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El Mundo y las Decisiones Argentinas

Fuente: Ricardo Aronskind | El Cohete a la Luna Fecha: 11 de agosto de 2019 El escenario económico internacional se viene ensombreciendo aceleradamente desde hace unos meses, pero en la última semana se acercó a un punto de ruptura que parece anticipar una nueva realidad global. Este escenario en transformación es el que impactará en el período post-PASO, y con el cual deberá lidiar el próximo gobierno argentino. Es importante comprender sus características, que condicionarán necesariamente el tipo de política que se requerirá para que el país puede atravesar ese próximo período sin ser afectado severamente por las contingencias internacionales. Desglobalización Los elementos de la coyuntura mundial muestran un creciente grado de desequilibrio, en el cual juega un papel estelar el Presidente de los Estados Unidos, que es, no casualmente, el principal sostén externo de actual gobierno argentino. Repasemos algunos de los focos de conflicto que están afectando el orden económico y político mundial. Una gigantesca burbuja bursátil e inmobiliaria que se ha creado en los principales mercados financieros del mundo. Se trata de uno de los pocos mercados donde todo el tiempo se incrementan las ganancias, casi independientemente de la realidad. En los últimos años las bolsas muestran una aparente independencia de los datos de la economía real, impulsados por las emisiones de dinero de los Bancos Centrales (tanto de la Reserva Federal de los Estados Unidos como del Banco Central Europeo), que tienen escaso impacto en el dinamismo económico real pero sí en el crecimiento del valor de títulos y acciones. Se sostiene la actividad económica sobre una ficción consensuada entre los grandes jugadores del sistema. Los países, las empresas y los particulares están endeudadísimos en todo el mundo. Las corporaciones norteamericanas muestran hoy el nivel de endeudamiento más alto del último medio siglo. Muchos países centrales superan el 100% de sus PIBS de endeudamiento público. La única forma de relanzar el crecimiento en mediante una quita generalizada de deudas, que libere recursos para el consumo y la inversión. Pero los financistas no permiten ninguna política que genere un alivio relevante y disminuya sus acreencias. Una superpotencia, Estados Unidos, ha decidido modificar unilateralmente todas sus relaciones con el resto del mundo, rompiendo con toda la institucionalidad liberal armada desde los años ’80 del siglo pasado. Así ha maltratado a México y Canadá para forzarlos a readaptar el NAFTA a sus necesidades, ha celebrado el resquebrajamiento de la Unión Europea y propone un tratado de libre comercio a Gran Bretaña, amenaza con sancionar a todo el mundo si comercian con Cuba, Irán o Venezuela, y advierte que piensa detener a los miembros del Tribunal Penal Internacional si se les ocurre acusar a un militar norteamericano por crímenes cometidos en alguno de los países en los que opera Estados Unidos. La ley de la selva, sin buenos modales. Una “guerra comercial” que no es tal. Se trata de una puja estratégica entre la primera potencia del planeta y una China en ascenso vertiginoso, que se está proyectando vigorosamente en todos los continentes. La prensa trata a este conflicto como un tema meramente comercial, pero no lo ven así los estrategas norteamericanos, desde Henry Kissinger en adelante, que se desvelan pensando en la forma de “contener” a China. La administración Obama lo intentó mediante el diseño de grandes tratados de comercio e inversión que excluyeran a China, y falló. Trump ahora acude a la agresión comercial y tecnológica (Huawei), llegando incluso a separar a investigadores chinos en Estados Unidos de investigaciones de importancia estratégica. La actual desestabilización política de Hong Kong es parte del mismo paquete. El “problema” es que China no es un país de los tantos que se someten dócilmente a las ambiciones norteamericanas, ni está dispuesto a sacrificar su vía acelerada hacia el desarrollo a través del comercio y la conquista de mercados en todas partes. La experiencia de la URSS les ha enseñado que ceder política y económicamente frente al coloso norteamericano es la antesala de un proceso de colonización occidental. Existencia de conflictos bélicos de enorme impacto económico, que se mantienen por ahora a fuego lento sin resolverse. Uno de ellos es el conflicto que enfrenta actualmente a sauditas e israelíes con Irán, con el subproducto de la destrucción del Yemen, y que amenaza con poner en crisis a la principal zona petrolera del planeta. Otro es el conflicto en el Mar de la China, que enfrenta a varios países –entre ellos Japón— con las pretensiones soberanas chinas. Se sumó en esta semana un aumento de la tensión entre la India y Pakistán en relación al viejo conflicto de la región de Cachemira. La partición de Ucrania ha sido puesta en stand-by, hasta que alguien decida recalentar la situación. Un trasfondo de bajo crecimiento mundial, sin ningún tipo de solución a la vista, ni ideas novedosas. El famoso “brotes verdes” de Cambiemos tiene su antecedente directo, en la prensa neoliberal mundial que ya ha errado reiteradamente en su fantasía de recuperación global. De ahí las crecientes presiones proteccionistas, y la actual “guerra de monedas”, con devaluaciones competitivas. A esto se han sumado en las últimas semanas presagios muy claros de recesión internacional, que comparten analistas de diversa orientación económica. Indicadores en las curvas de rendimiento de los activos bursátiles llevan a predecir una recesión cercana, que haría recrudecer las tensiones, y ahondaría los problemas que ya tenemos en la periferia. No será un mundo de amigos generosos. Trump en sí mismo: la personalidad de quien está a cargo de la principal potencia del globo tiene importancia. Su forma de actuar en política y economía internacional –con amigos y enemigos— es amenazar violentamente, para luego obtener a un acuerdo favorable, a costa de los demás. El método tiene dos inconvenientes. El primero es que ya es conocido por todos, y pierde credibilidad la amenaza si sólo se ejecuta con países débiles. El segundo es que se está encontrando con quienes no están dispuestos a negociar en los términos norteamericanos, mientras él se ha rodeado de funcionarios halcones y

