Nacionales

Seccion de Noticias

Nacionales, Politica, Portada

Protocolos flexibles para una negociación enrarecida

Fuente: Alejandro Bercovich | BAE Negocios Fecha: 19 de noviembre de 2020 El aporte solidario y extraordinario que les pidió Mauricio Macri a los dueños de grandes fortunas para solventar la campaña presidencial de 2015, según publicó el periodista Hugo Alconada Mon en su libro La raíz de todos los males, era el 1% de sus patrimonios. La mitad de lo que les exige para que ayuden a capear la corona-crisis el proyecto de Ley que acaba de recibir media sanción en Diputados. Claro que aquella contribución era sobre el total y no solo sobre lo declarado, tal como el propio autor ratificó más tarde bajo juramento ante el juez platense Ernesto Kreplak. La ventaja era que podía integrarse en efectivo o en especie porque el comité de campaña prefería todo barrani para no exceder el gasto permitido.https://78687cf61a6d016a46b0524f85eeb118.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html Aquella colecta fue tan provechosa que le permitió a Macri oblar $1.760 millones (unos $7.500 millones de hoy) entre actos, medios y cartelería. Once veces más que lo declarado ante la Cámara Nacional Electoral, siempre según Alconada Mon. Un subregistro que difícilmente pueda impugnar con autoridad moral el Frente de Todos, pero que sí expone la contradicción de los grandes contribuyentes entonces bien predispuestos a la exacción privada y ahora indignados por la estatal. El ejemplo más nítido son los miembros de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que ayer sumaron su disgusto al del resto de las cámaras patronales y que en La Raíz… figuran como aportantes de 2015: Rocca, Bulgheroni, Roggio, Eurnekian, Pescarmona, Escasany, Elstzain y siguen las firmas. Muchos acaudalados accedieron a aquel aporte tentados por lo que prometía el candidato: que el 99% restante de sus patrimonios aumentaría durante su mandato mucho más de lo que él les pedía. No fue así. El Grupo Financiero Galicia de los Escasany, por ejemplo, pasó de valer U$S 3.251 millones el día que asumió a U$S 2.044 millones el día que le entregó la banda presidencial a Alberto Fernández. Hoy, corona-crisis mediante, vale poco más de U$S 1.000 millones. A Jorge Horacio Brito, autoproclamado «banquero peronista» pero hermanado con sus competidores en el repudio al aporte extraordinario, no le fue mucho mejor: el valor del Macro cayó con Macri de U$S 3.298 millones a U$S 1.970 millones y a la mitad desde que gobierna el candidato que votó el patriarca. Son pérdidas muy cuantiosas. Mucho más que un aporte del 2% que se recupera rápido si el patrimonio está dolarizado, como ocurre con el 43% de lo que declaran los potenciales alcanzados por el tributo según la AFIP. Lo que se juega en el rechazo a esa alícuota, más que dinero, es poder. Por eso cuando un par de socios de AEA le advirtieron a Matías Kulfas que irían a tribunales contra el nuevo tributo, el ministro de Producción no intentó siquiera disuadirlos. «Ellos van a seguir viviendo acá y tienen que seguir haciendo negocios acá. ¿Vos pensás que van a dejar de hacer un negocio, si lo ven rentable, porque los indigna un impuesto a su patrimonio?», le dijo después a un colega del gabinete que le preguntó por la amenaza.https://78687cf61a6d016a46b0524f85eeb118.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html Positivos y negativos Kulfas recibió a la misión del FMI que encabeza Julie Kozack el martes mismo, mientras se trataba el aporte en Diputados. Hubo que hablar de biocombustibles y movilidad sustentable por Zoom, porque los ocho enviados del Fondo todavía estaban aislados tras el PCR positivo de Luis Cubeddu el sábado por la noche. Setenta y dos horas y tres análisis negativos después, el economista venezolano recibió la venia para volver a ver gente en persona. Igual que Sergio Massa, aislado apenas por 48 horas hasta que un alta médica de curiosa factura le permitió ir en persona a presidir el final del debate y la votación. Son excepciones a los protocolos muy llamativas para un país que ya asoma cuarto en el ranking de muertos por millón de habitantes. Excepciones que ni siquiera consiguió el Presidente, aislado dos semanas en la casa de huéspedes de Olivos tras haber estado en contacto estrecho con el infectado Gustavo Beliz en el viaje para despedir a Evo Morales. Pero que algunos funcionarios de segunda línea sí se autoarrogan, como el jefe de la Unidad de Información Financiera (UIF), Carlos Cruz, quien se reunió a fines de la semana pasada con la misión del Fondo y encabezó este lunes como si nada varias reuniones virtuales de trabajo desde su despacho frente al Obelisco. La «compañera Julie», como rebautizó cariñosamente el negociador argentino Sergio Chodos a Kozack, se puso un poco más estricta en las reuniones virtuales de esta semana. La mayor presión que ejerció sobre Martín Guzmán en las videoconferencias que mantuvieron casi a diario fue respecto del déficit fiscal previsto para 2021. No solo quiere que sea menor (un 3,5% del PBI frente al 4,5% que estima el Presupuesto) sino que procura que se financie más con deuda y menos con emisión monetaria.https://78687cf61a6d016a46b0524f85eeb118.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html Lo que Kozack evitó recomendar abiertamente es el recorte de subsidios a los sectores más pobres. «Bajen gasto pero sean inteligentes. Que no tenga costo social», ordenó en uno de esos encuentros virtuales. Sobre las jubilaciones, después del desenganche de la inflación que ya había anunciado Guzmán antes de su llegada, no hizo falta que hablara. Tampoco -ay, AEA- se quejó por el impuesto a los dueños de grandes fortunas. Al revés. «La alternativa a bajar el gasto es subir impuestos», soltó en otra reunión. Lo interesante es que lo que vaya a recaudar el tributo está en un limbo: no figura en el Presupuesto 2021 y ya no llegará a percibirse este año. ¿Será la llave para terminar de cerrar la grieta entre el 3,5% y el 4,5% y «anclar con el Fondo» como pide a gritos Carlos Melconian, enemigo del impuesto? Sería toda una ironía. La carta al Fondo de los senadores del Frente de Todos, que contrastó por su crudeza con la diplomacia market-friendly que despliega Guzmán cada vez que habla con Kozack o Georgieva, sorprendió al jefe del Palacio de Hacienda y lo hizo protestar ante el Presidente. Cecilia Todesca, en cambio, destacó que exhibía al

