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Ecuador: el laberinto hacia el ballottage y las dos antinomias

Fuente: Gerardo Szalkowicz | Página/12 Fecha: 24 de febrero de 2021 Después de dos semanas en las que la resolución de la primera vuelta presidencial ecuatoriana quedó atrapada en un atolladero de incertidumbre, tensión y suspenso, con giros repentinos que trastocaban el escenario a diario, finalmente el Consejo Nacional Electoral confirmó que será el ex banquero Guillermo Lasso quien disputará el balotaje con Andrés Arauz (foto) el 11 de abril. Queda por ver en qué decanta la impugnación presentada por Yaku Pérez -quedó tercero por apenas 33 mil votos– y la presión que logre la movilización indígena, pero todo indica que Ecuador repetirá la polarización que predomina en la región en este siglo, entre un progresismo de profundidades variadas y una derecha neoliberal con el recetario de siempre. Habrá entonces una confrontación de proyectos abiertamente diferenciados, una disputa político-ideológica más nítida que si hubiera entrado Yaku Pérez, personaje ambivalente, expresión de la corriente más reaccionaria del movimiento indígena, portador de una huella política más bien conservadora pero cuya base social-electoral expresa al indigenismo y a otros sectores del campo popular distanciados del correísmo. Culebrón electoral El resultado final ratificó el triunfo de Arauz con el 32,7 por ciento y una ínfima ventaja de Lasso (19,74) sobre Pérez (19,39), quien desde el primer día denunció fraude y pidió el recuento de votos: la escena siguiente mostró un principio de acuerdo entre ambos candidatos, el CNE y la OEA para revisar las actas en 17 provincias. Se olía un gran pacto de todo el eje anti-correísta. Pero dos días después Lasso se echó para atrás y se consumó el divorcio con Pérez mediante un álgido tiroteo de tuits. Finalmente en el CNE no hubo consenso para reabrir las urnas y este domingo se oficializaron los resultados, aunque no hay que descartar nuevos vaivenes y maniobras desde el Poder Judicial. En este complejo teatro de operaciones, presiones y negociaciones se destacó el protagonismo de la OEA, que aporta más dudas que garantías teniendo en cuenta que su última actuación estelar fue inventar el fraude en Bolivia que dio pie al golpe de Estado de 2019. También enturbió el panorama la injerencia del gobierno colombiano activando un “falso positivo judicial” binacional y enviando al Fiscal General por un supuesto aporte financiero de la guerrilla del ELN a Arauz. La operación había sido publicada por la revista Semana, cercana al uribismo gobernante. En los últimos años, la persecución judicial (hoy le dicen lawfare) y las noticias falsas (hoy le dicen fake news) aplicadas por los grupos de poder encontraron terreno fértil en el Ecuador de Lenín Moreno; si bien lograron proscribir a Rafael Correa, no pudieron evitar que resurgiera el correísmo como primera fuerza (y primera minoría en el Congreso). El dilema de la doble polarización Tanto Arauz como Lasso deberán ampliar alianzas y seducir a parte del electorado ajeno para llegar al Palacio de Carondelet. La primera gran incógnita es qué pasará con el casi 20% que sacó el candidato de Pachakutik, brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), la organización que protagonizó los levantamientos populares en las últimas tres décadas.  Sin dudas Pérez capitalizó el espíritu de las jornadas de octubre de 2019 contra el ajuste de Moreno y el FMI, aunque él haya tenido un rol marginal. La CONAIE, si bien cerró filas con su candidato, arrastra fuertes tensiones internas fruto de su heterogeneidad. Leonidas Iza, uno de sus líderes más combativos, había advertido que sería “ilegítimo e inconsulto” cualquier acuerdo con Lasso: “Cerramos toda opción de diálogo con la derecha venga de donde venga”. Días después, Pérez, que en 2017 había apoyado a Lasso (“mejor un banquero que una dictadura”), ahora recalculó: “Ni sueñen que vamos a apoyar a la delincuencia organizada de Lasso”. La otra porción importante de votos en juego es la del empresario Xavier Hervas, el “candidato Tiktok” que sacó un sorprendente 15,6% haciendo pie en el electorado joven urbano y también propuso un frente contra Arauz. Las candidaturas de Pérez y Hervas expresan mayormente un voto anti-neoliberal, consolidado con el desastre que deja Moreno. Enfocando desde esta antinomia, Lasso aparece con pocas chances. Ex banquero, miembro del Opus-Dei, símbolo de la política tradicional y de la hecatombe económica de los ´90, llega al ballottage con un caudal de votos mucho menor que en las presidenciales que perdió en 2013 y 2017, con una floja imagen y un discurso demasiado conservador. Su única carta es mendigar un voto útil contra el correísmo. Esa es la segunda antinomia que complejiza los cálculos. La política ecuatoriana de los últimos 15 años está marcada por el correísmo/anti-correísmo. Y el ascenso de Pérez y Hervas es también producto de esa grieta: encarna un voto anti-establishment, diverso o difuso ideológicamente pero permeado por la demonización del correísmo asociado a la corrupción. Arauz tendrá que lidiar con las zancadillas de los poderes fácticos, pero sobre todo tiene el desafío de tender puentes y recomponer el vínculo con buena parte de los sectores indígenas, ambientalistas y feministas con los que Correa ha sido hostil. De rescatar el voto progresista y juvenil captado por Pérez y Hervas. De plantear una agenda que permita problematizar el extractivismo y se desmarque de las posturas conservadoras de su mentor como por ejemplo con el derecho al aborto legal. Para ganar el balotaje pero, sobre todo, para encarar un eventual gobierno que le permita al correísmo “volver mejores”. En definitiva, si Arauz logra que en las urnas prevalezca la antinomia neoliberalismo/anti-neoliberalismo seguramente logre un nuevo paso para el reimpulso de los gobiernos progresistas y la reconstrucción de la integración latinoamericana. Editor de NODAL. Autor del libro “América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista”. Conduce el programa radial “Al sur del Río Bravo”.