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Uruguay acusa a EEUU de meterse en la campaña electoral y tratar de invisibilizar sus masacres

Fuente: Luvis Pareja | www.estrategia.la Fecha: 07 de agosto de 2019 El canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, acusó a la administración de Donald Trump de intentar influir a favor de la oposición en la campaña electoral, de cara a las presidenciales de octubre próximo, quizá tratando de invisibilizar las dos masacres ocurridas el fin de semana en los estados de Texas y Ohio, que dejaron un saldo de 30 muertos y más de 60 heridos . “Se meten, se inmiscuyen (en la campaña) pero no es ninguna novedad por parte de las embajadas norteamericanas en América Latina», dijo. Ellos (los estadounidenses) tienen la misión divina de calificar a todos los países del mundo», afirmó el canciller y agregó que basta entrar a la página del Departamento de Estado para ver la calificación de todos los países. La intencionalidad de la advertencia del gobierno estadounidense parece quedar en claro, ya que se abstiene no solo de hablar de las continuas masacres en su propio país, de la persecución a migrantes, incluyendo niños, sino de la extrema violencia que existe en otros países –aliados a EEUU- como Colombia. Sin amilanarse, el gobierno uruguayo continuó respondiendo a los ataques de Washington, que días atrás advirtió a los ciudadanos que estadounidenses que no viajaran al país sudamericano ante un aumento en sus índices de delincuencia, registrado en base a informes del Departamento de Estado. El lunes había emitido un comunicado en el que alertaba a los ciudadanos que tuvieran pensado viajar a EEUU por la «creciente violencia indiscriminada» desatada en esa nación. Mano dura «Es una exageración, y es muy imprudente andar diciendo que aumenta la inseguridad en Uruguay, cuando el tema de la seguridad está metido en la campaña electoral», replicó Nin El senador blanco Jorge Larrañaga, uno de los candidatos preferidos por Washington, quedó fuera de la competencia por la presidencia, pero el proyecto de reforma constitucional que impulsó mediante la campaña “Vivir sin miedo” se votará el 30 de octubre, en forma simultánea con las elecciones nacionales, salteándose al Poder Legislativo para intentar, por otra vía, la aprobación de proyectos que ya fueran rechazados. A finales de julio, en un discurso lleno de falacias y efectismo, Larrañaga señaló vaguedades como que “no se puede seguir así” y que hay que “defender a la gente honesta”, y señaló que “si no hacemos esto, […] los delincuentes nos llevan puestos”. Medrando con el miedo y con el imaginario de la inseguridad, postuló una ilógica y peligrosa equivalencia entre orden y seguridad, típica de ideologías autoritarias y de intentos de desestabilización democrática Él último domingo de octubre los uruguayos votarán por un nuevo presidente y plebiscitarán la ley represiva de Larrañaga, que contó con apoyo de asesores estadounidenses e israelíes. Crímenes de odio El Ministerio de Relaciones Exteriores alertó por los crímenes de odio, fundados en “el racismo y la discriminación, que costaron la vida a más de 250 personas en los primeros siete meses de este año». El gobierno de Donald Trump anteriormente emitió una elevación del nivel de advertencia dirigida a ciudadanos estadounidenses que planeaban visitar Uruguay, por el «aumento de la delincuencia»: pasó del nivel 1 («tomar precauciones normales») al nivel 2 («ejercer mayor precaución debido a la criminalidad»). También la cancillería de Venezuela emitió un aviso de características similares, sugiriendo a los venezolanos “postergar sus viajes, o, en todo caso, extremar las precauciones” en caso de ir a Estados Unidos, y pidieron a sus viajeros evitar grandes aglomeraciones y algunas ciudades, que ubicaron entre las «20 más peligrosas del mundo». Nin Novoa redobló la apuesta el martes al sostener que EEUU busca entrometerse en la campaña electoral uruguaya, al tiempo que aseguró que con Washington «no hay ninguna tensión». Pero dejó en claro que la advertencia de Washington a sus ciudadanos respecto a Uruguay «es como mirar la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio” y agregó que EEUU cree que tiene «la misión divina de calificar a todos los países del mundo». «Estados Unidos tiene una tasa de homicidios de 25 habitantes cada 100 mil, mientras que en Uruguay tenemos la mitad. Matan a 30 personas en tiroteos en bares, y nos vienen a decir a nosotros que tengan cuidado con Uruguay. ¡Por favor!», exclamó el canciller, quien remarcó que a su país no lo motiva un «ánimo belicista y confrontativo». «Hicimos un comunicado en los mismos términos en que lo hicieron ellos», agregó. En la nota consular presentada hace unos días, el gobierno norteamericano había señalado que «los delitos violentos, los homicidios, los asaltos a mano armada, el robo de vehículos y los hurtos» aumentaron en Uruguay. El Departamento de Estado pidió evitar la visita a 13 barrios de Montevideo, y advirtió acerca del incremento de los robos callejeros, y de viviendas durante el verano, en los principales balnearios del país, incluyendo Punta del Este. La inseguridad es uno de los temas más importantes dentro de la agenda pública uruguaya. A la espera de cifras oficiales, se estima que en 2018 Uruguay, país de 3,4 millones de habitantes, registró una cifra récord de homicidios (381), un 35 por ciento más que en 2017. Sin embargo, esos números provienen de un estudio que regularmente publica la fundación Fundapro, cercana a la oposición, y que sirvieron de insumo para la dura advertencia planteada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. **Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Estados Unidos, Internacionales, Portada

