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Repudio al agravio a la memoria del Dr. Ramón Carrillo

“Los problemas de la Medicina como rama del Estado no pueden resolverse si la política sanitaria no está respaldada por una política social. Del mismo modo que no puede haber una política social sin una economía organizada en beneficio de la mayoría. Solo sirven las conquistas científicas sobre la salud si éstas son accesibles al pueblo.”  Ramón Carrillo El LLAMAMENTO ARGENTINO JUDIO repudia las infames acusaciones realizadas por el ex secretario de Derechos Humanos del gobierno macrista, Claudio Avruj, quien en una nota publicada recientemente se hace eco de acusaciones infundadas contra uno de los más grandes sanitaristas de nuestro país, el primer ministro de Salud de la historia argentina, el Doctor Ramón Carrillo. Las imputaciones contra Carrillo son parte de una indudable ofensiva protagonizada por la derecha de nuestro país contra las políticas que desarrolla el gobierno de Alberto Fernández y Cristiana Fernández de Kirchner en relación a la pandemia producida por el COVID-19.  Es indudablemente vejatorio que el mismo integrante del PRO que negó a la existencia de los 30.000 compañerxs desaparecidxs, y el número de 6.000.000 de masacrados durante la segunda guerra mundial, se atreva a ultrajar  la memoria de quien dedicó su vida a los más humildes de nuestra Patria. Mientras el gobierno de Macri se negaba a concluir las obras de diferentes hospitales, la memoria de Carrillo se agigantaba por haber sido el responsable de la inauguración de 300 nosocomios –mientras fue ministro– y convertirse en el hacedor del  Servicio Nacional de Lucha contra la Enfermedad de Chagas, en  homenaje a los sanitaristas Salvador Mazza y Carlos Chagas.  Su labor comprometida con los más humildes fue reconocida por múltiples instituciones nacionales e internacionales, motivo por el cual sufrió la artera persecución de los golpistas fusiladores, de la denominada Revolución Libertadora. Hostigado por quienes violaron la constitución se refugió en Brasil y falleció sin recursos y escasa atención médica, a la edad de 50 años.  La infame denuncia de Avruj, escoltada por la franquicia local del denominado Centro Simón Wiesenthal  en nuestro país supone una repetida afrenta a la memoria histórica de nuestra Patria, cuyo último objetivo busca asociar en forma inadmisible al movimiento nacional y popular con el fascismo. Llama poderosamente la atención, además, que la Embajadora del Estado de Israel haya decidido involucrarse en un tema vinculado a la imagen de un billete bancario argentino, sin siquiera requerir información académica a reconocidos historiadores israelíes como Raanan Rein.  “Frente a las enfermedades que genera la miseria, frente a la tristeza, la angustia y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causas de enfermedad, son unas pobres causas”, afirmó Ramón Carrillo. Las causas de la enfermedad, agregaríamos desde el LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDIO, son también la insidia y la calumnia.  Marcelo Horestein, PresidenteDardo Esterovich, Secretario General Buenos Aires, 18 de mayo de 2020 «A Ramón Carrillo Ministro de Salud Pública República Argentina. Un pequeño recuerdo del Ministro de la Salud Pública del Estado de Israel Joseph Serlin. Jerusalem 3-V-1954». Artículo relacionado: https://www.pagina12.com.ar/266788-el-insolito-debate-sobre-ramon-carrillo-nazi

