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Distribución de los ingresos, ¿Qué es?

Por: Hache Gurvit La redistribución de los ingresos es la transferencia de ingresos de unas personas a otras. El término se refiere a redistribución en un contexto económico amplio más que entre individuos específicos, y a quitar a quienes tienen más para transferir a quienes tienen menos. Se habla de redistribución de la riqueza, mientras que lo que realmente se hace es redistribución de los ingresos, a través de impuestos sobre la renta, que son los más extendidos; los ingresos se distribuirían con impuestos sobre el patrimonio, servicios públicos, subsidios, confiscaciones, bienes personales, etc. Cuando hablamos de ingresos entonces, decimos que provienen de múltiples canales. Hoy, en la mayoría de países democráticos (pero también en muchos regímenes autoritarios) se practica alguna forma de redistribución de ingresos. Un contribuyente con ingresos altos soportará una tasa impositiva mayor que otro con ingresos bajos. O al menos es lo que se pretende, aunque no siempre es así. Otro método de redistribución basado en los impuestos es el impuesto sobre la renta negativo: los contribuyentes de muy bajos ingresos no pagan impuesto sobre la renta, sino que lo cobran, porque el Estado les abona una cantidad para complementar sus ingresos. En Argentina se ve reflejado en subsidios a ciertos servicios, transporte, etc. que son parte de lo que en economía se denomina “salario encubierto”. Algunos tipos de redistribución estatal de ingresos son: Los subsidios (como el de desempleo o el de enfermedad o en los servicios). Las pensiones​ (de vejez, de discapacidad, de orfandad y otras) El sistema sanitario público. El sistema educativo público. Los vales (de comida, por ejemplo, cuando los hay). Los planes como el REPRO (Programa de recuperación productiva – paga una parte de los salarios), AUH, PROGESAR y otros. Luego, esa distribución se cuantifica. Se la pone en números. Con varios parámetros, pero el mas conocido es el Índice de Gini. La diferencia entre el índice de Gini de distribución de ingresos antes de implementar un impuesto y el índice de Gini después de implementado es un indicador de los efectos en la redistribución de dichos impuestos. Veremos, más adelante, qué es el índice de GINI. Ciertos impuestos terminan no produciendo cambios significativos. Los economistas marxistas, no todos, argumentan que las políticas para redistribuir ingresos– como el subsidio por desempleo y otros beneficios crean más contradicciones en el capitalismo, al limitar más la eficacia del sistema capitalista mediante la reducción de incentivos para que los capitalistas inviertan en aumentar la producción. Parece un contrasentido, y creo que lo es. En la visión marxista, la redistribución no puede resolver las cuestiones de fondo del capitalismo. Pero hoy no se está discutiendo el país de los soviets frente al capitalismo. Estamos discutiendo entre un capitalismo de mercado y un capitalismo de control estatal, planificado. En China hay un capitalismo planificado, en Rusia hay un capitalismo mucho más regulado, en EEUU hay un capitalismo más de mercado. El estado es el que debe insertarse en esos ingresos y distribuirlos. Ciertos sectores reniegan del estado, pero lo quieren para si para poder distribuir según su conveniencia. Como decíamos antes, los efectos de estas políticas pueden medirse a través de los índices de GINI antes y después de aplicarlas. Qué es el índice GINI: El coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad ideada por el estadístico italiano Corrado Gini. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad en los ingresos, dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual; por ejemplo la de la riqueza que es otra forma de distribución más compleja y complicada de resolver (los latifundios, por ejemplo). El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos, mensura a discutir sobre qué significa “los mismos ingresos”) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad. Sintetizando mucho: es una variable que toma en cuenta la población (con sus discriminaciones, en general deciles y el EPH (Encuesta Permanente de Hogares) y los ingresos y hace algunas cuentas. En suma, toma todos los ingresos y ve cómo se distribuyen (datos que el INDEC tiene) y una no tan simple cuenta nos dice cómo está el índice. Hablemos del IVA versus el IMPUESTO A LAS GANANCIAS. Los impuestos regresivos y los progresivos. Se dice que el IVA es un impuesto regresivo porque lo paga de igual modo el pobre que el rico. Es el mismo porcentaje. Y es ineludible. Salvo algunas modificaciones que se aplicaron recientemente de modo que algunos productos para algunas personas no lo pagan integro. Pero es uno de los impuestos que mas aporta a los ingresos a distribuir. El impuesto a las ganancias es progresivo y siempre fue una lucha cobrarlo. En el sentido de que se encubre, se subfactura, etc. Datos del INDEC al 29/06/2021 Evolución de la distribución del ingreso (EPH: Encuesta Permanente de Hogares) Los resultados del primer trimestre de 2021 correspondientes a los 31 aglomerados urbanos que releva la EPH registraron que el ingreso promedio per cápita del total de la población, que corresponde a 28.806.672 personas, alcanzó los $25.284, mientras que la mediana (justo el medio de la escala) del ingreso per cápita fue de $18.333. De esto se deduce que la franja entre los 25.284 y 18.333 están por encima de la mediana, es decir hay muchos más grupos familiares que cobran menos de 25.284 que los que cobran más que esa cantidad. Lo cual es razonable en el sentido de que la mayoría del espectro tiene menores ingresos. Al primer decil (el mas rico) le corresponde un 2.7% del total de ingresos Al 10mo decil el 24% El índice GINI está en 0.445 (afirman los economistas que es muy difícil bajar sustancialmente ese índice).

