noviembre 2022

Aportes de adherentes, Derechos Humanos

Se cambió el nombre de una calle en Retiro

Memoria, verdad y justicia para los 30.000 Por: Héctor Gurvit (Compañero del Llamamiento e integrante de la comisión del boletín) 2022-10-06 En el marco de una deseada reparación histórica y, por resolución del consejo deliberante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la calle con el nombre del escritor judeofóbico Gustavo Adolfo Martínez Zuviría, conocido por su seudónimo Hugo Wast fue reemplazada por el de Reneé “Yoyi” Slotopolsky de Epelbaum, madre de plaza de mayo y activista del movimiento judío por los derechos humanos. La medida fue tomada en junio de 2021 a iniciativa del legislador Claudio Morresi. Yoyi, cuando le secuestraron a uno de sus hijos, envió a los otros dos al Uruguay suponiendo que allí estarían a salvo. Sin embargo, los fueron a buscar y los trajeron a la Argentina en el marco del Plan Cóndor. A veces, la palabra desaparecidos resulta insuficiente para ejemplificar ciertas conductas. El lenguaje es una limitación, una estructura que requiere especificaciones. Roland Barthes afirmaba que la lengua era fascista. Lo argumentó en el discurso con que inauguró su cátedra de semiología lingüística en el College de France en 1977. Dijo, además: “La lengua es opresiva, no por lo que impide decir sino por lo que obliga a decir y esta obligación está relacionada con el poder”. Esta afirmación se clarifica largamente en el caso de las cuestiones de género. De modo que, a pesar de que es largo decirlo: “secuestrados, torturados, muertos y desaparecidos” cubre algo mejor los indiscutibles hechos. Desde aquellos tiempos, Reneé “Yoyi” Slotopolsky de Epelbaum ha luchado por la memoria, por la verdad y por la justicia no solo para sus hijes Luis, Claudio y Lila, sino también por los 30.000. Gustavo Adolfo Martínez Zuviría, conocido por su seudónimo Hugo Wast fue un escritor y político argentino. Simpatizó con el franquismo español, como ministro de Educación en 1944 implantó la enseñanza ordinaria, aunque no obligatoria, de la religión católica en todas las escuelas del país y es ampliamente conocido por su ferviente antisemitismo. En ese sentido, y aplicando el criterio de autoridad, recurrimos a Horacio González quién ordenó que se retirara su nombre de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional (BN), institución que Zuviría dirigió durante casi un cuarto de siglo. Walter Beveraggi Allende, basándose fuertemente en la novela de Zuviría, El Kahal, redactó un folleto en el cual sentó las bases de una de las teorías conspirativas más famosas del país detallando la supuesta elaboración del “Plan Andinia”, por el cual los judíos venían a apropiarse de la Patagonia. Claudio Morresi fue un jugador de fútbol exitoso. Su hermano Norberto, militante de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), fue secuestrado el 23 de abril de 1976 a los 17 años, fusilado el mismo día y enterrado como NN en un cementerio de General Villegas, donde se lo encontró en 1989 gracias al Equipo Argentino de Antropología Forense[1]. Desde 2004 hasta 2014 fue Secretario de Deportes de la Nación. Hoy, es legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fue él quien presentó el proyecto para cambiar el nombre de la calle del escritor judeofóbico por el de la Madre y Abuela de Plaza de Mayo y del movimiento de judío por los derechos humanos, Renée “Yoyi” Slotopolsky de Epelbaum. Estos son los hechos. Que no es sino una muestra repetida del genocidio y de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura cívica-militar. Es necesario asociar los dos grandes genocidios que tuvo nuestra patria a lo largo de su historia. El primero fue el que el Gobierno Argentino infligió a los pueblos originarios exactamente 100 años antes del segundo. Cuando Roca expone como presidente sus intenciones, llama a ese ordenamiento “Proceso de Organización Nacional”. 100 años después, la dictadura se proclama heredera de aquella, con el nombre de “Proceso de Reorganización Nacional”. No hay casualidades. Dos genocidios, un mismo apelativo. Pero los derechos humanos se defienden siempre y mas temprano que tarde se producen hitos, pequeños o grandes que nos reivindican como sociedad. Y en este caso el proyecto de Claudio Morresi de cambiar el nombre del juedofóbico por el de “Yoyi”, es uno de ellos. La legislatura porteña aprobó esta resolución en junio de 2021. Los judíos secuestrados, torturados, desaparecidos y asesinados por la dictadura, según es de conocimiento, al menos en nuestra comunidad, recibían un trato especialmente sanguinario por los torturadores. Siempre se busca un chivo expiatorio. Pueden ser los judíos, los migrantes, los kirchneristas. Es la punta de lanza del odio alentado por los medios hegemónicos que más tarde se materializa con violencia. Al respecto, Morresi destacó que “Renée sintetiza en su activismo la lucha por una sociedad libre» y dijo que se trata «justamente» del «activismo» que necesitan los argentinos «para luchar contra los crímenes de odio e intolerancia”. Y agregó que “renombrar la calle Gustavo Martínez Zuviría por Renée Slotopolsky de Epelbaum no es meramente un cambio de denominación», sino que representa sumarse «colectivamente a la lucha contra la intolerancia, la xenofobia y el antisemitismo”. La patria está en peligro. Lo humedales, las tierras mapuches, el litio que se lo llevan sin casi ningún beneficio para el país, la hidro-vía y el gasoducto de Vaca Muerta que, si las elecciones las ganara el macrismo, podrían ser privatizadas y desnacionalizadas como lo han hecho a lo largo de nuestra historia reciente con cada una de nuestras riquezas. Con Milagro Sala prisionera, con el frustrado magnicidio, con el juicio a CFK que no tiene parangón en estos años de democracia, con los salarios que, aún con trabajo legítimo, están por debajo de la línea de pobreza y tantas otras muchas cuestiones que sería ocioso referir la patria está en peligro. Las injusticias a las que estamos asistiendo en estos días no cubren las expectativas con las que votamos a este gobierno auto titulado Nacional y Popular. La grieta no se resuelve con palabras y con buenos o malos modales, porque de todas maneras siempre nos han expoliando. En el nombre de esa calle

