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Condena al fallo del alto tribunal europeo: otra pifiada de los voceros de Israel

Fuente: Daniel Kupervaser  | Blog de Daniel Kupervaser Fecha: 15 de noviembre de 2019 Si el objetivo estratégico de un liderazgo nacional es obtener logros significativos en conflictos internacionales de este tiempo, frecuentemente la artillería mediática suele ser mucho más efectiva que atacar y bombardear con drones, bombas y misiles. La falta de pericia en el uso de esta herramienta puede ser tan aciago, como salir al campo de batalla militar con soldados y oficiales inexpertos. Días atrás, como consecuencia de un recurso presentado oportunamente por una bodega israelí, el Alto Tribunal de Justicia de la Unión Europea dictó sentencia por la cual todos los 28 países de la institución están obligados a exigir el etiquetado de productos procedentes de los asentamientos israelíes en Cisjordania, Jerusalén Oriental y el Golán, destinados al comercio en mercados europeos. La etiqueta debe señalar que esa es su procedencia y no Israel. Se trata de una resolución de la instancia máxima de la justicia europea sin más posibilidades de apelar. BODEGA ISRAELI DESTAPÓ LA BOTELLA CON EL FANTASMA DEL ETIQUETADO Distintos sectores de la política israelí lanzaron una inmediata lluvia de condenas al dramático fallo de la autoridad jurídica europea. “El fallo sirve como una herramienta en la campaña política contra Israel”, dice el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores. “Todo el objetivo del fallo es individualizar y aplicar un doble estándar contra Israel”. “Hay más de 200 disputas territoriales en todo el mundo, pero el tribunal europeo nunca se ha pronunciado sobre ninguna de ellas”, agrega el comunicado. “El fallo de hoy es tanto político como discriminatorio contra Israel”, se denuncia. (“Israel condena la inaceptable decisión de la Unión Europea de etiquetar productos israelíes”, Noticias de Israel, 12-11-19). La misma fuente informa que la viceministra de asuntos exteriores, Tzipi Hotovely calificó a los jueces como “políticos e hipócritas” afirmando que, “los denominados asentamientos son comunidades israelíes que forman parte integral de Israel”. En un comunicado especial, el Consejo Regional de Colonias Israelíes en Cisjordania (Moetzet Yesha en hebreo) afirma que “la decisión del tribunal europeo no vale ni siquiera el papel donde está escrita, es hipócrita y surge de un sentimiento antisemita del tipo más bajo” (“Decisión dramática: La Unión Europea ordena etiquetar productos de asentamientos israelíes en Cisjordania”, Ynet, 12-11-19). Muy probablemente, gran parte de la sociedad israelí y el pueblo judío del mundo se sientan muy orgullosos e identificados con la enérgica y argumentada réplica ante tan “inaceptable decisión”. Su reconocida conducta sumisa ante las políticas del gobierno de Israel junto a la carencia generalizada de un mínimo sentido de autocrítica, les impide reflexionar objetivamente y llegar a la conclusión que se trata de una nueva y gran pifiada de la vocería israelí (Hasbara israelí en hebreo). Se trata de otro traspié en la serie de fracasos que tanto caracteriza a la vocería de Israel y de instituciones judías del mundo que operan bajo indicaciones de Jerusalén. Esto se puede demostrar muy sencillamente. Acusar al alto tribunal europeo de tomar parte a los efectos de apoyar políticamente a un sector o país en contra de otro es una consigna carente de sentido. Este tipo de instancias jurídicas se ocupa de resolver casos elevados por partes que se consideran afectadas, y en la mayoría de ellos, todo fallo, de una manera u otra, acarreará consecuencias políticas para las partes. Este tribunal se desentiende de esas secuelas para fallar según las normas y jurisprudencia del caso. Tampoco se puede acusar al tribunal europeo de doble estándar contra Israel en vista de la existencia de otros 200 conflictos territoriales en el mundo sin que se haya pronunciado al respecto. Nuevamente, el tribunal no es el responsable de la equidad en las políticas de los gobiernos, sino que dicta sentencias según los casos que se presentan. Al respecto vale mencionar que las autoridades de la Unión Europea sí han tomado decisiones regulatorias especiales, y hasta mucho más drásticas, en situaciones muy similares de conflictos internacionales. La condena israelí se desentiende de las políticas adoptadas por varios sectores de la comunidad internacional en referencia a los conflictos del Sahara Occidental, Crimea, Chipre y Cachemira, entre otros. El argumento presentado por la viceministra Hotobely es realmente ridículo. ¿Cómo pretende que el tribunal europeo adopte una decisión en base a las aspiraciones judías de la Gran Israel cuando ningún país en el mundo hasta el día de hoy reconoció soberanía israelí en los territorios mencionados (fuera del servilismo de Trump respecto del Golán) y está en vigencia la resolución 2334 del Consejo de Seguridad de ONU adoptada por unanimidad (con la abstención de USA) de diciembre de 2016 que dictamina ilegalidad a todos los asentamientos israelíes en esas regiones? La posición del Consejo Regional de Colonias Israelíes en Cisjordana es totalmente absurda e inclusive significativamente negativa para el pueblo judío. Dado el trasfondo de los hechos, en la práctica se trata de un claro ejemplo que banaliza el antisemitismo. Si, ante la toma de posición en contra de las políticas de colonización israelí en territorios conquistados en 1967 el Estado Judío lo considera antisemitismo, sería prudente juzgar como una normalidad el proceso en el que la adopción de conductas antisemitas progresivamente deja de ser un tabú en los pueblos del mundo. Si la vocería israelí continúa apoyándose en argumentos fallidos, que nadie se sorprenda de los permanentes fracasos mediáticos y la creciente aversión hacia Israel y el judaísmo a nivel internacional. Ojalá me equivoque Daniel Kupervaser Herzlya – Israel 15-11-2019 http://daniel.kupervaser.com/ kupervaser.daniel@gmail.com @KupervaserD

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Nueva Constitución y Asamblea Constituyente: la batalla de Chile

