Nacionales

Seccion de Noticias

Nacionales, Opinion, Portada

La era de la mitocracia

Fuente: Ricardo Ragendorfer | Revista Zoom Fecha: 23 de AGOSTO 2017 En su cuadro La perfidia de las imágenes (1928), René Magritte exhibe una pipa con la siguiente frase: “Ceci n’est pas une pipe (‘Esto no es una pipa’)”. Fue su modo de cuestionar la relación entre los símbolos y las cosas basada en la semejanza representativa. ¿Se puede aplicar dicho concepto a la administración de un país? ¡Si, se puede! Y va un ejemplo de reciente data: la forma bestial en que una horda de uniformados irrumpió en la comunidad mapuche de Cushamen justo antes de que Santiago Maldonado fuera secuestrado hizo que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, retomara aquella idea casi 90 años después, al señalar: “No hay indicios de que la Gendarmería haya actuado con violencia”, cuando un impactante video emitido por TV exponía precisamente su aterrador accionar. De igual manera, muchos funcionarios –incluido el propio Presidente– suelen negar hechos y circunstancias de la realidad aún existiendo imágenes y otros soportes documentales no menos elocuentes que prueban lo contrario. Es posible que ellos, pese a sus conductas surrealistas, jamás hayan oído hablar del célebre pintor belga, y que sus increíbles justificaciones fueran sólo fruto de un apego corporativo por el embuste. Pero con una frecuencia que supera el ejercicio razonable de la “posverdad”, tal como se le llama al reemplazo de información genuina por falacias con efectos emotivos. Porque el gran aporte del macrismo a la política fue haber ideado un sistema donde la falsificación de los registros fácticos ya es una razón de Estado. Y que podría denominarse “mitocracia”. Tanto es así que únicamente durante el lapso comprendido entre el 13 y el 17 de agosto los dos actos más sonados de la agenda gubernamental –junto a la ya mencionada exposición de la señora Bullrich en el Senado– estuvieron teñidas por esa tendencia; a saber: la manipulación del escrutinio de las PASO y la maniobra en el Consejo de la Magistratura para suspender y enjuiciar al camarista federal Eduardo Freiler. Por su sofisticación en el campo de la dramaturgia y también debido a la presencia en su trama de figuras estelares vinculadas a los tres poderes de la República, este último caso es a todas luces digno de ser reconstruido. A la hora señalada La primera escena de esta historia se remonta al mediodía del 10 de diciembre de 2015, cuando el flamante presidente Mauricio Macri leía su discurso ante la Asamblea Legislativa. Entonces, tras un leve carraspeo, de pronto soltó: “En nuestro gobierno no habrá jueces macristas. A quienes quieran serlo les digo que no serán bienvenidos si quieren pasar a ser instrumentos nuestros”. Y una salva de aplausos estalló en el recinto. Dieciocho meses después, tras desayunar frugalmente en su oficina, el ministro de Justicia, Germán Garavano, decidió cancelar todas sus audiencias y también ordenó que no le pasaran llamadas. Salvo la que alguien haría desde el Consejo de la Magistratura. Su reloj marcaba las 9.00 de la mañana del 17 de agosto de 2017. En aquel mismo momento el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, recibía en su despacho a los senadores del Frente para la Victoria (FpV) Mario Pais, Ruperto Godoy y Virginia García. El clima era cordial pero tenso. La máxima autoridad judicial de la Nación debía tomarle juramento al primero de ellos por su ingreso al Consejo de la Magistratura en reemplazo del segundo, quien había sido eyectado de allí por no tener título de abogado. “El gran aporte del macrismo a la política fue haber ideado un sistema donde la falsificación de los registros fácticos ya es una razón de Estado. Y que podría denominarse ‘mitocracia’” Aquel asunto había tenido un vidrioso libreto previo. Y su “producción ejecutiva” corrió por cuenta del doctor Alejandro Fargosi, un propagandista de la última dictadura que supo representar al PRO ante dicho Consejo, además de haber sido postulado por el Gobierno para la Corte Suprema y ser asesor de Macri, mientras litigaba contra el país en nombre de un fondo buitre ante la CIADI (el órgano de arbitrajes del Banco Mundial) después de la recuperación de Aerolíneas Argentinas. Él fue quien denunció a Godoy por falta de diploma ante el juez en lo contencioso administrativo, Enrique Lavié Pinto, quien no tardó en darle la razón. La Cámara del fuero –también con rapidez– avaló la exclusión del senador y de inmediato ordenó ejecutar la sentencia. Lo cierto es que al diputado del PRO e integrante del Consejo, Pablo Tonelli, le había asombrado gratamente la celeridad del doctor Lavié Pinto, dado que en su caso personal no podía sentir lo mismo: desde el año pasado el juez desatendía una denuncia contra él por “usurpación” en ese cuerpo de una banca que el FpV tenía asignada hasta 2018. De modo que la Corte Suprema tuvo que tomarle juramento en un acto sorpresa realizado en febrero de 2016 casi a hurtadillas, sin invitados y después de firmar una acordada igualmente subrepticia, que convalidaba la votación de los consejeros macristas sin tratar un planteo de los disidentes. Ahora, durante la mañana de ese jueves, a Tonelli se lo veía ansioso. El plenario del Consejo estaba convocado para las 10.00. Y el tema del camarista Freiler figuraba en la mitad del orden de aquel día. Tal vez entonces pensara en la manera de apurar esa cuestión. Mientras tanto en el despacho de Lorenzetti, los senadores advertían una deliberada lentitud del anfitrión. Y la urgencia de Pais por ocupar su flamante sitial en el Consejo para asistir al plenario –y así frenar la decapitación de ese magistrado– se tornaba dramático. Freiler encabezaba la lista de jueces “malditos” que Macri quiere echar porque no le agradan sus decisiones; éste, en su caso particular, incurrió en los siguientes pecados: haber insistido en la indagatoria de los popes de Clarín y La Nación por el despojo de Papel Prensa, resolver el apartamiento del juez Claudio Bonadío de la causa Hotesur y avalar la desestimación de la denuncia dibujada por el

