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Alianza judía de izquierda pide a Biden que rechace la definición de antisemitismo que incluye el anti-sionismo

Fuente: Ben Samuels | Haaretz Fecha: 13 de enero de 2021 WASHINGTON – Una coalición estadounidense de 10 organizaciones sionistas liberales insta a la administración entrante de Biden a que no adopte la definición de trabajo de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto, citando un potencial de uso indebido. En un comunicado emitido el martes, la Progressive Israel Network, que comprende Ameinu, Americans for Peace Now, Habonim Dror North America, Hashomer Hatzair World Movement, Jewish Labor Committee, J Street, New Israel Fund, Partners for Progressive Israel, Reconstructing Judaism y T’ruah, argumenta que el esfuerzo por consagrar la definición de la IHRA en las leyes y políticas estadounidenses amenaza con equiparar la crítica legítima a Israel y la defensa de los derechos palestinos con el antisemitismo. “La administración y el Congreso de Biden deben rechazar doctrinas fáciles y simplificadas de las que se puede abusar fácilmente”, dice el comunicado. «Deberían abstenerse de legislar prohibiciones sobre el discurso protegido constitucionalmente y el activismo legítimo, que a menudo se dirigen erróneamente a quienes no albergan odio hacia los judíos, y que dificultan la identificación y confrontación de casos genuinos de antisemitismo».La definición de trabajo, adoptada por el plenario de la IHRA en 2016, establece: “El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos, que puede expresarse como odio hacia los judíos. Las manifestaciones retóricas y físicas del antisemitismo están dirigidas hacia individuos judíos o no judíos y / o sus propiedades, hacia instituciones de la comunidad judía e instalaciones religiosas». En su declaración, Progressive Israel Network argumenta que la adopción de esta definición, con sus «ejemplos contemporáneos» que la acompañan a nivel estatal, federal y universitario y en la gobernanza corporativa, «tiene el potencial de socavar las libertades fundamentales, y en algunos casos ya lo ha hecho». Según la coalición, los ejemplos contemporáneos adjuntos a la definición de trabajo permitieron al Departamento de Estado o al secretario Michael Pompeo declarar, en lo que llama «una extralimitación dañina», que el antisionismo, así como el movimiento global de boicot, desinversión y sanciones contra Israel es antisemitismo. La declaración menciona dos de lo que la IHRA llama ejemplos contemporáneos de antisemitismo: “Los ejemplos consideran antisemita la afirmación de que ‘la existencia de un Estado de Israel es un esfuerzo racista’ y la aplicación de ‘dobles raseros’ a Israel ‘al pedirle un comportamiento no esperado ni exigido de ninguna otra nación democrática’”. Los ejemplos contemporáneos citados en la definición también incluyen la negación del Holocausto, las teorías sobre las conspiraciones judías globales y la responsabilización colectiva de los judíos por las acciones israelíes.“Somos defensores de un futuro de igualdad, dignidad y seguridad para todos los israelíes y todos los palestinos. Como tal, insistimos en que los activistas, académicos y todos los ciudadanos deben tener derecho a expresar una amplia gama de opiniones políticas sin temor a ser reprimidos o difamados por el gobierno. Esto incluye críticas a la legitimidad de la fundación de Israel o la naturaleza de sus leyes y sistema de gobierno». En diciembre, Americans for Peace Now, miembro de la Progressive Israel Network, rechazó una solicitud de la Conferencia de Presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses para adoptar la definición de trabajo, diciendo que la organización, paraguas de 51 grupos, prestaría mejor servicio [para etiquetar personas y entidades como antisemitas] «usando un bisturí en lugar de una excavadora». Traducción: Dardo Esterovich

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La extrema derecha y el derecho extremo

