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Europa, Internacionales, Portada

El Bayern Munich, el equipo al que odiaban los nazis, ganó la Champions League 2020

Fuente: Vis a Vis Fecha: 23 de agosto de 2020 El Bayern Munich se coronó en una inusual edición de la Champions League (Liga de Campeones de Europa), por la pandemia por Covid-19. Derrotó al París Saint Germain (PSG) en la final jugada en Lisboa por 1 a 0. Y para hacer de este título algo más fuera de costumbre, el conjunto alemán lo hizo de manera invicta y ganando todos sus compromisos hasta levantar la copa. Nacido en el seno de una familia de comerciantes judíos en Planneg, muy cerca de Múnich, Kurt Landauer (1884-1961) defendió la camiseta del Bayern en 1901 y fue presidente cuatro veces del club. Bajo su mandato llegó el primer título nacional de los bávaros (1932). Dejó el fútbol pronto. En Lausana y luego en Florencia se formó como banquero. En 1913 regresó a Múnich  fue presidente del Bayern, cargó que abandonó a causa de la I Guerra Mundial. Lo recuperó entre 1919 y 1933, con una pausa en 1922. Si Berlín iba a ser la capital del Reich, la de Baviera era la cuna en la que creció el poder de Adolf Hitler. Leer más: Dos jugadores del Bayern Munich y de la selección alemana donaron a Auschwitz 80 mil dólares La sangre judía de Landauer, como la del entrenador (Richard Dombi) hizo que el Bayern fuera declarado «un club judío» (Judenclub). El Múnich 1860 se convirtió en el club de los nazis. El 22 de abril de 1933, Landauer fue obligado a renunciar a su cargo como presidente del Bayern. También  tuvo que abandonar su trabajo en la imprenta Knorr&Hirth. Encontró ocupación en una lavandería judía. El 10 de noviembre de 1938, el día después de la Noche de los Cristales Rotos, lo detuvieron y envíaron al campo de concentración de Dachau. Era el recluso 20.029. Lo encerraron hasta el 12 de diciembre. Horrorizado, emigró a Suiza dejando atrás tres hermanos muertos a manos de los nazis y una hermana desparecida de la que nunca más tuvo noticias. Otra hermana, Henny, escapó. Durante su exilio suizo se vivió una escena legendaria en la historia del club. En 1943, en plena ofensiva alemana en el frente oriental, el Bayern jugó un amistoso en Zúrich. La expedición del club fue acompañada por miembros de la Gestapo que se encargaron de advertir, a través de una «clase de educación especial», que quedaba terminantemente prohibido contactar con emigrados alemanes y judíos. El botones del hotel en el que se instaló el Bayern en Zúrich entregó una nota a Konrad Keitkam, el entrenador del equipo entre 1943 y 1945. Camino de su habitación y al lado de su esposa, Magdalena, la estaba leyendo emocionado cuando uno de los agentes de la Gestapo le tocó el hombro y le pidió que le diese el papel. «Sabemos de quien es, le hemos estado vigilando». La nota era de Landauer. Sin embargo, poco antes de empezar el partido, el técnico y los jugadores se dirigieron a la zona de la grada en la que habían localizado al ex presidente del club para saludarlo de lejos ante la frustración de los encargados de vigilar a la expedición. En junio de 1947, la prensa alemana anunció el regreso de Landauer a Múnich. Él mismo escribió una carta a los aliados ofreciendo el apoyo del Bayern a los esfuerzos de normalización. Y una semana después de la rendición nazi, desde el club se envió una carta al nuevo alcalde de Múnich (Karl Schanagl, detenido en Dachau acusado de participar en el intento de asesinato de Hitler en 20 de julio de 1944) recordando que «catalogado como club judío, nos persiguieron de todas las formas posibles por el nacionalsocialismo».Landauer retomó su cargo como presidente del Bayern al poco de regresar y lo mantuvo hasta 1951. Diez meses después murió a la edad de 77 años. Forma parte de la trinidad de presidentes de honor del club junto a Franz Beckenbauer y Wilhem Neudecker. Bayern Munich, el equipo que odiaban los nazis, otra vez hizo historia, y en el 2020, volvió a ganar la Champions League.

Estados Unidos, Internacionales, Portada

Con Harris en el ruedo, se lanza la campaña en EE UU y Trump muestra su cara más misógina