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El “delito” de vacunar

Fuente:  Maximiliano Rusconi | Infobae Fecha: 23 de febrero de 2021 Daniel Gollán, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires A nuestro país le cuesta encontrar la armonía. Estamos más acostumbrados al movimiento pendular pero, en verdad, pertenecemos a una comunidad que disfruta sólo cuando el péndulo se encuentra en los extremos, aunque esa satisfacción dure poco. Al mejor estilo de las penas infamantes de la inquisición nos gusta disfrutar de la hoguera del caído en desgracia. Y mucho más cuando todos nuestros vecinos salen a denunciar siempre tardíamente que en verdad el quemado hacía brujería. Voy a hacer una aclaración previa para evitar lecturas improvisadas: nadie puede estar de acuerdo con darle la vacuna a uno que se “coló” en la fila. Nadie. Eso está mal. Pero también está mal seguir clavándole cuchillos al cadáver como si pudiera responder. Mucho peor es ser cínico o pretender ocultar otros problemas subrayando y sobreexponiendo algún caso particular, o en la crítica pública no tomar en cuenta nuestros propios males como sociedad. Pero lo que es peor es que desde las instituciones los funcionarios encargados de hacer justicia operen con la misma inquina con la cual algunos centros de poder se sacan fotos aprovechándose de la crisis.El presidente Alberto Fernández. al recibir la dosis de la vacuna Sputnik Últimamente pareciera que algún sector del Poder judicial y del Ministerio Público no deja escapar una sola oportunidad de empeorar su imagen. No se desperdicia ni una chance de aumentar el nivel de mezquindad. Algunos sienten una especial seducción no en saber la verdad y aplicar la ley frente a la sociedad (gran deuda) sino en aprovechar la época de la crisis para hacer prevalecer su espíritu carroñero y llevar el resultado al mejor postor político. No sólo era de esperar que éste episodio de la vacunación sin turno generara denuncias de quienes han construído su carrera política sólo denunciando hechos (cuya falsedad o veracidad nada importa), sino que también era previsible que un grupo de fiscales (con o sin excavadoras) impulsara con enorme energía estos casos. La participación activa de estos fiscales (si lo hacen con ecuanimidad) en la investigación de delitos me parece no sólo positiva sino esencial en el sistema republicano. Pero ello sólo siempre y cuando haya un delito posible como conducta típica. El juez penal y el fiscal deben hacer su trabajo pero siempre que las acciones sometidas a su estudio puedan ser encuadradas en una figura penal. Debo decir que, según mi impresión ello no sucede en este caso. El episodio no tiene nada para aplaudir, pero ¿hay o no un delito? Porque, según creo, en ocasiones, los representantes del Ministerio Público estiman que pueden intervenir, producir allanamientos, potenciar el escarnio público, ya que de todos modos siempre habrá algún tipo penal que pueda ser invocado. Por ello a veces se culmina con figuras aplicadas de modo disparatado pero que tienen la suficiente ambigüedad para “emprolijar el asunto” (asociación ilícita, administración fraudulenta, etc, etc).Cristina Kirchner, la vicepresidenta, también se inoculó contra el coronavirus Pero el problema es que vacunar al que está, en la mitad de la cuadra, saltando turnos previos, es muy feo, pero no hay ningún ilícito en ello. En una sociedad democrática en la cual rige el estado de derecho el control de la jurisdicción penal es la “ultima ratio” (el ultimo eslabón) de la cadena de controles sociales. No siempre podemos o debemos acudir al derecho penal. Una cosa es que nos parezca inmoral “colarse”, pero hay que decir que se vacunó a personas que tarde o temprano tenían que ser vacunadas. Para que quede claro: vacunar no es ningún verbo típico en el código penal. No hay un tipo penal que diga: “el que autorice a vacunar a otro al que no le tocara su turno de forma inmediata será castigado con una pena de x años de prisión. La misma pena se aplicará al que recibiera la vacuna”. No es bueno utilizar el derecho penal para fines políticos. Tampoco hay aquí delitos funcionales genéricos (malversación, incumplimiento de deberes, tráfico de influencia). En estos casos siempre aparecen exigencias que no se darían en este supuesto: la ventaja patrimonial para el funcionario, el cambiar de destino el dinero de la vacuna, o directamente incumplir un deber específico que aquí no se ha incumplido (se cumplió de un modo perfectible, en todo caso). Ojala algún día aparezca una vacuna contra un mal a veces difundido en algunos sectores de la vida institucional, el “BPA”: bipolaridad politicamente activada. Los delitos no se generan por indignación popular o construcción mediática: deben estar en el Código Penal.

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MENEM, LA DAIA Y EL ATENTADO A LA AMIA

