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Las aguas bajan turbias

Por: Mempo Giardinelli | Página/12 (6 de septiembre de 2021) Esta semana, uno de los diarios más influyentes del mundo, The New York Times, dedicó una larga nota a la tragedia –no hay otra palabra– del río Paraná. Todo lo que esta columna alertó desde principios de este año tiene ahora una cierta resonancia mundial: ya no es una cuestión local afirmar que estaba siendo abusado y dañado por los intereses concentrados de una veintena de multinacionales, que maltrataron el río durante un cuarto de siglo con dragados excesivos, y para colmo sin pagar impuestos, sin pesar lo que llevaban y sólo haciendo declaraciones juradas a su conveniencia, e incontroladas por el SENASA, la UIF y otros organismos estatales. Baste como ejemplo el abuso denunciado por el diputado santafesino Carlos del Frade, extraordinario luchador por este río, quien denunció que sólo las 15 compañías exportadoras más importantes (la mayoría tienen puertos en la provincia de Santa Fe) facturaron en 2020, y en total, 26.269 millones de dólares. Pero de semejante volumen de exportaciones no le quedó nada, ni un centavo, al estado santafesino. En la nota del diario norteamericano, firmada por Daniel Politi y con fotos sobrecogedoras, se dice que «el caudal del Paraná, que se halla en su nivel más bajo desde la década de 1940, ha trastornado los delicados ecosistemas de la vasta zona que atraviesa Brasil, Argentina y Paraguay y ha dejado a decenas de comunidades con dificultades para acceder a agua dulce». Un problema que en efecto ya se nota, peligrosamente, en toda la cuenca: los ríos Paraguay, Pilcomayo y Bermejo, importantes tributarios del Paraná desde su desembocadura en la chaqueña Isla del Cerrito, vierten ahora menos de la mitad de agua que en tiempos normales. Para una región donde unos diez millones de habitantes dependemos de estos ríos tanto para beber y usos comunitarios como para generar energía o transportar productos agrícolas y años atrás también industriales, la actual sequía del segundo río más grande de Sudamérica y uno de los seis más importantes del mundo, también perjudica a las empresas, al aumentar los costos de la energía y el transporte. Casi todos los expertos afirman que la deforestación en la Amazonia, junto con los patrones de lluvia alterados por el calentamiento del planeta, contribuyen a la sequía. Lo que es muy grave porque gran parte de la humedad que se convierte en la lluvia que alimenta los afluentes del Paraná se origina en la selva amazónica, donde los árboles liberan vapor de agua en un proceso que la ciencia llama “ríos voladores”. Este gravísimo problema ya había sido informado por el NYT a finales de 2020, cuando ese diario analizó el estado del Pantanal, en el sureste brasileño, que es el humedal más rico de América en fauna autóctona, uno de los lugares con mayor biodiversidad de la Tierra, y que se conecta con el humedal de los esteros correntinos del Iberá y un vasto sistema hídrico subterráneo. Pues ahora alrededor de una cuarta parte del Pantanal(que es más grande que toda Grecia e incluye territorios de Bolivia y Paraguay) ha sido quemado en incendios forestales, lo que también es causa del cambio climático. Como todos los humedales, tanto el Pantanal como el Iberá están formados por innumerables pantanos, lagunas y ríos afluentes que purifican el agua y sirven para prevenir inundaciones y sequías. También almacenan cantidades incalculables de carbono, lo que ayuda a estabilizar el clima. Pero ahora la deforestación desenfrenada ha interrumpido los ciclos naturales de humedad, debilitando los grandes ríos y transformando el paisaje. Lucas Micheloud, de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, ha declarado que “esto es mucho más que un problema hidrológico”, y que «los frecuentes incendios están convirtiendo los bosques tropicales, ricos en recursos, en sabanas». Pero quizás la consecuencia más grave de todas estas variaciones climáticas es que sobran indicadores de que la sequía puede durar mucho tiempo. Aunque imprecisable, porque la generalizada opinión de los expertos coincide en que el actual cambio climático ya está impidiendo hacer predicciones precisas. También son de temer las durísimas consecuencias que se consideran inevitables e irreversibles: que sequías como la actual se repitan en el futuro y provoquen cambios en el ecosistema argentino que podrían ser irreversibles. Lo cierto es que todo indica que esta sequía puede llegar a ser muy larga, y devenir una constante que afectará a gran parte de Sudamérica. De hecho ya viene siendo cada vez más frecuente, más duradera y más intensa. Y esa es la amenaza concreta, especialmente para nuestro país, que en materia ambiental hay que reconocer que está muy atrasado y –pareciera– con las manos atadas. Al punto de que se declaró una emergencia de seis meses en la región del río Paraná, debido a la peor sequía de los últimos 77 años, pero fue sólo un documento. Y es que es evidente que todavía las autoridades ambientales argentinas no reaccionan. Lo que no es de extrañar, ya que llevamos por lo menos dos años continuados de incendios intencionales en todas las islas y riberas del Delta y en las costas de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, y la piromanía forestal crece en lugar de atenuarse. El cálculo que algunos conocedores manejan es que ya se llevan perdidas entre uno y tres millones de hectáreas. Y encima en los pocos bosques que aún quedan en Salta, Chaco, Santiago del Estero y Formosa –lo ha escrito esta columna– ahora se anuncian proyectos industriales de durmientes de quebracho y maderas duras para reponer vías férreas, y con argumentos poco serios, insostenibles. La verdad sea dicha, y aunque duela: la Argentina no tiene política ambiental efectiva. Sarasa sobra, pero del urgente cuidado ecológico integral que le urge a esta nación, bien gracias. 

