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11 tesis sobre Venezuela y una conclusión escarmentada

Fuente: Juan C. Monedero | blogs.publico.es Fecha: 11 de AGOSTO 2017 1. Es indudable que Nicolás Maduro no es Allende. Tampoco es Chávez. Pero los que dieron el golpe contra Allende y contra Chávez son, y eso también es indudable, los mismos que ahora están buscando un golpe en Venezuela. 2. Los enemigos de tus enemigos no son tus amigos. Puede no gustarte Maduro sin que eso implique olvidar que ningún demócrata puede ponerse al lado de los golpistas que inventaron los escuadrones de la muerte, los vuelos de la muerte, el paramilitarismo, el asesinato de la cultura, la operación Cóndor, las masacres de campesinos e indígenas, el robo de los recursos públicos. Es comprensible que haya gente que no quiera ponerse del lado de Maduro, pero conviene pensar que en el lado que apoya a los golpistas están, en Europa, los políticos corruptos, los periodistas mercenarios, los nostálgicos del franquismo, los empresarios sin escrúpulos, los vendedores de armas, los que defienden los ajustes económicos, los que celebran el neoliberalismo. No todos los que critican a Maduro defienden esas posiciones políticas. Conozco gente honesta que no soporta lo que está pasando ahora mismo en Venezuela. Pero es evidente que del lado de los que están buscando un golpe militar en ese país están los que siempre apoyaron los golpes militares en América Latina o los que priman sus negocios por encima del respeto a la democracia. Los medios de comunicación que están preparando la guerra civil en Venezuela son los mismos conglomerados mediáticos que vendieron que en Irak había armas de destrucción masiva, que nos venden que hay que rescatar a los bancos con dinero público o que defienden que la orgía de los millonarios y los corruptos hay que pagarla entre todos con recortes y privatizaciones. Saber que se comparte trinchera con semejante gente debiera llamar a la reflexión. La violencia siempre debe ser la línea roja que no debe traspasarse. No tiene sentido que el odio a Maduro ponga a nadie decente al lado de los enemigos de los pueblos. 3. Maduro heredó un papel muy difícil -gestionar Venezuela en un momento de caída de los precios del petróleo y de regreso de Estados Unidos a Latinoamérica después de la terrible aventura en Oriente Medio- y una misión imposible -sustituir a Chávez-. La muerte de Chávez privó a Venezuela y a América Latina de un líder capaz de poner en marcha políticas que han sacado de la pobreza a 70 millones de personas en el continente. Chávez entendió que la democracia en un solo país era imposible y puso sus recursos, en un momento de bonanza gracias a la recuperación de la OPEP, para que se iniciara la etapa más luminosa de las últimas décadas en el continente: Lula en Brasil, Correa en Ecuador, Morales en Bolivia, Kirchner en Argentina, Lugo en Paraguay, Mujica en Uruguay, Funes en El Salvador, Petro en Bogotá e incluso Bachelet en Chile referenciaban esa nueva etapa. La educación y la salud llegaron a los sectores populares, se completó la alfabetización, se construyeron viviendas públicas, nuevas infraestructuras, transportes públicos (después de la privatización de los mismos o la venta y cierre de los trenes), se frenó la dependencia del FMI, se debilitó el lazo con los Estados Unidos creándose la UNASUR y la CELAC. También hay sombras, principalmente vinculadas a la debilidad estatal y a la corrupción. Pero haría falta un siglo para que los casos de corrupción en los gobiernos progresistas de América Latina sumen, por citar sólo un asunto, el coste de la corrupción que significa el rescate bancario. La propaganda de los dueños de la propaganda terminan logrando que el oprimido ame al opresor. Nunca desde la demonización de Fidel Castro fue ningún líder latinoamericano tan vilipendiado como Chávez. Para repartir entre los pobres, hubo que decirle a los ricos, de América y también de Europa, que tenían que ganar un poco menos. Nunca lo toleraron, lo que puede entenderse, especialmente en España, donde, en mitad de la crisis, responsables económicos y políticos del Partido Popular robaban a manos llenas al tiempo que decían a la gente que tenía que apretarse el cinturón ¿Iba Chávez ese “gorila” a frenarles sus negocios? Desde que ganó las primeras elecciones en 1998, Chávez tuvo que enfrentarse a numerosos intentos de derribarlo. Por supuesto, con la inestimable ayuda de la derecha española, primero con Aznar, luego con Rajoy, y la ya conocida participación de Felipe González como lobbista de grandes capitales. (Es curioso que el mismo Aznar que hizo negocios con Venezuela y con Libia luego se convirtió en ejecutor cuando se lo ordenaron. Gadafi incluso le regaló a Aznar un caballo. Pablo Casado fue el asistente de Aznar en esa operación. Luego, cosas de la derecha, celebraron su asesinato). 4. Chávez no legó a Maduro los equilibrios nacionales y regionales que construyó, que eran políticos, económicos y territoriales. Eran una construcción personal en un país que salía de tasas de pobreza del 60% de la población cuando llegó Chávez al gobierno. Hay cambios que necesitan una generación. Ahí es donde la oposición pretende estrangular a Maduro, con problemas mal resueltos como las importaciones, los dólares preferenciales o las dificultades para frenar la corrupción que desembocan en desabastecimiento. Sin embargo, Maduro supo reeditar el acuerdo “cívico-militar” que tanto molesta a los amigos del golpismo. Algo evidente, pues Estados Unidos siempre ha dado los golpes buscando apoyos en militares autóctonos mercenarios o desertores. El ejército en América Latina solo se entiende en relación con Estados Unidos. Les han formado, sea en tácticas de tortura o en “lucha contrainsurgente”, sea en el uso de las armas que les venden o en el respeto debido a los intereses norteamericanos. En Venezuela, los mismos que formaron a los asesinos de la Escuela Mecánica de la Armada argentina o que sostuvieron al asesino Pinochet lo tienen complicado (el asalto por parte de mercenarios vestidos de militares a un cuartel en Carabobo buscaba construir la sensación de fisuras en

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Los problemas legales de Binyamin Netanyahu están aumentando

