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“Madre, me caso el 22, y no es judío”

Acerca de Alejandra Pizarnik Por: Héctor Gurvit (miembro del Llamamiento) – 21 de febrero de 2022 El día 25 de setiembre de 2021, sábado, en la Ciudad de Avellaneda, se realizó un homenaje a Alejandra Pizarnik. Como parte del acto, se inauguró una placa en la llamada esquina Pizarnik, en Lambaré y Necochea, Quinta Galli, donde vivía con sus padres. En esa actividad participaron personalidades de la Ciudad y organizaciones que nuclean a escritores locales en todos los géneros de la literatura: EDEA (Encuentro de Escritores de Avellaneda), REIA (Reunión de Escritores Independientes de Avellaneda), SADE Sur bonaerense, entre otras. Con palabras de Darcy Tortonese, poeta e investigadora de Avellaneda, quien fuera compañera de la escuela secundaria de Pizarnik, se dio inicio al encuentro con la evocación de momentos emotivos y divertidos de su adolescencia. También hicieron uso de la palabra la poeta Raquel Fernández, la novelista Ana Beatriz Romasco, entre otros y otras. Sin embargo, en esta nota desarrollaremos un perfil poco referido, de lo que fue Alejandra, de su personalidad y algunos datos que muestran otros aspectos interesantes de su vida. Cuando vuelvo a rescatar de la biblioteca las poesías completas de Pizarnik, reflexiono sobre lo que ella pensaba de sí misma, que era gorda, que tenía asma, que tartamudeaba, que tenía en la cara ciertas marcas, producto del acné y la contrastamos con su fotografía, parece que estuviéramos viendo una imagen producida. No se corresponde con su autopercepción. Unos ojos claros, el pelo cortado a la usanza francesa de los años ‘60, el cigarrillo… Creo que fue (cuesta hablar en pasado) una de esas mujeres a las que, los machos en proceso de deconstrucción, les decimos interesante, con signos de admiración. Hubiera sido fascinante poder conversar con ella. Sin embargo, sería un monólogo. No cualquiera le resultaba atrayente. Eran sus amigos: Julio Cortázar, Aurora Bernárdez, Olga Orozco, Ítalo Calvino, entre otros y otras.  Decir que Alejandra Pizarnik es la poeta maldita de la Argentina es ingresar en lo que siempre se dice acerca de su vida. Es preferible pensar a Pizarnik como una mujer compenetrada en sus escritos. La imagino en su casa, en Avellaneda, en Lambaré 114, en su pequeño escritorio de tapa verde, acompañada de lápices de colores y de su máquina de escribir cursiva. Todo lo que se dice de Pizarnik, o los documentales que hablan de ella, lo hacen desde la tragedia. Como si eso fuera lo importante. Es preferible hablar de Pizarnik desde lo que escribe, de lo que ella “piensa” (si vale el tiempo verbal). Y para saberlo, si es que verdaderamente queremos conocerla, hay que leer sus diarios. Hay quienes, aún admirando su poesía, no quieren leerlos. Afirman que es ultrajar su intimidad. Vivió entre 1936 y 1972. Veamos todo lo que pasó en aquellos años. Una enumeración incompleta: Segunda Guerra Mundial. La Shoá. Perón, del 45 en adelante. El mayo francés de 1968. Los Beatles y los Rolling Stone. Los Hippies. La revolución cubana, el Che, Argelia. Aquellos años fueron una avalancha de sucesos que marcaron significativamente la historia del mundo. En ningún pasaje de sus diarios se hace mención a estos ni a otros hechos de su tiempo. Acaso unos tan relevantes como los otros.  En cuanto a mí, se me ocurren cuestiones políticamente incorrectas. A veces la comparo, una caprichosa comparación, con Ana Frank, porque ambas vivieron afuera del mundo. Por su edad, y por lo que escriben, que refieren en contados momentos al drama exterior y sin embargo no dejan de estar presentes. Ambas están afuera, de distinta manera claro, pero afuera. Ambos son diarios. Pizarnik vivía una vida concentrada en la literatura y desconcentrada del mundo. Para ella el mundo se dividía entre los que escriben y los que leen, mas allá no había nada. Pizarnik, como ya lo dijimos, está en sus diarios, unos cuadernillos que fueron escritos para que se lean. De otro modo los hubiera destruido. Hay, en ellos, una oración que resulta reveladora de su relación con el entorno. Dice: “leo la historia del surrealismo, al llegar al capítulo dedicado al marxismo y a la situación social, económica, etcétera de nuestra época, cierro violentamente el libro y lo guardo, me horrorizo de mi falta de interés, no puedo remediarlo, denme al hombre, no a las masas”. Más adelante agrega: “Yo, yo, yo, yo. Soy la mujer más egoísta del mundo. No sólo vivo por y para mí, sino que exijo de los demás que den elementos que en mí no hallo, elementos que se refieren a mí, siempre a mí”. Y en otro tramo: “me parece imposible encontrar belleza en cualquier tema argentino”. Y en 1970, cuando Levingston asume, reemplazando a Onganía dice: “cabe agregar que afuera hubo o hay un golpe