2017

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¿Cui bono?

Fuente: Uri Avneri | Gush Shalom Fecha: 15 de ABRIL 2017 Cui Bono —«quién se beneficia»— es la primera pregunta que un detective experimentado hace al investigar un crimen. Desde que fui detective durante un corto tiempo en mi juventud, sé el significado. A menudo, la primera y obvia sospecha es falsa. Te preguntas «¿cui bono?», y otro sospechoso, en quien no pensaste, aparece. Desde hace dos semanas la pregunta me da vueltas por la cabeza. No me abandona. En Siria, se ha cometido un terrible crimen de guerra. La población civil en un pueblo rebelde llamado Idlib fue golpeado con gas venenoso. Decenas de civiles, entre ellos niños, tuvieron una muerte miserable. ¿Quién podría hacer semejante cosa? La respuesta era obvia: Bashar al-Assad, ese terrible dictador. ¿Quién sino él? Y así, en minutos (literalmente) el New York Times y un buen número de excelentes periódicos de todo Occidente proclamaron sin titubear: ¡Assad lo hizo! No se necesitan pruebas. Ninguna investigación. Es evidente. Assad, desde ya. En cuestión de minutos, todo el mundo lo supo. Una tormenta de indignación atravesó el mundo occidental. ¡Debe ser castigado! El pobre Donald Trump, que ni idea tiene, sucumbió a las presiones y ordenó de inmediato un ataque de misiles sin sentido a un aeródromo sirio, después de haber predicado durante años que los Estados Unidos no debían bajo ninguna circunstancia involucrarse en Siria. De repente, se desdijo. Sólo para darle una lección a ese bastardo. Y para mostrarle al mundo lo que él-él-él hombre, él, Trump realmente es. La operación fue un éxito inmenso. Durante la noche, el Trump despreciado se convirtió en un héroe nacional. Incluso los liberales lo reverenciaron. Pero después de todo, la pregunta siguió sacudiendo mi cabeza. ¿Por qué lo hizo Assad? ¿Qué tenía para ganar? La respuesta es simple: nada. Absolutamente nada. (En árabe «Assad» significa «león», y a pesar de lo que los expertos y estados de occidente creen, el énfasis está en la primera sílaba Con la ayuda de Rusia, Irán y Hezbolá, Assad está ganando, lentamente, la guerra civil que viene golpeando a Siria desde hace años. Domina casi todas las ciudades importantes que constituyen el corazón de Siria. Tiene suficientes armas para matar a tantos enemigos civiles como su corazón desee. Entonces, ¿Por Dios, por qué habría de usar gas para matar algunas decenas más de enemigos? ¿Por qué despertar la ira de todo el mundo, invitando a una intervención norteamericana? No hay manera de llegar a otra conclusión: Assad no obtuvo ningún beneficio del detestable operativo. En la lista de «beneficiarios», está en el último puesto. Assad es un dictador cínico, incluso cruel, pero está muy lejos de ser un tonto. Fue adiestrado por su padre Hafez al-Assad quien fuera su antecesor y también dictador durante mucho más tiempo que el mismo Bashar. Aún si pensásemos que fuera tonto, tiene como asesores a algunas de las personas más hábiles del planeta: el ruso Vladimir Putin, Hassan Rouhani de Irán y Hassan Nasrallah de Hezbolá. Entonces ¿quién tenía algo para ganar? Bueno, por lo menos una media docena de sectas y milicias sirias que luchan contra Assad y se enfrentan en la loca guerra civil. También sus aliados árabes suníes, los saudíes y otros jeques del Golfo. E Israel, sin dudas. Todos ellos tienen interés en incitar al mundo civilizado contra al dictador sirio. Simple lógica. Una acción militar debe tener un objetivo político. Como lo aseguró el famoso Carl von Clausewitz hace 200 años: la guerra es la continuación de la política por otros medios. Los dos principales contendientes en la guerra civil siria son el régimen de Assad y Daesh (ISIS o Estado islámico). Y entonces ¿cuál es el objetivo de los EE.UU.? Suena como una broma: Estados Unidos quiere destruir ambos lados. Otra broma: primero quiere destruir a Daesh, por lo tanto bombardea a Assad. La destrucción de Daesh es sumamente deseable. Existen en el mundo pocos grupos tan detestables. Pero Daesh es una idea, más que una simple organización. La destrucción del Estado Islámico dispersaría a miles de devotos asesinos por todo el mundo. (Curiosamente, los asesinos originales, hace unos 900 años, eran fanáticos musulmanes muy similares a los de Daesh ahora.) Los socios de Estados Unidos en Siria hoy inspiran lástima y están casi vencidos. No tienen la más mínima posibilidad de éxito. Hacer daño a Assad ahora significa prolongar una guerra civil que ahora tiene menos sentido que antes. Para mí, como periodista profesional de larga experiencia, el aspecto más deprimente de todo este asunto es la influencia de los medios de comunicación estadounidenses y occidentales en general. Leo regularmente el New York Times y lo admiro. Sin embargo, destrozó todos sus estándares profesionales publicando una verdad revelada, sin verificación alguna. Después de todo, tal vez Assad sea culpable. Pero, ¿y la evidencia? ¿Quién investigó y cuáles fueron los resultados? Peor aún, la «noticia» inmediatamente se convirtió en una verdad mundial. Millones la repiten sin reflexionar, como que el sol sale por el este y se pone por el oeste. Es muy deprimente que nadie pregunte, que nadie pida una prueba. Pero volvamos al dictador. ¿Por qué Siria necesita un dictador? ¿Por qué no es una bella democracia al estilo estadounidense? ¿Por qué no acepta con gratitud el «cambio de régimen» diseñado por Estados Unidos? La dictadura siria no es un fenómeno accidental. Tiene raíces muy concretas. Siria fue creada por Francia después de la Primera Guerra Mundial. Más tarde una parte de se separó y se convirtió en el Líbano. Ambas son creaciones artificiales. Dudo que aún existan auténticos «sirios» y verdaderos «libaneses». El Líbano es un país montañoso, ideal para pequeñas sectas que necesitan defenderse. A través de los siglos, muchas pequeñas sectas encontraron refugio allí. Como resultado, el Líbano está lleno de sectas que desconfían entre sí: musulmanes sunitas, musulmanes chiítas, cristianos maronitas, muchas otras sectas cristianas, drusos y kurdos. Siria es casi lo mismo, con la mayoría de las mismas sectas, sumado a

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¿De verdad quiere usted salvar vidas humanas?