El terrorismo blanco y sus fantasías

Fuente:Jorge Majfud | América Latina en Movimiento Fecha: 06 de agosto de 2019 Hace décadas que escribimos y contestamos llamadas de medios para discutir las matanzas en Estados Unidos. Virginia Tech, Sandy Hook, Orlando, Las Vegas… Por no hablar de la criminalidad común de varias ciudades grandes que se aproximan bastante a los vergonzosos números de algunos países de América Central. Uruguay está bajo una fuerte crítica, interna y de Estados Unidos, por haber aumentado su tasa de asesinatos hasta 11.2 cada cien mil habitantes mientras sus turistas se sienten seguros en Miami Beach, sin reparar que la ciudad de Miami, en sus mínimos históricos, tiene la misma tasa de asesinatos. Por no hablar de otras cuarenta grandes ciudades que superan esos guarismos, como St. Louis, que llega a 60. No en pocas ocasiones me he despedido de esos amigos periodistas con el doloroso humor negro de “hasta la próxima matanza”. En mis clases, algunos estudiantes me han reprochado la dureza de este tipo de expresiones. Tal vez es parte del problema que comparte la religión de las armas con el racismo rampante de este país: se cuida demasiado el lenguaje para no ofender a nadie pero no se soluciona el problema. Se lo empeora. Las dos últimas matanzas por tiroteo, de las 250 que van en el año, llamaron la atención por su número de muertos y por su proximidad una de otra (13 horas). Ambas poseen elementos en común, pero en su naturaleza ideológica difieren mucho. Empecemos por la segunda, la de Dayton en Ohio. El asesino, un joven de 24 años, no tenía motivaciones raciales, ni siquiera ideológicas. Como le gustan decir a los políticos especialistas en rezar como único recurso, era un “enfermo mental”. De hecho era simpatizante de la izquierda y de la regulación de las armas y entre las nueve de sus víctimas estaba su propia hermana, de 22 años. Claro que entre enfrentarse a un enfermo mental con un rifle y a otro con un palo, cualquiera elegiría este último. La tragedia ocurrida 13 horas antes en El Paso, Texas, ya está alimentada y motivada por razones claramente raciales. El asesino de 21 años, de cuyo nombre no quiero recordar, manejó nueve horas de Dallas hasta la frontera sur para matar hispanos. En un manifiesto plagado de faltas ortográficas y, peor, de conceptos históricos, advierte de su plan debido a la “invasión de hispanos a Texas”. El Paso posee una población del 80 por ciento de estadounidenses mexicanos, además de mexicanos visitantes. Gran parte del tercio oeste de Estados Unidos posee una fuerte cultura y una numerosa población hispana no sólo porque desde que Estados Unidos tomó posesión de esas tierras los mexicanos han cruzado permanentemente una frontera invisible para trabajar en las zafras del norte, regresando al sur ese mismo año, sino porque por siglos fue tierra de España o de México. Texas, que tanto enojaba al asesino, se independizó de México en 1836 porque los mexicanos habían abolido la esclavitud en esa provincia y los nuevos inmigrantes anglos no podían prosperar sin esclavos negros, los que solían escapar hacia México buscando la libertad. Cuando Texas se une a Estados Unidos y el Norte entra en guerra civil con el Sur, Texas se une a la Confederación para mantener sus privilegios esclavistas. Desde su derrota a manos de Lincoln, el Sur esclavista convirtió esa derrota en una victimización moral de los blancos, desviando la atención sobre la esclavitud y narrando en libros, películas y salones de clase la idea de que la Guerra Civil fue una lucha desigual por “los valores” del Sur. La misma fundación de Texas tiene una raíz profundamente racista, como la fundación de Estados Unidos. Pero tanto Estados Unidos como Texas han sido capaces de integrarse a las grandes luchas sociales de los años 60s, no sólo de Martín Luther King sino de muchos otros líderes latinos como Cesar Chávez, Dolores Huerta o Sal Castro. Los países no tienen dueños. Incluso Jefferson había dicho algo por demás obvio: la tierra le pertenece a los vivos; no a los muertos. Sin embargo, aquí radica el centro del problema de la ideología supremacista blanca: el concepto de defensa de una raza para que su predominio perdure más allá de los individuos. ¿Por qué me importaría que mi país conservase una población que se parezca a mí? Es más, sería una pesadilla levantarse un día y ver que todos se parecen a nosotros y piensan como nosotros. El moderno concepto de supremacía blanca en Occidente surge a principios del siglo XX en las colonias británicas. Vaya casualidad. Justo cuando Europa y Gran Bretaña comienzan a perder el privilegio de esclavizar al resto del mundo aparece una teoría infantil del “genocidio blanco”. Según esta teoría que se hace popular en Estados Unidos en la década del 20, la “raza blanca” está bajo amenaza de extinción por parte de las otras razas, negra, marrón, amarilla, roja… Todo a pesar de que ninguna de estas “razas” nunca en la Era Moderna invadió ni Europa ni Estados Unidos sino, exactamente, lo contrario. África fue, por trecientos años, hasta muy recientemente, el patio trasero de Europa y allí los crímenes se contaban por decenas de millones de negros, por decenas de gobiernos destruidos, intervenidos o aniquilados. En los últimos tiempos en nombre de la lucha contra el comunismo pero desde mucho antes en nombre de la defensa de la “raza hermosa”, la raza blanca que debía dominar al resto. Exterminación, lisa y llana. Lo mismo América Latina con respecto a Estados Unidos. Lo mismo diferentes pueblos de Asia y Medio Oriente con respecto a las potencias Occidentales. Pues, resulta que ahora los niños de bien se quejan de una “invasión hispana”, de una “genocidio blanco” y otras pataletas. ¿Por qué? Estados Unidos es el único país “desarrollado” cuya expectativa de vida ha decrecido en los últimos años. Los estudios indican que se debe al deterioro de la salud de la población blanca debido a la epidemia de