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LARRETA SE HACE LOS RULOS EN WASHINGTON

El precandidato hace campaña con propuestas complacientes para sus mandantes POR: JORGE ELBAUM | El Cohete a la Luna (26 de septiembre de 2021) El viernes Horacio Rodríguez Larreta se reunió con John Kerry en Washington, en el marco de su campaña de visibilización internacional de cara a las elecciones de 2023. Su minigira de cuatro días intentó de forma explícita diferenciarse de la figura de Alberto Fernández, exhibiéndose como su contracara política y económica. El periplo se enmarca en la periódica rutina de legitimar candidaturas a través de visitas al norte global, dispuestas para provocar algún tipo de fascinación entre las colonizadas cosmovisiones vernáculas: si el imperio te reconoce –postulan sus inspiradores– el prestigio se derramará a nivel doméstico entre los hechizados por la imagen imperial. Acompañado de su secretario de Relaciones Internacionales, Fernando Straface, se reunió en la mañana con el titular del BID, Mauricio Claver-Carone, quien tres años atrás –entonces como delegado del gobierno de Estados Unidos ante el FMI– otorgó un crédito de 57.000 millones de dólares a su jefe político, Mauricio Macri, con el cometido explícito de posibilitar su reelección. El apoyo de Estados Unidos al gobierno cambiemita fue reconocido por el propio Claver-Carone en julio de 2020, en ocasión de una videoconferencia organizada por el Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales (CCRI). En aquella ocasión, el anfitrión de Larreta afirmó que intercedió –por orden de Trump– “para ayudar a (Mauricio) Macri y evitar que el peronismo regresara a la Casa Rosada”. Si bien el objetivo no se cumplió, la visita del jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires fue interpretada como una muestra de gratitud por parte de los funcionarios que rodean al titular del BID. Claver-Carone expresa a los sectores más radicalizados de la derecha cubano-estadounidense, liderados por el senador republicano de Florida, Marco Rubio, quien cumple con la tarea de imposibilitar cualquier cambio de política respecto a Caracas y/o La Habana. Luego de su paso como representante de la Casa Blanca ante el FMI, y antes de ser elegido como titular del BID, fue nombrado por Donald Trump como responsable del Seguridad Nacional para América Latina y el Caribe. En esa función, postuló la necesidad de incrementar las políticas injerencistas contra Venezuela y Cuba. Premiado por tal rol, en septiembre de 2020 fue electo como presidente del BID, quebrando 60 años de un acuerdo tácito por el que los titulares pertenecían a alguno de los países de América Latina y el Caribe (ALyC). Estados Unidos es el principal accionista del FMI y del BID. Washington controla el 30% de las acciones del BID, asegurándose el manejo discrecional de los esquemas de financiamiento, subsidios y créditos. Los representantes de Washington respetaron –desde la fundación del banco– la regla tácita de que su titularidad recaía en alguno de los países de ALyC al tiempo que se reservaban la vicepresidencia y la gestión estratégica. Además de visitar al jefe del BID –a quien no le hizo referencia alguna al crédito otorgado en forma irresponsable a Macri– agendó una visita en Nueva York con el Council of the Americas, conducido por Susan Segal. Según periodistas argentinos apostados en esa ciudad, el jefe de gobierno también se reunirá con empresarios (supuestamente) interesados en inversiones en el Cono Sur. Entre dichos agentes corporativos figuran aquellos que garantizan su presencia en las reuniones convocadas por los cambiemitas a cambio de garantizarse negocios a futuro. Son los mismos que ensalzan su perfil pro-mercado, opuesto al populismo estatista del Frente de Todxs. El miércoles la Argentina abonó al FMI la primera cuota del crédito cedido por la administración trumpista, tramitado por Claver-Carone. Se saldaron 1.885 millones de dólares, la primera cuota del préstamo de 44.000 millones otorgado a pedido de Macri. Un día antes del giro, Alberto Fernández catalogó al crédito –ante la Asamblea de las Naciones Unidas– como un “deudicidio” viabilizado en forma cómplice por el trumpismo y la derecha local. “Los recursos aprobados por el FMI (…) de esta deuda insostenible fueron de 57.000 millones de dólares, el equivalente a todo lo que el organismo desembolsó en el año de la pandemia a 85 países del mundo”. Y agregó: “No hay ninguna racionalidad técnica, ni lógica ética, ni sensibilidad política que pueda justificar semejante aberración”. También subrayó que “gran parte de los recursos suministrados a la Argentina han sido fugados del país por una apertura irresponsable de las cuentas de capital”. Si bien el crédito fue de 57.000 millones, sólo ingresaron 44.000 dado que el gobierno de lxs Fernández decidieron no aceptar el último tramo de 13.000 millones que debía haber ingresado una vez que el Frente de Todxs ya había asumido el gobierno. Lejos de esas minucias, el precandidato cambiemita prologó su viaje con declaraciones atractivas a los oídos de sus anfitriones estadounidenses. Apoyó de forma explícita al proyecto de ley del senador Martín Lousteau que propugna el reemplazo de las indemnizaciones por un seguro a ser oblado por los propios trabajadores. En ese mismo registro, durante la última semana presentó el denominado Plan de Futuro, que incluye –entre otras iniciativas– el programa de pasantías obligatorias para alumnos secundarios, sin remuneración. El programa supone una indudable oportunidad –sugieren los analistas laborales– para sustituir puestos de trabajo mediante la utilización rotativa y gratuita de alumnxs. Trabajo esclavo sin tapujos. Menos derechos, más marketing Otros precandidatos cambiemitas completaron la iniciativa precarizadora sugiriendo la necesidad de ofrecer medio salario a los jóvenes como oportunidad de ingreso laboral. Un combo de flexibilidad que ni Domingo Cavallo se animó a sugerir: estudiantes secundarios gratis y jóvenes no estudiantes con salarios reducidos en un 50%. En esa misma línea, Luis Juez –también integrante de la oposición– se despachó la última semana con una consideración crítica respecto de la Ley de Contrato de Trabajo, a la que catalogó como “una mochila de plomo para la creación de empleo”. Todos esos posicionamientos fueron divulgados, de forma concurrente, en las dos semanas previas a la gira larretista. Los empresarios que participaron de la reunión en el Council of the Americas

