Portada

Economia, Nacionales, Portada

La inflación también es una batalla política

Fuente: Alfredo Zaiat | Página/12 Fecha: 18 de abril de 2021 La política fiscal, monetaria y cambiaria viene acompañada de medidas coyunturales para frenar la escalada de precios. Esas iniciativas son rechazadas por el establishment. La conducción política del poder económico busca erosionar las perspectivas electorales del gobierno del Frente de Todos. Pese a la reiterada estrategia de hacer política con muertos de la principal fuerza de la oposición (Cromañón, Nisman y ahora la pandemia) y de los brulotes de economistas mediáticos, algunos de ellos responsables del fracaso macrista y otros campeones de pronósticos fallidos, el equipo económico del gobierno de Alberto Fernández puede mostrar los siguientes méritos: * Refinanció la deuda con acreedores privados, internacionales y locales, extendiendo los plazos, con período de gracia y bajando la tasa de interés. * Reconstruyó el mercado de deuda en pesos, fulminado con el insólito default de pasivos en moneda nacional («reperfilamiento» en lenguaje de marketing) del último ministro de Economía de Macri, Hernán Lacunza. * Ordenó las cuentas fiscales en un escenario económico muy adverso por la herencia macrista y luego por la pandemia. * Pese a la restricción de recursos diseñó un dispositivo efectivo de protección económica de empresas, trabajadores y grupos sociales vulnerados por la crisis del coronavirus. * Ajustó el régimen de administración de divisas que permitió primero frenar la corrida cambiaria, para después comenzar una constante compra de dólares. * Definió un marco de negociación con el Fondo Monetario Internacional que acercó la posibilidad de un acuerdo en condiciones relativamente aceptables para no abortar la recuperación de la economía. * Avanzó en la posibilidad de refinanciar los vencimientos de deuda con el Club de París. En este recorrido favorable, la evolución de la inflación no está incluida. El principal y complejo desafío de cortísimo plazo que tiene el ministro de Economía, Martín Guzmán, es bajar fuerte el ritmo de aumentos de precios. La tasa acumulada del primer trimestre ha sido dura, con un 4,8 por ciento en marzo que enciende luces de alerta. Manuales A diferencia de experiencias pasadas que pensaban que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario, ignorando que la devaluación cabalgando al galope lanzaba nafta al fuego de los precios, el equipo económico ampliado del gobierno de Fernández tiene criterios sensatos y avanza simultáneamente en varios frentes. Esto significa registrar que la inflación tiene origen multicausal, como reconoció hasta el Fondo Monetario Internacional, lo que ha generado urticaria emocional a la grey doméstica de la ortodoxia. Tan impactados han quedado algunos de sus miembros que dicen que descreen de la existencia de ese comunicado oficial del Fondo, y otros directamente lo han ignorado cuando hasta hace poco cualquier mención del staff técnico era considerada palabra santa. Poner el foco en los diversos impulsores de la inflación no asegura resultados pero, al menos, se aleja de concepciones teóricas y prácticas obsoletas que sólo han provocado daños al tejido social y productivo. Como ya se precisó en esta columna, la particularidad de la economía argentina de ser bimonetaria, muy endeudada en dólares, de ingreso medio y elevada inflación exige un esfuerzo adicional para abordar esa complejidad.  Con décadas de anotar cifras de inflación altas y muy altas queda en evidencia que los manuales tradicionales son insuficientes para aplicar en la economía local, situación que reclama amplitud en el análisis y en la utilización de instrumentos de la política económica. Misión El equipo económico admite que la inflación enero-marzo está fuera de los parámetros esperados y que es elevada. El objetivo explícito que tiene es buscar reducirla en forma gradual junto a la recuperación del poder adquisitivo del salario. Tras esa meta, señala tres indicadores para reforzar la estrategia oficial: 1. El tipo de cambio no está actuando como impulsor de la tasa de inflación, como lo hizo el año pasado. 2. Los sindicatos que cerraron paritarias lo han concretado en línea con los objetivos de política macroeconómica definidas por el Gobierno. 3. La política fiscal continúa en un sendero progresivo de consolidación de la mano de una recuperación gradual y heterogénea de la actividad económica. Para disminuir la tasa de inflación, misión en la que se juega no sólo la cuestión económica sino el proyecto político del Frente de Todos, el voluntarismo no conduce a un sendero apacible; más bien orienta a abrazarse a la frustración de las buenas intenciones. En estos meses el combo de fuerte repunte de los precios internacionales de las materias primas agropecuarias con recomposición acelerada de márgenes de rentabilidad provocó el salto inflacionario. Un informe de Economía indica que en el primer trimestre de 2021, el índice de precios de las materias primas que elabora el Banco Central aumentó 14 por ciento, acumulando un incremento de 34 por ciento desde septiembre de 2020, explicado fundamentalmente por el alza del precio de los productos agropecuarios. Este impacto en los precios locales es lo que se denomina «inflación importada». Es uno de los aumentos de las materias primas más fuertes de los últimos años, alcanzando máximos que no se observaban desde 2014. Si bien el alza de estos precios mejora las condiciones del sector externo, ha significado también una presión continua sobre los precios internos, en particular aquellos vinculados con la canasta alimentaria. Expectativas La inflación de estos meses es expresión de la tradicional puja distributiva que, como ya ha quedado probado, en la economía argentina adquiere una intensidad que otras no tienen. Tan es así que la inflación ha marcado cifras mensuales elevadas a lo largo de la pandemia sin importar el derrumbe de la actividad al comienzo de la crisis del coronavirus, el congelamiento de tarifas, la limitación de la demanda por la reducción de la masa salarial global y la relativa contención cambiaria. En los peores meses de la pandemia los precios siguieron subiendo y se aceleró la tendencia cuando empezó la reapertura de la economía, que derivó en recuperación de la actividad en la mayoría de los sectores. Guzmán está convencido de que utilizando los instrumentos tradicionales de política económica (fiscal, monetaria y cambiaria) podrá alinear la tasa de inflación para evitar que se replique en los próximos meses la dinámica registrada en el primer trimestre. A la vez, en el equipo económico indican que al mismo tiempo se necesitan acciones inmediatas directas (control e intervención en mercados sensibles) para que el indicador de este y el próximo mes