Fuente: Pedro Santander* | Celag Fecha: 15 de noviembre de 2019 El acuerdo logrado de madrugada entre varias fuerzas políticas sobre el camino hacia la nueva Constitución ha dejado un sabor agridulce entre la población. Después de 2.365 heridos/as, 217 pérdidas de globos oculares, 6.000 detenidos/as, 57 agresiones sexuales a detenidas y 4 semanas de las más intensas protestas sociales que recuerde nuestra historia, la mayoría de las fuerzas políticas con representación parlamentaria llegaron, de madrugada, a un acuerdo intentando destrabar la actual situación. Se abstuvieron de firmar el acuerdo el Partido Comunista y una parte importante del Frente Amplio (sólo 3 partidos del FA dieron su firma). No está claro si así lograrán tranquilizar las calles, pues quienes firmaron son las mismas fuerzas políticas que han sido cuestionadas duramente por el pueblo chileno; son quienes no tienen conexión con el mundo social y su prestigio, según absolutamente todas las encuestas, está por los suelos. Por lo tanto, y todos lo saben, está aun por verse cómo reaccionará la calle. Lo acordado implica que en abril del 2020 se realizará un plebiscito de entrada que pregunte si se quiere una nueva Constitución y cuál será el mecanismo: ya sea una “convención mixta” (50% de actuales parlamentarios y 50% de ciudadanos) o una “convención constitucional” (léase, Asamblea Constituyente). Luego, en octubre, coincidiendo con las elecciones municipales, se elegirán a los/las asambleístas. Finalmente, en un plebiscito de salida, con voto obligatorio (en Chile el voto es voluntario), se ratificará o rechazará la propuesta constitucional. Hay sentimientos encontrados en el mundo social, y así lo han hecho saber las y los dirigentes de la Mesa de Unidad Social, organismo que ha liderado el movimiento y que logró, el martes 12 de noviembre, convocar a un exitoso paro nacional. Encontrados porque, por un lado, es indiscutible que por primera vez en la historia de Chile se está ante la posibilidad de elaborar una Carta Magna mediante Asamblea Constituyente (AC); además, la constitución del dictador Pinochet ha sido desahuciada, sin duda, y la nueva será discutida bajo la modalidad de “hoja en blanco”. Esto significa que la vigente Constitución pinochetista no tendrá jurídicamente ningún valor vinculante sobre la discusión constituyente (como al inicio de las negociaciones lo exigía la derecha). También es un éxito lograr un plebiscito de entrada y de salida (la derecha solo quería el de salida). Sin embargo se trata, sin duda, de un acuerdo con la sombra de la represión militar, hecho a espaldas del pueblo movilizado y del cual no participaron los actores sociales que hicieron posible correr el cerco pinochetista que lastramos desde 1990. Ninguno de ellos y ellas fueron llamados a consulta, a pesar de que fueron quienes hicieron todo posible. Los peores fantasmas de una transición traidora -que la Concertación inició en 1989 cuando dio la espalda al mismo pueblo que derrotó a la dictadura y votó por ella- han comenzado a emerger rápidamente en las redes sociales, en las conversaciones entre amigos, en el rumor social. Y la desconfianza es mayor si se considera que la derecha logró imponer una condición de triste tradición en Chile: lo que se apruebe deberá serlo por un quórum de ⅔. Este fue, justamente, el meollo del asunto por el cual el Partido Comunista y la mitad del FA no firmaron el acuerdo (ellos pedían 3/5). Porque, de este modo, al igual que como ocurre actualmente gracias a la Constitución vigente, se mantienen un quórum supramayoritario que le da a la derecha un poder de veto inmenso con sólo un tercio de los votos. El asunto no es menor si, por ejemplo, queremos volver a nacionalizar el agua (100% privatizada en Chile) o los recursos minerales, como el litio: no bastará tener el 65% de los votos ya que la derecha, con un 33%, puede vetar estas y otras iniciativas. El momento constituyente/destituyente Nunca está demás recordar que somos el único país del Cono Sur que después de las experiencias dictatoriales del siglo XX mantuvo la Constitución del dictador; Argentina, Uruguay, Brasil, Bolivia, Ecuador y hasta Paraguay, con la derecha stroessnerista, la cambiaron. En Chile, ya entrando en la segunda década del siglo XXI aún (con)vivimos con el espíritu pinochetista y neoliberal de la Carta Magna, gracias a que los mismos que ayer firmaron su desahucio y que por 29 años estuvieron muy cómodos con ella. Se inicia, entonces, un momento constituyente en nuestro país que permitirá abordar un problema constitucional objetivo, que la élite quiso desconocer por décadas y al que hoy apuesta como modo de apaciguar la asonada popular. Está por verse si se viene también un momento destituyente, es decir, que se logre destituir verdaderamente el espíritu pinochetista y neoliberal extremista que regula la convivencia social chilena. Este es el próximo desafío, como también lo es enjuiciar a Sebastián Piñera, el presidente que nos declaró la guerra, por las graves, sistemáticas e inolvidables violaciones a los Derechos Humanos que en estas semanas se han cometido. (*) Pedro Santander es doctor en Lingüística por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Chile (Uch). Actualmente es director del Observatorio de Comunicación de la PUCV. Es profesor titular de la Escuela de Periodismo de esa universidad, donde está a cargo…

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Matar al líder de la Jihad Islámica no consiguió nada para Israel. Entonces, ¿por qué hacerlo?