Fuente: Jorge Majfud | Alainet Fecha: 12 de enero de 2021 Ahora, en Estados Unidos, como en Europa y en América Latina, la extrema derecha es una manifestación colateral del poder social y político que, con la frustración de sus miembros sin poder, crean una inestabilidad social. Una de las especialidades de un poder dominante es su capacidad para secuestrar logros y méritos ajenos, desde los progresos materiales hasta los progresos sociales. Así, el capitalismo, el neoliberalismo y la nueva ideología radical de los negocios (por la cual hasta los pequeños y sufridos empresarios y emprendedores se creen miembros del mismo gremio que integran Elon Musk, la familia Walton y Donald Trump) ha convencido al mundo que le debemos todos los progresos económicos, tecnológicos, científicos y el pan que comemos a su orden benefactor. Este absurdo, fácil de refutar pero fosilizado en la superstición popular, es tan absurdo como la idea de que el capitalismo y la democracia van juntos, cuando la historia demuestra que, en la abrumadora mayoría de los casos, ha significado lo contrario. Los grandes negocios y las corporaciones han promovido múltiples guerras y dictaduras, con la excepción de aquel país de donde procedía ese poder y el interés de orden y buen ejemplo. Uno de estos problemas (solo uno pero de vital importancia) lo advirtió y denunció por cadena de televisión el mismo presidente y general Dwight Eisenhower en 1961, al momento de despedirse de la presidencia: la obscena alianza en su país entre el poder militar y las corporaciones. Lo mismo había hecho el presidente Rutherford Hayes en 1886: “este no es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; es un gobierno de las corporaciones, por las corporaciones y para las corporaciones”. La democracia es otro ejemplo de secuestro perfecto, tal como lo fueron las religiones oficiales, por la cual hasta Jesús termina siendo el protector del capitalismo, el portavoz de la ambición desenfrenada de los multimillonarios y bendiciendo guerras y dictaduras de todo tipo. Cuando las democracias fueron inevitables en múltiples países, se las colonizó a través de la gran prensa y de los nuevos medios de comunicación masivos como la radio y el cine.  En Estados Unidos, a fines del siglo XIX los blancos esclavistas, derrotados en la Guerra civil, se rebelaron contra los nuevos derechos de los negros. Crearon el grupo terrorista más antiguo que existe, el KKK, y se popularizaron los alzamientos, linchamientos y hasta intentos directos de golpes de Estado, estilo banana republic. Alguno tuvo éxito. El 9 de noviembre de 1898, una turba tomó la corte de Wilmington, la mayor ciudad de Carolina del Norte, y declaró la “Independencia de la Raza Blanca” en base a la “superioridad del hombre blanco” y la constitución del país, que “no había sido escrita para incluir a gente ignorante de origen africano”. Los negros, la mayoría de esta ciudad, habían logrado participar en las últimas elecciones, eligiendo a algunos representantes. Al día siguiente, dos mil blancos armados tomaron por asalto las calles, destruyeron y quemaron negocios y el único diario de la ciudad administrado por negros. Como era de esperar, se corrió la voz de que algunos negros abrieron fuego contra los vándalos blancos, por lo cual se ordenó “matar a cualquier maldito negro que se deje ver”. Para poner orden, el gobernador ordenó a los soldados que habían regresado de Cuba (donde les secuestraron a otros negros su propia revolución) tomar la ciudad. Como resultado, algunos cientos de negros fueron ejecutados y miles debieron abandonar sus casas. El gobierno y sus representantes negros, elegidos en las urnas, fueron reemplazados por una dictadura que nunca se llamará dictadura, sino el gobierno de ciudadanos responsables y pacíficos que habían restaurado “la ley y el orden” y la voluntad de Dios. ¿Suena como algo reciente? Incluso feministas, luchadoras por el voto femenino como Rebecca Latimer Felton, recomendará linchar a los negros que ganaron las elecciones de 1898 en Carolina del Norte, ya que cuanto más educados y cuanto más participan en política, mayor amenaza suponen a la virginidad de las indefensas mujeres blancas. El linchamiento fue (es) una institución establecida por la raza superior que, no sin ironía, le teme a la superioridad física y sexual de las razas inferiores. Rebecca Latimer Felton, campeona de la modernización de la educación, no dejaba de insistir que, cuanto más dinero se invierte en la educación de los negros, más crímenes comenten. Por años, argumentó que otorgarle el derecho al voto a los negros conduciría a la violación de las mujeres blancas. Aunque desde inmemoriales generaciones las violaciones generalmente eran cometidas por hombres blancos contra mujeres negras, la fantasía pornográfica del poder nunca descansó y Felton recomendó mil linchamientos por semana para menguar el apetito sexual de estos hombres oscuros e ignorantes que ella considera gorilas. En 1922, por 24 horas, la feminista racista Felton se convirtió en la primera senadora de Estados Unidos por Georgia. La segunda mujer fue Kelly Loeffler, también por Georgia, quien, en enero de 2021, perdió con el candidato negro Raphael Warnock. Ese mismo día, miles de fanáticos blancos asaltaron el Congreso en Washington, donde el colegio electoral iba a confirmar su derrota. En el siglo XX, como forma de evitar la catástrofe de la raza blanca anunciada por Charles Pearson, se sustituirá la palabra raza por comunismo. El enroque semántico es tan efectivo que sobrevivirá a varias generaciones de críticos inadaptados, antipatriotas y todo tipo de radicales extremistas de izquierda. En América latina, la extrema izquierda más radical también fue un inevitable efecto colateral del poder imperial. Más recientemente, ni Cuba ni Venezuela ni ninguna otra experiencia independentista hubiesen sido lo que fueron y lo que son sin la persistente y profunda intervención de Washington y las megacorporaciones del norte. La extrema derecha, desde las dictaduras militares hasta las democracias tuteladas, justificadas en la reacción contra la reacción, también. Theodore Roosevelt lo había puesto por escrito en 1897: “la democracia de este siglo no necesita más justificación para su existencia que el

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UC Global empezó a espiar a Assange para la CIA tras firmar un contrato con el magnate Sheldon Adelson