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LA ÚNICA VERDAD

POR: HORACIO VERBITSKY | El Cohete a la Luna (26 de septiembre de 2021) El ascenso de Juan Manzur y de Martín Insaurralde a las jefaturas de gabinete de ministros de la Nación y de la provincia de Buenos Aires, es una demostración irrefutable del pragmatismo peronista. Esto implicó el sacrificio de los hombres de mayor confianza del Presidente Alberto Fernández y del gobernador Axel Kicillof. Santiago Cafiero fue desplazado al Ministerio de Relaciones Exteriores y Carlos Bianco del Clío a la jefatura de asesores de la gobernación. En ambos casos fue decisiva la conducción política del espacio compartido, ya sea con la carta pública que Cristina le dirigió a Fernández o mediante un encuentro presencial reservado con Axel en El Calafate. Fue el gobernador quien pidió la reunión, sostienen en el Senado. Pero si bien tanto Fernández como Axel fueron impulsados a sus cargos por Cristina, Alberto nunca tuvo votos propios, mientras Kicillof supo crear su propia representatividad. También son muy diferentes las personalidades de Cafiero, quien rara vez comenzaba su jornada laboral antes de media mañana y minimizaba la gravedad de cualquier problema, y Bianco, un obsesivo madrugador que controla hasta lo que no hace falta. Ninguna de las críticas de gestión que se hacen al primer gabinete de Alberto son aplicables al de Axel. Pero hay necesidades populares que no puede cubrir ningún gobierno provincial, porque dependen de decisiones nacionales. Ampliar la base de sustentación política de un gobierno sí es algo que puede hacerse a escala subnacional. Tampoco es una cuestión ideológica. Alberto fue la carta que Cristina esgrimió en 2019 para apaciguar a los sectores más a la derecha del FdT; Axel la apuesta a una posición más hacia la izquierda del espectro. Ninguno de ellos pudo vencer en la prueba comicial. Más allá de esas particularidades, la ley que se cumple en este caso es que los ganadores avanzan y los derrotados retroceden. En Tucumán, el FdT de Manzur obtuvo el 49,6% de los votos, contra el 34,7% de Juntos. La lista de Insaurralde reunió el 40,3% de los votos en Lomas de Zamora, contra 31,8% de ambas listas sumadas de la oposición liberal-radical. En Malvinas Argentinas, los candidatos del ex intendente Leo Nardini superaron la votación de la yunta Santilli-Manes: 43,7 a 27,8, diferencias que evocan las del añorado 2019. Ahora, Nardini es el nuevo ministro de Infraestructura y Servicios. Tal vez los resultados en Tigre incidieron en la negativa presidencial a la propuesta de Máximo Kirchner de designar a Sergio Massa a cargo de un superministerio de ramos generales económicos. La falta de entusiasmo con que ambos jefes relegaron a sus laderos se refleja en los destinos que idearon para ellos: Cafiero, como nuevo ministro de Relaciones Exteriores, lo cual incluyó un desaire ofensivo para el anterior titular, Felipe Solá, quien celebró su regreso al llano afeitándose el bigote, y un reprochable menoscabo de la política exterior; Bianco como jefe de un supergabinete de asesores creado para él, con cuatro subsecretarías y una docena de direcciones. En su primera declaración posterior al cambio, Bianco dijo que estará más cerca que antes del gobernador. Está por verse si su relación será armónica con el nuevo jefe de gabinete. En 2015, Cristina había pensado en su ministro de Economía como alternativa presidencial a Scioli, pero por entonces el nivel de conocimiento de Kicillof era bajo y ninguna proyección le daba más del 7%. Por afinidades ideológicas y generacionales siempre estuvo cerca de La Cámpora, pero nunca como orgánico. De hecho, su instalación bonaerense fue una decisión personal, avalada por Cristina. Los camporistas preferían su inscripción en la Ciudad Autónoma, que ha sido un distrito reacio al kirchnerismo, y pensaban en Insaurralde como postulante a la gobernación bonaerense. A poco andar, todos percibieron el fenómeno que provocaba cada aparición de Axel, quien recorrió los 135 partidos de la provincia de Buenos Aires, sin prensa que reprodujera las muestras de adhesión que recogió en el Conurbano pero también en el interior de la provincia, donde se sentó a discutir cara a cara con las patronales agropecuarias, que no lo aplaudieron pero lo escucharon con interés. Es dudoso que hoy pudiera repetirlo. Cuando los intendentes quisieron acordarse, ninguno de ellos pasaba del 10% de adhesiones mientras Axel superaba el 30%. Con terrestre sentido de la realidad, Insaurralde fue el primero en anunciar su apoyo a la fórmula Kicillof-Magario, que Cristina y Alberto Fernández habían instalado sin palabras, sólo con una foto de los cuatro en un acto en Merlo. “A muchos nos gustaría ser, pero ninguno mide como Axel, de modo que no perdamos tiempo discutiendo”, dijo en un encuentro de intendentes. Lo mismo, pero a la inversa, ocurre ahora. El miércoles 15, casi al mismo tiempo de la carta de Wado de Pedro anunciando que dejaba el Ministerio de Interior de la Nación, actitud seguida por otros ministros y funcionaries, la ministra bonaerense de gobierno, Teresa García, comunicó que todos los integrantes del gabinete provincial también habían puesto su renuncia a disposición de Kicillof. “La derrota no es algo nacional, tiene que ver con todos, intendentes, gobernadores, si algo no funciona y la gente cree que no funciona no es responsabilidad de uno solo. Creo que ninguno de nosotros es imprescindible, todos somos reemplazables, y somos reemplazables en la medida que no interpretamos bien lo que la gente espera de nosotros”, expuso. Al mismo tiempo, Andrés Larroque, El Cuervo, recordó que luego de las derrotas de 2009 y 2013 fueron reemplazados los jefes de gabinete y los ministros de Economía respectivos, y Alicia Kirchner pidió la renuncia de todo su gabinete en Santa Cruz. Quien quiera oír, que oiga. García fue secretaria del bloque de diputados nacionales del kirchnerismo, que detectó en ella dos cualidades poco comunes: un profundo compromiso militante e inserción territorial (en el norte del Conurbano) y capacidad organizativa del trabajo.  Por eso en 2017, cuando se creó Unidad Ciudadana en lo peor del apogeo macrista, Cristina le planteó que la necesitaba en la Legislatura

