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¿Llamar a esto un gobierno de cambio?

Por Gideon Levy | 07/06/2021 | Palestina y Oriente PróximoFuentes: Haaretz Uno puede entender a quienes están experimentando alivio o incluso alegría hoy, suponiendo que un nuevo gobierno está a punto de formarse1/. Más difícil resulta unirse a las exageraciones pomposas e infantiles, que describen a Israel como pasando de la oscuridad a la luz, y de la esclavitud a la libertad, como si fuera Alexander Lukashenko quien hubiera caído y no Benjamin Netanyahu. Ambos campos son culpables de exageraciones histéricas: la partida de Netanyahu no es ni la salida ni la entrada al paraíso. El campo que despreciaba a Netanyahu, ignoraba sus realizaciones y se centraba en su estilo de vida y fracasos, saltará con alegría a las piscinas de la ciudad esta noche 3 de junio, así que siento ser un aguafiestas. Pero el gobierno de Netanyahu será reemplazado por otro gobierno de derechas. Israel despertará a un nuevo día que será demasiado parecido al anterior. Uno puede entender la felicidad de sacar al Likud del poder, dada la multitud de payasos y vagos de su gobierno, que en los últimos años ha sido un espectáculo unipersonal. Ver a Miri Regev [diputada desde 2009 y ministra de Cultura y Deporte desde 2015 y luego de Transportes] desaparecer de nuestras vidas es un momento sublime. El nuevo gobierno tendrá un equipo de ministros más eficiente y más presentable, en el que habrá seguramente alguien que tratará de hacer su trabajo de manera más decente. Es agradable. Pero sobre todo ello se cierne una nube negra y opresiva: la derecha está reemplazando a la derecha. Una derecha sin Netanyahu reemplazará a una derecha con Netanyahu, y ambas son atroces. Ninguna persona de izquierdas que sea seria puede regocijarse en esto. Justo antes de que la izquierda también se sienta tentada de creer la campaña de amenazas de los bibi-ístas [a Netanyahu le llaman Bibi. Ndt], según las cuales se trata de un «gobierno de extrema izquierda», uno debe volver con gran tristeza a la realidad: la derecha también reinará sin matices sobre este gobierno. No representa ni unidad ni cambio; es de derechas. El proceso de formación de este gobierno anuncia lo que vendrá después: nadie cortejó a Meretz y al laborismo durante las negociaciones de coalición; ya estaban en los bolsillos de los grandes. Les regalaron las carteras de transporte y salud, y ofrecieron algunos sobornos a la Lista Árabe Unida [el islamista Mansur Abbas], que difícilmente se puede llamar de izquierda. El Ministro de Relaciones Exteriores,Yair Lapid, viajará por el mundo para realizar operaciones fotográficas con estadistas, encantando a toda la gente que tan desesperadamente quiere ver a Israel como supuestamente diferente. Será otra ilusión como las difundidas por Shimon Peres [ministro en diferentes departamentos desde 1970, luego primer ministro y finalmente presidente del Estado de Israel de julio de 2007 a julio de 2014], predecesor de Lapid en el papel de rostro amable de Israel. Esto no solo será debido al gobierno que le sostiene, sino también a sus propias posiciones: Lapid es de derechas. Estará de acuerdo con casi todos los movimientos de este gobierno de derechas, ¿por qué debería quejarse? En cuestiones cruciales, el hermano Bennett implementará la política del hermano Lapid, y viceversa. ¡Qué fraternidad! Sería mejor no decir demasiado sobre el Ministro de Finanzas Avigdor Lieberman. Israel nunca ha tenido un ministro de finanzas tan de derechas y podrido. El ministro de Justicia Gideon Sa’ar y el ministro del Interior Ayelet Shaked serán el rostro del mal del gobierno. Aquí ni siquiera habrá la apariencia de compasión y humanidad, y mucho menos de igualdad, hacia la gente no judía del país. El Ministro de Defensa Benny Gantz ya está estrangulando Gaza como nadie la había estrangulado antes. Y todo esto estará presidido por el Primer Ministro Naftali Bennett, cuyo cinturón ya tiene una muesca de una terrible guerra en Gaza, a la que impulsó e incitó argumentando el secuestro y asesinato de tres jóvenes judíos en Cisjordania, una guerra que estaría encantado de repetir. Irán, la ley del estado nación, el estado de derecho, el presupuesto de defensa y las colonias serán tratados al igual que bajo el gobierno anterior. En el puesto avanzado de Evyatar2/, la última hierba silvestre hasta ahora, ya pueden abrir el champán. Este gobierno “de extrema izquierda” también les apoyará. Es un gobierno de malas noticias. Los restos de la miserable izquierda sionista observarán con anhelo lo que está sucediendo desde la galería de visitantes. Con nostalgia. Nadie los tomará en serio, y con razón. No tienen otra opción. Nitzan Horowitz [del Meretz] protestará, Merav Michaeli [del Partido Laborista] amenazará y el secretario del gabinete lo registrará en el acta. En este gobierno no juegan en el patio de los mayores. Ojalá todo esto no fuera cierto. Ojalá fuera solo la irritable queja de alguien que siempre ve lo peor. Desafortunadamente, no hay ninguna posibilidad de que sea así. Artículo publicado en Haaretz el 3/06/2021. Traducido de http://alencontre.org/moyenorient/israel/israel-vous-appelez-ca-un-gouvernement-du-changement.html Traducción: Faustino Eguberri para viento sur Notas 1/ La coalición anunciada al presidente Reuven Rivlin por Yair Lapid, la noche del 2 de junio, reúne a los siguientes 8 partidos: Yesh Atid («Hay un futuro» de Yair Lapid), Yamina («Hacia la derecha» de Naftali Bennett) , Kahol Lavan (Alianza Azul y Blanco de Benny Gantz), Nueva Esperanza (creado por Gideon Sa’ar en diciembre de 2020, ruptura del Likud), Partido Laborista (presidido por Merav Michaeli), Yisrael Beiteinu («Israel es nuestra casa» creado, entre otros, por Avigdor Liberman), Meretz (“Energía”, Partido Socialdemócrata, vinculado al Partido de los Socialistas Europeos, liderado por Nitzan Horowitz) y la Lista Árabe Unificada (en este caso representada por el diputado islamista palestino Mansour Abbas). En los próximos días, el parlamento deberá confirmarlo, o no, con un voto de confianza. Red. A l´encontre 2/ El puesto avanzado colonial de Evyatar, ilegal y por tanto “amenazado”, ha sido establecido en el norte de Cisjordania en memoria del asesinato de Raziel Shevach y de Itamar Ben-Gal en 2018. Red A l´Encontre.

