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Movimiento, partido y liderazgo – El error de Randazzo

Fuente: Ruben Dri | Tecl@ Eñe Fecha: 13 de JUNIO 2017 El paso del feudalismo al capitalismo, o de la sociedad feudal a la moderna, significó entre numerosos cambios e innovaciones, la aparición del Estado y la de los partidos políticos. Si se quiere, Estados hubo siempre desde que las unidades primeras de la sociabilidad humana expresada por clanes, etnias y tribus se organizaron en sociedades mayores y en su seno diversos grupos disputaron el poder. Pero el paso a la modernidad implicó cambios fundamentales, entre los cuales destacan la organización política denominada “Estado” y en su seno las organizaciones que pasaron a denominarse “partidos políticos”. En determinados países del Tercer Mundo, sin embargo, al lado o en lugar de los partidos surgieron los “movimientos” y, precisamente eso sucede en Argentina. Las clases sociales Con el capitalismo hacen su aparición las clases sociales. Hasta ese momento histórico, en los diversos modos de producción, las sociedades que salían de la situación de clanes, etnias, tribus y familias extendidas, se conformaban por estamentos y castas. Como en su momento observara Max Weber, la práctica de la “cena” de las comunidades cristianas, en la que participan todos los que adhieren al mensaje cristiano, independientemente del estrato social al que pertenecieran, abren el espacio en el que más tarde se desarrollará un nuevo sector social, la burguesía. La burguesía ya no es un estamento, una casta, una etnia o un clan. Es algo completamente nuevo, una “clase social” que sólo surge en el capitalismo, teniendo, como es natural en todos los fenómenos sociales y políticos, antecedentes, es decir brotes que presagian su aparición y desarrollo. ¿Dónde se sitúa la diferencia de la “clase social” con relación todos los otros sectores sociales que le precedieron? En que su constitución depende exclusivamente de su posición con respecto a los “medios de producción”, desligándose de todo otro límite fijado por normas, creencias y tabúes. El “estamento”, por ejemplo, con relación a la clase, no obedece a la situación con relación a los medios de producción, sino que se encuentra fijado por una serie de normas y creencias de la sociedad a la que pertenece. La situación de un “noble”, por ejemplo, con relación a un “obrero”, puede ser la de perfecta igualdad en lo relativo a la situación económica, incluso puede el noble encontrarse en una situación inferior. En realidad, en el sistema capitalista los estamentos desaparecen o se encuentran reducidos a ser abstracciones o títulos sin correlación directa con la realidad. El capitalismo revoluciona toda la sociedad, dividiéndola en clases sociales. “En las anteriores épocas históricas, expresa Marx, encontramos casi por todas partes una completa diferenciación de la sociedad en diversos estamentos, una múltiple escala gradual de condiciones sociales. En la antigua Roma hallamos patricios, caballeros, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros, oficiales y siervos”. Los estamentos fueron sustituidos por las clases sociales y cada vez éstas se fueron reduciendo a dos clases fundamentales, burguesía y proletariado y entre ambas la denominada “clase media”, especie de colchón que une a las dos clases fundamentes que, por otra parte, son antagónicas. Es evidente que los intereses de las diferentes clases sociales no sólo no son iguales, sino que son contrapuestos. Ello es claro si pensamos en las dos clases fundamentales, la burguesía y el proletariado. Los intereses de la burguesía, es decir de la clase que es dueña de los medios de producción se concentran en duplicar constantemente sus ganancias, lo que se consigue por una parte, mediante las mejoras en los medios de producción, es decir, en la maquinaria, y por otra, y esto es lo fundamental, en la explotación creciente del trabajo del obrero. Los intereses del proletariado, por el contrario, consisten en mejorar constantemente las condiciones del trabajo, de tal manera que las ganancias sean suficientes no sólo para reproducir su vida sino también para mejorarla constantemente. Partidos y movimientos Si echamos una ojeada a la historia del sistema capitalista veremos que prácticamente abarca el universo entero, pero no de la misma manera. No se puede comparar el desarrollo que tiene en países como Inglaterra, Estados Unidos, Francia y en general en los denominados países desarrollados, y en los que abarcan toda el área de lo que a partir de la Conferencia de Bandung (1955) conocemos en general como países subdesarrollados o, piadosamente, en vías de desarrollo. Los primeros son aquellos en los que el capitalismo reconoce como su tierra natal. Es en ellos que se inicia y a partir de allí se desarrolla, tendiendo a abarcar todo el globo terráqueo. En esos países desarrollados, ubicados en el centro de universo, el capitalismo como sistema desarrolla todas sus cualidades como en forma brillante las describe Marx en el célebre Manifiesto de 1847. Entre esas cualidades se encuentran las clases sociales a las que ya nos hemos referido. Ahora bien, ello no se produjo de la misma manera en los países centrales o desarrollados que en los periféricos o subdesarrollados. En los primeros, el capitalismo se desarrolla de una manera que podríamos decir normal, transformando plenamente la sociedad que se divide en clases sociales. Derecha, centro e izquierda pasan a ser las denominaciones, proletariado, clase media, burguesía. En los otros países la situación es diferente. El capitalismo se comporta no como quien lo hace en su propio terreno, sino en terreno ajeno. Sus realizaciones son como incursiones en dicho ajeno. Desestructura a las sociedades en las que penetra, pero no las reestructura plenamente, sino que produce “colonizaciones” parciales. El resultado es el de una mezcla de modos de producción, con hegemonía del capitalista, pero con la presencia de otros modos de producción que generan una serie de sectores sociales difíciles de categorizar. Basta echar una ojeada a cualquiera de esas sociedades, algunas con más desarrollo capitalista, como Argentina y Brasil y otras, con menos desarrollo de dicho sistema, como Paraguay o Bolivia. En efecto en Argentina podemos distinguir una clase dominante, que conocemos como “oligarquía” en la que se

