Nace una canción
Fuente: Uri Avneri | Gush Shalom Fecha: 07 de ABR 2018 Un amigo del extranjero me envió la grabación de una canción. Una canción árabe, con una suave melodía árabe, cantada por un coro árabe de niñas, acompañado por una flauta. Dice así: Ahed / Eres la promesa y la gloria / De pie tan alta como un olivo / Desde la cuna hasta el presente / Tu honor no será violado / Palestina ha sido plantada en nosotros / Como un muelle para cada barco / Nosotros somos la tierra y tú eres el agua / Estás cubierta de pelo rubio / Eres tan pura como Jerusalén / Le enseñaste a nuestra generación cómo la gente olvidada debería rebelarse / ¿Pensaron que los palestinos les tienen miedo porque están usando armadura y sosteniendo un arma? / Palestina ha sido plantada en nosotros / Como un muelle para cada barco / Nuestra nación debe unirse y resistir por la libertad de Palestina y los prisioneros / Tus ojos azules son un faro / Para un país que tiene todas las religiones / Uniste a la gente muy lejos y cerca / Encendiste la chispa en todos nuestros corazones / Tu cabeza se levanta alto animándonos / Encendiste la luz en nuestra oscuridad / A pesar de la suavidad de tus manos / Tus manos han sacudido al mundo / Tus manos respondieron la bofetada al ocupante / Y devolvió la estima a la nación / Palestina se ha plantado en nosotros / Como un muelle para cada barco / Nosotros somos la tierra y tu eres el agua. SI yo fuera un partidario de la ocupación, esta canción me asustaría mucho. Porque la fuerza de las canciones es mucho más fuerte que la fuerza de las armas. Se gasta una pistola, pero una canción dura para siempre. En los primeros días del ejército israelí, había un lema colgando en nuestra mochila: «¡Un ejército que canta es un ejército de victoria!» La actual generación palestina ha decidido bajar la cabeza y esperar hasta que pase la tormenta. La próxima generación palestina puede actuar de una manera completamente diferente. En la víspera de mis 15º cumpleaños, me uní a un grupo clandestino (o «terrorista») que luchó contra el régimen colonial británico. Casi ochenta años después, recuerdo casi todas las canciones de esa época, palabra por palabra. Canciones como «Somos soldados desconocidos sin uniformes …» y muchas más. Después escribí un himno para mi compañía. No soy un poeta Lejos de ahí. Pero he escrito algunas canciones en mi época, como «Samson’s Foxes»(Los zorros de Sansón), un himno para mi unidad de comando en el ejército israelí. Entonces sé la fuerza de una canción. Especialmente una canción sobre el heroísmo de una niña de 16 años. En el momento que vi la escena de Ahed al-Tamimi abofeteando el rostro de un capitán del ejército israelí, sabía que algo importante había sucedido. El famoso político británico Lord Acton escribió: «El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente». Yo agregaría: «Ocupar a otra gente tiende a volverte estúpido, y una larga ocupación te vuelve completamente estúpido». En mi juventud, cuando ya era miembro de la clandestinidad anti británica, trabajaba en la oficina de un abogado británico, muchos de cuyos clientes eran funcionarios de la administración británica. A menudo me preguntaba a mí mismo: «¿Cómo puede ser que personas tan inteligentes puedan comportarse tan estúpidamente?» Eran personas amables, que trataban a un empleado humilde como yo educadamente. Pero no tenían otra alternativa: la ocupación obliga al ocupante a comportarse estúpidamente. Funciona así: para mantener un régimen de ocupación durante un período de tiempo prolongado, el ocupante debe creer en la superioridad de su raza y en la inferioridad de sus súbditos, que son vistos como criaturas primitivas. De lo contrario, ¿qué le da derecho a someter a otra gente? Eso es exactamente lo que nos ha sucedido ahora. En el momento que vi la escena de la cachetada en la cara en la televisión, sabía que algo trascendental había sucedido. El pueblo palestino ahora tiene una heroína nacional. La juventud palestina ahora tiene un modelo para emular. El público israelí se ha acostumbrado a la ocupación. Creen que esta es una situación normal, que la ocupación puede continuar para siempre. Pero la ocupación no es una situación natural, y algún día llegará a su fin. Diez mil británicos gobernaron a cientos de millones de hindúes, hasta que un hombre flaco llamado Gandhi fue a producir sal a la orilla del mar, contrariamente a la ley. La juventud india se levantó, y el dominio británico cayó como una hoja de un árbol en otoño. La misma estupidez se apoderó de todos los agentes de la ocupación que trataron con Ahed al-Tamimi. Oficiales del ejército. fiscales, jueces militares. Si fuéramos ocupantes sabios -un oxímoron- hubiéramos enviado a Ahed a casa hace mucho tiempo. Expelida a la fuerza de la prisión. Pero aún la mantenemos encerrada. Ella y su madre. Es verdad, hace algunos días el ejército se dio cuenta de su propia estupidez. Con la ayuda de la devota defensora judía de Ahed, Gabi Lasky, se elaboró un «compromiso». Varios cargos fueron retirados y Ahed fue sentenciado a «solo» ocho meses de prisión. Ella será liberada en tres meses más. Pero eso es demasiado tarde: la imagen de Ahed ya está grabada en la mente de cada niño o niña palestino. Ahed, la chica cubierta de cabello rubio, sus ojos azules brillando como un faro. Ahed la santa. Ahed la salvadora. La Jeanne d’Arc palestina, el símbolo nacional. La historia de Ahed al-Tamimi sucedió en Cisjordania. Pero también resonó en la Franja de Gaza. Para la mayoría de los israelíes, la Franja de Gaza es otra cosa. No es territorio ocupado. No nos concierne Pero la situación de la Franja de Gaza es incluso peor que la ocupación directa. La Franja está completamente rodeada. Al sur y al oeste por Israel, el este es