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La derecha global es una amenaza para los judíos estadounidenses, pero un hogar natural para los israelíes

Fuente:  Yair Wallach |+972 Magazine  Fecha: 16 de noviembre de 2020 La elección presidencial estadounidense de 2020 puso de relieve el contraste entre las comunidades judías estadounidense e israelí, los dos principales centros del mundo judío. Según las encuestas postelectorales, el apoyo de los judíos estadounidenses a los demócratas sigue siendo extremadamente alto, del 77 por ciento (frente al 70 por ciento en 2016). Se estimó que el presidente Donald Trump recibió solo el 21 por ciento del voto judío. En Israel, sin embargo, las encuestas han demostrado que los judíos israelíes prefieren a Trump en lugar de Biden en un 70 por ciento a 13 por ciento. Mucho se ha escrito sobre la creciente brecha entre los judíos estadounidenses e Israel en términos de valores e identidad judía. En particular, el aferrarse con la ocupación y el creciente autoritarismo del régimen de Benjamin Netanyahu han provocado una creciente desilusión con Israel, especialmente entre los jóvenes judíos progresistas en América del Norte. Por un lado, está el inconfundible giro de Israel hacia la derecha nacionalista; por el otro, el compromiso de los judíos estadounidenses con los ideales liberales, pluralistas y progresistas, ejemplificados por la difunta jueza Ruth Bader Ginsburg. El icono liberal simbolizó para muchos el papel que el «Tikkun Olam«(reparar el mundo) judío puede desempeñar en la lucha por la justicia social universal. Ahora, las dos comunidades se encuentran no solo separándose, sino también cada vez más en desacuerdo. La mayoría de los judíos estadounidenses ven a Trump como una clara amenaza, mientras que la mayoría de los judíos israelíes lo ven como un aliado que ofrece seguridad y esperanza. Esta divergencia tiene que ver no solo con los diferentes valores de las dos comunidades, sino también con sus posiciones estructurales. Siendo una minoría relativamente próspera y mayoritariamente blanca, el grado de respaldo de los judíos estadounidenses a los demócratas es sorprendente. Un estudio de 2015 encontró que el apoyo judío a los demócratas era un 40 por ciento más alto que el de los no judíos en posiciones socioeconómicas similares. Y si bien parte de esto se puede explicar en los niveles de educación y concentración judíos en las áreas metropolitanas, esto está claramente lejos de toda la historia. El modelo de ciudadanía inclusiva del Partido Demócrata se ajusta a las aspiraciones de los judíos estadounidenses de cultivar una identidad minoritaria cultural y religiosa junto con la participación cívica. En tal modelo, el particularismo judío y la ciudadanía estadounidense universal se refuerzan mutuamente como dos caras de la misma moneda. El carácter cristiano abrumadoramente blanco del Partido Republicano, por otro lado, es mucho menos complaciente en este sentido. La fuerte base evangélica del Partido Republicano y su conservadurismo social infundido por el cristianismo han disuadido a la mayoría de los judíos de considerarlo un hogar político. En los últimos cuatro años, las conexiones de Trump con la extrema derecha han agregado una dimensión antisemita explícita a esta ecuación. Trump se ha negado repetidamente a denunciar a los grupos supremacistas blancos y la conspiración antisemita de QAnon (Secta de apoyo a Trump donde se difunde las teorías conspirativas más extravagantes de la derecha. N del T). Los políticos republicanos habitualmente invocan conspiraciones con respecto al financista judío húngaro George Soros, mientras utilizan su apoyo a Israel para desviar las acusaciones de antisemitismo hacia ellos. El cambio en la retórica del Partido Republicano bajo Trump ha revelado que la asimilación general de los judíos blancos a la blancura tiene límites claros. Los comentarios de Trump a los judíos estadounidenses, en los que se refirió a Israel como «su país» y a Benjamin Netanyahu como «su primer ministro», traicionaron su comprensión de los judíos estadounidenses como no totalmente estadounidenses, de acuerdo con su noción exclusivista general de ciudadanía. El ataque mortal de 2018 a la sinagoga de Pittsburgh por parte de un nacionalista blanco que se suscribió a las teorías de conspiración amplificadas por el Partido Republicano que involucran a Soros e la inmigración, mientras tanto, mostró en los términos más crudos los peligros de la normalización de Trump de la supremacía blanca. El lugar de los judíos en un EE.UU. nativista está lejos de ser seguro, y está claro por qué rechazan abrumadoramente esta visión política. El apoyo israelí a Trump se basa de manera similar en realidades estructurales y está vinculado a la transformación del sistema político de Israel en los últimos 20 años. La lenta pero segura desaparición de la solución de dos estados, y la incorporación efectiva de la ocupada Cisjordania a Israel, marcan el surgimiento de un sistema político de un solo estado en el que el dominio judío está asegurado a través de la erosión de las características democráticas de Israel. Si los judíos estadounidenses son una minoría, los judíos israelíes están en la posición opuesta. Constituyen un grupo hegemónico de aproximadamente el 50 por ciento de la población en Israel-Palestina. Como escribió recientemente Raef Zreik en la revista +972, la Ley del Estado-Nación Judío de 2018 detalla el nuevo modelo de dominio político judío, con la degradación de la ciudadanía para los palestinos en Israel y el compromiso con los asentamientos judíos como un «valor nacional». A medida que la permanencia de la ocupación se vuelve cada vez más obvia, Israel ya no puede mantener sus credenciales democráticas y presentarse como una isla de liberalismo en el Medio Oriente. Esto explica por qué Israel ha buscado en la última década posicionarse como un aliado estratégico de la creciente derecha autoritaria, revanchista e islamofóbica global, encabezada por Jair Bolsonaro, Narendra Modi, Viktor Orbán y, por supuesto, Trump. Por ahora, esta alianza parece estar funcionando con los intereses de Israel, en un mundo cada vez más antiliberal. Los comentaristas israelíes de derecha que apoyan a Trump han adoptado una retórica de extrema derecha y han hablado en términos despectivos e incluso antisemitas sobre el apoyo de los judíos estadounidenses a los valores liberales. Los subrogantes clave de Netanyahu han descrito a J Street como “Jew Boys”