Nacionales, Politica, Portada

El padrino de Borinsky

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna Fecha: 18 de abril de 2021 Mariano Borinsky y Germán Garavano, dos días después de que el primero confirmara la condena contra Amado Boudou. En la Justicia federal existe una opinión unánime acerca de quién apadrinó a Mariano Borinsky a la Cámara de Casación. Quienes frecuentan los pasillos del edificio de Retiro señalan a Horacio Antonio Stiuso como el gran influencer que logró ubicar al actual magistrado mientras cumplimentaba su especialidad de silenciar a otros mediante los denominados carpetazos. “Jaime” –o El Ingeniero– desplegó su ascendencia y señorío en los ámbitos tribunalicios durante la primera década y media del siglo XXI, hasta que su estrella se apagó en diciembre de 2014 cuando Cristina Fernández de Kirchner lo despojó de la botonera con la que ejercitaba su poder. Borinsky fue designado en la Cámara de Casación en 2011. El actual vicepresidente segundo de la Cámara de Casación tuvo varias oportunidades para gratificar el aval recibido en sus primeros pasos en Comodoro Py. Algunas de esas retribuciones quedaron expuestas de forma sugestiva en dictámenes en los que Borinsky buscó salvaguardar el buen nombre y honor de su promotor. En 2011, Gustavo Beliz –actual Secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia– había sido absuelto por el Tribunal Oral Federal 3 en la imputación –promovida por Stiuso– de violación de secretos de Estado, por haber exhibido una imagen del espía en el programa de TV de Mariano Grondona. Borinsky, integrante de la Sala IV de Casación, consideró junto a Gustavo Hornos y Juan Carlos Gemignani que el Tribunal Oral Federal 3 había actuado con parcialidad, y dictaminó en 2012 que se volviera a juzgar a Beliz. El escándalo por la salvaguardia del espía generó tanto revuelo que la Corte Suprema revocó el fallo de la Sala IV, y Beliz fue definitivamente absuelto. Muchos operadores judiciales consideran que el vínculo entre Borinsky y Stiuso supone algo más que una devolución de favores. En 2019, cuando todavía estaba operativa la Mesa Judicial bifronte gestionada por Fabián Rodríguez “Pepín” Simón y Daniel “El Tano” Angelici, la jueza federal María Romilda Servini desestimó una nueva denuncia promovida por Stiuso, dirigida contra el titular de la asociación La Alameda, Gustavo Vera, y los jueces Daniel Rafecas y Sebastián Casanello. Según la presentación promovida por el ex espía, los tres se habrían reunido de forma secreta en una quinta de Moreno para confabular contra su persona. El motivo real de la reunión, que no fue clandestina y de la que participó también el sacerdote Marcelo Sánchez Sorondo, fue la organización de unas jornadas antimafia en la legislatura porteña. La operación mediático-jurídica de la que se hizo eco Stiuso fue iniciada por el matutino Clarín con una nota publicada el 19 de noviembre de 2016, titulada “Casanello, Rafecas y Vera y una reunión secreta”, en el marco de una ofensiva contra los dos jueces de Comodoro Py, que en tiempos macristas no aceptaban someterse a los mandatos de la mesa judicial diagramada por “Pepín” y “El Tano”. A pesar de que la Cámara Federal y el fiscal actuante habían coincidido con Servini en que debía archivarse la causa contra Vera, Rafecas y Casanello, los camaristas de Casación Borinsky y Javier Carbajo decidieron anular la resolución y le ordenaron a la magistrada que dispusiera un nuevo pronunciamiento, acorde a los cuestionamientos planteados por Stiuso. Un tercer expediente en el que el juez de Casación evidenció su afinidad sinuosa con el ex espía es el que tiene como imputado e Juan Sebastián “El Enano” De Stéfano, director del área jurídica de la central de inteligencia dirigida por Gustavo Arribas y Silvia Majdalani hasta 2019. Según conocedores del submundo de la AFI, De Stéfano recurrió en varias oportunidades al consejo de Stiuso para planificar, diseñar y ejecutar el espionaje contra aliados díscolos, empresarios, periodistas y dirigentes opositores. Las prioridades de las operaciones de espionaje tuvieron como propósito central el contribuir a deteriorar la imagen pública de Cristina Fernández de Kirchner, asegurar su proscripción política y/o promover su detención. Borrar las huellas Esa colaboración entre “Jaime” y “El Enano” es la que Borinsky se empecina en invisibilizar cuando impulsa el pase de la causa de Lomas de Zamora –donde está imputado De Stéfano– a los tribunales de Comodoro Py, en connivencia con el ex secretario de Mauricio Macri, Darío Nieto. Esta es la razón además por la que el casador rechazó apartarse de la misma causa pese a que uno de los defensores de “El Enano” es Darío Rubinska, hermano de su concuñado. Ramiro Rubinska está casado con Ingrid Meischenguiser, y la hermana de esta última, Evelyn, es la esposa de Borinsky. El entramado que rodea al juez Borinsky incluye al padre de los Rubinska (Jorge), quien compartió variados patrocinios junto a Julián Subias, socio de Santiago Blanco Bermúdez. Los dos últimos son los históricos abogados de Antonio Horacio Stiuso. De Stéfano está procesado por el juez de Lomas de Zamora, Juan Pablo Augé, en el marco de la megacausa de espionaje de la que fueron víctimas la ex Presidenta, presos políticos detenidos en instalaciones del Servicio Penitenciario Federal, jueces, periodistas y legisladores, entre otros. La falta de recato del juez, sin embargo, tuvo etapas menos bochornosas: en 2013 Borinsky solicitó su inhibición de una causa debido a que el abogado patrocinante era Ramiro Rubinska. En aquella ocasión, su pedido fue concedido debido a “razones de decoro y delicadeza, atento el parentesco que el señor juez guarda respecto del defensor particular de la imputada”. Según los periodistas que transitan los pasillos de Comodoro Py, el casador reincidió en una falta absoluta de decoro al votar in límine contra su apartamiento de las causas ligadas al espionaje, solicitado por el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal a través del abogado querellante Mario Filozof. El pedido de inhibición se planteó luego de que trascendieran sus quince visitas a la Quinta de Olivos y su ligazón con el dirigente de la DAIA Santiago Kaplún. Para superar dicho pedido de apartamento, Borinsky se vio conminado a definir la

