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Los pobres ricos que tienen tristeza

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna Fecha: 22 de noviembre de 2020 Al calor del debate sobre el aporte solidario a las grandes fortunas, el último jueves las propaladoras comunicacionales del establishment local difundieron las 20 propuestas del Grupo Constituya, un nuevo think tank de la derecha argentina que prioriza la protección de los colectivos más opulentos de la sociedad para sobrecargar el peso de la crisis sanitaria en las mayorías populares. Su programa insiste en favorecer a los más poderosos. Promueven la reducción de salarios, la eliminación de la doble indemnización y la potestad para aplicar suspensiones y/o despidos. Se autodefinen como un colectivo digital ciudadano, apartidario, plural y con raigambre federal, pese a que sus iniciativas no difieren de las motorizadas por la actual oposición. Sustentan visiones ortodoxas, sus integrantes son porteños y varios de sus integrantes fueron funcionarios o asesores del cuatrienio macrista. Es decir, ni apartidarios, ni plurales, ni federales. Coherentes con el resto de los colectivos comprometidos en imponer un sentido funcional a los intereses de los grupos concentrados, el Grupo Constituya se muestra compasivo con los multimillonarios, a quienes considera discriminados y víctimas de políticas confiscatorias. Insisten, además, que dicho aporte redundará en una serie de abominaciones gigantescas. Las  cuatro advertencias de estos defensores de los millonarios son: Se generará una reducción de la inversión local; Se incrementará la desconfianza externa y se perderán oportunidades de inversión extranjera; Se perderán empleos; Se ahondará la recesión como producto de la presión fiscal. La primera proposición asevera que una política de índole aperturista, orientada a la desregulación creciente del mercado, es más recomendable para garantizar el incremento de la inversión. Sin embargo, la performance evidenciada en este rubro por parte del macrismo alcanzó en 2019 el mismo guarismo que dejó el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en 2015, un 17 % del PBI. No hubo cambios pese a la flexibilidad otorgada a los capitales y la promocionada lluvia de inversiones. En donde sí hubo sustanciales modificaciones fue en la fuga de capitales, que no dejó de incrementarse durante el cuatrienio macrista, llegando a triplicar los valores durante tres de los cuatro años de su gestión: La segunda afirmación busca fomentar el pánico en relación a una supuesta pérdida de inversiones externas productivas. Sin embargo, si se observa con detenimiento la  Inversión Extranjera Directa (IED) en las últimas décadas, su comportamiento estructural aparece como autonomizada de las políticas decididas por los diferentes gobiernos. La IED en América Latina y Argentina es cada vez menos relevante dado que sus flujos se han trasladado al sudeste asiático y hacia regiones donde no existen regulaciones laborales. En el año 2000, la IED en nuestro país representaba 0.91 % del total global. En 2010 ese porcentaje se redujo al 0.43 %. Y en 2019 –bajo la mendaz euforia macrista– al 0.19 %.  Esa pendiente es similar a los guarismos que se observan en América Latina: en el año 2000 –plena efervescencia neoliberal local, protagonizada por Domingo Cavallo– el total de la IED de Argentina suponía el 20 % del total latinoamericano. En 2010 se desplomó al 5.39 % y en 2019 alcanzó apenas el 3 % del total. Diversas razones pueden explicar esta mala performance. Pero la más importante radica en que la IED elige costas donde el trabajo carece de derechos y la Argentina no ha sido el mejor lugar para sojuzgar a las sindicales. La inversión externa se resiste a ingresar porque no logran imponerse las flexibilidades laborales que exigen. Extorsiones La tercera presunción se vincula con la pérdida de empleos que ocasionará el aporte extraordinario. Esta aseveración también supone una falacia de origen, basada en la teoría de que las políticas promercado, motorizadas por la ortodoxia, garantizan la empleabilidad, y que –por el contrario– las políticas tributarias progresivas son perniciosas para la inclusión laboral de índole formal. La realidad empírica no parece coincidir con esa hipótesis: el empleo privado (el más valorado por la narrativa neoliberal argenta) decreció en el cuatrienio macrista en forma progresiva y absoluta, tanto en su volumen como al interior de los sectores de las grandes empresas, las medianas, los pequeñas y las microempresas. Todos resultados antagónicos a las jactancias del libre mercado. La cuarta advertencia apocalíptica se vincula con la potencial recesión que, advierten, va a generar al aporte extraordinario, como producto de la denominada presión/carga fiscal. Según Luciano Laspina, uno de los diputados del interbloque de JxC, el proyecto de Ley “es confiscatorio. El Estado absorbe una parte sustancial de la renta o de la propiedad”. Sin embargo, en términos tributarios, Argentina no aparece entre los países con mayor presión tributaria. Viene debajo de Uruguay y Brasil en el ranking internacional de ingresos fiscales clasificado por la OCDE, el centro de análisis de los países ricos que admira el establishment local. La UIA es otra de las organizaciones que funcionan como guardaespaldas de los magnates. En su defensa aseveran que el aporte “profundizará aquellos problemas que impiden emprender el camino de la recuperación sostenida”. Sin embargo, el FMI exige el incremento de los impuestos a los sectores más ricos: “Los gobiernos deben tomar medidas para mejorar el cumplimiento tributario, y evaluar la aplicación de impuestos más altos para los grupos más acaudalados y las empresas más rentables”. El director del Departamento de Finanzas Públicas de ese organismo multilateral, Vitor Gaspar, justificó la recomendación en la necesidad de invertir los ingresos resultantes en el financiamiento de los servicios críticos, como las redes de salud y de protección social, en una crisis que ha afectado de manera desproporcionada a los segmentos más pobres de la sociedad”. La derecha argentina se sitúa, sin sonrojarse, a la mismísima diestra del FMI. Hay quienes sienten que al proteger a los poderosos se transforman en sus pares, buscan ser como ellos para participar, aunque sea marginalmente, de sus lujos. Otros, son subyugados por prosaicos intereses crematísticos: apuestan a recibir las migajas monetarias que los empresarios reservan para sus fieles servidores. En este grupo se destacan diversos comunicadores del establishment, habituales empleados de la trifecta mediática, que son seducidos por sobresueldos