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El tablero político israelí ante el próximo llamado a cuartas elecciones en dos años

Fuente: Daniel Kupervaser | Blog de Daniel Kupervaser Fecha: 9 de noviembre de 2020  Finalmente, le cayó la ficha a Gantz. “Yo ya tengo claro que Netanyahu no piensa cumplir la rotación en la función de primer ministro. Yo ya no le creo a Netanyahu”, confesó el primer ministro alternativo que tan solo unos meses atrás firmó un acuerdo de coalición con la promesa de intercambiar con Netanyahu la función de primer ministro elegido a fines de 2021 (Canal 12 TV, 6-11-2020). La mayoría de los analistas políticos coinciden que el llamado a nuevas elecciones a principios de 2021 es la única salida que puede despejar el callejón sin salida al que arribó este gobierno. Un gobierno que se caracteriza, no por sus políticas, sino por la impotencia en la toma de decisiones, resultado de la mutua neutralización de sus componentes. EL TABLERO POLITICO ISRAELI No por ser recurrente ni por recientes experiencias, vale la pena acentuar los caracteres muy singulares del tablero político israelí tal como se consolidaron el último año para tener una visión de las posibles, y no ficticias o ilusorias, alternativas de las fuerzas que podrían componer el futuro gobierno israelí. La conformación de un gobierno en el sistema parlamentario israelí, con una sociedad tan fragmentada políticamente, no depende mayormente de los resultados electorales de un partido en particular, sino mas bien del arte o habilidad de negociar coaliciones por parte de líderes de los partidos mayoritarios. Para arribar a conclusiones relativamente fundamentadas para estos tiempos, es necesario diferenciar dos aspectos que reflejan la conducta de los votantes y de los partidos políticos israelíes. El primer aspecto nos permite diferenciar claramente partidos políticos según la lealtad que su electorado tradicional le manifiesta a lo largo del tiempo. En este sentido diferenciamos entre partidos con “patrón de voto fijo” frente a partidos con “patrón de voto cambiante”. Los primeros agrupan mayormente a un núcleo homogéneo de población sobre la base de visiones o intereses muy claramente definidos que los hace diferenciar de los demás y su predisposición a acoplarse a coaliciones se condiciona estrictamente a la materialización maximalista de sus visiones o intereses. En este bloque debemos mencionar a la Lista Árabe Unida, los partidos religiosos ultra ortodoxos, el partido de Liberman que representa mayormente a inmigrantes rusos y el partido Meretz apoyado mayormente por la denominada izquierda tradicional.  Los partidos políticos con patrón de voto cambiante agrupan a públicos que están dispuestos a ser movilizados por la imagen y mensajes de líderes del momento más que por una visión ideológica clara y definida. La experiencia ha demostrado en reiteradas ocasiones, entre ellas en las ultimas elecciones, situaciones de líderes de este grupo que traicionaron promesas previas a su electorado. Este carácter es el determinante de la permanente movilidad interna de los votantes de este bloque y es lo que centra generalmente las batallas electorales. En vista a las próximas elecciones este bloque comprende el partido Azul y Blanco (Gantz), Yesh Atid (Lapid), Yemina liderado por Bennet y el Likud liderado por Netanyahu. El resto de los partidos no tienen perspectivas de pasar el mínimo exigido por ley.   La tabla expuesta en la imagen detalla los partidos políticos israelíes según la pertenencia a los dos bloques mencionados haciendo referencia a los resultados de las últimas elecciones y los estimados según un promedio de sondeos de intención de voto de semanas recientes. En los números puede observarse claramente la diferencia de conducta interna entre los dos bloques. En ultima instancia, en un congreso de 120 bancas, la verdadera lucha electoral se centra solamente alrededor de 75. Para los partidos del bloque de patrón de voto cambiante, generalmente líderes en la formación de una coalición gobernante, acoplar algún partido del bloque de patrón fijo se convierte, tal vez, en el desafío mas importante. DISTRIBUCION DE BANCAS EN LA KNESSET SEGÚN PATRON DE VOTO PARTIDO/BLOQUE ELECCIONES ABRIL 20 SONDEOS NOVIEMBRE 20 LISTA ARABE UNIDA 15 15 RELIGIOSOS ULTRA ORTODOXOS 16 16 IZQUIERDA – MERETZ 7 7 INMIGRANATES RUSOS – LIBERMAN      7 7 TOTAL PATRON VOTO FIJO 45 45 YESH ATID – LAPID 17 17 AZUL Y BLANCO – GANTZ 16 9 YEMINA – BENNET 6 20 LIKUD – NETANYAHU 36 29 TOTAL PATRON VOTO CAMBIANTE 75 75 TOTAL GENERAL 120 120 Tres acontecimientos de singular importancia fueron los detonantes de cambios significativos en la intención de voto del electorado israelí desde las últimas elecciones en abril 2020 hasta el presente. En primer lugar, un significativo desgaste de Gantz y su partido como consecuencia de haber traicionado políticamente a su electorado a quien prometió no sentarse junto a Netanyahu en un gobierno. En segundo lugar, el resonante fracaso del confrontamiento con la pandemia Covid-19 atribuido principalmente a Netanyahu. En tercer lugar, la impotencia del gobierno de coalición de partidos con posiciones opuestas que prácticamente impide la toma de decisiones importantes en materia de política interna proyectando una imagen de total desidia. Como se observa en la tabla expuesta, la consecuencia de estos acontecimientos no afectó la intención de voto dentro del bloque de patrón de voto fijo (pese a la participación en el gobierno de los partidos ultraortodoxos), mientras que en el otro bloque se perciben cambios muy significativos. No solo que Gantz y Netanyahu bajaron notoriamente, sino que Yemina liderado por Bennet va en vía de dar un gran salto como consecuencia de sus punzantes críticas al camino elegido por Netanyahu y Gantz en la confrontación con la pandemia.  Si la configuración descripta se mantiene aproximadamente en esos términos, y si las partes están dispuestas a concesiones, tanto personales como políticas, estamos en presencia solo de dos posibilidades de formación de gobierno. En la primera, un gobierno liderado por Netanyahu con Bennet como socio privilegiado, y la participación de los partidos ultra ortodoxos. Una combinación que demanda de Bibi, y sobre todo de su esposa Sara, tragar mucha saliva por la posición jerárquica de Bennet y su compañera de lucha Ayelet Shaked. Se trata de un gobierno relativamente homogéneo y de clara

