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Una lección de oportunismo frente al colapso

Fuente: Eric Nepomuceno | Jornada/México Fecha: 18 de JUNIO 2017 Hace dos semanas, con Brasil encubierto por una formidable y terrible sucesión de escándalos que cayeron como avalancha sobre Michel Temer y sus principales cómplices, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso declaró con todas las letras que exigir la anticipación de las elecciones previstas para octubre del año que viene sería un atentado a la Constitución y un golpe inaceptable. El pasado miércoles, dos días después de que su Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) decidiera mantenerse aliado al gobierno nacido de un golpe impulsado precisamente por sus caciques, Cardoso cambió radicalmente de idea. Sin sonrojarse ni un milímetro se lanzó a una luminosa exhibición de un oportunismo descarado, y defendió que el ilegítimo Michel Temer tenga la ‘grandeza de renunciar y que se determine la inmediata realización de elecciones generales. Vale la pena observar para algunos aspectos de ese brusco vuelco de opinión. Es imposible olvidar, por ejemplo, que el golpe institucional que en 2016 destituyó a la malograda Dilma Rousseff y sus 54 millones 500 mil electores, fue armado por el mismo PSDB de Cardoso. Sin su pleno respaldo, la banda encabezada por el entonces presidente de la Cámara de Diputados y actual ocupante de una celda de la Policía Federal, Eduardo Cunha, no hubiese resultado. Sin el comando clarísimo del senador Aécio Neves, presidente del PSDB, y que espera, aislado y ansioso, por una orden de prisión a ser emitida por un juez del Supremo Tribunal Federal, nada ocurriría. Y todo eso ocurrió con el clarísimo aval de Cardoso. Michel Temer, hábil conspirador en las tinieblas, no tiene estatura para nada: sería como pedirle a un pigmeo que barriese nubes. Ahora mismo ese veterano corrupto y permanente traidor está a punto de ser acusado por el fiscal general de la Federación por crímenes de corrupción, formación de pandilla y lavado de dinero, entre otras hazañas similares. Dilma Rousseff cometió una serie de desatinos en la economía. Desconoció claramente las reglas –muchas veces burdas y nada republicanas– del juego practicado en un sistema político de raíces podridas. Dejó claro que dialogar y oír consejos no hacen parte de sus prácticas. No cometió, sin embargo, ninguno de los crímenes de responsabilidad previstos en la Constitución para que un mandatario surgido del voto popular sea destituido. Michel Temer fue su compañero de lista como parte de un espurio –e inevitable– acuerdo: a cambio de apoyo en las presidenciales, ocuparía la vicepresidencia. Y como él mismo se definió, sería un vicepresidente decorativo. Pero traicionó a su presidenta de manera abyecta, mientras que él cometía un sinfín de delitos ya no de responsabilidad, sino crímenes considerados comunes por la legislación brasileña, inherentes a su consolidada trayectoria de corrupto crónico. Luego de haber ocupado el sillón presidencial gracias al golpe diseñado y comandado por el PSDB de Fernando Henrique Cardoso, siguió incurriendo en lo de siempre, es decir, mantuvo su trayectoria de corrupto y corruptor. Fue capturado. Todavía cuenta, o cree contar, con la complicidad de diputados en número suficiente para evitar su destitución y consecuente (e inevitable, si se respetan las leyes) prisión. Pero ya no cuenta con la unanimidad de los medios hegemónicos de comunicación: el empresariado y los dueños de capital quieren deshacerse de él tan pronto encuentren a un substituto aceptable y más que nunca el país está a la deriva. Las inversiones se evaporaron, su credibilidad es nula, y crece visiblemente en la opinión pública un clamor de rechazo irremediable hacia él, sus cómplices y su gobierno. ¿Cuáles de esas razones produjeron el súbito cambio en la posición de Cardoso, quien supo ser el más fuerte avalista del golpe? La principal de ellas: oportunismo desaforado, sin duda alguna. Al pedir a un pigmeo moral como Michel Temer que tenga un gesto de grandeza, Cardoso sabe que no hace más que tirar palabras al viento. ¿A quién quiere convencer? Para la opinión pública, la desmoralización irremediable de Aécio Neves y del mismo PSDB será cobrada en la factura de las próximas elecciones. El llamado sector joven del partido lo sabe, y defendió, en vano, la ruptura con el gobierno que ayudó a instalar. Cardoso, a su vez, conoce bastante bien a Michel Temer, y sabe que él y sus secuaces se aferrarán a sus cargos a cualquier costo. Mantener el llamado foro privilegiado es su única posibilidad de escapar de la cárcel, al menos por ahora. Lo más perverso de todo eso es que, mientras el país se hunde cada día, persiste una pregunta que nadie sabe contestar: ¿cómo impedir que Lula da Silva participe de las elecciones anticipadas, que ahora hasta el mismo Cardoso reconoce como inevitable? Ni el PSDB, ni el PMDB y mucho menos los partidos menores disponen de un nombre capaz de participar en una disputa con Lula. A menos, claro, que Cardoso, que cumple 86 años precisamente hoy, esté empezando a padecer de alguna especie de debilidad que le permita creer que sería un candidato viable.

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El malestar de la globalización

