Una rutina obsesiva
Fuente: Horacio Verbitsky | El cohete a la luna Fecha: 16 de febrero de 2020 El tema llegó a las páginas de The Economist como parte de un conflicto interno en el Banco Mundial, donde por segunda vez en menos de tres años renunció su economista principal. La revista de negocios lo atribuye a la negativa de los más altos niveles del Banco a publicar una investigación académica sobre la correlación entre los préstamos realizados y el incremento de las cuentas offshore donde se refugia parte de ese dinero. Sin darse por enterada, la prensa comercial y de sesgo ideológico de la Argentina insiste en propiciar conflictos entre el Presidente Alberto Fernández y su Vicepresidenta, una ilusión que acaricia como una rutina obsesiva y compulsiva. Durante la presentación de su libro Sinceramente en la feria del libro de La Habana, Cristina se refirió a la negociación de la deuda argentina con el Fondo Monetario, en los términos que se escuchan en este video. Pidió allí un Nunca más para el endeudamiento, mencionó el alejamiento de David Lipton, responsable del préstamo “ilegal” al gobierno de Maurizio Macrì, y reclamó que «me apliquen el estatuto del Fondo completo, del primero hasta el último artículo. No me elijas el capítulo que me vas a aplicar”. Es decir, si no se cumplió con el artículo que prohíbe otorgar préstamos para financiar la salida de capitales, también debería relajarse aquel que veda hacer una quita al capital del Fondo. «¿ Por qué vamos a hacer valer una prohibición y la otra no? Y no estoy hablando de cuestiones ideológicas. Estoy hablando de la ley y de la buena fe», dijo. Agregó que en la solución debe participar la sociedad, que es la que va a pagar. “Todos deben respetar las normas” y “el acreedor debería establecer una quita sustancial”. El FMI se sintió tocado y su vocero Gerry Rice, uno de los últimos altos funcionarios de la gestión de Christine Lagarde que no fue removido por Kristalina Georgieva, respondió que ni habría quita ni se violaron los estatutos. Las palabras de Cristina fueron presentadas en portales y pantallas como fuego amigo contra Alberto Fernández, presunta prueba de la antinomia entre la moderación y sensatez presidencial y la irresponsabilidad de su Vice en medio de la negociación. Una vez más, el Presidente contrarió esa lectura tendenciosa y dijo que compartía la “impecable posición” de su Vice. Recordó incluso que eso mismo le planteó él a la misión del Fondo que lo visitó después de las elecciones primarias y antes de las presidenciales. El comunicado emitido ese 27 de agosto de 2019 dice que el candidato “reiteró su preocupación por el hecho de que los créditos otorgados por el FMI al Gobierno Nacional hayan sido utilizados, en gran parte, para financiar la salida de capitales”. Agregó que “este fenómeno constituye un incumplimiento flagrante a lo dispuesto por el Artículo VI del Acta Constitutiva del organismo cuyo primer párrafo dispone que ningún miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital«. Es el mismo artículo con el que CFK respondió a Rice, advirtiéndole que “los argentinos y las argentinas sabemos leer”. Según los datos de CIFRA, durante los 48 meses de gobierno de Cambiemos, la deuda pública se incrementó en 103.808 millones de dólares y la fuga llegó a 93.667, o sea, el 90,2%. Ex funcionarios de Macrì y su prensa adicta alegan que los préstamos se utilizaron para pagar deudas anteriores en letras y bonos y así intentan refutar el dato de la fuga, cuando la retribución por la bicicleta financiera es sólo de una escala intermedia, la toma de ganancias que luego se dolariza y deja el país. Como explica Eduardo Basualdo, lo que se va no es el consumo de las clases superiores, que se mantiene o aún crece, sino la inversión. Porcentajes La economista principal del Banco Mundial, Pinelopi (Penny) Goldberg, acaba de dejar el cargo luego de apenas 15 meses, el mismo suspiro que duró su predecesor, Paul Romer. El detonante fue un estudio de los investigadores escandinavos Jorgen Juel Andersen, de la Business School de Noruega, y Niels Johannesen de la Universidad de Copenhague como primeros autores. En 2015, Johannesen presentó ese trabajo, según el cual cuando aumentaban los precios del petróleo, crecían los depósitos en bancos suizos. Entre quienes asistieron a la presentación estuvo Bob Rijkers, miembro del equipo de investigación del Banco Mundial, quien acordó estudiar junto con los escandinavos qué ocurría con los préstamos a países dependientes del Banco y de otros organismos internacionales. La muestra abarcó 22 países, entre 1990 y 2010, y se verificó que los depósitos de ese origen en guaridas fiscales fueron el 5% de los préstamos recibidos. Por una fuga del 5%, el Banco Mundial perdió a su economista jefa. La publicación no fue aprobada por la conducción del Banco Mundial, para el que la correlación no prueba causalidad. Igual duda cubre la renuncia de la economista principal, de quien dependen los investigadores, que en marzo volverá a la academia, en Yale. Que este tema haya merecido la nota principal en la sección Economía y Finanzas de The Economist es un dato relevante. Si el 5% de fuga mueve así las piezas, ¿qué debería ocurrir con el 92% de los cuatro años de Macrì, un porcentaje apabullante? En todo caso, esto ratifica la centralidad del problema de la deuda para la economía y la sociedad argentina y la absoluta pertinencia de la observación de Cristina, ratificada por Alberto. La cuerda se puede romper La exposición del ministro Martín Guzmán en el Congreso se ajustó a la máxima latina suaviter in forma, fortiter in re. Sin levantar nunca la voz reiteró lo que vienen diciendo el Presidente Fernández, la Vicepresidenta Fernández y el jefe del bloque de diputados Kirchner: tanto el FMI como los bonistas son corresponsables de la crisis de deuda que generó Macrì y deberán aportar para la solución, que no puede basarse en el ajuste fiscal. «Aquí hay mucho dinero