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Una confederación entre Israel y Palestina puede resolver el conflicto

Fuente: Bishara A. Bahbah (*)| The Times of Israel Fecha: 15 de enero de 2021 Dos estados soberanos, cada uno de los cuales acuerda ceder algunos de sus poderes a una autoridad conjunta para promover el bienestar de sus ciudadanos. Ilustrativo: los israelíes reparten rosas a los árabes en el barrio musulmán de la ciudad vieja de Jerusalén, durante el Día de Jerusalén. 24 de mayo de 2017 (Nati Shohat / Flash90) Al entrar en 2021, es hora de enfrentar la realidad. El mundo está harto del conflicto entre Israel y Palestina y el tiempo no está del lado de nadie. Israelíes y palestinos pueden recorrer cualquiera de los tres caminos trillados, todos los cuales no conducen a ninguna parte en el mejor de los casos, o pueden optar por la confederación, la única esperanza que queda para un escenario en el que ambas partes vivan juntas en paz y dignidad. Prescindamos de los tres primeros: existe el statu quo de no hacer nada, que significa dejar que las cosas se deslicen hacia un único estado binacional gobernado por Israel como un régimen de apartheid. Existe la tan anunciada solución de un solo estado con igualdad de derechos para todos, que es una fantasía inalcanzable dado que niega la razón de ser de Israel como estado judío. Y finalmente, la solución de dos estados, que cae en la categoría de una operación exitosa en la que murió el paciente: fue hábilmente planeada en Oslo, pero después de 22 años, un primer ministro israelí asesinado, una segunda Intifada y 350.000 occidentales adicionales. Colonos judíos del banco, está operativa y prácticamente muerto. Después de una extensa investigación y un examen de conciencia, creo que una confederación entre el Estado soberano de Palestina y el Estado soberano de Israel será la solución más práctica, implementable y menos exigente para el conflicto entre Israel y Palestina. He aquí por qué. Una confederación es una asociación flexible entre dos estados soberanos mediante la cual cada estado acuerda ceder algunos de sus poderes soberanos a una autoridad conjunta para promover el bienestar de sus ciudadanos y evitar la implementación de alternativas costosas o imposibles. Bajo una confederación, Israel no tendrá que remover los grandes asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, siempre que Israel se comprometa a detener la expansión de esos asentamientos. A los colonos (ciudadanos) israelíes se les otorgarían derechos de residencia en Palestina mientras mantenían sus derechos de ciudadanía con Israel. Los israelíes que residen en Palestina estarían sujetos a las reglas y regulaciones locales mientras se encuentren en Palestina. Ni los residentes israelíes ni palestinos tendrían derechos extraterritoriales que los eximieran de seguir las leyes locales. Sin embargo, se les puede permitir votar en las elecciones locales en las que residan con derecho a votar en las elecciones nacionales de su país de ciudadanía. Si esta idea suena atractiva, entonces aplíquela a los palestinos, que no son ciudadanos israelíes y que desean vivir en Israel. Esta alternativa podría resolver el tema de los asentamientos sin tener que desalojar o trasplantar a las personas de donde viven desde hace décadas, aunque sea de forma ilegal según el derecho internacional. Dado que la frontera es porosa entre Israel y Palestina, habrá una frontera política entre los dos estados pero, en realidad, habrá libertad de movimiento en ambas direcciones para personas y bienes. Solo aquellos que están en las listas de seguridad no podrán viajar libremente entre los países. La cooperación en materia de seguridad entre las dos partes sería fundamental para permitir este tipo de libre circulación. De hecho, este arreglo de seguridad existe ahora mismo entre Israel y la Autoridad Palestina y ha funcionado bien, con pocas excepciones. Las dos partes tendrían la tarea de mantener la seguridad fronteriza mediante patrullas conjuntas e intercambio de inteligencia. Las patrullas conjuntas podrían monitorear las fronteras de Palestina con Jordania y el Sinaí. Esto eliminaría la necesidad de Israel de anexar el Valle del Jordán con el pretexto de que quiere garantizar que las fronteras de Cisjordania con Jordania sean seguras. Jerusalén: compartida, no dividida Una confederación respondería a las legítimas aspiraciones políticas y la autodeterminación de Israel y Palestina. Israel permanece como un estado judío soberano en nacionalidad y carácter, mientras que Palestina se convierte en un estado soberano independiente y democrático. Con respecto a los refugiados palestinos, estos serán repatriados en su mayoría al estado palestino recién creado con un número preaprobado que regresará a Israel según un programa de reunificación familiar acordado. En una encuesta realizada en 2020 por el Centro Palestino de Investigación de Políticas y Encuestas con sede en Ramallah, se preguntó a los palestinos: «Independientemente de lo que sea correcto», ¿cuántos estarían de acuerdo en que «la mayoría de los colonos israelíes probablemente se quedarán donde están,» y la mayoría de los refugiados palestinos no volverán a las tierras de 1948? Una mayoría del 71 por ciento de los palestinos en Cisjordania y el 52 por ciento en Gaza, estuvo de acuerdo con esa declaración. En términos sencillos, los palestinos no son ajenos a la realidad que los rodea y son más honestos consigo mismos que sus líderes políticos. Cuando se les preguntó en la misma encuesta si estaban de acuerdo o muy de acuerdo en que «Hamas debería dejar de pedir la destrucción de Israel y, en cambio, aceptar una solución permanente de dos estados basada en las fronteras de 1967», el 68 por ciento de los palestinos en Cisjordania y el 50 por ciento en Gaza estuvo de acuerdo con esa declaración. Con respecto a los costos de indemnización y repatriación de los refugiados palestinos, se crearía un fondo internacional, como se ha propuesto en numerosas ocasiones en el pasado, para compensar a los refugiados que opten por no regresar al Estado de Palestina, así como a los que opten por repatriarse. al estado soberano de Palestina. Bajo estos arreglos, los refugiados palestinos que regresan no alterarán la naturaleza y el carácter judío de Israel ni representarán una amenaza para la seguridad. Para aquellos que rechazan la idea de un estado judío, permítanme ser franco. Despierta y deja de engañarte. Palestina se define

