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“Estamos ante el lobo feroz”

Fuente: Nicolás Trotta | Página 12 Fecha: 25 de MAR 2018 El ex presidente de Ecuador dice que no imaginaba la vuelta en el aire de Lenin Moreno, el presidente que lo sucedió. En diálogo con el rector de la UMET repasa sus propios errores y señala qué cosas fueron un acierto. Y afirma estar triste por los jueces que se inclinan ante el poder económico Llegó a Aeroparque el jueves a la noche y confesó: “En tres días tengo una agenda de tres semanas”. Rafael Correa, presidente de Ecuador entre 2007 y 2017, empezó su visita a la Argentina después de compartir una reunión con Dilma Rousseff y Lula en el límite entre Uruguay y Brasil. Los vio para apoyar la candidatura del presidente tornero que lucha por su derecho a competir en octubre. Horas antes de recibir su Doctorado Honoris Causa número 18 en la Universidad Metropolitana para la Educación y Trabajo y realizar su conferencia magistral, Correa visitó el Centro Cultural Caras y Caretas y accedió a una entrevista que fue filmada para la segunda temporada del ciclo de televisión Latinoamérica Piensa. Radicado en Bélgica pero viajero frecuente a Ecuador y al resto de América Latina, Correa dijo que se sentía “decepcionado e indignado” por el presente de la Argentina. “Pero también siento esperanza”, dijo. “Esperanza de que las cosas pronto cambiarán”. –¿La esperanza abarca a toda América Latina? –Si no tienes esperanzas mejor ándate a la casa. Que nos roben todo menos la esperanza. Siempre hemos mantenido el optimismo. Incluso debemos ser optimistas enfermizos y que esa enfermedad sea contagiosa. Nuestros procesos, nuestras revoluciones deben ser también revoluciones de la alegría. Yo sé que son tiempos duros. Pero tampoco son tiempos terribles. Nada que ver con las dictaduras de los setenta, cuando la gente desaparecía. Los procesos históricos son así. Avances, retrocesos. No son lineales. Lo que duele es cuánto se retrocede y a qué costo. Y hay que resistir. Y organizarnos para volver, como dicen los jóvenes. –¿Qué surgió de la reunión de estos últimos días con Lula y con Dilma?  –Estamos ante el lobo feroz. Ésa es la nueva estrategia de estos tipos para tratar de neutralizar a los dirigentes de izquierda: judicializan la política. Para eso necesitas un Poder Judicial sometido, el Partido Judicial. Fue una gran tristeza. Yo creía que había dejado el país más institucionalizado. Los jueces se elegían por concurso de merecimiento, público, transparente. Invertimos en infraestructura y en tecnología. Reformamos códigos y procedimientos. Terminamos con el millón de causas congestionadas. Creí que los jueces iban a aguantar un poquito más la presión política, la presión mediática, pero se han derrumbado como castillo de naipes. Hay jueces muy obsecuentes, por ejemplo los del caso (del enjuiciado vicepresidente Jorge) Glas. Durante nuestro gobierno los jueces fueron independientes. Yo ni los conocía. Solo al presidente de la Corte Nacional por cuestiones protocolares. A la actual presidenta que lo reemplazó ni la conozco y también fue designada en mi período. Le dijeron a la gente que puse a todos los jueces cuando la verdad es que surgían de concursos por merecimiento y por su propio mérito. Después se sometieron al poder de turno. Lo mismo le pasó a Lula. –Las elites económicas cooptan instituciones de la democracia.  –Hasta estoy censurado. Fui 10 años presidente, tengo un doctorado en Economía. Bueno, algo tendré para decir. Pero ya no publican mis columnas ni en el periódico público. Sí publicaron un artículo de Temer… Tratan de invisibilizarme. Al mismo tiempo hay intervenciones descaradas del Presidente. Dice: “Espero que la Corte Constitucional haga esto”. Y al día siguiente la Corte Constitucional lo hace. Es una clara injerencia en la justicia. No es mi sueño. Lo dije en enero de 2007, la primera vez que asumí el mando: mi sueño era el de llegar a un país sin opulencia pero también sin miseria. Quiero que la gente pueda vivir feliz, en dignidad, con igualdad, con equidad, con prosperidad –¿Cuánto falta para eso? –Falta bastante. Avanzamos mucho pero es mucho más lo que falta por andar. Pero todo nace. Entendamos que el desarrollo no es un problema técnico en primer lugar. Eso viene después. Es un problema político. Las carreteras que tú ves en Ecuador para los pueblitos olvidados, las extraordinarias escuelas para los más pobres, los hospitales espectaculares para los ciudadanos, fueron consecuencia de algo. Por fin hubo un poder popular en función de las grandes mayorías y no de las élites. Bueno, el poder ha vuelto a las élites. No pueden enrollar las carreteras y llevárselas o llevarse los hospitales en peso, pero van a dejar de hacer hospitales y van hacer más clínicas privadas. Hay que captar ese poder político para convertir nuestros Estados aparentes en Estados verdaderamente integrales y populares, para las mayorías y sobre todo para los más pobres. –América Latina en los últimos años sufrió retrocesos: el golpe contra Fernando Lugo, el golpe contra Dilma Rousseff, la derrota electoral del Frente para la Victoria en la Argentina. En Ecuador las elecciones marcaron una continuidad del rumbo. ¿Por qué después la victoria terminó en una crisis?  –Traición. Tan viejo como la humanidad. Michel Temer es un niño de pecho al lado de Lenin Moreno, porque Temer no era del Partido de los Trabajadores. Él estuvo 10 años con nosotros. Le ha salido todo el rencor, toda la amargura que ha tenido escondida. Y la hipocresía. Hace diez meses decía que yo era el mejor presidente de la historia, el mejor gobierno del planeta, el mejor ecuatoriano de todos los tiempos. Ahora soy el corrupto, el dictador y el mafioso. –¿Hay explicación de por qué no lo dijo antes?  –Nos utilizó hasta que nos necesitaba. Cuando ya no nos necesitó salió su verdadero yo y se alió con lo peor de la derecha. Le da la razón que nunca tuvo a la oposición. Dice que todo está mal:  el modelo económico, nuestra moral… Estuvo 10 años con nosotros y ahora somos ladrones… La lucha

