diciembre 2020

Internacionales, Israel, Portada

La cuestión existencial sin importancia: Bibi o Gidi

Fuente:  Gideon Levy| Haaretz Fecha: 23 de diciembre de 2020 El próximo primer ministro de Israel será un hombre de derecha en toda regla, intransigente y despiadado. El 23 de marzo se llevarán a cabo las grandes primarias de la derecha, un evento que por alguna razón todavía se llama elección general para el 24 Knesset. Quizás una elección, pero no una general. Es un partido en casa jugado exclusivamente por una derecha que ha arrasado con la izquierda. Un juego que obviamente excluye a los ciudadanos árabes y a los palestinos marginados en los territorios. Su conclusión determinará si el próximo gobierno está dirigido por Benjamin Netanyahu o Gideon Sa’ar. Esto culminará un proceso que comenzó hace años, un deslizamiento desenfrenado e imprudente hacia posiciones cada vez más derechistas, con una legitimación de la franja extremista que solía estar fuera de los límites, junto con una deslegitimación de la izquierda sionista, que solía serlo pero que se empobreció de ideas y desprovista de valores, perdió su sentido de orientación. Estas tendencias han madurado y están dando su fruto amargo: la elección es entre dos ultranacionalistas, Netanyahu o Sa’ar: Bibi o Gidi. Probablemente no habrá otro candidato viable. Esta es una triste realidad, pero muy aleccionadora. En todas las elecciones anteriores hubo otra voz, aunque débil, y también fue un espejismo. Esta voz ya se ha ido y es difícil decir cuándo pueda volver; ciertamente no en las próximas elecciones. Corrientes subterráneas profundas y previamente ocultas han salido a la superficie: Israel es de derecha y ultranacionalista, con una ideología imperante que no puede ser cuestionada. La elección entre Netanyahu y Sa’ar no es una elección real. Encontrarnos en una situación sin una verdadera elección no es una coincidencia. La concurrencia de estos dos políticos no es casualidad. ¿“Andarán dos juntos si no se ponen de acuerdo (Amós 3: 3)”? El hecho de que estos dos sean los candidatos con mayores posibilidades de ganar es una expresión del espíritu de la época. Israel quiere un hombre fuerte, que «pueda mostrar a todos» que será «judío», con todo lo que esto conlleva, y también de origen asquenazí. No quiere mucho más que eso. Es dudoso que la mayoría de los votantes de Sa’ar apoyen el cierre de los supermercados los sábados (como sugirió en el pasado), o salidas bien protegidas a la Tumba de los Patriarcas en Hebrón para sus hijos. Es dudoso que la mayoría de los partidarios de Netanyahu apoyen la demolición del sistema judicial o les guste su conducta personal. Pero quieren estos dos porque encarnan una derecha fuerte, porque traerán honor y orgullo a Israel, porque representan un nacionalismo arrogante, machista e insolente, sin importar su costo o significado. El pecado original radica en que la izquierda sionista se unió a un gobierno de unidad con el Likud a principios de la década de 1980, con el anhelo desesperado de hacerlo en ambos sentidos: liberal pero duro en cuestiones relacionadas con la defensa, judío y democrático, de izquierda y sionista. El final inevitable es que no se estaba convirtiendo en esto ni en aquello, culminando en perder toda su identidad. Así fue como la izquierda se hundió en su propio vacío, un deslizamiento que se volvió cada vez más patético. El golpe de gracia fue asestado inadvertidamente por el movimiento de protesta hueco «Simplemente no a Bibi». Las personas cuyo número representaba el tamaño de un escaño en la Knesset salieron a las calles mientras decenas de escaños se dividían entre varios partidos de derecha. «Lucharemos contra Netanyahu como si no hubiera ocupación y lucharemos contra la ocupación como si no hubiera Netanyahu», afirmaron nuevamente, los campeones de hacerlo en ambos sentidos. Este fue su último eslogan falso, destinado a contrarrestar las afirmaciones de que eran «puristas». El periodista y poeta Yitzhak Laor respondió adecuadamente a estas afirmaciones en Facebook. “Pero no luchaste contra la ocupación. ¡Nunca! Los palestinos están luchando contra la ocupación y ustedes los están ignorando cruelmente». Años de evadir el mensaje, de disculpas y torpezas, de miedo y autoengaño, de intentar tener las dos cosas, han llegado a su fin. Son Netanyahu y Sa’ar, correcto contra correcto. Las próximas semanas serán patéticas: ¿nos salvará el exjefe de gabinete Gadi Eisenkot? ¿Amir Peretz nos dejará? ¿Se postulará el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai? ¿Meretz obtendrá cinco o seis asientos? ¿Se unirá Yair Lapid a un gobierno de Sa’ar-Bennet? ¿A quién apoyará Ehud Barak? Ninguna de estas preguntas es importante, ni la pregunta existencial, la fatídica: ¿Bibi o Gidi? Traducción: Dardo Esterovich