Fuente: Joan Cantarero| Público.es Fecha: 12 de enero de 2021 La empresa española Undercover Global S.L. colaboró con la CIA para espiar al fundador de Wikileaks en su asilo diplomático en Londres. Lo hizo a través del millonario Sheldon Adelson –amigo personal de Trump y promotor de Eurovegas– y de sus vínculos con la agencia Stratfor. A partir de 2017 infestó la embajada ecuatoriana de microcámaras de alta tecnología preparadas por un experto desde España, con acceso online 24 h desde cualquier parte del mundo. Tras el rechazo de la Justicia británica a la extradición de Julian Assange a Estados Unidos por su precaria salud, toman fuerza otros elementos clave acerca del espionaje al que la empresa española de seguridad UC Global sometió durante años tanto al fundador de Wikileaks, mientras permaneció atrapado en la embajada de Ecuador en Londres, como a sus abogados, amigos y periodistas que lo visitaron entre 2012 y 2019. La Audiencia Nacional mantiene como imputado al exmilitar David Morales Guillén, propietario de esta empresa de seguridad, desde octubre de 2019 tras ser detenido en la llamada Operación Tabanco, por violar tanto la privacidad de Assange como las comunicaciones entre el activista y sus abogados. Pero ésa no es la única causa abierta en la Audiencia Nacional contra el propietario de Undercover Global S.L., contratada inicialmente para proteger la legación ecuatoriana en la capital británica. También está la acción legal emprendida por varios periodistas internacionales que visitaron al fundador de Wikileaks durante su encierro en Londres, quienes denunciaron que sus teléfonos móviles fueron manipulados en la embajada de Ecuador, al verse obligados a dejarlos en custodia de la empresa de seguridad española durante el encuentro. En concreto, apuntan a que sus terminales pudieron haber sido clonados, y extraídos los datos almacenados, además de que se les pudo instalar software espía. Sobre Morales, el exsoldado de las fuerzas especiales españolas aspirante a crear su propio Blackwater, también pesan las acusaciones de tenencia ilícita de armas, lavado de dinero y soborno, después de que la Policía encontrara dos pistolas con los números de serie borrados durante el registro de su vivienda de Jerez de la Frontera (Cádiz), junto a una importante cantidad de dinero en metálico. En concreto, el procedimiento judicial en marcha en España respecto a este caso no persigue averiguar si Assange y sus allegados fueron espiados, porque es obvio que lo fueron, sino acreditar fehacientemente desde cuándo, por orden de quién y al servicio de quién, porque la autoría es evidente. Pero también busca descubrir con qué finalidad la empresa española de seguridad UC Global convirtió la embajada de Ecuador en Londres en un plató de Gran Hermano y pretendió sin éxito hacer del fundador de Wikileaks un remedo del ingenuo Truman Burbank. Assange era perfectamente consciente de que era vigilado, observado y escuchado, e intentó defenderse, pero desconocía el alcance del operativo. De proteger al “huésped” a espiar al “objetivo” Dice el aforismo latín difundido por Cicerón «Qui prodest scelus, is fecit«, es decir: «Aquel a quien aprovecha el crimen es quien lo ha cometido». En todo caso, es público y notorio que las sospechas apuntan directamente a los servicios secretos de los Estados Unidos, tanto los públicos como los privados, que son los principales interesados. Por tanto, las causas abiertas persiguen acreditar estas sospechas, identificando a todos aquellos que colaboraron en el operativo y su grado de implicación en los diversos delitos denunciados y supuestamente cometidos en la legación diplomática ecuatoriana en Londres, por parte de ciudadanos españoles. Esta misión de protección de la embajada de Ecuador en Londres fue encomendada en 2015 a la compañía española de seguridad UC Global por orden del SENAIN, el Servicio Nacional de Inteligencia ecuatoriano, con el objetivo garantizar la integridad y la seguridad de la legación diplomática y del refugiado Assange, ante posibles acciones externas. Poco tiempo después, UC Global implementó las medidas de seguridad de la sede diplomática con cámaras de seguridad y prestó una especial atención al control de las visitas, incluidos los abogados de Assange, que tenían la obligación de depositar en el acceso de seguridad cuanto aparato electrónico llevaran encima, lo que se hacía extensible especialmente a los teléfonos móviles. Estas medidas incomodaban a los visitantes, aunque las aceptaban de buen grado, en el convencimiento de que tenían como misión preservar la seguridad del fundador de Wikileaks. Según datos de la seguridad pública ecuatoriana, su legación diplomática en Londres, vecina de la embajada de Colombia y a escasos 100 metros de los conocidos almacenes Harrods, tenía cámaras de vigilancia dentro y fuera, pero en ningún caso recogían audio. El viaje a Las Vegas que lo cambió todo En junio de 2016 el propietario de UC Global, Morales recibió una invitación personal de Zohar Lahav, el jefe de seguridad de Las Vegas Sands, para asistir a la Convención NAB (National Association of Broadcasters), un singular certamen ferial que se celebra anualmente en el Convention Center de la ciudad de Las Vegas, dura seis días y reúne a muy distintos y diversos sectores de la industria, que van desde la producción cinematográfica y las telecomunicaciones, hasta la realidad virtual, el deporte y la tecnología militar y la seguridad.  La sede de este evento es propiedad de Las Vegas Sands Corporation, compañía presidida por el magnate ultra-sionista Sheldon Adelson, el vigésimo primer hombre más rico del mundo, amigo personal de Donald Trump y más conocido en España por ser el promotor de la fallida ciudad-casino Eurovegas, fallecido este martes a los 87 años. Al servicio de Aldelson, y a las órdenes de un relevante exagente del servicio secreto condecorado por la CIA, estaba Zohar Lahav, un americano-israelí sionista que ya conocía muy bien a Morales, aunque no se hubieran visto nunca. Pese a que el exmilitar se creyera inicialmente otra cosa, distintos elementos llevan a concluir que el interés del jefe de seguridad de Las Vegas Sands por Morales obedecía única y exclusivamente a su condición de guardián de Assange en la embajada de Ecuador en Londres.  Los servicios de inteligencia estadounidenses ya tenían un plan de acción sobre el fundador de Wikileaks, más que posiblemente un servicio a través de la agencia Stratfor (Strategic Forecast Global Intelligence), con sede en Texas,

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El capitalismo neoliberal, la pandemia por el coronavirus y la política

