Colectividad judía

Aportes de adherentes, Colectividad judía, Nacionales

Timerman y Mefisto

La indiferencia del rabino Daniel Goldman frente a la persecución, la enfermedad y la muerte del ex canciller desenmascaró a quien funge de humanista. Por: Jorge Elbaum | Dejámelo Pensar (16 de octubre de 2021) La meta superior de la vida espiritual no es amontonar una gran riqueza de información, sino afrontar momentos sagrados. Abraham Joshua Heschel Recuerdo unas décadas atrás cuando el rabino de la comunidad Bet-El nombraba Abraham Joshua Heschel y a Emanuel Levinas en sus prédicas. Sus alocuciones me llamaban la atención porque sentía que hablaba únicamente para entendidos. Solía indagar, entre los feligreses, quiénes habían entendido el sentido de lo que Goldman había dicho. Había una ínfima cantidad de los presentes que comprendían qué quería decir. La escena me parecía paradojal y me inquietaba: ¿cuál era el sentido de esa sobreactuación intelectual si muy pocos comprendían qué quería transmitir? Percibía que Goldman estaba representando un personaje enigmático que se constituía en un farsante.  Años después, cuando Héctor Timerman enfermó de cáncer, recordé aquellas escenas, y en el domicilio donde estaba encarcelado –por decisión de Claudio Bonadío y una parva de secuaces judiciales– le relaté esa rara sensación de haber escuchado a un farsante. Es que había un hueco profundo, casi un abismo en citar a Herschel y a Levinas y abandonar, mientras atravesaba una enfermedad terminal, a quien había sido uno de aquellos feligreses.   Héctor se había transformado, luego de la infame acusación promovida por la DAIA, en el protagonista de la obra de Ibsen, El enemigo del Pueblo: una persona coherente, con convicciones sólidas a quien habían demonizado.   Ibsen detalló con enorme lucidez cómo se logra tergiversar la trayectoria de alguien. Cómo se produce el proceso de demonización que busca transfigurar a alguien para convertirlo en un extraño. Peleando contra una dolorosa enfermedad, Héctor no solo tuvo que enfrentarse a una justicia digitada sino que tuvo que soportar al abandono de quienes se llenaban la boca de virtuosismos éticos y palabras compasivas. Una triple batalla. Demasiado para un hombre lastimado.  Héctor fue un tipo íntegro que luchó los tres últimos años de su vida contra un conglomerado de canallas. Daniel Goldman había sido el referente religioso de Héctor. Pero Goldman lo condenó al desamparo.  Muchos afirman que fue por cobardía. Por temor a perder las nimias prerrogativas otorgadas por un consorcio de fieles derechizados.  El responsable de exhibir un perfil de modernidad emancipada. El que refería con insistencia la lógica espejada de Martin Buber, en la que no es posible la existencia de un “yo sin un tú”, guardó su sensibilidad en el armario donde se deja el talit.  Sometido a una encrucijada de su vida, eligió la jurisdicción miserable de los poderosos y dejó  abandonado a una persona que lo había promocionado y catapultado a un reconocimiento por fuera de la colectividad judía.  Se podrán hacer especulaciones múltiples sobre los orígenes de ese accionar abyecto. Ninguna puede darle justificación al manto sucio de la ingratitud y deslealtad que implica el abandono de alguien doliente. Daniel Goldman tenía un vínculo espiritual con Héctor. Una relación atravesada por la fe. Sin embargo no fue capaz ni siquiera de llamarlo por teléfono cuando se estaba muriendo.  Héctor me dijo una tarde del veranos de 2017: “Nadie le pide tanto. Un llamado de solidaridad. … nada más… No va a perder su puesto de rabino en Bet-El por preguntarme cómo estoy…”   Tiempo después, cuando recordaba esa situación de profundo desconsuelo, yo recordaba la novela de Klaus Mann, Mefisto, en la que se retrataba el rol del actor alemán Gustaf Gründgens, quien intentaba quedar bien con los nazis para conservar su puesto en la marquesina de la dramaturgia germana. La película, del mismo nombre –actuada magistralmente por Klaus Maria Brandauer– intenta develar la profundidad de la entrega. El tránsito hacia la contaminación de quien  entrega su tejido interior ante el poder. Goldman es Mefisto.  Goldman asumió ese papel en convergencia con Sergio Bergman, quien cruzó el Leteo de forma menos larvada. Ambos prometieron emular al rabino Marshal Mayer y traicionaron su legado en nombre del alpinismo social y económico. Escalaron posiciones encaramados en su imagen para deslizarse luego, hacia conveniencias de contexto, redituables para la medianía, la intrascendencia o la incandescencia de los puestos ministeriales. Mientras Marshal se jugaba la vida en momentos indudablemente trágicos y peligrosos, Bergman y Goldman transaban –décadas después–  con los herederos ideológicos de los represores, los mismos que habían impuesto la noche y la niebla durante la dictadura genocida.   Uno de la mano del macrismo y el otro al compás de una comunidad belgranense cada vez más neoliberal y reaccionaria, fueron negando a Marshal Meyer.  Hoy Bergman salió del territorio doméstico y decidió afianzar su máscara en una geografía afín al macrismo, Estados Unidos. Goldman, en su afán de profundidad ilusoria, busca escabullirse detrás de peroratas sugerentes e inconsecuentes, apelando –de vez en cuando– a invocaciones plagadas de humanidad fingida.    Ambos caminos, a la luz de las décadas, convergieron en un particular resumen de dobleces y simulaciones.  Bergman como burócrata atildado de una organización reformista. Y Goldman como representación patatizada de instruido rabino jasídico incomprendido.  Navegar a dos aguas nunca fue fácil. Tampoco servir a dos señores. Pero gente como Bergman y Goldman exhiben una particular capacidad de nado sincronizado en formato actitudinal: mientras aparentaban su labor comprometida con los derechos humanos, solapaban el entramado que legitimaba las variadas formas brutales de la persecución contra quienes resisten la ferocidad de los poderes fácticos, desplegados como hogueras de murmuraciones y  escarnios jurídico-mediáticos. Héctor lo sufrió como una tríada punzante de inquisición: desde su propio cuerpo; desde el acoso, y desde el abandono.  De tanto nombrarlo sin sentirlo, de tanto citarlo sin incorporarlo, de tanto apostrofarlo in practicarlo, Goldman no podrá encarnar nunca –ni siquiera en torno a su legado– el bendito precepto de Abraham Joshua Heschel: “Un hombre religioso es una persona que tiene Dios y hombre en un pensamiento a la vez, en todo momento. Que sufre el daño hecho a otros, cuya mayor pasión es la compasión, cuya mayor virtud es el