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Miles de personas se unen al mitin de Tel Aviv por un ‘futuro conjunto’ después de la lucha entre Israel y Gaza y la violencia entre judíos y árabes

Fuente: Bar Peleg | Haaretz   Fecha: 22 de mayo de 2021 Una manifestación a favor de la paz en el centro de Tel Aviv el sábado atrajo a varios miles de participantes, pidiendo una asociación judía-árabe e instando a Israel a trabajar para resolver su conflicto de décadas con los palestinos, que estalló en las últimas dos semanas con luchas mortales en la Franja de Gaza. El autor David Grossman dijo a la multitud en Habima Square: «Nosotros, los israelíes, todavía nos negamos a darnos cuenta de que ha terminado el tiempo en el que nuestro poder puede forzar una realidad que es conveniente para nosotros y solo para nosotros, para nuestras necesidades e intereses». Ayman Odeh, líder de la Lista Conjunta de mayoría árabe tripartita, dijo en su discurso que «La guerra solo es buena para los señores de la guerra… para Benjamin Netanyahu, pero es mala para ambos pueblos. Hay civiles en Gaza y hay civiles en Israel, y tenemos que mantenerlos fuera del círculo del terror». Odeh pidió «un futuro conjunto para todos nosotros», un sentimiento secundado por otro político que habló en la manifestación, Tamar Zandberg de Meretz. Zandberg dijo en la manifestación: “No es una coincidencia que la violencia estallara justo cuando comenzamos a sentir que quizás judíos y árabes también pueden cooperar en política. Algunas personas querían sabotear esta visión, querían seguir sembrando odio e incitación y violencia. Pero esta noche y aquí, les estamos diciendo – basta, no. Ahora también podemos y debemos establecer un gobierno diferente en Israel que no fomente el odio, no incite, no separe a judíos de árabes». También hablaron miembros de los grupos Unidos y Rompiendo el Silencio, que organizaron el mitin. Sally Abed, de Standing Together, dijo: “Como ciudadana palestina de Israel, me niego a volver a la rutina de la discriminación institucionalizada, de la violencia policial y detenciones políticas, de la ciudadanía limitada. Me niego a volver a la rutina en la que en un tren tengo miedo de contestar una llamada telefónica de mi madre en árabe. El árabe es mi idioma y es uno de los idiomas de este lugar, y no estoy dispuesto a volver a una rutina en la que la gente tiene miedo de hablarlo». Ariel Bernstein, de Breaking the Silence, quien se desempeñó como soldado de combate en la unidad de reconocimiento de la Brigada Nahal, dijo: «Durante los últimos siete años, desde que yacimos en las dunas de arena en las afueras de Beit Hanun,  nuestros líderes no hicieron nada para movernos hacia una solución diplomática. Siete años en los que no nos han ofrecido nada más que desesperación, mientras nos han vendido la ilusión de la normalidad. Exigen que enterremos la cabeza en la arena y pensemos que la situación actual es buena y normal. Pero no hay nada de normal en una dictadura militar, un bloqueo asfixiante y un apartheid en los territorios». El pasado sábado por la noche, se llevó a cabo un mitin similar en la plaza Habima, que fue parte de la ola de manifestaciones que pedían la convivencia y la reconciliación que se llevó a cabo durante la operación de Gaza. Durante todo el operativo, se realizaron manifestaciones contra la violencia y el odio en plazas, cruces y puentes de las ciudades de todo el país. Cientos de personas también se reunieron en protesta contra el primer ministro Benjamín Netanyahu cerca de la residencia oficial del primer ministro en Jerusalén. Videos de  la marcha y el acto: Traducción: Dardo Esterovich

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La tragedia de Jerusalén y el apartheid israelí