Fuente: Edgardo Mocca | El Destape Web Fecha: 9 de enero de 2021 El principal problema en el combate contra la pandemia es el capitalismo neoliberal. Se podría decir que no hace falta el adjetivo “neoliberal” pero también es cierto que el mundo capitalista ha dado un giro particularmente dañino y peligroso en términos civilizatorios durante los últimos cuarenta años. No solamente en términos de distribución del ingreso sino también en términos culturales. La velocidad de circulación del capital ha crecido exponencialmente, la cantidad y calidad de aspectos de la vida de la sociedad que se subordinan a la lógica del mercado es abrumadora. Es inevitable, entonces, lo que el papa Francisco llama “descarte”: si algo no es funcional a la única aspiración del capital, que es reproducirse en la escala y en los ritmos más veloces posibles, es completamente descartable. La pandemia no está fuera de esa realidad, no podría estarlo. Es un factor “externo”, pero rápidamente se convirtió en un habitante natural del planeta que altera todas las prácticas y amenaza todas las seguridades de la civilización humana. ¿Y cómo reaccionamos los seres humanos? La diversidad tiende al infinito, por eso no se puede contestar de modo simple la pregunta. Pero esa diversidad gira alrededor de un eje, el eje es la cultura de una civilización que abarca todos los sitios habitables de nuestro planeta, aun cuando no en todos esos lugares imponga su hegemonía con la misma intensidad. Esa cultura es capitalista-neoliberal. Hay que insistir: la propia cultura con pretensiones emancipatorias está impregnada de individualismo, mercantilismo, espíritu competitivo y otras de las bellezas tan exaltadas en la tradición filosófica liberal (en este caso sin el prefijo “neo”). Todo esto no tiene cuarenta años de historia sino más de cinco siglos. El enorme desarrollo de la civilización tecno-industrial, lo colosal de sus adelantos convive con una cada vez más pronunciada degradación de su relación con el resto de las formas de vida en nuestro planeta y con sus semejantes.  La desigualdad crece en modo exponencial. Hoy comprobamos que el único momento en que se interrumpió el avance exponencial de la desigualdad fue el que va desde el final de la segunda guerra mundial hasta la desaparición de la Unión Soviética. Fue el tiempo del capitalismo “bueno y sensible”, de los estados “de bienestar”, de la intervención estatal para morigerar la desigualdad. En ese contexto la desigualdad creció de todos modos pero en forma menos impactante que en los años anteriores y posteriores. MÁS INFO ¿Qué es lo que reclamamos cuando pedimos “más libertad”? Está claro que es recuperar un modo de vivir. Que el Estado no nos moleste en nuestro proyecto de vida. Ese es el vector principal, por la sencilla razón de que el Estado –ese demonio del neoliberalismo- conserva cierta escasa capacidad de controlar el descontrol capitalista. Puede influir en los salarios, en los modos de trabajo (cada vez menos) y en muchos otros aspectos de la vida colectiva. Y la decisión no siempre coincide con la lógica automática de la tasa más alta de ganancia posible para el capital. No puede coincidir siempre, entre otras causas, porque funcionan (cuando y donde funcionan) mecanismos estatal-democráticos, puntualmente las elecciones libres, que incluyen en la vida pública la agenda de la demanda social. Y la demanda social no tiene como sentido excluyente la exitosa y rápida circulación del capital. La pandemia ha llevado a una encrucijada: a qué le damos prioridad, a la vida o a la circulación del capital. Parece fácil: a la vida. Pero, entonces, por qué tantas personas han pasado a considerar las reglamentaciones sanitarias de los gobiernos como el problema principal de sus vidas. La proporción en que cada vida está en peligro es baja. Menos baja en ciertas condiciones socio-ambientales pero de todos modos baja. Del otro lado, en cambio, hay certezas: me impiden trabajar, me impiden reunirme con amigos, me impiden ver determinados espectáculos. Muy caro todo, en relación con una probabilidad de morirme relativamente baja. Ese cálculo ya es una forma capitalista, es un cálculo de costos y beneficios tal como lo explican algunos profesores de economía. El modo del cálculo es inteligente para el individuo y desastroso para la humanidad. Pero, más allá de la pandemia, ese modo del cálculo abarca toda la vida de las criaturas humanas del capitalismo neoliberal. Ahí radica la clave del envenenamiento progresivo del planeta, de la destrucción de especies enteras a favor de la extensión del reinado de la propiedad privada y la máxima ganancia capitalista. También la clave de la consideración –hoy extendida a lo largo del mundo- de la vida o la muerte de “los otros” como una variable estadística. Esta pérdida progresiva de la compasión es la principal amenaza para la vida humana. Una vez más: lo que es beneficioso para el cálculo individual es desastroso para el conjunto del género. Escuché decir hace unos días que los humanos somos la especie menos compasiva hacia sus propios individuos entre todas las que habitan la tierra. Estamos viviendo la demostración de esa tesis. Y en este contexto se hace política. En la Argentina hay un gobierno surgido de un tipo de contrato electoral específico. Consiste en alentar e impulsar una sociedad más igualitaria, más contenedora de todos, menos librada a las lógicas automáticas del mercado. El gobierno surgido de ese contrato ha encarado con mucha inteligencia y sensibilidad la cuestión de la defensa sanitaria de argentinos y argentinas. El paso del tiempo fue debilitando esa posición: en la calle cesaron los aplausos a los médicos y enfermeros y aparecieron “puebladas” de cierta clase media contra la intervención estatal. Es en ese contexto que el gobierno empezó a poner –con muy buen sentido- el tema de las vacunas como clave de su posición. El problema es que la esperanza en la vacuna terminó siendo un factor adicional a favor de la lógica de “volver a la vida normal”. Y ahora estamos frente a otro período crítico que la vacuna no resolverá y que demanda una nueva apelación a la disciplina colectiva de difícil éxito. El antagonismo político ha ocupado también el problema de la pandemia. No se puede hablar

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Cómo la gloriosa alianza judía-negra de Georgia triunfó sobre la mafia pro-Trump

