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Aportes de adherentes, Derechos Humanos, Portada

Dibujos Urgentes en el #juiciocampodemayo

Por: Eugenia Bekeris y Paula Doberti Ayer la Fiscal Gabriela Sosti continuó su alegato, deteniéndose en los secuestros, allanamiento ilegal, robos, simulacros de fusilamiento, detenciones, torturas, abusos deshonestos, violaciones, desapariciones y homicidios a los que acusa en cada caso a los imputados. Se detuvo en militantes de la Juventud Guevarista, de la Columna Norte de Montoneros, del PRT-ERP y de trabajadorxs de Dálmine/Siderca y de Papelera Latina. Detalló los acontecimientos que llevaron a las detenciones ilegales y los tormentos que debieron soportar Ricardo Guerrero, Luis Giménez, Eugenio Guasta, Carlos Álvarez, Alberto Calvo, Griselda Fernández, Francisco Bustos, Vicenta y Lucía Nerone, Américo Rodríguez, Aldo Guerra, Alba Garófalo, Mario Paluchi, Omar Palacios, Carlos Julio Báez, Ricardo Monteiro (15 años), Mario Humberto Mariani (17 años), Luis Salerni, Susana Stritzler (embarazada de 8 meses), Carlos Armando Castro, Osvaldo Plaul, Rodolfo Merediz, Rosa Angélica Murno, Eduardo Placci, Marita Quintana, Beatriz Recchia (dio a luz en Campo de Mayo), Antonio García, Bárbara García Recchia (nieta recuperada por Abuelas), Hugo Morante, María Elena Prado, Raúl Cativiela, Mónica Liliana Goldberg, Luis Carlos Caffaro Giménez, Osvaldo Héctor Muzzio, Juan Faustino Mesa, Raúl Alberto Rossini, Lidia Alicia Zunino, Juan Carlos Vázquez Sarmiento, Anastasio Brizuela, Silvia Fernández, Ramón Brito, María Angélica Encarnación Fernández, Abel Horacio Castillo, Juan Carlos Vega, Diego Muñiz Barreto, Juan José Fernández, Manuel Ciriaco Molina, Mario Vicente Molfino, Héctor Raúl Jofré y María Celia Torres. Sosti dijo que “destrozaron los cuerpos y los sueños de esos jóvenes”, que “no tuvieron el más mínimo resquicio de humanidad”, que “trataban a los detenidxs como objetos”, que “les ponían pesos en los pies para arrojarlos vivxs al mar y procurarles una muerte espeluznante” y que “no hubo enfrentamientos: hubo secuestros, tormentos y homicidios”. Un sobreviviente recordó que le dijeron “nosotros vamos a terminar con todo como hizo Franco en España”. Sosti aseguró que “los juicios son imprescriptibles porque el dolor que provocaron aún persiste”. Afirmó que “la Iglesia tenía información” y que “Clarín era vocero de los genocidas”. Hizo foco en las mujeres. Recordó que una imputada “tuvo que soportar la relación sin consenso con su torturador”, otra “salió a pedir que no se lleven a su marido y le dispararon con su hijo en brazos”. Y fue narrando: “la mamá salió corriendo atrás de los secuestradores con un pullover para que su hijo no tuviera frío”, “la madre quedó tan afectada por el secuestro de su hijo que hablaba con las paredes”, “en los galpones de las mujeres hacían “fiestas”, en clara alusión a los abusos y violaciones”, “le introdujeron objetos en su vagina, un guardia la violó junto a otras mujeres encapuchadas y nunca volvió a tener su ciclo menstrual”. Acusó a Riveros, Román, Del Valle Arce, Tamini, Rojas, Castagno Monje, Somoza, Rojas, Domínguez, Sadi Pepa, Agostino, Caballero, Ramírez Mitchell, Cabrera, Arena, Britos y Villanova. El alegato continuará los próximos miércoles a partir de las 10.30 hs y podrán seguirse por el canal de Youtube de La Retaguardia #Son30000 #NuncaMas #AdondeVayanLosIremosABuscar #juicioycastigoalosculpables #ElUnicoLugarParaUnGenocidaEsLaCarcel #CarcelComun

