admin

America Latina, Internacionales, Israel, Portada

Venezuela: indicios de una nueva trama golpista con el Estado de Israel de fondo

Juan Guaidó y Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel. Foto: Archivo Fuente:  Misión Verdad Fecha: 13 de agosto de 2020 La desorientación estratégica de Washington y su red clientelar de dirigentes políticos en Venezuela están generando reacomodos en el tablero de la guerra. Las afirmaciones del senador demócrata Chris Murphy que reventaron las redes sociales hace pocas semanas, resumen el espíritu general del momento: Washington se encuentra en un callejón sin salida y la fórmula del golpe marca Eliott Abrams está agotada. En una audiencia en el Senado de EEUU sobre Venezuela, Murphy cuestionó a Abrams públicamente por el fracaso de las todas las operaciones golpistas impulsadas por Washington desde enero de 2019 hasta la actualidad. Los efectos generados en la opinión pública por las afirmaciones del senador ampliaron el mal sabor de boca, dejando al alto mando del cambio de régimen en la Casa Blanca en una posición muy comprometida. La aparición de estas tensiones en la esfera pública dibujan un quiebre de consensos luego del fracaso de Operación Gedeón del 3 de mayo. La incursión armada por la costa central del país no sólo quemó la imagen de Guaidó y expuso a EEUU a un catastrófico fracaso. En realidad su efecto va mucho más allá del daño reputacional. En la operación estaban comprometidos activos de todo tipo, desde la DEA, el narcotráfico colombiano de La Guajira y una laberíntica red de contactos políticos que unió a Jordan Goudreau (jefe de la firma de mercenarios Silvercorp), con Donald Trump y Juan Guaidó en un objetivo común. El desmantelamiento (siempre parcial tratándose de un narcoestado como Colombia) de la capacidad logística invertida en Gedeón ha obligado la solicitud, cada vez más visible, de apoyo frontal de otros factores de poder del cambio de régimen. El tiempo corre en contra en ambos lados del atlántico y ello ha requerido compensar el repliegue táctico de Washington en medio de pelea electoral interna y también reconstruir la posición amenazante del antichavismo que orbita en torno a Guaidó, luego de declarar oficialmente que no participarán en las parlamentarias. La velocidad de determinados eventos en días recientes refleja el intento de insertar al Estado de Israel como actor de primer orden, y de una manera visible, en una nueva trama golpista contra Venezuela. Elliott Abrams ha afirmado que EEUU “está trabajado para sacar a Maduro antes de que culmine el año”, y acto seguido le han dado como nueva tarea el escalamiento del conflicto con Irán, reforzando en términos generales la línea dura neocon de homologar la guerra contra Venezuela y la República Islámica en un solo atributo común: la desacreditada lucha contra los estados “promotores del terrorismo”. La influencia de Israel en la configuración de la política exterior de la Administración Trump hacia América Latina es notable, y ello ha quedado demostrado en una red de actores que se extiende desde John Bolton, Mike Pompeo, hasta Mike Pence, Elliott Abrams y Luis Almagro, quienes cabalgan la línea discursiva de posicionar la “influencia maligna de Irán y el partido libanés Hezbolá” como la “amenaza” más urgente que debe ser atendida a escala hemisférica, con Venezuela en el centro. Lejos de ser una narrativa marcada únicamente por la propaganda, este discurso ha sido eficazmente integrado a las prioridades militares del Comando Sur y, en general, a las motivaciones geopolíticas de Washington. Sin lugar a dudas, el estrechamiento de las relaciones bilaterales entre Venezuela y la República Islámica a raíz de un poderoso envío de tanqueros para surtir de gasolina al país caribeño recientemente, ha sido aprovechado por la constelación de políticos clientes de Israel para potenciar la narrativa anti iraní. Es una ventana de oportunidad que busca ser explotada por los inutilizados políticos del antichavismo local, desorientados y en medio de una relación maltratada con Washington luego del fracaso de la Operación Gedeón. ¿Buscan que Israel interceda por ellos en el núcleo del poder estadounidense o buscan apoyo para algún acto de fuerza bruta, o es, quizás, una combinación de ambas? El pasado 23 de julio el minoritario partido de María Corina Machado, Vente Venezuela, firmó un acuerdo de cooperación (en materia, dicen ellos, de seguridad y geopolítica) con el partido Likud del actual primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu. La iniciativa escaló un poco más allá y días después diputados opositores formaron un grupo de apoyo a Israel y su inclusión en una fundación interparlamentaria. “Estamos muy contentos de formar parte de este nuevo grupo pro-Israel en la Asamblea Nacional. Estamos entusiasmados de trabajar con la Fundación Aliados de Israel en esta honorable tarea de acercar a Israel y Venezuela”, afirmó el diputado Lawrence Castro de Voluntad Popular. El medio El Nacional contextualiza la creación de este grupo de apoyo indicando que “El día mates 28 de Julio se realizó en Jerusalén un acto con representantes de los parlamentos miembros de la Fundación Aliados de Israel. Hubo intervenciones del vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, del secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, y del primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu. Se destacó la incorporación del Grupo Parlamentario Venezolano de Aliados por Israel a la red internacional y se incorporó la bandera de Venezuela en el panel (…) El presidente de la Fundación Aliados de Israel, Josh Reinstein, se refirió extensamente sobre el respaldo al presidente interino Juan Guaidó y destacó la importancia de Venezuela”. En los primeros meses de la aventura golpista, Guaidó nombró un emisario para Israel, el rabino sionista Pynchas Brener, en un intento fallido (e ilegal) de restaurar las relaciones diplomáticas rotas oficialmente desde el año 2009. Brener fue aceptado en agosto de 2019 como “embajador” y en enero de 2019, al unísono con EEUU, el gobierno de Netanyahu apoyó la autoproclamación de Guaidó. Pero la distancia entre ese nombramiento fake y los acontecimientos de la última semana muestra una aceleración inusual en términos de construir relaciones más cercanas, tejer lazos pseudoinstitucionales, lanzar incentivos y producir acuerdos investidos de “estratégicos”. Como proclama acompañante de la incorporación de los diputados antichavistas a la Fundación Aliados de