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Akiva Eldar: “Si, yo prefiero a Saar y Liberman”

Fuente: Akiva Eldar | Haaretz Fecha: 22 de diciembre de 2020 Nunca di mi voto a un partido de derecha, tampoco a una creación híbrida llamada centro-derecha o derecha-centro. Pero si me apuntaran con un arma en mi sien y me obligaran a votar por el partido liderado por el acusado-instigador-racista Benjamín Netanyahu, o el partido de extrema derecha liderado por Gideon Saar, e incluso liderado por el transferista Avigdor Liberman, recurriría a una gran bolsa de vómito y elegiría la segunda opción. En el futuro previsible, no se vislumbra ningún líder político cuyos ojos se vean afectados por las injusticias de la ocupación y la realidad del apartheid entre el Mediterranio y Jordania. Tres parlamentarios de Azul y Blanco votaron a favor del blanqueo de colonias ilegales en Cisjordania. Tenemos que agradecer al presidente Donald Trump, quien, siguiendo las demandas de nuestros amigos de los estados del golfo pérsico, vetó el loco plan de anexión del gobierno de Netanyahu y Benny Gantz. Netanyahu cumplió su promesa y enterró los acuerdos de Oslo. Es difícil encontrar un empresario de pompas fúnebres con más talento que él. Es cierto que Saar no tiene la intención de resucitar ese acuerdo, pero si el próximo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decide reiniciar el proceso político, existe la posibilidad de que el sucesor de Netanyahu no se atreva a incitar al Congreso en su contra, como Netanyahu lo hizo con Barack Obama. Con referencia a las colonias en Cisjordania y/o en relación a derechos humanos en los territorios bajo dominio israeli, es ilusorio suponer un cambio drástico tanto si Netanyahu continúa en el poder, o el timón cambia a uno de sus oponentes del ala derecha. De hecho, Saar y sus amigos no son miembros del club de amigos del poder judicial y aplicación de la Ley. Pero en Israel (y en el mundo democrático) no hay otro líder como Netanyahu que se atreva a proclamar incitaciones en contra de la policía desde el corazón mismo de la Corte Suprema de Justicia de Jerusalen. No hay nadie más que Netanyahu que pueda reclutar un equipo de fanaticos admiradores como el grupo de ministros y miembros de la Knesset que lo rodearon en esa infame ocasión. Yoaz Hendel no es un vocero al servicio como Mickey Zohar, Tzvi Hauser no puede competir con la gran boca de David Amsalem, y el Dr. Yifat Shasha-Biton no se rebajará a los halagos de Miri Regev. Durante sus 11 años consecutivos en el cargo, Netanyahu llevó a la sociedad israelí a profundizar aún más las brechas en su delgada estructura. El culto a él no proviene del apoyo a sus posiciones políticas, económicas o sociales. El culto a la personalidad bíblica se alimenta del miedo y el odio del otro, ya sea musulmán (siempre que no sea un multimillonario de Dubai), solicite asilo o sea un activista de izquierda. Hay muchos expertos en marketing de estos productos, pero nadie se compara con el astuto vendedor de muebles de Balfour (hace referencia a uno de los primeros empleos de Netanyahu. DK). Sí, mi amigo Gideon Levy, yo sería muy feliz si Itamar Ben-Gvir (un conocido personaje israeli de extrema derecha. DK) viniera a las manifestaciones en Balfour. Me pararé junto a él y sostendré dos carteles. En una mano sostendré “Andate” (pancarta tipica exigiendo la renuncia de Netanyahu. DK), y en la otra levantaré un cartel contra la ocupación. Será comico leer un tweet del hijo de Netanyahu, quien culpará de izquierdista a Ben Gvir. En las próximas elecciones, probablemente Netanyahu le ofresca a su hijo Yair el cargo de ministro de justicia. Como dijo David Ben-Gurion, “Debemos ayudar a los ingleses en su guerra contra Hitler como si no hubiera un ‘Libro Blanco’ (normas que impedían el ingreso de judios al territorio de Israel antes de la independencia), y debemos enfrentarnos al ‘Libro Blanco’ como si no hubiera una guerra mundial”. Ahora uno debe luchar contra la ocupación como si no hubiera bibismo y luchar contra el bibismo como si no hubiera ocupación. O como dice el conocido refrán: los mendigos no pueden permitirse el lujo de ser exigentes. Traducción: Daniel Kupervaser http://daniel.kupervaser.com/ kupervaser.daniel@gmail.com @KupervaserD 

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La cuestión existencial sin importancia: Bibi o Gidi