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Lecciones bolivianas para América Latina

Fuente: Alfredo Serrano Mancilla | Celag.org Fecha: 20 de noviembre de 2020 Cada vez resta menos para que termine el año 2020; un año que ha tenido de todo: desde la pandemia Covid-19 hasta la muerte de Maradona. A estas alturas del partido, luego de tanta densidad política, siempre acabo creyendo que el año tuvo algún mes de más, algunas semanas que se nos camuflaron sin darnos cuenta, o días que fueron de 30 horas. En este tiempo, Chile aprobó un plebiscito para enterrar definitivamente la constitución pinochetista; Trump perdió las elecciones desconociendo los resultados; Guaidó se quedó en eso, en seguir siendo Guaidó, sin más pena ni gloria que una autoproclamación sin efectos; en Perú modificaron el Congreso y luego el presidente, hasta dos veces, sin necesidad de acudir a las urnas; en Ecuador cambiaron varias veces de vicepresidente; se consolidó el eje progresista Argentina-México con dos presidentes muy protagónicos en lo geopolítico, Alberto Fernández y Andrés Manuel López Obrador, cada cual a su manera. En esta América Latina tensionada, Bolivia nuevamente se convirtió en el epicentro en este 2020, sobre todo porque nos dejó varias lecciones imprescindibles para tener en cuenta en los meses venideros. Primero, no se consigue tan fácilmente la desaparición de una identidad política arraigada en la ciudadanía, ni con un golpe de Estado, ni con proscripciones, ni con persecución. Segundo, el neoliberalismo demuestra una vez más su incapacidad para consolidar democracias, gestionar la economía (en lo macro y en lo micro), administrar el Estado, garantizar estabilidad institucional, proporcionar seguridad jurídica. Tercero, las convicciones son rentables electoralmente a pesar de lo que digan muchos manuales ortodoxos de comunicación política. Un corpus ideológico, bien traducido en propuestas cabales, cuando sintonizan con los sentidos comunes tienen alta probabilidad de tener mayorías Cuarto, gobernar desgasta mucho y limita la posibilidad de reciclar la épica, el relato, la narrativa, los horizontes. En el caso del MAS, en este corto periodo de tiempo afuera de la gestión gubernamental, se regeneraron dinámicas que habían quedado relativamente oxidadas algún tiempo atrás. Quinto, la derecha no siempre está unida, ni es tan monolítica ni homogénea como se presupone. Pasó en Bolivia y ha pasado en muchos otros países de América Latina. Existen muchos más matices en el universo conservador del que nos imaginamos (visiones regionales, intereses económicos, vínculos internacionales, etc.) Sexto, los grandes medios de comunicación se han convertido en objetos de consumo masivo, pero no constituyen ninguna fuente de credibilidad. Si hiciéramos un ejercicio de correlación estadística simple entre cantidad de portadas y titulares en contra de Evo y Arce en Bolivia e intención de voto, nos encontraríamos una relación inversa. Eso pasó también con Cristina Fernández de Kirchner y continúa pasando con Rafael Correa. Los grandes medios son espacios de entretenimiento, pero no son creíbles como fuente de información. En las encuestas de CELAG hechas para varios países de América Latina, siempre observamos que hay mayorías que creen que los medios mienten o hacen propaganda. Séptimo, las redes sociales importan, pero resulta importante dimensionarlas en su justa medida. El crecimiento de ese universo es evidente, pero no hay que confundir ese progreso con considerar que todo el mundo decide su voto según lo que lea en Twitter, Facebook o Instagram. Aún resta mucho por conocer cómo ellas transforman nuestras mentes, nuestros pensamientos y nuestras preferencias políticas y electorales. Todavía es prematuro, por el poco tiempo en marcha, para identificar las cicatrices de este nuevo entorno digital. Octavo, y no por último menos importante: todos aquellos que pregonan que no hay relevo detrás de los liderazgos históricos de la izquierda latinoamericana vuelven a hacerse trampas al solitario. Lucho Arce y Alberto Fernández ya son presidentes. Hay muchas probabilidades que Andrés Arauz lo sea en Ecuador. Hay líderes como Daniel Jadue en Chile, Verónika Mendoza en Perú y Gustavo Petro en Colombia, que también tienen significativas opciones para ello. Son todos aprendizajes útiles para lo que se viene en nuestra América Latina en disputa.Comparte: Alfredo Serrano Mancilla: Dr. en Economía Aplicada (UAB). Director de CELAG (España) Alfredo Serrano Mancilla es doctor en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), España. Realizó estancias predoctorales en Módena y Bolonia (Italia) y Québec (Canadá) y un postdoctorado en la Université Laval (Québec, Canadá). Es especialista en economía pública, desarrollo y economía mundial. Se desempeña como profesor de posgrado…

