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Falsos diagnósticos

Fuente: Carlos Heller | Tiempo Argentino Fecha: 11 de octubre de 2020 En la semana se escuchó decir que el gobierno tiene la estrategia del “vamos viendo”, pero lo que en realidad ocurre es que hay sintonía fina de medidas. La situación del frente externo es por cierto compleja, producto de las políticas del gobierno anterior, y se está tratando de resolver. La mejor muestra es el arreglo de la deuda, todo lo contrario a la improvisación. Lo que preocupa, además de ciertos diagnósticos, son las alternativas que se plantean desde diversos sectores. Entre ellas, la de igualar el dólar oficial con el ilegal o con los valores del MEP. Lisa y llanamente, lo que se pide es una fuerte devaluación. Sería una forma pírrica de cerrar la incoherente “brecha del dólar”. Quienes apuntan a esto no se preocupan por la brecha que importa mucho más: la social. No pueden desconocer que la devaluación tendría un fuerte impacto sobre la inflación, ya que los precios no están definidos por el dólar ilegal. Un tema que quedó más claro aún con la devaluación de finales de 2015, cuando sin pudor se decía que la inflación no aumentaría porque ya la habían “descontado” los formadores de precios mirando el dólar ilegal. Eso no significa que los valores de especulación no influyan sobre las expectativas. Desde mi punto de vista, dado que la “brecha del dólar” es eminentemente especulativa, no es correcto que el resto de la economía funcione en base a valores que surgen de mercados ilegales y marginales (el viernes, podía leerse en un medio que el dólar ilegal “se vende a cuentagotas”). No hay que dejar de repetir que el valor del dólar que no es oficial no se relaciona con ninguno de los fundamentos y las necesidades de la economía. El tipo de cambio real multilateral es competitivo y no hay una emisión que esté fuera de control, como se quiere hacer creer. En esta línea, un medio especializado afirmó que “tras la reducción a las retenciones, y en momentos en que los precios internacionales marcan nuevos máximos, los agroexportadores aceleraron los registros de ventas, según fuentes de la Cámara de la Industria Aceitera de la Rep. Arg. y Centro Exportador de Cereales. Los datos confirman estas declaraciones. Según se desprende de los registros de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior, el 2 de octubre los exportadores declararon 49.500 toneladas (tn.) de harina de soja, mientras que este jueves la cifra pasó a 735.450 tn. Para el aceite de soja, el día 2 se declararon 12.823 tn., mientras que este jueves se registraron 40.654 tn., con un pico de 122.972 tn. el miércoles de esta semana.PUBLICIDAD Con relación a todos estos temas, no deja de ser ilustrativa una nota, entre tantas, donde se sostiene que “los precios en dólares de los autos son los más bajos de la región”. Pero aclara, “lo son para quienes tengan dólares ahorrados y estén dispuestos a venderlos en el mercado negro para hacer un diferencia. En cambio, para el resto de los consumidores no hay negocio a la vista, ya que sus ingresos, medidos en cualquier tipo de dólar, se derrumbaron”. Y luego compara los salarios mínimos en dólares ilegales con los del resto de la región para decir que los autos son en realidad más caros, dado que aquí los salarios en moneda extranjera están mucho más deprimidos. Esto en gran parte no es más que la consecuencia de la abrupta reducción del salario en dólares oficiales que se verificó en tres de los cuatro años del anterior gobierno. Un informe de la Cámara de Importadores de la Rep. Arg. explica que el resultado cambiario del BCRA acumuló entre 2016 y 2020 un déficit de 56.807 millones de dólares, a pesar de que hubo un intercambio comercial positivo de 50.680 millones en el mismo periodo. El desbalance se explica por los intereses, utilidades y dividendos, por el gasto de turismo y por la formación de activos externos. Una noticia que sirve para salir de la coyuntura y del repiqueteo mediático constante con el que se trata de instalar que no hay programa económico. Las que no eran viables eran las políticas del anterior gobierno que, por ejemplo, recurrieron a un endeudamiento en dólares con el argumento de tener que afrontar un supuesto déficit fiscal heredado (que se financia en pesos). Lo que se financió fue principalmente la fuga. Buenas señales En lo que va de octubre, el Ministerio de Economía ya colocó bonos en pesos por casi 166 mil millones, con lo que están prácticamente cubiertos todos los vencimientos de deuda del mes, cuando aún resta una licitación. Es otra buena señal en momentos de fuerte expansión de gastos para hacerle frente a los efectos de la pandemia. Es algo que no viene siendo muy comentado y en lo que se está teniendo éxito, partiendo de una situación inicial de parálisis del mercado de capitales doméstico, tras el “reperfilamiento” del año pasado. La idea, también de cara a lo que viene, es que se pueda obtener financiamiento del mercado local y que no recaiga tanto en el BCRA. De hecho en el Presupuesto 2021 se establece que del total de las necesidades de financiamiento de la Administración Nacional, un tercio se cubrirá con adelantos transitorios del BCRA, y dos tercios con financiamiento del sector privado. Otro dato positivo es que la venta de insumos para la construcción (Índice Construya, una fuente privada) creció 3,8% mensual en septiembre y un 18,5% interanual. A su vez, según el Centro de Estudios para la Producción, en septiembre la producción automotriz aumentó un 16% interanual y los despachos de cemento un 10%, un buen indicio de que también estaría subiendo la industria en su conjunto. En tanto, Alberto Fernández afirmó en la semana ante un grupo de empresarios norteamericanos que “hay datos para ser optimistas (…). Por primera vez en mucho tiempo, el porcentaje de recaudación impositiva fue mayor que la inflación”. También dijo: “queremos que el Estado