Fuente:  Alberto López Girondo| Tiempo Argentino Fecha: 16 de agosto de 2020 Apenas se confirmó la fórmula demócrata, el actual presidente acentuó su violencia dialéctica. Kamala le suma una imagen joven, enérgica y popular a Biden, que creció con las marchas antirrascimo. Este lunes comienza en Milwaukee la convención del partido demócrata -a esta altura un acto ritual destinado a coronar la fórmula Joe Biden-Kamala Harris para las elecciones de noviembre- que culminará el jueves luego del desfile de decenas de figuras de ese espacio político. Es, como quien dice, el pistoletazo de largada para una campaña presidencial que sin dudas será áspera como pocas en la historia de Estados Unidos. Así lo demuestra Donald Trump, que se encargó de definir a Harris como una “izquierdista radical” y, por si no quedaba clara su tirria por la nominación registrada el martes que pasó, dijo que la senadora por California es “la más mala, la más horrible, la más irrespetuosa de todos” en la Cámara alta. Normalmente, en una convención partidaria los delegados de cada precandidato se juntan para votar al elegido. Cierto es que se llega al acto sabiendo cuántos porotos tiene cada uno, pero el evento tiene un aire de formalidad que los estadounidenses saben apreciar. Tras la renuncia de Bernie Sanders a seguir en carrera -el último que quedaba en pista- el candidato es Biden, exvicepresidente con Barack Obama y crédito del establishment demócrata. Solo faltaba definir quién acompañaría su intento por impedir la reelección de Trump. Hubo un par de hechos que facilitaron la aspiración de Harris al trono. La reacción de Trump a la pandemia dejó a la luz un hueco por el que se filtraron las críticas más feroces de la oposición. Y mientras los contagios crecían a un ritmo espeluznante y los cadáveres se apilaban en las ciudades más pobladas -EE UU se acerca a los 6 millones de casos de Covid-19 y 180 mil muertos- la imagen de Trump se iba desdibujando en una capa de ciudadanos que había sido clave para su triunfo en 2016. Casi en simultáneo, el asesinato de George Floyd desnudó el rostro más brutal de ese país, con fuerzas policiales teñidas de racismo y violencia. En otro lugar del mundo, esos dos hechos definirían a un gobierno autoritario, represivo y con síntomas de dictadura. No es el caso. Harris, que fue fiscal general de California antes de meterse en la actividad partidaria, es una hábil polemista que tuvo a maltraer a Biden durante los debates que se realizaron durante las primarias. Si no siguió peleando una candidatura es porque los popes partidarios le aconsejaron que se bajara. No iba a conseguir financiamiento para su aventura y si hacía caso la anotaban en un lugar expectante para el futuro. Cuenta en su haber que tiene 22 años menos que Biden -55 contra 77-, que es hija de inmigrantes, se hizo de abajo viajando en transportes públicos, y es afrodescendiente. Cuando las calles de todo el país se poblaron de manifestaciones contra el racismo, es un hándicap interesante de cara a los comicios. La experiencia indica que los demócratas triunfan cuando logran sumar votantes de las comunidades vulneradas. En un país donde el voto no sólo es optativo sino que la elección está diseñada para dificultar la participación ciudadana, ese detalle puede hacer la diferencia. La edad es otro dato a tener en cuenta. Biden es el más viejo entre los aspirantes a la presidencia -Trump tiene 74 años-, pero además viene mostrando síntomas de decrepitud. No por nada, el presidente lo llama Sleepy (Dormido) en sus tuits más agresivos. En los debates obligatorios que se avecinan, sus consejeros temen que Trump le haga pasar algún papelón. Por el contrario, descuentan que en los cruces televisados de los vicepresidentes, Harris le sacaría varios cuerpos de ventaja a Mike Pence. Si es que ese tipo de exposición puede implicar algo a la hora de emitir un voto, ahí se verían parejos. La nominación de la fórmula demócrata, sin embargo, les deja un sabor amargo a los que aspiraban a que el “partido del burro” se corriera algo más a la izquierda. El candidato de ellos era Sanders, y hubieran aceptado de mil amores a la senadora Elizabeth Warren. A pesar del brulote de Trump, Harris no es alguien a quien pueda vincularse a los grupos más progresistas dentro del espectro político estadounidense. Biden menos, por cierto: es alguien muy cercano al poder financiero y al aparato militar industrial, y apoyó cuanta intervención armada pasó por su despacho de senador cuando tuvo ocasión. De todas maneras, la apuesta es que esos sectores que esperan sacarse de encima a Trump acepten esta alquimia que no será tanto como indica el presidente, pero promete bajar varios decibeles en la tensión constante que fluye de la Casa Blanca desde el 20 de enero de 2017. En las primeras cuatro horas posteriores a la nominación de Harris, Biden consiguió 10 millones de aportes para su campaña. Toda una señal. «

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Con la mirada en lo esencial

