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Índice de felicidad: Argentina vs Israel

Por: Héctor Gurvit (miembro del Llamamiento) ¿Qué es la felicidad?[1]. ¿Existe alguna forma de medirla? ¿Cuáles deberían ser los parámetros a considerar? ¿Se trata de una forma de entendernos a nosotros mismos? La felicidad es un hecho subjetivo. Y como tal es necesario tratarlos. Sin embargo, se lo analiza, se lo describe y se lo compara. Las mediciones surgen de una comparación con un patrón determinado o bien en el marco de una escala. Más allá de cualquier análisis, de lo que se trata en este artículo es el de dejar planteados interrogantes y una comparación “caprichosa” entre el índice de felicidad de Argentina e Israel. Las variables para calcular el índice de felicidad según el World Happiness Report elaborado por la ONU son el PIB (Producto Interno Bruto) per cápita, la esperanza de vida saludable y el apoyo social. El PIB se calcula teniendo en cuenta el consumo personal o privado, el gasto público, las exportaciones y las importaciones dividido por la población total. Existen otras dimensiones que también se pueden consultar[2]. Estos tres conceptos constituyen el índice de felicidad en función del PIB. Como contraposición o acaso, como complemento, existe el Índice de Felicidad Bruta o Felicidad Nacional Bruta (FNB) que dice: “Los cuatro pilares de la FNB son: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno[3]”. Todo es discutible cuando se trata de la felicidad. La esperanza de vida saludable al nacer se define como el número de años libre de enfermedad que, en promedio, un recién nacido puede esperar vivir. Ello hace necesario la medición de las condiciones de salud que representan la pérdida de bienestar que puedan ser debidas a enfermedad, muerte y factores etiológicos, entre otros[4]. La categoría de «apoyo social» ha permitido desarrollar toda una corriente de investigación que busca explicar algunas de las diferencias existentes en la distribución de ciertas enfermedades tanto físicas como mentales[5]. Por ejemplo, se ha documentado que los grupos sociales de nivel bajo tienen más acceso a relaciones de apoyo que los miembros de clases sociales altas. De modo que nos encontramos con la primera contradicción, cual es suponer que un PIB per cápita elevado pueda corresponderse con el “apoyo social” adecuado. Cuál sería entonces el peso que, cada parámetro en cuestión, tiene en el contexto de las tres variables. Esto se intenta resolver con el índice de la FNB. “En la actualidad, el reino de Bután es el único país en el mundo que cuenta con un Ministerio de la Felicidad”. Una mirada a la tabla donde el 10 es el mayor grado de felicidad y 0 el menor, nos ubica a los argentinos en el puesto 57 sobre 149 países (2021). Como los cálculos del índice de felicidad se basan en parámetros que parecen no tener una definición clara, llamaremos a todo cálculo Índice Mundial de Felicidad (IMF) De modo que los tres aspectos a tener presente en la estimación comprenden lo económico (PIB per cápita), la salud (esperanza de vida saludable) y lo psicosociológico (el apoyo social). Pero sucede que no es tarea sencilla ponderar algunos de los ítems identificados, aun sabiendo que hay quienes consideran que se puede calcular como se calcula la temperatura humana. Es necesario aclarar que, en sociedades con una esperanza de vida mayor, los indicadores de la felicidad pueden estar distorsionados o por lo menos afectados a partir del incremento de las enfermedades crónicas y la discapacidad. Para quienes quieran profundizar recomiendo la lectura del trabajo “Cálculo del Índice de Felicidad Interna Bruta (FIB) en Cotopaxi para el año 2012”[6]. Un trabajo realizado por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Facultad de Economía. Donde se toman variables a partir de encuestas. Ponderando cada uno de los atributos y categorías. Se trata de un cuestionario en profundidad con más de 140 preguntas. Tomar como parámetro el PIB per cápita puede resultar engañoso. Un buen promedio sigue siendo solo eso, un promedio. Recordemos el famoso soneto de Carlos Alberto Salustri (Trilusa) La Estadística¿Sabes qué es la estadística? Una cosacon que se hace la cuenta generalde los que nacen, van al hospital,a la curia, a la cárcel o a la fosa. Mas para mí la parte más curiosaes la que da el promedio individual,en que todo se parte por igualhasta en la población menesterosa. Por ejemplo: resulta sin engañoque según la estadística del añote toca un pollo y medio cada mes. Y aunque el pollo en tu mesa esté ausente,entras en la estadística igualmente¡Porque hay alguno que se come tres! Todo índice no deja de ser un comparativo. O bien de un patrón específico o en el marco de una escala. Hay una experiencia sueca que vale la pena leer por interesante y elocuente[7]. Los invito a ver el documental sobre “la teoría sueca del amor”[8]  que se puede encontrar en YouTube. Dice al respecto una inmigrante “No llevo aquí ni un año y ya me quiero volver a España. Quitaros los sueños escandinavos de la cabeza. Aquí ni los abuelos echan en cuenta a sus nietos. Que ganas de volver a mi país”. Y Suecia ocupa el 7mo lugar. Vamos entonces al objetivo de esta nota cual es, comparar el IMF entre Argentina e Israel[9] (acceder a esta referemcoa para una mejor visualización de las métricas). Se trata de una comparación “caprichosa” que no pretende sino navegar por las estadísticas, las encuestas y los análisis. El sitio es muy interesante porque no solo da los datos, sino que los explica en los hipervínculos (+). Israel ocupa el lugar 12, mientras que Argentina el 57[10]. El año de determinación de cada variable están dados en las columnas 2 y 5. Si bien no siempre coinciden en el año, el informe no deja de ser una buena guía de análisis. Por otro lado, siendo muchos los conceptos a analizar nos detendremos en algunos. Podemos observar ciertos datos que nos indican el porqué de esa diferencia. Si