Fuente: Etan Nechin | Haaretz Fecha: 7 de enero de 2021 Ayer, tuvo lugar uno de los peores hechos de la historia cuando una mafia pro-Trump irrumpió en el Capitolio de los Estados Unidos, rompiendo las puertas de la cámara sagrada del Senado en un intento de golpe impulsado por el presidente Trump. Ese mismo día, hubo otro hito histórico muy diferente, oscurecido por la bruma del gas lacrimógeno que flotaba por las calles de Washington. Un progresista judío y el pastor negro de la iglesia de Martin Luther King Jr cambiaron de bando ambos escaños del Senado en Georgia, dando al Partido Demócrata el control del Senado por primera vez desde 2014. Raphael Warnock y Jon Ossoff han causado un gran revés en el panorama político de Estados Unidos al vencer a los senadores republicanos Kelly Loeffler y David Perdue. Junto con la victoria de Biden, el Partido Demócrata ahora controlará los tres factores principales del gobierno de Estados Unidos. Pero esta victoria es quizás menos sorprendente de lo que parece. Los dos candidatos republicanos se ataron fuertemente al mástil de Donald Trump, a pesar de cuán profundamente está sufriendo Georgia por su incompetente y alienada gestión de la pandemia de COVID. Y Perdue y Loeffler tomaron el dog whistling (silbato para perros) [1] racista y antisemita de Trump y se asociaron con él, incluso más allá de los porosos límites de lo que el presidente mismo ha hecho en público. Georgia no quedó impresionada. Su respuesta: votar a los primeros senadores negros y judíos del estado del sur profundo. En su discurso de aceptación pronunciado por Zoom, Warnock declaró: “La mujer de 82 años que recolectó el algodón de otra persona fue a las urnas para elegir a su hijo menor como el próximo senador de los Estados Unidos».   Este resultado histórico es aún más profundo si se considera que estos dos fueron elegidos en un estado que hasta hace 70 años, según la memoria viva, linchaba a negros y hace 100 a Leo Frank, el gerente judío de una fábrica de lápices que fue acusado injustamente de la violación y asesinato de un empleado de 13 años. Su victoria evocó recuerdos de décadas de alianza entre las comunidades negra y judía que durante el movimiento de derechos civiles estuvo en su apogeo. De hecho, Ossoff me dijo en una entrevista justo antes de las elecciones que estábamos presenciando el «surgimiento de una alianza [judía-negra] que se pronuncia por la salud, el empleo y la justicia para todas las personas en este estado. Y que los abanderados de esta histórica competencia  son un joven judío hijo de un inmigrante, guiado por John Lewis,  el pastor principal de la Iglesia Bautista Ebenezer, un predicador negro que ocupara el púlpito del Dr. [Martin Luther] King Jr y que la actual conducción pastoral de John Lewis es una continuación de esta tradición. Esa renovada alianza entre negros y judíos cumplió su promesa de responsabilidad mutua y solidaridad, y salió con toda su fuerza en Georgia el martes. En Georgia, los demócratas obtuvieron resultados muy por encima de su peso. Se beneficiaron del viento de cola de la campaña decididamente centrista, tranquila y serena de Joe Biden. Pero la razón por la que Georgia estuvo en juego en este ciclo es gracias a un gran cambio demográfico en el Sur y a un esfuerzo masivo de base para lograr el voto, que se ha cultivado cuidadosamente durante la última década. Desde 2016, ha habido un aumento del 20 por ciento de votantes registrados afroamericanos en Georgia y un aumento del 18 por ciento en votantes latinos. Esto no solo resultó en más votantes, sino en más organizadores que luchan por superar siglos de supresión de votantes, más recientemente en la última carrera para gobernador de 2018 cuando el entonces secretario de Estado Brian Kemp [2] realizó purgas masivas de votantes. Conduciendo por Georgia, se no solo muchos letreros de Warnock y Ossoff en los patios y jardines externos, sino también «VOTE TEMPRANO» y «SUVOTO, SU VOZ». Después de años de supresión de votantes, la mayor victoria de los grupos minoritarios fue simplemente poder enviar sus boletas por correo y llegar a las urnas. Y no ha habido una persona más importante para convertir a Georgia en un estado viable para los demócratas que Stacey Abrams, la exlíder de la minoría de la Cámara de Representantes de Georgia que perdió por estrecho margen ante Kemp en 2018. Fundó el Proyecto New Georgia al que se le atribuye un estimado de 800.000 nuevos votantes registrados. Abrams y otros activistas de base han establecido el plan para una nueva «estrategia del sur» no solo en Georgia, sino en todo el sur. Otra razón de la gran victoria fue la campaña débil y divisionista de los candidatos republicanos. Si bien David Perdue es un nombre familiar en el Partido Republicano y ganó su escaño cómodamente en 2014, Kelly Loeffler era una candidata débil. No tenía experiencia previa en el servicio público, o como funcionaria electa en ningún nivel. El gobernador Kemp la nombró para el escaño de Georgia en enero de 2019, luego de que el titular, Johnny Isakson, renunciara por razones de salud. Loeffler tuvo que ganarse su asiento y fracasó rotundamente. Tanto Loeffler como Perdue optaron por alinearse completamente con Trump. Sobre la base de la estrategia de Trump de involucrar y enfurecer a su base, ambos candidatos optaron por tratar de difamar a sus oponentes en una de las campañas políticas más desagradables de los últimos años, descendiendo a ataques francamente racistas y antisemitas. La campaña de Loeffler oscureció la piel del reverendo Raphael Warnock en un anuncio de Facebook. Perdue hizo un anuncio atacando a Ossoff al que le agrandaba deliberadamente su nariz. Traducción: Dardo Esterovich

