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Por qué los desaparecidos son 30.000: la mejor explicación

Autor: infonews 24 de MARZO 2017 La desarrolló el escritor Martín Kohan en un programa de radio. Tan contundente fue que la conductora, Romina Manguel, confesó: «Es la primera vez que lo entiendo». En fechas como la de ayer, pero también en otras ocasiones, sectores políticos que buscan relativizar el horror de la última dictadura eligen como vía el cuestionamiento a la cifra de 30.000 desaparecidos. Algunos como provocación, e incluso también ciudadanos honestos con buena intención, se preguntan: ¿si hay 8000 casos comprobados, por qué se sigue hablando de 30.000? Más allá del reconocimiento de la propia dictadura, que hasta 1978 ya admitía que llevaba desaparecidas 22.000 personas, hay una razón más de fondo por la cual aquella estimación inicial de 30.000 continúa siendo la correcta. En diálogo con Romina Manguel en el programa Va de vuelta, que se emite por Radio Nacional, el escritor Martín Kohan explicó las razones por las cuales permanece por el momento inamovible. Tan buena fue su exposición, que la conductora confesó: «Es la primera vez que lo entiendo». Estas fueron parte de las palabras de Kohan. Debajo se puede escuchar también el audio: «La discusión no es entre 8000 casos probados y 30.000 casos no probados. A mi criterio, lo que la cifra 30.000 expresa es que no hay pruebas porque el Estado no da la información respecto de lo que pasó. La represión fue clandestina y fue ilegal, no pasó por ningún sistema judicial, fue tan clandestina como los centros clandestinos de represión y de tortura. Y la cifra de 30.000 expresa que no sabemos exactamente cuántos fueron porque el Estado ilegal, que reprimió clandestinamente, no abre los archivos, no da la información de dónde están los desaparecidos ni la información de dónde están los nietos secuestrados.» «Situarte en 8000 casos es suprimir la dimensión clandestina e ilegal de la represión. Es la lógica perversa de la dictadura: ‘¿Te enteraste de 8000?, ¿pudiste probar 8000?, entonces hay 8000′» «Entonces la cifra total de desaparecidos hay que postularla, no probarla en términos de una prueba de comprobación empírica. No hay comprobacion empírica porque la represión fue clandestina. Situarte en 8000 casos es suprimir la dimensión clandestina e ilegal de la represión. Como si contáramos con toda la información. Es entrar en la lógica perversa de la dictadura que es ‘¿te enteraste de 8000?, ¿pudiste probar 8000?, entonces hay 8000’. No, pude probar 8000 y sabemos que hay miedo a denunciar, miedo a represalias». «Se postula una cifra a partir de la estimación de los casos no denunciados, porque mucha gente no se anima a hacer la denuncia por miedo. Todavía hay razones para temer. Julio López fue desaparecido en plena democracia, con una democracia relativamente consolidada». «Entonces existe la necesidad histórica y política de estimar una cifra, de correrse de la lógica de la verificación, porque al que le toca hacer esa verificación es el Estado. El Estado es el que tiene que informar a cuántos asesinó y dónde están sus cuerpos, a cuántos bebés robó y dónde están ahora. El Estado tiene que informar. La dictadura nunca reveló sus archivos». «A esa clantestinidad de la represión, a ese cinismo macabro de no revelar dónde estaban los cuerpos de los desaparecidos y tener a los familiares buscando en muchos casos hasta hoy, al hecho macabro de que los secuestros producidos en aquel momento siguen siendo secuestros porque sigue habiendo hijos de desaparecidos que no sabemos dónde ni en manos de quién están, al hecho macabro de no dar esa información se responde con la cifra 30.000, que es justamente la denuncia expresa de que la información fehaciente no la tenemos, y no la tenemos por el carácter criminal y clandestino de la dictadura. El que ajusta de 30.000 a 8000, o la sola apertura de esa discusión, en estos términos, incurre a mi criterio en una canallada». Audio de la entrevista: http://radiocut.fm/audiocut/martin-kohan-sobre-la-cifra-de-30000-desaprecidos/ Nota Relacionada La particular memoria de Avruj

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Una plaza de memoria y futuro

