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La rosca delictiva y su contexto político

Fuente: Edgardo Mocca | Página 12 Fecha: 07 de ABR 2019 La colusión entre política, poder judicial, medios de comunicación y servicios de inteligencia no es un hecho nuevo en nuestro país. Sin ir más lejos la dictadura que gobernó entre 1976 y 1983 tiene todos esos condimentos y un agregado, el de las fuerzas armadas activamente comprometidas en la persecución y aniquilación de lo que en aquel momento había sido designado como el enemigo por el bloque social dominante, plenamente alineado –igual que ahora– a la agenda global de los Estados Unidos. Sin embargo la dinámica desatada por el escándalo del ex periodista estrella Marcelo Dalessio tiene un lugar específico en esta larga historia. Esa especificidad no consiste solamente en que se desarrolla bajo las formas de la democracia recuperada en 1983. Durante estos 35 años han surgido poderosas respuestas democráticas y populares contra la maquinaria de ocultamiento de los delitos cometidos por los poderosos. Los nombres de María Soledad Morales y Marita Verón son, entre muchos otros, símbolos de una reserva profunda de sentido de la legalidad en una sociedad sistemáticamente golpeada por la impunidad de los poderosos. Y la actividad de los movimientos por los derechos humanos, la recuperación de la identidad de los nietos de las víctimas del terrorismo estatal, las variadas resistencias sindicales y sociales contra los atropellos del poder, forman parte de una larga y rica experiencia en la que la sociedad argentina ha puesto obstáculos al ejercicio del poder fáctico contra los derechos que la ley y la constitución argentina reconocen. Lo nuevo que se pone en acción con las revelaciones del caso Dalessio no está, entonces, en esa capacidad de resistencia social a la prepotencia de los poderosos instalados en el centro del poder judicial y en la estructura operativa del espionaje político, los aparatos mediáticos y las estructuras partidarias o protopartidarias. Lo nuevo es la inserción del acontecimiento en un país atravesado por el antagonismo político más intenso vivido en nuestra patria desde los orígenes del peronismo en 1945. Con D’Alessio, Stornelli, Santoro y compañía se alinean todos aquellos sujetos cuya brújula política tiene un norte que no se somete a discusión: la eliminación de todo vestigio de populismo en nuestro país. Si se cambia la palabra “populismo” por la palabra “subversión”, el discurso del frente oligárquico actual evoca y hasta cierto punto reproduce la red de complicidades políticas, culturales y sociales que dieron vida y sostuvieron el régimen del terrorismo de estado. La gran novedad radica en la inserción de este episodio –con su inédita carga de podredumbre y sentido de impunidad de sus protagonistas– en una trama política signada por la continuidad y profundidad de ese antagonismo. A pocas horas de que se conociera la denuncia del empresario Etchebest, profusamente documentada, empezó una operación que ilustra este enfoque. Elisa Carrió fue –como es habitual desde hace mucho tiempo– el portaestandarte de esa operación: todo es un invento de un juez “de la Cámpora”, forma contemporánea de nombrar a lo que en otros tiempos se llamaba “la subversión apátrida”. Rápidamente la planta permanente de la corrupción periodística salió a reforzar esa interpretación del mismo modo en que lo hace siempre: falseando la verdad, provocando, embarrando la cancha. Son muchos los que sienten el suelo temblar bajo sus pies. La mayoría de ellos son los que sostuvieron de modo canallesco durante muchos años que quienes asumían posiciones favorables a los gobiernos kirchneristas eran mercenarios que vendían falsedades. Muchos que hicieron fama y fortuna entregándose lisa y llanamente al libreto de Estados Unidos –a través de vínculos promiscuos con su embajada local– y los grupos económicos más poderosos. Si la investigación está viva y fortalecida en su avance es por la valentía del juez Alejo Ramos Padilla y por la existencia en el país de un amplio frente democrático que no retrocede frente a la provocación y la mentira. Por eso son miles y miles los que se agolpan en los tribunales para defender la continuidad de la investigación asediada desde la cumbre del gobierno, por el ministro de “justicia” Garavano y por el propio Macri. Mientras tanto el devaluado presidente confunde su rol con el de un patrón de estancia. Cree que puede descalificar al juez y ordenar su destitución como si no existieran leyes, constitución e instituciones. En situaciones así, suelen aparecer y de hecho aparecen quienes sostienen que no hay que poner estos episodios en el centro de la atención pública porque eso sólo sirve para tapar el caos económico y el drama de vastos sectores de la población causado por el gobierno formalmente encabezado por Macri. Por el contrario, el caso revela la trama íntima que sostiene el plan neocolonial y regresivo. Desnuda la existencia de una rosca de poder, de un nuevo régimen que desde diciembre de 2015 gobierna bajo una cada vez más débil fachada institucional e intenta degradar la vida política argentina como camino para consumar sus planes estratégicos en el país. Ese régimen tiene su terminal en el gobierno de Estados Unidos. Fue el embajador de ese país quien dijo al asumir su cargo que venía a “colaborar” con la justicia argentina: “Mi intención, dijo, es continuar trabajando con los abogados y jueces de la Argentina para mejorar el sistema judicial y fortalecer la confianza de la gente en el sistema judicial”. No sin aclarar inmediatamente que se refería al esfuerzo por aumentar las posibilidades competitivas de las empresas estadounidenses en la Argentina. La ayuda, finalmente, se reveló inmejorable. Hoy es imposible interpretar la crisis orgánica de poder desatada por el caso D’Alessio como otra cosa que la caída del velo de impunidad para las operaciones ilegales de los servicios, sus confidentes políticos, jueces y periodistas. Operaciones sistemáticamente destinadas a sostener una prioridad política: el ataque sistemático a las fuerzas populares y democráticas, su descrédito público y su castigo bajo el imperio del nuevo código procesal penal de facto que se conoce con el nombre de Irurzun. Las extorsiones, los aprietes y las

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Todo está guardado en la memoria