Nacionales, Politica, Portada

Viejos, pobres y zurdos

Fuente: Carlos Alberto Rozanski | Página/12 Fecha: 18 de noviembre de 2020 La elección de características de determinados universos de personas como instrumento de estigmatización y eliminación física, no es nueva. Alcanzó su punto más alto en la doctrina nazi, enunciada por Adolfo Hitler, Führer (líder) de Alemania entre 1933 y 1945 y cuyas consecuencias, el mundo conoce. Los grupos eran seleccionados para su descalificación, concentración y posterior exterminio, no sólo por características físicas, sino, además, por sus costumbres, inteligencia, habilidades, gustos culturales, etc. De ese modo llegaban al concepto de raza y la supervivencia a partir de la aptitud. La noción actual de meritocracia, replicada hasta el hartazgo por la dirigencia de los nuevos grupos que se enuncian superiores, tiene sus raíces en aquellos brutales tiempos de la humanidad. No es casual que el entrenador de Macri y su equipo, haya sido Jaime Durán Barba, quien definió a Hitler como “Un tipo espectacular”. Tampoco lo es que desde antes incluso, de la elección presidencial de 2015, la principal técnica de captación de votos del PRO-Cambiemos, haya sido la manipulación inspirada en Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Adolfo Hitler. De ese modo. con la estructura vertebral de los medios hegemónicos de comunicación, la reiteración de la mentira, construyó verdad en nuestro país. Si bien esas ilegalidades permitieron el saqueo inédito de la Argentina, no alcanzaron para conservar el poder formal en 2019, debiendo replegarse para rearmar su discurso, con miras al 2023. La aspiración de máxima es lograr el retorno al gobierno en ese año, y de mínima, obtener impunidad para sus crímenes. La concreción del primer objetivo, depende de la eficacia en las técnicas de manipulación, y la respuesta que sea capaz de dar el actual gobierno. En cambio, el segundo, está casi garantizado por la permanencia en sus cargos del sector más reaccionario del poder judicial que fue cómplice del saqueo macrista. En cualquier caso, los crecientes discursos de odio y su difusión a través de quienes, permeables a esos discursos, queman barbijos, niegan vacunas, defienden a los multimillonarios y demonizan los “populismos”, son alarmantes. Precisamente porque se diseñan para generar alarma en un sector de la población, y de ese modo, obtener algún rédito político que mejore su deslucida imagen partidaria. Es en ese contexto, que se inscribe el curioso discurso de la ministra de Educación de Horacio Rodríguez Larreta, Soledad Acuña. Describir a los estudiantes de carreras docentes como viejos, pobres y de izquierda, no es casual. Todos sabemos que esa imagen no se corresponde con la realidad, pero no es el caso. A ningún dirigente del PRO le interesa la realidad, sino la construcción que de ella se haga para manipular. Hay que recordar que quien era ministro de Educación de Macri, Esteban Bullrich, sabía que el corazón de los jóvenes hacia el mismo ruido que el de cualquier ser humano. Sin embargo, rodeado de militantes, susurrando, los convencía que el sonido cardiaco era: “si, se puede”, si, se puede”. La actual ministra Acuña, se formó en el Colegio alemán Primo Capraro de San Carlos de Bariloche. Su director cultural durante el periodo de formación de la ministra, se llamaba Erich Priebke. Era un oficial del ejército nazi que una vez descubierto en Bariloche, fue extraditado a Italia y condenado a prisión perpetua por el asesinato de 335 personas incluyendo niñes, en las conocidas Fosas Ardeatinas. Nadie mejor que ella para definir, en un acto de brutal sinceridad, lo que considera característico de quienes estudian carreras docentes. Viejos, fracasados e incultos son algunos de los adjetivos que utilizó. Con los mismos prejuicios con que los nazis descalificaban como seres humanos a los judíos, homosexuales, con síndrome de Down o gitanos, Soledad Acuña, intentó humillar a los docentes. Sin embargo, la historia ha mostrado que del mismo colegio donde se formó la ministra, han egresado numerosos alumnos de ideas nobles que honran la cultura y jamás ofenderían de ese modo la condición humana. Eso prueba que la educación, si bien es un elemento fundamental en la formación de les niñes, lo que define, es la decisión que tomen de adultos de honrar o degradar la vida.

