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El “delito” de vacunar

Fuente:  Maximiliano Rusconi | Infobae Fecha: 23 de febrero de 2021 Daniel Gollán, ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires A nuestro país le cuesta encontrar la armonía. Estamos más acostumbrados al movimiento pendular pero, en verdad, pertenecemos a una comunidad que disfruta sólo cuando el péndulo se encuentra en los extremos, aunque esa satisfacción dure poco. Al mejor estilo de las penas infamantes de la inquisición nos gusta disfrutar de la hoguera del caído en desgracia. Y mucho más cuando todos nuestros vecinos salen a denunciar siempre tardíamente que en verdad el quemado hacía brujería. Voy a hacer una aclaración previa para evitar lecturas improvisadas: nadie puede estar de acuerdo con darle la vacuna a uno que se “coló” en la fila. Nadie. Eso está mal. Pero también está mal seguir clavándole cuchillos al cadáver como si pudiera responder. Mucho peor es ser cínico o pretender ocultar otros problemas subrayando y sobreexponiendo algún caso particular, o en la crítica pública no tomar en cuenta nuestros propios males como sociedad. Pero lo que es peor es que desde las instituciones los funcionarios encargados de hacer justicia operen con la misma inquina con la cual algunos centros de poder se sacan fotos aprovechándose de la crisis.El presidente Alberto Fernández. al recibir la dosis de la vacuna Sputnik Últimamente pareciera que algún sector del Poder judicial y del Ministerio Público no deja escapar una sola oportunidad de empeorar su imagen. No se desperdicia ni una chance de aumentar el nivel de mezquindad. Algunos sienten una especial seducción no en saber la verdad y aplicar la ley frente a la sociedad (gran deuda) sino en aprovechar la época de la crisis para hacer prevalecer su espíritu carroñero y llevar el resultado al mejor postor político. No sólo era de esperar que éste episodio de la vacunación sin turno generara denuncias de quienes han construído su carrera política sólo denunciando hechos (cuya falsedad o veracidad nada importa), sino que también era previsible que un grupo de fiscales (con o sin excavadoras) impulsara con enorme energía estos casos. La participación activa de estos fiscales (si lo hacen con ecuanimidad) en la investigación de delitos me parece no sólo positiva sino esencial en el sistema republicano. Pero ello sólo siempre y cuando haya un delito posible como conducta típica. El juez penal y el fiscal deben hacer su trabajo pero siempre que las acciones sometidas a su estudio puedan ser encuadradas en una figura penal. Debo decir que, según mi impresión ello no sucede en este caso. El episodio no tiene nada para aplaudir, pero ¿hay o no un delito? Porque, según creo, en ocasiones, los representantes del Ministerio Público estiman que pueden intervenir, producir allanamientos, potenciar el escarnio público, ya que de todos modos siempre habrá algún tipo penal que pueda ser invocado. Por ello a veces se culmina con figuras aplicadas de modo disparatado pero que tienen la suficiente ambigüedad para “emprolijar el asunto” (asociación ilícita, administración fraudulenta, etc, etc).Cristina Kirchner, la vicepresidenta, también se inoculó contra el coronavirus Pero el problema es que vacunar al que está, en la mitad de la cuadra, saltando turnos previos, es muy feo, pero no hay ningún ilícito en ello. En una sociedad democrática en la cual rige el estado de derecho el control de la jurisdicción penal es la “ultima ratio” (el ultimo eslabón) de la cadena de controles sociales. No siempre podemos o debemos acudir al derecho penal. Una cosa es que nos parezca inmoral “colarse”, pero hay que decir que se vacunó a personas que tarde o temprano tenían que ser vacunadas. Para que quede claro: vacunar no es ningún verbo típico en el código penal. No hay un tipo penal que diga: “el que autorice a vacunar a otro al que no le tocara su turno de forma inmediata será castigado con una pena de x años de prisión. La misma pena se aplicará al que recibiera la vacuna”. No es bueno utilizar el derecho penal para fines políticos. Tampoco hay aquí delitos funcionales genéricos (malversación, incumplimiento de deberes, tráfico de influencia). En estos casos siempre aparecen exigencias que no se darían en este supuesto: la ventaja patrimonial para el funcionario, el cambiar de destino el dinero de la vacuna, o directamente incumplir un deber específico que aquí no se ha incumplido (se cumplió de un modo perfectible, en todo caso). Ojala algún día aparezca una vacuna contra un mal a veces difundido en algunos sectores de la vida institucional, el “BPA”: bipolaridad politicamente activada. Los delitos no se generan por indignación popular o construcción mediática: deben estar en el Código Penal.