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Una Estrella para Milagro

Fuente: Jorge Elbaum | La García Fecha: 12 de JUNIO 2017 Hubo emoción de concierto en el penal de Alto Comedero, en San Salvador de Jujuy. Y cierto desconcierto para los carceleros. El reconocido y querido pianista Miguel Ángel Estrella, fundador de la organización “Música Esperanza”, visitó a Milagro Sala y Graciela López, acompañado por los integrantes de “Convivencia ALEF”, Mustafá Alí, del Ojo Moro, y Adriana Kwater del Llamamiento Argentino Judío. Juntos le transmitieron la solidaridad de quienes se muestran cada vez más indignados con un encarcelamiento jurídicamente escandaloso. En Jujuy, los presos políticos fueron detenidos por orden directa y respectiva manipulación del gobernador Morales. Ya se han cumplido más de quinientos días de la privación de libertad bajo el único delito de contribuir al desarrollo de una organización territorial orientada a empoderar y mejorar la vida cotidiana de los sectores populares más carenciados de la Provincia. Estrella llegó al penal acompañado por el diputado provincial Juan Manuel Esquivel. Una vez que el contingente de visitantes arribó al pabellón donde están privadas de libertad las presas políticas, se escucharon insistentes bocinazos provenientes de la ruta que circunda el complejo penitenciario: era un contingente de compañerxs que repiten el sonoro ritual cotidiano de saludar a las presas mostrando el férreo compromiso de un sector del pueblo jujeño, que repudia la injusta detención. Milagro y algunos de los visitantes se acercaron a las verjas que separan los pabellones de la ruta y saludaron -ante la mirada despectiva de los guardiacárceles- a quienes entonaban consigas contrarias al gobernador. Luego de un minuto de cánticos y nuevos bocinazos se retiraron presurosamente, frente a las advertencias amenazantes de los carceleros. Apenas se instaló el piano, cuyo ingreso al penal fue tramitado con esfuerzo, paciencia y buenos modales por los compañeros de la Tupac, se inició el recital en el patio, mientras los diferentes grupos familiares de las internas miraban con curiosidad la original escena. Estrella empezó interpretando una cueca boliviana tradicional, y la alegría se instaló más allá del playón donde los niños y niñas abrían los ojos grandes, asombrados, frente a lo que confesaron -minutos después- como la primera vez que escuchaban en vivo a un pianista. Luego del primer tema, Miguel Ángel contó su experiencia como detenido político en el Uruguay dictatorial de los años ´70. El Plan Cóndor, articulación represiva de los gobiernos latinoamericanos en connivencia con el Departamento de Estado de los Estados Unidos, supuso la vigilancia, persecución y asesinato de quienes resultaban sospechosos de poseer niveles perceptibles de sensibilidad social. Estrella -relató frente a Milagro Sala y Graciela López- era uno de ellos: fue torturado en sus primeros días de detención bajo la terrible acusación de “hacer música para la negrada”. Su delito, fue difundir la música -cuya exclusividad estaba prevista y destinada a la gente “acomodada”- entre los sectores populares. Uno de los visitantes señaló la convergencia y similitud entre esas dos historias que se cruzaban, en ese momento, en una cárcel del norte argentino: la del tucumano que pensaba que la belleza debía ser democráticamente repartida sin jerarquías sociales, y la de la jujeña humilde, que se enfrentó a la creencia -difundida intencionalmente por los poderosos- que el acceso a un barrio digno, una casita y un trabajo no podían ser monopolio de las oligarquías. Estrella relató a continuación la amenaza que sufrió por parte de uno de los más famosos torturadores uruguayos, el teniente coronel José Nino Gavazzo, quien le advirtió que le cortaría las manos para impedirle que siguiera tocando el piano. Durante las noches, Miguel Ángel escuchaba la sierra eléctrica que los sádicos secuestradores amplificaban como amenaza aterrorizante. El relato de Estrella era intercalado con los sonidos del piano y las imágenes que a él le sugerían. El segundo tema fue la Marcha Peronista, coreada por todxs los visitantes y acompañada por la sonrisa cómplice de algunas celadoras que observaban la escena sin poder ocultar el aire de libertad desacostumbrado que traía la música. Milagro estuvo sentada durante toda la visita junto a su compañero Raúl Noro, quien solicitó en dos ocasiones pañuelitos de papel -tanto para él como para su compañera- en el momento que Estrella transitó un tramo del concierto en Fa Menor de Bach. Noro acariciaba la espalda de “la flaca” y los visitantes escuchaban el piano sin dejar de mirar, disimuladamente, el gesto emocionado de ambos, que por un rato compartían esa porción musical de libertad. Miguel Ángel continuó con la interpretación de la Fantasía Improntu de Chopin, y cuando habían pasado veinte segundos del inicio, un pibe, a diez metros, se quedó paralizado con la pelota de fútbol inmóvil, debajo de su pie derecho, mientras miraba extasiado las notas que provenían del piano. La foto del chico ensimismado, sorprendido por un sonido para él desconocido, fue quizás la síntesis más ajustada de lo que estaba sucediendo en Alto Comedero. La zamba y la chacarera de Yupanqui -que tocó después- hizo recordar a varios de los presentes que Sala era profesora de danzas folclóricas y que había obtenido (algunos años atrás) un reconocimiento por sus especiales dotes para “malambear”. Milagro sonrió con el recuerdo pero se negó a zapatear, a pesar del pedido de los presentes. La última obra fue “El Choclo” de Villoldo, que concluyó con un gran aplauso de agradecimiento hacia Miguel Ángel, que él devolvió con una de esas sonrisas humildes e íntimas que no abundan. “La música, –dijo uno de los presentes– nos está trayendo formas necesarias de solidaridad. La semana pasada estuvieron Dolores Solá y Teresa Parodi. Con esas visitas y la de Estrella nos sentimos un poco más fuertes para resistir la persecución de Morales y el macrismo”. El fin del recital dejó paso a la rueda de mate. Graciela López relató algunas de las formas de hostigamiento instrumentadas dentro del penal: una de esas historias consigna que los carceleros le impidieron, cuando se iniciaron las noches frías, la entrada de indumentaria de invierno, con el objetivo recurrente de desgastar su entereza y

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50 años de ocupación israelí