Nacionales, Politica, Portada

Sufragio libre, secreto, obligatorio… y retocado digitalmente

Fuente: M. Escalada & A. Ronconi | El Disenso Fecha: 20 de AGOSTO 2017 Desde que Cambiemos asumió el gobierno nos fuimos acostumbrando a diversas “puestas en escena” como forma de política diaria. Esto mismo ocurrió en las PASO, a la manipulación de datos, signada por una carga selectiva que priorizó los distritos donde ganaba Cambiemos, se sumó el freno al cómputo de datos ante la irreversibilidad de los resultados, y la falsificación de los telegramas del Correo, que son documentos electorales. De esta manera Cambiemos tuvo su festejo ganador al cierre de los comicios, aunque los números reales no los habían acompañado. El proceso El domingo pasado, al cerrarse las mesas, la mayoría de las autoridades electorales completaron un telegrama volcando exactamente los mismos valores que los consignados en el acta electoral. Ese telegrama fue transportado por el Correo hacia los CTD, “Centros de Transmisión Digitalizada”, donde empleados se ocuparon de abrir las bolsas, escanear los telegramas y enviarlos al centro de cómputos. Según la información brindada desde el Correo Argentino, las computadoras utilizaron para el escaneo un software llamado “digidoc”. De acuerdo a las medidas de seguridad publicadas en Information Technology, las PC utilizadas están validadas por MAC Address e IP, y solo admiten el logueo de un usuario único que es el autorizado para realizar la carga, que desde 2015 también es grabada por un sistema de circuito cerrado de video. Una vez escaneado, el archivo TIFF es validado con firma digital PKI. Si el telegrama está correcto, se imprime; luego, su imagen va a Indra, donde se llevará a cabo el escrutinio provisorio. Si, por alguna razón, la imagen no está clara o no es validada electrónicamente, Indra envía el archivo a su “Centro de Incidencias” donde los verifican nuevamente. ¿Qué es un retoque digital? Seguramente viste, en las fotos de campaña y publicidad de Cambiemos, como los funcionarios lucen inmaculadas sonrisas, no tienen ojeras, arrugas ni canas, y sus rostros ostentan una juventud imperturbable que podría envidiar el propio Dorian Gray. Pero no, no son así en la vida real. Para lograr eso semblantes ficticios modifican digitalmente las imágenes, utilizando generalmente un programa llamado Photoshop, que permite realizar cambios de manera casi imperceptible, siempre dependiendo de la calidad del operador del software. Ahora veamos algunos de los telegramas que originaron esta nota. El lunes te contamos que habíamos encontrado 270 telegramas en la Provincia de Buenos Aires que tenían 0 (cero) votos para Unidad Ciudadana, en distritos como La Matanza, donde desde el vamos CFK arranca con una base muy solida de votantes. Para el martes, ya habíamos detectado más de 1300 telegramas con irregularidades semejantes, una situación que no registra precedentes desde la consagración del voto secreto, universal y obligatorio. Resultados retocados digitalmente En el siguiente telegrama se puede observar que los campos completados con triple cero “000” difieren en tamaño, grosor y grafía del resto de los números plasmados en la misma planilla, se trata en efecto de la supresión de los votos que muchos ciudadanos emitieron, tanto a Unidad Ciudadana como a otros partidos opositores. Es evidente que esos campos fueron completados con un elemento diferente y por una persona distinta a la que rellenó el resto de la planilla. Los pasos para llegar a esta versión “trucha” del telegrama serían: escanearlo, borrar digitalmente el contenido del casillero donde estaban los votos de Unidad Ciudadana, imprimir nuevamente el telegrama, rellenar los espacios con triples ceros y, finalmente, volver a escanearlo. EJEMPLO DE FRAUDE AGREGANDO NÚMEROS EN LA MESA 334 DE VICENTE LÓPEZ En el telegrama que sigue podemos observar como la herramienta de borrado del Photoshop se fue del cuadro original del telegrama, borrando también partes del contorno inmediato inferior donde dejó una “huella” junto con segmentos de los números originales. Estos errores son la huella de una adulteración digital perpetrada por un operador de software que, quizás por falta de tiempo, no supo realizar una edición prolija y profesional de la imagen. RASTROS DE BORRADO EN EL TELEGRAMA DE LA MESA 32 DE TANDIL Un trabajo sistemático Cada elección tiene sus aventureros del fraude, bagayeros de pequeña escala que por cuenta propia adulteran una planilla, sin ir más lejos ha llamado la atención que en las mesas presididas por el primo de Carolina Stanley o por la funcionaria y ex esposa del candidato Guillermo Montenegro, hayan desaparecido votos de Unidad Ciudadana. Sin embargo, considerando la metodología y escala de las maniobras aquí expuestas solo pueden ser cometidas por un grupo de gente trabajando coordinadamente desde el interior de Indra, cuya dirección ocupa hoy un histórico empleado de SOCMA, la empresa insignia de la familia Macri. En la escala en la que fueron realizadas estas maniobras en las PASO, su incidencia sobre el escrutinio provisorio habría afectado el resultado, aproximadamente, en un 3%, principalmente en perjuicio de Unidad Ciudadana. No obstante el mecanismo como tal no tiene límites y podría implementarse a mayor escala si no se toman los recaudos indispensables para evitar que en el futuro estas manipulaciones, catalogadas por Stolbizer como “una picardía” y por Juan Manuel Abal Medina, suplente de Anibal Fernandez en el senado, como “un uso muy inteligente de la presentación de los datos”, socaven el espíritu y la tradición democrática argentina. ¿Podría simplemente haberse hecho con un corrector y re escaneando los telegramas? Si, pero hubiese llevado más tiempo y este sistema es a contra reloj por lo que la implementación más rápida es a través del retoque digital. En algunos casos fueron los propios presidentes de mesa quienes denunciaron esta situación públicamente, señalando que el escaneado del telegrama no se condecía con el que habían enviado al Correo Argentino. Otra vez sopa… Desde el oficialismo pusieron al mal tiempo buena cara, y aprovecharon cada consulta por irregularidades en las PASO para achacarle a la oposición la responsabilidad de haber rechazado el proyecto de voto electrónico. En una investigación previa de El Disenso, “Los dueños del voto“, demostramos los riesgos de ese sistema que extranjeriza