Colectividad judía, Comunicados y Declaraciones, Portada

Una vez más, NO en nuestro nombre

Una vez más la DAIA, arrogándose una representatividad de la cual carece, se hace eco de la oposición política al gobierno nacional, en plena campaña electoral, decidiendo la apelación al fallo que dictó el sobreseimiento de todos los imputados “ante la ausencia de delito”. Aparece, nuevamente, como evidente que esta institución es uno de los brazos políticos ejecutores de Juntos por el Cambio y pretende hacerle creer a la sociedad y a la colectividad que ese es el pensamiento identitario único de lxs judíxs argentinxs. A ninguno de los actores de este nuevo y vergonzoso capítulo les interesa en realidad el esclarecimiento de la causa madre –la relativa al atentado de 1994– porque han demostrado durante más de dos décadas su complicidad con quienes han sido condenados por un Tribunal Oral Federal (TOF) como partícipes del encubrimiento. Ese TOF condenó al ex Juez Juan José Galeano y a los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, mientras la DAIA promovía su sobreseimiento. La confusa reapertura de la causa del Memorándum en 2016 fue instituida en el marco de una clara intencionalidad política, hecho que motivó la denuncia del fiscal Marcelo Colombo contra dos camaristas de casación Mariano Borinsky y Gustavo Hornos y los dirigentes de la DAIA. La DAIA, en su comunicado, insiste en falsear la representación de la colectividad judía apropiándose de un legado que cientos de miles de judíos argentinos desconocen: NO son la expresión de la totalidad –como pretenden argüir– sino de un sector encolumnado con las políticas neoliberales, el macrismo y los sectores más reaccionarios de la sociedad argentina. Además, faltan gravemente a la verdad cuando afirman que “los familiares impulsan la causa”, cuando en realidad se trata de dos únicos familiares. La totalidad de las organizaciones que agrupan a las víctimas directas (Memoria Activa, APEMIA y 18 J) han estado ausentes de esta ofensiva de criminalización política. El Llamamiento Argentino Judío fiel al principio de “Memoria, Verdad y Justicia y al legado de “Justicia perseguirás”, estará presente como Amicus Curiae en la instancia de la Cámara de Casación para dejar en claro que la DAIA sólo expresa un interés inquisidor, faccioso y partidario, y que es ajeno a la búsqueda de la verdad. Buenos Aires, 20 de octubre de 2021​ Marcelo Horestein, PresidentePablo Gorodneff, Secretario General

