldo centenares de muertes y miles de personas heridas, así como el ataque a población civil israelí que realiza Hamás que también dejó una docena de muertos y cientos de heridos. Reconocemos una situación desigual —hay un Estado ocupante y un pueblo oprimido y ocupado— y condenamos cualquier ataque a civiles a ambos lados de la frontera. Creemos imposible comprender la dolorosa situación actual sin contemplar la ocupación del territorio palestino por parte del Estado de Israel por casi 54 años. Es en ese marco que la justicia israelí ordenó el desalojo de más de 70 familias palestinas de Jerusalén oriental, lo cual motivó las protestas que fueron reprimidas incluso dentro de la mezquita de Al-Aksa, provocando una escalada de la violencia. Lejos de ser este un “conflicto judicial entre privados” como se lo intenta presentar, toca uno de los aspectos más sensibles del reclamo palestino que es el de los refugiados tras el establecimiento del Estado de Israel: se está reconociendo a judíos el derecho a un reclamo que le es negado a cualquier palestino que pretenda ejercerlo. Esto tiene lugar, a su vez, en un contexto en el que sectores de la derecha hablan abiertamente de “judaizar” Jerusalén del este. Decimos esto en un contexto en el cual voces judías argentinas de carácter reaccionario y discurso alineado con la derecha israelí pretenden arrogarse la representación de toda la colectividad, considerando que cualquier expresión crítica respecto al accionar del gobierno israelí o bien solidaria con el pueblo palestino es antisemita, lo cual es un verdadero absurdo. Por último, rechazamos todas las expresiones antisemitas que estuvieron aflorando en varias partes de Argentina y el mundo a raíz del conflicto. Condenamos las pintadas en la Asociación Israelita de Bahía Blanca, así como en el cementerio sefardí de Lomas de Zamora, los ataques a sinagogas en París y Alemania, entre otros. A su vez, condenamos los discursos islamófobos hacia adentro y afuera de nuestra comunidad. Hacemos estas manifestaciones desde una profunda identidad judía humanista, que entendemos comprometida con los valores de justicia social, de paz, de igualdad y de autodeterminación para todos los pueblos, por lo cual bregamos por un pronto cese de hostilidades y comienzo de un camino que haga que esos anhelos puedan hacerse realidad. Cualquier pretensión de resolución del conflicto que no contemple los intereses de ambas partes y su correspondiente representación y reconocimiento mutuo en la mesa de negociaciones carece de perspectiva alguna de realidad. Es por eso que nos identificamos con los sectores pacifistas israelíes y palestinos, muchas veces silenciados e invisibilizados, y con la población que quiere vislumbrar un futuro de convivencia pacífica.  Amós Argentina ICUF Asociación de Entidades Culturales Judías de la Argentina Judíes Feministas Llamamiento Argentino Judío Espacio Nejome Unión de Jóvenes Judíos Argentinos

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Los seres humanos son capaces de hablar, no solo de llevar un garrote

