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Un año de encierros por COVID-19 revive el movimiento kibutziano de Israel

Fuente: Linda Gradstein | The Times of Israel Fecha: 18 de marzo de 2021 Las familias jóvenes buscan un estilo de vida pastoral más tranquilo y más espacio; Decenas de miles de israelíes solicitaron su membresía en kibutzim el año pasado, siendo la pandemia un factor importante. JTA – El año pasado, cuando los israelíes soportaron un encierro tras otro y las tasas de COVID del país rebotaron de un mínimo histórico a otro, Tal Eshkol y Uriel Ross comenzaron a cuestionar la vida urbana que habían comenzado cuando eran una pareja joven. Como muchos de sus compañeros, Eshkol y Ross vivían en un pequeño alquiler de un dormitorio en Jaffa, la antigua ciudad adyacente a Tel Aviv que se ha puesto de moda entre los jóvenes israelíes que buscan un alquiler relativamente asequible en la metrópolis costera de Israel. Pero durante años, Eshkol había querido un cambio de escenario, con la esperanza de mudarse eventualmente a algún lugar donde ella y Ross pudieran disfrutar de un estilo de vida pastoral más tranquilo. En el otoño, después de meses de estar restringidos a su apartamento de 50 metros cuadrados, la pareja decidió que habían terminado con la vida de la ciudad. Solicitaron convertirse en miembros del Kibbutz Mevo Hama, una pequeña granja comunal dos horas al norte, lejos de cualquier ciudad, con unos 500 residentes. Ahora, incluso cuando Israel reabre, después de haber vacunado a la mayor parte de su población, Eshkol y Ross todavía están tomando medidas. Y planean comprar una casa que es casi tres veces el tamaño de su apartamento. «Creo que esta época del coronavirus realmente nos desafió con respecto al tipo de vida que queremos tener», dijo Eshkol, de 33 años. “Nos demostró que nunca se sabe lo que va a pasar. El mundo entero cambió y decidimos usar esto para crear un cambio positivo en nuestras vidas ”. COVID, y la conmoción social que provocó, ha provocado que una ola de israelíes vuelva a considerar la vida en un kibutz, una forma de vida rural que alguna vez fue vista como una reliquia del pasado socialista de Israel. Decenas de miles de israelíes han solicitado su membresía en kibutzim durante el año pasado, según Nir Meir, secretario general del Movimiento Kibbutz, el grupo paraguas que incluye a la mayoría de los 279 kibutzim de Israel. “Durante la pandemia, nuestros hijos siempre estaban en el apartamento y buscaban cosas que hacer”, dijo Aviv Sabadra, un ingeniero de software cuya familia está en proceso de mudarse de Yavne, una ciudad del centro de Israel, a un kibutz. «Estábamos pensando en encontrar un lugar para criar a nuestros hijos cerca de la naturaleza donde puedan ser más independientes, y esto tomó nuestra decisión». Los primeros kibutzim se fundaron hace más de un siglo, y en los años que rodearon el establecimiento de Israel, el movimiento del kibutz fue visto como un reflejo del espíritu nacional espartano: producir judíos físicamente aptos que vivían en comunidades cooperativas. Los kibutzim, según Meir, a menudo se colocaban en las fronteras de Israel, y los agricultores jóvenes se duplicaban como soldados. Los miembros del Kibbutz también se comprometieron con una ideología socialista estricta, comiendo en comedores masivos y criando niños en hogares colectivos donde vivían separados de sus padres. Pero en la década de 1980, muchos kibutzim habían acumulado una deuda sustancial y los jóvenes querían abrirse camino en un país que se estaba apartando de sus raíces socialistas y privatizando su economía. Los padres de Eshkol estaban entre los que dejaron un kibutz. Su padre se crió en un kibutz, y la pareja vivió en uno como recién casados, pero a su madre no le gustaba el estilo de vida. “Mi papá estaba entusiasmado con los valores y la comunidad del kibutz”, dijo, “mientras que mi mamá decía que era demasiado que todos estuvieran en los negocios de los demás”. Ante una población en declive y malas perspectivas económicas, muchos kibutzim privatizaron sus fábricas y granjas. También construyeron nuevos desarrollos de viviendas en sus terrenos que fueron alquilados a familias yuppies que en ocasiones no se convirtieron en miembros, lo que les permitió disfrutar del estilo de vida del kibutz sin ninguno de los inconvenientes percibidos del socialismo. Esos desarrollos de viviendas han impulsado un resurgimiento de la vida del kibutz en las últimas dos décadas, especialmente debido a que los precios de las viviendas en Israel se han disparado. Ese resurgimiento se ha acelerado durante la pandemia. En 2000, unas 117.000 personas vivían en kibutzim, según cifras del gobierno israelí. Este año, dijo Meir, tienen una población total de 182.000, más grande que nunca. Él lo llama «una gran renovación de los kibutzim». “Los caminos solían estar llenos de carros motorizados para personas mayores, [y] ahora están llenos de carritos de bebé”, dijo Yossi Levy, coordinador de absorción de Ein Hashlosha, un kibutz a una milla de Gaza que ha crecido desde sus 110 miembros con una afluencia de 15 familias jóvenes en los últimos dos años. Está previsto que se muden seis más en las próximas semanas. Antes de los recién llegados, la edad promedio de los residentes del kibutz era de 65 años. Obtener la membresía del kibbutz, según Meir, generalmente incluye un proceso de entrevista junto con un año de vida como candidato en el kibutz antes de que se vote para la membresía. Los kibutzim también pueden revisar los registros financieros. En Ein Hashlosha, por ejemplo, los candidatos deben recibir votos positivos de dos tercios de los miembros para obtener la aceptación. Dos de los miembros más nuevos son Dor y Liora Ben Tzur, quienes se mudaron a Ein Hashlosha en 2019 después de graduarse de la universidad y viven allí con su pequeño de 19 meses, Avishai. Están entusiasmados con el kibutz a pesar de los ocasionales ataques con cohetes desde Gaza que los envían corriendo a un refugio antiaéreo en su casa. Desde el momento en que suena una sirena al aire libre, solo tienen 15 segundos para llegar al refugio. Una parada de autobús pintada de colores que también se utiliza como refugio público contra bombas,

