USO GEOPOLÍTICO DE LA IMPUNIDAD
A 28 años de la AMIA, las instituciones de la calle Pasteur siguen traicionando la memoria Por: JORGE ELBAUM (compañero del Llamamiento) | El Cohete a la Luna (17 de julio de 2022) El viernes Alberto Fernández recibió en la Casa Rosada a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en el marco de un nuevo aniversario del acto terrorista sucedido en 1994. En la reunión estuvieron presentes, además del Presidente, el canciller Santiago Cafiero, el secretario de Culto Guillermo Oliveri y la vocera presidencial Gabriela Cerruti. La delegación de la institución comunitaria estuvo liderada por su flamante titular, Amos Linetzky. La reunión tuvo características protocolares, formato en que la AMIA ha decidido vincularse con el gobierno, dejándole la tarea de la confrontación a la DAIA, de la que también forma parte. La división del trabajo entre ambas remite al remanido juego del policía bueno y el malo: la AMIA se muestra empática y dialogante, otorgándole la fajina confrontativa a su inquilina en el edificio de Pasteur 633. Cada 18 de julio se renueva la escena aciaga de los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA reclamando una justicia que nunca llega. En forma paralela, desde los estrados de las instituciones que tienen sede en la calle Pasteur 633 se repite la demanda sobreactuada de quienes han privilegiado la utilización política de la tragedia para transformarse en referentes corporativos de la derecha local. La DAIA y la AMIA se reparten el rol de producir cortinas de humo mediático-jurídicas dispuestas para debilitar a los gobiernos populares y/o perseguir a sus máximos referentes políticos. Luego del memorándum de entendimiento con Irán y del suicidio de Alberto Nisman, han sido partícipes de diferentes iniciativas destinadas a beneficiar a Juntos por el Cambio y estigmatizar a todo aquello que se opone a la lógica geopolítica impulsada por el eje Washington-Tel Aviv. El último capítulo de la saga corresponde a la aeronave venezolana de carga cuyos 19 tripulantes aún se encuentran retenidos en Buenos Aires por decisión del juez federal Federico Villena, en el marco de una querella impulsada por el titular de la DAIA, Jorge Knoblovits. Según la presentación judicial realizada por la apoderada de la institución de calle Pasteur, Martha Nercellas, el Boeing 747 de la empresa venezolana Emtrasur arribó al aeropuerto de Ezeiza el 6 de junio con la intención de promover el “financiamiento del terrorismo”. Dicho propósito, según la presentación realizada ante el juez Villena y la fiscal Cecilia Incardona, se encontraría promovida por los gobiernos de Caracas y Teherán. El último jueves, Knoblovits, desde Jerusalén, objetó a la vocera presidencial Gabriela Cerruti por considerar que la Justicia debe resolver de forma perentoria el caso de la aeronave venezolana y de los 19 tripulantes demorados: “Es una posición absolutamente sesgada –cuestionó el titular de la DAIA–, que no mira a esos familiares de las 85 víctimas del atentado contra la AMIA, que hace 28 años tienen una silla vacía en su casa, y sí defiende a los iraníes”. Para ahondar en el criterio demonizador, se interrogó en formato retórico: “¿Por qué el gobierno no se preocupa también por el derecho de las víctimas, no de los victimarios?”. Para los dirigentes de calle Pasteur –por estricto mandato de las delegaciones diplomáticas a las que responden– el solo hecho de ser venezolano y/o persa alcanza para ser acusado de complicidad con el atentado de 1994. En la misma línea, el flamante presidente de la AMIA, Amos Linetzky, advirtió durante toda la semana sobre el tenor del discurso que pronunciará el lunes. “Vamos a hacer un fuerte reclamo, aunque no guste, aunque incomode”. El reclamo, como es de esperar, tendrá como beneficiario al colectivo cambiemita, que se hará presente con una decena de figuras estelares lideradas por el panelista televisivo Waldo Wolff, titular de la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara Baja, una de las pocas áreas que no ha tratado ni elevado ningún proyecto legislativo desde 2019 hasta la actualidad. El patrocinio de la DAIA, gestionado por la abogada Martha Nercellas, resultó extraño a los ojos de los operadores judiciales asentados en Lomas de Zamora. La penalista es recordada en los pasillos tribunalicios por haber sido sancionada por el Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados con la suspensión temporaria de su matrícula por las faltas éticas cometidas en relación a la querella de la causa del atentado a la AMIA, también en representación de la DAIA. En aquella ocasión, su confabulación con el entonces presidente de la entidad, Rubén Beraja, el magistrado Juan José Galeano y los fiscales Eamon Müllen y José Barbaccia derivó en la injusta detención de cinco policías de la brigada de Vicente López, por el lapso de ocho años y tres meses. De Macri a Menem La insistencia en estigmatizar a todos aquellos que no coinciden con las políticas exteriores de Estados Unidos e Israel ha sido coherente, además, con el silencio y la indiferencia respecto a lo que se denomina “la pista local” de los atentados del ’92 y el ’94. El último martes, la Corte Suprema –luego de dos décadas– desestimó un recurso del comisario de la Policía Federal Carlos Castañeda, quien había sido condenado en 2005 a cuatro años de prisión por la destrucción de pruebas relacionadas con el atentado a la AMIA. En esa ocasión, quien revestía como jefe del Departamento de Protección del Orden Constitucional de la Policía Federal –encargado de la custodia de evidencias– hizo desaparecer 68 casetes con conversaciones telefónicas del reducidor de autos robados Carlos Telleldín. Entre esos intercambios, se especula, aparecían contactos del ciudadano argentino de origen sirio Alberto Jacinto Kanoore Edul, quien se comunicó el 10 de julio de 1994 con Telleldín con la intención de adquirir una camioneta Trafic. El entonces comisario Jorge Palacios –que tiempo después fuera nombrado como jefe de la policía metropolitana por Mauricio Macri– fue procesado por advertirle a Edul del allanamiento que se iba a llevar a cabo en sus oficinas y en su domicilio. Durante el juicio oral en el que se determinó la
