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Las fiestas y el Principio Esperanza

Fuente: Jorge Elbaum| Dejámelo Pensar (Sandra Russo) Fecha: 23 de diciembre de 2020 Imágen: Antonio Berni. Juanito Laguna va a la Fábrica. 1977 Jesús es el nombre latino de Iehoshua, cuyo apócope es Ieshua o Ieshu (יֵשׁוּעַ). En arameo y en  hebreo Ieshu significa “salvador” o “redentor”. Ese fue el nombre que Miriam (מרים)  traducida como María, eligió para su hijo. Ieshu es el nombre de quien anuncia y transmite la liberación. Cristo es una palabra griega (cristós) que traduce el término hebreo de Meshíaj (משיח) cuy traducción es “ungido” o “elegido”.  Ieshu es postulado como el elegido que trae la redención, la liberación. Un enviado, un testigo  que expresa la esperanza por una salvación ante el terror imperial romano. Un maestro (Rabí) que formula la recuperación de la amistad, de la humanidad. Alguien que simboliza la contracara del daño, de la falta. Que enuncia la presencia de quienes duelen o ven pasar su biografía a través de un velo de sufrimiento e injusticia. La tradición judía apostó a la llegada de un enviado. De una reparación frente al malestar. Y los tiempos mesiánicos se asociaron siempre con los contextos de opresión. La salvación remitía a un padecimiento generalizado que debía recurrir a la esperanza. Postuló la redención, como una acción capaz de trasmitir algún tipo de curación ante la pérdida. Cordialidad y empatía ante la congoja. Sensibilidad ante la angustia. La relación de Ieshu con sus amigxs expresa ese paradigma de la amistad encarnada en la abnegación. En la posibilidad de que la fraternidad/sororidad fuese la única moneda corriente del intercambio humano. En la promesa del encuentro libre de soberbias, de pretensiones jerárquicas y de mezquindades egoístas.  La periodicidad humana, tan abierta a lo cíclico, dispuso fechas para reactualizar esta pertinaz esperanza. La que convive en una intención superadora de la herida. En la apuesta a un propósito de empatías múltiples en perpetuo desafío de la crueldad. De ahí viene la expectativa del presencia o la irrupción: una llama encendida en la oscuridad de una noche que no sabemos si titila, o su apariencia intermitente es producto de la distancia que la nubla.  Un nacimiento es un ritual de celebración vital. Una ratificación de la persistencia de la vida frente a la negra mancha de la caída. Un vínculo con la trascendencia al interior de lo que se inicia. Un grito de llanto tierno ligado a la rugosidad inicial del cachorro humano. La llegada es un anuncio y es también la antesala de una partida que busca su ilusión en el regreso. Engendrar es la muestra de nuestra capacidad para reestablecer la ligazón con el mañana. Es una forma empecinada de hacer frente  al padecimiento circundante apelando a la  luminosidad como proyecto. En términos existenciales es una de las manifestación del deseo y la aspiración que arrastran el tiempo hacia el futuro: nuestra desgarrada consciencia del final es permanentemente retada por esta imagen de la resurrección humana.  Transitamos con la esperanza arraigada en determinadas fechas. Son subterfugios. Hitos de una frecuencia que busca aproximarnos mientras se afronta el delicado devenir de los días.    