Comunicados y Declaraciones, Portada

A 29 años del atentado en la embajada de Israel

El LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO se solidariza con las víctimas y los familiares del atentado terrorista sucedido el 17 de marzo de 1992.Casi tres décadas después, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, encargada de la instrucción, continúa con su política de indolencia frente al hecho criminal. El silencio y la falta de información brindada sobre la instrucción del caso condenan a la sociedad argentina a convivir con la impunidad. En 1992 fueron asesinados 22 personas y otras 242 personas resultaron heridas. Mientras tanto la máxima instancia judicial de nuestro país permanece indiferente frente al hecho, al tiempo que utiliza sus recursos provistos por la sociedad para estimular y avalar la persecución de dirigentes sociales y políticos populares.En ese marco, las consignas que guiarán al LLAMAMIENTO serán las que las Madres de Plaza de Mayo legaron a la historia contemporánea de nuestro país: Memoria, Verdad y Justicia. Buenos Aires, 17 de Marzo de 2021. Marcelo Horestein Presidente.Dardo Esterovich, Secretario General. Contacto de prensa del Llamamiento: +54 9 11 6925-7535

Aportes de adherentes, Derechos Humanos, Portada

Magistral alegato de Pablo Llonto en el juicio de Contraofensiva Montonera

Por: Eugenia Bekeris y María paula Doberti Desde Dibujos Urgentes acompañamos el juicio de Contraofensiva Montonera, que comenzó en abril de 2019 y desde el año pasado continuó de modo remoto. Se transmite todos los jueves desde las 9.30 hs por el canal de Yuotube de La Retaguardia. Dibujos Urgentes es un trabajo de registro documental, que desde 2010 testimonia y visibiliza lo que acontece en los tribunales orales de los Juicios de Lesa Humanidad. Entre 1979 y 1980, la agrupación Montoneros llevó a cabo la llamada Contraofensiva, un reagrupamiento de militantes, algunxs que se encontraban clandestinxs y otrxs estaban exiliados y regresaron a la Argentina con el objetivo de resistir a la dictadura cívico-militar y a la vez generar apoyo social para terminar con el terrorismo de Estado. El jueves de esta semana Pablo Llonto (abogado querellante, que representan a familiares de 36 víctimas y/o sobrevivientes) terminó su alegato de manera implacable,  contundente, precisa, reparatoria y emotiva a la vez. Le llevó seis audiencias hacer un recorrido histórico, político e identitario de la militancia de cada compañerx.  En el cierre de su alegato Llonto explicó que los seis acusados tienen RESPONSABILIDAD y AUTORÍA sobre los crímenes. El Departamento de Inteligencia, dijo, tenía cuatro piezas: la Jefatura 2, el Batallón 601, el Destacamento 601 y el Comando de Institutos Militares. Allí se llevó adelante la represión ilegal, como dijo con orgullo el mismísimo Videla, refiriéndose a los actos cometidos durante la dictadura: “Esto lo hizo Inteligencia”. Llonto agregó que el trabajo de represión se hizo EN EQUIPO, que había interacción entre las estructuras del Ejército, que llevaban a cabo los secuestros, organizaban los Centros Clandestinos y planeaban los Vuelos de la Muerte. Dijo que todos conocían el PLAN DE EXTERMINIO: “los imputados sabían que cometían crímenes” y, pese a que escribieron documentos sobre actos ilegales y fueron “verdugos”, “no pudieron registrar los pensamientos de lxs compañerxs”, por lo que “el método fracasó, porque hoy están siendo juzgados”. Los llamó “ASESINOS hasta la náusea misma”, ya que “realizaron tareas de Inteligencia para cometer delitos”. Explicó que hay que leer los documentos de Inteligencia también por lo que callan, por lo que ocultan. “Los imputados son especialistas en la MENTIRA”, armaron una “relojería asesina y cruel”, ya que “Inteligencia del Ejército era el músculo que movía el cerebro del tablero criminal”. Explicó jurídicamente que “el delito de DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONA, se debe incorporar al de privación de libertad y al de negativa de reconocer e informar”. Y concluyó, como lo había hecho la fiscal Gabriela Sosti, diciendo que “hubo GENOCIDIO”. Pidió que se condene a los imputados Eduardo Eleuterio Ascheri, Jorge Eligio Bano, Jorge Norberto Apa, Marcelo Cinto Courtaux, Roberto Dambrosi y Luis Ángel Firpo por ser autores penalmente responsables por los delitos de desapariciones forzadas de personas, aplicación de tormentos agravados, homicidios calificados, y privaciones ilegítimas de la libertad de los 36 “perseguidxs políticxs” que representa. Dijo que las penas deberán cumplirlas en prisiones comunes, que deberán estar inhabilitados de funciones públicas, de portar armas y trabajar en empresas de Seguridad. Por último agradeció el aporte de familiares para buscar la VERDAD y contribuir a la MEMORIA, y pidió que se haga JUSTICIA. El alegato se puede ver por: https://www.youtube.com/watch?v=ia6yuF0hpIY&ab_channel=LaRetaguardiaTV

