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Una sociedad compleja

Fuente: Hugo Presman | Blog de Hugo Presman Fecha: 27 de DIC 2018 Una oposición fragmentada en busca de una unidad aún lejana. Un oficialismo que tiene todos sus números en rojo, cuya evaluación después de tres años es un atropello superlativo contra la sociedad. Una oposición en la que hay cómplices y colaboracionistas con el gobierno, que han permitido que Mauricio Macri cumpla buena parte de sus objetivos que son el parte de guerra de una derrota para la mayoría de los argentinos. Un gobierno que destruye buena parte de la industria, cierra escuelas, desfinancia a las universidades públicas, considera innecesarias las universidades populares del conurbano porque los pobres no llegan a la universidad contrariando toda evidencia; arrincona a la ciencia, amputa derechos, endeuda al país colocándole una soga al cuello del futuro; va por su reelección y sus posibilidades son muy superiores al escenario de tierra arrasada que ha consumado. Un sector de la oposición que durante buena parte de estos tres años y aún al finalizar el 2018, consideró que el adversario era Cristina Fernández y no Mauricio Macri. Un modelo excluyente que deja afuera muchos de los presuntos beneficiarios empresariales. Un gobierno que ha hecho de la mentira no una excepción sino un sistema. Que va a contramano del mundo al tiempo que se enorgullece de entrar al mundo que lo elogia superlativamente  porque ha convertido al país en el paraíso de los capitales especulativos. Que mendiga inversiones que descontaba, mientras desregula el movimiento de capitales haciendo que lo que se fuga o se atesora, equivale a los dólares que entran como deuda. Como muy bien sintetiza el periodista Claudio Scaletta: “Lo que ingresa por la ventanilla de la deuda se va por la canaleta de la fuga”. Una oposición que le pide la rectificación de la política económica como si no comprendiera que CAMBIEMOS no viene a hacer lo que está haciendo, porque por primera vez llegó el establishment económico por vía electoral para terminar con el empate histórico entre dos modelos. De ahí su consigna: “Haciendo lo que hay que hacer”: bajar salarios y jubilaciones, ser el ejecutor de las políticas del FMI, transferir recursos desde la base hacia arriba, beneficiar a los sectores financieros, a los agro-extractivos, a las concesionarias. Es tan excluyente que una parte del establishment también queda afuera, aunque su ceguera ideológica los lleva a seguir apoyando, en una actitud suicida, atrincherándose en el espantapájaros del populismo que le bajan desde EE. UU como la lucha continental. Como gladiadores del circo romano, se acercan al presidente y le dicen en su inconciencia: “Ave Cesar Mauricio Macri: los que van a morir te saludan” El gobierno y los gigantescos medios privados colaboracionistas han hecho de la corrupción el caballito de batalla más corrosivo. Que el “círculo rojo” y sus medios, y que un gobierno de empresarios y Ceos sean los adalides de la batalla contra la corrupción, es tan patético como que Jack el Destripador diera lecciones de derechos humanos y cirugía. Diariamente miles de camiones atmosféricos se vuelcan sobre la sociedad para que periodistas mercenarios, en los que confluyen ineptitud e ignorancia, procesen las heces derramadas y las transformen en “verdades de a puño” como las de Fernando Carnota, quien puede decir indignado y sin que sus restantes compañeros de mesa lo contradigan, que el kirchnerismo “se robó dos PBI”. Hablo de un gobierno que ha mentido sistemáticamente, que ha arrojado al barro sus tres banderas electorales: pobreza cero (la que incrementó considerablemente); unir a los argentinos (mientras fomenta la división y el resentimiento), éxitos en la lucha contra el narcotráfico (desmentidos por su principal aliada Elisa Carrió). Un gobierno que se vanagloria publicitariamente de salvarnos de una crisis y del default y que al final de su mandato nos deja en la necesidad de reestructurar la deuda contraída o declarar default liso y llano en el 2020, y una crisis real cuya salida dejará atrás un desierto. Una sociedad donde el dirigente sindical Rubén Darío “el pollo” Sobrero propone un gobierno socialista y coincide con el ultraliberal economista Javier Milei que entre otras medidas propone la supresión de la participación del Estado en la economía y la eliminación del Banco Central, en un fraternal diálogo en el escenario televisivo propicio de Mauro Viale. Un gobierno con su republicanismo de cartón, donde los jueces que dictan fallos que van contra sus propósitos son denunciados ante el Consejo de la Magistratura y donde se intenta una Corte Suprema adicta que por el momento ha sido un disparo en los pies. Un gobierno con una política exterior de rodillas ante los poderosos y que pretende disputar con Brasil el papel de Israel y Arabia Saudita en el Medio Oriente. Un gobierno que hasta renuncia al reclamo de soberanía de Malvinas. Lo que es coherente con la entrega de vastos sectores territoriales. Contradictoriamente, se llega a un diciembre del peor año desde el 2001, sin saqueos, ni asaltos a supermercados por la política “populista” de distribución masiva de alimentos en los lugares más explosivos. Esto revela también que el gobierno tiene en determinadas circunstancias olfato político muy lejos de ser confundido con sensibilidad social. Paradojalmente es un gobierno que abrió una Caja de Pandora con las fotocopias de los cuadernos para destruir al kirchnerismo bajo la imputación de asociación ilícita, pero que tiene como daño colateral que excepcionalmente los poderosos tengan que pasar por Comodoro Py a través de un juez como Claudio Bonadío, quien como Sergio Moro en Brasil, parece responder a políticas judiciales originadas en EE.UU. El intento de disminuir el riesgo judicial de los empresarios y CEOS no disminuye la muesca que en la impunidad del poder económico plantea la situación. El gobierno, y por lo tanto la sociedad, están sentados sobre una bomba neutrónica y el único objetivo del macrismo es llegar a las elecciones de octubre del 2019 sin estallar.  Y, sin embargo, el gobierno sin ningún éxito, puede llegar a ser reelecto, si la oposición se onaniza. La

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Milagro absuelta: “Todo es parte de una persecución política y judicial”