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Impostor

Fuente:  Luis Brito García| Blog de Luis Brito García Fecha: 2 de enero de 2021 1 El iracundo Zar Ivan Grozny, (Iván el Terrible) muere en 1583 y su único hijo Dimitri Ivanovich es asesinado en 1591. La falta de herederos es mal que nunca aqueja a los poderosos. En julio de 1605, el difunto hijo Dimitri resucita, asesina al adolescente zar Teodoro II y con apoyo de nobles polacos y boyardos a quienes promete eximir de impuestos asume el trono imperial y casa con Marina Mniszech. En mayo de 1606 aristócratas y curas ortodoxos temen que el renacido Dimitri (conocido como samozvanets, el Impostor) los subordine a la católica Polonia;  lo asesinan, lo creman, disparan sus cenizas hacia dicho país. A trono vacante nunca falta heredero.   2 Pero el dos veces difunto Dimitri resucita por segunda vez en 1607, reúne  milicias de moscovitas, cosacos, lituanos y polacos,  es reconocido inmediatamente por su viuda Marina Mniszech y tras turbulenta guerra civil controla el sudeste de Rusia, hasta que en 1610 el tártaro Piotr Urusov lo encuentra borracho, lo  asesina y lo decapita. 3 Matar a un impostor es abrir la puerta a otro. En 1611 el tres veces asesinado Dimitri vuelve a la vida en la ciudad de Novgorod, y es reconocido por la pequeña nobleza de Pskov y por los cosacos que se entretenían saqueando Moscú, quienes al poco tiempo se decepcionan de él, lo encierran en una jaula y lo remiten a la capital rusa, para ser asesinado por cuarta vez en 1612. Resucitar puede convertirse en  mala costumbre. 4  En el Londres de 1705 todos celebran, comentan,  conocen o quieren conocer al deslumbrante George Psalmanazar. Dice ser nativo de la isla de Formosa, hoy Taiwan. Su libro An Historical and Geographical Description of Formosa, an Island Subjet to the Emperor of Japan es devorado por los desconfiados ingleses, y traducido al francés, al alemán, al holandés. Para asombro de curiosos detalla la Historia, la Geografía, la Religión, las costumbres, las vestimentas, el sistema monetario, el idioma, el alfabeto, la gramática de Formosa. En él se revelan hechos tan verídicos como el que los formosanos desayunan con carne cruda y serpientes, navegan en aldeas flotantes y piraguas con torres y sacrifican anualmente 18.000 niños a su Dios. Psalmanazar viaja frecuente y extensamente difundiendo por Europa las exóticas noticias sobre su isla natal. Se gana la confianza del doctor Johnson, escéptico redactor del primer gran diccionario de la lengua inglesa. Un grupo de admiradores le otorga una pensión que le permite continuar difundiendo sus fidedignas informaciones.   Nadie cuestiona las extravagantes noticias de Psalmanazar, salvo su inventor. En sus Memorias de ***, comúnmente conocido como George Psalmanazar. Por no empañar con la suya la fama de su país,  confiesa jamás haber estado en Formosa, y que todos sus relatos anteriores no son más más que  sartas de mentiras. Nadie le cree. 5 El 17 de julio de 1918 soldados soviéticos ejecutan en Ekaterinemburg al Zar Nicolás II Romanov, su esposa Alejandra y sus hijos Alexei, Olga, Tatiana, María y Anastasia.  Dos años más tarde, la policía de Berlín rescata del río Spree a Franziska Schanzkowska, una obrera polaca que intenta suicidarse, y la interna en el hospital siquiátrico Dalldorf. A pesar de que no habla una palabra de ruso ni explica cómo habría ido a parar de Rusia a Berlín, la rescatada dice ser la resucitada princesa Anastasia, y no tarda en opacar a numerosos otros autoproclamados sobrevivientes de la ejecución interesados en cobrar la fortuna de los Romanov depositada en varios bancos suizos. Su aristocrática carrera es financiada por el compositor Sergei Rachmaninoff; en Estados Unidos  casa con el historiador Jack Manahan y fallece en 1984 recluida en otra institución siquiátrica. En 1991  se realizan pruebas de sus restos que certifican que su ADN no coincide con el de los Romanov, sino con el de su hermana, la plebeya polaca Schanzkowska. La ciencia siempre echa a perder las historias bonitas. 6 Tiempos de inquietud vive hacia 1982 la Venezuela Saudita. El negociado de la burguesía nacional de exprimirle dólares al gobierno para exportarlos de inmediato  llega a su límite. Seguramente vendrá a rescatarnos la burguesía extranjera, aportándonos sus fortunas para lograr lo que no pudimos  con las nuestras. El empresario minero Juan Manuel Mezquita conoce en Curazao al Jeque Alá Al Fadilli Al Tamini, quien está dispuesto a invertir 500 millones de dólares en Venezuela y países aledaños. Mezquita obsequia al Jeque frascos rebosantes de pepitas de oro como muestras de sus minas guayanesas. Convencido por esta generosidad, el Jeque viaja a Caracas a rescatarnos con sus fabulosas inversiones, y se instala en el Hotel Tamanaco, donde paga con cheques –que para la  época tardaban mucho en conformarse- y regala a los innumerables empresarios que lo visitan las mismas pepitas que le donó Mezquita y relojes Rolex también cancelados con cheques contra sus cuentas en los bancos Royal y del Caribe. A nadie extraña que el pródigo musulmán baile salsa como guatireño,  beba whisky como  pagano y no hable una palabra de árabe. La crema de la crema de la perspicaz burguesía  productiva, los más avisados inversionistas, los más astutos gobernantes,  las más bellas damas de alcurnia se entregan al gran festejo donde el Jeque obrará el milagro de salvarnos con las esperadas inversiones foráneas. En medio del júbilo festejante, el Jeque recauda  veinte millones de dólares y desaparece sin más rastro que un reguero de cheques sin fondos para pagar festejos y conciencias. La policía sigue buscando al generoso musulmán, y algunas dirigencias esperando que vengan a salvarnos los capitales extranjeros. 7 El más comunista de los comunistas, Boris Yeltsin, elegido Presidente de la Unión Soviética, impone un programa neoliberal, manda cañonear a la Duma que lo eligió y disuelve la Unión Soviética. El más fiel de los ejecutores del programa progresista de Rafael Correa, Lenin Moreno, electo Primer Magistrado implanta el neoliberalismo y permite a los yanquis instalar una base militar en las Galápagos. Un elegido por nadie  se autoproclama Presidente interino de Venezuela; de inmediato lo reconocen el Presidente de Estados Unidos y las cancillerías de cincuenta países. Ninguno considera que según   el artículo 233 de la Constitución de la República Bolivariana de

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Akiva Eldar: “Si, yo prefiero a Saar y Liberman”