de estado o algo parecido”. Veamos ahora lo que Pizarnik pensaba de la poesía: “escribo como puedo, jamás sería capaz de escribir un soneto ni una apología al jardín de esa plaza, jamás sabría componer un alejandrino ni calcular una rima, no lo lamento porque D.M. tampoco podría hacer ninguno de mis poemas. Me sorprende la rima, me sorprende y me disgusta, tiene algo de mágico, algo de melodioso que no carece de atractivo, pero después de Vallejo, todo lo demás, es llanto casual”. La mayoría de los nombres propios, en su diario, se referencian con las iniciales. Y cómo dice ella que escribe. “el método que utilizo para escribir es éste, escribo sin pensar, todo lo que venga de allá, lo guardo. Al día siguiente releo lo escrito y pienso, supero los reparos. Si no fuera por estas líneas muero asfixiada”, y sigue: “cada palabra debe estar llena de polvo, de cielo, de amor, de orín, de violetas, de sudor y de miedo, cada palabra, cada palabra ha de ser gastada, pulida, retocada, sufrida”. Y cuando habla de las sensaciones, de cómo se manifestaba en lo sexual dice: “es muy tarde, estoy excitada, deseo un cuerpo junto al mío, cualquiera, cualquier sexo, cualquier edad, eso es lo

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Purim: ¿Siempre hay motivos para festejar?

Por: Rab. Andy Faur | Página del Judaísmo Laico y Humanista Tengo que confesarlo. Me gustan las festividades judías, sus relatos, sus mensajes, sus costumbres, pero por sobre todo por los valores que de ellas se pueden rescatar: humanistas, progresistas, universales, nobles y ecuménicos. Esto es válido hasta que llega Purim… Con Purim hay un gran problema de identificación para aquellos judíos cuya visión de la cultura judía es laica, crítica, humanista y no sectorial. La historia de la festividad / Meguilat Ester Purim se festeja el 14 y el 15 del mes de Adar (último mes del calendario bíblico, que comenzaba en Nisan) y recuerda la salvación de los judíos (una vez más…) de manos de sus enemigos. Esta vez es del malvado Haman – otra de las sempiternas reencarnaciones del genocida bíblico Amalek y del rey persa Ajashverosh (Asuero), que quisieron exterminar a los judíos que vivían en el Imperio Persa y su capital Shushán. La historia de lo sucedido en Purim (estimada allá por el siglo V a.e.c.) llega a nosotros a través del Libro de Ester, conocida en hebreo como Meguilat Ester, que es parte del Tanaj o Biblia Hebrea (Antiguo Testamento). Ésta aparece como una de las cinco Meguilot, en la última sección del mismo, denominada Ktuvim o Hagiógrafos. La tradición judía desarrolló con el paso de lo siglos la costumbre de leer cada una de estas Cinco Meguilot en una fiesta determinada, cada una con su particular explicación y contexto.De tal modo: Meguilat Ester se lee en Purim, Shir Hashirim (el Cantar de los Cantares) en Pesaj, Meguilat Rut en Shavuot, Meguilat Eijá (Lamentaciones) en Tishá Beav y Kohélet (Eclesiastés) en la fiesta de Sucot. Meguilat Ester, relato corto de solo diez capítulos, narra la historia de Mordejai el judío y su prima (a la que criócomo una hija) la reina Ester y de cómo lograron salvar a los judíos del edicto de exterminio decretado por el Rey Ajashverosh, a la sazón esposo de Ester, elucubrado por su demoníaco asesor Haman. Algunas curiosidades Meguilat Ester es la única parte del texto bíblico, que no aparece en el Canon Palestinense encontrado en Qumrán, más conocido como los Rollos del Mar Muerto. Como el resto de los nombres de los meses del calendario hebreo, también Adar proviene del idioma acadio/babilónico cuyo origen puede deberse al nombre del dios babílonico Ad’er o de la palabra Addaru, que significa oscuro, probablemente relacionada con la época del año en el que se ubica el mes, a finales del invierno boreal. Ishtar , diosa babilónica de la fertilidad y Marduj, dios jefe de los cielos, eran los nombres de dos de los principales dioses del Panteón babilónico de la época. Coincidentemente ambos, tienen un parecido asombroso con los nombres de los héroes de nuestro relato y, casualmente, Hamán era el nombre acadio del Diablo del Infierno… Purim no aparece entre las festividades de la Torá, denominadas Jaguéi Mideoraita y la lectura de Meguilat Ester, al igual que el encendido de las velas de Januká, son parte de las siete Mitzvot Derabanan, siete preceptos decretados por sabios de épocas posteriores. Identificación y Valores Las festividades judías traen consigo una serie de relatos, historias, leyendas y personajes con los cuales los judíos, generación tras generación, se identifican con los mismos. Pero en Purim… ¿Con qué personaje o valor nos podemos identificar en particular?¿Con Mordejai el judío, que lo poco que sabemos de él es que deambulaba por los alrededores del palacio del Rey espiando y chusmeando, hasta su llegada al puesto de visir?