Fuente: Sabrina Roth | Nuestras Voces Fecha: 27 de DIC 2018 Las juezas Claudia Cecilia Sadir, Liliana Pellegrini y Mónica Cruz Martínez dictaron por unanimidad el sobreseimiento de la dirigente social Milagro Sala y de Alberto Cardozo, otro preso político de Jujuy. Fue en la causa que se conoce como “La balacera de Azopardo”, en la que habían involucrado a Sala en una causa de homicidio 11 años después de que se iniciara con un falso arrepentido. Se cae otra acusación en la estrategia de Gerardo Morales y Mauricio Macri de judicializar la pelea política. “Se demostró que todo lo que vengo sufriendo es parte de una persecución política y judicial”, dijo Milagro Sala apenas se conoció su absolución en la causa. Minutos antes de conocer la sentencia, Sala le dijo al tribunal: “Ustedes siéntanse libres de la decisión que tomen, porque ustedes se quedan acá y los gobiernos se van. Los gobiernos que toman alguna determinación para perseguir a algunos sectores políticos que no están de acuerdo con lo que ellos piensan, así que siéntanse libres de tomar la decisión”. En ese marco, Elizabeth Gómez Alcorta, una de sus abogadas, señaló: “La sentencia de este jueves no sólo tiene importancia en relación a los imputados que fueron absueltos sino que deja al descubierto y cristaliza el modo en que de han armado todas las causas contra Milagro, especialmente esta. Quedó demostrado cuál es el modo que usó el juez Pablo Pullen Llermanos en la persecución contra Milagro; cuál fue el rol del fiscal Diego Cussel; cómo han puesto sus funciones al servicio del poder político. También quedó al descubierto que no tuvieron ningún límite a la hora de extorsionar y torturar a otras personas en el marco de la persecución. Es una sentencia clave en esto que venimos sosteniendo hace tres años y que fuimos desarmando en cada causa, particularmente en esta que tiene un nivel de paroxismo increíble. Se echó luz sobre el accionar político judicial que comanda el contador Gerardo Morales”. En el mismo sentido, Paula Alvarez Carreras, también defensora de Milagro Sala, explicó: “El tribunal tuvo la clara convicción que no había ningún elemento de prueba para que Milagro sea condenada en esta causa que fue armada. Quedó evidenciada la complicidad tanto del Ministerio Público de la Acusación con los jueces para contribuir a la construcción de causas para perjudicar a la dirigente”. La causa Tres acusados: Fabián Ávila; Alberto Cardozo -víctima de los hechos que se juzgaron y hasta 2016 el denunciante- y Milagro Sala, cuyo nombre no apareció vinculado a la causa hasta once años después del episodio. Dos meses de audiencias. Veintiséis testigos. Uno de los principales responsables de lo que se conoce como “La balacera de Azopardo“, Jorge Rafael Páes, fue sobreseído por el fiscal Diego Cussel y el juez Pablo Pullen Llermanos después de acusar a la dirigente social como responsable de los hechos. Durante el juicio oral quedó expuesta la trama de extorsión detrás del armado de la causa y se vieron al desnudo las mentiras de Páes. Los fiscales durante el debate oral y público, Cussel y Marcelo Cuellar, recibieron durante la etapa de alegatos lecciones de ejercicio del derecho por parte de los abogados defensores que cuestionaron duramente la arbitrariedad de la acusación y del pedido de pena. Si bien en Nuestras Voces anticipamos el armado de la causa, durante el juicio se conocieron los detalles de cómo se llegó a la declaración de Jorge Rafael Páes, cuya verdad no pudo sostener en el proceso por las propias contradicciones internas y externas del relato. Pero además se conocieron los pormenores de la trama de extorsión contra Fabián Ávila y Alberto “Beto“ Cardozo que también se expuso en notas anteriores. Los hechos que se investigaron durante este proceso ocurrieron el 27 de octubre de 2007 entre las 10.30 y las 11.30 de la mañana en el barrio San Francisco de Álava. Alberto Cardozo se encontraba en la calle. Se dirigía a una carnicería para saludar a su sobrina a quien había visto entrar al local con la madre y una amiga de la niña. Era el día previo a los comicios y en la esquina se montó un centro de información electoral. Cardozo en ese entonces trabajaba en la Municipalidad de San Salvador de Jujuy. De pronto un Clío rojo se detuvo abruptamente. Tal como indicaron en la etapa de instrucción y ratificaron durante las audiencias del juicio oral, tres testigos señalaron que bajaron del vehículo Fabián Ávila y Jorge Rafael Páes y los vieron disparar contra Beto, que se refugió detrás de un árbol. De pronto, empezaron a escucharse gritos desde la carnicería. La menor Soraya Pamela Belén Centella, de 11 años, fue herida en el abdomen por una de las balas. Los atacantes huyeron y Alberto Cardozo con la ayuda de otras personas cargaron a la niña en su auto y la llevaron al Hospital Pablo Soria donde fue operada de urgencia. Luego fue trasladada al Hospital de Niños donde sufrió una segunda intervención. Lograron salvarle la vida. Ese mismo día, a las 12.37 del mediodía, Cardozo hizo la denuncia en la seccional sexta de la Policía Provincial. A partir de entonces se inició el expediente, idas y vueltas, distintos jueces y fiscales. Tanto Ávila como Páes fueron procesados en primera instancia por tentativa de homicidio, y luego el fallo fue ratificado por la Cámara de Apelaciones. En julio de 2015 Ávila fue detenido. La causa pasó algunas semanas después a manos del juez Pablo Pullen Llermanos. En febrero de 2016 fue capturado en Tartagal Jorge Rafael Páes, que estuvo prófugo más de dos años. En 2016, Alberto Cardozo que hasta entonces había sido víctima del ataque y denunciante en la causa, pasó de la noche a la mañana a ser victimario. El juez Pablo Pullen Llermanos ordenó su procesamiento e inmediata detención. En su alegato, el abogado Juan Cabezas, defensor de Cardozo, señaló: ¨En este proceso mi asistido pasó de denunciante a imputado sin que en el