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¿Un odio único? El debate sobre el antisemitismo llega al corazón de la visión sionista clásica

En la refriega en curso en torno al discurso de Yair Lapid sobre el lugar del antisemitismo en la familia de los odios, surge un ajuste de cuentas tácito entre las expectativas sionistas y una amarga realidad. Por HAVIV RETTIG GUR | The Times of Israel (26 de julio de 2021) Imagen principal de AP: Tumbas etiquetadas con esvásticas en un cementerio judío en Westhoffen, este de Francia, 3 de diciembre de 2019. El 14 de julio, el ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, sugirió en un discurso que el antisemitismo no era tan especial como muchos judíos creen, sino que no es más que un fanatismo entre muchos en el rico y variado mosaico del odio humano. El antisemitismo, dijo en la Conferencia Global para Combatir el Antisemitismo reunida en Jerusalén, “existe en todas partes…. Los antisemitas no solo estaban en el gueto de Budapest ”de la juventud de su padre, sobreviviente del Holocausto. “Los antisemitas eran traficantes de esclavos que arrojaban esclavos encadenados por la borda al océano. Los antisemitas eran miembros de la tribu Hutu de Ruanda que masacraron a miembros de la tribu Tutsi. Los antisemitas son los extremistas musulmanes que mataron a 20 millones de musulmanes en la última década. Los antisemitas son Estado Islámico y Boko Haram. Los antisemitas son personas que golpean hasta matar a los miembros jóvenes de la comunidad LGBT ” De hecho, dijo Lapid, “los antisemitas son todos aquellos que persiguen a las personas no por lo que han hecho, sino por lo que son, por cómo nacieron…. El antisemitismo no es el primer nombre del odio, es el apellido; son todos aquellos consumidos por el odio hasta el punto de que quieren asesinar y destruir y perseguir y desterrar a las personas solo porque son diferentes”. Si bien afirmó que el Holocausto fue único en la historia de la humanidad, “el antisemitismo moderno, al que nos enfrentamos hoy, existe en todas partes. Y para combatirlo, necesitamos aliados». Sus comentarios encendieron una tormenta de críticas y una feroz pelea de izquierda a derecha en los medios de comunicación en idioma hebreo. Los derechistas, liderados por el líder de la oposición Benjamin Netanyahu, criticaron los comentarios de Lapid como «escandalosos e irresponsables, deformando la historia y vaciando el concepto de antisemitismo de todo su contenido».El líder del partido Yesh Atid, Yair Lapid, en una reunión de facciones en la Knesset el 10 de mayo de 2021 (Yonatan Sindel / Flash90). «Si bien el antisemitismo, el odio a los judíos, es parte del fenómeno humano general del odio a los demás», dijo Netanyahu en respuesta, «es diferente de él en intensidad, en su durabilidad durante milenios y en la ideología asesina alimentada durante generaciones para prepararse». el camino para el exterminio de los judíos». Al afirmar que el antisemitismo «no es solo odio a los judíos, sino odio a la gente en general», la declaración de Lapid «margina la singularidad del odio a los judíos en la historia y la escala de la tragedia del Holocausto, que destruyó un tercio de nuestra gente.» A medida que la discusión se calentaba a lo largo de líneas partidistas, los dos hombres se acusaron mutuamente de dañar profundamente la causa de la lucha contra el antisemitismo. «Si así es como habla el ministro de Relaciones Exteriores», advirtió Netanyahu, «¿cómo puede el Estado de Israel seguir exigiendo a otras naciones que continúen invirtiendo esfuerzos especiales en la protección de las comunidades judías en el extranjero?» Etiquetando a sus críticos de «extrema derecha», Lapid a su vez los acusó de «no sólo querer destruir la sociedad israelí, sino también para ganar puntos políticos, estar dispuesto a ayudar a los antisemitas» al «inundar las redes sociales con fragmentos descontextualizados del discurso».El líder de la oposición, Benjamin Netanyahu, habla en el pleno de la Knesset el 12 de julio de 2021 (Olivier Fitoussi / Flash90). Jugar a la política con antisemitismo Fue una pelea típica de las disputas políticas israelíes. Un lector atento del intercambio de opiniones en los medios israelíes en los últimos días (Israel Hayom reprendió repetidamente a Lapid, Haaretz lo defendió repetidamente) podría aprender más sobre la aversión de cada campo político por el otro que sobre el antisemitismo en sí. ¿Cuál fue precisamente la denuncia contra Lapid? Lapid con su padre Tommy en la década de 1980. (Moshe Sinai / Flash90) Netanyahu acusó a Lapid de «minimizar la escala de la tragedia del Holocausto», pero Lapid declaró sin rodeos que «no había nada como el Holocausto en todos los anales de la humanidad». De hecho, su discurso comenzó con la historia de su padre Tommy, de 13 años, pasando su bar mitzvah en las aterradoras condiciones del gueto de Budapest a finales de 1944. En ese momento, relató, el padre de Tommy, el abuelo de Lapid, “ya ​​estaba muerto en las cámaras de gas del campo de concentración de Mauthausen «. Y el propio Netanyahu, incluso cuando criticó a Lapid por generalizar sobre el antisemitismo, reconoció que era «parte del fenómeno humano general del odio a los demás». Lapid colocó enfáticamente el antisemitismo en la cima de la jerarquía de los odios humanos – su “apellido” – y llamó el “límite extremo” del odio del Holocausto, que no se parece a nada experimentado o perpetrado por seres humanos. El antisemitismo, incluso sugirió Lapid, era la veleta que mostraba hacia dónde se dirigía el zeitgeist. Comienza con los judíos, advirtió, pero «debemos decir [a nuestros aliados] que el antisemitismo nunca se detiene solo en los judíos». Entonces, ¿qué se equivocó Lapid y por qué sus críticos no parecían capaces de articular su error de manera clara y precisa? ¿Fue una mezquina politiquería entre dos rivales o un debate más serio? ¿Es el antisemitismo, como creen tantos israelíes, en algún sentido categórico profundo único entre los odios humanos, o es simplemente una variante especialmente aguda del mismo fenómeno básico?Soldados alemanes y húngaros transportan judíos al teatro Varosi en Budapest, octubre de 1944. (Bundesarchiv bild) El antisemitismo como rebelión “Si el judío no existiera, el antisemita lo inventaría”, decretó el filósofo francés Jean-Paul Sartre en un amargo ensayo