Fuente: Por Jorge Majfud* | Página 12 Fecha: 14 de ABRIL 2017 Señor, presidente, ¿por qué comenzó usted tan temprano? ¿Cuál es la urgencia? Sí, ya sabemos, la edad y todo eso, pero ¿no era que iba a hacer las cosas diferente? No, no me refiero solo a Siria. El mes pasado su ejército bombardeó Mosul y murieron casi doscientas personas. El mundo apenas se conmovió, pero muchos niños murieron en ese ataque. Sí, ya sé que ustedes no tenían intención de matar ningún niño inocente. Tal vez su colega, ese otro enamorado del poder que preside Siria tampoco quería matar niños. Será malo pero no tan estúpido. Su objetivo era el mismo que el de ustedes: los terroristas del Estado Islámico. Pero a ellos (si fueron ellos, claro) no les importó que entre las cincuenta o sesenta víctimas hubiesen niños, como no les importó a ustedes en Mosul. ¿Sabía que los pobres también tienen niños? Hasta en la base militar que acaba usted de bombardear en Siria murieron niños. Cierto, no tantos, y probablemente eran hijos de militares. Pero niños al fin, ¿no? Su portavoz ha dicho que ni Hitler usó armas químicas como el dictador de Siria. Eran las preferidas de Churchill, ¿recuerda? No, no lo sabe. Supongo que al menos sabrá que ustedes las usaron sistemáticamente en Vietnam, por mencionar un solo caso. ¿No? El famoso Agente Naranja no se llamó así por el color de su pelo. No murieron cincuenta ni cien personas. Probablemente murieron un millón de personas y otro millón nació y sigue naciendo con malformaciones. Bueno, supongamos que los malditos profesores exageran las cifras. Digamos que solo murieron mil o dos mil, para no ofender a nadie. ¿Pero usted? ¿No era que iba a hacer las cosas diferentes? No, yo no. No soy tan ingenuo. Yo no le creo a ningún político, ni al más malo. Es un defecto que me quedó de la dictadura militar en la que crecí. Lo sé, lo sé. Todos dicen lo mismo antes de ganar las elecciones. Pero uno tampoco puede dejar de anotarlo. Faltaba más, que además de acusarnos de radicales peligrosos por usar palabras y no armas ni dinero, además nos dedicáramos al silencio cómplice. No hace mucho, usted dijo que la guerra en Irak había sido producto de mentiras. Cuando nosotros lo dijimos antes de que se lanzara esa aventurita, resulta que éramos infantiles, poetas desvinculados de la realidad. Claro, porque un billonario como usted sí sabe lo qué es la realidad… Luego, como siempre, la verdad se supo cuando ya no importaba. Ahora que es prácticamente imposible ocultar la verdad, la solución es que no importe en ningún momento. Vayamos a lo que importa. ¿Es usted realmente honesto sobre sus intenciones de salvar vidas alrededor del mundo, vidas de inocentes como conmovedoramente dijo antes de bombardear Siria? ¿De verdad? Por favor, dígamelo con la mano en el pecho. ¿Sí? Bueno, ¿entonces, por qué no bombardea el mundo con alimentos, con medicinas, con libros, en lugar de arrojar doscientos millones de dólares diarios solo en bombas, como se ha venido haciendo desde hace ya muchos años? De esa forma ahorrará usted millones. Millones de vidas y millones de dólares. Claro, la seguridad nacional y todo eso. Siempre habrá gente que insista en lo mismo. No le conviene a la seguridad nacional alimentar a los enemigos. Los que gritan este tipo de obviedades son los mismos que han creado gran parte del problema, sino todo el problema. Pero considere por un segundo que los enemigos se crean por millones cada vez que una bomba que cuesta un millón de dólares cae sobre un grupo de casas que no llegan siquiera a la cuarta parte de ese valor, cargada de buenas intenciones pero matando inocentes como resultado tradicional e inevitable. ¿Qué libertades perdieron ustedes cuando fueron derrotados en Vietnam, aparte de millones de dólares y millones de vidas humanas? ¿O el mundo está mejor hoy que antes de la invasión a Irak? ¿Estamos mejor luego de trillones de dólares invertidos en guerras que han dejado millones de muertos? ¿Está usted mejor? ¿Se siente usted hoy más seguro que antes? Qué pregunta tonta, ¿no? Tal vez usted sí, pero no el resto. Entonces ¿es por eso que usted también insiste con un método tan absurdo? Claro, hay que vender, la economía debe ser reactivada, debe crecer sin pausa o todo se va al diablo. ¿Pero qué es lo que se iría al diablo? ¿Los buenos negocios? Sí, obvio, la muerte es un gran negocio desde hace siglos. Pero es probable que la vida sea un mejor negocio, no a corto plazo, sino a largo plazo. Imagine todos esos miserables sobreviviendo en esos países tan horribles que ustedes suelen bombardear de vez en cuando, en lugar de hambrientos y moribundos tendrían algo de dinero para comprar sus cachivaches. Es más, muchos de ellos ni vendrían a joder a estos países tan pulcros y bien organizados y muchos menos tendrían el concepto que tienen de ustedes, los salvaguardas de la libertad y la civilización. ¿No sabe usted que en toda sociedad, en toda la historia, la tercera ley de Newton se aplica mejor que a los cuerpos inertes? ¿Cómo? ¿Que le gustaron las dos últimas palabras? ¿Pero, en serio, se acuerda de la tercera ley de Newton? Toda acción produce una reacción. Usted no puede jugar al ta-te-ti sin siquiera considerar que el otro también juega. Usted no puede orinar sobre México y pensar que los mexicanos lo van a recibir como agua bendita. Lo mismo cuando cree que ganar significa aplastar o marginar a otros seres humanos. Eso que usted confunde con la competencia, como buen zar de los negocios. ¿Cuál es la próxima aventura, Sr. Presidente? ¿Asia? ¿África? ¿América latina? ¿Los hielos antes eternos del Ártico y del Antártico? Porque de eso estamos seguros, Sr. Presidente. Habrá muchas otras nuevas aventuras y muchos más muertos. No, no, sus hijos no. Bueno, no creo. Los hijos de

