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Balagán, relajo total: repaso a la actualidad política y económica israelí con la pandemia de coronavirus como telón de fondo

Fuente: Gerardo Leibner | Política internacional Fecha: 28 de julio de 2020 Israel se encuentra en una grave crisis sanitaria y económica. Los datos son elocuentes: a comienzos de marzo los desocupados registrados eran menos de 100.000 y ahora, a fines de julio, ya suman 850.000, sin contabilizar a cientos de miles de trabajadores informales. Los contagios de coronavirus rozan los 2.000 diarios y el número total de fallecimientos por covid-19 superó los 450 y en la última semana ronda los diez diarios. La curva está en alza y los intentos por contener el contagio comunitario fracasaron. La situación actual contrasta con el triunfalismo de fines de mayo, tras superarse efectivamente la primera ola con medidas muy drásticas que contuvieron el contagio y redujeron los fallecimientos. Entonces el primer ministro Benjamin Netanyahu invitó a los israelíes con una amplia sonrisa a salir a “disfrutar la vida”. Incluso tuvo una entrevista con el primer ministro griego y anunciaron que los dos países iban abrir respectivamente sus fronteras para incentivar el turismo mutuo y reactivar la economía. Y los israelíes, tras dos meses de severas restricciones y de bombardeo propagandístico extremo sobre los peligros del virus, salieron a disfrutar. La economía se reabrió de inmediato con pocas restricciones y precauciones, sin fases de desescalada, y todo se descontroló y deterioró rápidamente. Grecia hoy recibe turistas de algunos países europeos. Israel no recibe turistas y sus ciudadanos no son admitidos en Europa. Amplios sectores de la población perdieron confianza en los mensajes del gobierno. A finales de la primera ola, en un giro político dramático, Netanyahu y el principal candidato opositor, Benny Gantz, llegaron a un acuerdo para crear un gobierno de cohabitación paritario basado en la rotación en el puesto de primer ministro. Este giro quebró en dos al partido opositor Azul y Blanco y desmoralizó a la mitad de los votantes del país que, sistemáticamente, en tres comicios consecutivos en un año, rechazaron a Netanyahu. Con el pacto con Gantz, el actual primero ministro se aseguró un año y medio más en el cargo y el puesto de “primer ministro alterno” cuando Gantz asuma su mandato por un año y medio. El nuevo gobierno aumentó su número de ministros, viceministros y cargos de confianza política, despilfarrando recursos en medio de una recesión inédita. Más aún, desde el primer momento los mecanismos de decisión política pactados no funcionaron, y el gobierno “paritario” entró en una serie interminable de marchas y contramarchas referentes tanto al tratamiento de la pandemia como a la economía y la crisis social. Cada semana Netanyahu anunciaba públicamente alguna medida sanitaria o económica sin haberla consensuado previamente con su coalición de gobierno ni con los funcionarios en los ministerios relevantes. Luego, esta medida era criticada en los medios y sometida a modificaciones en las comisiones parlamentarias, para finalmente ser retirada o modificada sustancialmente bajo presión pública. Algunas de las restricciones acordadas por Netanyahu y Gantz en las recientes semanas han sido repelidas por la comisión parlamentaria especializada en el tratamiento de la pandemia, en una verdadera rebelión de la diputada del Likud que la preside. Las restricciones son presentadas sin estar respaldadas por datos, por un Ministerio de Salud que no creó los mecanismos adecuados para el rastreo epidemiológico efectivo. Mientras las medidas propuestas por los expertos de salud parecen basarse en la intuición (evidenciando diferencias entre expertos), los jerarcas sólo adoptan parte de las medidas. Los criterios selectivos quedaron esta semana al desnudo en intercambios entre poderosos políticos del Likud. El ministro de Economía, Israel Katz, acusó al coordinador de la coalición en la Knesset, Miki Zohar, de presionar para la reapertura de salones de eventos –en los que aparentemente hubo muchos contagios– debido a que su primo es propietario de uno de los mayores salones del sur del país. El diputado amenazó al ministro con su pronta destitución y dijo que iba a revelar los negocios e intereses de su esposa. Todo esto fue expuesto en una comisión parlamentaria y ante las cámaras televisivas. No era necesario ese intercambio para que la confianza pública en las decisiones del gobierno sea casi nula. Los efectos del cierre brusco de la economía entre marzo y mayo se sienten ahora en el quiebre de negocios, en la desesperación de la gente endeudada, de quienes se quedaron sin trabajo y en las decenas de miles de personas que siguen en un raro e incierto estado de “vacaciones no pagas”. Las medidas paliativas del gobierno son mínimas y tardías. Los dueños de restaurantes y bares –sector de la economía muy próspero hasta hace unos meses–, que tuvieron sus locales cerrados casi tres meses y reabrieron con restricciones, se rebelaron contra la decisión de cerrarlos los fines de semana. El viernes cientos de establecimientos abrieron, contrariando la prohibición, y esta fue levantada casi de inmediato, dejando de manifiesto la debilidad del gobierno. Si sumamos el descreimiento generalizado hacia los políticos, la desaprobación de la inmensa mayoría de los votantes de Azul y Blanco ante el pacto de Gantz con Netanyahu, y la falta de legitimidad moral de este último, envuelto en una serie de juicios por corrupción, se entiende la ola de manifestaciones que se registró días atrás en el centro de Tel Aviv y en Jerusalén. La conjunción de las protestas anti-Netanyahu con los reclamos por la crisis económica siembran pánico en filas del Likud. La crisis afecta a sectores de la nueva burguesía plebeya que prosperó en Israel en la reciente década y que es una de las bases del partido que lidera Netanyahu. Hasta comienzos de julio, ante cada roce con Gantz, Netanyahu amagaba con romper el pacto e ir a nuevas elecciones desde una supuesta posición de ventaja. Es más, con el supuesto apoyo del presidente estadounidense, Donald Trump, pretendía anexar parte de Cisjordania, de forma de consolidar el largo proceso de colonización y liquidar las aspiraciones palestinas de tener un futuro Estado independiente. Sin embargo, la grave situación económica y el deterioro sanitario, sumados a la debilidad de Trump, le obligaron a

