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Elecciones 2019: la fórmula Fernández-Fernández como signo

Fuente: Edgardo Mocca | Página/12 Fecha: 10 julio 2019 El balance de las tácticas electorales solamente puede hacerse después del escrutinio. Sin embargo su potencia política puede ser medida en el desarrollo de la contienda. En nuestro caso la fórmula Alberto-Cristina encierra un conjunto de significaciones, contradicciones y proyecciones que la convierten en un rico material para pensar la Argentina de hoy, con prescindencia de lo que ocurra en las urnas. La fórmula fue posible. Hoy la vivimos como un movimiento táctico igual a cualquier otro, pero hace un par de meses a nadie se le hubiera ocurrido pronosticarla. La fórmula es un signo. Y está dirigido –o puede sostenerse que lo esté- a proponer una visión nueva del antagonismo político que se despliega en la última década y media entre nosotros. Macri hizo muchas promesas falsas pero en la más importante, en la que organizó sus apoyos y los llevó a la victoria, en eso no mintió. El santo y seña de esa promesa era “terminar con la grieta”. Aquí la palabra grieta tiene una función estratégica: se coloca en el lugar del conflicto, de la contradicción pero la nombra como algo que carcome, que debilita y que destruye. Algo que no puede llevar a una instancia superior de la vida social sino que, por el contrario la degrada. El extraordinario eco que tuvo esa promesa macrista no es tan extraño como puede parecer. Constituyó la más eficaz apelación a masas de millones de argentinos que tienen con la política una relación distante cuando no directamente ajena. “Indiferentes” los llamó el joven Gramsci y dijo de ellos que son “el peso muerto de la historia”. Por suerte, muchos de sus textos posteriores dirigidos a la “reforma intelectual y moral” y a la hegemonía sugieren la conveniencia de una visión más matizada del asunto. Lo que interesa aquí es que esa masa es un fenómeno universal y no una excepcionalidad argentina y que contra ella es muy difícil ganar elecciones. Y esa masa sufría (y sufre) el antagonismo político: hay amigos que ya no quieren visitarlo y parientes que arruinan los asados familiares con la agresividad de sus opiniones. Pero ¿cómo se formó esa grieta? La interpretación que hoy difunden los que ejercen el cuasi monopolio de la opinión dice que la grieta la creó un gobierno intolerante –el de Cristina- para intentar eternizarse en el poder con el odio como argumento. ¿Es verdad eso? No lo es, pero eso no tiene ninguna importancia en la civilización “pluralista” que endiosa la opinión por sobre los hechos. O tal vez tenga importancia la cuestión de la verdad, pero la que puede otorgárselo es la lucha política. La fórmula del Frente es un signo. Vamos a hacernos cargo de que el proyecto que sostenemos está chocando con los límites de sus posibilidades. Que hay una roca dura que no se ha podido todavía cruzar. Y que esa roca dura no está hecha solamente de “argumentos”. Tiene creencias. Tiene miedo. Ha construido un mundo fuertemente individualista y vive en el interior de ese mundo. No es una actitud extraña: convengamos en que el mundo que nos rodea, el mundo enredado en la lógica del consumo, el cálculo financiero, la competencia con los otros por los escasos recursos no es un hábitat favorable. La roca dura del mundo neoliberal –en el que vivimos todos y de cuya savia bebemos todos- puede ser removida pero solamente si es correctamente reconocida. El estereotipo político que creció mucho más allá de los límites de los beneficiarios directos o indirectos del desorden del régimen macrista es el que dice que los años de gobiernos kirchneristas (especialmente después de 2008) fueron años de construcción de un régimen autoritario montado con el único propósito de facilitar la corrupción. Y que fue ese régimen el que dividió a los argentinos, el que creó la grieta. Pero los hechos del pasado no se esclarecen solamente desde la reconstrucción de ese pasado. Se resuelven ante todo desde el presente y su proyección hacia el futuro. Por eso la idea de un contrato social propuesta por Cristina en el acto de la feria del libro funciona como una reinterpretación de ese pasado puesta a consideración de sus protagonistas. Porque está muy bien que el centro de la campaña sea la promesa de reparación, de reconstrucción del enorme daño que sufrieron los sectores populares y la nación como entidad histórica desde diciembre de 2015. Es solamente desde esa promesa, desde esa perspectiva que se puede revisar la interpretación del pasado. Porque esa promesa tiene implícita la necesidad de una redistribución del poder en nuestro país de carácter democrático y de inspiración igualitaria: ése es el contrato. Y entonces se trata de una convocatoria muy amplia y muy generosa, nada sectaria, nada autoritaria. Y lo que quedará por ver es la actitud de cada argentino o argentina frente a ese contrato, cuánto está dispuesto a dar cada uno para que esa perspectiva se haga realidad. La fórmula del Frente no propone un nuevo round del combate sino un profundo replanteo. Quienes gobernaron entre 2003 y 2015 han abierto de hecho y de palabra una serie de revisiones de esa experiencia. De hecho los dos integrantes de la fórmula tienen diferencias acerca de lo que debe revisarse; son diferencias creativas. Porque lo que viene no es un juicio público sobre la etapa kirchnerista, sino un intento por cerrar una etapa política, la del macrismo, desastrosa en sus consecuencias actuales y temible por el futuro que nos propone. Si la decisión popular habilita esta nueva etapa, habrá que asumirla con mucha inteligencia y mucha creatividad. Procurando ampliar todos los días los márgenes de la unidad alcanzada y teniendo siempre como norte que en el país quepan todos y todas. Cada paso que se dé- más aceptado o más resistido- tendrá que alcanzar su legitimidad desde esta perspectiva, la de un país más justo, más soberano y más democrático. La campaña electoral tendrá que formar parte de este replanteo.