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Las cartas sobre la mesa

Fuente: Carlos Heller (*)| Página/12 Fecha: 10 de mayo de 2020 Las dos pandemias, la generada por la gestión del gobierno anterior y la producida por la transmisión del virus, actúan en simultáneo profundizando la crisis. Por ello, la situación hoy es peor que cuando se comenzó a hablar de la renegociación de la deuda. Por ejemplo, la caída del PBI para 2020, antes de la irrupción del coronavirus y dado los arrastres que venían del año pasado, estaba estimada en un 1 por ciento. Hoy hay proyecciones que indican que la caída podría llegar al 7 por ciento. Por su parte, el Ministerio de Economía está previendo un 3,1 por ciento de déficit fiscal primario para este año. Ello es lógico: el país atraviesa, por un lado, un escenario de fuerte contracción de los ingresos fiscales consecuencia de la crisis económica y, por otro, de generalizada expansión del gasto público, producto de las nuevas necesidades sanitarias y de la asistencia a los sectores más vulnerables de la sociedad. En este contexto, lo que les está diciendo el Estado argentino, a través de las palabras de Martín Guzmán, a los acreedores que piden flexibilizar la propuesta de reestructuración de la deuda, es que ésta es ya muy exigente para el país porque fue diseñada para otro contexto y hoy se la sostiene aun cuando la situación ha empeorado significativamente. Además, el promedio de la tasa de interés que la Argentina ofrece pagar es del 2,33 por ciento en un tiempo en el que en los países centrales se habla de tasas del cero por ciento o incluso negativas. Es poco frecuente encontrar en el mundo créditos a tasas de interés mayores que las que la Argentina está proponiendo. Cuando Guzmán les dice a los bonistas que “no estamos pidiendo que pierdan, sino que ganen menos”, lo que está afirmando es que la oferta de la Argentina es también una buena propuesta para ellos. Por supuesto: los tenedores de bonos no opinan lo mismo. Ellos dicen: nadie obligó a la Argentina a tomar los créditos, ustedes contrajeron la deuda porque quisieron, por lo tanto, ahora páguennos tal como se comprometieron a hacerlo. A lo sumo, como propone el fondo de inversión BlackRock, conceden un periodo de gracia, es decir, un corrimiento de los plazos, pero sin incorporar quitas significativas. Ello supone desconocer el criterio de sostenibilidad que plantea la Argentina: el país no está proponiendo sólo correr los plazos sino crear las condiciones –mediante quitas del 5 por ciento promedio sobre el capital y del 62 por ciento sobre los intereses, sumado al periodo de gracia– para crecer y, consecuencia de ello, generar los recursos para poder afrontar la deuda. Por eso, ante el pedido de pago de ese grupo de acreedores la Argentina responde: de manera irresponsable el anterior administrador del país tomó un compromiso impagable; el actual gobierno, por el contrario, hace una propuesta sostenible por la cual va a poder cumplir. Además, con esta oferta, no sólo no van a perder sino que van a ganar lo que normalmente pueden ganar en este tipo de operaciones. De ese modo está planteada la discusión. La Argentina hoy no está sola en la negociación. En la actualidad, los países africanos han confluido en un frente común que llega incluso a pedir la condonación total de sus deudas. Varios presidentes de países centrales apoyan y acompañan la propuesta argentina. 160 prestigiosos economistas de todo el mundo, entre ellos Thomas Piketty y Jeffrey Sachs, premios Nobel como Joseph Stiglitz y Edmund Phelps, ex funcionarios del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, firmaron un pronunciamiento público por el que les piden a los acreedores de la Argentina que “actúen de buena fe y acepten la propuesta de canje de deuda al considerarla una resolución responsable que sentará un precedente positivo, no solo para el país, sino para el sistema financiero internacional en su conjunto”. Luego afirman: “Para ser francos, el costo de la refinanciación se ha vuelto excesivamente alto. Argentina ha presentado a sus acreedores privados una oferta responsable que refleja adecuadamente la capacidad de pago del país: un período de gracia de tres años con un corte menor en el capital y un corte significativo en los intereses”. Finalmente dicen: “En este momento excepcional, la propuesta de Argentina también presenta una oportunidad para que la comunidad financiera internacional demuestre que puede resolver una crisis de deuda soberana de manera ordenada, eficiente y sostenible”. A diferencia de este pronunciamiento, la propuesta de Asociación Empresaria Argentina (AEA) es que hay que evitar el default como el objetivo principal de la negociación. ¿Qué es AEA? Es una de las asociaciones que reúne a las grandes corporaciones empresarias de la Argentina. Es claro: en lugar de apoyar la propuesta sostenible de reestructuración de la deuda, lo que proponen como prioridad es evitar el default poniendo en un lugar secundario el costo de esa decisión. Dos enfoques de la misma cuestión. Dos puntos de vista enfrentados. Esta semana que pasó hubo una fecha importante: el 8 de mayo, día previsto para que los bonistas contestaran a la propuesta Argentina de reestructuración de la deuda. Hay una segunda fecha relevante: el 22 de mayo, día en que entraría en mora el pago de un cupón que venció el 22 de abril. Ese cupón no se pagó, y el país tiene 30 días de gracia dentro de los cuales puede acordar o abonar sin que se considere que haya ingresado en default. La propuesta argentina está sobre la mesa. El ministro Guzmán ha dicho que el país está dispuesto a considerar cualquier combinación de quita de intereses, reducción del capital, periodo de gracia y extensión de vencimientos que sean compatibles con los criterios de sostenibilidad de la deuda establecidos por el gobierno nacional. Ayer a la mañana, el Presidente afirmó que “continuamos dialogando de buena fe con los acreedores con el objetivo de alcanzar un acuerdo sostenible… Como siempre nuestro objetivo es asumir compromisos que

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El silencio de un sector fundamental