Fuente: Zehava Galon | Haaretz  Fecha: 13 de mayo de 2021 Uno de los mitos que está diseminando la gente de relaciones públicas del primer ministro Benjamin Netanyahu -con relaciones públicas sin paralelo- es que es un líder cauteloso, que evita las guerras. Disculpe, pero eso es una mierda. Netanyahu se ha involucrado durante todos sus largos mandatos en una guerra a pequeña escala, con una táctica llamada «cortar el césped». No es difícil de explicar. La suposición básica es que no tiene sentido hablar con los palestinos. Por eso, habrá brotes violentos de su parte, y es por eso que Israel «cortará el césped» con una violencia aún mayor. En otras palabras, la «táctica» de Netanyahu es la guerra perpetua. Y dado que la guerra no resuelve nada, porque el objetivo de la guerra es un avance diplomático, y porque el objetivo de Netanyahu es la esclavización perpetua de los palestinos, eso significa rondas repetidas de violencia. Los creyentes en el mito de Netanyahu descartan la Operación Margen Protector, la guerra de Gaza de 2014, como una conflagración única, y olvidan convenientemente los constantes disparos de Israel contra la Franja. Este tiroteo fue noticia durante los sangrientos días de 2018, cuando mató a cientos de habitantes de Gaza desarmados en la barrera de seguridad, pero continúa a diario. Los discípulos equivocados quieren que olvidemos los días de los detectores de metales en el Monte del Templo y el duro conflicto en Jerusalén, que se repitió la semana pasada. Netanyahu no tiene una política, solo un garrote. Y cualquiera que se acostumbre a usar un garrote se enfrenta a dos problemas: primero, tiene que usarlo cada vez más, para demostrar que no tiene inhibiciones. Nuestros tácticos llaman a esto «disuasión». De vez en cuando los tácticos descubren, con asombro cíclico, que la disuasión no funciona, por eso tenemos que «restaurarla». ¡Vuelve a casa, disuasión! Todo está perdonado. El segundo problema de la adicción al garrote es que te olvidas de la existencia de otras herramientas. Todo te parece un cráneo que se puede romper, y no te das cuenta de que cuantas más cabezas abres, más te ven como el matón del vecindario. La Franja de Gaza es un caso de prueba. Ha sido responsabilidad de Netanyahu desde 2009, pero nunca ha esbozado una política propia. Continuó la política de contar calorías para los habitantes de Gaza. Netanyahu nunca ha tenido reservas sobre el beneficio del bloqueo terrestre y marítimo contra dos millones de personas. Incluso después de la Operación Margen Protector, cuando tuvo la oportunidad diplomática de rehabilitar Gaza, incluso hubo presión internacional para hacerlo, se abstuvo de hacerlo. Netanyahu nos cuenta la historia de que cree en la paz económica. Bueno, tuviste una oportunidad, ¿por qué no la implementaste? Porque Netanyahu cree en una sola cosa: su supervivencia personal. Rehabilitar la Franja haría que su base se levantara contra él, la gente que vimos esta semana gritando en el Muro Occidental, en una paráfrasis de Sansón «para que con este único acto de venganza pueda pagar a Palestina por mis dos ojos». Cortar el césped no le exige ningún precio: los israelíes están acostumbrados a pagar en muertos, heridos y enfermos de trastorno de estrés postraumático. Y mientras haya más palestinos muertos, y eso es un hecho, a la luz del equilibrio de poderes, Netanyahu seguirá siendo un hombre-hombre. Y en el camino, encenderá la sociedad israelí, evitará que la Lista Árabe Unida y la Lista [Árabe] Conjunta se unan al “bloque de cambio” y mantendrá su asiento, espera. En el país de los ciegos, el tuerto seguirá siendo rey. Tenemos que abrir los ojos, comprender lo que está sucediendo y desear un cambio real. Un cambio que entiende que “cortar el césped” simplemente perpetúa el conflicto, que el conflicto es entre seres humanos, y que los seres humanos también somos capaces de hablar, no solo de llevar un garrote.

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Preocupación por la escalada de violencia entre palestinos e israelíes

El Llamamiento Argentino Judío expresa su preocupación por la escalada de violencia entre palestinos e israelíes, con su saldo de muertos y heridos de ambos lados, iniciada en choques de la policía israelí con los fieles palestinos que visitaban la Explanada del Templo, a la que siguió el lanzamientos de cohetes por parte del Hamás contra Jerusalem, Sderot y otras ciudades, y se profundizó con los bombardeos de la aviación israelí sobre la Franja de Gaza. Entre las causas de estos enfrentamientos se encuentran la intención de colonos israelíes de reclamar para si las viviendas de los palestinos ubicadas en Jerusalem Oriental y la provocación que significa la marcha que se realiza el Día de Jerusalem, festejando la toma por parte de las tropas israelíes de ese sector de la ciudad en la Guerra de 1967, combustible suficiente para desatar la tragedia. Todo esto sumándose a los enfrentamientos previos que se venían sucediendo desde el comienzo de las celebraciones durante el mes de Ramadán, originadas por la presencia de tropas en la Explanada del Templo, lugar de peregrinación durante la conmemoración y que tuvo como respuesta el bombardeo contra la población israelí. La población civil de uno y otro lado no puede estar involucrada ni sufrir las consecuencias de la soberbia de los fundamentalistas y de la no resolución del conflicto de fondo, que es la ocupación israelí de territorio palestino. Como ante cada ocasión donde la violencia se hace presente, el Llamamiento Argentino Judío considera que, como esta expresado en sus bases fundacionales, la solución pacifica del conflicto pasa necesariamente por la propuesta “dos Estados para dos Pueblos”, donde desde el mutuo reconocimiento y la coexistencia pacifica se puedan derribar muros, y construir los puentes necesarios para terminar con este conflicto, que solo trae amargura, dolor y muerte para los pobladores de la región.