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Los israelíes más ricos han abandonado la izquierda

Carteles de campaña para los partidos de izquierda Meretz y laborista.  Por: Ziva Sternhell | Haaretz (5 de Septiembre de 2021) La extensa cobertura en el suplemento del libro Haaretz de la editorial Sella Meir ha llamado la atención sobre el éxito de la nueva derecha israelí en un ambicioso esfuerzo cultural: abrir una brecha cultural profunda en la vida intelectual de Israel. El proyecto de Sella Meir de traducir textos conservadores y libertarios no solo pretende enriquecer la cultura israelí con una variedad de visiones del mundo. La editorial forma parte de un proyecto polifacético, inundado de financiación, que hasta hace poco operaba bajo el radar, y cuyos objetivos no son únicamente culturales. Los institutos de investigación, las revistas académicas y las editoriales son solo parte de una amplia gama de actividad enérgica cuyo objetivo último es penetrar en los sistemas de gobierno para instituir una cosmovisión que combine la ideología política nacionalista de derecha con el neoliberalismo económico. Pero la nueva derecha conservadora, compuesta en parte por el Foro Kohelet , el Instituto Shalem, la organización Mida y Sella Meir, se centra no solo en la realidad política actual. Desde hace una década, viene consolidando una estrategia a largo plazo destinada a cambiar las posiciones fundamentales que han caracterizado a la cultura israelí desde principios del siglo XX. El objetivo final es reemplazar la herencia europea “obsoleta” de la derecha israelí por la herencia republicana estadounidense. El reciente informe de investigación de Nettanel Slyomovics en The Marker sobre los multimillonarios judíos-estadounidenses que ayudaron a Donald Trump a ser elegido y que también están proporcionando fondos generosos para esta medida, dejó en claro quién está detrás y el peligro que representa el matrimonio entre los nacionalistas judíos-israelíes. fundamentalismo y aquellos que aspiran a inculcar el libertarianismo en Israel, o el modelo más extremo del neoliberalismo estadounidense: una combinación del Salvaje Oriente más allá de la Línea Verde y las torres de negocios de Tel Aviv. El problema es que, al otro lado del mapa político, no hay conciencia del hecho de que estamos en guerra por el carácter del país para las generaciones venideras. El centro-izquierda ha estado dormido al volante y los israelíes más ricos no han adoptado la tradición estadounidense de hacer contribuciones generosas a la sociedad. Parece que a las grandes historias de éxito de alta tecnología de Israel nunca se les ocurriría asignar una fracción de su buena fortuna a evitar que Israel se convierta en una provincia trumpista no ilustrada. Incluso si algunos de ellos, que no han profundizado mucho en las teorías sociopolíticas, están interesados ​​en la idea del libre mercado. Pero el problema no es solo la brecha entre los recursos de las organizaciones de derecha y los de las organizaciones de izquierda. La gente de la nueva derecha se dio cuenta hace una década de que para crear un poder político a largo plazo, es necesario construir una infraestructura intelectual por medio de institutos de investigación, libros y revistas (el Foro Kohelet emplea a 140 académicos, por ejemplo) con el fin de preparar una élite intelectual para infiltrarse en los pasillos del poder e influir en los responsables de la toma de decisiones. Este enfoque ya ha dado resultados, como sucedió con los políticos de Nir Barkat y Yamina, a quienes se les entregaron plataformas políticas listas para usar. En comparación, el centro-izquierda israelí ha caído en un coma ideológico. Sus recursos y esfuerzos se encuentran dispersos entre cientos de organizaciones, que a su vez desempeñan funciones importantes, la mayoría comprometidas con los problemas sociales y aliviar las dificultades de la vida diaria, mientras que las organizaciones políticas de izquierda, que están haciendo un trabajo santo, luchan principalmente contra las injusticias de la ocupación. . El fervor ideológico de la izquierda, que solía expresarse en debates teóricos y a través de editoriales y revistas, se extinguió a fines del siglo XX. A diferencia de Sella Meir, los editores que intentan mantener viva la llama de la izquierda, como Hakibbutz Hameuhad, Carmel y Pardes, tienen que luchar solo para sobrevivir. La buena noticia es que últimamente hay algunos signos alentadores entre la izquierda, aparentemente influenciados por lo que se está haciendo y escribiendo en el extranjero. En el Instituto Van Leer de Jerusalén, pilar de la vida intelectual en Israel sin afiliación política, han puesto en marcha nuevas iniciativas destinadas a abrir nuevas formas de pensar. Estos incluyen la revista en línea “Hazman Hazeh” y grupos de investigación dedicados a temas centrales como el poscapitalismo y el possecularismo. También han aparecido nuevas fundaciones sin fines de lucro, como IDEA – Toward a Liberal Democracy en Israel, que tiene como objetivo preparar líderes para puestos públicos de alto nivel. La revista «Alpayim», que está siendo publicada por Carmel, busca examinar corrientes profundas en la cultura de Israel, y la venerable Fundación Berl Katznelson se encuentra en medio de un proceso de renovación y está publicando una nueva revista llamada «Telem». Rami Hod, director ejecutivo de la fundación, publicó recientemente un artículo en “Telem” que describe bien este nuevo espíritu. La izquierda, dice, se estancó y se retiró en lugar de luchar por su carácter. Enumera las cosas que se deben hacer para revivirlo, mientras adopta las estrategias del campo rival. La derecha religiosa militante, escribe, es una minoría, pero es muy ferviente y está centrada en su objetivo. Pudo construir su poder mediante un sistema escolar, academias premilitares, yeshivas y grupos Garin Torani, con el objetivo de producir una élite combatiente unida que ingresará a los centros del poder político. Mientras tanto, el centro-izquierda perdió su confianza, se preocupó por la autoflagelación y se sometió a una privatización ideológica. La solución, dice Hod, radica en construir una estrategia sistemática para educar a una nueva generación política y entrenar a una élite determinada que estará lista para luchar en el campo de batalla político, para ofrecer un espíritu de unión y para establecer el objetivo de ingresar a los pasillos de poder. Este enfoque refrescante, que no rehuye el término «élite», enfrenta dos obstáculos: la izquierda no tiene fondos ilimitados como los que fluyen hacia la derecha religiosa desde los Estados Unidos, los multimillonarios

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¿Estado único?