Fuente: Ricardo Aronskind (*) | La Tecl@ Eñe Fecha: 9 de mayo de 2020 La pandemia, sumada a los problemas estructurales que arrastra el país y al agravamiento provocado por el macrismo, ha hecho que los márgenes para tomar políticas consensuadas se achiquen. El gobierno nacional continúa preso de una inhibición aprendida a lo largo de todo el trayecto democrático, reforzada por un estilo moderado para no parecer “agresivo” frente al aparato comunicacional incólume de la derecha. Es en este cuadro político-social que resulta imprescindible que comience a expresarse con toda su diversidad la fuerza latente de los que realmente están comprometidos con el destino de Argentina y su gente. El campo nacional no puede seguir sometido a la mirada disciplinadora de la derecha liberal que establece límites a las políticas públicas de los gobiernos populares. Luego de la derrota electoral de 2015, el espacio kirchnerista recibió un durísimo ataque organizado y planificado que apuntaba a su desaparición, o a su fragmentación hasta la insignificancia política. A esa derrota se había llegado con problemas internos no menores, escenificados por la ausencia de un candidato que representara en un sentido profundo el recorrido político de los 12 años previos. El nombre Scioli fue el resultado de una transacción entre el espíritu rebelde que corporizaba Cristina Kirchner y el espíritu conciliador de otros sectores amplios del peronismo que no concordaban con las políticas kirchnersitas, o con los enfrentamientos que ésas producían con el poder corporativo, mediático o internacional. Pero a partir de la llegada del macrismo, con la derecha en el poder del Estado, se desató un aluvión de ataques en los más diversos planos contra ese amplio espacio que reivindicaba la trayectoria seguida desde 2003, incluyendo los conflictos que se habían asumido, y el conjunto de valores sintetizados en las políticas y el discurso “nacional y popular”. En el terreno económico, la idea repetida incansablemente por Cristina había sido la del crecimiento con inclusión. Todo eso debía ser desterrado de la política argentina. La organización piramidal –por encontrarle un formato no del todo adecuado- del kirchnerismo, su falta de estructuración política en niveles intermedios, lo hicieron depender notablemente de Cristina, quien a su vez fue bombardeada desde el primer día por la derecha gobernante, tratando de destruirla política y humanamente. Pero sobre todo dañar su imagen pública, cosa que lograron parcialmente, lo suficiente como para mellar en parte su fuerza electoral, lo que fue sintetizado en la expresión “con Cristina no alcanza”. El hostigamiento comunicacional y judicial sobre Cristina, se extendió a todo lo que fuera “K” transformado en letra infamante, que sintetizaba la idea de delito, de autoritarismo, de insensatez y de desconexión del mundo, frente al “buen sentido” y la “decencia” que encarnaba el presidente Mauricio Macri. La maniobra era de más largo aliento, porque apuntaba –y apunta- a estigmatizar como kirchnerista-chavista (ahora también comunista) a cualquier política nacionalista, redistributiva o de transformación clara de estructuras económicas, sociales o institucionales. Por ejemplo: discutir y modificar la Constitución Nacional sería caer en el peligroso kirchnerismo. Modificar al corrupto poder judicial sería peligroso kirchnerismo. Poner coto a la difusión de mentiras y manipulaciones en los principales medios de comunicación, sería peligroso kirchnerismo. En esos cuatro años macristas en los cuales el alto empresariado argentino mostró la total inconsistencia de su plan de gobierno, el espacio nacional y popular pasó por momentos de esperanza casi mágica, luego de desaliento porque no se producía un diciembre del 2001 macrista, y de zozobra cuando Cambiemos ganó las elecciones de medio término con el 42% de los votos. “Se quedan 20 años” fue la sensación de muchxs. El programa económico macrista se reveló como un desastre que empezó a hundirse a sólo dos años de haber iniciado una gestión con total apoyo del establishment local e internacional, y los segundos dos años fueron de caída económica y social acelerada. Si los hechos objetivos estaban claros, en términos de lo deplorable de las políticas macristas, en el terreno de la lucha política la cosa era diferente. Parte del peronismo apoyó al macrismo, la CGT se mostró moderadísima frente al rumbo claramente anti obrero del gobierno, y muchísimos de los intendentes y gobernadores de ese origen se mostraron “neutrales”, influenciados y hasta atraídos por el militante apoyo del mundo de los negocios al macrismo. Además, la deserción de los pocos medios que se consideraban nacionales y populares, y la casi total mordaza y asfixia económica sobre espacios de opinión e información alternativos contribuyeron al monopolio que ya venían ejerciendo y disfrutando los medios del establishment. El gravísimo problema comunicacional democrático, que no se logró resolver durante el gobierno kirchnerista, se agudizó con el gobierno del poder corporativo. Ni qué hablar de la función partidista-militante del poder judicial y de la persecución y encarcelamiento ilegal de figuras opositoras. Todo hecho con el beneplácito de norteamericanos y europeos (las famosas “democracias liberales”), y de toda la satelital derecha latinoamericana. Los 4 años macristas no fueron años de crecimiento del espacio nacional y popular, aunque se podría pensar que era un momento especialmente propicio para que mucha gente entendiera de qué se trataba realmente el verso del republicanismo y las buenas ondas. Ese crecimiento no ocurrió no sólo por la abrumadora propaganda política disparada por un sistema mediático casi completamente sintonizado con la derecha, sino por la falta de palabra y organización del espacio alternativo. El kirchnerismo no creció en estructuración interna, y aunque se agregaron nuevos espacios al campo popular, la dispersión y la falta de trabajo colectivo continuaron. A pesar del daño social provocado en forma creciente por el macrismo, a pesar del desempleo, de la caída salarial, del deterioro de las condiciones de vida que empezó a llegar a sectores medios, no se fortaleció un polo alternativo con una mirada claramente crítica del proyecto neoliberal. Cristina leyó el cuadro, nacional y global, y maximizó el uso de las fuerzas disponibles aprovechando el malestar creciente con el ajuste del macrismo y el FMI, y propuso una figura presidencial a la

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El anticomunismo no es cosa de chiste, es la ideología del Genocidio

Fuente: José Ernesto Schulman | Crónicas del nuevo siglo Fecha: 5 de mayo de 2020 El anticomunismo, la ideología de todos los genocidios, la base de sustentación de la cultura dominante en la Argentina. Conviene, en principio, por principios, no subestimar el anticomunismo. Ha sido, sigue siendo, el eje articulador de todo discurso de derecha, la justificación de los genocidios sufridos. El Estado Argentino se funda con el exterminio de los restos de los pueblos originarios (asesinados en los siglos XVI y XVII por el Imperio Español y su gran Agencia de Inteligencia, la Santa Inquisición) con la auto denominada Campaña del Desierto que como explico el gran Osvaldo Bayer ni era Campaña ni era Desierto, sino ocupación militar del sur del río Colorado para poner en marcha el Capitalismo agro exportador, la riqueza de eso que llaman “campo”. El ex secretario privado del General Genocida Roca, el Diputado Nacional Dionisio Schoo Lastra escribió en 1886: “la casi extinción de la raza indígena en nuestro medio se debe al hecho de que los indios eran demasiado socialistas. (…) Eran comunistas, y la carencia del sentido de la propiedad indispensable para imponer al hombre la ley del trabajo, que es su ley sagrada, fue la causa de la casi extinción de la raza”. Negro sobre blanco, los indios eran comunistas como ese indio Santiago Maldonado que volverían a matar en 2017. Antes, en 1902 sancionaron la primera ley de control social contra insugente, la llamada Ley 4144, de “residencia” que permitía expulsar por trámite administrativo a cualquier inmigrante que se opusiera a la explotación capitalista ya en curso nacional.  En el texto se nombra a los acratas y los comunistas libertarios. Fue la ley represora de más larga vigencia en la historia nacional, duro hasta 1958 en que sus funciones fueron asumidas por las disposiciones represivas de Frondizi y el Plan Conintes. Pero antes en 1910 se había sancionado la primer Ley de Seguridad Nacional y en 1930 se había creado la Sección Especial de lucha contra el Comunismo, núcleo de todas las agencias de Inteligencia que accionaron bajo los gobiernos militares surgidos de los golpes de Estado de 1930/1943/1955/1962/1966 y el más terrible de todos, el de Videla de 1976. Pero antes, en 1971 se había sancionado la Ley Anticomunista 17401 que tuvo vigencia hasta que se reemplazo en 1974 por la 20840 de represión a la subversión, la subversión comunista por supuesto. El anticomunismo fue sin dudas la razón fundamental del Genocidio de los treinta mil aunque pocos de los treinta mil se pensaran como comunistas.  A los milicos no les importaba. Fue uno de sus generales que dijo que había comunistas en el partido comunista, el peronista, en el socialista, en la Iglesia y hasta había comunistas que no lo sabían.   El anticomunismo no solo funcióna como herramienta de persecución, también funciona como auto censura.  A pocas cosas tienen más pánico los así llamados progresistas que a ser nombrados como comunistas. Es un límite que suele funcionar como puente a la claudicación.  Y la historia argentina está repleta de ejemplos.  El Comunismo hoy es la única propuesta global de superación revolucionaria y humanista del capitalismo.  No es cosa de chistes. El anticomunismo es la base del discurso de Trump Bolsonaro y todos los fascista.  Tampoco es cosa de chistes.