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MENEM, LA DAIA Y EL ATENTADO A LA AMIA

Asombro y perplejidad ante el volantazo discursivo sin autocrítica de la dirigencia comunitaria judía POR: EL LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO  FEB 21, 2021 El fallecimiento del ex presidente Carlos Menem motivó un comunicado de la DAIA en el que recuerda que bajo su mandato se produjeron los atentados a la embajada de Israel y la AMIA-DAIA, consignando que “nunca pagó por su responsabilidad en el encubrimiento del atentado contra la AMIA-DAIA”. No podemos dejar de expresar nuestro asombro y perplejidad, siendo que la propia DAIA ha sido a través de los años el principal sostén de encubrimiento menemista, sin realizar autocrítica ni cambio sustancial de rumbo hasta la actualidad. Resultaría agotador reseñar 26 años de maniobras de apoyo por parte de la dirigencia y la querella AMIA-DAIA a la insostenible historia oficial del atentado, y la defensa denodada que ejercieron para defender a funcionarios judiciales y policiales corruptos, responsables de la impunidad organizada por el gobierno de Menem. Desfilaron una y otra vez en apoyo del ex juez Juan José Galeano a cargo de la fraudulenta causa (hoy destituido y condenado penalmente, como delito de lesa humanidad, por encubrimiento); continúan defendiendo a los ex fiscales Eamon Müllen y José Barbaccia; negaron por años el comprobado pago de la coima de más de 400.000 dólares al entonces preso Carlos Telleldín con fondos de la SIDE, de lo que tenían conocimiento, con los que se le compró una declaración falsa que desvió la investigación por una década; premiaron al comisario Jorge “Fino” Palacios y a otros jefes policiales involucrados en el ocultamiento y en el espionaje sobre la comunidad judía; embistieron contra el titular de la Unidad AMIA Mario Cimadevilla porque se animó a impulsar investigaciones en una línea distinta de la historia oficial; taparon a los responsables de la impunidad –y su propio involucramiento– impulsando denuncias contra la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, vaciando así de contenido real el término “encubrimiento” y poniendo en su lugar la discusión por el memorándum con Irán. En ese emprendimiento contaron con el impulso de los medios hegemónicos en articulación estrecha con el PRO y Cambiemos, y con sectores del Poder Judicial, constituyéndose en instrumento central del lawfare. Entretanto, silenciaron el juicio por el verdadero encubrimiento finalizado en 2019, que entre otras cosas dio por probado el desvío de la “pista siria”, que la DAIA siempre calificó como “fantasía”. Buena parte de estos y muchos otros actos la DAIA los perpetró en pretendida “representación de la comunidad judía”, situación intolerable que motivó el propio nacimiento del Llamamiento, bajo la consigna “no nos representan”. Este sorpresivo y aparente cambio de rumbo, por lo menos en lo discursivo, debería traducirse en un ejercicio real de debate y autocrítica, para que nunca más la dirigencia comunitaria vuelva a cumplir tan lamentable papel. Luis Kon, Horacio Lutzky y Marcelo Seltzer Comisión jurídica del Llamamiento Argentino Judío.