Nacionales, Opinion, Portada

Macri: diferencia entre Poder y Hegemonía

Fuente: Jorge Alemán* | La Tecl@ Eñe Fecha: 18 de AGOSTO 2017 Son los distintos analistas que a partir del triunfo electoral se interpelan por la eficacia de la cultura macrista y especialmente por su eficacia política. En muchos casos se suele insistir en que la oposición es negligente y descuidada a la hora de desentrañar la lógica de dominación macrista. Según esta vertiente, las burlas y las críticas de nuestro «bando» no toman en serio ni como corresponde, el funcionamiento del dispositivo macrista en sus verdaderos alcances. Describamos algunos de estos aspectos y su posible eficacia. 1) El clima de contemporaneidad que rige su escenografía, discursos plagados de sintagmas de la autoayuda, un régimen de stand up generalizado que apela permanentemente a las potencialidades del «individuo», músicas livianas, cuerpos de bicisendas, calidad de vida new age, etc . Alentando siempre la idea de que lo «otro» es arcaico y ya abandonado por la historia. 2) El «funcionamiento en equipo» que a su vez no borra las individualidades, el estilo descontracturado de permanente progreso donde fracasar es imposible y donde la Capital Federal es la caja de resonancia perfecta para este espíritu de los tiempos. 3) La Señora Vidal, tal vez su máximo capital simbólico, de apariencia virginal, despojada de todo interés personal y de toda referencia a la interpretación política y siempre amenazada por lo oscuro de fuerzas terribles: las mafias y el narco, que tienen como condición para mantener su potencia amenazante el no ser nunca nombradas en su especificidad. 4) La permanente preocupación por el dolor de los otros, el sufrimiento que esto les procura y la apelación a inventar actividades emprendedoras para como lo suelen explicar los manuales, aprovechar la desgracia para reinventarse en una nueva actividad exitosa. No obstante estos gestos que consolidan la idea de que la clase media es el vector que unifica y estabiliza a la nación está siempre asediada por lapsus, deslices en la enunciación y distintos gestos y fórmulas de desprecio clasista que permiten el retorno de lo reprimido, retorno que revela un arcaico y antiguo rechazo por lo popular. Son los puntos de fuga del dispositivo macrista. Pero la tesis que nos proponemos defender es que esto no procede de una inteligencia macrista ni de asesores ultra especializados que saben manipular a las masas en su favor. Son los propios dispositivos del Neoliberalismo, su régimen de Poder, el que ha producido una novedad a escala mundial. Una novedad que ha tardado sin embargo mucho tiempo en prepararse, como suele ocurrir siempre con las novedades. Esta novedad consiste en haber logrado desconectar el malestar económico- social de cualquier modalidad emergente de un proyecto transformador. Dicho en otros términos, el Neoliberalismo es una mutación del Capitalismo donde la relación con la Causa está rota hasta nuevo aviso. O en términos marxistas “las contradicciones» no son ya operativas. En este horizonte hay una «mala noticia”, la maquinaria capitalista logra como lo indica la palabra “Dispositivo” poner todo a disposición, contaminando a la política con lo que llamaríamos “ultrapolítico», a saber: infiltrando a la política clásica con fenómenos identificatorios, fantasmáticos. Estos fenómenos se captan mejor cuando se observa el exterior constitutivo del macrismo: el espectro kirchnerista y sus equivalencias metafóricas en Venezuela y el Populismo. A la “hipermodernidad» macrista la amenaza un futuro que viene del pasado: la experiencia nacional y popular. Toda su supuesta contemporaneidad sobreactuada cruje cuando vislumbra que el proyecto popular no está muerto. Entre otras cosas, porque la verdadera experiencia moderna y republicana aconteció bajo el kirchnerismo. «A la ‘hipermodernidad’ macrista la amenaza un futuro que viene del pasado: la experiencia nacional y popular. Toda su supuesta contemporaneidad sobreactuada cruje cuando vislumbra que el proyecto popular no está muerto. Entre otras cosas, porque la verdadera experiencia moderna y republicana aconteció bajo el kirchnerismo… Los políticos macristas son mediadores evanescentes e intercambiables que cuentan con jugar con la corriente a favor de una maquinaria neoliberal con una potencia en la producción de nuevas formas de subjetividad…» Los políticos macristas son mediadores evanescentes e intercambiables que cuentan con jugar con la corriente a favor de una maquinaria neoliberal con una potencia en la producción de nuevas formas de subjetividad, que encuentra su ejemplo mayor en aquellos que son capaces de atentar contra sus propios intereses por odio hacia los otros. En este aspecto el macrismo es una variante con su propia especificidad, del poder neoliberal y no una hegemonía. La Hegemonía siempre se construye con lo que «no hay «, con el vacío como punto de partida, por ello nada va a «volver» y está todo por reinventar. Su condición primera es no tener como punto de partida el régimen de dominación neoliberal y por tanto verse obligada a construir con fragmentos una voluntad contra hegemónica. Algo bien diferente del poder homogeneizante de la maquinaria capitalista. Ardua y desigual tarea si se tiene en cuenta el dispositivo mediático -judicial a disposición de la trama neoliberal. *Profesor honorario de la UBA, miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis (España) y de la Escuela de Orientación Lacaniana (Argentina).