Nacionales

“A la sombra de las luces”

Escribe Todorov en “Goya, a la sombra de las luces”: Nuestra mente sólo conoce imágenes de las cosas, nunca las cosas en sí. Los hechos son siempre ambivalentes y son frecuentes los cambios de perspectiva. Los buenos se convierten en malos, y las víctimas de ayer son hoy verdugos. Septiembre 1982, cárcel de Villa Devoto. Salgo en libertad y voy con familiares de preses a tomar un vino al bar que está frente al penal. Estoy sentada charlando y veo por la ventana a una mujer en la vereda que me hace señas para que me acerque. Me levanto mientras quienes me acompañan le hacen gestos para verificar si quiere hablar conmigo. Lo confirma y empiezo a caminar hacia la puerta del bar mientras me pregunto ¿qué querrá este fantasmón?  Los demás me piden que no vaya, que tenga cuidado. Tienen sus motivos, aún hay desapariciones. Me encuentro con la mujer. Es una de las enfermeras del penal, y me pide que sigamos caminando hacia la esquina para que no nos vean los guardias que vigilan desde la pasarela. Todo se desarrolla muy rápido entre nosotras. La mujer está ansiosa por decirme algo y yo tengo miles de interrogantes, y miedo, porque lo que está pasando me resulta  incomprensible. En un momento detiene su marcha, me mira a los ojos y me dice algo así como: Quiero que sepa, y lo tenga en cuenta, y que se lo diga a las personas con las que se va a encontrar, que siempre voy a ayudar a sus compañeras y que no voy a hacer nada que las pueda perjudicar. La miré,  atiné apenas a agradecerle y volví al bar.  Con esa enfermera había hablado muy pocas veces. En el bar me sentí nuevamente  presa,  pero esta vez porque no entendía qué estaba pasando. Si bien me habían dejado libre, mi futuro era muy incierto y empezaba para mí un período de mucha inseguridad y riesgo personal. ¿Qué podía garantizarle yo, en esa situación, cuando mi futuro era tan impredecible y de tanta fragilidad? ¿Qué la llevó a pensar que yo podía interceder por ella y ante quiénes? Y el juego de espejos víctima – victimaria se me presenta reflejado en lo que queda del vino. Berta Eugenia Falicof CABA, septiembre /2020

Nacionales, Politica, Portada

Sobre “éxodos” y quiebras

Fuente: Carlos Heller (*) | Tiempo Argentino Fecha: 8 de noviembre de 2020 Los argumentos de los sectores opositores para intentar incidir en la agenda del gobierno y en el rumbo de las políticas suelen ser variados. Entre ellos está el que dice que las empresas se están yendo del país porque acá “no te dejan producir”. No es más que posverdad. Hay una realidad y es que la “salida” generalizada de empresas ocurrió durante los anteriores cuatro años, bajo la forma de cierres y quiebras. Es la postal más evidente de las consecuencias de un modelo que prometía “lluvia de inversiones” y generó todo lo contrario. Respecto de las que ahora se estarían yendo, ¿estarán pensando en las MiPyMEs, que representan el 99,8% de las firmas del país, y que ya resistieron en la prepandemia las consecuencias del brutal achicamiento del mercado interno? Para nada, se habla de las empresas más grandes, la mayoría de capitales extranjeros, algunas de ellas que sólo generan trabajo de bajísima calidad. Es importante tener presentes estos números, ya que en general se recurre a una falsa retórica que trata de hacer pasar el interés de unos pocos como si fuera el del universo más amplio, y de esta forma intentar incidir en la opinión pública y en las políticas. Para desmitificar argumentos, resulta interesante un informe que elaboró el Ministerio de Desarrollo Productivo, donde se comenta que para justificar un supuesto “éxodo de empresas” se recurre a ejemplos de lo más variados. Desde empresas que anunciaron su salida (varias aerolíneas, como Latam Argentina) afectadas por la pandemia, un fenómeno global; a otras que sólo implicaron un cambio de manos (Glovo, que pasó a manos de PedidosYa) o la búsqueda de un socio local (Falabella). También están aquellas noticias que involucraron falsas partidas (como Starbucks o Burger King). Salvo en el caso de Glovo, son todas empresas que fueron impactadas negativamente por la pandemia. Pero que además contaron