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MIS DÍAS COMO JUDÍO

Por: Alberto Daniel Golberg En el 2000 realicé un stage de 4 meses en la Universidad de California-LOS ÁNGELES, si bien el objetivo era profundizar el estudio de la fisiología de estomas, la razón fundamental fue la de acercarme a una comunidad judía religiosa. La mayoría de los judíos de la diáspora padecemos un “conflicto de identidad” de muy difícil solución. El dilema que se nos presenta posee numerosas aristas, aunque en un afán reduccionista podría restringirse al interrogante: ¿Qué es ser judío: religión, raza, nacionalidad, cultura, todo eso junto? Cada uno debe hacer su propia experiencia para tratar de responder ese dilema Y probablemente termine sus días sin poderlo resolver. Hay quienes se consideran descendientes de Abraham por línea directa, han recorrido un largo camino desde Babilonia hasta Estados Unidos, Rusia o Argentina, otros se conciben como un gajo desprendido del árbol de la diáspora sin saber a ciencia cierta dónde están sus raíces ¿Venimos directamente de Sión o de algún sitio ignoto del Mediterráneo, el norte de África o el  Cáucaso? Quién puede afirmarlo con total certidumbre. ¿Cómo se construyó esa identidad judía si es que realmente existe? Podría haber realizado el stage en Israel pero me pareció un territorio muy complejo para obtener lo que estaba buscando, preferí los Estados Unidos donde la ortodoxia religiosa parece tener un nivel más civilizado porque lo que estaba investigando era la manera de introducirme en el entramado de la identidad a través de la fe religiosa.    Como en la Divina Comedia, yo elegí mi Virgilio       —Descendamos, ahora, al mundo sin luz—dijo mi noble Guía, conmovidoy pálido—. Y yo, al ver su blanca faz:¡Maestro!, si vacila la virtudde tu valor, ¿qué haré? —Hijo querido,lo que en mi rostro ves, sólo es piedad.Y siguiendo sus pasos, me adentréen el primer círculo.  Pero mi búsqueda era diferente a la del Dante, no se trataba de un descenso a los infiernos, modestamente rastreaba mi identidad judía. El Guía elegido resultó ser Roberto Bronstein (llamado Menahem en su metamorfosis al universo de la trascendencia) pues tenía varias ventajas: lo conocía de antigua data, investigaba sobre movimiento de estomas por lo cual me resultó fácil incluirlo en mi proyecto de stage y sobre todo, lo más importante: se había transformado en un religioso ortodoxo. Charlas instructivas tuve con él mientras recorríamos el campus de UCLA; fueron bastante extrañas y difíciles de comprender, estaban relacionadas principalmente con el basamento científico de la fe judía, al menos de la que él ostentaba. El día que abordamos el tema del Génesis se me quemaron todos los papeles: yo pensaba que la única manera de interpretar la descripción del inicio del Universo tal cual la describe el Génesis es asimilándola a una metáfora de la cual seguramente muchos pensadores ya habían encontrado su significado, un sacudón neuronal recibí cuando mi Horacio negó esa posibilidad aduciendo que el Libro era la palabra de Dios transmitida a los hombres y que no cabía realizar ninguna interpretación por fuera de lo que estaba escrito.  Le respondí que si se echaba por la borda la Teoría de la Evolución gran parte del andamiaje de la biología se venía abajo; a lo cual él replicó: ¿Qué es lo que se vendría abajo? Sentí que con eso había llegado al límite de la razón, al menos de la mía y dejé la respuesta rebotando en la arboleda del campus circundante. Otra duda que me había perturbado desde que comencé a interesarme en los misterios de la judería está vinculada con el status de pueblo elegido que ostentamos, privilegio que nos ha costado tanta sangre sudor y lágrimas. A ese interrogante, mi Virgilio respondió: “no es ningún gracia sino una inmensa responsabilidad ante los otros”. -Pero algún beneficio debió haber significado para nosotros y sin embargo sólo nos agració con persecución y muerte (yo). -Las escrituras establecen que Él siempre obra para bien, a veces resulta difícil de comprender el trasfondo de ese bien (él). -Pero como entender la Shoa si consideramos que siempre obra para bien (yo). -Te dije, a veces es muy difícil, quizás imposible para nosotros encontrar la explicación de ese bien (él). Nuevamente sentí que habíamos llegado al límite de mi racionalidad, dirigí mí mirada a una ardilla que nos cruzó a poca distancia y me callé. Virgilio-Bronstein en realidad me tercerizó en la persona del rabino Mendel, un enorme pedazo de humanidad, gordo como el mundo y con tantos hijos que confundía sus nombres o los olvidaba. Había pasado algunos años en Buenos Aires, vivió en el gheto judío del barrio Once, allí estuvo a cargo de una sinagoga, hablaba un español rudimentario que preferí al inglés californiano de los otros rabinos. El objetivo de la tarea que Menahem le había encomendado a Mendel fue introducirme en los arcanos de la fe judía, al menos en su faz operativa; su labor diaria consistía en iniciarme en la colocación del tefilin (o filacteria): se trata de una pequeña pirámide trunca de cuero con unas tiras salientes confeccionadas también en cuero. Mendel me lo colocaba primeramente en el brazo izquierdo y yo debía repetir con él unas frases en hebreo que estaban relacionadas con versículos de la Biblia, al menos eso presumía, la manera de sujetarlo al brazo no era aleatoria (nada es aleatorio en la fe judía, de eso pude darme cuenta muy rápidamente), sino que debían darse siete vueltas siguiendo el trazo de algunas letras del alfabeto hebreo. Una vez concluido el ritual del brazo, lo desataba también siguiendo un protocolo y me lo colocaba en la frente conjuntamente con la correspondiente oración. Cuando Mendel intentó explicármelo, poco entendí sobre el significado de ese ritual; recurrí entonces a mi primer guía espiritual quien me informó que la manera más sencilla de concebirlo era como si fuera una antena que permitía comunicarnos directamente con Él.  La lectura del Libro fue mucho más ardua que la colocación de los tefilines, apenas podía retener algunas palabras sueltas en hebreo y los conceptos se me