ISRAEL: UNA CRISIS QUE NO TIENE FIN
Por: Efraim Davidi | Morena Internacional (3 de julio de 2022) El denominado “gobierno del cambio” de Israel alcanzó el 30 de junio pasado su punto final. Duró poco más de un año y se desmoronó lentamente por un sinfín de crisis internas que se apilaron hasta dejar a sus líderes sin margen de acción. La caída del actual gobierno, hasta ahora encabezado por un líder de extrema derecha, Naftali Bennett, convirtió al Ministro de Relaciones Exteriores y autodenominado “líder de centro” Yair Lapid, en Primer Ministro en funciones por los próximos cuatro meses hasta la formación de la próxima coalición gubernamental. Tras la disolución de la Knésset (Parlamento) con el apoyo de 92 de un total de 120 diputados, Israel vuelve a sumergirse en una feroz campaña electoral de cara a los comicios fijados para el próximo 1 de noviembre, las quintas elecciones en 36 meses. Pero esta decisión de disolver el Parlamento ahonda más aun la profunda crisis política que atraviesa Israel y entre las facciones de la coalición gubernamental. Este Ejecutivo, compuesto por siete partidos sionistas de derecha, centro e incluyendo dos que pertenecen a la Internacional Socialista (el laborismo, otrora la mayor fracción parlamentaria y Meretz) y apoyado por un partido islámico conservador (Rapan) tuvo por objetivo destronar al ex Primer Ministro y líder del derechista Likud, Benjamín Netanyahu, enjuiciado por corrupción que sirvió ininterrumpidamente en el cargo desde 2009 hasta junio de 2021. Pero paradójicamente y en los hechos, el “gobierno de cambio” fue en realidad un gobierno de continuidad en los ejes centrales de la política gubernamental de Netanyahu: la continuación de la ocupación de los territorios palestinos ocupados por Israel en junio de 1967, la perseverancia en las medidas neoliberales en la economía y la sociedad, el disciplinado alineamiento con la estrategia del imperialismo en la región y los recurrentes ataques en Siria e Iran. Dos bloques de las clases dominantes y un tercero minoritario Al igual que en las últimas ocasiones, ante estas elecciones (¡nuevamente!) anticipadas los partidos se perfilan divididos entre aquellos dispuestos a servir bajo el mando de Netanyahu quien fracaso en su tarea de formar los últimos cuatro gobiernos y quienes insisten en la necesidad de evitar el regreso del ex-mandatario, que enfrenta los cargos de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos distintos de corrupción. Esta vez, sin embargo, el electorado acudirá a votar habiendo atravesado la experiencia de un poder ejecutivo alternativo al que propone Netanyahu, al frente de su partido, Likud, junto a sus socios ultraortodoxos y racistas. Existe una tercera opción, aunque minoritaria: la Lista Común que conforman el frente Hadas del Partido Comunista de Israel junto a dos partidos árabes, Ta’al (Movimiento Árabe por el Cambio) y Balad (Pacto Nacional Democrático). “La Común”, como se la denomina generalmente en hebreo y árabe, está dirigida por un joven diputado de Hadash, Ayman Odeh y no está incluida en ninguno de los dos bloques, aunque es profundamente enemiga de Netanyahu y sus aliados. La Lista Común tiene un programa anti-colonialista y anti-capitalista y posee una bancada de solo seis diputados. De acuerdo a las encuestas realizadas a principios de julio, podría obtener entre siete y ocho parlamentarios. Netanyahu prepara su retorno A las dificultades internas del gobierno saliente se sumó el incansable accionar de Netanyahu, como líder de la oposición derechista, para obstaculizar su funcionamiento y demostrar al electorado que un gobierno tan amplio y no bajo su mando no podía funcionar. “Esto es lo que sucede cuando mezclas un partido de falsa derecha con partidos de extrema izquierda y una facción árabe-terrorista ligada a los Hermanos Musulmanes”, dijo en la Knesset el 30 de junio pasado el ex-primer ministro, que describió al gobierno saliente como un “experimento que fracaso”. Además, en un discurso ante el parlamento que para muchos marcó el comienzo de su campaña electoral, prometió “un gobierno amplio y robusto, que devolverá el orgullo nacional, la fuerza, la disciplina y la esperanza a Israel”. En otras palabras, Netanyahu propone una mayor fascistacion del Estado de Israel, y de acuerdo a los medios israelíes una de sus primeras medidas si fuera elegido, es legislar una ley que impida la continuación de su juicio y una posterior condena a la cárcel. Nuevas elecciones y viejas incógnitas Culminada la votación en el Parlamento, Lapid se dirigió al museo del Holocausto de Jerusalén, Yad Vashem, con el fin de honrar la memoria de su padre, fallecido en 2008 y sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial. “Prometí a mi difunto padre que siempre mantendría a Israel fuerte, capaz de defenderse a sí mismo y de proteger a sus hijos”, escribió Lapid a través de su cuenta de Twitter, previo a la simbólica ceremonia de traspaso de mando. El padre de Lapid, ex ministro de Justicia, propugno en su momento abolir los juzgados laborales y limitar el derecho de huelga. De tal palo, tal astilla, y últimamente el nuevo Primer Ministro, quien fuera ministro de Economía durante uno de los gobiernos de Netanyahu, expreso que “los países más ricos son aquellos donde hay más desigualdades sociales”. De cara a los próximos comicios, este periodista de 58 años devenido político se perfila una vez más como líder del sector anti-Netanyahu, que ya no contará con la participación de Bennett tras su anuncio de que no se presentaría a las elecciones. Esta decisión de Bennett podría ser decisiva para el futuro político de Israel, dado que deja al mando de su partido, Yamina (literalmente “Hacia la Derecha”, en hebreo), a la impredecible y racista ministra de Interior, Ayelet Shaked que hizo todo lo posible para sabotear el gobierno saliente dirigido por… Bennet. Las últimas encuestas difundidas por medios israelíes anticipan un escenario difícil para ambos bloques, que por ahora no contarían con los apoyos necesarios para llegar al mínimo de 61 diputados necesario para formar una coalición. Según encuestas difundidas durante los últimos días Netanyahu se perfila como ganador en cantidad de votos, tal como sucedió en