Asia - África - Oceanía, Internacionales, Portada

La nota que se prohibió: la vacuna Sputnik como una asociación mundial para salvar vidas

Fuente: Kiril Dmítriev | Revista Zoom Fecha: 13 de agosto de 2020 El éxito de Rusia en el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19 está enraizado en la historia El momento Sputnik ha ocurrido. La vacuna rusa Sputnik V ha sido lanzada, convirtiéndose en la primera vacuna contra el COVID-19 registrada en el mundo y evocando recuerdos del impactante lanzamiento del satélite soviético en 1957 que abrió el espacio a la exploración humana. Esta nueva era no solo condujo a una competencia, sino también a muchos esfuerzos colaborativos, incluida la misión conjunta Apolo-Soyuz de Estados Unidos y la Unión Soviética. La vacuna contra el COVID-19 es la prioridad número uno del mundo y muchos países, organizaciones y compañías afirman que están cerca de desarrollarla. A finales de este año, algunos otros países podrían tener sus propias vacunas. Es importante que las barreras políticas no impidan que las mejores tecnologías disponibles se utilicen en beneficio de todas las personas frente al desafío más grave que ha enfrentado la humanidad en décadas. Lamentablemente, en lugar de examinar la ciencia que existe detrás de la plataforma de vacunas basadas en vectores adenovirales que Rusia ha desarrollado, algunos políticos y medios de comunicación internacionales optaron por centrarse en la política y en los intentos de socavar la credibilidad de la vacuna rusa. Creemos que ese enfoque es contraproducente y pedimos un cese del fuego político para las vacunas ante la pandemia de COVID-19. No es ampliamente conocido en todo el mundo que Rusia ha sido uno de los líderes mundiales en la investigación de vacunas durante siglos. La emperatriz rusa Catalina la Grande dio el ejemplo en 1768 cuando recibió la primera vacuna contra la viruela del país, 30 años antes de que se realizará la primera vacunación en Estados Unidos. En 1892, el científico ruso Dmitri Ivanovski observó un efecto inusual mientras estudiaba unas hojas de tabaco infectadas con enfermedad de mosaico. Las hojas siguieron siendo infecciosas incluso después de que el científico filtrara las bacterias. Aunque todavía faltaba casi medio siglo para que el primer virus pudiera verse a través de un microscopio, la investigación de Ivanovski dio a luz a una nueva ciencia llamada virología. Desde el descubrimiento de Ivanovski, Rusia ha sido uno de los líderes mundiales en virología e investigación de vacunas, dando decenas de científicos talentosos como el investigador Nikolái Gamaleya que estudió en el laboratorio del biólogo francés Louis Pasteur en París y abrió la segunda estación de vacunación contra la rabia del mundo en Rusia en 1886. La Unión Soviética siguió apoyando la investigación de virus y vacunas. Todas las personas nacidas después de la Segunda Guerra Mundial recibieron vacunas obligatorias contra la poliomielitis, la tuberculosis y la difteria. En un raro ejemplo de cooperación en la época de la Guerra Fría, tres destacados virólogos soviéticos viajaron a Estados Unidos en 1955 para ofrecer oportunidades de pruebas en la Unión Soviética para una vacuna estadounidense contra la poliomielitis, una enfermedad mortal que se cobró millones de vidas. Si fuimos capaces de cooperar entonces, podemos y debemos hacerlo de nuevo ahora. Décadas de esfuerzos por parte de los científicos rusos y soviéticos condujeron a la creación de una excelente infraestructura de investigación, como el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya. Esta infraestructura va desde una de las más ricas bibliotecas de virus del mundo, creada con una técnica de preservación única, hasta centros de cría de animales experimentales. Estamos orgullosos de este legado, que nos permitió crear la primera vacuna contra el COVID-19 aprobada en el mundo. Ya hemos recibido solicitudes internacionales para 1.000 millones de dosis de nuestra vacuna y hemos llegado a acuerdos internacionales para producir 500 millones de dosis anuales con la intención de aumentarla. El verdadero secreto Actualmente, muchos medios de comunicación y políticos occidentales cuestionan la rapidez de la creación de la vacuna contra el COVID-19 en Rusia, dudando de su eficacia y autenticidad. El secreto detrás de esta velocidad es la experiencia de Rusia en la investigación de vacunas. Desde los años 1980, el Centro Gamaleya ha encabezado el esfuerzo por desarrollar una plataforma tecnológica que utiliza los adenovirus, que se encuentran en las adenoides humanas y que normalmente transmiten el resfriado común, como vectores o vehículos, que pueden engendrar un material genético de otro virus en una célula. Se extrae el gen del adenovirus, que causa la infección, y se inserta un gen con el código de una proteína de otro virus. Este elemento insertado es pequeño, no es una parte peligrosa de un virus y es seguro para el cuerpo, pero aún así ayuda al sistema inmunológico a reaccionar y producir anticuerpos que nos protegen de la infección. La plataforma tecnológica de vectores basados en adenovirus facilita y acelera la creación de nuevas vacunas mediante la modificación del vector portador inicial con material genético de nuevos virus emergentes. Tales vacunas provocan una fuerte respuesta del cuerpo humano para desarrollar inmunidad, mientras que el proceso general de modificación de vectores y fabricación de la etapa piloto toma solo unos pocos meses. Los adenovirus humanos se consideran unos de los más fáciles de diseñar de esta manera y por lo tanto se han vuelto muy populares como vectores. Desde que empezó la pandemia de COVID-19, todo lo que los investigadores rusos tuvieron que hacer fue extraer un gen codificador de la espiga del nuevo coronavirus e implantarlo en un vector familiar de adenovirus para entregarlo en una célula humana. Decidieron utilizar esta tecnología ya probada y disponible en lugar de ir a un territorio inexplorado. Los estudios más recientes indican, además, que se necesitan dos inyecciones de la vacuna para crear una inmunidad duradera. Desde 2015, los investigadores rusos han estado trabajando en un enfoque de dos vectores, de ahí la idea de utilizar dos tipos de vectores adenovirales, Ad5 y Ad26, en la vacuna contra el COVID-19. De esta manera, engañan al cuerpo, que ha desarrollado inmunidad contra el primer tipo de vector, y potencian el efecto de