Estados Unidos, Internacionales, Portada

Trapos sucios en Pfizer y Moderna

Fuente: Atilio A. Boron | Blog de Atilio A. Boron Fecha: 21 de diciembre de 2020 Las usinas de fake-news y la oposición macrista al gobierno de Alberto Fernández insinúan que las relaciones entre Pfizer y el gobierno argentino no son transparentes, que hay sospechas de corrupción. No hay pruebas pero no importa, igual el tema queda instalado. Que hay un tironeo entre gobierno y empresa es evidente, y que ésta quiere dictar sus condiciones por encima de las leyes nacionales también. Pero de lo que para nada habla el sicariato mediático, y mucho menos editorializa, es acerca del extraño comportamiento de esa empresa que es presentada ante su audiencia como la re-encarnación corporativa de la Madre Teresa.         Por ejemplo, nunca informaron que el lunes 9 de noviembre su CEO, Albert Bourla, se deshizo de 132.508 acciones de Pfizer a un precio de U$S 41.94 cada una (apenas cinco centavos por debajo de su récord histórico) desprendiéndose del 62 por ciento de las acciones que tenía en esa compañía y embolsando en pocas horas 5.600.000 millones de dólares de ganancia. [1] Si bien la venta estaba programada con anticipación (desde el 19 de agosto, cumpliendo con la normativa vigente en EEUU que impide que los CEOs realicen ventas sorpresivas), la fecha exacta de la operación no deja de suscitar sorpresas porque se produjo al día siguiente de que la empresa anunciara los positivos resultados de sus tests de la tercera fase y que el precio de sus acciones subieran extraordinariamente. La gran pregunta era: ¿por qué vender sus acciones si las perspectivas de negocios de Pfizer eran inmejorables? ¿Sabrá algo que nosotros no sabemos, acerca de la efectividad y/o practicidad de una vacuna que necesita circular por el mundo en una cadena de frío inalterable de entre 70 y 80 grados bajo cero? ¿O tal vez la empresa descubrió negativos efectos colaterales, cuya génesis no está del todo esclarecida? Si los pronósticos eran tan favorables como la prensa lo anuncia a tambor batiente, ¿por qué vender sus acciones, qué capitalista actúa de esa manera? Pero Bourla no fue el único; Sally Susman, Vicepresidenta Ejecutiva y Directora de asuntos corporativos de Pfizer, también se desprendió de 1.8 millones de dólares en acciones de la compañía.[2] La cosa no termina allí. La  misma fuente informa que “altos ejecutivos de otras farmacéuticas que buscan vacunas Covid-19, como en las empresas de Moderna y Novavax han vendido grandes cantidades de acciones después de prometedoras noticias sobre sus propias vacunas.” Según informa el Financial Times Stéphane Bancel, el billonario CEO deModerna, otra de las compañías de la “big pharma” que está en la competencia para la producción de la vacuna, fue mucho más audaz que su par de Prizer y vendió sus acciones de la compañía por valor de U$S 49.8 millones de dólares, reportándole una ganancia inmediata de 400 millones de dólares en un solo día. ¿Curiosidad, sorpresa, meras casualidades? Comportamientos extraños, sin duda pero que revelan que esas empresas, que supuestamente están trabajando para garantizar la supervivencia de miles de millones de personas amenazadas por el Covid-19, están en manos de nefastos personajes, una verdadera “mafia de cuello blanco”  cuyo único interés es ganar dinero, muchísimo dinero, sin que les importe nada más. Mientras tanto, un millón setecientas mil personas en todo el mundo han muerto a causa del virus. Conclusión: dejar la salud de la población y la producción de medicamentos en manos de las grandes corporaciones es lo mismo que pedirle al lobo que cuide a las ovejas. En el imprevisible mundo de la post-pandemia lo más probable es que ambas cosas, la atención médica y la industria farmacéutica, pasen a ser actividades casi exclusivamente manejadas por empresas estatales. El fracaso de la “magia de los mercados” en estos terrenos ha sido monumental, y la conducta de esos grandes empresarios es inmoral y, muy posiblemente, según la legislación de distintos países, criminal. Y no es menos  censurable la forma en que los medios hegemónicos de la Argentina, en su tiránica obsesión por desgastar y de ser posible derribar al gobierno, ocultan esta información que revela la naturaleza delictiva de esos gigantescos oligopolios farmacéuticos y coloca bajo luces más potentes las tensiones con la Pfizer. [1] Ver la noticia difundida por la CNBC en: https://www.cnbc.com/2020/11/11/coronavirus-vaccine-pfizer-ceo-sold-5point6-million-of-stock-as-company-announced-positive-data.html [2] Ver https://www.elblogsalmon.com/sectores/que-grandes-ejecutivos-farmaceuticas-que-investigan-vacuna-covid-19-estan-vendiendo-sus-acciones