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La discusión de fondo

Fuente: Carlos Heller | Tiempo Argentino Fecha: 21 de febrero de 2021 Como varias veces hemos afirmado, la regulación del Estado en ciertos sectores económicos resulta fundamental para evitar distorsiones y abusos en las distintas redes que componen el sector productivo de la economía. En esta última semana se conocieron varias decisiones que tomó el gobierno nacional en este sentido y que justamente instan a resolver, a partir de las potestades legales, situaciones que le generan grandes perjuicios al bolsillo de las personas.  Un ejemplo de ello fue la aplicación de la Ley de Abastecimiento (modificada en 2014 por la Ley 26.991 de Nueva regulación de las relaciones de producción y consumo) a través de la resolución 100/2020 de la Secretaría de Comercio Interior. En el marco de un alza en el nivel de los precios de los alimentos (en enero registraron una suba del 4,8%) algunas grandes empresas del sector fueron instadas a cumplir la ley. Tan sólo eso. En concreto, la Secretaría de Comercio Interior imputó a un grupo de grandes empresas por retención de sus volúmenes de producción o falta de entrega de determinados productos de consumo masivo. Este comportamiento irregular, señala el comunicado oficial, se detectó ya que las empresas “habrían incumplido la intimación a incrementar su producción hasta el más alto grado de su capacidad instalada y arbitrar los medios a su alcance para asegurar su transporte y distribución con el fin de satisfacer la demanda, establecida por la resolución 100/2020”. Esta normativa establece además que el marco legal para la implementación de los Precios Máximos, “tiene como finalidad proteger a las y los consumidores de posibles abusos en los precios y garantizar el normal abastecimiento de productos en supermercados”. El procedimiento en los comercios identificó faltantes en las góndolas de productos de consumo masivo, evidencia que derivó en inspecciones en las oficinas administrativas de diversas empresas proveedoras a las que se les solicitó información sobre stocks e inventarios de noviembre, diciembre de 2020 y enero de 2021. El titular de la Copal se quejó porque fueron a la reunión con el gobierno “y ahora se les imputa generar desabastecimiento. Parecería que nos olvidamos que el propio Presidente dijo que éramos una industria esencial”. Pero los que son esenciales son los alimentos que producen, que no pueden faltar en la mesa de los argentinos y las argentinas, o venderse a precios que no tienen justificación. En cuanto al hecho de sentarse en la mesa de diálogo, si bien siempre es importante, eso por sí solo no legitima comportamientos que se están tratando de cambiar. Por eso considero que el diálogo y los acuerdos que se alcancen deben ir acompañados de metas específicas que deben ser cumplidas y presentadas ante la sociedad. En este caso en particular, se requiere que las empresas restablezcan los stocks registrados a noviembre de 2020 y arbitren las medidas conducentes para asegurar el transporte y provisión de los productos para su efectiva comercialización. No se les está pidiendo a las empresas que produzcan a pérdida, se está tomando como referencia el nivel de producción de hace tan sólo tres meses y con el objetivo de no perjudicar a los consumidores finales con alzas innecesarias en los precios de productos esenciales como los alimentos. Discusiones de fondo En definitiva todo termina retornando, y no sólo en Argentina, al tema de fondo: cuál debería ser el rol del Estado. O más aún, a la dicotomía entre “Estado y mercado”. Referida a Estados Unidos, en una nota del Financial Times se afirma que “la estrategia de Biden para la economía estadounidense implica el cambio más radical de las políticas predominantes desde las reformas de libre mercado de Ronald Reagan de hace 40 años; con planes de endeudamiento y gasto público a escala nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial, la administración está haciendo un enorme experimento fiscal”. En la nota se comenta que “si el plan da resultado, demostrará que la innecesaria timidez de las últimas décadas hizo que millones de personas estuvieran desempleadas sin ninguna necesidad, le quitó a muchas zonas la oportunidad de mejorar su nivel de vida y amplió las desigualdades (…). Si los planes de recuperación que impulsa Biden terminan siendo correctos, demostrarán que (…) durante los últimos treinta años las economías avanzadas se obsesionaron demasiado con la inflación”. Sin embargo, el énfasis ideológico que se quiere dar queda claro a partir del propio título de la nota: “Si el plan de Biden fracasa pasará a la historia como el mayor «gol en contra»”. Se trata de una argumentación que desafía toda lógica. Incluso si el Plan Biden no llevara a los resultados esperados, nada induciría a concluir que la opción que queda sean las políticas de ajuste. Argentina, por su parte, ha sido un ejemplo de lo que generan las políticas neoliberales. Vinculado a ello, hace unos días falleció Carlos Menem, quien fuera presidente argentino durante diez años. Más allá del respeto por el dolor de sus familiares y amigos y de las condolencias que la formalidad del momento impone, no hay que dejar de decir que su figura encabezó precisamente un proyecto de políticas que tuvieron un profundo impacto regresivo, dándole continuidad y profundidad al plan económico que comenzó en la última dictadura militar. En definitiva fueron los mismos “cómo” (desregulación y Estado mínimo, apertura externa indiscriminada, etc.), que guiaron a la Alianza y que el macrismo retomó más tarde. Los resultados, casi idénticos en todos los casos (endeudamiento, fuga de capitales, quiebra de pymes, desempleo y pobreza), y cada vez más complejos de revertir.  Muchas problemáticas que hoy padecemos, como la tendencia a la dolarización y la desindustrialización, tuvieron el germen en estas políticas. Desde la apología de las privatizaciones y de los productos importados, a la subordinación en el orden internacional a la política de los Estados Unidos (“relaciones carnales”), la aplicación del decálogo del Consenso de Washington fue completa en los noventa. Se trata de una ideología que aún está muy activa en Argentina y aquí radica buena parte