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Los últimos días de Pompeo

Fuente:  Editorial|Haaretz Fecha: 20 de noviembre de 2020 Mike Pompeo eligió terminar su mandato como secretario de Estado con una gira de solidaridad con la extrema derecha de Israel, mientras escupía sobre décadas de política exterior estadounidense anterior a Trump, sobre las normas del derecho internacional y la justicia. El miércoles se mostró más como un líder extremista del Consejo de Asentamientos de Yesha que como el ministro de Relaciones Exteriores de la superpotencia. Es bueno que presumiblemente esta sea su última visita oficial. Es bueno que pronto deje el cargo. El jueves por la mañana, después de su reunión con el primer ministro Benjamin Netanyahu, Pompeo anunció que el Departamento de Estado considerará al movimiento internacional de boicot, desinversión y sanciones como antisemita y llamó al movimiento un «cáncer». Con eso, el secretario de Estado abrazó la falsa propaganda del gobierno israelí, según la cual cualquiera que apoye un boicot a los asentamientos o a Israel por la ocupación es un antisemita. Esta peligrosa posición constituye un silenciamiento antidemocrático de la libertad de expresión. No es necesario apoyar al BDS o ignorar los círculos antisemitas que pueden hacer uso del movimiento para reconocer que llamar al boicot de una ocupación ilegal que no es reconocida por la comunidad internacional es legítimo, no violento y ciertamente no necesariamente antisemita. Las sanciones y los boicots son herramientas aceptadas internacionalmente contra regímenes injustos, y mientras la ocupación israelí persista y el pueblo palestino no sea libre, habrá más y más llamamientos para utilizar estas herramientas contra Israel y los asentamientos. Pompeo viajó hasta la bodega Psagot, en la zona industrial de Sha’ar Binyamin, donde le obsequiaron el vino al que le dieron su nombre. El vino se hizo con uvas cultivadas en tierras de propiedad privada que fueron robadas a sus propietarios palestinos, la mayoría de los cuales viven en la ciudad adyacente de El Bireh. El fundador y director ejecutivo de la bodega, que acogió a Pompeo, vive en una finca que él mismo construyó, también en terrenos privados robados. El secretario de Estado dio el visto bueno del Departamento de Estado a los siguientes pecados: visitó asentamientos, bebió del cáliz envenenado, sancionó el despojo y más tarde también anunció que el Departamento de Estado permitirá que los bienes producidos en los asentamientos se marquen como israelíes cuando se exporten a los Estados Unidos. Parecería que lo único que aún le queda por hacer a Pompeo durante su visita es aprobar la anexión de Israel al Consejo de Yesha. Estos son los últimos días de Pompeo. Qué bueno que este sea el caso. Traducción: Dardo Esterovich

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Protocolos flexibles para una negociación enrarecida