¿Con Ester que formó parte del harén del rey persa ocultando su identidad judía, y cuyo verdadero nombre era Hadassa, pero utilizaba el de Ester, nombre persa común entre los judíos más asimilados de las clases altas de Persia de aquellas épocas? Según lo relatado en la Meguilá, Ester era una joven que hacía caso a todo lo que le decían sin dudar o cuestionar, que se sometió sumisamente a los deseos del todopoderoso rey de Persia (que ni siquiera era judío) y se convirtió en su obediente esposa favorita, hasta su valiente “despertar” como judía. Me permito citar fuentes importantes de la cultura judía respecto al tema. En el Talmud de Babilonia, Tratado de Taanit 29:1, aparece lo siguiente: “Cuando comienza Adar, aumentamos las alegrías”.Y en el Libro de Ester: Cap. 9:15 “…y los judíos que residían en Shushán se reunieron el día catorce del mes de Adar y mataron a trescientos hombres en Shushán..”. (9:16) “… y también se agruparon los demás judíos que vivían en las provincias del rey, y pelearon por sus vidas, y tuvieron descanso de sus enemigos luego de haber matado entre los que les odiaban a setenta y cinco mil…”. (9:17) “…el día trece del mes de Adar. Y el día catorce del mismo descansaron y lo hicieron día de fiesta y de alegría…” Una vez que el edicto de muerte del mismo rey Asuero en contra de los judíos fue reemplazado por otro mandato real que permitía a los judíos defenderse y matar a aquellos que quisieran atacarlos, Mordejai se encontraba ya en el lugar de consejero del rey, reemplazando al difunto Hamán y Ester gozaba de los favores del rey que le promete: “… hasta la mitad del reino te será concedida…”. En esta instancia, cuando ambos (Mordejai y Ester) estaban en la cima del poder, no pudieron o no quisieron detener la masacre de miles de persas y otros pueblos dispersos por el reino, que se iban a levantar o se levantaron contra los judíos y que estos, en un acto de autodefensa o venganza (ninguno de estos puntos queda muy claro de la lectura del texto) mataron por millares, incluyendo mujeres y niños… ¿Motivo de regocijo?También los diez hijos de Haman fueron muertos en estos eventos y es ésta la única vez que se los nombra en el relato. ¿Acaso los hijos son también responsables de los actos de sus padres? ¿Fue un acto de venganza o quizás

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Teatro: Edipo en Ezeiza

“Edipo en Ezeiza” hace foco en un proyecto de país y el fracaso de la propuesta colectiva. Excelente pieza, escrita y dirigida por Pompeyo Audivert, se presenta en el Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857. Por: Liliana Fijtman (para La Tecl@ Eñe) En su texto sobre teatro “El piedrazo en el espejo”, Pompeyo Audivert, autor y director de “Muñeca”, “Trastorno”, co-autor de “El Farmer”, por nombrar sólo algunas de sus obras, sostiene que: “El teatro debe ser la piedra que rompe el espejo. Primero, hasta romper el espejo, el teatro es la piedra, luego de que lo rompe el teatro vuelve a ser el espejo, la piedra sigue su viaje en dirección al centro del misterio a donde van las fuerzas ciegas, el teatro queda en la superficie rota dando cuenta de los restos de una plenitud refleja y a la vez revelando lo que la sostenía como la naturaleza que estaba oculta, paralizada, tras la lápida reflejo. Al romperse el espejo ya nada queda en su lugar, los fragmentos flotan en distintos niveles…” Edipo en Ezeiza tiene las características de las obras de Pompeyo: los cruces entre la obra y la historia del país, la dualidad entre realidad y representación, el lugar y la acción del actor/actriz. La pregunta por la verdad, que es en lo que se puede creer. La dualidad incluso consigo mismo, la duda y desconfianza hacia los otros y también al interior de cada ser. Las obras de Pompeyo suelen ser y esta también lo es, indagaciones. No es complaciente con el espectador, que sale siempre atravesado y tal vez enriquecido con nuevos interrogantes. La fragmentación, la segmentación del discurso que busca descubrir al infiltrado, al traidor disfrazado. Una familia desmembrada, el padre, la madre, el hijo con sus identidades alteradas a partir de un iniciático y terrible picnic en Ezeiza a partir del cual se desmorona todo. Un hecho clave a partir del cual se desarrolla la acción: la vuelta de Perón en el 73 y la masacre de Ezeiza. Así, pone el foco en la tortura, en los interrogatorios, en la forma de actuar y pensar de los grupos de tareas, del robo de bebés. La mentira, el ocultamiento, la duda y la paranoia; la necesidad de esconderse o de cambiar de nombre, de residencia. Un proyecto de país y el fracaso de la propuesta colectiva. Con una puesta interesante y el trabajo serio y convincente de Julieta Carrera, Hugo Cardozo y Francisco Bertín, “Edipo en Ezeiza” se presenta en El Picadero el domingo 21 de noviembre a las 18 horas.