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Dólar y especulación: Puja distributiva, aumentos de precios y las presiones para una gran devaluación

Fuente: Carlos Heller (*)| Página/12 – Suplemento Cash Fecha: 26 de abril de 2020 Imagen: Guadalupe Lombardo Se busca instalar una discusión falsa para decir que el tipo de cambio real está atrasado, que se necesita una devaluación, y además, para justificar aumentos de precios. El tipo de cambio mayorista, se encuentra estable en torno a los 66 pesos, y el minorista en 68 pesos.  En ciertas noticias publicadas esta semana se podía leer que algunos supermercados y mayoristas estaban recibiendo nuevas listas con aumentos de precios por parte de la industria de alimentos, que en el caso de rubros como las harinas y los aceites llegaban al 10 por ciento. En este marco, cabe preguntarse por los motivos de tal conducta. Desde mi perspectiva, esto obedece a comportamientos vinculados a la puja distributiva. Es que, a pesar de la pandemia sanitaria, no dejan de observarse los rastros de la otra pandemia, una más permanente, que es la de la especulación de ciertos sectores para mejorar sus márgenes o ingresos. ¿Por qué algunos precios están subiendo cuando deberían estabilizarse e incluso bajar? En lo concreto, no existen hoy presiones por el lado de los costos. Empezando por los salarios, no hay reclamos de aumentos e incluso hay algunos sectores o empresas que aplican, o intentan aplicar, reducciones. Hay también moratorias impositivas, tasas de interés a la baja, combustibles y servicios públicos congelados. Los fletes no han aumentado. Entonces ¿por qué hay aumentos de precios? Por su parte, uno de los grandes factores de presión que suele haber sobre los precios, el tipo de cambio mayorista, se encuentra estable en torno a los 66 pesos, y el minorista en 68 pesos. No obstante, algunos operadores y comunicadores siguen tratando de instalar como referencia valores del dólar que nada tienen ver con el funcionamiento de la economía real. Un buen ejemplo es el de un conocido empresario de la industria automotriz que se preguntó: “¿Cuánto vale un dólar?”, aduciendo que si se desea obtener un dólar se paga 100 pesos (por supuesto, en el mercado ilegal) y sosteniendo que nadie vendería un dólar al valor oficial. E interpeló: “¿Qué estamos haciendo, qué distorsiones estamos creando en la economía con estos valores raros?”. Claro que, para este empresario, que siempre ve el tipo de cambio atrasado, la distorsión es la del dólar oficial. Son conceptos que en principio no parecen tener en cuenta el contexto nacional y global que se atraviesa. Así y todo, el razonamiento de fondo es que hay un dólar de mercado que valdría 100 pesos, muy lejos del dólar oficial, y que por eso suben los precios. Es una falacia absoluta. No hay ningún costo que esté influido por aquel supuesto valor de mercado. Entonces, se busca instalar una discusión falsa para decir que el tipo de cambio real está atrasado, que se necesita una devaluación, y además, para justificar aumentos de precios. En el caso de la industria de alimentos también se puede aplicar este razonamiento. Los exportadores, por ejemplo, venden y reciben del Banco Central pesos al cambio oficial. Tratar de tener ingresos por encima de la paridad exportadora, utilizando para ello un dólar alternativo, es una expresión de la puja por apropiarse de ingresos del resto de los sectores y la población, algo que siempre es cuestionable, pero que es aún más grave en tiempos de emergencia como el actual. Hay que decirlo nuevamente. La operatoria de “contado con liquidación” (CCL) que consiste en comprar un activo financiero en pesos en el mercado local y venderlo en dólares en el exterior, es “legal” (aunque a mi entender, ilegítima), y no es representativa de las transacciones de la economía real y las financieras vinculadas a ésta.  El CCL maneja volúmenes muy bajos y su precio refleja una especulación que se expresa en una volatilidad extrema. Desde fines del año pasado el “contado con liqui” evidencia una suba exagerada, y ha estado muy influido por las presiones en el marco de la reestructuración de la deuda. Esta situación determinó que, en la semana, tanto el Banco Central como la Comisión Nacional de Valores tomen medidas para restringir la utilización de estos instrumentos. Por ejemplo, poner límites a la tenencia de moneda extranjera en los Fondos Comunes de Inversión denominados en pesos, o prohibir las operaciones de caución bursátil en los bancos, entre otras. No hay dudas de que la única distorsión que tratan de salvar ciertos sectores concentrados es la de sus potenciales menores ganancias. Por eso, ningún análisis serio de precios debe basarse en un valor altamente volátil como parámetro de competitividad. Es una conducta que podría calificarse de mezquina y antisocial, en especial en estos tiempos de pandemia. (*) Diputado Nacional Frente de Todos. Presidente Partido Solidario.