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Acero y offshore

Fuente: Carlos Heller | TiempoAR Fecha: 24 de MAR de 2018 ¿Qué es una offshore? Una cuenta en el exterior. Un concepto amplísimo. Pero hay que señalar que la mayoría de las cuentas offshore están abiertas en guaridas fiscales. «Una offshore no es ilegal», definió tajantemente Mauricio Macri. No obstante, las críticas a varios funcionarios de su gobierno surgen porque tienen cuentas en guaridas fiscales. Islas Caimán, Vírgenes o Bermuda son las guaridas fiscales que primero vienen a la mente. Pero el podio en el ranking de secretismo elaborado por la Red de Justicia Fiscal (TJN) lo ocupa Suiza, seguida por EE UU (Delaware), Caimán, Hong Kong, Singapur, Luxemburgo y Alemania. Es un tema de interés de las naciones más poderosas, y por ello se les otorga un viso de legalidad. Aunque al escarbar un poco, fácilmente se encuentran diversas cuestiones objetables en la mayoría de las cuentas arraigadas en estas guaridas fiscales. La defensa de Macri apuntó a toda una forma de hacer negocios: «Es un instrumento que se utiliza para organizar inversiones y empresas». Podría preguntarse por qué los negocios no se pueden organizar desde el propio país. La respuesta es clara: porque en las guaridas no preguntan por el origen de los fondos. Las guaridas fiscales son regímenes de menor tributación. Entonces una multinacional que, por ejemplo, tiene sede física en EE UU abre una filial en Caimán y factura desde ahí sus operaciones internacionales. Así, paga una tasa del 5% o menos de impuesto a las ganancias. De no existir eso, la multinacional debería pagar 25% de sus ganancias al fisco estadounidense. Tal estrategia retrae recursos a los fiscos en donde se producen los servicios y las mercancías, restando financiamiento a la educación, la salud, la seguridad social y otras erogaciones prioritarias. Estas maniobras benefician a las multinacionales. Pareciera que el rol de las corporaciones está incluso por encima de los intereses de países centrales: se instalan donde tributan menos y eluden las leyes fiscales de sus países de origen. Volviendo a los dichos de Macri: «Si el que entra (a la función pública) tiene que andar explicando toda su radiografía de vida, qué es lo que hizo antes, con quién se asoció, con quién no, los tipos enloquecen». Y ante tal afirmación surge la pregunta, ¿qué tienen para ocultar? ¿Acaso no debería ser una condición indispensable la transparencia para encarar la función pública? Puede que algunas transacciones y negocios sean formalmente lícitos, pero muchos de ellos (y en especial para los funcionarios públicos) configuran una conducta reñida con la ética. Estas expresiones no configuran un enfoque aislado del presidente, responden a los postulados principales que inspiran sus medidas. Por ejemplo, en el proyecto de Ley de «Financiamiento productivo» que poco tiene de coincidente con su título (es principalmente la modificación de la Ley de Mercado de Capitales) se incorpora la figura de los «agentes administradores de inversiones». Estos se definen como aquellos que presten servicios habituales de asesoramiento financiero y administración de inversiones autorizados por la Comisión Nacional de Valores (CNV). En verdad, esta normativa intenta blanquear en nuestro país la actividad de «banca privada», mejor definida como «banca en secreto». Sabemos cuáles son los principales objetivos, aquí y en todo el mundo, de la banca en secreto: facilitar la inversión financiera del dinero «en negro», ya sea proveniente de la evasión fiscal u otros delitos. Y cobrar suculentas comisiones. La norma acaba de ser votada por el Senado, y si bien establece límites sobre estas actividades, son de difícil control. No es un dato menor que las operaciones de banca privada ya se realizaban en el país a pesar de que estaban prohibidas: ahora que están permitidas pareciera que tendrán mayor difusión. Acero y caramelos «Da lo mismo producir acero que caramelos», sostuvo el Secretario de Comercio de Martínez de Hoz. Una frase que superó el momento histórico en la cual se produjo y quedó como un potente resumen de las políticas de liberalización y desregulación. El tema ahora es que Donald Trump decidió suspender por el momento la aplicación de los aranceles de importación del 25% al acero y del 10% al aluminio, a Argentina, Brasil y la Unión Europea, entre otros, centrando sus medidas proteccionistas en China. El gobierno argentino solicitó esta exclusión, pero, ¿puede decirse que tuvo éxito?. Veamos. En los considerandos de la medida de excepción de Trump se menciona: «Estados Unidos tiene una importante relación de seguridad con Argentina, que incluye el compromiso compartido de apoyar mutuamente temas de seguridad nacional en Latinoamérica, particularmente la amenaza por la inestabilidad en Venezuela; nuestro compromiso compartido de afrontar los excesos globales de capacidad de producción de acero; la inversión recíproca en nuestras respectivas bases industriales y la fuerte integración económica entre nuestros países» (Clarín, 23.03.18). En la entrevista ya citada, Macri expresó respecto a la herencia recibida: «si no hacíamos nada nuestro destino era Venezuela». Se puede observar entonces cómo van ensamblando las piezas del rompecabezas político que está llevando a cabo el gobierno y su vinculación con la estrategia estadounidense. Además, ¿qué implica esa «importante relación de seguridad con Argentina»? ¿Hasta dónde se ve comprometida nuestra soberanía? ¿Cómo impactará esto en la vida diaria de la población? Conociendo la historia de las relaciones entre Estados Unidos y Argentina, las respuestas a estos interrogantes surgen más fácilmente: estas relaciones casi siempre han favorecido los intereses del gigante del Norte. Y, luego de estos pedidos y lazos fortalecidos, y de quedar firme la excepción, Argentina volvería a la situación previa, aunque en un mercado del acero más enrarecido y probablemente con precios más altos. No parece gran ganancia. En este contexto, la Cámara Argentina del Acero (CAA) agradeció la gestión del gobierno. Su consejo directivo está integrado por tres representantes de Ternium Siderar, dos de Tenaris Siderca (ambas pertenecientes a Techint) y dos de Acindar (perteneciente a la mayor compañía siderúrgica mundial, Arcelor Mittal), llamativamente, todas con sede en Luxemburgo. La CAA informó el 5 de marzo: «gambeta de Techint en