Fuente: Daniel Barenboim | El País Fecha: 12 de JUNIO 2017 La política internacional actual está dominada por cuestiones como el futuro del euro y la crisis de los refugiados, la amenaza de que la presidencia de Trump provoque el aislamiento de Estados Unidos, la guerra de Siria y la lucha contra el extremismo islámico. No obstante, hay otro tema casi omnipresente desde la primera década del nuevo milenio pero que cada vez aparece menos en las noticias y, por tanto, cada vez está menos presente en la conciencia colectiva: el conflicto en Oriente Próximo. Durante decenios, el enfrentamiento entre israelíes y palestinos fue una preocupación constante para Estados Unidos y Europa, y la resolución del conflicto, una de sus grandes prioridades políticas. Sin embargo, después de numerosos y fracasados intentos de poner fin a esta situación, da la impresión de que el statu quose ha consolidado. El mundo sigue pensando —con malestar, con impotencia y con cierta desilusión— que este conflicto es irresoluble. La situación es más trágica aún en la medida en que los frentes se han ido reforzando y la situación de los palestinos ha empeorado sin cesar, y ni el más optimista puede atreverse a suponer que el Gobierno actual de Estados Unidos vaya a abordar el problema con una actitud prudente y sensata. Y la tragedia se va a hacer notar especialmente este año y el próximo, porque vamos a vivir dos aniversarios llenos de tristeza, en particular para los palestinos: en 2018 se conmemorará el 70º aniversario de lo que los palestinos llaman al Nakba, “la catástrofe”, que supuso la expulsión de más de 700.000 personas del antiguo territorio incluido en el mandato británico, como consecuencia directa del plan de la ONU para la partición de Palestina y la creación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948. Al Nakba sigue vigente, puesto que más de cinco millones de descendientes directos de aquellos palestinos desplazados continúan hoy viviendo en un exilio forzoso. Y este año, el 10 de junio se han cumplido 50 años de ocupación continuada de las tierras palestinas por parte de Israel, una situación moral y físicamente intolerable. Incluso los que piensan que la Guerra de los Seis Días —que terminó el 10 de junio de 1967— fue necesaria porque Israel tenía que defenderse deben reconocer que la ocupación y todo lo que ha sucedido con posterioridad constituyen un desastre absoluto. No solo para los palestinos sino también para los israelíes, desde el punto de vista estratégico y desde el punto de vista ético. Ha pasado medio siglo desde entonces, y el final del conflicto parece más alejado que nunca. Nadie se hace hoy ilusiones de poder ver a un joven palestino o a un joven israelí tendiendo la mano al otro. Y es un problema que, a pesar de que haya dejado de ser “popular”, como decía antes, sigue siendo importante, incluso crucial. Para los habitantes de Palestina e Israel, para todo Oriente Próximo y para el mundo entero. De ahí que, coincidiendo con el 50º aniversario de la ocupación, me atreva a pedir a Alemania y a Europa que vuelvan a dar prioridad a la resolución del conflicto. No estamos hablando de un enfrentamiento político, sino de un enfrentamiento entre dos naciones que están completamente convencidas de que tienen derecho a reclamar el mismo, y pequeño, pedazo de tierra. Europa, que hace declaraciones sobre la obligación de ser más fuerte y más independiente, debe ser consciente de que esa nueva fortaleza y esa nueva independencia implican exigir de manera inequívoca que Israel ponga fin a la ocupación y reconozca el Estado palestino. El hecho de ser un judío y vivir en Berlín desde hace más de 25 años me permite tener una perspectiva especial sobre la responsabilidad histórica de Alemania en este conflicto. Si tengo la posibilidad de vivir libre y felizmente en este país es solo gracias a que los alemanes han afrontado y digerido su pasado. No cabe duda de que, incluso en la Alemania actual, existen tendencias extremistas y preocupantes contra las que todos debemos luchar. Pero, en general, la sociedad alemana es hoy una sociedad libre y tolerante, consciente de su responsabilidad humanitaria. Alemania e Israel, por supuesto, siempre han tenido una relación especialmente estable; la primera siempre se ha sentido, y con razón, en deuda con el segundo. Pero no tengo más remedio que ir un poco más allá: Alemania tiene también una deuda especial con los palestinos. Sin el Holocausto, nunca se habría llevado a cabo la partición de Palestina, ni se habrían producido al Nakba, la guerra de 1967 y la ocupación. Ahora bien, no son solo los alemanes los que tienen una responsabilidad hacia los palestinos, sino todos los europeos, porque el antisemitismo fue un fenómeno que se dio en toda Europa, y los palestinos siguen sufriendo sus consecuencias directas, a pesar de no tener ninguna culpa de aquello. Es absolutamente necesario que Alemania y Europa asuman esa responsabilidad respecto al pueblo palestino. Eso no significa que haya que tomar medidas contra Israel, sino en favor de los palestinos. La ocupación actual es inaceptable, tanto desde el punto de vista estratégico como desde el punto de vista moral, y debe terminar. Hasta ahora, el mundo no ha hecho nada verdaderamente importante para lograrlo, y Alemania y Europa deben exigir el fin de la ocupación y el respeto de las fronteras anteriores a 1967. Hay que fomentar una solución con dos Estados, pero, para eso, es necesario que se reconozca a Palestina como Estado independiente. Hay que encontrar una solución justa para la crisis de los refugiados. Hay que reconocer el derecho de retorno de los palestinos y ponerlo en práctica en colaboración con Israel. Hay que garantizar una distribución equitativa de los recursos y el respeto a los derechos civiles y humanos de los palestinos. Y todo esto es tarea de Europa, sobre todo ahora que vemos cómo está cambiando el orden mundial. Cuando han pasado 50 años

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Israel provocó la Guerra de los Seis Días en 1967

