El poder económico bajo la lupa
Fuente: Alfredo Zaiat| Página/12 Fecha: 19 de julio de 2020 a respuesta de las cámaras que agrupan a grandes empresas ante la propuesta de expropiación de Vicentin es un ejemplo contundente del papel de conducción política de los principales grupos económicos. También es la prueba de la carencia de la vocación de ser partícipes de un proyecto de desarrollo nacional. Las controversias políticas y mediáticas que provocó el tuit de Cristina Fernández de Kirchner recomendando mi artículo del domingo pasado dejaron al descubierto dos debilidades del debate público: * La dificultad para hablar, indagar y cuestionar al poder económico. * El temor en diferentes ámbitos a reflexionar, estudiar y criticar a los grupos Clarín y Techint. El análisis preferido de editorialistas y comentaristas fue la supuesta intención de CFK de marcarle la cancha de ese modo a Alberto Fernández. Las interpretaciones políticas son libres pero los hechos no. Cualquier tuit o expresión de CFK son inmediatamente publicados en los portales de Clarín, La Nación e Infobae. Les sirve para convocar audiencias y continuar la persistente tarea de demonizarla. El primero que subió ese domingo a la red del pajarito fue el artículo «la conducción política del poder económico» y fue ignorado con un potente silencio. El segundo publicado 5.28 horas después, en cambio, en tono de humor con referencia a la mulita y los silobolsas , tuvo amplia difusión en esos medios de comunicación, obviamente para aumentar aún más –si eso es posible- la tirria contra ella, el kirchnerismo y cualquier cosa que comience con la letra K. Recién tres días después hubo una decisión de qué hacer con ese primer tuit. Y la resolución fue utilizarlo para insistir con la estrategia de dividir el frente político que gobierna, con el objetivo explícito de que Alberto Fernández rompa con su vicepresidenta. Ese tiempo transcurrido y esa decisión mediática ratifica el contenido fundamental del artículo en cuestión: quiénes son los dos miembros del establishment que ejercen la conducción política del poder económico. La tapa de Clarín del miércoles pasado fue la orden de largada para encolumnar al resto, que obediente y con eco afinado repitió esa línea editorial. Con muy pocas excepciones en el dispositivo de medios dominantes, los análisis no incluyeron la discusión acerca del poder económico, su responsabilidad en las sucesivas crisis de los últimos 40 años, la oposición a modelos económicos de desarrollo con inclusión social y, fundamentalmente, no se mencionaron a los dos protagonistas principales: Techint y Clarín. Deducción Como CFK no precisó a quienes se refería al final del tuit con la convocatoria «para entender y no equivocarse», lo que se puede deducir con evidencias es que el tema de las corporaciones le parece más importante que las especulaciones políticas. Puede ser que le interesó «la discusión teórica» sobre las corporaciones, como escribió Guido Carelli Lynch en una crónica en Clarín. Ese interés se comprueba recorriendo su cuenta de Twitter y viendo que la intervención anterior había sido un retuit de uno de la periodista y escritora María Seoane. El comienzo de ese tuit dice: «Periodistas: ‘ser independiente del poder’ no lo es solo del poder político sino también de las corporaciones…». Otra pista para deducir cuál fue la motivación de CFK es recordar la presentación del libro «Sinceramente», en el predio de la Sociedad Rural cuando, con Alberto Fernández sentado en primera fila, rescató la figura de José Ber Gelbard. En ese encuentro , cuando todavía no se había anunciado la fórmula ganadora de las elecciones presidenciales, propuso «un contrato social que involucre a todos: empresarios, dirigentes sindicales, un ciudadano que es operario, cooperativistas, una persona que tenga un plan de trabajo». Para agregar que «es necesario que todos pongamos el esfuerzo». En su discurso hizo particular hincapié en el sector empresario al sostener que «hacen falta dirigentes empresarios que piensen la economía como instrumento de desarrollo del país y no solamente personal«. Señaló que «para que una empresa sea más grande tienen que ganar todos y comer todos, si no es muy difícil». En esa instancia, recordó a Gelbard a quien calificó como «el último gran empresario». Puede ser que la realidad de los hechos sea más aburrida y menos estruendosa que las crispadas especulaciones políticas. Burguesía La pirotécnica política de estos días desplazó entonces el debate central: cómo transitar el camino del desarrollo nacional, como ha intentado en varias oportunidades el peronismo en el poder, sin el sujeto económico privado dinámico del capitalismo: la burguesía, que teniendo en cuenta su recorrido en la economía argentina puede definirse como fallida . Mario Rapoport, economista e historiador, ha explicado en más de una oportunidad que la debilidad de la burguesía nacional tiene su raíz en componentes históricos cuando la elección del librecambio se impuso en el momento de la conformación de la Argentina moderna, dejando una marca que aún conserva un considerable poder ideológico. En ese entonces los intereses y grupos de poder hegemónicos durante la denominada Organización Nacional impusieron al liberalismo económico como la piedra angular del progreso argentino. Rapoport precisa que de ese modo se desechó la posibilidad de un desarrollo económico integral mediante la protección de la industria local y, de esta manera, las clases dominantes argentinas rechazaron el camino proteccionista que, por el contrario, fue adoptado por países como Estados Unidos y Australia, y prefirieron un país para pocos ligado a la producción primaria. Esto se traduce en conductas rentísticas, ya sea proveniente del campo o de recursos naturales no renovables. Empresarios Un dato periodístico que colabora para una mejor comprensión de la identificación de los grupos Techint y Clarín como conducción política del poder económica es precisar dónde surgió esa caracterización. No fue del mundo de la política, ni del oficialismo ni de la oposición, de otros periodistas, sindicalistas, sociólogos o economistas. Surgió del interior del mundo empresario. Algunos hombres de negocios están cansados de ser arrastrados a disputas políticas por cuestiones que tienen que ver exclusivamente con intereses de esos dos grupos económicos. Esto no significa que tengan divergencias ideológicas o de modelo económico. Lo que sucede es que algunos ya no quieren participar de batallas políticas permanentes, pero por miedo o por respeto excesivo callan en reuniones de AEA, del Foro de Convergencia Empresarial o de la UIA. Los empresarios también temen una tapa del diario o una campaña en contra liderada