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Comunicados y Declaraciones

Juicio por encubrimiento, crónica de una traición anunciada

El LLAMAMIENTO Argentino Judío repudia la conducta de la querella unificada de la DAIA y de la AMIA en su alegato en el denominado “juicio por encubrimiento” contra trece imputados que se está desarrollando en el Tribunal Oral Federal N° 2. De los dos tramos de acusaciones, en el que se hace referencia a la entrega de 400 mil dólares a Carlos Telleldín (con el objeto de fraguar el involucramiento de policías bonaerenses) la DAIA y la AMIA consideran que los acusados —entre otros, el expresidente de la DAIA Rubén Beraja y los exfiscales Eamon Müllen y José Barbaccia— actuaron “de buena fe”, lo que convierte al delito en apenas una irregularidad, pero no en una conducta “reprochable penalmente”. Con esos falaces razonamientos jurídicos ambas instituciones solicitaron la absolución de todos los involucrados en la entrega del dinero y en el caso puntual del expresidente de la DAIA utilizaron el espurio argumento de antisemitismo, considerando que a Beraja lo acusan en tanto su condición de judío y, además, para ensuciar “a la comunidad”. Una vez más la auto-victimización se utiliza para justificar la conducta de quien, en realidad, traicionó a las víctimas del atentado y a sus familiares a los que tenía la obligación de defender. En el segundo tramo del juicio, vinculado a la llamada “pista siria” como probable fuente del atentado, la querella DAIA-AMIA consideró culpables a los acusados –Carlos Menem, Juan José Galeno, Juan Anchezar, Carlos Castañeda y Jorge “Fino” Palacios— y los señala como responsables de desviar la investigación cuando un allegado al expresidente de la Nación, de ascendencia siria, fue señalado como sospechoso de estar involucrado en el atentado. Por esa “desviación” la querella conjunta pidió penas para los acusados. Sin embargo, resulta extraña y amañada esta conducta de la DAIA-AMIA ya que durante años acusó a quienes  impulsaban la “pista siria” como responsables de querer desviar la investigación e impulsaron la “pista iraní”, la única que les interesaba, por mandato de las embajadas de Estados Unidos e Israel. Consideramos que la actitud de la AMIA-DAIA implica una traición anunciada. El agravante es que desde el inicio de las pesquisas, la dirigencia comunitaria profundizó su viraje a la derecha identificándose hoy sin tapujos con el proyecto restaurador del actual gobierno. La única diferencia entre los dirigentes del gobierno y los de la DAIA-AMIA es que unos descansan el domingo y los otros el sábado. El LLAMAMIENTO Argentino Judío, además de condenar la conducta de la DAIA-AMIA en relación con el “juicio por encubrimiento”, reafirma su solidaridad con los familiares de las víctimas del atentado y se compromete en acompañarlos en su lucha por VERDAD Y JUSTICIA. Para que los muertos puedan, de una vez por todas, descansar en paz.  

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La poesía de Raúl González Tuñón

Fuente: Mario Goloboff* | Página 12 Fecha: 22 de ABR 2018 “Vamos hacia un arte sin trabas, hacia el auténtico arte puro, pasando por el arte revolucionario primero y el arte proletario después”. Así prologaba nuestro Raúl González Tuñón su inmortal La rosa blindada. Esta fue siempre su estética, la de un hombre de su arte y de su tiempo. Acababa de regresar de la convulsionada España, había pasado todo el año 1935 en Madrid, se había encontrado con Federico García Lorca, con Rafael Alberti, con Miguel Hernández, con Pedro Salinas, con Gerardo Diego… Había leído en el Ateneo, en un acto organizado por León Felipe, los poemas inspirados por la insurrección minera de Asturias; publicado en Caballo verde, la revista del Cónsul de Chile en Madrid, Pablo Neruda; discutido con aquellos amigos sobre la función social de la poesía. Y hasta los había convencido. Vuelve y parte. Va a otros países de América, de Europa, de Asia. Escribe siempre. Y anda, incansablemente, como aquel Juancito Caminador que ha inventado en su segundo libro, Miércoles de ceniza (1928) (el primero, El violín del diablo, fue de 1926), que desapareció en La calle del agujero en la media (1930), que saludaba desde el pórtico de El otro lado de la estrella (1934) y alcanzaba su definitiva estatura en Todos bailan (1935), hasta una inolvidable “Canción que compuso Juancito Caminador para la supuesta muerte de Juancito Caminador”: “… murió en un lejano puerto/ el prestidigitador./ Poca cosa deja el muerto./  Terminada su función/ -canción, paloma y baraja-/ todo cabe en una caja./ Todo menos la canción”. Ejerce también el periodismo, la política, la lucha cultural, la formación de los más jóvenes. Todo ello en voz baja, con una sabia modestia, nada exenta de firmeza y convicción. El resto, es un poco más reciente historia. Alienta a los muchachos del grupo “El pan duro” en sus disidencias y aventuras; prologa consagratoriamente el primer libro de Juan Gelman (Violín y otras cuestiones, 1956); es recuperado por los jóvenes sesentistas y  antidogmáticos de izquierda de la revista La rosa blindada; es extendido a una vasta popularidad cuando Juan “Tata” Cedrón pone música a sus bellísimos poemas (“Los ladrones”, “Tarjeta de cartón”, “La fogata de San Juan”…) y cuando Adolfo Nigro lo incorpora definitivamente a la plástica. Justamente, en aquel evocado prólogo de su libro clave, expresaba una poética que mantendría toda la vida: “El poeta se dirige a la masa. Si la masa no entiende totalmente es porque, desde luego, debe ser elevada al poeta. No se trata de nivelar a todos, por la revolución, en el hambre y la incultura sino en la comodidad y la cultura”. En 1928, y poco antes de embarcarse rumbo a Europa, publicó Miércoles de ceniza. Ya en París, escribió uno de sus libros fundamentales: La calle del agujero en la media, publicado en 1930. Poco más tarde, en 1936, publica otro libro clave, La rosa blindada, inspirado en la rebelión de Asturias de 1934. Esta obra fue de gran importancia, ya que Tuñón, con esos versos, fue “el primero en blindar la rosa” (palabras de Pablo Neruda). Su obra se enmarca dentro de las llamadas vanguardias de principios del Siglo XX, y además ejerce firme influencia en los poetas de la Guerra Civil española (muy en particular en Miguel Hernández, uno de los más representativos). Afiliado al Partido Comunista de la Argentina, Tuñón permaneció siempre fiel a sus credos estéticos. Esto lo llevó a arduas polémicas dentro de la organización, con otros artistas o módicos funcionarios; quedaron registradas en los emblemáticos Cuadernos de Cultura del PCA. En líneas generales, no compartió muchas vulgarizaciones formuladas en nombre de la izquierda. Esto explica su situación “a medio camino” entre las dos “capillas” fundantes de la moderna literatura argentina: Florida (homologada a la vanguardia) y Boedo (al realismo). No comulgaba del todo con los cánones artísticos impuestos por el comunismo, pero estaba fuertemente alineado en su defensa de principios y políticas. Sus poemas aludían a viajes, barrios de París y de Buenos Aires, pueblos de la Cordillera de los Andes, personajes de circo, lugares lejanos, tugurios extraños, marineros, hampones o contrabandistas; denotan influencias tan disímiles como François Villon, Rainer María Rilke, Evaristo Carriego, o payadores como José Betinotti y Gabino Ezeiza. Juancito Caminador, personaje inspirado en un artista de circo y en una marca de whisky (Johnny Walker), se convirtió en un alter ego literario del autor. El escritor Pedro Orgambide lo describió como un “Amigo de las gentes, de las mujeres amantes y del vino, una suerte de François Villon criollo, cantor de las tabernas, las grandes fiestas y duelos e insurrecciones populares”. Es al mismo tiempo uno de los precursores de la poesía social y combativa en la Argentina: sus “poemas civiles”, referidos a acontecimientos políticos y sociales, influyeron en la generación de los ‘60. Fue un intelectual políticamente comprometido, y en más de una oportunidad asistió a eventos internacionales que convocaban a artistas de los cinco continentes, ya fuera por la lucha contra el fascismo o en pos del socialismo, cuya causa abrazó. A partir de su lamentado fallecimiento, en agosto de 1974, es cada día más reconocido como uno de los máximos poetas que nos dio el siglo XX. Como diverso, popular, profundo. Como alguien que supo tocar todas las notas, cantar todos los tonos. En versos de lucha, de victoria, y de dolor y derrota, y también en canciones poco menos que infantiles y graciosas, universales, americanas, argentinas. Y, claro está, porteñas. “En la calle enfarolada/ el piberío viene y va/ alrededor de la fogata/ porque es la noche de San Juan”. Entre aquellos chicos está él mismo, saliendo ansioso de esa humilde casona natal. Más tarde, Juancito Caminador recorrerá otros barrios del mundo, desde París a Pekín, llevando los de su amada ciudad a cuestas, y se detendrá a espiar el cementerio de tranvías en Loria y Carlos Calvo, los sugestivos lances y entreveros en el salón de bailes “La Argentina”, de Rodríguez Peña,