con el auxilio del Estado a través del programa ATP para el pago de parte de los salarios, algo que mucho no se menciona. El informe del Ministerio de Desarrollo Productivo menciona que “hubo éxodo de empresas en Argentina −sea por retiro o por cierre− durante el período 2015-2019, cuando, producto de equivocadas políticas macroeconómicas y nulas políticas productivas, el país sufrió tres años de recesión sin que mediara pandemia alguna”. Entre 2015 y 2019, sigue el documento “cerraron o se fueron empresas de todos los tamaños: pequeñas, medianas y grandes (…). De acuerdo a datos de AFIP, son más de 25.000 las empresas que dejaron de existir en Argentina entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019. No se veía tamaña destrucción empresarial desde la crisis de 2001-2002”. Queda claro que lo que determinó la gran desaparición de empresas fue un modelo insostenible para los hogares y la mayoría de las compañías. Por eso es crucial que el país vuelva a la senda del crecimiento. Es un proceso que viene promoviendo el gobierno para recuperar lo perdido durante las dos pandemias (la heredada y la del Covid). Otro argumento contrario al interés general es el de la devaluación, que no sólo no es necesaria sino que sería otro duro golpe. Respecto de su impacto en las empresas, según el Observatorio PyME, “si el Gobierno logra controlar el tipo de cambio y evitar un salto violento del dólar, el 51% de las PyME industriales prevé recuperar el nivel de producción pre-pandemia en diciembre 2020 y el 33% durante el primer semestre de 2021. El restante 16% prevé alcanzarlo en el segundo semestre de 2021 y el primero de 2022 (…). Si, por el contrario, ocurriera un salto devaluatorio antes de fines de año, el principal impacto será sobre el poder de compra del mercado interno y no sobre el balance comercial (externo) de las PyME. No habrá más exportaciones y tampoco mayor protección contra las ya muy deprimidas importaciones. Es decir, la devaluación de la moneda postergará el ritmo de recuperación de las PyME locales y alejará al país del patrón de recuperación mundial”. Una opinión que refuerza la convicción del gobierno de no convalidar una devaluación, además de estar mostrando que tiene las herramientas para conseguirlo. Respecto de quiénes buscan beneficiarse, un dato a no perder de vista es que las exportaciones argentinas están concentradas en relativamente pocas empresas, al igual que ocurre en el resto de los países de América Latina. Según datos oficiales, en Argentina, para el año 2018, el 1% de las empresas que más exporta concentró el 73% de las exportaciones totales en un año, y el 10% de las empresas más exportadoras es responsable de casi el 95% del total anual de exportaciones. Tranquilizando y apoyando la recuperación Las políticas que buscan tranquilizar la economía, cuidar los ingresos y apoyar la recuperación, comienzan a mostrar resultados, y lo hacen aplicando lo prometido en la campaña electoral. Éstas van a contramano de las recomendaciones de quienes piden ajustes que jamás derivaron en los resultados prometidos.  En octubre se volvió a registrar una mejora de la recaudación en términos reales (descontada la inflación), producto tanto de la paulatina recuperación de la actividad económica como de la desaceleración del nivel general de precios. En concreto, la recaudación tributaria subió en octubre un 43,9% interanual, observándose por segundo mes consecutivo un aumento superior a los 5 puntos porcentuales en términos reales. Es un buen ejemplo del círculo virtuoso que se busca consolidar y que contrasta con lo que ocurría en los dos años previos. En esos años se veían caídas reales de la recaudación, producto del ajuste de la actividad económica, de la creciente inflación y de la reducción de alícuotas impositivas siguiendo un espíritu regresivo. Otro tipo de paradigma, tanto económico como social. Entre los indicadores de la actividad, el Índice de Producción Manufacturera del Indec evidenció en septiembre un crecimiento del 4,3% respecto al mes anterior, y un aumento del 3,4% respecto a igual mes de 2019, el primer incremento interanual positivo en este