Los nacimientos, las natividades, los años nuevos, en todas las culturas, son el ritual cronológico de un tiempo propuesto por la especie humana para renovarse frente al espejo de la vida. Poseen una capacidad de doble movimiento. De balance y de proyecto. Nunca es sencillo lidiar con el dolor, con los números de seres humanos abatidos, con la pérdida que agiganta el temor.  La verdadera comunión, la autenticidad del encuentro, radica en una disposición de ilusión realizable: el aferrarnos a un coincidencia liberadora cuya sacralidad remite a la forma superior de la emoción, que solemos denominar como amor.  La continuidad del tiempo nunca nos ofrece un salto preciso. Son simples fechas en un calendario dividido por la torpeza demográfica o cronológica de quienes buscaron instituirse como dueños del devenir. Somos nosotrxs, sus transeúntes quienes apostamos sobre futuros. Los que ponemos las ganas y apostamos por un espacio para (re) construir, una nueva oportunidad para junto a lxs justos, lxs más sensibles, lxs más humildes, lxs más débiles.  No hay esperanza en la negrura. Su cometido, el que conjuga la expectativa de un vivir superior, sólo arraiga en el destino posible de algo que limpie los dolores inútiles, fabricado por nuestrxs congéneres: una vida más buena supone desenmascarar a los portadores de la maldad  y al mismo tiempo rescatar de la confusión a los desorientados. Quienes implantan al desesperanza imponen un presente perpetuo, destinado a la continuidad de las oscuridades que benefician a los privilegiados.  De ahí que la esperanza incluye la crítica. Su proyecto implica un antagonismo con la maldad. Un duelo contra la indiferencia, contra el egoísmo, contra el descreimiento y la ausencia de compasión. La esperanza solo puede postularse en contradicción con aquello de la realidad que debe ser revisado, cambiado, derrotado. La esperanza auténtica conlleva un cuestionamiento de lo real existente. Es por eso que se atreve a imaginar otro mundo posible mediante la renuncia aun presente perpetuo.   En 2020 la esperanza se atrinchera con el objeto de recriminarle a la sombra su espacio de de amenaza. Su prerrogativa de contagio y de muerte.  La peste nos señaló con dedos sucios de advertencia y la esperanza tiene forma, otra vez, de ciencia, de vacunas, de investigadores que buscan los anticuerpos de un virus que no es solo epidemiológico. Una enfermedad que sigue cuestionando (y temiendo) a la solidaridad por la intrínseca capacidad que posee esta última para potenciar la esperanza.  La epidemia mostró la herida no curada de varias incisiones previas. Mientras la tragedia se sucedía los discursos del odio ascendieron hacia los conocidos territorios del racismo (eufemizado en Argentina como anti peronismo o anti-kirchnerismo), el terraplanismo pre conciliar, la infectadura o el epigrama paranoico de los antivacunas. Esto son los sectores que desprecian la esperanza. Son quienes pujan por la continuidad de sus prerrogativas y se desviven por elaborar justificaciones orientadas a justificar el imperio brutal de su egoísmo. Compran voluntades de (pseudo) comunicadores

