Extorsión, mentiras y video. Nisman, los Fondos Buitre y el espionaje internacional
Fuente: Jorge Elbaum | El cohete a la luna Fecha: 21 de junio de 2020 Uzi Shaia, un agente del chantaje. El periódico retorno del caso Nisman al debate público se produjo en esta oportunidad a partir de la emisión de un programa televisivo difundido por el canal 12 de la televisión israelí. Cinco meses atrás había sido la miniserie de Netflix la que motivó su retorno. En esta ocasión, el jueves 11 de junio, el programa televisivo israelí Uvdá (hecho o dato por su traducción del hebreo) divulgó una entrevista realizada por Ilana Daian a un ex integrante de los servicios secretos israelíes (Mossad, sigla que designa al Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales.) El caso del suicidio del fiscal argentino fue la plataforma central con la que se logró aglutinar a la oposición al kirchnerismo. En un segundo momento se convirtió en un elemento decisivo para el triunfo de Macri sobre Scioli. Con el PRO en el gobierno devino en un recurrente dispositivo jurídico y comunicacional orientado a perseguir al kirchnerismo y sobre todo a la ex Presidenta. Más allá de las posibles falsedades, simulaciones y tergiversaciones deslizadas por el ex espía Uzi Shaia, su relato evidencia varios aspectos que fueron soslayados por los medios locales y sus reputados operadores de prensa disfrazados de periodistas: El ex espía del Mossad asume que participó en forma deliberada de un intento de extorsión a la Presidenta de un país soberano como la Argentina. Los datos provistos por Shaia dejan en evidencia que Nisman era cómplice de intereses especulativos (de los Fondos Buitre) a expensas de su rol como procurador de la causa del atentado de la AMIA de 1994. El fiscal, además, mantenía relaciones clandestinas con una agencia de inteligencia extranjera sin contar con la autorización de los organismos institucionales competentes, aptos para otorgar dichas prerrogativas. El 18 de abril de 2015, tres meses después de que Nisman se pegara un tiro en el baño de su casa, publiqué un artículo en el que describía los vínculos del fiscal con los Fondos Buitre y explicaba la entente entre la DAIA, la derecha israelí y los republicanos, conjurados tanto para debilitar al gobierno kirchnerista como para garantizarse el cobro de sus bonos basura. La estrategia de pinzas incluyó obviamente al macrismo, que usufructuó la falacia mediática del asesinato para desplegar una campaña electoral basada en la victimización recurrente del fiscal. El ex espía asumió frente a Daian que fue copartícipe de una operación internacional para extorsionar a una Presidenta, con el objeto de beneficiar a especuladores financieros: “El objetivo era utilizar la información para presionarla [a Cristina Kirchner] a fin de pagar la deuda”. Además de autoincriminarse en un delito, recalca que esos intereses eran ajenos a todo interés patriótico: estaban únicamente motivados por ganar dinero. “Se trataba de un negocio y no de un país. No valía la pena morir por eso”. En la entrevista advierte sobre la participación de otros integrantes de la comunidad de inteligencia, con sede en Washington, quienes fueron los encargados de producir y/o derivar los documentos necesarios para viabilizar el chantaje. Una operación de extorsión a tres bandas: Estados Unidos, Israel y Argentina. Esa operación de chantaje tuvo su correlato en solicitadas financiadas durante el año 2014 en los grandes medios gráficos de Washington y Nueva York. La Fuerza de Tareas Argentina (ATFA, por su sigla en inglés) financiada por Paul Singer y Sheldon Adelson, entre otros, presentaban a CFK y al entonces Presidente del gobierno persa, Majmud Ajmadineyad, como delincuentes internacionales: “Ha llegado el momento de impedir que la Argentina siga transgrediendo la ley estadounidense y la ley internacional”. La entrega de esos informes, que buscaban favorecer los intereses de los Fondos Buitre, llevó a un importante analista Israelí, Guy Ulster, a interrogarse –el sábado 23 de junio, dos días después de la emisión–: “¿Por qué Shaia no informó sobre esa documentación después de que falleció el fiscal? ¿Por qué no aportó los datos que supuestamente tenía, ante la Justicia?”. La omisión se debió a que los informes originariamente entregados a Nisman (no necesariamente en el lobby de una capital europea, como deslizó Shaia, con clara intención de despistar a futuros investigadores), fueron derivados poco tiempo después hacia la usina de operaciones de prensa comandadas desde el Grupo Clarín. Los datos vertidos ex profeso fueron reproducidos por su periodista estrella, Daniel Santoro, quien curiosamente terminó años después involucrado en causas de extorsión. A rey muerto, rey puesto El 29 de marzo de 2015, dos meses después del fallecimiento del fiscal, cuando se lanzaba la campaña electoral de cara a las presidenciales del octubre, Santoro se apalancó en la revista brasileña Vejá para publicar en la portada del matutino la supuesta existencia de cuentas secretas pertenecientes a Máximo Kirchner y Nilda Garré, ex embajadora en Venezuela. Como resultado de una supuesta investigación llevada a cabo por Santoro, se señalaba entre otras falacias que “ambos habrían controlado una cuenta en el banco Felton de Estados Unidos con 61 millones de dólares y otra en el Morval Bank de las Islas Caimán con 19 millones de dólares”. En diciembre de 2015, cuando ya Macri había obtenido la presidencia y el daño electoral ya se había ejecutado, las entidades financieras comunicaron, ante un exhorto de la justicia argentina, que dichas cuentan carecían de existencia. Santoro se encuentra en la actualidad procesado por el juez Alejo Ramos Padilla, en el marco de una causa de extorsión, junto a Marcelo Sebastián D’Alessio, el fiscal Carlos Stornelli y los agentes de la AFI Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi. Nisman y Shaia compartieron intereses extorsivos. Santoro y sus secuaces continuaron su ejemplo. Según Shaia, la tarea que realizó, contratado por los buitres, se llevó a cabo con conocimiento cabal de Nisman. No hay registros que certifiquen los honorarios profesionales percibidos por el ex espía devenido en profesional freelance. Pero sí existen suficientes evidencias para calcular lo que recibió Nisman por su ingente colaboración para que los buitres obtengan en abril de 2016 sus 11.000 millones de dólares. En su cuenta del Merrill Lynch de Nueva York (denunciada