Comunicados y Declaraciones, Portada

Periodismo de guerra, lawfare y operaciones destituyentes

Declaración del LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO: Los intentos de la derecha argentina para cercenar la democratizaciónEl LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO advierte a la sociedad argentina sobre el ostensible intento de enrarecer el clima político a través de la desinformación, la difusión de noticias falsas, la instalación de cortinas de humo para disimular los desatinos de sus máximos referentes –como los reiterados por Horacio Rodríguez Larreta–, y la incesante hostigamiento contra funcionarios y dirigentes sociales comprometidos en expandir derechos e implementar políticas soberanas. La ofensiva de cuño antipopular posee el doble objetivo de irradiar la idea del desgobierno y al mismo tiempo debilitar las medidas sanitarias ligadas a una potencial segunda ola pandémica. Ambos designios tienen como propósitos la obtención de beneficios electorales, utilizando la tragedia como escudo del próximo turno electoral. Dicha tentativa tiene como organizadores a las propaladoras de la derecha local (Clarín, La Nación e Infobae) en indudable complicidad con fracciones corporativas judiciales, enquistadas en forma sórdida en Comodoro Py. Dicha comunión de intereses continúa impulsando la guerra judicial (lawfare) contra quienes fueron y son copartícipes de impulsar la integración latinoamericana y de promover instancias más democráticas de inclusión social. Esta es la causa prioritaria por la que esa alianza tergiversa y falsifica la realidad de forma obscena, sin retractarse de sus aseveraciones –incluso cuando sus protagonistas, como Beatriz Sarlo– rectifican sus consideraciones. Este es el marco en el que dirigentes de Juntos por el Cambio, como Patricia Bullrich –en connivencia inequívoca con sus socios mediáticos–, insiste en perjudicar la campaña de vacunación masiva, pública y gratuita, invitando en forma insistente a su privatización. Y esa es también la motivación por la cual se fustigan las normativas sanitarias implementadas en Formosa, que han logrado atenuar el número de contagios y de fallecidos. Es en esa misma lógica que Miguel Ángel Pichetto se suma a la campaña de estigmatización contra el colectivo argentino-mapuche, responsabilizando a sus integrantes de los incendios de la Patagonia, con la clara intención de producir divisiones internas entre los sectores populares de nuestro país. Ese es también el origen de los ataques vandálicos sufridos por la comitiva del presidente de la Nación, Alberto Fernández en su visita a Chubut.Los gestores de estas iniciativas destituyentes deberían tomar nota de los recientes sucesos acaecidos en Bolivia y en Brasil: las operaciones comunicacionales destinadas a manipular a la sociedad, y las que se instruyen en tanto prevaricaciones judiciales, concluyen con fiscales y magistrados imputados y procesados. Las persecuciones contra Evo Morales, Lula Da Silva, Rafael Correa y Cristina Fernández de Kirchner son ejemplos de cómo la lógica neoliberal intenta descabezar los procesos políticos populares del siglo XXI. Buenos Aires, 14 de marzo de 2021 Marcelo Horestein, PresidenteDardo Esterovich, Secretario General Contacto de prensa del Llamamiento: +54 9 11 6925-7535

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Mendaz – Paradigmas de la negación y la afectación periodística: caso Tomás Méndez