Fuente: Ezequiel Kopel | Nueva Sociedad Fecha: 20 de mayo de 2021 La escalada de violencia que comenzó en Jerusalén ya provocó más de 40 muertos. El histórico conflicto entre israelíes y palestinos retorna con fuerza y pone en debate la política israelí en los territorios ocupados. Las alternativas frente al conflicto existen, pero son pocos quienes están dispuestos a apoyarlas y los pirómanos parecen estar ganando la batalla. La semana pasada la situación en Israel empezó a descarrilarse hacia una tragedia anunciada. En Jerusalén Este (la zona árabe), más precisamente en el barrio de Sheikh Jarrah, los habitantes palestinos de la ciudad encontraron la excusa perfecta para protestar ante la discriminación continua que sufren a manos del gobierno de Israel. Allí, cientos de palestinos –con la presencia solidaria de un puñado de activistas israelíes– elevaron su voz ante la orden de desalojo que recibieron varias familias árabes de parte del Poder Judicial de Jerusalén, el cual argumentó que familias palestinas se encontraban ocupando ilegalmente viviendas que antes de que se conformara el Estado de Israel en 1948 (y Jerusalén se dividiera entre control israelí al oeste y jordano al este) eran de propiedad judía. Los ocupantes palestinos explicaron una y otra vez que la mayoría de ellos también eran refugiados que, a su vez, habían sido expulsados de poblados que habían quedado bajo dominio israelí con posterioridad al establecimiento del Estado hebreo, y que las autoridades jordanas los habían reacomodado en viviendas que antes eran de judíos. La pregunta que se hacían los damnificados ante la decisión judicial era clara y estaba dirigida hacia el corazón de una cuestión aún no saldada: ¿por qué familias judías pueden presentar reclamos por propiedades que debieron abandonar por la conflagración de 1948, pero ningún palestino puede hacer lo mismo con sus antiguas viviendas hoy ocupadas por israelíes después la guerra, a lo largo y ancho de todo Israel? Las llamas actuales comenzaron a avivarse hacia un punto de no retorno cuando Haram Al Sharif (la explanada elevada donde se encuentran el Domo de la Roca y la Mezquita de Al Aqsa y que los judíos también reverencian, pues allí se encontraba el Templo de Salomón), repleto por la festividad musulmana de Ramadán, protestó masivamente en solidaridad con el barrio de Sheikh Jarrah. Los disturbios incluyeron el lanzamiento de piedras y cánticos palestinos en favor de la independencia, y las fuerzas israelíes contestaron con una violenta represión, que si bien no causó muertos aún en Jerusalén por la notoria decisión de la policía israelí de no usar fuego vivo, incluyó imágenes delicadas para el sentimiento palestino, como lo fue el lanzamiento de granadas de estruendo y humo dentro de la mezquita de Al Aqsa (el tercer lugar más sagrado para el islam). A partir de entonces, todo estuvo servido para la ganancia de los piromaníacos: la organización fundamentalista Hamas –que controla una Franja de Gaza bloqueada por Israel– aprovechó la oportunidad e hizo su entrada triunfal para posicionarse como protectora de los palestinos y así avanzar su disputa interna contra la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) (que administra algunas ciudades de Cisjordania bajo supervisión israelí y trató de contener las protestas). Para ello lanzó ataques con cohetes contra Israel. Hamas sabe muy bien –de igual manera que lo comprenden los extremistas judíos– que cualquier disturbio acontecido en Haram al Sharif potencia su discurso nacional-religioso a expensas de la posición mayoritaria palestina de llegar a un acuerdo con los israelíes. A esto se debe que los fundamentalistas de ambos lados anhelen la violencia en Jerusalén, pues los problemas pueden empezar en la mítica ciudad santa pero nunca terminan dentro de sus límites. La realidad es que Hamas le hizo un flaco favor a la causa palestina al entrar en un intercambio violento con Israel, que, al fin y al cabo, mueve el escenario de una lucha de resistencia civil en Jerusalén –que Israel no sabe manejar– a una disputa armada que Israel dominará tarde o temprano. De esta manera, y desde la noche del lunes, Hamas lanzó 500 cohetes desde Gaza hacia Israel: 150 cayeron dentro de la Franja, otros 200 fueron interceptados por el Domo de Hierro (el escudo antimisiles israelí) y el resto impactó principalmente en ciudades sureñas israelíes causando tres muertes. Israel reaccionó con rapidez y bombardeó masivamente la Franja de Gaza, una de las zonas más densamente pobladas del mundo, lo que provocó más de 30 muertos, entre ellos varios niños. Para hacer más complicada la cuestión, Israel se encuentra en una impasse política: el actual primer ministro Benjamin Netanyahu no pudo formar una coalición de gobierno luego de las elecciones y hoy la oportunidad de hacerlo la tiene una heterogénea alianza que integran derechistas e izquierdistas israelíes junto con islamistas árabes israelíes. La escalada violenta sin dudas beneficia al líder del Likud, pues será muy difícil para sus rivales políticos, encabezados por el nacionalista religioso Naftali Bennett y el centrista secular Yair Lapid, conformar en los días por venir una coalición para la cual necesitan el apoyo de los partidos árabes israelíes (un eufemismo para denominar a los palestinos con ciudadanía de Israel). Y cualquier colaboración de los partidos palestinos dentro de Israel en el medio de un conflicto violento será vista como una traición a su pueblo. Volviendo a Jerusalén, la actual disputa en la ciudad encuentra su origen en el problema irresuelto de su estatus legal y a la fallida partición del territorio de Palestina en un Estado judío y otro árabe. Bajo el plan de partición de las Naciones Unidas, aprobado en noviembre de 1947, Jerusalén –como Belén– se convertiría en un Corpus Separatum, es decir, bajo control internacional y sin manejo efectivo ni del Estado judío ni de los árabes. La tutela internacional –que habría implicado que varios países tuvieran una representación diplomática separada en Jerusalén– nunca llegó a implementarse debido a la guerra que pelearon, en primer lugar, israelíes contra palestinos y, a partir de la Declaración de Independencia israelí, en mayo de 1948, el naciente

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Los seres humanos son capaces de hablar, no solo de llevar un garrote