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Por qué estamos descubriendo los negocios turbios del JNF (Keren Kayemet LeIsrael)

Fuente: Natasha Roth-Rowland | +972Mag Fecha: 24 de octubre de 2020 Durante más de un siglo, una pequeña lata azul ha servido como icono del apoyo judío de la diáspora al proyecto sionista. Producidas y distribuidas para recaudar dinero para el Fondo Nacional Judío (Keren Kayemet LeIsrael), fundado en 1901, las alcancías se colocaron en hogares judíos y escuelas diurnas en Europa y Estados Unidos, llenas de familias deseosas de participar en los esfuerzos del FNJ para comprar propiedades o plantas árboles en todo Israel. Esta historia ha contribuido a la benevolente reputación del FNJ. Para muchos judíos, se asocia principalmente con árboles, parques y esfuerzos de conservación, aumentados por una fábula de pionero valiente en los primeros días de Israel. La propia organización ha trabajado con cuidado para cultivar una impresión de neutralidad. Sin embargo, el impacto del FNJ en el paisaje en Israel-Palestina es mucho menos benigno de lo que sugiere esta narrativa. Como escribió Umar al-Ghubari hace unos años, la organización ha jugado un papel fundamental en la plantación sobre los restos de las aldeas palestinas destruidas. Este proceso de «enverdecimiento a través de un acto de aniquilación», en palabras de un judío sudafricano que en 2015 encabezó una delegación para disculparse por las donaciones del FNJ de la comunidad, ha sido fundamental para la capacidad de Israel de negar, distorsionar y reprimir la historia de la Nakba. Esta historia, junto con las extensas operaciones del FNJ en los territorios ocupados, significa que su asociación de décadas con el grupo de colonos Elad (2), revelada por el periodista de investigación Uri Blau en +972 esta semana (1), no es la anomalía que muchos desearían que fuera. Como escribí en respuesta a ese informe, ambas organizaciones están preocupadas por seguir, más o menos descaradamente, el imperativo sionista de «máxima tierra, mínimo de árabes». Dada el objetivo singular de Elad del control arqueológico en Jerusalén Este, las dos instituciones también comparten un enfoque arraigado en la idea de fortalecer la conexión judía con la tierra. Los árboles del FNJ y los colonos cavan, pero ambos intentan rehacer el territorio y las historias que se le atribuyen. Como resultado, la presencia y la historia palestina están directamente en la línea de fuego. En ninguna parte eso es más evidente que en el caso de la familia Sumarin, que ha sido el objetivo de los esfuerzos combinados del FNJ y Elad para echarlos de su hogar en Jerusalén Este. Esos esfuerzos han dado lugar a una campaña internacional en apoyo de la familia Sumarin, que pareció, al menos por un momento, haber tenido efecto. En el momento de publicar el artículo de Blau, una facción dentro del JNF había presionado con éxito para que se congelara el desalojo en el último momento. Ahora, sin embargo, parece que el FNJ ha retrocedido en su decisión y está permitiendo que proceda la expulsión de los Sumarins. El papel del FNJ en desposeer a los palestinos y «enverdecer» las pruebas ha sido visible desde hace mucho tiempo a simple vista. La noticia de la cooperación de la organización con Elad continúa con ese historial. Queda por ver si esta última revelación finalmente opacará la pátina de las latas azules. *  Natasha Roth-Rowland es una estudiante de doctorado en Historia en la Universidad de Virginia, donde investiga y escribe sobre la extrema derecha judía en Israel-Palestina y en los Estados Unidos. Anteriormente pasó varios años como escritora, editora y traductora en Israel-Palestina, y sus trabajos han aparecido en The Daily Beast, London Review of Books Blog, Haaretz, The Forward y Protocols. Escribe con el apellido verdadero de su familia en memoria de su abuelo, Kurt, quien se vio obligado a cambiar su apellido a ‘Rowland’ cuando buscaba refugio en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial.  (1)  Los documentos revelan décadas de estrecha cooperación entre FNJ y Elad https://www.972mag.com/exclusive-jnf-elad-jerusalem/ (2)  Organización no gubernamental de extrema derecha judía -cuyo objetivo es judaizar toda la ciudad santa y construir el Tercer Templo judío en la explanada de las Mezquitas- que lleva a cabo una agresiva política de apropiación y adquisición de inmuebles. (N. del T.) Traducción: Dardo Esterovich