Asombro y perplejidad ante el volantazo discursivo sin autocrítica de la dirigencia comunitaria judía POR: EL LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO  FEB 21, 2021 El fallecimiento del ex presidente Carlos Menem motivó un comunicado de la DAIA en el que recuerda que bajo su mandato se produjeron los atentados a la embajada de Israel y la AMIA-DAIA, consignando que “nunca pagó por su responsabilidad en el encubrimiento del atentado contra la AMIA-DAIA”. No podemos dejar de expresar nuestro asombro y perplejidad, siendo que la propia DAIA ha sido a través de los años el principal sostén de encubrimiento menemista, sin realizar autocrítica ni cambio sustancial de rumbo hasta la actualidad. Resultaría agotador reseñar 26 años de maniobras de apoyo por parte de la dirigencia y la querella AMIA-DAIA a la insostenible historia oficial del atentado, y la defensa denodada que ejercieron para defender a funcionarios judiciales y policiales corruptos, responsables de la impunidad organizada por el gobierno de Menem. Desfilaron una y otra vez en apoyo del ex juez Juan José Galeano a cargo de la fraudulenta causa (hoy destituido y condenado penalmente, como delito de lesa humanidad, por encubrimiento); continúan defendiendo a los ex fiscales Eamon Müllen y José Barbaccia; negaron por años el comprobado pago de la coima de más de 400.000 dólares al entonces preso Carlos Telleldín con fondos de la SIDE, de lo que tenían conocimiento, con los que se le compró una declaración falsa que desvió la investigación por una década; premiaron al comisario Jorge “Fino” Palacios y a otros jefes policiales involucrados en el ocultamiento y en el espionaje sobre la comunidad judía; embistieron contra el titular de la Unidad AMIA Mario Cimadevilla porque se animó a impulsar investigaciones en una línea distinta de la historia oficial; taparon a los responsables de la impunidad –y su propio involucramiento– impulsando denuncias contra la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, vaciando así de contenido real el término “encubrimiento” y poniendo en su lugar la discusión por el memorándum con Irán. En ese emprendimiento contaron con el impulso de los medios hegemónicos en articulación estrecha con el PRO y Cambiemos, y con sectores del Poder Judicial, constituyéndose en instrumento central del lawfare. Entretanto, silenciaron el juicio por el verdadero encubrimiento finalizado en 2019, que entre otras cosas dio por probado el desvío de la “pista siria”, que la DAIA siempre calificó como “fantasía”. Buena parte de estos y muchos otros actos la DAIA los perpetró en pretendida “representación de la comunidad judía”, situación intolerable que motivó el propio nacimiento del Llamamiento, bajo la consigna “no nos representan”. Este sorpresivo y aparente cambio de rumbo, por lo menos en lo discursivo, debería traducirse en un ejercicio real de debate y autocrítica, para que nunca más la dirigencia comunitaria vuelva a cumplir tan lamentable papel. Luis Kon, Horacio Lutzky y Marcelo Seltzer Comisión jurídica del Llamamiento Argentino Judío.

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La discusión de fondo

Fuente: Carlos Heller | Tiempo Argentino Fecha: 21 de febrero de 2021 Como varias veces hemos afirmado, la regulación del Estado en ciertos sectores económicos resulta fundamental para evitar distorsiones y abusos en las distintas redes que componen el sector productivo de la economía. En esta última semana se conocieron varias decisiones que tomó el gobierno nacional en este sentido y que justamente instan a resolver, a partir de las potestades legales, situaciones que le generan grandes perjuicios al bolsillo de las personas.  Un ejemplo de ello fue la aplicación de la Ley de Abastecimiento (modificada en 2014 por la Ley 26.991 de Nueva regulación de las relaciones de producción y consumo) a través de la resolución 100/2020 de la Secretaría de Comercio Interior. En el marco de un alza en el nivel de los precios de los alimentos (en enero registraron una suba del 4,8%) algunas grandes empresas del sector fueron instadas a cumplir la ley. Tan sólo eso. En concreto, la Secretaría de Comercio Interior imputó a un grupo de grandes empresas por retención de sus volúmenes de producción o falta de entrega de determinados productos de consumo masivo. Este comportamiento irregular, señala el comunicado oficial, se detectó ya que las empresas “habrían incumplido la intimación a incrementar su producción hasta el más alto grado de su capacidad instalada y arbitrar los medios a su alcance para asegurar su transporte y distribución con el fin de satisfacer la demanda, establecida por la resolución 100/2020”. Esta normativa establece además que el marco legal para la implementación de los Precios Máximos, “tiene como finalidad proteger a las y los consumidores de posibles abusos en los precios y garantizar el normal abastecimiento de productos en supermercados”. El procedimiento en los comercios identificó faltantes en las góndolas de productos de consumo masivo, evidencia que derivó en inspecciones en las oficinas administrativas de diversas empresas proveedoras a las que se les solicitó información sobre stocks e inventarios de noviembre, diciembre de 2020 y enero de 2021. El titular de la Copal se quejó porque fueron a la reunión con el gobierno “y ahora se les imputa generar desabastecimiento. Parecería que nos olvidamos que el propio Presidente dijo que éramos una industria esencial”. Pero los que son esenciales son los alimentos que producen, que no pueden faltar en la mesa de los argentinos y las argentinas, o venderse a precios que no tienen justificación. En cuanto al hecho de sentarse en la mesa de diálogo, si bien siempre es importante, eso por sí solo no legitima comportamientos que se están tratando de cambiar. Por eso considero que el diálogo y los acuerdos que se alcancen deben ir acompañados de metas específicas que deben ser cumplidas y presentadas ante la sociedad. En este caso en particular, se requiere que las empresas restablezcan los stocks registrados a noviembre de 2020 y arbitren las medidas conducentes para asegurar el transporte y provisión de los productos para su efectiva comercialización. No se les está pidiendo a las empresas que produzcan a pérdida, se está tomando como referencia el nivel de producción de hace tan sólo tres meses y con el objetivo de no perjudicar a los consumidores finales con alzas innecesarias en los precios de productos esenciales como los alimentos. Discusiones de fondo En definitiva todo termina retornando, y no sólo en Argentina, al tema de fondo: cuál debería ser el rol del Estado. O más aún, a la dicotomía entre “Estado y mercado”. Referida a Estados Unidos, en una nota del Financial Times se afirma que “la estrategia de Biden para la economía estadounidense implica el cambio más radical de las políticas predominantes desde las reformas de libre mercado de Ronald Reagan de hace 40 años; con planes de endeudamiento y gasto público a escala nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial, la administración está haciendo un enorme experimento fiscal”. En la nota se comenta que “si el plan da resultado, demostrará que la innecesaria timidez de las últimas décadas hizo que millones de personas estuvieran desempleadas sin ninguna necesidad, le quitó a muchas zonas la oportunidad de mejorar su nivel de vida y amplió las desigualdades (…). Si los planes de recuperación que impulsa Biden terminan siendo correctos, demostrarán que (…) durante los últimos treinta años las economías avanzadas se obsesionaron demasiado con la inflación”. Sin embargo, el énfasis ideológico que se quiere dar queda claro a partir del propio título de la nota: “Si el plan de Biden fracasa pasará a la historia como el mayor «gol en contra»”. Se trata de una argumentación que desafía toda lógica. Incluso si el Plan Biden no llevara a los resultados esperados, nada induciría a concluir que la opción que queda sean las políticas de ajuste. Argentina, por su parte, ha sido un ejemplo de lo que generan las políticas neoliberales. Vinculado a ello, hace unos días falleció Carlos Menem, quien fuera presidente argentino durante diez años. Más allá del respeto por el dolor de sus familiares y amigos y de las condolencias que la formalidad del momento impone, no hay que dejar de decir que su figura encabezó precisamente un proyecto de políticas que tuvieron un profundo impacto regresivo, dándole continuidad y profundidad al plan económico que comenzó en la última dictadura militar. En definitiva fueron los mismos “cómo” (desregulación y Estado mínimo, apertura externa indiscriminada, etc.), que guiaron a la Alianza y que el macrismo retomó más tarde. Los resultados, casi idénticos en todos los casos (endeudamiento, fuga de capitales, quiebra de pymes, desempleo y pobreza), y cada vez más complejos de revertir.  Muchas problemáticas que hoy padecemos, como la tendencia a la dolarización y la desindustrialización, tuvieron el germen en estas políticas. Desde la apología de las privatizaciones y de los productos importados, a la subordinación en el orden internacional a la política de los Estados Unidos (“relaciones carnales”), la aplicación del decálogo del Consenso de Washington fue completa en los noventa. Se trata de una ideología que aún está muy activa en Argentina y aquí radica buena parte