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Encrucijadas de la soberanía digital

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna Fecha:  de febrero de 2021 “Hay que evitar la creencia de que las innovaciones tecnológicas son positivas sólo por ser nuevas, o son negativas sólo porque son tecnológicas” David E. Graham La última semana se informó la construcción de un consorcio de medios de comunicación argentinos asociados a la plataforma Google, destinada a reproducir material informativo local en su portal de noticias global denominado News Showcase. El acuerdo incluye a más de 30 grupos periodísticos, tanto porteños como provinciales, entre los que figuran Clarín, La Nación, Infobae, Página/12, El Cronista, La Arena, La Gaceta y Nueva Rioja, entre otros. El acuerdo implica un financiamiento de los medios locales por parte de Alphabet (la corporación que administra Google) y un decidido involucramiento en la selección de contenidos. Dicho desembarco forma parte de una campaña internacional para blindarse frente a las acusaciones de prácticas monopólicas, posición dominante, comercialización de datos privados a empresas y desvío de información crítica hacia la National Security Agency (NSA). News Showcase ofrece colaboración y apoyo financiero al periodismo de cada uno de los países con el objeto de obtener una legitimidad cuestionada por la Unión Europea y otros estados. Argentina es uno de los doce países en donde se decidió implementar el programa, que incluye acuerdos similares con medios de Alemania, Brasil, Canadá, Francia, el Reino Unido, Australia y Japón, entre otros. La inversión inicial es de 1.000 millones de dólares e incluye, hasta la actualidad, a unos 450 medios. La participación de los medios argentinos contribuye a la tendencia generalizada de una mayor concentración monopólica global y a la vez faculta a Google a convertirse en el gran responsable de modelar la imagen de la Argentina a nivel internacional, permitiéndole la selección de noticias aptas para el paladar del neoliberalismo hegemónico. Los medios locales recibirán compensaciones económicas por replicar una selección de sus titulares, mientras que Google compilará los datos obtenidos como insumo de sus operaciones de Inteligencia Artificial (IE). Una vez procesados, los comercializará a miles de empresas que los utilizarán como soporte para el marketing directo y personalizado. Los medios argentinos obtendrán dos tipos de financiamiento: por un lado, como consecuencia de la provisión de contenidos a la plataforma News Showcase, y por el otro como resultado de proporcionar acceso a artículos de las versiones pagas de dichos medios asociados. El resultado de este involucramiento de Google en la producción de la noticialidad cotidiana local ampliará el control de la plataforma estadounidense sobre el denominado ecosistema informativo local, incrementando su capacidad para modelar el sentido común, imprescindible para la reproducción ampliada del sistema financiarizado. En ese marco, la restricción sobre la soberanía comunicacional se expresará a partir de las cinco dimensiones siguientes: Agenda: decidirá qué temas y qué medios serán los que ocuparán los lugares prioritarios y cuáles serán ubicados en los márgenes. Dado que la selección inicial será ofertada por los propios medios, la trifecta mediática local (Clarín, La Nación e Infobae) logrará apalancar su legitimidad a la hora de difundir sus posverdades, falacias y tergiversaciones, apoyada en la cobertura brindada por una plataforma globalizada. Ese escenario es lo que Google conceptualiza como un ecosistema informativo, nominación aséptica con la que se pretende esconder las decisiones corporativas de sus CEOs. El ecosistema funciona como la mano invisible del mercado. Algo que está direccionalizado por poderosos actores que buscan atribuir sus movimientos a una naturaleza independiente de intereses. Concentración: incrementará la monopolización de los medios locales sin tener que regirse por normativas democráticas –presentes o futuras–, dada su localización empresaria en Estados Unidos. Operará sin arbitraje del Estado y decidirá qué coartar, ampliar o cercenar sin que una autoridad soberana o multilateral cuente con capacidad de intervención. Monetización: incrementará la capacidad de comerciar los datos personales de los ciudadanos argentinos, tanto para ofrecer agregados aptos para el marketing personalizado como para modelar campañas electorales, tal cual fue denunciado en ocasión del caso Cambridge Analytica. Vigilancia: aumento de la capilaridad informativa sobre partidos políticos y sus referentes, combinado con el desarrollo de mecanismos de inteligencia artificial dispuestos para completar una arquitectura global capaz de instalar mercados de futuros conductuales. Una disposición posible gracias a una concentración extrema de conocimiento, ajena a la supervisión democrática: se profundizará la manipulación destinada a conformar tribus antipolíticas y modelo de consumidores antes que ciudadanos. Sujetos aislados enemigos de la cooperación, admiradores de la competencia, reivindicadores de la desconfianza y de guerra de todos contra todos. Tergiversación, sobreabundancia y escándalo: La articulación convergente planificada por News Showcase será gobernada por algoritmos funcionales a los requerimientos empresariales trasnacionales, generalmente opuestos a las demandas sociales o las necesidades soberanas. En ese contexto, se omitirán los circuitos capaces de dotar a los usuarios de pensamiento crítico, convirtiendo a los ciudadanos en cibernautas. La difamación se hace confusa y ambigua y se la denomina fake new. “Cuando nos conectamos a internet ya no vemos el bosque. Ni siquiera los árboles, vemos sólo hojas, ramas (…) un ecosistema de tecnologías de interrupción (…) donde nos presentan pedazos o fragmentos de la realidad a través de sus buscadores”. La emocionalidad, la intemperancia, el odio y la intolerancia aparecen como vehículos de articulación social más premiados por las redes sociales y los buscadores. Cuánta más agresión se reproduce, mayor es la cantidad de respuestas. A eso se le suma el aluvión de contenido indiferenciado que –sin alfabetización digital– logra equiparar, sin jerarquizar, a un infectólogo con una presentadora televisiva, debatiendo temáticas de inmunización. Regular o sucumbir Desde 2019 el control del intercambio político en el ciberespacio es regulado por Google sólo en Estados Unidos, la Unión Europea (UE), la India y el Reino Unido. En 2020 se incluyó a Nueva Zelanda, Israel, Australia y Taiwán. En todos esos países, Google limitó, seleccionó y/o censuró la divulgación de anuncios electorales según segmentaciones generacionales, de sexo y de ubicación georreferencial. Aunque Google intenta resguardarse frente a posibles acusaciones de interferencia electoral, la Unión Europea y algunos de sus países miembros, por separado, han avanzado en la aplicación de normativas destinadas a limitar su poder discrecional. A partir de enero de 2021 se aplica en España