Fuente: James North | Mondoweis Fecha: 09 de JUNIO 2017 Título completo: Israel provocó la Guerra de los Seis Días en 1967 y no estaba luchando por su supervivencia Soy lo suficientemente mayor como para recordar claramente cómo se informó acerca de la Guerra de los Seis Días en su momento. Casi todo lo que se nos dijo entonces era falso, ya que los principales historiadores de la época hoy lo reconocen. Vamos a empezar con la forma en que la crisis fue cubierta cuando sucedió, hace 50 años: Gamal Abdel Nasser, el líder de Egipto, fue representado como un demagogo peligroso, muy popular en el mundo árabe, que quería destruir a Israel. La prensa occidental lo demonizaba con regularidad y era claramente el líder árabe más reconocido hasta Saddam Hussein. En mayo de 1967 Nasser hizo su movimiento. Ordenó a las Naciones Unidas retirar las tropas de mantenimiento de la paz de la península del Sinaí, donde habían estado sirviendo como un cortafuegos para evitar conflictos entre Egipto e Israel. A continuación, mediante el cierre del estrecho de Tirán a la navegación internacional, Nasser intensificó el bloqueo del puerto del sur de Israel, Eilat, lo que comenzó a estrangular el país. Mientras tanto, Nasser estaba conspirando con otros países árabes, principalmente Siria y Jordania, para lanzar una invasión conjunta y empujar a Israel al mar. La existencia misma de Israel estaba en peligro. Por lo tanto, Israel lanzó un ataque “preventivo” el 5 de junio, por temor a no tener otra opción si se trataba de sobrevivir. Afortunadamente, a pesar de las probabilidades en contra de Israel, este ganó la guerra en sólo 6 días. Para protegerse de otro ataque, Israel ocupó el Sinaí, los Altos del Golán y Cisjordania. La ocupación fue la consecuencia puramente accidental de una lucha por la supervivencia de Israel. Cincuenta años después esta corriente principal de narrativa permanece sin respuesta en la imaginación popular. Justo el otro día, un reportero del New York Times afirmó como un hecho que en 1967 “Israel desafió la aniquilación urdida por sus vecinos árabes”. Norman Finkelstein, el distinguido académico, ha hecho más que nadie para descubrir la verdad sobre la Guerra de los Seis Días. En una extensa entrevista en su oficina de Brooklyn, refutó punto por punto la narrativa de los principales medios de comunicación. Se puede encontrar su relato revisionista detallado en un capítulo de su ya clásico Image and Reality of the Israel-Palestine Conflict, complementado por otra obra: Knowing Too Much: Why the American Jewish Romance with Israel is Coming to an End. Finkelstein es conocido como una persona combativa, un hombre que no ha tenido miedo de luchar por la verdad a pesar del daño a su carrera a lo largo del camino. Pero lo que también es vital reconocer es que es un estudioso serio, talmúdico en su intensidad, y que nadie ha desafiado con éxito su investigación. Finkelstein hace hincapié en que en la actualidad, ningún académico, cualquiera que sea su orientación política, respalda la narrativa de los principales medios de comunicación. Comienza por identificar lo que ha denominado las “dos mentiras más grandes”. La verdad es que Nasser y los demás líderes árabes no tenían absolutamente ninguna intención de invadir Israel en junio de 1967. Y la existencia de Israel nunca estuvo en la más mínima duda, ya que tanto los líderes israelíes como los estadounidenses sabían que Israel podría fácilmente ganar cualquier conflicto, incluso en contra de una coalición de estados árabes. Finkelstein insiste en que no podemos entender la Guerra de los Seis Días sin volver 11 años antes, a la crisis del canal de Suez en 1956. Ese año el líder egipcio Nasser nacionalizó el Canal e Israel, Gran Bretaña y Francia lanzaron una invasión conjunta no provocada a Egipto para revertir el estado de la vía fluvial. Sin embargo Estados Unidos, bajo el presidente Dwight Eisenhower, se opuso al ataque y presionó a la fuerza de invasión tripartita para retirarse y dejar el Canal de Egipto. Suez fue una catástrofe para las tres naciones invasoras y el primer ministro británico Anthony Eden fue obligado a renunciar. Mientras tanto la reputación de Nasser en el mundo árabe y en África, Asia y América Latina, alcanzó nuevas cotas. Norman Finkelstein argumenta que el registro histórico muestra que en 1967 Israel anhelaba completar su misión fallida de 1956. En primer lugar, dice, “el principal objetivo de Israel era neutralizar a Nasser para dar un golpe de muerte a estos árabes engreídos y terminar con lo que se denominaba ‘nacionalismo árabe radical’”. Continúa con que el gobierno de Israel tenía un objetivo secundario, “la conquista de las tierras que había codiciado, pero no logró alcanzar en el 48: Jerusalén Este, Cisjordania, Gaza y el Golán”. Los líderes israelíes tenían sólo una gran duda: ¿cómo iba a reaccionar EE.UU.? Si Israel atacase, ¿forzaría a Estados Unidos a humillarse como lo hizo en 1956? ¿O Washington miraría hacia otro lado? Finkelstein desafía las narraciones convencionales con las consideraciones de los eventos específicos en los meses previos a la guerra. Su análisis no es del todo inusual y es compartido en gran medida por otros estudiosos. Sostiene que los hechos demuestran que Israel no estaba cuidando pacíficamente sus propios intereses, sino que provocaba regular y violentamente a sus vecinos árabes. En noviembre de 1966, en la acción militar más grande desde la invasión de Suez, Israel atacó la ciudad cisjordana de Samu, entonces bajo dominio jordano, matando a 18 soldados jordanos y destruyendo 125 casas. Israel continuó instigando a lo largo de su frontera con Siria en abril de 1967, lo que provocó una batalla aérea en la que seis aviones sirios fueron derribados, incluyendo uno sobre Damasco. Voces en el mundo árabe comenzaron a acusar a Gamal Abdel Nasser, el líder de los árabes, de quedarse quieto sin hacer nada. Entonces Nasser pidió a las Naciones Unidas que retirara las fuerzas de paz asentadas en el Sinaí egipcio, sobre todo para

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Odebrecht aportó dinero a Massa, Stolbizer y De la Sota