Fuente: Akiva Eldar | Haaretz Fecha: 22 de diciembre de 2020 Nunca di mi voto a un partido de derecha, tampoco a una creación híbrida llamada centro-derecha o derecha-centro. Pero si me apuntaran con un arma en mi sien y me obligaran a votar por el partido liderado por el acusado-instigador-racista Benjamín Netanyahu, o el partido de extrema derecha liderado por Gideon Saar, e incluso liderado por el transferista Avigdor Liberman, recurriría a una gran bolsa de vómito y elegiría la segunda opción. En el futuro previsible, no se vislumbra ningún líder político cuyos ojos se vean afectados por las injusticias de la ocupación y la realidad del apartheid entre el Mediterranio y Jordania. Tres parlamentarios de Azul y Blanco votaron a favor del blanqueo de colonias ilegales en Cisjordania. Tenemos que agradecer al presidente Donald Trump, quien, siguiendo las demandas de nuestros amigos de los estados del golfo pérsico, vetó el loco plan de anexión del gobierno de Netanyahu y Benny Gantz. Netanyahu cumplió su promesa y enterró los acuerdos de Oslo. Es difícil encontrar un empresario de pompas fúnebres con más talento que él. Es cierto que Saar no tiene la intención de resucitar ese acuerdo, pero si el próximo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, decide reiniciar el proceso político, existe la posibilidad de que el sucesor de Netanyahu no se atreva a incitar al Congreso en su contra, como Netanyahu lo hizo con Barack Obama. Con referencia a las colonias en Cisjordania y/o en relación a derechos humanos en los territorios bajo dominio israeli, es ilusorio suponer un cambio drástico tanto si Netanyahu continúa en el poder, o el timón cambia a uno de sus oponentes del ala derecha. De hecho, Saar y sus amigos no son miembros del club de amigos del poder judicial y aplicación de la Ley. Pero en Israel (y en el mundo democrático) no hay otro líder como Netanyahu que se atreva a proclamar incitaciones en contra de la policía desde el corazón mismo de la Corte Suprema de Justicia de Jerusalen. No hay nadie más que Netanyahu que pueda reclutar un equipo de fanaticos admiradores como el grupo de ministros y miembros de la Knesset que lo rodearon en esa infame ocasión. Yoaz Hendel no es un vocero al servicio como Mickey Zohar, Tzvi Hauser no puede competir con la gran boca de David Amsalem, y el Dr. Yifat Shasha-Biton no se rebajará a los halagos de Miri Regev. Durante sus 11 años consecutivos en el cargo, Netanyahu llevó a la sociedad israelí a profundizar aún más las brechas en su delgada estructura. El culto a él no proviene del apoyo a sus posiciones políticas, económicas o sociales. El culto a la personalidad bíblica se alimenta del miedo y el odio del otro, ya sea musulmán (siempre que no sea un multimillonario de Dubai), solicite asilo o sea un activista de izquierda. Hay muchos expertos en marketing de estos productos, pero nadie se compara con el astuto vendedor de muebles de Balfour (hace referencia a uno de los primeros empleos de Netanyahu. DK). Sí, mi amigo Gideon Levy, yo sería muy feliz si Itamar Ben-Gvir (un conocido personaje israeli de extrema derecha. DK) viniera a las manifestaciones en Balfour. Me pararé junto a él y sostendré dos carteles. En una mano sostendré “Andate” (pancarta tipica exigiendo la renuncia de Netanyahu. DK), y en la otra levantaré un cartel contra la ocupación. Será comico leer un tweet del hijo de Netanyahu, quien culpará de izquierdista a Ben Gvir. En las próximas elecciones, probablemente Netanyahu le ofresca a su hijo Yair el cargo de ministro de justicia. Como dijo David Ben-Gurion, “Debemos ayudar a los ingleses en su guerra contra Hitler como si no hubiera un ‘Libro Blanco’ (normas que impedían el ingreso de judios al territorio de Israel antes de la independencia), y debemos enfrentarnos al ‘Libro Blanco’ como si no hubiera una guerra mundial”. Ahora uno debe luchar contra la ocupación como si no hubiera bibismo y luchar contra el bibismo como si no hubiera ocupación. O como dice el conocido refrán: los mendigos no pueden permitirse el lujo de ser exigentes. Traducción: Daniel Kupervaser http://daniel.kupervaser.com/ kupervaser.daniel@gmail.com @KupervaserD 

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La cuestión existencial sin importancia: Bibi o Gidi

Fuente:  Gideon Levy| Haaretz Fecha: 23 de diciembre de 2020 El próximo primer ministro de Israel será un hombre de derecha en toda regla, intransigente y despiadado. El 23 de marzo se llevarán a cabo las grandes primarias de la derecha, un evento que por alguna razón todavía se llama elección general para el 24 Knesset. Quizás una elección, pero no una general. Es un partido en casa jugado exclusivamente por una derecha que ha arrasado con la izquierda. Un juego que obviamente excluye a los ciudadanos árabes y a los palestinos marginados en los territorios. Su conclusión determinará si el próximo gobierno está dirigido por Benjamin Netanyahu o Gideon Sa’ar. Esto culminará un proceso que comenzó hace años, un deslizamiento desenfrenado e imprudente hacia posiciones cada vez más derechistas, con una legitimación de la franja extremista que solía estar fuera de los límites, junto con una deslegitimación de la izquierda sionista, que solía serlo pero que se empobreció de ideas y desprovista de valores, perdió su sentido de orientación. Estas tendencias han madurado y están dando su fruto amargo: la elección es entre dos ultranacionalistas, Netanyahu o Sa’ar: Bibi o Gidi. Probablemente no habrá otro candidato viable. Esta es una triste realidad, pero muy aleccionadora. En todas las elecciones anteriores hubo otra voz, aunque débil, y también fue un espejismo. Esta voz ya se ha ido y es difícil decir cuándo pueda volver; ciertamente no en las próximas elecciones. Corrientes subterráneas profundas y previamente ocultas han salido a la superficie: Israel es de derecha y ultranacionalista, con una ideología imperante que no puede ser cuestionada. La elección entre Netanyahu y Sa’ar no es una elección real. Encontrarnos en una situación sin una verdadera elección no es una coincidencia. La concurrencia de estos dos políticos no es casualidad. ¿“Andarán dos juntos si no se ponen de acuerdo (Amós 3: 3)”? El hecho de que estos dos sean los candidatos con mayores posibilidades de ganar es una expresión del espíritu de la época. Israel quiere un hombre fuerte, que «pueda mostrar a todos» que será «judío», con todo lo que esto conlleva, y también de origen asquenazí. No quiere mucho más que eso. Es dudoso que la mayoría de los votantes de Sa’ar apoyen el cierre de los supermercados los sábados (como sugirió en el pasado), o salidas bien protegidas a la Tumba de los Patriarcas en Hebrón para sus hijos. Es dudoso que la mayoría de los partidarios de Netanyahu apoyen la demolición del sistema judicial o les guste su conducta personal. Pero quieren estos dos porque encarnan una derecha fuerte, porque traerán honor y orgullo a Israel, porque representan un nacionalismo arrogante, machista e insolente, sin importar su costo o significado. El pecado original radica en que la izquierda sionista se unió a un gobierno de unidad con el Likud a principios de la década de 1980, con el anhelo desesperado de hacerlo en ambos sentidos: liberal pero duro en cuestiones relacionadas con la defensa, judío y democrático, de izquierda y sionista. El final inevitable es que no se estaba convirtiendo en esto ni en aquello, culminando en perder toda su identidad. Así fue como la izquierda se hundió en su propio vacío, un deslizamiento que se volvió cada vez más patético. El golpe de gracia fue asestado inadvertidamente por el movimiento de protesta hueco «Simplemente no a Bibi». Las personas cuyo número representaba el tamaño de un escaño en la Knesset salieron a las calles mientras decenas de escaños se dividían entre varios partidos de derecha. «Lucharemos contra Netanyahu como si no hubiera ocupación y lucharemos contra la ocupación como si no hubiera Netanyahu», afirmaron nuevamente, los campeones de hacerlo en ambos sentidos. Este fue su último eslogan falso, destinado a contrarrestar las afirmaciones de que eran «puristas». El periodista y poeta Yitzhak Laor respondió adecuadamente a estas afirmaciones en Facebook. “Pero no luchaste contra la ocupación. ¡Nunca! Los palestinos están luchando contra la ocupación y ustedes los están ignorando cruelmente». Años de evadir el mensaje, de disculpas y torpezas, de miedo y autoengaño, de intentar tener las dos cosas, han llegado a su fin. Son Netanyahu y Sa’ar, correcto contra correcto. Las próximas semanas serán patéticas: ¿nos salvará el exjefe de gabinete Gadi Eisenkot? ¿Amir Peretz nos dejará? ¿Se postulará el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai? ¿Meretz obtendrá cinco o seis asientos? ¿Se unirá Yair Lapid a un gobierno de Sa’ar-Bennet? ¿A quién apoyará Ehud Barak? Ninguna de estas preguntas es importante, ni la pregunta existencial, la fatídica: ¿Bibi o Gidi? Traducción: Dardo Esterovich