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Hasta siempre

Fuente: Silvina Freira | Página 12 Fecha: 26 de DIC 2018 La patria de Osvaldo Bayer es la rebeldía. “Me he propuesto no tener piedad con los despiadados. Mi falta de piedad con los asesinos, con los verdugos que actúan desde el poder, se reduce a descubrirlos, dejarlos desnudos ante la historia y la sociedad y reivindicar de alguna manera a los de abajo, a los que en todas las épocas salieron a la calle a dar sus gritos de protesta y fueron masacrados, tratados como delincuentes, torturados, robados, tirados en alguna fosa común”, explicó el queridísimo periodista, historiador y escritor, que tuvo acaso un último “gesto” de rebeldía: morir el día de la Nochebuena, a los 91 años, en El Tugurio, su casa sobre la calle Arcos, en el barrio de Belgrano. El viejo rebelde, que prometió que viviría hasta los 100 años, deja una obra fundamental para la cultura política argentina: La Patagonia Rebelde y la biografía de Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia. Osvaldo vivió luchando por un país más democrático e igualitario desde muy joven, cuando denunció la explotación y muerte de peones rurales en la Patagonia y demostró cómo las familias patricias y los sectores dominantes oprimen a los obreros y trabajadores. Siempre alzó la voz con coraje, valentía, coherencia y una ética que lo convierten en el último gran anarquista del siglo XX. Las amenazas, la persecución y la censura de la Tripla A lo obligaron a exiliarse en Alemania, desde donde denunció el terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar. La tristeza no tiene fin en estas fiestas, las primeras sin Osvaldo. Había nacido el 18 de febrero de 1927 en la provincia de Santa Fe. Se negó a hacer el servicio militar y a modo de castigo lo destinaron a barrer y encerar pisos de los despachos de los oficiales durante dieciocho meses. En 1952 estudió Historia en la Universidad de Hamburgo (Alemania). En la ciudad de Esquel, en Chubut, fundó junto a Juan Carlos Chayep La Chispa, un periódico del que circularon solo ocho números, entre el 20 de diciembre de 1958 y el 4 de abril de 1959, que el sello Editores Ignorantes publicó en una notable edición facsimilar. No viene mal recordar que la primera edición La Chispa desplegó una serie de notas de investigación que explican paso a paso el despojo de las tierras del Cushamen mediante tretas comerciales, en el que estaban implicados comerciantes locales y Julio Telleriarte, que luego sería elegido diputado provincial por la Unión Cívica Radical (UCR); las mismas tierras que hoy sigue reclamando la comunidad mapuche a su nuevo dueño, Benetton, y que en febrero de 2017 terminó con una salvaje represión de la gendarmería contra los integrantes de esa comunidad. La vida de Osvaldo es una catarata de anécdotas trenzadas por la atípica convivencia de la ingenuidad y la radicalidad. Un año después de haber ingresado a Clarín –donde realizó la primera huelga en la historia de la redacción de ese diario– viajó a Cuba como secretario general del Sindicato de Prensa, invitado al primer aniversario de la Revolución, en 1960. Y se reunió con el Che Guevara, quien durante dos horas y media habló sobre cómo haría la revolución en Argentina. Casi nadie de los presentes se animaba a preguntar o balbucear algún comentario. Excepto uno. “Compañero Che, es muy interesante, hasta poético lo que usted nos ha relatado, pero la represión en la Argentina es más dura que la del dictador Batista en Cuba –le retrucó Bayer–. Son fuerzas de represión muy importantes, torturan, asesinan, tienen las armas más sofisticadas y modernas”. El Che lo miró muy fijo y luego de un silencio prolongado le respondió: “Son todos mercenarios”; frase que para el historiador en ciernes fue como si le dijera “no hay que tenerlos en cuenta”. La espina de esa intervención se clavó en el imaginario del entonces joven Bayer. “Así que quedé muy mal conmigo mismo –le confesó muchos años después al periodista Julio Ferrer–. Porque digo, qué le estoy poniendo impedimentos a alguien que hizo la revolución. No tengo ningún derecho (…) Siempre pensé que para qué le hice esa pregunta; era una pregunta demasiado racional”. Para colmo de males, Susana “Pirí” Lugones se coló en un agasajo al Che, acompañada por Bayer. Aunque la guardia cubana dejó entrar a “Pirí” sin invitación, el que pagó “los platos rotos” fue Osvaldo. Lo acusaron de jugar con la seguridad del Che y lo expulsaron de la isla. Recién pudo volver en 1995. Luchador infatigable que viajaba por los pueblos de todo el país para acompañar las causas contra los genocidas del pasado –ya sea el genocidio contra los indios como contra los militantes políticos en los años 70–, lo que vamos a extrañar de Osvaldo es su extrema persistencia, ese no bajar los brazos ni embargar la voz, aun en las peores condiciones políticas. Esa maestría con la que peleaba, con la palabra como su principal arma de combate. En la ciudad bonaerense de Rauch promovió una consulta en 1963 para cambiar el nombre del coronel prusiano por “Arbolito”, el nombre del indio ranquel que le había dado muerte. Terminó detenido por orden del general Juan Enrique Rauch, ministro del Interior de la dictadura, bisnieto de Federico Rauch. Estuvo 62 días preso en la cárcel de mujeres de la calle Riobamba. Investigó durante más de diez años la historia de los 1500 obreros rurales de Santa Cruz asesinados entre 1920 y 1921. Tuvo la suerte de encontrar a muchos sobrevivientes entre los soldados fusiladores, suboficiales y estancieros. La Patagonia Rebelde es el volumen que reúne los cuatro tomos de Los Vengadores de la Patagonia Trágica, publicados los tres primeros en Argentina, entre 1972 y 1974, y el cuarto tomo fue editado en Alemania, en 1978. “Por Dios, patria y hogar”, los tres primeros tomos La Patagonia Rebelde fueron quemados. “Jamás se hizo nada contra los quemadores de libros; no se hizo una reivindicación de

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El Objetivo de la derecha: Expulsión