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La riqueza oculta: La presión tributaria para las grandes fortunas es minúscula

Fuente: Magdalena Rúa | El Cohete a la Luna Fecha: 26 de abril de 2020 El debate en torno al impuesto extraordinario a las grandes fortunas ha vuelto a poner sobre la mesa la discusión acerca de la supuesta elevada presión tributaria de la Argentina. Sin embargo, los datos no sólo muestran que la presión tributaria está por debajo del promedio de los países “desarrollados”, sino que gran parte de la riqueza de las personas de alto patrimonio se encuentra en el exterior y una porción de ésta podría no estar alcanzada por el fisco argentino. Según información de la AFIP, en conjunto las 14.440 personas de mayores fortunas de Argentina poseían casi tres veces más bienes en el exterior que en el país en 2017. A su vez, los argentinos declararon bienes en el exterior por alrededor de 78 mil millones de dólares en 2017, según los datos de la AFIP, mientras que INDEC estimó 266 mil millones de dólares de activos externos del sector privado no financiero para ese mismo año. La situación económica será cada vez más crítica. Para 2020, la CEPAL proyecta una caída del PIB del 5,3% en América Latina y el Caribe, y del 6,5% para la Argentina. Es fundamental la aplicación de fuertes paquetes fiscales que sirvan para paliar la crisis. En la Argentina, se anunció que un 3% del PIB será destinado para estos fines. Sin perjuicio de que la emisión monetaria puede ser una fuente esencial de financiamiento de estas políticas, ello no quita la importancia de avanzar en la creación de un impuesto extraordinario a las grandes fortunas y en el diseño de una reforma impositiva de carácter progresivo que permita redistribuir recursos. De lo contrario, la brecha de desigualdad social se ampliará drásticamente. Como no podía ser de otra manera, existe una fuerte resistencia por parte de los sectores más concentrados de la economía a la aplicación de un impuesto a las grandes fortunas y a las ganancias extraordinarias para los grandes grupos económicos que no están siendo afectados por la cuarentena. Uno de los principales argumentos esgrimidos es la alta presión tributaria de la Argentina. Este es uno de los mitos que han logrado instalar desde los inicios de la historia de nuestro país y que lejos está de ser realidad para los grandes grupos económicos y familias ricas de la Argentina. Primero, porque para los grandes grupos económicos argentinos transnacionalizados y empresas multinacionales cuyas controlantes se ubican en el exterior, así como para las familias más adineradas de la Argentina, muchas de ellas asociadas a estas grandes firmas, la presión tributaria no suele ser la misma que para el resto, ya que logran minimizar su carga tributaria trasladando sus capitales al exterior. Segundo, la estructura del sistema tributario argentino es fuertemente regresiva, ya que la mayor parte de la recaudación se nutre de impuestos indirectos, tendencia que se vio agudizada en los últimos cuatro años de la gestión de Cambiemos. Por último, la presión tributaria en la Argentina es acorde a los parámetros internacionales. En varios artículos que escribí en el Cohete mostré que la presión fiscal en la Argentina resulta adecuada al compararla con la de otros países. Según las estadísticas de la OCDE, la presión tributaria de la Argentina en 2017 (30,3% de PIB) se encontraba por debajo del promedio de los países de la Unión Europea (37,5%), del promedio de los países miembro de la OCDE (34,2% de PIB), de Japón (30,6% de PIB), de Canadá (32,2% de PIB), e incluso por debajo de la de Uruguay (30,9% de PIB) y Brasil (32,3% de PIB). Si analizamos las tasas máximas marginales del impuesto a los ingresos personales (es decir, las que se aplican a las personas con mayores ingresos) en los países de la OCDE, vemos que su promedio para el periodo fiscal 2018 fue del 41,2%, por encima del 35% de la Argentina. Asimismo, en la mayoría de estos países las tasas máximas superan el 35% y llegan hasta el 60,1%. En el caso de las tasas del impuesto a las ganancias para empresas en América Latina en 2018, de la información de CIAT se desprende que la Argentina posee la misma alícuota máxima general (30%) que otros países hermanos, tales como México, Venezuela, Nicaragua y Costa Rica, e incluso se encuentra por debajo de la de Colombia (33%). Por otro lado, las familias con grandes fortunas suelen contar con múltiples asesores financieros, contables, impositivos y legales, que tienen los canales para enviar el dinero al exterior y administran los activos financieros externos de sus clientes, brindando confidencialidad sobre la propiedad de la riqueza. Según el nivel de riqueza personal, suelen dividirse en segmentos como High Net Worth (HNW) Individuals (Personas con Alto Patrimonio Neto), desde 1 hasta 100 millones de dólares, y Ultra High Net Worth (UHNW) Individuals (Personas con Ultra Alto Patrimonio Neto), con más de 100 millones de dólares. Estos últimos segmentos, por lo general, requieren un servicio altamente calificado que involucre variadas jurisdicciones con estructuras fiscales y legales complejas. Si analizamos los datos de la AFIP de las declaraciones juradas de bienes personales de 2017, observamos que las personas con mayores patrimonios poseen sus riquezas fundamentalmente en el exterior. A continuación, se presenta un cuadro con los tramos de bienes personales superiores a 5 millones de pesos, elaborado sobre la base de información de AFIP del año fiscal 2017. Allí puede observarse que los últimos tres tramos del cuadro, que corresponden a personas que poseían bienes sujetos a impuestos superiores a los 30 millones de pesos de 2017 (equivalentes a más de 1,58 millones de dólares en ese año), poseen más bienes en el exterior que en el interior del país. En total son 14.440 personas que, en conjunto, declararon en 2017 alrededor de 382.000 millones de pesos en el país (equivalentes a 20.200 millones de dólares) y más de 1,1 billón de pesos en el exterior (equivalentes a 58.000 millones de dólares). Presentaciones y bienes declarados por tramo de bienes sujetos al Impuesto sobre los Bienes Personales. Año Fiscal 2017.                                 En

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Médicos cubanos, derecha alborotada y agenda pos-pandemia