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ÁLVARO GARCÍA LINERA: LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL EN CRISIS

Curso Internacional “Estado, política y democracia en América Latina” Suplemento especial de Pagina/12 (31 de agosto de 2021) Ex vicepresidente de Bolivia  Vivimos la articulación imprevista de cuatro crisis que se retroalimentan mutuamente: una crisis médica, una crisis económica, una crisis ambiental, y una crisis política. Una coyuntura de enorme perplejidad y angustia. Pareciera que la sociedad y el mundo hubieran perdido el rumbo, una dirección hacia dónde ir, su destino. Nadie sabe lo que va a pasar en el corto y mediano plazo, ni puede garantizar si habrá un nuevo rebrote o si surgirá un nuevo virus, si la crisis económica se intensificará, si saldremos de ella, si tendremos trabajo o ahorros. Esto da lugar a una parálisis del horizonte predictivo, no solamente en los filósofos, que es algo normal, sino en la gente común, en los ciudadanos y ciudadanas, en las personas que van al mercado, en los trabajadores, obreros, campesinos, en los pequeños comerciantes. El horizonte predictivo es la capacidad imaginada de proponernos cosas a mediano plazo, cosas que muchas veces no suceden, pero guían nuestra acción y nuestro comportamiento. El horizonte predictivo se ha roto, se ha desintegrado. Nadie sabe lo que va a suceder. La suspensión del tiempo Es en este sentido que propongo la categoría de un “tiempo suspendido”. A pesar de que suceden cosas, a pesar de que brotan conflictos, problemas, novedades, cada día estamos viviendo una suspensión del tiempo. Hay un movimiento del tiempo cuando hay un horizonte, cuando podemos al menos imaginar hacia dónde vamos, hacia dónde nos dirigimos. Se trata de una experiencia muy desgarradora, una experiencia nueva que estamos viviendo, en el sentido de que no existe una dirección hacia dónde ir, lo cual es angustiante. La suspensión del tiempo arrastra un conjunto de síntomas y consecuencias. La primera de ellas es lo que podríamos denominar “un ocaso de época”. El mundo está asistiendo al prolongado, conflictivo y agónico cierre de la globalización neoliberal. Estamos en un proceso emergente de desglobalización económica que se ha ido acentuando, pero que comenzó hace cinco o diez años atrás con idas y vueltas. La primera oleada de globalización se dio en el siglo XIX, hasta principios del XX, y la segunda a finales del siglo XX, entre 1980 y el 2010. Esta segunda oleada de globalización ha entrado en un proceso de una deshilachamiento parcial, en un proceso de desglobalización económica parcial. Hay cuatro datos que permiten afirmar esta hipótesis: Primero, el comercio mundial tenía una tasa de crecimiento, entre 1990 y 2012, de dos a tres veces por encima de la tasa del crecimiento del PIB global. Desde el 2013 hasta el 2020 es menor o, en el mejor de los casos, igual a la tasa del crecimiento del PIB. El comercio, que es la bandera de los mercados globalizados, se ha reducido, según informes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE. El segundo dato es que los flujos transfronterizos de capital, que entre 1989 y 2007 habían crecido del 5% al 20% respecto al PIB mundial, pasaron a tener una tasa menor al 5% entre 2009 y la actualidad. El tercer dato es la salida de Inglaterra de la Unión Europea, el Brexit, que ha establecido un límite a la expansión, al menos por el lado de Occidente, de esta articulación de mercado, economía y política europea. Por su parte, Estados Unidos inicia con el gobierno de Trump un proceso gradual de repatriación de capitales bajo el lema “América Primero”. En su gobierno, Trump desplegó una guerra comercial contra China, pero también contra Canadá y luego contra Europa. Destapó viejos fantasmas de seguridad nacional para intentar impedir que China tome el liderazgo mundial y controle la red 5G. Además, el COVID-19 ha acelerado los procesos de reagrupación de las cadenas de valor esenciales, para que no se repitan procesos que se dieron en Europa cuando, entre países supuestamente pertenecientes a la misma unión comercial, se peleaban en la frontera por los respiradores e insumos médicos. Este control les permite no depender de insumos de China, Singapur, México o Argentina, o del país que fuera. Entonces, tenemos un escenario paradójico con China y Alemania aliadas por el libre comercio y Estados Unidos e Inglaterra aliados en una mirada proteccionista de la economía y del mundo. En los años 80, estos dos últimos países encabezaron la oleada globalizadora con Ronald Reagan y Margaret Thatcher, y ahora son sus líderes los que encabezan una mirada proteccionista y los comunistas, a la cabeza de China, los que convocan a todo el mundo a abrir fronteras y a no impedir que la globalización se detenga. Un último dato de esta desglobalización parcial que estamos viviendo es el documento que acaba de publicar el Fondo Monetario Internacional. Hay un monitor fiscal y un reporte de la economía mundial que presenta un conjunto de recomendaciones sorprendentes, paradójicas, e incluso chistosas viniendo del FMI: “hay que prorrogar los vencimientos de la deuda pública”. Es decir, están proponiendo que los países no paguen su deuda pública, que prorroguen y que establezcan mecanismos de repagos para los siguientes años. No se olviden que el FMI junto con Merkel y el Deutsche Bank fueron los que se impusieron sobre Italia, luego sobre Irlanda y finalmente sobre Grecia, para obligar a que asuman sus compromisos de endeudamiento. El informe sugiere “incrementar los impuestos progresivos a los más acaudalados”, no es el programa de un partido de izquierda radical, es la recomendación del Fondo Monetario. También, propone impuestos “a las propiedades más costosas, a las ganancias de capital, y a los patrimonios”, siendo incluso más radical que algunas propuestas que se habían manejado en los grupos de izquierda del continente. Sigue con “modificar la tributación de las empresas para asegurarse de que paguen impuestos”. Es decir, pide ser más audaces y modificar el sistema tributario porque hay muchos ricos que han evadido los impuestos. Cierra con una sugerencia para la tributación internacional a la economía digital, apoyo prolongado a los ingresos de los trabajadores desplazados e incremento