Fuente:  Gideon Levy| Haaretz Fecha: 23 de diciembre de 2020 El próximo primer ministro de Israel será un hombre de derecha en toda regla, intransigente y despiadado. El 23 de marzo se llevarán a cabo las grandes primarias de la derecha, un evento que por alguna razón todavía se llama elección general para el 24 Knesset. Quizás una elección, pero no una general. Es un partido en casa jugado exclusivamente por una derecha que ha arrasado con la izquierda. Un juego que obviamente excluye a los ciudadanos árabes y a los palestinos marginados en los territorios. Su conclusión determinará si el próximo gobierno está dirigido por Benjamin Netanyahu o Gideon Sa’ar. Esto culminará un proceso que comenzó hace años, un deslizamiento desenfrenado e imprudente hacia posiciones cada vez más derechistas, con una legitimación de la franja extremista que solía estar fuera de los límites, junto con una deslegitimación de la izquierda sionista, que solía serlo pero que se empobreció de ideas y desprovista de valores, perdió su sentido de orientación. Estas tendencias han madurado y están dando su fruto amargo: la elección es entre dos ultranacionalistas, Netanyahu o Sa’ar: Bibi o Gidi. Probablemente no habrá otro candidato viable. Esta es una triste realidad, pero muy aleccionadora. En todas las elecciones anteriores hubo otra voz, aunque débil, y también fue un espejismo. Esta voz ya se ha ido y es difícil decir cuándo pueda volver; ciertamente no en las próximas elecciones. Corrientes subterráneas profundas y previamente ocultas han salido a la superficie: Israel es de derecha y ultranacionalista, con una ideología imperante que no puede ser cuestionada. La elección entre Netanyahu y Sa’ar no es una elección real. Encontrarnos en una situación sin una verdadera elección no es una coincidencia. La concurrencia de estos dos políticos no es casualidad. ¿“Andarán dos juntos si no se ponen de acuerdo (Amós 3: 3)”? El hecho de que estos dos sean los candidatos con mayores posibilidades de ganar es una expresión del espíritu de la época. Israel quiere un hombre fuerte, que «pueda mostrar a todos» que será «judío», con todo lo que esto conlleva, y también de origen asquenazí. No quiere mucho más que eso. Es dudoso que la mayoría de los votantes de Sa’ar apoyen el cierre de los supermercados los sábados (como sugirió en el pasado), o salidas bien protegidas a la Tumba de los Patriarcas en Hebrón para sus hijos. Es dudoso que la mayoría de los partidarios de Netanyahu apoyen la demolición del sistema judicial o les guste su conducta personal. Pero quieren estos dos porque encarnan una derecha fuerte, porque traerán honor y orgullo a Israel, porque representan un nacionalismo arrogante, machista e insolente, sin importar su costo o significado. El pecado original radica en que la izquierda sionista se unió a un gobierno de unidad con el Likud a principios de la década de 1980, con el anhelo desesperado de hacerlo en ambos sentidos: liberal pero duro en cuestiones relacionadas con la defensa, judío y democrático, de izquierda y sionista. El final inevitable es que no se estaba convirtiendo en esto ni en aquello, culminando en perder toda su identidad. Así fue como la izquierda se hundió en su propio vacío, un deslizamiento que se volvió cada vez más patético. El golpe de gracia fue asestado inadvertidamente por el movimiento de protesta hueco «Simplemente no a Bibi». Las personas cuyo número representaba el tamaño de un escaño en la Knesset salieron a las calles mientras decenas de escaños se dividían entre varios partidos de derecha. «Lucharemos contra Netanyahu como si no hubiera ocupación y lucharemos contra la ocupación como si no hubiera Netanyahu», afirmaron nuevamente, los campeones de hacerlo en ambos sentidos. Este fue su último eslogan falso, destinado a contrarrestar las afirmaciones de que eran «puristas». El periodista y poeta Yitzhak Laor respondió adecuadamente a estas afirmaciones en Facebook. “Pero no luchaste contra la ocupación. ¡Nunca! Los palestinos están luchando contra la ocupación y ustedes los están ignorando cruelmente». Años de evadir el mensaje, de disculpas y torpezas, de miedo y autoengaño, de intentar tener las dos cosas, han llegado a su fin. Son Netanyahu y Sa’ar, correcto contra correcto. Las próximas semanas serán patéticas: ¿nos salvará el exjefe de gabinete Gadi Eisenkot? ¿Amir Peretz nos dejará? ¿Se postulará el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai? ¿Meretz obtendrá cinco o seis asientos? ¿Se unirá Yair Lapid a un gobierno de Sa’ar-Bennet? ¿A quién apoyará Ehud Barak? Ninguna de estas preguntas es importante, ni la pregunta existencial, la fatídica: ¿Bibi o Gidi? Traducción: Dardo Esterovich

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Israel: La colonización de Yad Vashem