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Tasa de mortalidad por COVID: ¿y si fuéramos Cuba?

Fuente: Federico Perez Wrubel*| Agencia Paco Urondo Fecha: 21 de diciembre de 2020 Un sector tiende a realizar comparaciones con Cuba con una intención de descalificar las acciones políticas que toman los gobiernos progresistas o populares.  Ahora bien, si realizamos esa comparación con los países del llamado “primer mundo” con respecto a las muertes por la pandemia del COVID-19, ¿Cuáles son esos resultados?   A la fecha de hoy, 19 de diciembre de 2020, nos encontramos con 1.670.000 muertes acumuladas en todo el mundo por la pandemia del COVID-19. Los 11 países que encabezan la mayor cantidad de muertes son los siguientes: Si se observa estos países en función de la cantidad de muertes cada millón de personas, nos daría los siguientes resultados: Otros países que se toman como ejemplos o que son considerados como del primer mundo,  que no ocupan el ranking entre los anteriores nombrados, como Alemania presentan 25.754 muertes (314 cada 1M de p.), Israel 3.050 muertes, (331 cada 1M de p.) o Suiza que tiene 6.561 (967 cada 1M de habitantes) Cuba, a comparación de estos países, tiene 12 millones de habitantes y presenta 137 muertes, un promedio aproximado de 12 muertes cada millón de habitantes. En este sentido nos preguntamos, si generamos una situación hipotética ¿cuántos muertos tendrían los primeros 11 países con más muertes en el mundo si su promedio fuera el de 12 muertes cada millón de habitantes como Cuba? Con un regla de tres simple nos daría los siguientes resultados: Siguiendo este hipotético caso Estados Unidos tendría casi 4 mil muertes en vez de 313mil, Brasil 2475 antes que 185mil, Reino Unido 779 en lugar de 66.052 y Argentina 545 en vez de 41.534. La suma total de muertos de los 11 primeros países, en el caso de esta suposición, nos daría un total de casi 30 mil muertes contra las 1.144.624 reales.  A comparación con la realidad son 1,1 millones de muertes menos.  Si estas supuestas vidas que se salvaron por tener los mismos promedios de Cuba, las restamos con el total de muertes actual tendríamos aproximadamente menos de 550 mil muertos en el mundo, un 66% menos de las que tenemos actualmente.  Los resultados que tiene Cuba son fruto de un sistema sanitario comunitario, una política sistémica de cuidado y prevención, que genera una alta expectativa de vida; y también de la alta respuesta de sus habitantes a las políticas públicas encaradas por el gobierno cubano, en un contexto en el que el bloqueo económico resulta desfavorable para el desarrollo económico y social, a comparación de los países del primer mundo(norte) que gozan de otra suerte, pero no han logrado controlar los efectos catastróficos de la pandemia En este sentido uno destaca que el problema no es en sí la pandemia del COVID-19, sino el mundo de desigualdad social que encontró en este tiempo. Sobran ejemplos de acciones de los gobiernos en el mundo que han colocado la acumulación de la ganancia exponencial por encima del cuidado de sus pueblos; o gestos de mezquindad entre los estados nación que han robado o acopiado insumos de prevención, o en la actualidad comprando dosis de vacunas mayores a su población impidiendo que otros países pueden acceder más rápido a ella y así reducir muertes. Al cumplirse la muerte 1millon Juan Manuel Cincunegui, un filósofo argentino que reside en España, publicó en su blog personal «Claro en el Bosque» un post titulado la «Normalidad es la muerte». En dicha nota habla del sufrimiento que han padecido millones de personas que han tenido que velar a la distancia a sus seres queridos. No solo habla de las muertes, sino  de las personas que han transitado la enfermedad y la angustia que han padecido. Según sus cálculos, aproximadamente, hasta el 1 octubre «al menos 80 o 100.000.000 de personas (padres, madres, hijos, hijas) que han sufrido el impacto psicológico y emocional de esas pérdidas o el trance de velar durante semanas o meses por la supervivencia de sus seres queridos». Al teorizar sobre este caso, el jugar con el «qué hubiera pasado si» tiene la intencionalidad de tensionar los modelos políticos. Si dentro de 10 años volvemos a tener una situación parecida ¿Qué rol y acciones queremos que tomen los gobiernos del mundo?  Aunque los números son fríos y nos alejan de la realidad material, cada muerte es una persona que ha padecido y sufrido el dolor del COVID-19  en su carne. Cada número es una familia que no ha podido acompañar a su ser querido, que lo ha tenido que velar a la distancia, que no lo ha podido abrazar como gesto de amor en su despedida.  Como expresa el Papa Francisco, de una crisis se sale peor o mejor. Frente a ésta catástrofe mundial uno puede seguir reproduciendo una cultura individual en función de la acumulación del capital, siendo incapaz de sentir el dolor ajeno, tanto el de otros países como el de su misma población; o tal vez pensar y construir como Cuba una comunidad de cuidado y entrega hacia el otro, para que el día de mañana no tengamos que lamentar tanto dolor y muertes evitables; y que la vida siga siendo posible en la tierra porque existe un Estado que nos cuida y nos salva. *Profesor en Filosofía y Magister en Economía Social