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Memoria y negacionismo

Imagen: Luis Felipe Noé, La Memoria, 2006. Acrílico sobre tela, 90 x 90 cm. López Murphy insiste en debatir cifras con el objeto de banalizar el Terrorismo de Estado Por Jorge Auat y Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna (1° de agosto de 2021) “Auschwitz no fue importante por el número de víctimas sino porque fue un proyecto de olvido”. Reyes Mate Días atrás el precandidato a diputado nacional de Republicanos Unidos, Ricardo López Murphy, integrante de la alianza de Juntos por el Cambio, volvió a repetir el mantra negacionista que caracteriza a la derecha local: “No hay 30.000 desaparecidos”. Ayer Darío Lopérfido y antes de ayer los propios genocidas en los tribunales, se esmeran en degradar el emblema de los derechos humanos que reconfiguró la realidad política y cultural de nuestro país. Negar un número, como lo hacen habitualmente los referentes cambiemitas, implica rebajar, impugnar la dimensión escalofriante del genocidio. Supone algo mucho más violento: pretende desvirtuar el sentido último de una cifra y al mismo tiempo debilitar la insignia de las mujeres y los hombres de los organismos de derechos humanos que instituyeron una marca indeleble en la historia. Recordar un número distintivo es parte de una política de Memoria. Esa es la razón por la que la Unión Europea sancionó en 2007 con penas de uno a tres años de cárcel a quienes “nieguen, banalicen, frivolicen o trivialicen genocidios o crímenes contra la humanidad”. El número de 6 millones de judíxs asesinados es un escudo simbólico frente a quienes buscan quitarle gravedad a la masacre que pretendió configurarse como noche y niebla, como olvido. López Murphy insulta la Memoria cuando se detiene en la aritmética de la muerte. Cuando lo hace soslaya su gravedad, su suma de dolores, sus familias rotas, su tejido social herido para siempre. Los negacionistas sólo se detienen a hablar del genocidio con una calculadora: nada dicen de quienes buscaron a sus hijos, del sufrimiento inconmensurable de las Madres, de la pérdida irreparable de los Hijos. Para los negacionistas locales el genocidio es un termómetro de números. Nunca una suma de crímenes que atraviesan subjetividades. Nunca una mujer violada. Ni un niño robado. Ni un joven atormentado. Sólo es un debate matemático de guarismos abstractos orientado a banalizar la tortura y la lucha sobre la que se construyó la Memoria. No hay Memoria cuando la culpabilidad se diluye al equiparar a víctima y victimario en una neutralidad confusa y banal de dos demonios. No hay memoria cuando se intenta despojar al genocidio de los emblemas por los cuales se hizo presencia. Walter Benjamin denomina la muerte hermenéutica a la impunidad que busca instituirse mediante la operación sistemática del olvido, de su omisión, de su banalización. Una doble muerte. Primero ejecutada sobre un cuerpo (sobre 6 millones, sobre 30.000) y luego sobre la consciencia de ese horror: para que no sea posible recordarlos, para que no hayan existido siquiera como vivos. El negacionismo repite la muerte, la convierte en saña duplicando su efecto de terror: la muerte física de la víctima y su macabra insistencia, el asesinato hermenéutico que propende a la banalización del anterior. Si se puede olvidar (relegar, desdeñar, omitir) es porque el crimen no es tan condenable. Borrar lo que pasó. Quitarle significación moral al crimen. Lo que significa en consecuencia que esas muertes no son importantes. Nada es más funcional al verdugo que la insignificancia de su crimen. Los negacionistas ambicionan un dispositivo de olvido multiforme. Rebajan la relevancia del horror a una cantidad a ser precisada. Las batallas por su visibilización (“son 30.000”) se revalorizan como paso previo a la omisión final. El debate sobre el monto de cuerpos queda así instalado en su nivel de disputa abstracta, vaciada de sufrimiento: las personas masacradas son reconvertidas en una abstracción numérica desligada de la lucha que produjo su visibilización. López Murphy busca anular el peso político de esa movilización que les dio vida simbólica a quienes habían sido desaparecidos. La etapa posterior consistirá en atribuirle a lxs detenidxs-desaparecidxs la responsabilidad de su propio calvario. En este caso el discurso vuelve a aparecer de la mano de un candidato que plastifica el status del proceso de Memoria, Verdad y Justicia para lanzarlo hacia la insignificancia. El guarismo se cuestiona para revisar el pasado genocida con un doble objetivo: hacer tabla rasa sobre las responsabilidades de los victimarios –promoviendo una reconciliación engañosa con los verdugos, que prologue el perdón– para eludir el debate de fondo sobre la barbarie del Estado terrorista. Cuestionar la cantidad estipulada como divisa simbólica es el primer paso de la maniobra. ¿Será necesaria más docencia para ayudar a comprender el sentido profundo de la Memoria? ¿Es posible seguir discutiendo cuántas víctimas dejó la dictadura como discurso de mercancía electoral? Viola toda condición ética la utilización del dolor como prenda de sufragio. ¿Qué más hace falta para conmover –hasta el espanto– que arrojar personas vivas desde los aviones? ¿Qué se necesita para consensuar el respeto frente al crimen que supone apropiarse de bebés? ¿Qué convocatoria es necesaria para exigir un mínimo de consideración frente a quienes vieron desaparecer a sus familiares y supieron de las torturas que padecieron? Ese dolor insondable se acrecienta con cada enunciación negacionista. ¿Sabrán acaso sus epígonos que negar a lxs 30.000 es una afrenta que lastima aún más la cotidianidad de las víctimas y lxs sobrevivientes? ¿Podrán entender algún día que su presencia en esas banderas de los organismos de derechos humanos les devuelve la dignidad negada por el verdugo? La Memoria es un imperativo categórico de la democracia. Alguna vez, y no hace tanto, la política se hizo cargo y le dio entidad moral. En aquel momento histórico se dijo: no hay lugar para el olvido. Fue en ese momento que se inició el camino de la Memoria, la Verdad y la Justicia. No es casual el discurso que busca instituir el olvido. Es la contracara de quienes asocian la memoria a la justicia y el olvido a la injusticia. La demanda de Justicia