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Reflexiones sin ton ni son

Resumen del acontecer israelí (septiembre 2021) Por: Alejandro Stein (Comisión del boletín – Desde el kibutz Barkai, Israel) Un problema que se venía cocinando hace tiempo, y que hizo eclosión. En una demostración de lo que es la democracia israelí, las armas robadas (principalmente al Ejército), que son muchísimas y variadas, desde fusiles hasta granadas de mano, pistolas hasta  misiles anti tanque, llegan no sólo al bajo fondo judío, también al palestino israelí, y supongo que más lejos. Misteriosos los caminos del choreo. La situación es realmente grave. Se ha vuelto peligroso entrar a dichos poblados, y no es el “terrorismo” el responsable. Es la delincuencia pura y simple, el tráfico de drogas y, mucho más grave, las guerras entre familias por ofensas o conflictos varios, donde las “vendettas” pueden expresarse hasta en el asesinato de niños. La situación ha llegado a punto tal que el Servicio Secreto, ése que se dedica a buscar “subversivos”, y el Ejército toman cartas en el asunto por orden del gobierno a veces incluso con la aquiescencia de las autoridades de la mayoría de los poblados, donde la vida se convirtió en un infierno. A confesión de parte… El diputado fascista-racista Betzálel Smotritch, cabeza del partido “El Sionismo Religioso”,  manifestó en voz alta lo que muchos de nosotros sabíamos: discutiendo con los diputados palestinos de la Lista Común, les dijo: “Ustedes están aquí por error, porque Ben Gurión no terminó el trabajo que comenzó, y no consiguió echarlos a todos de Israel. No tengo con ustedes ningún tipo de diálogo posible.” Sinceridad no le falta. Smotritch me recuerda a esos antisemitas que decían que Hitler dejó el laburo sin terminar. Lista En el Líbano, el juez instructor llamado Tarek Bitar fue designado para investigar hasta sus últimas consecuencias las causas de la explosión de nitrato de amonio de agosto del año pasado en el puerto de Beirut, que dejó un tendal de muertos y heridos, desplazados, y daños que llegaron hasta 20 km a la redonda. Bitar reemplaza al juez Faadi Sawan, desplazado de su cargo por denunciar la complicidad de dos ministros del partido Amal. Hasta ahora el gobierno venía entorpeciendo cualquier intento de investigación. El juez Bitar, a poco de asumir su cargo ya recibió amenazas de Hizballah, la milicia pro iraní que corta el bacalao en el Líbano. Y sí tiene que ver con lo que pasa en Israel. Justamente por el poder que acumula Hizballah, y a través de ella, Irán. Ojalá me equivoque, pero el juez Bitar me hace acordar, y los memoriosos sabrán a qué me refiero, a los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. A los menos memoriosos, los mando a Wikipedia. Leyes “personales” El ministro de justicia, Guidon Saar, ex miembro del Likud, hoy con partido propio, (“Nueva Esperanza”- Tikvá Jadashá) , quiere sancionar dos leyes que a mi ver son profundamente democráticas: El primer proyecto, no retroactivo, propone limitar el número de cadencias para el cargo de primer ministro a dos; el otro, que ningún político acusado criminalmente pueda ser candidato a formar gobierno. El primero, al no ser retroactivo no le molesta a nadie del Likud. A mí me asusta la posibilidad de tener a Nataniahu en la silla 8 años más. El segundo, con toda su lógica, provoca reacciones apasionadas en los sectores más pro Nataniahu de dicho partido, y la tachan de “ley contra Bibi” y antidemocrática. Entre las reacciones contrarias que despierta dicho proyecto está también la de la Ministra del Interior, Aielet Shaked, que anda con un pie en la coalición y otro en la vereda de enfrente. La verdad, si yo hubiera vivido en el Chicago de los años 20 lo hubiera votado a Al Capone, y si no lo hubieran dejado presentarse, hubiera denunciado a los Estados Unidos por antidemocrático. Rabin El 17 de octubre fue el día de conmemoración oficial del asesinato de Yitzhak Rabin de acuerdo con el calendario hebreo. Acorde al gregoriano, el magnicidio sucedió el 4 de noviembre. El ministro de Relaciones Exteriores, Iair Lapid, en su discurso, dijo que algunos de los herederos de la ideología de Igal Amir, el asesino, “ocupan una banca en este momento en el Parlamento”, en clara referencia al partido fascista “El Sionismo Religioso”, y añadió que si Nataniahu hubiera formado gobierno, dos de ellos serían ministros. Los aludidos se levantaron y se retiraron ofendidos. Artigas, uno de los padres de esa Patria Grande que sigo añorando dijo que “con la verdad no ofendo ni temo” ¿Será cierto? Más de lo mismo Comienza la cosecha de aceitunas y el ejército, con la desinteresada colaboración de los colonos más reaccionarios en los Territorios Ocupados les impide el acceso a sus olivares a los agricultores palestinos. Se les niega el derecho a los servicios básicos (agua, electricidad) a los habitantes de los poblados palestinos aislados, como un intento de expulsarlos de sus tierras, y se ataca a las organizaciones humanitarias que tratan de ayudarlos, mientras se les proporcionan todos los servicios a los asentamientos judíos, sean estos legales o no. Se ha autorizado la edificación de 3100 nuevas viviendas en los Territorios. En los asentamientos judíos, por supuesto. Grieta ¿Grieta en el Gobierno? El ministro de Defensa Beni Gantz declaró “asociaciones terroristas” a seis nuevos grupos palestinos, y lo hizo sin poner esta decisión en conocimiento del gabinete, ni siquiera del premier Benet. La decisión provocó un intercambio de declaraciones no demasiado amistosas, entre el ministro Gantz y principalmente la ministra de Transporte, Meirav Mijaeli (Laborismo) perteneciente al ala izquierda de la coalición.  La desventaja de un margen tan estrecho en la coalición gobernante (61 escaños sobre 120) es que todos se pueden dar el lujo de tirar del piolín porque si alguien se enoja demasiado y se va, se quedan sin equipo. La ventaja está en el mismo postulado. Todos saben hasta dónde tirar sin que el piolín se corte. Masacre de Kafr Qasem El 29 de octubre es el aniversario de una de las guerras más vergonzantes

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Petróleo y Cuenca Paraná-Paraguay: los desafíos