Fuente: Carlos Heller | Tiempo Argentino Fecha: 16 de agosto de 2020 Hay hechos que no se pueden ocultar. Entre ellos, que el gobierno empieza a mostrar resultados concretos en un contexto por demás adverso. Quizás por ello no sorprende la aparición de discusiones que se corren de la realidad, y que tratan de situar la agenda en el plano de la posverdad, algo bien típico de los cuatro años anteriores. Lo que se dirime, en última instancia, es la discusión acerca del rol del Estado y cuál debe ser el alcance de la regulación a los mercados. Recordemos que tan sólo dos semanas atrás el ex presidente Macri decía, al aterrizar en París: “acá se vive en libertad y con responsabilidad”. Siguiendo esta línea argumental, en la semana se pudo leer en un medio local que “con peligroso discurso sobre la vida y la libertad el presidente anticipa otro capítulo de la cuarentena”. Un dilema falso por donde se lo mire. Ante esta insistencia de posverdad, lo esencial pasa por no perder el eje de lo importante. Más allá de que se lo trate de minimizar, lo cierto es que el gobierno ha cumplido un papel clave en la resolución del tema de la deuda con los acreedores privados. Su gestión fue central a la hora de defender los intereses de la Nación, obteniendo un alivio financiero que permitirá contar con recursos indispensables para este momento y para la pospandemia. El Gobierno también viene ocupando un lugar irremplazable a la hora de morigerar los múltiples impactos de la pandemia, tanto los sanitarios como los económicos y los sociales. Cabe volver a aclarar que la disyuntiva entre economía y salud es totalmente falsa: no hay tal dilema, sino efectos interrelacionados. La evolución económica tiene que ver con la pandemia, con deterioros generalizados en todos los países; lo dijimos muchas veces, y los datos no hacen más que reforzarlo. Difieren, sí, los resultados vinculados a las diferentes posturas sanitarias y de alivio de los sectores más desprotegidos. Hoy se observan caídas de la producción en todas las economías centrales. En el segundo trimestre del año hubo bajas del PIB del 9,5% en Estados Unidos, comparando con los primeros tres meses. En Europa, la mayor caída del segundo trimestre se dio en Gran Bretaña (-20,4%). Le siguen España (-18,5%), Portugal (-14,1%) y Francia (-13,8%). Más allá de los efectos, prácticamente allí nadie pone en discusión la necesaria intervención de los Estados. Europa aprobó un paquete por 750 mil millones de euros por tres años, mientras que Estados Unidos había anunciado un programa fiscal de unos 3 billones de dólares.  Respecto de nuestra región, entre febrero y mayo de 2020 la actividad económica cayó un 32,3% en Perú y 27,2% en Ecuador, lejos de lo que pasó en los siguientes países del listado, entre los que se encuentra Argentina (-18,9%), dentro del rango promedio. En tanto, también se presentó la cifra de muertes por covid-19 por cada millón de habitantes. La encabeza Perú (659), seguido por Chile (540) y luego viene Brasil (486). Nuestro país está entre los que tienen el menor número de fallecimientos (115). Un dato que dice muchas cosas. No deja de ser triste, pero ayuda a valorar el esfuerzo que los argentinos y las argentinas vienen realizando, algo que debe ser continuado, ya que la curva de transmisión del virus sigue en aumento. Por su parte, mejor no preguntarse qué hubiera pasado si se hubiera seguido avanzando con el desmantelamiento del sistema de salud público, que se propiciaba bajo la gestión del “Estado canchero”. Otro de los ámbitos donde se ve la mano visible del Estado es el laboral. Según un informe del Ministerio de Trabajo, Argentina es uno de los países del hemisferio que verificó la menor contracción del empleo asalariado privado entre febrero y mayo de este año. Mientras que en Canadá llegó al 19,2%, fue de 13,8% en Estados Unidos, 12,2% en Chile y del 7,5% en Brasil. Son economías que poseen leyes laborales más flexibles, algo a tener en cuenta. En cambio, en nuestro país la baja fue sensiblemente menor y se situó en el 2,5%. Según el último informe laboral, estos resultados tienen que ver con las características del mercado de trabajo argentino y con el conjunto de políticas implementadas en la pandemia. Entre las herramientas están la prohibición de realizar despidos sin causa, el salario complementario (ATP) y las suspensiones con el pago del 75% del salario neto. Según el Ministerio, en mayo el ATP contribuyó al pago de salarios de casi 2 millones de trabajadores dependientes de 230 mil empresas. Por su parte, 740 mil asalariados se encontraban suspendidos en dicho mes, lo que equivale al 12% del empleo formal privado. Incluso, gran parte de la reducción de empleo formal se debe a bajas habituales como la jubilación, personal que no ha sido reemplazado. De no haber sido por la mediación y las regulaciones del Estado, la fotografía sería muy distinta. Al respecto, no hay que dejar de recordar la elocuente frase del secretario de Empleo de Macri, Miguel Ángel Ponte, en épocas en las que se intentaba avanzar con la flexibilización, a tal punto que se había eliminado el Ministerio: “contratar y despedir debería ser natural como comer y descomer”. La extrema libertad empresaria, según la cruda lógica de los mercados. Por eso es importante tomar dimensión de los impactos que tienen las políticas públicas, que están pensadas para la gente, para el desarrollo del país, y para disponer cada vez de mayor autonomía en la toma de decisiones. Entendiendo cuáles son los verdaderos problemas de la coyuntura y abordando las consecuencias de la pandemia. Cabe destacar la conformación de los cinco gabinetes temáticos: para el comercio exterior, el gabinete económico tradicional, el de promoción federal, el de ciudadanía y el de planificación urbana y hábitat. Cada uno con sus objetivos específicos y bajo dirección de la Jefatura de Gabinete, específicamente puestos a estudiar medidas concretas para cada una de esas áreas y

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La inmunidad de cagazo no llega sola