Autor:  Eduardo «Wado» De Pedro / P. A. 24 de MARZO de 2017 Hoy en la Plaza de Mayo y en cientos de plazas y lugares de todo el país, los argentinos volveremos a decirle a aquellos que reclaman impunidad que este recorrido democrático de Memoria, Verdad y Justicia no tiene marcha atrás. A 41 años del Golpe que instauró la dictadura cívico-militar más sangrienta de nuestra historia, marchamos por la memoria de los compañeros desaparecidos, pero también para recordar los efectos de aquel modelo económico ejecutado por Martínez de Hoz que en estos días quiere regresar de la mano de Macri y la Alianza Cambiemos. Hay un camino trazado por la sociedad a través a los organismos de Derechos Humanos, transformado en Política de Estado desde 2003 por Néstor y Cristina Kirchner, que convirtió al país en un referente internacional en la materia. Tres números grafican el camino construido que se hizo carne en el pueblo argentino: 120 nietos restituidos, 590 represores condenados y mil procesados por delitos de lesa humanidad. Profundizar, y no retroceder en este rumbo, es el desafío que nos tenemos que plantear para fortalecer nuestra todavía joven democracia. Pero a su vez debemos advertir que el reclamo y el ejercicio de memoria con respecto al Terrorismo de Estado lleva implícito la reivindicación de un país con industria nacional, con trabajadores bien pagos, una Nación con autonomía económica e igualdad social. Esa es la Argentina que desarmó la dictadura, y por eso vemos con profunda preocupación que el gobierno de Macri camine en esa misma dirección. Nos duele observar que el país sigue los patrones económicos que implantó la dictadura genocida: deuda, desocupación, desarticulación de la industria y fiesta de la timba financiera. Repasemos. La dictadura nos dejó a todos los argentinos una verdadera “pesada herencia”: la impagable deuda externa que condicionó a la democracia durante 20 años. Fue a partir de 2003 que Néstor y Cristina Kirchner a través de una valiente y patriótica renegociación de la deuda, que significó una quita del 70%, nos liberaron de esas cadenas que habían impedido el desarrollo y la autonomía nacional por mucho tiempo. Por esta razón, debemos pronunciarnos con firmeza contra el inmenso endeudamiento de más de 70 mil millones de dólares que emprendió en tan sólo 15 meses la administración Macri. Este nuevo ciclo de endeudamiento terminará hipotecando el futuro de las próximas generaciones. Las palabras de Rodolfo Walsh en su célebre Carta Abierta a la Junta Militar, que hoy cumple 40 años, retumban como un triste presagio: “En la política económica de ese gobierno debe buscarse no solo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”. En materia de derechos humanos, entre el 2003 y el 2015 se implementaron una serie de políticas que buscaron la reparación de las víctimas de la dictadura, la sanción a los genocidas y la construcción colectiva de memoria. Pero también se avanzó en la construcción de un país en el que todos los argentinos pudieran vivir y crecer con sus derechos básicos asegurados. Trabajamos para que todos los habitantes de este suelo tuvieran trabajo, educación, una vejez con dignidad, una niñez con esperanzas y la posibilidad de elegir con libertad con quien compartir su vida. Para ellos creamos 6 millones de puestos de trabajo; construimos 2700 escuelas (1900 finalizadas y 800 en construcción) y 19 nuevas Universidades; y entregamos 5 millones de netbooks, apostando en serio por la educación pública que hoy está amenazada. Además, 3,5 millones de argentinos pudieron jubilarse y 3,5 millones de chicos accedieron a la Asignación Universal. También, gracias al matrimonio igualitario se casaron 12.500 parejas del mismo sexo. Nuestro desafío como hombres y mujeres comprometidos en la militancia por los derechos humanos es proteger esas conquistas del pueblo ante los embates de un gobierno neoliberal que intenta convertir otra vez a la democracia en una cáscara vacía a merced de las corporaciones económicas y mediáticas. Por esta razón, este año electoral será clave para que los argentinos nos expresemos con contundencia con el objetivo de ponerle un freno al saqueo y comenzar a construir una alternativa política con capacidad de dar soluciones a los problemas que generó Macri y la Alianza Cambiemos. En homenaje a los 30 mil compañeros desaparecidos, este 24 de marzo volvemos a marchar para saldar con más justicia y memoria aquellas heridas del pasado; y en homenaje a su lucha vamos a rebalsar de sueños la Plaza de Mayo, porque nuestro compromiso con su legado es construir una Argentina para todos y todas.