Fuente: Zehava Galon | Haaretz  Fecha: 13 de mayo de 2021 Uno de los mitos que está diseminando la gente de relaciones públicas del primer ministro Benjamin Netanyahu -con relaciones públicas sin paralelo- es que es un líder cauteloso, que evita las guerras. Disculpe, pero eso es una mierda. Netanyahu se ha involucrado durante todos sus largos mandatos en una guerra a pequeña escala, con una táctica llamada «cortar el césped». No es difícil de explicar. La suposición básica es que no tiene sentido hablar con los palestinos. Por eso, habrá brotes violentos de su parte, y es por eso que Israel «cortará el césped» con una violencia aún mayor. En otras palabras, la «táctica» de Netanyahu es la guerra perpetua. Y dado que la guerra no resuelve nada, porque el objetivo de la guerra es un avance diplomático, y porque el objetivo de Netanyahu es la esclavización perpetua de los palestinos, eso significa rondas repetidas de violencia. Los creyentes en el mito de Netanyahu descartan la Operación Margen Protector, la guerra de Gaza de 2014, como una conflagración única, y olvidan convenientemente los constantes disparos de Israel contra la Franja. Este tiroteo fue noticia durante los sangrientos días de 2018, cuando mató a cientos de habitantes de Gaza desarmados en la barrera de seguridad, pero continúa a diario. Los discípulos equivocados quieren que olvidemos los días de los detectores de metales en el Monte del Templo y el duro conflicto en Jerusalén, que se repitió la semana pasada. Netanyahu no tiene una política, solo un garrote. Y cualquiera que se acostumbre a usar un garrote se enfrenta a dos problemas: primero, tiene que usarlo cada vez más, para demostrar que no tiene inhibiciones. Nuestros tácticos llaman a esto «disuasión». De vez en cuando los tácticos descubren, con asombro cíclico, que la disuasión no funciona, por eso tenemos que «restaurarla». ¡Vuelve a casa, disuasión! Todo está perdonado. El segundo problema de la adicción al garrote es que te olvidas de la existencia de otras herramientas. Todo te parece un cráneo que se puede romper, y no te das cuenta de que cuantas más cabezas abres, más te ven como el matón del vecindario. La Franja de Gaza es un caso de prueba. Ha sido responsabilidad de Netanyahu desde 2009, pero nunca ha esbozado una política propia. Continuó la política de contar calorías para los habitantes de Gaza. Netanyahu nunca ha tenido reservas sobre el beneficio del bloqueo terrestre y marítimo contra dos millones de personas. Incluso después de la Operación Margen Protector, cuando tuvo la oportunidad diplomática de rehabilitar Gaza, incluso hubo presión internacional para hacerlo, se abstuvo de hacerlo. Netanyahu nos cuenta la historia de que cree en la paz económica. Bueno, tuviste una oportunidad, ¿por qué no la implementaste? Porque Netanyahu cree en una sola cosa: su supervivencia personal. Rehabilitar la Franja haría que su base se levantara contra él, la gente que vimos esta semana gritando en el Muro Occidental, en una paráfrasis de Sansón «para que con este único acto de venganza pueda pagar a Palestina por mis dos ojos». Cortar el césped no le exige ningún precio: los israelíes están acostumbrados a pagar en muertos, heridos y enfermos de trastorno de estrés postraumático. Y mientras haya más palestinos muertos, y eso es un hecho, a la luz del equilibrio de poderes, Netanyahu seguirá siendo un hombre-hombre. Y en el camino, encenderá la sociedad israelí, evitará que la Lista Árabe Unida y la Lista [Árabe] Conjunta se unan al “bloque de cambio” y mantendrá su asiento, espera. En el país de los ciegos, el tuerto seguirá siendo rey. Tenemos que abrir los ojos, comprender lo que está sucediendo y desear un cambio real. Un cambio que entiende que “cortar el césped” simplemente perpetúa el conflicto, que el conflicto es entre seres humanos, y que los seres humanos también somos capaces de hablar, no solo de llevar un garrote.

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Reemplazar a Netanyahu es más urgente que nunca

Fuente: Editorial de Haaretz Fecha: 11 de mayo de 2021 Israel está una vez más al borde de un amplio enfrentamiento militar en la Franja de Gaza. Los bombardeos de cohetes disparados por Hamas y la Jihad Islámica en ciudades israelíes, que causaron muertos y heridos, así como los ataques de la Fuerza Aérea de Israel en Gaza, están moviendo a ambos lados hacia una guerra cuya duración y costo, en vidas humanas y en propiedades, se desconocen. . Pero incluso mientras la situación con respecto a la Franja de Gaza se deteriora, la protesta violenta se está extendiendo en las ciudades árabes y en las ciudades mixtas de todo Israel. El espíritu de los acontecimientos de octubre de 2000 se cierne sobre los enfrentamientos entre civiles y policías, y amenaza con socavar una vez más el delicado y frágil tejido de la convivencia, y ciertamente la débil esperanza de que se pueda formar un gobierno basado en la cooperación judío-árabe. La violencia fue peor en Lod y Ramle, pero no pasó por Jaffa, Haifa y muchos otros lugares. Los residentes árabes arrojaron piedras contra las casas judías, parte del nuevo cementerio de Ramle fue incendiado y varias sinagogas fueron apedreadas. Durante la noche entre el lunes y el martes, Lod se convirtió en una zona de guerra: los jóvenes destrozaron todo lo que encontraban y las carreteras principales de la ciudad fueron bloqueadas. La protesta se extendió al Centro Médico Shamir – Assaf Harofeh, donde decenas de personas se amotinaron, arrojaron piedras y dañaron equipos. Las razones del estallido de esta violenta protesta están conectadas a una serie de malas decisiones tomadas en Jerusalén durante el mes de Ramadán, que siempre es potencialmente catastrófico: el establecimiento de puestos de control en la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja, los enfrentamientos en Sheikh Jarrah, la testaruda insistencia en sostener la Marcha de Banderas. El comisionado de policía Yaakov Shabtai jugó un papel decisivo en todo esto, y su afirmación de que la policía había sido «demasiado blanda» apunta a un problema preocupante para percibir la realidad. Pero la policía se ve obligada a lidiar con los síntomas de un problema mucho más profundo que está surgiendo en estos días: la realidad de 54 años de ocupación. En su deseo de luchar contra el nacionalismo palestino, debilitarlo e incluso hacerlo desaparecer, el primer ministro Benjamin Netanyahu atacó e incitó a los árabes israelíes de manera criminal. En lugar de ocuparse del problema, prefirió excluir, discriminar, judaizar y traer racistas declarados a la Knesset. Esta desastrosa estrategia ahora está explotando en la cara de Israel. Lo que se requiere, en primer lugar, es detener la escalada y calmar las cosas. El presidente Reuven Rivlin hizo lo correcto al pedir a los líderes árabes que emitieran un llamamiento decisivo contra la violencia desenfrenada. Pero esto no es suficiente. Un primer ministro responsable habría controlado a la policía, habría entablado un diálogo real con los líderes árabes, habría observado el status quo en el Monte del Templo, no habría visto las ciudades mixtas como lugares que necesitan ser judaizados, anunciado un plan para invertir en la sociedad árabe, pero sobre todo, habría dejado de incitar. Netanyahu no es capaz de hacer esto, por lo que reemplazarlo es más urgente que nunca.