Aportes de adherentes, Colectividad judía, Portada

Timerman y Mefisto

La indiferencia del rabino Daniel Goldman frente a la persecución, la enfermedad y la muerte del ex canciller desenmascaró a quien funge de humanista. Por: Jorge Elbaum | Dejámelo Pensar (16 de octubre de 2021) La meta superior de la vida espiritual no es amontonar una gran riqueza de información, sino afrontar momentos sagrados. Abraham Joshua Heschel Recuerdo unas décadas atrás cuando el rabino de la comunidad Bet-El nombraba Abraham Joshua Heschel y a Emanuel Levinas en sus prédicas. Sus alocuciones me llamaban la atención porque sentía que hablaba únicamente para entendidos. Solía indagar, entre los feligreses, quiénes habían entendido el sentido de lo que Goldman había dicho. Había una ínfima cantidad de los presentes que comprendían qué quería decir. La escena me parecía paradojal y me inquietaba: ¿cuál era el sentido de esa sobreactuación intelectual si muy pocos comprendían qué quería transmitir? Percibía que Goldman estaba representando un personaje enigmático que se constituía en un farsante.  Años después, cuando Héctor Timerman enfermó de cáncer, recordé aquellas escenas, y en el domicilio donde estaba encarcelado –por decisión de Claudio Bonadío y una parva de secuaces judiciales– le relaté esa rara sensación de haber escuchado a un farsante. Es que había un hueco profundo, casi un abismo en citar a Herschel y a Levinas y abandonar, mientras atravesaba una enfermedad terminal, a quien había sido uno de aquellos feligreses.   Héctor se había transformado, luego de la infame acusación promovida por la DAIA, en el protagonista de la obra de Ibsen, El enemigo del Pueblo: una persona coherente, con convicciones sólidas a quien habían demonizado.   Ibsen detalló con enorme lucidez cómo se logra tergiversar la trayectoria de alguien. Cómo se produce el proceso de demonización que busca transfigurar a alguien para convertirlo en un extraño. Peleando contra una dolorosa enfermedad, Héctor no solo tuvo que enfrentarse a una justicia digitada sino que tuvo que soportar al abandono de quienes se llenaban la boca de virtuosismos éticos y palabras compasivas. Una triple batalla. Demasiado para un hombre lastimado.  Héctor fue un tipo íntegro que luchó los tres últimos años de su vida contra un conglomerado de canallas. Daniel Goldman había sido el referente religioso de Héctor. Pero Goldman lo condenó al desamparo.  Muchos afirman que fue por cobardía. Por temor a perder las nimias prerrogativas otorgadas por un consorcio de fieles derechizados.  El responsable de exhibir un perfil de modernidad emancipada. El que refería con insistencia la lógica espejada de Martin Buber, en la que no es posible la existencia de un “yo sin un tú”, guardó su sensibilidad en el armario donde se deja el talit.  Sometido a una encrucijada de su vida, eligió la jurisdicción miserable de los poderosos y dejó  abandonado a una persona que lo había promocionado y catapultado a un reconocimiento por fuera de la colectividad judía.  Se podrán hacer especulaciones múltiples sobre los orígenes de ese accionar abyecto. Ninguna puede darle justificación al manto sucio de la ingratitud y deslealtad que implica el abandono de alguien doliente. Daniel Goldman tenía un vínculo espiritual con Héctor. Una relación atravesada por la fe. Sin embargo no fue capaz ni siquiera de llamarlo por teléfono cuando se estaba muriendo.  Héctor me dijo una tarde del veranos de 2017: “Nadie le pide tanto. Un llamado de solidaridad. … nada más… No va a perder su puesto de rabino en Bet-El por preguntarme cómo estoy…”   Tiempo después, cuando recordaba esa situación de profundo desconsuelo, yo recordaba la novela de Klaus Mann, Mefisto, en la que se retrataba el rol del actor alemán Gustaf Gründgens, quien intentaba quedar bien con los nazis para conservar su puesto en la marquesina de la dramaturgia germana. La película, del mismo nombre –actuada magistralmente por Klaus Maria Brandauer– intenta develar la profundidad de la entrega. El tránsito hacia la contaminación de quien  entrega su tejido interior ante el poder. Goldman es Mefisto.  Goldman asumió ese papel en convergencia con Sergio Bergman, quien cruzó el Leteo de forma menos larvada. Ambos prometieron emular al rabino Marshal Mayer y traicionaron su legado en nombre del alpinismo social y económico. Escalaron posiciones encaramados en su imagen para deslizarse luego, hacia conveniencias de contexto, redituables para la medianía, la intrascendencia o la incandescencia de los puestos ministeriales. Mientras Marshal se jugaba la vida en momentos indudablemente trágicos y peligrosos, Bergman y Goldman transaban –décadas después–  con los herederos ideológicos de los represores, los mismos que habían impuesto la noche y la niebla durante la dictadura genocida.   Uno de la mano del macrismo y el otro al compás de una comunidad belgranense cada vez más neoliberal y reaccionaria, fueron negando a Marshal Meyer.  Hoy Bergman salió del territorio doméstico y decidió afianzar su máscara en una geografía afín al macrismo, Estados Unidos. Goldman, en su afán de profundidad ilusoria, busca escabullirse detrás de peroratas sugerentes e inconsecuentes, apelando –de vez en cuando– a invocaciones plagadas de humanidad fingida.    Ambos caminos, a la luz de las décadas, convergieron en un particular resumen de dobleces y simulaciones.  Bergman como burócrata atildado de una organización reformista. Y Goldman como representación patatizada de instruido rabino jasídico incomprendido.  Navegar a dos aguas nunca fue fácil. Tampoco servir a dos señores. Pero gente como Bergman y Goldman exhiben una particular capacidad de nado sincronizado en formato actitudinal: mientras aparentaban su labor comprometida con los derechos humanos, solapaban el entramado que legitimaba las variadas formas brutales de la persecución contra quienes resisten la ferocidad de los poderes fácticos, desplegados como hogueras de murmuraciones y  escarnios jurídico-mediáticos. Héctor lo sufrió como una tríada punzante de inquisición: desde su propio cuerpo; desde el acoso, y desde el abandono.  De tanto nombrarlo sin sentirlo, de tanto citarlo sin incorporarlo, de tanto apostrofarlo in practicarlo, Goldman no podrá encarnar nunca –ni siquiera en torno a su legado– el bendito precepto de Abraham Joshua Heschel: “Un hombre religioso es una persona que tiene Dios y hombre en un pensamiento a la vez, en todo momento. Que sufre el daño hecho a otros, cuya mayor pasión es la compasión, cuya mayor virtud es el