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Alberto Fernández: «No voy a romper nunca con Cristina, no me van a hacer pelear con ella»

Fuente: Martín Rodríguez Yebra, Gabriel Sued y Jorge Liotti | La Nación Fecha: 30 de junio de 2019   Alberto Fernández no define con precisión el papel político que tendrá Cristina Kirchner desde la vicepresidencia, si el Frente de Todos gana las elecciones . «Yo sé el papel que tengo que cumplir yo, con eso me alcanza», se escabulle. Pero se muestra seguro de la fortaleza de la sociedad que comparten. «¡No me van a hacer pelear nunca con Cristina! ¡No voy a romper nunca con Cristina!», dice, en una entrevista con LA NACION, en su departamento de Puerto Madero. El precandidato presidencial sostiene que en la Argentina no hay «presos políticos», pero sí un sinfín de «detenciones arbitrarias» con «tufillo político». Aclara que no piensa promover sanciones contra los jueces federales que dictaron esas resoluciones contra dirigentes kirchneristas acusados de corrupción; destaca la importancia de alcanzar el equilibrio fiscal, y reitera que reclamará al FMI el cambio de condiciones del acuerdo para permitir que la economía crezca, por medio de la reactivación del consumo. Fernández considera que el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur será negativo para la Argentina y advierte que el Congreso podría rechazarlo. -En una entrevista en 2015 hizo críticas muy duras sobre el segundo mandato de Cristina Kirchner, en especial contra políticas económicas, a las que consideró «deplorables». ¿Axel Kicillof, que ahora es su candidato en Buenos Aires, hizo una mala gestión como ministro de Economía? -Efectivamente yo soy muy crítico de algunas cuestiones que ocurrieron en esa época. He criticado mucho el cepo, he criticado el déficit fiscal, y me parece que muchas de esas críticas tenían su razón de ser. He criticado mucho el ocultamiento de la pobreza. Axel, a quien no había tratado hasta ahora que volví a hablar con Cristina, tuvo la deferencia de sentarme y explicarme cuál era el origen y cuál era la razón de ser de cada una de esas medidas. Muchas de esas cosas tienen explicación, más allá de que a mí me parece que hubiese sido mejor no hacerlas. No me estoy refiriendo ni al ocultamiento de la pobreza ni al cepo. El cepo es algo que Axel también siente con sabor agrio. La Argentina tiene periódicamente un problema que es el de la ausencia de dólares. Con el cepo evitás que los dólares salgan, pero evitás que entren. Macri tuvo el mismo problema y lo resolvió del peor modo, que fue tomando deuda. Cuando uno compara las dos soluciones, el cepo parece mejor. Es dañino, pero mucho menos dañino. Por eso me parece que también hay que tener en cuenta algunas de las explicaciones que Axel dio, que me parece que son atendibles. -En perspectiva, ¿hoy juzga sus críticas desproporcionadas? -No, fueron honestas. Lo que pasa es que siempre hay otra visión. Creo que algunas de las cosas que explica Axel tienen razón de ser, son atendibles. No me estoy refiriendo al ocultamiento de la pobreza. -Lo está proponiendo como su candidato a gobernador de Buenos Aires . -Es un buen candidato, es un gran candidato. Es alguien joven, es alguien nuevo, es alguien muy autocrítico. Es alguien con una enorme capacidad de revisar. Si realmente buscamos algo nuevo en la política, Axel lo es. -En esa entrevista de 2015 también consideró «deplorables» el tratado con Irán y la muerte de Nisman. -Sigo diciendo lo mismo. El acuerdo con Irán fue un mal acuerdo. -¿Y el gobierno de Cristina tuvo alguna responsabilidad en la muerte de Nisman? -Siempre dije que eso era un disparate. Pensar que el gobierno de Cristina tuvo que ver. El único perjudicado por la muerte de Nisman fue el gobierno de Cristina. Dime quién se beneficia con el crimen y te diré quién es el asesino. -Usted dijo: «La muerte de Nisman es deplorable. La no resolución de la muerte de Nisman es deplorable». -Eso es cierto. Pero yo también dije que la denuncia de Nisman era de una enorme debilidad. Las dos cosas dije. ¿Quién puede estar de acuerdo con la muerte de alguien? Nadie. -¿Cree que fue un asesinato o un suicidio? -Creo que lo que está diciendo la Justicia hoy en día. La prueba más contundente es que fue un suicidio. ¿No les llama la atención que dos años después se haga una pericia ordenada por el Ministerio de Seguridad a la Gendarmería, y la Gendarmería monté un espectáculo y llegue a conclusiones increíbles? -Hoy la Justicia lo investiga como un asesinato. -La Justicia se agarró por imperio de esa absurda pericia para seguir investigando. Pero nunca pudo diluir la pericia inicial. Lo mejor sería que rápidamente se dilucide qué pasó con la muerte de Nisman y lo saquemos del escenario electoral. Respecto del acuerdo con Irán dije y digo que fue un error garrafal del gobierno de Cristina. -¿Cómo se justifica que Lázaro Báez, un amigo de la familia Kirchner que fundó su empresa de construcción en 2003, se haya convertido en el contratista de obra pública más importante de Santa Cruz, y que a su vez haya sido el principal inquilino de las propiedades de la familia Kirchner? -Él no creó una empresa. Él compró una empresa, la más grande que había en Santa Cruz. Después, como ocurre en todos lados, el local juega con ventaja, porque tiene afincada maquinaria, personal y demás, y entonces es mucho más fácil ganar para alguien que está en el Sur una licitación de obra pública, porque tiene un diferencial de costos muy grande, porque no tiene que trasladar nada hasta Santa Cruz. De hecho, muchos de los que ganaron obras en Santa Cruz terminaron subcontratando a Lázaro Báez. No es distinto a lo que pasa con Roggio en Córdoba. -Días atrás dijo que pudo haber habido una «falta ética» de Cristina. -Efectivamente, porque una cosa es que haya habido un delito. Si revisan la causa van a ver que Lázaro Báez recibió obra pública por alrededor de 4000 millones de dólares, y los alquileres que recibió Cristina en 10 años fueron de 29 millones de pesos. No guarda ninguna relación una cosa con la otra. Lo

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Alejandro Slokar: «Detrás de esto existió una maniobra»