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Presencia mundial del armamentismo israelí

Fuente: Luis E. Sabini Fernández | Alainet Fecha: 20 de octubre de 2020 Israel se ha caracterizado por un extraordinario desarrollo militar, de las técnicas y los armamentos. Y con una acentuada modernización, tecnologización de esa actividad. No sabemos si por su condición de estado colonialista, empeñado en adueñarse de tierra ya ocupada por otra población, o por algún otro motivo más ideológico (no es que el colonialismo carezca, por cierto de ideología, pero puede haber otros impulsos militaristas no vinculables con la conquista directa, material, de territorio), lo cierto es que la industria de armamentos israelí llama poderosamente la atención en un presente por lo demás ya sobresaturado de armas.1 El sitio antimilitarista If Americans Knew ha elaborado un formidable relevamiento de armas israelíes y su uso en situaciones socialmente delicadas y penosas como es la presencia, en el mundo entero, de cada vez mayor cantidad de refugiados. Raciales, ambientales, religiosos, políticos. IAK lo presenta en un video, “Israel y la crisis mundial de refugiados”.2 El estudio observa que las tres cuartas partes de todas las migraciones más o menos forzadas provienen apenas de 6 países: Siria, Afganistán, Sudán del Sur, Myanmar, Somalia, Palestina. IAK nos informa que cuatro de ellos tienen un rasgo, siniestro, en común: que han sido bombardeados en menos de 48 horas con armas israelíes. IAK presenta diversos testimonios, como el de un diplomático pakistaní explicando que tanto los talibanes en Afganistán como en Pakistán disponen de armas israelíes. Por su parte, el periódico israelí Haaretz acusó a Israel de contrabandear armas a Somalia. El informe sigue repasando diversas fuentes: que la revista estadounidense +972Magazine, se refirió el 28 mayo 2015 a la callada historia de las exportaciones militares a Sudán del Sur. «Desde su independencia, Israel le ha vendido permanentemente armas, entrenamiento militar, seguridad nacional y tecnologías de control.” ¿Algún problema? se pregunta IAK. Y responden: esas armas están siendo utilizadas para cometer crímenes de guerra y potencialmente de lesa humanidad. IAK sigue su recorrida. Middle East Monitor titula: «Informe de la ONU: armas israelíes estimulan la guerra civil sudanesa.« Y el New York Times complementa: 383 000 los muertos en la guerra de Sudán del Sur. Un estado, el sudanés, que cumplió el diseño del Plan Yinon (israelí, 1982) de ‘divide y dominarás’: Sudán fue partido en dos en 2011 con activa participación israelí. Otro título de Haaretz: Israel vendió armas supertecnologizadas a Myanmar durante la campaña de limpieza étnica en ese país contra la etnia Rohingya. IAK recoge otro testimonio del Middle East Monitor: «Amnesty [International]: Israel provee de armas a violadores de derechos humanos en Emiratos Árabes Unidos y en Myanmar«. El M E M, otra vez: «armas israelíes usadas en genocidio contra los musulmanes Rohingya.” IAK nos recuerda que Israel ocupa el 7o. puesto entre los principales productores de armamento en el mundo. Pero su producto bruto interno figura en el mundo en el 32o. puesto. IAK destaca no sólo el alcance, las dimensiones de las ventas de armas israelíes. También destacan el tipo de armamento, por ejemplo los atroces ‘proyectiles de fósforo blanco’, que hacen un daño irreversible penetrando en los cuerpos heridos, y que siguen haciendo daño, como una entidad viviente, luego del impacto (se trata de un fuego que no se apaga). La observación de IAK es clara: “no sólo venden las armas y los disparos, también producen el sufrimiento de las víctimas de semejantes armas.” El informe nos dice que la mitad de los misiles israelíes tienen como destino la India. IAK nos recuerda que India a su vez ocupa militarmente Cachemira, territorio en disputa con Pakistán y que es, justamente, musulmana. ¿Somos inocentes y decimos que es casualidad o parece ser que Israel está empeñado en una guerra exterminadora contra los países islámicos? IAK resume que Israel les ha vendido armas a países como Ruanda, Bosnia o Sri Lanka, justamente en los períodos en que en esos países ha habido guerras intestinas o directamente políticas genocidas.3 El ya citado periódico israelí Haaretz lo confirma al menos parcialmente: «Las armas israelíes tomaron parte en el genocidio ruandés«. Y dicho periódico es todavía citado con otra frase estremecedora: «Detrás del sombrío mundo de los vendedores de armas israelíes”. IAK concluye que Israel es responsable o corresponsable del 81% de la peripecia de los refugiados de todo el mundo. Un dato, ya muy ventilado: «EE.UU. finaliza un acuerdo para dar a Israel 38 mil millones de dólares en ayuda militar.» (NYT). Piénsese un segundo: EE.UU. entrega a Israel, cada día, 10 millones de dólares… durante 10 años, todos, todos los días (aparte de todas las ventajas impositivas, pérdida de aranceles y tantas otras medidas benéficas con que Israel cuenta dentro de EE.UU.) IAK levanta la denuncia del periódico de investigación The Intercept, fundado por los periodistas Laura Poitras, Jeremy Scahill y Glenn Greenwald, este último estrecho colaborador de Julian Assange, que titula una de sus notas: “The Booming Business of War in Israel” (El floreciente negocio de la guerra en Israel). Podríamos agregar el inaudito costo ambiental que tienen todos los desarrollos y aplicaciones militares, en los territorios y mares usados y, particularmente en los cuerpos de las víctimas. La conclusión de IAK es terminante: “que Israel [es] una fuerza importante de desestabilización entre las naciones del planeta. Pero no oirá nada de ello en los medios de comunicación de EE.UU.” Esta última observación la podemos hacer extensiva a mucho más que EE.UU.: Israel goza de tanta impunidad mediática como para que podamos afirmar que la inmensa mayoría de los datos presentados por IAK y recogidos en esta reseña, resultan desconocidos al gran público… de Europa, al de la devastada África, al del tan golpeado continente asiático, desconocido o casi en la tierra que dio nacimiento al formidable luchador contra la impunidad, Julian Assange, y que en las otras Américas, en la nativa, en la latina –entre nosotros, en suma− esto tampoco se oye. O que, apenas se oye. – Luis E. Sabini Fernández es docente del área de Ecología y DD.HH. de la Cátedra Libre de Derechos Humanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, periodista y