Aportes a la Cultura Judía, Aportes de adherentes, Colectividad judía, Portada

Y sin embargo, soy judía

Enviado por: Benjamin Falicoff  Por: Alexandra Kohan | El Diario AR (7 de septiembre de 2021) Este año fui invitada por LimudBA a participar de esa lindísima celebración que se llama Rosh Hashaná Urbano. Un acontecimiento que emociona por la alegría que suscitan los lazos comunitarios que se construyen. La idea, como siempre para Limud, es celebrar la diversidad. Me animaría a decir que se trata de sacar lo judío a la ciudad, de que se mezcle en lo público, de ser parte de algo que no se encierre en un “nosotros” -subrayo que no se encierre-. Fue una experiencia de vitalidad y entusiasmo en medio de una época en la que no abundan. Siguen siendo momentos difíciles para todos y considero que estos espacios nos muestran que, a pesar de todo lo que se rompió, a pesar de que la pandemia no haya terminado, la vida sigue siendo posible, sigue siendo posibilidad. Voy a estar siempre agradecida a LimudBA por ese momento. Una parte del texto que sigue fue leído ese día: Yo no sabía que era judía cuando íbamos a lo de mi tía Raquel a comer kreplaj y varenikes.  Yo no sabía que era judía cuando mi mamá hacía un leicaj riquísimo, unos knishes espectaculares, o un guefilte fish exquisito. Yo no sabía que era judía cuando veía el carnet de mi papá de socio vitalicio de Hebraica. Yo no sabía que era judía cuando mi papá decía tujes o shikse. Yo no sabía que era judía cuando pregunté un día qué quería decir que mi hermano estuviera circuncidado.  Yo no sabía que era judía cuando mi papá decía “(tal) es paisano”.  Yo no sabía que era judía cuando iba al templo para los casamientos de los amigos de mi hermana. Yo no sabía que era judía cuando iba a los Bar Mitzvah de algunos amigos.  Yo no sabía que era judía cuando escuchaba a mis amigos decir potz. Yo no sabía que era judía porque en mi casa nadie había dicho nunca “sos judía” ni “somos judíos” ni “soy judío”.  Sé, por mi querido amigo Facundo Milman, que Emmanuel Levinas dice: “no se puede ser judío sin saberlo”, pero yo era judía aunque no lo supiera, pero lo sabía: Como el  inconsciente, que es un saber no sabido.  Y un día supe qué era un matrimonio “mixto”. Porque resulta que, para algunos judíos, yo no era judía, por el vientre de mi mamá, pero tampoco era católica por el apellido de mi papá. ¿Y entonces?  Y entonces pensé que eso también era lo judío en mí: esa errancia, esa expulsión, ese ir de un lugar al otro sin ser alojada del todo, manteniendo siempre una extrañeza en lo familiar, siendo un poco extranjera en lo propio. En mi familia no se practicó jamás ningún ritual religioso, no se celebró jamás ninguna fiesta judía. Y sin embargo, no dudo cuando digo soy judía.  El psicoanálisis me enseñó que una identidad no es algo natural y dado y que, en cambio, se construye a partir de múltiples escrituras, identificaciones, legados, determinaciones, muchas de ellas, la mayoría, inconscientes. Sé, porque estudié psicoanálisis, que la identidad es un palimpsesto que se construye con otros, en la alteridad. Que no hay Yo sin otro y que la identidad es siempre un poco precaria, movediza, inestable; que el ser es una ficción -verdadera como toda ficción-. Y sin embargo, no dudo cuando digo soy judía.  La identidad es un palimpsesto que se construye con otros, en la alteridad. Que no hay Yo sin otro y que la identidad es siempre un poco precaria, movediza, inestable.Y sin embargo, no dudo cuando digo soy judía. Las lecturas que hice a lo largo de mi vida me enseñaron que los esencialismos son una usina de prejuicios, que se trata de que sospechemos de eso que tiende a la naturalización, que los esencialismos funcionan como un modo de obturar preguntas y coagular estereotipos, de conformar odios y segregaciones. Comparto lo que dice Milman: “ser judío no es una esencia, es la imposibilidad de ser total”. Eso también me lo enseñó el psicoanálisis. Y sin embargo, no dudo cuando digo soy judía. Yo, que creo con vehemencia, que pensar es dudar, hacer vacilar las certidumbres; que pensar es hacer preguntas, abrir hiatos, interrogar las certezas, no dudo cuando digo soy judía. Quizás porque no dudo del poder performativo de la palabra, acaso porque sé que la palabra no es sólo un decir, sino que es un hacer, acaso porque sé que el ser es un efecto del decir, acaso porque sé que la palabra funciona en la medida en que se responda por ella, es que no dudo cuando digo soy judía. Me gustó mucho lo que dijo Wally Liebhaber en otra edición del Rosh Hashaná urbano: “el judaísmo es esa pregunta constante que no termina (…) nadie puede arrogarse el derecho a decir quién es judío y quién no (…) cada uno tiene su manera de ser judío”. Gershom Scholem también había dicho: “¿qué es ser judío? seguir preguntándoselo”. Martín Kohan lo dice así: “Me preguntaba, pues, por mi judaísmo. ¿Era judío? ¿había dejado de serlo? Claro que era judío, ¿pero en qué sentido lo era? Me hacía la pregunta, y no daba con la respuesta. Me llevó algún tiempo advertir que el judaísmo radicaba en la pregunta. En la pregunta, antes que en cualquier respuesta”. ¿De qué está hecho mi judaísmo? y no ¿qué es mi judaísmo? Dice Diana Sperling: “el acento más puesto en el hacer que en el ser, y el hacer no constituye identidad porque nunca se aquieta, es dinámico”. Me gusta pensar ahí, en eso que me fue legado sin saber, en eso que me fue transmitido sin aleccionamientos. Quizás porque en mi familia no hubo dogmatismos es que puedo decir soy judía sin tener que dar explicaciones. Quizás porque uno de los legados más importantes de mi papá fue el de practicar la diversidad. No solo casándose con una mujer no judía, sino evitando hacer de eso una épica. Y es que sí, como dice Diana Sperling, «lo que caracteriza a lo judío es la diversidad”. Quizás porque en mi familia