Fuente: Meir Margalit| Sin Permiso Fecha: 5 de diciembre de 2020 En la vida de todo pueblo hay momentos simbólicos que concentran todos los valores que lo caracterizan, actitudes que sintetizan toda la esencia de su ser y expresan toda su idiosincrasia nacional. Uno de esos momentos simbólicos, que muestran cuan bajo hemos caído en Israel, ha sido la nominación del brigadier general retirado Effi Eitam como presidente del consejo directivo de Yad Vashem. Yad Vashem es un instituto emblemático consagrado a preservar la memoria del Holocausto. Mas que un instituto, Yad Vashem es un emblema que atañe a todos y a cada uno de los judíos, sea cual fuera su procedencia. Pero después de la nominación de Eitam como presidente de tan importante institución, Yad Vashem ya no será lo que ha sido hasta hoy. Antes de entrar en el tema Eitam, debemos adelantar algunas reflexiones sobre el uso y abuso que el gobierno israelí esta haciendo con el tema del Holocausto en los últimos años. Amplios círculos intelectuales israelíes, como también de judíos en la diáspora, critican severamente la forma en que el gobierno de Israel manipula la memoria del Holocausto, y la utiliza para acallar toda critica de las políticas israelíes en los territorios palestinos ocupados. Cuando Naciones Unidas o alguna figura internacional censuran la ocupación de los territorios palestinos, nada es mas efectivo para Israel que sacar a relucir al Holocausto para hacer callar a todo detractor. Dicha estrategia maquiavélica ha tenido bastante éxito desde el 2016, cuando Israel logró promover una declaración internacional que incluye dentro del concepto de antisemitismo también al antisionismo, abriendo la puerta a considerar antisemita toda critica de las políticas colonialistas del Estado de Israel.  Esta tergiversación del concepto de ‘antisemitismo’, que es de por si una ofensa a la memoria del Holocausto, tiene ahora, con Eitam a la cabeza de Yad Vashem, a un extremista de derecha cómo máximo interprete de lo que deberá interpretarse como antisemitismo de ahora en adelante.  Aunque estamos ya habituados a esta cínica manipulación, debemos reconocer que esta nominación nos ha dejado anonadados. El gobierno de Israel ha cruzado una línea roja al designar a este ex general de brigada y ex ministro durante el gobierno de Ariel Sharon, que dimitió del mismo como acto de protesta contra la retirada israelí de la franja de Gaza. Si de él dependiera, Israel todavía estaría derramando sangre en Gaza.  El problema con Eitam no radica tan solo en su trayectoria militar, que de por si ya es sumamente problemática cuando se trata de la memoria del Holocausto, sino por ser un colono de ideología derechista, ultra nacionalista y chauvinista, que lo ubica en el ala mas recalcitrante del sionismo contemporáneo. Eitam es bien conocido por la mano dura con que ha tratado a los palestinos en cada cargo de su carrera militar, por sus opiniones denigrantes contra los árabes israelíes, y su apoyo a la indecente idea de la limpieza étnica. Sin embargo, la inadmisible nominación de Eitam no debería sorprendernos ya que está en sintonía con la fascinación que siente la sociedad israelí por todo lo que tenga uniforme militar. Pero algunos de nosotros, ingenuos, queríamos creer que la memoria del Holocausto estaba mas allá de toda manipulación. Yad Vashem es uno de los últimos símbolos que unifican a todo el pueblo judío, tanto en Israel como en la diáspora. En derredor a Yad Vashem se había consolidado un amplio consenso nacional, tal vez uno de los últimos que se mantenían en este país.  Después de que la derecha se apoderase del Muro de las Lamentaciones, e incluso de la misma bandera nacional, transformándolos en símbolos sectarios con los que los israelíes liberales ya no pueden identificarse por la connotación agresiva que les han asignado, a partir de ahora, con la nominación de Eitam, ya no quedan símbolos que unifiquen a este pueblo.  Esta infamia no hubiera acontecido si en el horizonte no se avistaran unas próximas elecciones, para las que Netanyahu necesita recuperar al electorado derechista que desertó masivamente hacia el partido nacionalista religioso, luego del fiasco de la prometida anexión del Valle del Jordán. Cuando se trata de mantener el gobierno, para Netanyahu todo es legitimo y Eitam es un guiño dirigido al ala mas extremista de su electorado. Dejemos claro que, en esta cínica jugada, la responsabilidad recae no solo sobre Netanyahu: el silencio del partido Azul-Blanco -que ha formado parte de la coalición gubernamental- liderado por los ex generales Ganz y Ashkenazi, les hace a ambos cómplices de este acto vergonzoso.  Con Eitam a la cabeza de Yad Vashem, la derecha se ha apropiado de la memoria histórica del Holocausto, tergiversando fatalmente su significado universal. Netanyahu, hijo de un conocido historiador sionista especialista en la Inquisición, reescribe uno de los capítulos mas dramáticos y sensibles de la historia del pueblo hebreo, dándole un tinte nacionalista que desfigura y falsea la narrativa del Holocausto. Si hasta hoy el Holocausto es considerado un crimen contra la humanidad, de ahora en adelante será considerado un crimen contra el pueblo judío y de ahí hasta su reducción y desvalorización el camino es corto. Y esto acontece justo en una época en que son tantos los que pretenden negar la veracidad del mismo Holocausto. El mandato de Yad Vashem ha sido desde siempre, trasmitir, desde su pedestal moral, un mensaje contra todo racismo y toda discriminación, y no solo contra el antisemitismo.  A partir de este momento cabe preguntarse como será posible predicar contra todo racismo cuando el presidente de Yad Vashem es el mismo un racista intransigente.  Con que cara las asociaciones federadas a nivel mundial a esta importante institución, sus investigadores, formadores y personal podrán impugnar el antisemitismo que levanta cabeza en diversos lugares del mundo, cuando su mismo presidente encarna el odio visceral contra todo lo que no es judío.  Hay cosas que un país decente no hace. No se juega con la memoria del Holocausto. Con esta nominación de Eitam, el actual gobierno de Israel ha mancillado la

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El racismo del estado judio ya cuenta con respaldo judicial

Fuente:  Daniel Kupervaser| Blog de Daniel Kupervaser Fecha: 30 de noviembre de 2020 Finalmente, saltó a la vista de todo el mundo la verdad detrás de las intenciones de Netanyahu con la promulgación de la ley Estado Nación Judío. El objetivo es dar respaldo legal para discriminar ciudadanos israelíes no judíos. Hoy, un juzgado le puso sello y firma a la oficialización del racismo en el Estado Judío.   Muchos, entre ellos los tradicionales medios de información al servicio del gobierno, se tragaron el cuento de Netanyahu cuando afirmó que “según esta ley, Israel es el Estado-Nación del pueblo judío con total igualdad para sus habitantes” (“discurso de Netanyahu en la Knesset”, Davar, 29-7-18). Los padres de dos niños de una familia árabe, ciudadanos de Israel, residentes en la ciudad Carmiel en el norte de Israel, decidieron que sus hijos estudien en el marco de la ley de educación obligatoria en un colegio de la corriente árabe, reconocida oficialmente por el ministerio de educación de Israel, al igual que otras corrientes educacionales (oficial judía, oficial religiosa judía y judía ultra ortodoxa). Dado que en Carmiel no hay escuelas de la corriente árabe, los niños asistieron a una escuela de otra localidad que dispone de marcos de la corriente árabe. De acuerdo a las normas vigentes, cada municipio participa en el financiamiento de los costos de transporte de los niños de su ciudad a las distintas instituciones educacionales oficiales. En este caso el traslado se realizó en forma privada por parte de la familia, y por tal motivo, en su momento exigieron del municipio el reintegro de la parte que les corresponde.   La familia recibió respuesta negativa de las autoridades locales. El caso llegó a la justicia donde nuevamente se negaron a reconocer los derechos de estos niños árabes. Mucho más interesante que acentuar que esta negación no se basó en los hechos mismos, sino en aquellos argumentos que son justamente los que revelan el carácter racista que se fue enraizando en Israel como consecuencia de la promulgación de la ley Estado Nación Judío. Según la decisión judicial, “Carmiel, como ciudad judía, esta destinada a promover la colonización judía en la región del Galil. La apertura de una escuela de la corriente árabe y/o el financiamiento de transporte de alumnos árabes para todos y cualquier sitio, conlleva el riesgo de modificar el balance demográfico y dañar el carácter judío de la ciudad al alentar a árabes a vivir en ella. Según la ley Estado Nación Judío, el Estado ve en el desarrollo de la colonización judía un valor nacional y debe obrar para promoverlo. El juzgado ve en este principio un argumento dominante en la decisión de erigir una escuela y/o fijar criterios para financiar el transporte de alumnos” (El juzgado otorgó autorización a borrar una demanda de 2 niños por medio de la ley Estado Nación Judío”, Haaretz, 30-11-2020). Vale la pena mencionar que la población árabe, ciudadanos de Israel, que conviven en Carmiel representa un 6% del total. El fallo de tribunal desestimó la demanda de los niños de recibir ayuda en el financiamiento de su transporte a la escuela por el solo hecho de tratarse de árabes y no de judíos, escudándose en la ley Estado Nación Judío. Hoy el Estado Judío se gana con mucho honor el titulo de Estado Racista por denegar derechos básicos y discriminar a parte de sus ciudadanos en base a una ley básica del estado por el solo hecho de su pertenencia étnica. Sepan los judíos del mundo que puede llegar el momento que este fallo se convierta en un precedente para muchos países del mundo que decidan adoptar esta jurisprudencia. Por lo tanto, no se sorprendan, o al menos sepan dirigir sus protestas a Jerusalén, cuando discriminen judíos en el mundo por el solo hecho de vivir en estados que no son judíos. Ojalá me equivoque Daniel Kupervaser Herzlya – Israel 30-11-2020http://daniel.kupervaser.com/ kupervaser.daniel@gmail.com @KupervaserD