Fuente: Carlos Heller | Página 12 Fecha: 07 de ABR 2019 Hubo un 2 de abril de 1982 en el que tropas argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Esa irresponsable aventura de la dictadura cívico militar dejó un saldo de 649 compatriotas muertos y miles de heridos en los campos de batalla. Pero hubo otro 2 de abril. Fue en 1976, cuando el recién nombrado ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz anunció por cadena nacional su plan económico durante más de dos horas. Ambas fechas están relacionadas y fueron días muy tristes en la historia nacional. Por un lado, las políticas económicas de Martínez de Hoz, anunciadas ese 2 de abril de 1976, precipitaron en el tiempo una crisis que se tradujo en fuerte recesión y aumento del desempleo y de la desigualdad social. Por otro lado, la decisión de Leopoldo Fortunato Galtieri de declararle la guerra al Reino Unido el 2 de abril de 1982 fue, según coinciden varios trabajos sobre la etapa, un intento de mejorar la relación con la sociedad, que se había deteriorado a partir de la aplicación sistemática de aquellas políticas económicas y represivas. Un reclamo justo se utilizaba para intentar recomponer el vínculo crecientemente dañado entre la dictadura y la sociedad. “Todo está guardado en la memoria”, canta León Gieco. En la memoria está el recuerdo vivo de nuestros veteranos y caídos en la Guerra de Malvinas, que lucharon con patriotismo en batallas que no habían elegido y a las que llegaron desprotegidos por las conducciones militares. Pero también está el anuncio de ese plan económico devastador con el cual la dictadura intentó subordinar la economía argentina al capital financiero internacional. ¿Qué proponía aquel plan? La propuesta impulsaba la eliminación de los controles de precios y de los controles cambiarios; la liberación del comercio exterior, libertad de exportación a través de la eliminación de impuestos, libertad de importar eliminando todo tipo de prohibiciones, liberación de las tasas de interés y reforma financiera, liberación de controles a los alquileres, eliminación de las tarifas políticas de los servicios públicos, eliminación de subsidios, libertad de contratación de los salarios, libertad para las inversiones extranjeras “bajo reglas justas y sanas”, libertad para la transferencia de tecnología. José Alfredo Martínez de Hoz, descendiente de una familia de terratenientes fundadora de la Sociedad Rural Argentina, era directivo del Consejo Empresario Argentino, una entidad muy parecida al actual Foro de Convergencia Empresarial, creado en noviembre de 2013. Ambas expresan el mismo conglomerado empresarial integrado por los sectores económicos concentrados. Y ambas se constituyeron en oposición abierta a las políticas implementadas por los gobiernos populares y democráticos que ganaron las elecciones en 1973, en 2003, en 2007 y 2011. Hay un hilo conductor entre las propuestas del Consejo Empresario Argentino, el programa de la dictadura de Martínez de Hoz, las iniciativas del Foro de Convergencia Empresarial y las políticas implementadas por Cambiemos. En el medio, se ubican también los planes diseñados por Domingo Cavallo en los años del menemismo. En síntesis: es la idea del Estado facilitador o “canchero” que prepara el terreno para que intervenga con exclusividad el mercado. El Estado sólo tiene un rol subsidiario. En su discurso inaugural como ministro, Martínez de Hoz había afirmado: “Se abre, señores, un nuevo capítulo en la historia económica argentina. Hemos dado vuelta una hoja del intervencionismo estatizante y agobiante de la actividad económica para dar paso a la liberación de las fuerzas productivas”. Años después, en 2017, según diversas fuentes periodísticas, el borrador del proyecto de ley de “reforma laboral”, impulsado por el gobierno, afirmaba que la norma serviría para “promover la liberación de las fuerzas de la producción y del trabajo de todos aquellos mecanismos regulatorios y fenómenos distorsivos que impiden el desarrollo de las empresas”. Siguiendo ese hilo conductor, encontramos a los mismos sectores económicos proponiendo similares políticas a lo largo del tiempo. Lo único que varía son los modos de llegar al Estado: a través de un golpe militar o del voto popular. Martínez de Hoz decía que lo único que hace falta es decisión política y que un gobierno electo por el voto popular tenía más legitimidad para concretar las reformas estructurales que se proponía implementar. El plan económico de la dictadura desembocó en una guerra. El plan de Macri está conduciendo al país a una crisis de grandes proporciones. Pero hubo, también, un 2 de abril de 1916. En esa fecha, ocurrieron las primeras elecciones presidenciales con la Ley Saénz Peña, que estableció el voto universal, secreto y obligatorio. Fue el nacimiento de la democracia de masas en la Argentina, complementada a partir de 1951 con la incorporación del voto femenino. Desde entonces, los proyectos antipopulares llegaron al Estado, la mayoría de las veces, por golpes militares. Y, cuando lo hicieron por vía democrática, fue ocultando o cambiando sus verdaderos programas de gobierno. Ocurrió con el menemismo. Pasa con Cambiemos. El deterioro del actual gobierno es inocultable. Ya se habla de una inflación del orden del 4 por ciento para abril. Intentan frenarla con más recesión. Pero el resultado, hasta ahora, es recesión con inflación. Mientras, más del 48 por ciento de los pibes menores de 14 años son pobres. Cae el salario, se derrumba el consumo, cierran pymes, aumenta el desempleo y todo ello va consolidando la exclusión de amplios sectores de nuestra sociedad. En pocos meses habrá elecciones nacionales en la Argentina. Nuestro desafío es construir la unidad más amplia y diversa posible con el único límite en el proyecto que aplicaron la dictadura, el menemismo y ahora Cambiemos. El gobierno que llegó por vía democrática debería irse derrotado por la democracia. Todo está guardado en la memoria. También estos años de sufrimiento de las mayorías populares. Nota relacionada Árbol de decisiones        

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La denuncia que puede conectar a D’Alessio con la «Operación Fariña»