Israel

Adiós por ahora, Meretz

Editorial Haaretz (6 de noviembre de 2022) Tres décadas después de que Ratz, Mapam y Shinui se fusionaran en Meretz, el partido que ondeaba con orgullo la bandera de la izquierda fue expulsado de la legislatura de Israel. Los sucesores de Shulamit Aloni, Yair Tzaban y Amnon Rubinstein observarán desde lejos cómo 14 devotos del racista Meir Kahane prestan juramento en el templo de la democracia israelí. El fracaso de este pequeño grupo, que nadó en aguas turbias contra una creciente corriente de militarismo, colonialismo y chovinismo, es otro mal augurio para la sociedad israelí. Israel tiene una deuda de gratitud con Meretz, que fue socio en el gobierno de Yitzhak Rabin y lo animó a firmar los Acuerdos de Oslo. Los activistas del partido trabajaron incansablemente contra la ocupación y los asentamientos. Durante sus respectivos mandatos como ministros de educación, Aloni y Yossi Sarid introdujeron valores humanistas y universales en el currículo escolar. El nombre del ex MK Ran Cohen está en la Ley de Vivienda Pública. Zehava Galon se puso valientemente al frente de la protesta contra las guerras en el Líbano. Mossi Raz y Gaby Lasky se pusieron del lado de las organizaciones de paz y derechos humanos, advirtiendo contra las injusticias de la ocupación .y la violencia de los colonos. Meretz siempre aseguró una representación adecuada para las mujeres y fue el primer y hasta ahora el único partido israelí encabezado por una persona abiertamente homosexual. A pesar de las diferencias ideológicas sustanciales entre él y los partidos de centro y derecha, el liderazgo de Meretz acordó tragarse muchos tragos amargos para permitir el establecimiento del “gobierno del cambio”. Lo más amargo fue la cruel reforma a la Ley de Ciudadaníaque viola los principios de igualdad y humanitarismo. Aun así, Nitzan Horowitz, presidente del partido y ministro de salud, fue elogiado por su contribución a la contención de la pandemia del coronavirus. Meretz MK Esawi Freige fue el único árabe en el gobierno saliente y se desempeñó como ministro de cooperación regional. En la Knesset saliente, Meretz presentó un proyecto de ley destinado a prohibir que el presidente asigne la tarea de formar gobierno a un candidato, por ejemplo, Benjamin Netanyahu, que está bajo investigación penal o ha sido condenado por delitos penales. Lamentablemente, la ministra Ayelet Shaked bloqueó la propuesta en la Comisión Ministerial de Legislación. Este panel también derrotó el importante proyecto de ley de Meretz para derogar la ley del estado-nación.y avanzar en una nueva Ley Básica de Igualdad. La desaparición de Meretz de la Knesset es la pérdida de otro freno en el descenso de la sociedad israelí por la pendiente del kahanismo, la teocracia y el separatismo. Pero esto no termina con la necesidad de un organismo que luche contra las oscuras tendencias que amenazan la democracia israelí: ahora es el momento de establecer un partido de izquierda nuevo y fortalecido que incluirá a Meretz, el Partido Laborista y otros componentes, judíos y árabes , desde el periferia y del centro del país. Meretz merece agradecimiento por su importante trabajo durante décadas. Hay que subrayar que el camino del partido, y especialmente de los valores que representa, no ha terminado, y que la búsqueda de su realización es más importante que nunca.

Israel

Ganó el kahanismo. Israel ahora se está acercando a una revolución derechista, religiosa y autoritaria