Economia, Nacionales, Portada

Ojalá fuera increíble

Fuente:  Eduardo Aliverti | Página/12 Fecha: 7 de noviembre de 2020 Es probable, o enteramente verosímil, la relación entre haberse frenado la corrida cambiaria, ausencia de noticias malignas en el escenario económico, “relajamiento” pandémico-oficial en el AMBA y que, entonces, el cuco haya pasado a ser la vacuna rusa. Si es por monstruos amenazantes podrían incorporarse el fallo de la Corte sobre los jueces trasladados -acerca de lo cual se escuchó que es la “disolución de la República”- y el futuro en torno de la Procuraduría General de la Nación; pero se convendrá que son temáticas incapaces de mover el amperímetro popular.PUBLICIDAD Esto último es salvo que se encuentre “masividad” en la banda callejera contra la dictadura kirchnerista. El ministro de Economía pasó a ubicarse como protagonista, con la diferencia de que, ahora, lo es más por lo que demostraría ser una posición de fuerza que su paciencia y sapiencia académica (“acusación” que siguió cargando, a pesar de la exitosa conducción del acuerdo con los bonistas). Martín Guzmán concedió el jueves una extensa entrevista radiofónica a Víctor Hugo Morales, tras esa mini-cumbre que el lunes pasado lo juntó con la más poderosa y virulenta de las entidades corporativas que se oponen al oficialismo. La Asociación Empresaria Argentina (AEA) es comandada en los hechos por Clarín, Techint y Arcor, y son datos sobresalientes que a la reunión concurrió el propio Héctor Magnetto y que éste tuvo -al menos- dos intervenciones casi obviamente provocadoras. Una fue para cuestionar que, sin previo aviso, el Gobierno hubiera resuelto declarar como servicio público a telefonía y televisión por cable, a más de congelarles las tarifas. La otra, descripta con precisión por el colega Leandro Renou en su cobertura para este diario, fue cuando se plegó a la queja de Federico Braun, de la cadena supermercadista La Anónima, quien había disparado con que “no sabemos si éste es un país que quiere ser capitalista o no”. Magnetto, entonces, agregó que “ni siquiera sabemos si hay propiedad privada”, para que, en su firme tono shaolin, Guzmán le respondiera de inmediato que era mejor “hablar en serio”. “Mesa de póker” y “piscina con tiburones” fueron algunas de las metáforas empleadas a fines de significar ese cónclave, del que en forma rápida tuvo que retirarse el fotógrafo de ceremonial porque estaba claro que el aire se cortaba con cuchillo y de ninguna manera habría no ya retrato conjunto, sino tan siquiera alguna sonrisa. Gracias si saludos con el codo al despedirse. De la reunión trascendieron otros detalles, como el reclamo de Carlos Miguens, del grupo homónimo dueño de generadores eléctricas como El Chocón y Central Puerto y dedicado, entre otras, a la actividad minera, quien le dijo al ministro que tiene que “comprar dólares en la Bolsa para pagar importaciones” y que, mientras tanto, carece de alternativas que no sean “defaultear deuda afuera”. El ministro, siempre imperturbable, le contestó que comprendía el planteo pero refutándole que, si los dejaba tomar deuda en pesos, lo único que querrían/harían todos ellos es usarlos para irse al dólar. En ése u otro momento (varían los datos cronológicos, no su confluencia de sentido), el CEO de Clarín también habló de la necesidad de una corrección devaluatoria: “Ni el FMI nos pide tanto, Héctor”, fue la réplica. En la entrevista citada, Guzmán naturalmente no entró en puntualizaciones de ese tipo; pero dejó la frase que las abarca y potencia: “Importa mucho el dialogo, pero la conducción la tenemos nosotros. Quien gobierna somos nosotros”. Tamaña obviedad debería ser nada más que eso, pero en estas circunstancias es determinante que el ministro -en línea también básica con las acciones del Presidente y, cómo no, la carta de Cristina- le marque el territorio a la crema del establishment. Hace dos semanas, con la cotización del dólar rayando los 200 pesos, la estabilidad de Guzmán parecía pender de un hilo y desde el Gobierno no se fue muy enfático que digamos en desmentirlo. A través de diferentes herramientas intervencionistas, cuya solidez y prospección quedan en manos de expertos técnicos que sin embargo nunca deben juzgarse por encima de la credibilidad política, esa eterna amenaza verdolaga aminoró en forma abrupta. Algo macizo o considerable parece haber en la resistencia y ejecutividad de Sacachispas Guzmán, porque de lo contrario no se entiende que sorteara todas las dificultades del arreglo con los bonistas externos; ni que, munido de tener última palabra frente a las diferencias con el manejo del Banco Central, se las arreglase para frenar la corrida cambiaria. El poder económico-financiero, expresado a través de sus vasallos mediáticos como ya debería saberse por memoria histórica, no da un segundo de respiro. Si el dólar que “le interesa la gente” se desplomó en las cuevas es porque se recurre a una emisión monetaria descontrolada, que pasará la factura más temprano que tarde. Si acaso hubiera arreglo con el FMI será porque el Gobierno aceptará un bruto ajuste fiscal, jamás reconocido como tal sino cual equilibrio macro, y no porque la carga se depositará -esperemos- en quienes más tienen. Si hay alguna recuperación productiva, muy leve e imperceptible y partiendo de que sólo radica en asomar unos pelos de la cabeza afuera de las aguas pandémicas y macristas, es por obra de que desde el fondo sólo cabe subir y no porque se tomaron medidas asistenciales que impidieron estallidos. Y por las dudas, si acaso fuese que a “la gente” se le ocurriera confiar un poquito, siquiera visto por descarte y ya que la oposición es un adefesio de consignas vacuas acerca de riesgos institucionales, está el apriete de que se asfixia a la propiedad privada; de Argenzuela; de Maléfica digitando hasta el último movimiento de cada funcionario y cada vacancia; de Albertítere en consecuencia; de Grabois como la representación comunista papal; de Rosenkrantz, como única barrera cortesana contra la impunidad cristinista; del Diego como representación de la negrada falopera que ejemplifica lo que no debemos ser como Nación; de la violencia de mapuches, falsos o reales; de un observatorio noticioso con control parlamentario mudado a pogromo K; de que el pase