Fuente: Néstor Espósito | TiempoAr Fecha: 07 de ABR 2019 La supuesta red de espionaje por la que está preso el falso abogado Marcelo D’Alessio pudo haber manipulado a un preso para que involucrara, con datos probablemente ciertos, a un empresario vinculado con el kirchnerismo. Y, en un segundo paso, hacer jaque mate con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La trama es sórdida. La investigación sobre esos supuestos hechos ni siquiera ha comenzado. Pero la denuncia ya está en el juzgado federal de Dolores, donde el juez Alejo Ramos Padilla investiga a una organización (por ahora) paraestatal de inteligencia ilegal. La exabogada del financista Leonardo Fariña, Giselle Robles, dejó el viernes en Dolores un escrito de una decena de páginas que podría ser una bomba de alto impacto o un chaskibum. Prudencia. Lo que sí está claro es que ese texto y la documentación que acompañó abrirán un nuevo capítulo en la investigación sobre la presunta asociación ilícita dedicada a la extorsión, el espionaje político y ahora también, según esa presentación, al direccionamiento y la manipulación de causas judiciales. Robles dejó por Mesa de Entradas del juzgado una descripción sobre cómo Fariña habría recibido mientras estuvo preso instrucciones a través de ella para complicar al empresario Lázaro Báez. Según reconstruyeron fuentes judiciales, la abogada explicó que, desde la prisión,  Fariña le facilitó el acceso a una cuenta de e-mail en la que habría recibido instrucciones sobre lo que debía declarar ante el juez federal Sebastián Casanello con el objetivo final de obtener la excarcelación. ¿A cambio de qué? Según Robles, de una carambola que impactara primero en Báez para que este se convirtiera también en arrepentido e hiciera caer con su relato a CFK. Robles era la abogada del barrabrava de Boca Juniors Maximiliano Mazzaro, a quien Fariña conoció en prisión. Lo que se insinuaba como una relación conflictiva (porque Fariña es amigo de Rafael Di Zeo, otro barra por entonces enfrentado con Mazzaro), no lo fue. La abogada asumió la defensa de Fariña. En 2016 el financista declaró como arrepentido ante Casanello, pero lo hizo con un régimen diferente al actual. En aquel momento podía mentir, porque declaraba como imputado, en indagatoria. Hoy no podría hacerlo porque la mentira en ese caso se traduce en un delito adicional con diez años de prisión. Cada uno elige qué riesgos asumir. La clave parece estar en una cuenta de mail, elturista@prontomail.com. Robles sostiene que esa cuenta era de Fariña, que él le facilitó el password para que la utilizara mientras estaba detenido (y no tenía acceso a Internet) y que allí recibía la letra de lo que finalmente fue su declaración como arrepentido. Fariña, en cambio, asegura que la cuenta no es suya, que nunca lo fue. Así lo denunció ante Casanello cuando se rompió la relación con su abogada. Lo cierto es que cuando Fariña declaró ante Casanello, en abril de 2016, acompañado por Robles, llevaba consigo unas anotaciones manuscritas y recurrió a ellas para brindar su declaración como colaborador. ¿Qué pasó luego de esa declaración? Fariña estaba detenido a disposición de un juzgado federal de La Plata (en rigor, había dos causas, una de ellas camino a juicio oral) pero no de Casanello. Las causas de La Plata pasaron a tramitar en la Capital Federal. Entonces el financista rápidamente obtuvo la excarcelación y cambió de tribunal que lo debía juzgar en la otra causa. De esa manera quedó afuera de su juzgamiento el presidente del tribunal oral de La Plata, Carlos Rozanski. Finalmente Fariña fue condenado por un tribunal en lo Penal Económico a cuatro años de prisión. La sentencia está a revisión de la Cámara Federal de Casación Penal desde hace más de un año. Según la denuncia de Robles, Rozanski era uno de los jueces a los que Fariña temía. Así, según consta en su escrito, se lo manifestó al ministro de Justicia, Germán Garavano, cuando se reunieron en un salón del quinto piso de la sede del Ministerio, en la calle Sarmiento. Esa reunión fue gestionada por el periodista Luis Majul. Fariña quería mejorar su situación en el marco del programa de protección de testigos porque media docena de custodios lo vigilaban a toda hora y, por ejemplo, ni siquiera tenía carnet de conducir. Generoso, Garavano accedió a recibir a un arrepentido que acaba de salir de la cárcel gracias a haber denunciado al empresario amigo de Néstor Kirchner. Fariña habría dicho en esa reunión –siempre según Robles– que aspiraba a que Báez también se arrepintiera para mejorar su situación, pues la estaba pasando mal en la cárcel. El ministro respondió algo así como que ya lo estaban «operando» al empresario y que pronto se iba a arrepentir. Sólo faltaba que diera el gran paso: acusar de la supuesta corrupción en la obra pública a Cristina Fernández de Kirchner. Fariña niega que la reunión hubiera discurrido en esos términos. ¿El encuentro pudo haber sido grabado por los colaboradores del ministro Garavano? En tal caso, esa grabación ¿desmiente o confirma lo que denunció Robles? Lo que parece emerger con claridad es que si Fariña fue «coucheado» para su declaración como arrepentido no fue Garavano quien lo hizo. La reunión con el ministro es posterior. Si hubo adoctrinamiento fue mientras estuvo preso. ¿Es posible que servicios de inteligencia que antes operaron contra el kirchnerismo ahora hayan cruzado de vereda y estén utilizando la misma información en sentido contrario? ¿O es que finalmente se desnudó la matriz de intromisión y operaciones de inteligencia como un grano estallado que no para de drenar pus? Entretanto, ¿qué es de la vida de D’Alessio? Encerrado prácticamente todo el día en una habitación inhóspita, desprovista de toda decoración, sin ventanas que permitan el ingreso de la luz del sol y sin TV ni contacto con el mundo exterior, el falso abogado Marcelo D’Alessio pasa sus días en el Hospital Penitenciario de Ezeiza (HPC) como una fiera domesticada enjaulada. Sólo lo visitan su esposa y su abogado, Claudio Fogar, sus únicas contenciones

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Lawfare: algo más que una guerra jurídica