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Ese es el espíritu, Sra. Portman, pero es solo un comienzo

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 22 de ABR 2018 El anuncio de Natalie Portman de su decisión de boicotear la ceremonia del Premio Génesis fue un tremendo disparo en el brazo. Aquí está, viniendo de las alturas del glamour, de una amante de Israel como ella, judía, de habla hebrea, nacida en Israel, una ciudadana de Israel y una fuente de orgullo para Israel, que tiene mucho que perder. No es una antisemita o una fundamentalista, no es una de extrema derecha o una de izquierda radical, no es Roger Waters, ni siquiera una del BDS. Justo del centro, desde el corazón del centrismo judío: la crítica a Israel, las «heridas de un amigo» bíblico, incluso una especie de boicot. Mientras que los artistas israelíes «izquierdistas» temen al rapero de extrema derecha «La Sombra» y especialmente a su propia sombra, una artista de su calibre va y hace una declaración clara sobre Israel. Junto con la conciencia, se necesita una gran dosis de coraje para dar ese paso, especialmente ante el Hollywood judío, sionista y despiadado, que no perdonará ni olvidará a Portman. La derecha israelí tampoco la perdonará por esto: el ministro de guerra (contra el movimiento BDS), el ministro de Seguridad Pública Gilad Erdan, se apresuró a publicar una carta explicando la situación a Portman. Lo que está sucediendo en Gaza no se debe a nosotros, todo se debe a Hamas. La habitual propaganda de mentiras y tonterías, el mismo día en que los francotiradores del ejército israelí mataban a sangre fría a otro joven de 15 años y se hacía pública en todo el mundo la foto de Mohammed Ayoub sangrando en las arenas de Gaza. Rápidamente resultó que Erdan, como muchos otros, estaba seguro de que la masacre de los manifestantes en Gaza era lo que encendía el fuego en el vientre de Portman. Pero ese no fue el caso. La aclaración de Portman mitigó la fuerza del paso que ella había dado: «Elegí no asistir porque no quería aparecer apoyando a Benjamin Netanyahu», escribió. Un gran paso adelante y un pequeño paso atrás. Netanyahu es realmente un problema, pero él no es el problema sobre el cual Portman, como persona de buena conciencia y sionista, debe hacer que se escuche su voz. Netanyahu es Israel. Portman ha recorrido un largo camino, no solo entre su primera película y su Oscar, sino también entre la carta que publicó en Harvard Crimson hace 16 años defendiendo a Israel y negando sus condiciones de apartheid, y el paso que dio el viernes. El cambio en ella, que aparentemente ha tenido lugar en muchos judíos, es una buena noticia, como lo es su coraje. Pero el camino todavía es largo. Portman no escribió que ella no vendría por «la violencia, corrupción, desigualdad y abuso de poder». Ni una sola palabra sobre el pecado original, la ocupación. Tampoco se dirige la protesta de Portman en la dirección correcta. Es autoprotector culpar a Netanyahu por todo. Al igual que la mayoría de los judíos liberales (e israelíes), Portman considera que Netanyahu es la raíz de todos los males. ¿Y qué hay de sus predecesores, los que sembraron las semillas de la destrucción y las matanzas en Gaza y Líbano, que impusieron un cierre cruel a Gaza, que fortalecieron la ocupación en Cisjordania y triplicaron el número de colonos? ¿Ella no estrecha la mano solo a Netanyahu? El poder de Portman en las redes sociales es enorme. El viernes por la mañana, su declaración en Instagram ya tenía 100,000 «Me gusta». Los judíos dieron un suspiro de alivio, al igual que muchos israelíes. Portman está en contra de BDS y Netanyahu, pero ella sigue celebrando «la comida israelí, sus libros, su arte, cine y danza». Con todo respeto, Sra. Portman, la comida, la danza y el cine israelíes también están contaminados por la ocupación en mayor o menor medida. Todos tenemos la culpa de eso. La manera de terminarla, que es la primera y esencial condición para hacer de Israel un país más justo, pasa por pasos valientes como el que tomó, pero deben abordarse el núcleo del infierno y no solo sus bordes; el foco del cáncer y no solo sus metástasis. Deben convertirse en pasos prácticos, como los que exige el movimiento BDS. Esa es la única forma de sacar a Israel de su complacencia. Humildemente me quito el sombrero por su valor, Sra. Portman. Su dirección es la correcta; sin viento de cola de gente como usted, nada aquí cambiará. Pero es solo un comienzo. Traducción: Dardo Esterovich Nota original: https://www.haaretz.com/opinion/.premium-that-s-the-spirit-ms-portman-but-it-s-just-a-start-1.6014090