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Encrucijadas de la soberanía digital

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna Fecha:  de febrero de 2021 “Hay que evitar la creencia de que las innovaciones tecnológicas son positivas sólo por ser nuevas, o son negativas sólo porque son tecnológicas” David E. Graham La última semana se informó la construcción de un consorcio de medios de comunicación argentinos asociados a la plataforma Google, destinada a reproducir material informativo local en su portal de noticias global denominado News Showcase. El acuerdo incluye a más de 30 grupos periodísticos, tanto porteños como provinciales, entre los que figuran Clarín, La Nación, Infobae, Página/12, El Cronista, La Arena, La Gaceta y Nueva Rioja, entre otros. El acuerdo implica un financiamiento de los medios locales por parte de Alphabet (la corporación que administra Google) y un decidido involucramiento en la selección de contenidos. Dicho desembarco forma parte de una campaña internacional para blindarse frente a las acusaciones de prácticas monopólicas, posición dominante, comercialización de datos privados a empresas y desvío de información crítica hacia la National Security Agency (NSA). News Showcase ofrece colaboración y apoyo financiero al periodismo de cada uno de los países con el objeto de obtener una legitimidad cuestionada por la Unión Europea y otros estados. Argentina es uno de los doce países en donde se decidió implementar el programa, que incluye acuerdos similares con medios de Alemania, Brasil, Canadá, Francia, el Reino Unido, Australia y Japón, entre otros. La inversión inicial es de 1.000 millones de dólares e incluye, hasta la actualidad, a unos 450 medios. La participación de los medios argentinos contribuye a la tendencia generalizada de una mayor concentración monopólica global y a la vez faculta a Google a convertirse en el gran responsable de modelar la imagen de la Argentina a nivel internacional, permitiéndole la selección de noticias aptas para el paladar del neoliberalismo hegemónico. Los medios locales recibirán compensaciones económicas por replicar una selección de sus titulares, mientras que Google compilará los datos obtenidos como insumo de sus operaciones de Inteligencia Artificial (IE). Una vez procesados, los comercializará a miles de empresas que los utilizarán como soporte para el marketing directo y personalizado. Los medios argentinos obtendrán dos tipos de financiamiento: por un lado, como consecuencia de la provisión de contenidos a la plataforma News Showcase, y por el otro como resultado de proporcionar acceso a artículos de las versiones pagas de dichos medios asociados. El resultado de este involucramiento de Google en la producción de la noticialidad cotidiana local ampliará el control de la plataforma estadounidense sobre el denominado ecosistema informativo local, incrementando su capacidad para modelar el sentido común, imprescindible para la reproducción ampliada del sistema financiarizado. En ese marco, la restricción sobre la soberanía comunicacional se expresará a partir de las cinco dimensiones siguientes: Agenda: decidirá qué temas y qué medios serán los que ocuparán los lugares prioritarios y cuáles serán ubicados en los márgenes. Dado que la selección inicial será ofertada por los propios medios, la trifecta mediática local (Clarín, La Nación e Infobae) logrará apalancar su legitimidad a la hora de difundir sus posverdades, falacias y tergiversaciones, apoyada en la cobertura brindada por una plataforma globalizada. Ese escenario es lo que Google conceptualiza como un ecosistema informativo, nominación aséptica con la que se pretende esconder las decisiones corporativas de sus CEOs. El ecosistema funciona como la mano invisible del mercado. Algo que está direccionalizado por poderosos actores que buscan atribuir sus movimientos a una naturaleza independiente de intereses. Concentración: incrementará la monopolización de los medios locales sin tener que regirse por normativas democráticas –presentes o futuras–, dada su localización empresaria en Estados Unidos. Operará sin arbitraje del Estado y decidirá qué coartar, ampliar o cercenar sin que una autoridad soberana o multilateral cuente con capacidad de intervención. Monetización: incrementará la capacidad de comerciar los datos personales de los ciudadanos argentinos, tanto para ofrecer agregados aptos para el marketing personalizado como para modelar campañas electorales, tal cual fue denunciado en ocasión del caso Cambridge Analytica. Vigilancia: aumento de la capilaridad informativa sobre partidos políticos y sus referentes, combinado con el desarrollo de mecanismos de inteligencia artificial dispuestos para completar una arquitectura global capaz de instalar mercados de futuros conductuales. Una disposición posible gracias a una concentración extrema de conocimiento, ajena a la supervisión democrática: se profundizará la manipulación destinada a conformar tribus antipolíticas y modelo de consumidores antes que ciudadanos. Sujetos aislados enemigos de la cooperación, admiradores de la competencia, reivindicadores de la desconfianza y de guerra de todos contra todos. Tergiversación, sobreabundancia y escándalo: La articulación convergente planificada por News Showcase será gobernada por algoritmos funcionales a los requerimientos empresariales trasnacionales, generalmente opuestos a las demandas sociales o las necesidades soberanas. En ese contexto, se omitirán los circuitos capaces de dotar a los usuarios de pensamiento crítico, convirtiendo a los ciudadanos en cibernautas. La difamación se hace confusa y ambigua y se la denomina fake new. “Cuando nos conectamos a internet ya no vemos el bosque. Ni siquiera los árboles, vemos sólo hojas, ramas (…) un ecosistema de tecnologías de interrupción (…) donde nos presentan pedazos o fragmentos de la realidad a través de sus buscadores”. La emocionalidad, la intemperancia, el odio y la intolerancia aparecen como vehículos de articulación social más premiados por las redes sociales y los buscadores. Cuánta más agresión se reproduce, mayor es la cantidad de respuestas. A eso se le suma el aluvión de contenido indiferenciado que –sin alfabetización digital– logra equiparar, sin jerarquizar, a un infectólogo con una presentadora televisiva, debatiendo temáticas de inmunización. Regular o sucumbir Desde 2019 el control del intercambio político en el ciberespacio es regulado por Google sólo en Estados Unidos, la Unión Europea (UE), la India y el Reino Unido. En 2020 se incluyó a Nueva Zelanda, Israel, Australia y Taiwán. En todos esos países, Google limitó, seleccionó y/o censuró la divulgación de anuncios electorales según segmentaciones generacionales, de sexo y de ubicación georreferencial. Aunque Google intenta resguardarse frente a posibles acusaciones de interferencia electoral, la Unión Europea y algunos de sus países miembros, por separado, han avanzado en la aplicación de normativas destinadas a limitar su poder discrecional. A partir de enero de 2021 se aplica en España