Fuente: Ricardo Aronskind* | Pág 12 – Sup. Cash Fecha: 18 de JUNIO 2017 Los problemas estructurales de la globalización son sistemáticamente negados y tapados con autocomplacientes diagnósticos de pronta mejora. Las estadísticas sobre un crecimiento débil y una tasa errática de empleo se repiten año tras año, luego de la crisis de 2008. Los gobiernos de los países centrales, impregnados por el marco ideológico e institucional neoliberal, usan mínimos instrumentos expansivos de política económica. Los países latinoamericanos deberían prepararse para una contracción global, que podría impulsar la tendencia declinante de la demanda de materias primas. La transformación del clima político en países centrales es la expresión de un malestar social creciente de la economía liberal: la concentración de la riqueza y la desposesión de las mayorías. El estancamiento relativo de la economía occidental es inocultable. Las estadísticas sobre un crecimiento débil y una tasa errática de empleo se repiten año tras años, luego de la crisis de 2008. Los gobiernos de los países centrales, impregnados por el marco ideológico e institucional neoliberal, usan mínimos instrumentos expansivos de política económica. Así, la política monetaria expresada por la “expansión cuantitativa” implementadas en Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón y recientemente por el Banco Central Europeo ha alcanzado sus límites, sin que las economías hayan despegado. Se acumulan ya nueve años en los que sistemáticamente el Banco Mundial y otros organismos que conforman la institucionalidad del orden global, realizan pronósticos económicos de crecimiento mundial que son desmentidos por una realidad mucho más anémica. Los problemas estructurales de la globalización son sistemáticamente negados, y tapados con auto-complacientes diagnósticos de pronta mejora. Pero el impacto económico y político de una crisis financiera sin resolución no puede ser escondido, y se vuelve visible a través de numerosos eventos que ocurren con creciente frecuencia. La deuda global sigue creciendo y sepulta la reactivación. Según la revista Forbes, el mundo adeuda 3,3 veces su PIB, o lo que es lo mismo, 217 millones de millones de dólares. La deuda global ha seguido acumulándose vigorosamente luego del estallido de la crisis financiera en 2008, a pesar del débil crecimiento registrado en el período. Tres cuartos de esas deudas corresponden a los países desarrollados. Estados Unidos presenta uno de los endeudamientos más altos del mundo superando en 3,4 veces su PIB. La deuda federal sola es mayor que todo el producto anual del país (102 por ciento del PIB). El conjunto de las administraciones (federal, estatales y locales) ha incrementado fuertemente sus pasivos desde 2008 en un 80 por ciento. La solvencia del sector empresarial estadounidense se ha deteriorado durante 2016, especialmente en el sector no financiero. La deuda total de la Eurozona alcanza niveles records del 405 por ciento del PIB. La deuda gubernamental de los 19 miembros equivale al 110 por ciento del PIB agregado. El Reino Unido, donde la realidad política se ha vuelto extremadamente fluida, debe casi cinco veces su PIB (465 por ciento). Tres cuartas partes de la deuda total británica corresponden al sector privado, mientras que el resto es del sector público (115 por ciento del PIB). Solo el sector financiero acumula una deuda que equivale al 190 por ciento del PIB nacional. En Japón, sólo la deuda pública equivale a 2,5 veces su PIB, aunque en su mayoría ha sido contraída con prestamistas locales. Esta acumulación riesgosísima de deuda se explica por las políticas monetarias fuertemente expansivas implementadas por los principales bancos centrales de los principales centros económicos mundiales, y por el crecimiento “vegetativo” de la enorme deuda contraída por el resto, a pesar de las muy bajas tasas de interés. Ese crecimiento vegetativo revela, a su vez, la imposibilidad de “manejar” esas deudas, que son explosivas. Un aumento de las tasas aceleraría inevitablemente el crecimiento de las mismas, sobre cuya cobrabilidad crecen las dudas. Comentario aparte merecen las empresas “calificadoras de riesgo”, cuyas preferencias políticas por los países centrales y los gobiernos neoliberales son cada vez más difíciles de disfrazar de “evaluaciones técnicas”. Advertencias La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), en un documento oficial, ha señalado: “las pobres expectativas de crecimiento deprimen el comercio, la inversión, la productividad y los salarios”. El comunicado advierte: “las excepcionalmente bajas tasas de interés están distorsionando los mercados financieros y creando riesgos a lo largo del sistema financiero”. Aún más explícito es el siguiente párrafo: “La desconexión entre las subas de bonos y acciones y la caída de ganancias y de expectativas de crecimiento, combinadas con sobrecalentados mercados inmobiliarios en muchos países, incrementan la vulnerabilidad de los inversores a fuertes correcciones en los precios de los activos”. “Fuertes correcciones” significa en el lenguaje mesurado del organismo, la explosión de las burbujas creadas por el capital especulativo. Nadie puede decir que las advertencias no fueron hechas con claridad. Sin embargo el sistema global responde con la inercia, el silencio negador y la total ausencia de propuestas efectivas. Hechos políticos de enorme relevancia muestran un cambio crucial en el estado de ánimo de la opinión pública mundial en relación al fenómeno conocido como “globalización”. Uno es el Brexit, es decir, la decisión de Gran Bretaña de salir de la Unión Europea, producto de un referéndum (junio de 2016) que imprevistamente ganó la posición favorable a la salida. Otro es el triunfo de Donald Trump (noviembre de 2016), en contra de la favorita del establishment económico de los Estados Unidos, la demócrata Hillary Clinton. Justamente fue ella quien explicó con realismo –antes de las elecciones–, la lógica de los votantes de Trump: “demasiados estadounidenses sienten como si hubieran sido excluidos y abandonados por nuestra economía, por nuestro gobierno. Yo entiendo su frustración y francamente incluso el miedo que algunas personas sienten que no está funcionando para ellos, y que están en busca de respuestas”. El triunfo del candidato de centro-liberal Macron (mayo de 2017) en Francia ha sido presentado como una revalidación popular de la globalización liberal. Sin embargo, la simple suma de los votantes que cuestionan el estilo de ajuste y austeridad que