Nacionales, Politica, Portada

La experiencia de un nuevo totalitarismo

Fuente: Edgardo Mocca | El Destape Fecha: 17 de abril de 2021 El fantasma del autoritarismo es un arma muy importante del arsenal propagandístico de la derecha. A propósito de las “luchas por la libertad” en Buenos Aires.  “Es muy curiosa la vocación despótica y nihilista del control militarizado de las calles y de la libertad”. Así empieza a comentar la situación política argentina actual la columna de ayer de Miguel Wiñazki en el diario Clarín. ¿Quién vio en estos días algún militar patrullando alguna calle en la ciudad de Buenos Aires? Hubo sí un tiempo en que había muchos militares en las calles porteñas, no siempre con uniforme, claro está. Y no solamente patrullaban. Hostigaban a los ciudadanos, perseguían, secuestraban y mataban. En esa época, la de la última dictadura empresarial-militar, el diario en el que se escribe la nota mencionada no criticaba una “vocación despótica”; más bien elogiaba la acción del “gobierno de las fuerzas armadas” y la consideraba necesaria para “poner orden” en el país. Nunca se conoció una autocrítica de sus dueños y gerentes. El fantasma del autoritarismo es un arma muy importante del arsenal propagandístico de la derecha; en el país y en todo el mundo. El uso de esos conceptos remite con frecuencia a los procesos nacidos en Europa en los años previos a la segunda guerra mundial. Era el tiempo de las crisis de las democracias liberales y de la experiencia de fuerzas políticas que llegaban al gobierno a través de procesos constitucionales y a partir de allí emprendían el tránsito hacia regímenes de excepción.  La literatura y las ciencias sociales construyeron entonces una doctrina interpretativa de los fenómenos de caídas de la democracia sobre la base de una categoría central: el “totalitarismo”. Se trataría de una versión extrema del régimen autoritario, caracterizado por el carácter ilimitado del dominio del estado sobre las vidas individuales. Es decir, un estado sin límites, “total”. Después del fin de la guerra y caídos los autoritarismos nazi-fascistas y de un breve intervalo de paz entre las dos superpotencias emergidas del conflicto, el término totalitarismo pasó a ocupar un lugar central en la propaganda de Estados Unidos contra la Unión Soviética. Democracia o totalitarismo pasó a ser el principio retórico central, el fundamento de la superioridad de “occidente” frente a los ensayos soviéticos y del oriente europeo de organizar un régimen social alternativo al capitalismo. Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia. Con el tiempo el uso se extendió para caracterizar como autoritaria o totalitaria a cualquier fuerza a la que se considerara una amenaza política a los intereses globales de Estados Unidos, tal como sigue ocurriendo en la actualidad. La literatura daría, con “1984”, la novela distópica de George Orwell, escrita en 1949, una visión clásica del fenómeno. Desde las ciencias sociales, los trabajos de Hannah Arendt le dieron al término un corpus teórico muy funcional a las necesidades político-diplomáticas de Estados Unidos, al concebir a la realidad soviética, en tiempos de Stalin y después, como el modelo más completo del concepto, más aún que el propio régimen hitleriano.  Ahora bien, alrededor del totalitarismo se desarrolló de modo nada casual una visión particular del mundo en cuyo interior el peligro de la pérdida de la libertad humana viene de modo invariable de los estados. Así el neoliberalismo conquistó posiciones en Estados Unidos y en Europa sobre la base del ataque al estado como portador del peligro -cuando no de la experiencia- de la pérdida de la libertad de los ciudadanos. Los “estados sociales” creados en la posguerra pasaron a ser considerados como elefantes burocráticos e ineficientes que buscan apoderarse de cada vez más recursos sociales. El ataque al estado fue el fundamento de la gran revolución capitalista iniciada en los años setenta del siglo pasado. Se dice, en general, que el terreno de prueba de la “nueva doctrina” fue la Inglaterra de Thatcher y los Estados Unidos de Reagan, pero su forma primera y más drástica más drástica se conoció en las dictaduras del Cono Sur, particularmente de Argentina y Chile. Con la caída de la Unión Soviética pareció cerrarse el círculo: el mundo marchaba hacia una progresiva liberalización sacándose de encima el salvavidas de plomo de los estados “autoritarios”.  ¿Quién establece el orden político en estos tiempos de decadencia de los estados? ¿Quién decide sobre las inversiones, los precios, los ingresos y el presupuesto? Formalmente siguen siendo los parlamentos y los gobiernos. Pero está claro que el panel de mando que toma las decisiones se ha corrido del estado a las corporaciones económicas y financieras que ejercen en la mayor parte del mundo un virtual “poder de veto” sobre las decisiones estatales. Y la creación (“orweliana”) de un mundo en el que el significado de las palabras era fijado por el poder se desplazó desde los estados hacia los grandes medios de comunicación, herramientas ideológicas centrales del régimen capitalista neoliberal. ¿Qué significan hoy “democracia”, “libertad”, “derechos humanos”? En muchas grandes ciudades del mundo se desarrolla un ánimo político propenso a ver cualquier intervención preventiva del estado, en tiempos tan dramáticos como los de la actual pandemia, como una invasión a los derechos individuales.  El politólogo estadounidense llamó a este fenómeno el “totalitarismo invertido”. Ya no es el estado regulando los vínculos sociales sino la economía de mercado (y su ideología), imponiendo su poder de facto, la que establece el significado de las palabras. Por supuesto que no se trata de un círculo definitivamente cerrado. Por el contrario, probablemente estemos ante la proximidad de una crisis de este nuevo totalitarismo en tiempos en que lo que se acapara de modo individualista ya no es solamente dinero y propiedad sino -como está ocurriendo- los recursos de supervivencia humana que la ciencia ha generado, como son las vacunas contra la pandemia. Acaso la lucha contra el nuevo totalitarismo esté recién empezando.