Enviado por: Marcelo Barón The Times of Israel | 12 de septiembre de 2021 Desde que asumió el cargo en junio, el primer ministro Naftali Bennett ha anunciado en cada oportunidad que «no habrá ningún proceso diplomático con los palestinos». El objetivo es mejorar su situación socioeconómica, un desarrollo que él cree traerá estabilidad y reducirá la violencia. No se discutirán los derechos nacionales, las fronteras, la cuestión de Jerusalén y, desde luego, el derecho al retorno. Israel seguirá controlando la tierra, el espacio aéreo, los recursos hídricos y el registro de la población palestina. Esa es la realidad a la que los palestinos, en Cisjordania y, en cierta medida, también en la Franja de Gaza, deben acostumbrarse. Cualquiera que se atreva a resistir lo pagará, pero si los palestinos se portan bien, tendrán acceso a Internet 4G. Si intensifican la coordinación de seguridad con Israel y mantienen tranquila a Gaza, incluso recibirán una compensación económica. En resumen: come, bebe y diviértete (en tus propias ciudades), pero olvídate de tus sueños de ser un estado. Este es el modelo que la derecha en general y Bennett en particular quieren imprimir en el alma de cada palestino, el modelo que también se aplica a la comunidad árabe en Israel: sí al dinero y los derechos civiles, no a los derechos nacionales. Se supone que esta fórmula garantiza la supremacía de Israel como estado judío y sionista para las generaciones venideras. Pero Bennett y sus socios deben entender que la decisión de no renovar las negociaciones es, como cualquier paso unilateral, también una política. Los palestinos están muy familiarizados con esta tesis. Se consideró ya en 1917 y se formuló en la Declaración de Balfour de la siguiente manera: “El Gobierno de Su Majestad ve favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío, y se esforzará por facilitar el logro de este objetar, quedando claramente entendido que no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina «. Derechos civiles y religiosos y nada más. Los sucesivos gobiernos de Israel simplemente conservaron esta fórmula, con el respaldo estadounidense. Bennett, un verdadero hombre de derecha, ex presidente del Consejo de Asentamientos de Yesha, no puede romper esta fórmula, a pesar de que su gobierno incluye y depende de Meretz y la Lista Árabe Unida, y que Donald Trump ya no está en la Casa Blanca . Ni siquiera el cambio en la opinión pública mundial, incluidos los judíos de Europa y Estados Unidos, lo cambiará. El primer ministro puede reprimir el hecho de que el clima internacional de opinión ya no ve a los palestinos como terroristas con kaffiyeh que son una amenaza para la estabilidad del mundo ilustrado, sino más bien como seres humanos que merecen la autodeterminación nacional y los principios fundamentales. derechos. (No es una coincidencia que el término “apartheid” impregne todas las conferencias sobre el tema). Le resulta fácil afirmar que el movimiento de boicot y la Corte Internacional de Justicia no lo asustan. Después de todo, nada de esto perturba al israelí medio. Pero Bennett y sus socios de la coalición ignoran una cosa: los palestinos todavía viven bajo ocupación, y la Franja de Gaza en desintegración no está a punto de ser vaciada de sus habitantes. Bennett, entienda esto: mientras la derecha está contando a los colonos en Cisjordania y hablando de reforzar la empresa de asentamientos que está más allá de la Línea Verde, el lado palestino está contando el número de palestinos entre el Mar Mediterráneo y el Río Jordán, con la esperanza que la demografía natural creará una nueva realidad. No solo Bennett, sino todos los que buscan esconderse detrás de él serán socios de esto: Yair Lapid , Benny Gantz , Merav Michaeli y Mansour Abbas . Aquellos que sigan el camino pavimentado por Benjamin Netanyahu algún día contarán a sus nietos cómo contribuyeron al establecimiento de un estado único entre el mar y el río.