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El desbande

Fuente: Néstor Espósito | TiempoAR Fecha: 24 de MAR 2018 La sensación general es de «desbande». El diccionario de la Real Academia Española define el término como «desparramarse, huir en desorden» pero también «apartarse de la compañía de otros». Desde hace algunas semanas, la aparentemente sólida relación que había construido el gobierno con el Poder Judicial pareció comenzar a crujir. La Corte Suprema (al menos dos de sus miembros tienen pavimentada una avenida de ida hacia la Casa de Gobierno) busca una nueva independencia. La expresión gestual de Ricardo Lorenzetti el día que Mauricio Macri abrió las sesiones del Congreso no era la misma que cuando el líder del PRO asumió como jefe del Estado. Desde el propio seno de los jueces surgieron propuestas para reformar la Justicia que sostienen, básicamente, que la responsabilidad por el mal funcionamiento es del poder político. Y, como respuesta símbolo, descartan modificar las ferias judiciales y extender los horarios de atención al público (dos reclamos del presidente) a menos que haya un aumento de salarios del 30% por esas dos horas adicionales. En medio de ese clima pesado, el extitular de la Unidad AMIA, el exsenador radical Mario Cimadevilla (quien abrazó fervorosamente la creación de Cambiemos) denunció penalmente a su jefe hasta hace poco, el ministro de Justicia Germán Garavano, por encubrimiento de dos ex fiscales sospechados, a su vez, de haber encubierto la denominada «pista siria» del atentado contra la AMIA. Lo que hizo Cimadevilla es similar a lo que denunció el fiscal Alberto Nisman contra el anterior gobierno cuatro días antes de morir. De la misma gravedad, aunque sin la tragedia posterior de la muerte.  Hay otra diferencia: por aquella denuncia de Nisman hay gente presa; pero la de Cimadevilla casi no existe en las páginas de los principales medios. El presidente Macri, quien empujó con una presión insoportable la renuncia de la exprocuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, porque era «militante del kirchnerismo», eligió para sucederla a Inés Weinberg de Roca, cuyo perfil y antecedentes la muestran afín al gobierno. En sintonía con estos tiempos, parece necesario recordar que como jueza del Tribunal Superior de Justicia de la Capital Federal, durante el gobierno local de Macri, firmó un fallo que avaló la facultad de la policía para pedir documentos a transeúntes en lugares públicos como forma de «prevenir delitos», aun cuando no mediare sospecha sobre el interceptado. Un tribunal de segunda instancia había determinado que «la policía no se encuentra autorizada a exigir la exhibición de documentación si no cuenta con un motivo válido para hacerlo». Weinberg hizo trizas ese criterio. «La policía tiene entre sus funciones la de prevenir delitos», dijo, e incluyó en esa figura a toda actividad de observación y seguridad destinada a impedir la comisión de actos punibles”. ¿Sostendrá Macri a Weinberg contra viento y marea? Por lo pronto, ya lo hizo para instalarla como jueza de la Corte porteña, pese a que uno de sus aliados, de la UCR y exprocurador del Tesoro, Ernesto Marcer, la cuestionó por «incompatibilidad en sus funciones», «omisiones» en relación con sus remuneraciones informadas cuando fue jueza en un tribunal en la ONU y  «sospechas con la designación en el poder de amigos y parientes». A ello se sumaron la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) y el exlegislador porteño por Proyecto Sur Rafael Gentilli. Macri fue paciente, y cuando tuvo asegurados los votos en la Legislatura consiguió que aprobaran el pliego. Weinberg también podría resultar funcional para otro debate que se viene: el aborto. Como camarista en lo Contencioso Administrativo y Tributario, firmó en 2012 un fallo en el que sostenía que no es necesaria la intervención de un juez para autorizar esa práctica cuando está permitida por excepción en el Código Penal.Defendiendo el artículo 86, sostuvo que la interrupción artificial del estado de gravidez «por un médico y con el consentimiento de la mujer encinta», no es punible «si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre». El presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, Jorge Rizzo, sostiene que Weinberg no está en condiciones de ser procuradora y especula con que podría tratarse de un globo de ensayo para finalmente nombrar al fiscal ante la Cámara de Casación Raúl Plee, quien aparece hoy relegado en esa carrera. No es el único herido. Un allegado al fiscal federal Guillermo Marijuan, quien aspiraba también al cargo, contó que en un diálogo con el Presidente, Macri le habría dicho que su momento como procurador podía ser tal vez en un segundo mandato, a lo que Marijuan replicó que entendía que su momento era ahora porque en el futuro, «con las cosas que están pasando, no sé si van a querer que sea el procurador».