Nacionales, Politica, Portada

Arribas las manos: el círculo se cierra alrededor del ex titular de la AFI

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la luna Fecha: 2 de agosto de 2020 El último miércoles 22 de julio, el juzgado número 13 del Tribunal Federal de Curitiba, a cargo del magistrado Luiz Antonio Bonat, condenó por conspiración, corrupción y lavado de dinero a Leonardo Meirelles. La pena estipulada por el juez fue de 40 años y 7 meses de cárcel, pero terminó siendo reducida –en el marco de la figura de arrepentimiento del imputado– a 4 años, con detención domiciliaria. Para acceder al beneficio de la delación premiada, Meirelles tuvo que brindar documentación probatoria de sus ilícitos, efectuados en sociedad con el máximo jefe de la distribución de sobornos de la empresa Odebrecht, Alberto Youssef. Durante las audiencias previas a que fuera comunicado el veredicto, los 9 imputados –entre los que estaban los hermanos Leonardo y Leandro Meirelles– escucharon los cargos y asumieron su status de informantes premiados. La inmensa disminución de la pena, en el caso del denunciante de Gustavo Arribas, fue concedida porque fue capaz de validar las transacciones ilegales efectuadas a diferentes destinatarios. Según uno de los abogados defensores presentes en las audiencias, no existe posibilidad de que Leonardo Meirelles fuese a falsificar los documentos entregados al juzgado, dado que esto implicaría la inmediata pérdida de su condición de arrepentido premiado. Para obtener la reducción de la pena, Meirelles tuvo que validar, ante la jueza federal suplente Gabriela Hardt y a quien la sucedió, Luiz Antonio Bonat, que las transacciones eran verídicas, so pena de perder el derecho a la reducción de la pena. Esa disposición incluyó la cesión de la documentación probatoria capaz de acreditar la totalidad de los desembolsos ejecutados durante los años que trabajó para Alberto Youssef, responsable máximo de coordinar los desembolsos del esquema de corrupción ligado a Petrobras y a Odebrecht. Para corroborar la veracidad de las delaciones premiadas, los abogados de los 9 imputados –incluido Leonardo Meirelles– debieron suministrar al Tribunal Federal de Curitiba las certificaciones de las transferencias bancarias y los resúmenes bancarios avalados por las autoridades financieras. Entre esa documentación, los abogados de los hermanos Meirelles proporcionaron los comprobantes de las comisiones recaudadas por su defendido (sufragadas por Alberto Youssef), luego de certificar que los sobornos habían sido depositados en las cuentas de los corrompidos, para garantizar la adjudicación de obras de infraestructura. Meirelles cobraba entre el 0,5 y el 1 % por cada transacción de soborno. Y en el expediente apilado en el Tribunal No 13, se acumulan los comprobantes de los pagos hechos por Youssef, correspondientes a cada giro realizado al exterior. Entre ellos figuran las 5 comisiones pagadas en retribución a las transferencias realizadas a la cuenta 373645-5 que Gustavo Arribas poseía/posee en la sucursal Zurich del Credit Suisse. En todos los casos, dichas transferencias fueron certificadas por el Standard Chartered Bank Hong Kong, desde la cuenta Meirelles RFY Import & Export Limited, bajo la numeración 313-0-025652-9. Uno de los abogados defensores