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Cómo Estados Unidos puede garantizar que los dólares de sus impuestos no financien la ocupación de Israel

Fuente: Jeremy Ben-Ami | Haaretz   Fecha: 5 de mayo de 2021 Aprecié el reciente artículo de opinión del rabino Eric Yoffie en Haaretz (¿Odio la ocupación? Detrás de la ayuda militar estadounidense para Israel) reconociendo el crecimiento de J Street durante la última década, la amplitud del apoyo que tenemos en Washington y el éxito de nuestra conferencia anual. También aprecié su reconocimiento de que los temas más desafiantes y críticos para el futuro de Israel nunca reciben la discusión significativa que necesitan en organizaciones judías prominentes como AIPAC. El rabino Yoffie y J Street están de acuerdo en que el descenso de Israel hacia una realidad permanente de un solo estado es desastroso, lo que plantea un desafío para el pueblo judío en todo el mundo y para la ética y los valores en los que arraigamos nuestra identidad. Él y yo también estamos de acuerdo en que Israel solo puede ser democrático y el hogar nacional del pueblo judío si existe un estado de Palestina. Entendemos que la derecha de Israel está comprometida a derrotar esa visión y, en cambio, a cimentar una realidad no democrática de un solo estado. En lo que no estamos de acuerdo es en el desafío al que se enfrenta el movimiento pro-israelí y pro-paz en los EE. UU. En 2021. El desafío ya no es como lo expresa el rabino Yoffie: reunir apoyo para dos estados, o incluso reunir oposición a explícitas esfuerzos de Israel para anexar permanentemente el territorio que ocupó en 1967. J Street y el movimiento pro-israelí y pro-paz han ganado esas batallas, con certeza en la comunidad judía estadounidense en general y en el Partido Demócrata. En diciembre de 2019, la Resolución 326 de la Cámara que apoyaba a dos estados y se oponía a la anexión fue aprobada por la Cámara de Representantes con el apoyo de casi todos los miembros demócratas del Congreso. Y en el verano de 2020, casi todos los demócratas en la Cámara y el Senado expresaron su oposición pública a la idea de la anexión de jure. El verdadero desafío para el rabino Yoffie, como un apasionado partidario de dos estados, es articular exactamente qué política o acción estadounidense, más allá del apoyo verbal a dos estados, está dispuesto a apoyar para poner fin a la ocupación. Es decepcionante que, en lugar de utilizar su voz para proponer las herramientas que utilizaría para poner fin a la ocupación, el rabino Yoffie opte por atacar una ley recientemente introducida, la «Defensa de los derechos humanos de los niños y las familias palestinas que viven bajo la ley de ocupación del mando del ejército israelí», con argumentos inexactos y errores de hecho. Presentado por la Representante Betty McCollum, el proyecto de ley en cuestión busca garantizar que cada dólar de los casi $ 4 mil millones de asistencia de seguridad estadounidense brindada a Israel anualmente se destine a las necesidades legítimas de seguridad de Israel, y que ninguno se utilice para apoyar actividades que socavan la seguridad de Israel, los derechos de los palestinos e intereses estadounidenses. Tales actos dañinos, como se enumeran en el proyecto de ley, incluyen el desalojo de comunidades palestinas y la demolición de sus hogares. Incluyen la detención e interrogatorio de niños palestinos en violación de las normas internacionales pertinentes. Esta legislación exige restricciones en el uso de equipos comprados con la ayuda de Estados Unidos, diseñada para garantizar que, si bien Israel recibe la totalidad de la ayuda comprometida bajo el Memorando de Entendimiento (MOU) firmado por el presidente Obama, el Congreso también obtenga la transparencia dentro de él, y puede proporcionar una guía más clara sobre cómo y por qué se utilizan las armas y el material financiado por Estados Unidos. El proyecto de ley de ninguna manera autoriza o pide recortes de ayudas. Para que conste, J Street apoya el memorando de entendimiento de la era de Obama y el nivel total de ayuda al que se comprometió, y yo he testificado personalmente en el Congreso apoyando la prestación de asistencia en los niveles acordados. El argumento del rabino Yoffie de que «el verdadero propósito del proyecto de ley es preparar el camino para reducir la ayuda militar estadounidense a Israel» es pura especulación sobre la legislación futura. No es un argumento convincente con respecto a la ley actual que el Congreso está considerando. También se equivoca cuando afirma que el proyecto de ley «presenta a Israel como un torturador implacable de niños palestinos». De hecho, en ninguna parte del proyecto de ley se acusa a Israel de tal cosa. El proyecto de ley prohíbe que la ayuda estadounidense se utilice en relación con «torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes» de niños, un requisito de la Convención sobre los Derechos del Niño, que el propio Israel ha ratificado y que espero que el rabino Yoffie no estaría en desacuerdo. El rabino Yoffie también afirma incorrectamente que larepresentante McCollum es una «partidaria veterana del BDS». De hecho, ella no apoya al Movimiento Global BDS y, como cuestión de política, J Street no respalda a los miembros del Congreso que lo hagan. Finalmente, el rabino Yoffie se equivoca -en su caracterización de la reciente carta a Deutch-McCaul, de la Cámara de Representantes sobre la asistencia de seguridad de Estados Unidos a Israel- cuando dice que AIPAC organizó «en respuesta» al proyecto de ley McCollum. De hecho, la carta estuvo circulando para obtener firmas y AIPAC la discutió públicamente casi un mes antes de que se finalizara o presentara el proyecto de ley de la congresista McCollum. La carta no se opone al concepto de restricciones en el uso de la ayuda ni a nada contenido en el proyecto de ley McCollum. No contiene la palabra «restricciones». Dado que la carta era coherente con la política de J Street, no nos opusimos, explicando en cierta medida su éxito relativo. El rabino Yoffie tiene todo el derecho a cuestionar el apoyo de J Street al proyecto de ley del Representante McCollum.