Fuente: Alejandro Bercovich | BAE Negocios Fecha: 19 de noviembre de 2020 El aporte solidario y extraordinario que les pidió Mauricio Macri a los dueños de grandes fortunas para solventar la campaña presidencial de 2015, según publicó el periodista Hugo Alconada Mon en su libro La raíz de todos los males, era el 1% de sus patrimonios. La mitad de lo que les exige para que ayuden a capear la corona-crisis el proyecto de Ley que acaba de recibir media sanción en Diputados. Claro que aquella contribución era sobre el total y no solo sobre lo declarado, tal como el propio autor ratificó más tarde bajo juramento ante el juez platense Ernesto Kreplak. La ventaja era que podía integrarse en efectivo o en especie porque el comité de campaña prefería todo barrani para no exceder el gasto permitido.https://78687cf61a6d016a46b0524f85eeb118.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html Aquella colecta fue tan provechosa que le permitió a Macri oblar $1.760 millones (unos $7.500 millones de hoy) entre actos, medios y cartelería. Once veces más que lo declarado ante la Cámara Nacional Electoral, siempre según Alconada Mon. Un subregistro que difícilmente pueda impugnar con autoridad moral el Frente de Todos, pero que sí expone la contradicción de los grandes contribuyentes entonces bien predispuestos a la exacción privada y ahora indignados por la estatal. El ejemplo más nítido son los miembros de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que ayer sumaron su disgusto al del resto de las cámaras patronales y que en La Raíz… figuran como aportantes de 2015: Rocca, Bulgheroni, Roggio, Eurnekian, Pescarmona, Escasany, Elstzain y siguen las firmas. Muchos acaudalados accedieron a aquel aporte tentados por lo que prometía el candidato: que el 99% restante de sus patrimonios aumentaría durante su mandato mucho más de lo que él les pedía. No fue así. El Grupo Financiero Galicia de los Escasany, por ejemplo, pasó de valer U$S 3.251 millones el día que asumió a U$S 2.044 millones el día que le entregó la banda presidencial a Alberto Fernández. Hoy, corona-crisis mediante, vale poco más de U$S 1.000 millones. A Jorge Horacio Brito, autoproclamado «banquero peronista» pero hermanado con sus competidores en el repudio al aporte extraordinario, no le fue mucho mejor: el valor del Macro cayó con Macri de U$S 3.298 millones a U$S 1.970 millones y a la mitad desde que gobierna el candidato que votó el patriarca. Son pérdidas muy cuantiosas. Mucho más que un aporte del 2% que se recupera rápido si el patrimonio está dolarizado, como ocurre con el 43% de lo que declaran los potenciales alcanzados por el tributo según la AFIP. Lo que se juega en el rechazo a esa alícuota, más que dinero, es poder. Por eso cuando un par de socios de AEA le advirtieron a Matías Kulfas que irían a tribunales contra el nuevo tributo, el ministro de Producción no intentó siquiera disuadirlos. «Ellos van a seguir viviendo acá y tienen que seguir haciendo negocios acá. ¿Vos pensás que van a dejar de hacer un negocio, si lo ven rentable, porque los indigna un impuesto a su patrimonio?», le dijo después a un colega del gabinete que le preguntó por la amenaza.https://78687cf61a6d016a46b0524f85eeb118.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html Positivos y negativos Kulfas recibió a la misión del FMI que encabeza Julie Kozack el martes mismo, mientras se trataba el aporte en Diputados. Hubo que hablar de biocombustibles y movilidad sustentable por Zoom, porque los ocho enviados del Fondo todavía estaban aislados tras el PCR positivo de Luis Cubeddu el sábado por la noche. Setenta y dos horas y tres análisis negativos después, el economista venezolano recibió la venia para volver a ver gente en persona. Igual que Sergio Massa, aislado apenas por 48 horas hasta que un alta médica de curiosa factura le permitió ir en persona a presidir el final del debate y la votación. Son excepciones a los protocolos muy llamativas para un país que ya asoma cuarto en el ranking de muertos por millón de habitantes. Excepciones que ni siquiera consiguió el Presidente, aislado dos semanas en la casa de huéspedes de Olivos tras haber estado en contacto estrecho con el infectado Gustavo Beliz en el viaje para despedir a Evo Morales. Pero que algunos funcionarios de segunda línea sí se autoarrogan, como el jefe de la Unidad de Información Financiera (UIF), Carlos Cruz, quien se reunió a fines de la semana pasada con la misión del Fondo y encabezó este lunes como si nada varias reuniones virtuales de trabajo desde su despacho frente al Obelisco. La «compañera Julie», como rebautizó cariñosamente el negociador argentino Sergio Chodos a Kozack, se puso un poco más estricta en las reuniones virtuales de esta semana. La mayor presión que ejerció sobre Martín Guzmán en las videoconferencias que mantuvieron casi a diario fue respecto del déficit fiscal previsto para 2021. No solo quiere que sea menor (un 3,5% del PBI frente al 4,5% que estima el Presupuesto) sino que procura que se financie más con deuda y menos con emisión monetaria.https://78687cf61a6d016a46b0524f85eeb118.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html Lo que Kozack evitó recomendar abiertamente es el recorte de subsidios a los sectores más pobres. «Bajen gasto pero sean inteligentes. Que no tenga costo social», ordenó en uno de esos encuentros virtuales. Sobre las jubilaciones, después del desenganche de la inflación que ya había anunciado Guzmán antes de su llegada, no hizo falta que hablara. Tampoco -ay, AEA- se quejó por el impuesto a los dueños de grandes fortunas. Al revés. «La alternativa a bajar el gasto es subir impuestos», soltó en otra reunión. Lo interesante es que lo que vaya a recaudar el tributo está en un limbo: no figura en el Presupuesto 2021 y ya no llegará a percibirse este año. ¿Será la llave para terminar de cerrar la grieta entre el 3,5% y el 4,5% y «anclar con el Fondo» como pide a gritos Carlos Melconian, enemigo del impuesto? Sería toda una ironía. La carta al Fondo de los senadores del Frente de Todos, que contrastó por su crudeza con la diplomacia market-friendly que despliega Guzmán cada vez que habla con Kozack o Georgieva, sorprendió al jefe del Palacio de Hacienda y lo hizo protestar ante el Presidente. Cecilia Todesca, en cambio, destacó que exhibía al