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Al PASO de Cristina

Fuente: Horacio Verbitsky | Página 12 Fecha: 18 de JUNIO 2017 La inscripción de la Unidad Ciudadana sin el PJ desconcertó todas las previsiones. Una vez más CFK condiciona al resto de los actores. Como el toro que embiste sin meditar qué hay del otro lado, Randazzo pasó de largo y, al darse vuelta, en vez de Cristina se encontró con Ishii, es decir redimensionado a su propia escala. Esto tensiona y amenaza vaciar su espacio. Razones prácticas y teóricas para una decisión de enorme audacia, coherencia conceptual y resultado incierto. Si hay algo que nadie discute es la centralidad de Cristina en el escenario político. La ausencia del PJ en la Unidad Ciudadana, inscripta al vencer el plazo legal para las alianzas, desconcertó todas las previsiones, tanto del gobierno como en la oposición. Y hasta ahora la ex presidente no ha decidido si será candidata. Hay dos lecturas posibles para este giro que sorprendió a propios y ajenos. Una de alcance general sobre la democracia realmente existente y la crisis del sistema de representación partidaria. La Argentina no es una excepción sino parte de la regla general, confirmada esta semana en Francia con la contundente victoria de Emannuel Macron sin un partido propio anclado en las corrientes principales de la Segunda República. Pero también hay razones prácticas que no todos comprenden, entre otras cosas porque hasta ahora nadie se ha tomado el trabajo de explicarlas para quienes no están en la rosca. Así, no es fácil entender la contradicción entre la propuesta de ampliar el espacio para batir a Macrì y la selectividad en el derecho de admisión. Hasta que la propia Cristina tome la palabra, el mediodía del martes en Sarandí, sólo se pueden ensayar aproximaciones, consultando distintas fuentes, tanto públicas como reservadas. Del júbilo a la depresión Desde el gobierno se lanzan exclamaciones de júbilo, como si la candidatura de Cristina sin pasar por una previa interna con su ex ministro amante de los relojes y los autos fuera la mejor alternativa imaginable. Esto tiene inmediato eco en los mismos medios que desde hace meses vienen reclamando el arresto de la ex presidente en alguna de las causas que el gobierno impulsa en su contra. Estas opiniones o expresiones de deseos abundan en referencias a la tumba, el crimen y la cárcel. Unos pocos ejemplos: www.lanacion.com.ar/2031457-joaquin-morales-sola-si-pierde-cristina-el-peronismo-pondra-una-lapida-sobre-su-figura-politica www.lanacion.com.ar/2034049-carlos-pagni-para-cristina-es-la-victoria-o-la-carcel www.lanacion.com.ar/2034108-se-cocina-la-muerte-politica-de-la-ex-presidenta Van Der Kooy: “Ya no hay una buena salida para Cristina” www.clarin.com/opinion/cristinita_0_H1gIay0fb.html Beatriz Sarlo: “Aunque saque más votos que Randazzo, este es el final político de Cristina” www.clarin.com/politica/beatriz-sarlo-saque-votos-randazzo-final-politico-cristina_0_BJR2xik7W.html www.infobae.com/opinion/ 2017/05/28/renovacion-o-muerte-el-dilema-de-la-unidad-peronista/ www.lanacion.com.ar/2032522-el-peronismo-y-el-crimen-de-cristina www.lanacion.com.ar/2029348-margarita-stolbizer-el-destino-inexorable-de-cristina-kirchner-es-una-condena-judicial Recién después del escrutinio podrá corroborarse. Pero tanto entusiasmo es sospechoso, sobre todo cuando la dirigencia territorial que acompaña la propuesta de Cristina deja saber que no lo hace por estricta identificación ideológica sino por la antigua cautela de acudir siempre en auxilio de la victoria. Y esto comprende no sólo a los jóvenes intendentes del conurbano formados durante el ciclo kirchnerista, sino también a viejos líderes de centroderecha con una trayectoria en el peronismo tan extensa como la de Cristina: el puntano Alberto Rodríguez Saa, el pampeano Carlos Verna, el sanjuanino José Luis Gioja. En su nota “Se cocina la muerte política de la ex presidente” el columnista de La Nación Fernando Laborda es más explícito en la definición del objetivo: “Aun no llegando al podio reservado para los tres primeros, Randazzo podrá haber realizado, con su sola presentación electoral, una contribución histórica para la muerte política de Cristina”. Nadie expresó con tanta claridad que el propósito de esa candidatura es perjudicar a CFK, lo cual en el subibajas electoral es beneficiar al gobierno. Pero además de los operadores del establishment, que así encubren sus temores, hay voces sinceras inquietas por lo que consideran errores o déficit de conducción, como Ricardo Rouvier, Gabriel Fernández, Carlos Marino o Atilio Borón. En general son los mismos que lamentaron la dureza con que Cristina rompió con Hugo Moyano y la fracción sindical que encabezaba, cuando aún vivía Kirchner. La peripecia posterior de Moyano simplifica ese debate, aunque se mantenga la necesidad de reflexionar sobre la difícil relación del kirchnerismo con el sindicalismo burocrático, cuya pérdida de relevancia política no equivale a proclamar su insignificancia social. A propósito, antes que Cristina fue Moyano quien proclamó que el PJ era “una cascara vacía”. También hay que anotar el tono quejumbroso y depresivo que llega desde las tolderías con las que contaba Randazzo, donde ya nada es lo que parecía. Una interna con Ishii, algún representante del duhaldismo residual y tal vez un par de seguidorxs de Mario Moreno (el insigne estadígrafo argentino, no el cómico mexicano) carece de todo glamour y ridiculiza la pretensión del ex ministro de confrontar con Cristina. Desde el momento en que Randazzo anunció ese propósito, menos de diez intendentes peronistas en la provincia lo acompañaron y sólo dos de ellos son del conurbano, Gabriel Katopodis y Juan Zavaleta. Ni siquiera es seguro que cuando Cristina comience a hablar el martes en el estadio de Arsenal en el Viaducto, mantengan su compromiso. Ambos están haciendo ahora el mismo cálculo de varios de los colegas que decidieron seguir a Cristina: si ella presenta su candidatura, enfrentarla no será sólo una declaración de principios o preferencias, sino una apuesta a todo o nada en su propia retaguardia. Su continuidad como intendentes no estaría asegurada si perdieran la mayoría en sus cuerpos legislativos municipales. Las condiciones de la unidad Está fuera de dudas que la división del voto peronista favorece al gobierno. Pero aún resta discernir: ¿Cuál es la peor ruptura del peronismo, con o sin las PASO? En diciembre pasado se realizó el Congreso de la Unidad en La Matanza, donde se acuñó la definición “Unidos por la Argentina, Unidos por Buenos Aires”. Ningún sector quedó excluido de tres estructuras fundamentales de poder: los apoderados, la Junta electoral y la Mesa de Acción Política. En la última reunión de esa Mesa de 40 integrantes, hace dos semanas, 36 votaron por la lista de unidad, y sólo cuatro por

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Trump en Miami: Regreso a Jurassic Park