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“Llegó el momento de imaginarnos Israel como el hogar judío, que no es un estado judío”

Fuente: Daniel Kupervaser | Blog de Daniel Kupervaser Fecha: 17 de julio de 2020 Finalmente, aunque muy lentamente, a la izquierda judía le comienza a caer la ficha. La visión de la solución del conflicto palestino-israelí en base a la fórmula “dos estados para dos pueblos” no es mas que una utopía. Peter Beinart es, tal vez, el periodista e intelectual judío estadounidense más sobresaliente en estos tiempos dentro de la denominada línea liberal y progresista (peyorativamente catalogada como “izquierda”). De familia judía tradicional, cumple estrictamente las normas kosher de la vida familiar judía con asistencia permanente a sinagogas. Sus punzantes y argumentadas notas periodísticas lo convirtieron en punta de lanza y la voz parlante del judaísmo liberal estadounidense. Durante años, como toda la corriente a la que se incorporó, se posicionó abierta e insistentemente detrás de la formula “dos estados para dos pueblos, en la solución del conflicto palestino-israelí. Para sorpresa de muchos, días atrás publicó un artículo nada menos que en el New York Times, en donde anunció su divorcio incondicional y definitivo con la fórmula de dos estados bajo el título “No creo más en un Estado Judío” (“I No Longer Believe in a Jewish State”, New York Times, 8-7-2020). Finalmente se dio cuenta lo que para algunos de nosotros lo anunciamos hace tiempo y hoy ya es un hecho consumado: la mayoría del componente judío de la sociedad israelí, con la anuencia de gran parte de la diáspora judía, condujo inexorablemente a Israel hacia un estado binacional judío-palestino. Ya no hay posibilidad de retorno.   Lo mas impactante de su confesión se concentra en una conmovedora frase: “llegó el momento de imaginarnos Israel como el hogar judío, que no es un estado judío”. El liderazgo judío de Israel consolidó una estructura institucional en todo el territorio desde el Mediterráneo hasta el Rio Jordán (incluyendo Gaza) en donde su población (unos 13 millones) más o menos se distribuye 50% palestinos y 50% judíos. Este estado binacional, por su componente poblacional, está bajo dominio prácticamente absoluto de su componente judío y su carácter democrático u opresor y antidemocrático dependerá del nivel de grados de libertad y derechos civiles que ese componente judío le adjudique a toda su población palestina. Hasta el momento, solo un pequeño porcentaje de los denominados árabes israelíes (2 millones) goza de plenos derechos civiles, aunque sufren alto grado de discriminación. La afirmación de Beinart es indiscutible, en la práctica Israel dejó de ser un estado judío para ser un estado binacional judío-palestino. Lo único que queda por definir es si el componente judío se propone continuar con su dominio total imponiendo normas de Apartheid (normas legales distintas para judíos y palestinos en el mismo territorio, incluyendo los 300 mil palestinos dentro de Jerusalén bajo soberanía israelí) o se propone otorgar a toda la población palestina plenos derechos civiles de manera que se pierda la mayoría judía en elecciones. De una manera u otra, el componente judío de Israel tendrá que acostumbrarse que su futuro le impondrá vivir, codearse y compartir el estado con población palestina de su mismo tamaño durante toda su vida. Los hay quienes argumentan que toda esta problemática es de corto plazo por la dañina injerencia de Trump como resultado de las presiones de las millonarias donaciones de magnates judíos a su campaña electoral. Los sondeos de intención de votos en Estados Unidos nos anuncian que en un par de meses probablemente nos podremos desligar de Trump y así se podrá retornar a la mesa de negociaciones. Craso error. Con todo el discurso de Biden y la cúpula del partido demócrata estadounidense a favor del retorno a la formula “dos estados para dos pueblos”, muy probablemente el único logro que podrán registrar en su currículo será una vuelta al conocido statu quo que no es mas que un lento avance hacia la configuración definitiva del estado único binacional, frente al avance acelerado que nos promete el plan de anexión de Netanyahu. En estos días se reveló el componente israelí de la plataforma del Partido Demócrata en mira a las próximas elecciones presidenciales en USA. Según esta fuente, el comité redactor rechazó la exigencia de sectores más liberales que demandaban la condena de la ocupación israelí de Cisjordania. El documento retorna a las viejas promesas de apoyo a Israel con el proyecto de dos estados, ayuda a la defensa y rechazo de todo boicot contra Israel. La única advertencia es contra la anexión (“Despite pressure from progressives, no major changes in Democratic platform on Israel”, Jewish Telegraphic Agency, 16-7-2020). La diáspora judía tiene que tener claro que fue cómplice de un hecho consumado – Israel como estado judío-palestino – y en su futuro tiene una disyuntiva histórica: Israel estado democrático en donde los judíos pierden la mayoría y el poder, o Israel estado Apartheid con dominio judío. Tienen que elegir de qué lado están. El mundo y los pueblos que los acogen los están esperando. Ojalá me equivoque. Herzlya – Israel 17-7-2020 kupervaser.daniel@gmail.com@KupervaserD   Nota relacionada:

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A pesar de la presión de los progresistas, no hay cambios importantes en la plataforma demócrata sobre Israel