Fuente: Marina Ulloa | Nuestras Voces Fecha: 4 de JUNIO 2017 La pronta revelación de los aportes de la brasileña Odebrecht a las campañas electorales terminará de sepultar el Frente UNA. De la Sota ya avisó que no será candidato este año y se guardó en Córdoba, donde el tema de las coimas y aportes electorales ya generó un escándalo político. Y la alianza “1País” de Massa con Stolbizer podría verse muy golpeada dado que ambos fueron financiados parcialmente por dinero la constructora en 2015. La revelación de datos sobre las coimas de Odebretch en la Argentina podría afectar la alianza entre Sergio Massa y Margarita Stolbizer por el financiamiento que la empresa brasileña hizo de la campaña electoral del diputado en 2013 y 2015. El aporte a la campaña de Massa es parte de la información que la empresa brasileña negocia entregar a cambio de que el Gobierno argentino no le quite las obras en ejecución, como el soterramiento del tren Sarmiento. Unos 3 millones de dólares en efectivo serían los que Odebrecht le aportó a Massa entre 2013 y 2015 y forman parte de los 35 millones que la firma ya confirmó haber pagado en los últimos años en el país. Ese dato forma parte de un anticipo dado por representantes argentinos de la empresa a uno de los cuatro fiscales que forman el equipo que este viernes viajó a Brasil: Sergio Rodríguez, Franco Picardi, Gerardo Pollicita, Carlos Stornelli y Federico Delgado. Estos fiscales viajaron a Brasilia a entrevistarse con el subprocurador brasileño José Bonifacio Borges de Andrada y el encargado de la cooperación internacional de la procuración brasileña, Vladimir Aras. El mismo fiscal recibió en su despacho información de Migraciones sobre viajes que Massa hizo a Brasil en los últimos cuatro años. En adjunto, había datos sobre reuniones de Massa con representantes de Odebretch. Asimismo, la capeta que recibió uno de los fiscales indica que hubo reuniones de Massa con la gente de Odebrecht por la planta de AYSA en Tigre, por la campaña 2013 y 2015, incluso en la casa del Diputado. El 20 de julio de 2014, Massa y De la Sota se reunieron en La Falda, Córdoba, con representantes de Odebrecht y allí cerraron un acuerdo para recibir dinero para la campaña, cuando Massa aún tenía aspiraciones presidenciales. Incluso, en los primeros días de mayo de este año, Massa mantuvo reuniones con gente allegada a la gigantesca empresa brasileña para intentar evitar que su nombre se filtre entre los datos que finalmente llegaron a los fiscales. La relación entre Massa y la compañía brasileña se inició cuando la firma comenzó con la construcción de la planta potabilizadora Juan Manuel de Rosas, de AYSA, en el partido de Tigre. En ese momento, el entonces intendente facilitó tramitaciones y eximió de tasas municipales a la UTE donde también estaban Roggio, Cartellone y Supercemento, aportantes posteriores a sus campañas electorales. Odebrecht fue la causa del estallido del espacio Unidos por una Nueva Argentina (UNA) y la salida de Alberto Fernández, quien decidió dejar a Massa y pasarse a las filas de Florencio Randazzo. El ex gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, anunció el 11 de mayo que no competirá en las próximas legislativas después de habar dado señales en los últimos meses de que sería candidato junto a Massa. El cordobés había hecho una campaña electoral millonaria con dinero de la firma brasileña en 2011, cuando accedió a su tercer período como mandatario provincial. De la Sota se bajó sólo un día después de que el brasileño Leonardo Meirelles, “cambista” de Odebrecht encargado de pagar las coimas de la empresa, declarara por videoconferencia ante el fiscal federal Federico Delgado y el titular de la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA), Sergio Rodríguez. Estos dos fiscales investigan coimas en torno a la planta potabilizadora de agua de Tigre. El anuncio de De la Sota generó alivio en Cambiemos, que espera resultados más parejos en Córdoba, donde De la Sota aún conserva una elevada imagen positiva y también alta intención de voto. Si bien la relación de Massa con Odebrecht era conocida en el escenario político, por el enorme financiamiento a sus campañas políticas, la sorpresa estará dada en su flamante socia, la líder del GEN. Margarita Stolbizer también habría recibido apoyo económico para financiar su campaña electoral cuando la diputada fue candidata a presidenta de la República en 2015. Consultados, voceros del GEN lo negaron. El fiscal que reveló los datos en OFF lo confirmó.

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La unidad y las PASO: el cómo depende del para qué

Fuente: Edgardo Mocca | Página 12 Fecha: 04 de JUNIO 2017 La construcción de una alternativa electoral para frenar el curso destructivo del país que está en marcha parece una empresa suficientemente importante como para ponerla a cubierto del barullo mediático y de los conflictos entre intereses personales y de grupo. No se trata aquí de imaginar una vida política de la que estén ausentes las vanidades y las mezquindades: ninguna actividad humana puede conseguir tal cosa. Los partidos y movimientos políticos son articulaciones entre causas colectivas y carreras personales; son —cuando merecen ese nombre y no son simplemente sellos para validar una lista de candidatos— formas institucionales surgidas de fenómenos históricos y sociales que han adquirido determinada potencia colectiva. El movimiento social necesita una organización relativamente estable, sin ella no puede perdurar. A la vez la institución tiene una dinámica propia que no obedece exclusivamente a los fines que la hicieron necesaria: junto a los incentivos colectivos —la doctrina, la ideología, el programa— se desarrollan los incentivos selectivos, el esfuerzo por el éxito de la propia carrera política personal. El peronismo no es, en ese sentido, tan excepcional como suelen presentarlo sus seguidores y sus adversarios. Ahora bien, la perdurabilidad del partido-movimiento exige que ambos tipos de incentivos se mantengan vivos: sin incentivos colectivos, sin rumbo político claro, el partido deviene una agencia de colocación en cargos públicos sin potencia transformadora y sin incentivos selectivos, cerrado a las carreras personales, se convierte en una secta de creyentes. La encrucijada actual del peronismo podría ser pensada y resuelta con una combinación, en dosis adecuadas, de pragmatismo político y sentido histórico. Después de la aparición de Cristina en el reportaje televisivo del 25 de mayo pasado y su compromiso de presentarse como candidata de la unidad opositora si así se le pidiera, se ha desatado una curiosa saga en la que parece que todo el problema que está en discusión es si la lista de candidatos debe ser el fruto de un acuerdo o dirimirse en una primaria abierta. Se da por sentado que la unidad no tiene otro punto para aclarar que no sea la forma en que se ordena la grilla, el “cómo” de la unidad. Pero el orden lógico no empieza con el cómo en ningún orden de la vida, el cómo depende siempre del para qué. ¿Para qué queremos la unidad? Seguramente para alcanzar algún fin que no podríamos alcanzar desunidos. En este caso sería, claro está, la obtención de mejores posibilidades de ganar la elección. Hay que decir que cuando hablamos de elecciones ya se entiende que estamos hablando exclusivamente de la provincia de Buenos Aires, lo que no deja de ser una curiosidad política, aunque provisoriamente podemos dejar de lado la cuestión. Ganar la elección es ganarle a Macri con una amplia unidad cuyas fronteras no serían las del PJ sino las de un frente que reconozca otras identidades y otras pertenencias; entre ellas las que acompañaron la última experiencia de gobierno y otras que puedan ser convocadas. Corresponde precisar que el objetivo de ganarle a Macri no está relacionado exclusivamente con un objetivo partidario sino que tiene un sentido para la sociedad; sería ganarle para frenar un determinado curso político y adelantar los tiempos del triunfo de otro rumbo. Hay una escena necesaria que en el barullo declarativo de estos días va quedando en la penumbra: la escena de un compromiso público de los participantes en esa unidad acerca de cuál sería la agenda legislativa y política que se comprometen a cumplir. No es un contrato formal. No es una manía por los papeles programáticos. Es una necesidad política después de que hemos asistido a una numerosa deserción de diputados y senadores respecto del sentido con el que fueron votados. Y no cualquier deserción sino una que facilitó la consolidación del adversario al que ahora se pretende enfrentar. La escena del compromiso colectivo no resolvería por anticipado la existencia o no de nuevas deserciones, eso es absolutamente imposible en la política de cualquier tiempo y lugar. Pero tendría una importante virtud, la de dejar claro cuál es el propósito colectivo que anima la unidad y generar la credibilidad respecto de que lo que se está construyendo es una nueva unidad y no un rejunte de aspiraciones personales. El para qué de la unidad indica con quiénes se construye. Establece una frontera política. En este punto aparece la ilusión muy a la moda de la unidad sin fronteras, la unidad de todos. ¿Quiénes son todos? ¿También los que juegan con Macri? En ese caso se diluye el para qué, no tiene sentido decir que vamos a frenarlo a Macri con la gente que lo ayuda a avanzar. Sobre esta base puede pensarse al peronismo como motor de un acuerdo superador, de un desarrollo crítico y autocrítico de la experiencia de los doce últimos años de gobierno. Crítico y autocrítico no en el sentido oportunista del pase de facturas sino en el sentido del reconocimiento de las limitaciones y las debilidades de la experiencia, cuya superación aparece necesaria en la perspectiva de un nuevo ciclo nacional, popular y democrático. Solamente a partir del para qué y con quiénes tiene sentido la discusión del cómo, de las formas. Y entonces las formas son las formas mejores para llevar al triunfo el objetivo planteado. Está claro que no serviría que la unidad desemboque en una lista monocolor que se niegue a toda negociación: la unidad amplia se desnaturalizaría así en el triunfo de una facción sobre otra. El acuerdo tampoco podría obedecer a una lógica de relaciones de fuerzas en una estructura e ignorar el peso político de cada uno en la confianza popular que, en última instancia, es la que va a decidir la suerte de la estrategia común. No es fácil de entender cuál es el argumento de quienes creen que las primarias abiertas son el único camino posible. El más visible es que a los candidatos “los ponga el pueblo”. Suena muy bien pero tiene