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Reemplazar a Netanyahu es más urgente que nunca

Fuente: Editorial de Haaretz Fecha: 11 de mayo de 2021 Israel está una vez más al borde de un amplio enfrentamiento militar en la Franja de Gaza. Los bombardeos de cohetes disparados por Hamas y la Jihad Islámica en ciudades israelíes, que causaron muertos y heridos, así como los ataques de la Fuerza Aérea de Israel en Gaza, están moviendo a ambos lados hacia una guerra cuya duración y costo, en vidas humanas y en propiedades, se desconocen. . Pero incluso mientras la situación con respecto a la Franja de Gaza se deteriora, la protesta violenta se está extendiendo en las ciudades árabes y en las ciudades mixtas de todo Israel. El espíritu de los acontecimientos de octubre de 2000 se cierne sobre los enfrentamientos entre civiles y policías, y amenaza con socavar una vez más el delicado y frágil tejido de la convivencia, y ciertamente la débil esperanza de que se pueda formar un gobierno basado en la cooperación judío-árabe. La violencia fue peor en Lod y Ramle, pero no pasó por Jaffa, Haifa y muchos otros lugares. Los residentes árabes arrojaron piedras contra las casas judías, parte del nuevo cementerio de Ramle fue incendiado y varias sinagogas fueron apedreadas. Durante la noche entre el lunes y el martes, Lod se convirtió en una zona de guerra: los jóvenes destrozaron todo lo que encontraban y las carreteras principales de la ciudad fueron bloqueadas. La protesta se extendió al Centro Médico Shamir – Assaf Harofeh, donde decenas de personas se amotinaron, arrojaron piedras y dañaron equipos. Las razones del estallido de esta violenta protesta están conectadas a una serie de malas decisiones tomadas en Jerusalén durante el mes de Ramadán, que siempre es potencialmente catastrófico: el establecimiento de puestos de control en la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja, los enfrentamientos en Sheikh Jarrah, la testaruda insistencia en sostener la Marcha de Banderas. El comisionado de policía Yaakov Shabtai jugó un papel decisivo en todo esto, y su afirmación de que la policía había sido «demasiado blanda» apunta a un problema preocupante para percibir la realidad. Pero la policía se ve obligada a lidiar con los síntomas de un problema mucho más profundo que está surgiendo en estos días: la realidad de 54 años de ocupación. En su deseo de luchar contra el nacionalismo palestino, debilitarlo e incluso hacerlo desaparecer, el primer ministro Benjamin Netanyahu atacó e incitó a los árabes israelíes de manera criminal. En lugar de ocuparse del problema, prefirió excluir, discriminar, judaizar y traer racistas declarados a la Knesset. Esta desastrosa estrategia ahora está explotando en la cara de Israel. Lo que se requiere, en primer lugar, es detener la escalada y calmar las cosas. El presidente Reuven Rivlin hizo lo correcto al pedir a los líderes árabes que emitieran un llamamiento decisivo contra la violencia desenfrenada. Pero esto no es suficiente. Un primer ministro responsable habría controlado a la policía, habría entablado un diálogo real con los líderes árabes, habría observado el status quo en el Monte del Templo, no habría visto las ciudades mixtas como lugares que necesitan ser judaizados, anunciado un plan para invertir en la sociedad árabe, pero sobre todo, habría dejado de incitar. Netanyahu no es capaz de hacer esto, por lo que reemplazarlo es más urgente que nunca.

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