Fuente  Nahuel Sosa* | Nuestras Voces Fecha: 2 de ABR 2019 Un fallo se apila sobre otro. Un juez ordena liberar a Lula, luego otro magistrado –de una instancia inferior y de vacaciones- exhorta a que a los agentes federales no cumplan la orden. Horas después aparece un tercer juez que rechaza la puesta en libertad del ex presidente hasta que definitivamente el candidato con mayor intención de votos queda tras las rejas. Una orden de detención se apila sobre otra. Un juez y otro juez, un fiscal y otro fiscal compiten para ver quién es el primero en saciar la sed republicana que pide a gritos encarcelar a cuanto populista ande suelto. Cristina Kirchner, Milagros Sala y Rafael Correa son algunos de los baluartes más codiciados de esta cruzada mediática-judicial. No es nuevo. Hace nueve años la Corte Suprema hondureña avalaba la destitución del jefe de Estado Manuel Zelaya, tres años después vendría el juicio político exprés al presidente de Paraguay Fernando Lugo y finalmente la tipología de “golpes institucionales” tendría su expresión máxima con el impeachment caricaturesco que logró derrocar a Dilma Rousself en Brasil. Podríamos seguir enumerando un sinfín de arbitrariedades con las que cada día nos sorprende el poder judicial. Pero de lo que se tratar es de observar que la articulación que subyace en cada una de ellas no es casual, sino que responde a una nueva lógica política del neoliberalismo judicial; el Lawfare. Su significado a priori hace referencia al “uso indebido de herramientas jurídicas para la persecución política, el uso de la ley como un arma para destruir al adversario político por la vía judicial”. Sin embargo, en nuestra región ha superado sus límites originales y se ha constituido en una parte imprescindible de una renovada Doctrina de Seguridad Nacional. La imparcialidad en los jueces, las violaciones constantes al principio de inocencia y garantías constitucionales, la utilización selectiva de pruebas son moneda corriente justificadas por el establishment en sus titánicas luchas contra la corrupción. No obstante, lo que no se dice, es que lejos de buscar la verdad y la transparencia lo que se perfila es nuevo caballo de Troya para aplicar un nuevo paradigma judicial que garantice la impunidad del poder financiero y mediático y la continuidad de las derechas en el poder. Podríamos también afirmar, una vez más, que el poder judicial opera sistemáticamente en función de los intereses de los sectores dominantes. Sin embargo, esta verdad histórica, no deja de ser una abstracción incapaz de dar cuenta de ciertos fenómenos actuales que desbordan lo ya conocido. Por eso de lo que se trata es de asumir el desafío de elaborar nuevas categorías que nos permitan comprenderlos mejor. Hay algunos elementos significativos respecto al rol de la justicia   que son particulares de esta etapa. Entre ellos podemos mencionar: el papel protagónico en los golpes de estado de nuevo tipo, los niveles de desacreditación ante la opinión pública, la guerra jurídica como forma de solucionar los conflictos socio-políticos, la judicialización del quehacer político, la  mediatización de  la práctica judicial y la incapacidad de defender a los individuos ya  no solo de los abusos del Estado sino especialmente del poder financiero. Incluso, a modo de hipótesis, podríamos decir que el poder judicial se ha convertido en  un factor determinante en los procesos destituyentes, es decir, ya no se limita solamente a ser  cómplice sino que ahora también es un eslabón central en la configuración de esta nueva Doctrina de Seguridad Nacional. Pero ¿para qué y por qué destituye? Las respuestas son múltiples, pero si centramos el enfoque en la dimensión económica-financiera podemos observar  que cuando se pretende barrer con un gobierno popular se pretende también un cambio en la puja distributiva. En todos los países que se impusieron administraciones de tinte neoliberal sea por las urnas o a través de  desestabilizaciones y golpes blandos, las políticas fueron prácticamente idénticas: ajuste, precarización, endeudamiento externo, timba financiera, fuga de capitales  precarización del modelo productivo, etc. En este sentido es que aparece una segunda hipótesis y es que la justicia no solo que no interviene ni ejerce ningún punitivismo con los delitos económicos sino que es parte del mismo entramado. Hay un neoliberalismo judicial recargado que destituye a la vez que instituye un determinado modelo económico y social. En ese sentido cabe preguntarse ¿a quién responde la justicia?  En este punto podemos pensar en dos claves. La primera es que responde a ella misma en tanto corporación y la segunda es que es la expresión de las alianzas que tejen distintos grupos del establishment según cada momento histórico. Pero a su vez se puede sostener que a priori ambas respuestas son parte de una misma condición, son las caras de una misma moneda. Una justicia con la doble condición de ser corporación y simultáneamente expresión de una confluencia de intereses extra-jurídicos. También podríamos dejar de pensar en LA JUSTICIA y pensar en justiciaS, con una S que configura una noción de pluralidad y multiplicidad distinta. En este caso existirían justicias que se disputan entre sí para determinar quien ocupa la posición de ser LA JUSTICIA. Tenemos entonces  un abanico de opciones de justicias: populares, aristocráticas, politizadas, despolitizadas, duras, blandas, garantistas, positivistas, demagógicas, liberales, conservadoras etc. La pregunta sería cuál predomina y de qué forma y no cabe dudas que ha sido una justicia aristocrática, beligerante, antipopular y decididamente corporativa la que se impuso como respuesta a los procesos de emancipación popular. En líneas generales encontramos que cualquier intento de los gobiernos progresistas por transformar, sea de forma parcial o estructural el aparato judicial, la respuesta siempre fue la defensa a ultranza de la corporación por encima de cualquier interés general y una confluencia explícita o implícita con los sectores opositores. La puesta en escena de una justicia ejemplar y republicana frente al avance del autoritarismo populista, fue el caballito de batalla predilecto de la industria mediática. Y fue esta misma justicia que dejo ser una herramienta del verdugo para calzarse su traje y con sus propias manos poner en la picota las cabezas insumisas. Es importante detenerse en este punto: el desplazamiento de una

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Venezuela: 20 años bajo ataque