Colectividad judía, Comunicados y Declaraciones

Aceptan al Llamamiento Argentino Judío como Amicus Curiae en la causa “Memorandum”

El Tribunal en lo Penal Federal No. 8, que tiene a su cargo la reapertura de la causa del MEMORANDUM con IRAN, aceptó la adhesión como amicus curiae del LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDIO al pedido de nulidad que formularon todos los acusados por la DAIA en noviembre de 2016, cuando el proceso ya estaba cerrado. La resolución refleja las distintas miradas de la colectividad judia sobre un procedimiento emblemático del lawfare. La asociación se presentó con su Presidente Marcelo Horestein y su secretario Pablo Gorodneff, patrocinados por los Dres. Horacio Lutzky y Luis Kon, miembros de la Comisión Juridica. En las pruebas aportadas, las más significativas son las visitas de dos magistrados, Borinsky y Hornos a la Casa Rosada y la quinta de Olivos, para reunirse con el Presidente Macri, al mismo tiempo que directivos de DAIA tenían un comportamiento parecido, en las fechas en que las resoluciones se dictaron.  El texto completo de la resolución, aquí: Marcelo Horestein, PresidentePablo Gorodneff, Secretario General Repercusión en los medios: (Para ver las publicaciones hacer click sobre las imágenes)

Colectividad judía, Comunicados y Declaraciones, Portada

Declaraciones del expresidente de Daia Indij en portal Radio Jai citando al Llamamiento y respuesta de nuestros compañeros