Cultura, Nacionales, Portada

Pino Solanas, el esperanzador

Fuente: Horacio González | Página/12 Fecha: 7 de noviembre de 2020 Pino Solanas, de pibe, iba al bar Gandini, en la Plaza Vicente López. No sé si todavía está. Uno de los parroquianos era Raúl Scalabrini Ortiz, que con un círculo de oyentes alrededor, seguía pensando en los subsuelos sublevados de la Patria, y no es una ironía esto, también en los subsuelos petrolíferos. Interesado por la publicidad, la política y el cine -y con una visión inquieta del momento-, Solanas era un muchacho de izquierda que estudiaba música y teatro. Y escucha. Escucha y se va acercado al grupo de conspiradores a la luz del día, que conversan en el Gandini. Desde luego el tema es Frondizi, se aproximan las elecciones del 58, y Perón desde Panamá indica que hay que apoyarlo. Pero Pino escucha también palabras como soberanía energética, reconstrucción ferroviaria, autoabastecimiento petrolífero. La idea de una mesa de conversadores políticos siempre estuvo presente en Pino. Luego la convirtió en la “mesa de los sueños” en Sur, uno de sus films. Es como si en aquel bar Gandini, también hubiera cantado Goyeneche. Tuvo la suerte de que Scalabrini vivía a la vuelta de aquel bar y Pino a pocas cuadras. Luego, después de que el tiempo hubiera girado varias veces tejiendo sus hilos imprevisibles y fatales, volvió a vivir allí mismo, en la esquina de la misma calle de la casa del legendario autor de El hombre que está solo y espera. El tiempo de Pino era lineal -en su fin El viaje-, pero también circular. En La hora de los hornos o en El exilio de Gardel. Como había hecho publicidad -hay que recordar que hacia fines de los 50 no era un oficio frecuente, y lo practicaban jóvenes que captaban con más vértigo que otros, lo que eran los aires del momento-, hizo que su pasaje al cine, con La hora de los hornos, junto al cuentista Octavio Gettino, fuera considerado por muchos “un traslado al cine de técnicas publicitarias”. Pero ni ayer ni hoy se debían dejar de lado criterios muy finos para diferenciar los métodos del cine de los de la publicidad, en efecto diferentes y hasta contrarios, pero el problema lo establecen sus zonas compartidas. Pino fue llevado en andas por el público del Festival de Pessaro, en Italia, en 1968. La hora de los hornos -una frase de José Martí-, contenía una larga secuencia de imágenes muy cuidadas, celosamente trabajadas, como lo hizo siempre, en el documental y en la dirección. Pino fue un cineasta estricto, puntilloso, y su tema era el pueblo argentino a través de sus arquetipos, que iban asomando, sobresaliendo. Ya sean los huelguistas de los planes de lucha de la CGT o su contracara, las vanguardias artísticas del Di Tella. Pino siempre gustó de esos contrastes, que le costaron grandes discusiones. Su carácter bromista, jaranero, amigo de los grandes cuadros que destilaran una ridiculización rápida, lo llevaron a ese contrapunto sobre el que mucho después siguió reflexionando de distintos modos. En La hora de los hornos está el hallazgo de plantear la detención súbita del film, con carteles “bretchenaos”, para que el público reanudara la vista luego de agitar su conciencia de espectador. Una frase de Frantz Fanon cruzaba la pantalla: “Todo espectador es un cobarde o un traidor”. Pino ponía en juego aquí una situación que siempre lo obsesionó, la conversión del espectador en el militante. Quizás esa quiebra de la realidad escénica y la realidad histórica, doble y simultánea, nunca pudo producirla el cine. Pero fue ese el nudo desafiante del pensamiento cinematográfico de Pino. Siendo senador siguió filmando, en su vuelta al documentalismo, donde la pobreza que había alcanzado a la población más castigada, el desmantelamiento del ferrocarril, el abandono del apoyo a la investigación científica, fueron temas tratados con un giro épico y con su propia voz narradora, pedagógica, si no la alimentara un hilo trágico, que dejaba un horizonte tenso de expectativas. En esa búsqueda de una identidad reparadora, había un mundo desarreglado, pero no todo estaba perdido. En El exilio de Gardel se preanuncia el regreso de los exilados. El grupo musical que ensaya sus coreografías en París, son desterrados que no machucaron sus ilusiones. Es un Pino más “cortazariano”, pero aquí su ambición arquetípica va mucho más allá, y el exilio es el del mismo Gardel. Si hay cine, tiene que haber leyendas. Si hay leyendas, estas tienen que ser filmadas. Y si hay luchas sociales e historia, estas deben jugarse entre el cine, la gran leyenda y la politización de esa compartida memoria legendaria. En Los hijos de Fierro -el nombre lo había tomado de una frase del libro El mito gaucho, de Carlos Astrada, filósofo al que frecuentaba- persiste la saga de la resistencia inspirada en el género gauchesco. El dirigente peronista Héctor Tristán encarnaba el papel de un burócrata sindical -lo contrario a lo que era en su realidad política el improvisado actor-, y el propio Julio Troxler representa a su propio personaje que en esa noche fundamental de León Suárez, escapa del fusilamiento. Una gran escena de este film, es la del “Viejo”, de espaldas y con poncho, algo gauchesco, saludando uno por uno a sus “hijos”, con un fondo fabril y desmantelado. Luego Favio pondrá otra vez a Perón de espaldas, como si ese modo de revertir un rostro lo hiciera mas misterioso, le diera una aureola más enigmática. Pino sacó de su observación diaria –siempre una libretita de anotaciones estaba en su bolsillo-, el perfil de muchas situaciones y personas. Pero a todos les agregó su sentido de la sorna risueña y emotiva, cultivando una gracia basada en ciertos énfasis del género deliberadamente grotesco, combinado con un acento lírico. Tito el Esperanzador (encarnado por Carlos Carella), Américo Inconcluso, el camionero del El viaje, que lleva en su nombre un programa político, el Doctor Rana (Menem). Ambiciosas alegorías. Manejar todos esos andariveles no era fácil, una historia de la redención latinoamericana volcada hacia los mitos del viaje de aprendizaje, era un propósito grandioso y esquivo. Pino ganaba y perdía espectadores. Con El viaje en cierta medida los perdió, porque el momento era adverso a tanto juego alegórico y el hilo narrativo