Fuente: Iroel Sánchez | Cuba Ahora Fecha: 17 de JUNIO 2017 La retórica de Donald Trump no puede encubrir una realidad: la mayoría de los estadounidenses y de los cubanoamericanos apoyan el fin del bloqueo a Cuba… El 30 de julio es duelo nacional en Cuba. En esa fecha, cada año, las calles de Santiago de Cuba se llenan en una peregrinación espontánea en la que caen desde los balcones pétalos de rosas y el público camina en silencio hacia el cementerio. Se recuerda así la reacción popular con que la ciudad, casi en pleno, respondió en 1957 al asesinato de los jóvenes Frank País y Raúl Pujol por la policía de Fulgencio Batista, pero también a todos los que como ellos fueron víctimas de acciones similares. Al hijo de uno de los asesinos de Frank y Josué escogió el Presidente estadounidense Donald Trump para el storytelling del discurso que realizó en Miami este 17 de junio. Un violín desafinó en manos del vástago las notas del himno nacional estadounidense, y -en un teatro que lleva el nombre de uno de los invasores que a órdenes de la CIA sufrió la muy recordada derrota en Playa Girón- un político entre cuyos adjetivos más socorridos está la palabra “perdedores” prometió lo mismo que ya el mundo entero -y hasta su antecesor en el cargo- reconocen está condenado al fracaso. El público -en su mayoría ancianos miamenses que hace décadas no ponen un pie en Cuba- gritaba “USA, USA”, mientras el Presidente anunciaba que los ciudadanos del país de las libertades seguirán teniendo prohibido hacer turismo en Cuba y si aun así viajan a la Isla deberán hacerlo en grupo y con una bitácora detallada y auditable, de modo que el Gran Hermano pueda controlar adecuadamente si cumplen con la misión que su gobierno les encarga: derrocar al “régimen” que se ha ocupado de que jamás vuelvan a ocurrir en la Isla crímenes como los del 30 de diciembre de 1957. El mismo Presidente que hace menos de un mes firmó un contrato por cien mil millones dólares en venta de armas a la monarquía de Arabia Saudita, firmaba otro ante personas que practicaron el terrorismo, ¿el objetivo?: evitar que llegue un solo centavo estadounidense a las Fuerzas Armadas de la República de Cuba. Insólitamente, para ello ha prometido que impedirá un comercio e inversiones que hoy no existen. Con el reto de cumplir las promesas de su campaña, y amenazado por una investigación congresional a partir de sus presiones sobre el ex director del FBI, James Comey, el Señor Trump parece ha encontrado entre la ultraderecha cubanoamericana de Miami la manera de aparentar que cumple su palabra y es aplaudido. Pero la retórica no puede encubrir una realidad: 73% de los estadounidenses y 80% de los cubanoamericanos apoyan el fin del bloqueo a Cuba, y sus anuncios de este viernes no harán sino aumentar ese rechazo. Vivir para ver, ya en la víspera, Trump logró poner de acuerdo a los analistas del Nuevo Herald de Miami con los de The New York Times. Del lado Sur del estrecho de la Florida no ha habido que esperar mucho. Los primeros resultados del show de Trump en Miami ya están a la vista en Cuba: Se habla más de política y en las redes sociales muchos jóvenes que no suelen aludir a esos temas manifiestan su indignación con el discurso miamense del Presidente norteamericano. Desde los tiempos del secuestro del niño Elián González los cubanos no habían recibido una imagen tan clara del Jurassic Park que mandaría en Cuba si no hubiera Revolución. Understanding the prevalence and impact of parasitic diseases in humans is essential for global health, as these conditions can lead to serious complications, especially in resource-limited settings. These diseases are often transmitted through contaminated water, food, soil, or insect bites, and they can affect various bodily systems. Education, improved sanitation, and access to healthcare are key components in combating these diseases. https://southwestsurgerylhc.com/parasitic-diseases-in-humans/

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Juega la dama

Fuente: Roberto Caballero | TiempoAr Fecha: 17 de JUNIO 2017 Florencio Randazzo perdió el tren el día que cayó –o decidió caer– en la trampa tendida por Mauricio Macri. El proyecto de deskirchnerizar culturalmente a la sociedad y construir un dispositivo político transversal, integrado por oficialistas declarados y otros camuflados como opositores tibios al modelo restaurador del patrón de distribución de finales de los ’90, arrastró a muchos dirigentes, con legítimas aspiraciones de disputa, a convertirse en peones comestibles de un tablero que no gobiernan. Hay dos condiciones elementales para que un político cumpla con su misión: ambición y astucia. La ambición sola no alcanza, como tampoco la astucia sin vocación de poder. La sensación es que Randazzo, por ahora, solo exhibió mucho de la primera. A priori, aguantar en la retaguardia silente a la espera de que el bloque de poder encarnado en Macri se encargara de «cocinar la muerte» de Cristina Kirchner y sus seguidores para luego reclutar –desde la memoria de una gestión K eficiente y de buena imagen– a los derrotados en desbande, no carece de lógica. Aquí no se juzgan morales, sino estrategias. Pero toda estrategia se mide en un terreno, el de la realidad, además de la imaginación. En concreto, el macrismo viene fracasando en su propósito de marginar al kirchnerismo desobediente del sistema de decisiones institucionales. Desde el primer día, trabajó incansablemente para bajarle el estatus de espacio político a «banda de forajidos y ladrones», con la complicidad del poder mediático y judicial. Esta semana lo volvió a hacer señalando como jefe de una «mafia» al presidente de la principal bancada opositora, Héctor Recalde. Y lo sigue haciendo, cada vez que puede. Sin haberlo logrado del todo, sería necio ignorar que parece haber reducido al kirchnerismo a su núcleo más duro de adherentes. Sin embargo, no pudo apagar la estrella de Cristina Kirchner, que sobrevivió en la constelación de encuestas que constituyen el menú de la Casa Rosada. Esto cambia los planes de todos. Depender de un ejército exterminador ajeno, alquilar las posibilidades propias, no siempre es lo más aconsejable. A Randazzo le está pasando eso. Es hablado porque no habla, y aunque lo hiciera, calló por demasiado tiempo a la espera de que Stalingrado cediera; y se encuentra, ahora, con que debajo de los escombros, hay rusos que todavía respiran con ánimo de dar batalla. Al invasor de la Patria, y no a su supuesto dictador soviético. La analogía es arbitraria. Valga aclarar que ni Randazzo es la Rusia zarista a la espera de dar el zarpazo contra el bolcheviquismo, ni Cristina Kirchner es el Stalin del PJ del que se quejan los escuderos del hombre de Chivilcoy. Nada de eso. Ocurre que el macrismo comienza a tener problemas propios que no son los de Randazzo. La prioridad cambió. Porque, en esencia, el gobierno de Macri no puede mostrar éxitos después de haber prometido tanto, y también ve reducido su apoyo al núcleo minoritario galvanizado. La suerte de Randazzo les preocupa bastante menos que la propia. La Argentina hoy es un país que está peor que en 2015. La desocupación se duplicó. Diez años sostenidos de crecimiento del empleo encontraron insensible sepultura entre los pliegues de la política de ensayo y error de Cambiemos, no importa lo que digan Clarín y La Nación al respecto, es un dato irrefutable. La caída del consumo, la pérdida del poder adquisitivo, el incremento de la inseguridad, el déficit fiscal galopante, el endeudamiento y la fuga de divisas del sistema en alza y el nuevo ajuste de tarifas que se viene después de octubre por exigencia del FMI, son los problemas con los que debe lidiar la sociedad. Discutir a Cristina Kirchner, al kirchnerismo, al modelo anterior, hoy no está dentro de las prioridades básicas de la mayoría de los votantes. Eso es asunto de panelistas pagos o de muchos heridos que no dejan de ser una inmensa minoría. A Randazzo le faltó astucia para advertirlo. Quiso heredar por anticipado, comenzó a gastar a cuenta y el difunto que le prometieron en cajón de golpe está levantado y convirtiendo el velorio en una peña festivalera. A todo esto que pasa –y siempre dejándonos llevar por lo que dicen los voceros randazzistas– no se le puede responder con una única propuesta en loop: una interna en el peronismo. Eso no resuelve nada. Una obsesión de minorías, por repetida, no corporiza en verdad de mayorías. La gente está preocupada por llegar a fin de mes, no por ver si Randazzo le gana a Cristina Kirchner unas PASO. También vale para el kirchnerismo esta advertencia. Encarnizarse con un exministro que puso en juego su ambición legítima por disputar un liderazgo, ahora que no le está dando resultados, distrae de lo esencial: que haya en octubre una alternativa opositora clara y amplia frente al macrismo y a sus muletos electorales. Ya tendrá tiempo Randazzo de ir por lo suyo y el kirchnerismo de ajustar cuentas con quien considera un caballo de Troya del oficialismo, surgido nada menos que de sus propias filas. Además, el kirchnerismo tiene oponentes de mayor porte de qué ocuparse. El fiscal Marijuan se lo recordó estos días, con la imputación por lavado de dinero a la expresidenta. La elección va a ser una carnicería. Jueces y medios macristas van a intentarlo todo por reducir la chances electorales de Cristina Kirchner y el Frente Unidad Ciudadana. Habrá más tapas escandalosas, zócalos por miles, operaciones a destajo y citaciones judiciales a granel. La palabra elegida es «mafia» como sinónimo del kirchnerismo. Es una campaña de diseño que busca restarle legalidad y legitimidad al armado opositor. El antecedente para enfrentarla, de todos modos, no es malo. Después de casi 19 meses de asedio, el movimiento encabezado por Cristina Kirchner ya obtuvo una victoria, impensada hace un año. El peronismo mayoritario de la provincia de Buenos Aires, el más grande del país, cerró filas junto a ella en la propuesta de unidad. De 50 intendentes del viejo FpV, 40