La DAIA debe realizar un cambio copernicano POR REDACCIÓN RADIO JAI HACE 12 HORAS EN COMUNITARIAS Alberto Indij, último presidente de la entidad antes de la actual gestión, reflexionó en Radio Jai sobre la marcha de la institución en vísperas de lo que serán las próximas elecciones de la entidad política representativa de la comunidad. Respecto de la actualidad de la institución Indij señaló: “La DAIA está atravesando un periodo de enormes dificultades, como todas las instituciones en la gestión por la pandemia, pero pareciera que ha perdido peso específico en la consideración dentro y fuera de la comunidad. Está sufriendo un enorme deterioro por una serie de factores que es largo de enumerar. Yo creo que se impone un cambio copernicano, ya la institución no puede ser gestionada de la misma manera como se gestionó en los 85 años” En relación al llamamiento argentino judío que cuestiona la legitimidad de la DAIA como representación de la judería argentina indicó que “por más que algunos quieran invisibilizarlo yo creo hay que tenerlo muy muy en cuenta, no es como la gran mayoría de la gente piensa, el llamamiento Argentino Judío  está de alguna manera dirigido por Jorge Elbaum, un ex director ejecutivo de la DAIA, es un sociólogo, es una persona muy muy inteligente y que directamente representa las posiciones junto con Verbitzky del gobierno nacional. Trabajan muy bien, en tandem con abogados que están directamente interfiriendo en la denuncia de Nisman con presentaciones en el expediente, son muy inteligentes y no podemos ignorarlos, yo creo que lo peor que se puede hacer en esta instancia es ignorar el trabajo que están realizando el llamamiento. El Llamamiento para decirlo concretamente es Elbaum es Zanini y es Cristina, entonces hay que tomarlo muy en serio porque trabajan muy bien” Yo creo que es uno de los errores que está cometiendo la DAIA y otros factores de la comunidad Judía Argentina” Indij comentó que viene hablando con instituciones y que la mayoría la planteo que debe venir una nueva generación de dirigentes más jóvenes, no por la juventud sino por las ideas. Estamos en un mundo cambiante a pasos acelerados y hay que tener criterios organizativos y de acción completamente distintos” Resaltó las experiencias de tres instituciones a modo de ejemplo, Hacoaj, Hebraica y Macabi que han resultado muy exitosas. Gente joven con muy buenos equipos. En relación a los candidatos en boga donde el actual presidente Jorge Knoblovits busca ser reelecto y Claudio Avuj ex director ejecutivo de la institución que luego se incorporara a la política partidaria de la mano del gobierno de Mauricio Macri donde primero en la ciudad se desempeñara como director de colectividades y luego a nivel nacional como Secretario de Derechos Humanos e incluso una tercera postulación de un grupo que acompañaría al ex vicepresidente de AMIA José  Scaliter. Indij señaló que “no voy a ser yo quien levante el dedo sobre ningún candidato, bienvenido sea que existan 50 candidatos que tengan la intención de dirigir la institución política de la comunidad pero si tengo que verter una opinión sobre el perfil  que tendría que tener un candidato, sabemos que la DAIA es la representación política y no pareciera ser bueno que un candidato a presidente de la DAIA adscriba en forma tan directa a un partido político que fue gobierno hace un año y medio y que está compitiendo nuevamente para las elecciones de medio término en octubre o noviembre y en dos años vamos a tener nuevamente elecciones para presidente de la república”. Con respecto al futuro señaló que le gustaría ver a un equipo de gente joven a cargo que se acompañe y asesore con gente mayor que tiene experiencia en los temas comunitarios, que conoce la historia y como se integró esta comunidad. La necesidad de equipos profesionales que acompañen la tarea dirigencial voluntaria fue un planteo de Radio Jai a lo que Indij señaló “Sin ninguna duda debe haber un nuevo paradigma de gestión, pero para eso también se requieren recursos económicos que no es fácil gestionarlos y conseguirlos”. Respuesta de Dardo Esterovich:  JUNIO 17, 2021 AT 19:05  Por lo menos Alberto Indij es más inteligente y no ningunea al Llamamiento. Donde se equivoca es en la caraterización del mismo. Sigue con un análisis (mejor dicho no-análisis) del Llamamiento que no es propio e insiste en que Verbitsky es uno de los que baja línea, cuando jamás ha participado de ninguna actividad o toma de decisión. También erra cuando dice que “El Llamamiento para decirlo concretamente es Elbaum es Zanini y es Cristina, entonces hay que tomarlo muy en serio porque trabajan muy bien”. No se puede creer como fantasean vínculos que no existen. Si siguieran sistemáticamente las actividades del Llamamiento se darían cuenta que es un colectivo que funciona autónomamente y por suerte, como dice Indij “hay que tomarlo muy en serio porque trabajan muy bien” Respuesta de Luis Kon:  JUNIO 17, 2021 AT 20:18  ” Trabajan muy bien, en tandem con abogados que están directamente interfiriendo en la denuncia de Nisman con presentaciones en el expediente, son muy inteligentes” dice el dirigente que han entrevistado. Soy uno de esos abogados y agradezco el elogio. Pero formo parte de una Comisión Juridica integrada por otros profesionales argentinos y judíos, de vasta trayectoria que entre otras cosas se identifica con la enorme mayoría de los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA, que considera a la DAIA cómplice de la impunidad que sigue reinando en el proceso de investigación de esa tragedia. Si les parece enriquecedor y necesario debatir democraticamente sobre ese tema, podrían abrir la radio para esa finalidad. Como propone INDIJ, eso sería renovarse. Respuesta de Marcelo Barón: JUNIO 17, 2021 AT 20:28  Estimado Alberto Indij: soy miembro activo del Llamamiento. Esta respuesta es personal. Agradezco parte de sus afirmaciones que comparto totalmente en cuanto a que trabajamos muy bien. Pero no justamente por las razones que ud. aduce.Somos un movimiento con una gran cantidad de miembros activos, todos totalmente voluntarios por convicción en los valores que nos unen, como ser nuestra identificación