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la luna Fecha: 14 de marzo de 2021 El 22 de febrero el conductor Tomás Méndez, en su programa radial Vuelta de Rosca, utilizó el micrófono de Radio 10 para desparramar una serie de aseveraciones dignas de ser contrastadas en forma minuciosa con la realidad. Las falsedades e inexactitudes prodigadas por el comunicador así lo exigen. La confrontación metódica entre las afirmaciones y su contracara, las evidencias, aparece como un anacronismo para quienes pretenden convertir al periodismo en un apéndice del mundo del espectáculo, en el que la invención y la realidad se presentan como indistintos y homólogos. Existe una larga tradición que insiste en dejar pasar estos contrasentidos, con el justificativo de no dar lugar a los impostores ni otorgarles un lugar de reconocimiento enunciativo. Sin embargo, esa concesión desconoce el derrotero –y el impacto– que determinados discursos pueden alcanzar entre quienes no están acostumbrados a sumergirse en específicas áreas de la historia: dejar y dar testimonio es lo mínimo que se puede hacer frente al tosco revoltijo de declaraciones artificiosas, orientadas únicamente a denigrar a un periodista. En su monólogo matinal, Mendaz difunde, con la impostura de un investigador periodístico riguroso, una serie profusa de afirmaciones concentradas en tres áreas: la historia militante de Horacio Verbitsky, su vínculo con el CELS y un supuesto interés pecuniario del director de El Cohete en avalar la vacuna Pfizer. Respecto a la primera dimensión, asevera que era supuestamente “de Montoneros” cuando esa participación ha sido reconocida no sólo por HV sino por los jefes de esa organización, muchos de los cuales siguen vivos y certifican su pertenencia. Más adelante consigna que “en la SIDE, HV, figura[ba] como servicio de inteligencia”. Sin embargo, no existe en ningún documento desclasificados desde 1983 hasta la actualidad –ni en los liberados por la actual interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño– ninguna referencia, ni siquiera nimia, respecto a esa aseveración. Como parte de su arremetida, Mendaz no tiene prurito en sumarse a los desatinos difundidos por el panelista televisivo Gabriel Levinas, quien acusó a HV –­en un librito olvidado– de ser “parte de la Fuerza Aérea Argentina”. La imputación hecha por el integrante del jurado de Gran Hermano se sustentaba en la dedicatoria que hizo el comodoro Juan José Güiraldes en su libro El poder aéreo de los argentinos, en la que agradece a HV porque el libro “no hubiera podido llegar a la prensa de no haber recibido el permanente aliento y la eficaz colaboración de Horacio Verbitsky”. Mendaz se suma a quien suele secundar a Baby Etchecopar –Levinas– para añadir que HV fue escriba del jefe de la Fuerza Aérea, Omar Graffigna, y que además había sido contratado por esa organización militar. Según Levinas, HV había recibido honorarios del Instituto Jorge Newbery, ligado a la aeronáutica, pero no existe admisión alguna del desembolso. La operación de difamación de Levinas, planificada en 2014 por el Grupo Clarín como parte de una campaña desembozada para garantizar el triunfo de la derecha en 2015, no logró traspasar el umbral de lo escolástico e inquisitorial: Güiraldes negó la acusación y el propio ex jefe aeronáutico de la dictadura, en un reportaje con el Buenos Aires Herald, desestimó la versión desparramada por Levinas de que HV fuese su asistente lexical durante su faena criminal a cargo de la Fuerza Aérea. Tampoco tuvieron suerte quienes consignaron que los apuntes de los discursos castrenses –supuestamente manuscritos por HV– podían ser acreditados a su persona: los peritajes profesionales comparados efectuados para cotejar la letra fidedigna de Verbitsky respecto a las exhibidas en los anexos del libro de Levinas demostraron ser disímiles. Según Mendaz, “Güiraldes era de la inteligencia de la Fuerza Aérea Argentina en el ’78, plena dictadura militar”. No existe ninguna fuente testimonial ni documental que avale dicha aserción. Menos aún el extraviado cargo de que HV ha sido un “un tipo que ha puesto bombas según sus propios compañeros del Ejército (sic). Un colega del Ejército lo denunció por poner bombas y salir corriendo detrás de él… Lo ha dicho en juicio… puso la bomba, la activó y morían niños y mujeres… Entonces yo salí corriendo detrás de él. El cómplice de él lo mandó al frente”. Mientras que Mendaz no provee la fuente de su grave imputación, los testimonios disponibles de juicios de lesa humanidad y los repositorios de declaraciones de genocidas niegan tal infamia: nadie oyó nunca una historia similar, análoga o siquiera afín. Dada la gravedad de la imputación, Mendaz nos debiera permitir acceder al conocimiento del nombre del “colega del Ejército” que dio ese testimonio. Mendaz agrega, en su perorata radial, que este último integró, además de la SIDE, la inteligencia de la aeronáutica. Y en la cumbre del relato conspiranoico vincula al director de El Cohete con la inteligencia británica. “El soft que se utiliza para detectar los barcos que entran en aguas argentinas es inglés”, testifica sin ruborizarse. Sus conjeturas no parecen ser confiables: nuestro país carece de sistema de detección propio a nivel marítimo. No posee ni sensores ni radarización. El macrismo interrumpió los convenios llevados a cabo con el INVAP, que hubiesen permitido entre 2015 y 2020 acceder a los mismos. Para no dejar aspectos sin abordar, en la misma línea de su rigurosa investigación periodística desliza que HV cuenta con una “obra social de Mercedes Benz”, cuando su suscripción corresponde al sistema médico ofrecido por el Hospital Alemán. En otra parte de su monserga, Mendaz asegura que “cuenta los movimientos de cuenta de su hijo Miguel, a quien le depositaron 20 millones de pesos en septiembre de 2012”. Dicho vástago de HV, sin embargo, vive fuera del país hace veinte años y no tiene ninguna cuenta bancaria en la Argentina. Tirá fruta En referencia al CELS –otro de los sambenitos clarinetistas recuperados con insistencia desde que HV es su presidente– Mendaz despliega una cantidad de datos irrisorios que debieran figurar en los planes de estudio de las carreras de periodismo para ejemplificar aquello que no se debe hacerse: “El CELS maneja un presupuesto más grande que los Estados (…) 1.600 millones de pesos

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Nakba / contraNakba: el Papa en Irak