Fuente: Amira Hass | Haaretz Fecha: 25 de DIC 2018 Las insinuaciones del saliente Jefe de Estado Mayor de las FDI Gadi Eisenkot son aterradoras incluso si no dicen nada nuevo, especialmente para aquellos que ven a Yeshastán, el conglomerado de colonos, haciéndose más grande, más rico y mejor armado. No es nada nuevo que la derecha de los colonos y la derecha sionista-religiosa estén presionando por expulsión, la escalada y la guerra. ¿Por qué la derecha de los colonos (incluso los que viven en Ra’anana) quieren la guerra? Aquí se necesita una explicación muy clara y detallada porque los niveles de represión cognitiva entre las personas que viven al oeste de la Línea Verde son altísimos. La derecha de los colonos no se conforma con la habilidad  para el robo sancionada por el Estado demostrada por los organismos oficiales: quiere más. Y el «más» es crear situaciones que permitan la expulsión masiva de palestinos. El caos de la guerra permitirá a los israelíes trasladar a los palestinos más allá de la frontera, no solo dentro de Cisjordania (como lo pide Habayit Hayehudi en un proyecto de ley, que busca normalizar el despreciable término expulsión). El objetivo del régimen colonial de los colonos israelíes no es matar a tantos palestinos como sea posible. Esto no es un cumplido; más bien, es una introducción esencial para entender las intenciones políticas sólidas. El asesinato de palestinos fue y es un medio para el fin de expandir la propiedad sionista sobre las vidas arruinadas de los palestinos. Matar es un medio legítimo para Israel, como lo son las redadas nocturnas, el encarcelamiento de dos millones de habitantes de Gaza, la expropiación de tierras a ambos lados de la Línea Verde y la asfixia económica. Este asesinato casual de un hombre de negocios de 60 años en camino al trabajo, de manifestantes detrás de la cerca de alambre de púas del campo de concentración en Gaza, así como de los sospechosos de asesinato, aún no acusados, es posible gracias a nuestra cultura de la impunidad, la cultura de «nosotros (los judíos) estamos por encima de cualquier ley». Matar es un medio que los soldados y la policía utilizan alegremente, porque han sido alimentados desde la infancia con una mezcla mortal de miedo a los palestinos y desprecio por aquellos a quienes robamos las casas y las seguiremos robando. El desdén hace que el robo sea más natural. Israel abandonó la generosa oportunidad de oro que recibió de los palestinos en 1994, y en lugar de permitir el establecimiento de un estado palestino junto a él, Israel decidió atenerse a sus características de colonizadores y mejorarlas. Así, bajo el paraguas de las negociaciones, Israel creó los enclaves palestinos. En los últimos años, estos enclaves se han convertido en la contemporización  israelí entre el deseo de ver desaparecer a los palestinos y la comprensión de que la situación geopolítica no permite una repetición de 1948. Los  colonos y la derecha religiosa exigen la anexión del Área C, el 61 por ciento de Cisjordania que envuelve a los enclaves. Es decir, hacer ahora, abiertamente y de una vez, lo que el derecho no mesiánico (en primer lugar, el Partido Laborista) ha estado haciendo mediante la aplicación hábil del método «otro dunam*, otra cabra», fuera de los focos, mientras que se seguía hablando dulcemente de paz. La derecha de los colonos no se conforma con los métodos legales de robo de tierras y hogares desarrollados por los organismos oficiales. En un momento dado, un vaquero judío expulsa a un pastor palestino, un grupo de colonos que construyen una carretera en una tierra que no es la suya, una nueva casa prefabricada que se transporta a un puesto de avanzada. Cada surco de tierra en Cisjordania y cada casa en Jerusalén Este son presas de los apetitos victoriosos de los príncipes de Yeshastán. Los judíos de Yeshastán que han estado gritando amargamente durante las últimas dos semanas que son «patos sentados»**, saben muy bien que son los israelíes mejor protegidos, más densamente acolchados. Hicieron un espectáculo de histeria para provocar una escalada y volver al plan maestro que espera en el cajón. La derecha de los colonos también codicia a los enclaves palestinos. Hebrón vacío de sus habitantes palestinos es el modelo. En cualquier caso, la falta de un futuro en los enclaves (en primer lugar en Gaza) ya está alentando a los jóvenes y profesionales a emigrar. Ningún derecho internacional y ningún país que apoyó a Oslo detuvo el galopante proyecto de asentamiento israelí. Y así, la conclusión de la derecha de los colonos es que el próximo paso natural, la expulsión masiva de palestinos, es posible, geopolíticamente, y no hay ninguna entidad internacional que se interponga en su camino. Traducción: Dardo Esterovich *Unidad de superficie equivalente a 1000 m2 (N. del T.) ** Dicho israelí equivalente a blanco fácil (N. del R.)      

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La navidad de un judío

Fuente: Jorge Elbaum | www.institutopatria.com.ar   Fecha: 24 de DIC 2018 Voy a brindar como Ieshua (así se llamaba y ese fue el único apelativo que escuchó en su vida). Como su madre Miriam, habitante de una Galilea ocupada por los pretores del sometimiento, la mezquindad y la opresión. Hasta su nombre le robaron para reconfigurarlo en el juego de la domesticación y la entrega a los poderosos. Los romanos del imperio lo rebautizaron en latín antiguo –lengua de los invasores– como Jesús, apelativo de un idioma desconocido para el propio Ieshua, lengua con la que se comunicaban quienes lo asesinaron. Cuando llegó a lo que Ieshua consideraba el sagrado Tempo de Ierushalaim (Jerusalém es el nombre en latín) expulsó a los mercaderes y a los sacerdotes fariseos que se habían vendido a los romanos, esos que se volvieron socios en la opresión a su propio pueblo (algo similar a la DAIA de hoy). De ese Templo, en el que Ieshua descargó su furia contra los empleados de los opresores, solo sobrevivió una de sus paredes, la occidental. Esa pared es la que se conoce como el Muro de Los Lamentos. Frente a la destrucción del Templo algunos lloraron junto a sus piedras, pero otros –como los combatientes de Metzadá–, decidieron enfrentar al imperio en forma militar, y eligieron morir colectivamente antes que ser tomados como esclavos. Hoy y mañana voy a levantar mi copa, con quienes conmemoran el renacimiento caprichoso de la esperanza humana. Su hilacha de ilusión, su compromiso de futuro creativo, su abrazo solidario y su entrono de vida pacificada. Pero no voy a olvidar a quienes fueron asesinados, como Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. Ni a quienes son rehenes (Presxs Políticxs) del régimen neoliberal represivo. No voy a obviar el recuerdo vívido de los gases que enturbian el aire, las balas de goma y de plomo y las sistemáticas reducciones salariales y jubilatorias. Esta Navidad, al igual que las cuatro últimas, se anuncian con nuevas extorsiones para los más vulnerables y automáticos beneficios para los más pudientes. Con risas sucias clavadas en los acomodaticios salones del poder. Con revanchismos mediático-judiciales dirigidos hacia quienes intentaron contribuir a una Patria más inclusiva. Con acosos perversos contra quienes se atrevieron –y se atreven– a resistir la recurrente invasión imperial. Esta Navidad se da en un contexto de lenguajes y pátinas neoliberales, “meritocráticxs”, desplazados en versículos de un dogma fariseo que endiosa a todos los repetidos becerros de oro y que al mismo tiempo insiste en la asociación apócrifa del dinero con la belleza y la verdad. La paradoja de la Navidad es que supone la supremacía de la vida y la autenticidad, el trabajo por sobre la malevolencia y el desprecio. La fraternidad y la sororidad por sobre quienes se perciben como seres incontaminados con los dolores de lxs otrxs, lxs actuales crucificadxs. Eso es lo que hace que para muchxs de nosotrxs este sea un brindis presencial de millones de personas unidas por hilos invisibles de afecto tierno, que paralelamente siente el descontento con el mundo que los rodea. Eso es lo que hace que nos sintamos parte –incluso sin conocernos—de un abrazo inquebrantable enfrentado al egoísmo, la crueldad y el cinismo de los romanos / macristas. Con la certeza de ser parte de ese entramado silencioso que se yergue desafiante ante las formas mutantes del imperio es que mañana –a pesar de encarnar un agnosticismos limítrofe con el ateísmo– levantaré mi copa desde el mismo balcón en el que Agustín Tosco exigió Navidad sin Presxs Políticxs hace 45 años. Salú  