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“Es una puñalada trapera”

Fuente: Martín Granovsky | Página 12 Fecha: 22 de ABR 2018 El ex canciller y actual diputado del Parlasur, Jorge Taiana dijo a Página|12 estar preocupado después del debilitamiento, o el posible final, de la Unión Suramericana de Naciones. –La Argentina tuvo la presidencia pro tempore de Unasur hasta hace pocos días  –afirmó ayer Taiana en una entrevista con este diario–. Y durante estos meses, ¿qué hizo? ¿Nada? ¿Le entrega la presidencia pro tempore a Bolivia y una semana después participa de la carta de seis países quejándose ante el canciller boliviano y anunciándole que suspenden su participación? Podría haber trabajado de otra manera. Y ahora, encima, ¿por qué el apuro? ¿No puede haber más reuniones de cancilleres para evitar la ruptura de Unasur? Es una puñalada trapera. Da toda la sensación de que se trata de un paso posterior a la Cumbre de las Américas de Lima, que terminó el 14 de abril sin que la Argentina lograse un acuerdo para condenar a Venezuela. Ni siquiera con Brasil. De paso, fue una cumbre que nació débil. El que la convocó, Pedro Pablo Kuczinski, dejó de ser presidente antes, por la corrupción. –El retiro de seis países de Unasur aparece en algunos grandes medios como una revancha sobre el chavismo. –No conocen la historia. La primera reunión de los países sudamericanos fue en el año 2000 en Brasilia, y la convocó Fernando Henrique Cardoso, que en ese momento era presidente de Brasil. –No fue Hugo Chávez, aunque ya era presidente. –No, no fue Chávez. Estuvo de acuerdo, pero la impulsó Cardoso. Quiero que se entienda bien: cuando digo que fue la primera reunión, me refiero a la primera en toda la historia independiente de cada uno de nuestros países. Hay que recordar que Brasil siempre buscó un lugar permanente en el Consejo de Seguridad y en parte por ese motivo quería fortalecer la región. Pero fue una buena iniciativa. Si no, basta con mirar el mapa, ¿no? –¿Y ver qué en el mapa? –Eso: el mapa. Ahí se ve claramente que Sudamérica es un área común. Ahora, cuando uno revisa la historia ve que en el 2000 estaban por cumplir 200 años de vida independiente y jamás se habían reunido. A solas, sin los Estados Unidos. Suena raro. Uno sabe que se juntaban los europeos, los africanos, los centroamericanos, los de América del Norte… Pero los sudamericanos, nunca. Quizás contribuyeron las guerras limítrofes del siglo XIX, que en algunos casos se prolongaron al XX como pasó con el conflicto entre Perú y Ecuador. Pero, y más todavía en un mundo globalizado, la integración de Sudamérica surge como una necesidad más que evidente. Ya era necesario antes del rechazo al ALCA y se hizo más necesario después. Más urgente. –El No a la formación de un Área de Libre Comercio de las Américas fue en Mar del Plata en noviembre de 2005. Usted mismo fue el coordinador designado por el gobierno para la cumbre. –Claro, y los países del Mercosur más Venezuela, que entonces no era parte del bloque, rechazamos formar un ALCA porque sería una forma de integración subordinada a los Estados Unidos. Por eso hablo de la urgencia. No subordinarse es una parte. Otra es construir o profundizar una integración de otro tipo, entre pares. Veo estos días que muchos rescatan el papel de la Unasur solo como una instancia para obras coordinadas de infraestructura y energía. No minimizo ninguna de las dos cosas. Son muy importantes. Pero lo cierto es que venía a cumplir un vacío grande en muchos aspectos. –¿En cuáles? –Lo respondo por la positiva. La Comunidad Sudamericana de Naciones creada en 2004 quedó congelada y en 2008 se relanzó como Unasur, Unión Suramericana de Naciones. Muy pronto se convirtió en un espacio de debate político entre los presidentes. Y también fue un modo de representación de la región ante el mundo. Por eso una de las cosas importantes es generar una identidad propia. Para eso fue que se hicieron los encuentros entre Unasur y la Liga Árabe y entre Unasur y África. Antes no había ni espacio de reunión entre los presidentes de Sudamérica ni entre Sudamérica y los demás. El Grupo de Río era incompleto. No abarcaba a todos. Las cumbres iberoamericanas incluían a España y Portugal, o sea que nada de Sudamérica por sí misma. Por eso lo valioso fue que creamos un espacio de diálogo y un espacio de representación a la vez. No es casual que el Mercosur y sus asociados tendían a la confluencia y a la convergencia con la Unasur. Otro punto fue la solución de conflictos. –El primero fue Bolivia. –Éso pasó en 2008, cuando a Evo Morales se le levantó la media luna oriental. La Unasur se había conformado en mayo de ese año. Cuando Chile tenía la presidencia pro tempore, con Michelle Bachelet, se produjo el conflicto y los presidentes de reunieron en Santiago. Ante la matanza de Pando Unasur envió una misión que encabezó Rodolfo Matarollo, un abogado nuestro de enorme experiencia en derechos humanos. Todos los países seguimos en la OEA pero al mismo tiempo fortalecimos la identidad sudamericana. Luego, en 2010, Rafael Correa sufrió la famosa rebelión policial, y también intervino la Unasur para garantizar la continuidad democrática. Y el tercer episodio importante fue la gestión de buenos oficios entre Juan Manuel Santos y Hugo Chávez que encabezó Néstor Kirchner. –Ya era secretario ejecutivo de Unasur. –Sí, y como ex presidente podía conversar con los presidentes de igual a igual. Fueron importantes, también, los encuentros de Unasur en Quito y en Bariloche para discutir el tema de las bases norteamericanas en Colombia. Incluso estuvo presente Álvaro Uribe cuando aún era presidente de Colombia. Pese a las diferencias se pudo generar confianza… Lo mismo con el Consejo de Defensa Suramericano, el CDS. Consolida la idea de que el país vecino deja de ser el potencial enemigo externo, como marcaba antes la historia de nuestra región. –En 1978, bajo dictaduras, la Argentina y Chile