Nacionales, Politica, Portada

Un límite a la desigualdad

Fuente: Carlos Heller | Página/12 Fecha: 20 de diciembre de 2020 Habitamos un mundo muy desigual. Los gobiernos que tienen como objetivo transformar sus economías y sus sociedades en un sentido progresista están llamados a implementar medidas que, gradualmente, vayan reduciendo esa desigualdad. El Instituto de Estudios de Políticas (IPS) estadounidense junto a Norteamericanos por la Equidad Fiscal (ATF), en base a datos de la revista Forbes, hicieron un relevamiento actualizado sobre los milmillonarios de EE.UU. Según este informe, en ese país hay 651 personas que tienen una fortuna personal superior a los mil millones de dólares. Durante la pandemia, estos milmillonarios aumentaron su riqueza en un 36 por ciento. Ello significa que lo acumulado por ese grupo creció más de un billón de dólares. Pasaron de tener 2,9 billones en marzo a casi 4 billones la semana pasada.PUBLICIDAD El informe agrega que, de esas 651 personas, los 15 más ricos tuvieron una ganancia de 477 mil millones de dólares. Ello indica que las fortunas de esas 15 personas crecieron durante la pandemia un 56 por ciento. El resto –los otros 636 milmillonarios– incrementaron su riqueza un 28 por ciento. Es decir, unos 588 mil millones de dólares. ¿Quiénes son estos milmillonarios? En los primeros lugares de la lista se encuentran los propietarios de Google, Amazon, Facebook y Apple, entre otros. Es el mundo del capitalismo digital o de plataformas. La mayoría son empresas que enfrentan duros conflictos con los países de Europa y los Estados Unidos y están siendo investigadas por declarar gran parte de sus ganancias y patrimonios en países de baja tributación. El informe también señala que el dinero que ganaron estas 651 personas permitiría que, por ejemplo, en Estados Unidos cada familia compuesta por cuatro personas recibiera un cheque de 12 mil dólares. “Nunca antes Estados Unidos había visto tal acumulación de riqueza en tan pocas manos”, afirmó Frank Clemente, director ejecutivo de ATF. Tomando otro ejemplo, Mackenzie Scott, la ex esposa de Jeff Bezos, se convirtió, tras su divorcio, en la mujer más rica del planeta con una fortuna estimada en 67.400 millones de dólares. Además, su patrimonio creció un 81 por ciento desde agosto de 2019. Recientemente, ha decidido donar a 384 organizaciones de los 50 estados de los EE.UU., más Puerto Rico y Washington D.C., 4.158 millones de dólares en bancos de alimentos, fondos de ayuda de emergencia y servicios de apoyo para los más vulnerables, entre otros destinos. ¿Cuál es el dato que más me interesa resaltar? Que 4158 millones de dólares es una cifra comparable a la que podemos recaudar en la Argentina, en un escenario óptimo, con el Aporte Solidario y Extraordinario de las grandes fortunas. Por supuesto, lo que queda claro es que la riqueza está concentrada en pocas manos, tanto a escala global como local, y que es necesario tener políticas de redistribución. Imaginemos, por ejemplo, la posibilidad de implementar una política pública global según la cual todos los milmillonarios del planeta tuvieran que hacer un aporte similar al que Mackenzie Scott hizo de