Colectividad judía, Nacionales, Portada

Juez y parte

Fuente: Jorge Elbaum y Horacio Verbitsky | El Cohete a la Luna Fecha: 11 de abril de 2021 El camarista Mariano Borinsky asesoró a la DAIA sobre el modo de conseguir la reapertura de la causa iniciada contra la ex Presidenta CFK por el fiscal general Natalio A. Nisman, que él mismo decidió junto con Gustavo Hornos, como jueces de la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal. Fue lo que el habla popular llama juez y parte. Sus contactos fueron el secretario general y abogado de la DAIA, Santiago Kaplún, y su pro-tesorero, Daniel Belinki. Así lo narraron al Cohete varios miembros de la Comisión Directiva que actuó en el periodo 2015-2018. Además, Kaplún es socio de Ramiro Rubinska, casado con Ingrid Meischenguiser, cuya hermana Evelyn es la esposa de Borinsky. Esa operación concebida en familia no conformó a todos los miembros de la Comisión Directiva de la DAIA, y por eso lo sucedido llegó a conocimiento del Cohete a la Luna. El entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, tenía relación con el abogado de la DAIA, desde hacía más de una década: Kaplún fue quien presentó directamente ante la Corte la causa Mendoza, en la que el tribunal ordenó a los gobiernos de la Nación, la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires la limpieza del Riachuelo. Desde entonces, el juez publicó libros y dictó conferencias sobre derecho ambiental. La última, esta semana, en la Escola Nacional de Formação e Aperfeiçoamento de Magistrados de Brasil, donde hace dos años expuso el juez Sergio Moro. El encuentro no es para gente modesta: se titula Grandes Juristas del Mundo (sic). Allí Lorenzetti hizo una llamativa autocrítica:  “Es aconsejable que los tribunales tengan la sabiduría de limitar los procedimientos y dejar que los demás poderes del Estado cumplan su función”, dijo. En marzo de 2015, Lorenzetti publicó un video sobre la Justicia, que incluía la muerte de Nisman entre los crímenes impunes, cuando sólo habían transcurrido 45 días del hallazgo de su cuerpo y nada indicaba la intervención de terceros. La dimisión Según los ex directivos de la DAIA consultados, el juez Borinsky brindó un asesoramiento clave y sugerencias varias para garantizar: que la DAIA fuera aceptada como querellante, pese a la oposición manifestada por el fiscal general de Casación, Javier De Luca, dado que la entidad no había presentado el poder especial que el código procesal señala como necesario para querellar, y que la presentación contuviera argumentos suficientes para motivar a sus colegas, Gustavo Hornos y Ana María Figueroa, a dar el consentimiento para la reapertura de una causa que ya constituía cosa juzgada. Para ello se utilizó la grabación anónima de un diálogo telefónico entre el canciller Héctor Timerman y Guillermo Borger, el presidente de la AMIA, que compartía el edificio con la DAIA. Borger le recriminaba que se abriera una negociación con un “Estado mentiroso y negacionista como Irán” y Timerman le respondía: “Si fuera otro, no hubiese puesto la bomba, ¿tenés otro para negociar?”. Quienes interactuaron con Kaplún recuerdan su especial inquina contra Timerman. La DAIA y la AMIA habían saludado como un avance la firma del Memorándum, hasta que los gobiernos de Israel y de Estados Unidos lo condenaron. El giro de 180° fue inmediato. Días antes que la Cámara de Casación se pronunciara, Kaplún le garantizó al resto de los integrantes de la Comisión Directiva: “Hay acuerdo para que el expediente se reabra”. Creada en 1934, la DAIA se convirtió este siglo en una operadora política  del PRO. Nunca antes se había involucrado de tal modo en cuestiones de política partidaria argentina, aunque ha sido tradicional su alineamiento con los partidos de la derecha de Israel. El malestar en la DAIA llegó a tal punto, que Kaplún fue forzado a dimitir de su cargo. El entonces presidente interino Alberto Indij le exigió la renuncia “por llevar a cabo iniciativas inconsultas respecto al resto de la mesa ejecutiva, tomando decisiones a espaldas de las máximas autoridades de la institución”. —¿A qué iniciativas inconsultas se refiere? —le preguntó El Cohete. —Entre otras, a la carta que presentó en la audiencia ante la Cámara de Casación, que no había sido autorizada por las autoridades —respondió Indij. El matutino Clarín tituló su nota del 19 de diciembre de 2016: “Impactante y provocadora carta de la DAIA para pedir que se abra la denuncia de Nisman”. Su texto, que Kaplún leyó ante la Cámara de Casación se preguntaba qué sucedería con esa causa si Daniel Scioli y Carlos Zannini hubieran sido electos Presidente y Vice un año antes, Aníbal Fernández gobernador de Buenos Aires y Luis D’Elía designado embajador en Teherán. Suponía que la comisión de la verdad contemplada en el Memorándum estaba trabajando en Irán y que sus miembros terminarían de leer el medio millón de fojas de la causa en 2026. Por último se congratulaba de que nada de eso hubiera ocurrido y que la reapertura de la causa trajera esperanza. Indij presidió la DAIA entre mayo de 2017, cuando debió alejarse el titular Ariel Cohen Sabban luego de la denuncia de Esmeralda Mitre por juego de manos, y octubre de ese mismo año, cuando lo sucedió el actual presidente Jorge Knoblovits. La renuncia de Kaplún se produjo en julio de 2017, durante el interinato de Indij. En diciembre de ese año, cuando el doctor Glock procesó a Cristina, Timerman, Zannini y el actual viceministro de Justicia Juan Martín Mena, Kaplún ventiló su resentimiento ante un grupo de socios de Macabi, cuya comisión directiva integra: “Me van a tener que agradecer el trabajo que hice en 2016. No pudimos por ahora meter en cana a Cristina. Pero falta menos…”.  Uno de los asistentes lo transmitió al Cohete. Los deportistas Belinki se alejó en solidaridad con Kaplún y se sumó como asesor a la Comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Diputados, que presidía Waldo Wolff, aunque ambos carecían de competencia alguna en temas de seguridad. Los dos presidieron la Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos, FACCMA, donde Borinsky desarrolló las capacidades tenísticas que