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“Es un símbolo del heroísmo”

Autor: Julio Maier / Página 12 22 de MARZO 2017 Tres veces nos preparamos –mi mujer y yo– para visitar a alguien que, injustamente, había perdido su libertad. Por diferentes razones, el deseo se cumplió con una demora considerable: el sábado posterior al carnaval jujeño. Visitamos a una persona a quien su provincia le había negado –contra toda opinión razonable y bajo el único fundamento del poder que en ese Estado y en nuestro Estado nacional desarrollan jueces y políticos– festejar los carnavales con libertad, famosos en nuestro país como fiesta provincial. No fuimos solos. Nos acompañó una pareja de amigos que concertó la visita y nos condujo hasta la cárcel de Alto Comedero un legislador provincial con vínculos con la organización barrial Tupac Amaru. Tampoco fuimos sin instruirnos previamente. A más de las lecturas correspondientes, cuya carpeta se ha robustecido considerablemente con el tiempo, el viernes visitamos las instalaciones centrales de la organización barrial en el centro de la ciudad de San Salvador de Jujuy, dotadas de lugares de esparcimiento deportivo, servicios de salud y consultorios médicos y dependencias administrativas, y, en especial, el establecimiento educativo con tres niveles de enseñanza, primaria, secundaria y terciaria. Según se pudo ver en nuestro rápido recorrido, todas esas instalaciones, salvo la escuela y el colegio, adolecían de un estado de semiabandono por carencia de presupuesto, consecuencia del encarcelamiento de quienes forjaron la idea de una vida mejor para el pueblo originario de la provincia, comprendidos allí aquellos sumergidos o excluidos por ser pobres, sin recursos, indefensos socialmente. Un jovencito, que mantiene su hogar conduciendo un automóvil de alquiler, fiel a su nacimiento como adulto dentro de la misma organización, fiel como pocos a su líder, Milagro Sala, y a los principios desarrollados por la organización barrial, apodado Diablo o Diablito, fue nuestro cicerone para mostrarnos el desarrollo de la organización barrial en Alto Comedero, con centro en el parque que ella misma creó en tierras fiscales, que apenas si regaba un arroyo, hoy entubado. Un templo, a semejanza del que constituye la estirpe aymara en Tiwanaku, Bolivia, el Kalasasaya, domina un parque inmenso, levantado en esos terrenos, y los llamados “piletones”, piscinas que me recordaron imágenes de mi juventud en el Parque Sarmiento de la ciudad de Córdoba, donde existían también, para quienes no podían pagar la piscina de un club o aprovechar la propia de su casa, grandes piletas de agua dulce que alguna vez sirvieron para entrenarnos en natación y waterpolo en un club de barrio que presidió mi padre y duró escaso tiempo. Toda esa obra monumental, que supo brillar mientras duró sin persecuciones la organización barrial Tupac Amaru, evitó el riesgo de vida e infecciones de niños y jóvenes al refrescarse y bañarse en las aguas de los ríos Grande y Chico –que atraviesan San Salvador con su contaminación y carga de animales muertos y en estado de descomposición–, y significó el solaz de padres y ancianos, y hasta fue lugar ceremonial. Hoy el lugar está prácticamente abandonado, deteriorándose por proscripción de sus cultores y falta de presupuesto. Observado el panorama desde el templo, también abandonado como todo vestigio de las culturas originarias de esta tierra, con más sus hombres y mujeres “no blancos” –por definirlos de algún modo–, todos sufren la pérdida no sólo de sus posesiones sino, antes bien, de todo aquello que representaba su dignidad de vida en la actualidad. El “hombre blanco” ha regresado a practicar su profecía, su masacre del pueblo indígena, condenándolo a la pobreza y a la indigencia, aun sin ejecución formal de una pena. La escuela de Alto Comedero, edificada y organizada por la organización barrial al lado de ese parque gigante, separada de él por unos cien metros aproximadamente, también monumental, parece conservarse, dado que el gobierno provincial, según hemos sabido recientemente, la titula y reivindica como propia al estar asentada en terrenos fiscales. A los costados de ese parque y prolongándolo florecen las casitas edificadas por cooperativas vecinales de la Tupac Amaru, que se distinguen por su tanque de agua, casi todos con la imagen de Tupac Amaru, algunos con las efigies de Eva Perón o del Che Guevara. Restan sólo por describir las cuatro fábricas situadas en el mismo barrio de Alto Comedero, que producían bloques, adoquines y caños de hormigón para la construcción (la “bloquera”), la fábrica de muebles con la finalidad de auxiliar a quienes ocupaban las casas construidas, la de ropa de trabajo, de vestir y deportiva, uniformes escolares, cortinas y ponchos para la organización y sus integrantes e, incluso, para el comercio (la “textil”, en la cual –exageración quizás de la equiparación de género– trabajaban tantas mujeres como varones, según nos dijeron) y el “Taller metalúrgico”, que producía aberturas para la construcción (puertas, marcos, rejas, parrillas, juegos de jardín, piletas de cocina y baño, etc.). Todas estas fábricas, sus equipos y obreros organizados por la misma cooperativa barrial, que