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La carta secreta que detalla el plan de Israel para expulsar a los árabes, «sin brutalidad innecesaria»

Fuente: Adam Raz | Haaretz Fecha: 21 de DIC 2018 El documento reproducido aquí es importante por tres razones. Primero, por su contenido; segundo, porque ha sido clasificado; y tercero, debido a la conexión entre la primera razón y la segunda razón, que ofrece una lección sobre las relaciones recíprocas entre la liberación de documentación histórica de archivos y el reconocimiento de la historia. El documento es una carta «secreta» del 4 de diciembre de 1949, medio año después de la conclusión oficial de la Guerra de Independencia (tras la firma del acuerdo de armisticio con Siria). Su autor fue Walter Eytan, el primer director general del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, y su destinatario fue Moshe Sharett, el ministro de Relaciones Exteriores, que se encontraba en Nueva York en ese momento. Eytan informa a su jefe sobre un plan «para expulsar a los residentes árabes de una gran cantidad de lugares» en Galilea y en otras partes del norte del país. Enumera las aldeas: Fasuta, Tarshiha, Jish (donde la mayoría de los habitantes desarraigados de la aldea de Biram habían ido el año anterior), Hurfeish, Rihana, Majdal y Zakariya. Eytan notó que el plan requería la expulsión de más de 10,000 árabes, la mayoría de ellos cristianos, aunque algunos eran drusos (Hurfeish) o circasianos (Rihana). La expulsión debía llevarse a cabo por «razones de seguridad». No se especificó el destino de los deportados. Eytan escribe que David Ben-Gurrión, el primer ministro, ya había aprobado la transferencia de los residentes «por la fuerza a otros lugares», pero quería el acuerdo de Sharett y Eliezer Kaplan, el ministro de finanzas, porque el costo de la operación sería alrededor de un millón de libras israelíes (incluido el reasentamiento de los desarraigados). Eytan había sido informado sobre los detalles del plan por parte de Zalman Lief, un experto en fronteras y tierra, quien asesoró a Ben-Gurrión sobre estos temas. Lief señaló que el plan podría implementarse «sin brutalidad innecesaria». Eytan enfatizó a Sharett que el acuerdo del ministro de Relaciones Exteriores era necesario para la aprobación del plan y agregó su opinión. «Expresé una respuesta fuertemente negativa por razones políticas», escribió a Sharett. «Pensé que era correcto para usted saber sobre el plan ahora, incluso si su destino no se decidirá de inmediato». Durante este período, a menudo, Sharett fue dejado deliberadamente en la oscuridad por Ben-Gurrión y sus colegas. La expulsión, por supuesto, no se llevó a cabo, pero en los años siguientes se hicieron varios intentos de transferir a decenas de miles de árabes cristianos de Galilea fuera del país a Argentina y Brasil (la idea fue descrita como una transferencia por acuerdo, con o sin las comillas). Uno de los planes se llamó «Operación Yohanan» (por Yohanan de Gush Halav -John of Giscala- un líder de la revuelta judía contra los romanos, en el primer siglo EC), que el liderazgo israelí consideró brevemente en 1952-1953, hasta que fue archivada por falta de viabilidad. Como sabemos, la ciudad de Gush Halav (Jish, en árabe) sigue intacta. En los años posteriores a la guerra, hubo una fuerte disputa dentro de la dirección con respecto a la «emigración» de los árabes del país. Moshe Dayan, por ejemplo, pensó que «el país debería ser homogéneo» y apoyó la eliminación de los árabes por la fuerza. No sabemos por qué el plan descrito en la carta no se implementó, aunque probablemente se debió principalmente a las «razones políticas» que Eytan mencionó en su carta. Después de todo, la propuesta implicó la expulsión de habitantes muchos meses después del final de la lucha. Por cierto, en unos pocos años, tanto los drusos (1956) como los circasianos (1958) se integrarán en las Fuerzas de Defensa de Israel como reclutas regulares. (En la práctica, muchos de ellos se ofrecieron como voluntarios para el servicio de las FDI durante y después de la guerra de 1948). El hecho de que Ben-Gurrión insistió en el acuerdo de Sharett para implementar el plan revela algo de las relaciones entre los dos líderes. El desacuerdo político entre las dos principales figuras de Mapai, el partido gobernante y precursor del Laborista, fue un largo camino para determinar el futuro de los dos pueblos que comparten la tierra y la dinámica entre Israel y el mundo árabe. Mientras que Sharett instó a que todos los árabes que permanecieron en Israel fueran reconocidos oficialmente y se les concediera la ciudadanía, con igualdad de derechos, Ben-Gurrión se opuso a la idea e instó a que los árabes sean vistos como una potencial quinta columna; cualquiera que pensara lo contrario era simplemente ingenuo, dijo. Por esta razón, entre otras, se opuso a revocar el control del gobierno militar sobre la población árabe en 1966, durante el período del gobierno de Levi Eshkol. Consideraba que su existencia era una necesidad, contrariamente a la opinión de Sharett y otras figuras importantes. Sharett probablemente compartió la objeción de Eytan al plan de expulsión. La carta de Eytan hasta hace poco se guardaba en un archivo en los Archivos del Estado de Israel titulado «Minorías – Asuntos de organización, religión, política hacia las minorías» (Archivo No. 2402/29). Durante más de 25 años, hasta hace unos seis meses, el archivo había estado abierto al público. El personal del Archivos incluso enviaba un escaneado por correo electrónico a cualquier persona que lo solicitare. (En el presente caso, se envió al Instituto Akevot para la Investigación de Conflictos Israelí-Palestinos, cuya agenda también incluye eliminar los obstáculos que el estado impone a los investigadores que desean descubrir documentación histórica). Pero ahora la carta (junto con una carta de ocho páginas escrita por Bechor-Shalom Sheetrit, el primer y último ministro de minorías de Israel, se ha eliminado del archivo y ya no se puede acceder a ella. Contrariamente a sus obligaciones, el Archivo no explica por qué se eliminaron los documentos, y en lugar de eso, dejan una página en blanco en la que está escrita solo la palabra «clasificado». La carta censurada de Sheetrit