Nacionales, Opinion, Portada

Danza con globos

Fuente: Carlos Rozanski* | Página 12 Fecha: 15 de AGOSTO 2017 Las elecciones del domingo pasado en nuestro país transcurrieron con particular tranquilidad y entusiasmo. Millones de personas fueron a los lugares indicados, con distintas expectativas, pero una actitud que los abarcó a todos, que fue la de la conciencia de ejercer su derecho a expresarse. Era un día feliz, y como se suele decir, una fiesta de la civilidad. Por la noche, la mayoría de los votantes se sentaron en sus casas frente a los televisores, para saber si el resultado obtenido coincidía con sus sueños. También, muchos dirigentes y militantes se acercaron a los respectivos “bunkers” para el tradicional “aguante”. Cada medio de comunicación, desde sus propios intereses e ideología, desarrollaba los títulos que ilustraban las pantallas. A la hora señalada, 9 de la noche, los argentinos estábamos pendientes de lo que se había prometido, que eran los números oficiales de la votación realizada. Mientras, una muy selecta minoría, quienes tienen el poder formal y quienes manejan los hilos del poder real, se dedicaban a otra tarea. Ponían en marcha un plan siniestro, cuidadosamente elaborado, que consistía en una puesta en escena, de música estridente, baile contagioso, canapés elegantes, y miles de globos de colores cayendo desde un alto techo. No interesó en ningún momento, cuando se pensó el programa, el verdadero resultado de la votación popular. Porque siempre bailarían ellos, los dueños de los globos. Eso, porque si realmente hubieran ganado –en uno o más lugares del país–, los discursos serían de agradecimiento, felicidad, plenitud, amor y comprensión. Y si hubieran perdido –en uno o más lugares del país–, el escenario previsto era idéntico. Agradecimiento, felicidad, plenitud, amor y comprensión. Y semejante ficción era posible porque, quienes desde el poder —formal y real—, y desde la propiedad de los principales medios de comunicación –varios manchados con la sangre de las víctimas del terrorismo de Estado–, contaban con una patética condición, la eficiencia de su psicopatía. Porque sólo individuos sin conciencia, sin remordimiento alguno, sin sentimiento de culpa, y sobre todo sin que les importe un milímetro el prójimo, pueden ser capaces de planificar lo vivido en nuestro país, desde las 21 horas del domingo hasta las 4,30 de la madrugada del lunes. Con órdenes precisas y muy fríamente calculadas, se dosificó la información no sólo para transmitir una imagen ganadora, sino que, aun habiendo perdido, como les constaba, en la provincia de Buenos Aires, festejaron eufóricos un supuesto triunfo en el distrito más importante del país. Y entonces, los canapés, las bebidas, la música y el baile, invadieron cada espacio del elegante lugar, en una sádica escena en la que la realidad –haber perdido– no tenía ninguna importancia. Y luego de la excitación típica de los triunfalismos planificados, se fueron. Los trabajadores del lugar, comenzaron a pinchar los globos que quedaban en el piso y a barrer el salón. Se apagaron las luces. Lejos de allí, desde Salta hasta Tierra del Fuego, millones de argentinos, sorprendidos por el espectáculo presenciado, veían a altas horas de la noche, que las pantallas de sus televisores mostraban un cambio que sería irreversible en los resultados de la provincia de Buenos Aires. Fueron tomando conciencia que los dueños de los globos los habían engañado. No sólo con los números de la provincia ni con el manejo brutal de la información, sino con el fraude social de quien, sin remordimiento alguno, subestima y daña gravemente a la gente y a la institucionalidad. Porque millones de ciudadanos que confían en la democracia y en el voto popular fueron estafados, aunque por suerte, por poco tiempo. Ello, ya que el pueblo, más temprano que tarde, va a triunfar sobre la perversión de un puñado de psicópatas que sólo disfrutarán un rato de una gloria, tan efímera como los globos de colores que se fueron pinchando el domingo a la noche. * Ex juez federal.

Nacionales, Politica, Portada

Crónica de una estafa anunciada

Fuente: Horacio Verbitsky | Página 12 Fecha: 15 de AGOSTO 2017 Al anunciar la interrupción del escrutinio en la provincia de Buenos Aires, el gobierno nacional proclamó que el resultado era un “empate técnico” y que el desenlace recién se conocería con el escrutinio definitivo, que la Cámara Nacional Electoral terminará en diez días. Ese tribunal alzó la voz el 27 de junio para alertar a la ciudadanía que el Poder Ejecutivo ni se había dignado responder a sus propuestas para “el fortalecimiento del proceso electoral”, que incluían el traspaso del escrutinio provisorio a la justicia para evitar interferencias políticas. Según la Acordada que firmaron los jueces Santiago Corcuera y Alberto Dalla Vía, era necesario que la ciudadanía supiera que el tribunal no participó en las operaciones atinentes al diseño, planificación, organización, procesamiento, cómputo y difusión de los resultados del escrutinio provisorio “ni tampoco en la contratación de prestadores de servicios a tales efectos”. Todo eso continúa bajo la órbita exclusiva del Poder Ejecutivo Nacional, precisaron en previsión de lo que ocurriría. Esta fue la precisa respuesta judicial a la contratación por el Correo Argentino de la transnacional española Indra, sin licitación y en un concurso privado. No obstante, el gobierno dio a entender que la contratación de Indra por 25 millones de dólares respondía a las recomendaciones de la Cámara Nacional Electoral. Su desmentida no dejó lugar a dudas: la Cámara no había previsto “la intervención de ninguna empresa privada” ni la “modalidad administrativa que al respecto se haya adoptado, sino que, por el contrario, intentó prescindir de la acostumbrada contratación de terceros”. El martes 8 de agosto el bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria llenó los casilleros que Corcuera y Dalla Via dejaron en blanco: en una conferencia de prensa ofrecida en el Congreso, el presidente del bloque, Héctor Recalde, expresó su preocupación por “la transparencia de los comicios”, dadas las “irregularidades en la contratación del servicio de escrutinio provisorio”, que no fue realizada a través del Estado nacional como era costumbre, sino por el Correo Argentino SA, que funciona como una empresa privada. Su presidente, designado por el actual gobierno, es Jorge Irigoin (ex gerente de las Sociedades Macri, Socma) y el director general de Indra es Ricardo Viaggio, ex vicepresidente de Siemens Itron, una sociedad entre la alemana Siemens y las Sociedades Macrì, constituida cuando su vicepresidente ejecutivo era el actual jefe de Estado. Viaggio integró la comitiva de Macrì en su último viaje a España. El antecesor de Viaggio en Indra, Manuel Terradez, asumió sin periodo de carencia como subsecretario de Reforma Política del gobierno de María Eugenia Vidal. El control de las operaciones de Irigoin y Viaggio quedó en manos del juez Juan Manuel Culotta, compañero de estudios en el colegio Cardenal Newman del Presidente Macrì, de su secretario legal y técnico Pablo Clusellas y de su asesor principal Joré Torello, y amigo de infancia del abogado personal del presidente, Alejandro Pérez Chada. Culotta es juez federal de Tres de Febrero y fue trasladado a La Plata por la apetencia de su secretaría electoral, para lo cual no tenía competencia. Estos antecedentes son centrales para comprender cómo se llegó al “empate técnico” de ayer. A las 21, cuando el Correo difundió los primeros datos oficiales Bullrich batía por varios puntos a CFK en la provincia de Buenos Aires. El gobierno realizó un eufórico festejo en Costa Salguero, con varias apariciones de Elisa Carrió, Gabriela Michetti, María Eugenia Vidal, Esteban Bullrich y finalmente el presidente Macrì, quien habló a las 22.44. A las 23 todo había concluido y el escrutinio provisorio estiraba hasta 7 puntos la ventaja del terror de los maestros y los pibes pobres bonaerenses. Del mismo modo, Cambiemos batía en Santa Fe al justicialismo y también se imponía en Córdoba, Santa Fe, La Pampa, Chaco, Neuquén, San Luis y Río Negro, además de sus bastiones radicales de Jujuy, Mendoza y Corrientes. Hasta ese momento se habían cargado datos del interior bonaerense y de la ciudad de Santa Fe, pero muy pocos del conurbano de Buenos Aires y de la ciudad de Rosario, que recién comenzaron a ingresar al cómputo general después de la medianoche. Tanto Cristina como Agustín Rossi empezaron a descontar la ventaja. Cuando el escrutinio concluyó en Santa Fe, Rossi pasó al frente. Cambiemos también fue superada en Chaco y Río Negro. En Buenos Aires la tendencia se detuvo a las 4, cuando CFK quedó a una centésima de Bullrich, quien en la hora siguiente se despegó hasta ocho centésimas, el famoso empate técnico de Adrian Pérez. Trabajadores del Correo afirman que el cómputo se detuvo por orden del ministerio del Interior, cuando Bullrich llevaba 6.000 votos de ventaja y faltaban escrutar 1537 mesas, que a razón de 345 electores cada uno, implican más de medio millón de electores. Esas mesas provienen de Ensenada, Malvinas Argentinas, Florencio Varela, Moreno, Merlo, La Matanza, José Paz, Berazategui y Ezeiza, partidos donde Cristina obtuvo una ventaja que oscila entre el 15 y el 25 por ciento de los votos. El escrutinio definitivo mostrará la victoria de Cristina, por lo que no podrá hablarse de fraude, pero la noticia carecerá del impacto político que hubiera tenido ayer. Mientras el país se encamina hacia la verdadera elección, que será el 22 de octubre, la del domingo permite una constatación más importante que las cifras del escrutinio: con el discurso de la transparencia, la unidad y el trabajo en equipo, repetido hasta el hartazgo, el gobierno de Maurizio Macrì, tergiversó el mensaje del pueblo. La perversa manipulación electoral no desentona con el blanqueo modificado por decreto para permitir el acceso de los familiares de sus funcionarios que la ley prohibía; con las decisiones políticas encaminadas a beneficiar al presidente, su familia, sus ministros, amigos y funcionarios; con la detención arbitraria de Milagro Sala ni con la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Nadie puede ignorar que dentro de la maltratada democracia argenta, Macrì no reconoce más límite que el que la sociedad sepa