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 14 de noviembre de 2019 Una vez más ha llegado la unidad sacrosanta. Una vez más, somos un pueblo, sin oposición ni debate público, un desfile unánime de hombres y porristas en los medios, derramamiento de sangre sin remordimientos, como siempre sucede en estas situaciones repugnantes, «silencio, estamos disparando». Israel finge una división entre la gente, que siempre se une mágicamente con cada asesinato. Discutimos sobre la vida pero estamos de acuerdo con la muerte, siempre que los muertos sean árabes. Si acordamos automáticamente de esta manera sobre cada acción militar, entonces no hay realmente ninguna polarización o debate, y eso es realmente malo. Aún debe nacer una oposición judía que condene una acción violenta de las Fuerzas de Defensa de Israel cuando comience. La resistencia llega solo cuando esa acción comienza a fallar. Entonces las personas se animan a protestar, pero siempre es demasiado tarde. Al principio solo puede surgir la cuestión marginal del momento, ese refugio de cobardes. Deberíamos haberlo hecho antes, debería haber sido más tarde, pero no ahora; la operación actual, por ejemplo, está aparentemente manchada por consideraciones electorales, como si eso pudiera probarse. Si el derramamiento de sangre es inevitable, entonces el momento no es importante. Y si es criminal y dañino, ningún momento cambiará eso. Solo decide. Incluso el odio al primer ministro Benjamin Netanyahu ha sido olvidado: Yair Lapid se congratula del ataque, Benny Gantz lo elogia como «la decisión correcta» y Amir Peretz dice: «Lo más importante es proporcionar un respaldo completo a las FDI». ¿Por qué? ¿Siempre? Si. Uno puede aceptar el argumento de que Baha Abu al-Ata fue responsable del constante lanzamiento de cohetes contra Israel, pero uno debe saber que el asedio en la Franja de Gaza es responsable de más cohetes que todos los comandantes de la Jihad Islámica y Hamas juntos, y por supuesto, nadie habla de eso. Abu al-Ata creció en la Franja de Gaza en condiciones que ningún israelí puede comprender, y eligió el camino de la resistencia militar, que es brutal. También hay israelíes que han elegido servir a su gente en el ejército. El asesinato de Abu al-Ata no sirve para nada. ¿Qué ganamos con esto? ¿Cómo ha servido su asesinato y el de otros para los intereses de Israel? Si incluso esta pregunta nunca se debate, entonces somos víctimas de una parálisis cerebral grave. ¿La situación de Israel es más segura el día después del asesinato? ¿Están las comunidades del sur en mejor forma? ¿La Jihad islámica es más débil? ¿La IDF se ha fortalecido? Las respuestas son no y no. Ninguno de los generales o analistas ha logrado explicar lo que Israel ha ganado con todo esto. Se merecía la pena de muerte. Bien, te escuchamos, pero ¿qué ganamos con eso? Aquí hay una evaluación provisional: más odio en Gaza, incluso si hay lugar para más odio hacia aquellos que destruyeron la vida de cinco generaciones de personas y no se han detenido. Se ha derramado mucha sangre y se sigue derramando: 22 palestinos asesinados en la Franja de Gaza hasta el miércoles por la noche, destrucción y miedo sembrados en ambos lados que no logran nada. Y, por supuesto, existe el firme conocimiento de que surgirá un heredero de Abu al-Ata que será muchas veces más extremo y peligroso, al igual que aquellos que reemplazaron a los cientos de líderes y comandantes que Israel ha matado a lo largo de los años, todo en vano. Nada resultó de las aclamadas eliminaciones de Khalil al Wazir, Ahmed Yassin, Abdul Aziz Rantisi, Thabet Thabet, Ahmed Jabari o Abbas Musawi; Los heroicos asesinatos de todas estas personas fueron en vano. Israel no obtuvo nada de ninguno de ellos excepto más sangre derramada. ¿Por qué Israel continúa sus asesinatos selectivos? Porque puede Porque estas son historias heroicas. Porque ama a los combatientes palestinos muertos. Porque la lujuria por la venganza y el castigo lo vuelven loco. Porque así es como les muestras a las personas que estás haciendo algo y no te estás conteniendo. Porque así es como puedes ejecutar personas mientras dices que Israel no tiene la pena de muerte. Porque esa es la forma de evitar la solución real. Porque nadie tiene el coraje de hablar sobre la verdadera solución: levantar el bloqueo y hablar directamente con Hamas. Porque todos aquí aplauden asesinatos y nunca se atreven a cuestionarlos. Pregúntales en Kahol Lavan (Azul y Blanco, el partido de Gantz) y en el Partido Laborista, pregúntales a casi cualquier israelí si se oponen. Todos estamos a favor. Traducción : Dardo Esterovich

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¿Hacia dónde van los Estados en Latinoamérica?