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Horacio Verbitsky. El oscuro día de los moralizantes

Fuente: Horacio González | La Tecl@ Eñe Fecha: 21 de febrero de 2021 El caso de Horacio Verbitsky se prestó para que se concentrara la polución colectiva de los grandes medios de comunicación, recogiendo las ansiedades malogradas de miles y miles de personas que dirigieron hacia ese único e impensable punto, sus desbaratadas ganas de ultrajar. Bastaba que en ese punto apareciera la figura de Horacio Verbitsky. Una figura pública que durante más de medio siglo fue reinventando una modalidad de periodismo que sin perder sutileza, ironía y fino sarcasmo, se dedicó a desnudar las tramas ilegales, represivas y destructivas de las formas políticas más horrendas que conoció la humanidad, desde actos de sufrimiento y aniquilación producidos en personas con compromisos políticos revolucionarios hasta esquemas ilegales de negocios que estrujaron hasta dejar exangüe a nuestro país. ¿Se olvidó eso? Los grandes medios que sacaron sus relucientes armamentos hechos de emoticones y rabiosa opinología, se frotan las manos. Por Horacio González* (para La Tecl@ Eñe) Un riesgoso fanatismo, un alud que cae violentamente sobre un único individuo que súbitamente concentra las acusaciones en que se cifran, si fueran dichas de otra manera, todas las frustraciones colectivas, las innumerables desistencias de la vida social argentina para evitar convertirse en un ámbito problemático. Una catarata que renueva sus aguas revueltas con una penitenciaría de flechas envenenadas contra un hombre que pasó su vida en un combate contra las condensaciones políticas que se deleitaron creando espanto y horror, y que ahora parecen haber revelado, en un único acto de su vida del que se arrepiente, que la impugnación a emisarios de la muerte organizada desde el Estado -en oscuros períodos que es imposible olvidar-, era una fantasía de alguien que llevaba en sus venas el deseo de actuar sin pedir turno, saltarse el lugar en la cola. Si somos prístinos en la vocación de pensar la política, debemos seguir siendo capaces de analizar sus problemas en vez de emplear hachas de sílex que caen sobre el “enemigo del pueblo”. Recordamos con esta expresión al Doctor Stockmann, el famoso personaje de Ibsen. Ojalá, estuviésemos entonces discutiendo una obra de teatro de un gran autor noruego. Stockmann, como médico había descubierto que estaban contaminadas las aguas del lago turístico del pueblo, y los políticos que lo saben, aunque lo niegan para no arruinar un negocio. Consiguen que el pueblo acuse a Stockmann, que a su vez, mantiene la idea de que los pueblos son fáciles de engañar. Con las enormes diferencias del caso, Horacio Verbitsky ha sido declarado “enemigo del pueblo” en una gran carnavalada de hipocresía y agua bendita. ¿Es el “enemigo del pueblo”? Si alguien fue capaz de decirlo, consultando quizás el acervo de grandes frases del teatro clásico, no se tomó el trabajo de consultar lo inverosímil de sus anatemas. “¡Se atribuye un privilegio cuando hay cincuenta mil muertos en el país!”