Nacionales, Politica, Portada

Sigue en disputa

Fuente: Eduardo Aliverti | Página 12 Fecha: 14 de AGOSTO 2017 Quienes se fueron a dormir avanzada la medianoche con la certeza de que ya todo estaba dicho, debieron levantarse hoy con otra seguridad en forma de pregunta. ¿De cuánto es capaz este Gobierno en la manipulación de datos centrales? La cantidad de votos conseguidos por la oposición que se manifestó como tal le ganó al Gobierno. Pero el Gobierno quedó unificado en una imagen de abroquelamiento y la oposición no. Si el razonamiento es de interpretación política, Cristina llegó “hasta ahí” aunque quebrando la espuria maniobra de Cambiemos al proclamarse ganador cuando faltaba toda la carga del conurbano profundo; pero no le daría para revertir una polarización acentuada hacia octubre a menos que se produzca lo que ahora parece una fantasía: un traslado de los patéticos porcentajes de Massa/Randazzo a Unidad Ciudadana, o un agravamiento de las perspectivas económicas hasta límites no previstos en lo inmediato. Aclaración imprescindible: esta columna se escribe en medio de datos apretadísimos sobre la provincia de Buenos Aires, cuando Cristina parece ser la ganadora “moral” tras el asqueante primereo del festejo de Cambiemos. A mediano plazo no hay duda posible sobre la reiteración catastrófica de los efectos de un modelo basado en el endeudamiento externo, la primarización productiva, el auge del capital especulativo. Pero mientras tanto, ayer se exhibió que el fastidio de las capas medias –y de numerosos sectores populares– con los modos de la experiencia más inclusiva desde el recupero de la democracia… es todavía más fuerte que las evidencias de los recuerdos del futuro. Si eso es producto principal de lo influyente que fue y es la maquinaria mediática oficialista queda para otro momento de análisis. Sí podría señalarse que era muy pronto para que tanta gente se enojara con lo que votó hace veinte meses y que por tanto resolvió renovar el crédito, aunque sea con falta de entusiasmo e incertidumbres enormes. Tampoco hay que restarle méritos a la táctica macrista, que jugó a fondo la presencia e imagen de Vidal. La sucesora en ciernes. Esa movida de la dama, en el último tramo, con su papel de víctima solitaria contra las mafias, con su pasado que no carga la mochila de corrupción del clan macrista, da idea de haber sido influyente. Si se busca consuelo, y no está nada mal, puede encontrárselo en que Cristina conservó vitalidad ya sin aparato, con una campaña modestísima en términos de inserción en los medios, prácticamente desde un llano al que no estaba acostumbrada, con una artillería de prensa en su contra de miserabilidad cotidiana, con los gurkas de la familia judicial acosándola de todas las formas imaginables. Pero todos esos factores, que son irrebatibles, no modifican la certeza de que la correlación de fuerzas es la que es, desfavorable, sin que le importe mayormente a nadie de dónde proviene. Nuevamente, la notable victoria de Cambiemos en Córdoba resulta clave para vestir mejor a su triunfo nacional. Una victoria de primera minoría, es cierto, pero victoria al fin en medio del ajuste, de los tarifazos, de la pérdida de puestos de trabajo, de las pymes cerradas o acogotadas, de la violencia represiva. A la importancia del distrito cordobés se suma el valor de la derrota del gobernador Schiaretti, cuya cara lo decía todo cuando enfrentó las cámaras poco después del cierre. Si ese escenario no se modifica en octubre, lo cual es más bien improbable con los cálculos de hoy, Schiaretti habrá pagado muy caro –para ser extremadamente suaves– su aguachentismo entre haberse pegado a Macri y acordarse de cuestionarlo en las últimas semanas. La apuesta del gobernador por encabezar la dichosa “liga” de colegas, que iba a poner condiciones desde el relanzamiento del PJ, quedaría jubilada. Como primera impresión, quien ocuparía ese lugar eventualmente presidenciable es Juan Manuel Urtubey a partir de su desempeño en Salta pero, como dicen algunos pérfidos, por ahora tiene más proyección de novio que de candidato con alcance masivo. La gran elección de Agustín Rossi en Santa Fe no bastaría para que ocupe un lugar expectante. Unido a la desastrosa actuación de Massa y a la inexistencia de cualquier otra figura que siquiera despunte, en ese universo globalmente definido como peronismo anti K, el espacio queda en una situación dramática y esa es una excelente noticia para el Gobierno. En rigor, es uno de los panoramas más severos e inciertos que haya afrontado el peronismo desde la restauración democrática. Eso incluye que en CABA no parece haber forma de que la órbita progre-peronista quiebre su techo, inferior al cuarto del electorado. Los números del triunfo de Carrió llevaron a que anoche hubiera algunos pronósticos de que el macrismo se parió un problema, porque la chaqueña es inmanejable y en adelante impondría condiciones, desde su juego actoral para sí misma, capaces de perjudicar grandes estrategias oficiales de cara a 2019. Es un análisis extraño. Si algo demostró Carrió, en sus últimos tiempos, es que no le hace asco a la corrupción estructural del gobierno que ayudó a construir. Si estamos hablando de que quien supo decir hace pocos años que su límite era Macri le trae problemas declarativos al oficialismo, vale (digamos). Pero si se cree que eso expresa alguna contradicción primaria respecto de la contrarreforma neoliberal que avanza en casi toda América Latina, media un disparate. ¿Qué amenazantes dificultades podría traerle una Carrió envalentonada a su gobierno de derechas, a sus edificaciones en esa dirección, a su invariable trabajo en pos de los intereses republicanos de la Sociedad Rural, de las corporaciones mediáticas, de la oligarquía financiera? Por favor. Un poco más de seriedad, no mucha, la suficiente como para no confundir evaluaciones de egolatrías con profundidad política. Por último, que como tantas veces es lo primero, en estas horas de análisis urgente y desafiante es imprescindible registrar –con más fuerza todavía– que las elecciones de ayer se dieron bajo el contexto de un desaparecido (a más de 13 presos políticos referenciados en Milagro Sala, a