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Murió impune la apropiadora de dos bebés y Papel Prensa

Fuente: Ari Lijalad | Nuestras Voces Fecha: 15 de JUNIO 2017 Falleció Ernestina Herrera de Noble, una de las mujeres más poderosas de la historia argentina. Viuda de Roberto Noble desde 1969, heredó el diario Clarín. Murió impune, sin contratiempos judiciales pese a haberse apropiado irregularmente de dos bebés y ser partícipe de delitos de lesa humanidad en el robo de Papel Prensa. Era la dueña del principal multimedio del país, pero fueron contadas sus apariciones públicas y blindó, como pocos, su verdadera historia. La Pity “Laura y Carmen Herrera, alumnas de Concepción del Valle, en una de sus interpretaciones”, decía el epígrafe de la foto que publicó Clarín el 2 de diciembre de 1953, en una nota sobre un recital de danzas en el Teatro El Nacional. Fue la primera vez que Ernestina Laura Herrera, la Pity, apareció en Clarín, sin sospechar que 15 años después estaría casada con su dueño y llegaría incluso a heredar el diario y a convertirse, con el tiempo, en la cabeza del principal multimedios del país. Había nacido el 7 de junio de 1925, por puro capricho histórico en el día del periodista, pero su vocación originaria estaba lejos de ese rubro: era bailarina de flamenco. Con poco más de 20 años conoció al ya renombrado Roberto Noble, que por entonces superaba los 50. Noble había sido Ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires en la década del 30 y, desde el 28 de agosto de 1945, comandaba su propio proyecto político: el diario Clarín. Mantenía, sin embargo, una pasión originaria por la bohemia, el tango y la noche. Hay varias versiones del primer encuentro entre Ernestina y Noble. Una relata que Noble la fue a ver actuar al bar el Tronio; otra que se cruzaron en un paseo por el Tigre. Lo cierto es que Noble era un hombre de muchas compañías simultáneas y Ernestina fue una de ellas durante muchos años. La cuestión no es menor, ni lo sería para el devenir del diario Clarín. En 1958 nació la única hija biológica de Noble, Guadalupe, fruto de su relación con Guadalupe Lupita Zapata Timberlake. Noble solía decir que tenía un hijo macho, Clarín, y una hija hembra, Lupita. No había, en principio, un lugar especial para Ernestina. En sus testamentos, que Noble revisaba y retocaba sistemáticamente, Lupita figuraba como heredera del diario. Sin embargo, en enero de 1967, un hecho clave torció el rumbo de la historia. Noble tuvo un accidente cerebrovascular. Ernestina estaba junto a él, en la estancia cordobesa de La Loma, y no se separó de su lado. La situación era crítica: ante la posible muerte de Noble, ¿quien se quedaría con Clarín? Lupita era menor, y Noble no quería que la madre biológica de su hija “hembra” tuviera nada que ver con su hijo “macho”. La solución fue Ernestina. Se casaron 27 de julio de 1967, en una ceremonia oficiada nada menos que por el cardenal Antonio Caggiano, a la que asistieron entre otros el ex dictador Pedro Eugenio Aramburu y Arturo Frondizi. “Días después del casamiento –cuenta Martín Sivak en su libro Clarin, el gran diario argentino– Noble cambió su testamento: Ernestina Herrera, ahora de Noble, se quedaba con Clarín. A Lupita le dejaba propiedades, como las Galerías Santa Fe, efectivo y acciones B del diario (sin peso para el manejo de la empresa, pero necesarias para balancear lo que recibiría Ernestina). Ya no tendría el control del diario después de cumplir 21 años”. Ernestina pasaba de amante a esposa y heredera de Clarín. Noble falleció el 12 de enero de 1969. Ernestina una mujer de 43 años sin ningún tipo de experiencia ni formación empresaria y periodística, quedó formalmente a cargo del diario Clarín. La primera encrucijada De estricto luto negro, Ernestina fue la anfitriona del velorio de Noble, al que asistieron todo tipo de personalidades. Enseguida tuvo que tomar una decisión. En el diario había dos bandos enfrentados: uno, la vieja guardia del diario, escribas y amigotes de tertulia de Noble; el otro, Rogelio Frigerio y los desarrollistas, que veían en Clarín no sólo un diario sino la clave de su supervivencia política. A la disputa por el diario entre la vieja guardia y los desarrollistas se sumaban la pelea legal con la madre de Lupita Noble y problemas financieros que atravesaba la empresa. La decisión fue clara: Noble le había dicho que se apoyara en Frigerio y así lo hizo. El comando político del diario quedó en manos del Tapir (como llamaban a Frigerio) y el manejo diario a cargo de Oscar Camilión, con quien Ernestina tendría, con los años, una íntima relación. En 1970, Clarín cumplió sus bodas de plata. El 28 de agosto, durante el acto de conmemoración, Ernestina ratificó la alianza con el desarrollismo: “La identificación que el hombre de la calle hace entre Clarín y la doctrina del desarrollo, constituye nuestro más grande orgullo. Algo así como una marca de fábrica que distingue cada día el producto que ponemos a disposición del gran público. En efecto, Clarín es el diario del desarrollo nacional”. Entre Frigerio y Camilión comandaron el salvataje financiero de Clarín a principios de los 70. En 1972, como parte de la reestructuración empresarial, desembarcó un joven proveniente de las filas desarrollistas, que con los años se convertiría en el centro del sistema Clarin: Héctor Magnetto. “En Héctor encontré no sólo un gerente de lealtad incondicional, el brazo operativo de mi dirección, sino un emprendedor con todas las letras, alguien que también se enamoró de Clarín y que siempre pensó por sí mismo en generar nuevas formas e iniciativas para hacer grande y fuerte a la empresa, para que pudiera multiplicar su herencia periodística en nuevos medios, en nuevos públicos, en nuevos territorios. Esa actitud, esa convicción, hicieron que pronto lo sintiera como algo más que un ejecutivo, como un compañero de timón en el barco que me había tocado conducir”, contó años después para la biografía oficial de Magnetto, escrita por José Ignacio