Fuente: Raúl Zaffaroni | La Tecla Eñe Fecha: 6 de noviembre de 2019 En momentos de esperanza para la Argentina es bueno no dejar de echar un vistazo sobre nuestra región y, en particular, sobre el modelo de Estado que impulsa el colonialismo financiero, mediante el endeudamiento astronómico, la supresión de subsidios y planes sociales y la imposición de fuertes ajustes presupuestarios en perjuicio de los más débiles. Es claro que este nuevo colonialismo erosiona nuestros Estados, que se van alejando del modelo de Estado de Derecho, se abren brechas de odio en las sociedades y renacen prejuicios de toda índole, muchos marcadamente racistas, resabios no superados de las anteriores etapas colonialistas, dando lugar a una particular mezcla de coetaneidad de elementos no coetáneos. El programa ideológico del colonialismo financiero es claro: formatear sociedades con un 30% de incluidos y 70% de excluidos, conteniendo a los últimos mediante una creación de realidad mediática única y monopólica y, de no ser suficiente, con represión brutal y desembozada. La ideología con que se encubre esta realidad reemplaza hoy a las esgrimidas por los totalitarismos de entreguerras en cuanto a confrontación con las libertades, la democracia, los Derechos Humanos y el Estado de derecho. Dicho groseramente, es clarísima la confrontación de Friedrich von Hayek -uno de los máximos teóricos del autodenominado neoliberalismo-, sosteniendo que nadie tiene derecho a nada por el mero hecho de haber nacido, con la famosa nota de Rousseau, que sostenía que siempre alguien debe tener algo que lo motive a sostener el contrato. Efectivamente: todo Estado de Derecho –para generar un orden– debe ser en alguna medida social pues, cuando esta condición se pierde y muchos quedan sin nada, sólo resta procurar el orden por medio de la mentira y la represión, hasta que todo se desbarata en el desorden. Es clarísimo que el neoliberalismo no es una ideología liberal. Por el contrario, cabe afirmar –confrontando a von Hayek con Rousseau- que es su antípoda, lo que en el plano real se verifica y también explica la especial empatía de los Chicago boys con la dictadura de Pinochet. Pero, ante todo, el neoliberalismo es una ideología. Toda ideología es un sistema de ideas que puede ser racional o irracional, según sirva para acercarse a la realidad develándola o alejarse de ella encubriéndola. Por eso, no siempre una ideología es encubridora –concepto sólo negativo que le asignaba Marx-, sino que las hay también que permiten acercarse a la realidad, cuestión a dilucidar por la crítica de las ideologías. De allí que las ideologías –cuando son encubridoras- al excluir o neutralizar datos de realidad- ocultan el mundo (o parte de éste) a sus seguidores, que acaban creyendo que están haciendo lo que en realidad no hacen o no haciendo lo que en realidad hacen. El neoliberalismo es, pues, una máscara que encubre las pulsiones totalitarias del corporativismo financiero transnacional y del colonialismo por endeudamiento de nuestra región, valida de un grosero reduccionismo economicista seguido de su aberrante antropología del homo economicus. Sus seguidores creen que se alejan del modelo de Estado de Derecho para ordenar mediante la violencia punitiva y represiva la sociedad 30 y 70 bajo la forma de Estados de policía, que sería su ideal políticamente antiliberal. Pero no son sólo sus cultores los que lo creen, sino también solemos creerlo sus críticos. La vieja polarización de modelos ideales de Estado entre los de Derecho (todos iguales ante la ley) y los de policía (todos igualmente sometidos a la voluntad arbitraria del que manda), proveniente de lo confrontación de entreguerras entre democracias y totalitarismos, nos ha encasillado y –ni ellos ni nosotros- tenemos las ideas claras respecto de qué sucede con los Estados a medida que este colonialismo nos aleja del Estado de Derecho, puesto que no es verdad que los conduzca en el sentido del modelo de policía, sino a otro diferente y no suficientemente observado. En efecto: el modelo de Estado de policía requiere cúpulas fortísimas y verticalizantes, como eran Stalin, Hitler, Mussolini, los genocidas nuestros de la seguridad nacional. Pero las cúpulas del poder estatal de nuestra región tienden a ser cada vez más débiles e inestables: su principal preocupación –como domadores de potros o novilleros- es resistir los corcoveos para que no los  revuelquen por el suelo. Aunque no en todos los países el proceso alcanza el mismo grado de avance ni mucho menos, vale la pena reparar en las situaciones más dramáticas de Estados apartados del modelo de derecho, porque existe la seria amenaza de que se marche lentamente por el mismo camino en toda la región. Lo que vemos en esas situaciones extremas y dolorosas es que sus policías (seguridad, inteligencia, etc.) se autonomizaron y montaron sistemas de recaudación propios (suele llamárselo corrupción) que, naturalmente, requieren un aparato de coerción, o sea que montan también su propio sistema de penas (extorsiones, torturas, detenciones ilegales). Como también eliminan a los rateros de pequeña monta (ejecuciones sin proceso, letalidad policial), éstos se protegen refugiándose en organizaciones más estructuradas (delincuencia de mercado llamada organizada, o sea, oferta de servicios ilícitos). La delincuencia de mercado también tiene su propio sistema de recaudación y de penas (venganzas mafiosas), pero en ningún país puede subsistir sin una relación alternativa o selectiva de cooperación/conflicto con las policías autonomizadas, de modo que se establecen vasos comunicantes. De este modo, la población va siendo sometida a diferentes exigencias de recaudación y a sus respectivos sistemas de penas  –incluso contradictorios-, por lo que suelen generar grupos de autodefensa que acaban montando también sus aparatos de recaudación y de penas, lo que acrecienta el caos en la sociedad. Cuando a la cúpula débil se le reclama insistentemente por el caos social, trata de mostrar un poder que no tiene y –como pretendida medida preventiva- autonomiza más a sus agencias policiales, lo que realimenta todo el proceso de caos social. Al agravarse la situación, como medida desesperada, la débil cúpula decide echar mano de las fuerzas armadas, degradándolas a funciones policiales. Como éstas no están entrenadas para la prevención y seguridad interior, comienzan cometiendo errores y luego atrocidades; finalmente, terminan montando también sus propios sistemas autónomos, al igual que las policías. El resultado es que el caos social se acrecienta aún más y, al perder prestigio y respeto público las fuerzas armadas, se lesiona gravemente la defensa nacional. El Estado se debilita, es decir, sucede todo lo contrario de lo que sería un Estado de policía verticalizado, pues

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El que se va sin que lo echen