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La derecha global es una amenaza para los judíos estadounidenses, pero un hogar natural para los israelíes

Fuente:  Yair Wallach |+972 Magazine  Fecha: 16 de noviembre de 2020 La elección presidencial estadounidense de 2020 puso de relieve el contraste entre las comunidades judías estadounidense e israelí, los dos principales centros del mundo judío. Según las encuestas postelectorales, el apoyo de los judíos estadounidenses a los demócratas sigue siendo extremadamente alto, del 77 por ciento (frente al 70 por ciento en 2016). Se estimó que el presidente Donald Trump recibió solo el 21 por ciento del voto judío. En Israel, sin embargo, las encuestas han demostrado que los judíos israelíes prefieren a Trump en lugar de Biden en un 70 por ciento a 13 por ciento. Mucho se ha escrito sobre la creciente brecha entre los judíos estadounidenses e Israel en términos de valores e identidad judía. En particular, el aferrarse con la ocupación y el creciente autoritarismo del régimen de Benjamin Netanyahu han provocado una creciente desilusión con Israel, especialmente entre los jóvenes judíos progresistas en América del Norte. Por un lado, está el inconfundible giro de Israel hacia la derecha nacionalista; por el otro, el compromiso de los judíos estadounidenses con los ideales liberales, pluralistas y progresistas, ejemplificados por la difunta jueza Ruth Bader Ginsburg. El icono liberal simbolizó para muchos el papel que el «Tikkun Olam«(reparar el mundo) judío puede desempeñar en la lucha por la justicia social universal. Ahora, las dos comunidades se encuentran no solo separándose, sino también cada vez más en desacuerdo. La mayoría de los judíos estadounidenses ven a Trump como una clara amenaza, mientras que la mayoría de los judíos israelíes lo ven como un aliado que ofrece seguridad y esperanza. Esta divergencia tiene que ver no solo con los diferentes valores de las dos comunidades, sino también con sus posiciones estructurales. Siendo una minoría relativamente próspera y mayoritariamente blanca, el grado de respaldo de los judíos estadounidenses a los demócratas es sorprendente. Un estudio de 2015 encontró que el apoyo judío a los demócratas era un 40 por ciento más alto que el de los no judíos en posiciones socioeconómicas similares. Y si bien parte de esto se puede explicar en los niveles de educación y concentración judíos en las áreas metropolitanas, esto está claramente lejos de toda la historia. El modelo de ciudadanía inclusiva del Partido Demócrata se ajusta a las aspiraciones de los judíos estadounidenses de cultivar una identidad minoritaria cultural y religiosa junto con la participación cívica. En tal modelo, el particularismo judío y la ciudadanía estadounidense universal se refuerzan mutuamente como dos caras de la misma moneda. El carácter cristiano abrumadoramente blanco del Partido Republicano, por otro lado, es mucho menos complaciente en este sentido. La fuerte base evangélica del Partido Republicano y su conservadurismo social infundido por el cristianismo han disuadido a la mayoría de los judíos de considerarlo un hogar político. En los últimos cuatro años, las conexiones de Trump con la extrema derecha han agregado una dimensión antisemita explícita a esta ecuación. Trump se ha negado repetidamente a denunciar a los grupos supremacistas blancos y la conspiración antisemita de QAnon (Secta de apoyo a Trump donde se difunde las teorías conspirativas más extravagantes de la derecha. N del T). Los políticos republicanos habitualmente invocan conspiraciones con respecto al financista judío húngaro George Soros, mientras utilizan su apoyo a Israel para desviar las acusaciones de antisemitismo hacia ellos. El cambio en la retórica del Partido Republicano bajo Trump ha revelado que la asimilación general de los judíos blancos a la blancura tiene límites claros. Los comentarios de Trump a los judíos estadounidenses, en los que se refirió a Israel como «su país» y a Benjamin Netanyahu como «su primer ministro», traicionaron su comprensión de los judíos estadounidenses como no totalmente estadounidenses, de acuerdo con su noción exclusivista general de ciudadanía. El ataque mortal de 2018 a la sinagoga de Pittsburgh por parte de un nacionalista blanco que se suscribió a las teorías de conspiración amplificadas por el Partido Republicano que involucran a Soros e la inmigración, mientras tanto, mostró en los términos más crudos los peligros de la normalización de Trump de la supremacía blanca. El lugar de los judíos en un EE.UU. nativista está lejos de ser seguro, y está claro por qué rechazan abrumadoramente esta visión política. El apoyo israelí a Trump se basa de manera similar en realidades estructurales y está vinculado a la transformación del sistema político de Israel en los últimos 20 años. La lenta pero segura desaparición de la solución de dos estados, y la incorporación efectiva de la ocupada Cisjordania a Israel, marcan el surgimiento de un sistema político de un solo estado en el que el dominio judío está asegurado a través de la erosión de las características democráticas de Israel. Si los judíos estadounidenses son una minoría, los judíos israelíes están en la posición opuesta. Constituyen un grupo hegemónico de aproximadamente el 50 por ciento de la población en Israel-Palestina. Como escribió recientemente Raef Zreik en la revista +972, la Ley del Estado-Nación Judío de 2018 detalla el nuevo modelo de dominio político judío, con la degradación de la ciudadanía para los palestinos en Israel y el compromiso con los asentamientos judíos como un «valor nacional». A medida que la permanencia de la ocupación se vuelve cada vez más obvia, Israel ya no puede mantener sus credenciales democráticas y presentarse como una isla de liberalismo en el Medio Oriente. Esto explica por qué Israel ha buscado en la última década posicionarse como un aliado estratégico de la creciente derecha autoritaria, revanchista e islamofóbica global, encabezada por Jair Bolsonaro, Narendra Modi, Viktor Orbán y, por supuesto, Trump. Por ahora, esta alianza parece estar funcionando con los intereses de Israel, en un mundo cada vez más antiliberal. Los comentaristas israelíes de derecha que apoyan a Trump han adoptado una retórica de extrema derecha y han hablado en términos despectivos e incluso antisemitas sobre el apoyo de los judíos estadounidenses a los valores liberales. Los subrogantes clave de Netanyahu han descrito a J Street como “Jew Boys”