Nacionales, Politica, Portada

El peor de todos

Fuente:  Gabriela Cerrutti| Nuestras Voces Fecha: 25 de octubre de 2020 La confesión de Mariano Macri en el libro Hermano, de Santiago O’Donnell termina de confirmar lo que ya se sabía sobre el ex presidente y denuncia lo que no imaginábamos: cinismo, maldad y perversión. “Macri es el sumun del ultraliberalismo económico, autoritarismo político, egoísmo y codicia personal”, dice la diputada y periodista, Gabriela Cerruti, autora de El Pibe y Big Macri. Hermano contiene referencias a estos libros y a muchas de las investigaciones publicadas por Nuestras Voces. “Sos la principal protagonista después de los Macri”, me escribió Santiago O’Donnell hace una semana y confieso que me dio un poco de vértigo. Es atardecer de sábado, acabo de terminar de leer “Hermano” y respiro con cierto alivio. Como siempre, Santi es riguroso y tiene razón: las menciones a El Pibe y mis investigaciones son muchas y profusas, pero también la confirmación de Mariano Macri de cada una de esas historias. Las que conocíamos, las que habíamos podido documentar, las que escuchamos pero no teníamos confirmación. Y lo que no podíamos ni imaginar porque no entra en el sistema lógico de la vida humana de este lado del Big Bang: la insondable perversión del hombre al que su codicia y su soberbia impulsó más allá de su padre, sus hijos, sus hermanos. Y todos los argentinos. Hay algo en Hermano que es compasivo para todos los votantes del macrismo: ni siquiera su familia podía creer el nivel de cinismo y maldad de Mauricio Macri. Todos tardaron mucho en comprenderlo y admitirlo. Es tal vez la mayor revelación del libro. La confirmación del vaciamiento de las empresas, los autopréstamos, la triangulación para evadir impuestos, para ocultar patrimonio (da igual si es para estafar al estado, a la justicia o a una ex) es eso, una confirmación. Desde adentro mismo de la familia. Desde una mirada que intenta mostrarse inocente aunque es difícil saber los límites que se habrán cruzado. ¿Quién es Mauricio Macri? Siempre creí que de todo lo que hizo en sus empresas y sus gobiernos, hay un acto que lo define más que ninguno aunque en peso específico de dinero en juego pueda parecer menor. A poco de asumir como jefe de gobierno en la Ciudad de Buenos Aires, Macri se encontró con una oportunidad de negocios que, además, lo acercaba a su lugar en el mundo, la cancha de Boca. Con un fideicomiso, compró un viejo edificio de Alpargatas  para construir viviendas de lujo que tendrían una particularidad: desde todas las ventanas se vería la Bombonera. Cuatro días después de comprarlo, mandó a la legislatura una ley para eximir de impuestos a todos los emprendimientos que se hicieran en esa manzana. Con tanta impunidad que el proyecto de ley, firmado por él, llevaba como anexo para mostrar el perímetro a eximir de impuestos el folleto de publicidad del futuro desarrollo. Cuando asumió como presidente, repitió el esquema. Primero, sus negocios. En los primeros seis meses de gobierno se intentó autoperdonar la deuda del Correo de setenta mil millones; aumentó los pagos por el Soterramiento del Sarmiento porque era una obra de Iecsa, que nunca dejó de ser suya a pesar de todos los pases de mano que intentaron, y habilitó el negocio de las Low Cost para que la empresa de aviación de la familia, Mac Air, pudiera entrar al negocio. Entrevisté en esos días a Colunga, la mano derecha de Franco Macri que había fundado la empresa de aviación y ahora no entendía bien cómo terminaba el negocio en manos de una empresa fantasma que llevaba el nombre de Avianca. “Franco está destrozado, se quedaron con todo los pibes del Newman”, me dijo entonces, anticipando el lamento de Mariano. Un año después iba a hacer votar la ley de blanqueo para que su hermano Gianfranco ingresara los millones que habían guardado en las cuentas en el extranjero. En el pase de manos queda claro como todo, siempre, es de Mauricio. Cuando asumió como jefe de gobierno, puso sus acciones de SOCMA a nombre de sus tres hijos mayores. Unos meses después, los hijos lo cedieron a nombre de Gianfranco. Gianfranco sacó todo a bancos europeos, y recién volvió a traerlo cuando Mauricio fue presidente. Queda claro que todo seguía siendo de Mauricio. Mauricio se quedó con todo, siempre. Franco estaba convencido que cuando lo dejó a cargo de la negociación con los italianos para la representación de la Fiat en la Argentina, Mauricio se había aliado con Ricardo Zinn, gerente de la empresa, y su tío Jorge Blanco Villegas para dejarlo afuera del negocio. En una escena de Francis Ford Coppola, Franco llegó a la cena en que se firmaba en el acuerdo y los vio en la cabecera de la mesa y se dio cuenta de todo. Rompió el acuerdo y abandonó el lugar. Es cierto que entonces echó a Blanco Villegas de la empresa y Zinn murió poco después en un inexplicable accidente de avión, más o menos en la época en que secuestraron a Mauricio. Una Famiglia complicada. Cuando lo entrevisté para El Pibe, Franco estaba convencido también de que Mauricio había simulado la venta de Iecsa a su primo Angelo Calcaterra pero que seguía manejando el negocio a través de la italiana Ghella, la misma empresa que hizo la obra de ingeniería más grande de su gobierno en la Ciudad de Buenos Aires, el entubamiento del Maldonado, y que se quedó finalmente con el soterramiento del Sarmiento cuando era presidente. Te mira como mira él, dice el hermano Mariano en el libro de O´Donnell. Con esa mira gélida, que nos transmite ningún sentimiento. Con la boca apenas abierta. Como si no entendiera qué le estás preguntando. Es que no entiende. Pero no es que no entiende por ignorancia o incapacidad de comprensión. No entiende porque su sistema de decodificación es diferente al de la mayoría. No entiende por qué alguien le cuestionaría que algo no sea para él, que algo no sea como él quiere, como él necesita, como a él le conviene. Es