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En el papel de la quinta columna: la comunidad ultraortodoxa de Israel

Fuente: Gideon Levy | Haaretz  Fecha: 8 de octubre de 2020 Los ultraortodoxos (haredim) han sido durante años un objetivo del odio secular. Su otredad, su aislamiento, sus extrañas costumbres y líderes murmuradores, su actitud hacia las mujeres, la coacción religiosa y particularmente el hecho de que no sirven en el ejército (Dios no lo quiera), no estudian materias básicas y en muchos casos no trabajan, avivó el fuego contra ellos. El odio hacia ellos era ciego, ardiente, exagerado e indigno, a veces parecido al antisemitismo. Algunas de las expresiones utilizadas para describirlos se encuentran entre las más feas y repulsivas que se hayan escuchado aquí. Junto con su propia contribución a la formación de la actitud hacia ellos, también han sido víctimas de emociones oscuras, a veces fascistas. Los israelíes admiraban a los colonos, que les habían hecho un daño mucho mayor y más fatídico, pero odiaban a los haredim. Los árabes israelíes son mucho más despreciados, excluidos, discriminados, humillados y rechazados. A diferencia de los haredim, siempre se ha sospechado que son una quinta columna que socava los cimientos del estado y busca destruirlo desde adentro. Se cuestiona su lealtad, no se reconoce su contribución al estado, se bloquea su camino hacia el avance y se condiciona su libertad. Son claramente víctimas del nacionalismo y el racismo que están profundamente arraigados en este país. Debido a la crisis del coronavirus, se requiere una reevaluación de la actitud de la sociedad hacia estas comunidades. Este es el momento de reiniciar, llegar a una cuenta contundente con los haredim por su comportamiento desenfrenado y desconsiderado y de renovar totalmente nuestra actitud hacia los árabes debido a sus contribuciones. Si ha habido una quinta columna en esta campaña en concreto, ha sido la comunidad Haredi, con todas las generalizaciones que ello conlleva. Por primera vez en su historia, el comportamiento de la comunidad está socavando la base de la sociedad y haciéndole un daño grave. El desafío total de grandes sectores de esta comunidad, la forma en que los haredim se enseñorean con otros israelíes y su indiferencia descarada y arrogante ante la angustia, las dificultades y el sufrimiento del pueblo han cambiado su estatus en la sociedad. Incluso aquellos que los admiraban y pensaban que la actitud hacia ellos era escandalosamente inapropiada ya no pueden ignorar su vergonzoso comportamiento. Así es como se ve una quinta columna. Son las acciones de una comunidad que no piensa en nadie más que en sí misma, en sus necesidades, en su fe y en su idiosincrasia. Los haredim pagarán por esto de una manera que nunca antes habían pagado. Los israelíes no olvidarán su comportamiento tan rápido. Las semillas del odio que los haredim han plantado ahora con sus propias manos han creado una situación en la que la mayoría ya no aceptará seguir las viejas reglas del juego. Esta falta de solidaridad tendrá un precio. No debemos olvidar la forma en que le dieron la espalda a la sociedad y pusieron en riesgo la salud y la vida de muchas personas. No sucederá en un día, pero los haredim aún extrañarán el antiguo arreglo. El odio por ellos aumentará y estallará. Por otro lado, esta debería ser la hora de gloria para la comunidad árabe de Israel, más excluida pero más leal. Esta comunidad, al comienzo de la pandemia, también actuó de manera vergonzosa y dañina, ignorando los requisitos y las reglas, pero con el paso del tiempo se recompuso y cambió de dirección. Después de meses en los que la tasa de infección en la comunidad árabe se asemejaba a la de los haredim, aprendieron la lección y redujeron su tasa de morbilidad al promedio nacional. Este es el momento no solo de reconocer la corrección que hicieron con respecto al coronavirus, sino también de apreciar su impresionante contribución a la batalla contra él. A diferencia de los haredim, cuya contribución es mínima, la comunidad árabe juega un papel importante en el sistema de salud. Ella no es una quinta columna. Es una primera o segunda columna. Debido a sus otras contribuciones a la sociedad y la economía, que son demasiado numerosas para enumerarlas, los judíos israelíes deben revertir su actitud ingrata hacia ellos. En un raro y emotivo momento televisado en Channel 12 News, Arad Nir recibió a dos médicos de la sala de coronavirus del Hospital Ha’emek en Afula. Solo sus nombres dan testimonio de sus orígenes étnicos. El Dr. Na’il Bisharat y el Dr. Ehud Paz estaban discutiendo sobre la gravedad de la pandemia. El concepto de igualdad entre árabes y judíos nunca tuvo una mejor expresión. Quién sabe, tal vez presagia el comienzo de un cambio.