Israel, Medio Oriente, Portada

Sin una solución de dos estados, Israel está condenado a una “muerte demográfica”, afirma el PM palestino

Fuente: Enlace Judío – México Fecha: 30 de julio de 2019 “Israel se encuentra hoy ante un gran desafío: la solución de dos Estados o una muerte demográfica”, dijo Shtayyeh en un discurso en una reunión de la Internacional Socialista, una organización que reúne a partidos socialistas de todo el mundo, en el Hotel Carmel en la ciudad de Ramalla, informó el sitio The Times of Israel. “Por primera vez desde 1948, el equilibrio demográfico está a favor de los palestinos. Entre el río Jordán y el mar Mediterráneo hay 6,8 millones de palestinos: 3 millones en Cisjordania, 2 millones en Gaza y 1,8 millones en 1948 [Israel]. Los israelíes son 6.6 millones. Los palestinos son 200,000 más que ellos. “O la solución de dos Estados o una muerte demográfica; ya sea la solución de dos Estados o ningún Estado democrático o judío; ya sea la solución de dos Estados o un régimen racista en la práctica y en lo legal; o la solución de dos Estados o no hay paz ”, declaró. El liderazgo palestino con sede en Ramallah, incluido el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha dicho constantemente que apoya una solución de dos Estados. El primer ministro Benjamí Netanyahu ha dicho en el pasado que apoya la solución de dos Estados en principio, aunque no en los últimos años. También ha declarado que no se creará ningún Estado palestino mientras esté en el cargo y ha sugerido la aplicación de la soberanía israelí sobre partes de Cisjordania. Además, muchos ministros en el gabinete de Netanyahu han manifestado firmemente su oposición a la solución de dos Estados. Shtayyeh también arremetió contra Jason Greenblatt, representante de negociaciones internacionales del gobierno del presidente norteamericano Donald Trump, por los comentarios que hizo en el Consejo de Seguridad de la ONU la semana pasada. “El señor Jason Greenblatt cree, como dijo en el Consejo de Seguridad, que las aspiraciones del pueblo palestino no equivalen a derechos nacionales”, dijo. “Ese es el nivel más alto de blasfemia política y el nivel más alto de prejuicio contra los derechos nacionales del pueblo palestino”. Greenblatt dijo al Consejo de Seguridad el martes pasado: “Comencemos por reconocer que no hay atajos y que las ficciones del consenso internacional, la legitimidad internacional, los argumentos sobre quién tiene razón y quién está equivocado como una cuestión de derecho internacional, y las aspiraciones expresadas como derechos no lograrán la paz”. También declaró que si bien los palestinos pueden aspirar a una capital en Jerusalén Este, no tienen derecho a una. “Es cierto que la OLP y la Autoridad Palestina continúan afirmando que Jerusalén Oriental debe ser una capital para los palestinos. Pero recordemos: una aspiración no es un derecho”, dijo, y sostuvo que “las aspiraciones pertenecen a la mesa de negociaciones”. Shtayyeh también se reunió el lunes con miembros de una delegación del partido de izquierda israelí Meretz que asistieron a la reunión en Ramallah, dijo en un comunicado Elad Wolff, portavoz de la expresidenta del partido Tamar Zandberg. El primer ministro de la Autoridad Palestina dijo a los miembros de la delegación, entre los cuales estaban Zandberg y el legislador Mossi Raz, que los palestinos apoyan las conversaciones de paz con Israel, pero él “expresó reservas” sobre el Estado judío y las políticas de la administración norteamericana.

America Latina, Internacionales, Portada

Y ahora, Brasil?