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COSTANERA PARA TODOS

DECLARACION PARA AUDIENCIA PUBLICA  EN LEGISLATURA C.A.B.A. – 27-11-2020 LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDIO – COMISION JURIDICA Que conforme el art. 3, inc. a de los estatutos de nuestra Asociación la misma deberá “sumarse a las procesos que contribuyan al devenir progresista de la sociedad argentina..”, añadiendo el inc. e) el objetivo de “ contribuir a la defensa del medio ambiente y sustentabilidad del planeta”. Que conforme el expdte. 1909751/7691745, el Llamamiento Argentino Judio se encuentra inscripto en la Inspección General de Personas Juridicas bajo el No. 806, del Libro 2 AC, Tomo de Asociaciones Civiles y su estatutos han sido aprobados por satisfacer lo dispuesto en los arts. 168, 174 y concordantes del Codigo Civil y Comercial de la Nación. Que la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires ha convocado a audiencia pública, para el día 27 de noviembre de 2020, en el marco de las previsiones del art. 90, inc. 3 de la Ciudad de Buenos Aires. Que en razón de dicho llamado, la Comisión Jurídica viene a realizar las siguientes manifestaciones para que sean contempladas en el evento anunciado y de conformidad con las conclusiones a las que se ha arribado en la Comisiòn expone. El 5 de diciembre de 2019, se sancionó con sugestivo apuro, votando sobre tablas, la ley 6289, que dispuso transferir al dominio privado del Estado, tierras que hasta entonces pertenecían al dominio público. Se trata de terrenos existentes en la Costanera Norte, alrededor del sitio conocido como “Costa Salguero” de significativo valor paisajístico y en su consecuencia inmobiliario. Pocos dìas después, la composición de la Legislatura se modificò como derivación de los resultados electorales del escrutinio de ese año, disminuyendo como consecuencia la cantidad de miembros que respaldaban al oficialismo El sustento para la sanción de la ley, radicó en un dictamen de la Escribania General de Gobierno, que entendió que no existiendo ninguna norma que afectara dichas fracciones al uso público, afirmaba  que “correspondían al domino privado de la ciudad” A fin de ejecutarla, el gobierno llamó a un concurso público de ideas y anteproyectos. Actualmente ya se ha seleccionado uno que en consonancia con los objetivos del gobierno local, está encaminado a la construcción de inmuebles privados y al desarrollo de un importante negocio inmobiliario por el valor que representan tierras con vista exclusiva al Rio de la Plata. Paralelamente, un significativo número de ciudadanos, profesionales vinculados al tema y organizaciones afines, expresaron su oposición y protesta por la sorpresiva sanción de esa normativa. La Asociación Civil Observatorio de la Ciudad, la Fundación Ciudad y la legisladora Gabriela Cerruti, promovieron un recurso de amparo para obtener la nulidad y declaración de inconstitucionalidad de la ley, que aparte de su formulación explícita por los nombrados, contó con la adhesión de un amplio arco político. Resumiendo sus planteos puede indicarse como núcleo de esta controversia lo siguiente: 6.1) El art. 8 de la C.CABA  determina que pertenecen  al dominio público los “espacios que forman parte del contorno ribereño de la Ciudad” y reitera que “son públicos y de libre acceso y circulación” 6.2) El art. 27, inc. 3, establece que la Ciudad promoverá “la protección e incremento de los espacios públicos de acceso libre y gratuito, en particular la recuperación de las áreas costeras y garantizará su uso común”. El mismo inciso ordena la protección y control de la contaminación de esas áreas.         7)     Por su contenido, este proyecto no debió haberse considerado sin pasar por la audiencia pública que exige el art. 63 cuando se tratan  normas modificatorias de la regulación de espacios de uso publico y su transferencia al dominio privado.          8) Son procedimientos que exigen el mecanismo de doble lectura contemplando en el art. 89 y en caso de someterse a votación requieren dos tercios para su aprobación, según el art. 82.           9) El Juzgado en lo Contencioso Administrativo No. 16 rechazó el recurso en primera instancia pero la apelación de esa medida, ante la Cámara Contencioso Administrativo, determinó que la Sala II revocara dicho fallo, recogiendo en parte los planteos que controvertían la legalidad del proceso sancionatorio.                Concretamente dispuso una medida de no innovar o sea la paralización del procedimiento de ejecución de la ley.                 Y el cumplimiento de los requisitos constitucionales por los cuales es indispensable la realización de la audiencia pública para debatir previamente los objetivos del proyecto que es la categoría jurídica que corresponde actualmente a esa norma.                 Porque aunque la Cámara no lo haya explicitado, si la ley no puede tener principio de ejecución porque su sanción ha sido deficiente, hasta que no superen las falencias de que adolece, no es más que un proyecto.                   Y la intención de los concurrentes a la audiencia pública, a los que se suma nuestra Comisión, es que atendiendo a sus efectos negativos, los legisladores rechacen la propuesta formulada.                    Amén de todos los fundamentos ya resumidos y que damos por reproducidos, por los objetivos generales del LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDIO  queremos apuntar que estas iniciativas encierran un fuerte rasgo discriminatorio que acentua los crecientes niveles de desigualdad que ya por sí mismos, arrastran los procesos económicos sociales que padece nuestro país.                  No son tiempos para privilegiar negocios inmobiliarios que se establezcan alrededor de la construcción de viviendas de elevado valor rentístico en tierras que son del dominio público y a las que solo podrán acceder una mínima e insignificante porción de los millones de habitantes de esta ciudad, que por el contrario sufren las consecuencias de un aumento del deficit habitacional, entre otras causas, por el desproporcionado valor de los suelos.                  Dicho en términos muy simplificados, esto es discriminar entre ricos y pobres. Y de muy mala manera, casi rozando un comportamiento delictivo ya que se están usando tierras públicas no para la población en general, sino para un selecto grupo de especuladores en particular.                   Y aparte se está produciendo un daño ambiental ya que se está modificando la función de la costa ribereña , con evidente perjuicio