Israel debe detener su proceso de autodestrucción
Un ex jefe del Mossad advierte que la intolerancia en el discurso político israelí representa para la seguridad nacional un riesgo mayor que Irán y el terrorismo palestino Por: Tamir Pardo – Adaptado por Tom Wichter | YNET en español (10 de junio de 2022) Se habla mucho de los peligros a los que se enfrenta Israel. Algunos dicen que Irán es la mayor amenaza para nuestra existencia, y otros afirman que se trata de los palestinos. Pero desde mi punto de vista el mayor peligro de esta nación somos nosotros mismos y la tendencia a la autodestrucción, perfeccionada en los últimos años.La situación recuerda al momento histórico en que el pueblo judío se enfrentó a la ocupación romana. Las legiones romanas se mantuvieron al margen y esperaron con paciencia a que las divisiones entre los judíos completaran el trabajo por ellos. Se debe detener este proceso antes de llegar a un punto sin retorno. Israel es una maravilla histórica. Resurgiendo de las cenizas del Holocausto y provenientes de 70 naciones, se estableció un país en el corazón de una región hostil para brindar un refugio seguro al pueblo judío. Después de siete guerras y bajo disputas interminables contra aquellos que buscan nuestra destrucción, se logró transformar una pequeña porción de tierra sin recursos naturales en una potencia económica.https://be62314de3e2cc0539c27344a2a9145b.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html Pero hoy, polarizados desde adentro, nuestros enemigos esperan una vez más la oportunidad para destruirnos. Luego de cuatro rondas electorales se formó un gobierno que consiguió una escasa mayoría parlamentaria, pero quienes fueron derrocados del poder después de 12 años se niegan a reconocer su legitimidad. Incluso se niegan a dirigirse hacia el primer ministro por su título. Cuando el líder de una facción masiva de la Knesset se resiste a un gesto tan simbólico, los cimientos de nuestra democracia tiemblan.Se logró transformar una pequeña porción de tierra sin recursos naturales en una potencia económica. Pero hoy, polarizados desde adentro, nuestros enemigos esperan la oportunidad para destruirnos. Esa misma oposición boicotea todas y cada una de las propuestas legislativas del bando contrario. Toda oposición puede y debe oponerse a las iniciativas del gobierno, pero el bloque opositor actual vota en contra de leyes vitales para la seguridad nacional, el interés público y hasta de su propia ideología, en violación al contrato social básico del sistema democrático.El discurso público en Israel se caracteriza por la falta de tolerancia y el abuso verbal hacia cualquiera que piensa diferente. La Knesset demostró ser un ejemplo negativo de conducta y eso se filtró en la sociedad israelí. No se trata de una polarización entre socialismo o capitalismo, o conservadores contra liberales, o de izquierdas y derechas. El punto crítico es el carácter judío del país. El primer debate de este tipo se produjo en 1948, en torno al establecimiento de Israel, y se centró en asuntos de religión y Estado. Esa controversia política impidió la creación de una constitución. El segundo gran debate, que sigue sin definirse, es el de las fronteras: desde 1967 el país no tiene límites definidos, a pesar de la definición básica de un Estado como “organización política para la ejecución de intereses cívicos en un territorio determinado”.https://be62314de3e2cc0539c27344a2a9145b.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.htmlEn los 55 años que pasaron desde la Guerra de los Seis Días los gobiernos israelíes, de derecha e izquierda, se negaron a anexar Cisjordania y la Franja de Gaza al territorio israelí. Tres generaciones de israelíes, judíos y no judíos, nunca conocieron otra realidad. Somos un país sin estrategia que no puede definir sus expectativas para los siglos venideros. Ningún político estuvo dispuesto a trazar un objetivo claro para Israel. La mayoría evita tener que tomar una decisión. Ninguno quiere asumir la responsabilidad de conceder territorios, pero todos entienden que la anexión de Cisjordania conduciría a la desaparición del sueño sionista de una nación con mayoría judía, que a su vez garantice un Estado judío. Hay judíos que suscriben a la idea sionista de un país entre el río Jordán y el Mediterráneo. Pero en esa tierra hay muchos no judíos que no aceptarán ser privados de los derechos ciudadanos básicos que disfrutan los judíos, y sus aspiraciones de libertad e igualdad nunca serán anuladas.“Gbul”, en hebreo límite, es una palabra que puede referirse a la frontera física de un país, pero también a los límites morales del comportamiento. La intolerancia a los puntos de vista opuestos, la violencia en todas sus formas y la violación de los postulados de nuestra democracia son parte de nuestra falta de límites, derivadas de evitar los enigmas críticos que enfrentamos: ¿Qué tipo de Israel queremos? ¿Y cuáles son sus fronteras?*Tamir Pardo fue jefe del Mossad entre 2011 y 2016.