Fuente: Emir Sader | Página/12 Fecha: 2 de noviembre de 2019 El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció que no irá a la toma de posesión del mando de sus futuros pares argentinos, Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el próximo 10 de diciembre. Tradicionalmente los presidentes de los dos países comparecían a la toma de posesión de sus colegas, además de que la primera visita al exterior de cada uno de ellos se daba al país vecino. El anuncio del presidente de Brasil se hace después de sus dichos respecto a las elecciones argentinas, y sus expectativas de que los candidatos vencedores no triunfarán. Tras el resultado adverso, vinieron sus declaraciones de que los argentinos se habían equivocado y que se arrepentirían. Lo hace desde un gobierno que perdió por lo menos dos tercios del apoyo electoral, en un proceso marcado por la manipulación de fake news. Lo afirma, como si su ausencia empañara la ceremonia de la toma de posesión, como si su ausencia fuera notada y fuera lamentada. Sin embargo el canciller argentino tuvo que rechazar las palabras de Bolsonaro, antes incluso que el nuevo presidente elegido de Argentina hiciera lo mismo. ¿Pero por qué Bolsonaro ha decidido no ir a la toma de posesión del nuevo gobierno del principal aliado económico y político de Brasil? Antes de todo, porque él puede imaginar el tipo de recepción que tendría. Su imagen externa es la más rechazada de todas las existentes en el mundo de hoy, personifica lo peor de lo peor. Desde la responsabilidad por los incendios en la Amazonia hasta las contaminación de las playas del nordeste de Brasil por petróleo, sin que el gobierno, en ninguno de los casos, se haya empeñado en combatir las catástrofes ecológicas. Al contrario, ha tratado de hacer valer los desastres para expulsar a poblaciones indígenas de la Amazonia. Y hasta ha inculpado al gobierno de Venezuela por la contaminación de las playas brasileñas por petróleo. Por si esto no bastara, el presidente de Brasil se ha caracterizado por los planteos descalificadores a los defensores de los derechos humanos, los derechos de las mujeres, los negros, los LGBT, los ecologistas. También se ha caracterizado por la política de expropiación de los derechos de los trabajadores, de los recursos para políticas sociales, por la intensificación de la privatización de recursos públicos. Al igual que, en la política internacional, ha participado activamente en la acciones que tratan de aislar al gobierno de Venezuela. Bolsonaro sabe que el nuevo gobierno argentino va en la dirección exactamente opuesta a la de su gobierno. Fernández ya anunció que Argentina saldrá del Grupo de Lima, constituido para actuar en contra del gobierno de Venezuela. Los nuevos gobernantes argentinos han vertido sus críticas al modelo económico de Macri, tan similar al de Bolsonaro en sus planteamientos y en sus desastrosas efectos sociales, con el estancamiento económico y con índices record de desempleo en los países. El actual presidente brasileño se ha mostrado sumamente incomodado con la visita que Alberto Fernández le hizo a Lula antes aun de su elección como nuevo presidente de Argentina, con sus reiterados pedidos de Lula Libre, con los mensajes de Lula a los nuevos gobernantes de Argentina. El sabe que las relaciones entre Argentina y Brasil nunca fueron tan buenas como cuando Lula y Néstor Kirchner establecieron acuerdos históricos. Aquel fue el período de mayor fortalecimiento de los procesos de integración regional y de intercambio económico entre los dos países. Bolsonaro también sabe que no fue con comodidad que Macri lo recibió en la Casa Rosada, porque ha tenido pronunciamientos que ni siquiera la derecha argentina tolera.  El actual presidente de Brasil puede imaginar entonces cómo sería su recepción en Buenos Aires, en medio de la que seguramente será la mayor fiesta democrática contemporánea de la región, la que marcará la toma de posesión de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner. Imagina cómo su figura, su presencia, sería el blanco concentrado del repudio a todo lo que él representa, puede suponer que tendrá frente a él nuevamente ese pedido: Lula Libre. Por todo ello, Bolsonaro ha anunciado que no va a la toma de posesión. Un evento al cual ni siquiera había sido invitado. Y en el que sería un invitado mal visto, descolocado, fuera de contexto. En una fiesta que consagra todo lo opuesto a lo que él y su gobierno representan.

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Un triste 70 cumpleaños para Netanyahu

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 30 de octubre de 2019 Incluso en el apogeo de los punzantes dichos del primer ministro Benjamin Netanyahu, los justificados y los exagerados, a veces aparecieron momentos desgarradores. Tal momento ocurrió en su 70 cumpleaños, celebrado la semana pasada en una casa privada en Tel Aviv, sin políticos y con los mejores de sus amigos declarados. El rico y mundano Nicol Raidman, el animador Moti Giladi, Yossi Cohen y los otros abogados; El veterano del Likud Moshe Edery, el asesor político Reuven Adler, los cantantes Dudu Fisher y Yehoram Gaon. Supuestamente un evento brillante y bien atendido. Pero, de hecho, nada atestigua más la desconexión de Netanyahu de los mundos a los que podría haber pertenecido. Solo dos de las docenas de invitados eran intelectuales, los escritores Benny Ziffer y Eyal Megged. Al día siguiente, el invitado de honor envió un mensaje grabado del primer ministro a otro cumpleañero, el cantante Kobi Peretz. «Quiero desearle todo lo bueno del mundo», le dijo Netanyahu a Peretz, otro amigo de su juventud, cuyo trabajo artístico ahonda con frecuencia y con quien tiene conversaciones sinceras durante toda la noche. Este es ahora el mundo intelectual y social del primer ministro. Es difícil creer que en el fondo de su corazón no sienta frustración, confusión, soledad y tal vez incluso tristeza y vergüenza por el lugar en el que se encuentra. Incluso el más grande de sus enemigos, y son muchos, no creen, que este es su nivel intelectual, que este es el paisaje en el que se crió, la esencia de su mundo cultural. Incluso los primeros ministros menos educados se rodearon de intelectuales, autores, poetas y filósofos, tal vez para enriquecer su mundo intelectual y satisfacer su curiosidad intelectual, tal vez para embellecer su imagen. Necesitaban reunirse con pensadores, escuchar lo que tenían que decir o simplemente estar en su compañía, desde David Ben-Gurion con Natan Alterman hasta Shimon Peres con Amos Oz. Netanyahu puso fin a eso, y él no es el más ignorante de los políticos, ni mucho menos. En su cumpleaños, lo dominante  sobre su mesa eran los  gritos, los aduladores, figuras grotescas, Miri Regev aquí, el activista antirefugiados May Golan allá, cada uno más ridículo, ignorante y ordinario que el próximo, marcando los límites del miserable mundo del primer ministro del Pueblo del Libro. ¿No lo avergüenza? ¿No siente él la magnitud de la humillación? ¿Netanyahu en la tierra de los liliputienses? No siempre fue así. Algunos recuerdan sus encuentros con otros mundos culturales y artísticos. En nombre de su carrera infinitamente ambiciosa, aparentemente decidió poner fin a ellos. No se puede declarar la guerra a las viejas élites, saludar a las nuevas élites y estar en compañía con David Grossman. No se puede cortejar a las masas y mantener un diálogo con el profesor Shlomo Avineri. Incluso si fue su elección, cínica y propagandística, es imposible no sentir lástima por el aislamiento del hombre cazado en la cima. ¿Es realmente el 70 cumpleaños que deseaba para sí mismo? ¿Soñaba con tales amistades en su juventud? ¿Netanyahu con Raidman? ¿Bibi con Kobi? ¿Es la política tan cruel y exigente que requiere una esclavitud tan completa en mundos tan extraños? El corazón se niega a creerlo. Sin conocerlo, uno podría adivinar que prefiere otros amigos, otra compañía, una forma diferente de celebrar su cumpleaños. Que lo que escriben sobre él en Haaretz y en el New York Times es más importante para él que lo que Israel Hayom y Yedioth Ahronoth tienen para decir sobre él. Que el «gracias, cariño» de Peretz le habla menos que «La vida juega mucho conmigo» de Grossman. Después de todo, aparte de su populismo y ultranacionalismo, no hay similitud entre Donald Trump, el ignorante de la Casa Blanca y Netanyahu, el intelectual de la calle Balfour. De todos los tiempos, ahora cuando está al final de su carrera, cuando la cuestión de su legado podría preocuparlo cada vez más, uno puede preguntarse: Entre los casos penales y May Golan declamando: «Esperamos que continúes guiándonos»,  entonces este cumpleaños será una bendición”. ¿Es esto lo que quería? ¿Es esto lo que soñó? ¿Es este su mundo? ¿Es esto lo que es? Esto, aparentemente, es lo que quedará. Traducción: Dardo Esterovich