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Bye, bye, Thatcher

Fuente: Jorge Argüello* | Perfil Fecha: 04 de JUNIO 2017 Marcados a fuego por los liderazgos de Margaret Thatcher en los 80 y de Tony Blair en los 90, conservadores y laboristas han decidido romper con esos legados. El Brexit tiñó casi por completo la campaña electoral de Gran Bretaña, desde el inesperado llamado a las urnas de la primera ministra conservadora Theresa May hasta los picantes cruces con su rival laborista, Jeremy Corbyn, pero aquí, en suelo inglés, epidérmicamente se percibe que los británicos definirán mucho más que esa histórica ruptura. Detrás del polvo que levantó el referéndum de 2016 que decidió el Brexit y eyectó al premier tory David Cameron (2010-16), sucedido por May, en los dos grandes partidos del Reino Unido se verifican transformaciones ideológicas de grandes implicancias, más allá de a quién veamos festejar el próximo viernes por la noche en Londres. Marcados a fuego durante los últimos treinta años por los liderazgos de Margaret Thatcher en los 80 y de Tony Blair en los 90, conservadores y laboristas han decidido romper con esos legados. Es más audaz en el caso de May, ex ministra del Interior, que llegó al 10 de Downing Street sin ganar ni siquiera una elección interna del partido. Gran Bretaña escenificará el fin de dos épocas. Desde ya, el Brexit encaja en ese proceso. De hecho, May abandonó la idea de gobernar hasta 2020 con una envidiable mayoría propia en el Parlamento heredada de Cameron y llamó inesperadamente a elecciones generales, con el propósito de consolidar su liderazgo, argumentando que propios y adversarios complican las negociaciones del Brexit. En estos últimos días, cuando Corbyn se acercó en las encuestas, May volvió a agitar el Brexit para atraer votos entre sectores medios-bajos ganados por la fobia a la UE y a los inmigrantes, y para diferenciarse de su rival, aun cuando el veterano dirigente laborista ha insistido en que, Brexit mediante, el Reino Unido puede estar mejor fuera de la UE. Bye, bye, Thatcher. Cuando uno toma contacto físico con la actual política británica, comprueba sin embargo que ha ocurrido otra ruptura. La campaña puso sobre el tapete desde renacionalizaciones de servicios y aumento de impuestos a empresas y ricos, hasta inversiones en obras públicas y la recuperación de la asistencia social, la salud y la educación públicas, pasando por crear bancos públicos y poner topes a las tarifas. Cuando todos los partidos quieren una economía que funcione para todos, no para unos pocos, uno se da cuenta de que el neoliberalismo es el verdadero perdedor. El libre mercado dañó el tejido social y dejó a millones en el camino. Ahora, los programas electorales de todo el espectro político lo asumen, sintetizó en estos días el académico local Tim Jackson, un reconocido experto en desarrollo sustentable. En efecto, primero fue el turno del manifesto conservador. Para empezar, el programa tory ataca a los establishments: “En lugar de seguir una agenda definida y establecida por las elites de Westminster, gobernaremos en favor de la mayoría de la ciudadanía británica”. El reposicionamiento ideológico lleva a los tories a preferir una economía que asocie al Estado con los privados, bajo un fuerte liderazgo que sólo el gobierno puede proveer. La perplejidad es mayor cuando uno lee: “Creemos en estas cosas porque somos conservadores y no a pesar de ser conservadores. El conservadurismo nunca ha sido la filosofía que han descripto los caricaturistas. No creemos en los mercados libres sin restricciones. Rechazamos el culto al individualismo. Aborrecemos las divisiones sociales, la injusticia y la desigualdad (…?) Es una creencia no sólo en la sociedad, sino en el bien que el gobierno puede hacer”. Luego, el programa tory enuncia cuantiosas inversiones hasta 2020 en infraestructura, vivienda, rutas y trenes. Ningún beneficio fiscal para clases medias y muchas alusiones a regulaciones y restricciones a los privados. Esta nueva matriz conservadora se completa con un rígido control de la inmigración de un modo también poco thatcherista: castigando con más impuestos a las empresas que contraten inmigrantes. Todo iba sobre ruedas para May hasta que alguien leyó que se obligaba a los mayores con demencia senil propietarios de viviendas de más de 160 mil euros a cubrir con el valor de sus inmuebles los costos del cuidado del servicio público. En estos días, en Londres, hemos escuchado hablar tanto del impuesto a la demencia (dementia tax) como del Brexit. Semejante gaffe en una plataforma que ponía por primera vez en décadas mucho énfasis en lo social obligó a May a dar una brusca marcha atrás tan poco creíble que le costó el primer resbalón importante en las encuestas, pero sobre todo conllevó el costo de generar dudas sobre los límites de su capacidad intelectual y política. Nuevos viejos laboristas. En el campo laborista también hubo corrimiento, en este caso para abandonar la Tercera Vía de aires neoliberales concebida por Blair casi en paralelo con Bill Clinton. Pero la ruptura fue más previsible considerando las ideas más radicales con que Corbyn conquistó su partido, fáciles de emparentar con otras izquierdas europeas (Podemos o Syriza). El manifesto laborista (“For the Many, Not the Few) ofrece propuestas muy diferentes a las que sostuvo el partido en los 90, como la de renacionalizar los ferrocarriles, las empresas de energía y los servicios de agua, además de crear bancos de desarrollo y darles más poder a los sindicatos. En ese contexto, Corbyn quiere comprometer al Estado en una segunda gran industrialización del país y elevar el salario mínimo a 16 euros/hora. Aunque personalmente Corbyn cedió en sus propuestas más radicales (abolir la monarquía o desterrar la energía nuclear), los laboristas basan su programa económico en subir los impuestos al 5% que más gana para financiar grandes reformas de la salud, la asistencia social y la educación, y un plan de infraestructura multimillonario en diez años. El éxito de los programas electorales siempre depende de la calidad de los liderazgos. Lo nuevo en esta Gran Bretaña de 2017 es que las aguas que vemos correr