. La insólita acusación es grave a dos puntas. Una es obvia. Verbistsky se vacunó sin acatar la larga espera a la que muchos estamos sometidos, corriendo la suerte de miles y miles de hombres y mujeres que vivimos con tristeza estos tiempos de cerrazón para las preguntas fundamentales sobre la vida, que no es que se ausenten, pero vienen demasiadas veces montadas en la televisada caballería de la impugnación, el insulto fácil, la moralina proclamada desde la supuesta  indemnidad personal de quienes se saben envueltos en celofanes, purezas de facultades de juzgar al prójimo en un escupitajo de desprecio. Inquisitoriales, se basan en un error personal para preparar la desmesura de hacerlo cargar con una insensibilidad estadística hacia los muertos que va dejando este estropicio que originó debates filosóficos, ecológicos, científicos y toda clase de especulaciones sobre una geopolítica de las vacunas, en la que tanto tienen que ver los que usan toga de moralistas, mantillas de severos analistas políticos. Nos vacunábamos desde chicos en las escuelas públicas, con una mera intervención de un enfermero que pasaba alcohol en nuestros tiernos brazos, bastaba hacer una cola como un trámite republicano, llamémoslo así, pero ahora esperamos la vacuna como una centella mesiánica salida ya de laboratorios cuyos nombres proféticos no conocíamos meses antes. Gamaleya, AstraZeneca, Pfizer. Este último nos era más familiar, pues como los grandes laboratorios occidentales tanto produce vacunas contra males específicos como gases asfixiantes y otros artículos vinculados a la violencia y la guerra. Pero ahora adquirían aspectos mesiánicos, heroísmos hospitalarios justamente conmemorados, y hasta entonaciones socialistas como dijo Iñigo Errejón en un reportaje desde España, donde comparó la vacuna a un “acto casi socialista”. Hace casi un siglo, los socialdemócratas alemanes dijeron que el correo postal era ya un indicio de socialismo. Comprendemos a estas personas y estos pensamientos benefactores que se entusiasman con aspectos científicos supletorios de la voluntad humanan política. Más de un siglo después el Correo no mostró esas virtudes que el candor político le atribuía, y su sucesor tecnológico, las “redes sociales”, se muestran especialmente como un reservorio de frases ponzoñosas, sostenidas en el anonimato, pero especialmente activas en la quiebra general de los tejidos asociativos que crean expectativas mutuas de solidaridad. Y no suelen evitar la injuria babosa, el escarnio ponzoñoso y la piqueta pública avalados por “tantas y tantas miles de visitas”. Se dice “las redes” como si se mencionara un ser, antropófago y ávido de devorar cuerpos vivos, canibalizarlos provocando un pequeño éxtasis domiciliario pues con el computador en nuestro penumbroso dormitorio podemos lanzar epítesis que producen un secreto espasmo, impiden pensar, pero producen un secreto temblor en nuestras soledades. El caso de Horacio Verbitsky se prestó para que se concentrara la polución colectiva de los grandes medios de comunicación, recogiendo las ansiedades malogradas de miles y miles de personas que dirigieron hacia ese punto -ese único e impensable punto-, sus desbaratadas ganas de ultrajar. Bastaba que en ese punto apareciera la figura de Horacio Verbitsky. Una figura pública que durante más de medio siglo fue reinventando una modalidad de periodismo que sin perder sutileza, ironía y fino sarcasmo, se dedicó a desnudar las tramas ilegales, represivas

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IVE, legalización del Aborto