Fuente: Daniel Feierstein | El Cohete a la Luna Fecha: 16 de agosto de 2020 La historia nunca se repite dos veces igual. La trayectoria que sigue el Covid-19 en la Argentina no se parece a ninguna de las que hemos visto (China, España, Italia, Estados Unidos, Suecia, Brasil, México, Irán, Rusia). Tampoco los pronósticos aciertan, ya que siguen sin tomar en cuenta el papel de los comportamientos sociales, sus cambios en el tiempo o las características de cada sociedad. Logros y problemas de la cuarentena temprana El establecimiento de una cuarentena temprana en la Argentina (producto de la demora en la llegada del virus) permitió fortalecer un sistema de salud devastado, evitando decenas de miles de muertes de abril a julio. También acumular conocimiento, lo cual mejora los tratamientos y baja la tasa de letalidad. Pero no se logró detener el ciclo de propagación. Poco ayudó en ello la insistente felicitación de las autoridades políticas argentinas a una población que en el AMBA fue multiplicando la circulación desde bastante temprano. Eso solo pareció cambiar en la penúltima conferencia de prensa, donde el Presidente, ante una pregunta de los medios, mostró por primera vez enfado y preocupación. En las primeras semanas se ralentizó mucho la propagación, pero jamás se logró que los casos bajaran en el AMBA, aunque sí en casi todo el resto del país. La eficacia de las cuarentenas no radica en su extensión en el tiempo sino en su carácter estricto. Con un ciclo de vida del virus de 2 a 3 semanas, para lograr reducir la propagación del contagio se requiere detener muy significativamente la circulación de población por dicho período, algo que ciudades con menos casos iniciales pudieron efectivizar pero nunca se logró en el AMBA. Al producirse una apertura muy amplia antes del pico, se generó en la Argentina un efecto casi único, construyendo una representación de que «lo peor ya pasó» justo en el momento en que «lo peor está por venir». Ello dificulta el registro perceptivo social del aumento de los contagios, contribuyendo de ese modo a las estrategias de negación psíquica. Cuando las muertes están aquí, los medios de comunicación (y con ellos las representaciones colectivas) ya no se centran en la visibilización de los casos sino en el hastío ante la cuarentena y los modos de salir de la misma. Esto vuelve complejo e incierto pronosticar el desarrollo de la pandemia en el país en los meses por venir hasta la producción de la vacuna. Las madres patrias lo lograron Países con comportamientos de sectores medios similares a los argentinos (España e Italia) lograron controlar el crecimiento vertiginoso de los contagios no solo por las cuarentenas sino por la comprensión de la necesidad de cumplirlas por parte de la población. Esto solo ocurrió al superar las decenas de miles de muertos, cuando cada familia se encontró con un caso conocido que había tenido dificultades para acceder a la atención por el colapso del sistema de salud y con los gritos de las autoridades políticas en los medios intentando hacer comprender a la sociedad la magnitud de la crisis sanitaria. El investigador Roberto Etchenique ha bautizado a este efecto «inmunidad de cagazo» y, pese a que existen términos más amables, creo que ninguno condensa la potencia del lunfardo argentino para dar cuenta de su incidencia en los comportamientos. Pero esa «inmunidad de cagazo» se basó en respuestas sociales que no se observan en nuestro país: visibilidad y personalización de las víctimas, presencia mediática de los casos, indignación popular ante la muerte. Habiendo superado los 200 decesos diarios, el prime time mediático no parece estar dominado por la enfermedad sino por la reapertura de actividades y un clima de «post-pandemia» que no se condice con ninguna de las cifras existentes: ocupación de camas en terapia intensiva, niveles de duplicación de casos y duplicación de muertes. El R de 1,0x que publicita Fernán Quirós no se condice con ninguno de los otros indicadores y, siempre que sea superior a 1 implica la continuidad del crecimiento de casos, más allá del debate sobre su velocidad. Algunos números A diferencia de lo ocurrido en lugares que han tenido picos muy altos como Estados Unidos, Brasil o México, la tasa de duplicación de muertes en la Argentina no baja desde el mes de mayo. Dicha duplicación de muertes es cercana a 20 días (25 en los mejores momentos, 21 esta última semana), en tanto que han subido a 91 días en Estados Unidos, a 46 en Brasil y a 44 en México y a niveles mucho más altos en España e Italia. Esto muestra que las conductas de resguardo que existieron en algunos países (con o sin cuarentena) no parecen estar ocurriendo en la Argentina, con lo que resulta un ejercicio de confianza en los hados del destino suponer que sin cambio alguno la tasa de duplicación de muertes en la Argentina bajará. De seguir la corriente que lleva desde mayo, las muertes en la Argentina llegarían a 10.000 el 1° de septiembre, 20.000 el 22 de septiembre, 40.000 el 13 de octubre y 80.000 el 3 de noviembre. Los matemáticos siguen alertando sobre el sentido de la expresión «crecimiento exponencial» pero parece que el resto de los argentinos no queremos comprender. Uno de los exponentes de dicha argentinidad (el exquisito escritor e irresponsable opinólogo Jorge Asís) hablaba de «muertos imaginarios» y pronosticaba apenas hace dos meses que los decesos por Covid-19 «no superarían los 500». Más allá de no haberse retractado nunca ni ofrecido disculpas a las familias de los deudos, la continua irresponsabilidad de Asís (que ahora habla de «muertos al tuntún») ilustra las dificultades para comprender el sentido del término «exponencial». Las lógicas de la negación Atravesadas las etapas de «acá no va a llegar», «es una gripe» o «los muertos son imaginarios», los mecanismos de defensa y los procesos de negación psíquica que llevan a no querer confrontar la realidad se han transmutado en formas de naturalización. Aun cuando cada vez resistan menos las comparaciones con

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Emiratos árabes unidos: un paso reversible para abortar un paso irreversible