Nacionales, Opinion, Portada

Comunicados llenos de intencionalidad

Fuente:  Carlos Heller| Tiempo Argentino Fecha: 11 de abril de 2021 Entre la batería de comunicados que se conocieron en estos días no hay que dejar de mencionar uno en particular: el de la mesa nacional de Juntos por el Cambio. Allí se habla de preocupación porque “frente al fracaso de la estrategia sanitaria del gobierno nacional la respuesta repetida sea insistir con restricciones excesivas y mal calibradas”, una aseveración que generosamente se podría calificar como errada. También se usan expresiones como “fracaso del plan vacunatorio”, cuando, se sabe, hay a nivel global una problemática de insuficiencia de vacunas que es generalizada. No se trata de una declaración puntual sino de un discurso elaborado y con carácter institucional. El actual contexto sanitario demanda responsabilidad de todas las partes involucradas, y el comunicado en cuestión no parece reunir ese requisito. En el plano económico, las cámaras empresariales que nuclean al capital concentrado hicieron sus propios comunicados en contra de las políticas de precios. La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) afirmó que “el sector ha tenido que convivir desde marzo del 2020 con el congelamiento de todos sus precios”. Pura posverdad, ya que en su conjunto el segmento de Alimentos y bebidas no alcohólicas mostró un aumento de la inflación en febrero de 2021 del 43,9% interanual. Es el rubro que más incidencia tiene en la canasta de los hogares y el que, en un contexto de pérdida de ingresos laborales, define por ejemplo los niveles de indigencia. Al respecto, los últimos datos muestran que en el segundo semestre de 2020 no cubría la ingesta mínima necesaria el 10,5% de las personas (+2,5 puntos porcentuales respecto de un año atrás). Ni pensar en qué ocurriría de no existir las regulaciones que estos empresarios rechazan. Según la Copal, este tipo de políticas de precios representan un riesgo para la “sustentabilidad de las empresas, debido a los persistentes incrementos de costos que han dejado a los distintos sectores en una situación crítica”. También se rechaza la creación del Sistema Informativo para la Implementación de Políticas de Reactivación Económica” (SIPRE), por medio del cual las empresas de mayor tamaño deben informar mensualmente los precios vigentes y las cantidades vendidas de todos sus bienes finales o intermedios, así como también el stock de todos sus productos. La Copal requirió la suspensión de los efectos de la norma hasta tanto se evalúe su derogación, basándose en una presunta “ilegalidad, ilegitimidad e inconstitucionalidad de dicha resolución”. “Asimismo —continúa el documento—, considerando los inconvenientes técnicos lejos está de ser una medida que atienda a la real situación que atraviesan las industrias de alimentos y bebidas, intensifica la carga burocrática de las empresas demandando mayores recursos para atender la normativa establecida, lo que atenta contra la viabilidad, competitividad y sustentabilidad de la industria”. Hay que decir que es información que las empresas manejan cotidianamente, por lo que no debiera ser una tarea ardua ni costosa brindársela al Estado. Las políticas de precios están plenamente justificadas y son más que necesarias. El propio FMI reconoce que la inflación es un fenómeno multicausal, lo que significa que no es exclusivamente monetario ni fiscal, como se solía argumentar. Hoy en Argentina se observa una mejora de las cuentas públicas, el tipo de cambio no tracciona a la inflación y tampoco lo hacen las tarifas, por lo que es en la puja distributiva donde hay que ver qué está ocurriendo. En este marco, poder ingresar a las cadenas de valor sería una buena forma de conocer las problemáticas del sector. ¿Qué mejor manera de hacerlo que abrir la información y analizar dónde están las distorsiones? Por su parte, la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), que representa a las empresas de ese país, señaló en otro comunicado que “la disposición sobre precios máximos ha sido una decisión unilateral del gobierno, que desoye la predisposición de las empresas, conscientes de la situación social de nuestro país, al verse imposibilitados de orientar su oferta o portafolio hacia audiencias con distintos niveles de poder adquisitivo”. El poder económico real está jugando su partido, presiona y condiciona en pos de un Estado canchero, para seguir maximizando sus ganancias, en Argentina y en el mundo. Recientemente se conoció el ranking 2020 de los milmillonarios de la revista Forbes. Los datos muestran que a nivel global hay 660 personas en el mundo que han ingresado al selecto club de los milmillonarios, que llega a las 2.755. En el otro extremo, según el Banco Mundial, unas 100 millones de personas habrían ingresado en condición de pobreza extrema. Nada de que alegrarse. Según Forbes, las fortunas en conjunto de esas 2.755 suman a fines de 2020 unos 13,1 billones de dólares, frente a los 8 billones de hace un año, un aumento de los patrimonios del 63,8% medidos en dólares, que además ocurrió a ritmo récord. Una oscura postal de un mundo injusto e inviable, que se nubló aún más con la irrupción de la pandemia. Por eso es preciso generar los mecanismos fiscales para que la riqueza empiece a “derramar” hacia abajo, ya que no se puede confiar en que lo haga el crecimiento, según sostiene el pensamiento neoliberal. Una de las esferas a modificar es la impositiva ya que las personas más ricas se siguen enriqueciendo aprovechando los “huecos” de las normativas vigentes, que facilitan la elusión y el pago de menos impuestos, facturando desde los lugares de baja tributación, operando con paraísos fiscales, etc. En materia de tributación corporativa global, si bien las medidas deben ser encaradas de forma coordinada entre los principales países, Estados Unidos acaba de dar un puntapié importante. El presidente Joe Biden anunció su plan para recaudar 2,5 billones de dólares durante los próximos 15 años, que ahora deberá tratar el Congreso. Se establece, entre otras cuestiones, que las empresas que actualmente pagan impuestos en el exterior no podrán evitar los tributos estadounidenses sobre los pagos que realicen a subsidiarias extranjeras. Como señaló Biden, “no es aceptable que 91 de las 500

Nacionales, Politica, Portada

Juez y parte

Fuente: Jorge Elbaum y Horacio Verbitzky | El Cohete a la Luna Fecha: 11 de abril de 2021 El camarista Mariano Borinsky asesoró a la DAIA sobre el modo de conseguir la reapertura de la causa iniciada contra la ex Presidenta CFK por el fiscal general Natalio A. Nisman, que él mismo decidió junto con Gustavo Hornos, como jueces de la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal. Fue lo que el habla popular llama juez y parte. Sus contactos fueron el secretario general y abogado de la DAIA, Santiago Kaplún, y su pro-tesorero, Daniel Belinki. Así lo narraron al Cohete varios miembros de la Comisión Directiva que actuó en el periodo 2015-2018. Además, Kaplún es socio de Ramiro Rubinska, casado con Ingrid Meischenguiser, cuya hermana Evelyn es la esposa de Borinsky. Esa operación concebida en familia no conformó a todos los miembros de la Comisión Directiva de la DAIA, y por eso lo sucedido llegó a conocimiento del Cohete a la Luna. El entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, tenía relación con el abogado de la DAIA, desde hacía más de una década: Kaplún fue quien presentó directamente ante la Corte la causa Mendoza, en la que el tribunal ordenó a los gobiernos de la Nación, la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires la limpieza del Riachuelo. Desde entonces, el juez publicó libros y dictó conferencias sobre derecho ambiental. La última, esta semana, en la Escola Nacional de Formação e Aperfeiçoamento de Magistrados de Brasil, donde hace dos años expuso el juez Sergio Moro. El encuentro no es para gente modesta: se titula Grandes Juristas del Mundo (sic). Allí Lorenzetti hizo una llamativa autocrítica:  “Es aconsejable que los tribunales tengan la sabiduría de limitar los procedimientos y dejar que los demás poderes del Estado cumplan su función”, dijo. En marzo de 2015, Lorenzetti publicó un video sobre la Justicia, que incluía la muerte de Nisman entre los crímenes impunes, cuando sólo habían transcurrido 45 días del hallazgo de su cuerpo y nada indicaba la intervención de terceros. La dimisión Según los ex directivos de la DAIA consultados, el juez Borinsky brindó un asesoramiento clave y sugerencias varias para garantizar: que la DAIA fuera aceptada como querellante, pese a la oposición manifestada por el fiscal general de Casación, Javier De Luca, dado que la entidad no había presentado el poder especial que el código procesal señala como necesario para querellar, y que la presentación contuviera argumentos suficientes para motivar a sus colegas, Gustavo Hornos y Ana María Figueroa, a dar el consentimiento para la reapertura de una causa que ya constituía cosa juzgada. Para ello se utilizó la grabación anónima de un diálogo telefónico entre el canciller Héctor Timerman y Guillermo Borger, el presidente de la AMIA, que compartía el edificio con la DAIA. Borger le recriminaba que se abriera una negociación con un “Estado mentiroso y negacionista como Irán” y Timerman le respondía: “Si fuera otro, no hubiese puesto la bomba, ¿tenés otro para negociar?”. Quienes interactuaron con Kaplún recuerdan su especial inquina contra Timerman. La DAIA y la AMIA habían saludado como un avance la firma del Memorándum, hasta que los gobiernos de Israel y de Estados Unidos lo condenaron. El giro de 180° fue inmediato. Días antes que la Cámara de Casación se pronunciara, Kaplún le garantizó al resto de los integrantes de la Comisión Directiva: “Hay acuerdo para que el expediente se reabra”. Creada en 1934, la DAIA se convirtió este siglo en una operadora política  del PRO. Nunca antes se había involucrado de tal modo en cuestiones de política partidaria argentina, aunque ha sido tradicional su alineamiento con los partidos de la derecha de Israel. El malestar en la DAIA llegó a tal punto, que Kaplún fue forzado a dimitir de su cargo. El entonces presidente interino Alberto Indij le exigió la renuncia “por llevar a cabo iniciativas inconsultas respecto al resto de la mesa ejecutiva, tomando decisiones a espaldas de las máximas autoridades de la institución”. —¿A qué iniciativas inconsultas se refiere? —le preguntó El Cohete. —Entre otras, a la carta que presentó en la audiencia ante la Cámara de Casación, que no había sido autorizada por las autoridades —respondió Indij. El matutino Clarín tituló su nota del 19 de diciembre de 2016: “Impactante y provocadora carta de la DAIA para pedir que se abra la denuncia de Nisman”. Su texto, que Kaplún leyó ante la Cámara de Casación se preguntaba qué sucedería con esa causa si Daniel Scioli y Carlos Zannini hubieran sido electos Presidente y Vice un año antes, Aníbal Fernández gobernador de Buenos Aires y Luis D’Elía designado embajador en Teherán. Suponía que la comisión de la verdad contemplada en el Memorándum estaba trabajando en Irán y que sus miembros terminarían de leer el medio millón de fojas de la causa en 2026. Por último se congratulaba de que nada de eso hubiera ocurrido y que la reapertura de la causa trajera esperanza. Indij presidió la DAIA entre mayo de 2017, cuando debió alejarse el titular Ariel Cohen Sabban luego de la denuncia de Esmeralda Mitre por juego de manos, y octubre de ese mismo año, cuando lo sucedió el actual presidente Jorge Knoblovits. La renuncia de Kaplún se produjo en julio de 2017, durante el interinato de Indij. En diciembre de ese año, cuando el doctor Glock procesó a Cristina, Timerman, Zannini y el actual viceministro de Justicia Juan Martín Mena, Kaplún ventiló su resentimiento ante un grupo de socios de Macabi, cuya comisión directiva integra: “Me van a tener que agradecer el trabajo que hice en 2016. No pudimos por ahora meter en cana a Cristina. Pero falta menos…”.  Uno de los asistentes lo transmitió al Cohete. Los deportistas Belinki se alejó en solidaridad con Kaplún y se sumó como asesor a la Comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Diputados, que presidía Waldo Wolff, aunque ambos carecían de competencia alguna en temas de seguridad. Los dos presidieron la Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos, FACCMA, donde Borinsky desarrolló las capacidades tenísticas que