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Reflexiones sin ton ni son

Resumen del acontecer israelí (septiembre 2021) Por: Alejandro Stein (Comisión del boletín – desde el kibutz Barkai, Israel) Las Fiestas Comencemos con una tradición especial de Israel. Las “Fiestas del mes de Tishrei”: Rosh Ha-Shaná, Iom Kipur y Succot. Como sabemos, la religión judía se rige por el calendario lunar.  Y el mes de Tishrei cae, acorde al calendario gregoriano, entre septiembre y octubre, depende del año. Quizás un buen paralelo de lo que significan “las fiestas” acá en Israel pueden ser “las fiestas” en Argentina o Uruguay, lo que yo recuerdo de mi infancia y mi juventud, donde todo se ralentiza y empieza a posponerse a partir de mediados de diciembre y se estira hasta fines de enero. Todo se posterga o puede esperar, desde un trámite burocrático hasta mi análisis de sangre (tranquilos, no es azul), y se despierta como por arte de magia apenas concluye “Simhat Torá”, el fin de la festividad de Succot. Ni bien se acaba Succot se acaba la pachorra y el país se pone de nuevo en movimiento a su ritmo normal. Fuga y Tocata Se acabó el episodio. De los 6 presos que se fugaron del Penal de Gilboa en la madrugada del 6.9, los dos que más aguantaron (dos semanas) sin que los recapturaran fueron los que consiguieron llegar al campamento de refugiados de la ciudad palestina de Jenín, donde la militancia proclamaba a los gritos que los iban a defender “hasta la última gota de sangre” …  No costó nada agarrarlos. Ni una gota. Muy buen trabajo de inteligencia, y a los cuatro que fueron apresados en Nazareth a los pocos días de haberse escapado, los doblegaron el hambre y la negativa de la población palestino-israelí a prestarles ninguna ayuda. Si, en el momento de la fuga se registraron disturbios en Palestina en apoyo a los fugados, rápidamente reprimidos. Pero no puedo evitar comparar: El 6 de septiembre de 1971 se fugaron de la cárcel de Punta Carretas (convertida hoy en un shopping pituco) en Montevideo, 100 Tupamaros, entre ellos el Pepe Mujica, 6 militantes de otros dos movimientos revolucionarios uruguayos y 5 presos comunes. Un túnel de casi 40 metros, boquetes a través de 3 pisos, y una logística perfecta organizada desde afuera del penal, que incluyó movilizaciones sin mucha razón de ser en el barrio de La Teja en la otra punta de la ciudad como método de diversión. Con la memoria a cuestas, imposible no ver las diferencias de capacidad de organización. “Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”, dijo un viejo sabio, al cual yo no quise mucho, pero que sabía, sabía. Y hablando de la capacidad del aparato de Inteligencia de Israel: Entre el 25 y el 26 se produjeron una serie de detenciones en un poblado palestino llamado Burkín, cerca de la ciudad de Jenín, y otro cuyo nombre es Bido, cercano a Jerusalén. El objetivo era el aparato militar de Hamás en Judea y Samaria, que estaban preparando una serie de atentados tanto en Palestina como en Israel. No sólo Israel sale ganando con este operativo: Mahmud Abás, el presidente de la Autoridad Palestina en la Margen Occidental no es precisamente un hincha fanático de Hamás, que gobierna con mano de hierro la Franja de Gaza. Benett en la ONU El 27.9 habló el primer ministro Benet ante la Asamblea General de la ONU. Un discurso interesante, donde se refirió a lo curiosa que es la coalición gobernante, donde se unen partidos en un abanico que va desde la derecha “dura” hasta la socialdemocracia de centro izquierda. Irán y su carrera hacia la bomba fueron centrales en su exposición. Uno se pregunta cómo hacen los primeros ministros israelíes para hablar del programa nuclear de Irán gambeteando las referencias a otro programa nuclear que yo me sé. Se refirió también a la política gubernamental con respecto al COVID, política con la cual no acuerdan los especialistas del Ministerio de Salud Pública, que piden continuamente poner límites a las aperturas, a lo cual se niega el Gobierno, que hace todo lo posible por “abrir el país”, y aumentar el porcentaje de vacunación. En Israel, por alguna razón, hay parte del rebaño que le saca el brazo a la jeringa, por causas que van desde el negacionismo a la indiferencia. A propósito, el mayor porcentaje de población desprotegido o no vacunado, es justamente el perteneciente a la población palestino-israelí, y el de enfermos internados en terapia intensiva en este momento es el de no vacunados. En Israel ya se está aplicando la tercera dosis, pero justamente por la cantidad de población sin vacunar,  comenzaron las clases y comenzaron las cuarentenas…  Más detalles en el próximo capítulo. Y quería terminar sin pálidas (disculpen si escribo con lenguaje arcaico), pero es imposible sin ellas viviendo en la realidad israelí. Hace unos días, el 23.9, las fuerzas de ocupación en Hebrón del ejército “más moral del Medio Oriente”, como le gusta autotitularse, consiguieron detener a un peligrosísimo enemigo de 11 años de edad mientras iba camino al almacén desde su casa. El delito fue el de portación de nacionalidad. El peligroso enemigo se hizo pis en los pantalones al verse rodeado de cuatro bravos combatientes armados. Huelgan los comentarios. Hasta aquí, Ale, 29.9.21

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¿Es Israel un régimen de Apartheid?