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Los sueños de Ana Frank

Fuente: Débora Mundani* | Página 12 Fecha: 12 de ABRIL 2017 *** El lunes 27 de marzo el Ministro de Educación, Esteban Bullrich, y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, firmaron con el titular de la Casa de Ana Frank, Ronald Leopold, un convenio dirigido a mantener “una relación de cooperación, coordinación e intercambio recíproco para divulgar el legado de Ana Frank” en las escuelas argentinas con el propósito de “afianzar el diálogo y fomentar la tolerancia entre los jóvenes”. En aquel momento, el ministro se pronunció de un modo que distintos medios de comunicación y también en redes sociales fue calificado como “increíble”, “desafortunado” y “repudiable”. El Ministro dijo: “Ana Frank es un símbolo muy importante, especialmente trabajando en Educación. Ella tenía sueños, sabía lo que quería, escribía sobre lo que quería y esos sueños quedaron truncos, en gran parte por una dirigencia que no fue capaz de unir y llevar paz a un mundo que promovía la intolerancia”. Mucho se ha dicho y escrito sobre su pronunciamiento frente al nazismo: una dirigencia incapaz de unir y llevar paz a un mundo que promovía la intolerancia. Pero qué hay del modo en que se refiere a Ana Frank. *** Pocos años después de finalizada la segunda guerra mundial, Adorno y Horkheimer publican desde el exilio su crítica a la razón instrumental en Dialéctica del iluminismo. La racionalidad técnica, promesa que la modernidad traía consigo en forma de progreso, era la racionalidad del dominio que después de Auschwitz, no quedaban dudas, se extendía del dominio de la naturaleza al de los sujetos. Uno de los conceptos clave que introducen estos autores es el de industria cultural. En singular. No las industrias culturales que hoy en todas las sociedades, al menos en Occidente, tienen sus propias áreas dentro de los ministerios, sino industria cultural a secas. Los autores planteaban que la civilización concedía a todo un aire de semejanza. Su aporte principal era pensar el universo cultural a través del proceso de mercantilización. Sano es aquello que se repite, el ciclo tanto en la naturaleza como en la industria. Pero la repetición no es gratuita para quien la acepta porque es esa constante repetición de lo mismo lo que regula la relación con el pasado. Lo nuevo, aquello que aún no ha sido experimentado, es descartado como riesgo inútil. (Adorno y Horkheimer en aquel tiempo no llegaron a visualizar que en algún momento el riesgo de lo nuevo también tomaría la lógica de la mercantilización, como hoy lo confirman distintos fenómenos culturales). Así, las sociedades contemporáneas nos acostumbramos al ritmo de la producción y reproducción mecánica. Nos sentimos cómodos con aquello que reconocemos. Estereotipo, formato y género nos proveen esa cuota de tranquilidad de cada día. *** “Ana Frank es un símbolo muy importante, especialmente trabajando en Educación”, dijo el Ministro que junto al presidente nos han prometido una revolución de la educación que, a la luz del conflicto docente, parece ser solo una promesa de campaña. ¿Símbolo de qué es Ana Frank? ¿Desde dónde abordarlo en los programas educativos si los hechos se han borrado? Si no hay historia ni contexto, Ana Frank más que símbolo del Holocausto es un mito, entendido como un habla despolitizada. Al pasar de la historia a la naturaleza, el mito efectúa una economía: consigue abolir la complejidad de los actos humanos, les otorga la simplicidad de las esencias, suprime la dialéctica, cualquier superación que vaya más allá de lo visible inmediato, organiza un mundo sin contradicciones puesto que no tiene profundidad, un mundo desplegado en la evidencia, funda una claridad feliz: las cosas parecen significar por sí mismas, sostenía Barthes. A fines del año pasado, Alejandro Rozitchner, asesor del presidente y coach de talleres de entusiasmo, se preguntaba: “¿Cómo hacemos [para] que la educación les sirva a los chicos? ¿Cómo hacemos para que la educación les dé a los chicos algo que los haga más felices, capaces y productivos?” En aquel video que se viralizó en redes sociales el asesor presidencial insistía en la “necesidad de dejar de criticar la sociedad y señalar sus defectos sino desarrollar la capacidad creativa, la invención, la comprensión, el deseo, las ganas”. Desde su punto de vista, el pensamiento crítico es una locura que aqueja a nuestro país y que si bien es un aspecto del pensamiento, es un aspecto negativo. Hannah Arendt, quien seguramente también pensaba que Ana Frank era un símbolo muy importante, concretamente del genocidio perpetrado por el nazismo, hacía una diferenciación entre conocer y pensar. El conocimiento implica acumular teorías, ideas y saberes, como así también, resolver cuestiones de tipo técnico. Sin embargo, el pensamiento es aquel diálogo continuo y profundo con uno mismo en soledad. Una idea que Arendt toma de Sócrates. Esta reflexión, desde ya, es crítica e implica pensar sobre nuestras acciones y, a la vez, sobre la ejemplaridad de estas acciones, requiere de empatía, esto es, ponerse en el lugar del otro. Este diálogo interior es el que fortalece nuestra conciencia y hace difícil que podamos olvidar. Una relación de ida y vuelta porque al dificultar el olvido de aquello que vemos y hacemos, el diálogo interior fortalece nuestra conciencia. Sin pensamiento, sin diálogo interior, no hay reflexión crítica, por lo tanto, no somos responsables ni de lo que vemos ni mucho menos de lo que hacemos. Entonces, ¿cómo trabajar el legado de Ana Frank en las escuelas? *** “Ella tenía sueños, sabía lo que quería, escribía sobre lo que quería y esos sueños quedaron truncos”, expresó el Ministro de Educación. Si algo parecen tener en común todos los jóvenes es su condición de incomprendidos, al menos esa es la realidad que nos presenta la industria cultural. Juventud, rebeldía, incomprensión, sueños. Palabras que forman parte de un universo significante. Los motivos que impiden concretarlos pueden ser muchos. Una dirigencia que no sabe unir ni llevar paz a un mundo que promueve la intolerancia. O un cáncer terminal, como le sucede a la protagonista de Bajo una misma estrella,

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Sobre el presunto “encubrimiento” del atentado a la AMIA por Cristina Fernández de Kirchner y otros