proveían diversos útiles a la comunidad y cubrían necesidades de ella, están prácticamente abandonadas; sólo algunas personas, individualmente, aprovechan de ellas y sus equipos, sobre todo de la “textil”, para confeccionar alguna ropa para vender. Qué puedo decir como conclusión: ¡da lástima, hasta las lágrimas, que un esfuerzo así, quizás con errores pero nacido por amor a un pueblo expropiado, sometido a su suerte a través de tiempos inmemoriales, sea condenado, de nuevo, a vivir indignamente, como pidiendo perdón por su origen y por su fragilidad, carnadura de desventuras y dificultades, impuestas por su vulnerabilidad frente al poder político y económico, que sólo un pobre, un indigente, puede explicar de modo perfecto! No sé si estoy de acuerdo con todo lo que se hizo, en especial con el programa de educación –cualquiera de sus inclinaciones me genera dudas–, pero no podría desconocer, como otros habitantes del mismo suelo desconocen, que el emprendimiento en su conjunto es una muestra titánica de aquello que puede la voluntad y la solidaridad humanas. Por fin, nos encaminamos hacia la cárcel. Nos esperaban a las 2 de la tarde

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No nos iban a perdonar

Autor: María Pía López / Nuestras Voces 10 de MARZO 2017 El 8 de marzo terminó con una razzia policial en los alrededores de la plaza y veinte personas detenidas, golpeadas y maltratadas. Nuestra potencia es vista como amenaza y tratan, una vez más, de disciplinarnos. Este 8 de marzo no fuimos las de siempre, fuimos muchísimas más y aun llorosas de cansancio podemos decir que una felicidad profunda nos recorre. 8 de marzo extraordinario. Un documento complejo, cosido en conjunto por más de sesenta organizaciones. Capaz de albergar contradicciones y tensiones internas. Frentista, entusiasta y peleador. Una plaza entera aplaudió el pedido de libertad de Milagro y el resto de las compañeras y también el pedido de aborto legal, seguro y gratuito. Esa plaza plural respondía a la heterogeneidad sostenida de la convocatoria, al hilado que tramamos con paciencia de bordadoras, a la hospitalidad con la que se sostuvieron las asambleas hasta que fuera posible que brote una complicidad inesperada, una confianza mutua, una afinidad que desconocíamos. Fue un 8 de marzo extraordinario porque no éramos las de siempre. Si no muchísimas y muchísimos más. Que jamás hubieran marcado un 8, si no se sintieran conmovidas por un llamado a parar y fundar la vida que quieren vivir. Salimos del encierro de nuestros propios grupos, para alojar una vitalidad que no nos pertenece pero nos atraviesa, que al atravesarnos modifica nuestra propia sensibilidad. El 8 de marzo dejó de ser un acto consagrado en nuestras liturgias para ser un momento de confrontación y debate, de alianza de feminismo y antagonismo social, de apuesta a un sujeto político democrático y radical. El 8 de marzo dejó de ser un acto consagrado en nuestras liturgias para ser un momento de confrontación y debate, de alianza de feminismo y antagonismo social, de apuesta a un sujeto político democrático y radical. La calle era una maravilla, amorosa fiesta de los cuerpos bajo un calor que pegoteaba. Colectivos de artistas, performance callejeras, se mezclaban con sindicatos y partidos políticos. Si a algo se parecía esa calle era a la de los 24 de marzo: festiva, intergeneracional pero juvenil, dolida y alegre. La calle gritaba sus mil tonos, su crítica fervorosa al gobierno, su rabia por una violencia que crece contra nuestras vidas. En la calle supimos alojar el duelo por las muertas y también supimos de la fuerza de estar juntas. Antes estuvo el tren, viaje con decenas de compañeras, cantos y propaganda, agitación y alegría. Algunos pasajeros dicen: locas o algo así. Otros aplauden, se suman. Mujeres que aprenden los cantos y corean con nosotras. Y no estaban yendo a la marcha. Pero nos encontramos con ellas y por ese rato fuimos aliadas. La calle gritaba sus mil tonos, su crítica fervorosa al gobierno, su rabia por una violencia que crece contra nuestras vidas. En la calle supimos alojar el duelo por las muertas y también supimos de la fuerza de estar juntas. Me quedó retumbando un canto en la cabeza: sí se puede/ sí se puede /el paro a Macri / se lo hicimos las mujeres. Y es así. Mientras los dirigentes de la CGT huyeron de un escenario cuando sus representados se negaron a ser decorado de una escenografía, centenares de miles de mujeres nos organizamos para parar y movilizarnos. Mientras estalla la representación sindical tradicional, surgen nuevas rebeldías o vamos tanteando para encontrar modos en que nuestra protesta se haga escuchar. No nos iban a perdonar. La policía hizo razzia en los alrededores de la plaza, por pizzerías y calles y se llevó veinte personas, a las que golpeó y maltrató. La noche terminó para muchas activistas en veredas de comisarías, esperando noticias de las detenidas. A nuestra potencia la ven como amenaza y se trata, una vez más, de disciplinar. Amedrentar y ordenar el uso del espacio público. No nos iban a perdonar. Pero el canto sigue retumbando: a Macri el paro se lo hicimos las mujeres. Y aun llorosas de cansancio podemos decir que una felicidad profunda nos recorre.