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Horacio Verbitsky. El oscuro día de los moralizantes

Fuente: Horacio González | La Tecl@ Eñe Fecha: 21 de febrero de 2021 El caso de Horacio Verbitsky se prestó para que se concentrara la polución colectiva de los grandes medios de comunicación, recogiendo las ansiedades malogradas de miles y miles de personas que dirigieron hacia ese único e impensable punto, sus desbaratadas ganas de ultrajar. Bastaba que en ese punto apareciera la figura de Horacio Verbitsky. Una figura pública que durante más de medio siglo fue reinventando una modalidad de periodismo que sin perder sutileza, ironía y fino sarcasmo, se dedicó a desnudar las tramas ilegales, represivas y destructivas de las formas políticas más horrendas que conoció la humanidad, desde actos de sufrimiento y aniquilación producidos en personas con compromisos políticos revolucionarios hasta esquemas ilegales de negocios que estrujaron hasta dejar exangüe a nuestro país. ¿Se olvidó eso? Los grandes medios que sacaron sus relucientes armamentos hechos de emoticones y rabiosa opinología, se frotan las manos. Por Horacio González* (para La Tecl@ Eñe) Un riesgoso fanatismo, un alud que cae violentamente sobre un único individuo que súbitamente concentra las acusaciones en que se cifran, si fueran dichas de otra manera, todas las frustraciones colectivas, las innumerables desistencias de la vida social argentina para evitar convertirse en un ámbito problemático. Una catarata que renueva sus aguas revueltas con una penitenciaría de flechas envenenadas contra un hombre que pasó su vida en un combate contra las condensaciones políticas que se deleitaron creando espanto y horror, y que ahora parecen haber revelado, en un único acto de su vida del que se arrepiente, que la impugnación a emisarios de la muerte organizada desde el Estado -en oscuros períodos que es imposible olvidar-, era una fantasía de alguien que llevaba en sus venas el deseo de actuar sin pedir turno, saltarse el lugar en la cola. Si somos prístinos en la vocación de pensar la política, debemos seguir siendo capaces de analizar sus problemas en vez de emplear hachas de sílex que caen sobre el “enemigo del pueblo”. Recordamos con esta expresión al Doctor Stockmann, el famoso personaje de Ibsen. Ojalá, estuviésemos entonces discutiendo una obra de teatro de un gran autor noruego. Stockmann, como médico había descubierto que estaban contaminadas las aguas del lago turístico del pueblo, y los políticos que lo saben, aunque lo niegan para no arruinar un negocio. Consiguen que el pueblo acuse a Stockmann, que a su vez, mantiene la idea de que los pueblos son fáciles de engañar. Con las enormes diferencias del caso, Horacio Verbitsky ha sido declarado “enemigo del pueblo” en una gran carnavalada de hipocresía y agua bendita. ¿Es el “enemigo del pueblo”? Si alguien fue capaz de decirlo, consultando quizás el acervo de grandes frases del teatro clásico, no se tomó el trabajo de consultar lo inverosímil de sus anatemas. “¡Se atribuye un privilegio cuando hay cincuenta mil muertos en el país!”. La insólita acusación es grave a dos puntas. Una es obvia. Verbistsky se vacunó sin acatar la larga espera a la que muchos estamos sometidos, corriendo la suerte de miles y miles de hombres y mujeres que vivimos con tristeza estos tiempos de cerrazón para las preguntas fundamentales sobre la vida, que no es que se ausenten, pero vienen demasiadas veces montadas en la televisada caballería de la impugnación, el insulto fácil, la moralina proclamada desde la supuesta  indemnidad personal de quienes se saben envueltos en celofanes, purezas de facultades de juzgar al prójimo en un escupitajo de desprecio. Inquisitoriales, se basan en un error personal para preparar la desmesura de hacerlo cargar con una insensibilidad estadística hacia los muertos que va dejando este estropicio que originó debates filosóficos, ecológicos, científicos y toda clase de especulaciones sobre una geopolítica de las vacunas, en la que tanto tienen que ver los que usan toga de moralistas, mantillas de severos analistas políticos. Nos vacunábamos desde chicos en las escuelas públicas, con una mera intervención de un enfermero que pasaba alcohol en nuestros tiernos brazos, bastaba hacer una cola como un trámite republicano, llamémoslo así, pero ahora esperamos la vacuna como una centella mesiánica salida ya de laboratorios cuyos nombres proféticos no conocíamos meses antes. Gamaleya, AstraZeneca, Pfizer. Este último nos era más familiar, pues como los grandes laboratorios occidentales tanto produce vacunas contra males específicos como gases asfixiantes y otros artículos vinculados a la violencia y la guerra. Pero ahora adquirían aspectos mesiánicos, heroísmos hospitalarios justamente conmemorados, y hasta entonaciones socialistas como dijo Iñigo Errejón en un reportaje desde España, donde comparó la vacuna a un “acto casi socialista”. Hace casi un siglo, los socialdemócratas alemanes dijeron que el correo postal era ya un indicio de socialismo. Comprendemos a estas personas y estos pensamientos benefactores que se entusiasman con aspectos científicos supletorios de la voluntad humanan política. Más de un siglo después el Correo no mostró esas virtudes que el candor político le atribuía, y su sucesor tecnológico, las “redes sociales”, se muestran especialmente como un reservorio de frases ponzoñosas, sostenidas en el anonimato, pero especialmente activas en la quiebra general de los tejidos asociativos que crean expectativas mutuas de solidaridad. Y no suelen evitar la injuria babosa, el escarnio ponzoñoso y la piqueta pública avalados por “tantas y tantas miles de visitas”. Se dice “las redes” como si se mencionara un ser, antropófago y ávido de devorar cuerpos vivos, canibalizarlos provocando un pequeño éxtasis domiciliario pues con el computador en nuestro penumbroso dormitorio podemos lanzar epítesis que producen un secreto espasmo, impiden pensar, pero producen un secreto temblor en nuestras soledades. El caso de Horacio Verbitsky se prestó para que se concentrara la polución colectiva de los grandes medios de comunicación, recogiendo las ansiedades malogradas de miles y miles de personas que dirigieron hacia ese punto -ese único e impensable punto-, sus desbaratadas ganas de ultrajar. Bastaba que en ese punto apareciera la figura de Horacio Verbitsky. Una figura pública que durante más de medio siglo fue reinventando una modalidad de periodismo que sin perder sutileza, ironía y fino sarcasmo, se dedicó a desnudar las tramas ilegales, represivas