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Nacer y morir en un mundo agrietado

Por: Malamud Benjamín (Adherente desde Córdoba)​ “Yo nací en un barrio privado, privado de todo”. Diego A. Maradona Iniciamos el último mes del año, del peor año para gran parte de nuestra sociedad desde la época de la dictadura, el de una pandemia que aunque no sea tan agresiva como hace un par de meses, sigue determinando la muerte, a nivel nacional, de los ocupantes de un jumbo (280 de promedio) por día, justo cuando se empiezan a relajar los controles ante la inminencia de la llegada de la tan necesaria temporada turística y de las lluvias también muy esperadas comienzan a llegar y calmar la angustiosa situación de nuestro dique y sus afluentes. La noticia alentadora es la de una menor utilización de las camas de UCI, un 36,1%.   Coincide esta nota con el día del médico, recordando cada 3 de diciembre, la gesta de Finlay en la lucha contra otra epidemia, la de la fiebre amarilla y lo hacemos esta vez en medio de un clima de luto por todos los colegas fallecidos junto a otros trabajadores de la salud aquí en nuestra provincia, cerca de 30 y también de confrontación laboral por los bajos salarios y honorarios, las deficientes condiciones de seguridad con riesgo para la salud y la vida y la persistente e intolerable inestabilidad laboral, inclusive aquí, en nuestra área sanitaria local.   También coincide este número con una muerte que conmovió a la humanidad, a tal punto de que casi todos los diarios del mundo, pusieron la imagen de nuestro argentino más famosa en sus portadas y no pocos uniendo su gesta al de “un aDios”. La vida de Diego A. Maradona, tiene para este médico y circunstancialmente notero, un significado especial, desde ese nacimiento hace 60 años en Villa Fiorito, una villa de las tantas que en nuestra Latinoamérica, rodean a las metrópolis, “privadas de todo”, hasta su deceso este 25 de noviembre, (casualmente igual quesu amigo Fidel castro), en condiciones donde también hubo privaciones, o negligencias que la justicia está investigando. ¿Porqué es tan especial su vida?  Nacer en Villa Fiorito. La gran grieta que persistentemente socava nuestra integración social, nuestra salud, educación, calidad de vida, crecimiento y desarrollo, nuestro futuro es la que nos divide por nuestros ingresos, por la clase social a la que pertenecemos, por la calidad de servicios a los que tenemos acceso y muy especialmente por la inequidad: es la que nos divide entre incluidos y excluidos y que condena a millones de niños a nacer en barrios extremadamente pobres. El Dr. Carlos Presman la define como “el factor Código Postal”, que debe ser tenido en cuenta cuando se evalúa la salud de una persona o de una población. Allí sobran las privaciones o carencias, desde alimentos, hasta juguetes, confort o seguridad mínima y sí, en general sobran las violencias, alcohol, drogas y enfermedades de todo tipo, dentro y fuera de los hogares. Presman lo dice con cifras, se acorta la vida 10 años.   Frecuentemente he citado la importancia para todo niño, de sus primeros 2 años de vida y en el último Ecos, a propósito de ese programa justamente denominado del Plan “los Primeros 1000 días”. Según  la evidencia científica se demuestra que los entornos sociales y físicos que amenazan el desarrollo humano (debido a la escasez, el estrés o la inestabilidad, pueden conducir a ajustes fisiológicos y psicológicos a corto plazo, necesarios para la supervivencia inmediata, pero con un costo significativo a largo plazo en el aprendizaje, el comportamiento, la salud y la longevidad.   Es mucho lo que se ha avanzado en conocer porque algunos niños sí y otros no padecen las mayores consecuencias de esta vulnerabilidad y es entonces que se presenta el término resiliencia, capacidad de sobrevivir y crecer más saludablemente, gracias a la presencia de factores protectores, y las secuelas a veces pueden expresarse muchos años después.   El Mejor del Mundo. Siempre admiré  desde “su descubrimiento mediático” a ese muy joven futbolista excepcional, aunque tenía otras preferencias y quisiera exponer cuales eran las virtudes que más me conmovían. 1) La defensa de la pelota. Además de sus cualidades naturales, la llamada inteligencia cinética motriz, exhibía una pasión inmensa en bancarse las arremetidas y golpes y luchar hasta en el borde mismo de la línea demarcadora en lograrlo. 2) Los pases mágicos, que llegaban a los pies del delantero que esperaba el balón y que hoy se conocen inteligencia espacial. 3) El gol o la toma de decisiones asertivas,  donde se invoca la  inteligencia interpersonal, por la cual puede prever la actitud del adversario e incluso confundirlo (leer la mente). Consecuentemente he pensado que si todos los argentinos, incluso nosotros los médicas aplicáramos esas virtudes en nuestro diario quehacer, mucho mejor andaría la salud y la sociedad. La Pelota, son los pacientes o el estudio o el trabajo. El pase mágico, el trabajo en equipo  y las decisiones asertivas, son producto de mucho estudio, práctica y “tener siempre presente a otro”.   El Peor del mundo. Cuando las consecuencias de esas privaciones o de lo que hoy se llama estrés tóxico de los primeros años comenzaron a hacer su efecto y la  ansiedad o la depresión, solo se calmaban con sustancias psicoactivas legales o no y del uso se pasó al abuso y dependencia, nos frustrados, desconsolados, espantados, por lo que estaba sucediendo. Se presentó la faz violenta o descontrolada en su mayor expresión, hasta llega a los umbrales de una casi presumible muerte con un corazón seriamente afectado. Sus sistemas naturales de autocontrol fracasaban ante una angustiosa dependencia que se apoderó de él. Afortunadamente luego de una terapia, “rebotó”, iniciándose una nueva etapa.    El Resiliente. Nadie es resiliente 100%, siempre queda algo o mucho de lo que nos llevó a tocar fondo. Pero nuevamente descolló, con no pocos altibajos. Volvió a su amor, a la pelota, ahora como el más prestigioso y caro director Técnico, incluso de nuestro seleccionado con un segundo puesto en el mundial

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ABORTO, SÍ. ABORTO, SÍ.