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Toda la vida en una orilla

Fuente: Carlos Zelarayán | Revista Zoom Fecha: 23 de MAR 2018 Orillero Murió René Houseman, uno de los más grandes jugadores de la historia del fútbol argentino. Se había iniciado en Defensores de Belgrano. Y con apenas 20 años se erigió como figura del Huracán de Menotti, un equipo que gañó el Metropolitano de 1973, y quedó en el recuerdo por la belleza de su juego. Fue Campeón del Mundo con Argentina. El periodismo deportivo lo despide con un pesado gramo de cinismo. Recogen momentos que no entienden, transcriben un anecdotario que parece menos justo que pintoresco: el de un personaje entrañable, hecho de una marginalidad simpática, un duende de la infancia, el pícaro del grado, un animador de fiestas. Se lee como al pasar algo de la Villa del Bajo Belgrano, la indignidad de tener que ir a pedirle a la Asociación del Fútbol Argentino que contribuya con el tratamiento para darle batalla a una enfermedad impiadosa. Las escapadas de la concentración para ir a jugar picados de infarto. Olvidan aquellos años, el clima de época, los modos verdaderos en que la vida se cifraba en aquellos días hechos de sueños y de dientes apretados, de compromiso social y político. Ignoran la naturaleza invencible de las alianzas que se tejían en las orillas de un mundo que amenazaba con el terror. El 11 marzo de 1973, el general Alejandro Lanusse convocaba a elecciones luego de ocho años sin democracia y dieciocho de peronismo proscripto. Apenas dos días antes, seis jugadores de Huracán (Brindisi, Babington, Houseman, Russo, Alfio Basile y Jorge Carrascosa) y el DT Menotti firmaban una solicitada que pedía “un deporte para el pueblo” y apoyaba “el retorno incondicional del general Perón. Liberación o dependencia. Cámpora al gobierno, Perón al poder”. “Era como el equipo de la JP”, dijo alguna vez el historiador Felipe Pigna. En la Mirabé se veían remeras de la Juventud Peronista. Houseman —Quenó, Hueso, el Loco—participaba en el Movimiento Villero Peronista (que integraba la tendencia revolucionaria). Jugaba en la Villa del Bajo Belgrano, de donde surgió, y de donde no se fue jamás. En aquellos años, la hinchada del globo llevaba una bandera inmensa que decía “Far y Montoneros son nuestros compañeros”. “Si yo fuera millonario, me compraría una villa”, dijo René. La villa como lugar en el mundo, el de los potreros. La villa de los laburantes, de los pibes que sueñan, la de las madres y los padres que cuerpean el hambre, el abandono, el miedo; con una esperanza que se cose con hilachas. Ahí se forjó su temple. Ahí latía el corazón del fútbol argentino. Esos latidos, en aquellos años, se escuchaban en la tribuna, amplificados, y se jugaban en la cancha, en un fútbol de fiesta porque celebraba la lucha por un futuro para todxs, con la belleza como arma. “Saaaale el sol, el sol sale para el Globo, sale el sol para el Globo”, cantaban los hinchas. Un fútbol “nacional y popular”, con uno de sus ídolos (Brindisi) condecorado por Perón por su decisión de rechazar ofertas del exterior y seguir en el país y en la selección. Ese Huracán —escribió el sociólogo Roberto Di Giano— alimentó el imaginario de “una primavera futbolística y social”. Cinco jugadores en ataque. Achique, toques verticales, diagonales, goles. Huracán empezó aquel campeonato con seis victorias al hilo: 6-1 a Argentinos, 2-0 a Newell’s, 5-2 a Atlanta, 3-1 a Colón, 5-0 a Racing y 1-0 a Vélez. La primera rueda fue de 46 goles en 16 partidos. La sinfonía total fue en la décima fecha: 5-0 en Rosario a un Central poderoso. “Pocas veces he visto una superioridad tal de un conjunto sobre otro”, escribió tiempo después el Negro Fontanarrosa. “La hinchada de Central, que no es complaciente, tras el último gol de Houseman, se puso de pie, y, simplemente, aplaudió”. Apenas cobró su primer sueldo en Huracán, René lo repartió entre sus amigos de la Villa. “¿Cómo no lo iba a hacer? Si ellos me dieron un plato de comida cuando yo no tenía ni para un vaso de leche”, se justificó. Osvaldo Pepe había escrito por aquella época “Houseman se hizo jugador en una villa. Alma de villero al fin, se negó a dejarla cuando era campeón del mundo, figura en Huracán y cuando los doctores en moral le sugerían que los índices del progreso se miden por pertenencias materiales. Nunca le perdonaron su fidelidad al destino villero, su compromiso —consciente o inconsciente, espléndido en los dos casos— con los afectos cotidianos y su desapego a la acumulación en una sociedad que castiga y penaliza cualquier esfuerzo desprovisto de sentido productivo”. Ahora se murió René. En la orilla. Donde vivió. Donde soñó. Donde jugó y nos hizo jugar y soñar a todos. El loco. El Hueso. René. El fútbol. Algo de mí se muere con él. Algo muy querido, que yo seguía abrigando en el rincón más tibio de mi corazón. Me dormí mil veces jugando como él, en los potreros del sueño, allí donde hacemos el gol de nuestras vidas y nos abrazamos con los compañeros más queridos. El gol con el que queríamos hinchar el pecho de los viejos. Sacarlos del pozo en el que se mordían los labios porque no podían darnos lo que ellos querían, porque la cosa venía torcida y feroz. El gol que nos diga que esta vida (todavía) vale la pena. Se murió René y ahora soy yo menos él. Y lo que se lleva es toda mi infancia. Todos los sueños que me hizo soñar: el mundo todo en una pelota. Se murió René y el alambrado del Ducó se estremece de un frío que hiela el alma. Se murió René. Y el fútbol cruje fiero, porque su Hueso más sólido ya no está más para sostenerlo. René vivió, jugó, soñó, luchó toda la vida en una orilla. Orillero, Hueso, Quenó, Loco: gracias por todo.