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Una confederación entre Israel y Palestina puede resolver el conflicto

Fuente: Bishara A. Bahbah (*)| The Times of Israel Fecha: 15 de enero de 2021 Dos estados soberanos, cada uno de los cuales acuerda ceder algunos de sus poderes a una autoridad conjunta para promover el bienestar de sus ciudadanos. Ilustrativo: los israelíes reparten rosas a los árabes en el barrio musulmán de la ciudad vieja de Jerusalén, durante el Día de Jerusalén. 24 de mayo de 2017 (Nati Shohat / Flash90) Al entrar en 2021, es hora de enfrentar la realidad. El mundo está harto del conflicto entre Israel y Palestina y el tiempo no está del lado de nadie. Israelíes y palestinos pueden recorrer cualquiera de los tres caminos trillados, todos los cuales no conducen a ninguna parte en el mejor de los casos, o pueden optar por la confederación, la única esperanza que queda para un escenario en el que ambas partes vivan juntas en paz y dignidad. Prescindamos de los tres primeros: existe el statu quo de no hacer nada, que significa dejar que las cosas se deslicen hacia un único estado binacional gobernado por Israel como un régimen de apartheid. Existe la tan anunciada solución de un solo estado con igualdad de derechos para todos, que es una fantasía inalcanzable dado que niega la razón de ser de Israel como estado judío. Y finalmente, la solución de dos estados, que cae en la categoría de una operación exitosa en la que murió el paciente: fue hábilmente planeada en Oslo, pero después de 22 años, un primer ministro israelí asesinado, una segunda Intifada y 350.000 occidentales adicionales. Colonos judíos del banco, está operativa y prácticamente muerto. Después de una extensa investigación y un examen de conciencia, creo que una confederación entre el Estado soberano de Palestina y el Estado soberano de Israel será la solución más práctica, implementable y menos exigente para el conflicto entre Israel y Palestina. He aquí por qué. Una confederación es una asociación flexible entre dos estados soberanos mediante la cual cada estado acuerda ceder algunos de sus poderes soberanos a una autoridad conjunta para promover el bienestar de sus ciudadanos y evitar la implementación de alternativas costosas o imposibles. Bajo una confederación, Israel no tendrá que remover los grandes asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, siempre que Israel se comprometa a detener la expansión de esos asentamientos. A los colonos (ciudadanos) israelíes se les otorgarían derechos de residencia en Palestina mientras mantenían sus derechos de ciudadanía con Israel. Los israelíes que residen en Palestina estarían sujetos a las reglas y regulaciones locales mientras se encuentren en Palestina. Ni los residentes israelíes ni palestinos tendrían derechos extraterritoriales que los eximieran de seguir las leyes locales. Sin embargo, se les puede permitir votar en las elecciones locales en las que residan con derecho a votar en las elecciones nacionales de su país de ciudadanía. Si esta idea suena atractiva, entonces aplíquela a los palestinos, que no son ciudadanos israelíes y que desean vivir en Israel. Esta alternativa podría resolver el tema de los asentamientos sin tener que desalojar o trasplantar a las personas de donde viven desde hace décadas, aunque sea de forma ilegal según el derecho internacional. Dado que la frontera es porosa entre Israel y Palestina, habrá una frontera política entre los dos estados pero, en realidad, habrá libertad de movimiento en ambas direcciones para personas y bienes. Solo aquellos que están en las listas de seguridad no podrán viajar libremente entre los países. La cooperación en materia de seguridad entre las dos partes sería fundamental para permitir este tipo de libre circulación. De hecho, este arreglo de seguridad existe ahora mismo entre Israel y la Autoridad Palestina y ha funcionado bien, con pocas excepciones. Las dos partes tendrían la tarea de mantener la seguridad fronteriza mediante patrullas conjuntas e intercambio de inteligencia. Las patrullas conjuntas podrían monitorear las fronteras de Palestina con Jordania y el Sinaí. Esto eliminaría la necesidad de Israel de anexar el Valle del Jordán con el pretexto de que quiere garantizar que las fronteras de Cisjordania con Jordania sean seguras. Jerusalén: compartida, no dividida Una confederación respondería a las legítimas aspiraciones políticas y la autodeterminación de Israel y Palestina. Israel permanece como un estado judío soberano en nacionalidad y carácter, mientras que Palestina se convierte en un estado soberano independiente y democrático. Con respecto a los refugiados palestinos, estos serán repatriados en su mayoría al estado palestino recién creado con un número preaprobado que regresará a Israel según un programa de reunificación familiar acordado. En una encuesta realizada en 2020 por el Centro Palestino de Investigación de Políticas y Encuestas con sede en Ramallah, se preguntó a los palestinos: «Independientemente de lo que sea correcto», ¿cuántos estarían de acuerdo en que «la mayoría de los colonos israelíes probablemente se quedarán donde están,» y la mayoría de los refugiados palestinos no volverán a las tierras de 1948? Una mayoría del 71 por ciento de los palestinos en Cisjordania y el 52 por ciento en Gaza, estuvo de acuerdo con esa declaración. En términos sencillos, los palestinos no son ajenos a la realidad que los rodea y son más honestos consigo mismos que sus líderes políticos. Cuando se les preguntó en la misma encuesta si estaban de acuerdo o muy de acuerdo en que «Hamas debería dejar de pedir la destrucción de Israel y, en cambio, aceptar una solución permanente de dos estados basada en las fronteras de 1967», el 68 por ciento de los palestinos en Cisjordania y el 50 por ciento en Gaza estuvo de acuerdo con esa declaración. Con respecto a los costos de indemnización y repatriación de los refugiados palestinos, se crearía un fondo internacional, como se ha propuesto en numerosas ocasiones en el pasado, para compensar a los refugiados que opten por no regresar al Estado de Palestina, así como a los que opten por repatriarse. al estado soberano de Palestina. Bajo estos arreglos, los refugiados palestinos que regresan no alterarán la naturaleza y el carácter judío de Israel ni representarán una amenaza para la seguridad. Para aquellos que rechazan la idea de un estado judío, permítanme ser franco. Despierta y deja de engañarte. Palestina se define