Por Fabiana Martínez 1 La pregunta acerca del origen, la naturaleza y el sentido del mal es, sino la pregunta más antigua de la humanidad, una de las primeras. Antigua como los intentos de reflexión sobre la injusticia, el dolor y el sufrimiento humanos. Antes que nada valga una aclaración necesaria entre tantos males: la pregunta acerca del mal así como una tentativa de respuesta no es materia exclusiva ni de un sector religioso ni de una época determinada; por supuesto, menos restringible lo es al lapsus de los últimos 2000 años. Sólo tener en cuenta que las huellas más antiguas encontradas del Homo Sapiens van, según el paleoantropólogo francés Jean-Jacques Hublin (1953-), de los 200.000 a los 300.000 años y que los rastros más antiguos de arte datan de 75.000 años. Siendo la cuestión del mal una pregunta intrínseca al ser humano, tan vigente para muchos como sorda para otros a pesar del repiquetear de los primeros, vale exponerla sobre el tapete o, si se prefiere, sobre la superficie del consciente; si colectivo, mejor. Aun la variedad de teoréticas respuestas propuestas o impuestas por diversas facciones legalistas a lo largo de la traza temporal, el asunto acerca del origen, la naturaleza y el sentido del mal, continúa irresuelto. ¿Cómo cabría entonces imponer una visión particular al conjunto social cercenando el derecho al derecho sin ejercer con ello la negación de su propia afirmación? Por otra parte y adentrándonos de lleno a nuestro tema, la ciencia biológica afirma en la voz clara del Dr. Alberto Kornblihtt que “el feto no es un ser humano”, que “vida” no es igual a “vida humana”, y, continúa aclarando, que aunque la biología define “vida” como “referida sólo a las células (…)” no define “vida humana” in stricto sensu 2 3. Por ende, en el original mundo universalizado en que nos toca tratar de vivir y convivir, no existe respuesta taxativa al problema del mal como no la hay a la definición de “vida humana”. En sentido opuesto, sí se logró alumbrar la causa de la gestación intrauterina. Ni demonios ni espíritus, sí posesiones. Es que factores sexo-carnales en determinadas condiciones dan gesta a la fecundación de un óvulo alcanzado por un espermatozoide. Gesta embarazosa si las hay puesto que desde el inicio de los tiempos, entonces sea por milagro o por castigo divino, para llegar a buen término, es decir, para llegar a expulsarse del útero un cuerpo con vida independiente del primero que lo contenía, debió primero el primero, lograr sortear males menores y males mayores. Cientos de males durante cientos de miles de años lograron paliarse bien avanzada la Ciencia, la Tecnología y la Justicia Social del SXIX; Justicia Social que, no es moral pasar por alto, deja mucho que desear del ya mayorcito siglo XXI. Si, en principio, por carencia de Justicia Social la verdadera “pesada herencia” – epistemológica, científica y tecnológica- resulta insuficiente para evitar los males mayores de un embarazo no deseado ¿con qué argumento coherente el Derecho podría pretender penar a alguien que, nadando entre males, decide el mal menor para sí? En cuanto religioso, en tanto se presenta como argumento en el debate cívico que nos ocupa, condenar en nombre de Dios a quienes quieran optar por la interrupción voluntaria del embarazo porque consideran que la vida celular no está por encima de la evidente “vida humana” -evidente por sí en cuanto está exigiendo ejercer su libertad y sin por ello imponer a otros el hacer uso del obligado derecho al aborto- pone de manifiesto una gran contradicción a la vez que denuncia la falacia de su propio argumento. Porque, para decirlo sintética y un tanto teológicamente, si lleva el signo de la imposición y la violencia, entonces, no viene de Dios. Igualmente, si tan breve pero contundente sentencia teológica no fuera suficiente, permítaseme invitar a contemplar para su bien a los ciudadanos cristianos, supuesta mayoría religiosa en nuestro país, las verdades teológicas en sus propias fuentes por intermedio de la exposición de la Magistra en Sagradas Escrituras, María de los Ángeles Roberto4. Frente a la Cámara de Diputados ella expresa que: “(…) en ninguna página de la Biblia hay condena para el aborto porque el aborto no era considerado ni pecado ni crimen dentro de la ley mosaica ni en el período neotestamentario. Tampoco hay un momento determinado para indicar el comienzo de la vida humana en la Biblia”. Es decir, pueden existir opiniones, interpretaciones, por supuesto; pero sin fundamento real en la Revelación, no existe tampoco fundamento real para un dogma, en este caso, antiabortista. La única salida saludable y coherente para quien pregona a creyentes y no creyentes la imposición de la no opción -entre males-, es la de trabajar por conquistar una genuina Justicia social, hasta que nadie, ni une sole, creyente o no, quedara excluido del gozar de ella. Mientras tanto es sumar injusticia pretender imponer que la prójima -sin embargo, siempre desconocida- no reciba un tratamiento justo en una situación ya de por sí injusta; es decir, que no reciba con beneplácito, amplia y satisfactoriamente las bondades de las artes, ciencias y oficios que el estadío actual del desarrollo humano ha alcanzado más que no ha cumplido en hacer llegar a todes sus herederes aun, incluso, cuando haya llegado a la prójima en cuestión más no siquiera a une sole a su alrededor. Porque como ser histórico y social el ser humano. construye y aporta activamente al entramado social del que también se beneficia para su propia construcción5. Por otra parte, si el aborto es provocado “naturalmente”, es decir, no inducido por intencionalidad de la poseedora del cuerpo gestante6, ¿quién sería responsable?, ¿la naturaleza?, ¿Dios? En estos casos no solo no hay condena material, tampoco la hay moral o psicológica o, por qué no, espiritual, puesto que nadie exige a nadie, ni a sí mismo, el hacerse responsable buenamente de las consecuencias que se echan a rodar de todas maneras. Una comprensión profunda sobre la trascendencia de los actos