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Los legisladores árabes israelíes podrían poner fin a la era de Netanyahu

Fuente: Shlomi Eldar Al-Monitor| Rebelión Fecha: 29 de octubre de 2019 Fotografía:  REUTERS / Amir Cohen Ayman Odeh, líder de la Lista Conjunta, gesticula mientras reparte folletos durante un evento de campaña electoral, Tira, Israel, 5 de septiembre de 2019. Los legisladores recientemente elegidos saben que su público no los perdonará si no ponen fin al Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu y sus incitaciones. El 23 de octubre, mientras el presidente Reuven Rivlin estaba encargando oficialmente al líder de Azul y Blanco Benny Gantz formar el próximo Gobierno de Israel, los jefes de la Lista Conjunta -una lista unificada de partidos predominantemente árabes- se reunían para discutir un enfoque unificado ante un posible apoyo para tal gobierno. El jefe de la Lista Conjunta Ayman Odeh y el diputado de la Knéset Ahmad Tibi, respectivamente, los presidentes de los partidos Hadash y Ta’al, que son los dos principales partidos que forman la alianza de la Lista Conjunta, entienden que sus votantes quieren poner fin a la era de Netanyahu y la única opción es un gobierno alternativo, a pesar de sus inconvenientes. Ellos y sus electores no han olvidado que la campaña de Gantz antes de las elecciones de abril se lanzó con un video clip que presenta al exjefe del ejército de Israel con un recuento de los palestinos asesinados bajo su mando en el ataque de 2014 a Gaza. Sin embargo, Odeh y Tibi todavía están dispuestos a apoyar un gobierno con él al timón si puede enviar a Netanyahu a casa y poner fin a su incitación incesante contra la minoría árabe del 21% de Israel. “En 1993, estaba el Gobierno de Rabin. Para nosotros, relativamente hablando, fue el mejor Gobierno, en el que el bloque pudo frenar decisiones políticas», dijo Odeh en una entrevista el 22 de octubre en Channel 13 News, refiriéndose al apoyo de los partidos árabes que permitió al difunto primer ministro Yitzhak Rabin formar un gobierno minoritario y superar a la coalición política de derecha”. Si Gantz sigue el camino de Rabin, sería un honor seguir el camino de Tufik Ziad, quien era el presidente del bloque de bloqueo». Rabin fue el único primer ministro israelí hasta la fecha en obtener el respaldo de los partidos árabes del país. Tibi también ofreció la opción de apoyo a la Lista Conjunta cuando se le preguntó al respecto en una entrevista el 22 de octubre en Kan News. «La Lista Conjunta» podría tener en cuenta el apoyo al Gobierno desde fuera de la coalición, tal como lo fue en los años 90, si eso significa deshacerse de Netanyahu, dijo Tibi. Dado el actual punto muerto político, el apoyo externo para un gobierno minoritario liderado por Gantz -ya que no goza de una mayoría de 61 escaños en la Knesset de 120 escaños- es la opción más realista para Odeh y Tibi. Unirse a una coalición de la Knesset liderada por Gantz, de la cual es miembro su enemigo el líder de Israel Beitenu Avigdor Liberman, no sería un buen comienzo, y para los cuatro partidos de la Lista Conjunta unirse a un gobierno dirigido por el partido Azul y Blanco de Gantz es inconcebible. Estos son los hechos inmutables a los que se enfrenta Gantz cuando intenta formar un gobierno. Tibi ha estado manteniendo conversaciones durante varios meses con el miembro de la Knesset, Ofer Shelah, del partido Azul y Blanco de Gantz para transmitir mensajes de un lado a otro y coordinar las expectativas. Han discutido todas las opciones posibles para el apoyo de la Lista Conjunta como, por ejemplo, el apoyo a un gobierno minoritario compuesto por el campo democrático de izquierda y el partido Laborista-Gesher, otorgando a Gantz 44 escaños en la Knéset. Con el apoyo de los 13 legisladores de la Lista Conjunta, el gobierno de Gantz podría tomar juramento con 57 sí y 55 no; la facción de ocho miembros de Liberman, Yisrael Beitenu, se abstuvo debido a su insistencia en respaldar solo un gobierno de unidad compuesto por el Likud de Azul y Blanco y Netanyahu. Sin embargo, este es el quid de la cuestión. Los tres miembros de la Lista Conjunta de la Knéset que representan al partido Balad, que rechaza la existencia de Israel como un solo Estado judío, ya se han negado a apoyar un gobierno Azul y Blanco. Después de las elecciones del 17 de septiembre, cuando la Lista Conjunta tomó su decisión histórica de recomendar a Rivlin que Gantz formara el próximo gobierno, los tres legisladores de Balad exigieron que sus nombres fueran eliminados de la convocatoria. Si continúan resistiéndose, Gantz ni siquiera tendrá suficientes votos para un gobierno minoritario, ya que por ley debe tener más apoyo que sus oponentes. Después de recibir el visto bueno de Rivlin, Gantz llamó a sus socios potenciales para organizar reuniones. Los jefes de los dos socios ultraortodoxos de Netanyahu, los miembros de la Knéset Moshe Gafni y Yaakov Litzman de Yahadut Ha Torah y Aryeh Deri del Partido Shas, se negaron a reunirse con él, diciendo que Likud era el partido que estaba llevando a cabo negociaciones en su nombre. En otras palabras, no cuente con nosotros para su salvación. Luego, Gantz llamó a tres de los cuatro partidos constituyentes de la Lista Conjunta: los miembros de la Knéset, Odeh y Tibi, y el miembro de la Knéset, Mansour Abbas, del partido Ra’am. No llamó al líder de Balad, Mtanes Shihadeh. Tibi y Shelah tuvieron varias ideas en los últimos días sobre cómo superar el «obstáculo de Balad» y garantizar el pleno respaldo para Gantz por parte de la Lista Árabe. En una entrevista con Al-Monitor, Shihadeh admitió que tiene las llaves para la formación de un gobierno de Gantz y que él y sus dos colegas de Balad, los miembros de la Knéset Hiba Yazbek y Samy Abu Shahadeh, son un factor decisivo, al igual que su agresivo enemigo Avigdor Liberman. Sus votos determinarán si se puede establecer el primer Gobierno de Gantz. Liberman y Shihadeh no se sentarán juntos en el mismo gobierno; sin ellos, Gantz no tiene prácticamente ninguna posibilidad de armar un gobierno.