presente en las audiencias certificó que en el expediente figuran –en forma detallada– las comisiones recibidas por Meirelles por las 5 transacciones giradas a Arribas, incluso la de 70.500 dólares que Arribas reconoce como recibidos. En una investigación realizada por los periodistas Fabio Serapião, Beatriz Bulla y Fausto Macedo para el portal Estadao, se reproducen los mensajes de la casilla de mail de Mauricio Couri Ribeiro, uno de los directivos máximos de Odebrecht, en los que se consignan las coimas relacionadas con la obra del soterramiento del Ferrocarril Sarmiento. En uno de ellos, de junio de 2010, se cita una reunión para debatir el pago de un soborno con Javier Sánchez Caballero, quien por entonces era director de IECSA. La información incluida en el expediente del  juzgado de Curitiba contiene documentación provista por la organización dedicada al relevamiento internacional del lavado de activos, The Financial Action Task Force (FATF), que intercedió para detectar las transacciones en diversas partes del mundo, en el marco de un acuerdo previo con la división de Fraude Criminal del Departamento de Justicia de los Estados Unidos. La trasnacional brasileña asumió frente a las autoridades de Washington que abonó a sus socios en Argentina un total de 2.900.000 de dólares en coimas y el “pago de retornos adicionales por aproximadamente 500.000 dólares a cuentas privadas”. La documentación remitida por FATF incluye el relevamiento de los giros hechos por Meirelles a la cuenta de Arribas, que los periodistas argentinos del portal El Disenso, Mariana Escalada y Agustín Ronconi, difundieron en enero de 2017. Gracias a la documentación cedida a la Justicia y aceptada como válida por el tribunal, los abogados de los hermanos Meirelles, Esdra de Arantes Ferreira, Pedro Argese Junior y Haroldo Nater, aceptaron de buena gana la condena y renunciaron a la apelación, situación que le permite a su defendido la obtención de la prisión domiciliaria por 4 años.  A pesar de las certificaciones bancarias aportadas ante el juzgado número 13, validadas por exhortos y las informaciones provistas por FATF, el ex jefe de la AFI fue sobreseido en Argentina. Según dos de los abogados de los condenados en Curitiba, dicho dictamen podría constituirse  en una clara muestra de cosa juzgada írrita, nominación con la que se define la posible (o necesaria) reapertura de una causa ante la aparición de nuevas evidencias procesales. En ese marco, la Justicia argentina debería explicar: Arribas reconoce haber recibido 70.500 dólares en su cuenta radicada en un banco suizo. ¿Cómo pudo acceder Leonardo Meirelles al número cifrado de la misma, en el Credit Suisse (cuyo titular es/era Arribas), cuando ese país dispone de un cerrado mecanismo de secreto bancario? Arribas aduce que dicha transferencia provino desde RFY Import & Export Limited, sucursal de Hong Kong, una cuenta catalogada por el juez Luiz Antonio Bonat como perteneciente a una empresa ficticia destinada íntegramente al pago de coimas, lavado de activos y evasión. El titular de la cuenta, como atestigua el exhorto solicitado por el Tribunal Federal de Curitiba a Hong Kong, es Leonardo Meirelles. Dictamen de sobreseimiento de Gustavo Arribas del 31 de marzo de 2017. Página 6. Arribas afirma haber recibido los 70.475