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Los judíos israelíes deberían dejar de tenerle miedo a la Nakba

Fuente: Aluf Benn | Haaretz Fecha: 1° de mayo de 2021 La rendición en Ramle en 1948. Crédito: David Aldan 1. Ramat Hasharon está flanqueado a ambos lados por instalaciones de seguridad. Cuando era niño los llamábamos «la fábrica» ​​y «el campamento». Hoy en día se les llama «el complejo Ta’as», utilizando el acrónimo hebreo de Israel Military Industries, y «Unidad 8200», en referencia a la famosa unidad de inteligencia de élite. Ambas áreas han sido designadas como bienes raíces. Mi madre solía contarme sobre los residentes anteriores de estas tierras: al este estaba Abu Kishk, donde se instaló IMI junto con el vecindario de Morasha. Al oeste estaba el pueblo de Jalil, que contribuyó con su nombre a Glilot Junction. Recordó Abu Kishk como un lugar oscuro y aterrador con perros que ladraban. Ir allí fue una prueba de valentía. En contraste, el rico jeque de Jalil, que conducía un automóvil estadounidense, era visto como un buen vecino y tenía una relación amistosa con mi abuelo, que montaba un burro y operaba los pozos de la zona. Mi madre recordó una celebración familiar en casa del jeque a la que ella y sus padres fueron invitados. “Qué niña tan hermosa”, felicitó el presentador a la pequeña Atida Hurwitz, que no hablaba árabe y pensó que decía “qué niña tan flaca” – raza es en hebreo para flaca. Descubrí cómo terminaron las relaciones de vecindad años después en una entrevista con Eliyahu Binyamini, miembro de la aristocracia local, hijo del primer jefe del Consejo de Ramat Hasharon, en la víspera de su muerte en 2002. Cuando estalló la Guerra de Independencia En 1947, todos los árabes de la zona se reunieron en el patio del anciano Binyamini, dijo el hijo al entrevistador Yoav Karni. “Les trajimos autos y los enviamos”. El jeque Abu Kishk no tenía ganas de irse, y su familia dejó los muebles en el gran patio de los Binyaminis, en la colina cerca de la plaza. “Asumieron que regresarían en unas pocas semanas. En otros lugares les dieron una patada en el trasero, como en Sheikh Munis [el actual Ramat Aviv], por ejemplo «. Binyamini recordó que el Comité Superior Árabe de Vigilancia les dijo al jeque Abu Kishk y sus fellahin , los agricultores, que abandonaran sus hogares durante unas semanas hasta que regresaran como vencedores con los ejércitos árabes. Pero perdieron, y el jeque murió abandonado y empobrecido unos años más tarde en Lod, el único de su clan al que se le permitió quedarse en Israel. Esta explicación de la partida de los árabes, que abandonaron el área con entusiasmo y siguiendo instrucciones de arriba, fue aceptada en el Israel de mi infancia. En nuestra casa esto lo repitió mi tío Shalom Gutterman, quien creció en la vecina Herzliya. En su servicio como guardia al final de la era del Mandato Británico, conocía a los vecinos de Jalil y Abu Kishk. Los historiadores contemporáneos no han encontrado corroboración o documentación que respalde esta explicación. El investigador palestino Walid Khalidi reveló ya en 1959 que la historia sobre la orden del Comité Superior de Monitoreo Árabe de huir de pueblos y ciudades fue inventada por un partidario judío estadounidense de los revisionistas de derecha, como combustible para la propaganda del joven país. Pero sus ecos todavía se escuchan hoy en los argumentos sobre la responsabilidad práctica y moral del desarraigo de los palestinos . 2. En 1988, se publicó en inglés el libro de Benny Morris “El nacimiento del problema de los refugiados palestinos, 1947-1949” y me enviaron a entrevistar al autor para el periódico Ha’ir. La primera intifada estaba furiosa y, del lado israelí, los «árabes» comenzaban a ser llamados palestinos, y sus aspiraciones nacionales se tomaban en serio. En esta atmósfera, Morris y sus colegas, conocidos como los Nuevos Historiadores, ofrecieron una versión modificada de la historia del establecimiento de Israel. Con la respiración contenida, leí “El nacimiento del problema de los refugiados palestinos” con sus duras descripciones de masacres y saqueos por parte de combatientes israelíes en aldeas palestinas. También estaba el capítulo sobre la salida de los árabes de Jaffa y Haifa, un levantamiento a favor de los judíos en los primeros meses de la guerra, y la descripción de Igal Alón, el comandante del Palmaj y la hermosa sabra del buen viejo Israel, como el principal expulsor de los árabes del país. Tales historias eran completamente tabú en esos días, y sentí que era socio de un gran secreto nacional. Les pregunté a mis padres qué recordaban de esos eventos. Mi padre habló poco sobre su juventud en el Palmaj y el papel que desempeñó en 1948. Dijo que luchó en la Operación Broom en el este de Galilea, al norte del lago Kinneret, en los días previos a la Declaración de Independencia. «Disparamos contra sus tiendas y ellos huyeron», dijo, concluyendo el asunto. Después de su muerte supe que mi padre había sido un operador de morteros en la 1ª Brigada del Palmach, bajo el mando del comandante de pelotón Rehavam Ze’evi, «Gandhi», más tarde un político de extrema derecha. Wikipedia en hebreo dice que «la noche del 2 de mayo, las tropas del Palmach dispararon unas cuantas ráfagas de proyectiles de mortero en las aldeas al norte de Rosh Pina que acosaron el tráfico judío, y esto fue seguido por una huida desde las aldeas». ¿Fue Aryeh Bomstein, de 18 años (mi padre, más tarde el poeta Aryeh Sivan) quien disparó ráfagas y expulsó a los residentes de las aldeas olvidadas al exilio en los campos de refugiados? Ya en medio del libro de Morris entendí que la historia de 1948 no se resume en el argumento de “huyeron o fueron expulsados”, sino en la decisión de evitar el regreso de los refugiados y confiscar sus tierras para pueblos y aldeas judías. La decisión se tomó en medio de la guerra de 1948 y está vigente hasta el día de hoy. Este es el meollo del asunto. De este lado está la Ley de Propiedad de los Ausentes, la Ley de Adquisición de Tierras, el Fondo Nacional Judío y la Autoridad de Tierras de Israel, y del otro lado está la Nakba , la expulsión, el despojo, la