Por: Daniel Silber (desde Córdoba) 11 de marzo de 2021 La visita del Papa a Irak ha sido muy importante y significativa, entre otras cosas, porque hizo un llamamiento a la concordia inter-religiosa (apoyada por los líderes religiosos musulmanes locales) y contra el terrorismo internacional. En este punto, la interpretación que podemos hacer es que no solo se refirió al fundamentalismo islámico, sino también a ese otro terrorismo que practican las grandes potencias, como ser el bloqueo a Cuba, las agresiones a Venezuela y Nicaragua, el intervencionismo militar en diversas partes del mundo, la injerencia en los asuntos internos de diversos países o la permanencia de bases militares en distintas partes del planeta como parte de su estrategia de “acción rápida”. A ello le podríamos agregar las nefastas gestiones de organismos internacionales de todo tipo (OEA, Banco Mundial, OTAN, FMI, fundaciones de todo tipo – “humanitarias”, “democráticas”, preservadoras del medio ambiente, defensoras de los derechos humanos y de la “libertad de prensa /empresa” y otras-) tendientes a desestabilizar la vida interna de muchas naciones y estados, así como la aplicación de planes que solo favorecen a los más poderosos y hunden en la miseria a millones de personas. Sin embargo, hubo otro punto interesante. Bergoglio “…También visitó Ur, la llanura donde inicialmente vivió Abraham, una figura relevante para los cristianos, los musulmanes y los judíos”, donde dijo “La hostilidad, el extremismo y la violencia no nacen de un corazón religioso: son traiciones a la religión” (ver https://www.france24.com/es/medio-oriente/20210306-irak-visita-papa-francisco-ayatola-alsistani-ur). En el lugar abogó por respetar a todas las comunidades religiosas: cristianos de diversas orientaciones, yazidies, chiitas, sunnitas, sabeos, turcomanos, zoroastristas y otras corrientes minoritarias. Sin embargo, podemos observar un detalle: nadie habló de los judíos. Al respecto, es interesante saber que en la década del ´30 del siglo pasado, un tercio de la población de Bagdad era judía. Según algunos datos, hacia 1950 en Irak vivían unos 150.000 judíos; por lo que se conoce, hoy solo hay 7. Si, solamente 7. ¿Qué pasó?; ¿alguna peste diezmó la población judía, hubo alguna masacre o sucedieron otras cuestiones? La presencia judía en Irak data de varios miles de años atrás, de los tiempos de lo que se llamó el “cautiverio babilónico”, que comenzó con la deportación y el exilio de gran parte de la población de Judá inmediatamente después de la toma de Jerusalén y la destrucción del Templo (año 586 a.n.e.) por Nabucodonosor II, el que finalizó con el edicto del rey persa Ciro de 538 a.n.e. que permitió el regreso de los judíos a sus tierras de origen. Sin embargo, muchos se asentaron en el lugar, y dieron forma a una de las tantas comunidades florecientes judías en los países árabes. Fue justamente en la Mesopotamia asiática donde la religión judía terminó de moldear los preceptos más destacados que la rigen hoy. En 1941, a raíz del golpe de estado realizado en favor de las potencias del Eje por militares simpatizantes de los nazis, se desarrollaron pogroms conocidos como Farhud en Bagdad: una réplica de la tristemente célebre “Noche de los Cristales Rotos “de Alemania / Austria 1938. El resultado fue de casi 200 judíos muertos, unos 250 heridos, casi 600 empresas (comercios, industrias, talleres, estudios profesionales) saqueadas y un centenar de hogares destruidos. A posteriori, con la expansión del nacionalismo árabe y la independencia de Israel, todos los judíos, de una manera extremadamente simple y burda, fueron considerados sionistas, motivo por el cual fueron perseguidos de diversas maneras: atacados, cesanteados, boicoteados sus comercios, fábricas y talleres, expulsados de los centros de estudios, agraviados. Todo ello hizo que la vida cotidiana resultara insoportable. En este punto hay que recordar que no todos los judíos son / somos sionistas ni todos los sionistas son judíos (por ejemplo, Bolsonaro, Trump, etc.) En marzo de 1950, Irak aprobó una ley de un año de duración que permitía a los judíos a emigrar a condición de renunciar a su nacionalidad iraquí. Iraq aparentemente creía que librarse de los judíos seria menos problemático, sobre todo los sionistas, pero retener la minoría rica, que desempeñó un papel importante en la economía iraquí. Simultáneamente, el Estado de Israel, necesitado de incrementar su población judía, inició una serie de acciones de emigración masiva. Montó una gran operación denominada Esdras y Nehemías para llevar a todos los judíos iraquíes como fuera posible a Israel. La enorme mayoría de los judíos iraquíes dejaron su país natal y se sumaron a la población israelí. Casi, casi, podríamos decir que fue una maniobra de pinzas: presionados desde dentro de Irak y presionados desde fuera de Irak. Por eso, en Irak no hay judíos…a pesar de que milenariamente (unos 2500 años) estuvieron allí.