Por: Marta Boimel No hablamos de Aborto SI, Aborto NO. Hablamos de Derechos. En la década del 70, fueron las mujeres las que desearon obtener respuestas, Aun simbólicas del porque el sometimiento y la subordinación, dada por los discursos instituidos desde la ideología patriarcal. Mujer igual a Madre Mujer igual a instinto maternal No es así, ante todo, Mujer es Persona La maternidad es un derecho jamás una obligación. De que hablamos cuando hablamos de IVE? Hablamos de sexualidad, entendida como genitalidad. Tema aun tabú, aunque la genitalidad es una parte de la sexualidad y no la abarca totalmente. Ninguna mujer quiere abortar, existen razones personales, que deben ser contempladas desde una mirada bio-psico-social. Hay mucho para decir, simplemente voy a puntear algunos agraviamientos. Pobreza, Mitos, creencias, prejuicios. Violencias en todas sus caras, Valores Culturas, subculturas y lo transcultural Enfermedades de trasmisión sexual, its. Objeción de conciencia, medicalización, etc, etc. La Educación es el hilo conductor. La ESI., ejercida por profesionales formados. Para lograr dentro de lo posible una sociedad con mas inclusión, más justicia y equidad. Desde mi profesión, con poblaciones de mucha vulnerabilidad, puedo dar testimonio de muchísimos sufrimientos. Niñas muy pequeñas abusadas y obligadas a llevar a cabo su embarazo. Mujeres que en su desesperación se realizan abortos en condiciones insalubres cuyas consecuencias suelen ser dramáticas llegando hasta la muerte. Considero la necesidad de la creación de una conciencia colectiva que reconozca, con la finalidad de modificar las conductas sociales, postuladas por el patriarcado. Es una construcción social donde todos de alguna manera estamos involucrados. ES EDUCAR PARA LA VIDA: ES LEY

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Repudio a las agresiones contra el Diputado Nacional Leopoldo Moreau

El Llamamiento Argentino Judío repudia las agresiones y las amenazas sufridas por el Diputado Nacional Leopoldo Moreau, titular de la Comisión Bicameral de Organismos de y Actividades de Inteligencia. El legislador ha trabajado el último año en forma sostenida para desarmar la connivencia entre la Mesa Judicial macrista y los servicios de Inteligencia, hecho que le ha granjeado la hostilidad de los sectores más reaccionarios de la sociedad. Concretamente ha denunciado con elementos probatorios muy sólidos la connivencia entre el expresidente Macri, el expresidente de la Corte Lorenzetti y el camarista Irurzun para instalar ese sistema. Exigimos el pronto esclarecimiento del hecho y la correspondiente información pública acerca de qué intereses expresan y representan los responsables del grave hecho. Buenos Aires, 14 de enero de 2020 Marcelo Horestein, PresidenteDardo Esterovich, Secretario General

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Telleldín y la guerra judicial