Fuente: The Economist Fecha: 10 de AGOSTO 2017 Parecen no tener fin los problemas legales que se acumulan en torno al primer ministro israelí Binyamin Netanyahu, su familia y su círculo íntimo. En el transcurso de una semana, su exjefe de personal, Ari Harow, firmó un acuerdo con la fiscalía como testigo privilegiado y la policía confirmó que está investigando un caso de soborno, fraude y falta de confianza en el cual Netanyahu es sospechoso. Su esposa Sara fue interrogada por la policía bajo la acusación de malversación de fondos públicos y su hijo Yair fue demandado por difamación por un post subido a Facebook. Harow, quien trabajó con Netanyahu durante más de una década, accedió a declarar a cambio de una condena reducida en su propio juicio por defraudación al fisco. Se espera que su testimonio sirva como evidencia contra Netanyahu quien es sospechoso de recibir dádivas de empresarios. El primer ministro también es sospechoso de un acuerdo por el cual ofreció limitar la distribución de Israel Hayom (una diario de distribución gratuita financiado por Sheldon Adelson, un millonario estadounidense y partidario de Netanyahu) a cambio de la cobertura favorable en el matutino Iediot Ajaronot* propiedad de Arnón Mozes. El 7 de agosto, el Tribunal Supremo de Israel dictaminó que Netanyahu debe hacer públicas las grabaciones de las conversaciones telefónicas con Adelson. Harow también puede arrojar luz sobre otras dos investigaciones, potencialmente más graves, que involucran a allegados a Netanyahu. Su abogado personal a lo largo de casi cuatro décadas es sospechoso de aceptar sobornos a cambio de facilitar la venta de submarinos alemanes y buques de guerra a la armada israelí. Otro exjefe de personal, Shlomo Filber, fue suspendido en su cargo en el Ministerio de Comunicaciones bajo acusaciones de facilitar documentos confidenciales a la compañía de telecomunicaciones más grande de Israel con los que podía beneficiarse. Hasta ahora el primer ministro no es sospechoso en ninguno de estos dos casos. En este contexto se producen protestas semanales que tienen como objetivo mantener la presión sobre el fiscal general Avichai Mandelblit. Sin embargo, las investigaciones que involucran a Netanyahu se han prolongado durante más de un año. Mientras tanto, el primer ministro y sus partidarios han adoptado las tácticas de “trumpianas”. En sus cuentas en la redes sociales Netanyahu ha calificado a la prensa israelí como autora de «noticias falsas». Sus adeptos la acusan de tratar de derribar al gobierno. Incluso los derechistas que han criticado al Netanyahu en el pasado se han incorporado sumisamente a esa línea de defensa. «Ni los medios de comunicación, ni las protestas contra el fiscal general deben decidir, sólo los hechos [deberían]«, dijo Naftali Bennett, ministro de Educación quien es visto como un rival político del primer ministro. «Estamos apoyando al gobierno de Netanyahu y mi evaluación es que las elecciones tendrán lugar a tiempo en 2019.» A pesar de la intensificación de las investigaciones Netanyahu puede aguantar mucho tiempo. Una vez que la policía termine sus investigaciones, será responsabilidad del fiscal general formular las acusaciones después de llevar a cabo las audiencias con los sospechosos. El proceso llevar meses. Y aunque sea acusado, Netanyahu asegura que planea permanecer en el cargo defenderse de las acusaciones. Según la ley israelí, el primer ministro no está obligado a renunciar a menos que sea condenado. Mientras su coalición de partidos derechistas y religiosos se mantengan agrupados es poco probable que sea expulsado antes de las próximas elecciones. * Yedioth Ahronoth, el diario de mayor circulación en Israel (N. del T.) Traducción: Dardo Esterovich

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Noceti, la mano ultraderecha de Bullrich