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Trapos sucios en Pfizer y Moderna

Fuente: Atilio A. Boron | Blog de Atilio A. Boron Fecha: 21 de diciembre de 2020 Las usinas de fake-news y la oposición macrista al gobierno de Alberto Fernández insinúan que las relaciones entre Pfizer y el gobierno argentino no son transparentes, que hay sospechas de corrupción. No hay pruebas pero no importa, igual el tema queda instalado. Que hay un tironeo entre gobierno y empresa es evidente, y que ésta quiere dictar sus condiciones por encima de las leyes nacionales también. Pero de lo que para nada habla el sicariato mediático, y mucho menos editorializa, es acerca del extraño comportamiento de esa empresa que es presentada ante su audiencia como la re-encarnación corporativa de la Madre Teresa.         Por ejemplo, nunca informaron que el lunes 9 de noviembre su CEO, Albert Bourla, se deshizo de 132.508 acciones de Pfizer a un precio de U$S 41.94 cada una (apenas cinco centavos por debajo de su récord histórico) desprendiéndose del 62 por ciento de las acciones que tenía en esa compañía y embolsando en pocas horas 5.600.000 millones de dólares de ganancia. [1] Si bien la venta estaba programada con anticipación (desde el 19 de agosto, cumpliendo con la normativa vigente en EEUU que impide que los CEOs realicen ventas sorpresivas), la fecha exacta de la operación no deja de suscitar sorpresas porque se produjo al día siguiente de que la empresa anunciara los positivos resultados de sus tests de la tercera fase y que el precio de sus acciones subieran extraordinariamente. La gran pregunta era: ¿por qué vender sus acciones si las perspectivas de negocios de Pfizer eran inmejorables? ¿Sabrá algo que nosotros no sabemos, acerca de la efectividad y/o practicidad de una vacuna que necesita circular por el mundo en una cadena de frío inalterable de entre 70 y 80 grados bajo cero? ¿O tal vez la empresa descubrió negativos efectos colaterales, cuya génesis no está del todo esclarecida? Si los pronósticos eran tan favorables como la prensa lo anuncia a tambor batiente, ¿por qué vender sus acciones, qué capitalista actúa de esa manera? Pero Bourla no fue el único; Sally Susman, Vicepresidenta Ejecutiva y Directora de asuntos corporativos de Pfizer, también se desprendió de 1.8 millones de dólares en acciones de la compañía.[2] La cosa no termina allí. La  misma fuente informa que “altos ejecutivos de otras farmacéuticas que buscan vacunas Covid-19, como en las empresas de Moderna y Novavax han vendido grandes cantidades de acciones después de prometedoras noticias sobre sus propias vacunas.” Según informa el Financial Times Stéphane Bancel, el billonario CEO deModerna, otra de las compañías de la “big pharma” que está en la competencia para la producción de la vacuna, fue mucho más audaz que su par de Prizer y vendió sus acciones de la compañía por valor de U$S 49.8 millones de dólares, reportándole una ganancia inmediata de 400 millones de dólares en un solo día. ¿Curiosidad, sorpresa, meras casualidades? Comportamientos extraños, sin duda pero que revelan que esas empresas, que supuestamente están trabajando para garantizar la supervivencia de miles de millones de personas amenazadas por el Covid-19, están en manos de nefastos personajes, una verdadera “mafia de cuello blanco”  cuyo único interés es ganar dinero, muchísimo dinero, sin que les importe nada más. Mientras tanto, un millón setecientas mil personas en todo el mundo han muerto a causa del virus. Conclusión: dejar la salud de la población y la producción de medicamentos en manos de las grandes corporaciones es lo mismo que pedirle al lobo que cuide a las ovejas. En el imprevisible mundo de la post-pandemia lo más probable es que ambas cosas, la atención médica y la industria farmacéutica, pasen a ser actividades casi exclusivamente manejadas por empresas estatales. El fracaso de la “magia de los mercados” en estos terrenos ha sido monumental, y la conducta de esos grandes empresarios es inmoral y, muy posiblemente, según la legislación de distintos países, criminal. Y no es menos  censurable la forma en que los medios hegemónicos de la Argentina, en su tiránica obsesión por desgastar y de ser posible derribar al gobierno, ocultan esta información que revela la naturaleza delictiva de esos gigantescos oligopolios farmacéuticos y coloca bajo luces más potentes las tensiones con la Pfizer. [1] Ver la noticia difundida por la CNBC en: https://www.cnbc.com/2020/11/11/coronavirus-vaccine-pfizer-ceo-sold-5point6-million-of-stock-as-company-announced-positive-data.html [2] Ver https://www.elblogsalmon.com/sectores/que-grandes-ejecutivos-farmaceuticas-que-investigan-vacuna-covid-19-estan-vendiendo-sus-acciones

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