Revelado: lo que realmente hizo el Papa Pío XII durante el Holocausto
El Papa Pío XII dando una bendición papal en el Vaticano, septiembre de 1945 Por: Rico Tenorio | Haaretz (6 de julio de 2022) Tras la apertura de los archivos del Vaticano, el escritor David Kertzer pudo examinar el historial de guerra del controvertido Pontífice. Su nuevo libro, ‘El Papa en guerra’, presenta una imagen condenatoria de un hombre santo que eligió permanecer en silencio sobre la destrucción masiva de los judíos europeos. Después de la invasión nazi de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, el entonces jefe de la Iglesia Católica, el Papa Pío XII, comenzó a recibir informes sobre el asesinato masivo de judíos en Europa del Este. Múltiples fuentes informaron al Papa sobre la destrucción de los judíos, desde un capellán católico en el ejército de Benito Mussolini hasta un empresario italiano y un arzobispo católico ucraniano. En lugar de protestar por estas atrocidades, Pío guardó silencio después de escuchar el consejo de un consejero de confianza: Angelo Dell’Acqua, miembro del personal de la Secretaría de Estado del Vaticano. Pío XII finalmente mantuvo un silencio inquietante cuando se trataba de denunciar los crímenes de guerra nazis, según «El Papa en la guerra: la historia secreta de Pío XII, Mussolini y Hitler» , un nuevo libro del aclamado historiador David Kertzer, basado en su investigación. en los archivos del Vaticano recientemente abiertos en tiempos de guerra.- Anuncio – “El Vaticano estaba recibiendo confirmación del hecho de que los alemanes estaban tratando de exterminar en masa a los judíos de Europa”, dice Kertzer en una entrevista. Ahora han abierto los archivos. Sabemos que en respuesta a la solicitud del presidente [Franklin D.] Roosevelt en 1942, preguntando si el Papa podía proporcionar alguna evidencia que confirmara la masacre nazi de los judíos de Europa, el Papa dijo que no. Lo que ahora sabemos por los archivos es que su principal asesor en asuntos judíos le aconsejó que no reconociera la evidencia que tenían, diciendo que, sin duda, Roosevelt la usaría para la propaganda anti-alemana”. Kertzer reconoce que es un tema complejo. El Vaticano estaba rodeado por la Italia de Mussolini y, al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Pío sintió que las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) ganarían. A medida que la guerra se volvió a favor de los aliados, temió el surgimiento del comunismo. “Digo en mi libro que es una de las figuras centrales para comprender la guerra”, explica Kertzer sobre el Romano Pontífice, cuyo nombre de nacimiento era Eugenio Pacelli en 1876. “Realmente no recibe mucha atención. … Pensó que siendo neutral, como dijo, podría desempeñar un papel en un compromiso de paz. Hizo varias consultas a ambos lados para algún tipo de compromiso de paz. Nunca tuvo interesados”. En general, argumenta el libro, lo que motivó a Pío fue el deseo de preservar su iglesia, no las vidas de los judíos en peligro de extinción, y ni siquiera las vidas de los católicos en peligro de extinción en los países ocupados por los nazis, especialmente en Polonia. “Sus sacerdotes católicos eran semilleros del nacionalismo polaco”, explica Kertzer. “Un gran número de sacerdotes católicos fueron enviados a campos de concentración… por lo tanto, los polacos, incluidos los eclesiásticos de Polonia, le rogaron al Papa que hablara y denunciara esto. Se negó a hacerlo”. carta papal destruida El autor está bien situado para escribir sobre el tema. Profesor de antropología y estudios italianos en la Universidad de Brown, Providence, donde anteriormente se desempeñó como rector, en 2015 escribió una biografía del predecesor de Pío, ganadora del Premio Pulitzer, «El Papa y Mussolini: La historia secreta de Pío XI», sobre el Pontífice que tomó una postura mucho más enérgica contra los nazis al final de su vida. De hecho, Pío XI estaba listo para publicar una carta papal condenando el racismo y el antisemitismo, pero murió en febrero de 1939, poco antes de lo programado, después de lo cual su sucesor se aseguró de que se destruyeran cientos de copias de la encíclica.- Anuncio – Kertzer, de 74 años, tiene un vínculo familiar con la Italia de la guerra: su difunto padre, el teniente Morris Kertzer, fue el capellán judío de las fuerzas aliadas durante el desembarco en Anzio en enero de 1944. Fue allí donde el rabino Kertzer celebró la Pascua en una bodega. mas adelante en ese año. Después de la liberación de Roma, codirigió los servicios de Shabat en el Tempio Maggiore (Gran Templo) con el rabino jefe de la Ciudad Eterna. Aunque Pío XII recibió elogios de algunos de los primeros líderes de Israel, incluidos los primeros ministros Moshe Sharett y Golda Meir, Kertzer culpa al Papa por su silencio, corroborado por lo que encontró en el archivo Pío del Vaticano (que el Papa Francisco abrió en marzo de 2020). Kertzer también realizó investigaciones en otros cinco países, pero dice que el archivo del Vaticano “fue como la última pieza, pero una pieza muy importante: poder investigar, día a día, lo que realmente sucedió en el Vaticano durante Segunda Guerra Mundial: las decisiones que [Pius] tomó, por qué las tomó, los consejos que estaba recibiendo”. Él cita dos hallazgos como particularmente dignos de mención. Poco después de convertirse en Papa en marzo de 1939, Pío comenzó a reunirse clandestinamente con un enviado de Hitler: un noble alemán, el príncipe Philipp von Hessen, quien también era yerno del rey Víctor Manuel III de Italia. El Papa confió en un prelado menor para grabar estas conversaciones. Kertzer encontró las transcripciones reales de lo que describió como un asunto de capa y espada. El otro descubrimiento se relaciona con la ocupación alemana de Roma en 1943, que siguió al desembarco aliado en Sicilia ese verano. Aunque las Leyes Raciales antisemitas de Mussolini ya estaban en vigor desde 1938, los alemanes comenzaron una persecución mucho más agresiva de los judíos italianos, acorralándolos y enviándolos a Auschwitz . Una redada particularmente notoria de 1.259 judíos tuvo lugar en Roma el 16 de octubre de 1943 . Kertzer encontró un memorando instando al Papa a presentar una protesta privada al embajador alemán ante la Santa Sede. Sin embargo, su asesor, Dell’Acqua, lo
No es sólo el Holocausto. Israel está fallando en enseñar la historia de los judíos
Personas que participan en la «Marcha de los vivos» anual para conmemorar el Holocausto, entre los antiguos campos de exterminio de Auschwitz y Birkenau en Oswiecim, Polonia, hace cuatro años Por: Anshel Pfeffer | Haaretz (16 de junio de 2022) La decisión de Israel de cancelar los viajes de la escuela secundaria a Polonia debe verse como una oportunidad para revisar la forma lamentablemente incompleta y provinciana en que se enseña la historia en las escuelas israelíes. Visité Polonia por primera vez hace 32 años, como estudiante de secundaria israelí. El país ya estaba pasando por su transición a la democracia, pero muchas de las regulaciones de la era comunista aún permanecían vigentes. Por ejemplo, los grupos en el extranjero tenían que estar acompañados por guías aprobados por el gobierno. Mientras avanzábamos en autobús desde el campo de exterminio hasta el gueto y la sinagoga vacía, una dama polaca de pelo canoso y bien intencionada trató de educarnos sobre la historia local en un inglés con mucho acento. Una vez hecha su contribución, nuestro guía tomaría el micrófono para “traducir”. Nos habían dicho de antemano que ella estaba allí para presentar la versión polaca del Holocausto y que debíamos tratarla con cortesía, pero sin tener en cuenta lo que tenía que decir. Las delegaciones de escuelas secundarias a Polonia, entonces en su infancia, se convertirían en una industria a medida que los viajes se volvieran más baratos, Israel se volviera más próspero y se eliminaran las onerosas regulaciones gubernamentales, como tener un guía local en cada autobús. En 1990, los grupos aún eran pequeños y solo participaban unas pocas escuelas. Fui el único estudiante de mi año que fue a Polonia. En la década anterior a la pandemia, casi la mitad de todos los estudiantes de secundaria judíos-israelíes volaron a Polonia. Hasta esta semana, no había pensado en nuestra guía en años. Y por mucho que lo intento, no puedo recordar su nombre, aunque todavía puedo escuchar su voz claramente mientras inicia cada mini-lección con «Ahora estamos cruzando el río Vístula». Supongo que ella y sus colegas fueron las primeras víctimas de la desregulación poscomunista. Pero según el informe del ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, a los medios de comunicación israelíes el miércoles, el gobierno polaco ahora quiere sacarla de su retiro . Este verano estaba destinado a ver la reanudación a gran escala de esos viajes de la escuela secundaria a Polonia, ahora que se eliminaron las restricciones de viaje de COVID-19. Pero no iba a ser. El gobierno nacionalista de Polonia quiere opinar sobre el contenido educativo de las giras por su país. O como dijo Lapid: “Los polacos querían decirnos lo que podemos y no podemos decirles a los niños israelíes que viajan a Polonia. No lo toleraremos. Lo primero que pensé fue que si los tiernos e impresionables adolescentes israelíes pudieron haber estado expuestos en ese entonces a las guías comunistas, la generación actual, que se ha acostumbrado a las contradicciones y los hechos contrastantes gracias a las redes sociales, ciertamente puede defenderse. Pero si, como dijeron fuentes del gobierno israelí a Haaretz, una de las demandas polacas era que a los estudiantes israelíes no se les dijera cómo los ciudadanos polacos colaboraron con los alemanes en la deportación de judíos a la muerte, entonces esa es razón suficiente para cancelar. Si los políticos de Polonia quieren blanquear la historia de su país, es su problema. Nuestros hijos, en cambio, no necesitan que les digan que lo que nuestros abuelos vivieron y vieron con sus propios ojos nunca sucedió. Si negar hechos históricos es una condición, ninguna escuela secundaria debería visitar Polonia. Impresión