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Movimiento, partido y liderazgo – El error de Randazzo

Fuente: Ruben Dri | Tecl@ Eñe Fecha: 13 de JUNIO 2017 El paso del feudalismo al capitalismo, o de la sociedad feudal a la moderna, significó entre numerosos cambios e innovaciones, la aparición del Estado y la de los partidos políticos. Si se quiere, Estados hubo siempre desde que las unidades primeras de la sociabilidad humana expresada por clanes, etnias y tribus se organizaron en sociedades mayores y en su seno diversos grupos disputaron el poder. Pero el paso a la modernidad implicó cambios fundamentales, entre los cuales destacan la organización política denominada “Estado” y en su seno las organizaciones que pasaron a denominarse “partidos políticos”. En determinados países del Tercer Mundo, sin embargo, al lado o en lugar de los partidos surgieron los “movimientos” y, precisamente eso sucede en Argentina. Las clases sociales Con el capitalismo hacen su aparición las clases sociales. Hasta ese momento histórico, en los diversos modos de producción, las sociedades que salían de la situación de clanes, etnias, tribus y familias extendidas, se conformaban por estamentos y castas. Como en su momento observara Max Weber, la práctica de la “cena” de las comunidades cristianas, en la que participan todos los que adhieren al mensaje cristiano, independientemente del estrato social al que pertenecieran, abren el espacio en el que más tarde se desarrollará un nuevo sector social, la burguesía. La burguesía ya no es un estamento, una casta, una etnia o un clan. Es algo completamente nuevo, una “clase social” que sólo surge en el capitalismo, teniendo, como es natural en todos los fenómenos sociales y políticos, antecedentes, es decir brotes que presagian su aparición y desarrollo. ¿Dónde se sitúa la diferencia de la “clase social” con relación todos los otros sectores sociales que le precedieron? En que su constitución depende exclusivamente de su posición con respecto a los “medios de producción”, desligándose de todo otro límite fijado por normas, creencias y tabúes. El “estamento”, por ejemplo, con relación a la clase, no obedece a la situación con relación a los medios de producción, sino que se encuentra fijado por una serie de normas y creencias de la sociedad a la que pertenece. La situación de un “noble”, por ejemplo, con relación a un “obrero”, puede ser la de perfecta igualdad en lo relativo a la situación económica, incluso puede el noble encontrarse en una situación inferior. En realidad, en el sistema capitalista los estamentos desaparecen o se encuentran reducidos a ser abstracciones o títulos sin correlación directa con la realidad. El capitalismo revoluciona toda la sociedad, dividiéndola en clases sociales. “En las anteriores épocas históricas, expresa Marx, encontramos casi por todas partes una completa diferenciación de la sociedad en diversos estamentos, una múltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos”. Los estamentos fueron sustituidos por las clases sociales y cada vez éstas se fueron reduciendo a dos clases fundamentales, burguesía y proletariado y entre ambas la denominada “clase media”, especie de colchón que une a las dos clases fundamentes que, por otra parte, son antagónicas. Es evidente que los intereses de las diferentes clases sociales no sólo no son iguales, sino que son contrapuestos. Ello es claro si pensamos en las dos clases fundamentales, la burguesía y el proletariado. Los intereses de la burguesía, es decir de la clase que es dueña de los medios de producción se concentran en duplicar constantemente sus ganancias, lo que se consigue por una parte, mediante las mejoras en los medios de producción, es decir, en la maquinaria, y por otra, y esto es lo fundamental, en la explotación creciente del trabajo del obrero. Los intereses del proletariado, por el contrario, consisten en mejorar constantemente las condiciones del trabajo, de tal manera que las ganancias sean suficientes no sólo para reproducir su vida sino también para mejorarla constantemente. Partidos y movimientos Si echamos una ojeada a la historia del sistema capitalista veremos que prácticamente abarca el universo entero, pero no de la misma manera. No se puede comparar el desarrollo que tiene en países como Inglaterra, Estados Unidos, Francia y en general en los denominados países desarrollados, y en los que abarcan toda el área de lo que a partir de la Conferencia de Bandung (1955) conocemos en general como países subdesarrollados o, piadosamente, en vías de desarrollo. Los primeros son aquellos en los que el capitalismo reconoce como su tierra natal. Es en ellos que se inicia y a partir de allí se desarrolla, tendiendo a abarcar todo el globo terráqueo. En esos países desarrollados, ubicados en el centro de universo, el capitalismo como sistema desarrolla todas sus cualidades como en forma brillante las describe Marx en el célebre Manifiesto de 1847. Entre esas cualidades se encuentran las clases sociales a las que ya nos hemos referido. Ahora bien, ello no se produjo de la misma manera en los países centrales o desarrollados que en los periféricos o subdesarrollados. En los primeros, el capitalismo se desarrolla de una manera que podríamos decir normal, transformando plenamente la sociedad que se divide en clases sociales. Derecha, centro e izquierda pasan a ser las denominaciones, proletariado, clase media, burguesía. En los otros países la situación es diferente. El capitalismo se comporta no como quien lo hace en su propio terreno, sino en terreno ajeno. Sus realizaciones son como incursiones en dicho ajeno. Desestructura a las sociedades en las que penetra, pero no las reestructura plenamente, sino que produce “colonizaciones” parciales. El resultado es el de una mezcla de modos de producción, con hegemonía del capitalista, pero con la presencia de otros modos de producción que generan una serie de sectores sociales difíciles de categorizar. Basta echar una ojeada a cualquiera de esas sociedades, algunas con más desarrollo capitalista, como Argentina y Brasil y otras, con menos desarrollo de dicho sistema, como Paraguay o Bolivia. En efecto en Argentina podemos distinguir una clase dominante, que conocemos como “oligarquía” en la que se