Fuente: Dardo Esterovich | Convergencia N° 73   Fecha: abril 2019   Golpe negro Los acontecimientos que se están desarrollando en la República Bolivariana de Venezuela tienen a Estados Unidos como protagonista principal. Tal es la importancia que les asigna el gobierno estadounidense que Donald Trump ha formado un equipo de cinco halcones integrado por Elliott Abrams, John Bolton, Mike Pompeo, Marco Rubio y Mauricio Claver-Carone –todo un gabinete de crisis- para conducir su propósito de terminar con la presidencia del Nicolás Maduro y el chavismo, “limpiar” su patio trasero de gobiernos insumisos y fundamentalmente para apoderarse de la primera reserva petrolera comprobada del mundo y las importantes reserva de oro y minerales estratégicos como el coltán y otros. En el año 1998, el triunfo en las elecciones presidenciales del comandante Hugo Chávez y las primeas medidas adoptada por el nuevo gobierno, pusieron en alerta a los EE.UU. que venía ejerciendo un dominio ininterrumpido de la explotación petrolera venezolana desde principios del siglo XX. La conspiración para terminar con el experimento chavista es tan vieja como el chavismo mismo. Fracasado el golpe contra el presidente Hugo Chávez del 11 de abril de 2002 el imperialismo estadounidense y la derecha vernácula optaron por atacar al corazón de economía venezolana, la industria petrolera. Estas acciones respondían a la negativa de Chávez de retirar un paquete de 47 leyes adoptadas bajo la Ley Habilitante, prevista en la Constitución. Estas leyes introducían cambios profundos en diversas áreas, especialmente en la económica. Con ese fin el gobierno decretó la Ley Orgánica de Hidrocarburos, que incrementaba al 30% la tributación de las transnacionales en las actividades de extracción petrolífera, y fijaba en el 51% la participación mínima del Estado en sociedades mixtas con petroleras extranjeras. Otra ley que le quitaba el sueño a la oligarquía local es la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, que permitía expropiar latifundios y beneficiaba a los campesinos que buscaban cultivar pequeñas extensiones de tierra. El golpe negro, en alusión al color del hidrocarburo, comenzó con un lockout convocado por la patronal agrupada en Fedecámaras  para el lunes 2 de diciembre de 2002. Su duración inicialmente sería de 24 horas, pero se extendió hasta convertirse en una huelga indefinida en plena temporada navideña. A este accionar se unieron la alta gerencia de la petrolera estatal PDVSA y un sector altamente remunerado de sus técnicos y trabajadores, que temían perder los privilegios que la corrupción generalizada les proporcionaba. Hay que señalar que no se presentó ningún pliego reivindicativo salarial ni de condiciones de trabajo. El reclamo se limitaba a la derogación de las leyes dictadas por el gobierno y a la renuncia de Chávez. Adhirieron la burocrática Confederación de Trabajadores de Venezuela, la Coordinadora Democrática que agrupaba a los partidos de oposición y medios de comunicación privados. El hecho culminante de la escalada ocurrió dos días después cuando el capitán del tanquero de PDV Marina, Pillín León, fondea su barco en el canal de navegación del Lago Maracaibo, a lo cual se suman luego otros tanqueros. Se interrumpe así totalmente el transporte de hidrocarburos desde esa cuenca, En tierra se le fueron sumando gerentes y operadores de las refinerías, profesionales y técnicos de las áreas de informática, personal de distintas áreas con capacidad real para perturbar seriamente el funcionamiento de la principal industria nacional lo que en cierta medida consiguieron ya que las dificultades en la provisión de combustible provocaron una parálisis de las actividades en muchas ramas de la economía. El 21 de diciembre de 2002 el gobierno logra recuperar el Pillín León, en una acción de abordaje con fuerzas de Marina, e instala una tripulación que no había adherido al paro que lleva el tanquero a puerto seguro y a los pocos días, cargado, comienza a llevar petróleo a las refinerías. Fue el comienzo de la derrota del golpe. En enero del 2003, los empleados y obreros que no pararon acompañado por simpatizantes del gobierno recuperan las refinerías y playas de carga de combustibles y los camiones comenzaron a distribuirlos a las estaciones de servicio. El gobierno logra recuperar el control de PDVSA. El proyecto de provocar un «golpe de Estado petrolero” fue abandonado el 3 de febrero de 2003, luego de dos meses de duración. En el aspecto macroeconómico las consecuencias fueron muy negativas: la inflación se disparó, al igual que el desempleo y el Producto Interno Bruto (PIB) del país registró una caída de 15,8 % durante el cuarto trimestre de 2002, y de 24, 9%, durante el primer trimestre de 2003. En el sector petrolero la caída del PIB fue de 25,9% y 39,3% respectivamente. Las consecuencias también fueron nefastas para la población y el país. Hubo escasez de alimentos y gasolina durante y después del paro. Golpe oscuro Lo que está ocurriendo actualmente en Venezuela guarda similitud con lo ocurrido con el golpe negro. Comienza el intento de derrocar a Maduro con la autoproclamación del presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó(1) como presidente interino el 23 de enero de este año. Guaidó programa para el 23 de febrero un golpe intentando introducir por la fuerza desde Colombia y Brasil, una pseudo ayuda humanitaria sin la anuencia del gobierno venezolano ni de organismos internacionales de ayuda como la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Estos organismos se negaron a participar denunciando la intencionalidad política de ese intento. Guaidó, EE.UU. y el Grupo de Lima, formado por países sudamericanos afines a la política imperialista estadounidense, presionaron sobre las Fuerzas Armadas Bolivarianas para lograr su defección y que reconocieran a Guidó como presidente. No tuvieron éxito. Solo medio centenar de efectivos, muchos de ellos prófugos por robo de armas y otros delitos, todos de baja graduación y tropa, cruzaron la frontera con Colombia. Una acción militar iniciada por éstos y paramilitares colombianos, como estaba planificada, resultó imposible quedando así frustrada también una posible intervención militar extranjera que era una “opción que estaba sobre la mesa” como repetían insistentemente Trump, Abrams, Bolton, Pompeo y otros funcionarios. El intento de introducir los camiones por Colombia y Brasil fracasó

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Incluso para los izquierdistas sionistas más ilustrados, los palestinos son invisibles

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 31 de MAR 2019 Oshrat Kotler es editora y presentadora de la revista de noticias Channel 13. Ella es considerada con principios, asertiva y valiente. Ella viene con esta honesta descripción,  especialmente en comparación con la mayoría de sus colegas en la televisión. El jueves, participó en un panel sobre el silenciamiento de la libertad de expresión en la Conferencia por la Democracia de Haaretz. Lo que pasó en el escenario fue como una película de Hollywood. Mientras elogiaba a sus editores y jefes por su fuerte posición en contra del silenciamiento de la libertad de expresión, se informó que la habían suspendido. Kotler se retorció y trató de negarlo, pero cuando abandonó el escenario, resultó que el informe era cierto. Podemos suponer que hubo una conexión directa entre su suspensión y su comentario: «Enviamos a los niños al ejército, a los territorios, y recibimos  animales». “Este es el resultado de la ocupación». Kotler ha trazado los límites de la protesta de la izquierdista sionista en Israel. Son desesperadamente estrechos y egoístas. La mala expresión anterior «disparamos y lloramos» se ha convertido en algo aún peor «Disparamos y lloramos solo por nosotros mismos». Incluso la protesta que exige el tipo de elevado  precio personal que Kotler está pagando,  siempre ha permanecido en la zona de confort y no es menos ultranacionalistas y racistas que las posiciones de la derecha. Incluso para los más iluminados, los palestinos son invisibles, no existen, son infrahumanos. El hecho de que incluso esta protesta sea silenciada solo muestra lo que queda de la libertad de expresión, los restos de libertad, en la televisión como en el propio estado. Kotler se impresionó por el video de los soldados del Batallón Netzah Yehuda abusando de dos detenidos palestinos, padre e hijo. El primer sentimiento que debería haber evocado fue la empatía por el dolor de estas personas infortunadas. Pero no en Kotler, ni en la gran mayoría de los israelíes. Kotler dijo que le dolían los padres de los soldados, que no los criaron por esto; y ella vio los ojos de los soldados, que estaban borrosos en la televisión, y su corazón fue hacia ellos. Solo había una cosa que Kotler no veía: las verdaderas víctimas. Los soldados abusan de un hombre y de su hijo que tienen los ojos vendados y en condiciones de restricción, y el pilar de de opinión, la voz de protesta valiente, se impresionó ¿De qué? De la suerte de los abusadores. Sus padres, sus ojos. Enviamos niños y recuperamos animales. Qué desafortunados somos. Nunca perdonaremos a los palestinos por obligarnos a abusar de sus padres e hijos. Una vez más, el abusador como víctima, sus padres como poema pedagógico que fue destruido. ¿Quién más estaba en el jeep que los transportaba? Ninguno. Lo diremos nosotros: Ziad y Mahmoud Shalaldeh estaban en el suelo del jeep. Son las únicas víctimas en esta historia. El padre es un recolector de basura, el hijo es un pastor, 13 personas viviendo en una tienda de campaña. Anjud, de 17 años, vive en el suelo de la tienda. Ella tiene parálisis cerebral. Ziad y Mahmoud se encontraron con un hombre de su aldea que es buscado por asesinato, y se sospecha que lo ocultaron. Pasarán años en prisión. Los soldados los golpearon en venganza y obligaron al hijo a ver a su padre ser pateado y golpeado. Ambos fueron hospitalizados en estado grave. No pudieron pararse, no pudieron hablar. El padre sufre de hemorragia interna. Su familia tiene prohibido visitarlos y sabe muy poco acerca de su condición. Y después de todo eso, los ojos tristes de los soldados son lo que más apreciamos. La única cosa. Sus padres son los que nos tocan. Sólo ellos. Y Kotler sigue siendo la mejor de los mejores. Ella al menos se preocupa por alguien. Ella no es un autómata y no se ha endurecido como la mayoría de ellos. En YouTube aparecen sus clips titulados: «Oshrat Kotler llora», Oshrat Kotler grita «,«Oshrat Kotler se vuelve loca «, «Se disculpa Oshrat Kotler». En la Conferencia de Haaretz contuvo las lágrimas sobre su padre moribundo. Él es un likudnik, un veterano de la Fuerza Aérea de Israel que llora cada vez que los aviones de la IAF vuelan por encima. Gracias a él, dijo, es periodista. Por su culpa ella es valiente. En su honor, ella vino a la Conferencia de Haaretz y no escuchó a sus seres queridos que le dijeron que no viniera y que «se mantuviera callada para variar». Y una vez más habló de los soldados y sus padres. ¿Y la víctima real? Es una vez más un huérfano, mudo, arrojado a la oscuridad en el suelo del jeep, indefenso, sangrando, sin despertar compasión, ningún sentimiento humano. El es un palestino. Traducción: Dardo Esterovich