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A 53 años de la muerte de Ernesto Guevara, Fidel Castro y el Che

Fuente: Luis Bruschtein | Página/12 Fecha: 11 de octubre de 2020 “Nos parece absolutamente imposible desde todo punto de vista, nos parece técnicamente imposible en la realidad, organizar todo esto sobre una base falsa”. Es enfático, dolido, no es el Fidel que se ve en sus discursos por televisión. Está sentado frente a una mesa y un micrófono. Dice “falsa” y lo gana el silencio, baja la cabeza, toma una fotografía con la mano y la levanta y trata de seguir, dice “se puede” y otra vez tiene que frenar y larga un suspiro, mira la foto y menea la cabeza. “Pero es imposible hacer una imitación de lo que constituye el rasgo, los rasgos más sutiles de la personalidad, el gesto, todas las cosas”. Habla de su amigo. Deja la foto sobre la mesa pero no puede dejar de mirarla, “es imposible imitar la fisonomía de una persona”. Es Fidel que confirma la muerte de su amigo el Che, y mira la foto del cadáver expuesto en la pileta de la lavandería del hospital de Vallegrande, en Bolivia. Probablemente sea una de las escenas más dramáticas que capta esa vieja pantalla de los años ’60. El diálogo de dos inmensos protagonistas a través de la muerte. Fidel habla como si estuviera hablando para el Che: “Ni al más imbécil, ni al más cretino de todos los gobiernos, y no hay dudas que el gobierno de Bolivia se caracteriza por el cretinismo y el imbecilismo”, dice con un esfuerzo para aparentar tranquilidad. Y después frasea lentamente: “Hemos llegado a la absoluta conclusión”. Hace una pausa. “Que la noticia, es”. Otra pausa. “Amargamente cierta” y mastica la palabra “amargamente”. Y otra vez afloran los sentimientos y dice “la tendencia de cualquier persona ante cualquier noticia de alguien a quien se le tiene un gran cariño, la tendencia es a rechazarlo, y a nosotros nos ocurrió eso en el primer momento, una noticia de este tipo, siempre en el ánimo del pueblo está la tendencia a rechazarla”. “Debemos decir, los que conocemos íntimamente a Ernesto Guevara, y decimos ‘conocemos’ porque de Ernesto Guevara nunca se va a hablar en pasado”. “Siempre, todo el tiempo que lo conocimos se caracterizó por un extraordinario arrojo, por un gesto siempre de hacer las cosas más difíciles, más peligrosas”. Y ahora habla como un jefe revolucionario de su camarada en la guerrilla. El Che está muerto y no hace tanto murió Fidel . Esa escena de Fidel confirmando por televisión al pueblo cubano la muerte del Che tiene la poderosa esencia de aquellos años. La épica inunda el monólogo de Fidel que es más un diálogo con el amigo del que nunca hablará en pasado. Y cuando habla lo revive en sus gestos en el extrañamiento. Era una época en la que se decía que “a un compañero caído no se lo llora, se lo reemplaza”. Pero en esa pantalla en blanco y negro, en esa escenografía desprovista, un hombre joven, de barba, en una silla frente a una mesa, habla de su amigo muerto. Y aunque no se le vean las lágrimas, lo está llorando. Hay un suspiro largo. “Muchas veces nosotros tuvimos que adoptar medidas para preservarlo, porque así era”. “Lo hacíamos porque íbamos apreciando su calidad de combatiente y además su capacidad y convicción que servirían en alguna tarea estratégica y tratábamos de preservarlo”. Fidel fuerza el recuerdo. Quiere contarle al pueblo de Cuba cómo veía al Che. “Es probable” empieza y se corta un instante. Cuando retoma es afirmativo: “Pensaba, como pensó siempre, en el valor relativo de los hombres y en el valor insuperable del ejemplo”. “Nos habría gustado, por encima de todo, verlo en forjador de las grandes victorias de los pueblos, más que en precursor de esas victorias, pero es que un hombre de ese temperamento, de esa personalidad, estuviese más llamado a ser precursor que forjador de esas victorias”. La potencia extraordinaria de ese Fidel coloquial, dolido, que cuenta cómo era su amigo, con esa valentía que admiraba y que al mismo tiempo le hacía temer por él y tomar medidas para preservarlo, es un himno de alta fidelidad de aquellos años cuando la revolución hermanaba más que la sangre. Nunca más habló tanto del Che. Y es probable que antes de esa muerte tampoco lo hiciera. Ese guerrillero joven de barba que hablaba como si estuviera con un amigo o un compañero, hacía pocos años había dejado la guerrilla para convertirse en jefe del gobierno revolucionario de Cuba. Y se convirtió en un enorme estadista que atravesó con gran sabiduría otros peligros y eras de cambios drásticos. Sus palabras sobre su amigo fueron proféticas. Porque la figura del Che también perforó esas épocas de mutaciones, superó modas y discursos, se reprodujo hasta el infinito en todo el mundo y se convirtió en ejemplo y “precursor” de otras luchas y revoluciones.