Fuente: Daniel Kupervaser | Blog de Daniel Kupervaser Fecha: 15 de agosto de 2020 Una visión personal de las motivaciones que impulsaron a Netanyahu, el liderazgo de los Emiratos Árabes Unidos (UAE) y a Trump a arribar a un acuerdo de normalización de las relaciones entre Israel y UAE que incluye una cláusula que deja sin efecto los planes israelíes de imposición de soberanía israelí en parte de los territorios de Cisjordania.UAEUAE, es un importante e influyente estado árabe de carácter moderado que ya de 20 años atrás se posiciona inamoviblemente detrás de la propuesta de la Liga Árabe para la solución del conflicto palestino israelí. Según esta iniciativa, todos los países de la Liga Árabe están dispuestos a reconocer a Israel e instaurar plenas relaciones diplomáticas a cambio de la creación de un Estado Palestino sobre la base de los limites del 4 de junio de 1967.LOS ARTĺFICES DEL ACUERDOParalelamente, y mayormente en secreto que llegó a oídos de muchos, se fueron desarrollando intensas relaciones de cooperación entre UAE e Israel en materia comercial, tecnologías y probablemente de seguridad. En este último sentido, UAE ve con el mismo prisma lo que considera la amenaza regional de la expansión iraní, y como consecuencia, a la posibilidad de formalizar relaciones con Israel se le asignó la importancia y urgencia correspondiente.El apremio del peligro iraní, junto al reconocimiento que la anexión israelí de Cisjordania rompería toda posibilidad de normalización formal futura con Israel, determinó una llamativa, aunque no muy significativa modificación en sus posiciones. La urgencia de la toma de decisiones llevó a UAE a preferir dar un paso reversible (normalizar relaciones con Israel) a cambio de abortar un futuro paso irreversible de Israel (imposición de soberanía israelí en partes de Cisjordania). La condición de la iniciativa árabe a la solución del conflicto palestino israelí de reconocer el estado de Israel a cambio de destinar los territorios de Cisjordania a un estado palestino se convirtió en ex post en vez de ex ante. En la real politik se sabe que de reconocimiento y relaciones diplomáticos se puede retroceder, de imposición de soberanía es muy difícil, por no decir imposible.TRUMP Y NETANYAHUTrump comprendió rápidamente que los festejos de la presentación del plan de paz del siglo de tan solo meses atrás son parte del pasado y no dejaron rastro alguno. Hoy está claro que el destino de este documento es terminar en un oscuro sótano con los archivos de la historia. Los palestinos lo rechazaron de plano mientras que Israel esquivó discutir sobre el tema, y menos aún reconocerlo. Al mejor estilo de un usurpador de tierras, Netanyahu solo se dedicó a usarlo como excusa para dar un manotazo histórico y ampliar la soberanía israelí sobre territorios de Cisjordania.Hoy Trump, acorralado por sondeos de intención de voto que le pronostican un serio revés, busca denodadamente otro gran logro a nivel internacional, otro show que le haga retornar al liderazgo de la confrontación presidencial.Durante los últimos meses dos acontecimientos influyeron significativamente en la predisposición de Trump de continuar con sus políticas favorables a Israel cumpliendo sin discusión ni condicionamiento las exigencias de la poderosa Coalición Judía Republicana conducida, entre otros, por el magnate Sheldon Adelson (The Guardian 6-4-2019).El proyecto de armar un frente de Israel junto a los países árabes moderados en contra de la expansión iraní en la región se encontró con una condición insuperable. Quien mejor la definió fue justamente Yousef Al Otaiba, Embajador de UAE en USA, en un articulo que curiosamente fue publicado originalmente en el diario Yediot Aharonot de Israel. En dos palabras del título dio a entender las opciones de Trump y Netanyahu: “Normalización o anexión” (Ynet, 12-6-2020).Dos semanas atrás se dio a conocer públicamente el surgimiento de repentinas y graves tensiones entre Trump y Sheldon Adelson, el magnate judío estadounidense que figura al tope de los que aportan financieramente al partido republicano y a las campañas de Trump, aparte de su estrecha relación personal e ideológica con Netanyahu. Según un conocido medio informativo de USA, “Trump discutió acaloradamente con el mega donante Adelson” reprochando la baja predisposición a movilizar fondos para su campaña electoral (Politico.com, 8-8-2020). En esa oportunidad, el autor de esta nota publicó en su Twitter que nadie se debe sorprender de un repentino giro de 180 grados en las decisiones de Trump relacionadas con Netanyahu o Israel. Llegó la hora de pasar factura.Las prolongadas y conocidas vacilaciones de la administración de Washington respecto de la solicitud de autorización de Netanyahu a su plan de anexión en Cisjordania (desde enero de 2020) en el día de ayer repentinamente se convirtieron en una imposición: abandonar la idea de anexión de territorios de Cisjordania. “El tema ya no está sobre la mesa”, afirmó Trump (Twitter Barak Ravid, 14-8-2020).Acorralado ante la posibilidad de perder el apoyo de Trump, a Netanyahu no le quedó otra alternativa más que tratar de vender el acuerdo a sus seguidores como un gran logro de paz que se consigue por la fuerza. Los colonos judíos y la extrema derecha de Israel comprendieron la realidad y lo definieron como una grave traición a sus promesas electorales.¿Y EL CONFLICTO CON LOS PALETINOS?Si bien el acuerdo entre Israel y UAE se considera otro duro golpe al liderazgo palestino, sería un grave error cantar victoria tan temprano. El único logro de la intervención de UAE fue abortar el plan de anexión, por un tiempo todavía no claro, pero el conflicto continúa en la interminable fase del statu quo, con la lejana esperanza de algunos ilusos, entre ellos UAE, que algún día se encuentre el camino que pueda materializar la solución de dos estados para dos pueblos basados en la separación territorial.Como ya lo acentué en artículo anterior, esto es una utopía (“Si la izquierda quiere sobrevivir, debe cambiar su consigna”, D. Kupervaser, 27-5-2020). El statu quo inevitablemente va a conducir a la constitución de un estado binacional judío-palestino. La posición política de la mayoría de la sociedad Israel no va a permitir la constitución de un estado palestino independiente

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La técnica del golpe neoliberal

Fuente: Jorge Alemán | Página/12 Fecha: 15 de agosto de 2020 La dialéctica entre oposición y gobierno en los lugares donde existe un gobierno progresista o nacional se va desmoronando día a día. Sin entrar en sutilezas filosóficas, la dialéctica siempre implicó un mínimo reconocimiento entre los adversarios frente a una instancia superior que si bien no cancelaba los antagonismos los regulaba bajo la idea de Democracia. La democracia es la idea reguladora que permite que el enemigo se sublime en la figura del adversario. La actual pandemia y el desastre económico que la acompaña empuja a las derechas ultraderechizadas al derrumbe de esta dialéctica. En las redes, en los aparatos mediáticos, en los sistemas financieros internacionales parece haberse decidido que es la oportunidad de tratar a los gobiernos democráticos, progresistas, con vocación legal e institucional, como aberraciones comunistas, anómalas y dictatoriales, que se valen de la cuarentena y la tragedia de la muerte como un capricho del dictador «comunista»o «totalitario». Destruida la dialéctica, los que gobiernan y los que quieren derrumbar a los gobiernos ya no viven en en mismo mundo y ni siquiera en el mismo país. Son mundos donde se ha clausurado cualquier tipo de intercambio. La clara sensación que la derecha ultraderechizada ve en la pandemia, su clara oportunidad histórica de destruir dentro de la apariencia democrática el verdadero orden democrático ganado en las urnas, los hace desear el fracaso de la cuarentena, de la ética del cuidado, llegando a exhibir de modo obsceno una oscura satisfacción por los muertos. En este horizonte al gobierno progresista todo se le vuelve problemático, contingente y difícil de sostener. Las opciones que se le presentan son ambas muy difíciles de implementar. La que demanda la izquierda que lo apoya es radicalizarse, redoblar la apuesta y enfrentar a la derecha ultraderechizada como el enemigo que verdaderamente es. El problema de esta opción es el aislamiento y el asedio internacional y el poder de fuego que el mundo financiero puede imponer a su economía definitivamente herida por el neoliberalismo. La segunda es más terrible o en todo caso más triste, ceder en cuestiones claves para los sectores populares con la falsa esperanza de mediar con un enemigo que no practica la oposición sino una guerra destituyente perfectamente planificada por etapas. No tienen que poner su energía en gobernar y la pueden consagrar enteramente a la conspiración del golpe neoliberal. Descartada la hipótesis revolucionaria, que ingresaría de inmediato en una lógica sacrificial, no hay por ahora para los gobiernos populares otro recurso que buscar en el pliego de sus legados de luchas populares la actualización de la difícil paradoja: retroceder avanzando. Que el uso público de la razón y el amor por lo común ilumine al pueblo siempre por venir.