Editorial Haaretz 2 de noviembre de 2022 Tenemos que esperar los resultados finales para conocer la división final entre los bloques, pero según las encuestas a boca de urna publicadas por las tres principales estaciones de noticias de televisión de Israel el martes por la noche, ya está claro que el gran ganador en las elecciones del 25º Knesset del país es el presidente de Otzma Yehudit, Itamar Ben Gvir, y que el gran perdedor es Israel. El sionismo religioso , la lista de la Knesset que distorsionó el proyecto sionista y lo transformó del hogar nacional del pueblo judío en un proyecto de supremacismo judío conservador, derechista, racista y religioso en el espíritu del maestro y rabino de Ben Gvir, Meir Kahane, es ahora la tercera fuerza política más grande de Israel. Ese es el verdadero y escalofriante significado de las elecciones celebradas el martes. En los últimos años, Israel se ha vuelto terriblemente más extremista. Todo lo que nos advirtieron está sucediendo ante nuestros ojos. El kahanismo ha sido legitimado y difundido, y el martes superó en las urnas al partido cuyos líderes son dos exjefes de personal de las Fuerzas de Defensa de Israel (el Partido de Unidad Nacional); la lista kahanista es casi tres veces más grande que el movimiento que fundó Israel (el Partido Laborista). Mientras las fuerzas políticas de izquierda, centro y derecha se unían para luchar contra el MK Benjamin Netanyahu, surgió una amenaza más peligrosa. “’Este es el día que hizo el Señor, nos regocijaremos y nos alegraremos en él’”, tuiteó el presidente del partido Sionismo Religioso, MK Bezalel Smotrich . “Hoy, el sionismo religioso hace historia con el mayor logro de un partido religioso nacional desde el establecimiento del estado”, agregó. Su alegría debería sacudir la calma de todo israelí. Aunque, como se señaló, todavía es demasiado pronto para saber cómo se formarán los bloques políticos, a partir de este escrito, Netanyahu podría volver al gobierno. Su aparente coalición le permitirá llevar a cabo su complot contra la democracia israelí, incluido un golpe fatal contra el sistema de justicia. Además, esa coalición podría exigirle esto. En tal revolución, se podrían tomar una serie de pasos destructivos. Estos son algunos ejemplos: Despedir al fiscal general; dividir el papel de fiscal general; legislar una cláusula de anulación que permita a la Knesset legislar lo que quiera, incluso las leyes que son inconstitucionales; permitir que la Knesset seleccione a los jueces de la Corte Suprema; restringir la libertad de expresión; y perseguir a periodistas, árabes, izquierdistas y miembros de la comunidad LGBTQ . Tenemos que esperar que la apariencia de los bloques cambie cuando se cuenten todos los votos, y que Netanyahu no pueda formar una coalición de pesadilla, que depende de los votos de los kahanistas. Israel está ahora al borde de una revolución autoritaria, religiosa y de derecha, cuyo objetivo es diezmar la infraestructura democrática sobre la que se construyó el país. Este puede ser un día negro en la historia de Israel.

Aportes a la Cultura Judía, Aportes de adherentes

Desnudez

Mención: Nora Gruszka Un poco de fresco, de viento, algo. Amanece, ni miras de nubes. La arena se calienta. Elhotel sólo tiene ventiladores de techo y el aire es cada vez más espeso. Las sábanasestán tan mojadas que él decide desayunar afuera, con la sombrilla orientada hacia eleste puedo hacer un asado durante la mañana, piensa. En la carpa que está frente al mar hay tres parejas jovencísimas con muchos hijos. Loshombres están en malla y las mujeres vestidas. Ellas colocan las sillas en semicírculomirando las olas. Sus largas polleras rozan la arena, las camisas abotonadas del cuello ala cintura, sólo se sacan los zapatos. El calor es agobiante. Charlan mientras losmaridos juegan al truco y los pequeños corren por la orilla. Entran al mar en manada yllaman a los niños que nunca dicen que no. A veces, las chicas se acercan a mojarse lospies y vuelven a sus sillas. Siempre se sientan en los mismos lugares. El semicírculo es igual cada día, los preciosdel supermercado y qué cocinarán cada una esa noche son el tema. A las doce enpunto se paran, abren el librito y acompañan la lectura con movimientos de todo elcuerpo, hacia adelante y hacia atrás. Luego preparan la mesa para almorzar. Una deellas se rasca mucho la cabeza, con ambas manos a los costados por encima de lasorejas y parece que el cuero cabelludo se mueve. Como si tuvieran un reloj en el estómago, los hombres llegan con los niños. Ahí,comienza la comilona. Las mujeres los atienden. Hablan todos a la vez. Los quecomparten el patio en la playa tienen un show extra cada mediodía. La tarde se vuelvenegra. De lejos se ve el cielo cada vez más gris y una leve brisa comienza a soplar. Lasmujeres que siempre permanecen sentadas se levantan a llamar a los niños paraabrigarlos y en un segundo se ve en la arena una peluca que vuela, y cerca de la orillaotra y otra más allá y las mujeres que buscan a sus niños corren. Son las pelucas voladoras, no pueden atraparlas, el viento hace remolinos, la arena se levanta, entraen sus ojos y los pegotea. Las pelucas corren solas. Ellas desesperadas se tapan supropio cabello con las manos, las pelucas llegan al mar. Las mujeres se las prueban,pero imposible identificar la propia mientras el viento se las vuelve a sacar.La lluvia cae y llega el alivio. Al otro día, la carpa que mira al mar está vacía.

Internacionales, Israel

¿ISRAEL CAERÁ A LA EXTREMA DERECHA SIN UN GEMIDO?