Nacionales, Opinion, Portada

¿Qué se votó ayer?

Fuente: Fernando Borroni | AM750 Fecha: 14 de AGOSTO 2017 No es oportuno hacer análisis apresurados. Me parece que sí es oportuno formular algunas preguntas que seguramente las respuestas las iremos construyendo de cara a octubre; y después algunas afirmaciones que, creo que sí, se pueden rescatar de lo que sucedió ayer en las elecciones. Preguntas para sumar a la confusión generalizada: ¿Qué se votó ayer? ¿Es un voto a favor del gobierno? ¿A favor de las políticas económicas del gobierno? ¿Se votó una política económica? Me lo pregunto. ¿Fue un voto ideológico? No importa lo que estés viviendo, no importa lo que esté pasando, pero vos no volvés… ustedes no vuelven y en ese ustedes el campo nacional y popular a través de sus dirigentes. ¿Se plebiscitó al kirchnerismo o se plebiscitó al Gobierno Nacional? ¿Qué pasó con el tarifazo? ¿Nos creímos que impacta… o impacta y en realidad cuando medimos los números, en el fondo, al gobierno tan bien no les fue? ¿No importa nada Santiago Maldonado? Pregunto… ¿De la represión…? Son todas preguntas que uno fue escuchando y haciéndose uno mismo. Y ahí están… dejémoslo ahí. Algunas afirmaciones… quien no quiera ya entender de cómo se manipulan (los resultados) mediáticamente, que haga terapia. Ayer tuvimos una clase de la manipulación mediática. Recordé “1984” libro de George Orwell… el torturador y el torturado. El torturador ponía frente al rostro del torturado… frente a sus ojos cuatro dedos y le preguntaba “¿Cuántos dedos ves?” Y el torturado decía “cuatro”, y el torturador mientras le mostraba cuatro le decía: “no, son tres”. Y lo seguía torturando y le preguntaba “¿cuántos dedos ves?” Le mostraba cuatro y el torturado decía “cuatro” y el torturador decía “no, son tres”. Eso vimos ayer. La televisión nos decía “son cuatro” mientras nos torturaban con esa maquinaria sistemática, pero para nosotros había otra información que decía que los números son distintos, pero no… Es esto, es esto lo que hay que ver. Es esto lo que hay que instalar. ¿Por qué? Porque la noticia está por encima de la realidad. Y la noticia cada vez se condice menos con la realidad, y ahí tenemos un problema. Recién Marcos, un compañero, me dijo “¿sabés lo que pasa? el poder tiene razón… el poder tiene razón”. Largo… para discutirlo. “Roma no paga traidores” Segunda afirmación, un viejo dicho. Bueno Roma no paga traidores, el kirchnerismo si paga traidores. Y ayer se los cobró. Flaco favor le hizo Randazzo al campo nacional y popular ¿no? ¿O ahora habría que analizar que los votos de Randazzo simpatizan con Cristina pero había…? Pero cuando contamos los porotos Flaco favor… casi seis puntos. La estrategia de Alberto Fernández a la perfección. (Gustavo) Campana dice no hay neoliberalismo sin traición. Pongámosle abajo “no hay Bullrich sin Randazzo”. Tercera afirmación: la subestimación, está claro, que no la podemos poner más en juego. La estrategia de Duran Barba de querer poner un cuatro de copas en la cabeza de la lista como Esteban Bullrich —porque total tenían su marca registrada que era María Eugenia Vidal— campaña que muchos analizábamos como que no iba a ser efectiva, finalmente lo fue. Ganen o pierdan por 1 o 2 puntos, lo fue. Tampoco subestimemos a Cristina Fernández de Kirchner, quien nunca perdió una elección y que “el monstruo”, después de un año y medio que se fue del gobierno, frente a un aparato judicial inquisidor, con los medios de comunicación atacándola a la yugular, sin esa campaña tan fuerte como otras campañas, está por encima del 30% en la provincia de Buenos Aires. Una última. No hay una gran avenida del medio. Las avenidas del medio se caen en el medio de la grieta y la tibieza, con tibieza se paga. Ahí está… Sergio Massa. Recién Adrián Stopelman me decía “perdieron con un boxeador que no subió al ring” y ahí hay otra pregunta. ¿Subió Cristina Kirchner al ring? ¿Subirá de cara a octubre? Quiero terminar con esto: no es, lejos está de serlo, de traer sobre la mesa, como que uno dijo en algún momento algunas cosas. No. Hoy podría haber hecho un editorial que hace mucho tiempo lo titulé “El problema de homenajear al verdugo”. Algo de eso vimos ayer. O traer otra más vieja que se titulaba “Los pueblos se suicidan”. La batalla cultural es bastante más larga y bastante más profunda de lo que creemos. Transcripción del Editorial de Fernando Borroni en el programa matinal conducido por Víctor Hugo Morales y Gustavo Campana en AM750 Audio: http://radiocut.fm/audiocut/columna-de-fernando-borroni-que-se-voto-ayer/  