Fuente: Boaventura de Sousa Santos* | Jornada Fecha: 27 de julio de 2019 Las palabras que más se repiten hoy son estupefacción y perplejidad. El gobierno brasileño ha caído en el abismo del absurdo, en la banalización total del insulto y la agresión, en el atropello primario de las reglas mínimas de convivencia democrática (por no hablar de las leyes y la Constitución), en la destilación de odio y negatividad como única arma política. Todos los días somos bombardeados con noticias y comentarios que parecen provenir de una cloaca ideológica que ha acumulado rancidez y descomposición durante años o siglos, y ahora rezuma el hedor más nauseabundo y pestilente como si fuese el aroma de la novedad y la inocencia. Esto causa estupefacción en quienes se niegan a ver normalidad en la normalización del absurdo. La perplejidad se deriva de otra verificación, no menos sorprendente: la aparente apatía de la sociedad civil, de los partidos democráticos, de los movimientos sociales y, en definitiva, de todos los que se sienten agredidos por semejante desatino. Da la impresión de que la insistencia y el abuso de la insolencia tienen el efecto de un gas paralizante. Es como si nuestra casa estuviese siendo asaltada y nos escondiésemos en un rincón con el temor de que el ladrón, si nos viese, se sintiera provocado y además de nuestras posesiones nos quitara también la vida. Puesto que un país es más que un conjunto de ciudadanos estupefactos y perplejos, y como en política la fatalidad no existe, hay que pasar de la estupefacción y la perplejidad a la indignación activa y la respuesta organizada y consistente en nombre de una alternativa realista. Para ello hay que responder dos preguntas principales. La primera, ¿cómo fue posible todo esto? La segunda, ¿con qué fuerzas políticas y de qué modo se puede organizar una respuesta democrática que ponga fin a este vértigo y retome el camino democratizador del pasado reciente sin cometer los errores en los que incurrió? ¿Cómo sucedió? La reflexión al respecto debe tener siempre en cuenta los factores internos y geoestratégicos. Las razones que llevaron a la dictadura entre 1964 y 1985 no fueron superadas con el regreso a la democracia. El pacto con los dictadores no permitió juzgar el terrorismo de Estado que practicaban, exigió la continuidad (y hasta la profundización) del modelo capitalista neoliberal, y no resolvió la cuestión de la concentración de la tierra, sino al contrario, la agravó, permitiendo a las élites patrimonialistas servirse de la democracia como antes se habían servido de la dictadura. La Constitución de 1988 contiene una profunda vocación democratizadora que las élites nunca han tomado en serio. La continuidad también se produjo en el campo de las alineaciones geoestratégicas. Es conocida la intervención estadounidense en el golpe de Estado de 1964 y esa tutela imperial no terminó con la transición democrática. Solo cambió de discurso y táctica. Organizaciones internacionales de la llamada sociedad civil, formación de jóvenes líderes, promoción de un sistema judicial conservador e iglesias evangélicas fueron los vehículos privilegiados para frenar la politización de las desigualdades sociales causadas por el neoliberalismo. En este ámbito, el largo papado de Juan Pablo II (1978-2005) desempeñó un papel decisivo. Liquidó el potencial emancipador de la teología de la liberación y permitió que en las periferias pobres el vacío lo ocupara la teología de la prosperidad, hoy dominante. La receta neoliberal se aplicó en el subcontinente con especial dureza en los años 1990. Suscitó movimientos de resistencia que en la década de 2000 permitieron la llegada al poder de gobiernos de partidos de izquierda, en el caso de Brasil siempre en coalición con partidos de derecha. Este hecho coincidió (no por casualidad) con el descuido momentáneo del Imperio, embarrado en el pantano de Irak desde 2003. Las lecciones que se pueden extraer de este periodo son las siguientes. La izquierda se embriagó con el poder del gobierno y lo confundió con el poder social y económico que nunca tuvo. El Foro Social Mundial (FSM), del que fui uno de los impulsores desde sus inicios, creó la ilusión de una fuerte movilización política de base. Tenían razón quienes advirtieron desde el principio que el predominio de las ONG en el FSM contribuía a la despolitización de los movimientos. La izquierda partidaria abandonó las periferias y se refugió en la comodidad de los palacios de gobierno. Mientras tanto, en el Brasil profundo el trabajo ideológico conservador seguía su camino, listo para ser aprovechado por la extrema derecha. Bolsonaro no es un creador, es una creación. La parálisis de la sociedad política progresista y organizada viene de lejos. Si ahora es visible es porque sólo ahora se sufren sus peores consecuencias. Se concedieron las mejores condiciones operativas y remuneratorias al sistema judicial y al sistema de investigación criminal, pero se creía que eran órganos políticamente neutrales del Estado. De la operación militar-mediática de 1964 a la operación judicial-mediática de 2014 hay una gran distancia y diferencia. Pero tienen dos puntos en común. Primero, la demonización de la política es el arma política privilegiada de la extrema derecha para asaltar el poder. Segundo, las fuerzas políticas de derecha se sirven de la democracia cuando esta les sirve. Pero cuando la opción es entre democracia o exclusión, o entre libertad política o libertad económica, optan siempre por la exclusión y por la libertad económica. La respuesta democrática No se pueden improvisar soluciones de corto plazo para problemas estructurales. La historia de Brasil es una historia de exclusión social causada por una articulación tóxica entre capitalismo, colonialismo y patriarcado o, con más precisión, heteropatriarcado. Las conquistas de inclusión fueron conseguidas con muchas luchas sociales, casi nunca llegaron a consolidarse y han estado sujetas a retrocesos violentos, como sucede hoy. La victoria de la extrema derecha no fue una simple derrota electoral de las izquierdas. Fue la culminación de un proceso golpista con fachada institucional en el que, en el plano electoral, las izquierdas hasta probaron una resiliencia notable en las condiciones de una democracia al borde del abismo