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Alianza judía de izquierda pide a Biden que rechace la definición de antisemitismo que incluye el anti-sionismo

Fuente: Ben Samuels | Haaretz Fecha: 13 de enero de 2021 WASHINGTON – Una coalición estadounidense de 10 organizaciones sionistas liberales insta a la administración entrante de Biden a que no adopte la definición de trabajo de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto, citando un potencial de uso indebido. En un comunicado emitido el martes, la Progressive Israel Network, que comprende Ameinu, Americans for Peace Now, Habonim Dror North America, Hashomer Hatzair World Movement, Jewish Labor Committee, J Street, New Israel Fund, Partners for Progressive Israel, Reconstructing Judaism y T’ruah, argumenta que el esfuerzo por consagrar la definición de la IHRA en las leyes y políticas estadounidenses amenaza con equiparar la crítica legítima a Israel y la defensa de los derechos palestinos con el antisemitismo. “La administración y el Congreso de Biden deben rechazar doctrinas fáciles y simplificadas de las que se puede abusar fácilmente”, dice el comunicado. «Deberían abstenerse de legislar prohibiciones sobre el discurso protegido constitucionalmente y el activismo legítimo, que a menudo se dirigen erróneamente a quienes no albergan odio hacia los judíos, y que dificultan la identificación y confrontación de casos genuinos de antisemitismo».La definición de trabajo, adoptada por el plenario de la IHRA en 2016, establece: “El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos, que puede expresarse como odio hacia los judíos. Las manifestaciones retóricas y físicas del antisemitismo están dirigidas hacia individuos judíos o no judíos y / o sus propiedades, hacia instituciones de la comunidad judía e instalaciones religiosas». En su declaración, Progressive Israel Network argumenta que la adopción de esta definición, con sus «ejemplos contemporáneos» que la acompañan a nivel estatal, federal y universitario y en la gobernanza corporativa, «tiene el potencial de socavar las libertades fundamentales, y en algunos casos ya lo ha hecho». Según la coalición, los ejemplos contemporáneos adjuntos a la definición de trabajo permitieron al Departamento de Estado o al secretario Michael Pompeo declarar, en lo que llama «una extralimitación dañina», que el antisionismo, así como el movimiento global de boicot, desinversión y sanciones contra Israel es antisemitismo. La declaración menciona dos de lo que la IHRA llama ejemplos contemporáneos de antisemitismo: “Los ejemplos consideran antisemita la afirmación de que ‘la existencia de un Estado de Israel es un esfuerzo racista’ y la aplicación de ‘dobles raseros’ a Israel ‘al pedirle un comportamiento no esperado ni exigido de ninguna otra nación democrática’”. Los ejemplos contemporáneos citados en la definición también incluyen la negación del Holocausto, las teorías sobre las conspiraciones judías globales y la responsabilización colectiva de los judíos por las acciones israelíes.“Somos defensores de un futuro de igualdad, dignidad y seguridad para todos los israelíes y todos los palestinos. Como tal, insistimos en que los activistas, académicos y todos los ciudadanos deben tener derecho a expresar una amplia gama de opiniones políticas sin temor a ser reprimidos o difamados por el gobierno. Esto incluye críticas a la legitimidad de la fundación de Israel o la naturaleza de sus leyes y sistema de gobierno». En diciembre, Americans for Peace Now, miembro de la Progressive Israel Network, rechazó una solicitud de la Conferencia de Presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses para adoptar la definición de trabajo, diciendo que la organización, paraguas de 51 grupos, prestaría mejor servicio [para etiquetar personas y entidades como antisemitas] «usando un bisturí en lugar de una excavadora». Traducción: Dardo Esterovich