Nacionales, Politica, Portada

«Santiago estaba agarrado de una rama, con el agua hasta las rodillas, y los gendarmes arriba»

Fuente: Maxi Goldschmidt | Revista Cítrica Fecha: 14 de AGOSTO 2017 La Lof en Resistencia de Cushamen rompió el silencio y le contó a Cítrica los detalles de la represión del 1º de agosto. En la tarde del domingo, mientras la atención nacional estaba puesta en las PASO, llegamos a la Lof en Resistencia de Cushamen. A unos doscientos metros de la tranquera, sobre la ruta 40, un micro y una camioneta de Gendarmería vigilaban. “A la vuelta los van a parar y les van a pedir documentos. Así lo hacen con los que se acercan al territorio”, nos habían advertido antes de salir desde El Bolsón. No sabíamos si íbamos a ser recibidos, por más que nos llevaran compañeros, de los tantos comprometidos con la lucha mapuche y que también por estas horas están siendo asediados. Por seguridad, las lamien (hermanas) y los peñi (hermanos) de la Lof que están cerca del alambrado lindero a la ruta, están encapuchados. Su lonco, Facundo Jones Huala, está preso ilegalmente por una causa en la que ya fue juzgado. Y lleva 14 días en huelga de hambre. Santiago Maldonado, un no mapuche que fue apoyarlos, está desaparecido. En ese contexto, y con tal nivel de violencia represiva, mediática, política y judicial, ¿a quién le puede resultar violento que anden encapuchados? No hacerlo, sería exponerse ante un poder que, a cara de descubierta o no, los seguirá llamando “terroristas” y buscará exterminarlos. De estas cosas hablamos ni bien nos presentamos y traspasamos la tranquera. Y de Santiago —el Brujo o el Vikingo, como lo conocen allí—, de la represión del 1 de agosto, de las marchas en todo el país, de la importancia de contar con un relato propio sobre lo ocurrido en los últimos días. De que esa voz llegue a personas y medios que los apoyan. De que esa voz, de que esa versión que está faltando, se conozca, se replique. De que ayude, al menos un poco, a enfrentar tanta impunidad y mentira. Alrededor de un fuego, junto a una casilla de madera que resistió la furia de la Gendarmería porque “había dos peñi con sus niños”, hablamos durante poco más de una hora. Hasta del Bauen hablamos. Porque una lamien había conocido a un cooperativista del hotel y quería saber cuál era la situación, si todavía resistían el desalojo. En el horizonte, el sol se reflejaba en los picos nevados. Por el campo, un par de chicos jugaba, corrían. Uno, tenía en la mano algo verde: un cartucho. “No lo tomen a mal. Pero si pueden espérennos en el auto, del otro lado de la tranquera. Vamos a bajar a hablar sobre esto que nos proponen. No estamos haciendo entrevistas, queremos preservarnos. Pero lo consultaremos con otros peñi y nos acercaremos a decirle lo que decidimos”, nos dijo con voz pausada y dulce un señor que podría haber sido nuestro abuelo, al que sólo le veíamos los ojos y que nos despidió con un fuerte apretón de manos. Unos 45 minutos después, vimos venir caminando a otro peñi. Vestía jeans y un poncho marrón con retazos verdes. Su mano y su voz eran más jóvenes. Ya dentro del auto, prendimos el grabador. Los mapuches llaman pentukun a una formalidad que realizan cuando llegan a un lugar o reciben a alguien. En su lengua, se presentan saludando, enumerando su nombre, su familia, el lugar de donde vienen, la identidad de su lonco y algunas otras cuestiones importantes de remarcar antes de iniciar la charla. En este caso, “saludar a toda la gente mapuche y no mapuche también. A los amigos a los que pueda llegar esta entrevista”. Lo dijo en mapuche y después lo tradujo. Decidimos venir hasta acá porque es difícil encontrar información de primera mano y confiable de la situación que están viviendo, de la represión que sufrieron en la Lof y de todo lo que tiene ver con la desaparición de Santiago Maldonado. En la situación en la cual nos encontramos, más allá del dolor y la bronca que uno puede llegar a sentir como persona y consciente de la militancia que se ha llevado a nuestro compañero Santiago, nosotros no vamos a callar la voz. Este proceso de recuperación se ha fortalecido mucho más de lo que el winka esperaba, de lo que nosotros esperábamos, y a pesar de todo lo que está pasando, la persecución política que están sufriendo los militantes sociales, la prisión política de Facundo, la militarización del territorio acá en la comunidad, hacen que uno tome más que nunca la iniciativa en el proceso en el que nos embarcamos allá en el año 2015, que fue recuperar las tierras productivas que fueron usurpadas. Y en ese camino es donde hoy nos encontramos, en ese camino es que se llevaron a nuestros compañeros, a Santiago, a Facundo que lo tienen preso, en ese camino es que están intentando criminalizar la lucha. ¿Cómo fue la previa a la represión y a la desaparición de Santiago? Primero hicimos un corte de ruta aquí para denunciar la prisión política de Facundo, las detenciones y violencia que habían sufrido los peñi y las lamien en Bariloche: a las once de la mañana decidimos saltar el alambrado y como forma de comunicación cortar la ruta. Repartimos panfletos, se conversó también con los camioneros de la situación en Bariloche. Recién alrededor de las cinco de la tarde, se hizo presente Gendarmería, con un (camión) Unimog y tres camionetas llenas de efectivos. Se bajan fuertemente armados en el cruce y empiezan a descender para donde nosotros nos encontrábamos. Cuando están a una distancia de cuarenta metros, empiezan a disparar y entonces activamos nuestro grupo de autodefensa. ¿Cómo se defendieron? Con ondas de revoleo y piedras. Así logramos repeler la agresividad que había mantenido Gendarmería en ese rato. Se van unos kilómetros más atrás y ahí nos leen por altoparlante una orden de desalojo firmada por Otranto y nos dan dos horas para desalojar la ruta. ¿Entonces existió una orden?