Por: Esther Salomón | Editora en jefe de Haaretz en inglés (30/10/22) Cuando se escriban libros sobre cómo Israel se convirtió en un abismo antiliberal, las herramientas que Netanyahu ha proporcionado a la extrema derecha se verán como el punto de inflexión. por Esther Salomón El partido titulado ‘Sionismo religioso’ -racista, supremacista, homofóbico, teocrático, de extrema derecha- prevé duplicar su número de escaños en la Knesset y convertirse en un actor clave, o incluso en un hacedor de reyes, en la coalición gobernante de Netanyahu. Su padre ideológico, Meir Kahane, no murió por las balas de un asesino en Nueva York en 1990. El grito de guerra del partido KaJ que glorificaba su legado, el mismo partido en el que su más destacado heredero contemporáneo, Itamar Ben-Gvir, creció y sirvió; el mismo partido al que se le prohibió participar en las elecciones de Israel y luego fue declarado grupo terrorista por Israel y Estados Unidos, es “Kahane Vive”. Pero el kahanismo, la variante judía del fascismo, era, hasta hace poco, periférico. Es cierto que el tema de la ley judía, si no de la supremacía, corre por las venas del movimiento de asentamientos mesiánicos. Vale, el asesino de Yitzhak Rabin fue criado en la misma cloaca fundamentalista. Es cierto que las airadas protestas [respaldadas por Netanyahu] contra el juicio de 2017 de Elor Azaria, el soldado que mató a sangre fría a un agresor palestino ya neutralizado, expusieron ciertas profundidades del desdén israelí por el estado de derecho y los derechos humanos básicos. Es cierto que Benjamín Netanyahu participó en décadas de incitación incesante contra cualquiera que considerara “insuficientemente leal” a Israel, el mismo lenguaje utilizado por Ben-Gvir. Sin embargo, aunque su ethos se ha extendido, el kahanismo en el que Ben-Gvir fundó el ‘Otzmá Yehudit’ («Poder judío») aún no ha sido representado formalmente en la Knesset, ya que solo obtuvo el 1,88 % de los votos en 2019. Con un recuento de 26.000 votos por Kahane en 1984, la extrema derecha había crecido en el parlamento pero seguía siendo una pequeña franja. Es decir, hasta que Netanyahu tomó de la mano a los kahanistas de extrema derecha, les compró ropa nueva y los condujo directamente a los pasillos del poder. En su desesperación por absorber hasta el último voto de la derecha, por establecer un gobierno lo suficientemente flexible como para interferir, si no anular, su juicio penal, Netanyahu ha diseñado un camino político para sacar a la extrema derecha del hielo. Manejó diligentemente su fortuna, incluso recibió a Ben-Gvir en su mansión en Cesárea. Ambos están actuando según un conocido libro de jugadas: primero ocultan la marca de extrema derecha, luego la normalizan. Ben-Gvir aplica el mismo truco. Ya no se jacta abiertamente de cómo él también pudo haber “llegado” [asesinado] a Rabin. De mala gana, eliminó un retrato de Baruj Goldstein, el asesino que irrumpió en una mezquita en Hebrón y ametralló sistemáticamente a 29 musulmanes en su lugar de oración. [Durante años y hasta hace poco el retrato de Goldstein -cuya tumba se venera como si fuera la de un santo- decoraba su habitación.] Pero el extremismo es incontenible y la “desintoxicación” no es más que la piel. Así como el presidente del Senado de Meloni se aferra a su colección de recuerdos de Mussolini, y el «bueno para los judíos» Viktor Orbán incluye al aliado nazi de la Segunda Guerra Mundial Miklós Horthy en su lista de los principales estadistas húngaros, Ben-Gvir puede no citar el nombre de Kahane tantas veces, pero él sigue siendo su discípulo desinteresado. Y la rápida facilidad con la que apunta con su arma a cualquier árabe que considere una amenaza, desde un manifestante hasta un guardia de seguridad o un palestino de Cisjordania, son pruebas útiles de sus instintos. Primo Levi escribió que el fascismo estaba “lejos de estar muerto. Simplemente se escondía… guardaba silencio, para reaparecer más tarde bajo una nueva apariencia, un poco menos reconocible, un poco más respetable”. Este es el modus operandi de la “nueva” extrema derecha internacional, y es el camino que también recorre el campo de Ben-Gvir, aunque sus facetas crudas están mucho menos pulidas que en Italia, Suecia o Alemania. El segundo paso, la normalización, fue ideado por Netanyahu, ayudado por gran parte por los principales medios de comunicación, que han tratado a Ben-Gvir como una mera curiosidad, un niño travieso. En medio de apariciones en un sinfín de programas de televisión y radio donde nunca se lo presentaba como un “extremista” o “de ultraderecha” (y el presentador que, este fin de semana, lo calificó según un relato fáctico de su historial fue llamado a una audiencia disciplinaria), e invitado a un espectáculo para conmemorar el asesinato de Rabin, Ben-Gvir incluso es invitado a compartir sus recetas favoritas en programas de cocina. Es un retrato perfecto de la domesticación de la extrema derecha. Para los votantes más jóvenes, esta extrema derecha normalizada es ahora una parte natural del entorno político de Israel y parte de la razón de un esperado aumento del voto por Ben-Gvir. Este entusiasmo es, en parte, el resultado del fracaso de la izquierda para ofrecer una alternativa igualmente apasionada a la Ocupación arraigada y la hostilidad hacia los derechos humanos de los palestinos, en lugar de la lucha en serie, la mezquindad y la apatía que a menudo presenta. Para ellos, estamos en una era posterior a la ocupación. El lenguaje de la reducción de conflictos, de Dos Estados, y mucho menos de Paz, ya no tiene tracción, parece un artefacto de una era lejana. Algunos de estos jóvenes fanáticos de Ben-Gvir, vestidos con uniformes del ejército, frente a apedreadores y pistoleros, podrían haberse preguntado por qué estaban arriesgando sus vidas protegiendo asentamientos ilegales. Pero al igual que Ben-Gvir, la Ocupación se normalizó. Son soldados en una guerra contra los palestinos y quieren saber quién los respalda. Y Ben-Gvir ofrece ese apoyo incondicionalmente. Normalizar a la extrema derecha es un acto irreparable e imperdonable. Pronto, si las