Fuente: RON KAMPEAS | Jewish Telgraphic Agency  (JTA) Fecha: 16 de julio de 2020 WASHINGTON (JTA) – Los centristas en el comité de redacción de la plataforma del Comité Nacional Demócrata neutralizaron a los progresistas que querían que la plataforma condenara la ocupación israelí de Cisjordania. La plataforma 2020 solo alude a la ocupación, preserva la ayuda de defensa de Israel y rechaza el movimiento para boicotear a Israel. Pero sí advierte contra la anexión, la medida que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu está considerando para partes de Cisjordania. La plataforma aún no se ha lanzado públicamente, pero la Agencia Telegráfica Judía obtuvo notas de alguien a quien leyeron la parte de Israel de la plataforma por teléfono. La fuente de JTA solicitó permanecer en el anonimato para mantener la confidencialidad del funcionario que proporcionó la información. El lenguaje, aprobado por el comité de redacción, debe ser afirmado por un comité de plataforma más grande, pero en general ha habido pocos cambios en el lenguaje una vez que el comité de redacción da su aprobación. Los principales progresistas del partido, incluidos el senador Bernie Sanders de Vermont y la representante Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York, han pedido recortes en la asistencia de defensa si Israel continúa con la anexión. Y también hubo un esfuerzo concertado, liderado por, entre otros, J Street, el grupo político liberal judío sobre Medio Oriente, para que la plataforma mencionara la ocupación, en parte porque Netanyahu parece estar más cerca que nunca de anexionarse partes de Cisjordania. Pero al igual que lo hicieron en 2016, los centristas rechazaron las posiciones de los progresistas y solo aludieron a la ocupación, advirtiendo tanto a israelíes como a palestinos que no tomen medidas unilaterales, incluida la «anexión», y diciendo que Israel no debe expandir los asentamientos. «Estamos muy preocupados de que el borrador aparentemente no haga referencia a la ocupación en curso del territorio palestino por parte de Israel», dijo J Street en un comunicado. «Reconocer y oponerse a las indignidades e injusticias diarias que enfrentan los palestinos bajo la ocupación es un paso indispensable en el camino para promover y lograr un acuerdo de paz viable y duradero entre israelíes y palestinos que pueda satisfacer las necesidades y aspiraciones fundamentales de ambos pueblos». Hubo asentimientos para pedir que la plataforma tratara a los palestinos de manera más equitativa que en el pasado; plataformas anteriores a veces apenas han mencionado a los palestinos. La nueva plataforma reconoce las aspiraciones legítimas de ambos pueblos. Además, los $ 3.8 mil millones que Israel recibe anualmente en asistencia de defensa siguen siendo sacrosantos en la plataforma. «Los demócratas creen que un Israel fuerte, seguro y democrático es vital para los intereses de Estados Unidos», dice la plataforma. «Nuestro compromiso con la seguridad de Israel, su ventaja militar cualitativa y su derecho a defenderse», así como el memorando de entendimiento de la administración de Obama de 2016 que establece la cifra de 3.800 millones de dólares «son irrefutables». La plataforma también rechaza enérgicamente el BDS, o el movimiento para boicotear a Israel debido a la ocupación, y las medidas de las Naciones Unidas dirigidas a Israel. «Nos oponemos a cualquier esfuerzo por deslegitimar a Israel en las Naciones Unidas, o mediante el movimiento global de Boicot, Desinversión y Sanciones que apunta específicamente a Israel», dice la plataforma, al tiempo que reconoce los derechos de libre expresión, un guiño a los demócratas que se oponen a BDS pero también se oponen leyes estatales que penalizan el BDS. Por lo general, las plataformas se lanzan en las convenciones del partido, y el Partido Demócrata se programó originalmente para esta semana. Se retrasó hasta el próximo mes debido a la pandemia de coronavirus. Mientras un comité redacta la plataforma, el candidato presidencial, que se espera que este año sea Joe Biden, generalmente juega un papel importante. Eso significa que el lenguaje de las Naciones Unidas, en particular, probablemente distancia a Biden de uno de los actos finales de la administración Obama, lo que permitió a través de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que se condenara la ocupación de Israel en Cisjordania. Además, Biden ha dicho que el área donde resistiría la influencia de Sanders era la política exterior, y parece haberlo hecho cuando se trata de Israel. No está claro que Sanders, que se postuló en las primarias presidenciales y fue la amenaza más seria para la nominación de Biden, presionó para que se cambiara de política sobre Israel. Cuando Sanders reconoció a Biden, los dos hombres tuvieron una reunión en línea y Sanders presionó fuertemente por cambios progresivos en seis áreas políticas, ninguna de las cuales tenía que ver con la política exterior. El Consejo Democrático Judío de América dio la bienvenida a la redacción. «JDCA se enorgullece de haber brindado su opinión al comité de redacción de la plataforma del Partido Demócrata», dijo su directora, Halie Soifer. «Estamos muy contentos de ver que esa plataforma continuará con el apoyo de los demócratas a Israel, su asistencia de seguridad de acuerdo con el memorando de entendimiento y una solución negociada de dos estados para el conflicto palestino israelí». Traducción: Dardo Esterovich

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Denigre a Netanyahu tanto como se merece, pero permanecerá mientras no emerja ningún otro líder