Fuente: Ricardo Ragendorfer | Nuestras Voces Fecha: 10 de AGOSTO 2017 “¡Este hijo de puta buen mozo es mi jefe de gabinete!”, lo presentó en sociedad Patricia Bullrich, Ministra de Seguridad, en un video casero que se volvió viral. El funcionario Pablo Noceti fue defensor de represores, reivindica públicamente la represión ilegal y es el autor ideológico y material de la “lucha contra el indio” en la administración de Mauricio Macri. Con varios viajes al Sur, Noceti venía “preparando el terreno” para la represión a los mapuche, que culminó con la desparición de Santiago Maldonado. “Quedate tranquila; este es un tema de Mario (Das Neves)”, indicó el camino negacionista Macri a la oreja de la ministra Bullrich. El jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, vestía un traje gris y sobretodo oscuro. Con esa vestimenta en medio del paisaje cordillerano su silueta pasaba tan desapercibida como una tarántula en un plato lleno de leche. Así fue fotografiado mientras hablaba con un oficial de la Gendarmería a la vera de la estancia Benetton en Leleque, al noroeste de Chubut. Corría la primera tarde de agosto. Sólo habían transcurrido un par de horas desde la desaparición forzada del mochilero Santiago Maldonado, visto por última vez mientras lo cargaban a una camioneta blanca de esa fuerza durante la brutal represión encabezada por Noceti en la lof de Cushamen, apenas a tres kilómetros de allí. Lo cierto es que esa fotografía –captada a hurtadillas por un gendarme y difundida por Nuestras Voces el 7 de agosto– subraya su participación en ese delito de lesa humanidad, el primero de la era macrista. Para descorrer el velo de su génesis bien vale reparar en la figura de su presunto “hacedor”. Y también en sus pasos hacia aquel ominoso martes en el que Santiago fue visto por última vez cuando lo subían a una camioneta de Gendarmería Nacional. El doctor Torquemada Este abogado de 51 años es un sujeto de hábitos casi espartanos y bajo perfil. Por eso resulta paradójico que tras exactamente un año de silencioso trabajo en la función pública su nombre haya saltado a la luz el 13 de diciembre de 2016 por un desliz jolgorioso de su jefa, Patricia Bullrich. “¡Este hijo de puta buen mozo es mi jefe de gabinete!”, exclamó esa noche a viva voz y ya con dicción incierta, durante un festejo por el fin de año en la sede ministerial de la calle Gelly y Obes. “¡Todas andan locas por él!”, volvió a clamar. A su lado, el aludido forzaba una sonrisa incómoda. Un video del asunto no tardó en viralizarse. Hasta entonces el doctor Noceti había circulado como un fantasma por los pasillos del actual gobierno. Era consciente de que su profusa labor como defensor de represores y apologista de la dictadura le podría jugar en contra. Sin embargo, en el ámbito tribunalicio no es un secreto que su postura ideológica lo sitúa a la derecha de Atila. Por eso no debe asombrar que en sus alegatos califique los juicios contra genocidas como la “legalización de una venganza diseñada por el poder político al servicio de inconfesables intereses” o que la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final “tendría que avergonzar a todo jurista serio de la República”. Fogueado profesionalmente bajo el ala del camarista durante el “Proceso”, Alfredo Battaglia –quien luego tuvo a Galtieri entre sus defendidos–, Noceti supo afinar su visión del mundo en las filas de la Corporación de Abogados Católicos, un distinguido antro de propagandistas del terrorismo de Estado influenciado en su momento por la organización ultraderechista La Cité Catholique, cuyo imaginario bailoteaba sobre los siguientes pilares: la doctrina de la guerra contrarrevolucionaria, el método de la tortura y su fundamento dogmático tomista, cuya dialéctica se sostenía en el “principio del mal menor por el bien común”. De modo que con tal soporte él redondeó su reivindicación teórica de la desaparición forzada de opositores. Y con una escalofriante economía de palabras: “Un enemigo no convencional exige protocolos atípicos”. En realidad su gran problema es que ahora alucina una guerra imaginaria. Tal ensoñación en esta etapa de su vida se cristaliza en una “hipótesis de conflicto” sostenida por él con notable empeño: la amenaza indigenista. Algo que la señora Bullrich adoptó como propio y que además le vino de perillas al gobernador de Chubut, Mario Das Neves, en el marco del litigio por tierras de la comunidad mapuche con el Grupo Benetton. Ya el 30 de agosto del año pasado el Ministerio de Seguridad elaboró un informe de gestión con el siguiente andamiaje argumental: los reclamos de los pueblos originarios no constituyen un derecho garantizado por la Constitución sino un delito federal porque “se proponen imponer sus ideas por la fuerza con actos que incluyen la usurpación de tierras, incendios, daños y amenazas”. Una dinámica cuasi subversiva, puesto que –siempre según ese documento– “afecta servicios estratégicos de los recursos del Estado, especialmente en las zonas petroleras y gasíferas”. Ahora se sabe que ese paper es fruto del puño y la letra de Noceti, quien 20 días antes había sido detectado en Esquel por la Asociación de Abogados de Derecho Indígena (AADI). Tal revelación provocó su segundo traspié: ser sorprendido por un reportero gráfico del medio Noticias de Esquel durante el juicio por la extradición a Chile del líder mapuche Facundo Jones Huala. Su foto fue publicada esa misma tarde. Entonces le fue imposible eludir una entrevista con Radio Nacional de aquella ciudad en la que blanqueó sus intenciones: “Evaluar la comisión de un delito federal, porque acá hay un grupo que pretende atemorizar a la gente con el método de la violencia”. Fue el inicio de la estigmatización del movimiento Resistencia Ancestral Mapuche (RAM). Ya en ese instante él se jactó de poder encarcelar a sus integrantes sin orden de un juez, en base a una interpretación algo antojadiza del artículo 213 bis del Código Procesal, referido a situaciones que ponen en riesgo la seguridad interna de la nación. A

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El show del cuñado

Fuente:Raúl Kollman | Página 12 Fecha: 7 de AGOSTO 2017 El insólito show de la detención de Claudio «El Mono» Minnicelli oculta un hecho elemental: se lo buscaba por un escándalo aduanero ocurrido en el actual gobierno, no en el anterior. Todo su vínculo con las administraciones Kirchner consiste en que es el cuñado de Julio De Vido, pero el ex ministro no tenía ningún trato con él. Ni siquiera concurrió al ostentoso casamiento del Mono con la vedette en 2004, o sea hace 13 años. En cambio Minnicelli tenía relación con Oldemar «Cuqui» Barreiro Laborda, un personaje con numerosos antecedentes por maniobras económicas y que se presentaba como la mano derecha del titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión. En base a esa relación, Barreiro Laborda supuestamente puso en marcha una maniobra para sacar seis contenedores que estaban retenidos en la Aduana, cobrando un adelanto de 50.000 dólares por cada contenedor. Eso ocurrió en mayo de 2016, durante la administración de Mauricio Macri. El juez en lo Penal Económico, Marcelo Aguinsky, procesó por tentativa de contrabando a todo el grupo que rodeaba a Barreiro Laborda, pero curiosamente dejó afuera a Gómez Centurión. El magistrado sostiene que no tiene suficientes pruebas contra el jefe de la Aduana macrista, pese a que hay constancias clarísimas de que Barreiro Laborda y Gómez Centurión se encontraban y mantenían un vínculo. El funcionario aduce que lo usaba como buche, es decir como informante. Sin embargo, hay testimonios que no solo confirman que se encontraban en el shopping conocido como Design Center, en la Recoleta, sino también que se visitaban y cenaban juntos en sus domicilios. No es un detalle menor que el abogado de Gómez Centurión es Alejandro Pérez Chada, quien también es abogado de Mauricio Macri. Un dato curioso es que cuando explotó el escándalo, en mayo de 2016, una de las principales acusadoras de Gómez Centurión y su banda fue Patricia Bullrich, quien este lunes protagonizó el show del casco, los chalecos anti-balas y el movimiento de decenas de efectivos de la Policía Federal. En su momento, la ministra de Seguridad presentó un anónimo para fundamentar al acusación de coimas contra Gómez Centurión y Barreiro Laborda. Bullrich decía que ambos cobraban por entrar containers de forma ilegal. Como respuesta, Gómez Centurión hizo aparecer otro anónimo y con ese texto acusó a Patricia Bullrich de encubrir la llegada de 250 kilos de pseudo-efedrina, sustancia usada como precursor químico para la cocaína. En esa guerra, Gómez Centurión acusó a Bullrich de ponerle micrófonos en la casa. Muchos dicen que detrás de Bullrich estaba Jaime Stiuso, el otrora poderoso jefe de Operaciones de la SIDE. El vínculo de Minnicelli con la causa de los containers arranca con una escucha telefónica en la que Cuqui Barreiro Laborda le dijo al representante de comerciantes coreanos —Mister Korea lo apodaron—, que si no lo podía ubicar a él que hablara con El Mono. «Si yo no los puedo atender, hablen con el Mono que es como si hablaran conmigo», fue el textual. O sea que Minnicelli era el subordinado de Cuqui. El grupo coreano tenía el problema que les habían retenido seis contenedores en la Aduana. Mister Korea, que en realidad se llama Sung Ku Hwang, llamó a Cuqui y éste, presentado como la voz de Gómez Centurión, les dijo que los sacaría de la Aduana. Se elaboró nueva documentación para esos contenedores —apócrifa— y se puso en marcha la maniobra. Como adelanto, Cuqui habría pedido 50.000 dólares por container. La maniobra fracasó, la mercancía nunca salió de la Aduana, pero todo el grupo fue detenido. En realidad, la mayoría fue excarcelada hasta el juicio oral, Barreiro Laborda cuenta con el beneficio de la prisión domiciliaria y Minnicelli se escondió en Chapadmalal. El más beneficiado de todos fue Gómez Centurión: Aguinsky asegura que no tuvo suficientes pruebas. Si Minnicelli se hubiera presentado al principio, seguro que hoy en día estaría caminando por la calle, básicamente porque lo habría abarcado la excarcelación que otorgó el juez. En fuentes cercanas a su defensa aseguran que no quiso presentarse porque estaba con problemas cardíacos, algo que se percibió ayer cuando sufrió una descompensación en Comodoro Py. Su presión máxima estaba por arriba de 150 y por lo tanto el magistrado ordenó que el Cuerpo Médico Forense lo revise, lo estudie y produzca un informe. Mientras tanto, el ex prófugo se negó a declarar. Todo indica que tal vez lo haga el miércoles. La lógica indica que Aguinsky le negará la excarcelación dado que estuvo prófugo nueve meses. Un repaso detallado de la historia muestra que el escándalo de Minnicelli no tiene nada que ver con el gobierno anterior. El único punto es que se trata del cuñado de De Vido. El ex ministro no sólo no fue al casamiento de Minnicelli con Celina Rucci sino que nunca mantuvo trato. Lo consideraba una especie de oportunista que, además, produjo la pérdida de la única propiedad que tenía el padre de los Minnicelli. El ahora detenido se metió en negocios que salieron mal, quedó con deudas, y esa propiedad de Santa Cruz fue embargada por la justicia. Pero como en campaña electoral la alianza político-mediática-judicial recurre a lo que sea, entre el domingo y el lunes se despacharon con titulares y más titulares. En ninguno figuraba que a Minnicelli lo buscaban por una tentativa de contrabando durante el gobierno de Mauricio Macri y con funcionarios macristas involucrados.