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El mejor homenaje a las victimas es terminar con la impunidad

Declaración del Llamamiento Argentino Judío El viernes 16 de julio, a dos días de cumplirse 27 años del atentado a la AMIA, el Tribunal Oral Federal en lo Penal No. 8 convocó a una audiencia para tratar las nulidades que han sido denunciadas en la causa del memorándum, artificialmente reactivada por una injustificada querella de la DAIA.  El LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDIO, se ha adherido como Amicus Curiae a los recursos de nulidad al considerar que la causa denominada «Memorandum» fue el resultado de un intento de persecución política y de proscripción hacia los acusados. La única deuda que la Justicia y el Estado argentino tienen con las víctimas y sus familiares es la verdad sobre lo sucedido en 1994: los instigadores, los autores y los cómplices continúan impunes mientras diversos actores institucionales contribuyen a ampliar el limbo jurídico que les ofrecen protección. El único homenaje a las víctimas y sus familiares es la verdad. Marcelo Horestein, Presidente Pablo Gorodneff, Secretario General

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INTERNAS DERECHAS

Por: JORGE ELBAUM | El Cohete a la Luna (27 de junio de 2021) Las querellas al interior de la coalición de Juntos por el Cambio están atravesadas por enconos indisimulados, desconfianzas insuperables y competencias por sobrevivencias políticas futuras. Los forcejeos preelectorales evidencian más de lo que ocultan. La disputa de fondo entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta encolumna al resto de los socios en una puja que empieza a exhibir el verdadero perfil de sus integrantes y la impronta que los vio nacer como formación política. Mientras el ex Presidente se aferra a la conformación de una red de contención que le permita defenderse de los variados delitos cometidos, el actual jefe de gobierno busca pasteurizar su candidatura del 2023 tirando por la borda los lastres que puedan potencialmente contaminarlo. El fundador del PRO logró ponerlo en palabras, sin excluirse: “En el cierre de lista se ve lo peor, las miserias humanas”. Las huestes cambiemitas se enfrentan a un calendario electoral complejo, salpicado de zancadillas y cuentas cruzadas que empiezan a ser conocidas. Lo que está en disputa, en términos estructurales, es: La posibilidad de que Mauricio Macri sea abandonado a su suerte en las causas vinculadas al Correo, al espionaje perpetrado desde la AFI durante su gobierno, a los vínculos con Odebrecht, el Meinl Bank y los negociados con los parques eólicos. El contacto privilegiado con los poderes fácticos, que incluyen a la Justicia federal, las corporaciones y los vínculos con la embajada de Estados Unidos. El protagonismo frente a la trifecta mediática conformada por los grupos Clarín, La Nación e Infobae, encargados de llevar a cabo la campaña electoral opositora. Estos tres ejes encauzan el conflicto de Juntos por el Cambio a nivel nacional aunque se expresan en forma prioritaria en dos distritos: la Provincia de Buenos Aires y la ciudad gobernada por Larreta. Mauricio Macri respalda a su primo Jorge –intendente de Vicente López– con el objeto de coartar el desembarco de Diego Santilli, delfín de Larreta, que busca posicionarse en el territorio donde se disputa un tercio de los sufragios nacionales. La última reunión de sus máximos dirigentes se llevó a cabo el último miércoles en el coqueto salón palermitano conocido como Galpón Milagros. Del cónclave participaron los cuatro socios medulares de la coalición: el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el Peronismo Republicano. El desenlace de ese encuentro supuso una triunfo circunstancial para el ex Presidente, quien logró imponer cuatro medidas destinadas