Fuente: Irina Hauser | Página/12 Fecha: 30  junio 2019 Como muchos judiciales, Alejandro Slokar empezó su carrera como meritorio cosiendo expedientes y armando legajos, hace 38 años, cuando tenía 18. Desde 2011 integra la Cámara de Casación Penal Federal, el máximo tribunal con esa competencia. Esta semana fue noticia porque sus dos compañeros de la sala II decidieron apartarlo a pedido de Elisa Carrió para que no intervenga más en la causa de espionaje ilegal que tramita en Dolores. Discrepa con esa medida, dirá en esta entrevista. Pero la situación ahora le permite hablar del caso y decir que existió una maniobra para sacarlo, y que es una causa gravísima que revela una posible «amenaza al orden democrático porque hay sectores de inteligencia que operan de modo paralelo, clandestino, con esa idea de doble Estado oculto, para lo que se busca un Poder Judicial cómplice». Slokar describe las presiones que él y otros jueces y juezas deben sortear en forma permanente. A la vez, cuestiona como contracara «que la Procuración General no adopte una posición más seria con respecto a Stornelli», que está en rebeldía por no presentarse a la indagatoria. «Un fiscal no es cualquier imputado», advierte. –¿Cómo evalúa su apartamiento del caso de espionaje ilegal o «D’Alessiogate»?  –Tengo el deber de respetar el criterio de mis colegas a pesar de mi profunda divergencia. Mi opinión, expresada en un informe, es incompatible con lo que ellos escribieron. No puedo sustraerme a la sospecha sobradamente fundada que detrás de esto existió una maniobra que tuvo por objetivo excluirme de la intervención de la causa de espionaje. En el Consejo de la Magistratura un consejero del oficialismo reflotó una denuncia de hace tres años, que iba camino al archivo, para facilitar el andamiaje para la presentación judicial del apartamiento en Casación. En esa presentación Carrió adujo `temor de parcialidad` por el hecho de que ella había hecho aquella denuncia contra mí en el Consejo. Eso estuvo frenado y curiosamente el día en que es desestimado porque no se verificó ninguna irregularidad de mi parte, ni siquiera disciplinaria, soy apartado de la causa. Quien recusa (Carrió), tampoco jamás se había presentado en el expediente e introdujo el planteo en la cuestión de competencia, sobre la que tampoco revela ninguna posición. Bajo esas condiciones, no obstante, los colegas me apartan. Carrió se calzó el traje de imputada para traducir un favor al resto de los imputados. –¿A qué atribuye la decisión se sus compañeros (Angela Ledesma y Guillermo Yacobucci)? ¿Los presionaron?  –No puedo especular. Pero queda claro que el diseño respondía a esta acción de sacarme del expediente. Esto reconduce a otra situación, que es que desde el comienzo se insistió en sacarle la causa al juez Alejo Ramos Padilla. En Casación, Stornelli pidió la nulidad del sorteo que radicó el expediente en la sala II, que yo integro. Lo último fue la maniobra de la que hablamos. ´Algo huele mal en Dinamarca´ cuando se oficia también de abogado en favor de imputados de espionaje legal y extorsiones, como agentes de inteligencia, comisarios, hombres de prensa, funcionarios. A no ser que se busque ´jueces que lo representen´ como alguna vez se afirmó (dice en alusión a una frase de Mauricio Macri) en la Bolsa de Comercio a instancias del Colegio de la calle Montevideo, sin que se sonroje ningún defensor de la república. –¿Usted ha tenido presiones políticas fuera de este caso?  –Estoy respondiendo informes en promedio trimestrales por denuncias ante el Consejo de la Magistratura. Me piden juicio político siempre las mismas personas: Waldo Wolff, Alejandro Fargosi, Carrió y demás oficialistas. Nunca vi algo así. Impide la tranquilidad que un juez necesita para resolver. Son claras maniobras de hostigamiento. Cuando asumí en Casación en 2001 me denunciaban los acusados de lesa humanidad. Después empezó el macartismo por Justicia Legítima, que se convirtió en el cliché sobre el que se monta todo lo demás. Está lanzada desde hace tiempo la tentativa de neutralizar la labor de aquellos magistrados que se insinúan como obstáculo. A muchos se los busca incapacitar, sino decididamente eliminar a través del Consejo de la Magistratura. –¿Piensa que se busca una especie de justicia a la carta?  –Es claro que no todos en el Poder Judicial expresamos lo mismo y que no se acepta a quienes respondemos a otro patrón ideológico o visión del derecho. Nuestra carga genética responde a un compromiso del resguardo de garantías y derechos humanos. Después tiene que ver nuestro resguardo en favor de los intereses de los más débiles. Contra aquellos jueces o juezas que se evidencian como inconveniente, toda la presión desde el oficialismo se desata para neutralizarlo. Es el famoso fórum shopping, como se intenta desde el inicio en la causa de Dolores. Lo que se afecta también es el principio de igualdad que debe imperar en democracia. Los árbitros se sortean, no se eligen. Se quiere eliminar la función de frenos y contrapesos de los jueces naturales. De ahí también las denuncias ante el Relator de Especial de Naciones Unidas por parte de organismos de Derechos Humanos sobre el disciplinamiento y cooptación de jueces. –¿Cree que está en riesgo la causa de espionaje? –Si no hay un fortalecimiento y respaldo a la labor que lleva adelante el juez de Dolores, está en riesgo. No cuenta con el respaldo desde el punto de vista institucional y corporativo con que cuentan otros colegas suyos. Hay circunstancias que conspiran que vienen de la mano de la generación de investigaciones paralelas que pretenden poner en crisis lo actuado allá. –¿Usted hizo una evaluación sobre la gravedad de este expediente antes de que lo apartaran, podría explicarlo?   –Existe una estructura o una organización que puede constituir una amenaza al orden democrático porque hay sectores de inteligencia que operan de modo paralelo, clandestino con esa idea de doble Estado oculto, para lo que se busca un Poder Judicial cómplice. No se sabe si se trata de actividades estales o sectores que operan subterráneamente, pero está claro que hay vasos

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La mejoría «te la debo»