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La DAIA y la AMIA ante la historia

Autor: Jorge Elbaum/Convergencia 30 de NOVIEMBRE 2016 Cuando se escriba la historia del rol de la DAIA en relación a la causa del atentado de la AMIA y al caso Nisman, los lectores de los informes quedarán impresionados por el inusitado y desmedido rol asumido por una institución que nació en 1935 para enfrentarse a los nazis y a la judeofobia. El primer dato que irrumpirá como evidencia será la connivencia con el estado menemista, que llevará a la institución en la figura de su ex presidente Rubén Beraja a ser cómplice del encubrimiento, para ser juzgada en compañía de los servicios de inteligencia, el juez de la causa y los fiscales intervinientes. El segundo elemento remitirá al vínculo que la propia institución consistió en entablar con los familiares y amigos de las víctimas, basado en el desconocimiento de su dolor, el desprecio de su rol como querellantes y el permanente ninguneo de sus puntos de vista. El tercer elemento, quizás el más grave, es la decisión estratégica de acompañar el giro ideológico reaccionario —como integrante y motorizador local del mismo—, pretendiendo alinear “lo judío”, al bloque conservador local e internacional, que desprecia inmigrantes, abona respuestas militaristas a todo conflicto internacional y plantea el enfrentamiento civilizatorio pregonado por Huntington en la década del 90 del siglo pasado. Este último indicador asume, además, características más complejas y peligrosas: pretende instaurar la idea de que asumen la “representación” de todos los judíos argentinos, reduciendo su historia compleja y plural a una unanimidad singular y derechizada. La DAIA y la AMIA han deicidio oponerse a todo proceso emancipador y construir como “enemigos” a todos los movimiento y fuerzas que pretenden cambios sociales. Este deslizamiento –cada vez más profundo y descarado— se ejecuta desde un sentido común persecutorio, según el cual, todos los posicionamientos progresistas y/o populares asumen un lugar de inmediata enemistad y conjura contra Israel y todas las tradiciones judías. Ese mecanismo de engaño ya ha sido descripto y explicado por las ciencia sociales en diferentes periodos históricos: se trata de tomar la parte por el todo, instituyendo justificaciones que amparen decisiones y posicionamientos prefijados. De esta manera, todos los que apoyan a los familiares de las víctimas del atentado —tal cual lo sugirió el ex presidente de al DAIA, Rubén Beraja, recientemente, refiriéndose al periodista “Tuni” Kollmann— “no pertenecen a la comunidad judía”. La operación de “reduccionismo judío”, es parte de una estrategia geopolítica que pretende encolumnar a todos los sectores reaccionarios en el mismo paraguas de “sociedades libres”, manteniendo la amenaza extorsiva sobre todo intento de democratización, emancipación o superación de inequidades a nivel global. La DAIA es parte de esas políticas de tenaza, que muchos analistas y periodistas están incapacitados de denunciar so pena de ser cuestionados como antisemitas o judeófobos. La DAIA que usurpa una identidad colectiva y plural, y que al mismo tiempo busca reducir dicha identidad a una visión reaccionaria del mundo, borrando todo vestigio de progresismo, se ha convertido en un ariete neo-conservador con un rol similar al asumido en la edad media por Torquemada. El viraje incluyó la articulación internacional con los sectores republicanos de Estados Unidos, que se oponían a cualquier tipo de negociación con Irán, ya sea para limitar su desarrollo nuclear, como para acordar mecanismos de comparecencia de los imputados en la Causa AMIA. En el primer caso apoyaron la fracasada intentona del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien llegó a dirigirse al Congreso de los Estados Unidos para exigirle a Obama y a los parlamentarios demócratas que desaprobaran el tratado —denominado 5 +1— que limitaba la proliferación nuclear persa. Esta operación simbólica desarrollada tanto por la DAIA como por la AMIA ha anexado un nuevo capítulo, el último miércoles 26 de octubre de 2016, con la visita a la Corte Suprema de Justicia. Por parte del Tribunal participaron Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz. Como “representantes” de los judíos argentinos concurrieron el Director Ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano, Claudio Epelman —entidad que está presidida por el millonario brasileño Jack Terpkins— y su asesor, Adrián Werthein, fuerte empresario local ligado a emprendimientos