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La visión del general Giora Eiland frente a Hamas

Fuente: Daniel.kupervaser.com Fecha: 28 de MAR 2019  A continuación, se reproduce la traducción de parte de dos entrevistas al general israelí en retiro Giora Eiland, quien en el pasado cumplió la jerárquica función de Asesor Nacional de Seguridad y jefe del Consejo Nacional de Seguridad. La originalidad de su visión hace imperiosa su lectura, aunque no necesariamente se la deba adoptar, total o parcialmente. Radio 103 FM Israel, 16-7-18 “De acuerdo a mi experiencia, comprendí que todo problema debe ser enfocado desde dos ángulos. Cuál es el relato y cuál es nuestro interés. Si tu relato refleja la realidad y eres leal a tus intereses, arribarás a la solución más apropiada para ti. Gaza se convirtió hace 12 años en un estado prácticamente en todo sentido. Estado es una estructura que tiene un límite geográfico claro, gobierno central efectivo, política exterior clara y su ejército. Nosotros no la creamos ni tampoco fue resultado de la escisión dentro de la sociedad palestina. Es una entidad política y nosotros siempre preferimos estar frente a este tipo de entidades y no frente a organizaciones terroristas irresponsables. Por lo tanto, esta realidad no necesariamente es contraproducente, sino que crea oportunidades”. “No tenemos intereses territoriales en Gaza, en mi opinión, tampoco ahí tenemos intereses económicos o políticos. Tenemos solamente el interés de seguridad que se lo puede definir como el propósito de tener décadas de tranquilidad sin la posibilidad que se puedan equiparse militarmente en el futuro. Si dejamos de lado momentáneamente la ideología criminal de Hamas descubriremos que el único interés de ellos es continuar con el dominio de Gaza. Con ese objetivo busca la legitimación internacional y ayuda económica”. “Ahora se debe evaluar si existe contradicción insalvable entre nuestro interés de seguridad con el interés del gobierno de Gaza. La respuesta es que se trata de una contradicción que se puede sobrellevar y ése es el camino más apropiado. Mi posición es muy simple. Nosotros somos capaces de arribar muy fácilmente a un arreglo con Hamas bajo la condición indispensable que todo quien habla de la reconstrucción de Gaza y ayuda humanitaria debe entender que es imposible hacerlo a espaldas del gobierno de Gaza. Todos los intentos fracasaron pues hay un poder que no permitirá construir una central eléctrica. Ese es el precio que se debe estar preparado a pagar y en realidad es muy bajo”. “Tenemos el Estado Gaza, él limita con Israel y se comporta como estado enemigo. Durante décadas vivimos con decenas de estados enemigos a nuestro alrededor que proclamaron la destrucción del estado de Israel y paralelamente funcionaron comisiones de armisticio muy efectivas que encontraron soluciones con las cuales se arribó a periodos de prolongada tranquilidad”. Ante la pregunta si se debe permitir a Hamas continuar en el poder, Eiland respondió: “Categóricamente sí. Es una cuestión de intereses. Si alguien no está de acuerdo conmigo y piensa que tenemos también interés político en Gaza, entonces estamos en desacuerdo. En tanto y en cuanto se desea defender más intereses, dada la tensión entre ellos, necesariamente se debe transigir con otros intereses. Por eso yo estoy por un mínimo de intereses que sean verdaderos e importantes. Yo no tengo ningún interés político en Gaza. No es un interés israelí por el cual yo estoy dispuesto a pagar un precio”. “Se puede llegar a un acuerdo que simplemente se lo puede resumir en tres puntos. Cese total de la violencia, acuerdo razonable de intercambio de prisioneros y restos de combatientes fallecidos, y, por último, programa de reconstrucción de Gaza que Israel sea parte con la ayuda de otros países y con la participación del gobierno de Gaza. Todo quien traiga un proyecto para Gaza, será tratado por el gobierno de Gaza. En tanto y en cuanto se concreten más proyectos civiles con menos miseria y desempleo, solucionando problemas de agua, electricidad y desagüe, se crearán suficientes intereses y motivo de disuasión. Todo esto estaba al alcanza de la mano hace tiempo. Israel no hace eso porque no estamos dispuestos a reconocer la realidad que surgió en la región. Nosotros somos demasiado obsesivos en el relato de nuestra justificación de cuanto Hamas son malvados y cuanto nosotros somos rectos. Así son los resultados”. Davar 1, 16-11-18 “A mi entender, la estrategia correcta ya de hace tiempo frente a Hamas comienza por el reconocimiento que Gaza es un estado. Un estado es algo que se comporta como estado y no algo que es declarado estado. Estado es un lugar que tiene límites geográficos muy claros, poder central efectivo, política exterior independiente y su ejército. Si tomamos estos cuatro caracteres, Gaza es un estado. Más aun, es más estado que otros reconocidos que se denominan estados. Esa es la realidad, para bien o para mal. Con respecto a Israel surge necesariamente la pregunta: “¿es también para bien? La respuesta es que también para Israel es para bien. Para Israel siempre es más favorable enfrentarse con entidades estatales y no con grupos terroristas. Eso que nosotros decimos todo el tiempo “la organización terrorista Hamas” no es más que una pérdida de oportunidad. No es que ellos no sean una organización terrorista, pero esto no es su carácter más significativo. Lo más significativo es que son gobierno en Gaza”. “Los hechos se pueden describir de la siguiente manera: El gobierno efectivo, y en gran medida legítimo, de Gaza, dio orden a su ejército de abrir fuego sobre el estado vecino: Israel. Esto es una verdadera descripción de los hechos. Ahora surge la pregunta ¿Qué hace el estado atacado cuando un estado vecino decide atacarlo por su propia iniciativa? La respuesta es muy clara. En el momento que eso ocurre el estado atacado debe comportarse como estado bajo ataque. Un estado baje ataque de un vecino comienza cerrando todos los pasos al estado atacante. Impide no solo el abastecimiento de combustible y electricidad, sino también el agua y alimentos, ya que ningún estado abastece mercancías a un estado enemigo cuando su objetivo es justamente presionarlo para obligarlo a llegar