Nacionales, Politica, Portada

La persecución: no es lawfare, sino persecución mediático-judicial

Fuente: Carlos Zanini | El Cohete a la Luna Fecha: 2 de agosto de 2020 En los últimos años en toda Latinoamérica se ha desplegado una fuerte ofensiva neoliberal para tratar de excluir del mapa político e institucional a líderes que expresan posturas favorables a la inclusión social, la disminución de la concentración económica en manos de unos pocos sobre el hambre de otros muchos, la soberanía política local y la amplia participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. La herramienta más usual ha consistido en rabiosos ataques mediáticos que precedían el urdido de causas judiciales y las decisiones tomadas bajo presión, miedo o convencimiento basado en prejuicios ideológicos, por jueces que han parecido obedecer libretos fraguados en los sótanos oscuros de los servicios de inteligencia (aunque los libretos se esparcieran desde el despacho mismo del Ministro de Justicia o desde las cercanías, si no desde el propio despacho Presidencial, como se ha visto). El amparo mediático pretende presentar ello como parte de una supuesta lucha contra la corrupción, incitando a obtener castigos ejemplificadores junto con la proscripción política de los supuestos autores. La secuencia, partiendo de una “investigación” supuestamente periodística, recala en la denuncia ante la Justicia, que dispara un proceso judicial verdaderamente kafkiano, para conjugarse con la construcción mediática de un escenario público de demonización del denunciado, desde donde el acontecer jurídico de normalización, si prospera, se presentará a la sociedad como “el triunfo de la impunidad”. Resultó central en esas operaciones mostrar cierta apariencia de legalidad para desprestigiar a la actividad política como tal, sobre la base de trasladar nombres, desde la política, que implica representación popular, a las páginas de policiales. Ese ha sido el mecanismo desplegado en América del Sur, contra ex Presidentes como Rafael Correa en Ecuador, Luiz Inácio “Lula” Da Silva en Brasil y a la ex Presidenta y hoy Vicepresidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner y, últimamente, al depuesto Presidente de la República Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma. Esa herramienta se conoce por estas latitudes con un nombre en inglés, que resulta de la contracción de dos vocablos: ley (law) y guerra (warfare). Se trata en el decir periodístico cotidiano del “Lawfare”. El concepto viene de los manuales de estrategia militar. Me parece importante indicar la inconveniencia del traslado automático del concepto desde su plano original, la guerra, así sin más, a la política. Charles Dunlap Jr., General de División (R) de la USAF, inaugura la utilización moderna de este vocablo en 2001. Define la “guerra jurídica” como “el uso de la ley como un medio para conseguir lo que de otra manera tendría que conseguirse con la aplicación de la fuerza militar tradicional”. Y agrega que: “puede utilizarse la ley para socavar a los adversarios”. Como conclusión de su trabajo descriptivo del concepto, aconseja que, así como los comandantes están familiarizados con el concepto de preparación de inteligencia del campo de batalla, necesitan agregar la preparación jurídica a su lista de tareas pendientes, y “un elemento clave en esta iniciativa es el uso de los auditores”, así como “educar a las tropas sobre la guerra jurídica”. Como se ve, el concepto tiene una referencia específica a los conflictos militares, y constituye una de las respuestas al problema que presenta para las democracias modernas, tratar de obtener una base de apoyo público considerable para un conflicto armado aún limitado, sobre todo si los ciudadanos creen que la guerra se está llevando a cabo de una manera injusta, inhumana o inicua. Este nombre, trasladado sin más a la arena política, se adoptó como un neologismo que resume en una palabra un muy amplio conjunto de acciones persecutorias hacia los adversarios políticos. Pienso que basta una mirada un poco más detenida para advertir que llamar de ese modo a este accionar sistemático, un verdadero modelo de dominación y entretenimiento de la sociedad, es, por lo menos, benévolo. Así, ese nombre tapa la verdadera naturaleza de la implicancia política e institucional que tuvo y tiene esa práctica. Resulta equívoco llamar así al hostigamiento y la persecución de los adversarios políticos contrarios al establishment, concretado con la utilización profusa de los medios de comunicación y los servicios de inteligencia. Tratándose de una acción judicial violatoria de derechos básicos como el estado de inocencia, el derecho a la defensa en juicio, la prohibición de la creación de tribunales especiales y el derecho al debido proceso y al imperio de las leyes, no constituye una guerra precisamente jurídica. Paradójicamente, a medida que se van develando los tramos más escabrosos de esa ilegal persecución, los medios de comunicación dominantes pretenden presentar el ejercicio de la defensa en juicio como “ardides” o “chicanas”, y la aplicación correcta de las leyes y el respeto a los derechos consagrados constitucionalmente como una supuesta consagración de la impunidad. En la Argentina, fueron muchas las normas violadas en los últimos cuatro años para poder dar forma a esta persecución. En cualquier resumen que se practique de los ejemplos locales, se verá que buena parte del Código Procesal Penal Nacional se tornó letra muerta. Lo que es aún más grave, para llevar adelante ese accionar debieron dejarse de lado garantías consagradas en la Constitución de la Nación Argentina y en los pactos internacionales que la integran. No se trata de una guerra jurídica. Es una violación de las leyes y de las más elementales garantías constitucionales. Está claro que los mecanismos de dominación y disciplinamiento aplicados contra opositores en la República Argentina, que han consistido básicamente en violaciones a la ley y al texto constitucional, no pueden ser benévolamente asimilados a aquella definición que hace Dunlap del término “Lawfare”. Al contener el anglicismo un vocablo que refiere a la “ley”, da la equívoca idea de que se trata de una “guerra jurídica”; cuando la guerra, si es que la hay, es contra el imperio del Estado de Derecho. Es decir, antijurídica por definición, en cuanto se desarrolla violando toda normativa. El linchamiento mediático que expone una política como corrupción, busca confirmación en personeros