Fuente: David Iud* | Convergencia Fecha: ABR 2017 Cómo es sabido, el Fiscal de la Unidad especial AMIA, Alberto Nisman, el 14 de enero de 2015 denunció por encubrimiento del atentado a Cristina Fernández de Kirchner, su entonces canciller Héctor Timerman y un grupo de cinco personas, un par de ellas muy notorias políticamente. El eje de la denuncia es que la firma del “Memorándum de Entendimiento” con Irán (el ex-Canciller Timerman y su entonces par iraní lo firmaron en Addis Abeba, capital de Etiopía, el 27/1/2013) era solo una especie de “pantalla” para encubrir a los imputados iraníes como autores del atentado. Imputó los delitos previstos en tres artículos del Código Penal: 241 inc. 2; 248 y 277 incs. 1 y 3. Este último, es el del encubrimiento. La denuncia dice que “una de las vías para lograr la impunidad”, fue la “elaboración, negociación, concreción y consumación del acuerdo firmado con la República Islámica de Irán”. Lo central del Memorándum era que se establecía un procedimiento para tomar declaración a los imputados de nacionalidad iraní, personas notorias, relevantes en su país que, es claro, nunca se han sometido a la justicia argentina. El tema que propongo analizar, no es el Memorándum en sí, su contenido, ni los hechos que se desencadenaron después de esta denuncia, la muerte del fiscal cuatro días después de la presentación de la denuncia, hecho que todavía se discute en la justicia, si fue suicidio u homicidio. Lo que propongo analizar es si la “elaboración y negociación” (palabras de la denuncia) por el Poder Ejecutivo Nacional de un tratado internacional, podría constituir delito. Hay otras dos palabras que utiliza el fiscal denunciante, “concretar y consumar”. Consumar, según el Diccionario de la Real Academia Española 22º Edición Tº 1 pg. 634 es “llevar a cabo totalmente algo”. Como es sabido, este tratado no fue llevado a cabo totalmente. En primer lugar porque no está claro si la República Islámica de Irán ejecutó o no los procedimientos que de acuerdo a su Constitución darían plena validez al tratado El Parlamento Argentino si lo hizo, sancionó la Ley correspondiente Nº 26.843. Esa ley fue declarada inconstitucional en Cámara, el gobierno (de Cristina Kirchner) apeló ante la Corte y pocos días después de asumir Macri, su gobierno desistió de la apelación, con lo cual la inconstitucionalidad quedó firme. Por lo expuesto, está claro que no hay consumación alguna, y menos aún podía haberla cuando el fiscal presentó su denuncia. El fiscal habla en su denuncia de una “consumación” que ni existía entonces ni existió después. Es notorio que el tratado no se ejecutó, que los imputados no declararon, que ningún funcionario judicial argentino viajó a Irán para tomarles declaración. En cuanto a la otra palabra utilizada por el fiscal denunciante, “concretar” de la misma fuente (Diccionario RAE, en este caso, pg. 615), ninguna de las cuatro acepciones que el diccionario da para la palabra “concretar” es aplicable a la comisión de un delito como el denunciado. Lo central es que el fiscal denunciante le imputa a Cristina Fernández de Kirchner tres conductas que constituyen delito: 1) Dictar órdenes contrarias a las leyes o la Constitución (Art. 248 del Código Penal), impedir o estorbar a un funcionario público el cumplimiento de sus funciones (Art. 241 inc. 2) y ayudar a alguien a eludir las investigaciones (Art. 277 CP inc. 1) agravado, por ser ella la Presidenta de la Nación (inc. 3 del mismo artículo) Se ha escrito mucho sobre la imposibilidad de ver en el establecimiento de un procedimiento para que el juicio avance, una maniobra para eludir la justicia. Si eso no existe, la acusación de encubrimiento, Art. 277 CP, cae y lo mismo pasa con la acusación de estorbar a un funcionario público el cumplimiento de su deber. Los “estorbados” serían todos los funcionarios a cargo del esclarecimiento del atentado, empezando por el propio Nisman. El “estorbo” es el encubrimiento, por eso, si cae la acusación de encubrimiento, cae también la acusación del Art. 241 inc. 2. Pero eso no es el objeto de este trabajo. Como el tratado no fue ni “consumado” ni “concretado”, lo que queda en pié es lo que efectivamente fue hecho, elaborar y negociar. ¿Podrían esas dos conductas encuadrarse en el delito previsto por Art. 248 del Código Penal que invoca el fiscal denunciante, dar órdenes contrarias a la Constitución? Veamos. Dice la Constitución nacional, Art. 99 inc. 11 que el Presidente “Concluye y firma tratados”, y “otras negociaciones” con “las naciones extranjeras”. De manera que, la Presidenta tenía las facultades para hacer lo que hizo en esta materia y difícilmente podría sostenerse la acusación basada en ese Art. 248 del Código Penal. Pero hay otro aspecto de este asunto en el que me quiero concentrar: cuando uno de los poderes del estado ejerce las facultades que la Constitución le atribuye, ese acto de ejercicio no es justiciable. Lo que estoy diciendo, no es algo que se me haya ocurrido a mí, sino la esencia de una conocida doctrina jurídica, la “Doctrina de los Actos Políticos no Justiciables”, que tuvo origen en un célebre fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos, “Marbury vs. Madison”, del año 1801. Marbury había sido nombrado Juez Federal, en momentos en que los Estados Unidos vivían el primer cambio de gobierno que simultáneamente era también cambio de partido gobernante. El partido de los fundadores de la Nación, el Partido Federalista de George Washington había sido derrotado en las elecciones por el Partido Republicano–Demócrata (después ese partido se escindiría en los dos conocidos partidos hoy existentes en U.S.A.). El poder político cambiaba de signo, y el gobierno saliente, en los últimos días de su mandato, había designado una gran cantidad de Jueces Federales, en una clara maniobra para retener una parte del poder. Pero el trámite para hacer efectiva la toma de posesión de cuatro de los nuevos Jueces Federales no fue completado por el gobierno saliente y tampoco era completado por el gobierno entrante, cuyo Poder