Fuente: Carlos Heller | Tiempo argentino Fecha: 30 de Junio de 2019 En lo que respecta a la Argentina, la Cumbre de Presidentes del G20 estuvo entregando grandes dosis de posverdad. Para la titular del FMI, Christine Lagarde, «los esfuerzos están comenzando a dar resultados y deberían sentar las bases para el retorno de la confianza y el crecimiento». Es una frase que podría entenderse como un reconocimiento a que la recesión argentina y las tensiones sociales, con el aumento del desempleo y el empeoramiento en la distribución del ingreso, son resultados que se adecuan a las expectativas del Fondo. Otra reflexión que se desprende es que el gobierno no cuenta con «la confianza» de los mercados. En sintonía con Lagarde, Mauricio Macri sostuvo ante el G20 que «después de un 2018 difícil, hay buenas noticias sobre el rumbo de nuestra economía». Y aseguró que «ya se están viendo signos de leve mejoría, empezando a dejar atrás la recesión y los desequilibrios que afectaron a nuestra economía durante años». En verdad, sobre la recesión y los desequilibrios, debería referirse a los cuatro años de su gestión, con un PBI que caería un 3,4%, una disparada del dólar del 356% entre que asumió y los últimos datos de este mes, y otros números que desarrollaré más adelante. Debería haber dicho «la mejoría te la debo», porque las estadísticas que se van conociendo no la reflejan. Aunque, tratando de «sacar agua de las piedras», los funcionarios y analistas afines sostienen que la caída de la actividad económica del 1,3% interanual en abril es un signo de mejora «porque está cayendo a un ritmo menor». No obstante, el Estimador de la Actividad Económica (EMAE) de abril está fuertemente influenciado por la actividad agrícola, debido a la baja producción del año anterior influenciada por la sequía. Si analizamos la contribución por sector a esa caída del 1,3% interanual en abril de 2019, esta se compone de un aumento del 3,47% aportado por el sector de agricultura y ganadería, y un 4,77% de caída en el resto de los sectores, siendo las actividades que más contribuyeron a esa merma la industria manufacturera y el comercio mayorista y minorista. Si lo comparamos con el mes anterior, en términos desestacionalizados, el EMAE creció un 0,8%, cifra que no alcanza a compensar la caída del 1,4% en marzo. En resumen, poco para festejar, y mucho menos para considerar un cambio de tendencia. La recesión instalada también se expresa en la evolución del comercio exterior de mercancías, principalmente por el derrumbe de las importaciones, pero también por el escaso crecimiento de las exportaciones. Los análisis de aquellos que desean mostrar hechos positivos dieron otra visión: el fuerte crecimiento de las exportaciones en mayo, gracias al efecto del agro, que mejoraron el saldo comercial (exportaciones menos importaciones). Sin embargo, comparando mayo de 2019 con igual mes del año anterior, el saldo comercial mejoró en U$S 2656 millones (M), pero esto se debió a un aumento de U$S 853 M en las exportaciones y una disminución de U$S 1803 M en las importaciones. Lo mismo sucedió con el acumulado de los cinco primeros meses. La mejora fue de U$S 9080 M (se pasó de un déficit de U$S 4552 M en 2018 a un superávit de U$S 4528 M en 2019); pero ese resultado fue producto de un aumento de exportaciones de U$S 628 M y una fuerte reducción de importaciones de U$S 8452 M. La caída en las importaciones fue severa, y se produjo en los bienes más ligados a la actividad económica; así, las compras externas de bienes de capital cayeron un 37,4%; los bienes intermedios un 16,0%; los combustibles y lubricantes un 41,5% y las piezas y accesorios para bienes de capital un 15,1%. También se redujeron los bienes de consumo en un 22,1% y los vehículos automotores de pasajeros en un 58,6%. Y si bien hay una mejora en el resultado comercial, las razones por las cuales se produjo este «alivio» son más que preocupantes. La evolución del saldo comercial de mercancías también impacta en la Cuenta Corriente del Balance de Pagos, que es la suma del ítem mencionado, más el saldo de los servicios y de los pagos netos de renta, especialmente de los intereses de la deuda. Los datos conocidos esta semana indican que la Cuenta Corriente sigue mostrando saldo negativo en el primer trimestre de 2019, menor que igual período del año anterior, gracias al saldo de mercancías, pero con déficits en el rubro servicios y montos importantes de pagos por intereses, que rondaron los U$S 3500 M en el primer trimestre de 2019, cuando en igual período de 2015 llegaban a U$S 1160 M. ¿Por qué el saldo negativo de Cuenta Corriente es preocupante? Porque indica la «necesidad de financiamiento externo», como lo define el Indec, que tiene la economía en cada período. Y para el primer trimestre de 2019 esta necesidad fue de U$S 3817 M, divisas que se deben conseguir a como dé lugar, incluso con la reducción de reservas internacionales. Lo tratado hasta el momento tiene un fuerte efecto en los indicadores sociales. Al problema de la desocupación, se sumaron los datos en la reducción del empleo registrado, que indican que en abril de 2019 se perdieron 203.900 puestos de trabajo, comparados con igual mes del año anterior. La disminución afectó a los asalariados privados (141 mil puestos menos) y a los autónomos y monotributistas (98.500 menos). Sólo se incrementaron los trabajadores del sector público (18.800) y los de casas particulares (16.800). Esta situación no está desvinculada de la evolución del salario. Hace once meses que los salarios registrados vienen descendiendo en términos reales, medidos en forma interanual. El índice de salarios del Indec muestra que en los primeros cuatro meses de este año, los salarios privados registrados evidenciaron una reducción en términos de poder adquisitivo del 2,2%, que se suma a la pérdida del 11,7% que tuvieron durante todo 2018. En el caso de los salarios privados de los trabajadores y las