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El Frente de Todos ante una oposición desleal

Fuente: Edgardo Mocca | El Destape Web Fecha: 15 de agosto de 2020 Alberto Fernández no quiere terminar con la propiedad privada de los medios de producción; simplemente pretendía rescatar una empresa vaciada de modo fraudulento por sus propios dueños. El oficialismo no pretende terminar con las grandes fortunas en el país; solamente pretende convertir en ley una contribución de esos privilegiados al esfuerzo que todo el país está haciendo para enfrentar una complicada situación económica que es en parte producto de la pandemia, pero sobre todo la consecuencia de una política de despojo social y nacional promovida por el anterior gobierno. Un gesto y un aporte de las grandes patronales –dicho sea de paso- que, en otros países, éstas hicieron voluntariamente.  No se quiere terminar con el poder judicial sino reformarlo, de modo de hacerlo más justo y más accesible para los sectores populares. En todos los casos se trata de propuestas “minimalistas”, no guiadas por ideologías revolucionarias sino por un sentido básico de justicia social. Sin embargo, la respuesta de sus adversarios adopta un lenguaje de radicalidad que por momentos se acerca peligrosamente a un repertorio “antisistema”. Se promueve la ocupación de la calle en abierto desafío al sentido común que lo desaconseja en tiempos particularmente críticos de la lucha contra la pandemia. Se impulsa una política parlamentaria muy particular, que solamente acepta discutir en sesiones virtuales aquellos proyectos con los que están de acuerdo los diputados de la oposición. Es decir que el sistema virtual no es un problema, en la medida en que el ejecutivo no pueda avanzar con su agenda propia: un gesto imposible de ser fundamentado con razonamientos, es pura deslealtad política. La derecha agita la libertad, supuestamente conculcada por el gobierno del frente de todos, y practica lo que todos los manuales de ciencia política (inspirados casi de modo absoluto por una visión liberal) llaman “oposición desleal”. Así califica el liberalismo lo que, desde esa visión, se considera un trabajo de zapa contra la legalidad democrática, promovido desde visiones revolucionarias. Los (neo) liberales realmente existentes rechazan esa doctrina. Se han convertido, ellos mismos, en “antisistema”.  La élite de la derecha argentina sostiene, en su defensa, que el mandato que le dio su electorado es el de representar a quienes están en desacuerdo con el gobierno. El mandato vendría “desde abajo”, desde su electorado. Decía Gramsci “no es verdad que el peso de las opiniones sea exactamente igual. Las ideas y las opiniones no “nacen” espontáneamente en el cerebro de cada  individuo: tuvieron un centro de formación, irradiación, difusión, persuasión, un grupo de personas que las elaboró y las presentó en la forma política actual”. Es decir que Juntos por el Cambio es responsable de su conducta política. Entre otras razones porque su prédica y, sobre todo, su práctica de gobierno contribuyeron intensamente a la creación de este microclima antinacional y antipopular que hoy se expresa en la forma de la indiferencia por la vida de los argentinos y argentinas.  Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia. SUSCRIBITE A EL DESTAPE  ¿Qué ocurre, mientras tanto con la otra élite argentina, la que se reivindica en términos democráticos-nacionales y populares? Son ostensibles los gestos que esa fuerza política realiza en la dirección de un apaciguamiento del clima de enfrentamiento en la sociedad argentina. El punto de partida de esta conducta no está en la gestualidad del presidente, sino en la decisión política y estratégica asumida por CFK en su discurso público del 18 de mayo del año pasado. Allí se evaluó la nueva realidad mundial, regional y nacional en la que estaría involucrado el gobierno argentino recuperado de manos de la derecha. La unidad amplia y plural no se planteó entonces en términos exclusivamente electorales sino también como condición de viabilidad y premisa de éxito de un gobierno cuya naturaleza sería de reconstrucción nacional después de un nuevo y vertiginoso desastre neoliberal: la coalición de gobierno deberá ser aun más amplia que la unidad electoral, se dijo entonces. De modo que a la intensidad rayana en el delirio del discurso de la oposición macrista se opone hoy no una radicalidad de signo contrario, sino un discurso de contención y convocatoria. Es natural que a muchos simpatizantes del frente de todos les moleste la gestualidad del presidente con su “gran amigo” Horacio Rodríguez Larreta, quien reprime duramente las manifestaciones callejeras que exigen el esclarecimiento de los crímenes macristas, mientras tolera gustosamente las expresiones violentas e intolerantes de su propia masa de apoyo. Pero el problema está en distinguir estados de ánimo legítimos de dolor o de impaciencia con estrategias y tácticas políticas. La pasión política es un componente esencial de un movimiento popular, pero solamente si se integra con los cálculos y las decisiones que, obligadamente, deben ser tomadas por la dirección del movimiento. Tanto en esta afirmación como en la cita de Gramsci, bien puede percibirse un aroma “elitista”. Más en un momento histórico en el que las élites políticas globales ceden su lugar de conducción a las grandes corporaciones financieras. Pero, hasta hoy, las experiencias “horizontalistas” de la política popular han terminado siempre en el vacío y la frustración. Y nada indica que de aquí en adelante puedan terminar de otra manera.   La intensidad irracional de la derecha –como siempre arropada por los monopolios de la información- tiene la apariencia de la fuerza. Grupitos de algunos cientos de personas producen hechos con un impacto comunicativo mucho mayor que el que suelen tener las multitudes populares más significativas. El clima de guerra civil en potencia que pretenden crear está lejos de representar el estado de ánimo de las mayorías. Duele, eso sí, ver el lugar social y político al que han ido a parar personas que, en otros tiempos, han hecho importantes aportes a la cultura y al pensamiento popular y que hoy compiten con pequeños personajes de la política para ocupar el lugar del ridículo social.  Nada de eso debería oscurecer la conciencia de que el