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Dios, ¿qué terrible pecado cometimos para merecer a Netanyahu?

Fuente: Nehemia Shtrasler | Haaretz Fecha: 21 de septiembre de 2020 Si fuera posible obtener una respuesta de Dios, le preguntaría en este momento, entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, ¿qué pecado cometimos para merecer un castigo tan severo? ¿Qué transgresión cometimos para merecer un primer ministro tan fallido? ¿Que ofensa cometimos que Benjamin Netanyahu se nos ha impuesto durante tanto tiempo? Después de todo, es bien sabido que es el peor entrenador del mundo. Es incapaz de tomar decisiones a tiempo. Antes de cada decisión, agoniza y revisa cada detalle, luego decide solo en el último momento, e incluso entonces solo porque no hay otra opción. Y con respecto al coronavirus, esto ha sido crítico. Sus decisiones, que se tomaron con extrema demora y cambiaron a diario, han provocado caos, confusión, desconfianza y un nuevo brote del virus. En lo que respecta a la gestión, es el polo opuesto del ex primer ministro Ariel Sharon, quien describió a Netanyahu como «alguien que se siente presionado por cada situación, que se apodera del pánico y pierde la calma». Netanyahu es incapaz de resistir la presión. Él capitula ante todos los grupos de presión. Su estilo de gestión es sumamente amateur. Todo lo que hace es apagar incendios, y para él, el largo plazo son las 8 p.m. hora de la emisión de noticias. Estamos siendo testigos de los terribles resultados en todos los ámbitos de la vida. Empecemos por la sociedad. En lugar de tender puentes para conectar diferentes segmentos de la sociedad, ha creado cismas y polarización. Ha incitado a todos contra todos: personas religiosas contra personas seculares, derechistas contra izquierdistas («han olvidado lo que significa ser judío») y judíos contra árabes («van a las urnas en masa»). Ha inflamado los ánimos y ha encendido incendios. Durante su mandato, el odio se ha extendido por todo Israel y lo explota para satisfacer sus propias necesidades políticas. El segundo campo es la economía. A pesar de su imagen creada por él mismo, ha fracasado a lo grande en la economía. No ha llevado a cabo una sola reforma importante desde 2009. No se ocupó del «gordo» (el sector público), que ha engordado aún más con él. No canceló los aranceles aduaneros sobre los alimentos y, por lo tanto, no redujo el costo de vida. Durante su mandato, los precios de la vivienda se dispararon. Incluso tenía demasiado miedo de aumentar la edad de jubilación de las mujeres. El resultado ha sido un descenso constante de la tasa de crecimiento y una caída de nuestro nivel de vida en relación con Europa. Su manejo del presupuesto también ha sido escandaloso. Instigó y aprobó enormes déficits, que han alcanzado su punto máximo ahora, durante el coronavirus. Desde que estalló el virus, ha desperdiciado decenas de miles de millones de shekels sin un presupuesto aprobado y nos ha devuelto a un déficit aterrador (14 por ciento del producto interno bruto) y un nivel de deuda peligroso del 80 por ciento del PIB. La tasa de desempleo de Israel también es una de las más altas del planeta: el 12 por ciento de la fuerza laboral, lo que significa alrededor de 500.000 personas. Su tercer fracaso es diplomático. No se deje cegar por los acuerdos de paz y normalización con los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein. Son bonitos, pero no históricos. No resuelven el problema principal: los palestinos. Netanyahu ha destruido la confianza de los palestinos. El presidente palestino Mahmoud Abbas no quiere reunirse con él, ni tampoco el rey de Jordania. Esta es una bomba de relojería que requiere una solución diplomática acordada, pero ni siquiera vamos en la dirección correcta. Netanyahu tampoco ha encontrado ninguna solución a los cohetes de la Franja de Gaza, ni ha impedido que Hezbollah se arme con decenas de miles de misiles. Y eso es mucho más importante que un viaje a Bahréin. El cuarto campo es la ley. Ha minado gravemente a las fuerzas del orden, la fiscalía y los jueces. Luchó contra el ex comisionado de policía Roni Alsheich y ahora está tratando de que el fiscal general Avichai Mendelblit renuncie. Incluso ha convertido a la Contraloría del Estado en una institución débil y ridícula. Intimida a los medios de comunicación y ahora está intentando destruir otro elemento fundamental de la democracia: las protestas en su contra. Incluso en política, ha sido un gran fracaso. No ha logrado generar confianza y una relación de trabajo con el hombre más tolerante del mundo, Benny Gantz. Por tanto, su gobierno está paralizado. Incluso ha socavado a su propio ministro de finanzas y se ha negado a respaldar al zar del coronavirus que él mismo nombró, Ronni Gamzu. ¿Cómo es posible trabajar con alguien así? Y todo esto junto nos ha llevado al quinto fracaso, el peor de todos: su fracaso en la guerra contra el coronavirus. Este fallo está registrado íntegramente a su nombre. El segundo encierro y sus daños son sus hijos legales. Netanyahu es un cheque posfechado que ha rebotado. Cuán grandemente debemos haber pecado, transgredido y ofendido para recibir un castigo tan severo. Traducción: Dardo Esterovich