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Represión y totalitarismo plutocrático

Fuente: Raúl Zaffaroni* | La Tecl@ Eñe Fecha: 07 de AGOSTO 2017 El gobierno de Macri ya tiene una presa política y, al parecer, ahora un desaparecido. Por cierto, debemos ponernos de pie y reclamar la aparición con vida del joven Maldonado y, por ende, denunciar y repudiar la actual ola represiva y la lamentable conducción política de las policías que, en detrimento de las tareas propias de ese servicio civil, distrae esfuerzo y personal en represión y vigilancia política, al tiempo que la defectuosa conducción permite el surgimiento de conductas desviadas en las propias instituciones. No obstante, más allá de nuestros penosos datos folklóricos nacionales, lo cierto es que el actual gobierno, siguiendo el modelo de Chile, pretende criminalizar como terroristas a los Mapuche. Pero la ley que introdujo la figura penal de terrorismo en nuestra legislación fue extorsionada al gobierno anterior por el GAFI, so pena de fuertes sanciones económicas a nuestro país. En síntesis: lo que nos sucede dista mucho de tener su origen en la Argentina, pues es producto de un cambio sustancial en el poder planetario. Sin este contexto, no comprenderemos qué nos está sucediendo y, en consecuencia, no sabremos contra quién luchar. La Tercera Posición peronista es un buen punto de arranque para entender el presente: se trataba en sustancia de rechazar, por un lado, al totalitarismo stalinista y, por el otro, la explotación del hombre por el hombre del capitalismo. Lo que no se podía vislumbrar con claridad en ese momento, era que el primero era un totalitarismo en acto, en tanto que el segundo también lo era, pero en potencia. Desde que se implosionó el primero, el segundo viene desplegando todo su potencial de totalitarismo plutocrático, arrasando los estados sociales de derecho y cualquier intento aún discretamente keynesiano, para dar paso al reemplazo de los soviets y sucedáneos por la dictadura de los Ceos de las corporaciones transnacionales. No puede menos que llamar la atención la facilidad y rapidez con que los regímenes del totalitarismo implosionado se adaptaron al nuevo. Poco va quedando de la democracia: los políticos de los países elegidos como sede de los Ceos mayores que concentran riqueza en función de los negociados y sueldos que se asignan, son hoy meros gestores de los intereses de las corporaciones, nosotros estamos en manos de Ceos de segunda categoría, los medios masivos monopolizados crean realidad y formatean la subjetividad de sus receptores decidiendo elecciones, los estados pasan a ser marionetas en sus manos y, si molestan, se los destruye militarmente o se lo debilita corrompiendo su institucionalidad. Este esquema de poder sostiene a una humanidad cuyo 1% concentra en riqueza el equivalente a lo que la mitad más pobre de nuestra especie necesita para subsistir o para morirse con paciencia, dos tercios de la humanidad se halla en estado de necesidad y un tercio consume lo que no necesita para vivir, aunque para sostener esta situación se estén destruyendo con celeridad las condiciones de habitabilidad de la especie en el planeta. El catecismo ideológico de este totalitarismo plutocrático corporativo es la versión laica de la Divina Providencia recreada como mano invisible del mercado, aunque usurpe desvergonzadamente el nombre del viejo liberalismo. El actual totalitarismo plutocrático corporativo pretende configurar un modelo de sociedad con un 30% de incluidos y un 70% de excluidos. Para eso requiere contener a los excluidos, lo que hace formateando subjetividad mediante sus corporaciones de medios masivos y, necesariamente, con represión. La represión se legitima mediante una abierta confesión del ideal totalitario con una distopía de orden: una sociedad con seguridad total y libre de toda amenaza, con extrema prevención, tolerancia cero a la desviación, vigilancia y generalizado control tecnológico, con desconfianza al extranjero y al extraño, estigmatización de la crítica e institucionalización masiva. Esta distopía de orden no está exenta de contradicciones, en las que no se repara puesto que su enunciado no apela a la razón sino a la emotividad: no se explica la necesidad del fuerte aparato tecnológico de control si, al mismo, deposita una irracional confianza en la función preventiva y disuasoria de la punición y la prisionización. Estamos, pues, en lucha contra un totalitarismo que hoy (a diferencia de los tiempos en que se enunciaba la Tercera Posición) está en franca expansión en acto. El joven Maldonado puede ser el Felipe Vallese de esta etapa que, por cierto, no se abre por nuestros folklóricos avatares argentinos. Es menester usar las neuronas que la biología o Dios nos ha dado y poner los dedos en el enchufe de la conciencia nacional y regional, para ponernos de pie. Hoy todos debemos ser Mapuche: Queremos al pibe Maldonado vivo. *Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires  