Nacionales, Opinion, Portada

Con la mirada en lo que vendrá

Fuente: Carlos Heller | Tiempo Argentino Fecha:  de octubre de 2020 Por  – Diputado Nacional Frente de Todos — Presidente Partido Solidario25 de octubre de 2020 El pasado viernes se aprobó en comisión el dictamen del proyecto de Presupuesto 2021, que ahora pasará a tratarse en el recinto. El contenido del texto sigue apuntando a avanzar en la reconstrucción del tejido económico y social en la etapa que vendrá: la de las pospandemias. Los desafíos son muchos, tanto por los impactos del Covid-19, como por las debilidades que se arrastraban a raíz de las políticas de los anteriores cuatro años. Producto del debate en comisión, se incorporaron algunos cambios al proyecto original, pero manteniendo la esencia y las proyecciones macroeconómicas que envió el Ejecutivo, sin apartarse del sendero proyectado de garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas. Más allá de la discusión puntual sobre aspectos de la coyuntura, hubo coincidencias en que es necesario empezar a debatir temas estructurales vinculados al esquema impositivo. Un enfoque importante, ya que los temas presupuestarios deben ser analizados contemplando no sólo lo que ocurre por el lado del gasto sino también de los ingresos. En esta búsqueda hay que apuntar a la sostenibilidad fiscal, al crecimiento con inclusión, y a una mayor progresividad.  Muchas veces se escucha decir que hay que llegar a la sostenibilidad de las cuentas públicas ajustando el gasto público. Respecto de las expresiones que ponen el foco en la reducción de la presión tributaria, recientemente la CEPAL mostró que la relación entre los recursos tributarios y el PIB es en nuestra región más baja que en los países de la OCDE, y que en Argentina es incluso menor a la de países como Uruguay o Brasil. Volviendo al Presupuesto, en el proyecto se destaca como uno de los principales pilares de la recuperación económica la inversión en infraestructura productiva y vivienda. Este rubro alcanzará al 2,2% del PIB en 2021, duplicando los valores que dejó el anterior gobierno (1,1% en 2019). La reducción fue una constante desde 2015, cuando se encontraba en 2,7%. Es decir que aún quedará un trecho por recorrer para recuperar aquellos niveles. Es un proceso de reconstrucción que debe encararse gradualmente. La reestructuración de la deuda pública permitirá liberar recursos esenciales para ir en esta dirección. Si en 2019 un 3,4% del PIB iba al pago de intereses, en 2021 se destinará el 1,5%, muy cerca de los valores de 2015 (1,3%). Toda una demostración de prioridades, coherente con la idea de que los recursos deben quedar en el circuito local de la producción y no en el de la especulación.  El sendero fiscal está bien descripto en los principales lineamientos del Presupuesto, donde se proyecta un déficit primario del 4,5% del PIB para 2021, consistente con la idea de garantizar una recuperación sostenible de la actividad y el empleo y un fortalecimiento de la inversión pública en áreas estratégicas. Se parte del hecho de que la mejora de las cuentas públicas es una consecuencia del crecimiento, y no al revés. Al respecto, el ministro de Economía, Martín Guzmán, fue claro al hablar del estado de las conversaciones con el FMI: “hay una alineación de visiones con respecto a que la estabilidad requiere recuperación de la economía”. También dijo que el programa va a ser enviado al Congreso de la Nación. Diferencias de criterio respecto de lo hecho en años anteriores, que no hay que dejar de remarcar.    No dañar la recuperación En una nota del Financial Times, reproducida en un medio local, se tituló: “los gobiernos no pueden permitirse no gastar para evitar una pandemia económica (…). Los estados no deben preocuparse por lo que costará apoyar las economías; deben preocuparse mucho más por lo que costará no hacerlo”. Hoy en día el necesario apoyo fiscal para enfrentar la pandemia no está en discusión a nivel mundial y Argentina no es la excepción a este enfoque. En cuanto a Europa, que está sufriendo un rebrote de infecciones, el director del Departamento Europeo del Fondo Monetario, Alfred Kammer, acaba de señalar que los gobiernos “no pueden permitirse dejar de gastar”. También afirmó que los programas implementados han tenido gran éxito a la hora de limitar la destrucción de empleos y han evitado una cascada de quiebras y daño social. Según los cálculos del FMI, con los estímulos se logró mantener 54 millones de empleos en Europa, y se evitó que el PIB cayera entre tres y cuatro puntos más de lo que finalmente se espera que lo hará en 2020 (-7%), la mayor baja desde la Segunda Guerra Mundial.  Por su parte, la CEPAL acaba de estimar que la caída regional del PIB será de un 9,1%, la “peor de toda su historia”. Es de tal magnitud que llevará a que, al cierre de 2020, el PIB per cápita de América Latina y el Caribe sea similar al que había en 2010, un “retroceso de diez años en el nivel de ingreso por habitante”. Un número que no se había registrado ni en la Gran Depresión de 1930, cuando el PIB cayó un 5%, ni en 1914, cuando descendió un 4,9%. Así, sostiene el organismo, “la crisis sanitaria ha desatado una crisis económica y social inédita en la región que, de no ser contenida, puede transformarse en una crisis alimentaria y humanitaria”. La pandemia ha pegado mucho más fuerte en la región que en otros lugares. Uno de los grandes problemas es la gran parte de la población que vive en la informalidad y que, en consecuencia, no tiene acceso a la seguridad social. Como señala la CEPAL, “en la región, los mercados laborales suelen ser precarios: existe una alta proporción de empleos informales (un 53,1% en 2016, según la Organización Internacional del Trabajo). En 2018 solo el 47,4% de los ocupados aportaba al sistema de pensiones y más de 20% de los ocupados vivía en la pobreza. La CEPAL acaba de señalar también que el número de personas pobres en la región terminará aumentando en 45,4 millones, alcanzando

Scroll al inicio