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 1° de julio de 2020  Desesperación. Y como siempre con desesperación, salen las palabras eternas de David Avidan: «Lo que justifica más que nada la soledad, la gran desesperación … es el simple hecho tajante de que no tenemos otro lugar a donde ir« El Estado de Israel en realidad tiene un lugar a donde ir, pero no tiene a nadie con quien ir, nadie que lo dirija. El hecho simple tajante es que no tenemos a nadie con quien ir. Nadie está posicionado frente a Benjamin Netanyahu. Sin persona y sin idea, sin líder y sin plan. Y eso es lo que justifica sobre todo la gran desesperación. La protesta está justificada, nada está más justificado, al igual que sus motivaciones, sus catalizadores y sus razones. Netanyahu debe irse. Ha llegado su hora. Las personas que agitan la protesta también son buenas personas, llenas de buenas intenciones, pero ¿a quién proponen? ¿Y qué están ofreciendo, además de que se vaya? ¿Quién se para exactamente frente a Netanyahu? ¿Quién se supone que lo reemplazará? Cierra los ojos y piensa en la persona que te gustaría ver en la Oficina del Primer Ministro. ¿Hay tal persona? ¿Puedes darme un nombre, una persona que inspire esperanza? El secreto del poder actual de Netanyahu se deriva principalmente de esto: no hay nadie para oponerse a él. Él tiene algo que ver, pero no puedes echarle toda la culpa. Da fe de algo que es más que solo él. Una protesta con el objetivo de derrocar a un primer ministro es, por supuesto, legítima, y ahora también es vital. Sin embargo, cuando se asaltan las barricadas sin una alternativa ideológica o personal, incluso si no se tienen un líder, la protesta nunca prosperará. Una protesta sin rostro y sin plan es hueca. Ciertamente, intensifica el sentimiento agradable de participación cívica entre los columnistas y los pilotos retirados de la fuerza aérea que ya no bombardean a civiles inocentes en Gaza y Líbano, pero no hay mucho contenido. Tal es la protesta actual, y así terminará en nada, como lo hicieron sus predecesores. No es suficiente negar lo que existe. Nunca ha habido tal vacío, un vacío tan aburrido desde la fundación del estado. David Ben-Gurion tenía una alternativa, tanto dentro de su grupo como fuera de él, al igual que Yitzhak Rabin, Shimon Peres, Ehud Barak, Ariel Sharon, todos ellos. Israel esperó a la próxima generación, lo siguiente. Después de Ben-Gurion, esperaron a Moshe Dayan, Yigal Allon, Peres y Rabin. Después de ellos vino el llamado octeto. También esperaron en Likud lo siguiente después de Menahem Begin, ¿y a quién esperan ahora? Nadie porque no hay nadie. Benny Gantz fue aplastado. Amir Peretz implosionó. Yair Lapid nunca fue tomado en serio. Gideon Sa’ar puede hacer que la gente extrañe a Netanyahu. Entonces, ¿quién está ahí? Pruebe este ejercicio con todos los que se quejan constantemente de la situación, todos aquellos que desprecian a Netanyahu, que son tan numerosos como la arena en la playa, y pregúnteles: ¿A quién proponen? Ehhh… Silencio. Vacilación. Cabeceo. Aclaramiento de la garganta. Vergüenza. Finalmente: «Cualquiera sería mejor que él». No tan seguro. Eso no es una respuesta. El agua que no escurre se estanca. Por lo tanto, Netanyahu puede ser retratado bajo una luz positiva. Gadi Eisenkot se está calentando al margen como la próxima gran esperanza, que decepcionará exactamente como lo hicieron sus antecesores gemelos, Gantz y Gabi Ashkenazi. Aviv Kochavi será la próxima gran y decepcionante esperanza después de él. Cuando la única esperanza proviene de la base del ejército -que también es un tipo de “democracia”- no hay posibilidad de cambio. Los veteranos militares, a excepción de los casos más raros, no entienden la vida civil. Tampoco la democracia es exactamente su escuela, y están encerrados en la sabiduría convencional de la seguridad, la seguridad, en virtud de sus roles. Más allá de ellos, no hay nadie a quien valga la pena mirar con la esperanza de un cambio. Amos Oz describió una vez a Netanyahu como un compresor ruidoso debajo de la ventana. El que reemplazará a Netanyahu silenciará el estruendo de ese compresor, pero eso no es por lo que están protestando. También será una persona sin acusaciones penales, e incluso eso no será suficiente. El día que surja la alternativa, la historia de Netanyahu terminará. Es dudoso que termine antes de eso. Traducción. Dardo Esterovich

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Antisemitismo, judeofobia y sionismo