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Pesaj

Fuente: Dardo Esterovich Fecha: ABR 2017 Las identidades que fueron construyendo los pueblos antiguos quedaron plasmadas en mitos y relatos. Un ejemplo muy conocido es el de la loba que alimentó a Rómulo y Remo que dieron origen a Roma, a su mitología y a su civilización. Los judíos también tienen su propio relato, la Torá y dentro de él una parte trascendental, Pesaj, que refiere a la liberación de la esclavitud en Egipto. Este relato fue estructurado como un texto religioso —no podía ser de otra manera al momento que se fue construyendo—. Sin embargo en nuestros tiempos fueron surgiendo interpretaciones que se esforzaron en despojarlo del rito cristalizado para lograr entender qué hay detrás del simbolismo tan característico en todas las religiones. Empecemos por las constancias históricas de los sucesos que forman parte del relato de Pesaj. Hasta hoy, dos siglos de estudios de la arqueología moderna no han podido aportar datos científicos que probaran objetivamente la veracidad de los acontecimientos relatados en la Torá ni que su escritura se debiera a Moisés. Se encontraron contradicciones, a partir de los estudios de campo, entre fechas y sitios que allí se mencionan. No siendo el motivo de esta nota la discusión sobre estos hallazgos, nos limitaremos a dar la opinión de dos reconocidos arqueólogos israelíes. En un artículo publicado por el New York Time el 9 de abril de 2009 por Michael Massing, éste cita a Lee Levine, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, quien en su ensayo titulado Arqueología bíblica afirma que «Las fuentes egipcias no hacen ninguna referencia a que el pueblo de Israel haya morado en ese país», escribe, «y la evidencia que sí existe es insignificante e indirecta». Y agrega que la escasa evidencia indirecta, como el uso de nombres egipcios, «dista de ser adecuada como para corroborar la historicidad del relato bíblico». Israel Finkelstein, Director del Departamento de Arqueología de la Universidad de Tel Aviv, en un reportaje que le hizo la periodista de La Nación Luisa Corradini, publicado en ese diario el día 25 de enero de 2006, dijo lo siguiente: “la saga histórica relatada en los cinco libros que conforman el Pentateuco de los cristianos y la Torá de los judíos no responde a ninguna revelación divina, por el contrario, esa gesta es un brillante producto de la imaginación humana y que muchos de sus episodios nunca existieron. El Pentateuco es una genial reconstrucción literaria y política de la génesis del pueblo judío, realizada 1500 años después de lo que siempre creímos”. Esto nos conduce a preguntarnos, ¿la falta de pruebas arqueológicas nos lleva a descartar a la Torá como un texto fundamental en la identidad judía? De ninguna manera y en especial con el relato del Pesaj donde se describen los “hechos” que dieron lugar al proceso de aglutinamiento como pueblo con identidad específica, idioma, religión, códigos de conducta y espacio territorial donde se desarrollaron esos acontecimientos. La celebración de Pesaj tiene lugar fundamentalmente en el seno del hogar en una cena a la que se denomina Seder —que significa orden o secuencia— durante la cual se ordena el relato mediante una cantidad de simbolismos que van desde el tendido y disposición de la mesa donde no pueden faltar el vino, la matzá y un plato típico de Pesaj llamado Keará en el que se disponen pequeñas cantidades de alimentos que simbolizan las vicisitudes de los judíos durante la esclavitud. Toda la cena está estructurada en una Hagadá – narración o discurso— como un ejerció de la memoria y de transmisión a las futuras generaciones para que “nunca te olvides que fuiste esclavo en Egipto.” Uno no puede dejar de encontrar ciertas similitudes con los mismos ejercicios de la memoria y transmisión cuando se conmemora la Shoá, los atentados la Embajada de Israel y a la AMIA y a los aberrantes crímenes de la última dictadura cívico-eclesiástica- militar. En cada una de éstas se ha ido instalando un ritual laico que lo hace identificable para todos. Durante siglos la celebración estuvo signada por el dogma religioso pero a partir del iluminismo comenzaron los intentos de resignificación adaptando el relato a las ideas dominantes de la época. Así como la historia se va revisando con nuevos documentos, pero fundamentalmente interpretando los hechos a la luz del presente, vamos a intentar hacerlo con algunos de los símbolos —ya que el espacio de una nota no nos permite un abordaje de la totalidad de los mismos— marcando un camino que permita adentrase en nuestros valores con relación a nuestro tiempo y a nuestro espacio como argentinos judíos del siglo XXI. La Keará contiene seis alimentos que simbolizan la esclavitud y el pacto que permitió salir de ella hacia la Libertad. El maror, hierbas amargas (rábano picante) y el jazete, una lechuga de raíz amarga, representan lo amargo y duro de la esclavitud en Egipto. ¿Nos quedamos con el recuerdo o éstos deberían formar parte de los valores que guíen nuestra conducta? Resignificar estos símbolos nos obligan no solo a oponernos a toda opresión sino a rechazar transformarnos en el Faraón de otros pueblos. A 50 años de la ocupación de los territorios palestinos bien harían los responsables de su persistencia en retornar a las fuentes. El karpás (usualmente apio, perejil, papa hervida) simboliza el fruto del trabajo de la tierra. Se moja dos veces en agua salada, como saladas son las lágrimas. Representa la amargura, el precio de la esclavitud. El fruto amargo de nuestro trabajo esclavo. El jaroset (mezcla de manzanas, vino dulce, nueces y canela), simboliza los ladrillos que hacían los esclavos, trabajo creativo cuyo destino uno no puede ni elegir ni aprovechar. Hoy lo llamamos alienación del trabajo humano y también plusvalía. También está la beitzá, el huevo duro. Tiene varias interpretaciones, la más aceptada es que representa la dureza del corazón del Faraón, la insensibilidad del esclavista con el destino del esclavo, cosa que la experiencia contemporánea nos muestra día a día. Estos tres símbolos nos ubican en nuestro tiempo

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Mentiras y Misiles

Fuente: Randy Alonso Falcón | Cuba Debate Fecha: 07 de ABRIL 2017 La guerra es el estado natural de los imperios. Los motivos poco importan para desatar los conflictos; si no existen se provocan; y si no, se inventan. El fin supremo es demostrar el poder que se posee, amedrentar a los otros, mostrarse incontestable. Poco tiempo le ha tomado a Donald Trump para bajar el pulgar y decretar bombardeos. Lo hizo en Yemen, apenas a unos días de instalado en la Casa Blanca. Después mandó aviones a bombardear en Iraq. Ahora repite la dosis, con andanada de millonarios misiles, en Siria. Acosado por los grupos mediáticos, derrotado en su primer intento de derogar el Obamacare, con una sostenida baja en la popularidad y rodeado de generales halcones y representantes del complejo militar industrial, Trump ha decidido lanzar su primera operación militar de envergadura en el exterior, para mostrar músculos y desviar ataques contra su gestión. Para Rusia, lo de desviar miradas también incluye el propósito de Estados Unidos de ocultar las matanzas de civiles en Iraq, como resultado de los bombardeos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, tras la renovada presencia militar del Pentágono en ese país. La supuesta causa que motivó el instinto imperial de universal juez y verdugo fue un alegado uso de armas químicas por el gobierno sirio. Una razón que mucho recuerda aquel fantasma levantado en Iraq, en el año 2003, de que Saddam Hussein tenía poderosas armas químicas que usaría en cualquier momento; y que, por tanto, había que invadir aquel riquísimo enclave petrolero. Como recordaba hoy, en una intervención radial, el expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva: “Invadieron Iraq, mataron a Hussein y hasta hoy no encontraron allí armas químicas” Nada se ha investigado seriamente sobre la tragedia provocada por armas químicas en el poblado sirio de Jan Shijún. Pero eso no hace falta para la Casa Blanca. Bastó que fuentes interesadas echaran a rodar la noticia del hecho y lo catalogaran como un ataque con armas químicas del Ejército de Siria; que imágenes fuertes de niños muertos se pusieran a circular en las redes y los medios, que voceros aquí y allá salieron a mostrar rígidas caras de condena, para que el Presidente Trump hablara de masacre inaceptable y exigiera una respuesta punitiva contra el gobierno de Damasco. El corresponsal en Siria de la agencia Prensa Latina develó en un enjundioso despacho las verdades y mentiras alrededor del suceso con las armas químicas, y el papel mercenario de los llamados Cascos Blancos. Otros analistas cuestionan la validez de las acusaciones contra el gobierno sirio. Unos plantean sus dudas de que Damasco conserve capacidad de uso de armas químicas tras el exhaustivo monitoreo a que ha sido sometido en este campo. Otros aducen el irrentable costo-beneficio que una acción de estas le traería al gobierno de Bachar Al Assad. Para Waddah Abded Rabbo, director del diario Al Watan, el gobierno “no tenía ningún interés en provocar un ataque químico, sobre todo después de que Asad hubiera obtenido lo que esperaba desde hacía seis años: el reconocimiento y la legitimidad por parte de Estados unidos” (expresado por el Secretario de Estado Tillerson en Turquía a fines de marzo). “Por qué habría arruinado esta oportunidad lanzando un ataque químico en una localidad que no tiene ninguna importancia estratégia o militar?”, se pregunta el periodista árabe. La magnitud de lo acontecido está aún por calcular, pero nada bueno aporta a la estabilidad y la paz en el mundo. Estados Unidos apuesta nuevamente a la guerra directa para involucrarse en el conflicto sirio. Donald Trump enseña sus credenciales de nuevo jefe imperial. Rusia recibe un varapalo a su presencia estabilizadora en el país árabe. El poder militar estadounidense reasume su incontenible papel dirimidor de conflictos internacionales por sobre la diplomacia del imperio. Con el ataque a Siria, Trump le ha dado un portazo a su promesa electoral de buscar alianzas para enfrentar a los terroristas de ISIS, como enemigos principales de Estados Unidos, y le ha insuflado ánimos a las fuerzas terroristas que operan en Siria, las cuales han sufrido contundentes derrotas en las últimas semanas. También ha dejado explícita su apuesta por el unilateralismo en la política exterior y su desprecio por la concertación y las soluciones negociadas. Así lo plantearon hoy algunas voces en la reunión del Consejo de Seguridad. La era Trump apenas está comenzando. Veremos qué nos depara. Links relacionados