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Campeones morales

Fuente: Horacio Verbitsky | Página 12 Fecha: 30 de JULIO 2017 El Gobierno no pudo remover a De Vido pero cree que igual le sirve como argumento electoral aunque ya deterioró su relación con los gobernadores. En cambio pudo excluir a Biscay, justo cuando la bola de Lebacs se le viene encima, como vaticinó el ex director del Banco Central. En la primera licitación posterior a las elecciones, podrían ser canjeadas en forma compulsiva por un bono. De acuerdo al método de cómputo nacional de Peña Braun, Cristina les sacaría siete puntos a Macrì y Carrió sumados. La Alianza Cambiemos insistió en debatir la exclusión del Congreso de un diputado opositor por la vaporosa causa de “inhabilidad moral”, pese a que sabía la dificultad de obtener los dos tercios de votos presentes necesarios. El rechazo tuvo variedad de motivos. Algunos se opusieron porque temían sentar un precedente que luego pudiera volverse en su contra. Otros entendieron que se trataba de una puesta en escena para relegar del debate electoral la situación económica, como recomendó el consultor Jaime Duran Barba. No faltaron quienes vieron imposible cuadrar la propuesta de exclusión con la taxativa letra del artículo 66 de la Constitución, que habla de inhabilidad sobreviniente a la incorporación, no por hechos anteriores a la elección como sería en este caso. Otra razón para el rechazo fue la presunción de que el paso siguiente sería la negativa a incorporar a la ex presidente CFK si resultara electa al senado en octubre y la exclusión del ex ministro de Economía Axel Kicillof, como bramaron las heroínas radicales cívicas libertadoras Margarita Stolbizer y Elisa Carrió y el peronista cheto de PRO Eduardo Amadeo. Y también hubo quienes bien saben que si algún tango pecaminoso bailó Julio De Vido, no estuvo solo en la pista. Burguesía Nacional RIP El propio presidente Maurizio Macrì y el ministro de Obras Públicas Rogelio Frigerio (n) ejercieron presiones reservadas y públicas sobre los gobernadores. Cualquiera fuese el resultado, entendían que un exaltado debate sobre los presuntos delitos contra la administración pública cometidas en el periodo 2003-2015 debilitaría las chances electorales de Cristina y de aquellos que pusieran menos énfasis en el repudio al ex ministro, quien alegó que durante su gestión se llevó a cabo el mayor plan de obras públicas de la historia. Faltan apenas dos semanas para comprobar la exactitud o el error de este razonamiento. El gobierno no puede contar con buenas noticias económicas pese al entusiasmo del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne. Comprensible si se atiende a la magnitud de su fortuna, la segunda más alta del gabinete nacional, pero de difusión poco conveniente, ya que 74 de los 97 millones que declaró el ministro encargado de conseguir inversiones extranjeras están en el exterior, insuperable metáfora de las imposibilidades de Cambiemos. Nieto del empresario de la construcción Israel Dujovne e hijo del ex decano de Arquitectura de la UBA Berardo Dujovne, el ministro de Macrì no proviene de la tradicional oligarquía diversificada y trasnacionalizada, pero es notorio que ha adoptado sus pautas de conducta, prueba concreta de la extinción de la añorada burguesía nacional del primer peronismo. Toda acción tiene también efectos no buscados, en este caso la puesta en tensión del vínculo del gobierno nacional con los gobernadores que rehusaron plegarse a la estrategia oficial, cuyas secuelas acaso se hagan más evidentes después de los comicios legislativos de este año. Por lo pronto, la votación en la que el oficialismo no quedó a pocos votos sino muy lejos de la meta, ha resentido el proyecto de una Liga de Gobernadores peronistas conjurados contra CFK. Acicateado por los buenos pronósticos a favor del candidato de PRO Héctor Baldassi, quien podría superar al candidato de Unión por Córdoba, Martín Llaryora, el gobernador Juan Schiaretti se lanzó a la captura del voto antikircherista, que en su provincia es aun más fuerte que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. También logró incorporar a sus filas a varias de las figuras en las que el kirchnerismo confió en Córdoba, como el ex diputado, rector de la Universidad e intendente de Villa María, Martín Gill. La construcción política del kirchnerismo no pudo ser más desastrosa. En la elección de 2007, mientras Ricardo Jaime apoyaba a Schiaretti, Alberto Fernández respaldó a Luis Juez, con lo cual lograron malquistarse con todos. Luego Carlos Zannini depositó su confianza en el intendente de Villa María Eduardo Accastello, y se ilusionó con las promesas de Schiaretti, quien en 2015 le hizo creer que luego de la elección provincial en la que seguiría a José de la Sota, en la presidencial apoyaría a la fórmula del Frente para la Victoria. Por eso la fiscalización fue delegada en la esposa de Schiaretti, Alejandra Vigo. Sin fiscales propios, el resultado fue el peor del país. Este año Vigo encabeza la lista del cordobesismo y Accastello declinó postularse, por lo que la representación del kirchnerismo fue asumida por el joven y poco conocido dirigente de la CTA, Pablo Carro, pobre pero honrado. ¿Cómo frenar a Cristina? Aunque Cristina gane la elección en la provincia de Buenos Aires, los gobernadores impedirán que vuelva a la conducción del justicialismo, sentenció Schiaretti al inaugurar un tramo de la autopista Córdoba-Río Cuarto. La admisión sobre ese posible triunfo es llamativa en alguien que no lo desea y refleja el estado de ánimo general entre quienes no creyeron que Cristina se presentara y luego se ilusionaron con que su candidatura no resultara atractiva. La certeza de Schiaretti sobre el día después quedó dañada con la votación sobre De Vido. Sólo él y otros cinco gobernadores (Chubut, Misiones, Neuquén, Salta y Santa Fe) se alinearon con Macrì. Cinco integran la alianza gobernante (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, Corrientes, Jujuy y Mendoza), dos no tienen legisladores que les respondan (Tierra del Fuego y Río Negro) y once desoyeron el reclamo oficial (Catamarca, Chaco, Entre Ríos, Formosa, La Pampa, La Rioja, Santa Cruz, San Juan, San Luis, Santiago del Estero, Tucumán). También el