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Netanyahu usó un video manipulado de Abbas para influir en la política de Trump, revela Woodward

Fuente:  Haaretz Fecha: 12 de septiembre de 2020 El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, le presentó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, un video manipulado que mostraba al presidente palestino Mahmoud Abbas pidiendo el asesinato de niños, le dijo el ex secretario de Estado Rex Tillerson a Bob Woodward según su nuevo libro «Rage«. El incidente ocurrió el 22 de mayo de 2017, en un momento en que Trump comenzaba a tener dudas sobre Netanyahu y se preguntaba en voz alta si el primer ministro israelí podría ser el verdadero obstáculo para la paz con los palestinos, escribió Woodward, según extractos del libro publicados por medios estadounidenses. Un día después de ver el video «empalmado» destinado a «contrarrestar cualquier sentimiento pro palestino que estuviera surgiendo», Trump confrontó a Abbas, llamándolo «asesino» y «mentiroso», y poco después ordenó el cierre de la oficina en Washington de la representación palestina y cortó casi toda la ayuda estadounidense a Cisjordania, Gaza y a los refugiados palestinos. El 27 de mayo de 2017, Haaretz cubrió informes de gritos durante una reunión entre Abbas y Trump, y una figura palestina importante le dijo que «aquí hay una lucha de poder para el oído del presidente y, por supuesto, los palestinos no están en el mejor posición». Según lo descrito por Jewish Insider, que obtuvo una copia anticipada del libro, Woodward retrata una relación tensa entre Tillerson y el yerno de Trump, Jared Kushner, quien tenía la tarea de resolver el conflicto israelí-palestino. Tillerson creía que la relación de Netanyahu con Kushner, cuya familia conocía desde hacía muchos años, era «nauseabunda de ver». Después de que Kushner le mostró a Tillerson varias versiones del Plan de Paz de Oriente Medio, Tillerson le dijo a Kushner que a los palestinos «no les va a importar tu dinero … Con eso no les vas a comprar la paz». Tillerson fue despedido en marzo de 2018 y fue reemplazado por el entonces director de la CIA, Mike Pompeo. El último libro de Bob Woodward, «Rage«, es un relato íntimo y condenatorio de Trump, que se basa en cientos de horas de entrevistas, incluidas 18 entrevistas con Trump que duraron nueve horas, así como correspondencia y documentos confidenciales. El libro, que se publicará el 15 de septiembre, proporciona detalles del presidente de Estados Unidos y algunos de sus principales ayudantes, y concluye con la evaluación de Woodward sobre Trump como «el hombre equivocado para el puesto». * Rage en inglés, quiere decir furia, rabia. Todavía no se conoce el título que tendrá la edición en español. [Nota del Traductor] Traducción: Dardo Esterovich

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Una diferencia notable entre las protestas palestinas e israelíes