manera voluntaria en los Estados Unidos. Seguramente, se podría generar un fondo de asistencia que permitiría resolver a nivel mundial problemas que hoy son dramáticos. Lo que siempre decimos: recursos hay, lo que sucede es que no están donde deberían estar. En síntesis: un pequeño sector acumula riquezas inmensas mientras otra parte mayoritaria de la sociedad aumenta sus niveles de pobreza. Por eso, allí donde crece la desigualdad es necesario generar una tendencia en sentido contrario a través de medidas que la reduzcan. La acumulación permanente de riquezas de una parte minoritaria de la sociedad sólo puede ser limitada por políticas públicas activas que son, justamente, las que tienden a ser atacadas por esos sectores privilegiados. En nuestro país es lo que sucedió con el Aporte Solidario y Extraordinario de las grandes fortunas aun cuando alcanza sólo al 0,02 por ciento de la población y, por lo tanto, exceptúa al 99,98 por ciento restante. Además, buena parte de este sector mayoritario accederá a algunos de los beneficios previstos en la ley que acaba de ser promulgada por el Poder Ejecutivo. En este escenario, la Argentina está llevando adelante varias medidas relevantes porque se orientan a restringir cierto accionar de los grandes conglomerados empresarios. Por ejemplo, cuando el Gobierno da una batalla por los 5 mil millones de dólares exportados no liquidados, está trabajando para aumentar sus reservas y reducir las presiones de grandes empresas exportadoras sobre el mercado de cambios. La supervisión, por parte de la AFIP, de las triangulaciones de las grandes compañías que exportan, sobre todo de las cerealeras, es otra de las medidas que van en la misma dirección. La triangulación es una maniobra que se realiza en el mundo entero: consiste en despachar la producción a un destino final haciendo pasar los trámites por lugares intermedios donde rige una menor tributación. Por ejemplo, una empresa exportadora argentina le vende a China, los productos exportables salen efectivamente de nuestro país hacia su destino final pero, en los papeles, figura que son despachados a una estación intermedia, por ejemplo Uruguay, un lugar donde se pagan menos retenciones. Eso se llama elusión tributaria. La hacen posible las imprecisiones o fallas de las reglamentaciones y de los mecanismos de controles, agravadas durante los cuatro años de gestión de Juntos por el Cambio. Otra iniciativa en el sentido que estamos describiendo es la reglamentación de la Ley de Góndolas, un avance para restringir la concentración, favorecer la competencia y abrir el espacio a terceras marcas en los grandes centros de compra. La nueva norma reglamentada introduce una serie de regulaciones para corregir, entre otras deformaciones, la ocupación por parte de las primeras marcas de casi todo el espacio de exhibición, mientras los productos de otras empresas son relegadas a lugares poco visibles. Con la nueva ley se establece un tope de la ocupación de las góndolas por parte de las marcas de una misma firma y ello contribuye a limitar las conductas monopólicas o de posición dominante de las grandes corporaciones. El Gobierno toma medidas permanentemente.