a debilitar las ínfulas de Larreta, pavimentadas desde hace un año y medio por la trifecta mediática. Se decidió que la estrategia electoral en la Provincia de Buenos Aires sea resuelta por las autoridades partidarias del distrito: el triunvirato que conforman el primo Jorge junto a Maximiliano Abad –titular del radicalismo residual bonaerense– y el jefe de los lilitos, el senador provincial Andrés de Leo. Esa medida, impuesta por los Macri, se diseñó para impedir que Santilli atraviese de forma cómoda la General Paz. Si quiere jugar, le notificaron, deberá competir en unas PASO contra el candidato de los Macri y/o del radicalismo. En esa lista están anotados el neurólogo Facundo Manes, Elisa Carrió y Emilio Monzó, entre otros. Con ese mismo cometido se recomendó que los dirigentes con responsabilidad de gestión no se presentaran como candidatos este año, lo que supone un segundo dardo contra el larretismo, que promueve a su vicejefe, quien sustenta –además– el cargo de máximo responsable de la seguridad metropolitana. La tercera disposición también tuvo un destinatario preciso: contra la opinión del jefe de gobierno porteño, se resolvió darle continuidad al nombre de la coalición (Juntos por el Cambio). Larreta pretendía modificar la marca para transmitir la sensación de renovación y mayor amplitud, refrendada con la incorporación de nuevos socios. La frustración de los larretistas fue indisimulable: se les cercenó –en pleno Galpón Milagros– una puesta en escena de alternativas de nombres para la alianza, que incluía la presentación de logotipos, isologos y merchandising al tono. La cuarta resolución también tuvo como víctima al larretismo: se dispuso que las direcciones distritales decidirán un piso porcentual alto para aquellos que quieran participar en las PASO de la coalición. La traducción de esta medida es la cuasi exclusión de potenciales aliados con los que negociaba el larretismo para figurar un maquillaje de amplitud. De esta manera, José Luis Espert, Margarita Stolbizer, Ricardo López Murphy y Javier Milei se verán obligados a competir por fuera de las listas cambiemitas, con el riesgo de restarle algunos porcentajes de votos al macrismo. Subterfugios en debate Los argumentos con los que se esconde el conflicto de fondo remiten a que Jorge Macri considera que la estrategia de Larreta es apresurada: asegura que 2023 es una fecha lejana y que ahora hay que consolidar la coalición existente. El intendente de Vicente López insiste en que debe imponerse un candidato de unidad provincial al tope de la lista de candidatos a diputados y que una PASO entre él, Santilli, Monzó y Manes sólo debilitaría el entramado presente y futuro. La contienda es tan evidente que los primos tomaron la decisión de unirse al radicalismo –llevando como candidato a Manes– en el caso de que Santilli decida desembarcar en territorio bonaerense: la sobrevivencia de Mauricio, señalan en el entorno de Patricia Bullrich, es más relevante que el potencial derrotero de Larreta a las presidenciales de 2023. Existen dos escenarios, graficó un consultor que colabora con la estrategia del ex Presidente: la de máxima, volver a ser candidato en el ‘23; la de mínima, condicionar a Larreta para que su potencial triunfo esté amarrado a las decisiones de quien se considera el cofundador del espacio junto a Ernesto Sanz y Lilita Carrió. En otras palabras: Mauricio Macri no está dispuesto a tolerar –sin dar batalla– ningún triunfo electoral de Horacio Rodríguez Larreta en 2021 que lo potencie como candidato natural para 2023, posición que se reserva para sí. La disputa incluye al territorio porteño, donde el Hada Buena ha sido recibida con loas por Larreta. La decisión de

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Carta de intelectuales: el sentido desestabilizador de un texto desesperado