Nacionales, Politica, Portada

Actuar con responsabilidad

Fuente: Carlos Heller | Tiempo Argentino Fecha: 2 de agosto de 2020 Apenas había aterrizado, y sin siquiera haber caminado por las calles del viejo continente, Mauricio Macri afirmó: “acá se vive en libertad y con responsabilidad”. El mensaje de siempre, previo a comenzar una cuarentena de 14 días en París, antes de ir a las oficinas de la FIFA en Suiza. Seguramente el ex presidente no había alcanzado a leer las noticias que provenían de Reino Unido, que acaba de anunciar un endurecimiento de las restricciones en varias ciudades de Inglaterra. Es más, allí el primer ministro, Boris Johnson, pidió una mayor disciplina ante la pandemia: “La única manera de controlar el coronavirus es si colectivamente se obedecen las reglas de distanciamiento social y se trabaja de modo unificado para contener el virus. Lo que le digo a la gente es: no pierdan el foco, no pierdan la disciplina, observen las guías de las autoridades y si tienen síntomas, háganse un test”. No hay que perder de vista que es un Estado con más muertes que cualquier país dentro de Europa y uno de los que posee más infectados a nivel mundial. Junto con Brasil y Estados Unidos, son tres de los que más enfáticamente minimizaron la pandemia. En paralelo, los impactos económicos se siguen acumulando, por culpa de la pandemia, no por el aislamiento social. En Estados Unidos, se conoció el dato del PIB del segundo trimestre, mostrando una caída del 9,5% contra el trimestre previo. Es la más alta desde que se tienen registros oficiales continuos (1947), aunque sería la mayor al menos desde 1875. El efecto es devastador por donde se lo mire y está lejos de haber terminado. Volviendo a Francia, según Eurostat, el PIB del segundo trimestre cayó un 13,8%, sólo superado por España (18,5%) y Portugal (14,1%). El promedio de caída de la Unión Europea es del 11,9%. Las “periferias”, claramente, suelen ser las que relativamente se ven más afectadas. América Latina es hoy en día el principal foco de la pandemia. En México, tercer país con mayores muertes a nivel global, el PIB cayó un 17,3% en el segundo trimestre. Según las proyecciones de la CEPAL, en México la actividad económica caería 9%, en Brasil 9,2% y en Argentina estaría en valores similares: 10,5%. Los impactos económicos serán generalizados. Sin embargo, es fundamental valorar todo lo que se ha hecho en nuestro país para tratar de que el sistema sanitario esté en condiciones de seguir dando respuestas, como ha ocurrido hasta ahora. Es importante también seguir ampliando el margen de acción y los recursos públicos para poder hacerlo de la mejor manera. La capacidad de respuesta de los países centrales es muy elevada. La semana pasada comenté acerca de la aprobación en Europa de un paquete de 750 mil millones de euros para apoyar la recuperación entre 2021 y 2023, financiado con la emisión de un bono conjunto. Además, se acordó tratar la puesta en marcha de nuevas formas de obtención de recursos fiscales. Entre ellos, un tributo sobre los residuos plásticos no reciclados, un impuesto digital, y uno sobre las transacciones financieras. Estados Unidos ha implementado un paquete fiscal cercano a los 3 billones de dólares, un 14% del PIB. Esto no ha impedido la caída de la economía, en medio de ciertas restricciones, pero ha tratado de atenuar los impactos en las familias y las empresas (sin considerar los sectores que no están formalizados, que tienen limitaciones para acceder a las ayudas). En la región los márgenes de maniobra son muchísimo más acotados y se parte de una situación de fragilidad estructural. Según el último informe de Oxfam, todos los países aplicaron estímulos de diverso grado, que en conjunto llegan al 2,7% del PIB. Ninguna semejanza con lo que ocurre en los Estados desarrollados. Los países de América Latina no emiten moneda convertible internacionalmente, como sí lo hacen Estados Unidos y la Eurozona, y si bien es posible en algunos casos acudir a los mercados financieros, no hay que perder de vista que las cargas pesarán sobre las generaciones futuras. Por eso, en el actual contexto, una alternativa concreta de corto plazo proviene del componente redistributivo que aporta la vía fiscal. Hay que partir de la base de que los sectores más ricos no se ven tan expuestos a las consecuencias de la pandemia, e incluso en la actual coyuntura hay grandes empresas que incrementaron fuertemente sus ganancias desde principios de año. Oxfam sostiene que en la región, “mientras que todos los demás están viviendo con órdenes de confinamiento, tratando de sobrevivir y con el temor de enfermarse, los milmillonarios latinoamericanos ven como su patrimonio y privilegios van generando más de 413 millones de dólares diarios desde el principio de la pandemia”. En línea con muchos de los planteos que se escuchan a escala global, Oxfam propone reformas fiscales de urgencia. Entre ellas un impuesto a los resultados extraordinarios que han obtenido algunas de las grandes corporaciones durante la pandemia. En este caso, es “recuperar una iniciativa que ya estuvo en marcha en tiempos de guerra en Estados Unidos, Reino Unido o incluso en España. Un impuesto a los resultados extraordinarios por efecto de la pandemia, que grave al 95 % solamente el tramo de utilidades o resultados enteramente consecuencia de esta crisis”. También refiere a la necesidad de aplicar un impuesto a las grandes fortunas y patrimonios, que podría ser “un mecanismo impositivo de urgencia y solidaridad aplicable durante varios años o por una sola vez, como ya se está avanzando en Argentina”. Una mención que no hay que pasar por alto. Como ocurre en toda la región, nuestro país atraviesa una crisis económica agravada por la pandemia y se requieren decisiones importantes. En la semana se avanzó en la Cámara de Diputados con el tratamiento de la ampliación presupuestaria para lo que resta del año. En el informe de la situación fiscal que preparó el Ejecutivo se muestra el frágil punto de partida, y el impacto que hasta el momento