agrícolaganaderos, de seguros y de telecomunicaciones. Por parte de la DAIA concurrió su vicepresidente, Alberto Indij, y por la AMIA Thomas Saieg, actual titular de la mutual de la calle Pasteur, quienes se presentaron como voceros de una colectividad que nadie recuerda cómo es que fueron elegidos como representantes. Quizás una de las particularidades más sugestivas del ágape haya sido la participación de cuatro magistrados: Mariano Borinsky, Marcos Grabivker, Marcelo Aguinsky y Gustavo Meirovich, una pequeña parte de los operadores judiciales que proviniendo de tradiciones judeo-argentina fueron invitados por adscribir al rol asumido por la DAIA y la AMIA en los dos últimos años. Según testigos de la reunión realizada en el «Salón Oval» del Palacio de Justicia, los integrantes de la AMIA y la DAIA se habrían referido al ex fiscal Nisman como la última víctima del atentado de 1994, señalando la indudable connivencia entre los perpetradores de la masacre de 1994 y los responsables de la muerte del fiscal. Estos comentarios fueron realizados, curiosamente, en presencia del juez Mariano Borinsky que —como miembro de la Sala I de la Cámara de Casación Penal— debe expedirse a la brevedad, junto con otros dos magistrados, sobre el pedido de la DAIA para que la denuncia del ex fiscal Nisman sea reabierta, permitiendo de esta manera la continuidad del acoso a la ex Presidenta y a su ex canciller. Durante este último bienio, tanto la AMIA como la DAIA fueron parte integrante de una campaña desembozada para culpabilizar a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a su canciller, Héctor Timerman, de connivencia con el terrorismo internacional, por el solo hecho de haber enviado al Congreso de la Nación, para su aprobación, un memorándum de entendimiento con la Republica Islámica de Irán. Dicho “memorándum” estaba destinado a lograr la comparecencia de los imputados en la causa del atentado de 1994,

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Navidad con Milagro: “Soy un testimonio ante el mundo de la maldad de este gobierno”

Autor: Jorge Elbaum*/La García 26 de DIC 2016 Llegamos a la prisión de Alto Comedero a las 14 hs. La visita a Milagro Sala supone un trámite especial para las centenas de visitantes un 24 de diciembre. Los integrantes del Servicio Penitenciario nos reciben con preocupación. Casi dubitativos. Como dudando acerca del futuro de Milagro y las posibilidades de que esto que hoy es cárcel, pueda transformarse –en un acto de prestidigitación política, tan característico en nuestro país– en una Milagro Sala empoderada y candidata exitosa de un futuro político provincial. Hay trescientos metros desde la entrada al Penal hasta el pabellón donde se encuentra detenida la líder del Movimiento Tupac Amaru. El trayecto es amenizado por nietos, hijos, hermanos y cuñadas que transportan la comida y la bebida para el almuerzo al aire libre que compartirá este cronista con Milagro y su esposo, Raúl Noro. El menú anunciado consiste en ravioles con pollo y/o carne, a elección de los comensales. La entrada y los abrazos con Milagro se congelan en un tiempo eterno. Como si Sala no quisiera quebrar esa cercanía con cada miembro de su familia…Cada abrazo incluye palabras, llantos y una quietud en el medio del patio del penal que estremece y duele. “Pensé que no llegaba a Navidad”, comenta Milagro luego de mostrarnos las mesas adornadas con guirnaldas que las detenidas desplegaron en cada una de las “ranchadas”: flores rojas y guirnaldas tricolores adornaban los parantes de cada uno de los sectores. Un pequeño arbolito de navidad, montado sobre un arbusto joven, con una estrella roja en el cima acompañaba la larga mesa de quince personas. Pensó que no llegaba, dijo, porque se le había pasado por la cabeza la idea del suicidio. “Me duelen mis hijos, mis nietos. Esto es muy duro. Y la injusticia se hace más grande cuando se escuchan las cosas que me endilgan. El que me hizo pensar fue Horacio Vervitsky. Cuando vino a visitarme, me agarró del brazo, me llevó a la canchita de futbol y me habló una hora y media. Horacio fue el que me hizo abandonar la idea de hacer una macana…Me explicó dos cosas: que yo no soy sola y que además soy un testimonio ante el mundo de la maldad de este gobierno. Que yo tengo que entender que hay mucha gente peleando ahí afuera por los presos y que no los puedo abandonar. Que esto es más grande que yo. Y que tengo que dar testimonio. Esa noche se me dio vuelta la cabeza. Horacio me había convencido. Se ve que alguien le dijo que yo andaba con