Por EDGARDO MOCCA| El Destape (26 DE JUNIO 2021) Un texto político escrito por un conjunto de personas que trabajan en la cultura podría ser un buen motivo de conversación política. En el caso del texto recientemente publicado por los intelectuales macristas, podría haber sido, pero no fue. Un texto que le reclama al macrismo que se ponga los pantalones para enfrentar al oficialismo en nombre de las instituciones, la democracia, etcétera, no tiene por dónde ser “discutido”. Pero un texto como éste, sin mayor interés, puede también ser pensado desde su contexto. Los intelectuales salen a “llenar un vacío”. ¿Por qué? Porque los políticos de Juntos por el Cambio están todo el tiempo arreglando sus cuestiones internas y dejan de lado las urgencias que vivimos, que -como todo el mundo sabe- son los peligros de que el peronismo gane las próximas elecciones y después destruya las instituciones democráticas. Entonces, los demócratas y patriotas tienen que reaccionar “desde fuera de la política” o por lo menos desde fuera de los partidos políticos. ¿Desde dónde emana la posibilidad de reivindicar ese trato con la política desde fuera de sus antros, cargados de intereses personales y cálculos burocráticos? La posibilidad consiste en que quienes escriben son “intelectuales”. Se podría discutir por qué una científica, un actor de televisión o un escritor son más intelectuales que un político, y sería muy difícil explicarlo. Pero no entremos allí porque nos iríamos de tema. El hecho es que la amplia diversidad de los oficios de quienes firman el documento reconoce, sin embargo, un rasgo común: la gran mayoría de ellxs son personas de una importante exposición mediática; la televisión los ha reclutado de una manera u otra. No hay reproche en esta constatación. No se discute ni el derecho a expresarse, ni las condiciones intelectuales de cada uno. No se habla aquí de derechos de opinión, se pretende explicar un hecho, no de impugnarlo o justificarlo. Y el hecho es que un grupo de personas, mediáticamente conocidas toma el lugar de la política, es decir el lugar de lo universal que tiene preminencia por sobre lo corporativo. Las personas notables en los medios de comunicación tienden a ocupar un lugar central en la política desde hace, por lo menos treinta años en nuestro país y en todo el mundo. No hay en eso ninguna novedad. Si hay una novedad está en la dramática urgencia de los enunciados del pronunciamiento y en el reclamo a “los propios” de ponerse a la altura de esa urgencia. Preocupación e impaciencia porque desde la estructura de Juntos por el Cambio se difunde el espectáculo de las internas al rojo vivo y de amplia difusión, lo que, combinado con los propósitos autoritarios del oficialismo que se denuncian en el texto, conforma un escenario de peligro. Es un grito de alerta surgido desde fuera del sistema político institucionalizado: ¡basta de internas porque la democracia está en peligro! Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia. SUSCRIBITE A EL DESTAPE  Vamos a dejar de lado el obvio sentido propagandístico-partisano (y visiblemente absurdo) de este grito. Tomémoslo en serio por un momento. ¿Cuáles podrían ser las consecuencias políticas de este pronunciamiento político? Básicamente serían dos: la corrección de la política opositora o la indiferencia. La primera luce bastante problemática: salir del territorio de las internas cuando se están disputando las listas electorales no es, ciertamente, algo previsible. Pero supongamos que pudiera ocurrir. ¿Cuál sería la forma de expresar consciencia ante la grave amenaza? Pues sería recuperar lo que, por lo visto, los firmantes consideran el nudo esencial del drama político, es decir la decisión a enfrentar el ansia de poder autoritario del Frente de Todos. ¿Y cómo se haría esto? Si las internas deben ser corridas del centro, ¿cómo se alcanzaría el objetivo de la defensa de la democracia? Dicho de otro modo: cómo se hace en general para enfrentar un proceso de conquista autoritaria del poder de otra manera que no sean los votos. La pregunta nos remite a la historia. ¿Cómo se resolvió históricamente en Argentina el problema de la vigencia de proyectos “autoritarios”, “populistas”, “personalistas”, apoyados por amplias mayorías en las urnas? Bueno, todos sabemos cómo. Hace unos días se cumplió un nuevo aniversario del día en que los aviones que tenían inscripta la frase “Cristo vence” procedieron a comenzar la demolición del gobierno de Perón, sin darle la mínima importancia a las vidas que el acto terrorista (el mayor de nuestra historia) se cobró. No se permitió, así, que el populismo cumpliera sus terribles designios.  El término “intelectual” parece contagiar prestigio a las personas que así son designadas o se designan a sí mismas. Además, a la hora de defender la patria y la democracia, parecería que no hay nada mejor que los intelectuales. Porque, como se sabe, a ellxs no les importan los votos ni los cargos, no tienen preferencias partidistas sino obsesiones patrióticas, no usan las armas sino la inteligencia. En fin, son la civilización en tanto tal… Si hasta dan ganas de expresar solidaridad con los candidatos del Pro que se sacan los ojos por encabezar la lista en capital o en provincia. Finalmente ellos están efectivamente apostando por la democracia. Quieren (por lo menos por ahora) que los votos decidan el futuro del país. El documento intelectual es un acto de propaganda. Eso no tiene nada de censurable. Como tampoco es censurable que surjan voces ajenas (o más o menos ajenas) a los partidos que intervengan en el debate público. El problema, en este caso, es, ni más ni menos, el contenido de la intervención. No por lo que dice que, hay que insistir, no tiene casi ninguna importancia. Sino por lo que no dice. Lo que no dice es qué hacemos si no podemos evitar lo que queremos evitar en la próxima elección legislativa. Porque elecciones va a haber. Y una probabilidad es que las gane el oficialismo. ¿Y entonces? ¿Dejamos que el país se convierta en Venezuela, o en Bielorrusia o