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2019, entre lo real y lo imaginario

Fuente: Ricardo Aronskind | El cohete a la luna Fecha: 16 de DIC 2018 La dominación intelectual del capital financiero sobre buena parte de la sociedad argentina es innegable. Si no, no se podría afirmar sin provocar carcajadas que “la economía se tranquilizó” porque el dólar no está ascendiendo vertiginosamente. O plantear como un objetivo promisorio que “de a poco se podrá ir bajando la tasa de interés”, desde la actual desmesura monetaria. Federico Pinedo ha señalado que al ir bajando la inflación, bajarán las expectativas de inflación. Que las expectativas mejoren no es malo, si además mejora la realidad. Cosa que sería muy buena, si además subieran los salarios. Pero no es esa la idea. Vivimos en un universo discursivo financiero, que impone sus prioridades al resto de los actores sin incluir ninguna de sus demandas. Simplemente, lo real no existe. Economía real, tema menor No es una novedad que la visión de la economía del sector financiero ha ido desplazando a la mirada de otros sectores empresariales de la discusión pública, para no hablar de la perspectiva de los asalariados sobre las carencias del actual modelo distributivo. En los principales medios, la única información económica ronda en torno a la cotización diaria del dólar, a la suerte de las licitaciones y vencimientos de diversos títulos públicos (LELIQs, LEBACs, LETES, BOTES, etc.), a los inextricables avatares del riesgo país, a la evolución posible de la astronómica tasa de interés oficial, o del movimiento de los depósitos en los bancos. Para ampliar el panorama, se incluyen a veces los movimientos de la tasa de interés de los Estados Unidos, los vaivenes de los indicadores bursátiles de Wall Street y eventualmente el último chisme de la “guerra comercial” entre Estados Unidos y China. Pareciera que con eso alcanza para tener un panorama de la economía y del mundo, y para contar con los principales datos para la toma de decisiones. Pero lo único que se obtiene es un panorama circunscripto al mundo financiero, a las principales variables que definen las rentabilidades de las distintas opciones financieras y a las piruetas a realizar para capturar los activos que prometen mayores beneficios. Además, esa forma de informar, nos hunde en una visión de hiper corto plazo, que aniquila cualquier posibilidad de razonar sobre el rumbo general en el cual está inmersa la sociedad. Se perdió de vista nada más y nada menos que el mundo real, que es donde se produce la riqueza. El mundo de la producción de bienes y servicios es donde se define la base del bienestar o malestar de la sociedad, la prosperidad o no de los habitantes, la capacidad del país para intercambiar equilibradamente con el resto del mundo. Se ha vuelto tan irrelevante que se lo ha suprimido prácticamente de la consideración mediática. Esa dimensión estructural, clave para la comprensión profunda de los fenómenos sociales, se ha recortado del análisis económico. Aparece como datos sueltos de un panorama “complicado”: por aquí el empleo en descenso, por allí el menguado uso de la capacidad instalada, más allá la quiebra de tres o cuatro empresas. La pobreza como un tema de lamento ético. Pero no son incorporados como datos fundamentales que deberían estar en la primera fila de las preocupaciones económicas públicas. La secuencia instalada desde el establishment económico es que una vez que se ponga en caja el desorden ocurrido con el dólar, se empezará a alinear la inflación, mejorará la actividad, se sostendrá el empleo y se equilibrará la cuestión fiscal. El núcleo, el origen y destino de las políticas económicas es calmar al dólar, y todo lo demás vendrá por añadidura. Puede ser que en una situación de emergencia, como la hiperinflación de 1989, frenar el dólar fuera la llave para detener la corrida de precios y empezar a remendar la economía. Pero en la Argentina actual, la agenda de lo único que verdaderamente importa incluye sólo la salud del sector financiero, la venia persistente del FMI y el logro de la confianza de los inversores internacionales (que son también locales), para volver a prestarle a la Argentina. A la vuelta de la esquina está el default, y sería un papelón que le ocurra justo a este gobierno, sostenido como asset estratégico por los Estados Unidos. La realidad invertida Se da por sentado que la reactivación, la inversión, el crecimiento y hasta el desarrollo serán procesos que vendrán espontáneamente, una vez encaminado lo financiero. Pero es al revés. A la solvencia financiera se llega por haber resuelto satisfactoriamente los problemas productivos y de inserción comercial internacional, y no al revés. Tanto Estados Unidos como China, pasando por Japón, Alemania o Corea del Sur, aprobaron primero la materia producción, tecnología y exportaciones antes de la materia “confianza de los mercados”. La confianza, aunque los mercados no lo puedan racionalizar así dada su extrema ideologización, sólo se asienta en el potencial productivo y la capacidad para generar dólares propios, y no en la ideología de los dirigentes políticos o empresariales o en sus declaraciones de amor al capital. Cuando Arcor, una de la empresas más competitivas internacionalmente del país, acumula pérdidas en los primeros 9 meses del año por 6.200 millones de pesos, pero el banco Macro, un banco irrelevante a escala global, gana 3.800 millones en un sólo trimestre, es imposible hablar de una economía que esté funcionando en la dirección adecuada, sino una que vive en una completa distorsión en materia de negocios y rentabilidades. Los bancos no son, desde ya, los únicos que ganan. También lo están haciendo las empresas que manejan los peajes y las empresas energéticas. Ninguna de ellas obtiene sus beneficios a través de mecanismos de mercado y competencia, sino por el arbitrario favor oficial. A eso se agregarán, Rodríguez Larreta mediante, las empresas inmobiliarias a las cuales el gobierno de la ciudad les está liberando espacios públicos en los que avanzar la construcción de unidades premium para el grupo ABC1 de la sociedad. No hay un solo sector exportador novedoso que se