Por: Héctor Gurvit (Comisión del boletín, 21 de octubre de 2021) Entre las PASO y el 14 de noviembre hay un camino difícil de transitar. Está en juego nuestra economía, nuestra independencia económica. Si se avanza en la nacionalización, tanto de lo que queda de la industria del petróleo y tomamos conciencia de lo que significa para el país la cuenta mal llamada Hidro Vía, entonces podremos pensar a la Argentina con capacidad para afrontar las deudas contraídas y fugadas por el proceso macrista. Sin embargo, si no se encamina a una equilibrada distribución de ingresos, no habrá petróleo ni Hidro Vía capaz de sacar de la pobreza a millones de argentinos. Estamos en una encrucijada frente a un resultado complicado en las PASO. Que, a estas alturas, parece que no será fácil revertir. Si el pueblo no acompañó a los candidatos del FdT no implica un desinterés por las elecciones. Lo que demuestra, en mi opinión, es “su” grado de conciencia. Habrá quienes pensaron que ir a votar por los candidatos para los que no hubo alternativa, no tenía sentido (Una sola lista). Otros pensaron, sugiero, que los candidatos estaban digitados y se vieron frustrados por la ingeniería adoptada para la formación de las listas. Otros no han querido votar a los candidatos de Juntos, Milei u otras alternativas. Pero tampoco quisieron votar por los candidatos del FdT. No pocos, no tuvieron dinero para tomar un colectivo (aunque los días de elecciones el transporte es gratuito y no se sabe ni se informa). Tal el grado de deterioro en la distribución de los ingresos. Por supuesto, existen otros justificativos que no estarían en los que nombramos anteriormente. En cuanto al trabajo en el territorio como lo aconseja la misma naturaleza del peronismo, parece no estar a la altura de los acontecimientos. No hay mesas en las calles, no hay militantes en las calles. ¿Por qué? Lo que dicen nuestros analistas es que hay que generar una masa crítica dentro del frente, que sería el Kirchnerismo. Lograr hegemonía dentro del FdT. A esto suscriben Amado Boudou y Alicia Castro, entre otros. Hay que indignarse comomotor de la política. Revelarnos frente a la “correlación de fuerzas”. No retroceder pensando en esa correlación de fuerzas claramente desfavorable. Como lo hicieron nuestros próceres en los tiempos de la revolución. Porque, por este camino, mañana va a ser peor que hoy. Si AF no escuchó las necesidades del pueblo, esperamos que las manifestaciones del 15, 17 y 18 de octubre le permitan atender y resolver sus necesidades. Nuestra tarea sería entonces la de presionar para que se cumplan con las promesas de campaña. No debemos negar una realidad que nos patea la cara. Votar, sin embrago, a nuestros candidatos, porque no estamos votando a AF. Estamos votando a los candidatos del FdT. Allí hay una confusión, porque AF no está en ninguna lista. A estas alturas, con el diario del lunes, si la pandemia fue una excusa para no generar políticas de distribución, entonces se perdió la oportunidad de tomar buenas acciones justamente con la excusa de la pandemia. Tengo confianza en el pueblo argentino. Saben muy bien lo que hacen los que han tomado conciencia de la realidad, que no son pocos. En 2015 se perdió por muy pocos votos (porcentualmente) y el candidato era Scioli. Con Cristina (que no se pudo presentar), afirmo, se hubiera ganado. Pregunta sin respuesta: en 2023 ¿Cristina presidenta? Toda esta introducción es central para lo que vamos a decir, ahora. Hay temas que el gobierno no puede dejar de resolver desde una perspectiva de la independencia económica, una de las tres banderas del peronismo que se completan con Justicia Social y Soberanía Política. Y porque son los principales ingresos de divisas: el petróleo y la cuenca Paraná-Paraguay. Petróleo (y Gas) El secretario general del Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra, junto con los candidatos de la Lista Azul y Blanca que encabeza Marcelo Rucci (que reemplazará a Pereyra) realizaron una asamblea en Puesto Hernández, con más de 5 mil trabajadores, donde hizo un llamado a la unidad, destacó la necesidad de que se apruebe la ley de promoción a las inversiones en hidrocarburos que está en el Congreso. La izquierda, diario, vocero del FITU, dice: “la ley de hidrocarburos está pensada a la medida de las petroleras. Con el discurso de aumentar las exportaciones quieren garantizarles 20 años de más beneficios, bajarles impuestos y retenciones, y permitirles llevarse buena parte de los dólares afuera”. Hay otra visión sobre el proyecto que prevé Autorizaciones de Exportación Garantizadas[1] (AEG) por un 20% de la producción incremental de cada operador. El 80% deberá ser ofrecido al mercado interno. En el caso que haya Producción Incremental Agregada (PIA)[2] (es decir, creció la actividad de todo el sector), cada beneficiario tendrá: Si la PIA fuera de entre 10% y 30% tendrá una AEG del 30% sobre su producción incremental. Si la PIA es de entre el 30% y 50% tendrá una AEG del 40% sobre su producción incremental. Si la PIA es mayor al 50% tendrá una AEG del del 50% sobre su producción incremental. Hay incentivos mayores, según la proporción de la actividad total de la empresa incluida en el régimen de la ley y el nivel de abastecimiento que cada una registre en el mercado interno. El Estado, a través de la autoridad de aplicación, se reserva el derecho de dar autorizaciones de exportación adicionales si la demanda doméstica se contrae.[3] El decreto 929 de 2013, le concedió a Chevron la posibilidad de exportar sin retenciones y el acceso prioritario al mercado de cambios, sin la necesidad de liquidar todas sus divisas en el país. Fue la forma de garantizar los u$s1500 millones de inversión de la estadounidense Chevron, tras un acuerdo con YPF. Pregunta existencial: si el proceso de sustitución del combustible para autos por los vehículos eléctricos, en algunos años, el petróleo ¿sobraría? En tal caso, lo contaminante serían las baterías. Entonces… Cuenca del Río Paraná-Paraguay[4]. El calificativo de Hidro