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La guerra fría entre Garavano y Avruj

Fuente: Tali Goldman | Nuestras voces Fecha: 29 de JULIO 2017 La tensión entre el Ministro de Justicia, Germán Garavano y el Secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj ya no puede ocultarse. Rumores de renuncia, pases de factura, desautorizaciones en público y peleas por falta de presupuesto son algunos de los temas que atraviesan esta tensa relación. El punto álgido de la contienda entre ambos llegó en marzo cuando Garavano aprovechó un viaje de Avruj y le ocupó su oficina. A su regreso el Secretario tuvo que mudarse obligado. En lo único en lo que coinciden es en su deseo de que Milagro Sala siga presa. En su portada del lunes 24 de julio, el diario La Nación titulaba “El Gobierno mudará el Ministerio de Justicia al predio de la ex Esma”. Allí el ministro de Justicia, Germán Garavano, informaba que las gestiones ya estaban avanzadas y que el traslado al predio donde funcionó el centro clandestino de detención más emblemático durante la última dictadura cívico-militar ya era un hecho. Pero la mudanza, más allá de lo que implica, desnuda una interna feroz que ya es vox populi entre el mundillo de la justicia y los derechos humanos: Germán Garavano y Claudio Avruj, el secretario de Derechos Humanos, son los protagonistas de una guerra fría que ya no les interesa ocultar. En la nota de La Nación, Garavano tiene un objetivo claro. Dejar en evidencia que su ministerio comprende tanto la de Justicia como la de Derechos Humanos. “Según el ministro, ‘es frecuente que se olvide’ que su cartera es de Derechos Humanos y no sólo de Justicia, y su idea es ‘devolver ese equilibrio’», explica la periodista de la nota. Y no es casual. Lo cierto es que el buen vínculo que supo tener Avruj con los organismos de derechos humanos, que viene de la época en la que ocupaba la misma cartera en la Ciudad, está cortado. Si bien aún existe diálogo, después del escandaloso fallo del 2×1 –que primero apoyó y después tuvo que desdecirse tras la reacción popular–, ya perdió legitimidad entre los organismos. Y eso Garavano lo sabe y lo aprovecha. Por caso, en la reunión que mantuvieron hace dos meses con los organismos de derechos humanos para, justamente, hablar sobre el futuro traspaso del ministerio al predio de la ex Esma, Garavano no hizo menos que desautorizar a Avruj adelante de todos. Los organismos llevaron con cierta preocupación algunas ideas que había manifestado públicamente el secretario de derechos humanos como transformar a la exEsma en un “Centro cívico de Derechos Humanos de Latinoamérica” o sacar las rejas del predio para hacerlo más “amigable a la gente”. En declaraciones a la agencia oficial Telam, Avruj había declarado que su objetivo era rediseñar el predio “para que sea un espacio verde alrededor de los edificios y abierto a la ciudadanía”. Los organismos planteaban que el objetivo de Avruj era “desvirtuar” el contenido y el objetivo principal del predio que es nada menos que las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. “Quédense tranquilos”, aclaró Garavano delante del ministro, “con el traspaso yo vengo a jerarquizar este espacio y vamos a hacer solo cuestiones de Justicia y Derechos Humanos”. En el entorno de Avruj aún anhelan que su cartera deje de depender del ministerio de Justicia y pase a la órbita de la jefatura de gabinete, como sucedía en la Ciudad. Tenían las esperanzas puestas en que entrara en el combo con los últimos cambios en el gabinete nacional, pero todo se desvaneció de un plumazo. El secretario de Derechos Humanos aún recuerda con cierto placer cuando en la ciudad no tenía a nadie por encima. “A él no le gusta ser el segundo de nadie”, explica una persona que tuvo trato cotidiano cuando trabajaba en la Ciudad. El origen de la pelea, como siempre, tiene un único motivo: el presupuesto. La secretaría que comanda Avruj no tiene ni caja ni firma propia. Es decir, tanto una designación como el pedido de productos de limpieza, tienen que ser aprobados por Garavano. Ninguno es tonto, y con estas cartas sobre la mesa, ambos saben poner en jaque al otro. Pero también ambos saben el peso y la banca que tiene el otro. Avruj es un hombre de línea directa con el Presidente, es habitué en los partidos de fútbol que organiza Macri en Olivos y todas sus declaraciones públicas vienen directamente de Balcarce 50. Garavano, en cambio, mantiene cierta autonomía. Si bien tiene el respaldo, sobre todo, de Marcos Peña, es un hombre que proviene del mundo académico y con vínculos que exceden al Pro. Apenas asumió el gobierno de Cambiemos, en diciembre de 2015, el ministerio de Justicia tuvo su primer gran conflicto. Como durante la campaña el propio Mauricio Macri le había hecho promesas al referente de la comunidad qom, Félix Díaz, que sus reclamos iban a ser oídos, cuando llevaba unos pocos días ocupando el Sillón de Rivadavia, dio la orden de que el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) pase del ministerio de Desarrollo Social al de Derechos Humanos. Pero desde ese día y durante un año y medio los casi 300 trabajadores que se mudaron de órbita estuvieron reclamando que les adecuaran el sueldo correspondiente. Hicieron panfletos, paros, asambleas, tuvieron reuniones con todos hasta que finalmente, después de varios meses, los recibió Garavano. “Vayan y tomen la secretaría de Derechos Humanos”, dijo sin pelos en la lengua el ministro, en una mesa que compartían trabajadores y funcionarios. Todos lo miraron desorbitados y entendieron que la guerra estaba declarada. Pero lo mismo ocurrió a la inversa. Cuando el conflicto ya no encontraba cauce y las resoluciones estaban frenadas, los trabajadores decidieron hacer un escrache en el ministerio de Justicia. Los asesores de Avruj tenían una sonrisa que no les entraba en la cara. La falta de diálogo entre Garavano y Avruj era tal, que el conflicto terminó de resolverse luego de un fin de semana en el que ambos coincidieron en un “timbreo” de