Aportes de adherentes

Nacer y morir en un mundo agrietado

Por: Malamud Benjamín (Adherente desde Córdoba)​ “Yo nací en un barrio privado, privado de todo”. Diego A. Maradona Iniciamos el último mes del año, del peor año para gran parte de nuestra sociedad desde la época de la dictadura, el de una pandemia que aunque no sea tan agresiva como hace un par de meses, sigue determinando la muerte, a nivel nacional, de los ocupantes de un jumbo (280 de promedio) por día, justo cuando se empiezan a relajar los controles ante la inminencia de la llegada de la tan necesaria temporada turística y de las lluvias también muy esperadas comienzan a llegar y calmar la angustiosa situación de nuestro dique y sus afluentes. La noticia alentadora es la de una menor utilización de las camas de UCI, un 36,1%.   Coincide esta nota con el día del médico, recordando cada 3 de diciembre, la gesta de Finlay en la lucha contra otra epidemia, la de la fiebre amarilla y lo hacemos esta vez en medio de un clima de luto por todos los colegas fallecidos junto a otros trabajadores de la salud aquí en nuestra provincia, cerca de 30 y también de confrontación laboral por los bajos salarios y honorarios, las deficientes condiciones de seguridad con riesgo para la salud y la vida y la persistente e intolerable inestabilidad laboral, inclusive aquí, en nuestra área sanitaria local.   También coincide este número con una muerte que conmovió a la humanidad, a tal punto de que casi todos los diarios del mundo, pusieron la imagen de nuestro argentino más famosa en sus portadas y no pocos uniendo su gesta al de “un aDios”. La vida de Diego A. Maradona, tiene para este médico y circunstancialmente notero, un significado especial, desde ese nacimiento hace 60 años en Villa Fiorito, una villa de las tantas que en nuestra Latinoamérica, rodean a las metrópolis, “privadas de todo”, hasta su deceso este 25 de noviembre, (casualmente igual quesu amigo Fidel castro), en condiciones donde también hubo privaciones, o negligencias que la justicia está investigando. ¿Porqué es tan especial su vida?  Nacer en Villa Fiorito. La gran grieta que persistentemente socava nuestra integración social, nuestra salud, educación, calidad de vida, crecimiento y desarrollo, nuestro futuro es la que nos divide por nuestros ingresos, por la clase social a la que pertenecemos, por la calidad de servicios a los que tenemos acceso y muy especialmente por la inequidad: es la que nos divide entre incluidos y excluidos y que condena a millones de niños a nacer en barrios extremadamente pobres. El Dr. Carlos Presman la define como “el factor Código Postal”, que debe ser tenido en cuenta cuando se evalúa la salud de una persona o de una población. Allí sobran las privaciones o carencias, desde alimentos, hasta juguetes, confort o seguridad mínima y sí, en general sobran las violencias, alcohol, drogas y enfermedades de todo tipo, dentro y fuera de los hogares. Presman lo dice con cifras, se acorta la vida 10 años.   