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24 de marzo de 1976

Fuente: Jorge Alemán | La Tecla Eñe Fecha: 23 de MAR 2018 Cuando ya anochecía en Buenos Aires la ciudad se había transformado en una cacería llevada a cabo por las fuerzas armadas. Se disipaba definitivamente la vana esperanza que algún sector bienpensante había elucubrado: el golpe iba a aminorar la ferocidad asesina de la Triple A de López Rega bajo el gobierno de Isabel. Por el contrario se confirmaba que la Triple A era la primera parte del ensayo de un genocidio planificado. Por razones inefables un compañero, Rodolfo Ladaga, y yo, atravesamos la ciudad hasta llegar a un café que frecuentaba mi Padre. Aún no sé qué buscábamos. De un modo lacónico mi Padre dijo con amargura “habrá que irse”. En nuestro caso ya no quedaba nada en pié, todos nuestros espacios estaban intervenidos. Recuerdo que cuando volví en Democracia, mi amigo Federico Caretti me pidió que conversara con su madre, quién padecía un “trastorno” por su senilidad. Fui a su casa y me argumentó obstinadamente que esa no era su casa, ni su calle, ni la iglesia de enfrente era la iglesia de enfrente. ¿Esta calle no es Marcelo T? pregunté amistosamente. Se parece, me dijo pero no es Marcelo T. La madre de mi amigo había perdido a su hijo, dirigente de la UES asesinado por las FFAA, y otro hijo se había muerto en el exilio. Los neurólogos llaman a este estado “síndrome de Capgras”. Sin embargo, cuando me retiré de la conversación tuve la certeza de que en su locura “senil” se alojaba la mejor descripción de lo sucedido. Así se lo comenté a mi amigo: Buenos Aires no está bombardeado, no hay cráteres, el obelisco sigue en su sitio etc., pero aquí hay algo que ha quedado dislocado para siempre y ninguna de nuestras calles ni nosotros ya seremos quienes creíamos ser. Un terremoto de gran magnitud pero invisible había tenido lugar, tal como lo dice Fabiana Rousseaux, un silencio agudo y eterno había penetrado las cosas en su ser íntimo. Pero la historia es el lugar donde lo reprimido retorna. Nadie festeja el día del alzamiento nacional franquista, salvo un  reducido grupo de ultraderechistas nostálgicos Ahora todo el mundo fue demócrata en España. En cambio en Argentina se fue imprevistamente construyendo un fenómeno político excepcional, incomparable, seguramente único en el mundo. Gracias a las Madres, Abuelas, Hijos, movimientos de derechos humanos y movimientos sociales, el 24 de marzo se resignificó en un acto colectivo de memoria militante. En este punto no se puede ignorar el papel de quienes gobernaban el Estado. Como si un performativo colectivo hubiera transformado una afrenta absoluta a la condición humana en un día de conmemoración militante que viene a mostrarnos que “no Todo” es matable. El 24 no es la resurrección pero si la mostración en acto de lo que no termina de morir nunca. La huella de lo que nunca termina de morir, lo que no puede ser asesinado del todo está siempre presente en el núcleo de cualquier proyecto emancipatorio. Por eso este acto, este día, es el que supervisa en última instancia a todo el proyecto político, el actual y lo que vendrá  también. El homenaje del 24 no celebra nada ni borra el insulto a la Humanidad que se perpetró. Pero rememora lo que ahora y siempre nos interpela, el deseo, “que hace que la vida no tenga sentido si produce un cobarde”.   * Profesor honorario de la UBA, miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (España) y de la Escuela de Orientación Lacaniana (Argentina). Poeta.