Fuente: Edgardo Mocca | El Destape Fecha: 25 de abril de 2020 Qué dicen los medios de comunicación y por qué Macri se acerca a la derecha intelectual en plena pandemia. No se sabe si vendrán muchos o pocos médicos cubanos al país para colaborar en la lucha contra la pandemia. Serán muchos o pocos, vendrán ahora o dentro de un tiempo.  Lo único que se dijo desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires es que no habría obstáculos para que vinieran, en caso de ser necesario. Parece bastante sensato todo… Sin embargo, la campaña contra “los médicos cubanos” ya está lanzada. ¿Por qué no tendrían que venir? Puede empezarse por el siempre desopilante Ricardo Roa : “Si algo se necesita son terapistas y los cubanos son generalistas en el mejor de los casos”, dijo en su columna en Clarín.  Es decir que se rechaza a los médicos cubanos porque son generalistas…Hablando en serio, lo que está clarísimo en estos días es el estado de irritación y agresividad en el que la derecha –a través de los grandes emporios mediáticos- ha entrado en los días del coronavirus.  En ese clima resucita un vocabulario macartista propio de los tiempos de la guerra fría. Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia. El ex presidente Macri es el militante argentino más intenso de esa irritación y esa agresividad. No hay que olvidar nunca el clima que rodeó su acceso al gobierno en 2015. Era la gran oportunidad  de la derecha argentina de construir una referencia electoral duradera capaz de sostener el tránsito sin regreso al dominio irrestricto del gran capital local y global sobre el territorio argentino. Ahora Macri es, para la mayoría de los argentinos y argentinas, un pasado al que no se quiere volver. No dirige ni a su propio partido. De ahí en adelante los dos caminos que se le abren son el regreso pleno al mundo privado –con el riesgo de que debilitado políticamente, sus asuntos empresariales y judiciales empiecen a no funcionar de modo tan aceitado como hasta ahora-, o la pelea por permanecer en el centro de la escena política. En esa lucha política que ahora insinúa tiene que resolver un problema principal: la parte de su fuerza que tiene poder territorial ha decidido no apostar al envilecimiento del clima político en el contexto de una importante amenaza a la vida de muchos argentinos y argentinas. Por eso alrededor de Macri solamente permanece un puñado de ex altos funcionarios durante su presidencia, que lo secundan en su arremetida contra el gobierno. Gobernadores e intendentes han entendido que una oposición dura contra el gobierno podría distanciarlos irreparablemente del estado de ánimo popular y además Macri no es un compañero de ruta ideal en esta coyuntura. Habrá que ver cómo evolucionará la relación de fuerzas ente los legisladores de la derecha. Por eso Macri prefiere la cercanía con Vargas Llosa y el grupo de políticos e intelectuales que claman contra el populismo y sostienen una visión del mundo completamente funcional a los grupos poderosos del régimen capitalista con centro en el sistema financiero en el que hoy vive gran parte del mundo. Nada de intervención del estado, defensa irrestricta del “mercado”, rechazo de la redistribución, impulso de la precarización laboral son parte del santo y seña de este grupo. El enemigo es el  populismo, concepto que incluye a todos los gobiernos más o menos independientes de Estados Unidos y a las corrientes políticas, intelectuales  y sociales que desafían al neoliberalismo, incluido el papa Francisco. Desde esa trinchera el ex presidente argentino confía en reunir a la parte de la sociedad –hoy circunstancialmente muy pequeña- que está dispuesta a cualquier cosa con tal de derrotar al populismo. Hasta ahora la expresión de este núcleo duro ha sido de resonancias muy pobres: unos pocos caceroleros en reducidos espacios de la ciudad de Buenos Aires. Pero la apuesta de los halcones macristas está en la esperanza del desgaste del gobierno en un proceso que augura grandes dolores completamente inhabituales para la población. Ya la cuarentena es un escenario altamente sensible. Y ya nadie espera que sea una cuestión de días o de semanas como la ilusión de muchos pudo haber imaginado. Y nadie debería confundir un buen desempeño general del gobierno y el pueblo con la garantía contra pérdidas que serán costosas. Hemos entrado en un camino largo y doloroso. Propicio, por lo tanto para mechas que puedan atraer al incendio. El documento de Macri no le interesa hoy a casi nadie, pero nada asegura que no sucedan hechos que puedan ayudar a recuperar su imagen. El país va a ser más pobre en esta etapa. Por lo menos desde el punto de vista del PBI. Pero tal vez sea interesante pensar si no podemos ser más ricos después de esta experiencia. Claro que esto no vale solamente para nuestro país, pero es interesante pensar el futuro global desde nuestro modesto rango de influencia. Y el futuro no es “lo que nos pase” sino lo que estamos en condiciones de hacer y decidamos hacer. ¿Cómo seríamos más ricos y en qué sentido? Tendríamos que proponernos salir de la crisis más ricos en solidaridad, capacidad de acción colectiva, sentido de pertenencia nacional, conciencia sobre la realidad del país, capacidad crítica de nuestro propio modo de vida. Más ricos, políticamente, en el sentido más amplio y más elevado de la palabra. La derecha ha puesto a la libertad en el centro de su discurso. Y tal vez sea la libertad el gran centro de una discusión nacional y global. La civilización capitalista y neoliberal es el modo histórico más antagónico con la libertad y más antagónico con la vida. Es el reino de la libertad de las mercancías (que viajan por el mundo en su forma material o virtual, sin restricciones de ningún tipo). Pero no es la libertad de los seres humanos. Ni la libertad de las naciones. Es, por el contrario, el reino de los automatismos, de lo infinitamente igual aunque se vista de las más diversas formas. Es la civilización