Colectividad judía, Comunicados y Declaraciones, En la Prensa, Nacionales, Portada

MEMORANDUM CON IRAN: LA PRESENTACIÓN DEL LLAMAMIENTO EN LOS MEDIOS

El Llamamiento Argentino Judío se presentó en la causa de Memorandum con Irán como » amicus curiae«, para apoyar y respaldar las presentaciones realizadas por los acusados, solicitando la nulidad de todas las actuaciones y su sobreseimiento. Para acceder a la presentación judicial completa, hacer click aquí. En la televisión Pública Noticias (YouTube): https://www.youtube.com/watch?v=6PrYOK2FmgM Agencia de Noticias TELAM – 10/06/2021 18:08 – AMICUS CURIAE El Llamamiento Argentino Judío reclamó el sobreseimiento de los imputados por memorándum con Irán La presentación va en la misma dirección de los planteos formulados por la defensa de Cristina Fernández de Kirchner y de otros imputados por la firma del memorándum, que reclamaron el sobreseimiento de todos los acusados y que se declare la nulidad de la causa. El Llamamiento Argentino Judío solicitó que se lo tenga por amicus curiaeEl Llamamiento Argentino Judío se presentó hoy ante el Tribunal Oral Federal (TOF) 8 para solicitar que se lo tenga por amicus curiae (amigo del tribunal) y adherir a los pedidos de sobreseimiento de todos los imputados por la firma del memorándum de entendimiento entre la Argentina e Irán en el marco de la causa AMIA, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. A través de una presentación judicial de 42 páginas firmada por Marcelo Horestein y Pablo Gorodneff, el Llamamiento cuestionó el papel que jugaron la DAIA y los jueces de la Cámara Federal de Casación Penal, Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, en la reapertura de la denuncia que realizara en su momento el fallecido fiscal Alberto Nisman. La presentación, a la que tuvo acceso Télam, va en la misma dirección de los planteos formulados por la defensa de la vicepresidenta y de otros imputados por la firma del memorándum, que reclamaron el sobreseimiento de todos los acusados y que se declare la nulidad de la causa. El Llamamiento Argentino Judío es una institución que comenzó a desarrollar sus actividades como asociación civil en enero de 2015 y su creación respondió “a la necesidad de un sector de nuestra colectividad de encontrar un órgano representativo diferente a las dirigencias oficiales”, según dejaron asentado en la presentación. En el mismo escrito, remarcaron también que era cuestionable la conducta de la DAIA en el desarrollo de los expedientes judiciales vinculados con la causa AMIA e hicieron hincapié en la investigación que se le siguió al extitular de esa institución, Rubén Beraja, y el vínculo político que este tuvo con el menemismo y que lo colocó en la verdea contraria a la de los familiares de las víctimas. Al reclamar el sobreseimiento de todos los imputados, los representantes del Llamamiento señalaron que “la reapertura de la denuncia se fraguó con tratos espurios direccionados a satisfacer –por un lado- las directivas de persecución política emanadas del entonces presidente (Mauricio) Macri, aunadas con las propias necesidades de la DAIA, por completo ajenas al esclarecimiento del atentado”. “Para ello, la delegación de asociaciones invocó con falsedad una representación general de la que carece, y la puso al servicio de las maniobras referidas, en un proceder que rechazamos enérgicamente. Y es por tales categóricos motivos, y los que ya fueron consignados por las distintas defensas, que venimos a adherir a los pedidos de nulidad interpuestos, y en particular al formulado por la defensa de la Dra. Cristina Fernández de Kirchner”, señalaron. En ese sentido, aseguraron que “las actuaciones promovidas por DAIA cuya nulidad se está requiriendo, están teñidas por un cúmulo de intereses cruzados que nada tienen que ver con lo que debería haber sido el objetivo central de todos estos procesos, cual es el esclarecimiento del atentado”. A través de la cita de artículos e investigaciones periodísticas, los representantes del Llamamiento Argentino Judío reseñaron en su presentación que en junio de 2016, “el mismo día en que los directivos de DAIA que se juntaron con Macri para hablar de la causa”, el expresidente “recibía secretamente al juez que propiciaría la reapertura, Mariano Borinsky (presunto consejero del Sec. Gral. de DAIA Kaplun) “. Los encuentros entre Macri y Borinsky en la Quinta de Olivos también habían sido citados por las defensas de los imputados de la causa que reclamaron ser sobreseídos. En su escrito, el Llamamiento solicitó que se tenga presente la “adhesión al sobreseimiento en general de todos los imputados” y que “al disponerse el sobreseimiento declarando que el proceso no afecta el buen nombre y honor de los imputados, debe extenderse esa mención al Sr. Héctor Timerman, cuyo fallecimiento determinó la extinción de la acción penal”. El tribunal que debe decidir sobre los planteos está integrado por los jueces María Gabriela López Iñíguez, Daniel Obligado y José Michilini quienes deberán resolver primero si hacen lugar al pedido formulado por la vicepresidenta y acompañado por la fiscalía para que estos temas se diriman en una audiencia pública.