Por: Alberto Teszkiewicz La opinión de los judíos estadounidenses Una encuesta de votantes judíos estadounidenses publicada en julio de este año revela que una minoría considerable cree en algunas de las críticas más duras a Israel, incluido el hecho de que está cometiendo genocidio y apartheid. Entre los que respondieron a la encuesta encargada por el Jewish Electorate Institute, un grupo liderado por prominentes judíos demócratas, el 34 por ciento estuvo de acuerdo en que «el trato de Israel a los palestinos es similar al racismo en los Estados Unidos», el 25% estuvo de acuerdo en que «Israel es un estado de apartheid», y el 22% estuvo de acuerdo en que «Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos». Entre los votantes más jóvenes el acuerdo con esas declaraciones fue mayor, aunque todavía en minoría. Un tercio de ellos estuvo de acuerdo en que Israel está cometiendo genocidio, más de un tercio estuvo de acuerdo en que Israel es un estado de apartheid.[i] Opinan judíos en Israel Estas opiniones no son patrimonio exclusivamente de un grupo minoritario pero significativo de los judíos de USA. Este mismo año más de mil judíos israelíes, académicos, periodistas, profesionales, y otros, emitió un llamado a la Comunidad Internacional “Parar el Apartheid de Israel”.[ii] El documento de B’Tselem Pero no se trata sólo de opiniones individuales. El 12 de enero B´Tselem, la organización israelí por los DDHH en los Territorios Ocupados, difundió un documento de 11 páginas titulado “Un régimen de supremacía judía entre el mar Mediterráneo y el río Jordán: eso es el apartheid”[iii]. Este documento empieza con esta descripción “Más de 14 millones de personas, aproximadamente la mitad de ellas judías y la otra mitad palestinas, viven en el territorio situado entre el río Jordán y el mar Mediterráneo bajo un mismo régimen. En los discursos públicos, políticos, jurídicos y mediáticos, la percepción común es que se trata de dos regímenes separados que actúan cada uno por su lado, separados por la Línea Verde. Un régimen, dentro de los límites del Estado soberano de Israel, es una democracia permanente, con una población de unos 9 millones de habitantes, todos ellos ciudadanos israelíes. El otro régimen, en los territorios ocupados por Israel desde 1967, cuyo estatuto definitivo se supone que se determinará en futuras negociaciones, es una ocupación militar temporal impuesta sobre unos 5 millones de súbditos palestinos. Con el curso del tiempo, la distinción entre estos dos regímenes se encuentra cada vez más alejada de la realidad. Esta situación existe dese hace más de 50 años, el doble de tiempo que el Estado de Israel ha existido sin ella. Cientos de miles de colonos judíos residen actualmente en asentamientos permanentes al este de la Línea Verde, viviendo como si estuviesen al oeste de la misma. Jerusalén Este ha sido oficialmente anexionado al territorio soberano de Israel y Cisjordania ha sido anexionada en la práctica. Es más, la distinción entre los dos regímenes oscurece el hecho de que toda la región entre el mar Mediterráneo y el río Jordán está organizada de acuerdo a un mismo principio: hacer progresar y fortalecer la supremacía de un grupo – los judíos – sobre otro – los palestinos. Todo esto lleva a la conclusión de que no se trata de dos regímenes paralelos que simplemente mantienen el mismo principio. Hay un solo régimen que gobierna toda la zona y las personas que en ella viven, basado en un mismo principio organizativo.” Y finaliza con esta convocatoria: “¿Cómo combatir una injusticia si no se la nombra? El apartheid es el principio organizador, reconocerlo no significa rendirse. Al contrario: es una llamada al cambio. Hoy más que nunca, luchar por un futuro basado en los derechos humanos, la libertad y la justicia es crucial. Existen varios caminos políticos hacia un futuro justo, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, pero en primer lugar debemos todos optar por decir no al apartheid.” El documento de Human Rights Watch El 27 de abril, Human Rights Watch, una organización internacional con sede en Nueva York, nunca acusada de izquierdista sino más bien de haber sido influenciada por la agenda de asuntos exteriores de los Estados Unidos, publicó un documento de 225 páginas titulado “Se ha cruzado un umbral. Las autoridades israelíes y los crímenes de apartheid y persecución”. [iv] Este documento concluye: “Las autoridades israelíes han privado a millones de personas de sus derechos básicos en virtud de su identidad como palestinos. Estas políticas y prácticas sistemáticas de larga data encajonan, desposeen, separan por la fuerza, marginan y de otro modo infligen sufrimiento a los palestinos. En los Territorios Palestinos Ocupados, las restricciones de movimiento, la expropiación de tierras, el traslado forzoso, la denegación de residencia y nacionalidad y la suspensión masiva de los derechos civiles constituyen “actos inhumanos” establecidos en la Convención del Apartheid y el Estatuto de Roma. Bajo ambos estándares legales, los actos inhumanos cuando se llevan a cabo en medio de una opresión sistemática y con la intención de mantener la dominación constituyen el crimen de lesa humanidad del apartheid. En conjunto, estas políticas y prácticas en los Territorios Palestinos Ocupados privan gravemente a los palestinos de los derechos humanos fundamentales, incluidos la residencia, la propiedad privada y el acceso a la tierra, los servicios y los recursos, de forma generalizada y sistemática. Cuando se cometen con intención discriminatoria, sobre la base de la identidad de las víctimas como parte de un grupo o colectividad, constituyen un crimen de lesa humanidad de persecución con arreglo al Estatuto de Roma y al derecho internacional consuetudinario. Aparte de los actos inhumanos llevados a cabo en los Territorios Palestinos Ocupados, el gobierno israelí viola los derechos de los palestinos dentro de Israel debido a su identidad, incluidas medidas que han hecho prácticamente imposible que decenas de miles de palestinos beduinos que viven en el Negev vivan legalmente en las comunidades; la negación a cientos de miles de palestinos de la posibilidad de acceder o utilizar tierras que históricamente les

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Israel: de crisol de razas a sociedad capitalista