esas ideas, que yo no iba a bancarme esta injusticia. El `Perro´ [así se conoce a Verbitsky en el mundo periodístico] me ayudó mucho. Y me prometió que me iba a acompañar en los juicios. Y cumplió…” El día de los alegatos -el ultimo miércoles– se lo vio la “Perro” sentado en el suelo del juzgado, de frene a Milagros, y en la tarima que funciona de base al estrado del circunspecto tribunal Todos los periodistas acreditados susurraban sobre la sencillez y la contracción al trabajo de quien muchos de los presentes catalogaban como el más importante periodista de nuestro país. En un cuarto intermedio de la sesión que duró catorce horas, dos jóvenes camarógrafos de las televisión local se acercaron a un periodista que se encontraba sentado junto a Verbitsky para cerciorarse sobre su verdadera identidad: “no puedo creer que un tipo e esa trayectoria se banque estar tanas horas en un juzgado…nuestros jefes mandan a los perejiles a cubrir eventos de larga duración…y este quía que es ´Gardel` se la re-banca…” Las charlas se dieron cruzadas. Familiares, políticas y acerca de la cotidianidad de la vida en la carcel y como se organizaban los compañeros de distintos puntos del país en solidaridad con ella. Cada veinte minutos el personal del Servicio Penitenciario llamaba a Milagro para hacerle insípidos planteos sobre el volumen de la música o el juego de los niños, marcando el territorio represivo en su mínima expresión de acoso sutil. Llegaron los brindis con pastafrola y gaseosas. Una navidad con Milagro en la cárcel suena a algo lacerante. Sobre la mesa se repetían en murmullos los relatos sobre el barrio de la Tupac destrozado por la perversidad de Morales y sus acólitos “republicanos”. Los ojos de “la negra” vidriosos por un brindis con barrotes, agradecían la solidaridad del Comité y las iniciativas que le acercaban al Penal para visibilizar su lucha. El sol pegaba fuerte aunque estábamos refugiados en una media sombra amarrada por las flores de papel. Los uniformados se desplegaban en las inmediaciones para magnificar su poder momentáneo. “El tiempo es raro –dijo un compañero– no sea cosa que esto gire… que la taba haga caprichosas vueltas en el aire y los acusadores sean los acusados”. Esa fue una de las últimas frases escuchadas antes que el primer turno de visitas de abandonara Alto Comedero. La curiosidad radicaba en la similitud con lo expresado por los integrantes del Servicio Penitenciario, cuando recibían las visitas a Milagro. Como si la escenificación montada por el gobernador de Jujuy tuviese la fragilidad de las flores de papel que adoraban la “ranchada”. Y nadie quiere arriesgarse a estar cerca del viento que la derribe. *Sociólogo, periodista. Presidente del LLAMAMIENTO Argentino Judío

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El errático primer año de Macri en RRII

Por Juan Manuel Karg/Revista Independencias 20 de DIC 2016 Título original: El errático primer año de Macri en RRII: de la Alianza del Pacífico a la caída del TPP Tal como ha sucedido con la política doméstica, el primer año de gobierno de Mauricio Macri en el plano de las relaciones internacionales significó un brusco giro de las políticas que venía desplegando el kirchnerismo en los doce años previos. En este artículo analizaremos los puntos centrales de la nueva política exterior argentina, enfocandonos principalmente en el cambio en relación a América del Sur, EEUU y la Unión Europea. Para finalizar, trazaremos una breve perspectiva sobre los desafíos venideros, tanto para nuestro país como para la región en su conjunto. a) ¿Fin de la multipolaridad? Tardía luz de giro rumbo a EEUU y la UE Macri y su canciller, Malcorra, iniciaron desde el primer minuto una política exterior bajo la implícita tesis de que la unipolaridad norteamericana no estaba en jaque. A partir de esa idea subyacente intentaron configurar un relanzamiento de las relaciones exteriores rumbo al hegemón en declive y sus principales aliados, tal como lo demuestran los primeros encuentros que tuvo el Jefe de Estado: Barack Obama, Francois Hollande y Mateo Renzi, entre otros. Meses después, el derrotero de estos líderes es bien conocido: Obama sale de la Casa Blanca con la cabeza gacha tras el triunfo del pirotécnico Trump; Hollande ni siquiera se atreve a participar de la próxima contienda electoral francesa, que se dirimirá entre el conservador Fillon y la ultraderechista Le Pen; y Renzi es eyectado tras perder el referéndum constitucional en Italia. Como se ve, un cambio brusco del panorama institucional en estos