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Viejos, pobres y zurdos

Fuente: Carlos Alberto Rozanski | Página/12 Fecha: 18 de noviembre de 2020 La elección de características de determinados universos de personas como instrumento de estigmatización y eliminación física, no es nueva. Alcanzó su punto más alto en la doctrina nazi, enunciada por Adolfo Hitler, Führer (líder) de Alemania entre 1933 y 1945 y cuyas consecuencias, el mundo conoce. Los grupos eran seleccionados para su descalificación, concentración y posterior exterminio, no sólo por características físicas, sino, además, por sus costumbres, inteligencia, habilidades, gustos culturales, etc. De ese modo llegaban al concepto de raza y la supervivencia a partir de la aptitud. La noción actual de meritocracia, replicada hasta el hartazgo por la dirigencia de los nuevos grupos que se enuncian superiores, tiene sus raíces en aquellos brutales tiempos de la humanidad. No es casual que el entrenador de Macri y su equipo, haya sido Jaime Durán Barba, quien definió a Hitler como “Un tipo espectacular”. Tampoco lo es que desde antes incluso, de la elección presidencial de 2015, la principal técnica de captación de votos del PRO-Cambiemos, haya sido la manipulación inspirada en Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Adolfo Hitler. De ese modo. con la estructura vertebral de los medios hegemónicos de comunicación, la reiteración de la mentira, construyó verdad en nuestro país. Si bien esas ilegalidades permitieron el saqueo inédito de la Argentina, no alcanzaron para conservar el poder formal en 2019, debiendo replegarse para rearmar su discurso, con miras al 2023. La aspiración de máxima es lograr el retorno al gobierno en ese año, y de mínima, obtener impunidad para sus crímenes. La concreción del primer objetivo, depende de la eficacia en las técnicas de manipulación, y la respuesta que sea capaz de dar el actual gobierno. En cambio, el segundo, está casi garantizado por la permanencia en sus cargos del sector más reaccionario del poder judicial que fue cómplice del saqueo macrista. En cualquier caso, los crecientes discursos de odio y su difusión a través de quienes, permeables a esos discursos, queman barbijos, niegan vacunas, defienden a los multimillonarios y demonizan los “populismos”, son alarmantes. Precisamente porque se diseñan para generar alarma en un sector de la población, y de ese modo, obtener algún rédito político que mejore su deslucida imagen partidaria. Es en ese contexto, que se inscribe el curioso discurso de la ministra de Educación de Horacio Rodríguez Larreta, Soledad Acuña. Describir a los estudiantes de carreras docentes como viejos, pobres y de izquierda, no es casual. Todos sabemos que esa imagen no se corresponde con la realidad, pero no es el caso. A ningún dirigente del PRO le interesa la realidad, sino la construcción que de ella se haga para manipular. Hay que recordar que quien era ministro de Educación de Macri, Esteban Bullrich, sabía que el corazón de los jóvenes hacia el mismo ruido que el de cualquier ser humano. Sin embargo, rodeado de militantes, susurrando, los convencía que el sonido cardiaco era: “si, se puede”, si, se puede”. La actual ministra Acuña, se formó en el Colegio alemán Primo Capraro de San Carlos de Bariloche. Su director cultural durante el periodo de formación de la ministra, se llamaba Erich Priebke. Era un oficial del ejército nazi que una vez descubierto en Bariloche, fue extraditado a Italia y condenado a prisión perpetua por el asesinato de 335 personas incluyendo niñes, en las conocidas Fosas Ardeatinas. Nadie mejor que ella para definir, en un acto de brutal sinceridad, lo que considera característico de quienes estudian carreras docentes. Viejos, fracasados e incultos son algunos de los adjetivos que utilizó. Con los mismos prejuicios con que los nazis descalificaban como seres humanos a los judíos, homosexuales, con síndrome de Down o gitanos, Soledad Acuña, intentó humillar a los docentes. Sin embargo, la historia ha mostrado que del mismo colegio donde se formó la ministra, han egresado numerosos alumnos de ideas nobles que honran la cultura y jamás ofenderían de ese modo la condición humana. Eso prueba que la educación, si bien es un elemento fundamental en la formación de les niñes, lo que define, es la decisión que tomen de adultos de honrar o degradar la vida.

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La derecha global es una amenaza para los judíos estadounidenses, pero un hogar natural para los israelíes