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Un paso adelante, con mandatos

Fuente: Mario Wainfeld | Página 12 Fecha: 07 de ABRIL 2017 La huelga general fue contundente, tuvo acatamiento masivo, resultó un éxito de acuerdo a sus premisas. Es muy difícil discernir cifras de apoyo y ausentismo: son siempre motivo de disputa y sin duda varían según ciudades, regiones o ramas de actividad. El oficialismo, como cualquier gobierno en estos trances, clama que la adhesión de los gremios de transporte desnaturaliza la cuenta, es una especie de gol con la mano marcado por alguien que no es Diego Maradona. El argumento es trillado y baladí: aquí o en la Cochinchina el transporte es crucial para configurar una medida de fuerza. Las multitudinarias y plurales manifestaciones de marzo sirven para comprender el contexto, de creciente crítica o hasta rechazo al Gobierno. El presidente Mauricio Macri está a días de cumplir un tercio de su mandato. Le queda un largo trecho por recorrer pero se conocen, desde hace rato, el rumbo y los lineamientos de su modelo. Los ganadores son un puñado de actividades: sectores concentrados del agro, minería, bancos y especuladores financieros… y empiece a parar de contar. Correlativamente, los perdedores son los trabajadores (los informales en mayor medida), la actividad industrial, en especial la ligada al consumo interno, el pequeño comercio. Posiblemente una amplia mayoría de los argentinos, claro que no todos. La Confederación General del Trabajo (CGT) comprobó que es la máxima central de la Argentina, la única que puede congregar en su derredor una protesta de esta magnitud. El triunviro Héctor Daer lo resaltó, criticando (con inusual delicadeza) a quienes optaron por otras modalidades de protesta. Ocurre que la “unidad en la acción” no equivale a conducir al conjunto, lo que se verificó en los cortes de calles y rutas promovidos por la izquierda, en la conferencia de prensa por separado de las dos CTA, en insinuaciones sobre acciones futuras. El oficialismo puede negar la contundencia del paro y su congruencia con el contexto social. Sin embargo, sobran indicadores que concuerdan con el diagnóstico. Solo un necio podría soslayarlos. En el oficialismo los hay, en especial en las primeras líneas. —- Señalemos algunas muestras que no emanan del universo de los huelguistas. Son recientes, acudimos a ellas para no repetir el torrente reseñado en columnas anteriores. La Cámara de Industriales Panaderos de la Ciudad de Buenos Aires solicitó que “se terminen los abusos que se están cometiendo con las tarifas de luz, gas y agua por parte de las empresas que prestan los servicios a las panaderías”. Denunció “aumentos indiscriminados que superan entre un 100 y un 200 por ciento de un mes al otro”. También que “un alto porcentaje de las facturas llegan vencidas” Los cierres de panaderías, explican los empresarios del rubro, se repiten cotidianamente. La Federación Industrial de Santa Fe evalúa que “en febrero de 2017 se padeció una nueva y acentuada caída de la actividad de un 8,2 por ciento respecto del mismo mes de 2016. Reseñan ramas de actividad damnificadas “producción de acero, industria textil y alimentaria, edición e impresión, madera y muebles, carne bovina, diversos productos de metal y la producción automotriz, entre otros”. El cuadro es similar al de otras provincias. Los índices oficiales comprueban que se utiliza el 60 por ciento de la capacidad instalada. Un síntoma del desmantelamiento del aparato productivo, que no cesa. Muchas protestas “pequeñas” se realizan en las empresas o fábricas que cierran sus puertas, suspenden o despiden. Son menos espectaculares que las marchas del mes pasado o que el paro general pero igualmente sintomáticas. —- Las cámaras de TV y la narrativa oficial se focalizaron en pocos piquetes realizados en zona metropolitana. Su discurso, con honrosas excepciones, ensalzó la actitud represiva de las fuerzas de seguridad. La izquierda radical ejercitó autonomía y se diferenció de la CGT. Fueron ilustrativas algunas escenas de piquetes: manifestantes cara a cara de una horda de Robocops, a medio metro o menos. Con los rostros visibles, demostraron temple y organización. Hay que tenerlos para no “sacarse” frente a la sobreactuación policial y para no permitir que se infiltraran provocadores. La metodología, como todas, es discutible pero había ahí orden, militancia, convicciones. Las fuerzas de Seguridad terminaron dando rienda suelta a su idiosincrasia, reprimiendo. Los episodios se suman a otros más brutales y recientes cometidos por la Policía Bonaerense. Dejar esposada a una menor durante horas, agredir a mujeres y chicos, causando la pérdida de un embarazo a una ciudadana. Los líderes de la CGT rezongaron por la centralidad que los medios confirieron a dichos piquetes, por sobre la generalidad mucho más vasta. Se embroncan porque “roban cámara”. Es así, nomás. Hay un interés convergente de los medios y esos manifestantes que no implica, para nada una alianza de intereses, dato que conviene diferenciar. — Las dos CTA optaron por una praxis diferente, una tercera posición, por así decir. Renunciaron a la acción callejera ayer pero persistieron en convocar una Marcha Federal antes de fin de mes. Calibraron que este jueves convenía un clima tranqui pero no quisieron quedar pendientes de los ritmos, sin duda más cansinos, de la CGT. —- Como los surtidos precedentes de marzo ayer se (con)vivió un día muy pacífico, en todo el territorio nacional ejercitando un derecho democrático. Los contados lunares los produjeron “las fuerzas del orden”. La CGT demostró su poder relativo, con unidad y organización (por usar el vocabulario caro a la tradición peronista). Sus dirigentes salen fortalecidos, legitimados en su terreno. También condicionados por su mandato, por sus propias palabras, por los signos inequívocos que emiten las bases. No consiguieron capitalizar plenamente el acto del 7 de marzo, ayer tampoco se quedaron con todo el rédito. Les es arduo sumar en la diversidad, con compañeros de ruta que les desconfían y proponen alternativas. El futuro cercano de la CGT, más allá de relatos, se desarrollará en el terreno gremial-institucional. En las paritarias, en las que (da la impresión) los dirigentes se han atado al mástil o quemado las naves. Nada es definitivo ni