países, que habla de una crisis política aún en curso en la UE y los EEUU, a contrapelo del primer diagnóstico del presidente -y su equipo de asesores- en política exterior. Argentina giró hacia países que no se habían recompuesto de la crisis económica internacional iniciada en 2008, sacrificando asimismo la creciente vinculación que nuestro país tuvo con el bloque de emergentes (BRICS y G77+China, principalmente). b) Unasur y CELAC, sin peso en la nueva política exterior del Palacio San Martín La sede de la Unasur en Mitad del Mundo se llama Néstor Kirchner, en homenaje a quien fuera el primer Secretario General del bloque. Sin embargo, en lo que lleva de mandato, a Mauricio Macri no se le conoce siquiera una opinión pública sobre este importante organismo regional, que cumpliera funciones destacadas ante los intentos de desestabilización en Bolivia 2008, Ecuador 2010 y Venezuela 2014. Lo mismo ha sucedido con la CELAC. Un ejemplo de ello fue la participación en la cumbre realizada en Quito a inicios de 2016, a la cual fuera envíada la vicepresidenta Gabriela Michetti, con un perfil notoriamente bajo (y una participación abiertamente pro-OEA cuando se debatía el tema Haití). Dos opciones se desprenden de aquel accionar: a) existió un profundo desconocimiento de la instancia a la cual la vicepresidente asistía; b) el accionar fue intencional, conociendo lo que allí se ponía en juego. Ambas marcan una profunda distancia respecto a la política que el Estado argentino desplegó en torno a la CELAC con anterioridad, desde la fundación misma de esta instancia, en diciembre de 2011 en Caracas, Venezuela. c) Guiños a la Alianza del Pacífico y el TPP. ¿Y el triunfo de Trump? Durante los primeros meses del 2016, Macri pidió el ingreso de la Argentina como observador de la Alianza del Pacífico, bloque regional compuesto por México, Colombia, Perú y Chile, todos países firmantes Tratados de Libre Comercio con EEUU. El ingreso se hizo efectivo, e incluso MM participó de la Cumbre Empresarial de AP realizada en Chile, con un discurso pomposo respecto al espacio allí reunido. Meses más tarde, con la consumación del triunfo de Trump en EEUU, la Alianza del Pacífico quedó profundamente golpeada, visto y considerando que el TPP era el horizonte de funcionamiento de este bloque de países. d) Del pedido de ingreso a los BRICS al aval al impeachment a Dilma Cristina Fernández de Kirchner pidió el ingreso de Argentina a los BRICS publicamente, a mediados de 2015, durante un acto público que compartió en la provincia de Buenos Aires junto al ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva. Fue al histórico líder sindical a quien CFK pidió explicitamente “ser el embajador” de esa causa: Argentina tenía expectativas en fortalecer la integración regional en vías a solidificar una inserción latinoamericana en el nuevo mundo multipolar. Todo cambió vertiginosamente: no sólo Daniel Scioli perdió el ballotage contra Mauricio Macri, en noviembre de 2015, sino que además, durante mediados de 2016, se llevó adelante un impeachment contra la presidenta legítima Dilma Rousseff, que provocó que el Partido de los Trabajadores sea desplazado de Planalto. Esa doble operatoria impidió que Argentina ingrese al bloque BRICS, pero también significó una reorientación de la política exterior brasileña, ahora capitaneada por un conocido lobbysta de la Embajada de EEUU en Brasilia, José Serra. Argentina fue el primer país latinoamericano que avaló el “golpe parlamentario” en Brasil, acudiendo a saludar el funcionamiento instituciones -las mismas que avalaban la operatoria destituyente-. Así, nuestro país pasó de pedir el ingreso a los BRICS a avalar al gobierno ilegítimo de Brasil. e) Milagro Sala: el “volver al mundo” hecho fatídica realidad Uno de los principales latiguillos de Cambiemos durante sus primeros meses de gobierno fue el de “volver al mundo”, replicado como pretensión en medios masivos de comunicación y redes sociales. El objetivo era el de abandonar el supuesto “aislamiento” del kirchnerismo -algo que no se verificó, tal como mencionabamos antes, con la política multilateral impulsada por CFK, especialmente de cara a BRICS y G77 + China-. Finalmente el “volver al mundo” sucedió, pero de forma fatídica -e impensada tiempo atrás- para el gobierno. La Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Américanos (OEA), la CIDH y hasta ONG´s con sede en EEUU, como Human Rights Watch, exigieron la liberación de la parlamentaria del Mercosur, Milagro

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