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El tablero político israelí ante el próximo llamado a cuartas elecciones en dos años

Fuente: Daniel Kupervaser | Blog de Daniel Kupervaser Fecha: 9 de noviembre de 2020  Finalmente, le cayó la ficha a Gantz. “Yo ya tengo claro que Netanyahu no piensa cumplir la rotación en la función de primer ministro. Yo ya no le creo a Netanyahu”, confesó el primer ministro alternativo que tan solo unos meses atrás firmó un acuerdo de coalición con la promesa de intercambiar con Netanyahu la función de primer ministro elegido a fines de 2021 (Canal 12 TV, 6-11-2020). La mayoría de los analistas políticos coinciden que el llamado a nuevas elecciones a principios de 2021 es la única salida que puede despejar el callejón sin salida al que arribó este gobierno. Un gobierno que se caracteriza, no por sus políticas, sino por la impotencia en la toma de decisiones, resultado de la mutua neutralización de sus componentes. EL TABLERO POLITICO ISRAELI No por ser recurrente ni por recientes experiencias, vale la pena acentuar los caracteres muy singulares del tablero político israelí tal como se consolidaron el último año para tener una visión de las posibles, y no ficticias o ilusorias, alternativas de las fuerzas que podrían componer el futuro gobierno israelí. La conformación de un gobierno en el sistema parlamentario israelí, con una sociedad tan fragmentada políticamente, no depende mayormente de los resultados electorales de un partido en particular, sino mas bien del arte o habilidad de negociar coaliciones por parte de líderes de los partidos mayoritarios. Para arribar a conclusiones relativamente fundamentadas para estos tiempos, es necesario diferenciar dos aspectos que reflejan la conducta de los votantes y de los partidos políticos israelíes. El primer aspecto nos permite diferenciar claramente partidos políticos según la lealtad que su electorado tradicional le manifiesta a lo largo del tiempo. En este sentido diferenciamos entre partidos con “patrón de voto fijo” frente a partidos con “patrón de voto cambiante”. Los primeros agrupan mayormente a un núcleo homogéneo de población sobre la base de visiones o intereses muy claramente definidos que los hace diferenciar de los demás y su predisposición a acoplarse a coaliciones se condiciona estrictamente a la materialización maximalista de sus visiones o intereses. En este bloque debemos mencionar a la Lista Árabe Unida, los partidos religiosos ultra ortodoxos, el partido de Liberman que representa mayormente a inmigrantes rusos y el partido Meretz apoyado mayormente por la denominada izquierda tradicional.  Los partidos políticos con patrón de voto cambiante agrupan a públicos que están dispuestos a ser movilizados por la imagen y mensajes de líderes del momento más que por una visión ideológica clara y definida. La experiencia ha demostrado en reiteradas ocasiones, entre ellas en las ultimas elecciones, situaciones de líderes de este grupo que traicionaron promesas previas a su electorado. Este carácter es el determinante de la permanente movilidad interna de los votantes de este bloque y es lo que centra generalmente las batallas electorales. En vista a las próximas elecciones este bloque comprende el partido Azul y Blanco (Gantz), Yesh Atid (Lapid), Yemina liderado por Bennet y el Likud liderado por Netanyahu. El resto de los partidos no tienen perspectivas de pasar el mínimo exigido por ley.   La tabla expuesta en la imagen detalla los partidos políticos israelíes según la pertenencia a los dos bloques mencionados haciendo referencia a los resultados de las últimas elecciones y los estimados según un promedio de sondeos de intención de voto de semanas recientes. En los números puede observarse claramente la diferencia de conducta interna entre los dos bloques. En ultima instancia, en un congreso de 120 bancas, la verdadera lucha electoral se centra solamente alrededor de 75. Para los partidos del bloque de patrón de voto cambiante, generalmente líderes en la formación de una coalición gobernante, acoplar algún partido del bloque de patrón fijo se convierte, tal vez, en el desafío mas importante. DISTRIBUCION DE BANCAS EN LA KNESSET SEGÚN PATRON DE VOTO PARTIDO/BLOQUE ELECCIONES ABRIL 20 SONDEOS NOVIEMBRE 20 LISTA ARABE UNIDA 15 15 RELIGIOSOS ULTRA ORTODOXOS 16 16 IZQUIERDA – MERETZ 7 7 INMIGRANATES RUSOS – LIBERMAN      7 7 TOTAL PATRON VOTO FIJO 45 45 YESH ATID – LAPID 17 17 AZUL Y BLANCO – GANTZ 16 9 YEMINA – BENNET 6 20 LIKUD – NETANYAHU 36 29 TOTAL PATRON VOTO CAMBIANTE 75 75 TOTAL GENERAL 120 120 Tres acontecimientos de singular importancia fueron los detonantes de cambios significativos en la intención de voto del electorado israelí desde las últimas elecciones en abril 2020 hasta el presente. En primer lugar, un significativo desgaste de Gantz y su partido como consecuencia de haber traicionado políticamente a su electorado a quien prometió no sentarse junto a Netanyahu en un gobierno. En segundo lugar, el resonante fracaso del confrontamiento con la pandemia Covid-19 atribuido principalmente a Netanyahu. En tercer lugar, la impotencia del gobierno de coalición de partidos con posiciones opuestas que prácticamente impide la toma de decisiones importantes en materia de política interna proyectando una imagen de total desidia. Como se observa en la tabla expuesta, la consecuencia de estos acontecimientos no afectó la intención de voto dentro del bloque de patrón de voto fijo (pese a la participación en el gobierno de los partidos ultraortodoxos), mientras que en el otro bloque se perciben cambios muy significativos. No solo que Gantz y Netanyahu bajaron notoriamente, sino que Yemina liderado por Bennet va en vía de dar un gran salto como consecuencia de sus punzantes críticas al camino elegido por Netanyahu y Gantz en la confrontación con la pandemia.  Si la configuración descripta se mantiene aproximadamente en esos términos, y si las partes están dispuestas a concesiones, tanto personales como políticas, estamos en presencia solo de dos posibilidades de formación de gobierno. En la primera, un gobierno liderado por Netanyahu con Bennet como socio privilegiado, y la participación de los partidos ultra ortodoxos. Una combinación que demanda de Bibi, y sobre todo de su esposa Sara, tragar mucha saliva por la posición jerárquica de Bennet y su compañera de lucha Ayelet Shaked. Se trata de un gobierno relativamente homogéneo y de clara