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Bonadío, acusado en 2010 por Nisman de querer matarlo, investigará ahora su denuncia contra CFK

Fuente: Mariana Escalada & Agustin Ronconi | El Disenso Fecha: 02 de JUNIO 2017 En 2010 Nisman denunció al Juez Bonadio por amenazas de muerte y tareas de inteligencia contra su persona. El miércoles 31 de mayo por la mañana, a través de una nueva maniobra en la justicia, la denuncia de Nisman contra CFK fue a parar al despacho de Bonadio de la mano del hombre de confianza de Lorenzetti. Esa misma noche el Presidente de la Corte Suprema cenó con Bonadio en Recoleta. En una trama que no tiene nada que envidiarle a las películas de Hollywood, el Juez que Nisman denunció que quería matarlo, será ahora quien investigue la denuncia de Nisman contra CFK. Hoy desde El Disenso te contamos como era la relación entre Nisman y Bonadio, porqué el fallecido fiscal denunció al juez de querer terminar con su vida, y como llegó al despacho de Bonadio la denuncia de Nisman contra CFK 2010: Nisman denuncia a Bonadio de querer matarlo De acuerdo a la denuncia registrada en el expediente 8912/10, Nisman da cuenta de información recibida a través de una denuncia anónima en la que se detalla que el Juez Bonadio, el ex comisario de la Metropolitana Jorge “Fino” Palacios, el ex ministro Carlos Corach y su hijo Maximiliano habían participado de reuniones en las que se había hablado sobre la “posibilidad de atentar contra la vida de Nisman“. La denuncia trabaja sobre la hipótesis de que el Juez Bonadio no solo ayudó al Fino Palacios en cada oportunidad que se le presentó, sino que también encubrió el atentado de la AMIA. En el escrito se remarca la amistad entre el ex comisario y el Juez, quien fue a visitarlo a la Unidad Penitenciaria de Marcos Paz tras haber sido investigado por Nisman por realizar escuchas ilegales a los familiares de las víctimas de la AMIA, hecho que derivó en su procesamiento. La causa N° 9789/00 en la que se investiga el encubrimiento al atentado de la AMIA estuvo en manos del Juez Bonadio por 5 años, lapso tras el que fue apartado por haberla inmovilizado. Bonadio llego a Juez durante el Menemato y fue denunciado por Domingo Cavallo como uno de los jueces federales que, según el listado que el ex ministro Carlos Corach le detallara en una servilleta, respondía a los deseos del gobierno de turno. Para el Juez Bonadio, activar la causa hubiera significado investigar a dos personas cercanas a él: Corach padre y el ex comisario Fino Palacios. “Unos meses antes de que lo apartaran, Bonadio armó una causa colectora (la N° 10.057/05) para proteger a Corach y al Fino Palacios” explicó hoy la abogada Graciana Peñafort. Un mes después, Nisman denunció a la Presidenta, y luego de ser desmentido por la propia Interpol, fue hallado muerto en su domicilio de las Torres Le Parc. 2017: Bonadio investigará la denuncia de Nisman contra CFK “En diciembre de 2015, Bonadio, siguiendo con sus practicas usuales, armo una nueva causa colectora, para ‘investigar’ la denuncia de Nisman contra CFK, que por esos días había sido cerrada. En esa causa colectora aceptó como prueba una escucha ilegal. Ni Borger ni Timerman grabaron esa conversación y nadie sabe quien lo hizo, pero Bonadio la aceptó igual” explicó Peñafort. Al igual que ocurrió en la causa del Fino Palacios, se usó una causa para producir prueba en otra causa, y con esa prueba ilegal, reabrir la causa de la denuncia de Nisman contra CFK. El Dr. Irurzun es un hombre de confianza de Lorenzetti, quien lo designó a cargo del sistema de escuchas en oportunidad en que Macri decidió su traspaso a la Corte Suprema de Justicia, y desde donde se filtraron las escuchas entre CFK y Parrilli que luego difundieron los medios hegemónicos. Irurzun es también el camarista que invirtiendo los argumentos de la causa Dolar Futuro sobreseyó a funcionarios de Cambiemos en la causa de los LEBACS. El pasado miércoles 31 Irurzun, que es el Presidente de la Sala Criminal y correccional, usando como argumento la causa colectora inventada por el Juez Bonadio le adjudicó al propio Bonadio la causa principal: la denuncia de Nisman contra CFK. Esa misma noche el Juez Bonadio y el Presidente de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti se juntaron a cenar en un exclusivo restaurante de Recoleta.