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Januká – una mirada alternativa

Intrigas y poder detrás de la Janukiá: la lucha por el control del tiempo Rab. (laico) Andy Faur | Judaísmo Laico (1/12/2018) ¿Cúales fueron los motivos de fondo que desataron la Rebelión de los Macabeos contra los griegos y los judíos helenizados?. ¿Qué relación hay entre Januká y los Rollos del Mar Muerto?. ¿Cómo influyeron estos sucesos en el judaísmo hasta el día de hoy? Esta nota se basa en conjeturas expuestas por la prof. Rajel Elior del Departamento de Filosofía  judía de la Universidad Hebrea de Jerusalem, que muchos de sus colegas no comparten. La hipótesis de Elior que analizaremos a continuación, que sostiene que los Rollos del Mar Muerto no pertenecen a la secta de los Esenios, se basa en el hecho de que en los propios manuscritos, los “Esenios” como tales, no son nombrados en ningún momento y sólo son conocidos a través de los relatos en griego de Flavio Josefo o de Filón de Alejandría, sin tener ninguna otra fuente o prueba de la existencia de los mismos. Historia y Arqueología: distintas lecturas A partir del año 1947 se descubre uno de los tesoros históricos-arqueológicos más importantes y relevantes para el estudio de los textos sagrados del judaísmo. Son hallados los Rollos del Mar Muerto o de Qumrám, casi mil textos en su mayoría de tinte sagrado, parte de ellos textos bíblicos y parte composiciones de índole sectaria. Según gran parte de los investigadores del tema, estos rollos pertenecen a los Esenios, grupo judío sectario de la época del Segundo Templo, que se retiró a vivir una vida ascética y célibe en la zona de Qumrám, en el Desierto de Judea. Para ser miembro de esta hermética comunidad se necesitaban años de formación y estudio, así como ceder todos los bienes personales a la misma. Estas hipótesis, avaladas por la mayoría de los historiadores del tema, sitúan su existencia entre el s. II a.e.c. (Rebelión de los Macabeos) y el s. I e.c (Destrucción del Templo), que coinciden con las fechas de los eventos que se relatan en esta nota. El antiguo orden y el tiempo En términos históricos/religiosos generales, el orden bíblico antiguo concluye con la conquista griega del Reino de Judea a manos del rey de origen sirio-heleno, Antíoco IV Epifanes en el año 175 a.e.c. Este rey impone un nuevo orden político y administrativo sobre Judea, así como un nuevo calendario de base lunar, contrario al calendario bíblico antiguo manejado por los Cohanim/Sacerdotes del Templo, que era de origen solar. En el orden bíblico, el año comienza siempre en primavera, y su primer mes es el de Nisan (el de la salida de los judíos de Egipto), como se lo denomina en la posterior literatura talmúdica. Como es sabido, en el calendario tradicional actual, Nisan es el séptimo mes del año judío. El calendario que impuso el régimen griego empezaba en el mes Díos – paralelo al mes de Tishrei del calendario hebreo y que cae siempre en otoño. La dinastía de los Cohanim hasta esta época provenía, según la tradición, de los descendientes de Tzadok (de aquí el nombre de Tzdukim/Saduceos), primer Cohén Gadol (Sumo Sacerdote) del Templo y que, de acuerdo a la genealogía bíblica, eran descendientes de Aharón HaCohén y sus hijos. Jonio ben Shimón es el último representante de este antiguo orden sacerdotal. El período de dominio helénico en Judea es una época turbulenta, compleja y de grandes cambios en el judaísmo. Se imponen nuevas reglas, se subvierten tradiciones y normas, y sobre todo, cunde la anarquía a nivel de autoridades y poderes. En esta coyuntura de luchas de poder e intrigas palaciegas, Jasón hermano de Jonio aprovecha un momento político favorable y se hace del cargo de Sumo Sacerdote, apartando del Templo a Jonio y al resto de los Cohanim “históricos”, no sin antes haber ofrecido una importante dádiva a Antíoco IV y comprometiéndose a realizar reformas administrativas, impositivas y por supuesto imponer a sus súbditos el nuevo y helenizado calendario lunar. Es importante remarcar que éste no era un capricho de Antíoco o de algún movil antijudío en especial, sino que era parte del nuevo orden administrativo imperial para cobrar impuestos en forma sistemática y realizar eventos importantes del calendario griego en todos sus dominios. Es sabido que parte de los Cohanim de la dinastía bíblica estaban dispuestos a cierta