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Por qué estamos descubriendo los negocios turbios del JNF (Keren Kayemet LeIsrael)

Fuente: Natasha Roth-Rowland | +972Mag Fecha: 24 de octubre de 2020 Durante más de un siglo, una pequeña lata azul ha servido como icono del apoyo judío de la diáspora al proyecto sionista. Producidas y distribuidas para recaudar dinero para el Fondo Nacional Judío (Keren Kayemet LeIsrael), fundado en 1901, las alcancías se colocaron en hogares judíos y escuelas diurnas en Europa y Estados Unidos, llenas de familias deseosas de participar en los esfuerzos del FNJ para comprar propiedades o plantas árboles en todo Israel. Esta historia ha contribuido a la benevolente reputación del FNJ. Para muchos judíos, se asocia principalmente con árboles, parques y esfuerzos de conservación, aumentados por una fábula de pionero valiente en los primeros días de Israel. La propia organización ha trabajado con cuidado para cultivar una impresión de neutralidad. Sin embargo, el impacto del FNJ en el paisaje en Israel-Palestina es mucho menos benigno de lo que sugiere esta narrativa. Como escribió Umar al-Ghubari hace unos años, la organización ha jugado un papel fundamental en la plantación sobre los restos de las aldeas palestinas destruidas. Este proceso de «enverdecimiento a través de un acto de aniquilación», en palabras de un judío sudafricano que en 2015 encabezó una delegación para disculparse por las donaciones del FNJ de la comunidad, ha sido fundamental para la capacidad de Israel de negar, distorsionar y reprimir la historia de la Nakba. Esta historia, junto con las extensas operaciones del FNJ en los territorios ocupados, significa que su asociación de décadas con el grupo de colonos Elad (2), revelada por el periodista de investigación Uri Blau en +972 esta semana (1), no es la anomalía que muchos desearían que fuera. Como escribí en respuesta a ese informe, ambas organizaciones están preocupadas por seguir, más o menos descaradamente, el imperativo sionista de «máxima tierra, mínimo de árabes». Dada el objetivo singular de Elad del control arqueológico en Jerusalén Este, las dos instituciones también comparten un enfoque arraigado en la idea de fortalecer la conexión judía con la tierra. Los árboles del FNJ y los colonos cavan, pero ambos intentan rehacer el territorio y las historias que se le atribuyen. Como resultado, la presencia y la historia palestina están directamente en la línea de fuego. En ninguna parte eso es más evidente que en el caso de la familia Sumarin, que ha sido el objetivo de los esfuerzos combinados del FNJ y Elad para echarlos de su hogar en Jerusalén Este. Esos esfuerzos han dado lugar a una campaña internacional en apoyo de la familia Sumarin, que pareció, al menos por un momento, haber tenido efecto. En el momento de publicar el artículo de Blau, una facción dentro del JNF había presionado con éxito para que se congelara el desalojo en el último momento. Ahora, sin embargo, parece que el FNJ ha retrocedido en su decisión y está permitiendo que proceda la expulsión de los Sumarins. El papel del FNJ en desposeer a los palestinos y «enverdecer» las pruebas ha sido visible desde hace mucho tiempo a simple vista. La noticia de la cooperación de la organización con Elad continúa con ese historial. Queda por ver si esta última revelación finalmente opacará la pátina de las latas azules. *  Natasha Roth-Rowland es una estudiante de doctorado en Historia en la Universidad de Virginia, donde investiga y escribe sobre la extrema derecha judía en Israel-Palestina y en los Estados Unidos. Anteriormente pasó varios años como escritora, editora y traductora en Israel-Palestina, y sus trabajos han aparecido en The Daily Beast, London Review of Books Blog, Haaretz, The Forward y Protocols. Escribe con el apellido verdadero de su familia en memoria de su abuelo, Kurt, quien se vio obligado a cambiar su apellido a ‘Rowland’ cuando buscaba refugio en el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial.  (1)  Los documentos revelan décadas de estrecha cooperación entre FNJ y Elad https://www.972mag.com/exclusive-jnf-elad-jerusalem/ (2)  Organización no gubernamental de extrema derecha judía -cuyo objetivo es judaizar toda la ciudad santa y construir el Tercer Templo judío en la explanada de las Mezquitas- que lleva a cabo una agresiva política de apropiación y adquisición de inmuebles. (N. del T.) Traducción: Dardo Esterovich

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Presencia mundial del armamentismo israelí