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El gobierno maniobra para mantener detenida a Milagro

Fuente: Adrián Murano | TiempoAr Fecha: 29 de JULIO 2017 Con un documento histórico y rotundo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le dio 15 días al Estado argentino para que Milagro Sala salga de la prisión de Alto Comedero, donde lleva más de un año privada de su libertad. El documento retoma la investigación que un grupo de trabajo de Naciones Unidas realizó en Jujuy. La cautelar hace referencia a esa tarea, convalida sus conclusiones y exige la liberación de la dirigente social. «El Estado Argentino, de conformidad con sus obligaciones internacionales, se encuentra obligado a atender la decisión del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU, que determinó que la detención de la señora Sala es arbitraria, llamando a su liberación inmediata», dice el artículo 45 de la medida cautelar. La contundencia de la resolución obligó al gobierno a desplegar toda su artillería mediática para manipular los hechos a gusto y necesidad. A través de sus medios afines, el macrismo buscó imponer que «la CIDH recomendó que Milagro siga presa, aunque en su domicilio» (Clarín) y «que pase a prisión domiciliaria» (La Nación). Ambas afirmaciones son falsas. Al tratarse de una medida cautelar, la resolución no aborda la cuestión de fondo —si Milagro está bien o mal detenida—, sino las consecuencias físicas y psicológicas de los apremios que sufre desde que está en prisión. En ese sentido, la resolución detalla los abundantes indicios de maltrato y llega a un desenlace implacable: “La Comisión concluye, al valorar la integralidad de la situación planteada desde el estándar de prima facie, que el requisito de gravedad se encuentra cumplido, al encontrarse en riesgo los derechos a la integridad personal y a la vida de la señora Milagro Sala.» Es por esa situación de riesgo que la comisión insta al Estado argentino a que «adopte las medidas necesarias para garantizar la vida e integridad» de la dirigente. Lejos de ser una recomendación, como sugirió el gobierno de Cambiemos, la comisión describe algunas «medidas alternativas a la prisión preventiva» que el Estado podría adoptar para cumplir con la resolución. Una es el arresto domiciliario. Otra, «que la señora Milagro Sala pueda enfrentar los procesos en libertad con medidas como la fiscalización electrónica». En ningún párrafo del documento la CIDH recomendó que «Milagro siga presa», como inventó el periódico ultraoficialista Clarín. En efecto, en el punto 48.6 la CIDH considera que el hecho de que Milagro «continúe privada de su libertad» a pesar de las recomendaciones del grupo de trabajo de la ONU, «constituye un posible indicio que reforzaría lo alegado por los solicitantes en cuanto a la presunta intención de criminalizar su liderazgo social». O sea: la CIDH cree que hay elementos para considerar que Milagro es una presa política. Como se consigna en el documento, Milagro fue apresada el 16 de enero de 2016 por realizar una protesta frente a la Casa de Gobierno provincial. En las formas, la orden de detención fue emitida por un fiscal. Pero la decisión fue del entonces flamante gobernador, el radical Gerardo Morales, que acumuló volúmen político aplastando a una de las líderes sociales más potentes y, por lo tanto, odiadas por el establishment local. Miembro pleno de Cambiemos, Morales forjó su autocracia al amparo del Ejecutivo nacional: destruyó la obra de la Tupac, cooptó organizaciones sociales, nombró jueces adictos y sembró un régimen que domestica a base de billetes y persecución judicial. Los atropellos de Morales recibieron el repudio de los organismos de Derechos Humanos más prestigiosos del mundo, como Human Right Watch y Amnesty International, quienes identificaron a Sala como una presa política. El informe de la CIDH hace una referencia en la misma dirección: «La Comisión ha constatado como especificidades del presente asunto que lo distinguen respecto de otros que ha conocido, que la situación presentada involucra la detención de una prominente líder social, mujer e indígena, que estaría enfrentada con el gobierno actual de la provincia, y que sería identificada con parte representativa de un sector de oposición». Argumentos similares expusieron, en octubre pasado, los integrantes del Grupo de Trabajo de la ONU que calificó de «arbitraria» la detención de Milagro Sala. Fiel a su estilo pendenciero, Morales replicó con una provocación: «A los organismos internacionales les falta información, han escuchado una sola campana. Si los organismos afirman que se viola un derecho, lo que tendrían que hacer es actuar inmediatamente, deberían venir con premura», dijo Morales. Los organismos tomaron el consejo. Delegaciones de la ONU y la OEA estuvieron en Jujuy, comprobaron las condiciones de detención de Milagro, revisaron expedientes y emitieron documentos que detallan el hostigamiento del régimen y piden el cese de la detención. A conclusiones idénticas llegó la procuradora General Alejandra Gils Carbó, quien hace ya tres meses remitió a la Corte Suprema un dictamen donde solicita que se deje «sin efecto» la detención de la dirigente, a la que calificó de «ilegal». Atenta a los intereses políticos del gobierno, la Corte mantiene en suspenso su decisión. En los hechos, esa dilación prorroga el «hostigamiento» que pone en riesgo la «vida y la integridad» de Milagro, según las propias palabras de la CIDH. La resolución de la comisión, sin embargo, podría empujar a la Corte a tomar una decisión, para no quedar expuestos como cómplices de atropellos que suman repudios en el mundo. El gobierno espera, también, que la Corte resuelva el asunto para reducir el costo político que puede sufrir frente a sus fanáticos. Esa fracción de oficialistas, guiada por el odio anti K, considera que las acusaciones contra Milagro son caso cerrado y cree que está «bien presa». Los propios Macri y Morales alentaron esa demonización, que contradice el principio de presunción de inocencia, para hacer uso político de «la grieta» y debilitar a las organizaciones sociales. Si la Corte resolviera que Milagro debiera cumplir prisión domiciliaria, el gobierno mataría dos pájaros de un tiro: mantendrá detenida a una de las dirigentes que más detesta, pero podrá decir que cumplió con la