Internacionales, Israel, Portada

Hadash / CPI* condenan el acuerdo de normalización entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos negociado por EE. UU.

Fuente:  maki.org.il  Fecha: 15 de agosto de 2020 El acuerdo para la «normalización total de las relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos» se produjo después de una llamada telefónica el jueves por la mañana entre Trump, Netanyahu y MBZ, según un comunicado conjunto. Mohammed bin Zayed (MBZ), el príncipe heredero de Abu Dhabi, tuiteó posteriormente: «Durante una llamada con el presidente Trump y el primer ministro Netanyahu, se llegó a un acuerdo para detener una mayor anexión israelí de territorios palestinos». Los Emiratos Árabes Unidos, con la firma formal del acuerdo, se convertirán en el primer estado árabe en el Golfo Pérsico y la tercera nación árabe, después de Egipto y Jordania, en tener vínculos diplomáticos activos con Israel. Las delegaciones de Israel y los Emiratos Árabes Unidos se reunirán en las próximas semanas para firmar acuerdos bilaterales sobre inversión, turismo, vuelos directos, seguridad, telecomunicaciones y otros temas. Los dos países también están listos para intercambiar embajadores y embajadas. Netanyahu, de extrema derecha, describió el jueves 13 de agosto como «un día histórico» y dijo en un discurso televisado que «más países árabes y musulmanes se unirán a este círculo de paz». Durante una conferencia de prensa, Netanyahu promocionó una fórmula de «paz por paz». Netanyahu también dijo que todavía planea avanzar en la anexión de territorios palestinos. “No voy a renunciar a esto. Está sobre la mesa gracias a mí. Trump puso soberanía en su plan de paz, porque yo lo pedí”, dijo Netanyahu. “Pero en primer lugar dije una y otra vez que solo implementaríamos la soberanía en coordinación con Estados Unidos. Sin el apoyo de Estados Unidos, en el mejor de los casos no valdría nada y, en el peor de los casos, dañaría mucho los lazos». Sin embargo, MBZ presentó el asunto como si se le hubiera exigido concesiones por parte de Israel, haciendo hincapié en la suspensión de los planes de soberanía a cambio de la normalización de las relaciones, como se indicó en el tweet que envió citado más arriba.   El líder de la Lista Conjunta, MK Ayman Odeh (Hadash) tuiteó que, «Se hacen acuerdos entre políticos, pero se hace la paz entre pueblos». «Mientras Israel continúe controlando a millones de palestinos en los territorios ocupados», dijo, «las ilusiones de paz se seguirán celebrando en jardines extranjeros, mientras que la realidad aquí en Israel todavía requiere ser arreglada»; una referencia a la firma anticipada al aire libre en el jardín de la Casa Blanca del acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, similar al evento de 1993 en Washington para formalizar el primer acuerdo de Oslo. Según un comunicado de Hadash y el Partido Comunista de Israel “Netanyahu e Israel nunca tuvieron realmente la intención de anexar, pero para que él abandonara el plan, los Emiratos Árabes Unidos acordaron abrir sus relaciones secretas. Nada cambiará y cualquiera que piense que los palestinos desaparecerán está equivocado”. «Los Emiratos Árabes Unidos o cualquier otra parte no tiene derecho a hablar en nombre del pueblo palestino, ni [este último] permite que nadie intervenga en los asuntos palestinos con respecto a los derechos legítimos en su patria». “Solo el establecimiento de un Estado de Palestina independiente y soberano basado en las fronteras de 1967, con Jerusalén Oriental como su capital y la solución de la cuestión de los refugiados traerá la paz”, dijeron. Hanan Ashrawi, una alta funcionaria de la Autoridad Palestina, dijo que Israel había sido recompensado por su ocupación. “Los Emiratos Árabes Unidos han salido a la luz sobre sus tratos secretos/normalización con Israel. Por favor, no nos hagas un favor. ¡No somos la hoja de parra de nadie!» ella tuiteó. “Que nunca experimentes la agonía de que te roben tu país; que nunca sienta el dolor de vivir en cautiverio bajo una ocupación; que nunca seas testigo de la demolición de tu casa o del asesinato de tus seres queridos». Awni Almashni, funcionario del movimiento Fatah del presidente palestino Mahmoud Abbas y activista con sede en la ciudad de Belén en Cisjordania, dijo a Middle East Eye que la paz en la región solo puede llegar si se abordan los problemas que enfrentan los palestinos. “Los acuerdos que Israel está tratando de alcanzar con los países árabes y musulmanes son una forma de eludir el problema palestino y evitarlo, pero cualquier plan de paz con cualquier país árabe es solo una ilusión y no resolverá el problema principal aquí entre Israel. y Palestina ”, dijo. Almashni señaló que la anexión se había congelado debido al rechazo absoluto del pueblo palestino y de la comunidad internacional al plan de Israel, mucho antes del anuncio del jueves. Dijo que vincular la anexión con el acuerdo de los Emiratos Árabes Unidos «es un intento de vender el acuerdo con Israel como un logro, y no lo es». De hecho, el acuerdo del jueves, que no recibió apoyos palestinos, aniquila efectivamente la Iniciativa de Paz Árabe, un esquema de 2002 reafirmado por la Liga Árabe en 2017 que ofrecía un reconocimiento generalizado de Israel a cambio de que se retirara a sus fronteras de 1967 y abordara la cuestión de los refugiados palestinos. * Frente democrático por la paz y la igualdad)/Partido Comunista de Israel Traducción: Dardo esterovich