cooperación en temas administrativos e impositivos con los griegos, pero por ningún motivo estaban dispuestos a cambiar la herencia del calendario solar. El Templo, desde tiempos inmemoriales funcionaba de acuerdo a éste y cambiarlo representaba para ellos una transgresión al orden divino, imposible de aceptar. Este hecho, dramático por cierto, logra que por primera vez después de casi mil años de continuidad, se rompa este antiquísimo orden y alguien externo al manejo del Templo nombre al Cohén HaGadol, en contra de la antigua tradición bíblica. A partir de este antecedente, el importante cargo de Sumo Sacerdote del Templo de Jerusalem ya no se transmitirá en forma dinástica, sino que estará supeditado a negociaciones, conspiraciones y constelaciones políticas determinadas. Jasón dura tres años en el puesto, le sucede Menelao y finalmente Alkemos, estos dos últimos nada tenian que ver con la dinastia sacerdotal antigua. Estos son los tres sacerdotes conocidos como los “Sacerdotes Helenizados”, que ocuparon el puesto de Sumo Sacerdote entre el 175 y el 159 a.e.c. La rebelión de los Asmoneos/Macabeos y las luchas por el poder En los años 168/167 a.e.c., Antíoco Epifanes impone por la fuerza restricciones a los ritos básicos judíos de aquellos tiempos (obligar a comer cerdo o prohibir el estudio de la Torá, la realización del Brit Mila o el cumplimiento del Shabat), con la clara intención de helenizar a la población bajo su dominio, es decir asimilarlos por la fuerza a la cultura y las costumbres griegas. Los “sacerdotes helenizados” no sólo cooperan con la ejecución de dichas imposiciones sino que tambíen profanan el Templo con prácticas paganas y rituales contrarios a la tradición judía. Judíos helenizados (que es interesante mencionar que componian la mayor parte de los pobladores de Judea de entonces), Templo profanado y sacerdotes corruptos que impusieron y llevaron a la práctica tambíen el nuevo calendario griego, son el trasfondo turbulento en donde se gesta la Rebelión Macabea (167-164 a.e.c.). En una primera etapa, luego de tres años de lucha tenaz

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1er. CONCURSO DE NARRATIVA BREVE: “Pequeñas historias o cuentos de la vida judía en la Argentina”

EL LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO y la Comisión de Cultura invitan a participar de su 1er. CONCURSO DE NARRATIVA BREVE – Edición 2021 “Dardo Esterovich” Tema: “Pequeñas historias o cuentos de la vida judía en la Argentina”. BASES DEL CONCURSO: 1.          El concurso es abierto y gratuito a todo/a aquel que quiera participar. Es de alcance internacional. 2.          Se convoca a presentar trabajos escritos que no hayan ganado premios anteriormente. 3.          Las obras deberán estar escritas en castellano. 4.          Las narraciones se enmarcarán bajo el siguiente tema: “Pequeñas historias o cuentos de la vida judía en la Argentina”. Pueden ser de ficción o real. 5.          Sólo se puede presentar un trabajo por participante. 6.          Las obras figurarán bajo un seudónimo y serán enviadas por correo electrónico a la siguiente dirección: llamamiento.concurso@gmail.com.         Se enviarán 2 documentos Word adjuntos con el siguiente texto en el asunto: “1er. Concurso Llamamiento Argentino Judío”.         En un primer documento Word se enviará la obra. En el encabezado y en cada hoja debe figurar: «TITULO DE LA OBRA – SEUDÓNIMO (con el que se participa)«         Un segundo documento Word con el título: “PLICA – seudónimo (con el que se participa)” debe contener los siguientes datos indefectiblemente: seudónimo, nombre y apellido, edad, número de documento, título del trabajo presentado, domicilio, teléfono y correo electrónico (recomendable). 7.          Los trabajos no podrán exceder las tres (3) carillas en letra Arial 12 a doble espacio y numeradas.  8.          Los tres trabajos ganadores -diferenciados en 1er, 2do, 3er lugar y menciones- serán premiados con medallas, diplomas y con la publicación virtual de los mismos en todas las redes del Llamamiento Argentino Judío.  9.          Todos los premios podrán ser declarados desiertos. El Jurado estará conformado por distintas personalidades vinculadas al tema y sus nombres se darán a conocer en el acto de entrega de premios. 10.       Los premios se entregarán en un acto de premiación a realizarse entre los meses de abril y mayo 2022. En ningún caso se enviarán por correo. 