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La mayor filtración de las redes sociales

Fuente: Rusia Today Fecha: 21 de MAR 2018 Título completo: La mayor filtración de las redes sociales: las 10 claves del escándalo Facebook-Cambridge Analytica Cambridge Analytica, empresa británica de análisis de datos digitales que trabajó para la campaña electoral de Donald Trump en 2016, y la red social más grande del mundo, Facebook, se encuentran en medio de una tormenta mediática tras una de las brechas de datos más grandes en la historia de las redes sociales: varios medios informaron de que la consultora tuvo acceso no autorizado a información personal de 50 millones de usuarios de Facebook. Las acusaciones indican que los datos filtrados fueron utilizados para manipular a los votantes e influir en el resultado de las elecciones presidenciales de EE.UU. de 2016. Se alega que Cambridge Analytica también participó en otras elecciones en diferentes partes del mundo, incluyendo Argentina, Brasil, Colombia y México. Aunque ambas compañías niegan las acusaciones, dicha filtración podría ser solo la punta del iceberg respecto al problema de la recogida encubierta de datos por parte de Facebook. El escándalo se destapó cuando The Observer y The New York Times citaron a antiguos empleados, asociados y documentos de Cambridge Analytica para alegar que la firma recopiló información privada de los perfiles de Facebook de decenas de millones de usuarios sin su permiso. Cambridge Analytica supuestamente obtuvo estos datos de Aleksandr Kogan, un psicólogo de la Universidad de Cambridge que creó una aplicación llamada thisisyourdigitallife en 2014. Sus usuarios fueron pagados para que realizaran una prueba psicológica en forma de cuestionario. La aplicación recopiló sus datos y también reunió información sobre sus amigos en Facebook. Debido a que 270.000 personas participaron en el cuestionario, los datos de unos 50 millones de usuarios, principalmente en EE.UU., fueron supuestamente reunidos sin su consentimiento explícito a través de sus redes de amigos, de acuerdo con Christopher Wylie, exempleado de la empresa, quien reveló las supuestas prácticas a ambos periódicos. Luego, Kogan compartió los datos con Cambridge Analytica, lo cual le permitió desarrollar un ‘software’ para ayudar a influir en las elecciones. Wylie confesó haber ideado un plan para usar información privada de los perfiles de Facebook de millones de ciudadanos estadounidenses para crear perfiles psicológicos y políticos. Y luego dirigirse a ellos con personalizados anuncios políticos diseñados para influir en su particular perfil psicológico. Según Facebook, sus usuarios dieron su consentimiento para que Kogan accediera a cierta información limitada de su perfil, grupos de amigos y contactos.  Sin embargo, al pasar esta información a Cambridge Analytica, Kogan quebrantó las políticas de la red social. Asimismo, Facebook ha anunciado que en 2015 conoció que los datos habían sido mal utilizados. Pero solo el viernes, un día antes de que se publicaran los informes, Facebook confirmó que suspendía a Cambridge Analytica. Según la red social fundada por Mark Zuckerberg, anteriormente le había pedido a la compañía que borrara los datos de los usuarios que había recopilado, pero recientemente ha conocido que no lo había hecho. La controversia dio otro giro cuando un documental de Channel 4 News reveló las tácticas sucias de Cambridge Analytica en procesos electorales en diferentes países. Durante una operación encubierta del canal, los ejecutivos de la compañía fueron grabados alegando que podrían usar las llamadas ‘trampas de miel’ (uso de relaciones sexuales o románticas para desacreditar a rivales), sobornos, espías y noticias falsas para ayudar a determinados candidatos a ganar elecciones en cualquier parte del mundo. Facebook ha generado críticas por su supuesta inacción para proteger la privacidad de los usuarios. Funcionarios estadounidenses y europeos han pedido al presidente ejecutivo de la red social, Mark Zuckerberg, que explique cómo la información personal de los usuarios de Facebook terminó en manos de Cambridge Analytica. El lunes, las acciones de Facebook registraron una caída de un 7,2%, lo que supone una pérdida de unos 35.000 millones de dólares para su capitalización bursátil. Tras la controversia, el cofundador de WhatsApp, Brian Acton, que se unió a Facebook cuando la aplicación fue adquirida por el gigante de las redes sociales en 2014 pero dejó la empresa el año pasado, instó a los internautas a eliminar sus cuentas de Facebook, utilizando la etiqueta #DeleteFacebook («eliminar Facebook», en inglés) que ya se ha convertido en una tendencia en Twitter. Cambridge Analytica es una firma de análisis de datos digitales con divisiones políticas y de mercadeo, y oficinas en Nueva York, Washington, Londres, Brasil y Malasia. La empresa fue financiada por el partidario de Trump y multimillonario Robert Mercer. El exasesor de Trump, Steve Bannon una vez fue miembro de su junta directiva. La compañía, que comenzó a trabajar para la campaña de Trump en junio de 2016, prometió que sus llamados perfiles «psicográficos» podrían predecir la personalidad y las tendencias políticas de cada adulto en EE.UU. El martes, The Guardian publicó una entrevista con Sandy Parakilas, «gerente de operaciones de la plataforma en Facebook, responsable de vigilar infracciones de datos por parte de desarrolladores de ‘software’ de terceros entre 2011 y 2012». Según Parakilas, Facebook requería que los desarrolladores de aplicaciones firmaran acuerdos mediante los que prometieran respetar las restricciones de privacidad asociadas a los datos de los usuarios que recibían a través de las API de Facebook, pero el cumplimiento de estos requisitos fue extremadamente negligente. «Me preocupaba que Facebook no pudiera monitorear todos los datos que dejaban sus servidores a los desarrolladores, así que no teníamos idea de qué estaban haciendo los desarrolladores con los datos», detalló Parakilas al medio. «Una vez que los datos salían de los servidores de Facebook, no había ningún control, y no se tenía ni idea de lo que estaba pasando». Parakilas aseguró que «ha sido doloroso ver el escándalo que se está desarrollando en torno a Cambridge Analytica, porque «sé que podrían haberlo evitado».   Nota Relacionada Trampas sexuales, ‘fake news’, espías, sobornos: Trucos de Cambridge Analytica para ganar elecciones  