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Académicos judíos estadounidenses impulsan la definición de antisemitismo permitiendo más críticas a Israel

Fuente:  Ron Kampeas | The Times of Israel Fecha: 18 de abril de 2021 Activistas frente a una reunión del Comité Ejecutivo Nacional Laborista en Londres, con carteles que protestaban por la definición de antisemitismo de la IHRA, 4 de septiembre de 2018 (Stefan Rousseau / PA Images via Getty Images / via JTA / SUE). El Grupo de Trabajo Nexus, formado por académicos liberales, dice que la definición de la IHRA es demasiado amplia, que no todos los dobles raseros hacia el estado judío manifiestan prejuicios JTA – Un grupo de académicos judíos liberales estadounidenses ha ofrecido una definición de antisemitismo que otorga más libertad de acción a las críticas a Israel que la que los grupos judíos están presionando a los gobiernos para que adopten. La diferencia clave entre la definición publicada el martes por Nexus Task Force, un proyecto del Programa Knight en Medios y Religión de la Escuela de Comunicación y Periodismo Annenberg de la Universidad del Sur de California, y la definición de 2016 desarrollada por la International Holocaust Remembrance Alliance (IHRA) ) está aplicando un doble rasero a las críticas a Israel. La definición de la IHRA incluye como ejemplo de crítica antisemita de Israel «Aplicar un doble rasero al exigirle a [Israel] un comportamiento que no se espera ni se exige de ninguna otra nación democrática». Varios grupos principales de defensa de los judíos están presionando a los gobiernos de todo el mundo para que adopten la definición de la IHRA. Los críticos han dicho que la definición es demasiado amplia. El Grupo de Trabajo Nexus, formado en 2019 para abordar lo que describe como una «tendencia inquietante a politizar y explotar el antisemitismo e Israel [que] está creciendo en círculos políticos conservadores y de derecha», describe circunstancias bajo las cuales aplicar un doble rasero a Israel no es antisemita. “Prestar una atención desproporcionada a Israel y tratar a Israel de manera diferente a otros países no es prueba prima facie de antisemitismo”, dice la definición de Nexus. “Hay numerosas razones para dedicar especial atención a Israel y tratar a Israel de manera diferente, por ejemplo, algunas personas se preocupan más por Israel; otros pueden prestar más atención porque Israel tiene una relación especial con los Estados Unidos y recibe $ 4 mil millones en ayuda estadounidense «. Ilustrativo: una parada de autobús de Londres desfigurada con un cartel no autorizado que decía: ‘Israel es un esfuerzo racista’, que un grupo pro palestino presentó en protesta por la adopción por parte del Partido Laborista del Reino Unido de la definición de antisemitismo de la IHRA, el 6 de septiembre 2018. (Twitter) La definición de Nexus describe las formas en que el sesgo antiisraelí puede manifestarse como antisemitismo. “Es antisemita tratar a Israel de manera negativa basándose en la afirmación de que solo a los judíos se les debe negar el derecho a definirse a sí mismos como pueblo y ejercer cualquier forma de autodeterminación”, dice. Los autores del documento Nexus incluyen a Dov Waxman, profesor de estudios sobre Israel en UCLA; Tema Smith, ex coordinador del Grupo de Trabajo Nacional de Canadá sobre Educación, Recuerdo e Investigación sobre el Holocausto; David Schraub, profesor de la Facultad de Derecho de Berkeley e investigador principal del California Constitution Center; Matt Nosanchuk, el enlace con la comunidad judía de la Casa Blanca de Obama; y Jonathan Jacoby, director de Nexus Task Force.