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LA VICTORIA ELECTORAL DE NETANYAHU ASESTÓ UN DURO GOLPE JUDAÍSMO

Por: Anshel Pfeffer – Haaretz (4/11/2022) Esta elección fue la culminación de un largo proceso, en el cual la percepción de lo que significa ser judío en Israel quedó solidificado como nacionalismo israelí. Durante numerosas campañas electorales, Benjamín Netanyahu ha utilizado continuamente el judaísmo como un medio de división y unión para asegurar su propio éxito político. Esta no ha sido una buena semana para la frágil y limitada democracia de Israel. Observó el regreso al poder de Benjamín Netanyahu [líder del Likud], ex primer ministro juzgado por soborno y fraude, e incitador contra la minoría árabe. Además, la noche de las elecciones, se embarcó en una serie de acusaciones totalmente falsas de fraude electoral que, según afirmó, sin ninguna base en la realidad, se estaban produciendo en los colegios electorales de las comunidades árabes. Asegurando su mayoría hay 14 escaños de un partido perseguidor árabe y de extrema derecha [hasta ahora poco impresionante], y dos partidos de religiosos haredim [ultraortodoxos] que tienen autonomía sobre un sistema educativo donde cientos de miles de niños no aprenden materias ni habilidades, conceptos básicos [como ciencias y matemáticas]. Es difícil exagerar lo terrible que es este resultado electoral. Pero a pesar de todo lo que se habla sobre la terrible amenaza que ahora enfrenta la democracia israelí, nadie habla de cómo esta semana ha asestado un duro golpe al judaísmo. Fue la culminación de un largo proceso en el que la percepción de lo que significa ser judío en Israel se fusionó con el nacionalismo israelí. Esta no es la primera vez que el Likud y sus aliados de extrema derecha y los haredim logran ganar una mayoría de ese tamaño (con casi todos los votos contados, [el bloque de Netanyahu tiene una mayoría de 64-56]. Bajo Yitzhak Shamir en 1988, ganaron 65 escaños. Pero en 2009 era un Likud diferente, nacionalista pero laico. Los haredim también eran diferentes: mucho menos nacionalistas. Y el componente de extrema derecha era más pequeño y menos abiertamente fascista. El proceso comenzó, por supuesto, hace 55 años, a raíz de la Guerra de los Seis Días, cuando la antigua comunidad religiosa nacionalista moderada comenzó a girar hacia la extrema derecha. Ella tomó la delantera en el movimiento de colonos y luego ganó impulso entre los ultraortodoxos después del discurso «conejos y cerdos» del rabino Elazar Shaj de 1990, que dejó en claro que «los haredim no tienen afinidad con los ateos de izquierda». Sin embargo, fue Netanyahu quien aceleró este proceso en 1996, durante su primera campaña como líder del Likud. Siguiendo el consejo de su estratega electoral estadounidense Arthur Finkelstein, el Likud se acercó a los votantes que sentían que su identidad “judía” suplantaba a su israelí. Y no fue solo la campaña oficial encabezada por Finkelstein. El Likud también tuvo una campaña no oficial, lanzada en los últimos días de la campaña por el Jabad Hasidim, que lanzó el lema “Netanyahu es bueno para los judíos” en el país. Así lo expresó el derrotado, por un pequeño margen de votos, Shimon Peres en una entrevista con Haaretz después de las elecciones: «Los judíos vencieron a los israelíes». Pero Peres estaba equivocado. Netanyahu no estaba enfrentando a “judíos” contra “israelíes”, estaba redefiniendo el significado de ambos. Netanyahu, producto de una educación secular y occidental, principalmente en los Estados Unidos, descubrió esto en 1996. Y a lo largo de sus siguientes 10 campañas como líder del Likud, continuó usando el judaísmo como un medio de división y atracción para asegurar su victoria personal. Hay una línea directa de «Netanyahu es bueno para los judíos» de los jabadniks con su presión sobre la derecha religiosa, en este ciclo épico de cinco elecciones, para fusionarse con los supremacistas judíos kahanistas, una vez aislados. Así es como ganó antes, y ahora prepara el escenario para el increíble éxito electoral de Itamar Ben-Gvir esta semana, aunque Netanyahu no tenía la intención de que eso sucediera. Todo lo que quería era que Ben-Gvir y sus socios se fusionaran para que los votos de extrema derecha no se perdieran si caían por debajo del umbral electoral. El campamento de la centroizquierda resistió a Netanyahu en el tema de la defensa de la democracia contra Netanyahu, habiendo recuperado brevemente el poder en 1999, 2006 y 2021. Pero renunció a la defensa explícita de una identidad ‘judía progresista’. Netanyahu y sus socios políticos no solo construyeron una alianza transaccional mediante la cual los socios haredim lo apoyaron como primer ministro. Cedió a sus demandas de legislación y fondos públicos para los religiosos. Fueron mucho más allá y articularon una nueva forma de identidad judía. Fusionaron la ideología original anti-ilustración y anti-sionista haredí de que “lo nuevo está prohibido por la Torá” con el ultranacionalismo de la facción de línea dura en el movimiento sionista revisionista del Likud. Cuando, en 1997, se escuchó a Netanyahu susurrar al oído del rabino Yitzhak Kaduri que los izquierdistas » han olvidado lo que significa ser judío», estaba transmitiendo ese mensaje en su forma más básica. Israel lo necesitaba como primer ministro porque recuerda lo que es ser judío. Si eres de izquierda y no lo apoyas (y según Netanyahu, cualquiera que no lo apoye es «parte de la izquierda», incluidos los nacionalistas acérrimos como Avigdor Lieberman y Gideon Sa’ar), entonces No sé cómo es ser judío. Y si eres un judío practicante, alguien que guarda todos los mandamientos de la Torá, entonces debes apoyar a Netanyahu, porque hacer lo contrario sería apoyar a aquellos que quieren desarraigar el judaísmo de la tierra. Pero a pesar de que Netanyahu dijo esto claramente durante los últimos 26 años, sus oponentes políticos no han hecho nada para tratar de luchar por su propia visión del judaísmo, incluso si tuvieran una. En cambio, cada vez que usaron el estribillo “Medinah Iehudit ve’Democratit” – un Estado judío y democrático – sintieron la necesidad de enfatizar solo la segunda parte. Al hacerlo, no solo reforzaron el argumento de Netanyahu de que se sentían incómodos,