Internacionales, Israel, Portada

Israel acelera la demolición de viviendas palestinas

Fuente: Akiva Eldar | Al-Monitor Fecha: 22 de julio 2019 En la tarde del 21 de julio, el ex ministro de Educación Naftali Bennett entregó el control del partido Nueva Derecha a su ex copresidente y estrella en ascenso más rápido de la política israelí, Ayelet Shaked. Los dos no perdieron tiempo y se fueron a la mañana siguiente para recorrer sus posibles distritos electorales. La decisión de lanzar su campaña electoral en el bloque de asentamientos de Etzion en Cisjordania, con activistas del movimiento de derecha radical Regavim a su lado, no augura nada bueno para la campaña. Shaked se quejó a los reporteros que la acompañaban de que el estado no estaba asignando los recursos adecuados para detener «una toma masiva del Área C» de Cisjordania, que está bajo control israelí, por parte de la Autoridad Palestina (PA). Añadió que el próximo ministro de Defensa y primer ministro debería abordar este tema como «una prioridad nacional». Regavim, sin inmutarse por el hecho de que uno de sus fundadores y fuerzas impulsoras, Bezalel Smotrich fue nombrado recientemente ministro de transporte, persigue al gobierno a plena explosión. El 19 de julio sacó anuncios de periódico de página completa titulados, “Un estado terrorista, justo a la vuelta de la esquina”. El texto acusaba al gobierno de “echar una siesta en el trabajo” y permitir que la Autoridad Palestina construya 28.651 estructuras desde 2012 en el Área C de Cisjordania, que está bajo el control total de Israel como lo designó el Acuerdo de Oslo de 1993, que la derecha política denomina «un acto criminal». Regavim, cuyos representantes forman parte del actual gobierno de transición del primer ministro Benjamin Netanyahu, exhorta a los ministros y a los miembros de la Kneset a “tomar medidas inmediatas para prevenir un estado terrorista en nuestro patio trasero” Los partidos que compiten contra el gobernante Likud para los votantes de derecha están sosteniendo el trapo rojo de «Khan al-Ahmar», el pequeño pueblo beduino de Cisjordania destinado a ser desalojado bajo una orden gubernamental sancionada por el tribunal. En mayo, después de que la Corte Suprema aprobara la orden al gobierno para el sexto aplazamiento del desalojo,- bajo una fuerte presión internacional-  Regavim declaró: «Esta es una prueba de la indulgencia del gobierno para contrarrestar el plan de la Autoridad Palestina para apoderarse de tierras deshabitadas en Judea y Samaria» (utilizando los nombres bíblicos de Cisjordania). En enero, el presidente del partido Israel Beitenu, Avigdor Liberman, dijo que Khan al-Ahmar «simboliza la toma de control de las tierras estatales por parte de la Autoridad Palestina». Dos meses después, Bennett exigió que Netanyahu rechazara la presión internacional y permitiera el desalojo planificado. «Este es un estado de derecho, haz lo que prometiste y arrasa con Khan al-Ahmar», pontificó el entonces presidente del partido de la Nueva Derecha. Activistas de derechos humanos involucrados en la lucha contra la demolición de la aldea dijeron a Al-Monitor esta semana que estaban preparados para la evacuación que se llevará a cabo antes de las elecciones del 17 de septiembre. Los activistas, junto con organizaciones internacionales, estaban indefensos frente a las fuerzas policiales masivas que tomaron el control del barrio palestino de Jerusalén de Sur Baher el 21 de julio, para dar paso a las excavadoras enviadas para derribar 13 edificios. Según B’Tselem, una de las organizaciones de derechos humanos que monitorean el asunto, la demolición dejó a 17 residentes sin hogar, entre ellos 11 menores. Los edificios demolidos en la parte del barrio conocido como Wadi al-Hummus, contenían al menos 44 apartamentos, la mayoría de ellos en diferentes etapas de construcción. Algunos de ellos fueron construidos en el Área A de Cisjordania bajo el control total de la Autoridad Palestina, que incluso emitió permisos de construcción para el proyecto. La Corte Suprema de Israel, sin embargo, aceptó el argumento del gobierno de que la proximidad de los edificios al muro de separación entre Jerusalén y Cisjordania constituía una amenaza para la seguridad. B’Tselem ahora teme que el fallo otorgue a Israel bases legales para derribar muchas casas de propiedad palestina en Jerusalén Este cerca del muro. Es seguro asumir que la derecha política no ignorará el veredicto de Sur Baher, que establece un precedente, por parte del máximo tribunal del país. Justo este mes, el 10 de julio, Netanyahu declaró: «No permitiremos que ninguna comunidad o ciudad en la Tierra de Israel sea desalojada, ni judía ni árabe». En un evento en el asentamiento de Rejava en la Ribera Occidental, el primer ministro dijo: “No desalojamos a la gente por la fuerza. Hemos terminado con este disparate. Israel, bajo mi dirección, no repetirá los errores del pasado». En un evento de septiembre de 2017 en el bloque de asentamientos de Etzion, Netanyahu insistió:» La manera de hacer la paz no es a través del desarraigo, no de los judíos y no de los árabes». Esperando hasta que se alcance la paz, el primer ministro se asegura de cumplir sólo la mitad de su promesa. Él no desarraiga a los judíos. En los últimos años, las autoridades han dejado de desalojar a los residentes de los asentamientos ilegales. Lo que es más, aun cuando la Administración Civil hace que sea prácticamente imposible para los palestinos obtener permisos de construcción en el Área C y arrasa casas construidas sin permiso, las autoridades cooperan con la construcción de nuevos puestos de avanzada judíos en esas mismas áreas cerrando los ojos ante violaciones legales y en algunos casos incluso los financian. La organización anti-asentamientos Paz Ahora informa que desde 2012, 32 de estos puestos de avanzada ilegales han aumentado, entre ellos 21 fincas se han apoderado de vastas tierras para sus rebaños y cultivos. Quince de los 32 fueron «legalizados» después de hecho como asentamientos independientes o como «vecindarios» de los existentes. Otros 35 puestos ilegales erigidos a lo largo de los años están en proceso de legalización retroactiva. Según el informe, la mayoría de los 32 puestos de avanzada se incrementaron después de la elección del presidente de