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Macrismo explícito: el riesgo de las LEBACs

Fuente: Cristian Girard* | Ag. Paco Urondo Fecha: 28 de JULIO 2017 Las LEBACs son un instrumento de deuda de corto plazo que emite el Banco Central de la República Argentina (BCRA), por el cual paga un determinado interés, según plazo de vencimiento (arrancan desde alrededor de un mes y nunca superan el año). Una vez al mes el BCRA realiza una subasta y, a cambio de pesos, entrega LEBACs a los inversores interesados (a esta operación se la denomina “colocación”). En este sentido, se dice que “colocando LEBACs” el BCRA retira dinero en circulación de la economía. Las LEBACs son entonces, además de una deuda del BCRA, un instrumento de regulación de la cantidad de dinero. Si en determinado contexto la autoridad monetaria considera que hay un exceso de dinero en circulación, a través de la colocación de LEBAC puede “retirar pesos” de la economía. A este tipo de intervenciones de los Bancos Centrales se las denomina “operaciones de esterilización monetaria”. A diferencia de los billetes y monedas emitidas por el BCRA, que también forman parte de su pasivo, las LEBACs implican una pérdida patrimonial por el pago de intereses. Cuanto mayor sea la tasa, mayores serán las pérdidas. En igual sentido, cuanto mayor sea el monto emitido de LEBACs, mayor será la pérdida para la autoridad monetaria. Esto es importante, ya que si al resultado financiero del Estado Nacional le agregamos el resultado del Banco Central, llegamos al denominado resultado cuasi-fiscal. En este sentido, decimos que el pago de intereses por colocación de LEBACs, al generar pérdidas al BCRA, genera un déficit cuasi-fiscal. Durante los últimos años, la tasa de interés de las LEBACs funcionó como tasa de referencia para la economía, y era considerada por el BCRA como la tasa de política monetaria. Si el BCRA quería bajar o subir las tasas de interés de la economía, debía bajar o subir la tasa de las LEBACs. Luego, el resto de las tasas de interés se movería en igual sentido. Para subir la tasa, el BCRA emitía y colocaba LEBACs, haciendo bajar su precio y subir la tasa. Esta configuración cambió en abril de 2017, cuando las autoridades del BCRA anunciaron que las subastas de LEBACs dejarían de ser semanales y pasarían a realizarse una vez al mes. Asimismo, anunciaron que a partir de entonces la tasa de las LEBACs dejaría de ser la tasa de referencia, y su lugar pasaría a ser ocupado por la tasa de interés de referencia del mercado de pases, donde el BCRA toma y da fondos a los bancos comerciales a plazos muy cortos. Dicha decisión fue tomada por el BCRA en un contexto de fuerte preocupación de la opinión pública, expresada por analistas económicos de distintos colores políticos, incluso simpatizantes del macrismo, ante el crecimiento exponencial del stock de LEBACs en circulación desde la asunción de Macri como presidente de la Nación y de Sturzenegger como presidente del BCRA. El monto total de LEBACs emitidas pasó de 350 mil millones, en diciembre de 2015, a alrededor de 950 mil millones en julio de 2017, marcando un crecimiento del 175% del stock en circulación. En abril, cuando el BCRA tomó la decisión de cambiar el esquema de colocación de LEBACs, el monto total emitido llegaba a 750 mil millones. A pesar de esa decisión del directorio del BCRA, no solo no se detuvo el crecimiento exponencial del stock, sino que se agudizó. Este proceso de fuerte emisión de LEBACs se dio en un contexto de intensa suba de la tasa de interés para las letras de plazos más cortos: en promedio, la tasa se ubicó, desde diciembre de 2015, por encima del 28%, llegando a tocar un máximo de 38%, vigente durante marzo, abril y la primera mitad de mayo de 2016. Tan alto se mantuvo el nivel de tasas desde que asumió Macri, que Argentina se ubicó en el tope del ranking de plazas financieras donde se obtuvieron rentabilidades por el denominado “carry trade”, una operación también conocida como “bicicleta financiera”: se convierte una determinada suma de dólares en pesos, se compran LEBACs, y finalmente se vuelven a recomprar dólares con el capital inicial y los intereses acumulados. Si la tasa de interés se ubicó por encima de la suba del dólar, entonces hubo ganancias en dólares. Durante 2016, el dólar pasó de $13,06 a $15,85 (+21%) y la tasa se mantuvo en promedio por encima del 30%. Una jugosa ganancia en dólares por no hacer nada, lo cual sin lugar a dudas atenta contra las inversiones productivas, que, lejos de haberse manifestado como la lluvia que había prometido Cambiemos, se ubicaron en los niveles más bajos de la última década. Llegados aquí resulta evidente la necesidad de responder a la pregunta acerca de cuáles podrían ser los motivos de la administración Macri para realizar este manejo de la política monetaria. La tasa de interés es una variable de relevancia para el funcionamiento de la economía, ya que afecta las decisiones de inversión, incidiendo, por lo tanto, sobre nivel de actividad, es decir, sobre el nivel de producción y empleo. Sintéticamente, si la tasa de interés es alta en comparación con las rentabilidades esperadas de una determinada inversión productiva, las empresas se verán desincentivadas a invertir. Por eso, subir la tasa de interés es un modo de “enfriar” la economía, y es uno de los mecanismos predilectos por los economistas formados bajo el pensamiento neoliberal para bajar la inflación. Asimismo, al afectar las decisiones de composición de los ahorros y las inversiones financieras, los cambios en la tasa de interés pueden generar movimientos en el precio del dólar. Si se espera una suba del precio del dólar que supere el rendimiento de la tasa de interés, entonces los pesos se vuelcan a la compra de dólares, generando así una presión devaluatoria. Subiendo la tasa de interés se puede, entonces, controlar el precio del dólar evitando una corrida cambiaria. A su vez, los movimientos del precio del dólar en una economía

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