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INTERNAS DERECHAS

Por: JORGE ELBAUM | El Cohete a la Luna (27 de junio de 2021) Las querellas al interior de la coalición de Juntos por el Cambio están atravesadas por enconos indisimulados, desconfianzas insuperables y competencias por sobrevivencias políticas futuras. Los forcejeos preelectorales evidencian más de lo que ocultan. La disputa de fondo entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta encolumna al resto de los socios en una puja que empieza a exhibir el verdadero perfil de sus integrantes y la impronta que los vio nacer como formación política. Mientras el ex Presidente se aferra a la conformación de una red de contención que le permita defenderse de los variados delitos cometidos, el actual jefe de gobierno busca pasteurizar su candidatura del 2023 tirando por la borda los lastres que puedan potencialmente contaminarlo. El fundador del PRO logró ponerlo en palabras, sin excluirse: “En el cierre de lista se ve lo peor, las miserias humanas”. Las huestes cambiemitas se enfrentan a un calendario electoral complejo, salpicado de zancadillas y cuentas cruzadas que empiezan a ser conocidas. Lo que está en disputa, en términos estructurales, es: La posibilidad de que Mauricio Macri sea abandonado a su suerte en las causas vinculadas al Correo, al espionaje perpetrado desde la AFI durante su gobierno, a los vínculos con Odebrecht, el Meinl Bank y los negociados con los parques eólicos. El contacto privilegiado con los poderes fácticos, que incluyen a la Justicia federal, las corporaciones y los vínculos con la embajada de Estados Unidos. El protagonismo frente a la trifecta mediática conformada por los grupos Clarín, La Nación e Infobae, encargados de llevar a cabo la campaña electoral opositora. Estos tres ejes encauzan el conflicto de Juntos por el Cambio a nivel nacional aunque se expresan en forma prioritaria en dos distritos: la Provincia de Buenos Aires y la ciudad gobernada por Larreta. Mauricio Macri respalda a su primo Jorge –intendente de Vicente López– con el objeto de coartar el desembarco de Diego Santilli, delfín de Larreta, que busca posicionarse en el territorio donde se disputa un tercio de los sufragios nacionales. La última reunión de sus máximos dirigentes se llevó a cabo el último miércoles en el coqueto salón palermitano conocido como Galpón Milagros. Del cónclave participaron los cuatro socios medulares de la coalición: el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el Peronismo Republicano. El desenlace de ese encuentro supuso una triunfo circunstancial para el ex Presidente, quien logró imponer cuatro medidas destinadas a debilitar las ínfulas de Larreta, pavimentadas desde hace un año y medio por la trifecta mediática. Se decidió que la estrategia electoral en la Provincia de Buenos Aires sea resuelta por las autoridades partidarias del distrito: el triunvirato que conforman el primo Jorge junto a Maximiliano Abad –titular del radicalismo residual bonaerense– y el jefe de los lilitos, el senador provincial Andrés de Leo. Esa medida, impuesta por los Macri, se diseñó para impedir que Santilli atraviese de forma cómoda la General Paz. Si quiere jugar, le notificaron, deberá competir en unas PASO contra el candidato de los Macri y/o del radicalismo. En esa lista están anotados el neurólogo Facundo Manes, Elisa Carrió y Emilio Monzó, entre otros. Con ese mismo cometido se recomendó que los dirigentes con responsabilidad de gestión no se presentaran como candidatos este año, lo que supone un segundo dardo contra el larretismo, que promueve a su vicejefe, quien sustenta –además– el cargo de máximo responsable de la seguridad metropolitana. La tercera disposición también tuvo un destinatario preciso: contra la opinión del jefe de gobierno porteño, se resolvió darle continuidad al nombre de la coalición (Juntos por el Cambio). Larreta pretendía modificar la marca para transmitir la sensación de renovación y mayor amplitud, refrendada con la incorporación de nuevos socios. La frustración de los larretistas fue indisimulable: se les cercenó –en pleno Galpón Milagros– una puesta en escena de alternativas de nombres para la alianza, que incluía la presentación de logotipos, isologos y merchandising al tono. La cuarta resolución también tuvo como víctima al larretismo: se dispuso que las direcciones distritales decidirán un piso porcentual alto para aquellos que quieran participar en las PASO de la coalición. La traducción de esta medida es la cuasi exclusión de potenciales aliados con los que negociaba el larretismo para figurar un maquillaje de amplitud. De esta manera, José Luis Espert, Margarita Stolbizer, Ricardo López Murphy y Javier Milei se verán obligados a competir por fuera de las listas cambiemitas, con el riesgo de restarle algunos porcentajes de votos al macrismo. Subterfugios en debate Los argumentos con los que se esconde el conflicto de fondo remiten a que Jorge Macri considera que la estrategia de Larreta es apresurada: asegura que 2023 es una fecha lejana y que ahora hay que consolidar la coalición existente. El intendente de Vicente López insiste en que debe imponerse un candidato de unidad provincial al tope de la lista de candidatos a diputados y que una PASO entre él, Santilli, Monzó y Manes sólo debilitaría el entramado presente y futuro. La contienda es tan evidente que los primos tomaron la decisión de unirse al radicalismo –llevando como candidato a Manes– en el caso de que Santilli decida desembarcar en territorio bonaerense: la sobrevivencia de Mauricio, señalan en el entorno de Patricia Bullrich, es más relevante que el potencial derrotero de Larreta a las presidenciales de 2023. Existen dos escenarios, graficó un consultor que colabora con la estrategia del ex Presidente: la de máxima, volver a ser candidato en el ‘23; la de mínima, condicionar a Larreta para que su potencial triunfo esté amarrado a las decisiones de quien se considera el cofundador del espacio junto a Ernesto Sanz y Lilita Carrió. En otras palabras: Mauricio Macri no está dispuesto a tolerar –sin dar batalla– ningún triunfo electoral de Horacio Rodríguez Larreta en 2021 que lo potencie como candidato natural para 2023, posición que se reserva para sí. La disputa incluye al territorio porteño, donde el Hada Buena ha sido recibida con loas por Larreta. La decisión de

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Carta de intelectuales: el sentido desestabilizador de un texto desesperado