America Latina, Cultura, Portada

Roberto Fernández Retamar, poeta y pensador

Fuente: Mario Goloboff | Página/12 Fecha: 21 de julio de 2019 Durante la segunda mitad del siglo XX, hubo en América latina un puñado de intelectuales que oficiaron de modo natural y quizás no querido como verdaderos maestros y guías en la formación intelectual y literaria, y en la crítica literaria de nuestra generación: el uruguayo Ángel Rama, el peruano Antonio Cornejo Polar, los argentinos David Viñas y Noé Jitrik. Sin duda, forma parte de este connotado grupo, y en muy alto sitio, el poeta, crítico, pensador cubano Roberto Fernández Retamar, que acaba de fallecer. Él fue iluminando desde los primeros tiempos de la revolución cubana el camino de una crítica y de una concepción latinoamericana de nuestra cultura. Profusos y profundos trabajos que llevan su firma (entre los que ha sido fundamental aunque no única la presencia del libro Calibán y otros ensayos) fueron postulando la posibilidad, si no de un aislamiento impensable o de una originalidad soberbia, la de una independencia cultural y la de una autonomía, siempre conflictivas, siempre discutidas, siempre relativas, pero irrenunciables, necesarias. Acordes con las necesidades que, en otros campos, políticos, económicos, sociales, se han ido manifestando a lo largo de estos años. Venía, además, Fernández Retamar de una formación particularmente vasta, heterogénea y rica en la que intervinieron la filosofía, el marxismo, el estructuralismo, las ciencias literarias, la poética, la añeja profundidad de la poderosa cultura cubana, José Martí (en cuya vida y obra era un especialista), otros maestros cubanos y latinoamericanos, la lectura constante e íntima de poetas de todas las épocas y de todas las lenguas. Lo que lo llevó a una militancia temprana en el campo cultural, aún bastante antes de la Revolución. Ideas que parecen fundamentales de su pensamiento y que están expresadas en libros y en numerosos artículos publicados a lo largo de estos años son aquéllas sobre las relaciones entre el poeta y la sociedad, la función del arte en esa sociedad, la función que cumplen los intelectuales en la sociedades latinoamericanas y en la cubana socialista, el papel del poeta en la revolución… En lo más específico, que toca la tarea literaria, un trabajo ya clásico es aquél titulado “Antipoesía y poesía conversacional en América latina”, y que tiene mucho que ver con su propia construcción poética. Es la charla dada en una reunión que tuvo lugar en La Habana en 1968, publicada en un tomo que editó la Casa de las Américas al año siguiente, titulado Panorama de la actual literatura latinoamericana, un ciclo organizado por el Centro de Investigaciones Literarias de Casa de las Américas y en el que participaron, entre otros, José María Arguedas, Max Aub, René Depestre, José Revueltas, Rodolfo Walsh, Jorge Zalamea. Describe, allí, la poesía hispanoamericana después de los cincuenta como embarcada en las corrientes de la llamada antipoesía (cuyo mayor epígono sería Nicanor Parra -1914-) y, sucediéndola, de una manera casi generacional, la poesía conversacional (cuya figura central sería Ernesto Cardenal -1925-), de la que señala características que se tienen como distintivas y, se interpreta, positivas: la poesía conversacional no se autodefine, tiende a ser grave aunque no solemne, pugna por afirmarse en sus creencias, muchas veces políticas, otras religiosas; más que vuelta hacia el pasado, “es capaz de mirar el tiempo presente y de abrirse al porvenir”; “suele señalar la sorpresa o el misterio de lo cotidiano”; más que encerrarse en fórmulas, se inclina “a abrirse a nuevas perspectivas”. Y es, fundamentalmente, una poesía que no tiene inconvenientes en mezclar lo narrativo con lo lírico, la prosa con el verso, sin prejuicio ninguno por lo que siempre se llamó “prosaico”, en una línea que, entre otros, desciende de T. S. Eliot: “La poesía tiene tanto que aprender de la prosa como de la demás poesía… Una interacción entre prosa y verso, como la interacción entre lenguaje y lenguaje, es una condición de vitalidad en literatura”. Pero fue, ciertamente, en la propia poesía donde expresó sus sentimientos y pensamientos más profundos y que van a quedar. Poco después de los ya definitivos días en que la guerrilla triunfante entraba en La Habana, lo primero que se conoció de Fernández Retamar fue un poema, “El otro”, escrito, es probable, en medio de las celebraciones y publicado aquí por un periódico de izquierda. “Nosotros, los sobrevivientes, / ¿A quiénes debemos la sobrevida? / ¿Quién se murió por mí en la ergástula, / Quién recibió la bala mía, / La para mí, en su corazón? / ¿Sobre qué muerto estoy yo vivo…?”. Aquel sentido nuevo y generoso de la “otredad” siempre será así en la poética de Fernández Retamar: el “otro” no es la figura borgiana (figura, por otra parte, genética y constitutiva de la obra del argentino), la del doble dubitativo y que se hubiera querido ser o que se dice se hubiera querido ser. Tampoco es la psicoanalítica imagen en la que se busca sin descanso y sin hallazgo la radical identidad. Menos aún la del mito, que algunos suponen inaugurado por el héroe-flor de la primavera cretense e introducido después en la omnívora Grecia, Desde entonces, quedamos cautivos de esa voz poética, a la que por aquellos días de aislamiento seguíamos todo lo que la poca entrada al país de material cubano podía permitir. Hasta qué punto este poema atraviesa su obra toda, se comprueba cuando relata, en un texto muy posterior, hablando de sus afinidades con poetas argentinos y de Paco Urondo: “Y un día, quizá en su último poema, / Conversó conmigo por aquellos versos sobre los hombres de transición, / Seguramente sin saber que tales versos a su vez / Eran resultado y parte de una conversación inconclusa que tuve con el Che…” Así, su obra poética propiamente dicha exhibe una lírica racional y reflexiva, para nada desprovista de afectividad, aunque insistentemente conceptual, dedicada en cada caso al desarrollo de una idea. Creo que Fernández Retamar, a la manera brechtiana, se propone no confundir al lector entre el campo de la identificación y la alucinación y el de la realidad

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Con Ehud Barak obtienes codicia pero nada sobre la ocupación