10 ejes para evitar equívocos, confusiones y tergiversaciones El último 12 de junio el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto difundió la Resolución Número 114/20 mediante la cual se adoptó la definición de antisemitismo aprobada por la Alianza Internacional para la Rememoración del Holocausto (IHRA), consensuada por esa organización en mayo de 2016. A través de dicha Resolución se invitó a los organismos del Estado y a instituciones públicas y privadas a adherirse a la iniciativa. En ese marco, el LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO manifestó su acuerdo con la propuesta, aceptando explícitamente la invitación. Sugestiva y lamentablemente, en contenidos que consideramos precisos y definidos, surgieron heterogéneos posicionamientos vinculados con la Resolución. Algunas avalando y otros impugnando la decisión gubernamental. Dado que el origen de este debate se basa tanto en confusiones terminológicas como en intentos de tergiversar la definición asumida por la Cancillería, nos sentimos obligados a realizar las siguientes precisiones, con la intención de compartirlas, fundamentalmente, con quienes luchan por una sociedad democrática, más justa y solidaria. 1. Antisemitismo fue el término acuñado por un judeófobo, Wilhelm Marr, en 1873 para identificar y organizar a quienes como él odiaban a los judíos. Sin embargo, Marr no se percató que los pueblos semitas son una comunidad lingüística cuyas lenguas tiene un origen común: el arameo, el árabe y el hebreo, entre otras. 2. Más allá de la confusión de Marr, hasta el día de hoy el antisemitismo se suele utilizar como sinónimo de judeofobia. El diccionario de la Real Academia Española sigue definiendo el término como “Antisemita: De anti y semita. Adjetivo. Que muestra hostilidad o prejuicios hacia los judíos, su cultura o su influencia.” 3. Sin embargo el término preciso para referirse al odio y el desprecio hacia el colectivo debiera ser judeofobia. 4. La International Holocaust Remembrance Alliance –organización de la que Argentina forma parte desde 2001– redactó una definición de judeofobia utilizando el término que aún se sigue utilizando (antisemitismo) para referirse a esta forma de discriminación. 5. Indudablemente la judeofobia se encuentra aún vigente, en forma paralela a muchas otras formas de etiquetamiento, estigmatización y persecución, como advertimos en la actualidad en relación a los afrodescendientes. 6. La definición asumida por la cancillería, en su Resolución 114/2020, expresa que: “El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos que puede expresarse como el odio a los judíos. Las manifestaciones físicas y retóricas del antisemitismo se dirigen a las personas judías o no judías y/o a sus bienes, a las instituciones de las comunidades judías y a sus lugares de culto” 7. Quienes cuestionan que dicha definición sea asumida por la Cancillería, consideran que puede utilizarse potencialmente en una justificación para perseguir a quienes cuestionan las políticas coloniales de ocupación, llevadas a cabo por el gobierno israelí. Dicho reparo se basa en que efectivamente los sectores de la derecha de la colectividad judía (y de la diplomacia Israel) se empecinan en confundir la identidad judía con la nacionalidad israelí, e incluso con el sionismo. 8. La definición asumida por la cancillería, sin embargo, no nombra ni a Israel ni al sionismo. El sionismo es una ideología política. No es identidad étnica. No todos los judíos son sionistas, ni todos los sionistas son judíos. Más aún: hay judíos que son anti-sionistas (Chomsky para dar un ejemplo muy conocido), y hay comunidades de la derecha evangélica cristiana que se identifican con el sionismo de derecha. 9. El LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO avaló la resolución asumida por la Cancillería con la profunda convicción de que la misma no será tergiversada ni utilizada para defender las políticas expansionistas ni colonialistas que lleva a cabo el gobierno de Israel, ni para perseguir a quienes señalan dichos atropellos, repetidamente condenados por la comunidad internacional. 10. Cuestionar la ocupación de Cisjordania o los altos del Golán (territorios pertenecientes a Palestina y a Siria) y el bloqueo a Gaza no puede conferir a quienes se oponen a dichas acciones –llevadas a cabo por el gobierno de Israel–, el estigma de antisemita ni de judeofóbico. Si acaso algún grupo pretendiese alterar o falsear el contenido explícito de la definición asumida por la Cancillería, nuestra entidad se mantendrá fiel a sus postulados fundacionales, que repudian tanto la ocupación colonial, como la islamofobia, la judeofobia, la misoginia, la homofobia y cualquier otra forma de discriminación, que suponga una racialización, la persecución, la inferiorización o la estigmatización. Reafirmamos, en ese marco, los postulados de nuestro documento fundacional: La única norma que define y sanciona los comportamientos discriminatorios es la Ley 23592 aprobada en 1988. En ese sentido, la resolución que ha generado este debate no suma ni altera su normativa. Buenos aires, 18 de Junio de 2020 Marcelo Horestein, Presidente Dardo Esterovich, Secretario General

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La anexión convertirá oficialmente a Israel en un estado de apartheid

Fuente: Zehava Galon (*) | Haaretz Fecha: 16 de junio de 2020 (*) Ex secretaria general del partido Meretz En Israel no les gusta hablar del apartheid. Esa es una palabra dura. Recuerdos vergonzosos de cooperación despreciable con un régimen injusto, y otros recuerdos de los tiempos en que nosotros éramos a quienes no se nos permitía ser parte de las instituciones debido a nuestra condición inferior. Tenemos un momento difícil con el apartheid: la palabra, no la política. Tiene lo que ellos llaman connotaciones. Pero apartheid es la palabra precisa para la anexión que el primer ministro Benjamin Netanyahu está planeando, y si es difícil para nosotros mirarnos en el espejo, tal vez el problema no sea el espejo. En Israel se enseña muy poco sobre Sudáfrica en la era del apartheid y nuestros estrechos vínculos con ella. Los graduados de secundaria pueden decir algo sobre Nelson Mandela, pero no sobre el Congreso Nacional Africano; saben algo sobre la prohibición del matrimonio interracial, sobre playas separadas, escuelas y baños públicos. Tal vez hayan escuchado el término «bantustanes», pero probablemente no saben que Sudáfrica estableció esos protectorados para poder afirmar que los negros eran ciudadanos de esas entidades, y ahí es donde deberían exigir sus derechos. Nuestros graduados de secundaria no saben acerca de los permisos de viaje, las barriadas donde los negros se vieron obligados a vivir como mano de obra barata, la falta de derechos. Saben sobre el boicot internacional, pero no sobre las relaciones públicas de Sudáfrica, lo que llamamos «hasbara«. Sabemos lo suficiente sobre Sudáfrica para señalar las diferencias entre nosotros y ellos, y somos lo suficientemente ignorantes como para ignorar las similitudes. Sudáfrica contribuyó con un nuevo delito al derecho internacional. No somos Sudáfrica, pero hemos estado coqueteando con el crimen del apartheid durante mucho tiempo. La realidad de 53 años de ocupación recuerda el apartheid lo suficiente tal como es, pero consagrarlo en la ley, como Netanyahu planea hacer, convertirá oficialmente a nuestro sistema en apartheid. Conozco los argumentos. Uno podría haber afirmado, apenas, que la ocupación era una «necesidad de seguridad», si no estuviéramos gastando miles de millones para establecer asentamientos; si no estuviéramos ignorando los asentamientos ilegales mientras destruíamos miles de estructuras palestinas. ¿Para qué creías que era todo esto? No protestes tanto por la palabra cuando no protestaste por la política. Y ahora Netanyahu, en un intento de crear un legado para sí mismo, está tratando de adoptar el truco legal que usaron los sudafricanos: Miren, los palestinos tienen soberanía. En sus islas, rodeadas de nosotros. Incluso les daremos sus propios caminos soberanos para conducir entre sus soberanías. Tendrán su Transkei y su KwaZulu. “Desarrollo separado”,  lo llamó el gobierno blanco en Pretoria. Netanyahu no es el primero en enamorarse de la estrategia de supervivencia del régimen del apartheid. Antes que él, los miembros de la derecha Naftali Bennett y Ayelet Shaked lo hicieron, y mucho antes que ellos, el ex primer ministro Ariel Sharon. Netanyahu no fue el primero en soñar con el apartheid, pero es el primero que tiene la intención de aplicarlo. Sin excusas, sin máscaras, sin «requisitos de seguridad», sin «aumento natural». Segregación racial. Casi orgullosamente, llaman a esto por la palabra blanqueada «extender la soberanía». «Cry, the Beloved Country» (Llora, país amado) es el título de la novela clásica de Alan Paton sobre el apartheid. También fue el título de un artículo de Azriel Carlebach, uno de los primeros editores del diario hebreo Ma’ariv, en 1953. Carlebach describió a su hija las formas en que los árabes fueron robados en este país. “Tú, quizás, esos ojos tuyos, puede que nunca lo sepan. Eres una sabra*, y estás acostumbrado a cosas como esta. Y para ti es natural que el mundo se divida en dos: los vencedores y los vencidos, los superiores y los inferiores. Mientras yo… soy judío”. No era la palabra apartheid lo que horrorizaba a Carlebach, era la política. También debería espantarnos. * Judíos nacidos en Palestina antes de 1948 Traducción: Dardo Esterovich