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Venezuela y el voto en la ONU

Fuente:  Pedro Brieger| Nodal Fecha: 10 de octubre de 2020 El 6 de octubre el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas aprobó una resolución de condena al gobierno de Nicolás Maduro por violaciones de los derechos humanos.  El documento presentado fue aprobado por 22 votos a favor, 3 en contra y 22 abstenciones. Pero hay que ser muy ingenuo para pensar que dicha votación realmente tiene que ver con los derechos humanos como si se pudiera abstraer a Venezuela del contexto regional o de la explícita reivindicación de la Doctrina Monroe durante la presidencia de Donald Trump. La famosa Declaración Universal de Derechos Humanos adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 le dio un marco conceptual a la lucha por las libertades individuales y colectivas aun a sabiendas de que muchos de los países firmantes violaban los mismos derechos que decían que había que garantizar.  Esta contradicción se mantiene hasta el día de hoy cuando gobiernos que violan sistemáticamente los derechos humanos en sus territorios se convierten en adalides de la defensa de los mismos derechos en otros países, aunque carezcan de autoridad moral para hacerlo. Este marco general se aplica también a la votación contra el gobierno de Venezuela, descalificado y demonizado desde que Hugo Chávez llegó al poder a comienzo de 1999 y comenzó a implementar reformas profundas que afectaron los intereses de los más poderosos.  Apenas tres años después, en abril 2002, intentaron derrocarlo mediante un golpe de Estado apoyado por los más importantes medios de comunicación venezolanos y los dos principales diarios de los Estados Unidos -el New York Times y el Washington Post- que suelen levantar las banderas de la defensa de la democracia y los derechos humanos.  En casi 20 años de chavismo la oposición desconoció numerosos procesos electorales que le eran adversos, intentó derrocar por la fuerza a Chávez -y luego a Nicolás Maduro- e incluso llamó abiertamente a una intervención militar de los Estados Unidos que nunca es ajeno a lo que sucede en Venezuela. La dura declaración del Consejo de Derechos Humanos fue presentada por Perú, que encabeza el llamado “Grupo de Lima”, conformado por varios países de la región con el único objetivo de impulsar la salida del poder de Nicolás Maduro.  Un día antes de la presentación ante la ONU el jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, Craig Faller, aseguraba en una conferencia ante el empresarial Consejo de las Américas que “los esfuerzos por derrocar a Maduro funcionan, pero llevarán tiempo”. A su lado, la embajadora Jean Manes, también del Comando Sur, explicaba que ya estaban planificando “el día después” e incluso “la década después” junto a empresas privadas.  El paralelismo con la situación en Irak previo a la invasión en 2003 es notable.  Allí numerosas empresas privadas que colaboraban con el Pentágono se habían repartido la “reconstrucción” del país antes de invadirlo.  El congresista estadounidense Henry Waxman revisó y analizó minuciosamente las declaraciones del presidente George Bush y sus principales funcionarios y encontró 237 mentiras respecto de Saddam Hussein que sirvieron para demonizarlo durante años y crear un consenso internacional para invadir, derrocarlo y -de paso- quedarse con los preciados recursos petroleros.  Al antiguo aliado de la Casa Blanca lo presentaban el Hitler de la era moderna que  supuestamente estaba desarrollando armas nucleares y representaba una amenaza para la humanidad.¿Alguien realmente cree que Estados Unidos invadió Irak porque Saddam Hussein era un dictador? ¿Alguien seriamente puede pensar que la resolución en la ONU sobre Venezuela es porque allí se violan los derechos humanos? Notas relacionadas:

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Legisladores estadounidenses subordinan su país a Israel