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Las campañas extraviadas

Fuente: Jorge Elbaum | El Cohete a la Luna Fecha: 30 junio 2019 La decimocuarta cumbre del G20 que transcurrió en Osaka, Japón, evidenció el repetido intento del Presidente de los Estados Unidos por reconfigurar los frágiles equilibrios internacionales. La multiplicidad de los conflictos desplegados por Donald Trump busca detener (o retrasar) el deterioro de su hegemonía, arremetiendo contra la creciente multipolaridad que diferentes actores internacionales promueven. Las dimensiones básicas sobre las que se dilucidan los conflictos quedaron expuestas en Osaka, a partir de: (a) la disputa por la preponderancia científico-tecnológica, (b) las discrepancias en torno a los desequilibrios tarifarios (que remite a la pugna por los superávits o déficit de las balanzas comerciales) y, (c) la contienda en relación al control de zonas de influencia, capaz de digitar la vigilancia de territorios, circuitos marítimos y áreas del ciberespacio. El primer capítulo remite a lo que muchos analistas denominan como formas de autoridad prospectiva, ancladas en la información y en la potencial cooptación cultural de vastos colectivo demográficos. Quienes obtengan ventajas en este plano, se conjetura, lograrán imponer visiones del mundo capaces de modelar formatos de comercialización. La convergencia digital (de la que las patentes y redes de 5g son futuros pilares) implica la capacidad potencial de orientar voluntades hacia diferentes formas de consumo y, al mismo tiempo, monitorear los movimientos, las orientaciones y los deseos. En este plano, los medios de comunicación y las centrales de inteligencia (públicas o privadas) quedarían entrelazadas, extinguiéndose la autonomía (ya hipotética) de las primeras, siempre y cuando los Estados continúen manteniéndose ajenos al proceso. La segunda de las disputas se asienta en el déficit crónico de Estados Unidos, tanto en el de su balanza comercial como en la fiscal, ambos vinculados además a la potencial diversificación de formas de intercambio comercial por fuera del dólar. La utilización de la moneda estadounidense ha sido el soporte con que Washington ha logrado sortear, desde la década del ’70 hasta la actualidad, el deficitario status de sus estructuras económicas. El tercero es de índole militar y se basa en la capacidad de controlar o intervenir en determinados espacios geográficos, rutas de tránsito comercial y depósitos de recursos naturales. La deforestación y las tecnologías depredatorias de acceso a minerales e hidrocarburos (como el implementado por el fracking), incentivadas por las empresas trasnacionales, explican el reiterado fracaso de las dóciles iniciativas, manifestadas en las últimas cumbres del G20 hegemonizadas por Donald Trump, para quien el cambio climático es una invención científica no fidedigna. Guerras múltiples, ganancias concentradas Los think tanks republicanos vienen advirtiendo, desde hace cuatro décadas, que la única forma de darle continuidad a la hegemonía geoestratégica de Washington supone la reconfiguración de estos tres marcos de referencia, impidiendo que sigan ampliando la multipolaridad.[1] La guerra tarifaria planteada por Trump contra Xi-Jinping, sumada a la interdicción contra el gigante de las telecomunicaciones Huawei, se inscribe en las dos primeras dimensiones. Y el conflicto en torno a los debates medioambientales remite al tercero de esos capítulos. La ausencia de debates en torno a las intermediaciones financieras globales, específicamente las especulativas, se explica a partir del beneficio que dichos flujos proveen a los mercados de capitales de los países centrales, mayoritariamente presentes en el G20, quienes omiten su tratamiento al ser solidarios con la continuidad de los mismos. Los escarceos bélicos en el sur de la península arábiga, vinculados al conflicto en Yemen y el control del estrecho de Mandeb (por donde transita un 20 % del petróleo mundial), remiten al intento por parte de Washington de condicionar al mayor proveedor de hidrocarburos de China, la República Islámica de Irán, que además ha informado durante las últimas semanas sobre la decisión de darle continuidad a su proyecto de enriquecimiento de uranio, luego del abandono por parte de Estados Unidos del acuerdo conocido como 5 + 1, firmado originariamente en 2015. En este mismo plano, que remite a la tercera de las dimensiones de disputa global, Rusia ha obtenido un logro trascendente al quebrar el modelo de preponderancia atlantista, históricamente regido por Washington a través de la OTAN, reconvertirse en un facilitador central de la cuasi finalización de la guerra civil siria y establecer en forma simultánea vínculos de cooperación estratégica con Israel. En este marco, la inquietud del trumpismo se profundizó en Osaka ante la confirmación del acuerdo entre Putin y el primer mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, cuyas Fuerzas Armadas se aprestan a incorporar los misiles de última generación (S-400), capaces de romper la superioridad de los cazas estadounidenses F-35, también en posesión turca. La agenda preparada por el primer ministro japonés Shinzo Abe no incluyó algunos de los temas centrales que se debatieron en Osaka. Entre ellos figuraron las crisis migratorias del Mediterráneo y del norte de México, el Brexit y la situación de los Derechos Humanos al interior de las monarquías absolutistas arábigas, o las matanzas recurrentes en Colombia. A pesar de que no estaba en el orden de temas a ser tratados, no pudo ser omitida la fracasada ofensiva contra el gobierno de Nicolás Maduro por parte del Grupo de Lima, impulsada por Mauricio Macri, Sebastián Piñera y Jair Bolsonaro. Estos tres mandatarios, presentes en la cumbre, recibieron la noticia en Osaka de que Uruguay abandonó la 49 Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos, en apoyo a las autoridades legítimas de Venezuela. Las deliberaciones de la OEA se llevaron a cabo en Medellín, Colombia, en forma simultánea al G20 y se constituyeron en un nuevo fracaso en la política de Washington, obsesionado en deteriorar al gobierno chavista. La delegación oriental abandonó el encuentro al ser sorprendida, junto a las representaciones de Bolivia, Nicaragua y México, por la acreditación intempestiva e inconsulta de representantes de Juan Guaidó, primer legislador en la historia de América Latina en autoproclamarse Presidente. Por su parte, el gobierno de Mauricio Macri prolongó en Japón su campaña electoral tendiente a conquistar avales para su reelección, socorrido por varios jefes de Estado extranjeros que apuestan a su continuidad como garantía para darle viabilidad al modelo neoliberal que

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Crece la injerencia militar estadounidense en Argentina