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Heridas autoinfligidas de Israel

Fuente: Ronald Lauder* | New York Times Fecha: 18 de MAR 2018 A medida que el estado de Israel se acerca a su 70 aniversario, me llena de orgullo al ver cómo el vulnerable estado judío de mi infancia evoluciona hacia la nación fuerte y próspera que es hoy en día. Como presidente del Congreso Judío Mundial, creo que Israel es fundamental para la identidad de cada judío, y creo que es mi segundo hogar. Sin embargo, hoy temo por el futuro de la nación que amo. Es cierto que el ejército israelí es más fuerte que cualquier otro ejército en el Medio Oriente. Y sí, la destreza económica de Israel es mundialmente conocida: en China, India y Silicon Valley, la tecnología, la innovación y el espíritu empresarial de Israel son venerados. Pero el estado democrático judío enfrenta dos amenazas graves que, creo, podrían poner en peligro su propia existencia. La primera amenaza es la posible desaparición de la solución de dos estados. Soy conservador y republicano, y he apoyado al partido Likud desde la década de 1980. Pero la realidad es que 13 millones de personas viven entre el río Jordán y el mar Mediterráneo. Y casi la mitad de ellos son palestinos. Si las tendencias actuales continúan, Israel enfrentará una dura elección: otorgar plenos derechos a los palestinos y dejar de ser un estado judío o rescindir sus derechos y dejar de ser una democracia. Para evitar estos resultados inaceptables, el único camino a seguir es la solución de dos estados. El presidente Trump y su equipo están totalmente comprometidos con la paz en Medio Oriente. Los estados árabes como Egipto, Jordania, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos están ahora más cerca de Israel que nunca y, contrariamente a los informes de los medios de comunicación, los principales líderes palestinos están, me dijeron personalmente, listos para comenzar negociaciones directas de inmediato. . Pero algunos israelíes y palestinos están impulsando iniciativas que amenazan con hacer fracasar esta oportunidad. La incitación y la intransigencia palestinas son destructivas. Pero también lo son los planes de anexión, impulsados ​​por los de la derecha, y la amplia construcción de asentamientos judíos más allá de la línea de separación. En los últimos años, los asentamientos en Cisjordania en tierras que en cualquier trato probablemente se convertirán en parte de un estado palestino, han seguido creciendo y expandiéndose. Tales políticas israelíes ciegas están creando una realidad irreversible de un estado. La segunda amenaza de dos puntas es la capitulación de Israel hacia los extremistas religiosos y la creciente desafección de la diáspora judía. La mayoría de los judíos fuera de Israel no son aceptados a los ojos de los ultraortodoxos israelíes, que controlan la vida ritual y los lugares sagrados en el estado. Siete millones de los ocho millones de judíos que viven en América, Europa, América del Sur, África y Australia son ortodoxos modernos, conservadores, reformistas o seculares. Muchos de ellos han llegado a sentir, especialmente en los últimos años, que la nación a la que han apoyado política, financiera y espiritualmente les está dando la espalda. Al someterse a las presiones ejercidas por una minoría en Israel, el estado judío está alienando a un gran segmento del pueblo judío. La crisis es especialmente pronunciada entre la generación más joven, que es predominantemente secular. Cada vez más judíos de la generación del milenio, particularmente en los Estados Unidos, se están distanciando de Israel porque sus políticas contradicen sus valores. Los resultados no sorprenden: asimilación, alienación y una severa erosión de la afinidad de la comunidad judía mundial por la patria judía. En la última década visité comunidades judías en más de 40 países. Los miembros en cada uno de ellos me expresaron su preocupación y ansiedad sobre el futuro de Israel y su relación con la diáspora judía. Muchos judíos no ortodoxos, incluyéndome a mí, sienten que la difusión de la religiosidad forzada por el Estado en Israel está convirtiendo a una nación moderna y liberal en una sociedad semiteocrática. Una gran mayoría de los judíos de todo el mundo no acepta la exclusión de las mujeres en ciertas prácticas religiosas, leyes de conversión estrictas o la prohibición de la oración igualitaria en el Muro de las Lamentaciones. Están desconcertados por la impresión de que Israel está abandonando la visión humanista de Theodor Herzl y tomando un carácter que no se ajusta a sus propios valores fundamentales o al espíritu del siglo XXI. La dirección del mundo judío siempre respeta las elecciones hechas por el votante israelí y actúa en concierto con el gobierno democráticamente elegido de Israel. También soy muy consciente de que los israelíes están en primera línea, haciendo sacrificios y arriesgando sus propias vidas todos los días para que los judíos de todo el mundo puedan sobrevivir y prosperar. Me considero para siempre en deuda con ellos. Pero a veces la lealtad requiere que un amigo hable y exprese una verdad incómoda. Y la verdad es que el fantasma de una solución de un solo estado y la creciente brecha entre Israel y la diáspora están poniendo en peligro el futuro del país que tanto amo. Nos encontramos en una encrucijada. Las decisiones que tome Israel en los próximos años determinarán el destino de nuestro único y único Estado judío, y la unidad continua de nuestro querido pueblo. Debemos cambiar el curso. Debemos impulsar una solución de dos estados y encontrar un terreno común entre nosotros para que podamos garantizar el éxito de nuestra amada nación. *Ronald S. Lauder es el presidente del Congreso Judío Mundial.   Traducción: Dardo Esterovich Versión original: Israel’s Self-Inflicted Wounds    