Fuente:  Daniel Kupervaser| Blog de Daniel Kupervaser Fecha: 8 de octubre de 2020 Desde sus primeros días hasta hoy, la sociedad estadounidense se caracterizó por otorgar al dinero el primer lugar como factor que forja los caminos en la vida del país. Lo fue históricamente durante la fiebre del oro, y hoy se perfila claramente en la relación entre políticos aspirantes a funciones jerárquicas y los donantes a sus campañas electorales. Las donaciones de magnates judíos a las campañas electorales de políticos estadounidenses de los últimos años se convirtieron en un factor central y dominante de este rubro. Basta observar la corrida y fervientes declaraciones de apoyo a Israel de boca de estos candidatos, muchas veces descabelladas, frente a instituciones y agrupaciones de judíos estadounidenses. Dos informes confirman el carácter crítico para cada candidato que representa la obtención de donaciones de fuentes judías.  En una académica investigación que detalla la participación de judíos en las elecciones de USA, Gil Troy, un reconocido investigador judío, afirma que bolsillos judíos, con una participación de solo el 2% en la población estadounidense, aportaron el 50% de las donaciones que recibió el partido demócrata y el 25% de las que recibió el partido republicano en las elecciones de 2016 (“Why the Jewish vote is so important to US presidential candidates”, Ynet, 11-6-2016). En relación con las próximas elecciones de este año, el medio informativo judío Jewish Telegraphic Agency difundió que, 15 de los 25 mayores donantes son judíos o de origen judío (¿“Who are the biggest Jewish donors of the 2020 campaigns?”, Jerusalem Post, 25-9-2020). LEGISLADORES DE USA QUE PROPONEN SUBORDINARSE A ISRAEL Ante esta realidad, nadie debe sorprenderse de la competencia de la mayoría de los legisladores estadounidenses que quieren reelegirse, como aquellos que proyectan arribar al congreso por primera vez, en congraciarse con estos donantes judíos a través de proyectos cuyo único objetivo es beneficiar a Israel, sin la más mínima relación con la sociedad estadounidense, y, probablemente en contraposición con intereses de ese país. La Jewish Telegraphic Agency informó en estos días que fue presentado un proyecto de ley bipartidista (republicanos y demócratas) destinado a otorgar a Israel el derecho a veto en toda negociación que el gobierno de USA proponga la venta de armamento estadounidense a algún otro país de Medio Oriente que, según la opinión de Israel, ponga en peligro su superioridad militar en la región (“Bipartisan bill would give Israel a veto on Middle East arms sales”, Jerusalem Post, 3-10-2020). Según la nota difundida, el proyecto de ley “requeriría que el presidente de USA consulte con el gobierno israelí para garantizar que se resuelvan las preocupaciones de la ventaja militar cualitativa en lo que respecta a la venta de armas a los países de Oriente Medio”. El mismo informe no deja de mencionar que AIPAC, el poderoso lobby de judíos estadounidenses, expresó su apoyo al proyecto. Sin lugar a dudas, se trata de un paso adelante muy importante en un prolongado proceso en donde legisladores estadounidenses no titubean en desprenderse de las riendas de poder y socavar la soberanía nacional estadounidense a favor de intereses foráneos de un país que tiene relaciones de pertenencia étnica con ciudadanos estadounidenses que, por causalidad, son los mayores donantes a campañas electorales en USA. Hasta poco tiempo atrás, la sociedad estadounidense se mostró mayormente indolente frente a esta perdida de independencia de su liderazgo. Hoy la situación esta cambiando drásticamente. La gran ola de aversión hacia Israel y el judaísmo que se está configurando en USA es un fiel reflejo que la tolerancia de esta sociedad a semejante trasgresión a normas democráticas básicas, lentamente está arribando a su límite. Basta imaginar la respuesta de la sociedad argentina ante una propuesta de algunos de sus legisladores, o candidatos a legislador, que proponga una ley por la cual se le otorga a Israel el derecho a veto para toda venta de granos argentinos a cualquier país de Medio Oriente. Si Israel y los judíos del mundo no quieren ser culpados de usar su dinero para disponer de poder en países donde ciudadanos judíos tratan de interferir en la toma de decisiones en favor de Israel, es necesario frenar todas esas instituciones como AIPAC, J-Street, Coalición Republicana Judía, Consejo Judío Demócrata y otras más. Israel, como cualquier país, tiene el derecho y la obligación de presionar al gobierno estadounidense para la toma de decisión en su favor. Esa es la función de la diplomacia con ciudadanos exclusivamente israelíes. La participación de ciudadanos judíos estadounidenses, y mas aun, las sumas millonarias que vuelcan en esta acción, necesariamente se convertirán en el caldo de cultivo para que parte de la ciudadanía estadounidense se rebele y diga basta. Como se sabe, estas respuestas pueden llevar a una tragedia a la colectividad judía de USA. Que nadie se equivoque: va llegar el momento que la sociedad estadounidense pase factura a su componente judío. Ojalá me equivoque Daniel Kupervaser Herzlya – Israel 7-10-2020 kupervaser.daniel@gmail.com @KupervaserD

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Julie Kozack en el país de las islas y los dólares aceitosos