masiva Admito que estaba desgarrado por esta pregunta mucho antes del último dictado polaco. El efecto de visitar los lugares donde tuvo lugar la historia es inconmensurable. Me causó una gran impresión cuando tenía 17 años, y hasta el día de hoy, cuando estoy informando desde una ciudad de Europa del Este, siempre trato de hacer tiempo para visitar el lugar donde los judíos fueron asesinados. Cada ciudad de Europa del Este tiene un sitio así, y se lo debemos a nuestros abuelos que sobrevivieron para continuar visitando las tumbas anónimas de sus padres. Sin embargo, la forma en que el viaje se ha convertido en un rito de iniciación nacionalista para los jóvenes israelíes ha contribuido a la fetichización del Holocausto en la sociedad israelí y a la lamentablemente incompleta y provinciana forma en que se enseña la historia en las escuelas israelíes. Para ser honesto, simpatizo con otra de las demandas polacas, como lo expresó esta semana el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores en Varsovia, que a los estudiantes israelíes se les muestre el país no solo «a través del prisma de los campos de concentración», sino también a través de » el contexto de las relaciones polaco-judías durante más de mil años”. No les gusta que “los jóvenes israelíes regresen de estas visitas con sentimientos negativos hacia Polonia y los polacos”. No estoy seguro de que los polacos hayan hecho tanto para merecer nuestros sentimientos positivos, pero estoy bastante seguro de que el enfoque en la destrucción ha desviado la atención de la riqueza de la vida judía anterior. La ironía de los nacionalistas polacos que se quejan de que las delegaciones judías en los campos exhiben el nacionalismo israelí no debe perderse. Una parte importante del problema es que con todos los niños envolviéndose en banderas israelíes mientras caminan por Auschwitz y la Fuerza Aérea de Israel volando bajo sobre los crematorios , hemos hecho esto sobre nosotros, sobre Israel. Los polacos tienen razón. Israel no debería centrar la forma en que enseña historia a las generaciones futuras solo en torno al Holocausto y la resurrección en el estado judío. La historia de la vida judía no puede reducirse sólo a esos componentes. La historia no debe ser contada solo por israelíes. Pero nuestros socios para contar nuestra historia no son un gobierno polaco populista que revisa la historia. La controversia sobre las visitas escolares a Polonia y el revisionismo del Holocausto no es solo una preocupación israelí. Falta en la discusión la comunidad judía en Polonia, que vive con ella
Bajo las narices de Pinochet: Los diplomáticos israelíes que rescataron a los disidentes de izquierda de Chile
Por: Judy Maltz y Jonathan Gorodischer | Haaretz (13 de junio de 2022) La extraordinaria historia, contada por primera vez, de cómo el embajador israelí Moshé Tov ayudó a salvar a unos 300 enemigos del régimen de Augusto Pinochet en 1973, luego del golpe militar contra el presidente Salvador Allende, llevándolos de contrabando al aeropuerto en los baúles de los autos de la embajada y incluso cobijándolos en la propia embajada. Durante casi medio siglo, esta misión de rescate israelí se mantuvo en gran parte en secreto. A fines de 1973, aproximadamente 300 disidentes vinculados a la izquierda política fueron tomados bajo las alas de diplomáticos israelíes con base en Chile y así se salvaron de las manos de la junta militar que acababa de tomar el poder. Considerados enemigos de la dictadura encabezada por el general Augusto Pinochet , fueron recogidos de escondites secretos, introducidos de contrabando en los baúles de los automóviles de la embajada israelí hasta el aeropuerto, donde los subieron a aviones y los llevaron a un lugar seguro. La embajada de Israel les proporcionó billetes de avión, pasaportes y otros documentos de viaje necesarios, a menudo con nombres falsos. Al menos 30 de estos disidentes encontraron cobijo en las oficinas de la propia embajada, donde se apartaron escritorios y máquinas de escribir para dejar sitio a catres y cunas. En varios casos, se alojaron en la residencia privada del propio embajador israelí.- Anuncio – Si no fuera por la intervención de los diplomáticos israelíes, estos enemigos del régimen seguramente habrían sido condenados a cadena perpetua o algo peor. La mayoría de ellos, pero no todos, eran judíos. “Proporcionamos refugio a quienes lo pedían, judíos y no judíos por igual”, recuerda Ruth Tov, la viuda de 90 años del entonces embajador de Israel en Chile, Moshé Tov, durante una entrevista en su casa en las afueras de Tel Aviv. . “No hubo discriminación”. Su esposo escoltaba personalmente a los disidentes al aeropuerto, cuenta, para asegurarse de que no fueran interceptados y ejecutados en el camino. En vísperas del golpe militar de septiembre de 1973, unos 30.000 judíos vivían en Chile. Su número hoy se ha reducido a unos 18.000, muchos de los cuales se fueron a Israel, Argentina y Estados Unidos. La operación de rescate se prolongó durante varios meses tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, cuando