Economia, Nacionales, Portada

Vicentin: No toquen la propiedad robada

Fuente: Raúl Dellatorre | Página/12 Fecha: 1 de agosto de 2020 Mauricio Macri y Sergio Nardelli, cuando se mostraban juntos en público.  Más que la expropiación, lo que provoca rechazo es todo mecanismo por el cual el Estado pueda recuperar control sobre el comercio exterior de granos.  Diez empresas cerealeras concentran el 91 por ciento de las exportaciones de granos, legumbres, harinas y aceites vegetales del país. De las diez, seis son extranjeras, y reúnen el 63% del volumen exportado. Las cuatro de origen local –tres de ellas, en una medida importante ya transnacionalizadas– suman el 28%. Controlan un comercio que representa, en conjunto, el 45 por ciento de las divisas que ingresan al país por exportaciones, según las estadísticas del año 2019: unos 29 mil millones de dólares anuales, sobre ventas totales al exterior por 65.115 millones.  Tal como lo describe Claudio Lozano, director del Banco Nación, en su trabajo «La importancia de Vicentin» (IPyPP, de esta semana), desde hace más de cuatro décadas, el Estado nacional perdió prácticamente todo control sobre estas operaciones, desde que dejó de existir la Junta Nacional de Granos, se privatizaron los puertos por los que se embarcan esos productos, desapareció la flota mercante estatal (ELMA) e incluso se cedió el control del transporte ferroviario de cargas. Como consecuencia de todo ello, el Estado también perdió el control sobre la oferta de divisas que genera la exportación en este rubro que, como fue dicho, concentra el 45% de las ventas al exterior. Que podrían ser más, si se ajustaran algunas irregularidades.   Vicentin es una de esas cuatro empresas locales, la más importante entre ellas. La sexta entre las diez primeras en volumen exportado. Lo que genera resistencia no es la expropiación, sino que el Estado intervenga, aunque más no fuera como testigo, en esa multimillonaria fuente de dólares.  El bloque exportador de cereales ha tenido en la Argentina un nivel de intervención política inversamente proporcional a su exposición pública. Por eso el caso Vicentin les duele tanto, porque los expuso en las facetas que menos hubieran querido mostrar. Ya en el conflicto por las retenciones en 2008 tuvo un papel central pero no protagónico en la disputa más desestabilizante contra el gobierno kirchnerista. Las grandes exportadoras empujaron a las rutas a dirigentes rurales, a la Mesa de Enlace, tuvieron la televisión y los grandes medios nacionales a disposición para pelear contra un impuesto a su actividad, la exportación de granos, con precios extraordinarios de los que sacaban la mejor tajada. Pero no salían en pantalla, dirigían desde las sombras. Todos recuerdan las alocuciones del «melli» Alfredo De Angeli. Nadie puede saber ni siquiera el nombre de un solo CEO de una cerealera, y muy pocos mencionar cuáles eran estas cerealeras. El bloque exportador ganó el combate sin subir al ring. Esta vez, quisieron repetir lo mismo. En su mirada, el final perfecto para Vicentin hubiera sido, después de la devastación que produjo hacia el fin de la etapa macrista (julio a diciembre de 2019), que liquidara sus pertenencias en el negocio a favor de un comprador que no saliera del núcleo de los «big ten» del sector. Quienes estaban anotados en la carrera, se dijo, eran Cargill, un grupo vinculado a Louis Dreyfus (LDC en el ranking argentino) y la suiza Glencore (opera en Argentina a través de Oleaginosa Moreno). Tres de las seis extranjeras del cuadro principal de exportadores de granos y derivados.  El decreto de intervención con promesa de expropiación, presentado el 8 de junio, tenía como objetivo primario abortar esa operación a favor de una transnacional, también se dijo. Si así fuera, podría decirse que tuvo éxito. Ayer, ese mismo decreto dejó de existir. Si el propósito era más ambicioso, el de crear una empresa nacional exportadora testigo en el mercado de granos, que le diera transparencia operando con una lógica diferente a la de las grandes expoortadoras, el mismo aparece como postergado. Como mínimo. Delitos El holding Vicentin está acusado de triangulación en el comercio exterior en perjuicio del fisco (si es que declara exportaciones por debajo de los valores reales de la operación). Si así fuera, también estaría defraudando a los productores, a quienes le descuenta una retención que luego no depositaría en su totalidad en Aduanas si declarara menos volumen del que realmente carga en los puertos de su propiedad.  También se le señala haber desnacionalizado activos al trasladar su propiedad a un holding mellizo formado en Uruguay por los mismos accionistas, Vicentin Family Group, sacándolos del alcance no sólo del fisco argentino sino de las demandas de los acreedores de Vicentin SAIC.  Y hasta se la sospecha de declarar la compra de soja a Paraguay y reexportarla desde puertos argentinos, como una supuesta simulación de venta de soja argentina que sale de los puertos propios como de origen paraguayo. Como mercadería en tránsito, no estarían sujetas a gravémenes. Tambíén se acusa a sus directivos de haber transferido bienes inmuebles a partir de febrero de este año en favor de hijos y otros parientes o allegados, como donación o a preso simbólico, para eludir eventuales embargos sobre sus bienes. Todo lo dicho no es producto de rumores: son hechos que figuran en distintas denuncias presentadas ante tribunales internacionales o locales, por bancos extranjeros o la propia Inspección de Justicia de Santa Fe, que ya fueron incorporadas al expediente principal de la convocatoria de acreedores.  Las denuncias en tirbunales del distrito sur de Nueva York fueron promovidas por seis bancos extranjeros, que señalan textualmente «haber sido víctimas de la mayor estafa internacional por parte de Vicentin SAIC. Señalan que la firma les mintió sobre su situación patrimonial «a través de documentación contable falsa», y que «está siendo vaciada transmitiendo sus activos a otras empresas controladas por el mismo grupo Vicentin». El procedimiento de Discovery solicitado en la justicia estadounidense tiene el objeto de detectar activos y operaciones en el exterior que podrían estar detrás de esas transferencias. Los bancos describen que Vicentin SAIC realizó un conjunto de conductas para defraudarlos. Consultado,

Nacionales, Politica, Portada

¿La derecha local no tolera el pluralismo?