Fuente:  Alejandro Bercovich| BAE Negocios Fecha: 8 de octubre de 2020 La conmoción que generó en el cuartel general del FMI que se marchitaran tan rápido los brotes verdes que regó con 44.000 millones de dólares durante el último año y medio del mandato de Mauricio Macri tuvo mucho que ver con la selección de los enviados de Kristalina Georgieva que aterrizaron esta semana en Buenos Aires. El colapso trocó también los interlocutores que eligió el Fondo para conocer la profundidad de la crisis. A la Unión Industrial Argentina (UIA), que no habían escuchado nunca desde su súbito regreso al país en abril de 2018, la citaron ayer para conversar en el Hilton. Su jefe, Miguel Acevedo, trató de hacer equilibrio. -Sabemos que la situación es difícil pero vemos bien la potencialidad de una recuperación. El tipo de cambio está bien. Alcanza. No hay que pagar deuda, no hay stock frenado de importaciones. Sí hacen falta acuerdos básicos en la política -dijo. Casi sin interrumpirlo -intérprete mediante- asentía Julie Kozack, la número dos del departamento para el Hemisferio Occidental del FMI. Aunque sigue formalmente como director para evitar un conflicto supranacional, el argenmex Alejandro Werner debió cederle a ella el timón apenas asumió Georgieva. Fue un gesto al gobierno argentino, para no forzarlo a renegociar el plazo de repago de esos 44.000 millones con los mismos funcionarios que tomaron la decisión de entregárselos a Macri, en plena campaña electoral y pese a que sus estatutos le prohibían (y le prohíben) financiar a economías que experimenten severas fugas de divisas. Es lo mismo que pasó con el italiano Roberto Cardarelli, el encargado del caso argentino eyectado por Georgieva y reemplazado de un plumazo por el venezolano Luis Cubeddu. Pero por la relación que tejieron con ella durante la renegociación de la deuda con los privados, la preferida de Martín Guzmán y del director por Argentina en el FMI, Sergio Chodos, es Julie. La «compañera Kozack», como la llaman en broma entre ellos. Oriunda de New Jersey y menos consustanciada que otros burócratas del Fondo con los intereses de los ejecutivos de Wall Street, a los que incluso alguna vez contó que desprecia por petulantes, Kozack exhibe su experiencia en Islandia como un diploma de heterodoxa pragmática. Entre 2009 y 2012 fue la encargada de supervisar el rescate financiero al país de Björk, donde por primera vez el FMI avaló un cepo cambiario estricto. Tras derretirse peor que la Argentina con Macri, la economía islandesa salió a flote. En Economía dan por hecho que Georgieva avalará la refinanciación de la deuda antes de marzo, cuando opera el primer vencimiento con el Club de París, atado al Fondo. La pregunta es qué exigirá a cambio. La compañera Julie no dio muchas pistas. En todo momento aclaró que no tenía mandato del directorio para negociar nada. Incluso los industriales llegaron a preguntarse para qué había decidido viajar, en plena pandemia. Flexibles Dos de las preguntas que les hizo Kozack a los popes de la UIA y a Matías Kulfas sí pueden servir como anticipo de las condiciones que impondrá Georgieva, su jefa, a la hora de reprogramar los plazos de pago de la deuda que dejó como herencia Macri. Una fue sobre la reciente Ley de Teletrabajo, que en la reunión con la UIA le dio pie a Daniel Funes de Rioja para hablar 20 minutos sobre la necesidad de leyes laborales más flexibles. La otra, sobre la empresa pública que administrará la concesión de la Hidrovía del Paraná, que Fernández anunció que será compartida entre la Nación y las provincias con ribera a ese río. Un cambio que puede leerse desde Washington como una estatización. O peor, como otro avance de China en el manejo de un recurso natural estratégico en Latinoamérica. Son dos temas sobre los cuales el FMI no parece haberse movido de sus posiciones históricas, al menos en el documento que acaba de publicar su staff en Brasil tras concluir la revisión anual que prescribe el Artículo IV de su estatuto. «Se sigue necesitando un renovado impulso para aprobar una reforma fiscal integral, finalizar acuerdos comerciales con la UE y otros socios comerciales y acelerar el ritmo de nuevas concesiones y privatizaciones», le recomendó allí a Jair Bolsonaro. La ortodoxia fiscal del Fondo también luce intacta. El mismo reporte del staff sobre Brasil fechado este lunes reivindica «la reforma previsional histórica que estabilizó el gasto en pensiones como porcentaje del PBI». Ese deber, podría decir Guzmán, ya está cumplido acá con el fin de la movilidad automática. Pero el texto también le reclama a Bolsonaro que recorte gradualmente la Ayuda de Emergencia, su versión del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE): «Con cerca de 10 veces el costo anual del plan Bolsa Familia (la asignación por hijo vecina), la Ayuda de Emergencia fue demasiado grande dado el espacio fiscal disponible». Sobre que no preguntaron demasiado los enviados del Fondo, curiosamente, es sobre las reservas del Banco Central. «Era como si estuvieran esperando que les pidiéramos plata fresca nosotros», contó a BAE Negocios uno de los ministros que los recibió. Es lo que sí pidió Lenin Moreno en Ecuador, por caso, pero que lo obligará a un severo ajuste fiscal el año próximo. En el Gobierno aseguran que los casos son distintos y que el FMI le está diciendo a cada uno lo que quiere escuchar, mientras gana tiempo hasta que se defina quién ocupará la Casa Blanca -y por ende el Tesoro, y por ende el Fondo- los próximos cuatro años. «En Brasil está (el ultraortodoxo Paulo) Guedes, quizá incluso eso del ajuste lo pidió él», arriesgó otra fuente. Es lo que hacía Nicolás Dujovne en la época de Cardarelli. Aceitosos Mientras tanto, el equipo económico aguarda que los aceiteros y acopiadores de cereales cumplan con su parte del pacto que se coronó con la rebaja temporaria de retenciones de la semana pasada. Pero algunos lamentan que, al haber habido tantos interlocutores distintos del lado oficial, las concesiones que hizo el Estado no vayan a fructificar en la ansiada liquidación de divisas por parte de ese sector exportador. La más promocionada de esas concesiones fue la rebaja de tres puntos de las retenciones a la exportación de soja, pero la más importante para las multis del sector fue la restitución del diferencial entre las retenciones que paga el grano sin procesar y sus subproductos (harina, aceite y pellets). Ese diferencial fue el que motivó a esas multis a montar el complejo de crushing más

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La tercera década latinoamericana