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La patraña del “Candidato siberiano” y sus motivos

Fuente: Rafael Poch de Feliu | Blog personal Fecha: 27 de MAR 2019 El informe del fiscal Mueller convierte en estropicio el Russiagate con el que nos han estado alimentando informativamente nuestros medios de comunicación. ¿Cómo se explica este carnaval? Durante dos años los mayores consorcios mediáticos de Estados Unidos tuvieron un solo tema, el llamado Russiagate: la pretensión de que Donald Trump ganó las presidenciales de 2016 gracias a la injerencia de Rusia en ellas. A lo largo de un año, Washington Post, New York Times, CNN y MSNBC dedicaron a ese asunto 8507 artículos -casi 30 por día- e innumerables programas y emisiones. Ahora el informe del fiscal Mueller (19 abogados, 40 agentes del FBI, requisitorias a 2800 agentes secretos y expertos, 500 registros, 230 escuchas telefónicas, 500 testigos…) desnuda como vulgar patraña toda esa campaña que ha sido incapaz de presentar pruebas ni generar una sola acusación solvente. Por razones históricas, mi confianza en la justicia de Estados Unidos en asuntos de Estado es más bien limitada.  Ahí están los casos JFK y Robert Kennedy, Martin Luther King o Malcom X, entre otros, pero el informe de Mueller impacta en la línea de flotación de todo eso que nos han ido contando desde esos respetables medios y desde sus patéticos repetidores europeos. La simple realidad es que la injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos, así como todo el arsenal conceptual que introdujo con las llamadas “fake news”, es la segunda mayor noticia falsa de lo que llevamos de siglo. La primera fue la de las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein. El Kremlin siempre ha preferido administraciones republicanas que demócratas en Washington. Los motivos de ello son claros. Es tan obvio que Moscú prefería a Trump que a la señora Clinton y actuó en consecuencia, como que Sadam Hussein era un dictador criminal. Sin embargo Sadam no tenía armas de destrucción masiva y Trump no logró la presidencia gracias a Rusia. La capacidad de Rusia por influir en la política interna de Estados Unidos es muy limitada y va claramente por detrás de la de otros países como Israel, Arabia Saudí, Qatar, Oman, etc., que dedican ingentes sumas de dinero e influencias para captar a nichos enteros del electorado, influir en los laboratorios de ideas que patrocinan, etc., etc. Todo eso es conocido y está cifrado. Otra obviedad es que todas las potencias intervienen, o intentan intervenir, en la vida interna de las demás, pero ninguna de ellas ha logrado nunca acercarse al nivel de injerencia de Estados Unidos: más de 40 cambios de régimen o intervenciones militares en países desde la Segunda Guerra Mundial y una influencia cultural y propagandística global sin parangón. Rusia 1996: el candidato de ultramar Los rusos saben muy bien lo que es la ingerencia exterior en una campaña electoral. En los años noventa funcionarios americanos redactaron decretos (en materia de privatización) y determinaron elecciones de verdad, impidiendo una victoria comunista en las presidenciales de 1996. No es necesaria ninguna investigación especial de aquella ingerencia porque fue pública y abierta: Estados Unidos quería que aquellas elecciones las ganara Boris Yeltsin, cuyo nivel de aprobación entre los rusos era del 6%, y se volcó en ello directamente usando todos sus recursos e influencias. En vísperas de las elecciones hubo un crédito de 10.000 millones de dólares del FMI, una prórroga de veinticinco años del Club de París para la devolución de 40.000 millones de dólares de la deuda rusa, un préstamo de 200 millones de dólares del Banco Mundial para servicios sociales, declaraciones de apoyo de; Bill Clinton, de Helmuth Kohl, Alain Juppé y otros al candidato Yeltsin. También hubo un desembarco masivo de  asesores y expertos americanos en manipulación de la opinión pública (lo que se conoce como PR), que diseñaron una campaña perfecta. No fue muy difícil, porque los medios de comunicación trabajaban exclusivamente para el candidato Yeltsin, cuyo cuadro constitucional presidencialista (hoy vigente) era resultado de un golpe de estado con cañoneo del primer parlamento enteramente electo por sufragio universal de la historia rusa, en octubre de 1993, hecho que fue presentado en Occidente como “La hora estelar de la democracia en Rusia” (titulo de la editorial del Frankfürter Allgemeine Zeitung, principal diario del establishment alemán, aquellos días). Y pese a todo ello, no está claro que al final no hubiera manipulación de los resultados electorales… Obviamente, nada de este género, ni lejanamente emparentado con ello, ha ocurrido nunca en Estados Unidos. Cuatro motivos Y, sin embargo, el hecho es que hemos vivido durante casi dos años bajo el bombardeo continuo de toda esta falsedad que ha alentado una histérica campaña rusófoba sin precedentes ni miedo al ridículo. Recordemos las falsedades periféricas que se han generado a partir de aquella segunda noticia falsa del siglo: la injerencia rusa en las elecciones europeas (tesis públicamente sostenida por la Canciller Merkel y el Presidente Macron), la mano rusa en el Brexit, en el movimiento de los gillet jaunes (tesis esgrimida por Macron), y hasta en el grotesco procés de los nacionalistas catalanes… No hay duda de que Putin prefería a Trump que a Hillary. Tampoco la hay de que a Moscú le interesa una Unión Europea debilitada. Después de treinta años de ignorar los intereses nacionales de Rusia, de expulsarla de la seguridad continental vulnerando los acuerdos de la guerra fría, de anular todos los acuerdos de desarme, de colocar  recursos militares en sus fronteras y de promocionar “revoluciones” y cambios de régimen en su entorno, ¿esperan que Rusia tenga buenos sentimientos hacia ellos? Naturalmente que no los tiene y que en la medida de lo posible emprende las correspondientes políticas y respuestas. Todo esto es de una obviedad pueril. Pero entonces, ¿cuales son los motivos de la leyenda del Candidato siberiano (Paul Krugman dixit en el NYT del 22 de julio de 2016) y de toda la histeria macartista que le ha seguido. A mí se me ocurren cuatro motivos: 1-Un recurso de cohesión y ajuste de cuentas interno. En Estados Unidos el establishment está divido respecto a las correcciones y

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¿La varita no se mancha?