11.       El fallo del Jurado será inapelable.  12.       La participación en el presente concurso implica el conocimiento de las bases y su total aceptación. IMPORTANTE: El no cumplimiento de las presentes bases implicará la descalificación automática del trabajo presentado. 13.       El Llamamiento Argentino Judío se reserva el derecho de incluir los trabajos en sus redes sociales u otros medios gráficos, radiales y televisivos como así también formar parte de un potencial libro.  14.       Se establece como fecha y hora tope para recepción de los trabajos, el 31 de diciembre de 2021 a las 24 horas. 15.       El resultado del presente concurso será dado a conocer a través de la página Web del Llamamiento Argentino Judío.   16.       Se podrán hacer consultas al correo electrónico:  llamamiento.concurso@gmail.com. Si tenés previsto participar enviando un trabajo, podés completar este muy breve form para tener un número estimativo de participantes. HACER CLICK AQUÍ (Es opcional)

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Shtisel, un mundo de mierda

Lo que otros no te dicen de la serie israelí por correctos o pelotudos Eduardo Blaustein | Socompa (27 de mayo de 2021) Será por un asunto de corrección política, todos educaditos, pero nadie habla de la muy vista serie israelí como se lo merece. O al menos como la interpreta el autor de esta nota. Qué refleja Shtisel acerca del mundo de los ultraortodoxos en Israel, gente muy religiosa y muy pilla, dada al choriplanerismo religioso. Tiene bastante de telenovela clásica, de esas tipo Migré que conocimos en los 60 y 70, y a veces hasta de culebrón tropical. Solo que se habla en distintos formatos de hebreo e ídish. No aporta casi nada de nuevo al arte de la puesta en escena, ni de la fotografía, ni de la narración, aunque sus diálogos –en general breves- son sutiles, inteligentes, muy eficaces, mejor editados. La serie de vez en cuando conmueve –sobre todo cuando sus personajes son capaces de salir de las trampas que se autoimponen-, engancha, pero sobre todo (así le sucede a quien escribe) irrita un montonazo. Eso dependerá de quien la vea. La mayor parte de las actuaciones van de muy buenas a extraordinarias, im-pre-sionantes, y quizá más se conmuevan ante esas actuaciones los judíos que todavía guardan alguna memoria remota de las gestualidades, inflexiones, sabores e intimidades de lo ídish. Ayuda mucho a la serie su componente “antropológica” que muchos verán como colorida o puramente exótica. Shitsel se comenzó a rodar con un presupuesto rata y hasta con grabaciones distantes por falta de financiación. Hasta que terminó convirtiéndose en uno de esos malditos nichos de mercado y fue comprada por Netflix. En Netflix lo judío ya aparece como un renglón o sección específica de ficciones a vender, mientras que Amazon compró la franquicia para adaptarla a Nueva York. La serie no tiene nada de espectacular, ni de original, salvo –no es poco- su temática, sus personajes, su muy cuidada mesura, su sensibilidad y su inteligencia. Nada extraordinario, pero es a la vez una buena, pero muy buena serie. Sin embargo, lo que nos convoca a escribir aquí es hacer algo sobre la serie que no hemos visto o leído en las redes: hacer de Shitsel una lectura que no pase exclusivamente por lo colorido o lo existencial, sino hacer una lectura política. Shtisel es una serie israelí que se desarrolla en el barrio de Geula, en Jerusalén. Ese barrio medio fulería, en la real realidad –como decía Gasalla- está poblado mayoritariamente por haredim, corriente dominante de los judíos ultraortodoxos. El 20 por ciento de ellos vive bajo la línea de pobreza. Alerta spoiler: porque no quieren laburar. Los Shitsel pertenecen a una de esas familias ultraortodoxas. Obviamos acá la parte de los vestuarios: levitas y sombreros negros, barbas enormes, peyes o peyot (los rulos que llevan sobre las sienes, precepto bíblico). Casi todos son rabinos, todos se la pasan estudiando el Talmud, solo aspiran a enseñar o trepar en sus yehsivot –escuelas religiosas-, mientras las mujeres sostienen la reproducción cotidiana: lavan, planchan, paren, cocinan, atienden a los caprichos de sus maridos, aunque se las ingenian también para empoderarse y –casi tanto como los masculinos- manipular a maridos, hijos o ajenos. Lo fundamental de la