Nacionales, Politica, Portada

¿Hay un “más allá” de la pandemia?

Fuente: Eduardo Mocca| El Destape Fecha: 10 de abril de 2021 El modo de “discusión política” que intenta imponer la derecha argentina es el del batifondo, los insultos, las mentiras y el cinismo. Pasaron las referencias al buen desempeño de Chile o de Uruguay frente a la pandemia, la campaña contra la “vacuna rusa”, campaña modelada con más de treinta años de atraso y bajo el relato más propicio para la política imperial de Estados Unidos, con sus apelaciones al “mundo libre”, al peligro del autoritarismo ruso y hasta el espionaje que pudiera venir de Cuba disfrazado de ayuda sanitaria… Todo ese ruido tiene un solo sentido, el de debilitar al gobierno y fortalecer la dependencia intelectual de la política argentina respecto de la mirada del mundo del Departamento de Estado de los Estados Unidos.        Por su parte el gobierno modeló una hoja de ruta correcta. Aislamiento inmediato y casi generalizado, concentración de los esfuerzos para evitar el colapso del sistema sanitario, seriamente debilitado durante el cuatrienio macrista, coordinación intensa entre el estado nacional y las administraciones provinciales y seguimiento coordinado de la acción. Con la aparición de las vacunas y los procesos de aprovisionamiento, el centro de la cuestión se corrió. Las vacunas establecen una nueva dimensión temporal. El tiempo que nos lleve la inmunización directa o indirecta de la población marcará la transición. Pero, de qué transición se trata. La expresión “nueva normalidad” fue afortunada en términos comunicativos. Pero tiene un problema: no significa nada. Nadie sabe en qué consiste. Y además fueron apareciendo nuevas cepas del virus, lo que abre el interrogante sobre cuánto de esta nueva experiencia civilizatoria podrá ser resuelta o reencauzada desde la industria farmacológica. Industria que, además, y como no podía ser de otro modo, está altamente concentrada en pocos laboratorios a nivel mundial, lo que la pandemia ha puesto de relieve de modo macabro.        Es completamente comprensible que los gobiernos intenten influir positivamente en el estado de ánimo social. La capacidad de generar un ánimo colectivo sensible a la cuestión del cuidado y optimista en cuanto a la capacidad colectiva de actuar para reducir el daño forma parte del núcleo de la política para atravesar períodos de pronunciada fragilidad como ésta. La oposición de derecha trabaja incansablemente para neutralizar esos esfuerzos, para bajar la autoestima nacional, producir desconfianzas artificiales y a veces lindantes con el delirio. En la polifonía de Juntos por el Cambio, cada vez cobran más importancia las modalidades extremas y más peligrosas, las menos propensas a un diálogo con pretensiones de alcance estatal. Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.        En medio de las tensiones de estos tiempos, el gobierno argentino resolvió hasta ahora el objetivo -siempre en riesgo- de mantener en orden el sistema sanitario. Tuvo y tiene un protagonismo importante en la lucha por el abastecimiento de vacunas, en un mundo en que los estados siguen compitiendo en términos hobbesianos, sin contrato social alguno, contradiciendo la profecía neoliberal de los años noventa del siglo pasado. ¿Cuáles son los países que encabezan el abastecimiento global de vacunas? Pues los mismos que encabezan todos los rubros relacionados con la riqueza y el poder. Argentina, lejos de ese club, se las va arreglando dignamente en la provisión de vacunas diversas y validadas científicamente.        Sin embargo, el comprensible discurso oficial deja brechas profundas. Esas brechas consisten en que lo que estamos haciendo es prepararnos para vivir en un país y en un mundo igual al que existía antes de la pandemia. Baste para ilustrarlo el lugar simbólico que adquieren las “negociaciones con el Fondo”: qué es lo que deberá pagar el estado argentino por la fiesta que enriqueció los bolsillos de unos pocos, y destruyó al país, con plena anuencia y colaboración del hoy exigente y estricto Fondo Monetario. Es decir, estamos negociando en los mismos términos que en todos y cada uno de los casos anteriores de endeudamiento inmoral y antinacional, como si estuviéramos en un “mundo normal”.        Claro que simultáneamente se desarrolla un activismo internacional muy interesante, que no es un viraje ideológico, como lo interpreta maliciosamente la derecha, sino la recuperación de una política soberana de asociación en múltiples tableros, solamente demarcados por el interés nacional. Ese activismo internacional tendrá que ser intensificado en un futuro inmediato. Porque no estamos ante la inminencia de la recuperación de la “vida normal”, sino en la antesala de un proceso profundamente crítico en lo que hace a la relación entre los seres humanos y la naturaleza, así como entre los seres humanos entre sí. Cualquier intento de volver al mundo que era a fines de 2019 va a chocar contra el muro de la realidad.        Sin que mediara una experiencia atroz como la pandemia actual, la década del treinta del siglo pasado produjo una importante mutación de múltiples, y en algunos casos contradictorios, aspectos de la vida mundial. Fue la transición desde el liberalismo al keynesianismo. Desde las democracias liberales hacia duras dictaduras del capital y luego hacia democracias sostenidas por los “contratos de responsabilidad ciudadana” que recibieron el nombre de estados sociales o “de bienestar”. Ese mundo duró hasta comienzos de los años setenta del siglo pasado, momento en que Estados Unidos termina unilateralmente con la convertibilidad fija entre dólar y oro y desata las energías devastadoras de la especulación financiera. A eso se lo llamó “globalización” y eso es lo que está atravesando un trance resolutivo en nuestros días.        Nuestro país no está en condiciones de influir decisivamente en el curso de esta transición sin rumbo conocido. Pero hay dos cosas que sí puede hacer. Una es encarar una fuerte ofensiva de relacionamiento y construcción institucional en el interior de nuestra región y proyectarse desde ahí a la exploración de posibilidades de cooperación en condiciones de dignidad nacional con otras regiones del mundo. Es decir, aprovechar los cambios de correlación de fuerzas estatales que ya se insinúan con fuerza creciente para romper con la larga (aunque discontinua) etapa de subordinación a los intereses de

