LA ÚNICA VERDAD
POR: HORACIO VERBITSKY | El Cohete a la Luna (26 de septiembre de 2021) El ascenso de Juan Manzur y de Martín Insaurralde a las jefaturas de gabinete de ministros de la Nación y de la provincia de Buenos Aires, es una demostración irrefutable del pragmatismo peronista. Esto implicó el sacrificio de los hombres de mayor confianza del Presidente Alberto Fernández y del gobernador Axel Kicillof. Santiago Cafiero fue desplazado al Ministerio de Relaciones Exteriores y Carlos Bianco del Clío a la jefatura de asesores de la gobernación. En ambos casos fue decisiva la conducción política del espacio compartido, ya sea con la carta pública que Cristina le dirigió a Fernández o mediante un encuentro presencial reservado con Axel en El Calafate. Fue el gobernador quien pidió la reunión, sostienen en el Senado. Pero si bien tanto Fernández como Axel fueron impulsados a sus cargos por Cristina, Alberto nunca tuvo votos propios, mientras Kicillof supo crear su propia representatividad. También son muy diferentes las personalidades de Cafiero, quien rara vez comenzaba su jornada laboral antes de media mañana y minimizaba la gravedad de cualquier problema, y Bianco, un obsesivo madrugador que controla hasta lo que no hace falta. Ninguna de las críticas de gestión que se hacen al primer gabinete de Alberto son aplicables al de Axel. Pero hay necesidades populares que no puede cubrir ningún gobierno provincial, porque dependen de decisiones nacionales. Ampliar la base de sustentación política de un gobierno sí es algo que puede hacerse a escala subnacional. Tampoco es una cuestión ideológica. Alberto fue la carta que Cristina esgrimió en 2019 para apaciguar a los sectores más a la derecha del FdT; Axel la apuesta a una posición más hacia la izquierda del espectro. Ninguno de ellos pudo vencer en la prueba comicial. Más allá de esas particularidades, la ley que se cumple en este caso es que los ganadores avanzan y los derrotados retroceden. En Tucumán, el FdT de Manzur obtuvo el 49,6% de los votos, contra el 34,7% de Juntos. La lista de Insaurralde reunió el 40,3% de los votos en Lomas de Zamora, contra 31,8% de ambas listas sumadas de la oposición liberal-radical. En Malvinas Argentinas, los candidatos del ex intendente Leo Nardini superaron la votación de la yunta Santilli-Manes: 43,7 a 27,8, diferencias que evocan las del añorado 2019. Ahora, Nardini es el nuevo ministro de Infraestructura y Servicios. Tal vez los resultados en Tigre incidieron en la negativa presidencial a la propuesta de Máximo Kirchner de designar a Sergio Massa a cargo de un superministerio de ramos generales económicos. La falta de entusiasmo con que ambos jefes relegaron a sus laderos se refleja en los destinos que idearon para ellos: Cafiero, como nuevo ministro de Relaciones Exteriores, lo cual incluyó un desaire ofensivo para el anterior titular, Felipe Solá, quien celebró su regreso al llano afeitándose el bigote, y un reprochable menoscabo de la política exterior; Bianco como jefe de un supergabinete de asesores creado para él, con cuatro subsecretarías y una docena de direcciones. En su primera declaración posterior al cambio, Bianco dijo que estará más cerca que antes del gobernador. Está por verse si su relación será armónica con el nuevo jefe de gabinete. En 2015, Cristina había pensado en su ministro de Economía como alternativa presidencial a Scioli, pero por entonces el nivel de conocimiento de Kicillof era bajo y ninguna proyección le daba más del 7%. Por afinidades ideológicas y generacionales siempre estuvo cerca de La Cámpora, pero nunca como orgánico. De hecho, su instalación bonaerense fue una decisión personal, avalada por Cristina. Los camporistas preferían su inscripción en la Ciudad Autónoma, que ha sido un distrito reacio al kirchnerismo, y pensaban en Insaurralde como postulante a la gobernación bonaerense. A poco andar, todos percibieron el fenómeno que provocaba cada aparición de Axel, quien recorrió los 135 partidos de la provincia de Buenos Aires, sin prensa que reprodujera las muestras de adhesión que recogió en el Conurbano pero también en el interior de la provincia, donde se sentó a discutir cara a cara con las patronales agropecuarias, que no lo aplaudieron pero lo escucharon con interés. Es dudoso que hoy pudiera repetirlo. Cuando los intendentes quisieron acordarse, ninguno de ellos pasaba del 10% de adhesiones mientras Axel superaba el 30%. Con terrestre sentido de la realidad, Insaurralde fue el primero en anunciar su apoyo a la fórmula Kicillof-Magario, que Cristina y Alberto Fernández habían instalado sin palabras, sólo con una foto de los cuatro en un acto en Merlo. “A muchos nos gustaría ser, pero ninguno mide como Axel, de modo que no perdamos tiempo discutiendo”, dijo en un encuentro de intendentes. Lo mismo, pero a la inversa, ocurre ahora. El miércoles 15, casi al mismo tiempo de la carta de Wado de Pedro anunciando que dejaba el Ministerio de Interior de la Nación, actitud seguida por otros ministros y funcionaries, la ministra bonaerense de gobierno, Teresa García, comunicó que todos los integrantes del gabinete provincial también habían puesto su renuncia a disposición de Kicillof. “La derrota no es algo nacional, tiene que ver con todos, intendentes, gobernadores, si algo no funciona y la gente cree que no funciona no es responsabilidad de uno solo. Creo que ninguno de nosotros es imprescindible, todos somos reemplazables, y somos reemplazables en la medida que no interpretamos bien lo que la gente espera de nosotros”, expuso. Al mismo tiempo, Andrés Larroque, El Cuervo, recordó que luego de las derrotas de 2009 y 2013 fueron reemplazados los jefes de gabinete y los ministros de Economía respectivos, y Alicia Kirchner pidió la renuncia de todo su gabinete en Santa Cruz. Quien quiera oír, que oiga. García fue secretaria del bloque de diputados nacionales del kirchnerismo, que detectó en ella dos cualidades poco comunes: un profundo compromiso militante e inserción territorial (en el norte del Conurbano) y capacidad organizativa del trabajo. Por eso en 2017, cuando se creó Unidad Ciudadana en lo peor del apogeo macrista, Cristina le planteó que la necesitaba en la Legislatura