Fuente: Matías Caciabue y Paula Giménez | Estrategia.la Fecha: 29 junio 2019  La hecatombe económica del gobierno neoliberal de Mauricio  Macri ahoga a la Argentina en el mar de intereses militares y geopolíticos de Donald Trump. Bajo patrocinio de los Estados Unidos la Conferencia de Ejércitos Americanos realiza ejercicios militares en la triple frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, y el responsable del Comando Sur, Craig Faller, visita Buenos Aires para cerrar diversos acuerdos y alinear a la Argenitna en contra de Rusia, de China y de Venezuela. Crónica de una Argentina ocupada en “defensa del medio ambiente” La protección de la biodiversidad está siendo la excusa para la realización de prácticas de ocupación en la triple frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay, corazón del Acuífero Guaraní. La provincia argentina de Misiones fue el epicentro de un “Ejercicio Internacional de Operaciones Interagenciales en Protección del Medio Ambiente y Recursos Naturales”, organizado por la Conferencia de Ejércitos Americanos –organización interamericana surgida luego de la revolución cuban,a que cuenta con el patrocinio del Pentágono-, el Ejército argentino y la Subsecretaría de Protección Civil de esa provincia. Esto es posible gracias a las nuevas reglamentaciones que el gobierno de Mauricio Macri impuso para permitir la articulación de las instituciones de protección ciudadana (bomberos, defensa civil, entre otras), de las fuerzas de seguridad interior (policía), las fuerzas armadas argentinas, y su actual alineamiento neoconservador con las fuerzas extranjeras. El nuevo marco jurídico, como el brindado por la Ley 27287 promulgada en 2016 sobre el Sistema de Gestión de Riesgo, rompe con el entramado jurídico que el país se dio luego del retorno democrático de 1983. Los ejercicios se realizarán en la localidad de Puerto Libertad, en alrededores de la represa Urugua-í, con la presencia de representantes de ejércitos de quince países, donde destaca la presencia de Canadá, Estados Unidos y España. En una entrevista con el diario “El Independiente” de Misiones, el subsecretario de Protección Civil de la provincia, Enrique Parra, puso en evidencia la centralidad militar en estos supuestos ejercicios civiles: “hemos trabajado en otras oportunidades con las fuerzas federales lo que pasa es que el ejército viene con toda su estructura y vamos incorporándonos en su estructura de trabajo”. El portal Infobae, especializado en informar la agenda neoconservadora en el país, acreditó la participación de 450 civiles y militares en los operativos. Por su parte, la prensa de Misiones detalla la realización de cuatro grandes ejercicios militares que, detrás del relato de la protección al medio ambiente, parecieran estar direccionados a aceitar la acción civil y militar ante un eventual ataque militar o “terrorista”. El primer ejercicio simuló una fisura de la represa de agua de Urugua-í.  El segundo simulacro, la caída de un avión en plena selva misionera. El tercero fue sobre el hundimiento de una embarcación en el lago Urugua-í, y el último fue el de una simulación de un accidente de un camión con productos químicos de riesgo. ¿“Terrorismo” internacional en el país? Desde que asumiò Macri la presidencia, en más de una oportunidad en la prensa hegemònica se planteó la existencia de células “dormidas” de Hezbollah en la zona de la triple frontera, la zona donde casualmente se hicieron los ejercicios militares, algo que nunca pudo ser fehacientemente comprobado. Al contrario de lo que el martilleo mediático informa, Hezbollah es una organización política y militar que surgió en Líbano en 1982 como respuesta a la invasión de Israel a su territorio. Su estatus de organización “terrorista” para los Estados Unidos apareció cuando en 1983, en plena guerra contra esa ocupación israelí y occidental, mediante ataques suicidas que mataron a 258 estadounidenses en un cuartel de la Marina de los EEUU en Beirut. Lo extraño es que, luego de la guerra, Hezbollah se ha transformado en un partido legalmente constituido que cuenta, actualmente, con una de las bancadas más importantes en el parlamento libanès. Eso lo ha llevado a formar parte, sin inconvenientes, del gobierno de coalición del presidente cristiano, Michel Aoun. En Argentina, esa organización fue, sin pruebas, reiteradamente acusada de los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA (1992 y 1994), e incluso de hasta haber sido responsable del “asesinato” del fiscal Alberto Nisman (aunque todo indicaba que fue un suicidio). El Comando Sur estadounidense visita Argentina  Casual o causalmente, los ejercicios militares en Misiones coinciden con la visita del almirante Craig Faller, Jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de EEUU a Argentina, para luego dirigirse a Chile. El objetivo de la gira de Faller es señalar a China, a Rusia y a Venezuela como amenazas para las “democracias” hemisféricas. “Creo que una alianza fuerte entre nuestros dos países dejará fuera de la competición a otros países, incluidos China y Rusia”, señaló el jefe del comando conjunto de las fuerzas armadas norteamericanas que atienden, controlan e intervienen en Latinoamérica. Venezuela, como escenario geopolítico central de la región, no escapó del análisis del comandante estadounidense, señalando que la tarea del momento “es estudiar los informes de inteligencia, aprender y conseguir un cierto entendimiento de la situación y de la complejidad de este desastre, para así poder planificar el día después”. El jerarca militar visitó al ministro de Defensa argentino, el radical Oscar Aguad, y a la secretaria de Estrategia y asuntos militares, Paola Di Chiaro (vinculada al influyente Fulvio Pompeo (1), junto a Liliana Ayalde, una especialista en asuntos latinoamericanos del Departamento de Estado que ofició como embajadora norteamericana en Paraguay, durante el golpe de Estado a Fernando Lugo,  y en Brasil, durante el impeachment (juicio polìtico) a Dilma Rousseff. La presencia de Craig Miller viene con el ofrecimiento de aviones y vehículos blindados a las Fuerzas Armadas argentinas. En otras palabras, la industria militar estadounidense provee las armas y el Comando Sur los entrenamientos. Palabras finales En tiempos de definiciones electorales, pareciera que la estrategia oficial es empujar a discutir sobre Hezbollah y Venezuela y dejar de discutir el hambre, la pobreza, la desocupación de millones de argentinos y argentinas. Argentina transita una feroz recesión provocada por un proyecto económico que

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La acusación de Israel a un palestino por violación revela la podredumbre moral

Fuente: Editorial de Haaretz Fecha: 26 junio 2019 El anuncio del martes del defensor general militar de que retiraba la acusación contra Mahmoud Qatusa por el cargo de violar a una niña de 7 años y su puesta en libertad no es suficiente para poner fin a este duro asunto. El caso permite una mirada aterradora sobre la podredumbre que se ha extendido al «sistema de justicia» que Israel ha creado para sus súbditos palestinos que viven bajo la ocupación militar. En el patio trasero de la democracia israelí existe un mundo legal paralelo donde se asume que los palestinos son terroristas a menos que se demuestre lo contrario. Est falla general incluye a todos los miembros del sistema: la policía, que mantuvo a Qatusa bajo custodia durante dos meses sin pruebas suficientes; los fiscales militares, que presentaron una acusación aunque el archivo carecía de pruebas suficientes; los medios de comunicación, que en lugar de servir como el perro guardián de la democracia se humillaron con un diálogo enfermo que implica que la reserva de la última palabra sobre la violación de niñas pequeñas dependen de los gustos y los caprichos políticos; y los políticos, que vieron este incidente impactante como nada más que una oportunidad para sembrar el miedo y ganar votos. La semana pasada, el jefe de Yisrael Beiteinu, Avigdor Lieberman, describió el caso como un «ataque terrorista bien planeado contra una niña» y declaró que exigiría la pena de muerte para el «terrorista despreciable». Uno de los líderes del partido de la Derecha Unida el ministro de Transporte, Bezalel Smotrich, se unió a él: “Si solo fuera posible imponer la pena de muerte a esta escoria. Tal monstruo no merece respirar el aire en nuestro mundo”. El ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, dijo que tal incidente debe ser investigado como un» incidente nacionalista». Es por eso que la decisión del Abogado General Militar fue un evento dramático. Este no es un asunto técnico menor, sino un cambio de sentido. A medida que continúa la investigación de la violación, ahora también debemos investigar las acciones de la policía que mantuvo al sospechoso tras las rejas durante dos meses sin pruebas suficientes, y con las imperfecciones que llevaron a la acusación. El Abogado General Militar Sharon Afek anunció que él y la policía llevarán a cabo un proceso adecuado para sacar conclusiones del asunto. Pero es difícil entender por qué sigue tratando a Qatusa como sospechoso. ¿Se atrevería Afek a conferir tal marca de Caín a un ciudadano judío que fue víctima de una serie de imperfecciones? El asunto de Qatusa expuso una podredumbre moral general cuyas raíces son el racismo y el nacionalismo malignos. Este es el resultado de líderes afectados por un microbio racista y nacionalista que a través de un proceso largo y constante han infectado a más y más ciudadanos. Para liderar los cambios necesarios para evitar la repetición de tales casos, debemos terminar con el gobierno del Primer Ministro Benjamin Netanyahu, el tronco del árbol del cual crecen todas estas ramas podridas. Traducción: Dardo Esterovich    