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Para los colonos de Cisjordania nunca será suficiente

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 6 de junio de 2020 Traducido del inglés para Rebelión por J. M. Una foto del 21 de enero de 2020 muestra al entonces ministro de Defensa, Naftali Bennett, los planes de construcción en Cisjordania. Crédito: Ministerio de Defensa / Ariel Hermoni Los colonos no son felices. La gente dice que incluso están ofendidos. Su reunión con el primer ministro el martes fue descrita como «muy emotiva». Qué desgarrador. ¿Cómo se les puede hacer esto? ¿No han sufrido lo suficiente? El plan de anexión no es lo bastante bueno para ellos. 19 colonias pueden quedar fuera, ¿fuera de qué? Fuera de la tierra que es totalmente de ellos. Fuera del Estado del pueblo judío. ¿Y qué pasará con sus idealistas residentes? ¿Adónde irán? Se avecina un desastre nacional que rompe el corazón. Benjamin Netanyahu hizo lo correcto al apresurarse a aceptar la reunión urgente, y también prometió que la anexión no estaría vinculada al plan de Trump. En cuanto a un Estado palestino, por supuesto no hay nada de qué hablar. Aun así están agraviados. Está bastante justificado, si no totalmente. Solo los de corazón duro pueden no empatizar. No hay un primer ministro que no haya mantenido reuniones urgentes con ellos. No hay otro sector de la sociedad que haya tenido siempre el oído atento del primer ministro, de cada primer ministro. Son el terror de la calle Balfour por generaciones. No hay otro grupo poderoso para el cual todos los corredores del poder estén tan abiertos. ¿Qué hay de desempleo, pobreza, violencia, racismo, una pandemia, hospitales superpoblados, viviendas o educación en comparación con las quejas por una anexión insuficiente? Pocos primeros ministros, y ciertamente no Netanyahu, habrían considerado recibir a una delegación de quienes se oponen a las colonias. ¿Quizás ellos también están agraviados? ¿Quizás sus quejas también son urgentes? ¿Quizás los peligros que señalarán son mucho más serios que el destino del puesto avanzado de Esh Kodesh (en castellano “Fuego sagrado”)? Una foto icónica tomada la semana pasada cuenta toda la historia: un grupo de hombres duros están sentados en círculo, algunos con sandalias, otros con botas, la mayoría con kippas, uno con chaqueta. La mafia en acción, los mafiosos discutiendo el botín robado. Están mirando un mapa que se extiende en el piso de madera frente a ellos. La mayoría de las áreas son de color rosa. Ese es el mapa de ocupación. «Colonialismo 2020», tuiteó alguien, los líderes de los colonos discutiendo la anexión. Su futuro nunca se vio tan prometedor, al igual que las tierras en el mapa, pero están resentidos. Así son siempre. El cosaco ladrón que nunca está satisfecho. Esa es la lujuria de la ocupación y la codicia de bienes raíces que nunca pueden tener suficiente, junto con su constante manipulación cínica, su resentimiento. A pesar de todas sus manipulaciones, todavía se quejan. Durante 50 años se han quejado de todos los gobiernos israelíes, chantajeándolos casi por igual. El resentimiento les funciona, pocos primeros ministros pudieron resistirse a ceder ante él. Ahora es el turno de Netanyahu. Esa foto también era una imagen del apartheid puro. Los cazadores blancos que dividen la piel del oso que han cazado y que no les pertenece. A la mayoría de los residentes de esas tierras color de rosa nunca se les preguntará qué piensan, pero la propaganda israelí no lo llamará apartheid. ¿Hay más pruebas que esa imagen de que el apartheid ha ganado? ¿Dónde están los palestinos? ¿No son seres humanos? Los jefes de la organización criminal más grande y fuerte del país están sentados allí, discutiendo el destino de su botín. En otra manipulación más, se dividen en «moderados» y «extremistas» como si hubiera alguna diferencia entre ellos, exactamente la forma en que distinguimos entre colonias «legales» e «ilegales», como si hubiera alguna diferencia entre ellos, como si todos ellos no fueran criminales, la mayor plaga de Israel. Los «buenos», aquellos que por la bondad de sus corazones estarían de acuerdo con la versión de anexión de Trump, no fueron invitados a la reunión con Netanyahu. Ahora es el momento de aplacar a los extremistas, que no están contentos con esta versión. Cuando Cisjordania se anexe en su totalidad y sus residentes sean expulsados ​​a quién sabe dónde, codiciarán la otra orilla del Jordán y expresarán resentimiento. Cuando se anexe Cisjordania exigirán la tierra de Basán, convocarán al primer ministro a una reunión urgente y presentarán sus quejas. Se sentirán agraviados incluso cuando su país llegue desde el Nilo hasta el Éufrates. Uno no puede quejarse de ellos. Como cualquier organización delictiva el problema está en quienes facilitan su existencia. Y eso comprende a todos los israelíes, a todos nosotros. Fuente: https://www.haaretz.com/opinion/.premium–1.8894785 Nota relacionada: “La anexión debe detenerse” Bernie Sanders se dirige a la multitud en el mitin judío-árabe de Tel Aviv. https://www.haaretz.com/israel-news/annexation-must-be-stopped-bernie-sanders-addresses-crowd-at-tel-aviv-rally-1.8902918?utm_source=traffic.outbrain.com&utm_medium=referrer&utm_campaign=outbrain_organic