Frecuentemente he citado la importancia para todo niño, de sus primeros 2 años de vida y en el último Ecos, a propósito de ese programa justamente denominado del Plan “los Primeros 1000 días”. Según  la evidencia científica se demuestra que los entornos sociales y físicos que amenazan el desarrollo humano (debido a la escasez, el estrés o la inestabilidad, pueden conducir a ajustes fisiológicos y psicológicos a corto plazo, necesarios para la supervivencia inmediata, pero con un costo significativo a largo plazo en el aprendizaje, el comportamiento, la salud y la longevidad.   Es mucho lo que se ha avanzado en conocer porque algunos niños sí y otros no padecen las mayores consecuencias de esta vulnerabilidad y es entonces que se presenta el término resiliencia, capacidad de sobrevivir y crecer más saludablemente, gracias a la presencia de factores protectores, y las secuelas a veces pueden expresarse muchos años después.   El Mejor del Mundo. Siempre admiré  desde “su descubrimiento mediático” a ese muy joven futbolista excepcional, aunque tenía otras preferencias y quisiera exponer cuales eran las virtudes que más me conmovían. 1) La defensa de la pelota. Además de sus cualidades naturales, la llamada inteligencia cinética motriz, exhibía una pasión inmensa en bancarse las arremetidas y golpes y luchar hasta en el borde mismo de la línea demarcadora en lograrlo. 2) Los pases mágicos, que llegaban a los pies del delantero que esperaba el balón y que hoy se conocen inteligencia espacial. 3) El gol o la toma de decisiones asertivas,  donde se invoca la  inteligencia interpersonal, por la cual puede prever la actitud del adversario e incluso confundirlo (leer la mente). Consecuentemente he pensado que si todos los argentinos, incluso nosotros los médicas aplicáramos esas virtudes en nuestro diario quehacer, mucho mejor andaría la salud y la sociedad. La Pelota, son los pacientes o el estudio o el trabajo. El pase mágico, el trabajo en equipo  y las decisiones asertivas, son producto de mucho estudio, práctica y “tener siempre presente a otro”.   El Peor del mundo. Cuando las consecuencias de esas privaciones o de lo que hoy se llama estrés tóxico de los primeros años comenzaron a hacer su efecto y la  ansiedad o la depresión, solo se calmaban con sustancias psicoactivas legales o no y del uso se pasó al abuso y dependencia, nos frustrados, desconsolados, espantados, por lo que estaba sucediendo. Se presentó la faz violenta o descontrolada en su mayor expresión, hasta llega a los umbrales de una casi presumible muerte con un corazón seriamente afectado. Sus sistemas naturales de autocontrol fracasaban ante una angustiosa dependencia que se apoderó de él. Afortunadamente luego de una terapia, “rebotó”, iniciándose una nueva etapa.    El Resiliente. Nadie es resiliente 100%, siempre queda algo o mucho de lo que nos llevó a tocar fondo. Pero nuevamente descolló, con no pocos altibajos. Volvió a su amor, a la pelota, ahora como el más prestigioso y caro director Técnico, incluso de nuestro seleccionado con un segundo puesto en el mundial