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna Fecha: 10 de enero de 2021 El último 24 de marzo el Tribunal Oral Federal 3 absolvió de culpa y cargo a Carlos Telleldín, el armador de autos, por la acusación de proveer la camioneta Trafic utilizada en el atentado del 18 de julio de 1994 contra la sede de la AMIA/DAIA. El fallo dictado de manera unánime por los jueces Andrés Basso, Javier Ríos y Fernando Canero consideró que no existían evidencias de que el acusado supiese para qué iba a ser utilizado dicho automóvil. La absolución de Telleldín se suma a otro conjunto de sentencias, en causas conexas, que acreditan una falta absoluta de objetividad, pericia y compromiso con la resolución de los dos atentados de 1992 y 1994, los más graves sucedidos en Argentina después del trágico bombardeo a la Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955, en el que fueron masacrados 308 ciudadanxs. La absolución del desarmador de autos sólo puede ser comprendida en forma integral si se desmonta el galimatías legal instituido por una Justicia Federal cooptada por la lógica corporativa, cautiva de las concepciones del mundo más retrógradas, coordinadas con los servicios de inteligencia extranjeros y los poderes fácticos de cariz trasnacional. Las diferentes causas ligadas a los dos atentados muestran la complicidad de la Justicia Federal y la Corte Suprema. La mayoría de sus miembros ha contribuido al doble propósito de permitir la impunidad y al mismo tiempo promover la persecución a referentes populares opuestos a los programas neoliberales. Todas las causas trascendentes, entre ellas las ligadas a los atentados, han sido manipuladas para cumplir estos dos objetivos. El entramado de los procesos judiciales que prologan la estructuración del lawfare persecutorio se sucede desde fines del siglo XX en abierta convergencia con intereses corporativo-mediáticos y con operadores de los servicios de inteligencia. Su derrotero específico ligado a los atentados incluye seis causas judiciales interrelacionadas, todas ellas atravesadas por la impronta promiscua del menemismo y su continuidad político-jurídica, el macrismo: La causa de la Embajada de Israel, de 1992, que se encuentra en poder de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). La causa del atentado de 1994, cuya instrucción recayó en José Luis Galeano y en los fiscales Eamon Müllen y José Barbaccia. La causa del encubrimiento del atentado, derivada de la instrucción realizada por Galeano. La causa del Memorándum de entendimiento con la República Islámica de Irán, impulsada por Natalio Alberto Nisman antes de su suicidio. La relacionada con el pretendido asesinato de fiscal de la Unidad Amia. La imputación a Telleldín por la venta de la camioneta Trafic que derivó en su absolución. La primera de las causas, vinculada con la Embajada de Israel, es quizás la que inauguró el modus operandi del resto de los procesos ligados a los dos atentados. La negligencia y la pasividad evidenciada por la Corte Suprema habilitó la desidia y la manipulación en el resto de los estrados. El ejemplo de la indolencia brindó un marco de referencia para el resto de los estrados judiciales, que terminaron acoplándose a una displicencia generadora de impunidad. Los cortesanos enseñaron el camino. La causa en poder de la Corte tiene casi 29 de años de existencia sin que sus máximos responsables hayan procedido a disponer medidas de prueba o imputaciones a responsables, planificadores, ejecutores y/o cómplices. La dejadez de los máximos referentes tribunalicios –que nunca insinuaron siquiera la posibilidad de elevar a juicio dicha masacre– quedó evidenciada en la falacia enunciada por Ricardo Lorenzetti, entonces presidente de ese Tribunal, en ocasión de la inauguración del año judicial 2015: “La sentencia por la causa de la Embajada de Israel fue consentida por las partes, de manera que nosotros no podemos como tribunal modificar lo que ya ha sido aceptado y es cosa juzgada”. En forma inmediata, sus colegas desestimaron dicha afirmación y advirtieron que la instrucción continúa bajo el dictamen fechado el 23 de diciembre de 1999, en el que se exige profundizar las “líneas de investigación que se encuentran en pleno desarrollo, en el expediente principal”. Cuando en 1994 se produjo el asesinato de 86 víctimas en Pasteur 633, la pericia que se inició el 18 de julio carecía de antecedentes provistos por la Corte Suprema, pese a ser atentados indudablemente vinculados. La Corte dilapidó dos años, situación que envalentonó a los terroristas para llevar a cabo el segundo atentado. Además de los coches bomba (una F-100 en la embajada y la Trafic en Pasteur), ambas explosiones compartieron una curiosa coincidencia: los custodios de la Policía Federal abandonaron las consignas minutos antes de las detonaciones. La causa original del atentado de 1994 concluyó con el fallo del TOF-3 en 2004. Ese tribunal dictaminó la absolución de los funcionarios de la policía bonaerense –que habían sido acusados con pruebas falsas– y decidió imputar al juez instructor de la causa, Juan José Galeano, integrante del entramado menemista, conformado entre otros por Carlos Corach y el ex jefe de la SIDE Hugo Anzorreguy. También apartó a los procuradores y sugirió la investigación del presidente de la DAIA (en época del atentado), Rubén Beraja. El lawfare exhibió, durante el proceso, uno de los ejemplos más evidentes de su funcionalidad y articulación geopolítica. Galeano, Eamon Müllen y José Barbaccia, y después Nisman junto a Antonio Stiuso, acomodaron la investigación al convenio asumido por Menem con el gobierno de Israel. Subterfugios para internas Una parte del peronismo, secuestrado en los ´90 por la lógica neoliberal, utilizó el atentado para desplegar una naciente guerra judicial útil para dilucidar internas entre el presidente riojano y el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde. Por esa razón varios policías de la bonaerense, entre ellos Juan José Ribelli, pasaron casi diez años presos, hasta que el TOF-3 los absolvió de culpa y cargo. El 13 de abril de 2003, los tres magistrados integrantes del tribunal –Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo– ordenaron que Barbaccia y Mullen fueran apartados de la causa por ocultar el pago de 400.000 dólares a la esposa del reducidor de autos,

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