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Miles protestan contra la anexión israelí en Tel Aviv; Bernie Sanders llama a ‘hacer frente a los líderes autoritarios’

Fuente: Lee Yaron y Josh Breine|Haaretz Fecha: 6 de junio de 2020 Una manifestación conjunta judío-árabe contra los planes israelíes para anexar los asentamientos de Cisjordania tuvo lugar el sábado en la Plaza Rabin de Tel Aviv con miles de participantes. La protesta fue prohibida originalmente por la policía debido a los temores sobre el coronavirus, pero la policía cedió y emitió un permiso el viernes por la noche. Los organizadores designaron a unos 50 supervisores para garantizar que se mantengan las regulaciones de coronavirus. El senador de Vermont, Bernie Sanders, se dirigió a la manifestación a través de una videoconferencia, expresando su apoyo a los manifestantes y condenando los planes de anexión de Israel. El senador dijo que estaba «animado» al ver a árabes y judíos manifestarse juntos. «En estos días difíciles… nunca ha sido más importante defender la justicia y luchar por el futuro que todos merecemos», dijo Sanders. «Depende de todos nosotros enfrentarnos a los líderes autoritarios y construir un futuro pacífico para cada palestino y cada israelí… En palabras de mi amigo Ayman Odeh: El único futuro es un futuro compartido». Varios políticos israelíes también hablaron en la protesta. El jefe de la alianza de la Lista Conjunta de partidos predominantemente árabes, Ayman Odeh, dijo a la multitud: “Estamos en una encrucijada. Un camino conduce a una sociedad conjunta con una verdadera democracia, igualdad civil y nacional para los ciudadanos árabes… El segundo camino conduce al odio, la violencia, la anexión y el apartheid «, dijo Odeh. «Estamos aquí en Rabin Square para elegir el primer camino», dijo. «No hay tal cosa como la democracia solo para los judíos», agregó Odeh. «Al igual que Martin Luther King y sus partidarios en los Estados Unidos, debemos darnos cuenta de que sin justicia no puede haber paz. Y no habrá justicia social si no ponemos fin a la ocupación», dijo Odeh. El presidente de Meretz, Nitzan Horowitz, dijo a los manifestantes que “la anexión es un crimen de guerra. Un crimen contra la paz, un crimen contra la democracia, un crimen que nos costará sangre”. El líder del partido de izquierda también criticó al ministro de Defensa, Benny Gantz, y a los miembros de centro izquierda que se unieron al gobierno liderado por Netanyahu: «Ustedes son socios de pleno derecho, están respaldando y autorizando esta tragedia». Entre los otros oradores en la manifestación estaban Muhammad Baraka, presidente del Comité Superior de Monitoreo Árabe en Israel, y los legisladores Merav Michaeli (laborista), Tamar Zandberg (Meretz) y Ofer Cassif (Hadash / Lista Conjunta). El director de Breaking the Silence (Rompiendo el Silencio), Avner Gvaryahu, se refirió al plan de paz de Medio Oriente de la administración Trump, diciendo que «Trump no está enviando a sus hijos a proteger los puestos de avanzada… Los hijos de los partidarios de la anexión estadounidense no pueden matar ni ser asesinados en los territorios, pero nuestros hijos si lo pueden «. Tegan, una joven de 17 años que vino de Taibeh para protestar, dijo que esta no es su primera manifestación y que los jóvenes árabes comienzan a llegar con más frecuencia para protestar en Tel Aviv. «Estoy protestando porque basta con todo este derramamiento de sangre. Tenemos que hacer las paces entre judíos y árabes ahora «, dijo.» Suficiente racismo, suficiente asesinato, ya lo hemos superado. Bibi y Trump son racistas y tengo un poco, mucho miedo de lo que sucederá si hay una anexión. La semana pasada estuve en la marcha de las mujeres y queremos decirles a los políticos que ya es suficiente». Mientras tanto, Simcha, un manifestante de 50 años de Kfar Yona dijo, «votamos por Gantz porque pensamos que sería una alternativa y nos traicionaron». Los laboristas también. Simcha agregó: «Estamos cansados de inclinarnos por el centro y esperar que traigan un cambio. Solo podemos oponernos a la ocupación y abogar por la democracia en una asociación judío-árabe. La próxima vez, votaré por la Lista Conjunta». Docenas de policías y guardias monitorearon la manifestación. El portavoz de la policía dijo que ha pedido a los participantes que mantengan el orden, particularmente en relación con las directrices del Ministerio de Salud con respecto al coronavirus al mantener una distancia de dos metros entre ellos y usar máscaras. Después de que terminó el evento oficial, varios manifestantes se quedaron y bloquearon el tráfico que rodeaba la plaza. La policía emitió un comunicado que decía: “Con la conclusión de la protesta en la Plaza Rabin esta noche, un puñado de manifestantes se quedaron en el sitio e interrumpieron el orden público al bloquear el tráfico. La policía llama a los manifestantes a restablecer el orden y obedecer las instrucciones de los oficiales». Los manifestantes se acostaron en la acera que rodeaba la Plaza Rabin, haciendo eco de las protestas que tienen lugar en todo el mundo contra la brutalidad policial que se desencadenó por la muerte de George Floyd mientras estaba bajo custodia policial en Minneapolis. Gritaban consignas que incluían «suficiente ocupación», «policía, ¿a quién estás protegiendo?» «La ocupación es terror y nada cambiará eso», y «Eyad, Eyad y nuevamente Eyad», en referencia al hombre palestino autista de 32 años que fue asesinado a tiros por la policía en la Ciudad Vieja de Jerusalén el sábado pasado. Cinco manifestantes fueron arrestados. Un video muestra a la policía arrojando violentamente a un fotógrafo de Haaretz al suelo mientras cubría la protesta. «Traté de filmar a los policías y luego decidieron arrestarme», dijo el fotógrafo Tomer Appelbaum. «Uno me dio un puñetazo, otro me dio un rodillazo y otro me empujó la cabeza». Netanyahu fijó el 1 de julio como la fecha límite para comenzar el proceso de anexión unilateral de los asentamientos establecidos en Cisjordania desde 1967, incluido el Valle del Jordán. Esta semana, trató de tranquilizar a los líderes de los colonos de que la anexión se promovería independientemente del plan de Medio Oriente del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En las últimas semanas, los colonos se han opuesto a las condiciones