Por: Efraim Davidi La ex ministra de Cultura del Likud, Miri Regev, denunció hace pocas semanas atrás, a principios de agosto, el «ADN blanco» de la dirección del partido derechista. Regev, que se jactó siendo ministra de «que nunca leyó a Chejov», alabó en una entrevista con el diario «Iediot Ajaronot» al ex-premier Netanyhau y habló de sus esperanzas de ser algún día primer ministro. Ella señaló que muchos puestos de liderazgo en Israel nunca han sido ocupados por un judío mizrají desde la creación de Israel, a pesar de que la mayoría de los miembros del Likud pertenecen a esa comunidad. Incluso comparó la situación de los mizrajíes con los negros en EE.UU. Regev no es un nuevo Martin Luther King de habla hebrea. Después de una larga carrera en el ejército, la coronel Regev, que fuera responsable de la censura militar a los medios de comunicación existente en Israel desde 1948, fue elegida diputada por el Likud en el 2008 y se destacó por sus injurias contra los refugiados africanos que habitan el sur del Tel-Aviv. «Son un cáncer en el seno de Israel», profirió en una demostración racista realizada en el barrio pobre Shjunat Hatikva de Tel-Aviv.   Pero Regev resucitó la cuestión de los judíos de origen oriental (mizrají). La cuestión de los judíos mizrajíes o mizrajim (en hebreo en plural, mizrají en singular) es un tema recurrente en la política, la sociedad, la economía, la cultura, el cine, las artes, la literatura y la poesía de Israel. ¿Quiénes son los los judíos mizrajíes? Se puede buscar en vano el significado del término en cualquier diccionario en castellano de la lengua hebrea. No existe. Pero de acuerdo a «Wikipedia»: «Los judíos mizrajíes o mizrajim son descendientes de las comunidades judías del Medio Oriente y norte de África. Literalmente mizrají significa «oriental», ya que Mizraj (en hebreo: מזרח‎) significa «Este». Originalmente el uso del término mizrají y «Edot ha-Mizraj» fue una traducción de la palabra árabe mashrīqī (oriental), que se refería a la gente de Siria, Irak y otros países asiáticos, mientras que a los judíos del norte de África se les llamaba, en árabe, magāriba (magrebíes). En el Israel actual esta palabra hace referencia a todos los judíos de países árabes asiáticos, aunque muchos mizrajím rechazan el uso de este término y prefieren ser identificados por su país de origen, o el de sus antepasados inmediatos, y no por una palabra que los englobe a todos. También se utiliza la palabra ‘sefardí‘, en un sentido amplio, aunque ello da lugar a confusión en ocasiones, ya que esta palabra debe emplearse únicamente para los descendientes de los judíos expulsados de la Península Ibérica (Sefarad) en los siglos XV y XVI». De estos párrafos se puede entender que en «el Israel actual [el término] hace referencia a todos los judíos de países árabes asiáticos». Pero no es así. «Mizrají» se utiliza incluso en la prensa diaria de mayor circulación en Israel («Iediot Ajaranot», por ejemplo) para designar a todo israelí procedente o descendiente de los judíos llegados al Estado Judío desde el Norte de África, el Medio Oriente y hasta Yemen, Irán y Afganistán (estos dos últimos no son países árabes). ¿Comunidad o comunidades? Pero este término de uso diario tiene un origen. Y no tiene nada que ver con «las comunidades orientales» (Edot ha-Mizraj). Este último término apunta a que no hay una «comunidad oriental», sino «comunidades» (en plural), acorde con la ideología imperante en el establishment sionista en Israel en los 50 y 60 del siglo pasado. No es un secreto que el primer Premier del Estado de Israel, David Ben-Gurion, tenía una visión discriminatoria hacia esas comunidades. Uno de los líderes del partido laborista gobernante de Ben Gurion, Mapai (Mifleget Poalei Eretz Israel), Giora Yoseftal dijo en el Congreso Sionista 23 realizado en Jerusalén en 1951 que «la condición indispensable para el crisol de diásporas es el necesario cambio en las concepciones de aquellos que provienen de los países atrasados. No hay nada en común entre los padres que dan todo a sus hijos y ven en su educación y la salud el objetivo de sus vidas y hasta pueden deprenderse de su comida y ropas por el bien de sus hijos; y aquellos que les quitan a sus vástagos las raciones de comida, los envían a trabajar, no entienden por qué los niños deben estudiar y no saben qué es un médico o un medicamento. No puede haber un crisol de diásporas cuando en una familia se obliga a la mujer a volver a trabajar a los pocos días del parto y en otra se gastan hasta los últimos centavos en el bienestar de los hijos». Estas declaraciones de un líder laborista no es una visión puramente personal sobre «los recién llegados» (los mizrajim). Siete años después, en un debate en la Knesset, otro líder laborista, Mordejai Namir, a la sazón Ministro de Trabajo, se refirió al proyecto de ley de la bancada comunista de establecer el seguro de desempleo: «La gran mayoría de los desempleados son nuevos inmigrantes (olim jadashim). Tenemos un gran problema con este grupo: el solo hecho de trabajar, conocer  por dentro un lugar de trabajo y la disciplina laboral, representa para ellos una revolución mayor en sus vidas e incluso una revolución personal en cada individuo, en su mente y en su cuerpo. La mayoría de ellos nunca trabajó, y están obligados aquí a estudiar los rudimentos del trabajo. ¿A esta gente le daremos dinero para que no trabajen? ¿Un seguro de desempleo no será para ellos una motivación más para dejar de trabajar? Incluso si este seguro de desempleo representa una entrada muy reducida, ¿no habrá entre ellos aquellos que quieran vivir en la pobreza – pero sin trabajar?» El propio Ben-Gurion, que en junio de 1958, tuvo que hacerse cargo de la cartera de Bienestar Social por una defección en la coalición gobernante encabezada por su partido, declaró «estar a cargo en forma oficial de atender