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Cincuenta años, cincuenta mentiras

Fuente: Gideon Levy | Haaretz Fecha: 01 de JUNIO 2017 Supongamos que la ocupación esté justificada. Digamos también que Israel no tiene elección. Ni siquiera la llamemos ocupación. Digamos que fue reconocida por el derecho internacional y que el mundo la aplaudió. Supongamos que los palestinos están agradecidos por su presencia. Sin embargo, todavía existe un pequeño problema: todo se basa enteramente en mentiras. Desde el principio hasta el final, todo es un paquete de mentiras. No hay una palabra de verdad asociada con ella. Si no fuera por estas mentiras, habría colapsado en su podredumbre hace mucho tiempo. Si no fuera por estas mentiras, es dudoso que alguna vez hubiera sucedido. Estas mentiras, de algunas de las cuales la derecha se enorgullece («por el bien de la Tierra de Israel es permisible mentir»), son suficientes para hacer que cualquier persona decente retroceda con repulsión. Uno no necesita de sus otros horrores para convencerse de esto. Comenzó con la cuestión de cómo llamar a los territorios. En la Radio de Israel se decidió usar el término «territorios temporalmente retenidos». Esta fue la mentira No. 1, dando a entender que la ocupación era temporal y que Israel tenía la intención de evacuar esos territorios, que éstos eran solamente una moneda de cambio en la búsqueda de paz. Esta es probablemente la mayor mentira y es ciertamente la más decisiva. Es la que ha permitido la celebración de su aniversario jubilar. La verdad es que Israel nunca pensó en terminar con la ocupación. Su presunta temporalidad sólo puso al mundo a dormir con su engaño. La segunda gran mentira fue el argumento de que la ocupación sirve a los intereses de seguridad de Israel, que es una medida de autodefensa de una nación indefensa acosada por enemigos. La tercera mentira fue el «proceso de paz», que en realidad nunca tuvo lugar, y que en todo caso sólo pretendía comprar más tiempo a la ocupación. Esta mentira tenía muchas patas. El mundo era un cómplice, continuamente mintiéndose a sí mismo. Hubo discusiones, presentaciones de mapas (todos ellos semejantes), se llevaron a cabo conferencias de paz con numerosas rondas de conversaciones y cumbres, con enviados corriendo hacia adelante y hacia atrás, y mayormente con charlatanería vacía. Todas ellas estaban basadas en una mentira, que era la suposición de que Israel incluso contemplaba poner fin a la ocupación. La cuarta mentira, obviamente, es el emprendimiento de los asentamientos. Este proyecto nació y se crió en una mentira. Ni un solo asentamiento se estableció  honestamente, comenzando con la estadía de una noche en el Park Hotel en Hebrón, continuando con la de los «campos de trabajo», «campamentos de protección», «excavaciones arqueológicas», «reservas naturales», «espacios verdes” “zonas de protección del fuego” «relevamiento de tierras», los puestos avanzados y las expansiones. Todas estas fabricaciones cometidas entre guiño y  guiño, culminando con la mayor mentira en este contexto, la de «tierras estatales», una mentira que sólo se puede comparar con la de los «ausentes actuales» referida a los palestinos de Israel. Los colonos mintieron y los políticos mintieron, el ejército y la Administración Civil en los territorios mintieron,  todos mintieron al mundo y a sí mismos. Desde la protección de una torre de antena creció un mega-asentamiento y de un fin de semana en ese hotel de Hebrón creció la peor de las calamidades. Los miembros del gabinete que ratificaron, los miembros de la Knesset que hicieron un gesto con la cabeza y los guiños, los oficiales que firmaron y los periodistas que blanquearon, todos sabían la verdad. Los norteamericanos que «condenaron» y los europeos que se «enfurecieron», la Asamblea General de la ONU que «convocó» y el Consejo de Seguridad que «decidió», ninguno de ellos tuvo la intención de seguir con ninguna acción. El mundo también se está mintiendo a sí mismo. Esta manera es conveniente para todos. También es conveniente emitir las mentiras cotidianas que cubren los crímenes cometidos por las Fuerzas de Defensa de Israel, la Policía de Fronteras, el Shin Bet, el Servicio Penitenciario y la Administración Civil, todo el aparato de ocupación. Es conveniente usar un lenguaje desinfectado, el idioma del ocupante tan apreciado por los medios de comunicación, el mismo lenguaje que utilizan para describir sus excusas y justificaciones. En Israel no hay blanqueo como el que describe la ocupación y no hay otra amplia coalición que se expanda y la apoye con tal devoción. La única democracia en el Medio Oriente que emplea una tiranía militar brutal y el ejército más moral que mata a más de 500 niños y 250 mujeres en un verano, ¿puede alguien concebir una mentira más grande que esta? ¿Puede alguien pensar en un mayor autoengaño que la opinión predominante en Israel, por la cual todo esto se nos impuso, que no queríamos esto, que los árabes tienen la culpa? Y todavía no hemos mencionado la mentira de los dos estados y la mentira acerca de Israel que busca la paz, las mentiras sobre la Nakba de 1948 y la «pureza» de nuestras armas en esa guerra, la mentira sobre que el mundo entero está contra nosotros y la mentira sobre que ambos lados son culpables. Desde  que Golda Meir emitiera el que «nunca perdonaremos a los árabes por obligar a nuestros hijos a matarlos» a «una nación no puede ser un ocupante en su propia tierra», las mentiras son seguidas por otras mentiras. No se ha detenido hasta el día de hoy. Cincuenta años de ocupación, cincuenta sombras de mendacidad. ¿Y ahora? ¿Otros cincuenta años? Traducción: Dardo Esterovich  

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