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AIPAC: el nuevo cadaver político que Netanyahu deja en su camino

Fuente: Daniel Kupervaser | Blog de Daniel Kupervaser Fecha: 6 de junio de 2020 Subtĺtulo: Netanyahu lanza advertencia al liderazgo judĺo de la diáspora: o apoyan públicamnte sus polĺticas o pasan a ser parte de la historia. La lista de personalidades políticas que activaron hombro a hombro por el Likud y Netanyahu y que terminaron como cadáveres políticos en la banquina de la historia durante la última década es cada día mas larga. A diferencia de la conducción democrática que caracterizó a este partido durante la era de Begin, en este sentido Netanyahu impuso el principio despótico de los utensilios descartables: use, ensucie y tire. Ahora le llegó el turno a AIPAC. El histórico y poderoso lobby proisraelí de la sociedad estadounidense que durante décadas se constituyó en columna vertebral del apoyo prácticamente incondicional de ese país a Israel. Si bien la conducta de esta institución trasmitió en ojos de la sociedad circundante una imagen de doble lealtad judía, no se puede dejar de señalar su exitosa labor sin diferencias de partido gobernante en Israel o en EE.UU.Todo comenzó a crujir con el arribo de Trump a la Casa Blanca. La extrema intimidad entre Netanyahu, el nuevo presidente estadounidense y sus parlamentarios del partido republicano, dejó tambaleando a AIPAC que históricamente se jactó de trabajar con demócratas y republicanos indistintamente. El distanciamiento entre Netanyahu y AIPAC se acentuó a medida que el primer ministro israelí se alejaba de aquella promesa de la solución de dos estados que oportunamente la adoptó en el año 2009 en su famoso discurso de la Universidad de Bar Ilan. Por el contrario, AIPAC, con su visión bipartidista de la política estadounidense, persistió en la formula basada en el dialogo con los palestinos que finalmente permita llegar a una solución de compromiso territorial. Otro aspecto que demostró a lideres de AIPAC que su función histórica está arribando a su fin lo constituyó un drástico cambio en la actitud de Trump. El excéntrico presidente estadounidense comenzó a identificar a otra institución como la representante de los intereses israelíes en EE.UU. Se trata de la Coalición Judía Republicana (RJC por sus siglas en ingles), organismo que agrupa a potentados ciudadanos estadounidenses con una clara identificación ideológica y partidaria de quienes presionan al presidente para la toma de decisiones a favor de Israel. Paralelamente, a través de su Comité de Acción Política (PAC por sus siglas en ingles) movilizan donaciones para: “cumplir con su mayor objetivo en el año 2020, reelección de Donald Trump, por siempre el presidente pro Israel más significativo”. Otro ejemplo de doble lealtad judía. La constitución del nuevo gobierno israelí con la firma del acuerdo de coalición que establece el derecho de Netanyahu de aprobar la anexión unilateral de territorios de Cisjordania fue determinante en la comprensión que la función histórica de AIPAC está pasando a la historia.Sus escuetos comunicados por Twitter lo confiesan claramente. En el primero congratula la constitución del nuevo gobierno de Netanyahu y Gantz. En el segundo, más bien se debe interpretar como una plegaria para aquellos que los reemplacen. Textualmente dice: “No se debe permitir que la anexión debilite la vital relación entre Estados Unidos e Israel”. Una clara referencia a la inevitable ruptura con el ala liberal y demócrata de la sociedad estadounidense. El Dr. Keith Kahn-Harris, sociólogo inglés, fue quien le adjudicó el título apropiado: “La anexión es un claro mensaje para AIPAC: empaquen y váyanse a casa” (“Annexation Means AIPAC Can Pack Up and Go Home”, Haaretz, 21-5-2020). Pero este acontecer tiene otra implicación. Seria un grave error de interpretación si las instituciones que lideran las colectividades judías en la diáspora no le dedican la suficiente atención. Si estos organismos como DAIA en Argentina, CONIB en Brasil, CJCH en Chile o CCIU en Uruguay, como ejemplo, no se alistan detrás de los planes de anexión de Cisjordania, Netanyahu se va a preocupar para que pasen a ser parte de la historia.El cuento de los valores del judaísmo humanista al que tanto recurren en las diásporas, Netanyahu se encargó de hacerlo desaparecer. Las direcciones comunitarias judías del mundo solo disponen de dos alternativas: apoyar a Netanyahu y enfrentarse con las sociedades que los circundan, o, enfrentarse con Netanyahu en defensa de esos valores históricos del judaísmo. No se pueden escabullir, tienen que decidir.Ojalá me equivoqueDaniel KupervaserHerzlya – Israel 6-6-2020http://daniel.kupervaser.com/kupervaser.daniel@gmail.com@KupervaserD

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