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El malestar de la política

Fuente: Horacio Verbitsky | El Cohete a la Luna Fecha: 22 de ABR 2018 Con la segunda mitad del mandato del presidente Maurizio Macrì las instituciones fundamentales de la democracia, como la Constitución Nacional llama a los partidos políticos, se revuelven de inquietud y ninguno de los principales escapa a la sensación de crisis. En el caso del justicialismo no sorprende, porque la confrontación de sus jerarquías es la forma de ser que asumió desde que un golpe militar depuso a su fundador en 1955. Esto forma parte del folklore propio. (“Los peronistas somos como los gatos. Cuando nos oyen chillar creen que nos estamos peleando, pero nos estamos reproduciendo”, dijo Juan D. Perón desde su exilio madrileño.) Pero también de la ciencia política. (“La base militante del peronismo es estable, las que rotan son las élites que la conducen”, escribió Steven Levitsky en La transformación del justicialismo. Del partido sindical al partido clientelista, 1983-1999. En 2005 agregó una asombrada caracterización del kirchnerismo como un hecho nuevo, por su fuerte impronta ideológica, ausente desde los tiempos de John William Cooke.) Pero el malestar alcanza también a los integrantes de la Alianza Cambiemos en el gobierno, entre sus miembros y al interior de alguno de ellos. Embajadas para dos Luego de las elecciones de 2019 es probable que se produzca en el oficialismo una renovación de sus primeras filas, con el retiro de algunos de los principales articuladores políticos, tanto en la Cámara de Diputados como en el Poder Ejecutivo. Quienes maduran su salida son el Presidente de Diputados, Emilio Monzó, y el ministro de Obras Públicas, Vivienda e Interior, Rogelio Frigerio (n), en conflicto permanente con el jefe de gabinete Marcos Peña Braun, quien ejecuta los diseños del consultor Jaime Durán Barba. El último episodio, el miércoles 18, fue en torno de la sesión especial para tratar el tarifazo. La operación, orquestada desde la jefatura de gabinete, dejó la sesión sin quórum por un voto. Monzó había sugerido un camino menos ríspido: contribuir al quórum y dejar en evidencia que aún unida con un tema tan convocante, la oposición quedaba lejos de los 2/3 que hubiera necesitado.Tanto Monzó como Frigerio marcharían como embajadores a países agradables. En la nómina de bajas también podría figurar el presidente del bloque oficialista de diputados, Nicolás Massot, porque en el gobierno crece la idea de que no da la talla para el cargo, luego de su blooper televisado, en el que habló en términos ofensivos para los aliados radicales, creyendo que no estaba al aire. Más allá de la inexperiencia, el contenido de la frase lo alejó de la consideración de la elite de PRO. “¿Vos tenés alguna duda de que después de nosotros vuelve el peronismo?”, dijo. Imperdonable hasta en privado. Durán Barba y Peña Braun desprecian por igual a radicales y peronistas. Tanto Monzó (quien se formó junto con Florencio Randazzo) como Frigerio (de cuyo linaje familiar aprendió que una veta popular es imprescindible para hacer política en la Argentina) intentan mantener y desarrollar la relación con varias de las facciones de origen peronista. En cambio Durán Barba y Peña Braun creen tener la sapiencia para prevalecer sobre el justicialismo sin ayuda. A lo sumo reconocen la utilidad de mucamos, como Miguel Pichetto. “Que el balbuceante Esteban Bullrich venciera a CFK es la prueba de que llegamos para quedarnos”, se jactan, con ese síndrome típico de todo gobierno nuevo, desde Videla a Cristina sin saltearse a Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Néstor Kirchner. Todos llegan a la Casa Rosada con una impronta refundacional: Galtieri con la guerra de las Malvinas y las urnas bien guardadas; Alfonsín con el regreso de la democracia y el traslado de la Capital a Vietnam del Sur; Menem con la convertibilidad y el neoliberalisno populista, Kirchner con la política de derechos humanos y la trambersabilidad, como lo pronunciaba; CFK con la recuperación y ampliación de derechos en un esquema nacional y popular. “Vinimos a cambiar la historia”, repite ahora Macrì. Unos antes que otros, debieron aprender que la realidad era más escabrosa que la planicie de sus sueños. La intervención El gobierno nacional se preocupó por difundir que no tuvo arte ni parte en la intervención del Partido Justicialista ordenada por la jueza electoral de la Capital Federal, María Servini. Usó para ello diversos argumentos, desde el más angelical (nosotros respetamos la independencia de la justicia) hasta el más jactancioso (tenemos buenos abogados, con masters en las mejores universidades del mundo; nunca hubieran escrito una resolución tan brutal. Esa es una pluma del propio Barrionuevo). Pero sólo pueden atender ese razonamiento quienes ignoren que en diciembre el asesor y amigo presidencial José Torello visitó en La Plata al titular del juzgado federal 2, con competencia electoral, Adolfo Gabino Ziulu. Ese juzgado fue escenario de una encarnizada batalla desde la muerte de su titular vitalicio, Manuel Blanco. El kirchnerismo tardío logró colocar allí como juez subrogante al secretario Lautaro Durán, hijo del camarista y profesor de la policía Ramón Alberto Tito Durán. Aduciendo la afinidad generacional, Lautaro obtuvo que el comisario de justicia de entonces,Julián Álvarez, lo hiciera designar, sin preocuparse por su inquietante filiación. Pero en julio de 2015 la Cámara Federal de la Capital declaró inconstitucionales dos artículos de la ley de subrogancias, Lautaro fue devuelto a su antiguo cargo y en 2016 Macrì colocó allí a su compañero del colegio Newman, Juan Manuel Culotta. El año pasado esa designación también fue declarada inconstitucional y luego de un interinato de la porteña María Servini, Ziulu se instaló en el juzgado electoral. Autor de un tratado de derecho constitucional, de buena relación con la jerarquía local de la Iglesia Católica, Ziulu escuchó el pedido de Torello de que interviniera el Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, pero no accedió. Poco más de cien días después, Servini dispuso la intervención al justicialismo nacional, desde el cual el estadista Luis Barrionuevo no tendrá reparos en apoderarse también de la franquicia bonaerense. Las risotadas con que Barrionuevo presentó a sus colaboradores Carlos Campolongo y Julio Bárbaro en la primera conferencia de prensa de su gestión sugieren que no han comprendido la situación