Nacionales, Politica, Portada

Noceti, la mano ultraderecha de Bullrich

Fuente: Ricardo Ragendorfer | Nuestras Voces Fecha: 10 de AGOSTO 2017 “¡Este hijo de puta buen mozo es mi jefe de gabinete!”, lo presentó en sociedad Patricia Bullrich, Ministra de Seguridad, en un video casero que se volvió viral. El funcionario Pablo Noceti fue defensor de represores, reivindica públicamente la represión ilegal y es el autor ideológico y material de la “lucha contra el indio” en la administración de Mauricio Macri. Con varios viajes al Sur, Noceti venía “preparando el terreno” para la represión a los mapuche, que culminó con la desparición de Santiago Maldonado. “Quedate tranquila; este es un tema de Mario (Das Neves)”, indicó el camino negacionista Macri a la oreja de la ministra Bullrich. El jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, vestía un traje gris y sobretodo oscuro. Con esa vestimenta en medio del paisaje cordillerano su silueta pasaba tan desapercibida como una tarántula en un plato lleno de leche. Así fue fotografiado mientras hablaba con un oficial de la Gendarmería a la vera de la estancia Benetton en Leleque, al noroeste de Chubut. Corría la primera tarde de agosto. Sólo habían transcurrido un par de horas desde la desaparición forzada del mochilero Santiago Maldonado, visto por última vez mientras lo cargaban a una camioneta blanca de esa fuerza durante la brutal represión encabezada por Noceti en la lof de Cushamen, apenas a tres kilómetros de allí. Lo cierto es que esa fotografía –captada a hurtadillas por un gendarme y difundida por Nuestras Voces el 7 de agosto– subraya su participación en ese delito de lesa humanidad, el primero de la era macrista. Para descorrer el velo de su génesis bien vale reparar en la figura de su presunto “hacedor”. Y también en sus pasos hacia aquel ominoso martes en el que Santiago fue visto por última vez cuando lo subían a una camioneta de Gendarmería Nacional. El doctor Torquemada Este abogado de 51 años es un sujeto de hábitos casi espartanos y bajo perfil. Por eso resulta paradójico que tras exactamente un año de silencioso trabajo en la función pública su nombre haya saltado a la luz el 13 de diciembre de 2016 por un desliz jolgorioso de su jefa, Patricia Bullrich. “¡Este hijo de puta buen mozo es mi jefe de gabinete!”, exclamó esa noche a viva voz y ya con dicción incierta, durante un festejo por el fin de año en la sede ministerial de la calle Gelly y Obes. “¡Todas andan locas por él!”, volvió a clamar. A su lado, el aludido forzaba una sonrisa incómoda. Un video del asunto no tardó en viralizarse. Hasta entonces el doctor Noceti había circulado como un fantasma por los pasillos del actual gobierno. Era consciente de que su profusa labor como defensor de represores y apologista de la dictadura le podría jugar en contra. Sin embargo, en el ámbito tribunalicio no es un secreto que su postura ideológica lo sitúa a la derecha de Atila. Por eso no debe asombrar que en sus alegatos califique los juicios contra genocidas como la “legalización de una venganza diseñada por el poder político al servicio de inconfesables intereses” o que la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final “tendría que avergonzar a todo jurista serio de la República”. Fogueado profesionalmente bajo el ala del camarista durante el “Proceso”, Alfredo Battaglia –quien luego tuvo a Galtieri entre sus defendidos–, Noceti supo afinar su visión del mundo en las filas de la Corporación de Abogados Católicos, un distinguido antro de propagandistas del terrorismo de Estado influenciado en su momento por la organización ultraderechista La Cité Catholique, cuyo imaginario bailoteaba sobre los siguientes pilares: la doctrina de la guerra contrarrevolucionaria, el método de la tortura y su fundamento dogmático tomista, cuya dialéctica se sostenía en el “principio del mal menor por el bien común”. De modo que con tal soporte él redondeó su reivindicación teórica de la desaparición forzada de opositores. Y con una escalofriante economía de palabras: “Un enemigo no convencional exige protocolos atípicos”. En realidad su gran problema es que ahora alucina una guerra imaginaria. Tal ensoñación en esta etapa de su vida se cristaliza en una “hipótesis de conflicto” sostenida por él con notable empeño: la amenaza indigenista. Algo que la señora Bullrich adoptó como propio y que además le vino de perillas al gobernador de Chubut, Mario Das Neves, en el marco del litigio por tierras de la comunidad mapuche con el Grupo Benetton. Ya el 30 de agosto del año pasado el Ministerio de Seguridad elaboró un informe de gestión con el siguiente andamiaje argumental: los reclamos de los pueblos originarios no constituyen un derecho garantizado por la Constitución sino un delito federal porque “se proponen imponer sus ideas por la fuerza con actos que incluyen la usurpación de tierras, incendios, daños y amenazas”. Una dinámica cuasi subversiva, puesto que –siempre según ese documento– “afecta servicios estratégicos de los recursos del Estado, especialmente en las zonas petroleras y gasíferas”. Ahora se sabe que ese paper es fruto del puño y la letra de Noceti, quien 20 días antes había sido detectado en Esquel por la Asociación de Abogados de Derecho Indígena (AADI). Tal revelación provocó su segundo traspié: ser sorprendido por un reportero gráfico del medio Noticias de Esquel durante el juicio por la extradición a Chile del líder mapuche Facundo Jones Huala. Su foto fue publicada esa misma tarde. Entonces le fue imposible eludir una entrevista con Radio Nacional de aquella ciudad en la que blanqueó sus intenciones: “Evaluar la comisión de un delito federal, porque acá hay un grupo que pretende atemorizar a la gente con el método de la violencia”. Fue el inicio de la estigmatización del movimiento Resistencia Ancestral Mapuche (RAM). Ya en ese instante él se jactó de poder encarcelar a sus integrantes sin orden de un juez, en base a una interpretación algo antojadiza del artículo 213 bis del Código Procesal, referido a situaciones que ponen en riesgo la seguridad interna de la nación. A

Scroll al inicio