Fuente: Gideon Levy | Haaretz   Fecha: 26 de agosto de 2020 La gente se está manifestando contra la injusticia y por la justicia tanto en la aldea cisjordana de Kafr Qaddum como frente a la residencia del primer ministro en la calle Balfour de Jerusalén. En ambos lugares, los manifestantes están imbuidos de un sentido de misión. Es más agradable en Balfour, más peligroso en Qaddum. Hay más sacrificio en Qaddum, más arte en Balfour. Balfour obtiene una cobertura mediática exhaustiva; Qaddum está completamente excluido de los medios israelíes.  En Qaddum, los manifestantes luchan por la libertad; en Balfour, hay una sensación de libertad. En Balfour, los manifestantes son ciudadanos; en Qaddum, son sujetos sin derechos. En Balfour, los más privilegiados se manifiestan; en Qaddum, son los más oprimidos. Pero ambos están sujetos al mismo gobierno. Ambas son protestas legítimas, y el gobierno que intenta reprimirlas no es una democracia, sino una tiranía. No hay simetría entre Qaddum y Balfour excepto en su legitimidad compartida. Balfour no está interesado en Qaddum y Qaddum no está interesado en Balfour. En Balfour, están luchando contra el primer ministro; en Qaddum, están luchando contra el régimen. Las protestas de Balfour son legítimas a los ojos de la mayoría de los israelíes; los de Qaddum no lo son. Balfour está cerca de nuestros corazones; Qaddum se encuentra detrás de montañas de oscuridad, negación y represión. En Balfour, la gente se está «manifestando»; en Qaddum, están «perturbando la paz», o incluso son «terroristas». Balfour es política, Qaddum es terror. La gente que tira piedras y quema neumáticos para protestar contra el ejército y los asentamientos no tiene legitimidad para estar ahí. En Balfour, la policía que usa los puños y las detenciones que duran horas se consideran violencia grave e inaceptable; en Qaddum, a las autoridades se les permite cada abuso. Disparan a los manifestantes con balas reales y balas de acero con punta de esponja, arrojan granadas de gas lacrimógeno en cantidades aterradoras, lanzan granadas paralizantes y disparan a los manifestantes en la cabeza, incluidos niños. Dos veces en los últimos dos meses he visitado a niños que se convirtieron en vegetales en Qaddum después de que los soldados les dispararan en la cabeza desde lejos, sin ningún motivo. El miércoles, Hagar Shezaf y Yaniv Kubovich publicaron un informe alucinante en Haaretz que revela que los soldados israelíes también han comenzado a plantar bombas en Qaddum. Hay que entender que estas bombas estaban destinadas a ser utilizadas contra manifestantes. La unidad de reconocimiento de la Brigada Nahal se ha convertido repentinamente en una organización terrorista desde cualquier punto de vista, y sus soldados se han convertido en terroristas que colocan bombas destinadas a hacer estallar a civiles inocentes. Esto no interesa a los manifestantes en Balfour; están ocupados con sus propios problemas. Pero los manifestantes de Balfour deberían estar interesados en Qaddum, porque la violencia policial en Balfour nació en medio de los olivares de Qaddum. Primero tomaron Qaddum; a continuación tomarán Balfour. El hecho de que la mayoría de los israelíes vean la violencia contra los manifestantes de Qaddum como legítima, habiendo estado convencidos de que los soldados que disparan en Qaddum los están protegiendo, es lo que legitima la violencia más leve utilizada contra los manifestantes de Balfour, aunque estos últimos aún no han ganado por completo legitimidad. Así que esto debe decirse claramente: cualquiera que no esté interesado en Qaddum y haya comprado la propaganda ofrecida por el ejército y los reporteros militares que cumplen sus órdenes, ahora está recibiendo puñetazos de los uniformados en Balfour. Y si persisten las protestas en Balfour, su represión se volverá más violenta, como en Qaddum. Debería haber solidaridad entre los manifestantes de Balfour y Qaddum, pero no la hay. Los manifestantes de Balfour son sionistas y están orgullosos de ello; los manifestantes de Qaddum son antisionistas y no puede ser de otra manera. La clave es comprender la conexión entre estos dos focos de protesta y la necesidad de reconocer la legitimidad de ambos. Qaddum se ha estado asfixiando durante 17 años, desde que Israel bloqueó la carretera principal que lo conecta con Nablus, la capital del distrito, para expandir el asentamiento de Kedumim. La carretera a Nablus se ha alargado 14 kilómetros para que Daniella Weiss y sus amigos puedan construir imprudentemente más y más viviendas. Si las protestas contra eso no son legítimas, ninguna protesta en el mundo lo es. Pero Israel no reconoce esto. La mayoría de los israelíes piensan que Qaddum no tiene ningún derecho a protestar. En Balfour, la gente se manifiesta contra un primer ministro acusado de delitos. En Qaddum, se manifiestan contra uno de los regímenes más tiránicos de la tierra, uno que comete crímenes de guerra como colocar bombas y construir asentamientos. Murad Shatawi, jefe del comité popular de Qaddum, me envió un informe el viernes pasado, como lo hace todos los viernes: «Dos personas heridas por balas de metal y me rompí una pierna». Si los manifestantes de Balfour son serios, deben comenzar a interesarse en Qaddum. Traducción: Dardo Esterovich

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