fue derrocado el gobierno socialista encabezado por Salvador Allende. Fue encabezado por Tov, quien había asumido su cargo en la embajada en Santiago dos años antes, y Benjamin Oron, el primer secretario de la embajada. Los dos diplomáticos israelíes llevaron a cabo la operación con la plena cooperación y bendición de Abba Eban, quien se desempeñaba como ministro de Relaciones Exteriores en el momento del golpe, y Yigal Allon, quien lo reemplazaría unos meses después. Algunos de los refugiados, aunque no la mayoría, terminarían en Israel. La mayoría de ellos se trasladaron a la vecina Argentina y más al norte a los Estados Unidos. Chile es el hogar de la tercera comunidad judía más grande de América del Sur, después de Argentina y Brasil. Cuando se supo que diplomáticos israelíes albergaban a disidentes políticos, la junta militar trató de detenerlos. Unos días después del golpe, la policía secreta fue enviada a la embajada y exigió que se les mostrara el interior para poder registrar las instalaciones. Tov se negó, bloqueando la entrada de la embajada con su propio cuerpo. “Este es un espacio extraterritorial”, les dijo a los hombres fuertemente armados, como recuerda su viuda. “No puedes entrar”. Rectificando la situación Pasarían muchos años antes de que Tov, quien murió en 1989, fuera reconocido por su valentía. En 2016, su familia recibió un certificado de la Cancillería chilena agradeciendo sus actos de heroísmo durante este oscuro capítulo de la historia del país. El número oficial de víctimas de abusos a los derechos humanos bajo el general Augusto Pinochet, quien gobernó Chile de 1973 a 1990, es de 40.018. Ese número incluye 3.065 chilenos que fueron asesinados o desaparecidos forzadamente, así como decenas de miles que fueron torturados o encarcelados por motivos políticos. Sin embargo, pasarían algunos años más antes de que un público más amplio se diera cuenta de sus hazañas. Una visita de la actual embajadora de Israel en Chile, Marina Rosenberg, al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago -institución que conmemora a las víctimas de las violaciones de derechos humanos durante el régimen de Pinochet- sería el detonante.- Anuncio – “Fue en 2019, nada más tomar posesión de mi cargo, que en mi visita me acompañó la directora del museo”, cuenta en conversación telefónica. “Me mostró un mapa grande colgado de una de las paredes que indicaba todos los países que habían ayudado a los chilenos perseguidos por Pinochet”. No incluía a Israel. “Cuando le mencioné esto al director, dijo que no estaba al tanto de la participación de Israel”, dice Rosenberg. “Decidí que era hora de rectificar la situación”. La Embajada de Israel procedió a desenterrar tanta información como pudo sobre las actividades de Tov y sus cómplices después del golpe. Se lo entregaron a Raúl Gamboni Silva, destacado periodista y cineasta, a quien se le encargó que hiciera su propia investigación y lo convirtiera todo en un documental. Esta película de 15 minutos, “Embajador Moshé Tov: Podemos y Debemos”, título inspirado en las palabras que usó para explicar por qué había decidido proteger a los perseguidos por el régimen, se estrenó el mes pasado en un evento especial organizado por la embajada, en colaboración con varias organizaciones judías. La proyección tuvo lugar en el auditorio del museo. “Exhibir la película en el museo fue especialmente significativo para mí”, dice Rosenberg. “El siguiente paso es agregar a Israel al mapa en el muro allí”. ‘Arquitecto clave’ Nacido en Argentina en 1910, Tov fue un destacado diplomático israelí que se desempeñó como embajador en Guatemala antes de asumir su cargo en Santiago. Antes del establecimiento de Israel en 1948, se desempeñó como enviado de la Agencia Judía en América Latina, donde se centró en reunir apoyo para el plan
Lo que realmente temen los fundamentalistas judíos
Manifestantes ultraortodoxos manifestándose contra un grupo femenino de oración reformista en el Muro Occidental en abril Los movimientos Reformista y Conservador de Israel son pequeñas ramificaciones de sus organizaciones matrices en el extranjero. Pero en lugar de simplemente ignorarlos, la campaña Haredi contra el más mínimo atisbo de reconocimiento ha ido a toda marcha. Por: Anshel Pfeffer | Haaretz (24 de junio de 2022) Dos días después de ser elegido como el nuevo presidente de la Agencia Judía la semana pasada, Doron Almog habló en la conferencia bienal del movimiento del Judaísmo Reformista de Israel en el kibutz Shefayim. Fue un discurso sin complicaciones, significativo solo porque fue su primera aparición pública después de su elección. Como se hace en tales eventos, Almog habló de su propia experiencia personal de la organización anfitriona, en su caso, el bat mitzvah de su hija, Nitzan, 31 años antes. “Tenemos una foto de Nitzan con el talit, en el momento de la [lectura] de la haftará, en la pared de casa”, dijo. Eso y algunos otros comentarios evasivos provocaron vítores exultantes y aplausos de los miembros de un movimiento que siente