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“Después de más de 50 años de apoyo a la ocupación, ¿qué imaginaba la izquierda israelí que iba a suceder?”

Por: GIDEON LEVY | Haaretz (4 NOVIEMBRE 2022) Las secuelas de las elecciones han mostrado que la sociedad israelí se ha vuelto en parte religiosa y en gran medida racista 1/, siendo el odio a los árabes su principal combustible, sin nadie que se oponga a él. ¿Qué se pensaba que iba a pasar? ¿Qué pensaba la izquierda sionista, que se hundió en un coma profundo después de los Acuerdos de Oslo [de 1994]? ¿Que era posible volver al poder saliendo del coma? ¿Con las manos vacías? ¿Sin alternativa y sin liderazgo? ¿Solo sobre la base del odio a Netanyahu? Aparte de eso, esta izquierda sionista no tenía nada que ofrecer. Nadie debería sorprenderse de lo que sucedió [la obtención de la mayoría de escaños en la Knesset -64 de 120 – de la coalición liderada por Benyamin Netanyahu del Likud y Itamar Ben-Gvir del Otzma Yehudit]. No podía ser de otra manera. Esto comenzó con la ocupación [en 1967] – perdón por esta mención aburrida y estereotipada 2/ -pero fue entonces cuando realmente comenzó. Tenía que dar lugar a un gobierno abiertamente racista y de “transfert” de los palestinos. Cincuenta años de propaganda contra las y los palestinos y maniobras de terror hacia ellos no pueden culminar en “un gobierno de paz”. Cincuenta años de apoyo casi total a la ocupación, por parte de la izquierda y la derecha sionistas, no podían terminar más que con Ben-Gvir como héroe popular 3/. Una ocupación interminable sólo podía llevar al gobierno de Benyamin Netanyahu-Itamar Ben-Gvir. Porque si tienes que tener una ocupación, entonces tienes que abrazar su versión auténtica, la que no tiene ningún problema con ella, es decir, la versión Ben-Gvir. Era simplemente imposible proseguir con las ilusiones – judías y democráticas, una ocupación ilustrada, una ocupación temporal- y todo ese repertorio de frases desgastadas. Ha llegado el momento de la verdad, y eso es lo que Netanyahu y Ben-Gvir nos van a decir. Ayer [2 de noviembre], Israel se despertó al amanecer de un nuevo día, en el que todos los tartamudeos y eufemismos ya pertenecen al pasado. A partir de ahora la ocupación no es más que ocupación. Lo mismo ocurre con la supremacía judía en Israel. Ahora el sionismo se promueve al rango de racismo abierto. Ayer, la muerte de la línea verde [frontera establecida el 4 de junio de 1967] también se declaró oficialmente: la ocupación está aquí y en todas partes. Cualquiera que pensara que lo que estaba sucediendo en Yitzhar [colonia israelí al sur de la ciudad de Nablus] solo se quedaba en Yitzhar estaba equivocado. Quien pensara que Yesha [cooperativa agrícola establecida en el Néguev inicialmente reclamándose del sionismo de izquierda] estaba allí y no aquí se equivocaba. Durante mucho tiempo, Yesha se ha acercado rápidamente a Israel, con sus arraigados nacionalismo y fundamentalismo. Durante todos estos años, nadie se ha levantado para detenerlo. Hoy es demasiado tarde. Hace dos días, esta dinámica ha concluido. No tiene sentido continuar, ahora, una campaña de denuncia. Yair Lapid se ha apoderado de los votos laboristas, los laboristas no se fusionaron con el Meretz [la llamada formación de izquierda que tiene más escaños en la Knesset], Balad [formación nacionalista palestina] no se unió a la lista común. Todos estos elementos habrían sido solo analgésicos temporales para una enfermedad incurable. Incluso si todo esto no hubiera sucedido, nada del cuadro general habría sido diferente: la sociedad que se formó en este país es en parte religiosa y en gran parte racista, siendo el odio a los árabes su principal combustible, y no había nadie que se opusiera a ello. Lo que sucedió hace dos días no comenzó hace dos días. Tal vez fue Golda Meir [primera ministra de marzo de 1969 a junio de 1974, anteriormente ministra de Trabajo y Seguridad Social de 1949 a 1956, luego de Asuntos Exteriores de 1956 a 1966] quien comenzó, tal vez Shimon Peres [muchas veces primer ministro, entre septiembre de 1984 y octubre de 1986, entre noviembre de 1995 y junio de 1996], pero de todos modos, ninguno de sus sucesores trató de actuar de otra forma para detener la marea. ¿Realmente alguien pensó que Yair Lapid [ministro de Asuntos Exteriores de junio de 2021 a finales de junio de 2022, luego primer ministro a partir del 1 de julio de 2022], un derechista moderado y hueco, lleno de buenas intenciones, era capaz de ofrecer una alternativa a Ben-Gvir? ¿Qué alternativa? ¿Matar suavemente? ¿Abrazar a Emmanuel Macron [en su recepción en el Elíseo el 22 de agosto de 2022]? Ahora Israel ha decidido que prefiere no ser amable cuando se trata de matar. El próximo gobierno evitará al menos hacer el paripé. Durante años, una izquierda y un centro a la deriva que carecen de liderazgo y coraje han intentado desesperadamente postrarse ante la derecha y parecerse a ella. Esto tenía que terminar con Ben-Gvir y con el nacionalista Shas [partido religioso ultraortodoxo creado en 1984]. No había otra salida posible. Durante años, las y los israelíes han hablado del “pueblo elegido”, del Holocausto después del cual todo está permitido, de los árabes que quieren tirarnos al mar, de nuestro derecho a la tierra debido a los relatos bíblicos, del Ejército de Defensa de Israel (Tsahal) como el ejército más moral del mundo, de David contra Goliat, de los árabes israelíes como una quinta columna ¿Qué pensábamos que saldría de todo esto? Ben-Gvir, de hecho, se tomó su tiempo. Podría haber conseguido su gran éxito hace mucho tiempo. Esto es lo que sucede cuando tienes un Bolsonaro y no tienes un Lula frente a él. Esto es lo que sucede cuando los gritos de “Muerte a los árabes”, que ahora se repetirán en las escuelas durante la reunión matutina, no fueron recibidos con un solo grito de “Libertad para los árabes”. Ahí es donde comenzó y donde termina. (Artículo publicado en el sitio web del diario Haaretz, el 3 de noviembre de 2022; traducción al francés de la redacción