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Dibujos Urgentes

Por: Eugenia Bekeris y María Paula Doberti Dibujos Urgentes es un trabajo militante gestado por Eugenia Bekeris y Paula Doberti, que comenzó en 2010, cuando el Tribunal Oral Federal 5 prohibió que las cámaras (de fotos y de videos) registren los juicios a los genocidas. Por eso y bajo la consigna “No se los puede filmar, no se los puede fotografiar, pero se los puede dibujar”, la agrupación H.I.J.O.S. y el Departamento de Artes Visuales del entonces I.U.N.A. (hoy U.N.A.) invitaron a dibujar a los militares acusados en los juicios por violaciones a los derechos humanos que hasta hoy continúan. Las llamaron “Clases con modelos vivos gratuitos en Comodoro Py”, en referencia a los Tribunales de Justicia Comodoro Py en CABA. Allí comenzamos nuestro trabajo, que continúa ya de manera independiente a aquel primer llamado. Consideramos a nuestros dibujos como documentos textuales y visuales y a la totalidad de ellos como un archivo de lo que ocurre en las salas de audiencias de los juicios de lesa humanidad. Dibujos Carmela Ramos. Víctima Testigo. Sobreviviente de Mayo, donde fue secuestrada a los 5 años de edad, junto a su hermano Vladimiro, de 8. Testimonió el 18 de noviembre de 2020, de manera remota, en el TOF 1 de San Martín.   Laura Carolina Hidalgo declaró por el secuestro y desaparición de sus padres, Elba Inés Fresno Bustos y Juan Aristóbulo Hidalgo, en abril de 1977. Testimonió el 4 de noviembre de 2020,  de manera remota, en el TOF 1 de San Martín. Alberto Julio Schatz  Declaró por la desaparición de su hermana en el Juicio Contraofensiva Montonera 1979/80 Tof 4 de San Martín. Liliana Lanari Testigo Sobreviviente Juicio Contraofensiva Montonera Testimonio 16 de Julio 2020. Tof 4 de San Martin

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Singularidades aparentes o reales, en medio del Pandemonio