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha:  13 julio 2019 El temblor de emoción que envolvió a los sionistas de izquierda con el regreso del hijo condecorado, Ehud Barak, atestigua más las deficiencias de su campo que la grandeza de su salvador. Solo el agua de sentina podría ser batida por el retorno de tal destructor. Pero no fue Barak quien destruyó el campo de de paz sionista. Este campo debilitado se derrumbó solo. Solo se necesitó una declaración de Barak que afirmaba que «no hay un socio» para que el campo doble sus pancartas y vaya a la playa: la ocupación podría irse al infierno. Y así fue. Barak regresó y la visión se reavivó: qué energía, qué instinto asesino. En un video que publicó, mira cómo se corta la tapa de una botella de refresco con un solo golpe. De esta manera, se cortará la cabeza del enemigo del pueblo. Sólo él puede hacerlo. Cuando el odio hacia Benjamín Netanyahu sigue siendo el único tema que impulsa a los sionistas de izquierda, Barak es su salvador. Pero el Barak de 2019 es una promesa ilusoria, un falso profeta. Creímos en él, nos falló, no cambiará. En una reunión a puertas cerradas la semana pasada, en la que expuso sus puntos de discusión, nada de sustancia fue manifestado más que advertencias sobre Netanyahu. Utilizó la palabra «dignidad» cinco veces. Le gusta esa palabra. Pero él no pronunció la palabra «ocupación» una vez. En sus interminables tweets -los que han renovado su gloria como luchador, contra Netanyahu, por supuesto, ¿qué más?- no hay mención de la ocupación. No existe, no es importante, no le interesa a alguien con aires de liderar a la izquierda. La derecha está ocupada en hacer que la ocupación sea permanente, mientras que la izquierda saluda al destapador de la tapa de la botella. La ocupación no está en la agenda de Barak. Sus negocios globales sí. Él dice que sus servicios son muy caros y se enorgullece de eso. Él cobra una fortuna a sus clientes y se deleita con ese hecho. Gidi Weitz informó hace unos días en Haaretz que él tampoco está por encima de esto. Es su derecho sentirse así. También tiene el derecho de proporcionar explicaciones complicadas, sus brillantes exposiciones podrían agotar a cualquiera. Tal vez no se cruzaron líneas legales en sus transacciones, pero en una cosa no hay duda alguna: es avaricioso en un grado que no avergonzaría a Netanyahu. Nadie le preguntó por qué necesita todos esos millones, comprando más y más apartamentos en rascacielos elegantes. Sí, como ciudadano privado, ese es su problema, pero alguien que pretende liderar a la izquierda no debería ser tan codicioso como él. La codicia se ha convertido en algo valorado en Israel, y la avaricia se ha convertido en blanco de la envidia y en modelo de emulación. Ya pasaron los días cuando un miembro de la Knesset estacionó su Mercedes convertible en el otro extremo del estacionamiento de la legislatura para que la gente no lo viera. Barak se encuentra en el balcón de su espacioso apartamento y se jacta de ello. ¿Qué está mal con eso? Después de todo, él ha realizado el sueño de muchas personas; dejen que los envidiosos se caigan muertos. Lo que está mal es la codicia. Barak ni siquiera trata de ocultarlo. «No me lo podría permitir», se jacta. Él no reconoce el límite entre el éxito empresarial y la codicia. Ahora está a la cabeza de otro partido genérico del centro-izquierda, otro liderado por un ex general, otro millonario que se preocupa por el futuro. Una vez más, tenemos dos generales que encabezan  las listas, una mujer mizrahi y una persona religiosa, gente que han cambiado de un partido a otro varias veces para convertirse en miembros de la Knesset. Una vez más, tenemos charlas de un buen viejo acerca de cómo se encontraba en un buque al mando de las operaciones especiales de una unidad famosa, la mayoría de las cuales eran infantiles e innecesarias, algunas de ellas al borde de lo criminal, con su subordinado Netanyahu participando. Una vez más tenemos el asesinato de los árabes como la última prueba del patriotismo. Una vez más se puede decir que su única contribución fue la retirada del Líbano. Él también sabe que solo esto garantizará su lugar en los libros de historia, pero esto no lo lleva a sacar la conclusión obvia: esos son los únicos actos valientes que se recordarán. No tiene intención de volver a ese modo de acción. Él es brillante y muy bien informado. Es elocuente y orgulloso de sus negocios. Déjenlo continuar con esos. Solo estos. Y déjanos en paz. Traducción: Dardo Esterovich

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Una prestigiosa investigadora del Holocausto cuestionó a Netanyahu por sus lazos con Polonia y Hungría

Fuente: Radio jai Fecha: 9 julio 2019 La destacada historiadora judía Deborah Lipstadt, conocida por su papel en la lucha contra la negación del Holocausto, criticó las relaciones del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, con los gobiernos derechistas de Polonia y Hungría. Lipstadt, quien incluso le ganó una demanda por difamación a David Irving, un negador del Holocausto, denunció la política de acercamiento de Netanyahu con algunos estados centroeuropeos que, según su mirada, están «blanqueando» su papel en la destrucción sistemática del pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial. Para Israel, afirmar que lucha contra el antisemitismo y luego abrazar cálidamente a los gobiernos nacionalistas en Budapest, Varsovia y Vilna es «hipócrita y contradictorio», sentenció. «Quiero saber cómo tiene todo un ministerio dedicado a combatir el antisemitismo y el BDS (el movimiento anti-Israel Boicot, Desinversión y Sanción), y tiene un gobierno cuya política es complacer al gobierno polaco, que «trata de volver a escribir la historia del Holocausto, y con un gobierno húngaro que está involucrado en el antisemitismo», dijo Lipstadt a The Times of Israel. Más adelante, la historiadora reflexionó: «No soy primer ministro y no tengo que participar en política. En mis declaraciones, la vida de ninguna persona será amenazada o mejorada. Así que entiendo que tienes diferentes cálculos. Pero no juegues con los polacos, los húngaros y los lituanos, y luego reclama para ti el manto de ser la dirección principal para combatir el antisemitismo en este mundo. No funciona «. En un aparente intento por apuntalar el apoyo diplomático para Israel en las Naciones Unidas, la Unión Europea y otros organismos internacionales, Netanyahu ha estado buscando durante algún tiempo fortalecer los lazos con las naciones de Europa Central, ignorando las polémicas políticas de los líderes de esos países sobre el Holocausto. «Estás durmiendo con personas que han usado el antisemitismo, que han reescrito la historia del papel de sus países en el Holocausto, que están blanqueando la historia de sus países», dijo la profesora de Historia Judía Moderna y Estudios del Holocausto de la Universidad de Emory. «Los estás levantando, les estás dando un sello kosher. Y los judíos en ese país están en completo shock”, sentenció. La académica nacida en Nueva York instó al gobierno israelí a «tomar una postura más firme» contra los esfuerzos de los países de Europa Central para blanquear su rol en la Shoá.

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