Fuente: Horacio Verbitsky | El cohete a la luna Fecha: 24 de MAR 2019 Las carpetas de inteligencia ilegal secuestradas en el allanamiento al espía Marcelo Sebastián D’Alessio complican al Hada Buena y pueden generar una onda expansiva en la tensionada coalición oficial, donde se discute nada menos que su continuidad hasta las elecciones de octubre y quien será su portaestandarte. El informe acerca del show sobre animales que conduce un relator de fútbol contiene elementos que, según D’Alessio, le suministró el operador judicial del Grupo Clarín, Daniel Santoro, que ponen la mira sobre el productor del programa;  la empresa licenciataria de América 2, que con la inflación ya es América 24 y la gobernadora bonaerense. Secreto a voces La ley dice que las sesiones de la comisión bicameral de fiscalización de los organismos de inteligencia son secretas. Al enviar la documentación sobre la causa, el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, extendió esa obligación de reserva a los legisladores. Pero entre diputados, senadores, asesores y personal de servicio del Congreso asistieron a la sesión medio centenar de personas. En esas condiciones, los trascendidos son inevitables. Lo que no hay es un relato único, sino el armado de un rompecabezas a partir de piezas sueltas. Este es el resultado: D’Alessio dirige su informe sobre el show de los animales al ex comisario Ricardo Bogoliuk, inorgánico de la Agencia Federal de Inteligencia. El show de los animales no es realizado por América, sino por la productora Jotax, que también tiene a su cargo  Intragables, otro programa político de escándalo en la misma emisora. D’Alessio, vía Santoro, menciona al titular de la productora como un amigo muy íntimo del Hada Buena. El informe añade que la gobernadora le entregó varios millones de pesos de publicidad y fondos reservados de la provincia de Buenos Aires, para que comprara parte del paquete accionario de América que pertenecía al hermano de Daniel Vila, Alfredo. Afirma que las entregas son de 2,2 millones de pesos por mes (que al cambio promedio del último semestre son unos 600.000 dólares en un año) y la pauta sirve para blanquear el uso de los fondos reservados. Santoro le dijo a D’Alessio que se quería ir del show de los animales porque desde que el relator de fútbol se reunió con la ex presidente CFK, dejó de referirse a los encuadernados por el doctor Glock como presos por corrupción y comenzó a llamarlos presos políticos. Según el operador judicial del Grupo Clarín el encuentro con Cristina fue gestionado por el ex colaborador de Horacio Antonio Stiusso en la ex SIDE, Javier Fernández, a quien menciona como contacto de su compañera de mesa, Romina Manguel, a quien moteja de filokirchnerista. Santoro opina que al relator de fútbol “le hicieron la croqueta”. Hasta allí el tratamiento del tema en la Comisión Bicameral, en un encuentro que duró dos horas y media, la mitad que el informe público que el mismo magistrado rindió la semana anterior en la comisión de libertad de expresión de la Cámara de Diputados presidida por Leopoldo Moreau. De canillita a campeón El productor a quien D’Alessio vía Santoro señala como operador de la gobernadora en América se llama Gabriel Hochbaum. Cuando ingresó a la empresa manejaba cuentas publicitarias de municipios y hacía lobby político. Además de programas para el canal y su señal de cable, produce espectáculos teatrales con la marca JOTAX. El informe estaba dentro de la carpeta dedicada al relator de fútbol, quien al enterarse sacó de la mesa a empujones a Santoro. No se informó cuánto duraría la licencia que Santoro dijo haber pedido para ocuparse de su defensa, aunque por ahora no hay causa judicial abierta en su contra. La resolución del juez dice que tal vez Santoro no sabía el uso que D’Alessio daba a las informaciones que le proveía. Es decir que quizás sólo era incapaz de detectar a un extorsionador, con quien se visitaban semanalmente en sus casas, esposas incluidas. También participó activamente al menos en su último libro. El contenido de la carpeta trascendió por las nerviosas gestiones de Hochbaum ante distintos medios de comunicación para que no se publicara la noticia. EL 15 de febrero, el Grupo América anunció la constitución de su nuevo Comité Ejecutivo, responsable de la dirección estratégica y administrativa, liderado por Agustín Vila y Gabriel Hochbaum. Agustín es el hijo del principal accionista, Daniel Vila, quien anunció que se desvincularía de la gestión diaria. Según el comunicado empresarial su hijo lidera el Comité que también integra Hochbaum, quien “mantiene el cargo de Director de Relaciones Institucionales”. El Comité “representará los intereses de los accionistas y supervisará en sus actividades al management de Grupo América, encabezado por su CEO, Sergio Basich”. El accionista minoritario es el ex ministro del Interior José Luis Robo para la Corona Manzano. Todos los medios de América han estado durante los últimos años orientados por la línea política de Sergio Massa, si  tal cosa puede distinguirse en la zigzagueante deriva del líder del FR. La semana pasada hicieron una encendida defensa de Stornelli, el propio Massa (“creo en su honestidad y buena fe”), y su operadora legislativa, Graciela Camaño (“Por tres whatsapps con un chanta de estos se pone en tela de juicio toda la carrera judicial de un hombre con una trayectoria como la de Stornelli”). Horacio Hace cinco meses, Camaño, presentó un recurso de amparo contra el tarifazo anunciado por el entonces ministro de Energía Javier Iguacel, quien también fue objeto de una denuncia penal por parte del fiscal Guilermo Marijuan, quien era el candidato a ocupar la Procuración General si Massa llegaba a la presidencia. En uno de sus frecuentes raptos de furia real, no la simulada para la campaña (“cuando se enoja le sale el verdulero calabrés”, me dijo uno de sus colaboradores más próximos)  Macrì amenazó con querellar al Pocero de la Patagonia por calumnias, violación de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad, según informó Carlos Pagni en el diario La Nación el 11 de octubre de 2018. Lo más

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