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Reflexiones sin ton ni son

Resumen del acontecer israelí (septiembre 2021) Por: Alejandro Stein (Comisión de boletín – desde el kibutz Barkai, Israel) EL CONFLICTO Y SUS DRAMAS Me voy para atrás, a Julio. El 27 de ese mes. Después que concluí el informe, el ejército mató a un chico de 13 años.  El pibe, según las declaraciones de su tío, venía con su padre y dos hermanos de hacer compras, volviendo a su pueblo que queda muy cerca de Hebrón. Se encontraron con una barrera de control del Ejército Israelí. El padre quiso volver sobre sus pasos porque la cola en la barrera era larga, y le dispararon 13 balazos. Uno de los disparos hirió en el pecho a Ashraf Al-Álami. Un nene.  La guadaña no se detiene. Siega en todos los lados y de todas las formas. Ramle y Lod , junto con Haifa son las principales ciudades con población mixta (árabe y judía) de Israel. Ayer, 28.8 cayó asesinado en la ciudad de Lod Jusam Musarati de 23 años. Alumno brillante, voluntario en el Maguén David Rojo… Venganza de sangre entre dos clanes. La violencia dentro de la sociedad árabe en Israel es cada vez mayor. Y tiene mucho que ver con su situación en la sociedad israelí.  Barel Hadaría Shmueli tenía 21 años, hijo único por parte del padre, 3 hermanos más del lado de su mamá. Era francotirador en la Gendarmería Israelí. El 21.8 estaba en la frontera con Gaza, y un miembro de Hamás lo baleó a quemarropa en la cabeza con un revólver que tenía escondido entre su ropa. Falleció como consecuencia de sus heridas el 30.8 Veintiún años. El precio del Conflicto. El precio del Odio. Vivir fuera de la Palestina ocupada es vivir dentro de una burbuja gigante. Es más, ser judío en Israel es vivir en una burbuja y ser israelí sin ser judío es vivir en otra burbuja que envuelve a la anterior.  En otro infierno viven los habitantes palestinos de los territorios ocupados, especialmente de los poblados vecinos a los asentamientos judíos, y aún peor si los “vecinos” de estos poblados son los “jóvenes de las colinas”, grupos de veinteañeros ultra religiosos fanáticos, mesiánicos, racistas.  Más de lo mismo, parte de ello, 21-25.8:  Manifestaciones de palestinos de Gaza en la frontera con Israel, porque “Israel no cumple sus compromisos en lo que respecta a las reparaciones de los daños, producto del último conflicto (me cuesta llamarlo “Guardián de las Murallas”, qué guardián, díganme) y tampoco la flexibilización del bloqueo que sufre Gaza, no sólo terrestre, también marítimo, a la que se comprometió, lo que resiente muchísimo una de las pocas actividades que le restan tanto a su economía como a su capacidad alimentaria: la pesca. AL DON PIRULERO, CADA CUAL…   Después de tres años en los cuales Natanyahu le puso todos los palos que pudo a las ruedas del desempeño del Estado, entre los cuales vivimos ese período de tiempo sin Presupuesto Nacional, el “Gobierno del Cambio” puso primera, y aprobó por unanimidad el Presupuesto para este año en el Gabinete. Ahora viene lo mejor, como decía el finadito Aldo Camarotta: El Parlamento tiene que convertirlo en Ley. El 31 de Agosto se reunirá en sesión especial  (está en receso hasta después de las Fiestas de Rosh ha-Shaná, Iom Kipur y Sukot) para aprobar la ley de presupuesto en primera lectura (se necesitan 3 para que sea aprobada), y este es el momento en que todos los partidos integrantes de esta coalición medio anémica (61 diputados sobre 120) pueden darse el lujo de tirar la manga un poquito más, o chantajear para conseguir otro milloncito para su quintita. Básicamente, la única razón por la cual la oposición votaría en contra del Presupuesto que presenta el Gobierno, es justamente por eso: son la oposición, valga la redundancia. El ministro de Economía, Yvett Líberman, es tan o más neoliberal que Natanyahu y así es el presupuesto que elaboró. Dentro de la coalición gobernante los dos partidos medianamente progresistas, y repito, medianamente, son Meretz y el Laborismo, y poco tienen que decir dentro de un gobierno mayoritariamente de derecha, o en el mejor de los casos, de centro derecha. LA CUARTA OLA  La variante Delta campa por sus respetos. Cada vez más enfermos, el número de muertos trepa, sin prisa pero sin pausa, pero trepa. Ya hay casi 7000. Los hospitales no sólo están empezando a sentirse desbordados, sino que están en conflicto con el gobierno porque el Ministerio de Economía no pasó todas las remesas  de dinero a las que se había  comprometido. Como chimento, les cuento que la consigna electoral de Líberman el Ministro de Economía es, en traducción libre “Cumplir la palabra es lo primero” … En el marco del conflicto, los hospitales dejaron de recibir e internar enfermos de Covid, y los consultorios externos no trabajan. Una de cal y otra de arena. Al mismo tiempo, se comenzó a aplicar la tercera dosis de vacuna, primero a los mayores de 60 años (entre los que se encuentra un servidor) y va bajando el nivel de edad.  El 1.9 comienza el año lectivo, y se planea empezar a vacunar también en los colegios a los chicos con primeras y segundas dosis. La gran discusión es cuánto va a afectar el regreso al cole  la lucha por “achatar” la curva de contagio, que con la tercera dosis, poco a poco va achatándose.  Lo interesante es que en septiembre va a haber sólo 11 días de clase, porque es el mes de las Fiestas. Es decir,  o esta es una prueba piloto, o se abre el año lectivo al cuete por no decir algo peor (y se podría esperar hasta octubre). Elija el lector lo que más le guste. También las Fiestas Solemnes son un riesgo para el achatamiento de la curva, y me refiero tanto a la de salud como a la dietética, Rosh ha-Shaná especialmente. La familia se junta, la familia cocina, la familia come… y corre el riesgo de contagiar y