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El vergonzoso discurso de Netanyahu: cuando el día de la conmemoración del Holocausto se convierte en un evento de campaña

Fuente: Alon Pinkas | Haaretz   Fecha: 8 de abril de 2021 Aquí estaba el primer ministro del Estado de Israel, el estado del pueblo judío, hablando en Yad Vashem en vísperas del Día del Recuerdo del Holocausto del país, uno de los días más sagrados del calendario nacional israelí. En tal ocasión, se esperaría que sea sombrío, solemne, humilde, con gracia, perspectiva histórica y conocimiento valioso. Después de todo, este es un día en el que todo el país recuerda el genocidio y la tragedia más vil de la historia de la humanidad. Pero no cuando se trata del Sr. Netanyahu. Para el primer ministro, se trata de él. Siempre. Para él, el Día del Recuerdo del Holocausto es solo otra oportunidad para hacer un discurso político, una diatriba egoísta. Como un bis adicional, solo para politizar aún más las cosas, el discurso de este año también incluyó una advertencia al presidente Joe Biden sobre Irán. Israel, declaró el Sr. Netanyahu, «no se comprometerá» con un nuevo acuerdo con Irán, si tal acuerdo se alcanza como resultado de renovadas negociaciones nucleares. En el mundo del Sr. Netanyahu, el año siempre es 1938, Irán es la Alemania nazi, el mundo está embriagado de apaciguamiento y él es la reencarnación mejorada de Winston Churchill. Esta visión de la realidad también puede explicar por qué, en un discurso del Día del Recuerdo del Holocausto, Netanyahu también consideró oportuno mencionar el establecimiento de relaciones entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, así como su supuesta amistad con el CEO de Pfizer, Dr. Albert Bourla. ¿Cómo se relacionan estas dos cosas con la memoria del Holocausto? Al mencionar a la familia de Bourla, sobrevivientes del Holocausto de Salónica, Grecia, Netanyahu no estaba respetando al exitoso presidente de Pfizer, sino a sí mismo. En su versión de la realidad, él es quien hizo posibles las vacunas, no Pfizer o Bourla. Es el mismo subtexto que intentó utilizar durante las elecciones recientes: si no fuera por mí, Israel no habría recibido las vacunas de Pfizer. La forma más conveniente de enmarcar y explicar este grandilocuente discurso serían las peculiares circunstancias políticas en las que se encuentra Netanyahu: su juicio por corrupción y fraude comenzó el lunes, y aunque el presidente le encomendó intentar formar un gobierno, sus posibilidades de hacerlo son escasas. El lunes, el día en que el primer testigo subió al estrado en el juicio, Netanyahu pronunció otro discurso. Atacó ruidosamente a la acusación estatal, la acusó de golpe de estado y repitió su afirmación de que una vasta camarilla del «estado profundo» está tratando de atraparlo. Ambos discursos deben agruparse. Representan el dominio absoluto que Netanyahu tiene sobre Israel y la usurpación deliberada de la democracia que ha planeado. Las tres ramas del gobierno son casi disfuncionales. La Knesset es un parlamento débil, sometido a los caprichos y al control del gobierno. El gobierno mismo también es reprimido y denigrado por un primer ministro semi-autoritario que lo maneja de acuerdo con sus necesidades, no de acuerdo con los requisitos de un ejecutivo en funcionamiento. El poder judicial, sometido a constantes ataques e intimidación por parte de Netanyahu y sus compinches, parece estar lejos de ser independiente. Además de eso, Netanyahu mutila sistemáticamente y con éxito a la prensa, acosa a los «guardianes» para que se sometan, debilitando así los frágiles controles y equilibrios del sistema israelí. Horas antes de la ceremonia del miércoles, uno de sus socios para cualquier coalición potencial, el legislador Bezalel Smotrich, jefe del partido racista y homofóbico del sionismo religioso, dijo que a menos que los árabes israelíes acepten la propiedad del pueblo judío sobre la Tierra de Israel, ellos no se quedarán aquí «. Netanyahu llama a este partido sus «aliados naturales», después de alentarlos implacablemente a unirse con otras fuerzas de extrema derecha e implorar a los votantes que voten por ellos antes de las elecciones de hace dos semanas. Puede que sea cierto que las democracias mueren en la oscuridad. Pero en los últimos cinco años, y particularmente en los dos últimos, Netanyahu, bajo la amenaza de una condena penal y después de fracasar cuatro veces en obtener la mayoría, está fogoneando e impulsando a la democracia israelí a cometer un suicidio espectacular a plena luz del día. Netanyahu, cualquiera que sea el juicio que la historia dicte sobre su conducta, se ha convertido en una aflicción para la democracia israelí. Cuando sienta una situación política complicada para él en aumento, Netanyahu evocará invariablemente a Irán. «No se equivoquen», proclamó Netanyahu con confianza el día en que Estados Unidos e Irán estaban negociando la reanudación del acuerdo nuclear en Viena, «un acuerdo con Irán que facilite su camino hacia las armas nucleares no obligará a Israel en absoluto». ¿Eso que significa? Israel no es parte de las negociaciones. No será una parte oficial del acuerdo. Israel no fue parte del acuerdo original de 2015. ¿Ha visto el Sr. Netanyahu el acuerdo, que aún no existe? ¿Ha presentado un mejor acuerdo, como prometió hacer desde 2015? ¿Tiene algún impacto o aportación valiosa, o está admitiendo que realmente no hay un diálogo efectivo entre Israel y su aliado más cercano y principal, Estados Unidos, sobre este tema? En un momento en que el ojo por ojo marítimo entre Israel e Irán se está intensificando, cuando Estados Unidos, Irán y los demás signatarios del acuerdo nuclear de 2015 están negociando una reinstalación mutua, lo más cruel e imprudente que se puede hacer es provocar públicamente y confrontar a la administración Biden. Pero en lugar de involucrar a Biden en un diálogo serio y discreto, Netanyahu eligió otra táctica: hizo una declaración en el Día de la Memoria del Holocausto. Traducción: Dardo Esterovich

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