Fuente: Ricardo Aronskind* | La Tecl@ Eñe Fecha: 1° de agosto de 2020 Ricardo Aronskind sostiene en este artículo que transcurridos ocho meses de gestión del gobierno del Frente de Todos en un contexto anómalo marcado por la pandemia del Covid-19, corresponde hacer una reflexión sobre el nocivo comportamiento de la derecha local para entender cómo deberemos afrontar los próximos desafíos de gobernabilidad. Después de 8 meses de gestión del gobierno del Frente de Todos encabezado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, en un contexto totalmente anómalo marcado por una peligrosa pandemia, corresponde hacer una reflexión sobre el nocivo comportamiento de la derecha local, no sólo por la ya transcurrido, sino por cómo deberemos afrontar los próximos desafíos de gobernabilidad. La conformación de la actual derecha política argentina: Una rápida revisión de la historia de las últimas dos décadas nos muestra una trayectoria precisa del espacio de la derecha política. La construcción del espacio Cambiemos fue una operación de marketing político, que expresó las fuerzas que confluyeron al calor del conflicto acaudillado por el “campo” contra el gobierno kirchnerista por la Resolución Nº 125. Tanto en las movilizaciones de ese conflicto, como en las sucesivas marchas de furiosos por el dólar, por Nisman y otras, se pudo observar la construcción de un espacio que era cómodamente conducido desde los principales medios y las redes sociales, irreductiblemente enemigo del gobierno kirchnerista. En ese espacio donde no falta gente capaz, se destacó, insólitamente, la figura de Mauricio Macri, lo que ya da un indicio de la baja eticidad de toda esa construcción política. Cambiemos fue en buena medida un engaño político-electoral, con un componente muy intenso de trabajo publicitario, que fingió una pluralidad, moderación y ecuanimidad que desaparecieron al instante de ingresar en la Casa Rosada: “Dejar lo bueno y cambiar lo malo”. Sin esa “pluralidad” no hubieran podido atrapar diversos sectores de votantes, pero la pluralidad era para ganar elecciones, no para gobernar. Llegaba al Estado el poder económico real. Lo predicado en campaña era puro palabrerío “para la gilada”. Lo hecho en materia económica e institucional durante el gobierno macrista es una demostración, para todo aquel que quiera verlo, de la impostura de su proclamado republicanismo y legalismo. Desde la manipulación del Poder Judicial y la neutralización de los órganos de control del Estado, hasta el acuerdo con el FMI, todo fue ilegal, pero no importaba. Así fueron también los negocios irregulares que se vienen conociendo entre el gobierno macrista y testaferros empresariales del grupo. Todo cubierto por un montaje completo de manipulación sistemática de la opinión pública. Desde el gobierno, el espacio se dedicó a cumplir su función política primordial: tratar de destruir política y humanamente al kirchnerismo y rediseñar el mapa político argentino al gusto de las corporaciones, tratando de construir un sistema bipartidista con dos formaciones políticas que aparentaran ser diferentes, pero que coincidieran en el sostenimiento del neoliberalismo. Lo explicitó Macri en Davos en 2016, mientras le levantaba el brazo a Massa. Fue tan mala la gestión, tan grosera la repartija de negocios entre las fracciones corporativas que sostenían al gobierno, sin la menor preocupación por realizar una política económica sostenible, que la caída de la actividad fue estrepitosa y a pesar de la intervención norteamericana para salvar al macrismo vía FMI, la derrota fue imparable. La derecha otra vez en la oposición: Ya desde el llano, los objetivos, el núcleo duro de las orientaciones del espacio siguen siendo los mismos: resguardar los negocios para las corporaciones, impulsar el desplazamiento hacia la marginalidad de todo lo que huela a intereses nacionales y necesidades populares, y promover la completa subordinación política y diplomática a las potencias occidentales. Todo el resto de temas de agenda política es de menor importancia, por lo que se tolera en ese amplio espacio a gente que piense en forma diferente. Para el núcleo dirigente del espacio, ni siquiera el liberalismo político es real, sino más bien un recurso discursivo de ocasión. Como oposición los comportamientos hablan por sí solos: obstruccionismo, irresponsabilidad, boicot a acciones públicas necesarias, mala fe. Hasta los vitales cuidados por la cuarentena sufren el hostigamiento mediático, de sus comunicadores y de sus líderes más extremistas, y el boicot solapado de los “moderados”. Ejemplos de este oposicionismo irresponsable hay cientos: las reacciones frente al intento de aliviar la situación de la pandemia en las cárceles, tergiversado para producir un cacerolazo; las reacciones frente a la monumental estafa de Vicentin, tratando de defender a los estafadores; las reacciones frente al espionaje realizado por el gobierno macrista a diversos sectores, disimulando los evidentes delitos; las reacciones y el comunicado salvaje frente al asesinato del ex secretario personal de Cristina Fernández; las nulas reacciones frente a las declaraciones secesionistas de Cornejo, Presidente de la UCR; las reacciones obstruccionistas frente al intento de Alberto Fernández de adecentar un poco al impresentable Poder Judicial; las reacciones frente a la negociación externa con los fondos de inversión, apoyando sistemáticamente la posición de los acreedores externos; las reacciones de rechazo a un mínimo impuesto de emergencia sanitaria a las grandes fortunas… Esos posicionamientos públicos son acompañados por una masiva campaña de denostación mediática hacia el Presidente, la Vicepresidente, el Frente de Todos y todas y cada una de sus medidas. A eso se agrega el recurrente llamado a cacerolazos siempre a favor del poder concentrado y agitando los fantasmas que caracterizan la agenda de la derecha: el miedo a los pobres, al Estado, la hostilidad al sindicalismo, la defensa de los propietarios hagan lo que hagan, y del aparato de desinformación de la derecha. La difusión de rumores alarmistas es parte de los ingredientes de la campaña opositora, junto con el uso intensivo de información falsa que apunta a mantener a sus fieles en un estado de indignación furiosa. Por todo lo mencionado, que no agota todos los recursos utilizados, parece que el objetivo de esta derecha no es realizar una oposición democrática y acumular méritos ante la opinión pública para retornar al gobierno dentro de poco más de

Scroll al inicio