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A un mes de las presidenciales en Venezuela: los votos en tiempos de guerra

Fuente: Marco Teruggi* | La Tecla Eñe Fecha: 21 de ABR 2018 El 20 de mayo habrá elecciones presidenciales en Venezuela. Parecía impensable, o casi, hace un año atrás, cuando el país era una sucesión de trincheras, asaltos y plomo con el Palacio de Miraflores como objetivo. También lo era sostener que el chavismo llegaría con tres elecciones ganadas —constituyente, municipales, gobernaciones— los pronósticos a su favor, que Nicolás Maduro tendría ante sí a un pastor evangélico, Javier Bertucci, y un traidor recientemente derrotado en las urnas, Henry Falcón. La política no es matemáticas y Venezuela no encaja en manuales. La derecha llega con una superposición de derrotas, incapacidades estructurales, descrédito en las masas. Pocos creen en su dirigencia agrupada en el Frente Amplio Venezuela Libre, Soy Venezuela, o como pieza solitaria en campaña. Los primeros son la reagrupación de pedazos rotos de la Mesa de Unidad Democrática, desde Acción Democrática hasta Primero Justicia, Voluntad Popular, con la incorporación subordinada de partes de lo que fue denominado chavismo crítico, con la intención de mostrar una nueva amplitud. Su planteo público es recuperar la democracia, lograr elecciones justas. En privado apuestan centralmente a la estrategia golpista/intervencionista. Los segundos, principalmente Vente Venezuela y Antonio Ledezma, sostienen que no habrá solución posible a través de la vía electoral. Esos dos agrupamientos no presentan candidatos para el 20 de mayo. Falcón decidió aprovechar ese vacío para lanzarse como pieza solitaria -¿al vacío también?- con su propuesta de dolarización de la economía. El cuadro nacional, las miserias opositoras, son importantes para entender por qué el chavismo tiene mayores oportunidades en votos. La derecha no tiene liderazgos genuinos, alternativa de país, su violencia del 2017 volvió a poner sobre la mesa quiénes son. El problema es que el centro de gravedad del conflicto no reside en Venezuela. El análisis de los derroteros opositores permite entender una parte menor del asunto. Sus decisiones no son muchas veces suyas, en particular cuando es financiada de manera directa, como los 16 millones de dólares que recientemente le aprobó el gobierno norteamericano —eso es solo lo público—. El epicentro del conflicto está en el frente internacional, dirigido por los Estados Unidos, con sus aliados de la Unión Europea, y los gobiernos subordinados del continente. Ahí se planifican las tácticas, la dirección central de los ataques, la construcción de sus escenarios, actores, ángulos de tiro. Así como el enfrentamiento ha desbordado el cuadro nacional y tiene centro de operaciones en el exterior, también la lógica del conflicto del enemigo abandonó lo democrático —una tendencia en marcha en el continente— y se encuentra en los territorios de la guerra no convencional que busca periódicamente desenlaces por la vía que sea posible. Las elecciones presidenciales deben analizarse en ese cuadro. La apuesta seguramente sería electoral en caso de haber tenido con qué. Los Estados Unidos, al leer la debilidad de la derecha, optaron por vaciarlas. Rompieron la mesa de diálogo con el gobierno en República Dominicana a principios de año, apostaron por aumentar el bloqueo sobre la economía de manera articulada con sus aliados/subordinados con la amenaza del embargo petrolero, continuar el intento de aislamiento diplomático, demonización comunicacional mundial, y preparar nuevos asaltos en función de cómo evolucionen las variables que impactan en simultáneo. Todas las posibilidades están en desarrollo. Retirarse de las presidenciales no significa que no desarrollen política para ese escenario. La estrategia del vaciamiento es la del no reconocimiento internacional de los resultados, y el argumento de la pérdida de legitimidad de origen del gobierno ya que estaría basado en un fraude. Eso abriría las puertas a nuevas acciones que serían legales al estar frente, ahora sí, a una dictadura. Ese planteo ha venido en desarrollo desde el año pasado, con el ensayo fracasado del gobierno paralelo, del cual queda el Tribunal Supremo de Justicia ilega—por completo desconocido entre la gente en Venezuela— que según la derecha sería el auténtico. No es casualidad que haya vuelto a aparecer mediáticamente en estas semanas, de la mano con la prófuga ex Fiscal General —que se fotografía con el ex presidente colombiano Álvaro Uribe— y la Asamblea Nacional en desacato, con la línea de enjuiciamiento del presidente para no reconocerlo —nuevamente— y, afirman, destituirlo. Se trata de una acción pensada para el frente exterior: ¿cómo piensan materializarlo en lo nacional? No es la única política ante las elecciones: la otra es intentar actos de fuerza para conmocionar al país. El caso más reciente es la operación Gedeón II, donde fue desmantelada una célula que preparaba acciones con explosivo sobre puntos neurálgicos como el Consejo Nacional Electoral, y la comandancia de la Guardia Nacional Bolivariana, ligada a su vez con la trama de Oscar Pérez —presentado como mártir por la mediática internacional— quien en julio pasado había disparado sobre el Ministerio de Relaciones Interiores Justicia y Paz y lanzado granadas sobre el Tribunal Supremo de Justicia. No se trata solamente de vaciar sino de llegar a los comicios en las peores condiciones, impedirlas, y, de darse, que haya la menor participación posible. La pregunta es qué pasará luego del 20 —con una posible victoria de Maduro— además del recrudecimiento de las líneas de ataque en marcha. Algunos indicios se han dado en estas semanas. Uno de ellos es el intento detenido de conspiración dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, donde fueron arrestados seis tenientes coroneles, un primer teniente y dos sargentos, pertenecientes al Movimiento de Transición a la Dignidad del Pueblo, con fuerza en el Batallón Ayala, uno de los principales del país, situado en Caracas. La apuesta hacia el formato clásico de Golpe de Estado está presente, lo financian, lo invocan voceros y medios de la derecha. Otra hipótesis de resolución sería una acción de fuerza a través de vías fronterizas, con montaje de escenarios de falsa bandera, que abrirían las puertas a una escalada, o con el argumento de la crisis humanitaria. Antonio Ledezma, en línea con Julio Borges, se lo imploraba al vicepresidente norteamericano en Lima, el mismo día