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Hacia una Argentina con mayor equidad

Fuente: Carlos Heller | Tiempo Argentino Fecha: 14 de marzo de 2021 Puede decirse que este primero de marzo el presidente Alberto Fernández definió en una frase la visión de su gobierno: “Vengo a proponerles que construyamos juntos un nuevo acuerdo para que la Argentina no recaiga más en un Estado ausente. Aquello que las argentinas y los argentinos esperamos, un país justo, que crezca y distribuya la riqueza, donde haya trabajo y lugar para todas y todos”. Si algo ha quedado claro luego de más de un año del inicio de la gestión de gobierno de Alberto Fernández es que el eje de sus políticas radica en el bienestar de la totalidad de la ciudadanía, no sólo de unos pocos.   En aras de lograr una mayor progresividad, el proyecto de modificación del Impuesto a las Ganancias, que ya se encuentra en tratamiento en la Cámara de Diputados, apunta a que cerca de 1,3 millones de los trabajadores/as en relación de dependencia y jubilados/as dejen de pagar el impuesto. En 2015, alrededor del 12% de los trabajadores/as eran alcanzados por este impuesto. Entre 2016 y 2019 este guarismo prácticamente se duplicó. Y esto ocurrió a pesar de que hubo una pérdida importante en el nivel real de los salarios, generando una situación en la que se ganaba menos y se pagaba más impuesto.   De allí que la iniciativa plantea que los salarios mensuales brutos inferiores a $150.000 dejarán de pagar Ganancias, y tampoco quedaría alcanzado el aguinaldo para este grupo. Habrá un intervalo de entre $150.000 y $173.000 mensuales que también verían reducido su aporte aunque de modo progresivo, es decir, la reducción del impuesto va a ser menor cuanto mayor sea el ingreso hasta el límite citado, de forma que no existe un salto entre los que ganan, digamos, $172.500 brutos y los que ganan $173.500, ya que los salarios mayores a $173.000 no tendrán modificación en sus deducciones del tributo.  Para darnos una idea de lo que implicará este nuevo esquema en el bolsillo de los trabajadores: un salario de $150.000 de una persona soltera y sin hijos paga en la actualidad unos $115.000 anuales de Impuesto a las Ganancias. Adicionalmente, una de las modificaciones producto del debate legislativo fue la inclusión de la retroactividad de esta mejora a enero de 2021. Es decir, los trabajadores que han tenido descuentos con el régimen vigente hasta ahora, y están alcanzados por el proyecto de ley, van a obtener una devolución de los anticipos realizados.   En resumen, quedaría sólo un 7% de los trabajadores registrados alcanzados por el impuesto, quienes representan un 26% de la masa salarial total.  Esta normativa también implica un beneficio para los haberes jubilatorios y pensiones, ya que se eleva de 6 a 8 haberes mínimos el piso para quienes estarían alcanzados por el gravamen y se flexibiliza la restricción de que tengan otros ingresos por fuera de la jubilación. Según los cálculos mencionados por la directora de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, en la comisión conjunta de Diputados que trata el tema, la proporción de haberes jubilatorios alcanzados por Ganancias era del 5,2% en 2019, 5,3% en 2020 y con esta reforma sería del 2,4%.  Otra de las modificaciones propuestas que pasó bastante desapercibida en los medios es que se incorpora la posibilidad de deducir al concubino, en vez de sólo el cónyuge, en función de la modificación de 2014 del Código Civil, poniéndose a la altura de todos los cambios que la sociedad argentina ha planteado en la materia.  El costo fiscal de esta reforma sería de aproximadamente $42.000 millones, los cuales se traducirán en mayores ingresos reales de los trabajadores/as y pensionados/as. Allí es donde se genera el círculo virtuoso en el que los asalariados destinan esos recursos al consumo y, por ende, al mercado interno. Este mayor consumo genera a su vez una mayor recaudación impositiva por otras vías, como el IVA, y por lo tanto aminora significativamente el efecto del costo mencionado en las cuentas fiscales.  Pero lo importante es que el equilibrio fiscal no debería ser el principal objetivo de las políticas públicas, sino el bienestar de la población. Desde esa premisa, por supuesto, es necesario ir construyendo “una posición fiscal más robusta”, en palabras del ministro Martín Guzmán. Sin perder de vista, no obstante, el importante rol del Estado en resolver las cuestiones que el mercado por sí solo no soluciona. No debemos confundir este enfoque de equilibrio fiscal con el que suelen apoyar los sectores de derecha, que piden un Estado mínimo, con poca presencia en la economía, que debe apuntar a bajar los impuestos y dejar aspectos clave como el desarrollo de la ciencia, la educación, la salud, la innovación en manos del sector privado, lo que suele generar importantes inequidades sociales. Por el contrario, este gobierno se propone que la sostenibilidad fiscal debe ir alcanzándose con políticas a favor de la ciudadanía y no a costa de ella.  Entonces, vale la pena destacar que esta propuesta de reforma del esquema del Impuesto a las Ganancias es congruente con los principales objetivos del actual gobierno. Al incrementarse el ingreso disponible de los trabajadores y trabajadoras se genera mayor demanda, si además este proceso viene acompañado de políticas que protegen la producción nacional, esa mayor demanda genera mayor empleo y esto tiene un efecto multiplicador en la actividad.   Queda aún mucho camino por recorrer, luego de haber atravesado la pandemia neoliberal y la pandemia sanitaria. Uno de los últimos datos sobre el sector industrial que publicó el INDEC esta semana da cuenta de que la utilización de la capacidad instalada de la industria llegó al 57,2% en enero, 1,1 puntos porcentuales más que en el mismo mes del 2020. Tomando en cuenta los resultados de los últimos meses, los datos indican que aún existe una capacidad instalada ociosa de más del 40%, lo cual permite un rápido crecimiento de la producción sin necesidad de inversión.  Está claro que el gobierno tiene una firme postura de no resolver la situación de déficit