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Timerman y Mefisto

La indiferencia del rabino Daniel Goldman frente a la persecución, la enfermedad y la muerte del ex canciller desenmascaró a quien funge de humanista. Por: Jorge Elbaum | Dejámelo Pensar (16 de octubre de 2021) La meta superior de la vida espiritual no es amontonar una gran riqueza de información, sino afrontar momentos sagrados. Abraham Joshua Heschel Recuerdo unas décadas atrás cuando el rabino de la comunidad Bet-El nombraba Abraham Joshua Heschel y a Emanuel Levinas en sus prédicas. Sus alocuciones me llamaban la atención porque sentía que hablaba únicamente para entendidos. Solía indagar, entre los feligreses, quiénes habían entendido el sentido de lo que Goldman había dicho. Había una ínfima cantidad de los presentes que comprendían qué quería decir. La escena me parecía paradojal y me inquietaba: ¿cuál era el sentido de esa sobreactuación intelectual si muy pocos comprendían qué quería transmitir? Percibía que Goldman estaba representando un personaje enigmático que se constituía en un farsante.  Años después, cuando Héctor Timerman enfermó de cáncer, recordé aquellas escenas, y en el domicilio donde estaba encarcelado –por decisión de Claudio Bonadío y una parva de secuaces judiciales– le relaté esa rara sensación de haber escuchado a un farsante. Es que había un hueco profundo, casi un abismo en citar a Herschel y a Levinas y abandonar, mientras atravesaba una enfermedad terminal, a quien había sido uno de aquellos feligreses.   Héctor se había transformado, luego de la infame acusación promovida por la DAIA, en el protagonista de la obra de Ibsen, El enemigo del Pueblo: una persona coherente, con convicciones sólidas a quien habían demonizado.   Ibsen detalló con enorme lucidez cómo se logra tergiversar la trayectoria de alguien. Cómo se produce el proceso de demonización que busca transfigurar a alguien para convertirlo en un extraño. Peleando contra una dolorosa enfermedad, Héctor no solo tuvo que enfrentarse a una justicia digitada sino que tuvo que soportar al abandono de quienes se llenaban la boca de virtuosismos éticos y palabras compasivas. Una triple batalla. Demasiado para un hombre lastimado.  Héctor fue un tipo íntegro que luchó los tres últimos años de su vida contra un conglomerado de canallas. Daniel Goldman había sido el referente religioso de Héctor. Pero Goldman lo condenó al desamparo.  Muchos afirman que fue por cobardía. Por temor a perder las nimias prerrogativas otorgadas por un consorcio de fieles derechizados.  El responsable de exhibir un perfil de modernidad emancipada. El que refería con insistencia la lógica espejada de Martin Buber, en la que no es posible la existencia de un “yo sin un tú”, guardó su sensibilidad en el armario donde se deja el talit.  Sometido a una encrucijada de su vida, eligió la jurisdicción miserable de los poderosos y dejó  abandonado a una persona que lo había promocionado y catapultado a un reconocimiento por fuera de la colectividad judía.  Se podrán hacer especulaciones múltiples sobre los orígenes de ese accionar abyecto. Ninguna puede darle justificación al manto sucio de la ingratitud y deslealtad que implica el abandono de alguien doliente. Daniel Goldman tenía un vínculo espiritual con Héctor. Una relación atravesada por la fe. Sin embargo no fue capaz ni siquiera de llamarlo por teléfono cuando se estaba muriendo.  Héctor me dijo una tarde del veranos de 2017: “Nadie le pide tanto. Un llamado de solidaridad. … nada más… No va a perder su puesto de rabino en Bet-El por preguntarme cómo estoy…”   Tiempo después, cuando recordaba esa situación de profundo desconsuelo, yo recordaba la novela de Klaus Mann, Mefisto, en la que se retrataba el rol del actor alemán Gustaf Gründgens, quien intentaba quedar bien con los nazis para conservar su puesto en la marquesina de la dramaturgia germana. La película, del mismo nombre –actuada magistralmente por Klaus Maria Brandauer– intenta develar la profundidad de la entrega. El tránsito hacia la contaminación de quien  entrega su tejido interior ante el poder. Goldman es Mefisto.  Goldman asumió ese papel en convergencia con Sergio Bergman, quien cruzó el Leteo de forma menos larvada. Ambos prometieron emular al rabino Marshal Mayer y traicionaron su legado en nombre del alpinismo social y económico. Escalaron posiciones encaramados en su imagen para deslizarse luego, hacia conveniencias de contexto, redituables para la medianía, la intrascendencia o la incandescencia de los puestos ministeriales. Mientras Marshal se jugaba la vida en momentos indudablemente trágicos y peligrosos, Bergman y Goldman transaban –décadas después–  con los herederos ideológicos de los represores, los mismos que habían impuesto la noche y la niebla durante la dictadura genocida.   Uno de la mano del macrismo y el otro al compás de una comunidad belgranense cada vez más neoliberal y reaccionaria, fueron negando a Marshal Meyer.  Hoy Bergman salió del territorio doméstico y decidió afianzar su máscara en una geografía afín al macrismo, Estados Unidos. Goldman, en su afán de profundidad ilusoria, busca escabullirse detrás de peroratas sugerentes e inconsecuentes, apelando –de vez en cuando– a invocaciones plagadas de humanidad fingida.    Ambos caminos, a la luz de las décadas, convergieron en un particular resumen de dobleces y simulaciones.  Bergman como burócrata atildado de una organización reformista. Y Goldman como representación patatizada de instruido rabino jasídico incomprendido.  Navegar a dos aguas nunca fue fácil. Tampoco servir a dos señores. Pero gente como Bergman y Goldman exhiben una particular capacidad de nado sincronizado en formato actitudinal: mientras aparentaban su labor comprometida con los derechos humanos, solapaban el entramado que legitimaba las variadas formas brutales de la persecución contra quienes resisten la ferocidad de los poderes fácticos, desplegados como hogueras de murmuraciones y  escarnios jurídico-mediáticos. Héctor lo sufrió como una tríada punzante de inquisición: desde su propio cuerpo; desde el acoso, y desde el abandono.  De tanto nombrarlo sin sentirlo, de tanto citarlo sin incorporarlo, de tanto apostrofarlo in practicarlo, Goldman no podrá encarnar nunca –ni siquiera en torno a su legado– el bendito precepto de Abraham Joshua Heschel: “Un hombre religioso es una persona que tiene Dios y hombre en un pensamiento a la vez, en todo momento. Que sufre el daño hecho a otros, cuya mayor pasión es la compasión, cuya mayor virtud es el

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Je suis Karl: los cimientos de la nueva ultraderecha europea

Por: Francisco Pedroza | Agencia Paco Urondo Enviado por: Alberto Ferrari Tras la avanzada de políticas de ultraderecha en Europa y en el mundo, llega a Netflix un nuevo exponente del cine alemán: Je suis Karl. Una película de ficción que recorre las entrañas de un movimiento de extrema derecha. No resulta una novedad la creciente ola de movimientos de extrema derecha en el mundo. En nuestra región lo podemos ver con nuestros propios ojos. Ideas que parecían enterradas hace tiempo, debido a sus sanguinarios desenlaces, hoy vuelven a hacerse presentes pero con otras máscaras y otros referentes. Más allá de esas consignas que creíamos que nunca más íbamos a ver en el poder, hay otro factor que se repite: los movimientos que los difunden están, en general, integrados mayormente por jóvenes, siendo estos los más fieles a sus ideas y los más radicales a la hora de su expansión. Je suis Karl es una coproducción entre Alemania y República Checa donde se aborda esta problemática desde adentro de una organización ficticia. La trama sigue la historia de Maxi (Luna Wedler),  joven alemana e hija de padres que ayudan a refugiados a cruzar la frontera y radicarse en el país. Todo comienza cuando la madre, junto a sus dos hermanos, son asesinados en un ataque terrorista y Maxi conoce a Karl (Jannis Niewohner), un carismático líder de una organización fascista. A partir de este encuentro, veremos las estrategias que usan desde adentro para atraer jóvenes hacia su movimiento, que lejos de ser skinheads o reivindicar algunas de las banderas de antaño, son hipsters, influencers y estudiantes bien posicionados.  Esto se vuelve muy claro cuando, al inicio de un discurso de Karl en la universidad, una de las jóvenes se anima a gritar “Sieg heil”, frase del nazismo utilizada para saludar a su líder. Karl, lejos de condenar aquellas palabras, sólo atina a decir que es parte del pasado y que hay que superarlo. Una especie de referencia a una batalla perdida y no un genocidio. En términos narrativos, el film por momentos cae en lugares comunes y hasta trillados, como apelar a la lastima o al romance. Sin ir más lejos, la historia sobre movimientos radicalizados fue contada muchas veces: en La ola veíamos a un profesor que experimentaba con una clase convirtiéndola de a poco en una organización política; o, más reciente, en la serie Years and Years vemos el crecimiento de posiciones extremistas a lo largo de los años y la simpatía que generan en ciudadanos, que incluso al principio eran reacios. Sin embargo, a diferencia de estas producciones, Je suis Karl no muestra escenarios hipotéticos, sino que refleja algo mucho más crudo y perturbador: una serie de ideas que hoy en día están en expansión y de qué forma son transmitidas. Como señalamos más arriba, estas ideas no son algo nuevo en ninguna parte del mundo, pero hoy son comunicadas de otra manera y esta película se mete en el debate. No sobre por qué para tantos jóvenes son llamativas, eso queda muy claro a lo largo de las dos horas de duración del film, sino ¿Por qué a pesar de todo todavía no hemos podido desterrarlas? Y en especial ¿Qué es lo que realmente están pidiendo? ¿Qué necesitan? En definitiva, si existe alguna forma de satisfacer esas demandas, sin necesidad de recurrir a movimientos extremistas y prácticas violentas, que ya sabemos a dónde nos han llevado en la historia de la humanidad.