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Una teología detrás del anti-semitismo

Fuente: Eduardo de la Serna | http://blogeduopp1.blogspot.com.ar/ Fecha: 20 de ABR 2018 Intervención en el encuentro con motivo de los 75 años del Levantamiento del Guetto de Varsovia organizada por el Llamamiento Argentino-Judío, el ICUF y Convergencia (20 de abril 2018). Antes de empezar, una nota sobre la actual legislación polaca: parece que no hubo nada, no hubo “campos” en Polonia, no hubo guetto, no hubo levantamiento… Muy católicos, parece que dicen que son: la Liga Polaca contrala Difamación. Repitiendo a Violeta Parra quiero decir: “Si acaso esto es un motivo, ¡preso voy también sargento!” Una breve nota personal: Vengo de una familia de clase media; católica. Con militancia católica–social–política en los 70. Cuando mis amigos desaparecieron o se exiliaron estaba en el seminario; por tanto, mi nuevo mundo de relaciones fue “re-católico”. No tenía ni siquiera “un amigo judío”. Como profesor de Biblia, además de estudiar hebreo y conocer la historia de Israel tuve la ocasión de leer la obra del antropólogo francés René Girard (+2015). Allí pude descubrir lo que “dice acerca de Dios” una lectura sacrificial. Dice Girard que Israel es el único pueblo en el que la “víctima” que supuestamente Dios quiere no se identifica (“mímesis”) con el antagonista sino con el mismo Israel. Y que progresivamente, en este pueblo, las ofrendas cada vez más van dejando de ser violentas para ser de otro tipo, como es el caso de los sacrificios de comunión (que tienen el shalom en su raíz hebrea). El ejemplo máximo –siempre según Girard– se ve en el siervo (‘ebed) de Dios al que hace referencia Isaías. Los seguidores del judío Jesús de Nazaret continuaron esta imagen no sacrificial hasta el punto en que ante el asesinato del profeta de Galilea entienden que Dios toma clara partida por la víctima. Pero muy rápidamente el cristianismo fue dejando esta lectura y el Dios violento y sediento de sangre volvió a ser protagonista. El antisemitismo, sigue diciendo Girard, es la expresión evidente de la búsqueda de una víctima que se debe ofrecer para saciar la sed de Dios. No seré yo el que miraré la historia de Israel para ver si algunos en algún momento hicieron lo mismo. Jesús nos dice bien claro que no es sensato mirar la paja en el ojo ajeno cuando tienes una viga en el tuyo. La historia de la Iglesia está cargada de víctimas que se quiso sacrificar derramando sangre que saciaría más a un ídolo que al Dios de la Biblia. Podríamos marcar el anti-judaísmo como una suerte de leit-motiv que desde el s.II acompañó a la Iglesia hasta bien entrado el s.XX con resabios que todavía hoy permanecen en algunos. Sin duda hay excepciones que parecen justificar la regla, como es el caso de Teresa de Ávila, que, en pleno antisemitismo español a poco de la expulsión de 1492, no reniega (aunque por obvias razones no publicita) su sangre judía. Pero convengamos que el dios sanguinario no reclamó solamente sangre judía. Los “moros” también fueron, en un período más acotado de la historia, unas víctimas apetecibles. Las cruzadas revelaron otro rostro de la necesidad de saciar el sadismo de dios. Las mujeres que no aceptaran su destino divino de ser religiosas o esposas recibieron el estigma de brujas, por más religiosas que fueran; el caso de Marguerite Porete (+1310) y la condena de las beguinas es bien ilustrativo, ¡y no el único! En nombre de la “ley natural”, de la que la Iglesia se tenía extrañamente por depositaria, decenas de colectivos debían calmar la ira de Dios. Lo “diferente” era contrario a lo natural, desde el vestirse con ropas masculinas de Juana de Arco (+1431) a la homosexualidad, desde la idolatría que debía extirparse en las comunidades indígenas latinoamericanas a la aceptación, siempre natural, de la esclavitud. La “sana teología”, especialmente de la Universidad de París a la teología imperial española mostraba –siguiendo a Aristóteles– que es natural la esclavitud. Y podríamos seguir con decenas de masacres teológicamente justificadas (o calladas) en la historia por quienes parecían más ciudadanos de Esparta que de Nazaret. Pero no podemos negar que también, fieles al Dios bíblico, decenas de seguidores supieron ser artesanos de la paz, arquitectos de justicia. Fuera de la Iglesia católico romana, en el s.XX no puedo menos que hacer mención de Elie Wiesel, Martin Luther King y Dietrich Bonhöffer y no quiero dejar de hacer memoria de una enorme mujer mística judía: Etty Hillesum, mártir en Auschwitz. Mirando la historia, no podemos dejar de recordar al gran instrumento de paz, Francisco de Asís, que en plenas cruzadas se dirige desarmado a encontrarse con el sultán de Egipto, o con Bartolomé de las Casas o Pedro Claver que desencadenaron enormes movimientos de resistencia y defensa de las víctimas. Para no irnos lejos, no corresponde olvidar a los grandes defensores de los DDHH en Argentina, desde Marshal Meyer hasta Jorge Novak o Jaime de Nevares, o la obra titánica del laico Emilio Mignone. Dos teologías entraron en conflicto: una, creyente en el dios violento sediento de víctimas y su sangre, que tuvo la terrible trascendencia de la violencia y el terror, y otra la siembra silenciosa de cientos de miles de creyentes en el Dios de la vida y la paz. Fueron estos los que gritaron con su vida, y –si fue el caso, hasta su muerte– que Dios quiere la vida y no quiere víctimas; que supieron levantarse con la dignidad de la vida confrontando el rostro idolátrico de la muerte. Celebramos un levantamiento, la dignidad en alto. Un levantamiento que trajo sangre, que Dios no quiere porque es Dios de la vida. Pero que fue sangre derramada por los violentos. Nadie quería morir, pero muchos no querían vivir de rodillas ni ver oprimidos a sus hermanos. No se trata de “dar la vida”, se trata de “dar vida”, para que otras y otros vivan. Y para los creyentes en el Dios de la Biblia se trata de saber, en esta grieta, de qué lado está Dios.