Aportes de adherentes, Derechos Humanos

ABORTO, SÍ. ABORTO, SÍ.

Por Fabiana Martínez 1 La pregunta acerca del origen, la naturaleza y el sentido del mal es, sino la pregunta más antigua de la humanidad, una de las primeras. Antigua como los intentos de reflexión sobre la injusticia, el dolor y el sufrimiento humanos. Antes que nada valga una aclaración necesaria entre tantos males: la pregunta acerca del mal así como una tentativa de respuesta no es materia exclusiva ni de un sector religioso ni de una época determinada; por supuesto, menos restringible lo es al lapsus de los últimos 2000 años. Sólo tener en cuenta que las huellas más antiguas encontradas del Homo Sapiens van, según el paleoantropólogo francés Jean-Jacques Hublin (1953-), de los 200.000 a los 300.000 años y que los rastros más antiguos de arte datan de 75.000 años. Siendo la cuestión del mal una pregunta intrínseca al ser humano, tan vigente para muchos como sorda para otros a pesar del repiquetear de los primeros, vale exponerla sobre el tapete o, si se prefiere, sobre la superficie del consciente; si colectivo, mejor. Aun la variedad de teoréticas respuestas propuestas o impuestas por diversas facciones legalistas a lo largo de la traza temporal, el asunto acerca del origen, la naturaleza y el sentido del mal, continúa irresuelto. ¿Cómo cabría entonces imponer una visión particular al conjunto social cercenando el derecho al derecho sin ejercer con ello la negación de su propia afirmación? Por otra parte y adentrándonos de lleno a nuestro tema, la ciencia biológica afirma en la voz clara del Dr. Alberto Kornblihtt que “el feto no es un ser humano”, que “vida” no es igual a “vida humana”, y, continúa aclarando, que aunque la biología define “vida” como “referida sólo a las células (…)” no define “vida humana” in stricto sensu 2 3. Por ende, en el original mundo universalizado en que nos toca tratar de vivir y convivir, no existe respuesta taxativa al problema del mal como no la hay a la definición de “vida humana”. En sentido opuesto, sí se logró alumbrar la causa de la gestación intrauterina. Ni demonios ni espíritus, sí posesiones. Es que factores sexo-carnales en determinadas condiciones dan gesta a la fecundación de un óvulo alcanzado por un espermatozoide. Gesta embarazosa si las hay puesto que desde el inicio de los tiempos, entonces sea por milagro o por castigo divino, para llegar a buen término, es decir, para llegar a expulsarse del útero un cuerpo con vida independiente del primero que lo contenía, debió primero el primero, lograr sortear males menores y males mayores. Cientos de males durante cientos de miles de años lograron paliarse bien avanzada la Ciencia, la Tecnología y la Justicia Social del SXIX; Justicia Social que, no es moral pasar por alto, deja mucho que desear del ya mayorcito siglo XXI. Si, en principio, por carencia de Justicia Social la verdadera “pesada herencia” – epistemológica, científica y tecnológica- resulta insuficiente para evitar los males mayores de un embarazo no deseado ¿con qué argumento coherente el Derecho podría pretender penar a alguien que, nadando entre males, decide el mal menor para sí? En cuanto religioso, en tanto se presenta como argumento en el debate cívico que nos ocupa, condenar en nombre de Dios a quienes quieran optar por la interrupción voluntaria del embarazo porque consideran que la vida celular no está por encima de la evidente “vida humana” -evidente por sí en cuanto está exigiendo ejercer su libertad y sin por ello imponer a otros el hacer uso del obligado derecho al aborto- pone de manifiesto una gran contradicción a la vez que denuncia la falacia de su propio argumento. Porque, para decirlo sintética y un tanto teológicamente, si lleva el signo de la imposición y la violencia, entonces, no viene de Dios. Igualmente, si tan breve pero contundente sentencia teológica no fuera suficiente, permítaseme invitar a contemplar para su bien a los ciudadanos cristianos, supuesta mayoría religiosa en nuestro país, las verdades teológicas en sus propias fuentes por intermedio de la exposición de la Magistra en Sagradas Escrituras, María de los Ángeles Roberto4. Frente a la Cámara de Diputados ella expresa que: “(…) en ninguna página de la Biblia hay condena para el aborto porque el aborto no era considerado ni pecado ni crimen dentro de la ley mosaica ni en el período neotestamentario. Tampoco hay un momento determinado para indicar el comienzo de la vida humana en la Biblia”. Es decir, pueden existir opiniones, interpretaciones, por supuesto; pero sin fundamento real en la Revelación, no existe tampoco fundamento real para un dogma, en este caso, antiabortista. La única salida saludable y coherente para quien pregona a creyentes y no creyentes la imposición de la no opción -entre males-, es la de trabajar por conquistar una genuina Justicia social, hasta que nadie, ni une sole, creyente o no, quedara excluido del gozar de ella. Mientras tanto es sumar injusticia pretender imponer que la prójima -sin embargo, siempre desconocida- no reciba un tratamiento justo en una situación ya de por sí injusta; es decir, que no reciba con beneplácito, amplia y satisfactoriamente las bondades de las artes, ciencias y oficios que el estadío actual del desarrollo humano ha alcanzado más que no ha cumplido en hacer llegar a todes sus herederes aun, incluso, cuando haya llegado a la prójima en cuestión más no siquiera a une sole a su alrededor. Porque como ser histórico y social el ser humano. construye y aporta activamente al entramado social del que también se beneficia para su propia construcción5. Por otra parte, si el aborto es provocado “naturalmente”, es decir, no inducido por intencionalidad de la poseedora del cuerpo gestante6, ¿quién sería responsable?, ¿la naturaleza?, ¿Dios? En estos casos no solo no hay condena material, tampoco la hay moral o psicológica o, por qué no, espiritual, puesto que nadie exige a nadie, ni a sí mismo, el hacerse responsable buenamente de las consecuencias que se echan a rodar de todas maneras. Una comprensión profunda sobre la trascendencia de los actos

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