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¿QUIÉN ES ESA CHICA, LA DE LA FOTO QUE  APARECIÓ EN EL PROGRAMA DE TELEVISIÓN QUE DIO TANTO QUE HABLAR?

Por: Graciela Perez Esandi (Com. de P. de Género) Es posible que algunos de los lectores de esta revista sepan quién es, o quién era, pero es muy probable que muchos otros, no. Y que una persona joven diga, no la conozco, no está en las redes, no aparece en revistas ni diarios y piense ”si no estás en ningún medio social es como que no existís”. Para esas personas es que escribo este relato. Esa joven, conocida en todo el mundo, se llamaba Anna Frank. Anna nació en Francfort, Alemania en 1929, hace 92 años y murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen en marzo de 1945, poco antes de la liberación que se produjo el 8 de mayo de 1945. Tenía sólo quince años, ¿Qué pudo haber hecho para que se la siga recordando aún hoy? Durante su corta vida vivió en su país de origen con su familia sin contratiempos hasta que en 1933 se produjeron hechos violentos muy graves contra los judíos y otros grupos no deseados por el gobierno que asumió ese año. Y pudieron exiliarse en Amsterdam en los Países Bajos. No fué sencillo y tuvieron suerte porque muchas otras familias judías no pudieron irse de su país y sucumbieron en los campos de concentración o en los ghettos que los Nazis formaron para encerrar a los judios en barrios de los que no podían salir. En Amsterdam el padre, Otto Frank, logro tener un empleo, sus hijas, Margot y Anna, pudieron seguir estudiando en la escuela. Edith Frank, la madre, pudo hacer una vida normal. El gobierno Neerlandés era tolerante y neutral. La vida apacible duró hasta que el país fué invadido por las tropas alemanas nazi en mayo de 1940. Ya había comenzado la Segunda Guerra Mundial, y las condiciones nuevamente tomaron un giro para peor. Por segunda vez intentaron exiliarse en otro país o incluso en otro continente, pero no tuvieron esa suerte. A partir de ahí, en secreto, los padres organizaron un escondite, mudaron muebles, ropa, libros, enseres domésticos, todo de manera poco visible, mientras siguieron viviendo de manera normal en su domicilio, hasta que decidieron irse a lo que llamaron luego “La Casa de Atrás”, unos ambientes que estaban detrás de la fábrica donde trabajaba Otto. Para sostener este audaz proyecto tuvieron que contar con personas que los protegieran, que les llevaran alimentos, que los ayudaran a resolver todo tipo de problemas y que no los denunciaran. Además de la familia Frank, se alojaron en ese pequeño espacio, otra familia, los Van Pels, formada por Auguste, Hermann y Peter, madre, padre e hijo, y un dentista de nombre Fritz Pfeffer. En ese encierro vivieron desde el 9 de julio de 1942 hasta que el 4 de agosto de 1944 los hallaron fuerzas de la Grune Polizei neerlandesa y los detuvieron y encarcelaron. El 11 de septiembre de 1944 los llevaron al campo de concentración transitoria de la policía alemana en Amerfoort. Sus protectores fueron Viktor Kugler y Johannes Kleiman, quienes fueron detenidos también, aunque a las mujeres que también fueron protectoras, Miep Gies y a Elizabeth “Bep” Voskuijl, no se las llevaron. La policía se llevó todo objeto de valor y dinero, pero no se llevaron todo. Algo muy importante quedó en ese lugar, gracias a Miep Gies y “Bep” Voskuijl, que pusieron a resguardo el Diario que Anna venía escribiendo desde poco antes que su familia fuera sacada de la “Casa de Atrás”. De los detenidos sólo uno de los ocho que estuvieron escondidos en la Casa de Atrás sobrevivió y ese fue Otto Frank, el padre de Anna. De sus protectores, Kugler y Kleiman sobrevivieron, Kleiman porque fue liberado por cuestiones de salud y Kugler porque logró escaparse y emigró a Canadá. “Bep” vivió en Amsterdam hasta su muerte en 1984. Miep Gies vivió hasta los 100 años. La mención de todos estos nombres es intencional, es para recordar que así como hay personas violentas, asesinas y crueles, hay personas que son compasivas, altruistas, y que resisten las injusticias aún a riesgo de perder sus vidas en defensa de otras personas. A ellos hay que recordarlos y rendirles homenaje también. EL DIARIO DE ANNA FRANK Este texto, escrito por Anna Frank desde el 12 de junio de 1942, el día que cumplió trece años, finaliza el 1ro de agosto de 1944. En esa fecha ella tiene quince años y termina su última anotación diciendo que está “buscando siempre la manera de ser como de verdad me gustaría ser y como podría ser…si no hubiera otra gente en este mundo”. Una adolescente que no llegó a ser adulta, una jovencita que demostró un talento para escribir que se va conociendo al leer su diario al que le había puesto el nombre de “Kitty”. Sus anotaciones están escritas como Cartas a Kitty como si fuera su confidente, con franqueza. Le cuenta todo lo que le pasa, lo que le preocupa, lo que sueña, sus emociones, sus enojos, sus planes para el futuro. Otto Frank recibió de manos de Miep Gies el diario de su hija cuando se supo que no volvería. El padre decidió publicar el libro pero no fue tarea sencilla porque los temas sexuales que aparecen en el Diario no eran tratados en la literatura, mucho menos si era para jóvenes, en esa época. Además, él quiso respetar la memoria de las personas de La Casa de Atrás que Anna mencionaba muy francamente, a veces con simpatía y otras con irritación o antipatía. Finalmente legó los escritos originales al Instituto Holandés de Documentación de Amsterdam. Otto falleció en 1980.