Nacionales, Politica, Portada

Es hora de estar en el mundo

Fuente: E. Raúl Zaffaroni | La Tecl@ Eñe Fecha: 11 de abril de 2021 Raúl Zaffaroni sostiene que el irregular endeudamiento de la Nación efectuado por el gobierno de Mauricio Macri, a través de un crédito del FMI por 57.000 millones de dólares, tramitado irregularmente a dos puntas y destinado a la fuga de capitales, brinda una muy buena oportunidad para que un equipo interdisciplinario – tanto en materia económica como jurídica- promueva una convención internacional en la ONU que tipifique los hechos de desbaratamientos dolosos de economías como delito internacional.  Hace poco más de un siglo y, a regañadientes de los diplomáticos profesionales, Hipólito Yrigoyen ordenaba el retiro inmediato de la delegación de nuestro país de la Asamblea de la Sociedad de las Naciones, vaticinando el fracaso para la paz de un derecho internacional manejado por los poderosos. El payaso bigotudo dictador fascista de los treinta dispuso lo contrario y volvimos a la Sociedad de las Naciones –con el aplauso de La Nación y de la oligarquía- para asistir al destino que había previsto Yrigoyen. Pero la línea internacional de nuestros gobiernos populares había hecho que el mundo escuchase la voz del Pueblo de la Nación Argentina. Es la misma voz que se hizo oír otras muchas veces en gobiernos populares, como en 2005 cuando por iniciativa argentina y para detener el accionar de los llamados fondos buitres, se aprobaron por la Asamblea de las Naciones Unidas los nueve principios para la reestructuración de deuda, con el voto favorable de 136 país, 41 abstenciones y sólo seis obvios votos en contra (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Alemania Federal, Israel y Japón). La voz argentina sonó igual:  Muchachos, con estos privilegios, la paz no se consigue ni se garantiza. No en vano pasó un siglo; de los acuerdos precarios entre los poderosos del mundo que en París y Ginebra querían ponerse de acuerdo para explotar al resto evitando choques interimperialistas –que no los evitaron, obviamente-, se pasó ahora a garantizar los intereses de las corporaciones transnacionales con sede en los países que votaron en contra o en sus socios o beneficiarios. Son las mismas que corrompen las democracias de los países del sur mediante los partidos únicos de medios monopólicos, para instalar a sus agentes locales que contraen deudas cuya ejecución queda sometida a la jurisdicción de sus miles de jueces municipales tipo Griesa, capaces de inmovilizar nuestro dinero en sus bancos, de embargar nuestros buques de guerra, todo para garantizar la extorsión de la banda de fulleros que muestra su cara a través de un gordito antipático al que nadie le compraría un auto usado. En todos nuestros países operan sus agentes: los Martínez de Hoz, Cavallo, Macri y Clarín y La Nación, nunca faltan en cada uno de los países de la región, donde por acción u omisión de estados atrofiados mueren cientos de miles de personas y se cometen atrocidades violatorias de Derechos Humanos a mansalva. Pero de nuevo la voz argentina se hizo oír: Muchachos, así no puede haber paz.   Ahora tenemos una nueva oportunidad de estar en el mundo. La Oficina Anticorrupción ha denunciado y es querellante contra el ex-presidente y varios funcionarios de la anterior administración por un concurso de delitos que convergen en el irregular endeudamiento de la Nación en un crédito del FMI por 57.000 millones de dólares, tramitado irregularmente a dos puntas y destinados a la llamada fuga de capitales, que no fue ninguna fuga sino una simple salida, porque nadie cuidaba la puerta. Se trata nada menos que del mayor crédito otorgado por el FMI, presionado por la administración Trump para ayudar a la reelección de Macri, tal como lo explicó Clever Carone, asesor senior del Tesoro de los Estados Unidos. Sin entrar en mayores detalles acerca de los delitos concurrentes, lo cierto es que el principal de ellos encuadra en el inciso 7º del artículo 173 del código penal: el que, por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico, tuviera a su cargo el manejo, la administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios ajenos, y con el fin de procurar para sí o para un tercero un lucro indebido o para causar daño, violando sus deberes perjudicare los intereses confiados u obligare abusivamente al titular de éstos. La conducta está ligeramente agravada en función del inciso 5º del artículo 174: el que cometiere fraude en perjuicio de alguna administración pública.  El tipo penal del inciso 7º del artículo 173 no estaba en el código de 1921, sino que fue introducido por la reforma de facto de Onganía de 1967 y mantenido por el Congreso en 1973. Los autores de la reforma de 1967 lo copiaron casi textualmente del parágrafo 266 del código alemán, donde había sido legislado el 1º de junio de 1933 y recibe hasta hoy el curioso nombre de Untreue, que puede traducirse como infidelidad. En tiempos macristas se pretendió usarlo para criminalizar decisiones de política económica, como es el caso de las operaciones de dólares a término que, como quedó claro para todos -salvo para los jueces del lawfare– no fueron ruinosas por obra de Cristina Kirchner, sino por la de Macri y en beneficio de sus amigos, advertidos con la debida anticipación de la devaluación que éste dispondría, sin esperar dos meses para que el daño no se produjese. Los alemanes siempre cuidaron que ese tipo no criminalizase políticas económicas, pero allá pesa también una gran desconfianza a esta disposición, más que por haber sido introducida en tiempos del nazismo, porque su nombre causa cierto escozor: Treue significa fidelidad –incluso conyugal- pero fue usada en ese tiempo para caracterizar a todo su perverso concepto del derecho como fidelidad a la comunidad popular cuyo intérprete último era el Führer, o sea, que todo delito era en esencia una infidelidad, que se valoraba al margen de la legalidad formal. De todas formas, esta es una historia alemana y no nuestra, donde nuestra ley no usa esa expresión. Por ende, siempre pensé y sigo pensando que en nuestro tipo encuadran los casos extremos que llevasen a un país al default o a alguna catástrofe parecida. Es decir, entiendo que lo correcto es considerar que las usuales medidas de política económica,