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Lenin hoy

Fuente: Emir Sader (*) | Alainet Fecha: 24 de abril de 2020 En el 150 aniversario del nacimiento de Lenin, un artículo sobre su actualidad. La actualidad del pensamiento de Marx es incuestionable. Sus análisis del capitalismo son más actuales que nunca.  Según la definición precisa de George Lukacs, «lo que es ortodoxo en el marxismo es la dialéctica». Es decir, la actualidad del pensamiento de Marx es la actualidad de la dialéctica, del método de pensamiento que hace posible aprehender la realidad concreta con todas sus contradicciones. ¿Podemos decir lo mismo sobre el pensamiento de Lenin? ¿Sus análisis le permiten extraer de ellos métodos para enfocarse en la realidad que perdura en el tiempo? En resumen, ¿qué tan actual es el pensamiento de Lenin? El pensamiento de Lenin siempre ha estado estrechamente relacionado con la Revolución Rusa, con la construcción de la estrategia de los bolcheviques, por lo que no es fácil disociarlo de esas circunstancias concretas. Él mismo siempre indicó el «análisis concreto de la realidad concreta» como el objetivo de sus enfoques. Él desarrolló el análisis más impresionante de la realidad concreta de un país con «El desarrollo del capitalismo en Rusia». No era suficiente afirmar que Rusia estaba integrada en el sistema capitalista mundial. Era necesario comprender las formas de reproducción del capitalismo en un país asiático atrasado, en sus condiciones de subordinación a los poderes económicos europeos. Esta es la primera lección que aprender de Lenin: el análisis concreto de situaciones concretas es lo que permite superar el dogmatismo y aprehender las condiciones en las que se actuará políticamente. Sin embargo, el aspecto más importante de la obra de Lenin fue su comprensión de que el capitalismo estaba entrando en una nueva fase en su historia: la fase imperialista. Marx fue el mayor teórico de la transición del capitalismo a su fase industrial. Lenin fue el mayor teórico en la transición del capitalismo al imperialismo. «El imperialismo, etapa superior del capitalismo» es el trabajo fundamental en el que Lenin señala el paso del capitalismo a una nueva fase y las consecuencias políticas que resultan de ese movimiento. Lenin inicialmente descubrió que el capital industrial había sido reemplazado por capital financiero. Este no es solo el capital bancario, sino también el resultado de la fusión de los monopolios, que a su vez se infiltran en todos los ámbitos de la sociedad. Desde un punto de vista económico, los monopolios reemplazan a la libre competencia. La definición leninista del imperialismo tiene cinco características fundamentales: a. Concentración de producción y capital. Elemento decisivo: el monopolio. b. Fusión de capital bancario e industrial: constitución de una oligarquía financiera. c. Exportación de capital (y no solo la exportación de bienes). d. Formación de monopolios de potencias internacionales, que dividen el mundo en zonas de influencia. e. Realización final del reparto territorial del mundo por las grandes potencias capitalistas. Lenin también agrega el carácter parasitario del capital financiero, así como que la exportación de capital se realiza en detrimento del país que lo exporta. De este conjunto de transformaciones, Lenin extrae importantes consecuencias políticas, que permiten comprender el mundo, más allá de las predicciones de Marx. Marx predijo que el socialismo probablemente surgiría en el centro del capitalismo, donde el mayor desarrollo de las fuerzas productivas tenía como una de sus consecuencias la mayor maduración de la lucha y las contradicciones de clase. El proletariado, a su vez, sería una expresión, en estos países, de grados de conciencia de clase, organización y fuerza política incomparablemente mayores que en los países de la periferia del sistema. Un carácter más intenso de las contradicciones de clase y la lucha de clases correspondería a la constitución más completa de las clases sociales. Así, el socialismo tendría las condiciones objetivas y subjetivas más favorables en los países del centro del capitalismo, en Europa Occidental, más específicamente, en aquel momento histórico. La historia tomó caminos diferentes de los predichos por Marx. El sistema capitalista se rompió primero en la periferia, en Rusia, y las rupturas continuaron no de regreso al centro, sino en la dirección más periférica hasta ahora: en China, en Vietnam, en Corea, en Cuba. ¿Por qué este cambio del centro a la periferia tuvo lugar como los eslabones más débiles de la cadena capitalista? Lenin logra explicar este giro político de dimensiones estratégicas y sus consecuencias, con los nuevos desafíos que plantea. Por un lado, dice Lenin, los países imperialistas explotan a los países de la periferia, distribuyen parte de lo que obtuvieron en esta exploración con su clase trabajadora. Como consecuencia, los efectos de la explotación de la clase obrera en los países imperialistas, que de alguna manera comparten esa explotación, disminuyen la intensidad de las contradicciones de clase, formando una especie de aristocracia que operaría en los países en el centro de los sistemas imperialistas. Por otro lado, como contrapartida, se aumenta la explotación de los países colonizados y dominados por las potencias imperialistas. La intensidad de la lucha de clases disminuye, por ejemplo, en Inglaterra, ya que redistribuye una parte de lo que explota de colonias como India y China, mientras que las contradicciones nacionales y de clase se intensifican en estos países periféricos. Fue a través de este mecanismo que el eslabón más débil de la cadena imperialista se trasladó a la periferia del sistema, promoviendo la ruptura representada por la Revolución Rusa. Rusia se había convertido en el eslabón más débil de la cadena imperialista, por haber sido víctima del dominio de las potencias europeas, mientras experimentaba una situación de atraso interno y, además, había sido derrotado en la guerra contra Japón, a principios del siglo pasado. Pero, ¿qué cambia con el paso del eje de las luchas anticapitalistas del centro a la periferia? ¿Con ello se ha superado el punto de vista de Marx o hubo simplemente un cambio de los términos de las contradicciones en escala mundial? Lenin logra nuevamente responder a las nuevas condiciones estratégicas para las fuerzas anticapitalistas. Distingue las condiciones de tomar el poder de

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Simplemente ya basta!