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Cómo Netanyahu explota las tensiones entre Estados Unidos e Irán

Fuente:  Akiva Eldar | Al-Monitor Fecha: 25 junio 2019 Su contribución a la retirada de Estados Unidos en 2018 del acuerdo nuclear con Irán se considera uno de los mayores logros del primer ministro Benjamin Netanyahu. Su campaña contra la amenaza iraní combinada con una alianza cercana con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha producido un enorme capital político para Netanyahu. Sin embargo, un año después de la salida del acuerdo, la política de sanciones que defendió no ha logrado poner a Irán de rodillas. Por el contrario, Teherán anunció el 17 de junio que cuadruplicaría el ritmo de su producción de uranio enriquecido de bajo grado y superaría el límite de 300 kilogramos establecido por el acuerdo nuclear con las potencias mundiales. Por lo tanto, mientras los iraníes están subiendo la apuesta ante Trump, el presidente estadounidense -el as de Netanyahu en la cubierta- está buscando una trampa para escapar de un enfrentamiento con Teherán. Y mientras Netanyahu el 23 de junio posaba para las fotos en el valle del Jordán con el asesor de seguridad nacional de los EE. UU. John Bolton, Trump expresó sus reservas sobre su halcón traficante de guerra y condena a las personas que «quieren arrastrarnos a la guerra». La única campaña en la que Trump está interesado desde ahora hasta noviembre de 2020 es la de las elecciones presidenciales. El New York Times informó que el veterano presentador de Fox News, Tucker Carlson, fue quien convenció al presidente de que abortara el ataque contra objetivos iraníes y trajera a los bombarderos a casa. Según informes, Tucker le dijo a Trump que en lugar de provocar un cambio de régimen en Teherán, como Bolton esperaba, una nueva guerra en el Medio Oriente provocaría un cambio de régimen en Washington. Los líderes árabes están conscientes del enfoque de Trump. Los jefes de los estados de la Liga Árabe no se apresuraron a aceptar la invitación al foro económico que el presidente inició en Bahrein. Mientras enviaban funcionarios de nivel bajo a medio para discutir la ayuda a los palestinos, sus ministros de finanzas se dirigieron a El Cairo para discutir el mismo tema. Los líderes árabes se negaron a cooperar con el intento de Estados Unidos de enmascarar el callejón sin salida en su política a favor de Israel y la presión sobre la Autoridad Palestina. Por lo tanto, además de los vanos intentos de Netanyahu de aislar a los palestinos y desarrollar un atajo diplomático público con los estados del Golfo, liderados por Arabia Saudita, Netanyahu tampoco ha logrado poner a Irán de rodillas. Contrariamente a los comentarios del embajador estadounidense David Friedman en una entrevista del 8 de junio al New York Times, los palestinos sí “tienen un veto sobre el progreso». Pero junto con el hecho de no aislar o eludir a los palestinos, Netanyahu falló en otro nivel. El tercer lado del fracaso de Netanyahu, el triplete, consiste en la propuesta de los Estados Unidos de reabrir un corredor entre la Franja de Gaza y la Ribera Occidental. La iniciativa de «paso seguro» fue originalmente parte del Acuerdo de Oslo de 1993, pero desde que Hamas tomó el control de Gaza en 2007, Israel ha hecho de la separación de Gaza de Cisjordania un elemento central de su política. Y aquí viene la propuesta de Trump de construir un puente palestino en el corazón del territorio soberano israelí. La idea de «paso seguro» no parece excluir el control continuado de Hamas sobre Gaza y, por lo tanto, abriría las puertas a los que refutan el derecho de Israel a existir y les permitirá cruzar a Jerusalén y Cisjordania. Hamas no vendrá solo. La organización sunita está estrechando sus relaciones con los ayatolás. El 16 de junio, aproximadamente una semana antes de la reunión en Bahrein, una delegación de Hamas encabezada por el subjefe del movimiento, Salah al-Arouri, aterrizó en Teherán y se reunió con el ministro de Defensa iraní, Mohammad Alawi. Un comunicado emitido después de la visita decía: «Las partes reiteraron la necesidad de mantener los lazos para enfrentar los desafíos y peligros derivados de la obstinación de la administración de los EE. UU. para promover el ‘acuerdo del siglo’, que el pueblo palestino rechazó por unanimidad.” La aparente falta de preocupación de Netanyahu sobre el peligro de abrir Cisjordania a Hamas, una organización que él ha comparado con los nazis, se debe a su escepticismo sobre el acuerdo de Trump entre Israel y Palestina y su propia capacidad demostrada para encauzar al instigador. Véase, por ejemplo, el traslado de la Embajada de los Estados Unidos a Jerusalén, el reconocimiento de los Estados Unidos de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán y el aparente apoyo a la anexión israelí de partes de Cisjordania. Por un lado, Netanyahu, como Trump, no tiene ningún interés en una sesión fotográfica en el contexto de las escenas del campo de batalla y los cementerios. Por otro lado, Netanyahu, que también es ministro de defensa de Israel, tiene un gran interés en mantener la amenaza iraní en los titulares, al menos hasta las elecciones del 17 de septiembre, siempre y cuando los medios no profundicen en el escándalo de corrupción que involucra a él y su esposa En lo que a él respecta, los iraníes o sus representantes pueden bombardear un petrolero japonés en el Golfo de Hormuz todos los días e interceptar un avión no tripulado estadounidense cada dos, siempre y cuando Trump no incluya de repente al líder espiritual de Irán, Ali Khamenei, en su lista de regalos de Navidad. Lo hizo con Kim Jong-Un de Corea del Norte, cuyos dedos han estado colocados sobre el botón nuclear. El «conflicto de baja intensidad», como los analistas militares describen este tipo de enfrentamientos, es ideal para el primer ministro de Israel, pero no es una situación deseable para los ciudadanos. Intensificar el boicot a Irán podría resultar en una escalada y una guerra total. Cuando Trump aborta un ataque militar en el Medio

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LAVA JATO GLOBAL – Supremacismo 2.0 en tiempos de guerras económicas y comerciales