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Preguntas difíciles, respuestas difíciles: la ley de equilibrio obsceno de Netanyahu

Entrevista a YOSSI ALPHER – Americans for Peace Now (14/11/2022) EL OBSCENO ACTO DE EQUILIBRIO DE NETANYAHU NO ES SÓLO SU DILEMA PERSONAL. ES DE ISRAEL Y DEL MUNDO P. El recién elegido Knesset de Israel prestará juramento este martes. A partir del domingo, Benjamín Netanyahu es el primer ministro designado. Está empeñado en finalizar su coalición rápidamente. Con 64 mandatos a su disposición, ¿qué lo detiene? R. Formar la coalición religiosa más derechista de Israel en la historia está demostrando ser un desafío. Netanyahu y la mayor parte de su contingente de 32 MK (miembros de la Knesset) del Likud se encuentran en el extremo ‘moderado’ de la coalición, enfrentándose a los otros 32 MK – kahanistas, mesiánicos y haredíes ultraortodoxos – todos los cuales están hambrientos de carteras ministeriales y compromisos legislativos con los que incluso muchos miembros del Likud, probablemente incluido el propio Netanyahu, no se sienten cómodos. Los anales de coaliciones pasadas de Netanyahu nos dicen que Bibi prefiere posicionarse en el centro político, con socios de izquierda y centro a un lado y socios religiosos de derecha al otro. Ese arreglo tradicionalmente aumentó sus opciones para enfrentar a un lado contra el otro. A juzgar por las encuestas de opinión, la mayoría de los israelíes se opone a iniciativas como pagar a los estudiantes de ieshivá (centro de estudios religiosos privado) más dinero que los salarios de los soldados (una demanda ultraortodoxa), dar a Bezalel Smotrich (sionismo religioso) el control sobre el Ministerio de Finanzas o Defensa, y dar a Itamar Ben Gvir (Poder Judío) control sobre el Ministerio de Seguridad Interna. Para que no lo olvidemos, tanto Smotrich como Ben Gvir tienen registros policiales y expedientes del Shin Bet. Pero la mayoría de la lista actual de diputados del Likud ni siquiera son relativamente moderados (en comparación con Smotrich y Ben Gvir). Yariv Levin, un colaborador cercano de Netanyahu que aspira a ser ministro de justicia, también aspira a reducir radicalmente la autoridad del Tribunal Superior de Justicia, especialmente con respecto al poder constitucional del Tribunal para anular la legislación de la Knesset que los jueces consideren que está en desacuerdo con Las Leyes Básicas de Israel. Levin representa una escuela de pensamiento popular en el Likud que exige otorgar primacía en ‘anular’ a los ‘representantes del pueblo’ (la Knesset) sobre los jueces, que se consideran élites decadentes, y al diablo con el equilibrio de poderes. La castración del Tribunal Superior ahora también se ha convertido en una condición del partido ultraortodoxo Judaísmo de la Torá para unirse a la coalición. Los haredíes creen que finalmente tienen la oportunidad de revertir los fallos del Tribunal Superior que ordenan el servicio militar obligatorio (igualdad ante la ley), que permiten la importación de carne de cerdo y prohíben la legislación sobre barriles de cerdo que asigna fondos de impuestos a los estudiantes de yeshivá que no sirven en el ejército. Como dijo el líder haredí Moshe Gafni la semana pasada sobre los jueces del Tribunal Superior de Israel: “Sus valores son opuestos a los nuestros”. P. Tras las elecciones de medio término, Netanyahu ahora se enfrenta a una administración demócrata revitalizada. Biden puede darse el lujo de ser duro con él. El Departamento de Estado de Estados Unidos acaba de criticar a Ben Gvir. ¿Afectará esto a los nombramientos de la coalición de Netanyahu? R. Netanyahu no solo debe mirar por encima del hombro la respuesta de la administración Biden y luego recordar a sus socios de coalición que Israel no puede darse el lujo de ‘perder’ a Washington. El embajador de EE. UU. en Israel, Tom Nides, ya ha indicado que no se reunirá con personas como Itamar Ben Gvir, quien acaba de asistir a un memorial a su patrocinador original, el terrorista Meir Kahane, y quien ha puesto su mira en cambiar el statu quo del Monte del Templo. Netanyahu tiene la libertad de maniobra para insinuar que, si la extrema derecha y los extremistas haredíes van demasiado lejos en sus demandas, tiene una reserva de posibles socios de coalición en la oposición centrista: Yair Lapid de Yesh Atid, Benny Gantz de Unidad Nacional, Avigdor Liberman Israel Beitenu, e incluso Meirav Mijaeli del Laborismo. Sin duda, ninguno pretende en la actualidad rescatar a Netanyahu de sus socios extremistas. Pero uno o más podrían verse tentados en algún momento por la oportunidad de afirmar haber ‘salvado’ a Israel de medidas o acciones extremistas que tienen el potencial de hundir al país en graves problemas a nivel regional e internacional, sin mencionar los problemas con la mitad del electorado que no votó por ninguno de los partidos de la coalición. El principal problema de Netanyahu con esta opción, en la que nuevamente se ubicaría en el centro de una coalición en lugar de en un extremo, es que solo los haredim y los kahanistas, junto con el Likud, están preparados para legislar la salida de Netanyahu de su juicio por corrupción. Y esa, al parecer, es su principal, de hecho, su obsesiva preocupación. P. Entonces, ¿deberíamos preocuparnos por las medidas o acciones extremistas de la coalición emergente? R. Aquí hay seis posibilidades extremas, todas defendidas por uno o más miembros de la coalición, y sus consecuencias: El ministro de Seguridad Interna, Ben Gvir, anuncia que dirigirá oraciones públicas en el Monte del Templo y ordena a la policía de Israel que asegure el sitio, poniendo así fin al ‘statu quo’ posterior a 1967. Todo el mundo musulmán amenaza con reaccionar. Netanyahu y un ministro de defensa complaciente avisaron a la administración Biden de que están planeando un ataque israelí contra la infraestructura nuclear de Irán. Este ha sido un proyecto de Netanyahu desde 2012, bloqueado por ministros de defensa sensatos, por el establishment de seguridad e inteligencia israelí y por la presión de los Estados Unidos. ¿Cómo reacciona Estados Unidos esta vez? Un grupo de colonos de Cisjordania, sintiéndose empoderado y alentado por el apoyo de personas como Ben Gvir, inicia acciones provocativas y violentas,