Malamud Benjamín (Adherente desde Córdoba) “La destrucción del ferrocarril fue el plan más perverso y antinacional de la historia contemporánea argentina”. Fernando Pino Solanas   Son muchos los temas que preocupan o apasionan nuestra ciudadanía, dominando la escena real, la amenaza universal de la sindemia, que ahora se ha llevado la vida de una de esas personas cuya singularidad es más que relevante, pues ese fue incuestionablemente Pino, desde su compromiso ético y político con las grandes causas nacionales como los FFCC, o con el arte cinematográfico como en “Memoria del Saqueo”, o con la causa de los DDHH, con la educación y cultura mundial desde su función representativa en la UNESCO y especialmente desde su rol de legislador, como uno de los más brillantes expositores que con sólidos argumentos, señaló a ésta y próximas generaciones cómo afrontar duros desafíos, tal el caso del debate hace 2 años por la Interrupción voluntaria de la gestación. Vaya esta breve introducción en su homenaje que seguramente seguirá ocupando espacios mediáticos importantes, para quién nos dejó la convicción de que “Otro mundo es Posible”.   En medio de la pandemia y de noticias que nos advierten que por un lado con la llegada del calor la cifras de contagiados y fallecidos tienen un lento declive, tanto a nivel nacional como provincial, -creo personalmente que con medidas preventivas más efectivas, muchas más vidas se hubiesen salvado-, por el otro se avanza en la adquisición de vacunas de origen y manufactura diversas pero que están demostrando una efectividad mayor del 90% para los próximos meses y desde el norte del mundo arriba la novedad de una nueva ola de mayor intensidad que la anterior, demostrando la fragilidad de la inmunidad dejada por la primer ola.    Las cifras de fallecidos en Córdoba en octubre fueron preocupantes, un 50% mayor al relacionarlas con las del año pasado, algo que se expone en el gráfico adjunto. “Este exceso de mortalidad es una evidencia inobjetable de los efectos de la enfermedad y una manera de detectar sub notificaciones o registros, que en algunos países llegó al 100%”.  Nos alertan respecto a las flexibilizaciones que se anuncian en preparación de la temporada turística, donde las medidas preventivas pautadas no pueden ser de mediocre calidad si se busca una recuperación económica, sin exponer a turistas y vecinos a brotes evitables, en circunstancias en que la ocupación en las UTI ronda aún el 50%.      En este contexto me preocupó el análisis de la estadística local de La Falda, donde contamos este 20 de noviembre, con 12 fallecidos confirmados por Covid 19 y 256 infectados, lo que hace una relación de 1 fallecido cada 21 infectado, cuando la media en Argentina es simultáneamente de 1 cada 39, o 1 c/65 en Córdoba y 1 c/30 en la CABA (con altas cifras de letalidad). Consulté el tema por esta presunta singularidad con el Dr. F. Mennitte quien me aseguró la inexistencia de sub registros que alteraren la ecuación, por lo que consultando fuentes confiables respecto a cómo interpretar esta discrepancia, la respuesta la de que puede haber una gran cantidad de infectados asintomáticos con riesgo de contagiosidad localmente. Otras causas serían una mayor población en estado de vulnerabilidad (edad y patologías previas). “La transmisión en asintomáticos y pre sintomáticos está claramente documentada; por cuánto tiempo… no está comprobado, pero sí se sabe que al carecer de síntomas podrían ser fuertes transmisores en la comunidad. De allí la relevancia de cumplir con las medidas de aislamiento”.  Y junto al aislamiento todas las medidas preventivas efectivas como el uso del barbijo, la higiene de manos y especialmente lo referente a las reuniones sociales, (familiares y laborales) fuente principal de los brotes que reiteradamente sobrellevamos. A la par se debería incrementar el número de testeos.   Dentro de los sectores sociales más afectados por esta pandemia a nivel global, figuran los jóvenes, por todas las limitaciones padecidas en su etapa de vida y desarrollo, tanto educativa como laboral o socialmente. Asimismo es el grupo poblacional con mayor incidencia de casos y menor letalidad, pero con alto riesgo de contagiosidad. Por lo que su plena integración a las estrategias preventivas, es fundamental si se pretende que la temporada estival nos otorgue el necesario respiro económico para esta región turística como una mejor situación epidemiológica.  Quedó demostrado que con aplanar las curvas de incidencia del Covid, se pudo mejorar la respuesta sanitaria, pero que era necesario “aplastar” la pandemia, si lo que se pretende es una nueva normalidad más segura, algo que con la vacuna solamente no se podrá lograr. Los buenos resultados en las Provincias de Formosa y Misiones, son singularidades son una demostración de que la pandemia puede controlarse con nuestros propios recursos y una actitud comunitaria consensuada. No puedo dejar de recordar la grave es la situación de los trabajadores de la salud, tanto pública como privada o social, obligados a tener que manifestarse y hacer paros ante la falta de respuesta a los reclamos salariales y de regularización de su inestabilidad laboral, justamente por quienes a diario se exponen a contraer la enfermedad o fallecer por la misma. Por otro lado poca trascendencia periodística tuvo la decisión de la decisión estatal de retrotraer los precios de los medicamentos a los valores vigentes entre julio y agosto últimos, luego de detectar incrementos de hasta el 1000 % durante la cuarentena y a la vez fijó precios máximos que regirán durante al menos 5 meses.   No menos singular ha sido la elevación al Congreso de 2 proyectos de ley complementarios sobre problemas de salud que han motivado fuertes polémicas. La ley de Interrupción Legal del Embarazo se ha asociado a un Plan denominado de los 1000 primeros días, (exitosamente implementado en la Pcia de San Juan). O sea esa etapa de la vida, en que los cuidados deficientes, la falta de cobertura médica, las violencias y sobre todo las vulnerabilidades sociales, traen consecuencias a los sobrevivientes, tanto en su infancia como en el resto de su existencia:

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Desapariciones – Aonikenks*(fragmento)

Por:  Marta Inés Schvartzman                                        a Eliana Krawczyk, teniente de navío del ARA San Juan, primera submarinista de Argentina y de Sudamérica. ballena de metal guerrera devenida sarcófago marino ¿dónde están los cuerpos vivos de Eliana que embarcó con otros cuarenta y tres en 2017 un primero de Julio*? cuarenta y cuatro jóvenes en tu vientre… conocimientos  de excelencia defendiendo un millón de kilómetros cuadrados                  de mar nuestra mar la mar ….como  treinta mil* ayer en tierra o agua Notas *Aonikenks: Lengua del Pueblo Tehuelche/chewel che (gente bravía): (trad.) Gentes del Sur *1° de Julio- Fecha del fallecimiento del Pte.Juan Domingo Perón. *30.000… Personas Desaparecidxs Asesinadxs por el Terrorismo de Estado en Argentina.

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SERA LEY.

Por: Leonor Vain. 22 de noviembre 2020 Finalmente el Proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo fue presentado por el Presidente en el Congreso. Cumplió con el compromiso asumido durante la campaña electoral. Dijo que “es responsabilidad del estado cuidar la salud y la vida de quienes deciden interrumpir su embarazo durante los primeros momentos de su desarrollo” y también garantizar la salud integral de mujeres embarazadas y de sus hijes en los primeros años de vida. Por eso presento simultáneamente otro proyecto de ley, el Plan de los 1000 días.  Ambos constituyen un conjunto en defensa de la vida y del proyecto de familia que cada mujer tenga e instalan el aborto como un tema de salud pública. El proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo despenaliza y legaliza el aborto durante las primeras 14 semanas de la gestación. Luego de ese plazo se seguirán rigiendo  por las normas del Código Penal que exigen que para que se pueda realizar sin que sea sancionado, deberá correr riesgo la vida o la salud de la madre o que el embarazo sea consecuencia de una violación. En el caso de embarazos de niñas menores de 13 años no  hay plazo ni limitación para que sea realizado. Sera gratuito y tendrán la responsabilidad de llevarlo a cabo los hospitales, obras sociales y prepagas medicas. Una vez recibido el pedido la institución médica pondrá a disposición de las mujeres embarazadas que lo requieran información sobre el procedimiento que se les aplicara y los cuidados posteriores necesarios, las características de la atención integral y completa a la que tendrán derecho durante todo el proceso hasta la recuperación plena, acompañamiento e información actualizada y accesible cumpliendo con el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.En cuanto a los menores de 13 años de edad el pedido deberá contar con su consentimiento  informado y la asistencia, por lo menos de alguno de sus progenitores o representante legal. Entre los 13 y los 16 años podrán decidirlo solas, salvo que  existan riesgos excepcionales para su salud; en esos  casos  deberán contar con el asentimiento de, al menos, uno de sus progenitores o de su representante legal. Establece un plazo máximo de 10 días corridos para que la mujer que lo solicita a acceder al proceso que se aplique para la interrupción de su embarazo. Este proyecto de ley incorpora el derecho a la objeción de conciencia. Cada profesional que tenga que intervenir en el proceso de la interrupción del embarazo tiene derecho a ejercer la objeción de conciencia. Pero deberá mantener la misma conducta tanto en el ámbito público como en el privado; está obligado a hacer y que lo necesario para que de inmediato la mujer sea atendida correctamente. Si hay una situación de urgencia no puede ampararse en la objeción de conciencia y debe atenderla aplicando las mejores reglas de su profesión.  Condena con  penas de 3 meses a 1 año e inhabilitación especial por el doble de tiempo de la condena, al personal de la salud que no cumpla con la norma legal.  La inclusión del derecho a la objeción de conciencia es la diferencia más importante que tiene este proyecto con el propuesto por la Comisión por el Derecho al Aborto, que expresó su disconformidad al respecto. Finalmente el proyecto presentado por el Sr. Presidente se completa modificando los arts. 85,86 y 88 del Código Penal, que son los que penalizaban la inerrupcion voluntaria del embarazo adecuándolos a la ley. Este proyecto encara un problema de salud pública. Y defiende la vida y la salud de las mujeres que necesitan interrumpir un embarazo no deseado. Pero hay mujeres en estado de vulnerabilidad  que quieran continuar un embarazo, cualesquiera sean sus circunstancias, y también tienen que ser protegidas y acompañadas por el Estado. Por eso el Presidente envió conjuntamente un proyecto llamado “Plan de los 1000 días” para cuidarlas y acompañarlas en ese proceso. Garantiza la atención y el cuidado integral de la vida y de la salud de ellas y sus hijes  durante primeros años de vida. Estos dos proyectos reflejan la obligación del Estado de proteger a todas las mujeres respetando su derecho a la “autonomía de la libertad”,   acorde con el principio  que guio la reforma del Código Civil, y está presente en el texto vigente desde agosto del  2019. SIN DUDA TIENE QUE SER LEY. SERA LEY.