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La deuda, siempre la deuda

Por: Carlos Heller | Tiempo Argentino (26 de junio de 2021) (Dip. Nac. Frente de Todos. Presidente P. Solidario) Uno de los temas a destacar esta semana es el favorable acuerdo que alcanzó el equipo económico argentino con el Club de París, un conglomerado de acreedores de Argentina, dentro de los cuales Alemania y Japón concentran más del 60% de la deuda. Esta había sido reestructurada en el año 2014. A partir de ese entonces, se abonaría el monto adeudado durante los cinco años subsiguientes. Pero durante la gestión macrista se incumplió el pago de la última cuota en 2019, decisión que generó un aumento de los intereses al 9% anual. Se adeudan 2450 millones de dólares que vencen a fines del mes próximo. Luego de las negociaciones que encabezó el ministro Martín Guzmán en estos días, se acordó hacer frente a solo 430 millones de dólares en dos cuotas, en julio de este año y febrero de 2022, lo que implica un alivio financiero de aproximadamente 2000 millones de dólares hasta marzo de 2022, cuando se espera llegar a un acuerdo más permanente. Por su parte el FMI, el otro organismo con el cual la Argentina planea reestructurar la deuda de 45 mil millones de dólares que heredó, avaló el acuerdo alcanzado con el Club de París y adelantó que espera reunirse con el equipo económico argentino en el marco de la cumbre que realizará el G20 el mes próximo. No hay que perder de vista el sendero que viene recorriendo el actual gobierno en materia de alivio de deuda. Una tarea que implica convertir en posible de administrar un esquema de endeudamiento que era imposible de afrontar. En palabras del presidente Alberto Fernández en su participación en el 48° Congreso Nacional Bancario: “Cuando ganamos las elecciones, llegamos con el ímpetu de poner a la Argentina de pie, pero nos encontramos con un país caído y con un presidente que había puesto a la Nación de rodillas con un crédito que sabía que nunca iba a poder pagar”. Siguiendo esta línea, el ministro Martín Guzmán expresó esta semana en C5N, refiriéndose a la gestión anterior, que “había dejado una escasez de dólares muy brutal. Eso significa menos capacidad de producción, menos capacidad de empleo, más inflación, deudas en dólares insostenibles” para resaltar que “la deuda no es una cuestión abstracta”. Si bien se siguen sucediendo los distintos comentarios acerca de que este gobierno no tiene un plan, el presidente fue categórico: “Tenemos un plan: cuidar a los argentinos. Un proyecto: que vuelva el trabajo. Una decisión: poner a la Argentina de pie. Tenemos la convicción de que no vamos a ceder ante nadie para lograr esos objetivos”. Los hechos se encargan de demostrar la veracidad de estas expresiones. Uno de ellos fue el exitoso alivio financiero que se logró el año pasado con los acreedores privados, que implicó un ahorro de 37.700 millones de dólares en una década. Como lo manifestó reiteradas veces Guzmán, se están dando pasos concretos para “tranquilizar” la economía. No solo en el plano externo, sino también al interior de la economía argentina. En una reciente entrevista el funcionario señaló: “No es casualidad que la economía se esté recuperando a la velocidad a la que lo está haciendo, es la consecuencia de políticas públicas que preservaron la capacidad productiva de nuestra economía”. Es decir, un Estado actuando activamente para enfrentar los difíciles problemas que nos imponen las pandemias. En este entorno, el gobierno está manejando las políticas públicas de modo tal que argentinas y argentinos estemos de la mejor manera que se podría estar y, principalmente, con perspectivas de una recuperación que ya se observa en varios sectores. La cuestión de la carne El gobierno estableció esta semana una reapertura parcial de las exportaciones de carne vacuna. Este período de evaluación del sector arrojó interesantes resultados que permitieron tomar medidas enfocadas en una mejora en las condiciones de acceso a los distintos cortes de carne en el mercado interno. Pero analicemos brevemente la realidad de este mercado: a pesar de la fuerte reducción en el consumo per cápita argentino de carne vacuna (había alcanzado un pico de 69 kilos por año en 2009 y en la actualidad se encuentra en los 44 kilos en promedio) los hogares argentinos destinan actualmente una significativa parte del gasto promedio familiar a la compra de carne vacuna, proporción influida por los altos precios. Durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se implementaron distintas herramientas en el sector, entre las que se destacan: retenciones para desacoplar los precios de exportación con respecto a los domésticos, cupos de exportación para permitir el abastecimiento local a precios accesibles y el monitoreo de los principales mercados locales para evitar maniobras especulativas, entre otras. Todas ellas fueron eliminadas o reducidas durante el gobierno de Macri, en aras de consolidar la tan mentada “libertad de mercado”. Dicha liberalización generó una serie de efectos que beneficiaron a un reducido grupo de exportadores, quienes vieron incrementarse sus ventas en cantidad y precio, al tiempo que los consumidores argentinos debieron afrontar valores en ascenso y menor disponibilidad del producto. Según las estadísticas oficiales, mientras que en 2015 se exportaron casi 200 mil toneladas de carne bovina, en 2019 esa cifra se cuadruplicó llegando a casi 850 mil toneladas. También aumentaron los valores exportados: 867 millones de dólares se vendieron al exterior durante 2015 contra 3000 millones en 2019. A su vez, la participación de las ventas externas en la producción del sector pasó del 7,7% en 2015 al 21,7% en 2019, dejando cada vez una menor cantidad destinada al mercado doméstico. Esta consecuencia fue descripta por el presidente Alberto Fernández el mes pasado: “Celebro que la Argentina exporte carne, pero no que hagan pagar a los argentinos el precio que les hacen pagar por la carne, y que les den una migaja de 8000 toneladas de carne cuando acá se consumen 200 mil”. Mientras que el promedio de aumento del precio de los alimentos en el