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El juguete rabioso del doctor Glock

Fuente: Horacio Verbitsky | El cohete a la luna Fecha: 16 de DIC 2018 Tal como venimos anunciando desde hace meses, una vez agotada la ofensiva contra el kirchnerismo, el juguete rabioso del Doctor Glock ha girado hacia los prohombres de la Patria Contratista y dispara sobre los jefes de las famiglias Rocca y Macrì, que junto con Pérez Companc participaron en el primer caso documentado de sobornos para la realización de obra pública, como detallé hace 25 años en mi libro Robo para la Corona. El presidente Maurizio Macrì solo puede presionar a la Cámara de Apelaciones para que blinde a algunos de los heridos e intentar un módico control de daños, mediante la afirmación de uno de sus voceros voluntarios, de que este es “un giro impensado que dejó sin discurso al kirchnerismo”. No impensado para los lectores del Cohete, que saben muy bien que las terminales del Doctor Glock no están en el gobierno de Cambiemos, sino en la embajada de los Estados Unidos y en el Peornismo Federal. “Te lo anticipé”, se relame Sergio Massa, porque entiende que potencia sus aspiraciones electorales. El ex intendente de Tigre es el político argentino que más viajes ha hecho a Estados Unidos en los últimos tiempos, donde su principal contacto es el abogado personal del presidente Donald Trump y ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani. Es verdad: hace ya dos meses, Massa anticipó a un grupo de contertulios políticos que era el turno de Franco y de Gianfranco Macrì. Esa es su división del trabajo con Pichetto, quien califica de desastre la indagatoria a los familiares del Presidente, cuyo apoyo precisa para renovar su banca de senador opoficialista. El fiscal Carlos Stornelli sí forma parte del dispositivo judicial del macrismo, desde que asumió como jefe de seguridad del club Boca Juniors. Pero contra la opinión generalizada de que el doctor Glock fuera un títere del gobierno nacional, desde El Cohete sostuvimos que la causa de las fotocopias de los cuadernos surgió de una operación de Inteligencia de los servicios militares con conexión directa con intereses estadounidenses, lo mismo que el Lava Jato brasileño. Expusimos incluso la relación del sargento Oscar Centeno con el también suboficial del Ejército Jorge Orlando Pacífico (ambos compañeros de curso en el arma de Ingenieros), quien fue el denunciante contra Amado Boudou en la causa Ciccone, en forma aún más extravagante que la del chofer grafómano. También revelamos la sociedad global que Macrì mantiene con Odebrecht y los aportes de su asociado brasileño desde un banco offshore para prevalecer en el concurso del Correo Argentino, donde compró por 400 millones de dólares créditos que valían ocho millones. Estas son razones de sobra para que el Presidente esté preocupado y vea al poder como salvoconducto de impunidad, hasta que le llegue el momento del juicio de residencia, en su caso ineludible. Nada de esto puede desdeñarse como visión conspirativa porque todo está documentado. We are the champions El 16 de marzo de 1981 la revista Time abrió su sección de Economía y Negocios con un ranking de los Grandes Receptores de coimas en el mundo. La Argentina figuraba en primer lugar, con un 20 por ciento sobre los contratos, y la displicente observación: “Los diamantes son eternos”. Un mes antes de las elecciones del 6 de septiembre de 1987, la Unión Transitoria de Empresas constituida por Macrì, Rocca y Pérez Companc para construir el gasoducto Neuba II, pagó más de 11,5 millones de dólares a funcionarios y políticos, tanto radicales como peronistas, y a empresas competidoras excluidas del negocio, para que no protestaran. Fueron 11.527 USS x 10 a la tercera, expresado con la técnica de Santa María, la financiera cautiva de Techint, que recaudaba entre los socios y pagaba lo que llamaba “prestaciones en sede”. El facsímil de la planilla con los pagos me fue entregado por un ex colaborador del actual Presidente. Antes, recortó los nombres de los beneficiarios, porque él también era dirigente político del justicialismo y había sido directivo de SOCMA. Esto ridiculiza la pretensión de que el kirchnerismo extorsionó a los empresarios para enseñarles cómo debían organizar el deporte que practicaban por lo menos desde un año antes de que Néstor Kirchner llegara por primera vez a la intendencia de Río Gallegos. Si la clave está en la relación promiscua entre funcionarios y empresas, el curioso nexo entre el ex secretario de Obras Publicas José López y el obispado de Mercedes-Luján, en cuya jurisdicción está el monasterio del que López tenía llave, también roza a la familia presidencial. Según el portal La Voz Pública/Chequeado, dos de las tres licitaciones para recauchutar los edificios del obispado por cuenta del ministerio de Planificación, fueron adjudicadas a Creaurban S.A., una de las principales constructoras del Grupo ODS, del grupo Macrì. Según se extrae de los balances de la empresa IECSA, del grupo ODS, la última etapa se adjudicó por 47 millones de pesos, y a septiembre de 2015 el monto de la obra ya ascendía a 127 millones. Sólo un genio de la publicidad pudo construir una imagen de transparencia en torno de un empresario cuyas compañías aparecen cada vez que se descubre algún negocio dudoso con el Estado. Como dice el mismo genio publicitario, en todo estás vos. Desde fines de siglo, Pérez Companc dejó la obra pública y el petróleo y se refugió en el nicho de la agroindustria alimentaria, que no afecta las relaciones con la superpotencia y permite una vida más tranquila. En cambio, Macrì y Rocca persistieron en la obra pública, con acento en energía, que es uno de los rubros más sensibles, porque la estrategia de seguridad nacional del Presidente Donald Trump lo considera parte de su seguridad interior. El gasoducto Neuba por el que se pagaron aquellas coimas hace 31 años comenzaba en el mayor yacimiento de gas conocido hasta entonces, Loma La Lata, donde hoy se asienta el yacimiento Vaca Muerta. A través de Tecpetrol, Rocca ya es el principal productor de gas allí. Paolo seguramente conoce las desventuras del