Fuente:  Yair Wallach |+972 Magazine  Fecha: 16 de noviembre de 2020 La elección presidencial estadounidense de 2020 puso de relieve el contraste entre las comunidades judías estadounidense e israelí, los dos principales centros del mundo judío. Según las encuestas postelectorales, el apoyo de los judíos estadounidenses a los demócratas sigue siendo extremadamente alto, del 77 por ciento (frente al 70 por ciento en 2016). Se estimó que el presidente Donald Trump recibió solo el 21 por ciento del voto judío. En Israel, sin embargo, las encuestas han demostrado que los judíos israelíes prefieren a Trump en lugar de Biden en un 70 por ciento a 13 por ciento. Mucho se ha escrito sobre la creciente brecha entre los judíos estadounidenses e Israel en términos de valores e identidad judía. En particular, el aferrarse con la ocupación y el creciente autoritarismo del régimen de Benjamin Netanyahu han provocado una creciente desilusión con Israel, especialmente entre los jóvenes judíos progresistas en América del Norte. Por un lado, está el inconfundible giro de Israel hacia la derecha nacionalista; por el otro, el compromiso de los judíos estadounidenses con los ideales liberales, pluralistas y progresistas, ejemplificados por la difunta jueza Ruth Bader Ginsburg. El icono liberal simbolizó para muchos el papel que el «Tikkun Olam«(reparar el mundo) judío puede desempeñar en la lucha por la justicia social universal. Ahora, las dos comunidades se encuentran no solo separándose, sino también cada vez más en desacuerdo. La mayoría de los judíos estadounidenses ven a Trump como una clara amenaza, mientras que la mayoría de los judíos israelíes lo ven como un aliado que ofrece seguridad y esperanza. Esta divergencia tiene que ver no solo con los diferentes valores de las dos comunidades, sino también con sus posiciones estructurales. Siendo una minoría relativamente próspera y mayoritariamente blanca, el grado de respaldo de los judíos estadounidenses a los demócratas es sorprendente. Un estudio de 2015 encontró que el apoyo judío a los demócratas era un 40 por ciento más alto que el de los no judíos en posiciones socioeconómicas similares. Y si bien parte de esto se puede explicar en los niveles de educación y concentración judíos en las áreas metropolitanas, esto está claramente lejos de toda la historia. El modelo de ciudadanía inclusiva del Partido Demócrata se ajusta a las aspiraciones de los judíos estadounidenses de cultivar una identidad minoritaria cultural y religiosa junto con la participación cívica. En tal modelo, el particularismo judío y la ciudadanía estadounidense universal se refuerzan mutuamente como dos caras de la misma moneda. El carácter cristiano abrumadoramente blanco del Partido Republicano, por otro lado, es mucho menos complaciente en este sentido. La fuerte base evangélica del Partido Republicano y su conservadurismo social infundido por el cristianismo han disuadido a la mayoría de los judíos de considerarlo un hogar político. En los últimos cuatro años, las conexiones de Trump con la extrema derecha han agregado una dimensión antisemita explícita a esta ecuación. Trump se ha negado repetidamente a denunciar a los grupos supremacistas blancos y la conspiración antisemita de QAnon (Secta de apoyo a Trump donde se difunde las teorías conspirativas más extravagantes de la derecha. N del T). Los políticos republicanos habitualmente invocan conspiraciones con respecto al financista judío húngaro George Soros, mientras utilizan su apoyo a Israel para desviar las acusaciones de antisemitismo hacia ellos. El cambio en la retórica del Partido Republicano bajo Trump ha revelado que la asimilación general de los judíos blancos a la blancura tiene límites claros. Los comentarios de Trump a los judíos estadounidenses, en los que se refirió a Israel como «su país» y a Benjamin Netanyahu como «su primer ministro», traicionaron su comprensión de los judíos estadounidenses como no totalmente estadounidenses, de acuerdo con su noción exclusivista general de ciudadanía. El ataque mortal de 2018 a la sinagoga de Pittsburgh por parte de un nacionalista blanco que se suscribió a las teorías de conspiración amplificadas por el Partido Republicano que involucran a Soros e la inmigración, mientras tanto, mostró en los términos más crudos los peligros de la normalización de Trump de la supremacía blanca. El lugar de los judíos en un EE.UU. nativista está lejos de ser seguro, y está claro por qué rechazan abrumadoramente esta visión política. El apoyo israelí a Trump se basa de manera similar en realidades estructurales y está vinculado a la transformación del sistema político de Israel en los últimos 20 años. La lenta pero segura desaparición de la solución de dos estados, y la incorporación efectiva de la ocupada Cisjordania a Israel, marcan el surgimiento de un sistema político de un solo estado en el que el dominio judío está asegurado a través de la erosión de las características democráticas de Israel. Si los judíos estadounidenses son una minoría, los judíos israelíes están en la posición opuesta. Constituyen un grupo hegemónico de aproximadamente el 50 por ciento de la población en Israel-Palestina. Como escribió recientemente Raef Zreik en la revista +972, la Ley del Estado-Nación Judío de 2018 detalla el nuevo modelo de dominio político judío, con la degradación de la ciudadanía para los palestinos en Israel y el compromiso con los asentamientos judíos como un «valor nacional». A medida que la permanencia de la ocupación se vuelve cada vez más obvia, Israel ya no puede mantener sus credenciales democráticas y presentarse como una isla de liberalismo en el Medio Oriente. Esto explica por qué Israel ha buscado en la última década posicionarse como un aliado estratégico de la creciente derecha autoritaria, revanchista e islamofóbica global, encabezada por Jair Bolsonaro, Narendra Modi, Viktor Orbán y, por supuesto, Trump. Por ahora, esta alianza parece estar funcionando con los intereses de Israel, en un mundo cada vez más antiliberal. Los comentaristas israelíes de derecha que apoyan a Trump han adoptado una retórica de extrema derecha y han hablado en términos despectivos e incluso antisemitas sobre el apoyo de los judíos estadounidenses a los valores liberales. Los subrogantes clave de Netanyahu han descrito a J Street como “Jew Boys”

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Ganó Biden: ¿y ahora qué?