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Cómo escribir sobre Horacio González

Por Ricardo Forster, 23 de junio de 2021 | Página/12 Cómo escribir, mientras la tristeza me recorre el alma, sobre alguien que hizo de la escritura un arte sublime. Que transformó su pasión argentina en una aventura intelectual construida desde la intensidad de un lenguaje único, laberíntico, exuberante y de una belleza que desafía la inteligencia de los lectores. Cómo escribir de alguien que hizo de la enseñanza una experiencia capaz de conmover a miles de estudiantes. Cómo escribir de alguien que le dio a la palabra “maestro” una nueva significación convocando, en su larga y prolongada caminata universitaria, a varias generaciones de discípulos que disfrutaron de su generosidad.  Cómo escribir de alguien que vivió con una intensidad y compromiso desbordante la larga travesía de un país siempre en estado de provisionalidad, de crisis y de esperanza. Cómo escribir de alguien que cultivó la amistad como si fuera una obra de arte, atravesada por conversaciones infinitas, escuchas persistentes y comprensivas, complicidades capaces de conjurarse para diseñar mil proyectos de revistas, de cátedras, de espacios políticos, de congresos contra académicos.  Cómo escribir sobre alguien que fue construyendo su andadura acumulando bibliotecas enteras en su acervo de lector infatigable; de alguien que hizo de la erudición un gesto de humildad mientras nos dejaba sin respiro a sus lectores entusiasmados tratando de seguirle la pista a sus pesquisas que podían surcar geografías muy diferentes. Cómo escribir de alguien que hizo del peronismo la materia desbordante de sus indagaciones interminables, que supo interpelarlo con una agudeza y una originalidad inigualable al mismo tiempo que lo vivió en la plenitud y en el desconsuelo del entusiasmo político.  Cómo escribir de alguien que nunca renunció a un lenguaje y a una escritura copiosas -algunos dirían “barrocas” creyendo que lo disminuían- y que jamás subestimó la inteligencia de sus lectores ni buscó quitarles su dimensión emancipadora. Cómo escribir de alguien que prefería el anacronismo a las modas pasajeras, que elegía las causas perdidas a los dispositivos legitimadores. Cómo escribir sobre alguien que sentía en carne propia la tragedia de nuestra época y que buscaba la clave que le permitiese descifrar el misterio de nuestra deriva histórica.  Cómo escribir sobre alguien que construyó un estilo único, inclasificable e imposible de imitar porque, eso lo sentía y lo expresaba, un estilo es el cuerpo del escritor, su encarnación, su idiosincrasia, su personalidad y su concepción del mundo. Cómo escribir de alguien que llegó a la Biblioteca Nacional, la de Groussac y Borges, y la cambió para siempre convirtiéndola en un eje de la vida cultural y en un espacio vital en el que los libros, satisfechos, se sintieron partícipes de un jolgorio de lecturas, músicas, exposiciones, presentaciones, debates políticos, simposios internacionales sobre cine, teatro, poesía, filosofía, arquitectura, ciudades y cuanto tema y cuestión cayeran en el radar de un hombre infatigable a la hora de hacer del edificio diseñado por Clorindo Testa el sitio más espléndido para dejar que la cultura volara cada vez más alto.  Cómo escribir de alguien que habitó los bares de Buenos Aires, que hizo de ellos un lugar imborrable, espacio del encuentro con los amigos, de conversaciones guarecidas por la serenidad nocturna y que se convirtieron esos bares, para él, en su lugar de lectura y escritura, en su propio vientre materno. Cómo escribir de Horacio González sin detenerse en cada una de las estaciones de su vida, en cada uno de esos lugares que frecuentó y en esos espectros -sus amigos, como Roberto Carri, David Viñas, León Rozitchner o Nicolás Casullo, apenas para citar a algunos- con los que nunca dejó de conversar. Acaso con Horacio se va el último de quienes constituyeron un mundo intelectual, político y cultural que se ha desvanecido. Un mundo en el que la pasión de la revolución se entrecruzaba con la búsqueda de la palabra justa capaz de darle al poema, a la novela o al ensayo su potencia y su esplendor. Un mundo en el que se podían encontrar lo plebeyo de un ideal justiciero con la urdimbre refinada de un lector de alturas. Un mundo que incluía a su Villa Pueyrredón de infancia y adolescencia con sus inolvidables conferencias parisinas sobre “retórica y locura” en las que elaboró una teoría de la cultura argentina.  Cómo escribir de alguien que, como dijo sabiamente Mauricio Kartún, “es como un relámpago, en un instante breve ilumina un territorio y cuando desaparece, la imagen queda inscripta adentro tuyo”. Eso produce Horacio en quien lo escucha. Su hablar espiralado que va desgranando un tumulto de ideas y de imágenes que siguen fluyendo en quien lo escucha aunque el tiempo de la comprensión no deja de demorarse. Una huella que persiste, que no se borra, que nos hace recorrer el camino sin tener prisas para llegar a destino. Con Horacio uno sigue las huellas de una indagación que nunca termina. Internarse en sus libros constituye una experiencia prodigiosa, una aventura de la que no se vuelve al punto de partida. Un gozoso extravío. Lo veo a Horacio hablando ante una audiencia numerosa, mirando hacia un punto lejano, dejándose llevar por la ondulación de sus frases, buscando la ilación de un pensamiento que se calienta de a poco y que termina creando un clima único y enigmático en el que cada uno de los que están atravesando la aventura de escucharlo siente que algo de esa prodigiosa inteligencia lo toca y lo inspira. Con Horacio González se va, quizás, el último de los grandes intelectuales argentinos. Alguien que supo conjugar la pasión política, la sed de emancipación e igualdad, el cultivo de la amistad construida como si fuera una torre de babel en la que todas las ideas y todos los idiomas se entremezclan gustosamente, y el maestro insobornable de causas nobles destinadas a galopar sin un destino cierto ni garantías de éxito. Con Horacio González se va una parte mayúscula de nuestro mundo. Sin su palabra, sin su escritura la época se vuelve más oscura e indescifrable.  Nota relacionada: Horacio