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Todos juntos ahora: el ejército israelí no cometió crímenes de guerra

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 13 de marzo de 2021 Elimine el odio o la idolatría a Benjamin Netanyahu y las próximas elecciones no tienen importancia. ¿Usted quiere saber por qué? Porque salvo el odio y la idolatría al primer ministro, todos los partidos judíos están diciendo lo mismo: todos afirman el sionismo, la supremacía judía y la continuación de la ocupación. Por lo tanto, esta elección está desprovista de opciones reales, una elección que no ofrece alternativas, una elección que no es una elección real. Nótese, por ejemplo, la reacción de los jefes de todos los partidos sionistas ante la decisión tomada en La Haya de investigar a Israel, decisión que en un día realmente bueno podría generar un cambio radical en la conducta de Israel. Desde Benjamin Netanyahu hasta Merav Michaeli y todos los demás, todos repitieron las mismas frases: todos confían en las FDI y confían en sus investigaciones. En otras palabras, todos coinciden en que no ha habido crímenes de guerra. Un coro de niños, el coro de los santurrones. Solo el líder de Meretz, Nitzan Horowitz, dijo algo diferente, no lo suficientemente diferente, pero la elección no gira en torno a Meretz. Esta reunión ciega detrás de las FDI y el estado en un tema importante como la ocupación que genera desesperación. Después de todo, la mayoría de los políticos de centro izquierda, desde Michaeli hasta Yair Lapid, conocen la verdad. Saben todo sobre las FDI y casi todo sobre sus crímenes y la forma en que se «investiga» a sí misma, pero les falta el coraje para decir la verdad. Se mienten a sí mismos, en su silencio y en el respaldo que dan al ejército. La derecha, por el contrario, cree que a Israel y las FDI se les permite hacer lo que les plazca, sin que nadie en el mundo pueda cuestionar esto, y que solo el antisemitismo impulsa cualquier crítica al estado. Entre la derecha, que cree que a Israel se le permite todo, y la izquierda, que no se atreve a decir la verdad, la elección es difícil. No hay diferencia y el resultado es el mismo: apoyo a todo lo provocado por la ocupación y falta de voluntad para asumir responsabilidad alguna. Durante dos generaciones ha habido un ejército de ocupación en una tierra ocupada, sin que pase un día en que sus soldados no violen el derecho internacional, con todo un país animándolo. Existe una empresa de asentamiento, de 53 años, con 700.000 colonos, establecida bajo gobiernos de izquierda y fortificada bajo gobiernos de derecha. La mayor parte del mundo dice que se trata de una clara violación del derecho internacional, y el coro israelí ataca furiosamente a cualquiera que desee investigar y castigar a los responsables del crimen de los asentamientos. Tomemos, por ejemplo, el sábado, un hermoso día de fin de semana. Una familia palestina, padres y ocho hijos, salen a su propio terreno para hacer un picnic, donde son atacados y apedreados por colonos enmascarados que vienen del asentamiento de Mitzpeh Yair, en las colinas del sur de Hebrón. Se pueden escuchar gritos de terror en un video grabado por B’Tselem, donde se puede ver al padre llevado a un hospital con la cara sangrando. ¿Es un crimen o no es un crimen? No es la primera vez que el ataque proviene de este violento asentamiento. Y tampoco por última vez, obviamente. No hay ejército, ni policía, ni justicia. Pero hay una respuesta de las autoridades de ocupación: «Israel está al tanto del incidente». Nadie fue arrestado y nadie será arrestado, al igual que nadie fue arrestado después de un asalto a Khalil Haryani, un pastor de 78 años que fue atacado con cadenas, palos y piedras hace dos meses por colonos de la misma Mitzpeh Yair. «Israel está al tanto del incidente». El conocimiento no conduce a ninguna acción. Conocimiento y estímulo. Así es como Israel se investiga a sí mismo. Los líderes de la izquierda y del centro lo saben muy bien. Saben que solo un organismo internacional podría poner fin a esto, pero les falta la integridad y el coraje para decirlo. Aquí es precisamente donde el tribunal de La Haya debe entrar en escena. Aquí es precisamente donde la izquierda debería haber invitado a la corte a hacerlo, y ese es precisamente el lugar donde la política israelí canta en un coro estridente que induce a la desesperación, casi de pared a pared. La identidad del próximo director de este coro es de mucha menos importancia de lo que uno podría pensar. El estilo puede ser diferente, así como el arreglo, pero la canción seguirá siendo la misma canción y el coro el mismo coro. Traducción: Dardo Esterovich

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El Lava Jato desde la Argentina