serie es el retrato de la vida cotidiana de una familia ultraortodoxa. Un mundo del año 1000 en Sefarad/España, aunque allí las cosas eran más luminosas gracias a la convivencia con los árabes, la cultura más dinámica y brillante de la época. Un mundo entonces del siglo XV o XVI en alguna aldea de Europa Oriental, donde según más de un autor judío los espíritus más libres eran los judíos pobres, los menos estudiosos y religiosos. Estos Shtisel, en cambio, viven torturados, presionados, llenos de culpas por supuesto, horriblemente pendientes del qué dirán. Como los ultraortodoxos de la real realidad, los Shtisel viven al margen de la sociedad, el Estado y todo Occidente. Todo lo lejos que puedan de la televisión satánica, la ciencia, la tecnología y el sexo y regidos por la autoridad indiscutible del Señor, la Torá y las infinitas, laberínticas autoridades rabínicas. Ya veremos que eso de vivir lejos de los beneficios del Estado y la ciencia –en la real realidad- es relativo. Esta gente no conoce la palabra amor ni enamorarse (“¿De dónde sacaste esa palabra?”, dice una madre a su hijo en algún capítulo). Los matrimonios –urgidos pues hay que multiplicarse y ser severos y cumplir los ritos- se conciertan mediante casamenteros y para casarse bastan dos o tres citas. Si no te arreglaste con eso o sos un loco o un desastre descarriado de la grey. Nada de tocarse los cuerpos antes del casamiento. Nada de nada, nada mal. Si en el contexto de reglas religiosas o culturales despiadadas hay un fracaso, eso debe ocultarse. Si una mujer es engañada o dejada, debe ocultarse. Si en el matrimonio hay un disgusto, una discusión, un malestar, debe ocultarse. A continuar los hombres con sus insufribles estudios infinitos y las mujeres a la cocina. Tal como se pinta en la serie, el barrio de Geula es feo. Paredes sucias cubiertas de afiches –ídem las cabinas telefónicas- y esos afiches, otra vez, en la vida real, son denuncias que se intercambian los ultraortodoxos por incumplir reglas o mandarse presuntas cagadas. Los departamentos en los que viven los Shitsel no solo son austeros, son horribles. Paredes color crema barata, muebles y sábanas de los peores negocios (o del peor Once), los objetos justos y bien vulgares, las mujeres con pelucas vestidas de manera deplorable, no sea cosa de incitar a la tentación. Ahí va una de esas reglas: el recuerdo en un episodio de la mujer que se lloró todo, toda una noche, porque se le corrió la peluca ante los otros. Shtisel muestra un mundo del orto (pero doxo), asfixiante, de gente torturada que ríe muy pero muy poco, y menos acaricia o besa, que no puede tomarse libertades ni autonomías. Que no ve la tele, ni va casi al cine (y si va debe negarlo), ni al teatro. Gente que ante cada problemita o problemón acude a la palabra inapelable

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Un llamado a los hijos de Israel

Por: Jorge Buzaglo (desde Stensveden, Suecia) Según el historiador norteamericano Juan Cole, Mahoma admiraba a lo que él llamaba los hijos de Israel, manifestándose claramente en favor del pueblo judío (ver J. Cole, Muhammad, Nueva York, 2018, pág. 69 y ss.). El Corán contiene muchas referencias a los judíos y al judaísmo. Según el investigador y cabalista israelí Avi Elqayam, el Moisés bíblico es la figura que más influyó en la concepción del Islam. Elqayam da como ejemplo el hecho de que Moisés es la persona más comúnmente mencionada en el Corán. Según Elqayam, Mahoma construyó el Islam a partir del judaísmo (ver entrevista con Avi Elqayam en: Ariel Horowitz, “The Important Dialogue Today is Between Mecca and Jerusalem,” [El diálogo importante hoy es entre La Meca y Jerusalén], Tikkun, 28 de febrero de 2019). Sūratu bani Isra’il [Los hijos de Israel] es la decimoséptima sura [capítulo] del Corán. Esta sura contiene un mensaje profético de Mahoma a los hijos de Israel. Más abajo reproducimos los versículos 2 al 8 de la sura, aquellos que hablan directamente a los hijos de Israel. Intentaremos luego explorar e interpretar el significado más hondo de este texto altamente cargado de sentido. Vale la pena analizar con cuidado y reflexionar detenidamente sobre estas palabras de un profeta inspirado, cuyo mensaje alcanzó tan profundamente y durante tanto tiempo a tantas personas, y lo hace todavía hoy. Nuestra interpretación intenta hallar un significado y una verdad cuyo sentido puede contribuir a proporcionar una base común para la comprensión y la paz. El mensaje a los hijos de Israel Según el Corán, Mahoma escuchó la voz de Dios decir: 17: 2 Y [así, también], transmitimos la revelación a Moisés, y la convertimos en una [fuente de] guía para los hijos de Israel, [ordenándoles:] «No atribuyan a nadie más que a Mí el poder de determinar vuestro destino,  17: 3 ¡Oh vosotros, descendientes de aquellos que llevamos [en el arca] con Noé! ¡Noé era por cierto un siervo muy agradecido [de nosotros]!” 