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Una nueva generación de judíos americanos contra Trump y Netanyahu

Fuente: Yorgos Mitralias | Viento Sur Fecha: 07 de ABRIL 2017 El vídeo que sigue es llamativo y produce olas al otro lado del Atlántico y en todo el mundo: más de 1000 jóvenes manifestantes rodean y algunos de ellos invaden el edificio del AIPAC, el poderoso “Comité americano-israelí de Asuntos Públicos”, para denunciar su papel en el apoyo incondicional de los Estados Unidos a Israel y a la colonización israelita de los territorios palestinos ocupados. Y todo ello en la apertura del congreso anual del AIPAC, al que asiste la flor y nata del establishment político y económico americano, empezando por el presidente y el vicepresidente del país, el presidente del Senado Paul Ryan y el jefe de filas de los diputados Demócratas… sin olvidar el inevitable primer ministro M. Netanyahu. Esta manifestación/invasión sin precedentes del edificio del AIPAC sería ampliamente suficiente para constituir un acontecimiento americano e internacional de primer orden. Sin embargo, lo que hace sensación e historia es el origen de los manifestantes: todos y todas son jóvenes judíos y judías del movimiento If Not Now (Si no, ahora) y su consigna principal es muy elocuente: “¡Los judíos no serán libres mientras que los palestinos no lo sean también. Abajo el AIPAC, abajo la ocupación (de los territorios ocupados)”!/1. En realidad, la manifestación histórica del 25 de marzo no ha sido más que la conclusión de profundos cambios que han tenido lugar en el interior de la comunidad judía americana y que se han hecho visibles con ocasión y durante la campaña del senador socialista radical —y judío también— Bernie Sanders. En efecto, en muy primera línea de la masa (¡más de 500.000!) de los jóvenes americanos que han sido inspirados por la radicalidad del mensaje de Sanders y que han hecho todo para apoyar su campaña, se ha encontrado la jóven generación de jovenes judíos radicalizados que combina la oposición al establishment político y económico americano con la solidaridad con la lucha del pueblo palestino. Es pues la existencia de esa vanguardia radical de masas de los jóvenes judíos americanos lo que ha permitido, algunos meses más tarde, asistir a las innumerables maravillosas manifestaciones de solidaridad activa entre judíos y musulmanes americanos después de la puesta en aplicacion de las medidas islamófobas del presidente Trump. Es así como, después de haber visto a millares de jóvenes (sobre todo) judíos manifestarse en los aeropuertos del país contra la prohibición impuesta a los musulmanes de inmigrar a los Estados Unidos, justo después de que se haya asistido a la multiplicación de los actos de fraternización activa y de apoyo mutuo entre judíos y musulmanes con ocasión de los –igualmente incontables- actos de profanación de sus cementerios, han tenido lugar incendios criminales de sus sinagogas y mezquitas así como una ola de actos antisemitas e islamófobos que barre los Estados Unidos de Trump y de Bannon. ¿Ardía una mezquita? La sinagoga de al lado daba hospitalidad al imán y sus fieles, pero no se ha visto nunca hacer lo mismo a una iglesia cristiana. ¿Era profanado un cementerio judío? ¡Los musulmanes de los alrededores organizaban enseguida una colecta y reparaban los desperfectos con sus propias manos! Y también, ¡los rabinos progresistas se manifestaban a favor de sus hermanos musulmanes y eran conducidos esposados a las comisarías, mientras que los hombres de fe musulmanes se ponían a la cabeza de las manifestaciones contra el racismo y el antisemitismo renacientes! Y todo esto y muchos otros pasos ¡no una o dos sino decenas de veces y todos los días en los últimos 4 o 5 meses!… Sin embargo, lo que ha provocado a la comunidad de judíos americanos un verdadero electrochoque, constituyendo el punto de partida de ulteriores desarrollos (¿históricos?), es la indiferencia escandalosa del primer ministro Bibi Netanyahu frente a la ola de antisemitismo que ha seguido a la elección de Trump a la presidencia de los Estados Unidos. Como por otra parte repiten los manifestantes/invasores del AIPAC, el gobierno israelí y, más generalmente, el establishment israelita y el judío internacional se muestran completamente indiferentes frente al renacimiento del antisemitismo más peligroso (¡sin incluso una protesta formal!) contentándose con un apoyo incondicional a Israel y sus políticas por parte de Trump y sus amigos. En otros términos, es como si Netanyahu y su gobierno dijeran a los actuales inquilinos de la Casa Blanca, declarados racistas y antisemitas: ¡“tenéis carta blanca para hacer lo que queráis a los judíos de Estados Unidos y del mundo entero a condición de apoyar a Israel y sus políticas racistas”! Y, por paradójico que pueda parecer, es exactamente eso lo que se está viendo cuando la peste fascista, que solo jura por Trump y por Bannon, multiplica los actos del antisemitismo más abyecto en el mismo momento en que su presidente, no solo declara que quiere transferir la embajada desde Tel Aviv a Jerusalén, sino que nombra también como nuevo embajador americano en Israel a un americano-israelí que es… ¡el consejero más próximo del primer ministro Netanyahu y que además preside una asociación de amigos de una colonia israelita plantada en medio de los territorios ocupados!… Asi pues este matrimonio, a primera vista increíble y grotesco, del antisemitismo más extremo con el más incondicional apoyo a Israel, está creando una nueva situación en el interior de la diáspora judía, facilitando la clarificación de las ideas y empujando a la juventud judía no solo a alejarse del racismo de los diversos Netanyahu de los últimos decenios sino también a ponerse al lado de los palestinos y de los musulmanes oprimidos en el mundo. De ahí todos estos desarrollos tan prometedores que están teniendo lugar en Estados Unidos estos últimos tiempos que podrían, a medio plazo, contribuir en gran medida a cambiar el mismo paisaje de Oriente Medio tan atormentado y privado de perspectivas. Conclusión: Entonces, (demos) atención a esta dimensión indirectamente “medio oriental” de los acontecimientos norteamericanos, que da nacimiento a una nueva vanguardia judía radical y de masas, a una nueva generación de