Internacionales, Israel, Portada

El vergonzoso discurso de Netanyahu: cuando el día de la conmemoración del Holocausto se convierte en un evento de campaña

Fuente: Alon Pinkas | Haaretz   Fecha: 8 de abril de 2021 Aquí estaba el primer ministro del Estado de Israel, el estado del pueblo judío, hablando en Yad Vashem en vísperas del Día del Recuerdo del Holocausto del país, uno de los días más sagrados del calendario nacional israelí. En tal ocasión, se esperaría que sea sombrío, solemne, humilde, con gracia, perspectiva histórica y conocimiento valioso. Después de todo, este es un día en el que todo el país recuerda el genocidio y la tragedia más vil de la historia de la humanidad. Pero no cuando se trata del Sr. Netanyahu. Para el primer ministro, se trata de él. Siempre. Para él, el Día del Recuerdo del Holocausto es solo otra oportunidad para hacer un discurso político, una diatriba egoísta. Como un bis adicional, solo para politizar aún más las cosas, el discurso de este año también incluyó una advertencia al presidente Joe Biden sobre Irán. Israel, declaró el Sr. Netanyahu, «no se comprometerá» con un nuevo acuerdo con Irán, si tal acuerdo se alcanza como resultado de renovadas negociaciones nucleares. En el mundo del Sr. Netanyahu, el año siempre es 1938, Irán es la Alemania nazi, el mundo está embriagado de apaciguamiento y él es la reencarnación mejorada de Winston Churchill. Esta visión de la realidad también puede explicar por qué, en un discurso del Día del Recuerdo del Holocausto, Netanyahu también consideró oportuno mencionar el establecimiento de relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, así como su supuesta amistad con el CEO de Pfizer, Dr. Albert Bourla. ¿Cómo se relacionan estas dos cosas con la memoria del Holocausto? Al mencionar a la familia de Bourla, sobrevivientes del Holocausto de Salónica, Grecia, Netanyahu no estaba respetando al exitoso presidente de Pfizer, sino a sí mismo. En su versión de la realidad, él es quien hizo posibles las vacunas, no Pfizer o Bourla. Es el mismo subtexto que intentó utilizar durante las elecciones recientes: si no fuera por mí, Israel no habría recibido las vacunas de Pfizer. La forma más conveniente de enmarcar y explicar este grandilocuente discurso serían las peculiares circunstancias políticas en las que se encuentra Netanyahu: su juicio por corrupción y fraude comenzó el lunes, y aunque el presidente le encomendó intentar formar un gobierno, sus posibilidades de hacerlo son escasas. El lunes, el día en que el primer testigo subió al estrado en el juicio, Netanyahu pronunció otro discurso. Atacó ruidosamente a la acusación estatal, la acusó de golpe de estado y repitió su afirmación de que una vasta camarilla del «estado profundo» está tratando de atraparlo. Ambos discursos deben agruparse. Representan el dominio absoluto que Netanyahu tiene sobre Israel y la usurpación deliberada de la democracia que ha planeado. Las tres ramas del gobierno son casi disfuncionales. La Knesset es un parlamento débil, sometido a los caprichos y al control del gobierno. El gobierno mismo también es reprimido y denigrado por un primer ministro semi-autoritario que lo maneja de acuerdo con sus necesidades, no de acuerdo con los requisitos de un ejecutivo en funcionamiento. El poder judicial, sometido a constantes ataques e intimidación por parte de Netanyahu y sus compinches, parece estar lejos de ser independiente. Además de eso, Netanyahu mutila sistemáticamente y con éxito a la prensa, acosa a los «guardianes» para que se sometan, debilitando así los frágiles controles y equilibrios del sistema israelí. Horas antes de la ceremonia del miércoles, uno de sus socios para cualquier coalición potencial, el legislador Bezalel Smotrich, jefe del partido racista y homofóbico del sionismo religioso, dijo que a menos que los árabes israelíes acepten la propiedad del pueblo judío sobre la Tierra de Israel, ellos no se quedarán aquí «. Netanyahu llama a este partido sus «aliados naturales», después de alentarlos implacablemente a unirse con otras fuerzas de extrema derecha e implorar a los votantes que voten por ellos antes de las elecciones de hace dos semanas. Puede que sea cierto que las democracias mueren en la oscuridad. Pero en los últimos cinco años, y particularmente en los dos últimos, Netanyahu, bajo la amenaza de una condena penal y después de fracasar cuatro veces en obtener la mayoría, está fogoneando e impulsando a la democracia israelí a cometer un suicidio espectacular a plena luz del día. Netanyahu, cualquiera que sea el juicio que la historia dicte sobre su conducta, se ha convertido en una aflicción para la democracia israelí. Cuando sienta una situación política complicada para él en aumento, Netanyahu evocará invariablemente a Irán. «No se equivoquen», proclamó Netanyahu con confianza el día en que Estados Unidos e Irán estaban negociando la reanudación del acuerdo nuclear en Viena, «un acuerdo con Irán que facilite su camino hacia las armas nucleares no obligará a Israel en absoluto». ¿Eso que significa? Israel no es parte de las negociaciones. No será una parte oficial del acuerdo. Israel no fue parte del acuerdo original de 2015. ¿Ha visto el Sr. Netanyahu el acuerdo, que aún no existe? ¿Ha presentado un mejor acuerdo, como prometió hacer desde 2015? ¿Tiene algún impacto o aportación valiosa, o está admitiendo que realmente no hay un diálogo efectivo entre Israel y su aliado más cercano y principal, Estados Unidos, sobre este tema? En un momento en que el ojo por ojo marítimo entre Israel e Irán se está intensificando, cuando Estados Unidos, Irán y los demás signatarios del acuerdo nuclear de 2015 están negociando una reinstalación mutua, lo más cruel e imprudente que se puede hacer es provocar públicamente y confrontar a la administración Biden. Pero en lugar de involucrar a Biden en un diálogo serio y discreto, Netanyahu eligió otra táctica: hizo una declaración en el Día de la Memoria del Holocausto. Traducción: Dardo Esterovich

Scroll al inicio