Fuente:  Jorge Elbaum | El cohete a la luna Fecha: 16 junio 2019 La publicación de tres notas en el portal The Intercept, firmadas por Glenn Greenwald y Victor Pouggy, han vuelto a poner en evidencia la tríada de dispositivos básicos utilizados para disciplinar a diferentes actores políticos y económicos latinoamericanos, considerados como reacios a someterse a los mandatos de la lógica monopólica trasnacional. [1] El divulgación de los intercambios realizados a través de la plataforma Telegram, entre el juez Sergio Moro y el fiscal Deltan Dallagnol, son inentendibles por fuera del entramado estructural que implicó el origen de la investigación del Lava Jato, el golpe de Estado contra Dilma Rousseff, la posterior detención de Lula Da Silva y las simultáneas persecuciones a dirigentes políticos populares en América Latina, entre ellas Cristina Fernández de Kirchner y Rafael Correa. La ofensiva busca garantizar la supremacía de los intereses estratégicos de quienes se perciben como desafiados por la emergencia de actores estatales o corporativos dinámicos, capaces de disputar espacios de influencia o preponderancia política y económica, y/o de diluir o debilitar la histórica aspiración de control geopolítico estadounidense. El denominado Lava Jato tuvo su origen en la aplicación de la Ley de Prácticas de Corrupción en el Exterior (FCPA, por su sigla en inglés), motorizada y aplicada por el Departamento de Justicia (DOJ) con sede en Washington. Bajo esa norma doméstica, aprobada en 1977, el gobierno de Estados Unidos se arroga la persecución de todos los empresarios y políticos que interfieren (en la actualidad o en forma potencial) en la supremacía de las cadenas de valor coordinadas por las corporaciones trasnacionales monopólicas. En ese marco, cualquier empresa que cotiza en la bolsa de Nueva York, que posee cuentas bancarias en su territorio, tarjetas de crédito o que registra interacciones con alguna empresa radicada en Estados Unidos, puede ser investigada o perseguida, a nivel local o extraterritorial, por el largo brazo de la justicia de la DOJ, sin mediar acuerdos de extradición u otros protocolos jurídicos bilaterales. Esta legislación autoriza a Washington a una literal jurisdicción internacional, ajena al derecho internacional, para perseguir delitos reales o ficticios de corrupción. Dado que es infrecuente la existencia de empresas o particulares que carecen de interacciones a través de cuentas o tarjetas de crédito cuya terminal es Estados Unidos, el mundo entero es pasible de ser espiado, interferido o interdicto. El portal The Intercept, fundado y dirigido por Greenwald, residente desde hace 14 años en Río de Janeiro, fue el encargado de hacer públicas, junto al diario The Guardian en 2013, las operaciones de espionaje realizadas por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) contra la entonces Presidenta brasileña Dilma Rousseff y la empresa Petrobras, entre otras.[2] Los documentos divulgados, recabados originalmente por el contratista de la NSA Edward Snowden, daban cuenta con lujo de detalles del entramado de investigaciones ilegales articuladas por las distintas agencias de inteligencia y las empresas internacionales de telecomunicaciones, las proveedoras de internet y los responsables de la infraestructura de redes.[3] Para acceder a las comunicaciones encriptadas de los gobiernos y de las empresas consideradas antagonistas (o capaces de desafiar la hegemonía corporativa estadounidense), la NSA desarrolló los programas PRISM, FAIRVIEW y BLARNEY, idóneos para interceptar comunicaciones, datos encriptados e imágenes provenientes de redes de todo el mundo [4]. Estas aplicaciones, que son actualizadas en forma permanente para sortear contrafuegos y detectores de interferencias, fueron utilizadas tanto para relevar  las conversaciones de la Presidenta de Brasil como para examinar las operaciones comerciales llevadas a cabo por distintas empresas brasileñas con aspiraciones trasnacionales, entre ellas Odebrecht y Petrobras. Dicha información permitió, gracias a los datos suministrados (o manipulados) por la DOJ, el desmantelamiento de las multinacionales brasileñas y el reparto de las distintas licitaciones entre candorosas empresas estadounidenses que poseen el hándicap de no ser espiadas por la Ley de Prácticas de Corrupción en el Exterior (FCPA). A nivel doméstico, las corporaciones estadounidenses están resguardadas por la IV Enmienda y la Informational Privacy Act, conocida como Privacy Act 124, relativas a la protección de datos, no pasibles de ser registrados por la autoridad pública sin una orden judicial previa fundamentada [5]. Una voz en el teléfono Los datos provistos por la NSA que divulgaban los secretos comerciales de Petrobras (nada originales, cotejados con otras gestiones corporativas de empresas de hidrocarburos a nivel global) fueron esgrimidos para derogar en Brasil, en 2017, la Ley 4567, aprobada durante el gobierno del PT, mediante la cual se garantizaba la exclusividad de la explotación del crudo por parte de la empresa estatal. Desde ese momento, gracias a la labor de Michel Temer, refrendada luego por Bolsonaro, lo que pertenecía a la sociedad brasileña pasó a ser extraído, operado y comercializado por Chevron y Royal Dutch Shell. Dos corporaciones en las que sobreabundan los capitales accionarios cuyos titulares son fondos especulativos radicados básicamente en Estados Unidos y en el Reino Unido. Paradójicamente los mismos paquetes accionarios tienen presencia en las mismas empresas de telecomunicaciones, cooperantes de la NSA, con la que se llevaron a cabo las labores de espionaje [6]. En forma sincrónica, las plataformas del tipo FPSO (Unidades flotantes de producción, almacenamiento y transferencia de petróleo y gas) ancladas a unos 200 kilómetros de la costa de Río de Janeiro, cuadruplicaron las existencias del recurso: de los 40.000 millones de barriles conjeturados para 2013 se pasaron a contabilizar pozos capaces de producir 176.000 millones. Dicha cifra, divulgada por el Instituto Nacional de Aceite y Gas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro, equivale a cinco años del total del consumo mundial. La ventaja extra radica en su costo de extracción: alrededor de 8 dólares por barril, muy por debajo del valor promedio de la producción mundial [7]. Otro tanto sucedió con la empresa Embraer, que fue adquirida por Boeing en un 80 %, de su valor accionario (por un monto de U$S 4.200 millones) después de un sistemático esquema de espionaje gestionado por la NSA para impedirle a la empresa estatal brasileña la realización de acuerdos con corporaciones europeas y asiáticas. Dicha operación, ejecutada mediante la aplicación de espionaje ECHELON,

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