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Para su Señoría las pruebas son lo de menos

Fuente: Irina Hauser y Raúl Kollmann | Pág 12 Fecha: 05 de abril 2017 El juez Claudio Bonadio no encontró ninguna evidencia de que la familia Kirchner hubiera concretado alquileres ficticios, ni alquileres a valores que no eran de mercado, tampoco detectó pagos en efectivo, sino que se demostró que todos los movimientos de dinero de la sociedad familiar Los Sauces fueron a través de cheques y depósitos bancarios. Sin embargo, el magistrado –sin prueba alguna– diseñó un fallo en el que acusó a los Kirchner y a otras 18 personas de integrar una asociación ilícita –pese a que la mayoría de los procesados no tienen relación alguna entre ellos–; lavar dinero –pasando por encima del hecho de que todos los movimientos fueron bancarios– y negociaciones incompatibles con la función pública, pese a que los imputados ya habían sido sobreseídos de esa acusación. Pero lo más impactante de las 392 hojas del fallo es que el magistrado virtualmente admitió que la causa es un armado político –una verdadera Operación Bonadio– ya que se declaró incompetente. El magistrado sostuvo que de ahora en adelante debe investigar el juez Julián Ercolini que tiene expedientes con el mismo objeto procesal: alquileres, obra pública, asociación ilícita. Desde el primer momento, Bonadio fue cuestionado por haber fabricado un expediente-colectora, duplicado, de otras causas. Finalmente, sin haber encontrado pruebas, termina admitiendo su maniobra y da un paso al costado. Hipótesis La hipótesis básica de la acusación de Bonadio es la existencia “de una banda que, al menos en lo que respecta al hecho aquí investigado, encabezaron Cristina Fernández de Kirchner, junto a Néstor Carlos Kirchner y Máximo Carlos Kirchner en un primer momento, de haber armado una empresa denominada Los Sauces S.A., con fecha 7 de noviembre de 2006, con el objeto de canalizar dinero ilegítimo como contraprestación, al menos en el caso de las empresas del Grupo Báez, de la obra pública adjudicada ilegítimamente por Néstor Carlos Kirchner y la imputada cuando ejercieron la primera magistratura de la República. Tal devolución o retorno se hacía mediante contratos de alquiler de propiedad de esta empresa, que se formó a tal efecto. La misma operatoria se hizo con el grupo Indalo, pero orientada a compensar la concesión de licencias de juego. Los alquileres fueron caros e innecesarios”. Ninguno de los elementos de esa hipótesis se demuestran en el fallo de Bonadio. El magistrado ordenó 40 allanamientos en los que se cubrieron las 13 propiedades de Los Sauces. En cada uno de los procedimientos se encontró a los respectivos inquilinos, de manera que no se pudo probar la existencia de ningún alquiler simulado. Báez demostró que alquilaba numerosas propiedades, a precios similares, para los empleados de Austral Construcciones, que en un 40 por ciento provenían de otras provincias. Cristóbal López y Fabián De Sousa, del grupo Indalo, que alquilaban dos propiedades de Los Sauces en Puerto Madero exhibieron los alquileres de otras oficinas de sus empresas e hicieron una comparación de precios: las contratadas a Los Sauces tenían un alquiler levemente más bajo que las contratadas en la misma zona, en Puerto Madero, o muy cerca, en Catalinas. La conclusión es evidente: si los alquileres eran reales y los precios de mercado, no implicaban ninguna coima ni transferencia oscura. Bonadio ordenó una pericia contable que no encontró irregularidades. Sólo una referencia a que hubo algunos contratos que no se encontraron o que se encontraron sólo fotocopias. Como ya señaló el abogado de los Kirchner, Carlos Alberto Beraldi, esos contratos fueron secuestrados en allanamientos concretados por otros jueces, lo que prueba lo que Bonadio terminó reconociendo: que investigaba el mismo objeto procesal que otros magistrados. La defensa de los Kirchner viene reiterando un concepto adicional: en la hipótesis del juez no hay ninguna lógica en las proporciones. Los alquileres de Los Sauces no sumaron más de 22 millones de pesos en siete años y la obra pública que la Provincia de Santa Cruz adjudicó, por ejemplo, a Lázaro Báez superó los 20.000 millones de pesos. Por proporción –dice la defensa–, los alquileres no pueden ser retorno de obra pública. Y lo que también le juega en contra al juez es que a los Kirchner no se les encontró ninguna cuenta en el exterior ni dinero no declarado ni sociedades offshore que evidencien la operatoria de coimas. Bancos En las 392 páginas de su fallo, Bonadio no pudo detectar ni una sola operación en efectivo o alquileres que no se hayan cobrado con cheque o que no se hayan depositado en un banco. Pero en el texto se evidencia una maniobra del juez cuando se analiza la compra de la vivienda actual de Florencia Kirchner en la calle San José, en Buenos Aires. Dice Bonadio que no se sabe el origen del dinero y que se utilizó efectivo. La operación fue muy distinta y así lo aclaró el Banco Nación. A los Kirchner les venció un plazo fijo por 4 millones de pesos en ese banco. Con ese dinero se compraron Cedines, el instrumento para operaciones inmobiliarias que existía en 2011, y esos Cedines se le entregaron al vendedor de propiedad de la calle San José. En todo ese movimiento no hubo dinero en efectivo, sino que el propio banco hizo el cambio de los 4 millones por los Cedines. Sin embargo, Bonadio alega que no se sabe el origen y que se usó efectivo. Hay tramos en los que Bonadio cuestiona la forma en la que el contador Víctor Manzanares llevó la contabilidad de Los Sauces. El profesional explicó que hay antecedentes, jurisprudencia, sobre una forma global de llevar las contabilidades de las sociedades familiares. “No hay forma de distorsionar las actividades –explicó Manzanares–. Cada una de las operaciones pueden ser reconstruidas sin mayores inconvenientes mediante la información que surge de las entidades bancarias con las cuales operó la firma, así también las personas físicas”. Curiosidades Una de las curiosidades que vuelve a surgir en la causa es que Bonadio señala que Los Sauces pagó demás unas reformas

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