Fuente: Luis E. Sabini Fernández | Alainet Fecha: 20 de octubre de 2020 Israel se ha caracterizado por un extraordinario desarrollo militar, de las técnicas y los armamentos. Y con una acentuada modernización, tecnologización de esa actividad. No sabemos si por su condición de estado colonialista, empeñado en adueñarse de tierra ya ocupada por otra población, o por algún otro motivo más ideológico (no es que el colonialismo carezca, por cierto de ideología, pero puede haber otros impulsos militaristas no vinculables con la conquista directa, material, de territorio), lo cierto es que la industria de armamentos israelí llama poderosamente la atención en un presente por lo demás ya sobresaturado de armas.1 El sitio antimilitarista If Americans Knew ha elaborado un formidable relevamiento de armas israelíes y su uso en situaciones socialmente delicadas y penosas como es la presencia, en el mundo entero, de cada vez mayor cantidad de refugiados. Raciales, ambientales, religiosos, políticos. IAK lo presenta en un video, “Israel y la crisis mundial de refugiados”.2 El estudio observa que las tres cuartas partes de todas las migraciones más o menos forzadas provienen apenas de 6 países: Siria, Afganistán, Sudán del Sur, Myanmar, Somalia, Palestina. IAK nos informa que cuatro de ellos tienen un rasgo, siniestro, en común: que han sido bombardeados en menos de 48 horas con armas israelíes. IAK presenta diversos testimonios, como el de un diplomático pakistaní explicando que tanto los talibanes en Afganistán como en Pakistán disponen de armas israelíes. Por su parte, el periódico israelí Haaretz acusó a Israel de contrabandear armas a Somalia. El informe sigue repasando diversas fuentes: que la revista estadounidense +972Magazine, se refirió el 28 mayo 2015 a la callada historia de las exportaciones militares a Sudán del Sur. «Desde su independencia, Israel le ha vendido permanentemente armas, entrenamiento militar, seguridad nacional y tecnologías de control.” ¿Algún problema? se pregunta IAK. Y responden: esas armas están siendo utilizadas para cometer crímenes de guerra y potencialmente de lesa humanidad. IAK sigue su recorrida. Middle East Monitor titula: «Informe de la ONU: armas israelíes estimulan la guerra civil sudanesa.« Y el New York Times complementa: 383 000 los muertos en la guerra de Sudán del Sur. Un estado, el sudanés, que cumplió el diseño del Plan Yinon (israelí, 1982) de ‘divide y dominarás’: Sudán fue partido en dos en 2011 con activa participación israelí. Otro título de Haaretz: Israel vendió armas supertecnologizadas a Myanmar durante la campaña de limpieza étnica en ese país contra la etnia Rohingya. IAK recoge otro testimonio del Middle East Monitor: «Amnesty [International]: Israel provee de armas a violadores de derechos humanos en Emiratos Árabes Unidos y en Myanmar«. El M E M, otra vez: «armas israelíes usadas en genocidio contra los musulmanes Rohingya.” IAK nos recuerda que Israel ocupa el 7o. puesto entre los principales productores de armamento en el mundo. Pero su producto bruto interno figura en el mundo en el 32o. puesto. IAK destaca no sólo el alcance, las dimensiones de las ventas de armas israelíes. También destacan el tipo de armamento, por ejemplo los atroces ‘proyectiles de fósforo blanco’, que hacen un daño irreversible penetrando en los cuerpos heridos, y que siguen haciendo daño, como una entidad viviente, luego del impacto (se trata de un fuego que no se apaga). La observación de IAK es clara: “no sólo venden las armas y los disparos, también producen el sufrimiento de las víctimas de semejantes armas.” El informe nos dice que la mitad de los misiles israelíes tienen como destino la India. IAK nos recuerda que India a su vez ocupa militarmente Cachemira, territorio en disputa con Pakistán y que es, justamente, musulmana. ¿Somos inocentes y decimos que es casualidad o parece ser que Israel está empeñado en una guerra exterminadora contra los países islámicos? IAK resume que Israel les ha vendido armas a países como Ruanda, Bosnia o Sri Lanka, justamente en los períodos en que en esos países ha habido guerras intestinas o directamente políticas genocidas.3 El ya citado periódico israelí Haaretz lo confirma al menos parcialmente: «Las armas israelíes tomaron parte en el genocidio ruandés«. Y dicho periódico es todavía citado con otra frase estremecedora: «Detrás del sombrío mundo de los vendedores de armas israelíes”. IAK concluye que Israel es responsable o corresponsable del 81% de la peripecia de los refugiados de todo el mundo. Un dato, ya muy ventilado: «EE.UU. finaliza un acuerdo para dar a Israel 38 mil millones de dólares en ayuda militar.» (NYT). Piénsese un segundo: EE.UU. entrega a Israel, cada día, 10 millones de dólares… durante 10 años, todos, todos los días (aparte de todas las ventajas impositivas, pérdida de aranceles y tantas otras medidas benéficas con que Israel cuenta dentro de EE.UU.) IAK levanta la denuncia del periódico de investigación The Intercept, fundado por los periodistas Laura Poitras, Jeremy Scahill y Glenn Greenwald, este último estrecho colaborador de Julian Assange, que titula una de sus notas: “The Booming Business of War in Israel” (El floreciente negocio de la guerra en Israel). Podríamos agregar el inaudito costo ambiental que tienen todos los desarrollos y aplicaciones militares, en los territorios y mares usados y, particularmente en los cuerpos de las víctimas. La conclusión de IAK es terminante: “que Israel [es] una fuerza importante de desestabilización entre las naciones del planeta. Pero no oirá nada de ello en los medios de comunicación de EE.UU.” Esta última observación la podemos hacer extensiva a mucho más que EE.UU.: Israel goza de tanta impunidad mediática como para que podamos afirmar que la inmensa mayoría de los datos presentados por IAK y recogidos en esta reseña, resultan desconocidos al gran público… de Europa, al de la devastada África, al del tan golpeado continente asiático, desconocido o casi en la tierra que dio nacimiento al formidable luchador contra la impunidad, Julian Assange, y que en las otras Américas, en la nativa, en la latina –entre nosotros, en suma− esto tampoco se oye. O que, apenas se oye. – Luis E. Sabini Fernández es docente del área de Ecología y DD.HH. de la Cátedra Libre de Derechos Humanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, periodista y

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