America Latina, Internacionales, Portada

Agonía y muerte del neoliberalismo en América Latina

Fuente: Atilio A. Boron | Blog de Atilio A. Boron Fecha: 29 de octubre de 2019 En las últimas semanas el neoliberalismo sufrió una serie de derrotas que aceleraron su agonía y en medio de aparatosas y violentas convulsiones desencadenaron su deceso. Tras casi medio siglo de pillajes, tropelías y crímenes de todo tipo contra la sociedad y el medio ambiente, la fórmula de gobernanza tan entusiastamente promovida por los gobiernos de los países del capitalismo avanzado, las instituciones como el FMI y el BM y acariciada por los intelectuales bienpensantes y los políticos del establishment yace en ruinas. La nave insignia de esa flotilla de saqueadores seriales, el Chile de Sebastián Piñera, se hundió bajo el formidable empuje de una protesta popular sin precedentes, indignada y enfurecida por décadas de engaños, artimañas leguleyas y manipulaciones mediáticas. A las masas chilenas se les había prometido el paraíso del consumismo capitalista, y durante mucho tiempo creyeron en esos embustes.  Cuando despertaron de su sonambulismo político cayeron en la cuenta que la pandilla que las gobernó bajo un manto fingidamente democrático las había despojado de todo: les arrebataron la salud y la educación públicas, fueron estafadas inescrupulosamente por las administradoras de fondos de pensión, se encontraban endeudadas hasta la coronilla y sin poder pagar sus deudas mientras contemplaban estupefactas como el 1 por ciento más opulento del país se apropiaba del  26,5 por ciento del ingreso nacional y el 50 por ciento más pobre sólo capturaba el 2.1 por ciento. Todo este despojo se produjo en medio de un ensordecedor concierto mediático que embotaba las conciencias, alimentaba con créditos indiscriminados esta bonanza artificial y hacía creer a unas y otros que el capitalismo cumplía con sus promesas y que todas y todos podían hacer lo que querían con sus vidas, sin que se inmiscuyera el estado y aprovechando las inmensas oportunidades que ofrecía el libre comercio. Pero ninguna utopía, aún la del mercado total, está a salvo de la acción de sus villanos. Y éstos aparecieron de súbito personificados en las figuras de unos adolescentes de escuela secundaria que, con ejemplar audacia y filial solidaridad, se rebelaron contra el aumento en las tarifas del metro que perjudicaba no a ellos sino a sus padres. Su osadía hizo trizas el hechizo y quienes habían caído en la trampa de resignar su ciudadanía política a cambio del consumismo se dieron cuenta que habían sido burlados y estafados, y salieron a las calles para expresar su descontento y su furia. Se convirtieron, de la noche a la mañana, en “vándalos”, “terroristas” o en una revoltosa banda de  “alienígenas” –para usar la elocuente descripción de la mujer del presidente Piñera- que avizoraron los límites infranqueables del consumismo y del endeudamiento infinito y el carácter farsesco del minué democrático que ocultaba, bajo prolijos ropajes y vacías formalidades, la implacable tiranía del capital. Comprobaron en ese violento despertar que una de las sociedades antaño más igualitarias de Latinoamérica ahora compartía, según el Banco Mundial, el dudoso honor de ser junto a Rwanda uno de los ocho países más desiguales del planeta. Como un relámpago advirtieron que habían sido condenados a sobrevivir endeudados de por vida, víctimas de una plutocracia -insaciable, intolerante y violenta- y de la corrupta partidocracia que era cómplice de aquélla y gestora del saqueo contra su propio pueblo y los recursos naturales del país. Por eso tomaron las calles y salieron en imponentes manifestaciones a luchar contra sus opresores y explotadores, y lo hicieron –y aún hoy lo hacen- con una valentía y heroísmo pocas veces vistos. Ya son por lo menos veinte los muertos por la represión de las fuerzas de seguridad y los desaparecidos reportados suman más de cien, amén de los centenares de heridos y torturados y los miles de detenidos que  marcan, con lúgubres tonalidades, los estertores finales del tan admirado modelo. Después de esta espontánea insurrección popular ya nada volverá a ser igual, nada revivirá al neoliberalismo, nadie lo señalará como la vía regia hacia la democracia, la libertad y la justicia social. Eso aunque Piñera continúe en La Moneda y prosiga su brutal represión. Pese a lo cual ni la OEA, ni los gobiernos “democráticos” del continente -presididos por turbios personajes de frondosos prontuarios- ni tampoco los hipócritas custodios de los valores republicanos tendrán un átomo de decencia para caracterizar a su gobierno como una dictadura, calificación que sólo merece Nicolás Maduro aunque jamás haya habido en su gobierno una represión tan bestial y sanguinaria como la que quedó documentada en infinidad de videítos grabados en  Chile y que se viralizaron por internet. Para Donald Trump Piñera es amigo, vasallo y sicario político de la Casa Blanca, imprescindible para atacar a la Venezuela Bolivariana y esas son razones más que suficientes para defenderlo y protegerlo a cualquier precio. Obedientes, las ONGs del imperio y sus sucursales en Europa y Latinoamérica -inverosímiles defensoras de los derechos humanos, la democracia, la sociedad civil y el medio ambiente- mantendrán un silencio cómplice ante los crímenes que cometa el ocupante de La Moneda. Algunas expresarán otras opiniones, más no aquellas que son los tentáculos ocultos del imperialismo. Impertérritos, los publicistas del sistema seguirán señalando a Nicolás Maduro como el arquetipo de la dictadura y al chileno como la personificación misma de la democracia. Pero todo será inútil, y lo que murió –la receta neoliberal- bien muerta está. Claro que la historia no comienza ni termina en Chile. Poco antes del estallido social todavía en curso, el Ecuador del traidor y corrupto presidente Moreno había sido convulsionado por inmensas protestas populares. El detonante, la chispa que incendió la pradera fue la quita de los subsidios a los combustibles. Pero el factor determinante fue la implementación del “paquetazo” ordenado por el FMI al servil agente instalado en el Palacio de Carondelet. La reacción popular, iniciada primero entre los transportistas y sectores populares urbanos y luego potenciada por la multitudinaria irrupción de las poblaciones originarias en las principales ciudades del país se extendió poco más de