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Timerman y Mefisto

La indiferencia del rabino Daniel Goldman frente a la persecución, la enfermedad y la muerte del ex canciller desenmascaró a quien funge de humanista. Por: Jorge Elbaum | Dejámelo Pensar (16 de octubre de 2021) La meta superior de la vida espiritual no es amontonar una gran riqueza de información, sino afrontar momentos sagrados. Abraham Joshua Heschel Recuerdo unas décadas atrás cuando el rabino de la comunidad Bet-El nombraba Abraham Joshua Heschel y a Emanuel Levinas en sus prédicas. Sus alocuciones me llamaban la atención porque sentía que hablaba únicamente para entendidos. Solía indagar, entre los feligreses, quiénes habían entendido el sentido de lo que Goldman había dicho. Había una ínfima cantidad de los presentes que comprendían qué quería decir. La escena me parecía paradojal y me inquietaba: ¿cuál era el sentido de esa sobreactuación intelectual si muy pocos comprendían qué quería transmitir? Percibía que Goldman estaba representando un personaje enigmático que se constituía en un farsante.  Años después, cuando Héctor Timerman enfermó de cáncer, recordé aquellas escenas, y en el domicilio donde estaba encarcelado –por decisión de Claudio Bonadío y una parva de secuaces judiciales– le relaté esa rara sensación de haber escuchado a un farsante. Es que había un hueco profundo, casi un abismo en citar a Herschel y a Levinas y abandonar, mientras atravesaba una enfermedad terminal, a quien había sido uno de aquellos feligreses.   Héctor se había transformado, luego de la infame acusación promovida por la DAIA, en el protagonista de la obra de Ibsen, El enemigo del Pueblo: una persona coherente, con convicciones sólidas a quien habían demonizado.   Ibsen detalló con enorme lucidez cómo se logra tergiversar la trayectoria de alguien. Cómo se produce el proceso de demonización que busca transfigurar a alguien para convertirlo en un extraño. Peleando contra una dolorosa enfermedad, Héctor no solo tuvo que enfrentarse a una justicia digitada sino que tuvo que soportar al abandono de quienes se llenaban la boca de virtuosismos éticos y palabras compasivas. Una triple batalla. Demasiado para un hombre lastimado.  Héctor fue un tipo íntegro que luchó los tres últimos años de su vida contra un conglomerado de canallas. Daniel Goldman había sido el referente religioso de Héctor. Pero Goldman lo condenó al desamparo.  Muchos afirman que fue por cobardía. Por temor a perder las nimias prerrogativas otorgadas por un consorcio de fieles derechizados.  El responsable de exhibir un perfil de modernidad emancipada. El que refería con insistencia la lógica espejada de Martin Buber, en la que no es posible la existencia de un “yo sin un tú”, guardó su sensibilidad en el armario donde se deja el talit.  Sometido a una encrucijada de su vida, eligió la jurisdicción miserable de los poderosos y dejó  abandonado a una persona que lo había promocionado y catapultado a un reconocimiento por fuera de la colectividad judía.  Se podrán hacer especulaciones múltiples sobre los orígenes de ese accionar abyecto. Ninguna puede darle justificación al manto sucio de la ingratitud y deslealtad que implica el abandono de alguien doliente. Daniel Goldman tenía un vínculo espiritual con Héctor. Una relación atravesada por la fe. Sin embargo no fue capaz ni siquiera de llamarlo por teléfono cuando se estaba muriendo.  Héctor me dijo una tarde del veranos de 2017: “Nadie le pide tanto. Un llamado de solidaridad. … nada más… No va a perder su puesto de rabino en Bet-El por preguntarme cómo estoy…”   Tiempo después, cuando recordaba esa situación de profundo desconsuelo, yo recordaba la novela de Klaus Mann, Mefisto, en la que se retrataba el rol del actor alemán Gustaf Gründgens, quien intentaba quedar bien con los nazis para conservar su puesto en la marquesina de la dramaturgia germana. La película, del mismo nombre –actuada magistralmente por Klaus Maria Brandauer– intenta develar la profundidad de la entrega. El tránsito hacia la contaminación de quien  entrega su tejido interior ante el poder. Goldman es Mefisto.  Goldman asumió ese papel en convergencia con Sergio Bergman, quien cruzó el Leteo de forma menos larvada. Ambos prometieron emular al rabino Marshal Mayer y traicionaron su legado en nombre del alpinismo social y económico. Escalaron posiciones encaramados en su imagen para deslizarse luego, hacia conveniencias de contexto, redituables para la medianía, la intrascendencia o la incandescencia de los puestos ministeriales. Mientras Marshal se jugaba la vida en momentos indudablemente trágicos y peligrosos, Bergman y Goldman transaban –décadas después–  con los herederos ideológicos de los represores, los mismos que habían impuesto la noche y la niebla durante la dictadura genocida.   Uno de la mano del macrismo y el otro al compás de una comunidad belgranense cada vez más neoliberal y reaccionaria, fueron negando a Marshal Meyer.  Hoy Bergman salió del territorio doméstico y decidió afianzar su máscara en una geografía afín al macrismo, Estados Unidos. Goldman, en su afán de profundidad ilusoria, busca escabullirse detrás de peroratas sugerentes e inconsecuentes, apelando –de vez en cuando– a invocaciones plagadas de humanidad fingida.    Ambos caminos, a la luz de las décadas, convergieron en un particular resumen de dobleces y simulaciones.  Bergman como burócrata atildado de una organización reformista. Y Goldman como representación patatizada de instruido rabino jasídico incomprendido.  Navegar a dos aguas nunca fue fácil. Tampoco servir a dos señores. Pero gente como Bergman y Goldman exhiben una particular capacidad de nado sincronizado en formato actitudinal: mientras aparentaban su labor comprometida con los derechos humanos, solapaban el entramado que legitimaba las variadas formas brutales de la persecución contra quienes resisten la ferocidad de los poderes fácticos, desplegados como hogueras de murmuraciones y  escarnios jurídico-mediáticos. Héctor lo sufrió como una tríada punzante de inquisición: desde su propio cuerpo; desde el acoso, y desde el abandono.  De tanto nombrarlo sin sentirlo, de tanto citarlo sin incorporarlo, de tanto apostrofarlo in practicarlo, Goldman no podrá encarnar nunca –ni siquiera en torno a su legado– el bendito precepto de Abraham Joshua Heschel: “Un hombre religioso es una persona que tiene Dios y hombre en un pensamiento a la vez, en todo momento. Que sufre el daño hecho a otros, cuya mayor pasión es la compasión, cuya mayor virtud es el