Por EDGARDO MOCCA| El Destape (26 DE JUNIO 2021) Un texto político escrito por un conjunto de personas que trabajan en la cultura podría ser un buen motivo de conversación política. En el caso del texto recientemente publicado por los intelectuales macristas, podría haber sido, pero no fue. Un texto que le reclama al macrismo que se ponga los pantalones para enfrentar al oficialismo en nombre de las instituciones, la democracia, etcétera, no tiene por dónde ser “discutido”. Pero un texto como éste, sin mayor interés, puede también ser pensado desde su contexto. Los intelectuales salen a “llenar un vacío”. ¿Por qué? Porque los políticos de Juntos por el Cambio están todo el tiempo arreglando sus cuestiones internas y dejan de lado las urgencias que vivimos, que -como todo el mundo sabe- son los peligros de que el peronismo gane las próximas elecciones y después destruya las instituciones democráticas. Entonces, los demócratas y patriotas tienen que reaccionar “desde fuera de la política” o por lo menos desde fuera de los partidos políticos. ¿Desde dónde emana la posibilidad de reivindicar ese trato con la política desde fuera de sus antros, cargados de intereses personales y cálculos burocráticos? La posibilidad consiste en que quienes escriben son “intelectuales”. Se podría discutir por qué una científica, un actor de televisión o un escritor son más intelectuales que un político, y sería muy difícil explicarlo. Pero no entremos allí porque nos iríamos de tema. El hecho es que la amplia diversidad de los oficios de quienes firman el documento reconoce, sin embargo, un rasgo común: la gran mayoría de ellxs son personas de una importante exposición mediática; la televisión los ha reclutado de una manera u otra. No hay reproche en esta constatación. No se discute ni el derecho a expresarse, ni las condiciones intelectuales de cada uno. No se habla aquí de derechos de opinión, se pretende explicar un hecho, no de impugnarlo o justificarlo. Y el hecho es que un grupo de personas, mediáticamente conocidas toma el lugar de la política, es decir el lugar de lo universal que tiene preminencia por sobre lo corporativo. Las personas notables en los medios de comunicación tienden a ocupar un lugar central en la política desde hace, por lo menos treinta años en nuestro país y en todo el mundo. No hay en eso ninguna novedad. Si hay una novedad está en la dramática urgencia de los enunciados del pronunciamiento y en el reclamo a “los propios” de ponerse a la altura de esa urgencia. Preocupación e impaciencia porque desde la estructura de Juntos por el Cambio se difunde el espectáculo de las internas al rojo vivo y de amplia difusión, lo que, combinado con los propósitos autoritarios del oficialismo que se denuncian en el texto, conforma un escenario de peligro. Es un grito de alerta surgido desde fuera del sistema político institucionalizado: ¡basta de internas porque la democracia está en peligro! Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia. SUSCRIBITE A EL DESTAPE  Vamos a dejar de lado el obvio sentido propagandístico-partisano (y visiblemente absurdo) de este grito. Tomémoslo en serio por un momento. ¿Cuáles podrían ser las consecuencias políticas de este pronunciamiento político? Básicamente serían dos: la corrección de la política opositora o la indiferencia. La primera luce bastante problemática: salir del territorio de las internas cuando se están disputando las listas electorales no es, ciertamente, algo previsible. Pero supongamos que pudiera ocurrir. ¿Cuál sería la forma de expresar consciencia ante la grave amenaza? Pues sería recuperar lo que, por lo visto, los firmantes consideran el nudo esencial del drama político, es decir la decisión a enfrentar el ansia de poder autoritario del Frente de Todos. ¿Y cómo se haría esto? Si las internas deben ser corridas del centro, ¿cómo se alcanzaría el objetivo de la defensa de la democracia? Dicho de otro modo: cómo se hace en general para enfrentar un proceso de conquista autoritaria del poder de otra manera que no sean los votos. La pregunta nos remite a la historia. ¿Cómo se resolvió históricamente en Argentina el problema de la vigencia de proyectos “autoritarios”, “populistas”, “personalistas”, apoyados por amplias mayorías en las urnas? Bueno, todos sabemos cómo. Hace unos días se cumplió un nuevo aniversario del día en que los aviones que tenían inscripta la frase “Cristo vence” procedieron a comenzar la demolición del gobierno de Perón, sin darle la mínima importancia a las vidas que el acto terrorista (el mayor de nuestra historia) se cobró. No se permitió, así, que el populismo cumpliera sus terribles designios.  