America Latina, Internacionales, Portada

Doce presidentes estadounidenses después, ¡Cuba sigue enhiesta y altiva!

Fuente: Sergio Rodriguez Gelfenstein | AVN Fecha: 20 de ABR 2018 Han hecho todo lo posible, legal e ilegalmente, han quemado cañaverales, han introducido plagas a los animales, las plantas y las personas, organizaron, armaron y financiaron una invasión militar que el pueblo cubano derrotó en menos de 72 horas un día como hoy hace 57 años, han promovido deserciones y riesgosas migraciones ilegales, han robado cerebros, han intentado asesinar a sus dirigentes centenares de veces , han mantenido un bloqueo ilegal e inhumano por casi 60 años, se sostienen de manera ilegítima en la base naval de Guantánamo contra la voluntad del pueblo cubano, han gastado miles de millones de dólares en la subversión, el sabotaje y el terrorismo, pero no lograron su objetivo: no sacaron ni a Fidel ni a Raúl del poder, ellos se fueron por voluntad propia y por decisión del pueblo cubano. Hoy Raúl se retira de su cargo de presidente de Cuba y lo hace por la puerta ancha de la historia, reconocido, admirado y querido por su pueblo, igual como lo hizo Fidel. Doce presidentes desde Eisenhower hasta Trump, fracasaron en el intento: los Castro hicieron revolución, hicieron patria, hicieron socialismo, hicieron internacionalismo y triunfaron. La pequeña Cuba, aislada durante décadas por sus pares latinoamericanos, bloqueada hasta hoy por la obsesión imperial, tuvo fuerzas para salir adelante y todavía le quedaron restos para transmitir amor, solidaridad, educación, cultura y salud por los infinitos rincones del planeta, donde por cierto regaron con la sangre de sus mejores hijos los campos, las ciudades, las montañas y los desiertos de África, el Medio Oriente, el Caribe y América Latina y vale preguntarse ¿qué riqueza se trajeron de vuelta?. Ninguna, absolutamente nada material, solo el honor de saldar su propia deuda con la humanidad como dijera Fidel en algún momento. Acaso Fidel y Raúl pensaron que iban a ser presidentes cuando aquella mañana irredenta del 26 de julio de 1953 arriesgaron sus vidas para iniciar el camino de la liberación, acaso se amilanaron cuando fueron juzgados «en tan difíciles condiciones» y teniendo que defenderse, considerando que jamás «contra un acusado se había cometido tal cúmulo de abrumadoras irregularidades»… y salieron adelante. Hoy, cuando Raúl ha dejado de ser presidente de Cuba, al igual que Fidel, puede exclamar a viva voz que la historia lo absolvió, abandonando la más alta magistratura, pero dejando un país soberano, digno y respetado en el concierto internacional, más por la fortaleza de sus ideas, por la reciedumbre de sus mujeres y sus hombres y por su amor a la patria, que porriquezas materiales que la naturaleza no le proveyó. La cárcel, esa prisión fecunda que transformaron en escuela de formación revolucionaria, solo sirvió para acrecentar su confianza en el camino emprendido. La creación de una organización que diera continuidad a la epopeya del Moncada, ocupó todos los esfuerzos y desvelos, ninguno de ellos estuvo dedicado a pensar en qué harían cuando fueran presidentes. El exilio mexicano, la preparación para regresar a la patria y a la lucha, el Granma: 82 combatientes en aquella exigua nave que puso proa hacia la isla querida y hacia la lucha. ¡En el 56 seremos libres o seremos mártires! ¿Estaban pensando en ser presidentes? No, el futuro era la libertad o la muerte y nuevamente lo asumieron sin dudar y cuando después del desembarco, y tras el desastroso combate de Alegría de Pío, en Cinco Palmas logran reunirse 8 combatientes, Raúl entre ellos, y 7 fusiles, Fidel afirmó categórico ¡Ahora si ganamos la guerra!. ¿Es que acaso estaban pensando en la presidencia? La lucha pasó por momentos difíciles, los combates eran permanentes y continuos, pero el apoyo de los campesinos también crecía. No había tiempo de pensar en la presidencia. El escenario de los combates fue aumentando, el influjo del Ejército rebelde se ampliaba con los días y en marzo de 1958, Raúl, que no había pensado en la presidencia, fue ascendido a comandante y se le encargó salir del abrigo protector de la Sierra Maestra para crear el Segundo Frente, en la zona nororiental el país. Tuvo que partir de cero para crear las bases revolucionarias de un territorio que comenzó a ser liberado. Dos años y 13 días después del encuentro entre Fidel y Raúl, en Cinco Palmas, el 1° de enero de 1959, la revolución triunfante inició el cambio en la fisonomía de la isla. Ese día Fidel dijo que «La Revolución empieza ahora, la Revolución no será una tarea fácil, la Revolución será una empresa dura y llena de peligros…». Alguien puede suponer que en ese momento estaba pensando en la presidencia. Acaso, ¿les tembló el pulso en Playa Girón?, ¿estaba Fidel cavilando sobre la presidencia cuando desde un obús autopropulsado frente a los barcos de la armada de Estados Unidos, dirigió directamente los combates que permitieron rechazar la invasión mercenaria?…y podríamos poniendo ejemplos, pero el espacio no lo permitiría, el transcurrir del proceso revolucionario muestra de manera fehaciente que los cubanos fueron resolviendo cada problema que se les presentaba en el tiempo y de la manera mejor, según sus propios criterios. Por cierto, como todo proceso social, lo hicieron con aciertos y con errores. Ahora que en Cuba hay un nuevo presidente, me voy a permitir recordar algunos párrafos de un artículo referido a la llamada transición en Cuba, que escribí en diciembre de 2016, tras el fallecimiento de Fidel. Según la información que manejo de fuentes directas, la llamada transición en Cuba comenzó en realidad en septiembre de 1986, «…en febrero de ese año se celebró el III Congreso del Partido Comunista (PCC) y solo un mes antes, Fidel había cumplido 60 años. Es evidente que las reflexiones realizadas por las altas autoridades cubanas respecto de esos dos hechos, y seguramente otros más, llevaron a la conclusión de que había llegado el momento de comenzar a pensar en la necesidad ineludible de preocuparse con mucha antelación por la continuidad de la revolución cubana en el tiempo, dando paso a una fase permanente y continua de formación de cuadros que hiciera que el natural proceso de finitud de la