Fuente: Emir Sader | Alainet Fecha: 8 de octubre de 2020 El siglo XX se anunciaba como un siglo de revoluciones y contrarrevoluciones ya en su primera década, con la masacre de la Escuela de Santa María de Iquique y la Revolución Mexicana. La segunda década contó con la Reforma Universitaria de Córdoba y las movilizaciones populares que propiciaron la fundación de los Partidos Comunistas y Socialistas. La tercera década fue abierta con las sublevaciones populares lidereadas por Sandino y por Farabundo Martí, en Nicaragua y en El Salvador. Todo confirmaba los presagios del viraje del siglo. El siglo XXI comenzaba en un marco de viraje conservador en el mundo, con sus reflejos en Latinoamérica, territorio de la más grande cantidad de gobiernos neoliberales, en sus modalidades más radicales. La última década del siglo XX fue la del auge de la hegemonía neoliberal en el continente, que se impone como consenso, en el marco internacional del Consenso de Washington y del pensamiento único. El canciller de Brasil que aceptó sacarse los zapatos para ingresar a un aeropuerto de EEUU y el deseo de Carlos Menem de establecer “relaciones carnales” con EEUU son símbolos de la postura de la total subordinación de los gobiernos del continente con Washington en aquella década. Pero la primera década del siglo XXI en Latinoamérica sorprendió, con una ola de reacción a los gobiernos neoliberales, cambiando radicalmente el escenario político en el continente y constituyéndose, una vez más, en el epicentro de las luchas en el plano internacional. Al solitario triunfo electoral de Hugo Chávez en Venezuela, todavía a fines del siglo, vio sumarse la victoria de Lula en Brasil. Chávez compareció a la toma de posesión del nuevo presidente brasileño, manifestando que, finalmente, dejará de estar solo en la lucha. El abrazo de Lula a Néstor Kirchner, en la toma de posesión de éste, en el primer año del nuevo gobierno brasileño fue un marco que sellaría la primera década del siglo en Latinoamérica. Los dos gobiernos se constituirían en el eje de los procesos de integración regional que nacían en aquel momento. Cuando los dos fueron a la toma de posesión de Tabaré Vázquez en Uruguay, ya tenían claro que nacía un proyecto con dimensiones estratégicas para Latinoamérica. A ello se sumaron Bolivia, con el extraordinario triunfo de Evo Morales, y Ecuador, con el de Rafael Correa, que expresaron que ya no se trataba de una nueva época de cambios, sino de un cambio de época. Esos seis gobiernos han protagonizado, en la primera década del nuevo siglo, la lucha contra el neoliberalismo y en la construcción de gobiernos posneoliberales. A contramano del capitalismo en escala mundial, disminuyeron las desigualdades en esos países, fortalecieron la presencia del Estado y desarrollaron procesos de integración regional e intercambio Sur-Sur. Tuvieron un extraordinario éxito, haciendo de la década la más importante de la historia de esos países. En el paso hacia la segunda década del siglo XXI ya se notaban elementos de recomposición de la iniciativa de la derecha y debilidades de esos gobiernos, que han hecho con que la segunda década fuera marcada por una contraofensiva de la derecha, que ha restablecido gobiernos neoliberales en países como Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia e Uruguay, desarticulando el eje de gobiernos antineoliberales que había marcado la primera década. A lo largo de la década, el neoliberalismo ha demostrado el aliento corto que tienen sus políticas, al punto que, en Argentina, en la primera elección presidencial a que se han sometido, han sido desplazados de nuevo del gobierno. En otros países como Ecuador y Brasil, se ha confirmado que la derecha solo dispone del modelo neoliberal, duro y puro, que los llevan al fracaso. Que tienden a ser derrotados en disputas electorales democráticas, frente a lo cual han puesto en práctica su estrategia de judicialización de la política, poniendo en práctica nuevas formas de golpes, como son los casos de Brasil y de Bolivia, que demuestran más bien la debilidad de la derecha y no su fuerza. Cuando llegamos al final de la segunda década, hay una disputa abierta sobre el carácter que tendrá la tercera década en Latinoamérica. La elecciones en Bolivia y Ecuador, así como el desenlace de la crisis brasileña, definirán los rasgos de esa nueva década. En caso de que la izquierda triunfe, esos nuevos gobiernos se sumarán al de Argentina, contando, en cierta medida también con el de México – limitado por los tratados de libre comercio que tiene con EEUU -, así como el de Venezuela, para recomponer el eje de gobiernos antineoliberales. Como la derecha mantiene el neoliberalismo como su bandera, esos gobiernos tienen que caracterizarse, antes de todo, por su antineoliberalismo. Cuando surgía la crisis de esos gobiernos, hace algunos años, Rafael Correa convocó a una reunión en Guayaquil, un evento de balance sobre los cambios que se venían, participando, entre otros, Pepe Mujica y representantes de Bolivia, Brasil, Argentina y Uruguay. Se sacó la decisión de publicar un libro con un balance de la situación y perspectivas de los seis gobiernos. Yo coordiné entonces la publicación del libro que tomó el título de Las vías abiertas de América Latina, publicado en Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia. En ese libro, Álvaro García Linera, René Ramírez, Ricardo Forster, Constanza Moreira, Alfredo Serrano, Manuel Canelas, Juan Guijaro y yo, presentamos nuestras visiones de cada país, introducidos por un análisis general de la tendencias en todo el continente. Ahora es el momento para retomar algo similar, con un proyecto de investigación ambicioso, que haga el balance de la primera y la segunda décadas en esos países y proyecte la tercera década. Es hora de convocar a los intelectuales del pensamiento crítico latino-americano para sumarse a ese proyecto, que analice y apoye a las fuerzas políticas antineoliberales en la reconstrucción del eje de gobiernos con esa orientación, así como para que entregue análisis sobre las debilidades que han permitido la recomposición de la derecha y los reveses de la izquierda, para retomar el proyecto antineoliberal con más profundidad

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En el papel de la quinta columna: la comunidad ultraortodoxa de Israel