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“Quieren criminalizar la verdad”

Fuente: Sergio Kiernan | Página 12 Fecha: 11 de MAR 2018 El historiador Jan T. Gross desarma el razonamiento de la ley mordaza polaca. Autor del libro definitivo sobre la masacre de Jedwabne, es la persona más odiada por la ultraderecha polaca y un veterano defensor de ciertas verdades que incomodan. Sus comentarios sobre el intento de censura internacional. Una de las personas más odiadas por la Liga Polaca contra la Difamación es el historiador polaco–norteamericano Jan T. Gross, autor de libros como “Vecinos, la destrucción de la comunidad judía de Jedwabne”, “La sociedad polaca bajo la ocupación alemana”, y “Miedo: el antisemitismo en Polonia después de Auschwitz”. Profesor de historia en la universidad de Princeton, Gross es especialista justamente en el período y en los eventos que la Liga y el actual gobierno polaco quieren borrar. En una conversación con Slawomir Sierakowski, director del Instituto de Estudios Avanzados de Varsovia, publicada poco antes de sancionada la ley que busca imponer una censura internacional, Gross desarmó los argumentos con que el partido Ley y Justicia trata de justificar la legislación. El gobierno dice que la ley castiga a quien diga o escriba la frase “campos de la muerte polacos”. Para Gross, “ninguna persona normal usa la frase para sugerir que los polacos construyeron y operaron los campos. Es evidente que los responsables fueron los nazis. Pero este problema comenzó antes de que Ley y Justicia llegara al poder, y la intención no es esa. El gobierno ni siquiera puso la frase en el texto de la ley”. ¿Cuál es el verdadero objetivo de la ley? Para Gross, claramente “el blanco son los historiadores que buscan la verdad sobre las diversas formas en que participaron en el Holocausto diferentes partes de la sociedad polaca. Ya lo hicieron cuando salió mi libro sobre Jedwabne, y lo hacen contra historiadores como Jan Grabowski, Barbara Engelking, Agnieszka Haska, Alina Skibinska, Joanna Tokarska-Bakir y Jacek Leociak. El gobierno dice que la ley no se aplica a artistas e investigadores, pero el gobierno es el que decide quién es un artista y quién es un investigador. ¿Funcionó la ley? “Antes de este escándalo, la frase sobre campos de la muerte polacos se publicaba a lo sumo cien veces en los medios internacionales. Ahora se publicó un millón de veces y se dice en todo el mundo que la legislación es un intento de cubrir la participación polaca en el Holocausto. La manera en que este gobierno arruinó la reputación de Polonia no tiene precedente”. ¿Por qué lo hacen, entonces? “Quieren criminalizar la verdad. Es parte del estilo del partido gobernante, con sus slogans suaves y atractivos. Dicen que así se combate la ‘pedagogía de la vergüenza’ y que bajo la guía del gobierno vamos a dejar de castigarnos, vamos a ver que somos valientes y buenos, que sólo hay héroes entre nosotros. Y se lo vamos a enseñar a todos en el exterior”. ¿Cómo se equivocaron tanto? La respuesta es por ignorancia: “Los autores de la ley no deben haber leído nunca un testimonio de algún judío que sobrevivió el Holocausto en Polonia. La historia es siempre la misma, que antes de que esos pocos afortunados encontraran a alguien decente que los ayudara, sufrieron traiciones, chantajes, violaciones, robos a manos de otros ciudadanos polacos. El hecho es que los judíos no podían caminar por una calle de Polonia durante la ocupación no porque los alemanes se iban a dar cuenta, sino porque algún polaco los iba a denunciar. Por eso los sobrevivientes reaccionan ante esta ley como ante un ataque a sus propios testimonios. La imagen de Polonia estaba mejorando, antes era considerado un país maldito, una frase con la que no estoy de acuerdo pero que escuchaba mucho. Hay tanta gente que considera que los polacos fueron peores que los alemanes, porque no eran extranjeros, invasores, sino vecinos. Hay testimonios en que sobrevivientes se refieren a los asesinos por el sobrenombre, hablan de Marito, de Tito. Mi opinión sobre los polacos fue empeorando a medida que aprendía más sobre lo que pasó”. ¿Por qué existen grupos dedicados a tratar de borrar esta historia? “Porque es un retrato aterrador de la sociedad polaca de la que las nuevas generaciones no saben nada. La mayoría de los polacos creen que sufrieron más que los judíos durante la guerra. Masacraron a tres millones de ciudadanos polacos con una brutalidad nunca vista y la sociedad polaca no lo sabe. Las escuelas ya no llevan los alumnos a los campos. Toda esta temática es difícil de procesar, porque contiene dramas. Por ejemplo, que los polacos mataron muchos, muchos más judíos durante la guerra que mataron alemanes. Desde la invasión en septiembre de 1939 hasta la insurrección de Varsovia, mataron a lo sumo 30.000 alemanes. Nadie que estudie el tema duda que los polacos mataron muchos más judíos que eso”.

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