Fuente: Atilio A. Boron | Blog de Atilio A. Boron Fecha: 10 de noviembre de 2020 Los demócratas y los republicanos son administradores del imperio, nada más. Pero en su encarnación física, personal, idiosincrática, hay matices que no se deben desdeñar. Fidel siempre decía: “Dios no existe, pero está en los detalles.” Que Elliot Abrams, Marco Rubio, Ted Cruz, Bob Menéndez y la Ileana Ross pierdan su acceso directo a la Oficina Oval que les garantizara Donald Trump revela una diferencia que sería absurdo subestimar. Es sabido que ambos partidos han perpetrado toda clase de crímenes, en todo el mundo y que su simple enumeración insumiría decenas de páginas. Pero en esta reciente elección se corría un riesgo adicional: una ratificación plebiscitaria para mantener por cuatro años más a un  hampón como Donald Trump en la Casa Blanca habría tenido funestas consecuencias para nuestros países. Mencionemos apenas tres. Primera, la inmediata activación de la “carta  militar” contra Venezuela que Mike Pompeo preparara durante su gira de hace apenas un par de meses visitando Brasil, Colombia y Guyana (tres países fronterizos con la nación bolivariana) amén del cercano Surinam. Segundo: un Trump “recargado” habría intensificado las sanciones y el bloqueo en contra de Cuba, Venezuela y Nicaragua y aumentado sus presiones en contra de los gobiernos de Argentina y México, que los asesores más reaccionarios de Trump, aunque parezca mentira, consideran como “aliados” o “cómplices” de la subversión chavista. Tercero, la re-elección del magnate neoyorquino habría reforzado la gravitación regional de Jair Bolsonaro, Iván Duque y la derecha radical en Latinoamérica y el Caribe. Estos tres “detalles”, que no significa sean nimiedades, son más que suficientes para recibir con cierto alivio la  derrota del magnate neoyorquino.[i] En suma: había una elección entre el peor y el malo, y prevaleció el último. Decepcionante, ¡seguro!, pero estas son las “opciones” que el imperio siempre tiene para ofrecer. Desconocer esta verdad, asentada sobre un registro histórico de más de doscientos años, equivale a confundir ilusiones con la realidad. Bien, y entonces: ¿qué decir de Joseph Biden? Es un viejo político (cumplirá 78 años el 20 de noviembre) del establishment conservador norteamericano, con 47 años transitando por los laberintos del poder en Washington.[ii] Fue senador desde 1972 hasta que, en el 2009, juró como vicepresidente a Barack Obama. A lo largo de este casi medio siglo hay  muy poco en su record como para esperar un viraje significativo en la política exterior de Trump, especialmente en el siempre turbulento ámbito de las relaciones hemisféricas. Lo que sí hay es la certeza de que a lo largo de tantos en el Senado fue  cómplice, beneficiario -o por lo menos silente testigo- de la tantas veces denunciada corruptela institucionalizada en Washington, de los jugosos contratos y concesiones ofrecidas a las empresas del complejo militar-industrial y, luego del crash de las hipotecas del 2008, del fabuloso salvataje concedido por el Tesoro al corrupto sistema bancario estadounidense. Todo esto transcurrió bajo su mirada y en ningún momento insinuó disconformidad o incomodidad moral. La renovación o el “nuevo comienzo”, retórica a la cual son tan afectos los presidentes de Estados Unidos cuando desplazan a sus oponentes no se condice con la promiscua relación que Biden -¡al igual que Trump, pero “guardando las formas”!- mantiene con la burguesía imperial. Por ejemplo, su costosa campaña electoral se vio facilitada por el generoso financiamiento que le otorgaron las grandes corporaciones. Un informe revela que Joe Biden recibió donaciones de 44 multimillonarios; pero su acompañante, Kamala Harris, lo superó al obtener aportes de 46 multimillonarios estadounidenses.[iii]  En términos individuales Trump se benefició de la prodigalidad de Sheldon Adelson, el dueño de un casino en Las Vegas y, según The Guardian, un “ardiente conservador pro-israelí” que terminó donando 183 millones de dólares para la campaña del neoyorquino.[iv] Biden, a su vez, recibió un donativo del ex alcalde de Nueva York y magnate de los medios de comunicación Michael Bloomberg por valor de 107 millones de dólares. Como puede verse, parecería haber un pequeña contradicción con el principio elemental de toda democracia de un hombre/una mujer un voto. Porque, ¿qué dudas cabe que tanto Adelson como Bloomberg podrán hacer oír su voz más claramente que las de John y Maggie?, que no pudieron donar siquiera veinte dólares para ningún candidato en la pujante democracia estadounidense. Por eso tiene razón Luzzani cuando habla del “gatopardismo” de Biden. Habrá, eso sí, un cambio de estilo: al olvido pasarán los gestos matonescos y groseros de Trump y compañía (Pompeo y Bolton, especialmente) y, aparentemente, habría una cierta intención de reflotar el multilateralismo y buscar compromisos manteniendo el uso de la fuerza como una alternativa pero no como la primera prioridad. En esa línea Biden prometió su país a los Acuerdos de París sobre el cambio climático; regresar a la Organización Mundial de la Salud para colaborar en la lucha contra la pandemia, y a la UNESCO, de la cual Washington se había retirado aduciendo un supuesto “sesgo anti-israelí” de esa organización. Pero hay que recordar que Estados Unidos había dejado de financiar a la UNESCO en el 2011, bajo la presidencia de Barack Obama y cuando Joe Biden ¡era su vicepresidente! Desde el Senado Biden se preocupó por cimentar la fortaleza del complejo militar-industrial y la estabilidad del sistema financiero en la gran crisis del 2008. Ante la catástrofe sanitaria precipitada por el negacionismo de Trump en relación al Covid-19 podría tratar de resucitar el “Obamacare” como un esquema muy módico de salud pública. Pero acompañó con su voto en el Senado las invasiones a Irak y Afganistán y como vicepresidente avaló las operaciones militares en Libia y Siria. En lo tocante a nuestros países, también en su calidad de vice de Obama, Biden respaldó el golpe en contra de Juan Manuel Zelaya (Honduras, 2009); la intentona golpista en contra de Rafael Correa en el 2010; contra Fernando Lugo  (Paraguay, 2012) y el fraudulento proceso del “impeachment” en contra de Dilma Rousseff, entre 2015 y 2016 en Brasil. No hay, por lo tanto, razones para celebrar nada, excepto la

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