Comunicados y Declaraciones

LA TENTACION TOTALITARIA

DECLARACIÓN DEL LLAMAMIENTO No configura una casualidad que –con pocas horas de diferencia– dos encumbrados dirigentes de la alianza opositora hayan tenido expresiones de claro sesgo autoritario y racista. Queda claro que en el fondo de esas expresiones está el germen de lo que proyectan en el caso de volver a conformar gobierno. El senador Luis Juez de Juntos por el Cambio, quien, sentado a la mesa de Mirta Legrand expresó que “ningún argentino puede decir que la democracia le mejoro la vida” nos tiene acostumbrados a una violencia verbal que solo la protección de los medios concentrados y la complicidad de la justicia permite. Vale recordar que Juez tuvo que ser relevado de sus funciones como embajador en Ecuador a pedido del gobierno de aquel país luego de declarar que “Llegué hace media hora, me pegué una ducha, me puse un saco y una camisa porque no quería estar con la ropa de esta mañana. Van a decir que soy un mugriento y agarré hábitos ecuatorianos”. Cuando fue intendente de Córdoba, volvió a la carga con sus expresiones xenófobas al decir que “Belgrano de Córdoba es el mejor equipo de Bolivia”. Por su parte, Mauricio Macri, en una de las tantas entrevistas brindadas por los periodistas de los medios concentrados señaló –refiriéndose a los candidatos a ganar el Mundial de Qatar- que “Alemania, raza superior, siempre juega hasta el final”. Dicha declaración remite a la utilización terminológica impuesta por las SS en la década del ´30 del siglo pasado, con la que se justificó el genocidio de los que consideraban las “razas inferiores”. Su máximo publicista y referente en la comunicación política, Jaime Duran Barba, prologó esta perturbadora frase en 2013 con la aseveración de que “Hitler era un tipo espectacular”. Sería un error considerar ambas como expresiones aisladas. Todas esas manifestaciones, repetidas en boca de importantes dirigentes de Juntos por el Cambio se suman a los alegatos antivacunas, vociferados por socios políticos de la alianza cambiemita, donde se multiplicaban los mensajes xenófobos y judeofóbicos que siempre concluyen en una lógica criminal como la expresada en el intento de asesinato de la actual vicepresidenta. Frente a la violencia verbal y simbólica proferida por estos referentes políticos de la derecha argentina solo queda advertir a la sociedad que la exaltación de las supuestas superioridades raciales no son otra cosa que la naturalización y banalización del genocidio perpetrado por los nazis. Desde el LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO repudiamos de forma concluyente a estos voceros del odio y exigimos la condena social de quienes en nombre del republicanismo pretenden llevarnos a transitar las épocas más oscuras de la humanidad. Marcelo Horestein, Presidente Pablo Gorodneff, Secretario General

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