El término “intelectual” parece contagiar prestigio a las personas que así son designadas o se designan a sí mismas. Además, a la hora de defender la patria y la democracia, parecería que no hay nada mejor que los intelectuales. Porque, como se sabe, a ellxs no les importan los votos ni los cargos, no tienen preferencias partidistas sino obsesiones patrióticas, no usan las armas sino la inteligencia. En fin, son la civilización en tanto tal… Si hasta dan ganas de expresar solidaridad con los candidatos del Pro que se sacan los ojos por encabezar la lista en capital o en provincia. Finalmente ellos están efectivamente apostando por la democracia. Quieren (por lo menos por ahora) que los votos decidan el futuro del país. El documento intelectual es un acto de propaganda. Eso no tiene nada de censurable. Como tampoco es censurable que surjan voces ajenas (o más o menos ajenas) a los partidos que intervengan en el debate público. El problema, en este caso, es, ni más ni menos, el contenido de la intervención. No por lo que dice que, hay que insistir, no tiene casi ninguna importancia. Sino por lo que no dice. Lo que no dice es qué hacemos si no podemos evitar lo que queremos evitar en la próxima elección legislativa. Porque elecciones va a haber. Y una probabilidad es que las gane el oficialismo. ¿Y entonces? ¿Dejamos que el país se convierta en Venezuela, o en Bielorrusia o

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Luis Kon: «Es grave lo que ha hecho la embajadora, el Gobierno tendrá que elevar una protesta»

El dirigente del Llamamiento Argentino Judío considera como una intromisión las declaraciones de la Embajadora israelí Luis Kon, Vicepresidente 2do. del Llamamiento Argentino JudíoEl abogado, Vicepresidente 2do. del Llamamiento Argentino Judío y coordinador de la Comisión Jurídica, Luis Kon, dialogó con Luisa Valmaggia y Hugo Gulman en Radio Cooperativa AM 770, a raíz de las declaraciones de la Embajadora de Israel por el cierre de exportaciones de carne. Kon explicó que «hay una regla por la cual un embajador no puede emitir públicamente opiniones sobre un acto de política local del Estado en el cual está acreditado, es una regla internacional», por lo que se vio sorprendido ante las declaraciones de Galit Ronen y expresó que es grave lo que ha hecho. «Creo que el Gobierno va a tener que elevar algún tipo de protesta, porque ella no está hablando solamente por los intereses del Estado de Israel sino por núcleos privados que tienen que ver con el comercio de la carne kosher», afirmó. Ante la posibilidad de elevar alguna queja por parte del Embajador Sergio Uribarri ante la cancillería israelí, el Vicepresidente del Llamamiento Argentino Judío opinó que el tema de las relaciones diplomáticas con Israel en algunas oportunidades son complicadas. «Esto de la carne es un episodio, pero hace quince días hubo otro desacuerdo a partir del voto argentino en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas con la investigación sobre la agresión en Gaza», explicó. Así mismo, Kon se refirió a los dichos del empresario de la carne Alberto Samid y dijo planteó que el Llamamiento Argentino Judío repudia las manifestaciones de Samid, ya que las consideran  ‘judeofóbicas’.«A veces estas cosas llevan a confundir y creer que una crítica a la política exterior de Israel envuelve una declaración antisemita, cuando en realidad el colectivo judío es de una heterogeneidad altísima», y finalizó: «Es un despropósito pensar que alguien puede hablar por  toda la colectividad». https://radiocut.fm/audiocut/un-embajador-no-puede-emitir-opiniones-sobre-politica-local-es-una-regla/

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