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La extrema derecha y el derecho extremo

Fuente: Jorge Majfud | Alainet Fecha: 12 de enero de 2021 Ahora, en Estados Unidos, como en Europa y en América Latina, la extrema derecha es una manifestación colateral del poder social y político que, con la frustración de sus miembros sin poder, crean una inestabilidad social. Una de las especialidades de un poder dominante es su capacidad para secuestrar logros y méritos ajenos, desde los progresos materiales hasta los progresos sociales. Así, el capitalismo, el neoliberalismo y la nueva ideología radical de los negocios (por la cual hasta los pequeños y sufridos empresarios y emprendedores se creen miembros del mismo gremio que integran Elon Musk, la familia Walton y Donald Trump) ha convencido al mundo que le debemos todos los progresos económicos, tecnológicos, científicos y el pan que comemos a su orden benefactor. Este absurdo, fácil de refutar pero fosilizado en la superstición popular, es tan absurdo como la idea de que el capitalismo y la democracia van juntos, cuando la historia demuestra que, en la abrumadora mayoría de los casos, ha significado lo contrario. Los grandes negocios y las corporaciones han promovido múltiples guerras y dictaduras, con la excepción de aquel país de donde procedía ese poder y el interés de orden y buen ejemplo. Uno de estos problemas (solo uno pero de vital importancia) lo advirtió y denunció por cadena de televisión el mismo presidente y general Dwight Eisenhower en 1961, al momento de despedirse de la presidencia: la obscena alianza en su país entre el poder militar y las corporaciones. Lo mismo había hecho el presidente Rutherford Hayes en 1886: “este no es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; es un gobierno de las corporaciones, por las corporaciones y para las corporaciones”. La democracia es otro ejemplo de secuestro perfecto, tal como lo fueron las religiones oficiales, por la cual hasta Jesús termina siendo el protector del capitalismo, el portavoz de la ambición desenfrenada de los multimillonarios y bendiciendo guerras y dictaduras de todo tipo. Cuando las democracias fueron inevitables en múltiples países, se las colonizó a través de la gran prensa y de los nuevos medios de comunicación masivos como la radio y el cine.  En Estados Unidos, a fines del siglo XIX los blancos esclavistas, derrotados en la Guerra civil, se rebelaron contra los nuevos derechos de los negros. Crearon el grupo terrorista más antiguo que existe, el KKK, y se popularizaron los alzamientos, linchamientos y hasta intentos directos de golpes de Estado, estilo banana republic. Alguno tuvo éxito. El 9 de noviembre de 1898, una turba tomó la corte de Wilmington, la mayor ciudad de Carolina del Norte, y declaró la “Independencia de la Raza Blanca” en base a la “superioridad del hombre blanco” y la constitución del país, que “no había sido escrita para incluir a gente ignorante de origen africano”. Los negros, la mayoría de esta ciudad, habían logrado participar en las últimas elecciones, eligiendo a algunos representantes. Al día siguiente, dos mil blancos armados tomaron por asalto las calles, destruyeron y quemaron negocios y el único diario de la ciudad administrado por negros. Como era de esperar, se corrió la voz de que algunos negros abrieron fuego contra los vándalos blancos, por lo cual se ordenó “matar a cualquier maldito negro que se deje ver”. Para poner orden, el gobernador ordenó a los soldados que habían regresado de Cuba (donde les secuestraron a otros negros su propia revolución) tomar la ciudad. Como resultado, algunos cientos de negros fueron ejecutados y miles debieron abandonar sus casas. El gobierno y sus representantes negros, elegidos en las urnas, fueron reemplazados por una dictadura que nunca se llamará dictadura, sino el gobierno de ciudadanos responsables y pacíficos que habían restaurado “la ley y el orden” y la voluntad de Dios. ¿Suena como algo reciente? Incluso feministas, luchadoras por el voto femenino como Rebecca Latimer Felton, recomendará linchar a los negros que ganaron las elecciones de 1898 en Carolina del Norte, ya que cuanto más educados y cuanto más participan en política, mayor amenaza suponen a la virginidad de las indefensas mujeres blancas. El linchamiento fue (es) una institución establecida por la raza superior que, no sin ironía, le teme a la superioridad física y sexual de las razas inferiores. Rebecca Latimer Felton, campeona de la modernización de la educación, no dejaba de insistir que, cuanto más dinero se invierte en la educación de los negros, más crímenes comenten. Por años, argumentó que otorgarle el derecho al voto a los negros conduciría a la violación de las mujeres blancas. Aunque desde inmemoriales generaciones las violaciones generalmente eran cometidas por hombres blancos contra mujeres negras, la fantasía pornográfica del poder nunca descansó y Felton recomendó mil linchamientos por semana para menguar el apetito sexual de estos hombres oscuros e ignorantes que ella considera gorilas. En 1922, por 24 horas, la feminista racista Felton se convirtió en la primera senadora de Estados Unidos por Georgia. La segunda mujer fue Kelly Loeffler, también por Georgia, quien, en enero de 2021, perdió con el candidato negro Raphael Warnock. Ese mismo día, miles de fanáticos blancos asaltaron el Congreso en Washington, donde el colegio electoral iba a confirmar su derrota. En el siglo XX, como forma de evitar la catástrofe de la raza blanca anunciada por Charles Pearson, se sustituirá la palabra raza por comunismo. El enroque semántico es tan efectivo que sobrevivirá a varias generaciones de críticos inadaptados, antipatriotas y todo tipo de radicales extremistas de izquierda. En América latina, la extrema izquierda más radical también fue un inevitable efecto colateral del poder imperial. Más recientemente, ni Cuba ni Venezuela ni ninguna otra experiencia independentista hubiesen sido lo que fueron y lo que son sin la persistente y profunda intervención de Washington y las megacorporaciones del norte. La extrema derecha, desde las dictaduras militares hasta las democracias tuteladas, justificadas en la reacción contra la reacción, también. Theodore Roosevelt lo había puesto por escrito en 1897: “la democracia de este siglo no necesita más justificación para su existencia que el

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