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Una Estrella para Milagro

Fuente: Jorge Elbaum | La García Fecha: 12 de JUNIO 2017 Hubo emoción de concierto en el penal de Alto Comedero, en San Salvador de Jujuy. Y cierto desconcierto para los carceleros. El reconocido y querido pianista Miguel Ángel Estrella, fundador de la organización “Música Esperanza”, visitó a Milagro Sala y Graciela López, acompañado por los integrantes de “Convivencia ALEF”, Mustafá Alí, del Ojo Moro, y Adriana Kwater del Llamamiento Argentino Judío. Juntos le transmitieron la solidaridad de quienes se muestran cada vez más indignados con un encarcelamiento jurídicamente escandaloso. En Jujuy, los presos políticos fueron detenidos por orden directa y respectiva manipulación del gobernador Morales. Ya se han cumplido más de quinientos días de la privación de libertad bajo el único delito de contribuir al desarrollo de una organización territorial orientada a empoderar y mejorar la vida cotidiana de los sectores populares más carenciados de la Provincia. Estrella llegó al penal acompañado por el diputado provincial Juan Manuel Esquivel. Una vez que el contingente de visitantes arribó al pabellón donde están privadas de libertad las presas políticas, se escucharon insistentes bocinazos provenientes de la ruta que circunda el complejo penitenciario: era un contingente de compañerxs que repiten el sonoro ritual cotidiano de saludar a las presas mostrando el férreo compromiso de un sector del pueblo jujeño, que repudia la injusta detención. Milagro y algunos de los visitantes se acercaron a las verjas que separan los pabellones de la ruta y saludaron -ante la mirada despectiva de los guardiacárceles- a quienes entonaban consigas contrarias al gobernador. Luego de un minuto de cánticos y nuevos bocinazos se retiraron presurosamente, frente a las advertencias amenazantes de los carceleros. Apenas se instaló el piano, cuyo ingreso al penal fue tramitado con esfuerzo, paciencia y buenos modales por los compañeros de la Tupac, se inició el recital en el patio, mientras los diferentes grupos familiares de las internas miraban con curiosidad la original escena. Estrella empezó interpretando una cueca boliviana tradicional, y la alegría se instaló más allá del playón donde los niños y niñas abrían los ojos grandes, asombrados, frente a lo que confesaron -minutos después- como la primera vez que escuchaban en vivo a un pianista. Luego del primer tema, Miguel Ángel contó su experiencia como detenido político en el Uruguay dictatorial de los años ´70. El Plan Cóndor, articulación represiva de los gobiernos latinoamericanos en connivencia con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, supuso la vigilancia, persecución y asesinato de quienes resultaban sospechosos de poseer niveles perceptibles de sensibilidad social. Estrella -relató frente a Milagro Sala y Graciela López- era uno de ellos: fue torturado en sus primeros días de detención bajo la terrible acusación de “hacer música para la negrada”. Su delito, fue difundir la música -cuya exclusividad estaba prevista y destinada a la gente “acomodada”- entre los sectores populares. Uno de los visitantes señaló la convergencia y similitud entre esas dos historias que se cruzaban, en ese momento, en una cárcel del norte argentino: la del tucumano que pensaba que la belleza debía ser democráticamente repartida sin jerarquías sociales, y la de la jujeña humilde, que se enfrentó a la creencia -difundida intencionalmente por los poderosos- que el acceso a un barrio digno, una casita y un trabajo no podían ser monopolio de las oligarquías. Estrella relató a continuación la amenaza que sufrió por parte de uno de los más famosos torturadores uruguayos, el teniente coronel José Nino Gavazzo, quien le advirtió que le cortaría las manos para impedirle que siguiera tocando el piano. Durante las noches, Miguel Ángel escuchaba la sierra eléctrica que los sádicos secuestradores amplificaban como amenaza aterrorizante. El relato de Estrella era intercalado con los sonidos del piano y las imágenes que a él le sugerían. El segundo tema fue la Marcha Peronista, coreada por todxs los visitantes y acompañada por la sonrisa cómplice de algunas celadoras que observaban la escena sin poder ocultar el aire de libertad desacostumbrado que traía la música. Milagro estuvo sentada durante toda la visita junto a su compañero Raúl Noro, quien solicitó en dos ocasiones pañuelitos de papel -tanto para él como para su compañera- en el momento que Estrella transitó un tramo del concierto en Fa Menor de Bach. Noro acariciaba la espalda de “la flaca” y los visitantes escuchaban el piano sin dejar de mirar, disimuladamente, el gesto emocionado de ambos, que por un rato compartían esa porción musical de libertad. Miguel Ángel continuó con la interpretación de la Fantasía Improntu de Chopin, y cuando habían pasado veinte segundos del inicio, un pibe, a diez metros, se quedó paralizado con la pelota de fútbol inmóvil, debajo de su pie derecho, mientras miraba extasiado las notas que provenían del piano. La foto del chico ensimismado, sorprendido por un sonido para él desconocido, fue quizás la síntesis más ajustada de lo que estaba sucediendo en Alto Comedero. La zamba y la chacarera de Yupanqui -que tocó después- hizo recordar a varios de los presentes que Sala era profesora de danzas folclóricas y que había obtenido (algunos años atrás) un reconocimiento por sus especiales dotes para “malambear”. Milagro sonrió con el recuerdo pero se negó a zapatear, a pesar del pedido de los presentes. La última obra fue “El Choclo” de Villoldo, que concluyó con un gran aplauso de agradecimiento hacia Miguel Ángel, que él devolvió con una de esas sonrisas humildes e íntimas que no abundan. “La música, –dijo uno de los presentes– nos está trayendo formas necesarias de solidaridad. La semana pasada estuvieron Dolores Solá y Teresa Parodi. Con esas visitas y la de Estrella nos sentimos un poco más fuertes para resistir la persecución de Morales y el macrismo”. El fin del recital dejó paso a la rueda de mate. Graciela López relató algunas de las formas de hostigamiento instrumentadas dentro del penal: una de esas historias consigna que los carceleros le impidieron, cuando se iniciaron las noches frías, la entrada de indumentaria de invierno, con el objetivo recurrente de desgastar su entereza y