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La línea divisoria y la izquierda

Fuente: Edgardo Mocca | Página 12 Fecha: 16 de DIC 2018 La izquierda que se reconoce como tal nunca ha tenido muchos votos en Argentina. Sin embargo, su cultura, su modo de mirar el mundo fue adquiriendo una notable influencia, a partir de su sólida implantación en los principales núcleos urbanos de nuestro territorio. Gran parte de esa subcultura de izquierda ha reconocido como propia la experiencia del kirchnerismo. Ha vivido la experiencia de Néstor y Cristina como la recuperación de un sentido ético-político que los vientos de la sangrienta derrota y el triunfo universal del neoliberalismo habían dispersado con pretensión definitiva. Desde esta perspectiva se entiende por qué las palabras de la ex presidenta en el congreso de Clacso provocaron un revuelo importante en un sector del espacio político que ella lidera. El frente patriótico, dijo más o menos, no debe aceptar la línea divisoria entre derecha e izquierda. La frase pegó en el corazón de esa parte de su audiencia que comprendió al kirchnerismo como una bienvenida resurrección de la pareja de metáforas espaciales que nació en la Francia de la revolución y tuvo su apogeo en el siglo XX. ¿Qué quiere decir estar más allá de la izquierda y la derecha? Para los neo-laboristas británicos, en la década del noventa del siglo pasado, significaba que en el mundo de la globalización y la incertidumbre, izquierda y derecha ya no significaban nada. Para un sector del peronismo más bien conservador significaba el “centro nacional”, alejado por igual de ambos “extremos”. Y para una parte de la intelectualidad de la subcultura de izquierda empezó a ser una vaga referencia ético-artística, una manera buena de ser “moderno”. En los tiempos finales del menemismo surgió una representación política que se presentó como progresista (equivalente a ser de izquierda pero no tanto). Y alcanzó un éxito tan impresionante como fugaz, sobre la base de apelaciones a la moderación, la ética y el espíritu republicano. El éxito se explica en las condiciones de una hegemonía neoliberal que aparecía exitosa y duradera y de un gobierno que presentaba otros flancos interesantes para criticar, sin que esa crítica supusiera ningún compromiso orgánico con una propuesta alternativa de sociedad. El Frepaso de Chacho Alvarez fue el gran aglutinador de la cultura de izquierda no trotskista en la Argentina. Que incluía un amplio marco de variantes, incluso algunas avanzadas que asociaban la corrupción y el decisionismo político de Menem al programa económico neoliberal de Cavallo. Pero ese último sector no tendría ninguna influencia decisiva en la política del espacio. Curiosamente el kirchnerismo, cuyos líderes venían de un lugar particular de esa cultura, la del peronismo de izquierda. Y la curiosidad se debe a que ese sector no era culturalmente hegemónico en el universo de la izquierda argentina. Tal vez lo fue fugazmente en el breve período que va entre el primer regreso de Perón al país y la muerte del general. Con el retorno de la democracia la cultura de izquierda peronista se diluyó en la renovación primero y en el Frepaso después. La renovación tuvo como desembocadura al menemismo; el Frepaso terminó envuelto en las llamas del incendio de diciembre de 2001. Lo que logró el kirchnerismo es articular al peronismo con un sector influyente de la cultura de izquierda. A tal punto que la derecha, incluida la del peronismo, lo identificó como “montonero”. Este tipo de fenómenos suele ser interpretado como una cooptación de la izquierda por un sector ajeno, el peronismo. Pero no hay tal cooptación, hay una mezcla mutuamente productiva. El kirchnerismo puso en contacto ambos mundos. El kirchnerismo relacionó a esos sectores y convirtió esa relación en una fuerza decisiva para su propia conformación. Hizo más peronista a la izquierda y más de izquierda al peronismo. Lo más interesante es que conectó a la izquierda (incluidos algunos de sus segmentos peronistas) con una visión real del ejercicio del poder y al peronismo realmente existente en 2003 le devolvió la savia vital de su mitología original, las tres banderas, el nacionalismo popular. El discurso de Cristina en Ferro no fue un discurso teórico-filosófico; fue un discurso político. La urgencia argentina –el aquí y ahora de la política– no es la de delimitar apropiadamente ciertas categorías político-culturales, sino la de construir una herramienta vencedora de lo que hoy es una importante mayoría de la población, que está sufriendo las políticas del FMI ejecutadas por Cambiemos. Es necesario convertir esa mayoría social, en una fórmula política ganadora, ni más ni menos que eso. El célebre liberal-socialista italiano Norberto Bobbio escribió hace más de dos décadas un breve libro que se llamó “Derecha e izquierda”. Dice allí que la estrella polar de la izquierda, lo que la separa de la derecha es la igualdad. No puede haber duda de qué fuerza política y qué liderazgo expresa hoy mejor esa guía en nuestro país, si hablamos de alternativas reales de gobierno y no de las meras posibilidades retóricas de una campaña electoral. Pero el triunfo electoral no se logra con los votos de la cultura de izquierda, sino con los votos de la mayoría. Y esa mayoría es muy heterogénea en sus referencias culturales, alberga profundas diferencias en aspectos políticamente sensibles, como es, por ejemplo, la cuestión de género. No hay que confundir la estrella polar de la izquierda con una vastedad de significados reales que esta expresión ha ido adquiriendo en el país, incluido el encono con que los partidos de izquierda enfrentaron al peronismo desde sus orígenes. Hoy, además, decir izquierda  es también, en parte, decir agnosticismo religioso, modernidad liberal y otros dogmas hoy perfectamente asimilados y hasta muy estimulados por la ideología globalmente dominante. Lo que ocurre es que este capitalismo –el de la hiper-concentración de la riqueza, el del descarte de grandes masas de la población del planeta, el de la destrucción de las condiciones ambientales de la tierra– no tiene frente a sí como su enemigo a las izquierdas del siglo XX. Se tiene que enfrentar contra un vasto, plural y

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