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«TRABAJÉ, LUCHÉ…»

Una versión /interpretación de: “TRABAJÉ, LUCHÉ» de «Las mujeres judías en Buenos Aires» Por Esther Furman (de la Comisión de Perspectiva de Género) Las mujeres judías migrantes, en Argentina, fueron incluidas y excluidas a la vez. Algunas mujeres asquenazíes y alemanas, superando la marginalización intelectual, se insertaron en la vida comunitaria como profesionales, mentoras y promotoras de la lectura y la educación. Sin embargo, el sistema político prevaleciente las excluyó en la medida en que las costumbres judías y argentinas no les permitieron adquirir tierras o ser líderes en sus comunidades. Muchas mujeres judías quedaron presas de la privación económica y educativa. Además, el medio rural no estaba libre de antisemitismo.  Aun así, es probable que en sus comunidades y en la sociedad algunas mujeres judías hayan tenido roles más importantes que las criollas y otras inmigrantes. Probaron el agua y la encontraron por lo menos agridulce, si no dulce. Como los hombres de sus familias, la mayoría echó raíces profundas en el suelo argentino.  “La inmigración no significa tan solo trasladarse de un país a otro”  BUENOS AIRES era como una «maravilla», recordaba una inmigrante alemana. Cuando llegó, a fines de la década de 1930, había precios bajos y reinaba la alegría en la Costanera, el parque popular que bordeaba el río. Sin embargo, Esther Furman, inmigrante polaca que trabajaba duro en el taller familiar, no tenía tiempo para la alegría. Para ella y muchas otras que recién llegaban, la vida no era fácil en ningún sentido.  Cualesquiera fuesen las circunstancias de su arribo, las mujeres recién llegadas tenían que ajustarse a una nueva realidad. Debían encontrar una actividad que les permitiera ganarse la vida y alojamiento accesible. En busca del equilibrio entre lo posible y lo deseable, fijaron metas educativas y profesionales para ellas y sus hijas. Muchas mujeres sufrían además por la pérdida de estatus y la carga de recuerdos dolorosos. Como sugiere en el epígrafe Bruria Elnecavé, que llegó de Bulgaria en 1938, la inmigración -y la migración interna- implicaban cambios complejos.  En este proceso de adaptación, las mujeres judías aprendieron, en diversos grados, la lengua española y las costumbres locales en los barrios, las escuelas y otros espacios fronterizos. También conservaron y reprodujeron influencias de sus lugares de origen. Paisanos y a veces conocidos que no pertenecían a la familia ni a la comunidad. Las normas de género limitaron a muchas mujeres y les impidieron ser líderes en sus comunidades; algunas, en cambio, lograron atravesar esas barreras para ir en pos de nuevas oportunidades.  Las nociones de género, la pobreza y el prejuicio marginaron a muchas mujeres judías. La pertenencia a determinada clase social afectaba el acceso a la educación y las actividades recreativas, tal como sucedía con las prescripciones de género, implicaba jornadas dobles o triples para las trabajadoras como Furman. Algunas mujeres, en cambio, contaban con recursos que hicieron más fácil la adaptación; las trabajadoras compensaron la falta de escolaridad leyendo, tomando cursos y usando las bibliotecas. Con algunas excepciones de importancia, el antisemitismo rara vez afectó a las mujeres antes de 1930; era más común la sensación de que la inclusión exigía que se mantuviera oculto el judaísmo.

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