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50 años de ocupación israelí

Fuente: Daniel Barenboim | El País Fecha: 12 de JUNIO 2017 La política internacional actual está dominada por cuestiones como el futuro del euro y la crisis de los refugiados, la amenaza de que la presidencia de Trump provoque el aislamiento de Estados Unidos, la guerra de Siria y la lucha contra el extremismo islámico. No obstante, hay otro tema casi omnipresente desde la primera década del nuevo milenio pero que cada vez aparece menos en las noticias y, por tanto, cada vez está menos presente en la conciencia colectiva: el conflicto en Oriente Próximo. Durante decenios, el enfrentamiento entre israelíes y palestinos fue una preocupación constante para Estados Unidos y Europa, y la resolución del conflicto, una de sus grandes prioridades políticas. Sin embargo, después de numerosos y fracasados intentos de poner fin a esta situación, da la impresión de que el statu quose ha consolidado. El mundo sigue pensando —con malestar, con impotencia y con cierta desilusión— que este conflicto es irresoluble. La situación es más trágica aún en la medida en que los frentes se han ido reforzando y la situación de los palestinos ha empeorado sin cesar, y ni el más optimista puede atreverse a suponer que el Gobierno actual de Estados Unidos vaya a abordar el problema con una actitud prudente y sensata. Y la tragedia se va a hacer notar especialmente este año y el próximo, porque vamos a vivir dos aniversarios llenos de tristeza, en particular para los palestinos: en 2018 se conmemorará el 70º aniversario de lo que los palestinos llaman al Nakba, “la catástrofe”, que supuso la expulsión de más de 700.000 personas del antiguo territorio incluido en el mandato británico, como consecuencia directa del plan de la ONU para la partición de Palestina y la creación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948. Al Nakba sigue vigente, puesto que más de cinco millones de descendientes directos de aquellos palestinos desplazados continúan hoy viviendo en un exilio forzoso. Y este año, el 10 de junio se han cumplido 50 años de ocupación continuada de las tierras palestinas por parte de Israel, una situación moral y físicamente intolerable. Incluso los que piensan que la Guerra de los Seis Días —que terminó el 10 de junio de 1967— fue necesaria porque Israel tenía que defenderse deben reconocer que la ocupación y todo lo que ha sucedido con posterioridad constituyen un desastre absoluto. No solo para los palestinos sino también para los israelíes, desde el punto de vista estratégico y desde el punto de vista ético. Ha pasado medio siglo desde entonces, y el final del conflicto parece más alejado que nunca. Nadie se hace hoy ilusiones de poder ver a un joven palestino o a un joven israelí tendiendo la mano al otro. Y es un problema que, a pesar de que haya dejado de ser “popular”, como decía antes, sigue siendo importante, incluso crucial. Para los habitantes de Palestina e Israel, para todo Oriente Próximo y para el mundo entero. De ahí que, coincidiendo con el 50º aniversario de la ocupación, me atreva a pedir a Alemania y a Europa que vuelvan a dar prioridad a la resolución del conflicto. No estamos hablando de un enfrentamiento político, sino de un enfrentamiento entre dos naciones que están completamente convencidas de que tienen derecho a reclamar el mismo, y pequeño, pedazo de tierra. Europa, que hace declaraciones sobre la obligación de ser más fuerte y más independiente, debe ser consciente de que esa nueva fortaleza y esa nueva independencia implican exigir de manera inequívoca que Israel ponga fin a la ocupación y reconozca el Estado palestino. El hecho de ser un judío y vivir en Berlín desde hace más de 25 años me permite tener una perspectiva especial sobre la responsabilidad histórica de Alemania en este conflicto. Si tengo la posibilidad de vivir libre y felizmente en este país es solo gracias a que los alemanes han afrontado y digerido su pasado. No cabe duda de que, incluso en la Alemania actual, existen tendencias extremistas y preocupantes contra las que todos debemos luchar. Pero, en general, la sociedad alemana es hoy una sociedad libre y tolerante, consciente de su responsabilidad humanitaria. Alemania e Israel, por supuesto, siempre han tenido una relación especialmente estable; la primera siempre se ha sentido, y con razón, en deuda con el segundo. Pero no tengo más remedio que ir un poco más allá: Alemania tiene también una deuda especial con los palestinos. Sin el Holocausto, nunca se habría llevado a cabo la partición de Palestina, ni se habrían producido al Nakba, la guerra de 1967 y la ocupación. Ahora bien, no son solo los alemanes los que tienen una responsabilidad hacia los palestinos, sino todos los europeos, porque el antisemitismo fue un fenómeno que se dio en toda Europa, y los palestinos siguen sufriendo sus consecuencias directas, a pesar de no tener ninguna culpa de aquello. Es absolutamente necesario que Alemania y Europa asuman esa responsabilidad respecto al pueblo palestino. Eso no significa que haya que tomar medidas contra Israel, sino en favor de los palestinos. La ocupación actual es inaceptable, tanto desde el punto de vista estratégico como desde el punto de vista moral, y debe terminar. Hasta ahora, el mundo no ha hecho nada verdaderamente importante para lograrlo, y Alemania y Europa deben exigir el fin de la ocupación y el respeto de las fronteras anteriores a 1967. Hay que fomentar una solución con dos Estados, pero, para eso, es necesario que se reconozca a Palestina como Estado independiente. Hay que encontrar una solución justa para la crisis de los refugiados. Hay que reconocer el derecho de retorno de los palestinos y ponerlo en práctica en colaboración con Israel. Hay que garantizar una distribución equitativa de los recursos y el respeto a los derechos civiles y humanos de los palestinos. Y todo esto es tarea de Europa, sobre todo ahora que vemos cómo está cambiando el orden mundial. Cuando han pasado 50 años

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