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Índice de felicidad: Argentina vs Israel

Por: Héctor Gurvit (miembro del Llamamiento) ¿Qué es la felicidad?[1]. ¿Existe alguna forma de medirla? ¿Cuáles deberían ser los parámetros a considerar? ¿Se trata de una forma de entendernos a nosotros mismos? La felicidad es un hecho subjetivo. Y como tal es necesario tratarlos. Sin embargo, se lo analiza, se lo describe y se lo compara. Las mediciones surgen de una comparación con un patrón determinado o bien en el marco de una escala. Más allá de cualquier análisis, de lo que se trata en este artículo es el de dejar planteados interrogantes y una comparación “caprichosa” entre el índice de felicidad de Argentina e Israel. Las variables para calcular el índice de felicidad según el World Happiness Report elaborado por la ONU son el PIB (Producto Interno Bruto) per cápita, la esperanza de vida saludable y el apoyo social. El PIB se calcula teniendo en cuenta el consumo personal o privado, el gasto público, las exportaciones y las importaciones dividido por la población total. Existen otras dimensiones que también se pueden consultar[2]. Estos tres conceptos constituyen el índice de felicidad en función del PIB. Como contraposición o acaso, como complemento, existe el Índice de Felicidad Bruta o Felicidad Nacional Bruta (FNB) que dice: “Los cuatro pilares de la FNB son: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno[3]”. Todo es discutible cuando se trata de la felicidad. La esperanza de vida saludable al nacer se define como el número de años libre de enfermedad que, en promedio, un recién nacido puede esperar vivir. Ello hace necesario la medición de las condiciones de salud que representan la pérdida de bienestar que puedan ser debidas a enfermedad, muerte y factores etiológicos, entre otros[4]. La categoría de «apoyo social» ha permitido desarrollar toda una corriente de investigación que busca explicar algunas de las diferencias existentes en la distribución de ciertas enfermedades tanto físicas como mentales[5]. Por ejemplo, se ha documentado que los grupos sociales de nivel bajo tienen más acceso a relaciones de apoyo que los miembros de clases sociales altas. De modo que nos encontramos con la primera contradicción, cual es suponer que un PIB per cápita elevado pueda corresponderse con el “apoyo social” adecuado. Cuál sería entonces el peso que, cada parámetro en cuestión, tiene en el contexto de las tres variables. Esto se intenta resolver con el índice de la FNB. “En la actualidad, el reino de Bután es el único país en el mundo que cuenta con un Ministerio de la Felicidad”. Una mirada a la tabla donde el 10 es el mayor grado de felicidad y 0 el menor, nos ubica a los argentinos en el puesto 57 sobre 149 países (2021). Como los cálculos del índice de felicidad se basan en parámetros que parecen no tener una definición clara, llamaremos a todo cálculo Índice Mundial de Felicidad (IMF) De modo que los tres aspectos a tener presente en la estimación comprenden lo económico (PIB per cápita), la salud (esperanza de vida saludable) y lo psicosociológico (el apoyo social). Pero sucede que no es tarea sencilla ponderar algunos de los ítems identificados, aun sabiendo que hay quienes consideran que se puede calcular como se calcula la temperatura humana. Es necesario aclarar que, en sociedades con una esperanza de vida mayor, los indicadores de la felicidad pueden estar distorsionados o por lo menos afectados a partir del incremento de las enfermedades crónicas y la discapacidad. Para quienes quieran profundizar recomiendo la lectura del trabajo “Cálculo del Índice de Felicidad Interna Bruta (FIB) en Cotopaxi para el año 2012”[6]. Un trabajo realizado por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Facultad de Economía. Donde se toman variables a partir de encuestas. Ponderando cada uno de los atributos y categorías. Se trata de un cuestionario en profundidad con más de 140 preguntas. Tomar como parámetro el PIB per cápita puede resultar engañoso. Un buen promedio sigue siendo solo eso, un promedio. Recordemos el famoso soneto de Carlos Alberto Salustri (Trilusa) La Estadística¿Sabes qué es la estadística? Una cosacon que se hace la cuenta generalde los que nacen, van al hospital,a la curia, a la cárcel o a la fosa. Mas para mí la parte más curiosaes la que da el promedio individual,en que todo se parte por igualhasta en la población menesterosa. Por ejemplo: resulta sin engañoque según la estadística del añote toca un pollo y medio cada mes. Y aunque el pollo en tu mesa esté ausente,entras en la estadística igualmente¡Porque hay alguno que se come tres! Todo índice no deja de ser un comparativo. O bien de un patrón específico o en el marco de una escala. Hay una experiencia sueca que vale la pena leer por interesante y elocuente[7]. Los invito a ver el documental sobre “la teoría sueca del amor”[8]  que se puede encontrar en YouTube. Dice al respecto una inmigrante “No llevo aquí ni un año y ya me quiero volver a España. Quitaros los sueños escandinavos de la cabeza. Aquí ni los abuelos echan en cuenta a sus nietos. Que ganas de volver a mi país”. Y Suecia ocupa el 7mo lugar. Vamos entonces al objetivo de esta nota cual es, comparar el IMF entre Argentina e Israel[9] (acceder a esta referemcoa para una mejor visualización de las métricas). Se trata de una comparación “caprichosa” que no pretende sino navegar por las estadísticas, las encuestas y los análisis. El sitio es muy interesante porque no solo da los datos, sino que los explica en los hipervínculos (+). Israel ocupa el lugar 12, mientras que Argentina el 57[10]. El año de determinación de cada variable están dados en las columnas 2 y 5. Si bien no siempre coinciden en el año, el informe no deja de ser una buena guía de análisis. Por otro lado, siendo muchos los conceptos a analizar nos detendremos en algunos. Podemos observar ciertos datos que nos indican el porqué de esa diferencia. Si

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