Fuente: Gideon Levy | Haaretz  Fecha: 8 de octubre de 2020 Los ultraortodoxos (haredim) han sido durante años un objetivo del odio secular. Su otredad, su aislamiento, sus extrañas costumbres y líderes murmuradores, su actitud hacia las mujeres, la coacción religiosa y particularmente el hecho de que no sirven en el ejército (Dios no lo quiera), no estudian materias básicas y en muchos casos no trabajan, avivó el fuego contra ellos. El odio hacia ellos era ciego, ardiente, exagerado e indigno, a veces parecido al antisemitismo. Algunas de las expresiones utilizadas para describirlos se encuentran entre las más feas y repulsivas que se hayan escuchado aquí. Junto con su propia contribución a la formación de la actitud hacia ellos, también han sido víctimas de emociones oscuras, a veces fascistas. Los israelíes admiraban a los colonos, que les habían hecho un daño mucho mayor y más fatídico, pero odiaban a los haredim. Los árabes israelíes son mucho más despreciados, excluidos, discriminados, humillados y rechazados. A diferencia de los haredim, siempre se ha sospechado que son una quinta columna que socava los cimientos del estado y busca destruirlo desde adentro. Se cuestiona su lealtad, no se reconoce su contribución al estado, se bloquea su camino hacia el avance y se condiciona su libertad. Son claramente víctimas del nacionalismo y el racismo que están profundamente arraigados en este país. Debido a la crisis del coronavirus, se requiere una reevaluación de la actitud de la sociedad hacia estas comunidades. Este es el momento de reiniciar, llegar a una cuenta contundente con los haredim por su comportamiento desenfrenado y desconsiderado y de renovar totalmente nuestra actitud hacia los árabes debido a sus contribuciones. Si ha habido una quinta columna en esta campaña en concreto, ha sido la comunidad Haredi, con todas las generalizaciones que ello conlleva. Por primera vez en su historia, el comportamiento de la comunidad está socavando la base de la sociedad y haciéndole un daño grave. El desafío total de grandes sectores de esta comunidad, la forma en que los haredim se enseñorean con otros israelíes y su indiferencia descarada y arrogante ante la angustia, las dificultades y el sufrimiento del pueblo han cambiado su estatus en la sociedad. Incluso aquellos que los admiraban y pensaban que la actitud hacia ellos era escandalosamente inapropiada ya no pueden ignorar su vergonzoso comportamiento. Así es como se ve una quinta columna. Son las acciones de una comunidad que no piensa en nadie más que en sí misma, en sus necesidades, en su fe y en su idiosincrasia. Los haredim pagarán por esto de una manera que nunca antes habían pagado. Los israelíes no olvidarán su comportamiento tan rápido. Las semillas del odio que los haredim han plantado ahora con sus propias manos han creado una situación en la que la mayoría ya no aceptará seguir las viejas reglas del juego. Esta falta de solidaridad tendrá un precio. No debemos olvidar la forma en que le dieron la espalda a la sociedad y pusieron en riesgo la salud y la vida de muchas personas. No sucederá en un día, pero los haredim aún extrañarán el antiguo arreglo. El odio por ellos aumentará y estallará. Por otro lado, esta debería ser la hora de gloria para la comunidad árabe de Israel, más excluida pero más leal. Esta comunidad, al comienzo de la pandemia, también actuó de manera vergonzosa y dañina, ignorando los requisitos y las reglas, pero con el paso del tiempo se recompuso y cambió de dirección. Después de meses en los que la tasa de infección en la comunidad árabe se asemejaba a la de los haredim, aprendieron la lección y redujeron su tasa de morbilidad al promedio nacional. Este es el momento no solo de reconocer la corrección que hicieron con respecto al coronavirus, sino también de apreciar su impresionante contribución a la batalla contra él. A diferencia de los haredim, cuya contribución es mínima, la comunidad árabe juega un papel importante en el sistema de salud. Ella no es una quinta columna. Es una primera o segunda columna. Debido a sus otras contribuciones a la sociedad y la economía, que son demasiado numerosas para enumerarlas, los judíos israelíes deben revertir su actitud ingrata hacia ellos. En un raro y emotivo momento televisado en Channel 12 News, Arad Nir recibió a dos médicos de la sala de coronavirus del Hospital Ha’emek en Afula. Solo sus nombres dan testimonio de sus orígenes étnicos. El Dr. Na’il Bisharat y el Dr. Ehud Paz estaban discutiendo sobre la gravedad de la pandemia. El concepto de igualdad entre árabes y judíos nunca tuvo una mejor expresión. Quién sabe, tal vez presagia el comienzo de un cambio.

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Maniobras de desánimo y pánico moral