Fuente: Atilio Borón | Blog de Atilio Borón Fecha: 24 de abril de 2020 Días pasados, la Fundación Libertad, con sede en Rosario, Argentina, emitió una declaración en la cual, entre otras cosas, se decía que «Algunos gobiernos han identificado una oportunidad para arrogarse un poder desmedido. Han suspendido el Estado de derecho e, incluso, la democracia representativa y el sistema de justicia (…) A ambos lados del Atlántico resurgen el estatismo, el intervencionismo y el populismo con un ímpetu que hace pensar en un cambio de modelo alejado de la democracia liberal y la economía de mercado». Por supuesto, los gobiernos destinatarios de estas groseras e interesadas calumnias son los de Cuba, Venezuela y Nicaragua, acompañados por los de México, Argentina y España. La lista de los firmantes está previsiblemente encabezada por Mario Vargas Llosa y algunos otros escribas al servicio del imperialismo. También la apoyan eminentes demócratas como José María Aznar, Álvaro Uribe Vélez y Mauricio Macri.. A continuación la respuesta a ese documento de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad. Carta Abierta de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH) a la Fundación Internacional para la Libertad (FIL) Por enésima vez han irrumpido ustedes con adjetivos ofensivos e irresponsables para increpar a los gobiernos de inspiración humanista que, ante una gravísima pandemia universal, adoptan decisiones en beneficio de sus pueblos. La impunidad grotesca de sus sofismas se vuelve obscena al acusar de “autoritario”, “populista”, “antidemocrático” o “dictatorial” a cuanto gobernante asuma la inmensa tarea de reparar los desastres económicos y sociales producidos por los gobiernos que ustedes exaltan como defensores de la libertad simplemente porque dan rienda suelta al macabro darwinismo social de los mercados. Son ustedes impúdicos voceros de gobiernos reaccionarios, genocidas e infestados de corrupción, sobre los cuales pesan miles de muertos, pese a lo cual no vacilan en descalificar como “regímenes” a gobiernos que expresan la voluntad democrática de los pueblos y que cuidan en todo momento de su salud física y espiritual, cosa que no hacen quienes les sirven a ustedes de modelo. Se ha vuelto insoportable el contenido y la forma, oportunista y carroñera, con que opera su artillería de calumnias potenciada por un coro de consorcios mediáticos especializados en mentir y desinformar, corresponsables de buena parte de las tragedias que viven nuestros pueblos. Es por eso que hemos decidido decir ¡basta! y emplazar públicamente a su Fundación a librar un debate frontal y profundo sobre la grave situación que provoca la combinación del COVID-19 y la profunda depresión económica actual. Debate en el cual podremos demostrar la servidumbre mercantil de sus conductas, a contramano de las necesidades sociales históricas que hoy, más que nunca, exigen priorizar la vida del planeta y de los seres humanos por encima de las ganancias de las corporaciones transnacionales o de la tramposa “magia de los mercados.” Los emplazamos una vez más, como ya lo hemos hecho en múltiples foros internacionales a los cuales ustedes siempre rehuyeron sabiendo que carecen de argumentos para justificar sus posturas ideológicas o políticas. Y lo hicieron sin el menor pundonor, protegidos como siempre por el “blindaje” de los grandes medios de comunicación, que ocultan las fechorías de los miembros de la FIL, sus mentores intelectuales y sus “desinteresados” donantes. ¡Ya basta! Vuestro amasijo ideológico neoliberal y pseudo-republicano es palabrería hueca que ya no sirve para enmascarar los hurtos (¿fraudes?) de los gobiernos y grupos económicos que patrocinan a la Fundación. La realidad demuestra que ustedes han sido tropa servil de los peores intereses de la corrupción estructural del capitalismo, ocultando tras un manto de vacías pero altisonantes retóricas la explotación de hombres, mujeres y niños que fueron privados de sus derechos y sometidos a indignidades sin límite. Pero no sólo eso: también vieron cómo saqueaban, depredaban y destruían sus recursos naturales, sacrificados con saña en el altar de la ganancia y en lugar de condenar tales atrocidades las ensalzaron como modelos de buena gobernanza. Es inmoral, y por eso mismo inaceptable, la defensa que ustedes hacen del privilegio económico de unos cuantos empresarios; de la justificación de un mundo en donde el 1 por ciento más opulento detenta más riqueza que el resto de la humanidad. Todo esto es una afrenta a la cordura, insulta a la dignidad y la inteligencia de las personas y desprecia, en un alarde de nuevo oscurantismo medieval, las recomendaciones de las ciencias que exigen poner fin a la fuerza destructiva de los mercados. En plena pandemia planetaria es más inadmisible aún su verborrea contra quienes luchan denodadamente para salvar vidas y derechos sociales mientras callan que sus gobiernos amigos bloquean la llegada a esos países de insumos elementales para combatir la pandemia. Esa conducta, que ustedes avalan para su eterno deshonor, se llama “crimen de lesa humanidad”. Estamos hartos del palabrerío sicario del capital. Enfrenten el debate para que dejemos bien en claro, con todos sus nombres, qué intereses defienden ustedes y por qué han arrojado por la borda sus talentos y, en los casos que corresponda, su prestigio, para convertirse en lo que son: unos deplorables lacayos de las mafias financieras que dominan la economía mundial. Discutamos el papel del Estado hoy en defensa del planeta y de la humanidad. Hagamos un balance del holocausto social y ecológico producido por las políticas que ustedes pregonan, encarnan y publicitan. Discutamos los méritos comparativos del egoísmo y el individualismo desenfrenados frente a la ética de la solidaridad y la economía del buen vivir para todas y todos. Discutamos cuáles serán los modos de producción sustentables y las relaciones de producción justas en el mundo que se viene, que ya no será el de antes. Discutamos métodos de acción ejemplares contra la corrupción, contra la acumulación de riquezas en pocas manos, contra el hambre. Discutamos un mundo de plena democracia participativa, con educación, salud, vivienda, seguridad social, justicia laboral irrestricta y con medios de comunicación democratizados para que sea verdad aquello de

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