17: 4 E hicimos saber a los hijos de Israel a través de la revelación: «¡Dos veces difundirás la corrupción en la tierra y te llenarás de soberbia!» 17: 5 De aquí que, cuando se cumplió la predicción del primero de esos dos [períodos de iniquidad], enviamos contra ustedes a algunos de Nuestros siervos de terrible destreza en la guerra, y causaron estragos en toda vuestra tierra: y así se cumplió la predicción. 17: 6 Y después de un tiempo, permitimos que prevalecieras contra ellos una vez más, y te ayudamos con riqueza y descendencia, y te hicimos más numerosos [que nunca]. 17: 7 [Y dijimos:] «Si perseveran en hacer el bien, se harán bien a ustedes mismos; y si hacen el mal, se harán mal a ustedes mismos». Y así, cuando se cumplió la predicción del segundo que te humillaran por completo, y que entraran al Templo como [sus antecesores] habían entrado una vez antes, y que destruyeran con absoluta destrucción todo lo que habían conquistado. 17: 8 Tu Sustentador bien puede mostrarte misericordia; pero si vuelves [al pecado], volveremos [a castigarte]. Y [recuerda esto:] Hemos ordenado que [en el más allá] el infierno se cierre sobre todos los que niegan la verdad. (Esta cita es nuestra traducción de los versículos 17: 2 al 17: 8 del Corán, en la versión de Muhammad Asad [Leopold Weiss], The Message of the Qur’an [El Mensage del Corán].) El primer mandamiento Mahoma inicia su llamado en el citado versículo 2, recordándoles a los hijos de Israel el primer mandamiento de la Torá. Mahoma ha escuchado la voz de Dios diciendo a los hijos de Israel: No atribuyan a nadie más que a Mí el poder de determinar vuestro destino.Esto puede verse como una interpretación o variante del primero de los diez mandamientos de la Torá judía: No tendrás otros dioses delante de mí, reproducido en Shemot [Éxodo] 20: 1-17 y Devarim [Deuteronomio] 5: 4-21. Como señala Mahoma en el mismo verso, esto es parte de la revelación de Moisés en el Monte Horeb [Sinaí]: Y así, también, transmitimos la revelación a Moisés, y la convertimos en una fuente de guía para los hijos de Israel. Moisés transmitió esta revelación (junto con los otros mandamientos) como guía  para los hijos de Israel. De acuerdo con Shemot 24: 12-13, Dios dio a Moisés las tablas de piedra con los diez mandamientos que este debería enseñar a su pueblo. (Junto con Moisés, el siguiente tercer verso de la sura alaba también a Noé, quien ayudara a salvar a los antepasados de los hijos de Israel). ´ Ambos mandamientos, en el Corán y en la Torá, llaman a la independencia y la libertad. Las palabras del Corán leen: No atribuyan a nadie más que a Mí el poder de determinar vuestro destino. Los seres humanos no deben subordinarse, someterse, esclavizarse a nada o nadie (excepto a Dios). En el primer mandamiento de la Torá, Dios dice: No tendrás otros dioses delante de mí. Los seres humanos deben rechazar someterse a todo culto o creencia en seres u objetos superiores con cualidades sobrenaturales. Todas las formas de fetichismo e idolatría obstaculizan la libertad humana en la búsqueda de la verdad. El primer mandamiento contiene también un llamado que parece imponer una forma radical, casi científica de escepticismo: No te harás ningún ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No los adorarás ni los servirás. Dios mismo, o la Verdad, permanece invisible a los seres humanos. Es el Ser o Realidad permanente, eterna e infinita; más allá del entendimiento humano; más allá de todas las categorías y descripciones posibles. Esto se refleja en el hecho de que en la Torá, Dios es inefable: הוהי [YHWH]. Es una palabra impronunciable, que se lee como Adonai, en referencia al misterio inaccesible del Ser. La Cabalá, la tradición judía metafísica y teosófica, aspira a acercase a Dios mediante la

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