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna Fecha: 27 de septiembre de 2020 Hace pocos días Alberto Fernández manifestó que “muchas veces los medios no dicen la verdad, la tergiversan de acuerdo a sus necesidades empresariales”. Dicha aseveración remite en forma directa a la actual operación destinada a montar un clima de época basado en dos dimensiones. La primera, de carácter directo y explícito, diseñada para frustrar o entorpecer el cumplimiento del programa de gobierno del Frente de Todxs y la segunda enfocada a enrarecer el clima social, generar desaliento y garantizar el regreso del neoliberalismo. La primera interpela a las tres fracciones convergentes y superpuestas de la oposición, los neoliberales antiestatistas, los antiperonistas viscerales y los anticuarentena conspiranoicos. Sus mensajes buscan empoderar a los defensores de los grupos concentrados, dotándolo de autoconfianza para obstaculizar la gobernabilidad. La segunda maniobra, más sinuosa y estratégica, tiene como destinatarios los perfiles menos sensibles a los debates político-institucionales. Sobre estos últimos, la trifecta corporativa de medios (Clarín, La Nación e Infobae), viene desplegando una batería de falacias e inexactitudes manifiestas destinadas a sumarle aflicción y confusión a la actual situación pandémica. Mientras sugieren cuestionamientos larvados de las medidas sanitarias indicadas por los epidemiólogos e infectólogos, difunden (y propician) pretendidos éxodos multitudinarios a Punta del Este, publicitan la visa de residencia en variados destinos internacionales y notifican la (supuesta) huida en masa de empresas trasnacionales. Las fracciones fuertemente ligadas al mundo financiero exhiben un espanto manifiesto frente a la posibilidad de perder influencia en el manejo de los resortes claves: por un lado lideran el cuestionamiento a las medidas impulsadas por el gobierno, y –en forma simultánea– instalan la degradación del clima social, impulsando el desánimo y su traducción anómica del sálvese quien pueda. Esta última operación, además de disolver cualquier expectativa respecto al actual gobierno, intenta fundar un espacio vacante para la irrupción de una esperanza política futura, que logre anclar en las próximas elecciones legislativas, cuya campaña se inicia en un semestre. Esta siembra de mensajes cotidianos trabaja para debilitar cualquier contacto entre los colectivos menos politizados de la sociedad y el Frente de Todxs. El ataque directo se ejecuta contra la progresiva desarticulación de la mesa judicial macrista –impulsora de las causas mediáticas destinadas a destruir al kirchnerismo–, el impuesto a las  grandes fortunas y las regulaciones del Banco Central en relación con la divisa estadounidense. La justificación discursiva desde la que se monta esta ofensiva es la defensa de los valores republicanos y el resguardo de la instituciones. Sin embargo, esta arremetida omite el rol que ocupan dos de sus instituciones claves: el Consejo de la Magistratura y el Senado de la Nación. Para los poderes fácticos, los valores republicanos solo son reivindicables cuando coinciden con los criterios y los intereses de sus portavoces y/o sus respectivos patrones. La ofensiva directa es palmaria y explícita. Interpela a los grupos opositores, les brinda insumos discursivos para desafiar al gobierno y los dota de confianza para ilusionarse con un retorno al poder político en un futuro cercano. La maniobra de desánimo, por su parte, tiene como destinatario al tercio de la sociedad cuyo voto es fluctuante y está básicamente articulado al universo simbólico, cotidiano, que lo rodea. Este colectivo  es el que ha decidido los diferentes vuelcos electorales desde 1983 hasta la actualidad. Para este segmento, la trifecta sigue los postulados de la metodología instituida por primera vez en el Reino Unido en la década del ’70 del siglo pasado, consistente en la siembra sistemática de malas noticias y la difusión del pesimismo. Se inocula, mediante la insistencia de malas noticias,  la sensación de caos social. A la pandemia que conlleva el peligro permanente de contagio, ahogo económico y dificultad para proyectarse en el tiempo, se le añade la sensación de desgobierno y el horizonte de una crisis terminal. Esta actividad comunicacional es específicamente pregnante entre quienes se sienten ajenos a las disputas políticas institucionales, suelen percibirlas con desconfianza y cimentan su percepción de la realidad en torno a contextos marcados por el optimismo socioeconómico o su contracara, la depresión. Estratagemas que son coherentes  con los modelos elaborados por el Departamento de Estado para fomentar la catalogación de Estados Fallidos, necesitados de asistencia o injerencia extranjeras para su sobrevivencia. Desolación y después La ofensiva comunicacional indirecta apunta a divulgar determinados mensajes periódicos, dispuestos para exacerbar la decepción, el desaliento y el abatimiento generalizado: La recurrente invitación para acceder a ciudadanías extranjeras de diversos países como solución al desasosiego previamente instalado, haciendo caso omiso a su contraparte de regresos vertiginosos producto de situaciones más graves en otros países. La multiplicación de noticias falsas sobre manejos más eficientes de la gestión sanitaria respecto al coronavirus en otros países. La propagación de información sobre la huida de empresas trasnacionales. (Cantidad mínima comparada con el éxodo sucedido durante el gobierno macrista, según esta concisa cronología). El exilio dorado de integrantes del mundo del espectáculo. Estos discursos fomentan el pánico moral, que busca la reacción de un sector de la sociedad frente a una amenaza que exige respuestas rápidas. Sus difusores cuentan con los sucesos del 2001 como referencia obligada y, aunque no nombren dicha crisis, la utilizan como espejo caótico posible de destino prefijado. Según el sociólogo británico Stanley Cohen, que concibió el concepto de pánico moral, su utilización por parte de los sectores conservadores gira en torno a una amenaza agitada por soportes mediáticos para etiquetar enemigos y al mismo tiempo impedir las transformaciones sociales. Se trata –como sugiere Raúl Zaffaroni en La estructura inquisitorial– de apelar a un instrumento discursivo que proporciona la base para crear un estado de temor colectivo, orientado a ubicar límites a quienes estorban al poder. Este ejercicio se asemeja a una verdadera caza de brujas que necesita personificar y hacer visibles a los chivos expiatorios (la familia Kirchner, los tomadores de tierras en Guernica, los maestros que se resisten a convertirse en vectores de contagio en CABA), de forma similar a quienes fueron etiquetadxs y perseguidxs por el macartismo en la década de 1950. Algunas de las características detalladas por Cohen respecto de la conformación del pánico moral son claramente visibles en

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