Estados Unidos, Internacionales, Portada

La invitación de Sanders

Fuente: David Brooks | La Jornada (México) Fecha: 28 de octubre de 2019 Si hay algo en el cosmos político estadounidense que resiste ser tragado por el hoyo negro de la era trumpiana es la luz que brilla de jóvenes indignados y viejos veteranos de luchas por la justicia social y los derechos humanos que se oponen al modelo neoliberal impuesto sobre este país. Y es el socialista democrático Bernie Sanders quien está ganando –aún si pierde al final– la contienda electoral presidencial al haber definido un eje central de la pugna política del país a través de su llamado por una revolución política contra la clase multimillonaria en el poder. El candidato más viejo cuenta con un amplio apoyo de los jóvenes –una generación cuya mayoría, según las encuestas, favorece al socialismo– y sigue encuadrando su campaña con la consigna de Ocupa Wall Street por un gobierno de, para y a favor del 99 por ciento contra el uno por ciento más rico. No podemos continuar con una clase multimillonaria cuya avaricia y corrupción ha estado en guerra contra las familias trabajadoras del país por 45 años, repite, mientras acude a las huelgas de maestros y otros sindicatos. En un mitin reciente en Nueva York, preguntó si todos los presentes estaban dispuestos a luchar por los derechos y bienestar de personas que ni conocen como si fuera para sí mismos. Porque si están dispuestos a hacer eso, a amar, a luchar por un gobierno de compasión, justicia y decencia; si están dispuestos a repudiar el deseo de Trump de dividirnos, si están dispuestos a confrontar la avaricia y corrupción de la élite empresarial, si ustedes y millones de otros están preparados hacer eso, entonces no tengo duda de que no sólo ganaremos la elección, sino que juntos transformaremos a este país. No deja de denunciar la severa desigualdad económica y su efecto corruptor del poder, y regresa a sus propuestas, que incluyen un seguro de salud universal, universidad pública gratuita, fin de la deuda estudiantil, incremento del salario mínimo, fin del encarcelamiento masivo y racista, una reforma migratoria integral con acceso a la ciudadanía, defensa de los derechos de las mujeres… (https://berniesanders.com/es/). Sanders, quien recientemente presentó un proyecto detallado para una economía verde, ha abordado el tema del cambio climático desde hace más de tres décadas (https://youtu.be/A_CHrx7PzYw). En respuesta a algunos acontecimientos recientes en el exterior, Sanders ha comentado: Aplaudo los movimientos de base encabezados por indígenas de Ecuador, quienes se enfrentaron a la represión y bloquearon la agenda de austeridad del FMI. Las élites económicas siguen promoviendo la austeridad a nivel mundial, haciendo la vida intolerable para la gente trabajadora. Estados Unidos debería dejar de apoyar eso. En referencia a las protestas populares en Líbano e Irak, y en otras partes del mundo, declaró que si queremos un futuro progresista, necesitamos construir un movimiento global de y para la gente trabajadora. A pesar de ser el precandidato presidencial demócrata con mayor recaudación de fondos y el primero en superar un millón de donantes individuales, realizar hace una semana el mitin electoral más grande de cualquier candidato en lo que va de esta contienda y que en las encuestas nacionales sigue entre los primeros 3 (de unos 21 precandidatos ahora) en las preferencias, los medios y expertos del establishment han hecho todo para descartarlo como un candidato viable, mientras la cúpula demócrata no oculta su desdén. Y es que esa cúpula demócrata, igual que la republicana, están ligadas a la misma cúpula económica. Robert Reich recientemente escribió que la disputa política aquí ya no es de demócratas contra republicanos, sino la democracia contra la oligarquía, y por ello Sanders, como en parte la otra precandidata progresista Elizabeth Warren, cuentan con tanto apoyo abajo y generan tanto temor en las cúpulas. Sanders está convocando una respuesta a décadas de políticas neoliberales aplicadas dentro de Estados Unidos. Muchos esperan que lo que representa rescate a este país de sí mismo, ante el abismo obsceno y peligroso en que se encuentra.

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