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EL DOBLE RASERO EN EL DISCURSO DE LA CANCILLERIA ISRAELI

Por: Daniel Kupervaser | Blog deDaniel Kupervaser (29 de julio de 2021) En sus denodados esfuerzos por desechar las críticas dirigidas en su contra por el accionar en el conflicto con los palestinos, y ante la falta de recursos apropiados y convincentes, Israel recurre frecuentemente a la acusación de antisemitismo. Para ello nada más oportuno que la definición de antisemitismo tal como fue propuesta por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto y que Israel, como las direcciones judías de la diáspora, tanto se preocupan en demandar su adopción por parte de países e instituciones del mundo. Según este documento, se considera antisemitismo, entre otros motivos, “aplicar un doble rasero al pedir a Israel un comportamiento no esperado ni exigido a ningún otro país democrático”. Curiosamente, desde la toma de mando del nuevo gobierno israelí a mediados del mes de junio pasado, su nueva cancillería demostró claramente que recurre justamente al doble rasero en sus argumentaciones para su defensa o para criticar a otros países. En las próximas líneas analizaremos su conducta en el debut bajo la batuta liderada por Yair Lapid en tres ocasiones de significativa trascendencia con sendos anuncios y/o toma de posiciones en votaciones de organismos internacionales. DOBLE RASERO A la semana de asumir su nuevo cargo, el flamante canciller israelí se descargó contra el gobierno de Polonia por la promulgación de una nueva ley cuyo objetivo principal es limitar drásticamente las posibilidades de restituir la pertenencia o resarcir el valor de propiedades de judíos polacos que les fueron usurpadas por las fuerzas nazis durante el holocausto en la segunda guerra mundial y que, posteriormente, pasaron a dominio polaco. En un lenguaje en términos diplomáticos, aunque muy ásperos en su contenido, la cancillería israelí aseguró que, “Israel se conducirá como un muro de defensa por la memoria de la Shoa y por el honor de los sobrevivientes de la Shoa y sus propiedades. La ley polaca, que impide en la practica la restitución de propiedades de judíos, o indemnización por su valor, para aquellos sobrevivientes de la Shoa y sus descendientes, es una injusticia detestable e ignominia que daña los derechos de esos sobrevivientes de la comunidad judía que vivieron en Polonia durante cientos de años” (Comunicado de la cancillería de Israel, 24-6-2021). La segunda ocasión surgió como consecuencia de la réplica de Lapid a la decisión de la firma estadounidense Ben & Jerrys de cancelar la representación de su agente en Israel por la oposición de este último a suspender las ventas de sus productos en los territorios ocupados por Israel en Cisjordania por estar en contradicción con el contrato de representación que adjudica el derecho de venta solamente dentro de los limites de Israel.  Esta drástica medida del productor estadounidense de helados llevó a Lapid a considerar que se trata de un boicot a judíos que viven en Cisjordania y a declarar que “la decisión de Ben & Jerrys es una vergonzosa rendición ante el antisemitismo y de todo lo que es malo en el lenguaje anti israelí y anti judío. Nosotros no callaremos. Yo programo dirigirme uno a uno a los mas de 30 estados de USA y exigir de ellos poner en ejecución para este caso sus leyes en contra del boicot comercial a Israel” (Lapid replica a Ben & Jerrys: rendición al antisemitismo”, Srugim, 19-7-21). El día 20 de julio de este año, Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, anunció que se propone repoblar la zona de Verosha en la Isla de Chipre. Se trata de un distrito de la ciudad Famagusta que fue conquistado por Turquía en la guerra de 1974 y de entonces permanece despoblado. El anuncio de Erdogan despertó un repudio generalizado en el mundo moderno que no ve con buenos ojos la intención de anexar a Turquía un territorio conquistado en guerra. En boca de su Cancillería, también Israel se acopló al coro de protesta, principalmente por afectar directamente intereses de su nuevo y estratégico aliado: Grecia. Paralelamente al anuncio turco, en Israel se difundió un comunicado en donde la Cancillería expresa su dura crítica a la declaración turca que simboliza en la práctica la división de la isla. El canciller Lapid le trasmitió al su paralelo chipriota que “Israel observa con mucha preocupación los pasos y declaraciones unilaterales de Turquía con respecto a la situación de Verosha” (“Cancillería israelí: preocupados por los pasos unilaterales de Turquía contra Chipre”, Ynet, 20-7-21). ¿Dónde retumba el doble rasero israelí?   Según la ley titulada de Propietarios Ausentes de 1950, el Estado de Israel se apropió de todo bien cuyo dueño (palestino) abandonó el país hacia otro país enemigo de Israel durante la guerra de independencia. Estos bienes (principalmente viviendas y tierras) quedaron en poder del Estado de Israel y/o fueron trasferidas a instituciones públicas/privadas o directamente a personas. En la misma ocasión, un proceso similar se sucedió en regiones que quedaron bajo dominio del gobierno jordano (principalmente en lo que es hoy Jerusalén Oriental y Hebrón) quien se apropió de bienes de judíos que abandonaron la región. En esta oportunidad, el gobierno jordano cedió estas viviendas a refugiados palestinos que huyeron o fueron desterrados de Israel y cuyas familias viven en ellos hasta hoy. Como consecuencia de la guerra de los 6 días en 1967, Jerusalén Oriental fue declarada territorio bajo soberanía israelí. Como consecuencia de ello, y según interpretación legal de la justicia israelí, judíos que fueron despojados de sus bienes en Jerusalén Oriental durante la guerra de independencia, o sus descendientes, tienen el derecho a desalojar a sus habitantes de hoy y recuperar sus bienes. Al refugiado palestino que vive en esos bienes y que fue despojado de su vivienda en Jerusalén Occidental u otra parte de Israel, carece de todo derecho a demandar restitución o indemnización. ¿Lapid no se mira en el espejo cuando critica a los polacos? Si la conducta de los polacos es injusticia e ignominia, ¿cómo se debe catalogar la conducta israelí que protege a judíos despojados y abandona a otros también despojados que

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