Estados Unidos, Internacionales, Portada

Un fanático peligroso

Fuente: Luis Bruschtein | La Tecl@ Eñe Fecha: 13 de agosto de 2020 Luis Bruschtein analiza en este artículo la intención de Donald Trump de imponer en la presidencia del BID al ultraconservador Mauricio Claver Carone, intento que rompe una ley no escrita que se respetó en los 64 años de existencia del BID, que estipula que la presidencia del organismo es para un país latinoamericano y forma parte de un esquema de equilibrio, ya de por sí bastante desequilibrado. Mauricio Claver Carone fue el primer funcionario norteamericano que desairó al flamante presidente Alberto Fernández el día de su asunción, cuando se retiró intempestivamente de la comitiva de Estados Unidos de la que formaba parte. El ultraconservador asesor de seguridad de Donald Trump se fue furioso porque el nuevo presidente había recibido a una delegación del gobierno legítimo de Nicolás Maduro de Venezuela. Claver Carone fue funcionario también en el FMI, y en una visita reciente a Chile dijo en una conferencia de prensa que el gobierno de los Estados Unidos había inducido a la institución financiera a que otorgara a la Argentina el préstamo más grande de toda su historia. Ni se ruborizó cuando reconoció que hicieron transgredir toda la normativa del FMI con tal de ayudar a la reelección de Mauricio Macri y evitar el triunfo de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Que un fanático ultraconservador como Claver Carone sea propuesto por Washington y cuente de entrada con el respaldo de Uruguay, Brasil, Paraguay, Colombia, la Venezuela impostada de Guaidó, Ecuador y Bolivia para presidir el BID, da una idea de la fuerte presión que aplica Donald Trump en la región y de la baja calidad soberana de los gobiernos actuales en Latinoamérica. Solamente cinco países se han opuesto al candidato de Washington: Argentina, México, Costa Rica. Nicaragua y Chile. La intención de imponer a Claver Carone rompe una ley no escrita que se respetó en los 64 años de existencia del BID. El acuerdo implícito estipula que la presidencia es para un país latinoamericano. Forma parte de un esquema de equilibrio, ya de por sí bastante desequilibrado. Porque Estados Unidos tiene el 30 por ciento del directorio, que se conforma en relación con los aportes de cada país. En la distribución histórica, la presidencia es para un país latinoamericano y el segundo lugar en importancia para el representante norteamericano. Si tuviera la presidencia, Estados Unidos, pasaría a ser el dueño del organismo. A principios de noviembre habrá elecciones en Estados Unidos y las encuestas le dan entre 10 y 15 puntos de ventaja al candidato opositor Joe Biden, del Partido Demócrata. Los demócratas ya dijeron que no respaldarán a Claver Carone. Pero la elección en el BID será en septiembre. Si gana el candidato de un Trump que inmediatamente es derrotado en las presidenciales, el BID quedará en el aire. Por eso los cinco países que no apoyan a Claver Carone y los observadores europeos, han pedido que la elección se postergue hasta marzo del 2021. Las perspectivas del trumpismo no serían tan buenas, porque el personaje  reaccionó con vehemencia y acusó a la Argentina de intentar “secuestrar” la elección en el BID. “Estamos viendo un esfuerzo minoritario liderado por la Argentina para obstaculizar la elección porque no han podido o querido presentar una visión competitiva”, afirmó. Argentina ha propuesto a Gustavo Béliz para encabezar el BID, y Costa Rica a la ex presidenta Laura Chinchilla. Claver Carone asegura que ya tiene los votos que necesita y ha hecho que los grandes medios de la región digan que ya tiene la elección ganada y presenten la postergación de las elecciones como una fantochada. Pero sería un problema para el BID que pongan a Claver Carone en la presidencia en septiembre y en noviembre gane Joe Biden en Estados Unidos. El BID maneja alrededor de 40 mil millones de dólares. Para algunos gobiernos, entre los que se cuenta el de Argentina, esa masa de dinero puede cumplir un papel estratégico en la salida de la crisis causada por la pandemia. Para la estrategia de Trump y Claver Carone, esa cantidad servirá para combatir la influencia de China. Y resulta obvio que también será utilizada como presión para el alineamiento contra Venezuela, Nicaragua y Cuba, en una lista que pasarían a integrar también gobiernos como el de Argentina y México, que no tienen subordinación mecánica con Washington. Los técnicos del BID están espantados porque aseguran que Claver Carone politizará al máximo el organismo. La irrupción de este fanático en la región es coherente con la proliferación de otros personajes bizarros de bajísima calidad político-institucional como Lenin Moreno, Jair Bolsonaro, Jeanine Añez y como lo fue Mauricio Macri. Buenos Aires, 13 de agosto de 2020

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