Fuente: Sebastián Fernández | Nuestras Voces Fecha: 12 de marzo de 2021 Hace unos días, Edson Fachin, juez del Supremo Tribunal de Brasil, anuló todas las condenas contra el ex presidente Lula por corrupción y ordenó comenzar nuevamente la investigación en otros fueros ya que se dio cuenta, apenas cuatro años después de la condena y de que millones de brasileños no pudieran votar por el candidato favorito, que el tribunal de Curitiba no sería el idóneo. El Lava Jato, otrora megacausa, es hoy una operación política en pleno derrumbe.  En julio del 2017, el juez federal Sergio Moro condenó al ex presidente Lula da Silva a nueve años y medio de prisión bajo los cargos de corrupción pasiva y lavado de dinero. Según el Ministerio Público Fiscal de Brasil, el Grupo OAS, una empresa contratista del Estado, habría otorgado un departamento a Lula y realizado reformas en el mismo en las que habría gastado R$ 3,7 millones (unos US$ 1,2 millones). Moro no encontró documentos que involucraran a Lula con la propiedad ni tampoco pudo probar que haya estado alguna vez en la misma. La única prueba fue la denuncia por supuesto soborno contra el ex presidente que el titular de la empresa realizó bajo el régimen de delación premiada con la que consiguió la reducción de su pena. Pese a la escasez probatoria, la condena fue ratificada en segunda instancia por el Tribunal Federal 4 de Porto Alegre, que además amplió a 12 años la condena de Lula por “la convicción nacida del conjunto de indicios”. Tras ser detenido en un operativo transmitido en el mundo entero, Lula fue encarcelado. La ley Ficha Limpia, una alucinación de ONG contraria a la inocencia presunta que él mismo hizo votar, impidió que se presentara a las elecciones presidenciales del 2018 pese a no tener una condena firme. Eso permitió que ganara Jair Bolsonaro, candidato de extrema derecha que apenas asumió nombró al oportuno juez Moro como ministro de Justicia, un encomiable gesto de agradecimiento que cerró el círculo de la persecución política. Unos pocos meses antes de condenar a Lula, Moro fue recibido en Argentina por el entonces presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti junto al entonces ministro de Justicia de Mauricio Macri, Germán Garavano y otros operadores judiciales como Claudio Bonadio, el juez del bolillero mágico que acumuló casi todas las causas referidas a CFK, o el camarista Martín Irurzun, autor de la extravagante “doctrina” homónima que establecía el enorme poder residual de los ex funcionarios kirchneristas imputados e impulsaba la cárcel preventiva para limitarlo. Moro fue recibido como un héroe de la lucha contra la corrupción. El periodista Alconada Mon lo calificó como “el Messi de las investigaciones”. Garavano pidió “aprender del sistema brasileño” y Laura Alonso, la por entonces titular de la Oficina Anticorrupción, declaró que el juez brasileño “representa para muchos de nosotros lo que quisiéramos para la Argentina”. Bonadio lamentó que en Argentina, a diferencia de lo que ocurre en Brasil, la ley exige pruebas y no alcance con las declaraciones de los arrepentidos. Claro, con pruebas condena cualquiera. Según el diario La Nación, “durante todos los encuentros, Moro fue recibido con calidez y aplaudido de pie por los asistentes” y destacó la importancia de la mediatización de los casos y de la colaboración de los empresarios “arrepentidos”. Lo que nosotros solemos llamar la Santísima Trinidad de los medios, la Justicia federal y los servicios. Unos meses después de aquella recepción emocionada, cuando Moro ya había pasado de juez de Lula a ministro de Bolsonaro, el ex ministro Garavano saludó esa designación y propuso mantener “una agenda de cooperación en materia judicial y de lucha contra la corrupción muy valiosa entre ambos países” y la todavía ministra Pum Pum Patricia Bullrich, menos humilde que su colega, explicó: “nosotros somos los maestros de las cosas que está haciendo Moro, que está haciendo Bolsonaro.” Hace unos días, Edson Fachin, juez del Supremo Tribunal de Brasil, anuló todas las condenas contra el ex presidente por corrupción y ordenó comenzar nuevamente la investigación en otros fueros ya que se dio cuenta, apenas cuatro años después de la condena y de que millones de brasileños no pudieran votar por el candidato favorito, que el tribunal de Curitiba, el feudo del ex juez anticorrupción, no sería el idóneo. El Lava Jato, otrora megacausa, es hoy una operación política en pleno derrumbe. Como escribió Graciana Peñafort, abogada de Amado Boudou junto a Alejandro Rúa: “Lula condenado NO pidió un indulto, pidió que se revisara su condena. Y lo consiguió y hoy el Tribunal Supremo Federal las anuló. En Argentina, Boudou NO pidió un indulto, pidió que se revisara su condena. Pero nuestra Corte Suprema no revisó nada y cerró el reclamo sin explicar.” Ser aún peor que sus desprestigiados colegas brasileños es sin duda otra proeza de nuestros jueces supremos, aunque debemos reconocer que la Justicia federal argentina no tuvo el mismo éxito que su vecina. Aunque encarceló a ex funcionarios kirchneristas, incluyendo a un diputado desaforado sin siquiera una condena de primera instancia o al ex vicepresidente condenado gracias a un oportuno testigo pago, no pudo emular a Moro. Pese a los deseos de los funcionarios de Cambiemos, en nuestro caso la favorita sí pudo presentarse a elecciones y sacarlos del gobierno en primera vuelta.

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