Comunicados y Declaraciones, Nacionales, Portada

REUNIÓN CON EL PRESIDENTE DE LA NACIÓN

El Dr. Alberto Fernández recibió el martes 22 en la Casa Rosada a una delegación del LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO, integrada por su Presidente Marcelo Horestein y los integrantes de su Consejo Directivo: Miriam Safirsztein, Pablo Gorodneff, Luis Kon y Jorge Elbaum. Acompañaron al primer mandatario el Secretario de Culto de la Nación, Guillermo Olivieri y el Secretario General de la Presidencia Julio Vitobello. Durante la reunión, Marcelo Horestein detalló la historia del LLAMAMIENTO y las iniciativas que desarrolla la institución en relación a la lucha contra toda forma de discriminación. Por su parte Luis Kon fundamentó el pedido de nulidad llevado a cabo ante el TOF 8 para que cese la persecución contra la actual Vicepresidenta y otros dirigentes del campo popular. Por su parte, Safirzstein y Gorodneff puntualizaron que el LLAMAMIENTO expresa al sector nacional, popular y progresista –dentro de la colectividad– mientras que la DAIA expresa al sector articulado con la derecha local e internacional. Esta diferenciación, puntualizó Elbaum, amerita que se convoque también a nuestra entidad ante las diferentes circunstancias vinculadas con las problemáticas de la colectividad argentino-judía. En un excelente clima, el Presidente Fernández valoró el activismo comunitario e historizó aspectos ligados a las causas de los atentados a la Embajada de Israel en 1992 y de la AMIA en 1994, comprometiéndose a redoblar el esfuerzo para lograr justicia. Antes de finalizar la reunión se estableció el compromiso de articular iniciativas destinadas a profundizar la tarea de promover el valor de la diversidad. Marcelo Horestein, Presidente Pablo Gorodneff, Secretario

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