que recibe muy poco reconocimiento y amistad de importantes figuras israelíes. Pero incluso eso fue demasiado para algunos críticos del lado ultraortodoxo. Tan pronto como terminó Shabat, inundaron las cuentas de las redes sociales haredi con videos del compromiso de Almog con elementos sediciosos. Shas MK Moshe Arbel fue fulminante, llamando al discurso de Almog “adulación apresurada y superflua” que “muestra que no es apto para su nuevo papel. Lamentablemente, en lugar de ser una figura nacional unificadora, ha elegido la división”. En su nueva posición como líder de la organización que aparentemente está a cargo de mantener la relación entre Israel y la diáspora judía, Almog podría haber optado por responder públicamente. Podría haber dicho que aquellos que esperan que ignore un movimiento que representa a millones de judíos en todo el mundo son los que han elegido la división. O que está orgulloso de su conexión con los judíos reformistas, quienes le dieron a su hija la oportunidad de tener un bat mitzvah real. En cambio, optó por enviar una carta privada de apaciguamiento a sus críticos, dejando en claro que «nadie en nuestra familia ha pertenecido a una comunidad reformista, y no tengo la intención de unirme a una comunidad reformista, ni a ninguna comunidad». Explicó que su hija había “elegido hacer una aliyá a la Torá a la edad de 12 años, hace 31 años, porque su hermano Eran, que nació con una discapacidad grave, no pudo obtener su propia aliyá”. Almog terminó su carta con la pabulilla habitual acerca de que todos los judíos son “hermanos” y que “no debemos renunciar a ningún judío”. Únicamente entre los presidentes de la Agencia Judía (siempre han sido hombres), Almog no es un político. En los 20 años desde que se retiró como general de las Fuerzas de Defensa de Israel, se ha dedicado a construir un centro residencial para jóvenes y adultos con discapacidades graves en el Negev. Su elección se debe en gran medida a que no está alineado con ningún campo político, después de un año en el que los grandes de la Agencia no lograron ponerse de acuerdo sobre ninguno de los candidatos propuestos. La forma tímida en que trató de librarse del furor que causó su discurso ante el movimiento reformista bien podría ser una señal de que, después de todo, es un político cínico, o que todavía es lo suficientemente ingenuo como para pensar que puede seguir siendo una figura de consenso en mundo judío polarizado de hoy. De cualquier manera, ha contribuido a la narrativa de los ultraortodoxos y la extrema derecha israelí de que la reforma y otras corrientes del judaísmo liberal y progresista son de alguna manera las que dividen a los judíos, y no la corriente reaccionaria que afirma ser la única. judaísmo auténtico, que condena al ostracismo a las otras versiones e incluso exige que los judíos no afiliados cumplan con sus boicots para que no sean etiquetados como escisionistas también. Los haredim siempre han odiado a los judíos reformistas. Se remonta a los días en que ambos movimientos nacieron como respuesta a la Ilustración y la emancipación de los judíos en Europa. Pero los intentos de los políticos haredi y haredi-nacionalistas en los últimos años de impedir cualquier diálogo con los judíos progresistas es un nuevo nivel urgente de escalada. A primera vista, no parece haber ninguna razón real para todo el alboroto y el miedo. Los movimientos Reformista y Conservador de Israel son pequeñas ramificaciones de sus organizaciones matrices en el extranjero. En gran medida, no han logrado establecerse como jugadores de las grandes ligas en el mercado religioso y cultural israelí. En algunos lugares de clase media alta, han logrado construir comunidades prósperas y mantener instituciones académicas de calidad, pero no son verdaderos movimientos israelíes autosuficientes. Ciertamente no hay rivales para la hegemonía ortodoxa. Pero en lugar de simplemente ignorarlos, la campaña Haredi contra el más mínimo atisbo de reconocimiento ha ido a toda marcha. El acuerdo del espacio de oración del Muro de los Lamentos fue abandonado bajo la presión de los partidos haredi solo porque le dio a los movimientos reformista y conservador una voz simbólica en el asunto. Ese acuerdo había sido negociado por el entonces ministro de Asuntos de la Diáspora Naftali Bennett y originalmente aprobado por el entonces primer ministro Benjamin Netanyahu, y destinó un rincón pequeño y oscuro del muro, un sitio de excavación arqueológica que ni siquiera está conectado a la plaza principal de Kotel, para » oración igualitaria”. El veto haredi fue tan absoluto que incluso bajo el gobierno de Bennett, en el que no había partidos ultraortodoxos, no hubo movimiento para revivir el acuerdo. Y, sin embargo, la histeria antirreformista continuó este año con el asalto de los políticos ultraortodoxos al Comité de Justicia de la Knesset, solo porque está presidido por el legislador laborista de modales suaves y bastante inofensivo y el rabino reformista Gilad Kariv . Incluso atacaron a uno de los suyos, tratando de cancelar al rabino