Comunicados y Declaraciones

Una reflexión en torno al aniversario de Israel

El LLAMAMIENTO Argentino Judío comparte la reflexión del escritor e intelectual israelí David Grossman en relación con el 70 aniversario del Estado de Israel. Grossman, quien ha sido galardonado recientemente con el Premio Israel de Literatura, es uno de los numerosos padres y madres israelíes y palestinos que han perdido a un hijo o una hija en un conflicto fratricida que incluye guerra, terrorismo y ocupación, y que lleva ya siete décadas, el mismo tiempo de la existencia de ese Estado. El Llamamiento hace suyas las sensibles palabras de Grossman, quien señala y advierte acerca del único camino posible para lograr la paz entre los dos pueblos. *** Queridos amigos, buenas noches Hay mucho ruido y conmoción alrededor de nuestra ceremonia, pero no olvidemos que por sobre todo esta es una ceremonia de recuerdo y comunión. El ruido, incluso si está presente, está en este momento más alejado de nosotros, porque en el corazón de esta noche nos envuelve un profundo silencio: el silencio del vacío creado por la pérdida. Mi familia y yo perdimos a Uri en la guerra, un hombre joven, dulce, inteligente y divertido. Casi doce años después todavía me es difícil hablar de él en público. La muerte de un ser querido significa en realidad también la muerte de una cultura privada, completa, personal y única, con su propio lenguaje especial y su propio secreto, y nunca volverá a existir, ni habrá ninguna como esta. Es indescriptiblemente doloroso enfrentar ese «no» decisivo. Hay momentos en los que ese «no» casi absorbe todo el «tener» y todo el «sí». Es difícil y agotador luchar constantemente contra la gravedad de la pérdida. Es difícil separar la memoria del dolor. Me duele recordar, pero es aún más aterrador olvidar. Y qué fácil es, en esta situación, ceder ante el odio, la ira y la voluntad de venganza. Pero me doy cuenta que cada vez que me tientan la rabia y el odio, de inmediato siento que estoy perdiendo el contacto vivo con mi hijo. Algo está sellado. Y así llegué a mi decisión, hice mi elección. Y creo que aquellos que están aquí esta noche, hicieron la misma elección. Y sé que dentro del dolor hay también aliento, creación, el hacer el bien. Ese dolor no aísla sino que también conecta y fortalece. Aquí, incluso los viejos enemigos, israelíes y palestinos, pueden conectarse entre sí más allá del dolor e incluso por causa de él. He conocido bastantes familias en duelo en estos últimos años. Basado en mi experiencia les he dicho, que incluso viviendo en medio del dolor, deben recordar que a cada miembro de la familia se le debe permitir llorar de la manera que quiera, tal como es y de la forma en que su alma le dice que lo haga. Nadie puede indicarle a otra persona cómo llorar. Eso es válido para una familia privada, y lo es para la extensa «familia en duelo». Hay un sentimiento fuerte que nos conecta, una sensación de destino común, y el dolor que solo nosotros conocemos, para el cual casi no hay palabras, allá afuera donde brilla la luz. Es por eso que, si la definición de «familia en duelo» es genuina y honesta, por favor respeten nuestro camino. Merece respeto. No es un camino fácil, no es obvio, y no está exento de contradicciones internas. Pero es nuestra manera de dar sentido a la muerte de nuestros seres queridos, y a nuestras vidas después de su muerte. Y es nuestra forma de actuar, de hacer, no de desesperar y no de desistir, para que un día, en el futuro, la guerra se desvanezca y tal vez cese por completo, y comencemos a vivir, vivir una vida plena y no solo subsistir de guerra en guerra, de desastre en desastre. Nosotros, israelíes y palestinos, que en las guerras entre nosotros hemos perdido lo más caro, más caro quizás que nuestras propias vidas, estamos condenados a enfrentar a la realidad a través de una herida abierta. Aquellos así heridos ya no pueden fomentar ilusiones. Los así heridos saben en qué medida la vida se compone de grandes concesiones, de un compromiso sin fin. Creo que el dolor nos convierte, a los que estamos aquí esta noche, en personas más realistas. Vemos con claridad, por ejemplo, todo lo relacionado a los límites del poder, a las ilusiones que siempre acompañan a aquel que sustenta el poder. Y ahora somos más cautelosos, más de lo que éramos antes del desastre, y nos llenamos de odio cada vez que detectamos una exhibición de orgullo vacío, o eslóganes de nacionalismo arrogante, o declaraciones prepotentes de los líderes. Somos más que cautelosos: somos prácticamente alérgicos. Esta semana Israel celebra 70 años. Espero que podamos celebrar muchos años más y muchas más generaciones de hijos, nietos y bisnietos lo hagan, viviendo aquí junto a un estado palestino independiente, en forma segura, pacífica y creativa, y lo más importante, en una serena rutina diaria, en buena vecindad; y sintiendo que éste es su hogar. ¿Qué es un hogar? El hogar es un lugar cuyas paredes, sus fronteras, están definidas y son aceptadas; cuya existencia es estable, sólida y sosegada; cuyos habitantes conocen sus códigos íntimos; cuyas relaciones con sus vecinos se han resuelto. Un lugar que proyecta un sentido de futuro. Y nosotros los israelíes, también después de 70 años, y no importa cuántas palabras salpicadas de miel patriótica sean pronunciadas en los próximos días, aún no hemos llegado allí. Todavía no estamos en casa. Israel se estableció para que el pueblo judío, que casi nunca se sintió en casa en ningún lugar del mundo, finalmente tuviera un hogar. Y ahora, 70 años más tarde, puede ser que la poderosa Israel sea una fortaleza, pero aún no es un hogar. La solución a la compleja relación entre israelíes y palestinos se puede resumir en una breve fórmula: si los palestinos no tienen un hogar, los israelíes tampoco lo tendrán. Lo opuesto también es cierto: toda

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