Colectividad judía, Comunicados y Declaraciones, Portada

Carta a la DAIA del Llamamiento Argentino Judío

REPRESENTANTE POLÍTICO DE UN IMPORTANTE SECTOR PROGRESISTA DE LA COLECTIVIDAD «Nadie puede hablar por la totalidad de nuestra colectividad» Hacemos púbica y reproducimos abajo la carta enviada el pasado jueves 3 de junio: Señores: Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina (DAIA) De nuestra mayor consideración Nos dirigimos a Vds. en nuestro carácter de representantes del LLAMAMIENTO ARGENTINO JUDÍO, asociación civil con personería jurídica, fundada el 19 de septiembre de 2015, como resultado de un acto multitudinario de miembros de nuestra colectividad, posteriormente inscripta en la Inspección General de Justicia bajo el No. 190751. Al respecto queremos señalar que tanto vuestra institución como la nuestra, representan a distintos sectores de la colectividad judía en la República Argentina, que tienen una variada heterogeneidad en sus pertenencias y miradas ideológicas, políticas, culturales y de todo orden. Ello resulta intrínsecamente inherente a cualquier colectivo en distintas naciones del orbe y particularmente en aquellas que pueden responder a un común origen étnico, cultural o también religioso. En ese sentido, sus adhesiones pueden inclinarse hacia diversas entidades representativas de la vida judía en el país, aparte de vuestra institución o la nuestra. También pueden guardar independencia frente a todas. Por tal motivo nos parece que resulta injustificado que continuamente, en las declaraciones que la DAIA emite, por la prensa escrita o en cualquier otro formato audiovisual, invoque la representación de toda la comunidad judía. Esta afirmación es inapropiada, ya que dada la diversidad que describimos, no resultaría posible para una institución constituirse en portadora única de esa facultad. Por otro lado, confunde a las autoridades nacionales y a la población receptora de esos mensajes, que piensa que la colectividad a la que pertenecemos es un todo homogéneo cuando es exactamente lo contrario. No tiene un pensamiento único frente a los continuos acontecimientos de la vida política y social, y en eso radica su riqueza como parte de un pueblo. En el art. 2 de sus Estatutos, DAIA expresa que “ejercerá la representación política de sus entidades miembros y de la comunidad Judeo-Argentina ante las autoridades… en toda cuestión que sea de interés de las entidades asociadas o de personas pertenecientes a la comunidad judía.”. Entendemos que la primera parte de la norma es cierta pero la segunda no. Sólo representa a las entidades “miembros”, como expresa el Estatuto. Por eso es una entidad de tercer grado, de la cual como dice el art. 10 del Estatuto, forman parte esas organizaciones. En la segunda parte, la referencia a la totalidad de la “comunidad Judeo-argentina” nos resulta inaceptable porque omite registrar la diversidad de pensamiento que existe en la colectividad. No existen en vuestros padrones ciudadanos o individuos de ascendencia judía sino entidades de variada tipología. Señalamos este rasgo porque en nuestro caso contamos con muchísimos adherentes que son personas físicas y sin embargo, nunca podríamos representar a toda la colectividad. Con menos razones puede sostenerlo la DAIA que ni siquiera tiene individuos como adherentes sino personas jurídicas o de existencia ideal. Es también sugestivo que el Estatuto establezca en el art. 3 que quienes aceptan que DAIA es la representante política de la Comunidad Judía Argentina, sean las propias entidades que se agrupan en su seno. O sea que se otorgan ante sí mismos esa calidad que denominan “aceptación”. Por otra parte, atribuirse la representación de la comunidad/colectividad judía argentina y, como reza su estatuto, representar los intereses de la totalidad, lesiona gravemente el derecho constitucional de libre asociación consagrado en el art. 16 de la Constitución Nacional. En este caso, en el derecho de todo ciudadano a asociarse o no y, con ello, a no ser representado por una asociación a la que no pertenece. En atención a estas consideraciones queremos solicitarles que, en el futuro, se abstengan de invocar la representatividad de toda la colectividad argentino judía y adopten los procedimientos necesarios para ajustar las normas estatutarias a dicha realidad. Es nuestra intención resolver este conflicto por medio del cordial diálogo democrático incluso público como lo hemos sugerido en varias oportunidades, de manera que continuemos coexistiendo ambas instituciones dentro de nuestra colectividad, reconociendo ambas el nivel de inserción. Saludamos a Uds. muy atentamente. PRESIDENTE: Marcelo Horestein SECRETARIO GENERAL: Pablo Gorodneff Dres. Cyntia Benzion , Bernardo Fischberg, Luis Kon, Alfredo Kraut, Beinusz Szmucler COMISION JURIDICA

Scroll al inicio